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(via https://www.youtube.com/watch?v=cus3GFEZo_0)
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Negar la realidad, aferrarse al recuerdo y conservar esperanzas, sólo harán que el dolor se multiplique, pero a pesar de saberlo, te recuerdo, te extraño.
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Dormir y soñarte
Hoy te soñé, te soñé como te he soñado todos éstos días. Descubrí que cuando me voy a la cama pensándote, lo más seguro es que aparezcas en uno de mis sueños. Soñé un cuento bonito, soñé que me hablabas con el corazón, que querías hacerme entender el por qué, pero aún así decidías quedarte. Lo malo de soñarte es que al despertarme soy consciente de mi realidad y me entristezco tanto que sólo quiero dormir otra vez. Adormecer las penas no es bueno, hay que afrontarlas, pero ¿cómo? Ayer fue para mí un día verdaderamente bueno, me sentía muy bien, sentía que mi corazón sonreía, pensaba sólo en buenas cosas, hice planes para mí y hasta declaré que me levantaría temprano para dibujar, si dibujar. Una señal de que estoy mejorando es tener ganas para dibujar. No soy muy abierta con mi mamá, no hablo mucho con ella, es más antes no me sentía muy cómoda en su compañía, pero ahora se ha convertido en mi amiga. Mientras daba vueltas en la cama para no tener que vivir otro día de omisión y aceptación, pensé que le quería decir que ya no quería vivir, para qué seguir viviendo, para qué si sólo se sufre, si la felicidad es momentánea, si nada es eterno, si siento que no valgo nada. No es que necesite que alguien me diga lo que ya sé, sólo que a veces siento que si no hablo voy a explotar. Dicen que ante los ojos del enamorado, el amado se convierte en un ángel, en un semidiós, en alguien que sólo podría vivir en cuentos de hadas. Puede que sea cierto, y es que todo él me fascinaba. Estoy enamorada tanto de su interior como su exterior, sus emociones, su generosidad, su honestidad, su cariño, porque es el hombre más amoroso y correcto que conozco. Y lo que me duele tanto es que ya no soy parte de su vida. Ya de pronto no merezco su compañía. Ayer entendí que estaba mal, que era egoísta retenerlo, que él necesitaba tiempo y tiempo para él, para nadie más. Y si, sé que es cansado, que exponer mis sentimientos no tiene valor, a quién le importa?, decir que me duele no cambiará las cosas. Un día alguien me dijo que soy tan buena y reflejo ser tan inofensiva que la gente siempre va a tender a jugar conmigo a joderme. No sé de qué otra manera ser, no creo ser buena, pero tampoco puedo tener ningún mal pensamiento hacia otra persona, confío y creo en lo que me dicen, y a veces resulta que soy yo la que sale perjudicada. No voy a decir que voy a cambiar mi manera de ser, pero ser un poco más desconfiada ayudaría.
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Dar las gracias
Alguna vez escuché que cuando le das las gracias a alguien, no sólo aprecias alguna acción que te fue dada, sino que al contrario de parecer algo simplemente simbólico representa el otorgamiento de virtudes, de hadas, de encantos. De esa manera se afirmaba que –las gracias-, no se pueden dar por cualquier cosa, ni a cualquier persona porque pierden su significado y su valor.
En la mitolgía griega, las Cárites o Gracias eran diosas del encanto, la belleza, la naturaleza, la creatividad humana y la fertilidad. Representadas por tres, de la menor a la mayor: Aglaya (Belleza), Eufrósine (Júbilo) y Talia (Floreciente), siendo una triada compuesta por atributos referentes a la mujer. Igualmente en la mitología romana y latina, las Cárites fueron identificadas bajo el nombre de Gracias, Castitas, Pulchritude y Voluptas, es decir, la virgen, la esposa y la amante, representando tres arquetipos de mujer.
En éste momento de mi vida en el que pienso y repienso, y que el recuerdo me ronda con cada palpitar y aunque suene duro decírmelo a mí misma, actúo de manera masoquista, porque soy yo quien los invoco, los retengo, los vuelvo a vivir porque me parecen maravillosos. Soy soñadora, siempre lo he sido. Sueño despierta, me gusta internarme en mi mundo y pensar, imaginar, crear. En ésta situación, son innumerables las veces que me he imagino con él, volviendo, abrazándolo, besándolo, y pensando que ya la tormenta pasó, que aquí estamos y que aquí seguiremos. Es infantil mi actuar, pero es la manera en la que me he podido dar un escape. Viviendo a través de mi imaginación.
Cuando su imagen o su nombre aparecen en mi mente sólo digo “Te Amo”, es mi manera de dar las gracias. Porque al pensar en que le amo, le otorgo amor. El amor es una energía que puede mover cualquier cosa en éste mundo, porque es la misma energía que lo creó, es la que nació a partir del primer chispazo que inició el BIG BANG. Es ella la que se renueva, es ella la que nos hace converger, es ella quien nos hace latir el corazón, es ella la que fluye a través de nuestros ojos cuando nos sonreímos sin razón y es ella la que estuvo en el momento cuando tuvimos nuestra pequeña explosión y de la cual nació el gran universo que llamamos “nosotros”. Sé que él no se encuentra en el mejor momento, sé que necesita aclarase, por eso sé también que a manera de agradecimiento, no sólo le otorgo gracias, también le doy amor, ya que en la manera más pura que sale de mi interior, lo ayudará a solucionar lo que pasa en su Ser.
Te Amo y te doy las Gracias.
05/01/17
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Son tiempos difíciles para los soñadores.
Frase de película. (via fruta-y-menta)
Amelié
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Cosas que quiero decirle a mi hija.
(El siguiente texto fue publicado por el periodista penquista Víctor Bascur Anselmi en su perfil de Facebook. Víctor escribe habitualmente en la Revista Mocha y en la Revista Ruda).
Cosas que quiero decirle a mi hija
Que cuando viaje con una amiga, no viaja sola. Que no necesita a un hombre para estar acompañada.
Que no es mi princesa. Que puede ser astronauta, futbolista, maquilladora, científica o lo que ella quiera ser.
Quiero decirle que explore su vida sexual a plenitud y con responsabilidad. Que eso no la hace más ni menos decente.
Que merece crecer en un país donde las principales noticias de los medios de comunicación no sean “Mira el coqueto escote con que xxx deslumbró en los Premios Oscar”, ni “Mira cómo luce la modelo xxx a sólo tres meses de dar a luz”, ni ¿Sabes qué tan sexy es la estrella infantil de la película de hace 10 años?”.
Que merece crecer en un país donde ella y todas las mujeres puedan decidir sobre su cuerpo.
Que nadie tiene derecho a tocarla contra su voluntad.
Que merece crecer en un país donde ningún político argumente que hay mujeres que son capaces de inventar una violación para justificar un aborto.
Quiero decirle que merece ganar lo mismo que un hombre, que no tolere que su jefe le hable en doble sentido, que no permita que se violen los espacios sociales ni los espacios privados.
Que se vista como ella quiere vestirse. No para agradar a otros, sino para sentirse bien consigo misma.
Que cuide su alimentación porque está cuidando su salud. No porque hay un parámetro de belleza que indica cómo debe verse.
Que cuando camina por la calle no anda sola ni anda provocando a nadie. Que no existen horas a las que no pueda andar, que cuando alguien la agrede la culpa es del otro no de ella. Que cuando no siente seguridad, el fracaso es social no de ella.
Que conozca el amor y que sufra y que ame a plenitud. Que no establezca lazos por conveniencia, sino por el simple arte de caminar juntos no porque sola no pueda encontrar las cosas, sino porque codo a codo se disfruta más.
Que no necesita ser mantenida, que no está obligada a seguir mis creencias, que explore y se equivoque y que descubra su verdad, sus dioses, sus himnos y sus banderas de lucha.
Quiero decirle que nadie tiene derecho a decirle “que anda en sus días” ni que “son cosas de minas” ni que “las mujeres son así”.
Que si no está contratada para eso no debería ser la que sirve el café en la oficina, ni la que la decora, ni la que “es el rostro bonito de la empresa”.
Que nadie más que ella debe administrar su sueldo y decidir en qué lo gasta y en qué no.
Que nadie puede obligarla a parir por cesárea si no quiere, que no está obligada a vestir de rosado a su futura hija ni de celeste a su futuro hijo. Que no debe retar a su hijo varón si llora, que llorar no es “cosa de niñitas”.
Que no debe levantar los platos sucios de sus hermanos, ni hacer sus camas, ni lavar su ropa, ni la de su esposo, ni la de su esposa. Porque sí, si está enamorada de otra mujer, me encantaría que pudieran casarse o vivir su amor como más feliz la haga.
Que soy feminista y eso no significa que soy lo contrario de machista: significa que quiero que mujeres y hombres tengan los mismos derechos.
Quiero decirle a ella y todas las mujeres y a todos los hombres que #NiunaMenos es responsabilidad de todos nosotros. Asumamos.
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Para ti Bárbara, no es el fin del mundo, ya serás feliz otra vez. Te amo (:
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He intentado no reprochar, he intentado no mirar los aspectos negativos, he intentado ignorar las faltas, he intentado no echarme la culpa, he intentado no manchar mis recuerdos con odio, -“ódiame, quiero que lo hagas”-, no puedo. Soy incapaz, al menos en éste momento de verle defectos a él, no los consigo, no los quiero encontrar. No existe la perfección pero puede que sí un ideal. Y para mí lo era, con todas su virtudes, con todos su defectos, con su honestidad y con sus silencios, con sus sonrisas y con sus gruñidos, con el buen y el mal humor. Y es que cuando ves a alguien que es tan buen hombre, cuando lo admiras con el alma, todo lo malo desaparece. El saber, en ese momento, que me quería tanto, me hacía tan feliz, de tener a mi lado al compañero ideal. –“Mereces algo mejor”-, si estaba contigo era porque tú eras lo mejor para mí. “Pusiste todo en la relación, por eso te afectó tanto, una debe reservarse por lo menos algo, para luego no sufrir como lo estás haciendo tú”, me dijo una amiga al contarle mi aventura de fin de año. Pero no pienso igual, una debe entregarlo todo, amar con cada parte de tu cuerpo, respirar hondo el amor y exhalarlo aún con más fuerza. Pienso que di todo de mí en ese momento, podía dar más, puedo dar más. El ejercicio de dar se enriquece con el de recibir, si no existe el segundo el primero se anula, eso quiere decir que era tanta mi disposición porque recibía de vuelta la misma cantidad de amor y de afecto, de eso no me quejo. Escribo éstas notas como ejercicio, porque sino dreno lo que pienso y lo que siento estallaré, las guardo en una carpeta y las releo, lo analizo y escribo otra. Un día antes de reunirme a hablar con él en su casa, me encontraba en una genuina montaña rusa de emociones, en las que mi mente trataba de callar a mi corazón que presentía que las cosas no andaban bien. Y escribí una nota, a las 3 de la mañana, en mi celular, en la que describía como me había matado, como el corazón se me había paralizado por 3 segundos al leer el mensaje que decía “Y si yo tampoco sé qué pasa?” Cómo no vas a saber, cómo?, me decía a mi misma mientras me golpeaba la cara y lloraba de incomprensión, luego la llamada, en la que él me calmaba y me decía que todo estaba bien, que descansara. Reviví, mi corazón se tranquilizó, descanse por un minuto, mis lágrimas pararon, pero sabía que allí no acabaría, que había algo más, porque nada de eso es normal. Al escribir esa nota pude drenar, me tranquilicé y pude descansar, con la esperanza de que todo se arreglaría al siguiente día, cosa que no sucedió. Sé que él no leerá esto y si lo hace nada cambiara, también sé que la única manera de dejarlo ir, es dejar de pensar y escribir textos que giren entorno a la relación fallida. Te extraño, te extraño muchísimo, extraño la idea de que te tenía como pareja. Pero a veces alguien debe morir, para que otro resurja. Suerte, sólo te deseo suerte.
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