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SANA » "THIS IS FOR" MV

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"You're not all that smart, are you?"

La vida de Eunha sufrió un cambio drástico desde que cierta persona regresó a su día, al principio no lograba reconocer en él aquel joven que fue víctima de burlas por su grupo de amigos, algunos que sigue en contacto hasta hoy y ella no hizo nada para evitarlo. No tuvo elección más que unirse a la venganza del muchacho, haciendo de puente y revelando secretos y números, observando cómo sus carreras son destrozadas sin encontrar al culpable. La chica cruza de manos, apoyándose en la pared cuando escucha la ofensa, o amenaza, es complicado asumir qué pasa por la cabeza del contrario y además, no es la primera vez que la insulta de esa manera. “Ya te pagué lo que querías y di información de los demás, qué más quieres Sangah.” Sabe que está en desventaja por todo el material que el más alto tiene para arruinarle la vida en segundos con un click, sin embargo no piensa ceder y mostrarse débil.

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"If you ask me, the choice is easy. I'm offering protection… and showing the consequences of what happens if you don't take it."

La escena de aquel trágico día donde fue alejado de su reino en llamas, donde las flores que había cuidado por años ahora ardían y los gritos de su gente podía escucharse por todo el reino, sigue presente en su cabeza, especialmente cuando no puede dormir por la culpa al no ser un príncipe fuerte y tener un poder inútil. Su tiempo en el castillo tampoco ayudó, los demás omegas que calentaban la cama del rey y compartían cuarto con él se burlaban al escucharlo llorar, rezando a cualquier entidad del cielo que acabe con su dolor, que quería escapar de ahí y esconderse en el colorido campo que escuchó cada uno de sus secretos. Hanbin no tiene fuerzas para mantenerse de pie ante la imponente presencia del alfa, cayendo al suelo, envolviendo su pequeño y delgado con los brazos, temblando como un pobre animal indefenso que cayó en las garras de un depredador. “Esto no es protección, es una prisión.” Murmura a penas, evitando a toda costa mirar esos iris rojos cual sangre que recuerda ver de más joven fijos en su persona, en cumpleaños de futuros gobenantes, pero siempre a distancia, pues a su prometido le gustaba tener la atención del omega para él, a veces se pregunta si este vio la oscuridad en el joven dragón e intentó mantenerlo a salvo. “Controlas todo de mi, cada movimiento, cada comida que recibo, cuando puedo visitar el jardín… esto no es vida, majestad.”

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"Shh shh shh. No screaming. This is between us two."

Jongsu tenía límites morales muy cuestionables, su personalidad cruel y sádica permanecía oculta para una supuesta introversión, obsesionándose con un chico que ante miradas ajenas luce como un ángel que bajó a la tierra para traer amor. Lo que empezó como un juego al escabullirse en el apartamento del menor, robar prendas que aún tengan su aroma y usarlas en su propia cama durante horas de placer terminó por mostrarle un secreto, una verdad escondida en esa dulce sonrisa y que era plasmada en un altar con fotografías suyas a escondidas: Yerik era tan retorcido como él. Supone que era cosa de tiempo ser descubierto como ahora, detenido por unas manos que evitan su escape por la ventana con una camisa que todavía mantienen el calor corporal del menor. Sin embargo no siente miedo, tal vez porque Jongsu quería ser encontrado en la escena del crimen, ansioso por saber qué más oculta bajo esa cara bonita y lindas palabras. "¿Estás molesto porque desorden�� tus fotografías en mi última visita, cariño?" pregunta con ese tono burlesco que usa cuando desea sacarlo de quicio, lamiéndose los labios, esperando cualquier movimiento.

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SOOBIN The Star Chapter: TOGETHER Concept Clip 'Starlight'

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Jamás lo culparía por sentir miedo, no cuando sabe mejor que nadie la decena de experimentos que pasó en aquel lugar blanco y donde uno de los pocos escapes de la cruel realidad, eran en las simulaciones que ansiaban encontrar en el exterior. Bulyeong continúa tocando encima de la prenda y besando todo su dulce rostro, siempre manteniendo la mirada fija como el mayor pidió, suspirando con dificultado por el calor propio que invade desde su pecho y se expande hacia abajo, el pantalón propio comenzando apretar. Pero si hay algo que tiene en claro desde que los deseos carnales aparecieron, es que consentir a su esposo es la mayor prioridad, tomándose todo el tiempo necesario y que se sienta seguro entre sus brazos. Le gusta cómo es tocado, aquellos sonidos provenientes de Sooan y lo húmedo que comienzan a quedar las yemas de sus dedos indican que lo está haciendo bien, podía permanecer así por más tiempo sin embargo, la nueva petición de su esposo le hace gemir de la emoción, la expresión en el rostro cambia a una más hambrienta y ansiosa, con una curva dibujándose ante la ternura que emana con un simple acto de bajar el telón de sus iris. “De acuerdo… respira profundo mi amor, aférrate a mi si lo necesitas, estaré bien.” Comenta antes que sus labios sean silenciados, la lengua propia comenzando otra danza en la cavidad ajena pero más despacio. Bulyeong no remueve la ropa interior pensando que podía aterrarlo, sino que la hace a un lado y roza con el índice la entrada, gruñendo ante el primer y anhelado contacto directo con aquella parte tan íntima. Cuando se siente listo ingresa el mismo dígito, temiendo lastimarlo por lo grande que son las extremidades quirúrgicas que hace muchos años atrás, reemplazaron los huesos humanos pero manteniendo los nervios conectado, permitiéndole así gemir por lo cálido que es dentro, lo mojado que se siente y cómo aprieta, teniendo ideas fugaces sobre cómo sería capaz de ingresar algo más grande sin romperlo. “María, cariño… ¿Cómo te sientes?” es inevitable preguntar, logrando ingresar un poco más abajo del nudillo, explorando las paredes con cuidado como los pétalos de la flor más delicada que existe y se atreve a algo más, a retirar el dígito para introducirlo a un ritmo lento, atento a cualquier señal de dolor.

El  corazón  se  le  vuelve  un  tambor  en  el  centro  del  pecho  cuando  escucha  justamente  lo  que  le  pidió  que  dijera,  lo  que  en  su  piel  y  en  sus  venas  sabía  con  certeza  que  el  otro  sentía  por  él.  No  necesitaba  las  palabras,  pero  en  ese  momento  de  vulnerabilidad,  le  hacían  sentir  seguro.  -  —Te  amo,  lo  siento  por  tener  tanto  miedo  a  todo,  sé  que  nunca  me  harías  daño  —  -no  quiere  arruinar  aquello,  no  cuando  fue  el  mismo  quien  inició  el  encuentro  y  quien  deseaba  más  que  nada  en  el  mundo,  poderse  unir  a  Bulyeong  de  esa  manera,  sentirlo  profundo  en  su  vientre  y  percibir  que  estaba  completa  y  absolutamente  lleno  de  él  en  cada  recoveco  de  su  cuerpo.  Sooan  suelta  un  largo  y  melodioso  gemido  de  puro  placer  cuando  aquellos  dedos  largos,  con  porosidad  propia  del  arduo  trabajo  en  el  jardín  y  en  la  guerra,  le  tocan  en  una  de  las  zonas  más  sensibles  de  su  cuerpo.  Desde  la  operación  creyó  que  no  serviría  para  eso,  para  el  placer,  que  su  experimento  solo  era  para  hacerlo  una  caja  reproductora,  pero  le  alegra  que  cada  uno  de  sus  nervios  y  fibras  sintieran  las  falanges  de  su  esposo.  -  —Se  siente  tan  bien…  tú  eres  perfecto  para  mi,  estas  hecho  para  mi—   ngh,  justo  ahí  —  -exhala  de  forma  pesada,  rompiendo  la  frase  con  otro  gemido  mientras  la  diestra  se  encaja  en  la  parte  trasera  de  su  cuello,  las  uñas  dejando  pequeñas  media  lunas  en  la  piel.  La  zurda  se  mueve  por  un  bíceps,  el  pecho  y  se  acomoda  en  contra  de  la  cintura  del  otro,  mientras  sus  caderas  buscan  moverse  al  ritmo  contrario  que  lleva  el  más  alto  en  su  entrepierna,  mojándose  más  y  más  conforme  pasaban  los  segundos  que  le  hacen  sentirse  abochornado.  -  —Puedes…  puedes  insertar  un  dedo,  por  favor  —  -pide  educadamente,  sus  parpados  cerrándose  ligeramente  y  sus  labios  siendo  mojados  por  su  lengua.  No  puede  evitar  perseguir  un  beso  nuevo,  su  cadera  rozándose  contra  esos  dígitos  que  se  sentían  como  la  gloria. 

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Bueno, ahí tenemos un problema, debería hacerse una limpieza para apartar todo mal(?)

¿Literalmente  respiró?  ni  siquiera  ha  salido

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¿El hecho que casi se quema con su propio café por la sorpresa al verlo así no lo deja claro? Por supuesto que es guapo, siempre, always, pero este rubio le da 1000 puntos, podría comérselo a besitos ♡

¿Entonces  si  piensa  que  es  guapo?  ¿Le  queda  el  rubio? 

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Qué hiciste ahora, además de nacer primero(?)

Help,  siente  una  perturbación  en  al  fuerza(?)

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El mago no había dormido bien en días, obligándose a estar de ánimo para ser el mediador entre dos personas con personales fuertes y testarudas, evitando que vuelvan a pelear y tomen caminos separados, como ya sucedió varias veces. Las palabras de Fenrir en un momento acalorado todavía resuenan en su cabeza, clavándose en su alma y despedazándola lentamente, mintiéndose sobre el encuentro con aquel ángel de cabello rosado hasta creer que solo fue un sueño. No obstante el destino aún no terminaba de jugar con él y, cuando estuvo dispuesto a deshacerse del broche que ha llevado desde pequeño, es que tiene el ansiado reencuentro su salvado, sabiéndole amargo por una nueva carga en sus hombros al ser, probablemente, alguien capaz de cambiar el mundo. Rowen no necesita voltear para saber quién se acerca a su pequeño escondite, no cuando aquella sensación le trae memorias de su infancia, de aquella entidad que lo socorrió y alivió su pequeño corazón cuando el mundo le dio la espalda, dejándolo a su suerte. “La naturaleza crece por su cuenta, yo me encargo de regarlas o dejar alguna magia que las mantenga en buenas condiciones cuando no estoy.” Es un chico talentoso, son las palabras que ha escuchado desde que una academia lo acogió junto a otros huérfanos, entrenándolos hasta que lograran valerse por su cuenta. Duda si regresar con los demás, evitando una plática que años atrás anhelaba tener, pero que ahora sentía como una posible y última estocaba en su pecho. “No es eso, lo que más he deseado es poder reencontrarme contigo…” Rowen deja de vacilar para girar su cuerpo hasta observarlo, el aire se siente pesado por la belleza abrumadora de la parca, tragando saliva y jugando con el borde su capa que lo mantiene abrigado antes de la llegada del Sol. “Tengo muchas preguntas… partiendo porqué nunca—nunca viniste por mi…”

Los  pies  descalzos  de  la  parca  se  mueven  por  el  césped  recién  cortado,  el  aroma  a  hierba  y  rocío  de  madrugada  le  acompañaban  en  esa  danza  que  se  daba  debajo  de  la  luna  entre  el  viento  de  primavera  y  la  túnica  de  colores  violetas  y  rosados,  traslucidos  y  que  le  daban  un  aire  fantasmagórico,  en  ese  momento  donde  la  oscuridad  era  más  potente,  justo  antes  de  un  amanecer.  Es  silencioso  como  un  zorro,  y  ligero  como  el  aleteo  de  una  mariposa  cuando  abandona  la  zona  del  jardín  de  aquella  cabaña  donde  los  demás  descansaban,  percibiendo  las  miradas  de  las  parcas  que  no  necesitaban  dormir  y  preferían  cuidar  de  los  humanos.  No  presta  atención,  porque  su  instinto  le  introduce  en  aquel  bosque,  metiéndose  profundo  hasta  donde  la  esencia  de  alguien  que  había  visto  crecer,  pero  nunca  más  había  visitado,  aguardaba.  Donde  sus  pies  pisan,  el  pasto  se  vuelve  luminoso  de  un  violeta  claro,  no  marchita  la  vida  alrededor  de  él,  al  contrario,  brinda  color  y  fortaleza  a  la  misma.  -  —Es  un  lugar  encantador,  este,  que  tienes  aquí…  —  -su  voz  hace  acto  de  presencia,  sonriendo  suavemente  al  mago  al  seguramente,  haberlo  tomado  por  sorpresa.  Rowen  había  estado  algo  distante,  tal  vez  abrumado  por  ver  a  las  cuatro  parcas  descender  y  hablar  sobre  un  plan,  sobre  entrenamiento,  sobre  profecías.  Por  ello,  Elysium  necesitaba  ese  instante  antes  de  que  el  sol  saliera,  para  conectar  con  su  protegido.  -  —¿Es  acaso  mi  presencia  no  un  deleite  y  más  una  molestia  para  ti,  mi  pequeño  Rowen? 

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Eryan sabía que la flora y fauna que le ha acompañado desde que sus redondos iris han visto el mundo se extendía más allá de la pequeña aldea donde habitaba, curiosamente con personas adultas y hasta mayores, siendo su persona la más joven y por ende, no tenía alguien de edad similar con quien hablar. La llegada de Sylvain, un chico que llegó de la nada y recibió miradas desconfiadas de todos, se sentía como una señal divina que podía cumplir su sueño de explorar. “No he hecho mucho para impresionarte, pero agradezco la comida.” El menor da una mordida a la fruta, extendiendo la extremidad libre para que su ángel la tome y caminen hacia un lugar que es perfecto para que Eryan sacie parte de su curiosidad del exterior sin meterse en problemas. “¿Tenemos algo más que hacer? Existe un lago cerca… nos puede dar privacidad para que respondas todas las preguntas que tengo.”

Las  dos  manzanas  descansaban  perfectamente  bien  entre  una  de  sus  manos,  el  color  de  estas  un  rojo  potente  y  un  tamaño  pequeño  que  indicaban  solo  que  tendrían  el  sabor  perfecto.  Los  ojos  color  ambarino  se  alzan  hasta  la  criatura  que  lo  había  ayudado,  consiguiendo  que  el  vendedor  accediera  a  venderle  la  fruta  aun  y  cuando  todos  ahí,  parecían  sospechar  de  su  persona.  Está  bien,  Elysium  le  dijo  que  era  un  lugar  especial  y  que  debía  caminar  con  cuidado,  pero  con  un  paso  firme  como  siempre,  que  su  personalidad  vivaracha  no  fuese  apagada  por  nadie.  -  —Gracias,  te  la  has  ganado  —  -comenta,  sonriendo  de  oreja  a  oreja  antes  de  tomar  una  de  las  manos  del  otro  muchacho  y  colocar  la  fruta  del  Eden  sobre  su  palma. 

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Cómo pregunta si es atractivo cuando ante sus ojos es bellísimo, divino, moldeado por los dioses ficticios, perfecto sea cual sea el tinte que use.

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Hwang Siyoon, 08/06/2000, géminis, 25 años, detective.

Hwang Rowoon alías Zero, 08/06/2000, géminis, 25 años, dealer.

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La parca ahoga una risita al escuchar el motivo por el cual terminó en el agua, había presenciado lo valiente o, mejor dicho, temerario que es desde lo más alto, preocupado por que terminase en peligro cuando no es invierno e interrumpir en el ciclo de la vida le traería problemas con Dios. Escucha sobre cómo acepta no tocar el tema por ahora, lo que le salvaría de una plática incómoda hasta que el albino decida bajar y rescatarlo de otra situación de vida o muerte. “No solo lo que oculto es peligroso, sería mejor si dejaras de buscarme… Eres un humano, disfruta tu vida pero con por favor, hazlo con precaución.” Astrell es el último en convertirse en parca, por lo que las emociones de su vida como humano todavía persisten en su delicada alma, las mismas que lo guiaron a salvarlo años atrás, cuando la oscuridad amenazaba con engullir el mundo entero y donde Elysium debió interceder entre él y la deidad suprema, salvándolo de un castigo. Tiene dudas si tocarlo a pesar que controla mejor su magia y ya no congelaba a las criaturas vivas, aceptando al final con tal de seguir expandiendo su calor por el cuerpo ajeno. “No soy Dios, joven, puedo hacerlo a pesar que no es mi obligación… mostrarme a otros.” Está seguro que su parca madre y compañeros de la nieve no expondrás estos acercamientos, no así de otros espíritus que cuidan la tierra. Astrell suelta el agarre para mirar las prendas cerca del fuego, decidido a terminar el encuentro antes que sus hermanos vengan por él para jugar bajo las estrellas. “Esperaremos que tu ropa se seque y regresarás a casa, ¿De acuerdo? Puedo acelerar el proceso.”

El  más  bajo  ladea  una  sonrisa  que  indicaba  problemas  siempre,  ya  fuese  porque  iba  a  hacer  una  hazaña  que  le  daría  mucho  dinero  o  iba  a  mentir  de  forma  desvergonzada,  pero  esta  vez  no  era  ninguna  de  las  dos.  -  —Me  lastima  que  pienses  de  esa  forma  de  mí,  ángel.  Creo  que  he  sido  honesto  cuando  digo  que  te  persigo,  hoy  el  Yeti  me  ha  pateado  realmente  duro  —  -Fenrir  detiene  sus  movimientos  solo  para  observar  al  descenso  de  aquella  criatura  que  a  veces  dudaba  fuese  realmente  real,  muchas  veces  juzgándola  irreal  presa  de  sus  golpes  y  su  toque  cercano  a  la  muerte,  maquillándolo  como  un  sueño  que  se  perdería  en  el  inconsciente.  Observa  el  halo  de  luz  que  se  forma  alrededor  de  él  cuando  sonríe,  inhalando  de  forma  pesada  y  sosteniendo  el  aire  en  sus  pulmones  al  verle  arrodillarse,  postrarse  ante  un  ser  humano  común  y  cualquiera,  y  tiene  que  obligarse  a  pasar  el  nudo  en  su  garganta  para  poder  hablar.  -  —Me  produce  más  curiosidad  conocer  tus  secretos  si  estas  tan  aferrado  a  conservarlos  ocultos,  pero  dejaré  de  indagar  si  es  lo  que  deseas…  por  esta  noche  —  -Fenrir  deja  de  experimentar  frío,  la  poca  ropa  que  le  quedaba  encima  parece  secarse  también  y  su  asombro  se  nota  en  un  par  de  cejas  elevadas.  Extiende  una  de  sus  manos  en  dirección  del  albino buscando  ayudarlo  a  ponerse  de  pie.  -  —Si  eres  Dios,  alguno  de  ellos,  no  deberías  arrodillarte  frente  a  un  mortal  de  esa  forma. 

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El mayor rueda los ojos al escuchar lo que parece ser un regaño y posterior excusa a sus actos, culpando al pobre esqueleto que debió aferrarse a él para no ser aplastado o caer en un abismo. “Tu asistente solo hace su trabajo, que es seguirte, así que técnicamente eres el responsable por terminar en una mazmorra.” Es directo, la mirada que estaba fija en el cielo mientras subía ahora se posa sobre el humano, si fuese otra persona de seguro se tornaría fría ante la insolencia de alguien inferior, sin embargo solo frunce el ceño. “Vuelve a gritar y te dejaré caer desde esta altura.” Amenaza, deteniendo el vuelo y extendiendo sus cuatro alas negras para flotar, la brisa sintiéndose como una caricia en su rostro, moviendo los cabellos de la frente. “Déjame reformular la palabra para endulzar tus oídos, humano, ¿Volviste a pelear con esos estúpidos buenos para nada y tomaste la sabía decisión de meterte en la primera cueva que se cruzó en su camino?”

A  Lydander  realmente  le  gustaban  las  mazmorras,  el  poner  en  uso  su  ingenio  y  conocimiento  en  diferentes  acertijos  que  le  dejaban  más  cerca  de  un  gran  tesoro  lleno  de  basura  que  no  le  servía,  pero  la  satisfacción  de  resolverlo,  era  lo  importante.  No  obstante,  al  parecer  las  mazmorras  estaban  ahora  diseñadas  para  guerreros,  no  eruditos.  -  —Que  atrevido  de  tu  parte  siquiera  mencionar  la  palabra  “equivocado”  cuando  te  refieres  a  mí.  No  ha  sido  mi  culpa,  ángel  de  la  muerte,  sino  de  mi  agraciado  asistente  —  -Lysander  se  cruza  de  brazos  al  ser  sacado  como  una  princesa,  abultando  los  labios  y  sintiendo  el  ligero  tirón  hacia  abajo,  asegurándose  de  que  Eustacio  se  ha  colgado  del  pie  del  otro  mientras  ascienden.  -  —¡Qué  escandalo!  Me  has  ofendido  dos  veces  en  menos  de  cinco  minutos,  ¿cómo  podrían  ser  esos  brutos  mis  amigos?  Nope,  non,  zero,  no  son  nada  míos. 

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Cyriel es, por lejos, la parca menos amigable de todo el grupo, alejándose incluso de aquellos que comparten su misión en el mundo y que confían ciegamente en el Dios que les dio una nueva oportunidad. Bajaba durante los tres meses de otoño, recolectaba almas para el causante de su eterno dolor y se encerraba hasta la siguiente temporada. Pero la existencia de un chico tan especial como él dio origen a un nuevo sentimiento y que le guiaba una y otra vez cuando este se metía en problemas. "El ser humano es muy interesante, parece no aprender de sus acciones por muy equivocadas que estén." sus palabras van dirigidas al chico entre sus brazos, el mismo que volvió a rescatar de morir aplastado por rocas o púas en las paredes. "¿Volviste a pelear con tus amigos?"

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Astrell ladea la cabeza, pensando en qué dijo o hizo para que el otro riese, menos en una situación como esta y donde podía abandonar el mundo de los vivos si no entraba en calor. Era lo que más le dolía de su propia estación, ver cómo indefensas creaciones de Dios cerraban los ojos para siempre en medio de tormentas, encontrando algo de consuelo cuando la joven parca iba por ellos, recibiéndolos con un abrazo. “No estoy seguro de confiar en tus palabras.” Porque le ha salvado varias veces que ya no sabe si se pone en peligro de manera intencional o no. El albino decide, contra todo pronóstico y susurros de otros espíritus alertándole sobre lo peligroso que puede ser tanta cercanía, dejar su cómoda posición, guiado por una imagen inofensiva y un mortal que podría ser presa fácil para animales salvajes y hambrientos, sus pies tocan la suave nieve, dibujándole una curva en los labios. “Estás tan obsesionado conmigo que podría decir que soy Dios y lo aceptarías sin dudar. Pero para tu desgracia, no puedo revelar mis secretos… es arriesgado, especialmente para ti.” Astrell se deja caer sobre las rodillas y luego extiende una mano hacia el pecho del contrario, sin tocar directamente la piel, cerrando los ojos para canalizar su magia y absorber el frío que lo envuelve. “Sigue creyendo que soy un ángel o lo que quieras, es mejor que saber la verdad.”

Fenrir  no  puede  evitar  reírse  de  lo  que  escucha  decir  al  otro,  su  cuerpo  entero  temblando  ante  el  frío  insoportable  que  se  insertaba  por  su  piel  y  se  metía  hasta  sus  huesos.  Al  menos  ya  había  terminado  de  hacer  una  fogata,  al  igual  que  algunas  rocas  le  ayudaban  a  formar  una  especie  de  cueva  y  su  caballo  no  había  caído  al  agua,  salvando  sus  provisiones  y  ropa  seca.  -  —Dame  dos  puntos,  porque  esta  vez  no  fue  a  propósito  —  -comenta,  quitándose  las  botas  para  luego  disponerse  a  sacarse  de  encima  el  abrigo  mojado  y  la  camisa,  poniéndolas  cerca  del  fuego  antes  de  tomar  una  pequeña  toalla  y  secarse  el  cabello,  sus  ojos  alzándose  hasta  el  otro  y  una  sonrisa  adorna  su  faz.  -  —¿Vas  a  decirme  cual  es  tu  trabajo  además  de  lucir  hermoso  siempre?  Aunque  esa  actividad  debe  llevarte  mucho  tiempo,  nunca  logro  ver  un  solo  cabello  desacomodado  o  una  pluma  de  tus  alas  sucia.  Pero  también  siento  que  se  te  da  natural,  eres  originalmente  encantador.