Text
Huesos y Estrellas
Solo veo huesos y estrellas.
Recuerdos al ver el cielo y pensar
Cuando en una semana te vería;
Solo veo huesos,
Dónde antes había risas,
Dónde antes había emoción.
Huesos blancos,
Con marcas de ser un ser maravilloso.
Huesos de amor, incondicional.
Solo veo huesos y estrellas,
Huesos enterrados en el suelo,
Dónde ahora crecen bellas flores.
Lunas terrestres, magia sin igual.
De olores frescos, como el olor a mar.
Solo veo huesos y estrellas,
Estrellas impresas en el cielo nocturno
Con recuerdos tuyos,
En mi corazón,
En mi casa,
En mi vida,
Allá donde veo, por dónde camino,
Por las mañanas y las noches
En la calle, en mi cama;
Solo veo huesos y estrellas.
Huesos tuyos, estrellas nuestras.
Huesos que aunque se hagan polvo,
Las estrellas serán nuestra guía
Para encontrarnos en la entrada del paraíso,
Así como esperabas cuando yo llegaba,
Sentado,
Siendo mi mejor amigo.
3 notes
·
View notes
Text
A mí esposa
Tan tibias mis manos,tan tarde llegan tus besos,
En mi necesidad de abrazarte,
Pierdo noción del tiempo
Y desvarío hasta que el oscuro manto
Yace sobre mi techo.
No cabe duda en qué mi sangre
Te tengo siempre extrañando
Que te veo y no lo creo,
Que te siento y me enorgullezco
De ser tuyo hasta en la seda
Que teje nuestra historia
Hilo tras hilo;
Mañana tras mañana
Me tienes a tu lado.
Como un hombre solemne,
Que sin juramento escrito,
Ya estaba presente.
0 notes
Text
Olvidemos que quise olvidar.
Yo creo aún recordar como olían las flores en abril, creo que olían a "fresco", como cuándo hueles el mar y sabes que está salado sin dar un trago de ese inmenso vaso. No sé porque no logro recordar su cautivador aroma. A lo mejor he visto, he olido mucho y ahora mi memoria se ha atrofiado de tanto recuerdo. A veces creo que los cajones de mi memoria están todos revueltos de cosas innecesarias. Como una vez que recordé como eran las noches cuando iba a ver películas con mis amigos de la adolescencia, y que entre sentirnos grandes y valientes, bebíamos del alcohol que tenían guardados sus padres -¡Uy! Vaya peligro.
Cosas innecesarias que no creo que sirvan de mucho. O memorias que preferiría no tener. Ojalá pudiéramos ordenar por importancia, ¡de mayor a menor! Y que al cabo pudiéramos tener una opción de Eliminar Memoria, como en las computadoras. Por supuesto me olvidarías de varias personas, alguna ahora no tiene sentido recordar, otras, las pondría en prioridad, como a mis padres, mi hermana y mi esposa. Tal vez a mis perros también los incluiría. No sé. Definitivamente me olvidaría de los gatos, no me gustan.
¿Canciones? ¿Cuál olvidaría? Yo creo que ninguna, todas son importantes en mi vida. Algunas por haberlas dedicado, otras porque las personas que me las dedicaron se tomaron el tiempo de pensar en mi. Aunque ya no estén. ¿Cómo huelen las flores en abril? ¿O era mayo?
Cartas, me olvidaría de ellas. Tengo muchas sin escribir. Quizás ahora nadie las lea por lo terribles que eran. No soy el gran escritor y, tal vez me falten varias vidas para serlo pero, ninguna es rescatable, en mi mente no por lo menos. Si las escribiera, me fastidiaría ver que puestas sobre una hoja de papel carecerían de sentido, y ver que si modifico u ordeno el orden de mis ideas solo estropearía más mis sentimientos cargado sobre esa carta.
Era en mayo, por el día de las madres. La tumba la llenábamos de flores para adornarte en tu día, porque siempre fuiste madre para todos no importando el parentesco, o si eran relativos por la sangre, a ti te importaba otro tipo de relación, la del corazón y el amor. A ti por supuesto nunca te olvidaría, y aunque no estés aquí presente para contarte mis grandes fracasos y mis pequeños logros, sé que estarás viendo, riendo o llorando siempre atenta.
Lo siento que sea solo en mayo, ojalá fueran todos los días, abue. Siento no recordar que las flores en mayo huelen a casa, pero cada vez me acerco al adulto que nunca pensé ser y comienza a ser difícil acordarme de lo que me hace feliz.
Olvidemos mejor, que quise olvidar.
0 notes
Text
¿Dónde nos quedó París?
¿Recuerdas París como lo recuerdo yo? A veces me vienen imágenes borrosas de un par noches en París. Tú tan espléndida como si fuera una ciudad tan conocida para ti, y yo estaba tan maravillado de verte sonriendo en cada calle, ver el reflejo del Sena a través de tus ojos y la forma tan extraña en que me parecías mirando la ciudad.
Tal vez ya no recuerdes París como lo recuerdo a momentos yo. Con esas tardes lluviosas de verano que mojaron nuestros días y nuestras mentes. Eran momentos muy especiales que contigo de alguna manera se han vuelto únicos. Y aunque yo sé que mis días ahí no serán nunca más los mismos si quisiera regresar, las cartas que te escribí ahí permanecerán en botellitas de cristal en el fondo del Sena, nunca leídas.
0 notes
Text
Carta #20
... “Y vendrán mejores personas, vendrán mejores amores. Habrá besos que te quiten el aliento y desnuden esa parte de ti que me ha enamorado. Habrá risas y habrá lágrimas que te hagan doblar de dolor, pues eres más sensible de lo que me has demostrado ser. Tienes una sensibilidad que cualquiera pensaría que es tu lado más frágil y más vulnerable para herir pero yo no pienso que sea así, es más bien, una fortaleza que tengas ese corazón tan noble lleno de ganas creer en todos y querer protegerlos cuando sabes que no es tu responsabilidad.Me siento agradecida de que me dejaras entrar en tu cálido corazón. Que me dejaras tocar tu alma y hacerla vibrar como hiciste vibrar la mía. Te amo, y aunque no lo creas, permanecerás en mi corazón aún si la distancia o la misma vida decidiera llevarte por un camino distinto al mío. Pero te vuelvo a insistir, Dios no puede ser tan malo conmigo como para no dejarme acariciar tu pecho y dejarme estar entre tus brazos. Sentirme tan protegida como nunca y a la vez aliviada de saber que existen seres como tú. Que aman con ganas de hacerle hervir la sangre a cualquiera, que aman con tal pasión que hace a una sentirse dichosa de haber sido amada así.
Probablemente no me creerías si te dijera que eres lo mejor de mi vida, pero lo eres y así será hasta mi muerte. Le pido a Dios no me olvides nunca porque espero encontrarte en una ciudad distinta a esta y poderte besar como lo he hecho hasta ahora, que tú me tomes y me digas que me has extrañado a pesar de todo lo que hayamos vivido. Porque si en algo no te mentiría es que mi piel reconocerá tu tacto, tus manos y tu aliento aún hayan pasado años. El movimiento de tus labios, el roce de tus manos en mi rostro y esa manera tuya de hacerme sentir que la piel arde en la cama, bajo las sábanas, estando encerrados entre cuatro paredes están perfectamente grabadas en mi.
Y me dará una rabia inmensurable sólo pensar que mañana es la última vez que te veré. Te odio por eso porque sé perfectamente que te irás dejándome sola con esta maraña de sentimientos. Que tomaré mi camino hacia casa cuando sé que mi hogar está contigo, a donde sea que vayas. Ojalá no te hubiera conocido jamás pues ahora lo único que veo delante de mis ojos es un triste camino de insatisfacción al saber que no estaré compartiéndolo contigo y que puede que sea mejor así. Sólo te pido una cosa. A dónde sea que vayas, sea quién sea que esté tomando tu mano en este momento, te pido que si llega a ti un atisbo de mi en tus recuerdos, busques ésta carta y me leas para que siempre tengas presente que una vez llegaste a amar con ganas, y fuiste correspondido de esa manera. Esperando la vida me reúna contigo, sea en este tiempo o en otros.
Por siempre tuya.”
...Terminé de leer su carta por quinta vez, y por quinta vez había llorado de tristeza porque sabía que tenía toda la razón. Nada sería igual, jamás.
1 note
·
View note
Text
Olvida septiembre
Olvida septiembre, y aférrate a marzo, cariño mío. Que la tristeza te agobie en un mes alejado del otoño, que dejes la nostalgia a un lado al ver la naturaleza caer de pronto. Quédate en los días de primavera, y las flores van a acariciar tus sonrisas. El viento va a acicalar tu pelo, poniéndote un sendero nuevo. Ya no importarán tus días viejos, sino los que están por venir. Olvida septiembre, pero olvida sin temor lo que fuiste, Pero en particular olvídame a mi. Y ojalá las tardes de septiembre ya no nos recuerden las vistas de tu jardín.
0 notes
Text
El Pacto
Te pido que hagamos un pacto en este momento. Quiero aprovechar que ambos estamos con el sentimiento a flor de piel y decirte esto antes de arrepentirme mañana de no haberlo hecho nunca. Quiero que el pacto entre ambos sea no dejarnos por mucho que la distancia se interponga o que los caminos nos lleven a direcciones distintas. Vamos a jurarnos un amor distante, soñado, que nos sirva de recordatorio de que alguna vez fuimos grandes amantes y también los mejores amigos. Y que nunca se nos haga fácil tratar de olvidarnos, porque al menos para mí olvidarte sería eliminar los mejores años de mi vida...
0 notes
Text
Esos días de Mayo y Julio
Cuídate mientras llueve en tu corazón que no siempre estaré para cuidarlo, cariño.
Cuídate de todo lo que te pese, que cale tus huesos y te haga sentir pena o dolor.
Toma mis consejos como recomendaciones certeras,
pues sé que tu corazón es aún sensible para el amor.
Anda con poca prisa, que he tenido de esos días en que la melancolía parece ser buena amiga,
y resulta ser traicionera cuando sientes los ojos llenos de ilusión
una vez que vuelves a intentar apretar la mano
de la persona que juras es tu siguiente historia bonita para recordar.
Cuídate pero sobre todo de mi.
Puedo verte mañana o el viernes en la noche, y si logro al menos consolar tus emociones
Sabré que entre todo el lío, toda la mierda que hemos pasado
Tu sigues enamorada, y yo quizás ilusionado.
0 notes
Text
Ensayo sobre las cartas que guardaba en un cajón
Tengo imágenes en mi mente sobre aquel cajón que tenía en la adolescencia, donde estaban acomodadas por fechas y formas esos detalles tuyos cuando éramos novios. Eran un sin fin de cartas, papelitos con frases, palabras cursis, y eran de muchos colores, si no mal recuerdo. Había azules, rojas, verdes, amarillas, hojas de libreta que usabas para alguna materia, otros tantos trozos de papel que si, yo guardaba con mucho cariño. Créeme cuando te digo que que los tenía perfectamente orden, de verdad que los cuidaba mucho. De vez en cuando me pasaba horas viendo lo que me habías escrito cuando teníamos algunos meses de estar saliendo. Lo dulce que eras al escribir, que me parecían tan tímidas esas palabras cuando te imaginaba diciendo aquello. La primera nota que me diste, nunca la guardé. Y no lo hice porque no la habías escrito tú, sino alguien más. Le habías pedido a aquel amigo tuyo que te ayudara escribiéndola porque eras demasiado penosa para hacerlo tú misma. En aquella carta me pedías que fuéramos novios. Tu creíste que era algo muy atrevido pero yo pensé que eras muy valiente al hacerlo. Ojalá hubiera tenido tu coraje después. Me acuerdo que incluso había letras de canciones que me dedicabas, había algunas muy dramáticas y otras no tanto, pero las escuchaba, me las aprendía y aunque no fueran de mi gusto, las apreciaba. Y luego las poníamos cuando no estaban tus papás y nos pasábamos el tiempo en tu cama. Era muy divertido que mejor me aprendiera la letra que tú, ¿no te daba vergüenza? Muy poca gente sabe que yo me dedicaba a guardar todas tus cartas, pero nadie sabe, que había noches que me esforzaba por ser igual de detallista que tú y corresponderte de esa manera. Copiaba muchas veces la forma en que hacías los cortes y dobleces de las cajitas de papel o de las estrellas que hacías, ¿cómo se te ocurría hacer eso? Y adoraba tu reacción al ver que me esmeraba es hacerlo, porque sabías lo torpe que era, pero tu amabas el hecho de que lo hiciera. Esas cartas me volvieron sensible. Mucho más de lo que yo hubiera imaginado. Tú viste muchas veces como esa sensibilidad me hizo escribir muchas cosas y creo que por eso, te agradezco. Otra cosa que nadie sabe, es que aquel día en que todo terminó tomé esas cartas que guardaba en mi cajón y leí cada una de ellas. No sé, quizás para martirizarme por lo que había hecho, o quizás porque una parte de mi quiso arrepentirse de haber acabado con todo y decirte que no era cierto. Pero si lo era, y tal vez por eso dolía más. Porque después de todo ese tiempo que habíamos compartido, había decidido que terminara. Nadie supo que había leído todas esas notas, y en medio de lágrimas tuve que decirte adiós en mi imaginación por deshacerme de ellas. Tuve que decirte en mis pensamientos que no dejaría de aprecias el tiempo que me habías dado y que si de mi dependiera, todo seguiría el camino que entonces llevaba, o que nunca olvidaría mi manera de enredar tu cabello con mis manos, o aquellas tardes sin hacer absolutamente nada más. Sólo estar juntos. Nadie supo que lloré como se llora la muerte de alguien. Ya no te iba a ver. Esa noche lloré, suplicando que no fuera real, que no había hecho lo que hice, y que en realidad era una pesadilla. Lloré como quien llora de niño cuando le arrebatan algo suyo. Lloré porque me sabía perdido, no sabía si alguna vez lo iba a dejar de estar. Lloré, porque en ese entonces, el amor de mi vida se había escapado.
1 note
·
View note
Text
Carta #19
¿Te acuerdas de aquella vez que subiste hasta lo más alto de la montaña? ¿Y que por momentos te faltaba aire? El esfuerzo de haber llegado hasta ahí te pareció de lo más increíble. Nunca creíste poder tener esa fuerza interior o ese convencimiento de lograrlo.
Eres una amazona del siglo XXI. Que nadie te diga lo contrario. Que aunque puedas parecer lo contrario, siempre logras cumplir tu objetivo.
Parte de mi amor hacia ti es admiración, porque siempre logras sorprenderme con algo increíblebemente grande.
Tal vez mi inspiración contigo sea diferente. Tal vez un poco más adulta. Más razonada, pero no por eso, menos tierna o menos cálida.
Toma, guarda éstacarta.
0 notes
Text
Carta #15
Vida
Perdona que no te haya escrito durantes las últimas horas, durantes los últimos meses, durante los últimos años. He tenido la desfortuna de limitarme a buscarte allá donde te encuentras tú, lejos de mi. No es por falta de ganas sino sobre qué voy a escribirte. Tengo tantas ideas que plasmarlas en una carta parecería demasiado de mi parte y sabes que me gusta ser más directo. Elaborar en una frase un sentimiento. Darte un beso y saber que te sigo pensando, llamarte por tu nombre y saber que te sigo extrañando, mirarte y saber que te sigo amando.
No ha sido mi falta de interés pues sé que te debes encontrar bien, vida. Pero trato de mantenerme al limite de la realidad pues sé que ahora no eres mía. Quizás nunca lo fuiste. Eres un alma tan libre que se escurre entre los dedos como el viento. Te escapas tan fácil de uno, que vas volando alcanzando nuevos amaneceres, surcando nuevos mares, encallando en nuevas tierras conquistando nuevos corazones. Mi poco atrevimiento a llamarte es el de un niño temeroso. Saber si contestarás, saber si al menos querrás saber de mi. Probablemente si, probablemente no, pero dicen que sino no lo intento posiblemente me ciegue al no, cuando tu respuesta iba ser siempre si.
Has de entender, culpable yo soy. Culpable de estar así solo, sentado en mi sala con un trozo de papel que tome para escribirte primero cualquier cosa, después una historia de amor. He sido un tonto, un estúpido, un verdadero cobarde al nunca buscarte. Te he fallado, como te he fallado tantas veces y tus ojos ahora mismo, leyendo esta carta no podrán negarlo. Que injusto puedo ser contigo si hace años que no te he buscado y ahora pretendo remediarlo todo.
Yo sólo quiero que leas esta carta pues con tu nombre he sellado mi condena. Con tu recuerdo he cavado mi tumba y con tu imagen velaré cada noche en la penumbra.
Hasta siempre, vida.
0 notes