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oceanoartico · 6 months
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Bajo el égida de la noche, aguardaba la luna más resplandeciente, no sería mera casualidad. Te contemplé con asombro mientras tus ojos almendrados me escudriñaban con fascinación.
Han transcurrido dos lunas, y ser tu novio, comprender tu ser, adaptarme a un amor puro y sereno jamás será complicado si nos hacemos compañía.
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oceanoartico · 6 months
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y vuelves a aparecer cada que miro al cielo
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oceanoartico · 7 months
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Hoy miré a la luna amarilla y pensé que haces sentir tantas cosas que no puedo explicar, eres más que la belleza misma en un frío invierno cuando las crisálidas renacen y una ventisca llena de esplendor me abraza con fuerza.
Un futuro contigo jamás se ha visto incierto y tuve miedo cuando me atormentó mi desequilibrio ¿Realmente merecía estar contigo? Me burlo de ese pensar cuando en estos días lo único que quiero es volver a besarte. Besarte hasta que renazca una nueva primavera, besarte después de la penumbra que me atormenta en la noche, besarte cuando contemplemos el cielo nocturno y me dé cuenta de que es algo ordinario teniendote a mi lado.
Me enamoré de cada letra que compone tu nombre, es como la más suave melodía que expresa la postura de tu belleza. Eres más que una cara bonita y más que el profundo océano que nos abraza.
Siempre seré tuyo, ♡.
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oceanoartico · 7 months
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por favor nunca me dejes, nadie nunca será como tú
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oceanoartico · 7 months
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y quién me quita mis ganas de besarte
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oceanoartico · 7 months
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te veo a ti en cualquier lugar donde mi mirada caiga
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oceanoartico · 7 months
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ㅤㅤ7 de febrero
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Llegaste en el momento más oportuno, en el momento que mi mente dejó de ser una niebla de emociones, fuiste ese pedacito de sol que continúa acompañándome en mi camino.
Tengo una obsesión contigo, quiero ser tuyo en un paraíso donde ambos estamos coexistiendo desde el día en el que tus ojos se nublaron y te mostré todo mi amor cuando nuestros corazones se tocaron. Cómo no estar obsesionado contigo si tus ojos son un poema y cada mirada tuya una canción.
Somos el cielo estrellado y el océano brillante que pertenecen juntos. Mi vida coral se enamoró de tus astros, tu inmensidad y destellos que le brindan claridad a mi mar.
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oceanoartico · 7 months
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Si algún día me preguntan, si he amado.
Mi historia de amor es tan singular y sigue perdurando como el mismo océano, como una costa bioluminiscente con su brillo interminable.
Me encontraba en el frío bosque de mi ciudad, como siempre, el viento era helado como el ártico mismo. Siempre extrañaba la calidez de la costa cuando el atardecer se hacía presente y solo éramos el océano y yo pasando nuestros días.
Aún así, adoraba la penumbra que me rodeaba con su frío aliento, las criaturas de la noche con sus ojos enormes que perforaban desde mi iris hasta lo más profundo de mi alma. Era luna llena y mi única labor del momento era ir a la dirección contraria de donde el viento me golpeara.
Fue cuando la luna apagó su brillo, las luciérnagas ya no estaban presentes y éramos mi respiración inquieta y yo, temblando en mi propio sitio desde que todo se hizo oscuridad.
Abrí los ojos y a través de mis pestañas, lo vi brillar con los colores del prisma, y una penumbra carmesí como cuando se mira al sol.
Pero, que hermoso era. Los más grandes pintores, cuando, persiguiendo en el cielo la belleza ideal, trajeron a la tierra el retrato divino de un ángel, no se acercaban nisiquiera a esta fabulosa realidad. Ni los versos del poeta más enamorado ni la paleta del más talentoso pintor pueden retratar la belleza de mi amado.
Sus ojos decidieron mi destino, qué ojos en esta tierra podían decidir el destino de un hombre; tenían una vida, una limpidez, un ardor, una humedad brillante que nunca he visto en un ojo humano; los rayos como flechas disparadas fuera de ellos, y pude verlos llegar a mi corazón. No sé si la llama que los iluminó vino del cielo o del infierno, pero ciertamente vino de uno u otro. Este hombre era un ángel o un demonio, y tal vez ambas cosas; ciertamente no venía del lado de Eva, la madre común. Dientes del más bello oriente brillaban en su roja sonrisa, y su mandíbula marcada tal cual la más afilada espada debajo del satén rosado de sus encantadoras mejillas al mirarme. En cuanto a su nariz, era de la más regia finura y orgullo, y detonaba el más noble origen. Los destellos de Matthew jugaban en la piel lisa y lustrosa de sus definidas clavículas descubiertas y por su piel brotaban grandes perlas, casi del mismo tono de su piel.
Todos estos detalles siguen siendo para mí tan vividos como si fuera ayer la noche en la que nos besamos, y aunque me encontraba en una confusión extrema, no se me escapó nada: el más mínimo matiz, sus labios hinchados, sus pupilas dilatadas y la liberación de su pecho al confesarme todo su amor reservado para mí.
¿Qué puede ofrecerle un mortal al ángel más destellante del cielo?
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oceanoartico · 7 months
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⠀⠀✙⠀ ⠞⡷⠃⠀⠀ pienso en tí tanto como tu piensas en mí. ⠀𔒥  ⠀⑅𑂳⠀
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¿Por qué mi amado luce tan mortalmente embelesado? ¿Por qué siempre aumenta el carmesí de su mejilla?
Me encontraba caminando por el páramo y no sabía hasta dónde llegaría, cuál sería el final de mi destino; sólo sabía que, si seguía en línea recta llegaría a los acantilados del océano.
Así, una hora tras hora, se me fueron pasando los pasos, hasta que había cubierto a unas siete millas desde la mañana, cuando vi ante mí, en la distancia, una solitaria cabaña de piedra con tejado de pizarra tosca. "Acamparé ahí si es posible", me dije mientras aceleraba mis pasos hacia ella.
Para alguien que lleva años buscando una vida tranquila y libre, nada podría ser más adecuado que esta casa. Se hallaba al borde de unos elevados acantilados, con la puerta principal orientada hacia el páramo y el muro del patio trasero con vistas al océano. El sonido de las olas danzantes golpeaba mis oídos como una canción de cuna cuando me acercaba; cómo tronaban cuando llegaban los vendavales de otoño y las aves marinas huían chillando al refugio de las juncias.
Delante se extendía un pequeño jardín, rodeado por un muro de piedra seca lo suficientemente alto como para apoyarse perezosamente en él cuando se inclinaba. Este jardín era una llama de color, predominando el escarlata y jade, con esos otros tonos suaves que las amapolas cultivadas adquieren en su floración, pues esto era todo lo que el jardín cultivaba.
Mientras me acercaba, observando esta singular variedad de amapolas y la poca limpieza de las ventanas, se abrió la puerta principal y apareció un hombre que me impresionó favorablemente cuando se acercó tranquilamente al camino hasta la puerta y la retiró como si quisiera darme la bienvenida.
Era unos meses mayor que yo, extraordinariamente guapo. Casi de mi altura y una figura hermosa, con una piel suave y canela, rasgos como si de una muñeca de porcelana se tratase y una expresión tranquila que me dio una sensación de descanso.
Al ver su pelo rojizo levemente ondulado junto a sus ojos verdes, sentí que no sería demasiado exigente con el alojamiento. Con un propietario así, estaba seguro de encontrar lo que buscaba aquí.
La soledad del páramo, con el canto del océano y esos ojos que me acompañaron desde ese día, se adueñaron de mi corazón con una nostálgica añoranza.
Era un enamoramiento rápido, distraído y devorador el que me poseía al verlo; todo el día lo seguía como un perro, todas las noches soñaba con esa piel de porcelana, esos ojos verdes con unas pestañas de mariposa y esos húmedos labios escarlata.
Me convertiría en un muerto viviente en el momento que sus colmillos se clavaron en mí. No me importaría acompañar su maldita belleza toda una eternidad.
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