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#Reinas y Damas
12endigital · 3 months
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Elche celebra este sábado la proclamación de las Reinas y Damas de las Fiestas de agosto
El Ayuntamiento está ultimando los detalles para la celebración, el próximo sábado 29 de junio, a las 20.30 horas, de la gala de proclamación de las nuevas Reinas y Damas de las Fiestas de Elche 2024. La Plaça de Baix acogerá el gran evento por segundo año consecutivo en el que se impondrá las bandas a las máximas representantes de las Fiestas elegidas el pasado 1 de junio, Claudia Porta Vidal,…
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apamates · 1 year
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My Straight Son | Azul y No Tan Rosa (2012) dir. Miguel Ferrari
My name is Delirio Del Río, like Dolores but Delirio. Well, my real name is Alejandra, it used to be Alejo but that name is not really fit for a woman. It's a long story, but don't worry, I'm not in a hurry.
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panda-001 · 2 months
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The VP made a previous comment about how she was uncomfortable attending QEII funeral as a black woman
she seems one of the people who adore PRINCESS Diana and PRINCE Harry while being anti monarchy 😒
She didn’t go to the funeral. I doubt she was even considered for the delegation.
Colombia’s representatives at the funeral were their First Lady and then-Minister of Foreign Affairs. The VP ranks higher than the Minister so if she was going, she definitely would’ve been included in the press release.
Here’s the press release announcing who was going:
My high school Spanish is rusty, but here’s a quick translation:
Colombia will attend the funeral of Queen Elizabeth I. The President won’t attend but he will be represented by his chancellor Alvaro Leyva who will go to London next week with the First Lady, Veronica Alcocer. (Something about protocol.) They will stay at the embassy in the British capital. (Something about participants in the monarch’s funeral wearing black.) It is a state funeral being celebrated at Westminster Abbey.
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rubimoon45 · 2 months
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Una Gira Real bastante corta
Pairing: Benjicot Blackwood x fem!reader
Sinopsis: la gira real de la princesa comienza con rumores sobre su belleza e incapacidad de escoger a un pretendiente de su agrado. En las Tierras de la Tormenta se rumoreaba sobre su delicadeza, en el Valle del Arryn sobre su y ahora en las Tierras de los Ríos se hablaba sobre su austeridad en caso de elegir a un hombre de esa zona.
PARTE I
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La Gira Real inició en las Tierras de la Corona, continuó por las Tierras de la Tormenta y ascendieron al Valle del Arryn directamente en dragón. Buscarle un pretendiente adecuado a la princesa, según comenzaban los rumores, se estaba convirtiendo en una guerra en la que el victorioso sería alabado como un verdadero vencedor por cumplir todas las exigencias de la familia real. Aún sin tener la sangre de la Reina Rhaenyra corriendo directamente por sus venas, comenzaba a comentarse que la sangre del dragón se mantenía fuerte en todas sus líneas. Por supuesto, eso parecía contentar a Daemon Targaryen más que a cualquier otro, que respondía con cada rechazo con un cuervo instándola a continuar con la gira.
En su opinión, las Tierras de la Corona solo eran seguidores fieles a la corona y que aspiraban a relacionarse estrechamente con la familia real a cualquier coste. Estuvieron descartados desde el primer momento, por supuesto, y porque ninguno de los hombres que se presentaron consiguieron llamar su atención como esperaba. Había oído que la gira de la Reina fue corta, acortada por ella misma, antes de su primer matrimonio; no nacido de su gira, cabe mencionar, sino de una alianza para relajar las tensiones entre los Targaryen y los Velaryon. Los siguientes fueron los Baratheon en las Tierras de la Tormenta. Ahí fue recibida con agasajos propios de una dama de alta cuna y princesa, pero ese cuidado no fue compartido. Salió volando en Vermithor tan rápido como pudo, dirección al norte y con guardias Targaryen esperándola.
El Valle del Arryn no se quedaba corto. Lady Jayne la recibió de buena gana, al ser familia de la Reina, y no tuvo reparos en detener cualquier rumor que acechara a la princesa y a sus decisiones cuando ella rechazó al tercero. Había escuchado tantas Casas relacionadas con los Royce que al final de día acabó saturada de tantos cumplidos, promesas falsas y hombres adultos que comentaban haber conocido y competido por la belleza que fue Lady Laena, su madre, antes de comprometerse con Daemon Targaryen. Lady Jayne y los suyos la despidieron recordándole su próximo destino y esperando que de tener un pretendiente ya en mente lo anunciara próximamente a la Reina. Tal vez Lady Jayne fuese consciente de las tensiones que podrían generar esas acciones de la corona a la hora de buscar un pretendiente fuera del seno de los Targaryen, y quisiera ayudarla a mantener la mente clara.
Ciertamente la guerra se había evitado con las alianzas previstas por su tío. Los Hightower no impusieron su poder después de la reafirmación de Lucerys sobre su derecho sobre sucesor de Marcaderiva, perdiendo la fuerza que necesitaban para sus ambiciones. Con la muerte de Viserys I, Rhaenyra lo sucedió con éxito y todas las Casas recordaron su juramento, desligándose de la telaraña que Otto Hightower había tejido todos esos años para alzar a Aegon como rey sobre su media hermana. Por supuesto, no faltaron las amenazas de Daemon para recordar a los más reticentes a quién se enfrentaban ahora recién coronada y sobre quiénes iban a rebelarse; al puro lema de la Casa Targaryen, Sangre y Fuego.
Montó a Vermithor a primera hora de la tarde y salieron tan pronto como el sol asomó de entre las nubes de la cima del palacio de piedra. Volar en dragón era más rápido que seguir una caravana real. Afortunadamente, la organización de la Gira funcionaba perfectamente a cómo fue planeaba. Para cuando llegó a las Tierras de los Ríos a lomos del segundo dragón más grande de Poniente, Naerys Targaryen desmontó en el suelo húmedo y embarrado cercano a los dos ríos que confluían en Aguasdulces. La Casa Tully de Aguasdulces, Naerys se tomó su tiempo para observar el castillo en medio de ambos ríos, y el agua que chapoteaba contra los bordes. Su ancestro y fundador había entregado a los Tully los dominios de la antigua Casa Hoare como recompensa por su fidelidad en la Conquista de Poniente. Como Grandes Señores, se esperaba que fueran ellos los que la acompañasen a recibir a los pretendientes. Dado el temporal que se avecinaba por el este y que los había acompañado, los hombres de los Ríos estarían llegando a la fortaleza de los Tully para presentarse mañana a primera hora ante su princesa.
Como si fuera un presagio, el que parecía ser la cabeza de la casa
-Señor Tully, un placer estar en vuestras tierras.
-Lamento decirle que nuestro señor no ha podido levantarse de la cama para recibirla, princesa, pero me ha mandado a mí a recibirla con todos los honores que trae eso. Soy su hijo, Elmo Tully -dándole una larga reverencia, que se alargó un tiempo de más, los ojos del hombre, que no debía superar la cuarentena, se posaron sobre ella. Por supuesto, que la salud del viejo señor debía ser considerada con precaución a esas alturas-. Sin duda, mi princesa, y me consuela que haya llegado antes de las tormentas. Aquí, en nuestras tierras, conocemos el mal tiempo solo con levantar la cabeza al cielo y ver hacia dónde se mece el viento.
-Fortuna entonces en haber cogido a mi dragón.
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-La princesa Naerys Targaryen, hija de la Reina Rhaenyra -comenzó diciendo. Tuvo ganas de corregirle en lo último, pero era sabido por todos que la Reina la consideraba una hija más junto con sus hermanas, aún sin haber nacido de sus entrañas y útero. En compensación de la niña que abortó al escuchar de la repentina muerte de su padre, a la que habrían llamado Visenya-. Cada representante de su Casa expondrá su candidatura ante ella en orden, pacíficamente. Cualquier atentado contra su seguridad o el honor de cada Casa será severamente castigado.
Naerys se puso cómoda en el antiguo torno de la Casa Hoare, entregado por su ancestro a la Casa Tully. Definitivamente era más cómodo que sentarse en el Trono de Hierro, aunque los pies le quedasen colgando por su tamaño. Los primeros candidatos se presentaron con promesas de compromiso, felicidad y un hogar que darle a su enorme dragón una vez se mudase a sus tierras. La Casa Mallister y la Casa Cox. Una presumía de haberse relacionado en tiempos antes de los Conquistadores con los Targaryen, aunque eso fuera un desconocimiento para ella, y la Casa Cox, vasalla de los Baelish.
Rechazó a los dos, y señaló a los siguientes. Uno era un hombre adulto de la Casa Frey que alardeaba de haber entregado a su padre Daemon su lealtad en caso de haber ocurrido una guerra por la sucesión. Lo rechazó al instante con amabilidad, solo con la mención a la guerra. Una risa resonó en el espacio de piedra cuando el rostro del hombre Frey se frunció al ser cortado en su discurso. Solo la presencia de los guardias Targaryen llegados esa misma mañana consiguió que se retira de la fila junto con los rechazados. El siguiente pretendiente fue presentado por Elmo Tully, como había estado haciendo con cada uno y el mismo tono neutro y serio.
-Aeron Brakcen, de la Casa Brakcen de Soto de Piedra.
Naerys asintió, instándole a pasar. Era un joven de no más años que ella, con los colores bronce de su Casa, supuso, y el estandarte de un semental a dos patas en el pecho. Tenía el pelo por los hombros, de un rubio sucio, y un semblante redondo que aparentaba lucir más adulto.
-Soy Aeron Bracken, mi princesa, hijo de Amos Brakcen y sobrino del actual señor de Soto de Piedra -se presentó. Su voz resonó en la piedra fría del castillo. Fuera, llovía como lo predicho, y casi sentía pena por el dragón que esperaba por ella habiéndose acostumbrado a las cuevas de Rocadragón tras la muerte de su jinete anterior-. Puedo ofreceros tierras, joyas y todo lo que deseéis. Protección frente a las amenazas que acechen vuestro hogar.
Cruzó las piernas, dándole una larga mirada al heredero de la fortaleza a su lado. El rostro de Elmo Tully se mantuvo estoico, pero ese último comentario consiguió hacerle poner los ojos en blanco y que se recostara sobre su asiento, sacándole un suspiro. El silencio que se hizo se notó cuando las cabezas del resto de los pretendientes se volvieron entre ellos. Aeron Bracken se quedó inmóvil como el primero de la fila, sin saber bien qué hacer.
-Todos parecéis convencidos de que mi tío Aegon va a romper la sucesión de nuestra Reina, señores. Aún si se encuentra al otro lado del mar y no desea sentarse en el Trono de Hierro -Naerys se miró las uñas-. A no ser que usted apoye a mi tío Aemond que controla los dominios de los Peldaños de Piedra en nombre de la Corona, en una posible aspiración por ser varón. Supongo que sea eso.
Otra risa. Seguida de varias carcajadas. Pudo ver cómo Aeron Bracken perdía la compostura y sus orejas se ruborizaban a simple vista. Naerys levantó la mirada de su pretendiente. Tres chicos se reunían en la fila, apartándose del resto de pretendientes pero sin duda esperando a su turno con ella. Solo había uno que destacaba por su risa más escandalosa del resto y los ojos clavados en ellos.
-Usted, señor -anunció. Las risas se detuvieron, el silencio se instaló en la sala a excepción de su voz-. No puedo verlo bien desde aquí. Acérquese.
-¿Yo, mi princesa?
Naerys se inclinó para examinarlo. No debía de ser más mayor que ella, tal vez de la misma edad o unos años por encima de ella. Iba vestido de negro y rojo, colores similares a los de la Casa Targaryen, pero con la diferencia de que un broche en forma de cuervo sujetaba la capa que caía por la mitad de su cuerpo. Un rostro, atractivo y joven, con un pelo negro despeinado en una cara blanca.
-Supongo que viene a vender su candidatura a la hija del Príncipe Canalla.
-Por supuesto que vengo a por su mano, pero a diferencia de mi contrario puedo ofreceros a vos y a vuestro dragón vistas a algo más que no sean montañas y praderas secas. Todos conocemos cómo los Bracken hacen cuando nadie mira
Pudo ver cómo los hombres se separaban y echaban para atrás cuando Aeron Bracken se dio la vuelta con la mano en la empuñadura de su espada. El muchacho al que se enfrentaba, sin embargo, no retrocedió, simplemente les dio a todos una sonrisa arrogante y descarada que habría puesto a más de una dama patas arriba.
-Yo no, mi señor -interrumpió-. Me gustaría que me iluminaseis.
-Robando terrenos Blackwood, princesa. Cambias los mojones de las fronteras para que sus rebaños pasten en nuestras tierras y luego las cambian de nuevo para ocultar su fechoría.
-Es una vil acusación, joven Blackwood, y no es ni el momento ni el lugar en el que hacer un juicio -dijo Elmo Tully, agarrando los reposabrazos de su asiento en un intento de no responder a las intenciones del joven.
-Solo respondía a la pregunta de nuestra princesa, lord Tully. Nada más.
Aeron Bracken tensó los hombros, matando con la mirada a las acusaciones que habían hecho sobre su casa. Naerys, entonces, se puso en pie trayendo consigo la mirada de todos. Una vergüenza, es lo que era. Instar a un derramamiento de sangre en medio de la Gira Real de una princesa.
-Esto es una pérdida de tiempo -murmuró, atrayendo la atención de Elmo Tully. El hombre se inclinó hacia delante, hasta quedar de pie con los brazos a los costados-. Continuaremos mañana antes del banquete.
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Naerys miró al viejo árbol que se levantaba amenazante sobre su cabeza. No más grande que Vermithor pero sin duda capaz de derribar hasta al hombre más fuerte.
-Lamento haberlo convocado tan de repente. Quería disculparme por lo sucedido en el salón. Aquí puede exponerme su candidatura sin...amenazas externas.
-Es honor, princesa. Soto de Piedra nunca ha tenido una princesa Targaryen o una dama de tan alta cuna.
-Así tengo comprendido por los maestres -explicó, y señaló al árbol que tenía delante-. A las princesas nos enseñan a bordar y una historia general que a los príncipes se les explica con todo detalle. Todavía dudo cuando miro un mapa y me dicen que señale algún punto con un nombre raro.
Los ojos del muchacho se posaron sobre el árbol, y luego en ella. No dijeron nada, pero vio la extrañeza en ellos por cómo la miraba. Hubiese preferido una risa a como estaba acostumbrada por sus tíos adultos o sus hermanas, que ese semblante casi estoico y carente de emoción.
-En la Fortaleza tenemos un árbol arciano, como recordatorio de que representamos a todas las ramas de Poniente. Tenemos un septo, un altar a los dioses de Valyria y un arciano, que algunos tildarían como una ofensa a la fe verdadera -inició, pasándose la lengua por los labios y con las manos juntas. La tela del vestido se mecía con la brisa que ascendía por las murallas del castillo y acababa en el patio ralentizada-. ¿Qué opina de eso, lord Bracken?
El muchacho Bracken no perdió el tiempo en responderle, con los brazos a su espalda atendiendo a lo que ella decía. Habían acordado verse frente al árbol viejo del patio interior de la fortaleza de los Tully, con, por supuesto y razones de decoro, guardias que los vigilasen.
-Mi hogar se remonta a los tiempos de los Primeros Hombres. Luchamos por establecernos y seguir nuestras convicciones, hasta que la Fe se impuso sobre nosotros y la defendimos fielmente.
-Apoyasteis a los militantes, tengo entendido -repasó sus lecciones de historia con él.
-Sí, mi princesa -asintió. Las hojas oscurecidas por las estaciones se mecieron sobre sus cabezas, algunas siendo arrastradas por el viento y otras sujetándose a las ramas-. Cuando el rey Aenys y Maegor se enfrentaron a la Fe, nosotros defendimos la religión y lo que significaba.
Naerys asintió, comprendiendo bien sus palabras.
-Mi familia no verá bien eso con buenos ojos, dada nuestra facilidad para cabrear a la Ciudadela con lo mínimo que hacemos.
Aeron Bracken sonrió, el pelo meciéndose en su rostro. Naerys hizo lo mismo, poniéndose a su lado, alejándose la corteza dura del tronco y la fuerte corriente que comenzaba a entrar en el patio. Las nubes amenazaban con otra tormenta.
-A raíz de cambiarnos a la fe verdadera, con respeto a sus convicciones, los Blackwood llevan atacándonos y tomando nuestras tierras.
-No deseo escuchar de guerras ni de conflictos ancestrales, solo de lo que cada Casa cree que puede aportar a la Corona con mi mano -respondió con severidad, obligando al joven a contener su lengua. Luego, Naerys lo pensó mejor y le sonrió aunque su corazón tirase hacia el otro bando-. Temo que eso sea debatido por los otros, señor. Vuestra historia, me refiero.
-Solo un tonto debatiría la historia que narran las crónicas de los Ríos.
Las mismas crónicas que llevaban años siendo escritas y reescritas buscando una historia general pero que se enfrentaban a la opinión de los maestres y la historia escrita antes de la Conquista. Naerys se limpió las manos en el corsé del vestido, que empezaban a sudar por el nerviosismo de exponer a la lluvia o de discutir sobre la historia de un continente que nunca gobernaría.
Ya se estaba dando la vuelta, de vuelta a la fortaleza, cuando Aeron Bracken se giró sobre sí mismo con la mano en la empuñadura de su espada y el rostro descompuesto.
-¿Puedo acompañarla hasta su dragón, princesa?
Naerys no necesitó darse la vuelta para responder.
-A no ser que sea un jinete, temo que mi dragón lo queme como almuerzo.
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Al menos la conversación con Aeron Bracken le dio una idea de lo que hacer esa tarde. Volaría sobre Vermithor antes de que estallase la tormenta, de nuevo, y regresaría a la fortaleza Tully cuando bajase de entre las nubes. Había escuchado de su tío Aemond que volar sobre las nubes era más divertido en una tormenta, como vivir una aventura y salir de las formalidades que significaban quedarse en la Fortaleza y atender a cuestiones de nobles. La primera vez, lo consideró un imprudente, pero cuando lo hizo... Fue más divertido de lo que él le explicaba.
En la fortaleza se cambió de ropa a una más adecuada al vuelo, de cuero negro, y salió acompañada de guardianes leales hasta una distancia prudente del dragón al que la guiaban. Vermithor se veía desde lejos, con sus escamas doradas y largos cuernos blancos y amenazantes. A diferencia de Caraxes, tenía el cuello más corto, pero de un grosor más abundante y adecuado a su enorme tamaño. Lo que no se esperaba al llegar era ver, no tan lejos de aquella magnífica bestia, a tres figuras rondándole. Los ojos negros de Vermithor apenas les prestaban atención, como cosas insignificantes que rondaban a su alrededor y no suponían una amenaza para su posición.
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-Si tanta curiosidad tienen por un dragón, señores, solo tendrían que haber preguntado en el salón.
Los tres miraron a sus espaldas sorprendidos y asustados. Naerys terminó de colocarse los guantes de cuero negro, tirando de ellos. Reconoció a los dos primeros como los hijos del heredero de la Casa Tully, a su vez adornados con un broche con el símbolo de su familia respectivamente. El otro fue fácil de reconocer por los colores que llevaba y su ahora reconocida facita.
-¿Va a montar en esa bestia, princesa? -preguntó uno de ellos.
Aunque los reconociera, sus nombres se le atoraban en la cabeza después de una gira con tantos apellidos y regiones. No supo quién era Oscar y quién Kermit, pero simuló que los conocía por quiénes eran como pudo. Clavó un tacón en la tierra empapada, levantando el fango cuando volvió a caminar hacia su dragón, pasando por el lado de ellos sin prestarles más atención de la necesaria.
-¿Vermithor? No es más que un gato grande, amarillo y quejica. Prefiere el clima de Rocadragón.
Como si fuera convocado, la gran cabeza de Vermithor se meció en su dirección. No enseñó los dientes, pero bien podría haberlo hecho con el mar humor que tenía siempre. Sacudió la cabeza, alejando a los pájaros que bailaban a su alrededor entretenidos. La Furia de Bronce, el dragón nacido en la cuna del rey Jaehaerys I, el temible dragón que enfrentaba a Vhagar en tamaño.
-Las tierras de Benji son similares a las de la Corona, señora, podría enseñárselas para su dragón -comentó uno, seguido de unas risas nasales y varios golpes.
-No le haga caso, princesa, solo es un patán -dijo el otro.
Ninguno sonaba como un verdadero señor, pero supuso que la juventud tenía eso. Ella, que solo se relacionaba con su familia, apenas podía disfrutar de esos lazos de amistad con otras personas.
-¿No se proponen ustedes? Podrían tener un huevo de dragón con mi mano. A cambio de ser leales a la Corona.
-Lo somos, princesa -respondió uno, solemne-. Ella es la verdadera Reina y quien la usurpe se enfrentará a las Tierras de los Ríos con todo lo que tenemos. Pero no somos adecuados para su rango.
Por supuesto. Formalidad que sonaba a una promesa que bien podría estar vacía. La Gira le había dado esa enseñanza. Tiró de las cuerdas que colgaban firmes de la montura del dragón, que estiraba para comprobar su tensión y por las que podría ascender hasta la silla sobre su lomo.
-Por supuesto, sino se habrían presentado o aprovechado en la comida con su padre, señores -Vermithor gruñó, un sonido gutural y tan antiguo que calaba los huesos de aquellos que lo escuchasen. Su mandíbula temblaba, a la vez que los dos huesos de su craneo se separaban para enseñar los afilados y peligrosos dientes que abundaban en su boca. A sus espaldas se escucharon los jadeos de sorpresa y miedo. La Furia de Bronce, suspiró-. Gīda, Vermithor.
Estiraba el brazo, que aunque no llegaba hasta su cabeza, acarició las escamas doradas y sucias por el temporal de las Tierras de los Ríos, sintiendo la piel caliente de su interior. Del fuego nacían y del fuego vivían, pero su interior ardía como si su alimento fuera ese elemento y no la media docena de animales de pastoreo que le daban para tenerlo contento. Vermithor dejó de gruñir, pero no de mirar enfadado a los tres muchachos a sus espaldas. Naerys le rio las intenciones, acariciándolo un tiempo de más hasta que los brazos unidos a las alas se movieron para dejarla ascender.
-Pobre del hombre que pida su mano y su dragón no lo acepte, princesa.
-Pobre del hombre que tenga que compartir lecho conmigo si se atreve a retar a mi dragón por mi cariño -respondió ella. Los tres muchachos se tensaron-. Rȳbagon naejot issa -acarició su cuello, rígizo y escamoso, más duro que las piedras de la isla donde se criaban y pasaba el tiempo junto con sus jinetes. Vermithor sacudió una vez más su enorme cabeza, los cuernos con él, y aulló al cielo a la vez que se levantaba en sus patas traseras y usaba los brazos alados para moverse hacia delante, como una serpiente reptando pero más fácil-. Sōvegon.
Naerys se agarró a las riendas, dándole un último tirón a los guantes que la protegerían del tiempo y de las quemaduras de las cuerdas. En cuestión de segundos, Vermithor ya había extendido en su plenitud sus largas alas, estirándolas, y volviendo a flexionarlas esta vez en vertical. Su cuerpo tembló, cuando el peso del dragón se despegó del seguro suelo.
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Cuando Vermithor aterrizó con ella, gruñendo y exclamando quejas sobre el terreno húmedo propiedad de los Tully, Naerys tenía la trenza revuelta y la ropa revuelta pegada al cuerpo. La ropa de montar de los jinetes debía de ser ajustada para evitar accidentes durante las maniobras, pero había jinetes que se las arreglaban como podían, como la Reina Rhaenys y la Reina Visenya durante la Conquista. Desmontó con la facilidad de un gato, ayudándose de las gruesas escamas que descendían hacia el pecho del dragón dorado y de las membranas gruesas de sus alas, de diferentes grosores dependiendo de la zona.
Lo que no se esperó fue que una figura ya conocida en el muelle del río. Al castillo de los Tully solo podía accederse cruzando el río en barca, una que pasaba cada cierto tiempo cuando el tiempo empeoraba para evitar ahogamientos. De haber llegado con mejor tiempo, tal vez la espera no se hiciera tan insoportable como tener que esperar bajo la suave llovizna y humedad asfixiante que le inundaba los pulmones. Al parecer, volar sobre las Tierras de los Ríos no solo era tedioso por la lluvia, sino también por la presión y la humedad de ese lugar. No sabría decir por qué, pero culparía a los maestres de no haberla avisado antes de su Gira Real.
-¿Sus amigos lo han perdido, señor?
-Oscar y Kermit Tully, princesa. Esos bastardos... -se inclinó suavemente, aferrándose a la tirantez del cinturón que sujetaba parte de su capa roja y de sus ropas oscuras. El broche metálico resplandecía entre tanta austeridad-. Regresaron antes que yo a la fortaleza y aquí me tiene, solitario en mis pensamientos esperando al barquero.
-Lamento escuchar su mala suerte.
-No hay nada de lo que disculparse. Solo a esos dos tontos que comparten cabeza y maldades.
Naerys tiró con fuerza de los guantes, dedo por dedo, deshaciéndose de la pesada tela. Primero lo hizo con la mano diestra, y luego con la zurda, en la que tardó más por la tensión del tejido alrededor de su piel.
-Espero que su vuelo haya sido igual de placentero que el de un hombre común a caballo.
-Hay quien dice que son lo mismo, señor -explicó, dejándose caer a su lado. No había más asiento que el banco donde él esperaba sentado. Lo que la sorprendió fue ver que no se apartaba para darle más espacio o por incomodidad de tenerla a ella envuelta en el olor de un dragón, nada grandioso, a su lado-. Esos mismos dicen que en Dorne hay gusanos bajo la arena esperando a comerse a quien amenace al reino o a su pueblo.
-Vaya idiotas -se rio él, encogiéndose de hombros ante el repentino frío que se levantaba. Naerys agarró los guantes antes de que salieran volando.
Las nubes lucían amenazantes a cada rato que pasaba. Los estandartes Tully de la fortaleza se revolvían por el mal tiempo que parecía quererse dejar caer sobre las Tierras de los Ríos.
-Conozco la historia de muchas de las Casas de Poniente. Mi educación se basó en eso -confesó, recogiéndose la falda y sentándose en el banco de piedra que decoraba el patio mientras esperaban a la barca-. Sin embargo, tengo entendido que los Blackwood tienen una historia de lo más curiosa. Oh, por ahí viene.
Se levantó rápida, tomando el brazo que el muchacho le ofrecía para subirse a la barca de madera que con facilidad los llevó río abajo hacia la fortaleza. Benjicot Blackwood se sentó frente a ella con sencillez, recogiéndose el final de la capa para estar más cómodo. El hombre que impulsaba la barca, un hombre anciano pero de brazos fuertes, parecía sumido en sus pensamientos.
-Es uno de los castillos más antiguos en pie, que se remonta a los Primeros Hombres -inició él-. Tenemos un enorme arciano que es el hogar de cientos de cuervos, de ahí el nombre de Árbol de Cuervo. Estamos lo suficientemente cerca de la costa como para que puedas ver la bahía, en caso de que sientas nostalgia -estudió su expresión, a ella, sin saber qué más decir que pudiera no saber a esas alturas. Al menos era listo. Estaba aburrida de caballeros que hablaban de guerra, de la pureza de la sangre de los Targaryen, de la dichosa costa que veían los Blackwood desde su torre más alta.
Todo señor de sus tierras debía aprenderse la historia de su Casa como algo obligatorio, pero supuso que en el caso de la Casa Blackwood la historia tenía más peso si estaba constantemente en tensiones con su vecina. Aún con esas, le sorprendía el hecho de que no se hubiese presentado con los otros pretendientes y solo hubiera encarado la valentía de Aeron Bracken como si fuera un juicio y no una candidatura por la mano de una princesa Targaryen.
-No tuvo tiempo de presentarse cuando los pretendientes hablaban.
-Sin duda mi padre me castigará por ello.
Naerys jugó con los dedos.
-Lord Blackwood luchó por la mano de la Reina hace unos años en su Gira. Mató a otro pretendiente, un Bracken sin duda. Pensaba que años después haría lo mismo.
-Todavía queda tiempo, princesa -respondió. Al estar sentado, se dio cuenta de la daga que colgaba de su cinturón y lo cerca que estaba de su mano en caso de necesitarla-. Antes de que se vaya a las Tierras del Oeste con los leones.
-Un dragón no teme a las ovejas. Menos va a temer a un león bañado en oro.
-Dicen que las Tierras del Oeste están bañadas por costas tan suaves que solo los Greyjoy de las Islas del Hierro son una amenaza para ellos, esos cobardes -en un principio, pensó que iba a añadir algo más solo por el tono brusco y burlesco con el que hablaba de sus vecinos al oeste, pero le sorprendió ver que contenía su lengua-. ¿Hará la gira hacia las islas, princesa?
-No. Al parecer, han llegado a un acuerdo de tregua para ser recibidos como unos pretendientes más en el continente.
-Estaría más cerca del mar -comentó, al parecer haciendo muestra de su amplio conocimiento en la geografía del continente. Claro, porque era un joven más que aspiraba a convertirse el señor de sus tierra como heredero.
Otra vez con el dichoso mar. Solo le dieron ganas de soltar una carcajada y retirarse a sus aposentos antes que volver a hablar del mar, las vistas, el sal... Le daba igual todo eso.
-Echo de menos el mar, sí, pero para eso tengo un dragón con quien vuelo todos los días y me protegería. A veces es mejor que un marido al que...complacer.
Se bajaron de la barca. En compensación por su servicio, Benjicot le dio un par de monedas que el hombre agradeció con un gesto de cabeza. El hombre continuó el trayecto, remando sin dificultad y siguiendo el ritmo acelerado del río. Benjicot y ella quedaron solos, sin alguien que los vigilase.
-Suena como si no quisiera casarse.
-El deber y el disfrute no son lo mismo. Sin duda que una mujer gobierne avanzará Poniente, pero tardarán en vernos como algo más que un útero en el que trabajar.
Su propia madre había muerto para darle a su padre un heredero, un niño que también murió cuando Vhagar calcinó a su madre tras darse cuenta de que moriría en el lecho y sin esperanzas de salvar a uno de ellos. Pero, ¿cuántas mujeres habrían muerto por eso? La propia Aemma Arryn, su madre Laena, la hija de la reina Alyssanne, Daella, ... Todo porque los maestres no pretendían estudiar el cuerpo de una mujer por el decoro y la intimidad y seguir el curso natural de las cosas.
Antes de darse cuenta, estaba girando los anillos en sus dedos con la mirada perdida en lo que fuese. En el barro, en la tierra, en el fuerte caudal que azotaba los bordes erosionados.
-Mi señora madre también murió al darme a luz, y mi padre no ha vuelto a casarse desde eso.
-Dicen que la guerra es el campo de batalla de los hombres y el parto el de las mujeres, lord Blackwood -comentó, en un tono lúgubre que no dejaba a la imaginación los oscuros pensamientos que comenzaban a arremolinarse en su cabeza. El recuerdo de un lecho ensangrentado, los gritos de unas mujeres de tez que había pasado de uno saludable a uno casi funerario y los cuchicheos de las parteras... Todo eso había ocurrido hacía trece años, pero continuaba presente como su propio reflejo-. Los hombres del reino creen que les beneficiaría tener lazos con los Targaryen para reclamar un huevo de dragón y, sin embargo, ninguna lo ha hecho por temor a la furia de los dragones.
-Son magnificas bestias.
Ella sonrió, dándole la razón, tal vez un poco más altiva que de costumbre. El chapoteo del agua mecía el río en un incesante baile, retando a los banquetes en su honor celebrados para pedir su mano. Palabrería, juramentos, rostros encantadores que la perseguirían por una gota de sangre en su descendencia,...
-La madre de la Reina, Lady Aemma Arryn, que los dioses la acojan en su gloria, podría haberlo reclamado como herencia materna. Pero no lo hizo. Se conformó con un matrimonio real y vivir en la Fortaleza Roja -dijo ella. De repente, su rostro se ensombreció, la sonrisa cayendo y vacilante-. Lo cierto es que el desconocimiento hace a las personas tontas y ella al igual que su madre temía a esas bestias. Hasta el mejor de los jinetes dragón teme a algo.
El mejor y el peor. Sus hermanas temían que sus dragones, todavía consideradas crías por muchos, no crecieran más. Su padre temía los desaires de su dragón, que siempre se había mantenido fiel a él y nunca desobedecido una orden dada por su vínculo. A mayor tamaño, los dragones buscaban sus propios objetivos. Vermithor ansiaba regresar a los oscuros pasadizos de Rocadragón. Y un dragón tan anciano y respetado como Vhagar, descansar después de años con jinetes yendo y viniendo.
-Lo lamento -se disculpó, rápida, al ver el rostro serio y vacilante del muchacho que la observaba. Sus labios se había convertido en una fina línea y tenía el rostro pálido-. Mi tía Helaena debe de haberme pegado su incertidumbre para hablar.
Alzó la cabeza al cielo, dejando escapar un sonoro suspiro. Iba a llover, si no lo estaría haciendo ya en otra zona de las Tierras de los Ríos no muy lejanas. Lo que significaba que Vermithor iba a estar toda la noche quejándose solo porque a ella le desgradaba ese tiempo que le alborotaba los rizos y la humedad la asfixiaba.
-Espero verle en el banquete y mañana con los pretendientes que quedan -dijo, limpiándose el sudor en las faldas del vestido. El estómago le pesaba como si fuera a echar todo lo comido esos días-. Este lugar... Se vuelve tedioso, pero mantiene cierto encanto a diferencia del este.
Le dio una última sonrisa a Benjicot Blackwood, también vacilante y demasiado forzada, antes de reunirse con los caballeros leales a los Targaryen y a los Tully por igual que esperaban un movimiento. Aún de espaldas, podía notar el peso de dos pares de ojos clavados en su nuca, en ella, a medida que se alejaba e iba haciendo más pequeña al ojo humano. Lord Elmo Tully esperaba tranquilo en la puerta junto con uno de sus hijos, que miraba al suelo aburrido y moviendo algo entre los dedos. Cuando llegó a ellos, Naerys sonreía más tranquila y con el corazón latiendo desbordado por el nerviosismo. Algo que no había notado ni sentido desde que abandonaron la Fortaleza Roja.
Puede que aprendiese con eso que el deber y el disfrute sí eran lo mismo. Con la persona indicada.
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-Rȳbagon naejot issa, sōvegon = Listen to me , fly.
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diamantar · 10 months
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ENCANTADORA
→ Aemond Targaryen x fem!OC
✦ Sinopsis: La Reina compromete a su tercer hijo con una dama de excepcional timidez y éste descubre un nuevo lado en él.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Fluff / Sugerente.
✦ Palabras: 1979
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
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Primavera fue la estación donde Alicent los presentó, por semanas oyendo que la dama seleccionada para nupcias era excepcionalmente bella, educada y provenía de una respetada familia. Halagos llovían para aquella ignota que solo conocía a través de su madre, quien había sido la única en conocerla cuando él viajó a fortalecer lazos políticos.
La idea del matrimonio no le agradaba como tampoco le disgustaba, ya que desde joven sabía que en algún momento sucedería. De todas maneras, aquella mentalidad lista para asumir las responsabilidades se debilitó una vez que fue deformado por Lucerys Velaryon. En la Fortaleza Roja las damas y caballeros susurraban sobre su apariencia y más de una vez oyó como prometían que nadie podría amarlo, así que la expectativa del rechazo de una mujer que juraban que era hermosa lo incomodaba de sobremanera.
Desde el inicio tuvo la guardia alta, pero los muros cayeron en la primer cena de celebración del compromiso. La femenina era fiel a las descripciones y aquellos ojos que lo miraron expectantes, casi suplicantes de que fuera buena con ella, lo destruyeron por completo. Rápidamente quiso conocerla en profundidad, sin embargo, mantuvo carácter y cordialidad ante las miradas inquisitivas.
En el transcurso de la noche intentó conversar y relacionarse, pero fue en vano al solo recibir respuestas cortas y nerviosas. La idea de ser despreciado generó mal gusto y le torció el estómago, aunque pronto concluyó que su prometida era extremadamente tímida al juntar las obvias señales: mejillas y orejas ruborizadas, mirada gacha y voz temblorosa.
—Oí que tú y tu familia llegaron esta tarde, debes estar cansada, ¿verdad? —insistió ahora que los padres de ambos estaban sumidos en una conversación que no le interesaba.
Con un rostro igual al de un animal acorralado, ella le miró y asintió.
—Si, pero no es problema… Quería verte lo antes posible —sonrió torpe tomando aún más color, sin dudas notándose el esfuerzo de esa confesión.
Aemond contuvo el aliento e intentó descubrir si mentía a pesar de que esas palabras lo entibiaron.
—He oído muy buenas cosas de ti, también deseaba encontrarte en persona.
—N-No hay demasiado en realidad… —negó apenada juntando las manos en el regazo.
—Solo es cuestión de conocernos.
Fiel a esas palabras, el Targaryen tomó acción y procuró que pasaran tiempo en actividades simples para no abrumarla con la intriga que trataba de mantener a raya. Existían días donde no podían encontrarse y sabía que la joven era comprensiva, pero apreciaba que, tanto como él, lamentaba no poder al menos conversar unos minutos.
Las semanas pasaron y ella empezó a acostumbrarse, los titubeos siendo menos frecuentes y logrando mantener contacto visual de forma prolongada. Desayunaban o tomaban el té con Alicent antes de partir a sus propias caminatas, un día enlazando brazos y dando comienzo al contacto físico. Podía sentir la tensión a través de las telas y como los pómulos tomaban color cuando flexionaba los músculos o la acercaba más, así que empezó a hacerlo conscientemente. Verla avergonzada provocaba emociones nuevas en él, hasta el punto donde debía esforzarse en ocultar el deseo que surgía.
Acciones simples como tomarla de la cintura y acomodarle el cabello se convirtieron en caricias en las caderas y roces por el cuello, incluso comenzó a besar su mano en saludos y despedidas. El aroma y suavidad de aquella delicada piel lo alcanzaba en lugares poco usuales, la impaciencia por finalmente estar casados dejándolo asombrado.
—La semana que viene es nuestra boda.
Aemond salió del mundo imaginario y observó la femenina mirar hacia abajo, el tono mortecino denotando que algo le inquietaba.
—¿Posees segundos pensamientos?
—¡En lo absoluto! —saltó veloz con expresión inquieta—. Has sido tan bueno y respetuoso conmigo, jamás consideraría o…
—Lo sé, entiendo —interrumpió al notar que se estaba agitando, la mano libre yendo a acariciarle la mejilla—. Entonces, ¿qué te perturba?
Inspirando profundo y calmándose, ella juntó coraje y tensó el agarre mientras acortaba ligeramente la distancia.
—Temo hacer el ridículo.
La confesión lo divirtió e hizo que sonriera ligero, enseguida ganando el impulso de estrujarla por lo adorable que era.
—Hace dos semanas que comenzamos a practicar la ceremonia, no hay nada que pueda fallar.
—Siempre existe la posibilidad —frunció los labios—. Además lo habrás notado, pero tampoco soy la mejor anfitriona…
—Estaré a tu lado a cada momento así no tendrás que agobiarte con los invitados, haré la charla cuando vengan a darnos sus bendiciones —consoló al tiempo que acariciaba la mano que reposaba en su brazo.
—Gracias —suspiró aliviada, aunque luego lució culpable—. Ojalá pudiera ayudar, mi timidez es un impedimento social desde pequeña.
—Doy fe de que es posible cambiar si quieres —asintió firme pensando que él era la prueba viviente de aquello—. Personalmente pienso que… eres encantadora, pero puedo ayudarte a de a poco ganar nuevas habilidades que te hagan sentir cómoda.
—¿No sería tedioso? —elevó ambas cejas en ligera incredulidad.
—Acompañarte es uno de los pocos placeres que tengo, por lo que extender nuestro tiempo juntos suena maravilloso.
—¿Siempre hablas así? —ocultó el rostro con un breve movimiento de cabeza.
Aemond paró el lento caminar que tenían y deshizo el enganche para inclinarse.
—Solo contigo —prometió antes de besarle el dorso de la mano, casi jurando que podía oír la sangre bullir por la galantería.
Lentamente se alejó y la miró a los ojos, el rubor que tanto adoraba tomando terreno sin ánimos de retroceder. Silencio los reinó mientras la brisa bailaba alrededor, con un cosquilleo apreciando como las pupilas femeninas por un segundo lo miraron a los labios. El Targaryen tensó la mandíbula a causa de la tentación e irguió la espalda indicando que la acompañaría al dormitorio, al despedirse intercambiando vistazos repletos de deseos ocultos.
El día de la boda arribó entre festividades y él no tardó en notar como, su ahora esposa, ocultaba el hecho de que estaba absolutamente abrumada. Sonreía y asentía liberando algunas palabras, pero se hallaba a tope de capacidad y solo podía respirar cuando los cercanos tomaban el control.
—Bailemos y luego quedémonos en la mesa, pronto todo terminará —prometió esperando que aquello la alentara.
—De acuerdo —aceptó mirando alrededor con punzante estrés.
Se movieron al centro de la pista mientras los invitados abrían paso, manos encontrándose y comenzando a moverse al ritmo de la música. La observó y analizó hasta que intentó distraerla, en un punto advirtiendo que ni siquiera sus roces la afectaban por el aturdimiento.
—¿Princesa? —llamó acunando una mejilla, por primera vez usando un apodo cariñoso.
—¿Aemond? —preguntó confundida saliendo del ensimismamiento, por primera vez desde la ceremonia tomando verdadera conciencia del masculino.
Rara vez las bodas era momentos de celebración para los protagonistas, pero el ahogo en ella lo preocupó.
—Nuestro momento aquí ha terminado, retirémonos.
—¿Podemos? —indagó esperanzada amagando a buscar a Alicent por confirmación, pero él la retuvo.
—Somos los festejados pero todos están ebrios y divirtiéndose con los suyos, no nos extrañarán.
Agarrándola de la mano y entrelazando los dedos, abrió camino y la sacó del salón.
—¿Dónde vamos?
—Mi habitación —respondió sabiendo que la propuesta despertaba una nueva inquietud.
Los pasillos se vaciaron por completo a medida que avanzaban por distintas alas, en un punto él agarrando parte del vestido y ayudándola a subir escaleras.
—Nunca estuve en este sector del castillo, será la primera vez que conozca… donde descansas.
—Espero no decepcionarte, mantengo la decoración al mínimo —dijo con fingida calma.
—Lo dudo, eres excepcional.
—Pronto lo descubriremos —tragó con dificultad apretándole la mano.
Frenaron ante una gruesa y oscura puerta, la cual Aemond abrió antes de animarla a ingresar primero. La observó atento y apreció como sus maquillados ojos iban a distintas partes del espacio, intrigados absorbiendo aquel territorio foráneo.
—Es acogedor, disfruto los colores —admitió conforme, inconscientemente jugando con los dedos.
El Targaryen realizó un sonido y acortó la distancia, entonces logrando contacto visual y apreciando los pensamientos del otro.
—Puedes tomar asiento, si quieres —ofreció señalando los dos sillones individuales frente la chimenea.
—Mmm… —inspiró dubitativa y torció fuerte las manos—. ¿Podría pedirte un favor? —preguntó, en un parpadeo ambas orejas quedando en llamas.
—Lo que sea —respondió, un nudo en el estómago comenzando a formarse.
—¿Me ayudarías con la ropa? Han pasado muchas horas y estaría más cómoda con menos encima.
Aemond aguantó la sorpresa y encajó la mandíbula, antes de darse cuenta yendo a posición y trabajando en los botones de encaje. Deshizo uno por uno mientras analizaba el fino trabajo, pero pronto toda la atención fue a ella y la forma en que intentaba no temblar. Admiró el cuello y como los pequeños cabellos se mantenían erizados, al terminar tentativamente tomándola de las caderas y admirando como la piel reaccionaba. Trazó círculos con los pulgares e, incapaz de contener el impulso, se inclinó a besar la nuca cayendo en inmediata embriaguez por el dulce aroma.
—Eres hermosa —ronroneó en el proceso de deslizar las manos al frente.
—¿D-De verdad?
—Absolutamente —confirmó dejando otro beso en la zona y volteándola.
Cuidadoso elevó una mano y la acarició en el rostro, fascinado observando como la piel se pintaba en cada roce.
—Aemond...
—No haremos nada que no quieras —murmuró aferrándose a la poca claridad mental que le quedaba.
Aguardó una respuesta y, para su sorpresa, la femenina se inclinó a besarlo.
—¿Desear que me toques es incorrecto?
El planteo envío un nuevo tipo de emoción y perdió el aliento durante unos segundos, pero con calma liberó cualquier inseguridad.
—Avisa cuando algo esté fuera de límite.
Tomando parte del vestido y bajándolo, la noche de bodas dio comienzo entre movimientos indecisos y nerviosos. Aemond imitó a su esposa e hizo lo mejor posible en mantener la compostura, pero la forma en que respiraban demostraba la aceleración.
Exploró cada sector de piel que revelaba y quemó en la memoria toda reacción, nebulosa llenando la mente ante los sonidos y agarres de la femenina. Recorrió la extensión de la columna y acunó el vientre bajo, donde inspiró profundo ante el gemido que llegó a sus oídos.
—Vamos a la cama —pidió tomándolo por los hombros.
Aemond salió de la embriaguez y asintió llevándola a la comodidad del colchón. Quitó sus propias prendas y se colocó encima, brevemente buscando algún signo de arrepentimiento antes de seguir. El momento parecía irreal, luego de tantos meses de adorar como cada acción los aceraba finalmente su turno de caer había llegado.
Perdido en el momento, fue completamente consciente de lo dicho y hecho cuando bajó del éxtasis. Lanzó el pelo hacia atrás y aligeró el agarre en la cintura femenina, quien, a su vez, se recuperaba del placer. Al verse la realidad de lo acontecido inevitablemente los puso en un ambiente extraño al ninguno ser especialmente experto en cuestiones de sabanas.
—¿Estás bien? —preguntó Aemond rompiendo el silencio.
—Si… ¿Tú? —contestó evitando ahondar en los detalles de lo que experimentaba física y emocionalmente.
—También —asintió en el proceso de analizar como brillaba a la luz del fuego y las velas.
La femenina sonrió y bajó la mirada de manera pensativa, él recorriendo su rostro mientras quitaba cualquier cabello rebelde que pudiera molestarle.
—Desde la cena de presentación has sido gentil y considerado conmigo, incluso esta noche has tomado todas las precauciones por mí, así que… gracias. Estoy feliz de ser tu esposa.
El corazón de Aemond se estrechó y con profundo cariño la besó, el intercambio siendo lento y lejano a la agresividad pasional de hace unos momentos. Definitivamente no era el mejor con las palabras y todo este tiempo vivió de empujarla a reaccionar con supuestas acciones inocentes, pero lo conmovía que hubiera podido ver más allá y notar que realmente deseaba cuidarla.
Sinceramente no importaba ante quien debería arrodillarse para agradecer que el mundo los encontrara, pero la dama que en primavera conoció lo tendría del corazón hasta el último aliento.
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valyriangirl · 18 days
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Aemond Targaryen
Claro de Luna
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El aire era fresco en los jardines de la Fortaleza Roja, un susurro tranquilo entre los árboles que contrastaba con la constante agitación de la vida cortesana. La noche había caído como un manto oscuro sobre Desembarco del Rey, y la mayoría de los nobles ya se retiraban a sus aposentos, agotados por las interminables reuniones y las intrigas palaciegas. Sin embargo, para Aemond Targaryen, la noche era el único momento en que podía encontrar algo parecido a la paz.
Caminaba en silencio por los jardines, sus pasos firmes pero sigilosos sobre el camino de grava. Su capa negra, bordada con hilos de plata, ondeaba suavemente con la brisa nocturna. El rostro de Aemond, severo y hermoso, estaba en parte cubierto por la sombra de su cabello plateado, aunque su ojo de zafiro brillaba intensamente en la oscuridad. Desde que había perdido su ojo en aquel fatídico enfrentamiento con Lucerys Velaryon, Aemond había aprendido a mantener sus emociones bajo control, escondiendo sus verdaderos sentimientos detrás de una máscara de frialdad y determinación. Pero había algo, o más bien alguien, que estaba empezando a desestabilizar esa máscara.
Se trataba de una dama de la corte, una joven noble que había llegado recientemente a Desembarco del Rey. Su familia, de una de las casas menores del Dominio, había sido convocada por la Reina Alicent para fortalecer sus alianzas en un tiempo de creciente tensión entre los Verdes y los Negros. Aemond la había notado desde el primer día, y desde entonces, su presencia había sido una especie de tormento silencioso para él. Ella era diferente a las otras damas de la corte: donde la mayoría buscaba atraer la atención de los hombres con sonrisas dulces y palabras halagadoras, ella se mantenía al margen, observando con una inteligencia tranquila y una mirada que parecía atravesar las fachadas que todos llevaban.
Aemond, acostumbrado a dominar la situación y a leer a las personas con facilidad, se encontraba desconcertado por ella. Había algo en su porte, en la manera en que sus ojos se detenían en él, que lo hacía sentir expuesto, como si pudiera ver más allá de su fría fachada. Ese desconcierto se había convertido en una mezcla de fascinación y frustración, una emoción que él no había experimentado antes.
Esa noche, Aemond la había visto salir de la sala de banquetes más temprano, su figura envuelta en un vestido de terciopelo oscuro que resaltaba la palidez de su piel y el brillo de su cabello. Sin saber por qué, se había encontrado siguiéndola a distancia, como si algo más fuerte que su propia voluntad lo guiara. La había visto cruzar los jardines, alejarse de las luces y los sonidos de la fortaleza, adentrándose en un rincón más tranquilo y apartado.
Ahora, oculto entre las sombras de un seto alto, Aemond la observaba en silencio. Ella estaba de pie junto a una fuente de mármol, su mirada fija en el agua que caía en un suave susurro. El reflejo de la luna en la superficie del agua iluminaba su rostro con una luz etérea, casi irreal. Aemond sintió una punzada en el pecho, una sensación que no supo identificar de inmediato. Era más que atracción, más que deseo. Era una conexión profunda, casi dolorosa, que lo impulsaba a acercarse a ella, a cruzar esa distancia que los separaba.
Finalmente, incapaz de resistir más, Aemond salió de las sombras, sus pasos resonando levemente en el suelo de piedra. Ella se volvió hacia él, sin sorpresa en su rostro, como si hubiera sentido su presencia desde el principio. Sus ojos, grandes y oscuros, se encontraron con los de Aemond, y en ellos, él vio una mezcla de curiosidad y algo más, algo que lo hacía sentir vulnerable y poderoso al mismo tiempo.
—No deberías estar aquí sola —dijo Aemond, su voz baja pero firme, resonando en el silencio de la noche.
Ella no respondió de inmediato. En cambio, lo estudió por un momento, sus labios curvándose en una sonrisa leve, casi imperceptible, que hizo que el corazón de Aemond latiera un poco más rápido. Finalmente, habló, y su voz era tan suave como la brisa que acariciaba sus cabellos.
—¿Y quién me protegerá si no lo estoy?
Sus palabras eran un desafío, un juego, y Aemond lo supo de inmediato. Era una mujer que no temía enfrentarse a él, que no se dejaba intimidar por su fama o por su rango. Había en ella una valentía silenciosa, una fuerza interior que Aemond encontraba profundamente fascinante.
—Yo lo haré —respondió Aemond, dando un paso adelante, reduciendo la distancia entre ellos.
Ella no retrocedió. En cambio, sus ojos se suavizaron ligeramente, y Aemond vio algo en ellos que lo desarmó por completo. Había calidez, una chispa de ternura que contrastaba con la dureza con la que él había aprendido a ver el mundo. Fue en ese momento que Aemond se dio cuenta de que estaba atrapado, no por sus palabras, sino por algo más profundo, algo que no había anticipado.
Él, que siempre había mantenido el control sobre sus emociones, sobre su destino, sintió que ese control se deslizaba de entre sus dedos. Quiso decir algo, cualquier cosa para recuperar esa sensación de seguridad, pero las palabras lo eludían. En lugar de eso, levantó una mano, sus dedos extendiéndose como si fueran a tocarla, pero se detuvieron a medio camino. El miedo al rechazo, a mostrarse vulnerable, lo frenó.
Ella lo miró, sin apartar la vista de sus ojos, como si estuviera desafiándolo a dar ese paso final. Aemond sintió cómo el peso de la incertidumbre se acumulaba en su pecho. Pero en lugar de retroceder, encontró una inesperada valentía dentro de sí mismo. Dejó caer la mano, pero no se apartó. En cambio, se permitió mirarla con honestidad, dejando que ella viera algo más que la fría determinación que solía mostrar al mundo.
—No tienes que temerme, Aemond —dijo ella en voz baja, y esas simples palabras rompieron la última de sus defensas.
No era el temor lo que lo retenía, sino la propia magnitud de lo que sentía por ella. Era un hombre acostumbrado a la soledad, a depender solo de sí mismo. Pero ahora, frente a ella, la idea de dejarse llevar, de confiar en alguien más, parecía aterradora y liberadora al mismo tiempo.
Sin saber exactamente cómo sucedió, Aemond se encontró a su lado, tan cerca que podía sentir el calor de su cuerpo, podía oler el leve aroma a jazmín que emanaba de su piel. Sus miradas se cruzaron, y en ese instante, el mundo dejó de existir para ambos. Solo estaban ellos dos, en un rincón aislado de la Fortaleza Roja, compartiendo un momento que, aunque frágil, era más poderoso que cualquier otra cosa que Aemond hubiera experimentado.
El príncipe inclinó la cabeza ligeramente, sus ojos nunca dejando los de ella, buscando alguna señal de rechazo, pero no la encontró. En lugar de eso, ella inclinó su cabeza hacia él, cerrando el pequeño espacio que quedaba entre ellos, sus labios rozando los suyos con una suavidad que lo tomó por sorpresa. Fue un beso breve, casi casto, pero lleno de significado. Aemond sintió que todo lo que había contenido dentro de sí durante tanto tiempo amenazaba con desbordarse. Era un hombre atrapado entre el deber y el deseo, y por primera vez en su vida, deseaba dejar de lado el deber.
Cuando se separaron, ella lo miró con una mezcla de sorpresa y comprensión, como si también estuviera lidiando con emociones que no esperaba. Aemond, aún sintiendo el leve cosquilleo de sus labios, se apartó ligeramente, luchando por recuperar su compostura.
—Debes saber que esto... esto no es fácil para mí —confesó Aemond, su voz apenas un susurro.
—No tiene que ser fácil —respondió ella con suavidad, su mano buscando la suya y apretándola con una ternura que hizo que algo dentro de él se rompiera y se reconstruyera al mismo tiempo—. Solo tiene que ser real.
Esas palabras, tan simples y tan verdaderas, resonaron profundamente en Aemond. Había vivido toda su vida rodeado de expectativas, de la necesidad de cumplir con el legado de su familia, de ser fuerte, de no mostrar debilidad. Pero aquí, en la oscuridad de la noche, con ella, se dio cuenta de que había más en la vida que cumplir con un deber impuesto. Había espacio para algo más, algo que no había permitido que existiera en su vida: amor, o al menos, la posibilidad de él.
El tiempo pareció detenerse mientras permanecían allí, juntos en el silencio de la noche. Aemond, por primera vez, permitió que sus barreras cayeran por completo, permitiendo que ella lo viera, no como el príncipe guerrero, sino como el hombre que era detrás de esa.
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torbellino1 · 2 months
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༻ ꇙꋬ꓄꒤ꋪꋊꄲ ༺
Tus pecas Andrómeda, tu la odisea de mi poesía adicto de lo que tu cuerpo me da, por ti moriría dame de tu veneno, de tus labios viviría
Soy el astrónomo nocturno que por las estrellas de tus ojos va volando, tu el sol, voy detrás de ti sin importar cuanto me voy quemando, construyamos nuestro destino, convirtámonos en uno, like saturno y su anillo, sin importar cuánto me astilló, la toxina de tu alma me mantienen vivo, como Vicent, te siento como el color amarillo, eres la musa de los poemas que escribo en cada noche de continuo delirio
reina... diabla… reina...
Construyamos del vacío un castillo ladrillo a ladrillo, pues, por más que tu amor me queme como fuego de cigarrillo, tus caricias por la madrugada es lo que necesito, mujer eres Lucifer, yo soy tu Dante, escalando por los nueve niveles del fuego de tu piel, pues, en el infierno de tu cuerpo es donde más me siento vivo, del espacio de tus pupilas como astronauta habito, de los lunares de tus labios a tu ombligo como constelaciones describo, sobre cada una de las líneas que te he escrito, soy el escritor anónimo que despierta cuando en tus senos cae rendido, Romeo y Julieta, nuestro amor dañino
Tus pecas Andrómeda, tu la odisea de mi poesía adicto de lo que tu cuerpo me da, por ti moriría dame de tu veneno, de tus labios viviría
Eres la mala dama que me tiene hechizado, pasión y placer, deseo y drama, eres la ama del tiempo que te regalo, dame de tu amor que me tiene tan sedado, lunares de tu cuerpo en una adicción se me han formado, esclavo, me mantienes dopado, del recuerdo de tus manos en mi cuerpo me mantengo atrapado, el pensarte con velo me tiene dañado, soy un torbellino pidiendo pasar contigo todos los años, con mi alma en tus manos, navegante perdido en el mar negro, eres mi mal necesario
Tus pecas Andrómeda, tu la odisea de mi poesía adicto de lo que tu cuerpo me da, por ti moriría dame de tu veneno, de tus labios viviría
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nevenkebla · 6 months
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Afrontad la ira de Doom
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Fantastic Four (2018) #33 Dan Slott (Guionista), R.B. Silva (Dibujante)
— Cardenal: Victor Werner Von Doom, legítimo gobernante y señor de Latveria… ¿Aceptas a esta mujer como tu reina eterna, en esta vida y la próxima? — Doctor Doom: Por la sangre de mis antepasados, así lo juro. Y maldito sea cualquier hombre que ose causarle daño o alejarla de mi lado. — Cardenal: Y tú, Zora Vukovic, dama victoriosa, orgullosa heroína de nuestra madre patria, aceptas… — Zora Vukovic: ALTO. Victor, no debe haber secretos entre nosotros. Es mi deber decirte… que me he liado con uno de tus mayores enemigos. He intimidado… con Johnny Storm.
— Reed Richards: ¡Johnny! — Ben Grimm: Oh… — Johnny Storm: *Hermano.
— Doctor Doom: ¡VILES TRAIDORES! ¡ESTA TRAICIÓN NO DEBE TOLERARSE! ¡AFRONTAD LA IRA DESATADA DE DOOM! — Namor: ¡Ahí quedan sus promesas de paz! Supongo que de todos modos tampoco habrían durado mucho. — Black Panther: Ni durarán nuestros amigos… ¡Si no le atacamos con todo lo que tengamos, Namor! — Ben Grimm: Lo pillo, Vic. ¡Seguro que escuece! Y quizá nos lo merezcamos. ¡Pero lo único que vas a sacar es solo un golpe de traición! ¡Eh! ¡¿Qué pasa?! ¡Algo contiene mi golpazo!
— Namor: ¡N-no solo el tuyo, Thing! ¡No puedo moverme! — Black Panther: ¡Ninguno podemos! ¿Qué brujería es esta? — Reed Richards: ¡Eran esas luces en el altar! ¿Alguna clase de hipnosis masiva? ¡Sabías que todas las miradas estarían posadas en los dos! Pero prometiste… — Doctor Doom: Lo que prometí fue un pacto de no agresión. ¡Y lo he cumplido! ¡Descubriréis que sois incapaces de levantaros en armas contra mí, mis compatriotas o cualquiera de mis fuerzas! De no haber traído esta… deshonra a mi casa, habría cumplido mi parte del acuerdo, pero ahora no me dejáis alternativa. — Zora Vukovic: No sabía que había planeado esto. No… tenía ni idea.
— Doctor Doom: Servoguardias, ejecutad a los invitados. ¡A todos y cada uno de ellos! — Ben Grimm: Reed, antes de que se me olvide, tengo que decirte una cosa. — Reed Richards: ¿Qué? ¿Ahora? — Ben Grimm: Es importante. — Reed Richards: De acuerdo. — Ben Grimm: ¡TE LO DIJE!
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jartita-me-teneis · 2 months
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¿ CÓMO ERA LA CURIOSA VIDA SEXUAL DEL EMPERADOR JULIO CÉSAR ?
Julio César tiene una imagen de líder estoico, fundador del Imperio Romano, y un general que conquistó galos bárbaros. Sin embargo, el hecho menos conocido es que César tuvo una vida sexual muy animada.Tan animada que incluso sus legiones cantaban canciones al respecto durante largas marchas.
En su juventud, César era famoso por vestirse y jugar el papel de una mujer en una relación con otros hombres. Conocido por los romanos hetero y homosexuales, sexualmente hablando César era ambos.
De joven, pasó mucho tiempo en la corte del rey Nicomedes IV en Bitinia, Turquía moderna, y este hecho solo alimentó los rumores que siguieron a César durante toda su vida. Incluso sus legionarios más leales estaban cantando: César pudo haber conquistado los galos, pero Nicomedes lo conquistó a él.
En la época romana, las relaciones sexuales entre dos hombres eran aceptables, sin embargo, estar en un papel sumiso en tal relación era perjudicial para la reputación del líder masculino de las legiones. De hecho, esta fue la única "mancha" en la imagen de César del incansable seductor. Se decía que ninguna mujer, ninguna esposa y ninguna hija estaban a salvo de César.
César era notoriamente famoso por seducir a las esposas de sus aliados y usar el sexo con mujeres aristocráticas para mejorar su estatus político. También gastó una enorme cantidad de dinero, a menudo dinero público, en el número de prostitutas que usaba. César recibió el apodo de "adúltero calvo".
Durante uno de los triunfos de César, sus soldados cantaban: Hombres de Roma, cuidado con sus esposas. Estamos trayendo al adúltero calvo a casa. En la Galia se abrió camino a través de una fortuna. La tomó prestada aquí en Roma.
Julio César era un hombre alto (la mayoría de los romanos no lo eran) y tenía un sentido de la moda. En su juventud, fue considerado un hombre guapo. Se dice que tenía un buen sentido del humor (incluso a su costa). Todo lo que contribuyó a ser un hombre atrayente para las damas.
Se casó tres veces, pero esto no ha impedido que César tomara la cantidad de amantes.que deseaba
Sus esposas fueron:
Cornelia: Se casaron por razones políticas. Dio a luz a Julia, la única hija legítima de César. Ella murió en el 69 a. C.
Pompeya: César se divorció de ella después de un escándalo en el que se encontró a Publio Clodio Pulcher, vestido de mujer, en la ceremonia de Bona Dea en la que no se permitía a ningún hombre. César dijo que su esposa "debe estar por encima de toda sospecha".
Calpurnia: Calpurnia se mantuvo devota de él a pesar de las numerosas amantes de César, que incluía a Cleopatra, reina de Egipto. Ella le contó sobre su sueño de su asesinato.
En la época romana, la definición de matrimonio no era mantenerse fiel a su cónyuge. Se le permitió tener relaciones sexuales con otras mujeres y hombres siempre que no fuera humillante para la sociedad romana y se llevara a cabo de manera discreta.
La amante más famosa de César fue de hecho la Reina de Egipto: Cleopatra. La leyenda de Cleopatra envuelta en una enorme alfombra y contrabandeada al César más allá de los guardias de su hermano es bien conocida.
Cleopatra y César tuvieron un hijo juntos: "Pequeño César". Se cree ampliamente que el amorío entre Cleopatra y César fue una aventura de una noche.
Cleopatra y César nunca se casaron, ya que era contra la ley romana.
En una ocasión, cuando César estaba hablando en el Senado, un mensajero le entregó una nota. Su enemigo jurado, el senador Cato el Joven, interrumpió el discurso y exigió a César que leyera la carta en voz alta. Cato creía que la carta contendría evidencia de la participación de César en la notoria conspiración del Segundo Catilinar (expuesta por Cicerón en el 63 a. C.) César intentó varias veces evitarlo, pero fue en vano. Al final, tuvo que leer en voz alta el contenido de la nota frente a todo el Senado. Era una nota de amor de Servilia, su amante y media hermana de Cato. Ella proclamaba su ferviente deseo por César en términos muy explícitos.
Cato quedó como un tonto frente a todo el Senado.
El hijo de Servilia, Marcus Brutus, era el favorito de César. A pesar de los rumores, Brutus no era hijo de César porque cuando nació César tenía solo quince años. Marcus Brutus fue tratado muy bien por César. Incluso cuando se puso del lado del oponente de César, Pompeyo, César ordenó a sus hombres que Brutus no sufriera ningún daño.
Durante el asesinato de Julio César en el Senado romano en el año 44 a. C., César estaba luchando contra sus atacantes, pero cuando vio a Marcus Brutus acercarse, dejó de pelear y dijo: "¿Tú también, mi hijo?". Esta es una diferencia significativa con el ampliamente adoptado "Et Tu Brute?" traduciéndose a "¿Y tú Bruto?" y podría insinuar que César trató a Bruto como si fuera su hijo.
La sociedad romana promovió la sexualidad. La prostitución era legal y pública. Las casas tenían pinturas "pornográficas".
Ningún castigo moral fue dirigido a hombres que disfrutaban del sexo con otras mujeres y hombres, incluso si tenían un estatus inferior, siempre que sus acciones no se consideraran excesos.
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belencha77 · 3 months
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CAPITULO 37 - NOTA MISTERIOSA
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|| Esto no puede estar pasando || exclamé sin darme cuenta, provocando que algunos nobles volvieran su atención hacia mí. Rápidamente, Bertrand se colocó delante de mí para ocultar mi expresión a la multitud y me condujo hacia un lugar apartado junto con Maxwell.
|| Lady Riley, es mejor que trates de tranquilizarte. Estamos en público || me dijo Bertrand, mientras comenzaba a percatarme de mi entorno.
|| Lo siento... es que... || respondí, doblando la carta nuevamente y levantando la cabeza en un intento por mantener la compostura. Sin embargo, no puedo evitar sentir cómo pequeñas lágrimas amenazan con brotar en mis ojos y la ansiedad se apodera de todo mi cuerpo. Esto no puede estar pasando. No hoy.
|| ¿Qué dice mi flor? || exclamó Maxwell, sacándome de mis pensamientos y ágilmente arrebatándome la carta, mientras Bertrand miraba por encima del hombro de su hermano para echar un vistazo también. Maxwell leyó nuevamente:
“Lady Riley: El Príncipe nunca será tuyo, y tú nunca serás reina. Te insto a que salgas de la corte ahora mismo o enfrentes las consecuencias”
|| No entiendo, chicos... ¿Por qué me están amenazando de esta manera? Parece que alguien quiere apartarme del camino, y obviamente no desea que me case con Liam || Aprieto el puño con repentina rabia y frustración, tratando de contener las lágrimas que amenazan con salir || Alguien está conspirando contra mí. Lo que no sé es qué habrá planeado esta persona || digo con miedo, ya que desconozco a qué consecuencias se refiere.
|| ¡Cómo se atreve alguien a enviar una carta como está a un miembro de nuestra casa! || exclama Bertrand lleno de enojo, para luego dirigirme una mirada || Sea quien sea, no tengo la intención de dejarlos ganar, Lady Riley. Vamos a llegar al fondo de esto ||
|| Sí, ¡nadie se mete con nuestra Riley! || exclama Maxwell mientras me abraza con fuerza. Miro a ambos con agradecimiento. De repente, recuerdo lo que pasó con Olivia. Ella también recibió una carta e incluso me echó la culpa.
|| Hay algo extraño en todo esto ya que hoy sucedió algo similar, pero con Olivia. Ella me confrontó temprano, reclamándome por una carta amenazándola, pensando que yo la había enviado ||
|| Es muy extraño, tienes razón || reflexiona Bertrand || Tú, Olivia y Madeleine son vistas como las tres favoritas en la contienda por la corona. Si alguien apunta a las tres damas con más probabilidades de ganar, entonces Madeleine también pudo haber recibido una carta parecida ||
|| O quién sabe, quizás ella no recibió una... || murmura Maxwell mientras se toca la barbilla || Si solo son tres y están eliminando a mi Flor y Olivia, significa que es ella quien está jugando sucio ||
|| No te adelantes, Maxwell. Tal vez simplemente podría significar que quien esté detrás quiera que gane Madeleine por alguna razón || interviene Bertrand mientras escanea la habitación.
|| Hoy Madeleine me dijo con mucha seguridad que ella iba a ganar || les confieso con profunda tristeza.
|| ¿Ves, Bertrand? Nadie quiere eso más que la propia Madeleine || aprieta los puños con ira Maxwell, agitando la carta. Bertrand toma inmediatamente la carta de las manos de Maxwell con un pañuelo.
|| Tranquilicémonos y será mejor que tengas cuidado con esa carta || le dice Bertrand mientras acomoda la carta || Por lo tanto será mejor que la tengamos en algún lugar seguro. Si ustedes dos aún no han borrado ningún rastro, es posible que podamos sacar una huella digital más tarde || Bertrand envuelve la carta en el pañuelo y se la entrega a Maxwell || Por favor, llévala a nuestra caja fuerte ||
|| Entendido. Vuelvo enseguida || respondió Maxwell mientras me abrazaba con fuerza || Todo estará bien, mi flor || me sonrió, transmitiendo calma y salió corriendo con la carta. Bertrand se volvió hacia mí con una mirada comprensiva.
|| Como dijo Maxwell, todo estará bien, así que tranquila Lady Riley. Por ahora, debes continuar como si nada hubiera pasado ||
|| Incluso bajo esta circunstancia, ¿crees que es lo mejor? || pregunté, sintiendo dudas e intranquilidad.
|| Por supuesto que sí. Lo más probable es que el culpable quiera distraerte del baile, así que deberías seguir manteniendo todas las apariencias y disfrutar de las festividades || respondió con calma || Honestamente, creo que esto no es más que una broma infantil, pero lo investigaré. Permanece concentrada en esta noche y en el Príncipe || añadió con completa convicción || Como dije hace rato, 'nadie le hace esto a un miembro de nuestra casa...' || Sus palabras me sorprendieron, ya que no siempre fue así.
|| Bertrand, realmente agradezco que ahora me consideres parte de tu casa, pero tengo una duda... Confías demasiado poco en Maxwell, y para que sigas una recomendación suya me parece extraño. Entonces, ¿por qué decidiste patrocinarme? ||
|| Bueno, pues Maxwell habló muy bien de ti... y... || Sin embargo, antes de que continuara con su explicación, lo interrumpí, insistiendo en que dijera la verdad.
|| ¡Quiero la verdad, Bertrand! Por favor || le pedí con determinación.
|| Está bien, muy bien... La verdad es que estaba desesperado. Había entrevistado a varias damas nobles para asumir la tarea, pero ninguna estaba a la altura de mis estándares. Cuando me di cuenta de que podríamos quedarnos sin pretendientes, era demasiado tarde. Así que cuando Maxwell te encontró, no tuve más remedio que acceder. Mi hermano me convenció de que debía arriesgarme por el amor. Me dijo que Liam realmente se estaba enamorando de ti, e incluso pensó que eso podría ser suficiente para hacerte reina. Supongo que ahora me alegro de haber confiado en él ||
|| Quizás deberías confiar en él más a menudo, ¿no crees? || Cruzo los brazos y le doy una sonrisa juguetona pero seria.
|| Sí... supongo que tal vez debería, pero solo de vez en cuando... ¿Hemos terminado con las preguntas? ||
|| Solo tengo una más... ¿Qué pasa si algo malo me sucede esta noche? || Exclamé, llena de preocupación. Bertrand me miró con ternura y preocupación al mismo tiempo, tomándome delicadamente de ambos brazos y sostuvo mi mirada con firmeza.
|| Querida, por favor. No permitiré que te pase nada. Como mencioné hace un momento, ahora eres un miembro de la Casa Beaumont. Me sentiría devastado si algo malo te sucediera. Además, estás a solo unos pasos de convertirte en la Reina de Cordonia. Una vez que tengas ese título y la protección del Príncipe, estarás más allá del alcance de cualquier amenaza. Si logras alcanzarlo, estoy ansioso por ver cómo te desenvolverás como reina ||
|| Gracias por todo tu apoyo, Bertrand. No sé qué haría sin ustedes || Me apresuré y le di un abrazo, correspondido por él.
|| Es un placer verte crecer, Riley || Bertrand se aclaró la garganta mientras nos alejábamos, mirando hacia arriba por un segundo para contener las lágrimas || La Casa Beaumont estará en deuda contigo para siempre || dijo soltando un ligero suspiro || Muy bien, será mejor irme para ver si puedo discernir algo sobre esa carta ridícula. Tú socializa y gánanos un Príncipe ||
|| Ok, haré lo que dices… || Pero antes de irme, me detiene del brazo.
|| Lady Riley... || Exclamó, haciendo que lo mirara, esperando sus palabras || Ten presente que has logrado llegar hasta aquí. La mayoría de los nobles, incluyéndome, decían que no durarías la primera semana. Hasta ahora nos has demostrado que estábamos equivocados. ¿Qué es un poco más? || Bertrand me hizo una venia, me sonrió y desapareció entre la multitud. Puse mi mano en mi corazón y pensé, eso fue inusualmente amable de Bertrand. Pero ahora es tiempo de mezclarme con los demás y socializar un poco más.
**
Después del incidente, me encontré interactuando con varios nobles, compartiendo opiniones, anécdotas y otras cosas más. A pesar de mi búsqueda, no logré encontrar a ninguno de mis amigos. Mientras me dirigía hacia la estación de bebidas, de repente sentí un golpecito en mi hombro.
|| ¡Hey! Estoy de vuelta. ¿Cómo te sientes? || preguntó Maxwell con preocupación.
|| Max, te estuve buscando… || le dije || Puedo decir que estoy bien, aunque todo este asunto de las cartas es un poco extraño y no puedo negarte que me da un poco de temor... Solo espero que sea una broma infantil y no algo serio ||
|| Yo también estoy un poco preocupado, pero quién sabe, tal vez sea solo una mala pasada de alguien. Creo que te vendría bien un descanso. ¿Qué tal si salimos un rato y tomamos un poco de aire? || me dijo con un dejo de ansiedad, y noté que algo lo agitaba internamente. De repente recordé que él y Hana iban a hablar, así que lo más probable es que ya supiera sobre su partida || Es importante que estés en el estado de ánimo adecuado para esta noche. Además, estaremos cerca. ¿Qué dices? Serán solo unos minutos ||
|| Ok, además me vendría bien un respiro… || le respondí, y Maxwell me sonrió. Salimos ambos afuera del gran salón hacia las gradas. Nos sentamos un momento en ellas, pero noté que Maxwell estaba muy pensativo || Maxwell, ¿estás bien? Creo que quien también necesita tomar un respiro eres tú || exclamé con preocupación mientras él me miraba con una mezcla de derrota y decepción en sus ojos || ¿Es por Hana? ||
|| Mi Flor, no sé realmente qué pasará mañana. Trato de no pensar en eso, pero es complicado, ¿sabes? Lo que no sé es qué voy a hacer cuando Hana se vaya. Es la primera vez que siento algo así por alguien || me dijo con mucha tristeza || Lo que me da esperanza es que Hana dijo que hablará con sus padres cuando llegue a China, así que dejaré que las cosas pasen poco a poco. No me queda más que esperar. Espero que no traten de casarla con ese noble ||
|| Tranquilo, Max, todo saldrá bien || le aseguré, tocando su brazo || Sé que ambos están destinados a estar juntos ||
|| Gracias por tus palabras, me das esperanza… Y gracias por estar a mi lado desde siempre || me dijo, mirándome fijamente antes de tomar mis manos entre las suyas || ¿Sabes? Estoy tan feliz de verte lograr tu objetivo, ese sueño tan anhelado por el que llegamos hasta aquí desde tan lejos ||
|| Espero no haber cambiado demasiado, ya que sigo siendo la misma adorable, talentosa y encantadora de príncipes que encontraste en New York || dije, bromeando.
|| Para mí, sigues siendo esa misma chica, pero ahora has desarrollado nuevas habilidades en el camino. Te ves tan natural en la corte y te manejas muy bien sin nosotros, aunque hubo veces en las que yo no fui de mucha ayuda || Maxwell se queda mirando el suelo y continúa con sus palabras || Honestamente, hubiera querido llenarte de regalos, vestidos y joyas. Como una de las casas más ricas, lo habría hecho. Porque te lo merecías, pero no pudimos debido a que estamos quebrados ||
|| Maxwell… Tú sabes que durante todo este tiempo no necesité que me llenaran de nada de eso. Además, juntos logramos salir adelante y llegar hasta aquí, ¿no crees? ||
|| Sí… es verdad. Tu humildad me sorprende y me sigue impresionando. Veo que eres más fuerte de lo que esperaba. Incluso creo que has impresionado a Bertrand también. Es extraño pensar que pronto, tú serás Reina, mientras que Bertrand y yo volveremos a ser el Duque de Ramsford y su guapo hermano || dijo, y ambos reímos.
|| Maxwell, no serán solo eso, seremos familia || le digo sonriendo, lo que provoca que él también sonría || Pero dime algo, ¿los dos van a estar bien cuando ya no esté con ustedes? Es decir, sus finanzas se pondrán bien una vez que logre ser Reina, pero lo más importante es que si algo estuviera mal con la Casa Beaumont, me lo dirías, ¿verdad? ||
|| Claro que sí, mi flor. Además, cuando vean que nuestra aspirante llegó a ser la Reina de Cordonia, estaremos más que bien. Cada casa pagará y dará respeto hacia nosotros. Sin contar con los jugosos tratos que vendrán después. El nombre de los Beaumont será restaurado a su gloria primera || me dice con orgullo y riendo || Así que tranquila, no hay nada de qué preocuparse. Lo que pasa es que Bertrand ha estado atravesando por mucho últimamente, ya que él toma las cosas más en serio que yo. Desde que perdimos a nuestra madre, mi padre no fue exactamente de esas personas con quien se podía hablar con sinceridad… Así que Bertrand siempre da lo mejor de sí para que las cosas salgan bien ||
|| Admiro mucho esa cualidad en Bertrand, y aunque te sorprenda, también en ti || exclamé mientras él me miraba con asombro || Ambos son las personas más maravillosas que he conocido. Siempre se esfuerzan por dar lo mejor de sí mismos. Y saber que estarán bien una vez que me vaya, me da paz || añadí.
|| Todo estará más que bien || me dijo, mirándome fijamente, pero sus ojos se llenaron de lágrimas de repente || Lo único que extrañaré será no tenerte más en mi casa. Cuando seas Reina, ya no estaré allí para levantarte cada mañana, para insistir en que te pongas vestidos. Ya no habrá más viajes en limusina con Bertrand juzgándonos en cada momento. Honestamente, fue reconfortante tener a una dama en la Casa de nuevo. Te voy a extrañar demasiado || expresó con tristeza, y lo abracé con fuerza desde un costado.
|| Max, aunque me vaya de tu casa, seguiré visitándote || le dije entre risas, aunque también con lágrimas en los ojos, al igual que él || Y espero que tú también lo hagas. Me harás mucha falta || le respondí.
|| Ambos te extrañaremos, mi Flor. También nos harás mucha falta. ¿Verdad que pudimos disfrutar mucho estas últimas semanas juntos? || concluyó.
|| Seguro que sí, Max, como nunca || afirmé, mientras Maxwell simplemente sonreía y suspiraba. Aproveché el momento para abrazarlo fuertemente una vez más || Gracias por ser mi amigo y mi hermano || expresé sinceramente.
|| Por siempre, mi Flor || respondió Maxwell con honestidad, pero una duda inmensa se instaló en mi corazón.
|| Max, esa nota me dejó bastante preocupada... Dime, ¿qué pasaría si no llegara a ser la prometida de Liam esta noche? Quiero decir, sé que soy la pretendiente designada por la Casa Beaumont, pero de una manera u otra, eso termina hoy... ¿Qué sucede si él no me elige? ||
|| ¿Estás insinuando que esperas que simplemente te echemos a la calle si no eres escogida esta noche? ||
|| Realmente no estoy segura... ¿quizás? || respondí con incertidumbre, levantando los hombros.
|| ¡Por supuesto que no!... No se te ocurra pensar en esas cosas. Eres mi mejor amiga, casi como una hermana || exclamó él. Sonreí agradecida por sus palabras.
|| Tanto Bertrand como yo deseamos de todo corazón que te conviertas en Reina. Pero ganes o pierdas, seguirás siendo parte de la Casa Beaumont. Jamás te dejaríamos fuera de nuestras vidas de esa manera. Pero no te preocupes... Estoy seguro de que Liam te escogerá, está completamente enamorado de ti || aseguró Maxwell, luego miró su reloj y observó hacia el horizonte || Está empezando a hacerse tarde, mi flor. Será mejor que volvamos. ¿No crees que ambos nos sentimos mejor ahora? || sugirió.
|| Fue como si un hechizo hubiera funcionado || confirmé con una sonrisa.
|| Perfecto... ¿Estás lista para regresar? || Maxwell extendió su mano para tomar la mía y la colocó en su brazo, guiándome de vuelta hacia el gran salón.
**
Cuando entramos, un hombre apuesto y pícaro se acercó a nosotros, y honestamente me pareció bastante familiar. Su cabello rubio irradiaba un brillo especial en sus ojos azules. Vestía un esmoquin con una faja alrededor del pecho, casi idéntico al de Liam.
|| Buenas noches, mi Lady, Lord Maxwell || exclamó haciendo una pequeña reverencia.
|| ¡Santa mierda! || Los ojos de Maxwell se abrieron de par en par ante su saludo; luego, miró a su alrededor para asegurarse de que nadie estuviera dentro del alcance del oído antes de volverse hacia él || ¡Leo! ¡Ha pasado un largo tiempo! ¿Dónde diablos has estado? || Los dos se dieron un abrazo lleno de familiaridad.
|| Ya sabes cómo es mi vida, vagando sin rumbo fijo por el mundo... En un momento estás explorando las ruinas griegas, y al siguiente, terminas en un crucero por el Mediterráneo... Pero esa es una historia para otro momento. ¿Cómo estás? || respondió él. Mientras estudiaba sus rasgos, llegué a la conclusión de que debía ser parte de la familia de Liam. El parecido era casi asombroso.
|| ¡Estoy bastante bien! || respondió Maxwell, pero noté que los ojos de este caballero se posaban ahora en mí, aparentemente consciente de mi análisis.
|| ¿Y esta hermosa dama quién es? || preguntó el caballero de ojos azules con curiosidad. Maxwell le dio una palmada en el hombro al hombre mientras le sonreía.
|| Permíteme presentarte a Riley Brown, la representante de la Casa Beaumont para la temporada social || anunció Maxwell.
|| ¡Tú eres Riley! || exclamó el hombre con alegría || Mucho gusto en conocerte, he oído mucho sobre ti || añadió con una sonrisa.
|| ¿Has... ¿Has escuchado de mí? || pregunté sorprendida ante la revelación de que había escuchado mucho sobre mí.
|| Sí, mi hermano no ha dejado de hablar de ti desde que te conoció en Nueva York || reveló con una sonrisa.
|| ¿Hermano?... ¡Cielos! ¿Entonces eres...? ||
|| Él es Leo, mi pequeña Flor. Es el ex príncipe heredero de Cordonia y hermano de nuestro amado príncipe Liam || explicó Maxwell con una sonrisa.
|| Mucho gusto, Leo... Qué bueno conocerte en persona || exclamé, sonriendo y llena de emoción.
|| Veo que Liam también ha hablado de mí. Pero por favor, no creas todo lo que te dice || añadió Leo, guiñándome un ojo.
|| Está bien... || respondí entre risas || ¿No sabía que Liam te había hablado de mí? || pregunté sorprendida.
|| Oh, sí, me ha mencionado mucho sobre ti... Está completamente impresionado por ti || exclamó Leo. Sus palabras me hicieron sonrojar, así que traté de disimular un poco.
|| Bueno, ¿qué puedo decir? || respondí con una sonrisa tímida, encogiendo suavemente los hombros y fingiendo arreglarme el cabello. Leo soltó una carcajada de inmediato.
|| También ha mencionado que tienes un muy buen sentido del humor || añadió Leo.
|| Sí, normalmente me caracterizo por eso || respondí con una sonrisa || Pero dime, ¿por qué abdicaste? || pregunté, curiosa.
|| ¡Vaya! Eres directa... Eso no me lo mencionó || exclamó Leo sorprendido || Pero esa es una larga historia, aunque para resumirla puedo decir que yo no quería tener las responsabilidades que conlleva ser Rey. Puede que no me haya gustado mi título, pero amo a mi hermano, y es por eso que estoy aquí para él. Mi padre pensó que mi presencia reforzaría mi apoyo para que Liam se llevara la Corona. Además, no podía dejar que se comprometiera sin mí... ||
|| ¿Y qué ha estado haciendo el ex príncipe heredero de Cordonia sin tantas responsabilidades? || preguntó Maxwell, sonriendo. Leo parecía una persona muy relajada.
|| Bueno, pues, déjenme informarles que me casé con el amor de mi vida y vamos a tener un hijo juntos. Nada demasiado loco... || respondió Leo con una sonrisa. De repente, sentí un toque cálido en la parte baja de mi espalda y una mano que envolvía mi cintura. Al volver a ver a mi costado, me encontré con Liam, quien estaba parado justo a mi lado, y de repente mi corazón comenzó a latir con fuerza.
|| ¡Leo! ¡Qué felicidad verte, hermano! || exclamó Liam. Ambos hermanos se abrazaron y chocaron los puños. No pude evitar reírme ante ese gesto, parecía tan infantil, pero aun así era un gesto lindo || Espero que no le estés contando a Lady Riley ninguna historia loca || bromeó Liam entre dientes mientras daba un paso atrás y se colocaba nuevamente junto a mí, sonriéndome.
|| No, no... por supuesto que no... Eso lo dejo para más tarde || dijo, guiñándome un ojo y provocando risas en todos nosotros.
|| Me alegro de que pudieras asistir esta noche || expresó Liam con gratitud.
|| No me perdonaría si me perdiera la coronación de mi pequeño hermano || respondió Leo con una sonrisa que decayó levemente ante las palabras de su hermano. De repente, apoyó la mano en el hombro de él || Sé que estás asumiendo una gran responsabilidad esta noche, hermano, pero no tengo ninguna duda sobre las grandes cosas que vas a hacer por Cordonia y en el gran líder que te convertirás ||
|| Gracias, hermano. Tus palabras me llenan de ánimo || sonrió Liam || Pero ya basta de hablar de tantas responsabilidades... Mejor dime, ¿dónde está tu adorable esposa? || Y como si las palabras de Liam tuvieran magia, de repente una mujer joven, que parecía ser un poco mayor que yo, con cabello castaño oscuro y ojos miel, apareció junto a Leo. Llevaba un vestido largo de verano amarillo y se le notaba bastante el vientre, lo cual evidenciaba su embarazo. No llevaba mucho maquillaje ni su cabello estaba ostentosamente arreglado, pero aun así se veía hermosa.
|| ¡Escuché que hablaban de mí! Hola a todos, soy Katie || se presentó muy sonriente. Le di un pequeño beso en la mejilla, Maxwell hizo lo mismo y Liam la abrazó gentilmente, permitiéndole a él frotar su vientre un poco.
|| ¡Felicitaciones! Me siento muy feliz por ustedes... || dijo Liam con una gran sonrisa || Hermano, ¿por qué no me contaste que iban a tener un bebé? || exclamó, reclamando a su hermano.
|| Quise hacerlo, hermano, y varias veces, pero no pude. Iba a decírtelo por videollamada ya que detesto los mensajes de texto o correos electrónicos... Pero por más que intentaba, te encontrabas demasiado ocupado... Así que mejor esperé este día para decírtelo en persona || explicó Leo, negando con la cabeza mientras que Liam parecía avergonzado.
|| Leo, lo siento mucho, pero tienes razón. Últimamente he estado demasiado ocupado con esto de la transición y no he tenido tiempo para nada || expresó Liam con un gran suspiro.
|| Tranquilo, hermano, está bien. Sé cómo es esto, créeme que realmente lo sé, y es por eso que no quise esta vida. Lamento haberla puesto en tus hombros || dijo Leo con tristeza, palmeando su espalda.
|| No te preocupes, creo que así debían ser las cosas. Además, no me quejo || respondió Liam de repente, mirándome fijamente || Si no lo hubieras hecho, no habría conocido a personas especiales que han llegado a mi vida || añadió sin apartar su mirada de mí, lo que me hizo sonreír sintiendo que mis mejillas ardían. Leo nos miró a ambos y simplemente se rio.
|| Bien, por eso entonces... Pero Liam, me gustaría que nos visitaras más seguido una vez que el pequeño esté fuera. Dentro de unos cuatro meses estará junto a nosotros || dijo Leo mientras Liam tocaba suavemente de nuevo el vientre de Katie.
|| ��Por supuesto que lo haré! ¡Me encantaría visitarlos! || exclamó Liam sonriendo ampliamente.
|| Sí, y honestamente te digo que a nosotros nos encantaría recibir otros visitantes || agregó Katie.
|| ¿Qué quieres decir, amor? ¡Siempre tenemos visitas! || exclamó Leo sorprendido.
|| Entiendo, cariño, estás en lo cierto... Pero mis hermanos no cuentan; siempre están ahí || se rieron juntos y compartieron un breve abrazo. Observándolos juntos, noté que Liam también los miraba con una sonrisa, aunque sus ojos reflejaban un toque de nostalgia. Sé que él anhela eso, una familia, una relación hermosa y sencilla, pero al aceptar este desafío, sabía que estaba destinado a una vida complicada. Luego posó su mirada en mí, transmitiéndome mucho con tan solo su mirada. Esto era lo que quería conmigo. De repente, noté que Madeleine se acercaba lentamente hacia nosotros con una copa de champán en la mano. ¡Mierda! Pensé para mí, ella es la ex de Leo, ¿verdad? Madeleine nos miró a todos y la incomodidad se sintió en el ambiente.
|| Leo, cariño, qué suerte que encontraste tiempo para unirte a nosotros || dijo riendo, pero de repente notó el vientre de Katie y disimuló su sorpresa || Vaya... ¡Las felicitaciones están en orden! || exclamó en voz alta y les sonrió. Sin embargo, su sonrisa era tan falsa que todos pudieron ver a través de ella. Madeleine se pasó la mano torpemente por el cabello.
|| Muchas gracias, Madeleine || respondió Katie con amabilidad.
|| Sí, muchas gracias, Madeleine... No me perdería la coronación de mi hermano por nada del mundo || replicó Leo con un tono más serio.
|| Qué bueno que sea así... Me alegra que queden algunos sentimientos que te hagan regresar a la corte. Sé muy bien que Liam está feliz al verte elegir a la futura reina de Cordonia || exclamó ella con una sonrisa victoriosa.
|| Lo que sea por mi hermano y la familia || respondió Leo || Por cierto, escuché que eres nuevamente una aspirante ||
|| Así es, Cordonia me dio amorosamente otra oportunidad de ser su futura y posible Reina || exclamó mientras volvía a mirar el vientre deKatie || Entonces, ya saben lo que tendrán ¿Será un niño o niña? ||
|| Sera un niño || respondió Katie rápidamente.
|| Oh, un niño || dijo con sorpresa, aunque no estaba del todo claro qué pasaba por su cabeza. || Qué encantador || luego dirigió su mirada a la esposa de Leo || Katie, querida... Me gustaría obtener tu dirección para poder enviarte algo de parte de Fydelia || dijo apretando los dientes. Katie lo notó y simplemente sonrió. Pero antes de que Katie pudiera responder, Leo lo hizo primero.
|| Te lo agradezco mucho, Madeleine, pero no es necesario. Afortunadamente, tenemos todo lo que necesitamos || dijo Leo, sonriendo amablemente, aunque Madeleine lucía furiosa.
|| Es verdad, Madeleine, muchas gracias de todos modos || agregó Katie.
|| Ok, muy bien || exclamó Madeleine apretando los dientes, aunque se podía percibir una ligera sombra de tristeza en sus ojos || Será mejor irme. Encantada de verlos de nuevo || dio media vuelta y se alejó rápidamente. Por alguna razón, me sentí mal por ella. Probablemente esta situación no fue nada fácil; tener que ver a su ex casado y esperando un hijo no debe ser nada agradable.
|| ¡Qué alivio que se haya ido! Además, ¿para qué quería la dirección de mi casa? Por esto y muchas cosas más es que también estoy tan feliz de haber abdicado || exclamó Leo aliviado || Qué insoportable es esa mujer ||
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notasfilosoficas · 6 months
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“El hombre tenía que ser como una tierra de nadie, siempre listo para recibir las semillas de la filosofía de todos lo lados”
Michel de Montaigne
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Michel Eyquem fue un filósofo, escritor, humanista y moralista francés nacido en Saint Michel de Montaigne en febrero de 1553. Ha sido calificado como el más clásico de los modernos y el más moderno de los clásicos. Su obra fue escrita en la torre de su propio castillo bajo la pregunta “Qué sé yo?”
Nació cerca de Burdeos en un castillo propiedad de su familia paterna, su familia materna era de ascendencia judía española, de judeo-conversos aragoneses.
Michel recibió de su padre una educación liberal y humanista. Recién nacido fue enviado a vivir con los campesinos de una de las aldeas de su propiedad para que conociera la pobreza.
El latín fue su lengua materna, pues su padre contrató a un tutor alemán que no hablaba francés y prohibió a los empleados se dirigieran al niño en francés durante sus primeros ocho años. Posteriormente se le enseñó griego y después de dominar completamente estas dos lenguas, se le comenzó a hablar en francés.
Fe enviado a la escuela de Burdeos, graduándose en Leyes, y sus contactos familiares le permitieron ocupar el cargo de magistrado de la ciudad, pasando los siguientes doce años en lo tribunales.
Se casó a los 32 años y tuvo 6 hijos de los que solo le sobrevivió uno. En 1568 heredó la propiedad de su padre y en 1570 abandona los cargos públicos retirándose a su castillo para meditar y escribir.
Fue admirador de Lucrecio, Virgilio, Seneca, Plutarco y Sócrates, siendo un humanista que se tomó a él mismo como objeto de estudio en su principal trabajo titulado “Ensayos”.
Su proyecto era mostrarse sin máscaras develando así su yo más íntimo en su esencial desnudez.
Fue un crítico fuerte de la cultura, la ciencia y la religión de su época y su influencia fue colosal en la literatura francesa y mundial como creador del género conocido como “Ensayo”.
Los dos primeros volúmenes de sus ensayos fueron publicados en 1580 y tras su publicación y en su afán de conocer costumbres y usos de otras naciones, emprende un largo viaje por Suiza, Alemania, Austria e Italia, el cual usaría de tema para la publicación de su libro “Diario de viaje” en 1774, y del cual tuvo que interrumpir al ser elegido alcalde de Burdeos de 1581 a 1585.
En 1589 es encarcelado en la Bastilla en París en donde fue liberado por la intercesión de la reina madre.
Preparó la última versión de Ensayos en un libro de confesiones que el autor, profesando un escepticismo moderado, se revela a si mismo en todos los aspectos del alma humana, desde el detalle más ínfimo hasta elevadas cuestiones de religión, filosófica o política.
La obra de Montaigne ha pasado a ser una de las características principales del género ensayístico. No intenta aleccionar al lector, ni actúa como maestro ni pretende serlo, siendo un escritor mucho más cercano al lector, sin creerse más listo de quien lo lee.
Montaigne creía firmemente como Sócrates, que la ignorancia era la fuente de todo mal y que teníamos que luchar contra ella, así como de que era la propia reflexión, el mecanismo mas importante del hombre en la búsqueda de la verdad.
Como filósofo Montaigne se podría catalogar como escéptico, su pensamiento es del todo relativo, opina, y reconoce que muchas de sus tesis están muy influenciadas por sus emociones y por las circunstancias que le están tocando vivir. Se trata de un pensador de mente abierta, dispuesto a reconocer aciertos y errores de los demás y propios.
Dedicó el resto de su vida al pensamiento, la edición y la traducción, así como a ser uno de los primeros intelectuales pro-feministas de la historia, escribiendo “La igualdad entre y la mujer” y “Agravio de las damas” en donde analizó las causas de la desigualdad entre géneros.
Montaigne muere a la edad de 59 años en su castillo en Saint-Michel de Montaigne de un absceso periamigdalino y su sepultura se encuentra en el Museo de Aquitania situado en Burdeos.
Fuentes: biografiasyvidas.com, Wikipedia, universidad de Sevilla, filco.es
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Cuéntame un cuento..
Donde no haya princesas, ni tristes, ni bellas, ni ñoñas, ni indefensas, ni lánguidas, ni tediosas, ni dulcemente encantadoras…
Cuéntame un cuento donde no haya príncipes azules que las quieran rescatar, ni salvar, ni vengar, ni proteger y cuidar con la excusa de amar.
Cuéntame un cuento, donde no haya torres en castillos, solitarios, fríos y aislados, con grandes fosos, caballeros guardianes u ogros.
Cuéntame un cuento,
o mejor, el cuento, me lo cuento yo.
Había una vez una dama, fuerte, libre, bella, inquieta, que un día, por querer, quiso dejar de ser princesa, los tules, encajes y perlas se le antojaban cadenas y ella, espíritu libre quería mucho más.
Soñaba con viajar, escribir, pensar, trabajar.
Sabía que podía hacer mucho más por los demás, que exhibir su cara bonita o aprender a bordar.
Aprendió a no ser princesa,
Aprendió a creer en su propia belleza.
Aprendió a amar su cuerpo imperfecto
Porque era perfecto en su totalidad.
Aunque no entrara en corsets imposibles ni en zapatos de cristal.
Aprendió a mimarse y a cuidarse.
A regalarse sin fechas, como una Alicia especial. Disfrutaba sus canciones, sus adornos, sus poesías, sus amantes y su mar.
Conoció brujas buenas que le hablaban de los misterios y secretos que los demás le callaban. Escuchaba, preguntaba, contestaba, compartía…
lloraba y reía.
¡Cuánto amaba a sus mujeres!,
¡cuántas vidas en sus vidas!
Mujeres hadas, mujeres lobas, a veces incluso mujeres hienas. Siempre sabias, siempre brujas.
Junto a ellos supo entonces
del poder de las mujeres, de las diosas de la tierra, de las de sangre y arena.
..Y entonces entendió…
Entendió el por qué del miedo,
Entendió el por qué del odio,
Entendió el por qué del dolor…
Duele lo que se nos resiste, duele lo desconocido, duele lo que deseamos
..y no podemos poseer…
Dolor que no le fue ajeno, dolor que también sufrió.
Ella también quiso y no obtuvo, y fue deseada y escapó.
Ese es el peaje de la vida:
Crees, piensas, decides, sientes, yerras, sufres, celebras, coges, sueltas, odias, perdonas...
AMAS… VIVES.
¡VIVES!
No una vida de princesa.
Porque tú no eres “su princesa”
TÚ eres Tuya, no de nadie.
Hada, bruja, loba, ninfa, madre, hija, compañera, diosa, reina, hechicera…
Juan Carlos el Escritor
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comicavalcade · 2 years
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Y en la noche de San Juan
Cantan las sirenas
Melodías de un querer
eNAMÓRAte
Y en su jaula hecha de mar
Llora prisionera
Es la reina sin país
La Dama del Mar
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ya-no-quiero-estar · 4 months
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Damas y caballeros, con ustedes todos los diógalos de Shrek 2:
Encantador: -Había una vez en un reino muy-muy lejano un rey y una reina que habían sido bendecidos con una hermosa niña. Todos en el reino se sentían felices hasta que se ponía el sol. Era entonces, cuando veían que cada noche la princesa era víctima de un terrible hechizo. Desesperados buscaron ayuda de una Hada Madrina, quien les dijo que encerraran a la joven princesa en una torre y esperara el beso del apuesto Príncipe Encantador.
Sería él, quien haría el peligroso recorrido, soportando vientos despiadados e infernales desiertos, viajando muchos días y noches, poniendo en riesgo su vida para llegar a la guarida del dragón, ya que él era el más valiente y el más apuesto de todo el reino. Y estaba escrito, que su beso rompería el terrible hechizo. Sólo él podría llegar al último cuarto de la torre más alta, entraría a los aposentos de la princesa, atravesaría el cuarto hasta llegar a su durmiente silueta y tras una delicada cortina encontraría a...
Lobo: - ¿Qué?
Encantador: - ¿Princesa Fiona?
Lobo: - ¡No!
Encantador: - Ay, ¡qué susto me diste! ¿Dónde está?
Lobo: - En su luna de miel.
Encantador: - ¿Luna de miel? ¿Con quién?
(SECUENCIA DE LUNA DE MIEL CON MUSICA CON COPYRIGHT)
Shrek: Aaah hogar, dulce hogar. Solo tu, yo y ….
Burro: - U-u-uh, pobre burro...
Shrek: - ¿Burro?
Burro: - ¡Shrek! ¡Fiona! ¡Qué gusto de volverte a ver! Dame un abrazo, pícara máquina del amor. Ay iren a la señora de Shrek. ¿qué no hay un besito pal´ corcel?
Shrek: ¡Burro! ¿Qué estás haciendo aquí?
Burro: - Ps que aquí nada más cuidando el nidito de amor.
Shrek: - Entonces, ¿supongo que ya revisaste el correo y regaste las plantas?
Burro: - Sí, y alimenté a los peces.
Shrek: -Pero yo no tengo peces.
Burro: - Poos ahora ya tienes. A uno le puse Shrek y al otro Fiona. Ese Shrek es bien canijo, chinguenguenchón.
Shrek: -Ah, mira la hora. Lo mejor de las visitas es cuando se van.
Burro: ¿Qué? ¿No vas a platicarme de tu vieja? Perdón, ¿de tu viaje?
Shrek: ¡¡¡¡¡arggg!!!!
Fiona: Por cierto, ¿no deberías estar en casa con tu dragona?
Burro: - Ah sí, este, pues no sé. Es que ha estado medio chipi últimamente. Así que mejor decidí mudarme pa’acá.
Fiona: - Burro, tú sabes que siempre serás bienvenido aquí...
Shrek: -Pero Fiona y yo ahora estamos casados, y necesitamos tiempo para estar juntos... en privado... solos.
Burro: - Ya entendí, ya entendí. No te preocupes por nada. Siempre voy a estar aquí pa’ estar seguro que nadien los moleste.
Shrek: - Burro.
Burro: - ¿Qué onda, carnal?
Shrek: - Tú me molestas.
Burro: - Ah, este, ‘ta bueno, ‘ta bueno... pus... De todas formas, ya había quedado con el Pinocho pa’ ver el fútbol. Entonces, si quieren vernos el domingo pa’ echarnos unos tacos de chicharrón.
Shrek: Ya se le pasará. Ahora, ¿en qué estábamos? Oh, creo que ya me acordé.
¡Burro!
Burro: Ya se, ya se, solos… ya me voy, ya me jui. Pero ¿qué le digo a toda la banda?
(trompetas)
Mensajero: Basta Rogelio. Querida princesa Fiona, te esperamos en el reino Muy muy lejano para el baile real en honor de tu matrimonio. En el cual el rey les dará la bendición real a ti y a tu… ehm... príncipe encantador, con cariño el rey y la reina de Muy muy lejano… ósea, mamá y papá.
Fiona: ¿Mamá y papá?
Shrek: ¿Príncipe encantador?
Burro: ¿Baile real? ¿me dejaran entrar?
Shrek: No vamos a ir.
Fiona y Burro: ¡¿QUE?!
Shrek: Digo ¿no crees que les podría dar un… ataque? ¿Cuándo te vean así?
Fiona: Bueno talvez les sorprenda, pero son mis padres, Shrek, me aman, no te preocupes a ti también te van a adorar.
Shrek: Hasta crees, me late que no seré bienvenido en la alta sociedad.
Fiona: No digas tonterías ellos no son así…
Shrek: Entonces explícame por qué mandaron al elenco del lago de los cisnes.
Fiona: Ay por favor, al menos dales la oportunidad.
Shrek: Sí ¿de qué?, ¿de qué afilen sus cuchillos?
Fiona: Nooo, solo quieren darte su bendición.
Shrek: Aah claro, ¿yo necesito su bendición?
Fiona: Pues si quieres ser parte de esta familia sí.
Shrek: ¿Y quien dice que quiero ser parte de esta familia?
Fiona: Aah pues tú, cuando te casaste conmigo.
Shrek: No recuerdo que haya estado en el contrato.
Fiona:¡Ah! ¿Es tu respuesta? ¿No vas a ir?
Shrek: Créeme, no es buena idea, no vamos a ir y es mi última palabra.
Burro: ¡Órale Shrek! O nos va a agarrar el tráfico.
Jengibre: No se preocupen, les cuidaremos el cuchitril.
BAILA, LOBO, BAILA!
Burro: Arre, arre, arre, arre, arre, caballo que mas le trote sí, caballo que mas le trote no, caballo que mas le trote le mando, le mando, le mando una burra. Más, más, más a trotar, a trotar. Guaco, guaco, guaco-guaco malo. Guaco, guaco, guaco-guaco, ¡yajay!
Burro: - ¿Ya mero llegamos?
Shrek: No.
Burro: - ¿Ya merito?
Fiona: - Aun no.
Burro: - ¿Ya mero llegamos?
Fiona: - No
Burro: - ¿Ya merito?
Shrek: - No
Burro: - ¿ya merito?
Shrek: - Sí.
Burro: - ¿De veritas?
Shrek: ¡No!
Burro: - ¿Ya merito?
Fiona: - No
Burro: - ¿Ya merito?
Shrek: - Todavía no.
Burro: - ¿Ya merito?
Shrek y Fiona:¡¡¡NOOOO!!!
Burro (y Shrek) :¿Ya merito?
Burro (y Shrek) : No me hizo gracia.
Burro (y Shrek) : No me arremedes
Burro (y Shrek) : Por eso nadie quieren los ogros.
Burro (y Shrek) : ‘Ta bueno, ya no juego.
Burro: Voy a cerrar el hocico.
Shrek: ¡Al fin!
Burro: - Ta rete-lejos, Shrek. Y ni siquiera nos pasaron una película.
Shrek: El reino de Muy-muy lejano. Es a dónde vamos – muy-muy lejano.
Burro: - ‘Ta bien, ya entendí. No soy burro. Lo que pasa, es que me aburro.
Shrek: - Bueno, busca con que desaburrirte...
(SECUENCIA DE BURRO JODIENDO A SHREK)
Shrek: - ¡¡Ahhhh!, Cinco minutos. ¿Podrías dejar de ser burro por sólo cinco minutos?
(MÁS JODER A SHREK)
Shrek: AAAARGHH ¿Ya merito llegamos?
Fiona: - Sí.
Burro: - Ay, ¡al fin!
(FUNKY TOWN CON COPY)
Burro: ¡ira! ”bienvenidos a muy muy lejano” órale… oooh! Aquí debe haber tamales de caviar y atole de champaña. ¡Rora! ¿A qué hora vas por el pan?
Vendedor: ¡Mapas! ¡Como llegar a las estrellas!
Shrek: “Para vivir felices para siempre, Hada madrina.” Ya veo que ya no estamos en el pantano.
Burro: - Adiós, muñecas. Gócenme que me les voy. Órale, ¿quién te puso los cuernos’ Miren, allí vive la greñuda de Rapuncel. Y allí a la izquierda está el cantón de la Cenicienta. Esto sí que es visitando a las estrellas.
Vocero: - Anunciamos el tan esperado regreso de la hermosa Princesa Fiona y su nuevo esposo.
Fiona: - Bueno, enos aquí.
Rey: -Elos aquí.
Vocero: -Elos aquí.
El señor de las palomas: -Elos aquí.
Burro: ¡Heee! Adelántense, yo voy a estacionar el coche.
Shrek: - Cielo, ¿sigues creyendo que es buena idea?
Fiona: - Claro, mira, mis papás están felices de vernos.
Rey:- ¿De dónde salió ese par?
Reina: - Me parece que es nuestra pequeñita.
Rey: - Nada de pequeñita. Es un problema mayúsculo. ¿Que no iba a besarla el Príncipe Encantador y a romper el hechizo?
Reina: - Bueno, no es un Príncipe Encantador, pero al menos Fiona se ve...
Shrek: - ¿Contenta? Ya venimos, ya los vimos. Vámonos antes de que empiecen a encender las antorchas.
Fiona: - Son mis padres.
Shrek: - Amor, te encerraron en una torre.
Fiona: - Sí, pero fue por mi propio...
Rey: - Bien. Ahora es cuando. Regresemos adentro y que les digan que no estamos.
Reina: - Harold. Tienes que ser...
Shrek: - Rápido. Están distraídos. Podemos salir corriendo.
Fiona: - Ya, Shrek. Ya basta. Todo va a resultar...
Rey: - Un desastre! De ninguna manera...
Fiona: - Puedes hacerlo...
Shrek: - Pero de verdad...
Fiona y Rey: - De verdad...
Fiona: - Yo...
Rey: - ... no...
Fiona: - ... quiero...
Rey: ... estar...
Fiona y Rey: - ... aquí.
Fiona: - ¡Mamá! ¡Pá! Les presento a mi esposo… Shrek.
Shrek: - Bueno, ahora veo, de dónde sacó Fiona sus encantos.
(ESCENA DE CENA)
Fiona: (eructa) perdón.
Shrek: Yo siempre digo mejor afuera que adentro, jajajaja, ¿es bueno no?... creo que no.
Burro: ¿Cómo que no estoy en la lista de invitados? ¿Que no sabes quién soy? HEEEEY QUIBOLE COMO ESTAN? Gracias por esperarme, es que no había lugar para estacionarse.
Rey: ¡No no! ¡Burro malo! ¡Bájate, bájate de ahí!
Fiona: No, no, no, no papá, esta bien, burro viene con nosotros, el ayudó a rescatarme del dragón.
Burro: Sip, soy yo, el noble corcel. ¡Mesero! ¡Traite un platito pal corcel!
Shrek: Que pesadilla…
Fiona: Aaah Shrek….
Shrek: ¿Uh? oooh lo siento, ¡rica sopa, suegrita!
Fiona: No no no, cielo….
Shrek: ¡Ooh! Jeje
Reina: Y bien Fiona, platíquennos, ¿en dónde viven?
Fiona: Bueno… Shrek es dueño de unas tierras, jaja, ¿verdad, tesoro?
Shrek: ¡Aah sí! Soy dueño de un bosque encantado, abundante en ardillas y lindos patitos.
Burro: ¿QUÉ? Jajaja ¿no me digas que hablas del pantano?
Shrek: Burro…
Rey: El ogro de un pantano, ja, que original.
Reina: Supongo… que es un bueno lugar para criar a sus hijos.
Shrek: Es un poco precipitado pensar en eso, ¿no creen?…
Rey: En efecto, estamos comiendo…
Reina: ¡Harold!
Shrek: ¿Y qué significa eso?
Fiona: papá, es maravilloso, ¿sí?
Rey: bueno, para alguien de su tipo
Shrek: ¿mi tipo?
Burro: eeehm.. voy a mi arbolito.
Chef: La cena esta lista.
Burro: Mejor, aprieto cuerpo.
Chef: Bon appetiu
Burro: Ooh, bon apeti, comida griega.
Reina: Bien que estamos esperando si tenemos hambre, que empiece todo el mundo.
Burro: Yo sí le entro, Lilean.
Rey: ¿Y supongo que cualquier nieto que esperaría de ustedes sería…
Shrek: Ogro…. ¡sí!
Reina: Aunque eso no tendría nada de malo. ¿o sí, Harold?
Rey: - Oh, no, no, no. Claro que no. Bueno, eso si no se comen a sus propios hijos.
Fiona: - ¡Papá!
Shrek: - Ah, ahora resulta que es peor comérselos que encerrarlos en una torre.
Fiona: - Shrek, basta.
Rey: - Yo hice eso porque la amo.
Shrek: - Claro, y la llevó a la guardería del dragón.
Rey: - No lo entenderías porque no eres su padre.
Reina: Qué gusto que la familia se reúna para cenar.
Reina: ¡Harold!
Fiona: ¡Shrek!
Shrek: ¡Fiona!
Rey: ¡Fiona!
Fiona: ¡Mamá!
Reina: ¡Harold!
Burro: ¡Burro!
(ESCENA DE CUARTO DE FIONA)
Hada madrina (cantando): Tus lagrimas me traen aquí, con un remedio para ti, se lo que una princesa así, desea para ser feliz.
Oh, querida, niña. Qué barbaridad, eres toda una señorita.
Fiona: - Ah ¿y tú eres?
Hada madrina: - Ay mi muñequita. Yo soy tu Hada Madrina.
Fiona: - ¿Tengo Hada madrina?
Hada madrina: - ¡¡¡sh, sh, sh, sh... No digas nada, estoy aquí para solucionarte la vida.
Hoy. Vas. A. Ver mi varita usar, tus penas vas a olvidar, mi muñeca al girar con distinción traerá a tu príncipe ricachón ratones tu atuendo van a coser, con magia el estrés vas a vencer, no mas problemas en tu alma habrá, confía en tus amigos los muebles y ya. Podrás lograr la moda encantar. Yo te hare hermosa una deidad. Al príncipe le gustará. Tu nombre veras en cualquier pared
Mueble: Para ser feliz llame a Fiona usted…
Hada madrina (y muebles): Para pasear carruajes pop con un sexy conductor. Barros y caries olvidaras, esas caderas rebajaras. Vas a ver lo que puedo ofrecer.
Hay que hacer aquí haya te espera un príncipe si igual, rímel, sombras y labial, lo atrapará tu toque sensual. Día feliz, gozarán. Sobre Enero, los gorros darán.
Sentirás su pasión al oír mi canción no seas gris se feliz tendrás príncipe en un tris, un querubín de san Valentín y tu amor será su fin, hay que hacer aquí y allá, te espera un príncipe sin igual.
Fiona: - ¡YA!, es que te lo agradezco mucho, hada madrina, pero no necesito nada de esto.
Shrek: - ¿Fiona?, ¡Fiona!
Burro: Ay un cachorrito, en mi cuarto nomas me dejaron un shampoo.
Fiona: ¡Ah!, hada madrina, queridos muebles, les presento a mi esposo. Shrek
Hada madrina: - ¿Tu esposo? ¿Qué? ¿Qué has dicho? ¿Y cuando pasó esto?
Fiona: - Shrek fue el que me rescató.
Hada madrina: Eso no puede ser.
Shrek: -Ay que bien, más parientes.
Fiona: -Ella solo quiere ayudar.
Shrek: -Bien, que nos ayude a empacar. Trae tu abrigo, querida, nos vamos.
Fiona: - ¿Qué?
Burro: - ¿Irnos?, yo no me quiero ir.
Fiona: - ¿Y cuándo lo decidiste?
Shrek: -Desde que llegamos.
Fiona: -Bueno, lo siento.
Hada madrina: -No, no te preocupes, yo ya tenía que irme. Pero recuerda querida, si algún día me necesitas, la felicidad está al alcance de una lagrima.
Shrek: -Gracias, pero ya tenemos la felicidad que necesitamos. Vivimos muy muy felices.
Hada madrina: - Se nota jaja. Vámonos Kyle.
Fiona: -Ya estarás contento.
Shrek: - ¿Qué? Te dije que venir no era una buena idea.
Fiona: - Al menos hubieras intentado llevarte bien con mi padre.
Shrek: -Fiona, no creo que tu papá me hubiera dado su bendición, aunque yo hubiera querido.
Fiona: ¿Y no has pensado qué sería lindo que me preguntaras lo que yo quiero?
Shrek: -Claro, ¿quieres que empaque tus cosas?
Fiona: ¡Eres increíble! Te comportas como un….
Shrek: Anda, dilo.
Fiona: ¡Como un ogro!
Shrek: Noticia de última hora, aunque a tus padres no les guste, ¡yo soy un ogro! AAAAAAHHHHH
¿Y adivina qué, princesa? ¡Eso no cambiara nunca!
Fiona: Yo sí cambié por ti Shrek… piensa en eso.
Burro: Fuiste rete-tierno, Shrek. “Aaah soy un ogro” ¡¡¡AAAAAAHHHH!!!”
Rey: Sabía que esto pasaría.
Reina: Por su puesto, tú lo iniciaste.
Rey: No puedo creer tu actitud Lilean, date cuenta. El es el ogro, no yo.
Reina: Creo que estas tomando esto de forma muy personal, fue Fiona quien lo eligió.
Rey: Sí pero se suponía que elegiría al príncipe que escogimos para ella. ¡¿Enserio esperas que le de mi bendición a esa... esa cosa?!
Reina: Fiona lo espera, jamás te perdonaría que no lo hicieras. No quiero volver a perder a nuestra hija, Harold. Actúas como si el amor fuera algo predecible. ¿No recuerdas cuando éramos jóvenes y salíamos a pasear al estanque de lirios? Estaban en flor.
Rey: Nuestro primer beso. ¡NO ES LO MISMO! ¡¿No te has dado cuenta que nuestra hija se casó con un monstruo?!
Reina: Ugh.. eres el rey del drama.
Rey: ¡Bien! finjamos que todo es maravilloso! Chala-la chala-la todo es color de rosa. ¡Quisiera saber si hay algo peor!
Hada madrina: Hola, Harold.
Rey: ¡Ay!
Reina: ¿Qué te pasa?
Rey: Nada, nada querida, esta lesión de los meniscos que no me ha quedado bien desde las batallas, jajaja. Iré a estirar las piernas un rato.
Hada madrina: Sube a la carroza. Tenemos que hablar.
Rey: De hecho, mi quería hada madrina ya me iba a acostar, ay ya me tomé mis píldoras para dormir. Podría ser una…. ¿Visita muy rápida? ¿sí?
¡Hola! Eeeh jejeje… ¿y qué hay de nuevo?
Hada madrina:¿Recuerdas a mi hijo? ¿El príncipe encantador?
Rey: ¡Encantador eres tú! ¡Que sorpresa! Como pasan los años, cuanto hace que regresaste?
Encantador: Ah, en realidad hace 5 minutos. Soporté vientos despiadados, infernales desiertos, escale hasta el ultimo cuarto de la torre más alta.
Hada madrina: Sh-sh-shu, mami se encargará de esto. Soportó vientos despiadados, infernales desiertos, escaló hasta el ultimo maldito cuarto de la maldita torre más alta.
Rey: Pero- pero-
Hada madrina:: ¿Y qué encontró? Un lobo de sexo dudoso que le dice que su princesa-
Rey: Si me permite-
Hada: ¡Ya está casada!
Rey: Pero no fue culpa mía, él no llegó a tiempo
Hada: ¡DETEN EL AAAAUTO!..... Harold…. me obligas a hacer algo que en verdad no quiero hacer….
Rey:¿Dónde estamos?
Cajera: Bienvenidos a la fonda del renacimiento, su orden por favor.
Hada: ¡Voy a romper mi dieta! Ya estará contento… yo quiero dos tacos renacimiento sin cebolla ni picante…
Encantador: Yo quiero una cajita medieval feliz.
Hada: Una cajita medieval feliz y Harold….. ¿papas?
Rey: No nada, gracias.
Hada: ¿O prefieres unos tacos? ¿Qué quieres?
Rey: No, de verdad yo nada.
Cajera: Su orden, hada madrina. Esto viene con la cajita medieval feliz.
Hada: Ten tesoro. Hicimos un trato Harold, y no querrás que yo no cumpla con mi parte.
Rey: Claro que no….
Hada: ¿Así que Fiona y encantador, sí van a casarse?
Rey: Sí….
Hada: Confía en mi Harold, eso es lo mejor… no solo para tu hija…. sino para tu reino.
Rey:¿Y qué puedo hacer al respecto?
Hada: Usa tu imaginación.
(ESCENA DE LA MANZANA ENVENENADA (CANTINA))
Ciclope: Majestad… bienvenido a la Manzana Envenenada.
Rey:¿Disculpe?
Rana: ¿Qué no te conozco?
Rey: No, no, no, me estas confundiendo con alguien más… uh disculpe, buscaba a la hermanastra más fea. Ah pero si eres tú. Verás, busco a quien me ayude a desaparecer a alguien…
Hermanastra: ¿De quién se trata?
Rey: No es exactamente un tipo, de hecho…. es un ogro.
Hermanastra: Amigo, le diré algo, solo existe alguien que haría un trabajo de esos, y créame… no le gusta que lo molesten.
Rey: ¿Dónde lo encuentro?
¿Hola?
Gato: ¿Quién osa importunarme?
Rey: Disculpe espero no interrumpir me dicen que con usted puedo hablar del problema… con un ogro.
Gato: Os han dicho bien, pero cobro por ello una gran suma de dinero.
Rey:¿Esto será suficiente?
Gato: Habéis contratado mi valioso servicio, majestad. Solo decidme, ¿dónde encontraré a ese ogro?
(ESCENA DE CUARTO DE FIONA ….. DE NOCHE) (MÁS MUSICA CON COPY)
Fiona (figura): Sir caballero, os ruego aceptéis esta prenda como muestra de mi gratitud.
Fiona (diario): Querido diario, La bella durmiente hará una pijamada mañana, pero papá no me deja ir, siempre dice que tengo que llegar antes de la puesta de sol.
Papá dice que me iré lejos por un tiempo, creo que a un internado para princesas o algo así.
Mi mamá dice cuando tenga edad, mi príncipe encantador me rescatará de la torre y me traerá con mi familia. Y que viviremos felices por siempre.
Señora Fiona de Encantador. Señora Fiona de Encantador. Señora Fiona de Encantador. Señora Fiona de Encantador. Señora Fiona de Encantador.
(Rey toca la puerta)
Rey: Lo siento. Espero no haber interrumpido nada.
Shrek: No, no, no, estaba leyendo un… libro de terror.
Rey: Solo he venido a disculparme por haber sido tan grosero.
Shrek: Bien….
Rey: No sé lo que me sucedió, ¿podríamos hacer de cuenta que nunca pasó y empezar de nuevo?
Shrek: Escuche majestad, yo….
Rey: Por favor dime papá.
Shrek: Papá…. los dos actuamos como ogros tal vez solo necesitamos tiempo para conocernos.
Rey: Excelente idea, de hecho, yo esperaba que aceptaras ir conmigo mañana de cacería como padre e hijo. Esto significaría mucho para Fiona.
¿Te parece a las 7:30 en el viejo roble?
(ESCENA DEL BOSQUE)
Shrek: Acéptalo, burro, nos perdimos.
Burro: Me cae que no, seguimos las instrucciones a la pata de la letra. Ahí decía: derecho hasta lo más profundo y oscuro del bosque.
Shrek: Sí.
Burro: Pasa los arboles siniestros con ramas tenebrosas.
Shrek: Sí.
Burro: Hasta un arbusto en forma de Paquita la del barrio.
Shrek: Ya pasamos este arbusto 3 veces.
Burro: Oye tu fuiste el que no quiso pararse a preguntar,
Shrek: Que bien, mi oportunidad de reconciliarme con el papá de Fiona, ¡y termino perdido en el bosque contigo!
Burro: Oye no te enogres conmigo, yo nomas quiero ayudar.
Shrek: ¡Lo sé!... ya lo sé, Burro, lo siento.
Burro: Hey, no hay bronca.
Shrek: Es que necesito arreglar mi relación con él.
Burro: Sí, hay que ser amigos de papito suegro.
Shrek: ¿Qué te pasa burro? Se que te pusiste sentimental hace rato, pero no ronronees.
Burro: Tas loco, yo no ronroneé.
Shrek: Claro ¿y que sigue, un abrazo?
Burro: Oye, los Burros no ronroneean, soy burro pero no-
Gato: JA-JA! Temedme, si osáis! JJJJJJJH
Shrek: ¡Mira un gatito!
Burro: ¡Cuidado Shrek! ¡Esta armado!
Shrek: Es un gatito Burro. Ven acá michito, michito, ven, ven aquí, gatito, gatito.
(GATO ATACA AL CHERC)
Shrek: haaaaaaooo
Burro: Cuidado Shrek. ¡Aguas!
Shrek: - ¡Quítamelo! ¡Quítamelo!
Burro: - ¡Cuidado Shrek!
Shrek: - ¡Quítamelo!
Shrek: -¡Es un gato montés!
Burro: -No te muevas. ¿Fallé?
Shrek: -No, les diste.
Gato: Escucha ogro, pedid piedad... gato con botas.
Shrek: -Voy a matar a ese gato.
Gato: AJA!! …. jijij …….. un pelo jeje.
Burro: Wuuaj que marrano eres.
Shrek: - ¿Qué sugieres que hagamos con él?
Burro: Pues pa mí que debemos hacerle la vasectomía con su propia espada.
Gato: Ay mamá no por favor, por piedad os lo suplico, no era nada personal señor, solo lo he hecho por mi familia, mi madre esta enfermita y mi padre vive de la basura. El rey me ofreció mucho oro, tengo una camada de hermanitos...
Shrek: Oye, oye, oye, oye, ¿el padre de Fiona te pagó para hacer esto?
Gato: - ¿El rey rico? Sí.
Shrek: -Ahhh, adiós a la bendición real de papá suegro.
Burro: Ya Shrek no te me agüites. Todo el que te conocen te quiere hacer carnitas.
Shrek: -Que consuelo. Tal vez Fiona se sentiría mejor si yo fuera algo así como un príncipe encantador.
Gato: -¡SÍ, lo mismo dijo el rey!
Gato: - Ohhh haaa. Perdón, creía que me habías preguntado a mí.
Burro: - Shrek, Fiona sabe qué harías lo que juera por ella.
Shrek: -Yo cambiaría cualquier cosa por ella. Quisiera poder hacerla feliz. Que tonto soy. Felicidad al alcance de una lágrima.
Shrek: - Burro, piensa en lo más triste que te haya pasado en la vida.
Burro: ¡Uuuy! ¿Pues por dónde empiezo? Una vez un granjero me quiso cambiar por un kilo de frijoles mágicos. Eso nunca lo supere. Otro día en una fiesta, jugaron a ponerle la cola al burro conmigo y que crees..., me picotearon las nachas, luego gritaron todos piñata piñata y que todos me agarran a palos.
Shrek: -No burro, necesito que llores.
Burro: - No te quieras proyectar en mí eh, tú tienes que vivir tu propia tristeza y ¡aaahhhhhh! Mendiga bola de pelos….
Hada: ¿Está grabando? ¿ya ya está grabando? Habla el hada madrina. Por el momento no puedo contestar, pero si pasa por mi oficina con gusto le concederé una cita personal. Sean felices por siempre.
Shrek:- ¿Estás dispuesto para una nueva aventura, Burro?
Burro: - A sus órdenes jefe, Shrek y Burro, otra vez juntos en una aventura. Nadie nos detendrá. Wuuu todos con las palmas.
Gato: - Alto ogro, os he juzgado mal.
Shrek: - Únete al club, no hay cuota.
Gato: -Es mi honor lo que me obliga a acompañarle hasta salvar yo su vida, por haberme perdonado la mía.
Burro: -Lo siento, el papel de animal latoso que habla ya me lo dieron a mí. Vámonos Shrek.
Burro: ¿Shrek?
Shrek: - Conservémoslo burro, míralo. ¿No te dan ternura esas botitas? No cualquier gato llena las botas. Anda quedémonos con él.
Burro: -¿Qué dijistes?.... aaaarghhhh
Shrek: -Oye como ronronea.
Burro: -Ahora hasta bonito lo vez.
Shrek: -Ay burro no seas tan amargado.
Burro: -¿Amargado yo?, quien es el amargadito. Mira quien habla de amargocidad.
(CUARTO DE FIONA)
Fiona: Jaja Shrek… ¿Shrek?
Reina: Las dos me parecen muy alegres, ¿qué opinas Harold?
Rey: Eh sí, sí, está bien, bien….
Reina: Al menos trata de fingir interés en el baile de la boda de tu hija
Rey: Honestamente Lilean, no creo que importe. ¿Cómo sabemos que este baile se va a celebrar?
Fiona: Mamá, papá.
Reina: Ah hola, querida.
Rey:¿Qué dices Cedric? Sí, ya voy.
Fiona: ¿Has visto a Shrek?
Reina: No hija, pregúntale a tu padre, pero háblale despacito, querida, esta un poco distraído esta mañana.
Cedric: ¿Se le ofrece algo, majestad?
Rey: Ah sí… mmh exquisito, ¿qué platillo es este?
Cedric: Lo llamamos “sobras de comida para el perro”, majestad.
Rey:¿Ah sí?, que bien come el perro. Adelante, Cedric.
Fiona: ¿De casualidad, no has visto a Shrek?
Rey: Oh no, querida, seguramente fue a buscar un lodoso pantano para refrescarse después de su pleitesito de anoche.
Fiona: Ay, ¿nos escuchaste?
Rey: Hija, el reino entero los escuchó, después de todo es parte de su naturaleza ser un poco bruto.
Fiona: ¿Él? Tu no lo recibiste precisamente con los brazos abiertos.
Rey:¿Y qué es lo que esperabas, hija? mira lo que te ha hecho.
Fiona: Shrek me ama como yo soy, creí que eso les daría gusto por mí.
Rey: Querida, yo solo pienso en lo que es mejor para ti. Tal vez tu deberías hacer lo mismo.
(DE VUELTA AL BOSQUE CAMINO A LA FABRICA)
Gato: (susurra en andaluz)
Shrek: ¿No? ¿De veritas?
Burro: ¡Wow… listo! Ya llegamos, ya vimos, ya vámonos.
Gato: Es la casita del Hada madrina, la mayor fabricante de embrujos y pociones de todo el reino.
Shrek: Pues a ver si tenemos más suerte para la pócima… ja la pócima, ¿entendieron? ¿La pócima?
Gato: ¡Jajaja! ¡Eso sí que es gracioso!
Shrek: Hola, quisiera ver….
Recepcionista: Al hada madrina… lo siento, no se encuentra.
Hada madrina: Jerónimo, un café y una pizza con queso doble, ¡ahora!
Recepcionista: Sí, Hada madrina, ahí voy… mire el día que de hoy no recibe a nadie, ¿entiende?
Shrek: Tranquilo, amigo, somos del sindicato.
Recepcionista: ¿El sindicato?
Shrek: representamos a los trabajadores de la industria de la magia negra y blanca.
Recepcionista: Uuuh, oh, entiendo.
Shrek: ¿Ha sido victima de malos tratos o presiones?
Recepcionista: Aah un poco, no tengo mi seguro social.
Shrek: No tiene seguro social. Que afortunado, vamos a inspeccionar... aah apropósito, será mejor que el hada madrina no sepa que estamos aquí. ¿entiende? ¿eh?
Burro: ¿eh? ¿eh?! ¿EH?!
Shrek: Basta.
Recepcionista: Sí, claro, pueden pasar…
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Hada madrina: Una gota de deseo jajaja, una pisca de pasión jajaja y una probada de…. Lujuria JAJAJAJA
Shrek: Lamento importunarla pero..
Hada: En el nombre de Merlín, ¿qué hacen aquí?
Shrek: Es que… es que, Fiona no es muy feliz que digamos
Hada: ¿jajaja y te ha preguntado por qué podrá ser? Vamos a investigar ¿quieres? …..
P-p-p-p princesa…. Cenicienta, “y vivieron felices por siempre” ah jaja no hay ogros… ahora Blancanieves, “un apuesto príncipe” y no hay ogros. La bella durmiente, ah! no hay ogros. Hansel y Gretel, no. Pulgarcita, no. El pájaro de oro, la Sirenita, Mujer bonita…. No, no, no, ¡no NO! ¿lo ves? Los ogros no viven felices por siempre
Shrek: ¡Oiga, escuche, señora!
Hada: No me señales con esos sucios dedos verdes de salchicha.
Trabajador: ¡Pizza con queso doble y café! Uy! Lo siento.
Shrek: Aaah adelante, ya nos íbamos. Lamento haberle quitado su tiempo señora hada madrina
Hada: Ya… váyanse.
Shrek: Vamos, chicos.
--
(SHREK SE INFILTRA COMO TRABAJADOR)
Shrek: Gracias a Dios que es viernes.
¿Trabajando duro, o durando en el trabajo?
Trabajador: Eh, es igual…
Shrek: Aquí es la bodega de pócimas.
Burro: Oye ¿me podrías quitar tus patotas y tu cola peluda de mi cara?… hieden regacho.
Gato: Pues tú, amigo, no hueles precisamente a rosa.
Shrek: Una de estas tiene que ser…
Gato: Ah ese es el plan que yo estaba tramando, ahora nuestras mentes trabajan como una sola.
Burro: Oye, oye, ¡oye! Ya bájale, si necesitamos un lame botas te llamaremos. Shrek, no es una buena idea.
Shrek: Burro, sirve de algo y vigila la puerta. Gato, ¿crees poder alcanzar las de hasta arriba?
Gato: Sin problema, jefe, en una de mis siete vidas fui el gran gato ladrón de Santiago de Compostela.
Burro: ¿Shrek, que mosco te picó?
Shrek: Burro, tu vigila.
Burro: ¿Qué vigile? Sí voy a vigilar que esa perversa hada te ponga una madrina hasta que te deje morado por siempre, es lo que voy a vigilar, y luego me voy a ir a carcajear solito.
Shrek: ¿Qué es lo que ves?
Gato: ¿Lax-santiamen?
Burro: Mejor busca algo para sus apestosos gases, seria la solución a sus problemas maritales.
Gato: ¿Hada-seltzer?
Shrek: Uh-uh.
Gato: ¿Hechi-soda?
Shrek: ¡No! Tienes que buscar “apuesto”.
Gato: Lo siento, “Apuesto” no está. Hey, ¿qué te parece, “felices para siempre”?
Shrek: ¿y para que sirve?
Gato: aquí dice, “belleza divina”.
Burro: ¿Sabes? Hay culturas en las que los burros son creaturas sabias, especialmente los que hablamos.
Shrek: ¡Burro! Agarra esa, tenemos compañía.
Burro: Ay ya vámonos.
Shrek: ¡Deprisa!
Burro: ¡MIA!
Shrek: Buena atrapado, burro.
Gato: Por fin tu bocaza sirve de algo.
Shrek: ¡VAMONOS!
(ESCENA DE PERSECUCION CON COPYRIGHT)
Hada: a mi no me interesa quien lo hizo. Lo único que quiero es que limpien.
Trabajadores: Sí, hada madrina.
Hada: Y por favor que alguien me traiga algo frito y cubierto con chocolate.
Encantador: ¡Madre!
Hada: Encantador, tesoro. No puedo atenderte, pequeño, mamá está trabajando.
Encantador: Mami, ¿Qué pasó aquí?
Hada: ¡El ogro! ¡Eso pasó!
Encantador: ¿Qué?! ¿dónde esta mami? Le cortaré la cabeza de un tajo, dejaré su cuerpo en pedacitos, ¡va a lamentar el día en que se atrevió a despojarme de mi reino!
Hada: Uh… no exageres, hijito, tú vas a ser el rey, solo tenemos que idear un plan más inteligente.
Recepcionista: Pardon, uh ya hemos inventariado todo, hada madrina, solo falta una pócima.
Hada: ¿Qué? ooooh, me parece que podremos sacar ventaja de esto.
(ESCENA DEL BOSQUE)
Shrek: - “Pócima para vivir felices por siempre, extra concentrada para ti y tu verdadero amor. Si uno de los dos lo bebe ambos se beneficiarán. Felicidad, comodidad y belleza divina tendrán.”
Burro: - ¿Ambos se beneficiarán?
Shrek: -Ósea que también afectará a Fiona.
Burro: -Esto como que no me late. Mi sexto sentido animal me dice que algo anda mal. Mejor ya tira ese mugroso menjurje y vámonos de aquí.
Shrek: Aquí dice Belleza divina, ¿qué más puede pasar?... *estornuda*
Burro: ¡Aja! ¿Lo ves? Eres alérgico a eso, te va a hacer reacción y si crees que voy a andar untándote vaporoe en tu pechito, te equivocas.
Gato: Jefe solo por si… la poción fuera peligrosa, déjame dar el primer sorbo, para mi seria un gran honor arriesgar mi vida, por ti.
Burro: Nah, nah, nah, nah, ‘tas bien tonto, si tiene que haber un burrillo de indias voy a ser yo, es el deber del mejor amigo. Dame esa botella.
Shrek: ¿Como te sientes?
Burro: Pues eeh.. no me siento diferente… ¿me veo diferente?
Gato: Yo te veo igual de burro.
Shrek: Tal vez no funciona en burros. Bien, va por nosotros, Fiona.
Burro: Shrek, si te tragas eso no hay marcha atrás.
Shrek: Ya sé.
Burro: Ya no vas a revolcarte en el lodo.
Shrek: Ya sé.
Burro: Ya no vas a rascarte la coliflor.
Shrek: ¡Ya sé!
Burro: ¡Pero te encanta ser ogro!
Shrek: ¡YA SÉ! … pero amo más a Fiona.
Burro: Shrek, no, ¡espera!
Ugh tenía que ser Shrek, creo que te trajiste la fórmula de… pedorrines por siempre.
Gato: Tal vez no haga nada…
Shrek: Quizá Fiona y yo no eramos el uno para el otro.
Burro: Oh-oh, te lo dije, algo me está pasando, denme un purgante, no quiero morir, ¡no quiero morir! ay santo patrón de los burros, me derrito, me derrito, ¡me derrito!
Shrek: Solo es la lluvia, burro.
Burro: Aah jaja.
(ESCENA DEL GRANERO)
Burro: Shrek tranquilo, las cosas se ven mal porque todo está oscuro, lloviendo y porque el papá de Fiona, contrato un ampón pa’ matarte. Todo estará mejor en la mañana, créeme.
Seguro que hay sol mañana… ya verás que…
Shrek: ¿Ya veré qué?
Burro: ¡Ahí te voy, San Pedro!
Shrek: ¿Burro? ¿Estas bien, burro?
Gato: Hey jefe, ¿lo rasuramos?
Shrek: Bu-burro….
(ESCENA DEL CASTILLO)
Rey: Por fin llegas, te extrañamos en la cena.
Reina: ¿Qué pasa, hija?
Fiona: Papá, he estado pensando en lo que dijiste y voy arreglar las cosas.
Rey: Excelente esa es mi niña.
Fiona: Fue un error haber traído aquí a Shrek, voy a salir a buscarlo y regresaremos al pantano que es nuestro hogar.
Reina: ¡Fiona! ¡Por favor!
Rey: Actuemos con cordura, querida, ¡no puedes ir a ningún lado ahora!
Rey, Reina: ¡FIONA!
(ESCENA DEL GRANERO EN LA MAÑANA)
Urgida 1: Buen día, dormilón.
Urgida 2: Buenos días
Urgida 3: Buenos días.
Urgida 2: Que lindo tu gatito.
Shrek: Ay mi cabeza…
Urgida 1: Ten, te traje un balde de agua fría.
Shrek: Ah gracias… AAAH!
Una nariz... ¿pequeña y respingada? ¿El cabello rizado?… y nachas redonditas… soy, soy…..
Urgida 1: Hermoso.
Urgida 2: Ya lo creo.
Urgida 1: Soy Jill, ¿Cómo te llamas?
Shrek: Uuh Shrek.
Urgida 1: ¿Shrek? Wow ¿eres europeo?
Urgida 2: Estas muy tenso
Urgida 1: Te daré un masaje.
Urgida 2: Yo se lo daré.
Urgida 3: También quiero darte masaje
Urgida 1: Bueno haz fila.
Shrek: ¿Han visto a mi burro, chicas?
Burro: ¿A quién le dices burro?
Shrek: Burro?! Eres un…
Burro: ¡Un semental, mi Shrek! Puedo relinchar, puedo contar, ¡mírame, Shrek! ¡Estoy trotando! Que pócima tan efectiva, ¿de que estará hecha?
Gato: “Ay no te tomes esa poción, jefe, es muy peligrosa”. BAAH. “Aviso. Efectos secundarios. Picores, ardores, diarrea, vómito, no indicada en pacientes hipertensos ni con estado de citabilidad.”
Burro: Troto, troto, troto, relincho, troto, troto, troto, relincho, ¡WUUUU!...... ¿Qué?
Gato: Señor, para que sus efectos sean permanentes, quien la tome deberá recibir el beso de su amor verdadero a media noche.
Shrek: Media noche ¿Por qué siempre es a media noche?
Urgida 2: Elígeme y seré tu verdadero amor.
Urgida 1: yo seré tu verdad.
Urgida 3: Yo seré tu amor… a veces.
Shrek: Uh doncellas, yo ya tengo un verdadero amor.
Urgidas: Aaawww….
Gato: Y puedes creerme jefe, tu princesa va estar mucho más que satisfecha.
Burro: Jaja acéptalo, taras muy guapo por fuera, pero por dentro eres el mismo ogro agrio, gruñón, apestoso y pretenciero que siempre has sido.
Shrek: y tu sigues siendo un burro desesperante
Burro: Sí.
Shrek: Bien. ¡Prepárate princesa! ¡Aquí viene el nuevo yo!
Burro: Bueno, primero lo primero, quítate esos harapos.
(ESCENA DEL ASALTO)
Shrek: ¿Listos?
Gato: Sí
Burro: Listos.
Burro: AAAAH
Papá: ¡Chofer, alto!
Burro: ¡AYUDENME POR FAVOR! Soy un pura sangre y me estoy coagulando, estoy ciego, díganme la verdad ya no podré ver la tele?
Papá: Oh, pobre creatura, ¿hay algo que pueda hacer por ti?
Burro: Sí… hay algo que puedes hacer.
Gato: Quítese la empolvada peluca y despréndase del ropaje.
No está mal.
Burro: Te ves chido.
Gato, Burro: JAJAJAJA
Hijo: Padre, ¿todo está bien, padre?
Shrek: Gracias caballeros, algún día se los voy a pagar, al menos que no los encuentro o que se me olvide.
Gato: ¡Hey, tu! Pedazo de carne con patas, ¿Cómo te atreves a hacerme esto?
(ESCENA ENTRANDO A MUY MUY LEJANDO CON COPYRIGHT)
Guardia: Alto.
Shrek: Díganle a la princesa Fiona que su esposo, Sir Shrek, vino a verla.
FIONA!
Fiona: ¿Shrek?... Shrek?
Shrek: ¿Fiona?
Hada: Hola guapo.
(FIONA SALE A BUSCAR A SHREK)
Fiona: ¿Shrek?
Burro: ¿Princesa?
Fiona: ¿Burro?
Burro: Wow, ¿la pócima también te afectó?
Fiona: ¿cuál pócima?
Burro: Es una larga historia, Shrek y yo bebimos la pócima mágica y ahora los dos somos… sexys.
Fiona: ¿Shrek?
Gato: Por ti baby, sería Batman.
Burro: Eso quisieras….
Fiona: ¿Burro, donde esta Shrek?
Burro: Acaba de entrar a buscarte.
Fiona: ¡¿SHREK?!
Shrek: ¿Fiona? Fiona?!
Mueble: ¿Quieres bailar, niño bonito?
Hada: ¿Te vas tan pronto? ¿No quieres ver a tu esposa?
Encantador: Fiona.
Fiona: ¿Shrek?
Encantador: Sí, Fiona, soy yo.
Fiona: ¿Qué le pasó a tu voz?
Encantador: Uh, la pócima modificó una serie de cosas Fiona, pero no mis sentimientos por ti.
Reina: Fiona.
Rey: ¿Encantador?
Encantador: Ah ¿te lo parezco? Jaja papá, esperaba tu aprobación.
Reina: Uh ¿quién eres tú?
Encantador: Mamá, soy yo, Shrek. Se que la primera impresión jamás se olvida, pero bueno, ¿Cómo me veo?
(SHREK GRITA PARA LLAMAR LA ATENCION DE FIONA)
Shrek: ¡Fiona! Fiona! ¡FIONA! ¡FIONA!
Hada: ¡Fiona! Fiona! Jajaja ¡que horror! creo que no nos escuchan, pichoncito. ¿No crees que ya has interferido bastante en su vida?
Shrek: Yo solo quería que fuera feliz.
Hada: Y ahora puede serlo. Mira, tesoro, por fin encontró al príncipe de sus sueños.
Shrek: Pero mírame, mira lo que yo hice por ella.
Hada: Es hora de que dejes de vivir en un cuento de hadas. Ella es una princesa, y tu eres un ogro. Eso es algo que ninguna pócima podrá cambiar nunca.
Shrek: Pero… yo la amo.
Hada: Si en verdad la amas, déjala ir.
(Shrek sale triste del castillo)
Burro: ¿Shrek?
Gato: ¿Señor?
Burro: ¿Oye que pashó? ¿Dónde vas?
Reina: ¿No habrás tenido nada que ver en esto o si, Harold?
(ESCENA DE CANTINA)
Hermanastra: aquí tienen, chicos.
Gato: Deja aquí la botella, Doris.
Hermanastra: Oigan, ¿por qué esas caras largas?
Shrek: He cometido error tras erros, para empezar, nunca debí haberla rescatada de esa torre.
Gato: Odio lo lune.
Burro: No puedo creer que vayas a renunciar a la mejor cosa que te ha pasado en la vida.
Shrek: ¿Y qué puedo hacer? ella ama a ese niño bonito, el príncipe encantador.
Burro: Ah chale, ni que estuviera tan carita.
Hermanastra: ¿Bromeas? Es un papucho, su cara parece tallada por los mismos ángeles.
Gato: Mmh, que suerte.
Shrek: ¿Saben? aunque no lo crean esto no me hace sentir mejor. Amigos, es lo mejor, mamá y papá lo aprueban y Fiona tendrá al hombre con que siempre soñó. Todos ganan.
Burro: Menos tu. No te entiendo, Shrek, tus amas a Fiona.
Shrek: Sí, por eso tengo que dejarla ir.
Rey: ¿Disculpe, ella está aquí?
Hermanastra: Esta en la parte de atrás.
Rey: Uh eh hola, de nuevo.
(EL REY SE REUNE CON EL HADA MADRINA Y ENCANTADOR)
Rey: Hada madrina, Encantador.
Hada: Ugh espero que tengas una buena razón para hacernos venir, Harold.
Rey: Es que temo que a Fiona en realidad no le atrae mucho el príncipe Encantador.
Encantador: Eh para tu información, no es mi culpa.
Hada: No, no, no, claro que no, querido.
Encantador: Osea, ¿qué tan encantador puedo ser si tengo que fingir que soy ese horrible ogro?
Rey: No, no, no, no es culpa tuya, tal vez serÍa mejor si canceláramos todo esto. ¿Sí?
Encantador, Hada: ¡¿QUÉ?!
Rey: Es que, no pueden obligar a alguien a enamorarse.
Hada: Jajaja permite diferir, yo lo hago todo el tiempo. Haz que Fiona beba esto y se enamorará del primer hombre al que bese… que será Encantador.
Rey: No.
Hada: ¿Qué dijiste?
Rey: Es que no puedo y no lo haré.
Hada: Sí lo harás. Por si no te acuerdas yo te di la pócima de Felices por siempre. Y si yo quiero puedo revertirlo. ¿Es lo que quieres? ¿Lo quieres?
Rey: No.
Hada: Que buen chico. Bien, debemos irnos. Debo peinar a Encantador para el baile, él no sabe, se hace mucha crepe en el frente y atrás nada. Siempre has necesitado mi ayuda.
Encantador: Ah, gracias madre.
Burro: ¡¿Madre?!
Shrek: ¡Mira! ¡Un caballo que habla!
Hada: ¡EL OGRO! DETENGANLO!
¡BANDIDOS! DETENGANLOS
(ESCENA DE LA ALFOMBRA ROJA)
Espejo: Ah tenemos las caras mas bonitas y los cuerpos mas atléticos en este baile del reino Muy muy lejano, los carruajes se alinean a medida que celebridades como el pequeño Cri-cri descienden, ¿lo dejaran pasar?
Presentadora: La crema y nata se ha reunida en honor de la princesa Fiona y el príncipe Shrek, wow, sus atuendos son soberbios. Miren Hansel y Gretel, ¿para qué demonios son las migajitas? Y atrás vienen Pulgarcito y Pulgarcita. Ay ¿no son adorables? Aquí viene La bella durmiente, ay ya se durmió.
Ay ¿quién es? ¿quién será, ¿quién es? Es la única, la inigualable ¡El hada madrina de los cuentos!
Hada: Hola, Muy muy lejano. Jaja, ¡no escucho el ra-ra!
Que todos sus sueños se realicen y… jaja ¡ya conocen el resto!
Espejo: Esto es Entretenimiento Medieval, regresaremos al baile después de unos mensajes.
Jengibre: Me aburren los espectáculos y los bailes. Cámbiale prefiero la rueda de la tortura.
Pinocho: No le voy a cambiar hasta que salgan Shrek y Fiona.
Jengibre: -Hay ya cállense todos. Ratones pásenme unas alitas de pollo. No, a tu izquierda. ¡A tu izquierda!
Programa: -Esta noche en CABALLEROS.
Jengibre: Ah ese si es un buen programa.
Guardias: Un corcel blanco a la fuga en la zona sur, necesitamos refuerzos.
Programa: Los hombres de acero les enseñan a estos mamíferos que no hay nadie por encima de la ley.
Guardias: ¡Alto quietos!
Burro: Esto es brutalidad policiaca. Me quejare con derechos equinos.
Shrek: -Ya estuvo, ya estuvo por favor, tengo que hablar con la princesa Fiona.
Policía: - Te lo advertimos.
Programa: ¿Se saldrán con la suya? ¿O aquí habrá gato encerrado?
Gato: ALTO! ¡Brutalidad policial!
Policía: Quítenmelo, ¿Qué traes aquí? Arena para gato-
Gato: Eso no es mío.
Shrek: Espere traigan a la princesa Fiona...,
Soy… su esposo Shrek...
Programa: CABALLEROS.
Jengibre: -Rápido regrésalo.
Shrek: -Soy… su esposo Shrek.
(ESCENA EN EL CASTILLO)
Rey: Querida, ah sabía que te encontraría aquí. ¿quieres una tacita de té caliente antes del baile?
Fiona: No voy a ir.
Rey: Pe-pe-pero si todo el reino ha venido a festejar tu boda.
Fiona: Hay un problema, ese no es mi esposo, míralo.
Rey: Es diferente, pero nomas tantito, la gente cambia por sus seres amados. No tienes idea de cuanto cambié yo por tu madre.
Fiona: ¿Cambiar? Está completamente enloquecido.
Rey: Querida, ¿por qué no bajas al baile y le das otra oportunidad? Tal vez descubras que sí te gusta este nuevo Shrek.
Fiona: Del que yo me enamoré es del otro. Daría lo que fuera para recuperarlo.
Rey: Ah querida, ese es mío, sin cafeína, la cafeína me quita el sueño.
Fiona: Gracias.
(ESCENA DEL CALABOZO)
Burro: - ¡Saquenme de aquí!, tengo que salir pa fuera, bájenme pa abajo, ni siquiera me leyeron mis derechos. ¡Me tenían que decir que tenía derecho a guardar silencio, nadie me dijo que tengo que guardar silencio!
Shrek: -Burro, tienes el derecho de guardar en silencio, lo que no tienes es la capacidad.
Gato: Debo mantenerme sereno para no caer en la locura.
Jengibre: - ¿Shrek, Burro?
Gato: - Ya es tarde.
Shrek: - ¡Jengibre, Pinocho! Sáquennos de aquí.
Cerdos: Cúbranse!
-(ESCENA DE MISION IMPOSIBLE)
Jengibre: ¡Fuera abajo!
Shrek: Rápido, di una mentira.
Pinocho: ¿Qué puedo decir?
Jengibre: Lo que sea, rápido.
Burro: Alguna burrada como “traigo ropa interior de mujer”
Pinocho: Eh tengo ropa interior de mujer.
Shrek: ¿La traes?
Pinocho: ¡Por supuesto que no!
Burro: ¡Se me hace que por supuesto que sí!
Pinocho: ¡No es cierto!
Gato: ¿De qué clase?
Jengibre: ¡Es una tanga!
Pinocho: ¡Son trusas!
Jengibre: No es cierto.
Pinocho: Sí es cierto.
Jengibre: No es cierto.
Pinocho: Sí es cierto.
Jengibre: ¡Con eso basta! ¡Listo!
Burro: Perate! Perate, carnal, perate!
Ratones: ¿Oye Shrek?
Shrek: ¿Qué? ¡Gato!
Ratones: ¿Disculpa, me podrías dejar ir?
Gato: ¡Se me antojó!
Shrek: Déjense de tonterías hay que evitar ese beso.
Burro: - ¿Pos no que la ibas a dejar ir?
Shrek: -Iba, pero no puedo hacerle esto a Fiona.
Burro: ¡Vaya música pa mis orejas! ¡Hasta que usaste la cabeza!
Gato: -Pero es imposible, no podremos entrar al castillo tiene guardias y un foso y toda la venia.
Jengibre: Bien chicos, parece ser que nuestra misión imposible resulto ser imposible.
¿Qué?
Shrek: - ¿Sigues siendo amigo del pastelero?
Jengibre: -Claro, siempre voy a verlo a la pastelería. ¿Por qué?
Shrek: -Porque necesitaremos harina. Mucha, mucha harina.
-
Panadero: ¡Jengibre!
Jengibre: ¡Enciende los hornos, pastelero! ¡Tenemos que surtir una orden enorme!
Mongo: JO JO JO
Jengibre: ¡ESTA VIVO!
(ESCENA DE ENTRADA AL CASTILLO)
Burro: Corre, corre, ¡corre que nadie te puede alcanzar!
Jengibre: ¡Sigue Mongo, sigue!
Shrek: Ahí está, Mongo, ¡al castillo! No, no no, pedazo de migaja crecida, ¡deja eso!
Burro: Mongo, pst! ¡Ira aquí abajo! ¡Nomas sigue al caballito! ¡Eso es a la galletota le vamos a presentar unos bizcochos allá en el castillo! Vengase pa’ca.
Mongo: ¡Caballito!
Presentador: Damas y caballeros, presentamos a la princesa Fiona y a su nuevo esposo el príncipe Shrek.
Fiona: Shrek ¿qué estás haciendo?
Encantador: Solo les sigo el juego, Fiona.
Fiona: ¿Traes brillo en los labios?
Encantador: Sabor cereza, ¿quieres probar?
Fiona: ¿Qué pasa contigo?
Encantador: Pero… bomboncito.
Hada: Do menor, en tono de do menor. Súbditos y súbditas, quiero dedicar esta canción a la princesa Fiona y el príncipe Shrek.
Encantador: Fiona, mi princesa, me concederías esta pieza.
(YO QUIERO UN HEROE EN SIMULTANEO)
Fiona: ¿Cuándo aprendiste a bailar?
Encantador: Jaja querida Fiona, por si no lo sabias, el amor lo puede todo.
(ESCENA DE ENTRADA AL CASTILLO)
Shrek: Muy bien, grandulón, ¡hay que arruinarles su fiesta!
Guardia: ¡Preparen catapultas! ¡Listo! ¡FUEGO!
Shrek: ¡Prepárense!
Mongo: ¡Oh me gusta!
Jengibre: ¡No lo botones de gomita!
Guardia:: ¡CUBRANSE!
Burro: ¡WOW! ¡San bombazo!
Shrek: Sigue, Mongo, ¡sigue!
Guardia:: ¡FUEGO! ¡PREPAREN CALDEROS!
Shrek: ¡Después de ti, Mongo! ¡Eso es JALA! ¡CUIDADO!
Mongo: NOOOO
Burro: ¡Shrek!
Guardia: ¡Más caliente y menos espuma!
Shrek: ¡JALA! ¡JALA!
Mongo: NOOOOOOOO
Jengibre: NOOOOOOOO
(SE ABRE LA PUERTA DEL CASTILLO)
Shrek: ¡Síganme!
Burro: ¡Órale!
Jengibre: ¡No!
Mongo: ¡Se bueno!
Jengibre: ¡No, me necesita!
Shrek: ¡Burro!
¡Gato!
Gato: Tu sigue, tu dama te necesita, ¡sigue!
Shrek, hoy saldaré mi deuda.
Guardias: Awww
Gato: AN GARDE!
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(SHREK LLEGA CON FIONA)
Shrek: ¡ALTO! Oye güerito, aléjate de mi esposa
Fiona: ¡¿Shrek?!
Hada: ¿No pudiste regresar a tu pantano y dejar las cosas como estaban?
Shrek: ¡AHORA!
Cerdos: ¡Como en el circo chino!
Shrek: ¡Pinocho, la varita mágica!
Pinocho: ¡Soy un niño de verdad!
Cerdo: ¡El puerco volador!
Burro: ¡Pásala!
Jengibre: ¡Burro!
Pinocho: ¡Soy un niño de verdad! Aaawww
Hada: ¡Es mía, es mía!
Burro: Imploren piedad al gato.
Gato: Y al burro.
Hada: Bebió la pócima. ¡Bésala ya!
Shrek: ¡NO!
Fiona: ¡HIYA!
Shrek: Fiona.
Fiona: Shrek.
Hada: ¡Harold, se suponía que le dieras la pócima!
Rey: - Bueno, creo que me equivoqué de taza.
Encantador: - ¡Mami!
Fiona: - ¿Mami?
Hada: ¡Te dije que los ogros no viven felices por siempre!
Reina: ¡Harold!
Fiona: ¡Shrek!
Rey: NOOOOOOOOO
Hada: Aaah…… JAAAAA!!!!
Fiona: Papá….
Pinocho: Está…
Jengibre: Sí… se arranó.
Reina: ¿Harold?
Fiona: ¿Eres tú?
Rey: Ay, nunca pensé que me verías así.
Burro: Vaya y decía que tu eras verde y feo.
Shrek: ¡Burro!
Rey: No, no, no, tiene razón. Lo siento, los ofendí. Yo solo quería lo mejor para Fiona, ahora me doy cuenta de que ya lo tiene. Shrek, Fiona, aceptarían las disculpas de un viejo sapo? ¿Y su bendición?
Reina: Harold…
Rey: Lo siento Lilian, quisiera ser el hombre, que mereces.
Reina: Eres lo mejor para mi hoy más que nunca, a pesar de todo.
Gato: ¡Jefe! ¡La poción Felices para siempre!
Shrek: Media noche. Fiona ¿esto es lo que quieres? ¿quedarnos así por siempre?
Fiona: ¿Qué?
Shrek: Que, si me besas ahora, nos quedaremos así.
Fiona: ¿Harías eso por mí?
Shrek: Sí.
Fiona: Quiero lo que toda princesa quiere: Vivir feliz por siempre. Con el ogro con el que me casé.
Gato: Pase lo que pase, no debo llorar, no podéis os verme llorar.
Burro: No, no, no…. Ayy nooo.
Shrek: Oye, sigues siendo un noble corcel para mi….
Fiona: Ahora, ¿en que estábamos?
Shrek: Ah ya me acordé….
Gato: ¡Hey! ¡¿No se suponía que esto era una FIESTA?!
Burro: ¡Uno dos cuatro, canten!
(LIVING LA VIDA LOCA)
FIN
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somuchforpunkdust · 1 month
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⠀︵ֵ๋⏜⠀◌ׄ͡♡⠀ꓸ ֺ⠀ 𝐇𝐀𝐏𝐏𝐘 𝐁𝐈𝐑𝐓𝐇𝐃𝐀𝐘⠀
𝙼𝚈 𝙺𝙸𝚃𝚃𝚈 𝙶𝙸𝚁𝙻 ◌⠀⠀໋⠀✒̸ ⠀ ͡꒱
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⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ㅤ𔘓 ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯
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⠀🧁 🧁⠀⠀ ⠀★⠀⠀⠀⠀⠀⠀SWEETHEART⠀⠀⠀⠀⠀≽:
ꔫ͢🎫⠀Quiero comenzar este artículo con ¿Quien es esta hermosa chica llamada Mel?:
• Es la definición de mujer hermosa, con sus bellos labios de terciopelo, su tierna nariz de gatita junto a hermosos ojos otoñales, un cabello ondulado castaño tan suave y sedoso como las telas más finas y suaves, una chica única.
• Con una personalidad determinada y ambiciosa por lo quiere, obsesión y intensidad con lo que ama, egocéntrica y enigmática con una disposición a defenderse como sea, leal y aveces compasiva con un sentido de protección único.
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🧁 🧁⠀⠀ ⠀ ★⠀⠀⠀⠀⠀⠀QUEEN GIRL⠀⠀⠀⠀⠀≽:
ꔫ͢🎫⠀¿Porque celebramos este día?:
• Celebramos este día porque es el aniversario numero 20 del nacimiento de mi Queenie, de esta hermosa nota musical con una dulce melodía, la lectura más fantasiosa pero más realista, el cine más cautivador y la comida más deliciosa.
• Ella es todo mi gusto, todos mis planes y expectativas, ¿Como no celebrar este día?. El nacimiento de mi alma gemela, de la auténtica imagen de una dama, y una chica que pelea por todo y cautiva hasta el más mínimo detalle.
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🧁 🧁⠀⠀ ⠀ ★⠀⠀⠀⠀⠀⠀PRINCESS B⠀⠀⠀⠀⠀≽:
ꔫ͢🎫 Explicación del porque es importante hay que recordar porque ella es un mujer excepcional:
1. Inteligente y astuta, con una mente rápida y una capacidad tolerante para resolver problemas de una manera increíble apesar del entorno o sentimiento, sin mencionar que su inteligencia en política, cine, social y lingüística son perfectos.
2. Emocionalmente intensa con una tendencia a sentir las cosas profundamente aunque ella no lo vea así, da significado a muchas cosas que ni yo podría comprender, además gracias a ello construyó una dama con una emoción única.
3. Independiente con un deseo de tomar sus propias decisiones haciendo de estas un argumento correcto e incuestionable, y apesar de que se sienta incapaz o dudosa, rapido avanza a una solución para aumentar su aprendizaje.
4. Tiene un sentido maternal único con sus hermanos siendo un modelo de apoyo, amor y responsabilidad, pero es aún más impresionante cuando se trata de nuestros gatitos y su instinto de cuidado que la hace toda una madre felina.
5. Tiene una belleza magnífica y con cada vestido, capa de maquillaje o hasta una simplista belleza natural como su rostro, extremidades y medidas, sus atributos exquisitos junto con un sentido única de la moda la hacen un bellezon.
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🧁 🧁⠀ 🧁 ⠀ ★⠀⠀⠀⠀⠀⠀LOVELY⠀⠀⠀⠀⠀≽:
ꔫ͢🎫 Y para finalizar serán mis propias palabras las que cerraran este post:
• Ahora que por fin has llegado hasta aquí ya que estás leyendo esto, déjame decirte Melissa, mí novia, mi mejor amiga, mi esposa, madre de mis hijos y de mis gatitos, reina de todo mi mundo.
• Dejame decir y explicar que eres la chica más magnífica de todas, la única auténtica entre millones. Este dia se trata solo de ti y solo para ti, es para recordarte que tú existencia, tu desarrollo y creación son tan icónicas y benditas que la misma Roma o los castillos ingleses, derrochas belleza enigmática y una mente tan compleja que cada parte de ti es como la capa de lasaña más fina, suave y cremosa.
• Eres toda una auténtica reina tanto en deber como en pensamiento, eres la teoría mas interesante de estudiar pero la única verdad que se lee através de tus ojos peligrosos y tus labios provocativos, eres una figura de autentico glamur, una figura que refleja la tragedia y la belleza que se vive siendo una mujer real que siente cada parte de su vida y lucha por moldearla a la grandeza.
• Por ello quiero decirte que este día es lo más importante en el mundo además de otras fechas pertenecientes a nuestro conocimiento y noviazgo, pero es lo más importante porque recalca el nacimiento de una de las bellezas esbeltas más gloriosas del ente femenino, celebramos el nacimiento de nuestra reina Melissa Wheibs primera con el nombre, heredera legítima del trono de hierro, reina de los àndalos, los rhoynar y los primeros hombres, señora de los siete reinos, el día de hoy damos gracias por tu nacimiento señora del fuego y la sangre.
• 🎉 ¡FELIZ CUMPLEAÑOS ESPOSA MIA! 🎊
⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯ㅤ𔘓 ⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯⎯
Att: Tu esposo y rey servidor
Santiago Orduz (Kjonn)
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