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#artesanos edad media
notasfilosoficas · 1 month
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“Las palabras hermosas esconden a veces un corazón infame”
J.R.R. Tolkien
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John Ronald Reuel Tolkien, fue un escritor, poeta, filólogo, lingüista y profesor universitario británico, nacido en Bloemfontein (hoy Sudáfrica) en enero de 1892, conocido principalmente por ser autor de las novelas de fantasía heroica “El hobbit”, “El Silmarillion” y “El Señor de los anillos”.
Sus padres eran originarios del Reino Unido, y la mayoría de los antepasados paternos fueron artesanos. La familia Tolkien tenía sus raíces en el estado alemán de Baja Sajonia.
Debido a problemas de salud, cuando Ronald tenia tres años, la familia se mudó a Inglaterra, Arthur, (el padre de Ronald), permaneció el Africa un poco mas con la intención de reunirse con su familia mas tarde, pues trabajaba en la venta de diamantes y otras piedras preciosas para el Banco de Inglaterra, sin embargo, en febrero de 1896 murió debido a la fiebre amarilla, lo que obligó a su madre a vivir con su propia familia en Birmingham.
Mabel, (la madre de Ronald) se hizo cargo de la educación de sus dos hijos, Ronald era un alumno muy aplicado y disfrutaba de dibujar paisajes y árboles, y su interés por la botánica y la enseñanzas en el idioma latín que le inculcó su madre serían de suma importancia en su futuro.
Cuando Ronald tenia 12 años en 1904, su madre murió de diabetes, una enfermedad muy peligrosa antes de la aparición de la insulina, y durante su orfandad, Ronald y su hermano Hilary fueron educados por un sacerdote católico quien había apoyado a su madre durante su conversion al catolicismo y quien había enseñado las bases del idioma español por su ascendencia andaluza.
A pesar de las muchas trabas que el padre Francis, le había impuesto para terminar con honores sus estudios de filología Inglesa en Oxford, Ronald se comprometió y caso en marzo de 1916, terminando sus estudios en el Exeter College, con matricula de honor en lengua inglesa.
Después de graduarse, Tolkien se unió al ejercito británico en donde sirvió como oficial de comunicaciones en la batalla de Somme hasta que enfermó y regresó a Inglaterra en donde continuó en el ejército para posteriormente, (ya como civil) trabajar como asistente de redacción para la primera edición del famoso Oxford English Dictionary, encargado de la historia y etimología de palabras con origen germánico y en 1920 ocupó un puesto como profesor en la Universidad de Leeds.
En Oxford, Tolkien hizo amistad con el profesor y escritor C.S. Lewis (autor de “Las Crónicas de Narnia”) y quien terminó siendo uno de sus principales correctores, junto con otros miembros de un club literario que formaron en Inklings.
Desde su adolescencia Tolkien tenia la idea y había empezado a escribir una serie de mitos y leyendas sobre la Tierra Media, proponiendo inventar una mitología para Inglaterra, al margen de la mitología griega, situación que dio origen a su obra “El libro de los cuentos perdidos” que mas tarde daría lugar al “Silmarillion”.
En 1961, C.S.Lewis lo propuso como candidato para el Premio Nobel de Literatura pero el jurado desestimó su propuesta debido a su pobre prosa. Sin embargo, Tolkien recibió numerosos reconocimientos por parte de Universidades así como doctorados honoris causa.
En 1965, se publicó la primera edición de “El Señor de los Anillos” en Estados Unidos y en 1969, la Reina Isabel le nombró Comendador de la Orden del Imperio Británico.
Tolkien murió 21 meses después de la muerte de su esposa, en septiembre de 1973 a la edad de 81 años y fue enterrado junto con ella en el cementerio de Wolvercote en Oxford.
Fuente: Wikipedia.
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jartita-me-teneis · 4 days
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¿Quién imaginó por primera vez los conceptos de robot, autómata, perfeccionamiento humano e inteligencia artificial (IA)? Los historiadores tienden a seguir el rastro de los autómatas hasta los artesanos medievales, los cuales desarrollaron máquinas que se movían por sí solas, pero si volvemos la mirada incluso más lejos, más de dos mil años atrás, encontraremos un considerable conjunto de ideas y visiones que surgieron en la mitología, relatos que vislumbraron maneras de imitar, aumentar y superar la vida natural por medios que podríamos denominar ''biotechne'', (la vida mediante la técnica), en otras palabras, podemos descubrir las primeras intuiciones de lo que hoy llamamos biotecnología, mucho antes de los mecanismos de relojería de la Edad Media y los autómatas de la Europa moderna, e incluso siglos antes de que las innovaciones tecnológicas del periodo helenístico hicieran factibles sofisticados artefactos automotrices, las ideas acerca de la creación de vida artificial –y las dudas por imitar a la naturaleza– fueron ya exploradas en los mitos griegos, seres que fueron ''creados, no nacidos'' aparecen en los relatos de ''Jasón y los argonautas'', el robot de bronce Talos, la tecno-bruja Medea, el genio artesano Dédalo, el portador del fuego Prometeo y la malvada ''fembot'' creada por Hefesto, Pandora.
La historiadora Adrienne Mayor en su libro ''Dioses y robots'' reflexiona sobre cómo los antiguos griegos imaginaron conceptos de robótica e inteligencia artificial, en una combinación de fuentes históricas, arqueología, mitología y cultura popular contemporánea para trenzar un pionero y rompedor relato: en cómo el mundo clásico imaginó conceptos de robótica e inteligencia artificial hace más de dos milenios. El primer ''robot'' sobre la tierra (según la mitología griega) fue un gigante de bronce llamado Talos. Talos era una estatua animada que guardaba la isla de Creta, uno de los tres asombrosos regalos fabricados por Hefesto, dios de la forja, patrón de la invención y la tecnología. Estas maravillas fueron encargadas por Zeus para su hijo Minos, el legendario rey de Creta, los otros dos regalos eran un carcaj de oro cuyas flechas, a modo de dron, nunca fallaban su objetivo, y L��lape, un sabueso de oro que siempre atrapaba a su presa.
Al autómata de bronce Talos se le encomendó la tarea de proteger Creta contra los piratas, este patrullaba el reino de Minos y recorría el perímetro de la gran isla tres veces al día, se trataba de una máquina de metal animada, con forma de hombre, capaz de realizar acciones complejas en apariencia humanas, por lo que se le puede considerar como un imaginario robot androide, un autómata ''construido para moverse por sí mismo''. Diseñado y fabricado por Hefesto para repeler invasiones, fue ''programado'' para detectar extraños, coger y lanzar rocas, así como hundir cualquier barco extranjero que se acercase a la costa. Además, Talos poseía otra habilidad, inspirada en una característica propiamente humana, en el combate cuerpo a cuerpo, el gigante mecánico podía recrear una espeluznante perversión del gesto universal de calidez humana, el abrazo, con la capacidad de calentar su cuerpo de bronce al rojo vivo, Talos estrechaba a sus víctimas contra su pecho y los asaba vivos, la aparición más memorable del autómata en la mitología tiene lugar cerca del final de la ''Argonáutica”, el poema épico de Apolonio de Rodas que narra las aventuras del héroe griego Jasón y los argonautas en busca del vellocino de oro.
''…Pero el broncíneo Talos, desgajando peñascos del recio acantilado, les impedía amarrar sus cables a tierra. Él, entre los semidioses había quedado de la estirpe de los hombres que nacieron de los fresnos; el Crónida se lo donó a Europa para que fuese guardián de su isla, y él por tres veces daba a Creta la vuelta con sus broncíneos pies. Pero si bien estaba formado de bronce y sin fractura posible, por debajo del tendón, en el tobillo, tenía una vena llena de sangre, y la membrana sutil que la encerraba era su límite entre la vida y la muerte...''. Apolonio de Rodas, La Argonáutica, Canto IV.
En la actualidad, muchos conocen el episodio de Talos gracias a la inolvidable animación del robot de bronce en ''stop motion'' (animación en volumen)​ creada por Ray Harryhausen para la película de 1963 ''Jasón y los argonautas''. Cuando compuso su poema épico, Apolonio se basó en versiones orales y escritas mucho más antiguas de los mitos de Jasón, Medea y Talos, historias que ya eran bien conocidas por su audiencia. Apolonio, un anticuario que escribía en un estilo arcaico, presentó a Talos en cierto momento como un relicto o superviviente de los ''hombres de la Edad del Bronce'', esto era una alusión puramente literaria a un concepto metafórico sobre el pasado remoto tomado de la obra del poeta Hesíodo, Los Trabajos y los días (750-650 a. C.), no obstante, en la ''Argonáutica” y otras versiones del mito, Talos era descrito como un producto tecnológico, concebido como un autómata de bronce fabricado por Hefesto y emplazado en Creta para cumplir un trabajo.
Sus capacidades eran impulsadas mediante un sistema interno de icor divino, la ''sangre'' de los dioses inmortales, por lo tanto, esto plantea ciertas dudas: ¿Talos era inmortal? ¿Era una máquina sin alma o un ser sensible? Estas incógnitas resultaron ser cruciales para los argonautas. Enfrentados al peligro del amenazante autómata de bronce que se interponía en su camino, la hechicera Medea tomó el mando: ''¡Esperad! –ordena a la aterrorizada tripulación de Jasón–: Puede que el cuerpo de Talos sea de bronce, pero no sabemos si es inmortal. Creo que puedo derrotarlo''. Medea hizo uso del control mental y de un conocimiento particular de la fisiología del robot. Sabe que el dios herrero Hefesto construyó a Talos con una única arteria o conducto interno a través del cual el icor, el etéreo fluido vital de los dioses, bombeaba de la cabeza a los pies, un ''vivisistema'' biomimético sellado con un clavo o tornillo de bronce en su tobillo, murmurando palabras místicas para invocar a los espíritus maléficos, rechinando los dientes con furia, Medea fija su penetrante mirada en los ojos de Talos. La hechicera irradia una siniestra ''telepatía'' que desorienta al gigante, Talos tropieza al coger otro peñasco para lanzarlo, una roca le corta el tobillo abriendo la única vena del robot, al desangrarse su fuerza vital ''como plomo derretido'', el majestuoso gigante de bronce se tambalea y termina desplomándose sobre la playa.
Otra versión reza que Peante, padre de Filoctetes, atravesó la vena con una de sus flechas, en cualquier caso, al quitar el clavo del tobillo, se derrama el icor de Talos, se desangra y muere (compárese con la historia del talón de Aquiles), tras su muerte, el Argo pudo arribar sin peligro. Una interpretación política del mito cuenta que Talos es la flota minoica pertrechada con armas metálicas, cuando los griegos del Argo lo derrotan, el poder de Creta se desvanece. Robert Graves sugiere que este mito está basado en una mala interpretación de una representación de Atenea en la que se muestra el proceso de moldeo a cera perdida para fundir bronce, que Dédalo llevó a Cerdeña.
Bibliografía:
William Smith: Diccionario de biografías y mitología de Grecia y Roma (1849)
Adrienne Mayor: Dioses y Robots (2018)
Desperta Ferro Ediciones: ¿Soñaban los griegos con ovejas eléctricas? (2019) 
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  #SinMusicaNoExisto
🎶 “FOLK N ´ROCK” 🎙️🎸🤘👑🔥
👥 ATARAXIA (Italia).- grupo musical italiano que compone música gótica, medieval y renacentista, formados en el año 1994 por Francesca Nicoli (cantante), Vittorio Vandelli (guitarra) y Giovanni Pagliari (teclados), artistas que exploran y crean música, poesía y arte visual en equilibrio entre vanguardia y tradición y que dedicaron sus vidas al arte. Músicos inspirados en viajes geográficos e interiores a lugares que aún poseen la carga de siglos. Hemos crecido en la Edad Media, Burgos y un cruce de caminos entre las culturas mediterránea y celta, una tierra de lucha y encuentro. Autodefinidos como 'artesanos del sonido' crean una mezcla inusual de lo sagrado y lo profano, música etérea y experimental, contemporánea y antigua.❤️😍
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💽 El nuevo álbum “Centaurea” es lanzado el 22 de Mayo del 2024 y se inspira en una isla mágica que aún vive la Edad de Oro. La banda ha lanzado 29 álbumes, 3 Eps, 5 best of, 2 álbumes en vivo, 2 libros + CD. 💿😎
🌐 Web: http://www.ataraxia.net/   
 © Producción: Tumbas Eternas.
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📌 CONCIERTO:
📆 Miércoles 21 de Agosto
🕖 7:30pm.
🏪 Centro de Convenciones Teatro Kantaro (av. Tacna 225 – Centro de Lima)
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🎫 Entrada: S/.160
🖱 Reservas: https://bit.ly/Ataraxia_Lima
📲 Yape/Plin: https://wa.me/51980131251
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jgmail · 8 months
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¡Hacia una Nueva Edad Media!
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Por Alexander Dugin
Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera
El 2024 ha sido proclamado como el Año de la Familia en Rusia, aunque hoy en día no podemos hablar de la salud de la misma. Las cifras de divorcio, abortos y descenso de la natalidad son catastróficas, por lo que si queremos tomarnos en serio el Año de la Familia tenderemos que recurrir a los clásicos rusos y dejar de lado tanto a los liberales como a los comunistas que lo único que han hecho es acelerar la desintegración de la familia. Es necesario dar un paso adelante y volver a nuestras raíces, pues desde un punto de vista histórico, sociológico y antropológico la familia es un concepto que se encuentra inextricablemente ligada al campesinado. Por “familia” se entiende en la sociedad rusa, en primer lugar, a la familia campesina unida por medio del matrimonio y viviendo juntos en un hogar común con todos sus hijos bautizados. A veces se incluía en la familia al ganado menor (o mayor, dependiendo del caso), la casa, el campo, los huertos, las herramientas agrícolas y demás utensilios, así como “trabajadores” (las palabras rebenok, niño, y rab, esclavo, tienen una misma raíz y significan “trabajadores menores” porque el deber de los niños es ayudar a su padre y su madre). En los pueblos nómadas existen, por supuesto, diferencias con respecto a la organización del territorio habitado por la familia: cada tribu, clan o linaje distribuía el territorio para el pastoreo de una forma fija, de ahí las tamgas que separaban los pastos en los diferentes clanes que habitaban las estepas eurasiáticas.
Ahora bien, la estructura de la familia también variaba con respecto a las castas militares y sacerdotales. Los guerreros y los sacerdotes vivían una existencia menos apegada a la tierra, ya que los guerreros existían para luchar y morir o defender en contra de la guerra y la muerte. El sacerdote, por su parte, estaba más ligado a Dios y al cielo. Obviamente, estas tareas afectaban la misma estructura de las familias de las castas superiores como lo eran el sacerdocio y la aristocracia. Por ejemplo, los “niños” no trabajaban, sino que se dedicaban a aprender el arte militar o leer y escribir sobre los libros sagrados. Las “niñas” esperaban el matrimonio el cuál era definido por los códigos culturales de las clases altas, siendo estos bastante más estrictos que los que dominaban en las clases bajas (siendo estos últimos muy estrictos en el fondo). Las familias citadinas eran un caso especial, pues los pequeños artesanos y comerciantes a menudo provenían de familias campesinas que llevaban su modelo de vida familiar campesino a la ciudad. Los “niños” eran considerados como “jornaleros” y se los formaba en el arte u oficio de la familia. En cuanto a la moral, la familia urbana tradicional de tipo artesano o comerciante seguía los códigos de las clases altas de forma estricta y rigurosa. Así era la sociedad tradicional.
Sin embargo, en la Modernidad, con el nacimiento del capitalismo y la urbanización, comenzó el proceso de desintegración de la familia. El liberalismo y el comunismo ortodoxo negaron la existencia de la familia. Para el liberalismo la familia es un simple contrato, mientras que el comunismo consideraba a la familia una reliquia del sistema burgués. Hegel sostenía que la sociedad civil, ese espacio donde cada uno existía por sí mismo, era el gran destructor de la familia y consideraba que por medio de un proceso de desarrollo dialéctico de la historia la sociedad civil debía ser superada por medio del Estado, la única entidad capaz de salvaguardar la familia y protegerla en contra del individualismo tóxico. Posteriormente, el sociólogo alemán Werner Sombart planteo que las condiciones de vida de la burguesía urbana, sumada a la industrialización, crearon las condiciones para la desintegración de la familia. Sombart creía que eran las amantes citadinas de los burgueses las que habían impulsado el nacimiento del capitalismo y el liberalismo en la Modernidad. El campesinado era incapaz de sostener dos familias al mismo tiempo, mientras que el aumento de las ganancias individuales y la imposición del estilo de vida burgués facilitaron la existencia de amantes que vivían de las ganancias de sus patrocinadores. Según Sombart este fue un factor muy importante para que el capitalismo y la modernización de la sociedad europea exigiera, de forma vampírica, cada vez más y más recursos, lo que a su vez fomentó el progreso técnico, la innovación y el espíritu empresarial, destruyendo en el proceso cualquier moral colectiva.
Todo esto nos lleva a defender un regreso de Rusia a sus raíces, por lo que es imperativo plantear un reasentamiento masivo de la población y la desarticulación de las megaciudades actuales. El Estado tendrá que organizar la migración de las personas al campo, los suburbios y los pueblos pequeños bajo el lema “¡De vuelta a nuestra tierra natal!”, ya que el campesinado es la matriz histórica de toda familia fuerte y numerosa (ya que es imposible escapar dentro del campo). Resulta imposible revivir una sin la otra. Por lo tanto, debemos construir de forma horizontal y no vertical, las últimas heladas de Año Nuevo demostraron como se vive en esos panales de hormigón modernos. Rusia debe crecer a lo ancho y no hacia arriba. El número de habitantes por ciudad no puede superar el millón de personas y eso solo en las capitales. El resto de la población debe distribuirse en otras partes. Este Año de la Familia debe llevar al reforzamiento de la ideología de Estado y el regreso a la tierra. Algunos se preguntarán si seguirá existiendo la industria y la tecnología, pero hoy en día la programación y el compartir los descubrimientos con otras personas se puede hacer desde nuestra propia casa gracias al internet. Además, el aire fresco y una familia cariñosa animan en los trabajos intelectuales. Por otra parte, se puede ir a trabajar a las ciudades por turnos, como sucede en el Norte, donde un grupo de ingenieros va a trabajar cada cierto tiempo en las terribles condiciones urbanas… y luego regresa a su hogar. Todos conocen la famosa frase de Berdaiev de una “Nueva Edad Media”, pero son pocos los que comprenden la belleza que se oculta tras la misma.
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lu-ego-del-fuego · 8 months
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- Ya te dije que no me molestes mientras estamos en clase, me cuesta concentrarme ya de por sí - dijo lyam apretando los dientes, entre somnioliento y enojado.
- Siempre te ponés gruñon cuando no dormis bien, que paso? Otra vez los fantasmas?- le respondió Luna con tono burlon.
- No desvíes el tema niña lista-
El sol empezaba a subir cálido y gigante esa mañana en la Ciudadela Montañica, polis mágica  y artistica, lugar donde padre e hija tomaban sus lecciones de artes arcanas. Hacia un tiempo que Lyam habia decidido volver y por la edad de Luna, ahora la joven ya podía decidir por sigo misma el lugar y tipo de su educacion. 
No tardó mucho en pegársele al hombre cansado.
- Dale, estamos hace un tiempito aca y todavia no me contaste historias de este lugar!- espetó Luna mientras avanzaban por una calle del barrio de las pociones. Comerciantes y compradores de las mas variadas fisonomías se cruzaban con ellos como una masa heterogénea de seres.
- Ya ya, esta bien. - Lyam se acomodó un poco la mochila por el hombro y sonrió. Una historia no se le podía resistir.
 - Ya estas mayor asi que sabés que en las ciudades hay puertas que te llevarian a cualquier lado.
- Oh, tentador! - Los ojos variocolor de Luna volaron un poco hacia la gente y las estructuras imposibles del mercado.
- Si, si, no te emociones tanto. Hay mucho para ver pero tambien mucho de lo que cuidarse. Con los magos es igual, hay que andar precavidos. En la ciudad ferroviaria pueden intoxicarte con drogas para la imaginacion pero aca pueden ofrecerte hongos y plantas que liberan tanto Chackra que puede darte miedos o sueños de por vida. Ambas caras merecen tomarse con seriedad.-
- ¿Como alguien puede perderse en un sueño?- se extrañó Luna
- Vos porque naciste en uno, para muchos los sueños son un laberinto que fácilmente olvidan al despertar, y el precio para recorrerlos por mas tiempo a veces te vuelve loco para siempre.- 
Solían tomar el camino del mercado para evitar las callejuelas, las cuales se habían vuelto algo inseguras últimamente. La pobreza de aquellos dias había empujado a muchas personas y criaturas hacia el consumo de drogas para la imaginación y ahora deambulaban como zombies por aquellos sitios. Ésto se repetía en muchos puntos del Medio Mundo, resultado de una era de Guerras Silenciosas y Economías Terrorificas. Mucha gente era cada vez mas miserable y el enemigo cada vez menos perceptible.
Por eso los dos protectores del Bosque de los Crisoles habían iniciado un viaje para obtener nuevos conocimientos para enfrentar los tiempos que corren. Las criaturas ahora acechaban cada oasis de paz, buscando invadir los santuarios cuyos recursos como el agua sin tinta o el aire sin metal o la tierra sin veneno, eran ahora vendidos a los  Barones Grises por cualquier precio. 
- El otro día me invitaron a jugar un juego de mesa un grupo de Centauros - mencionó Luna con tono dubitativo. - Como lo ves? -
- Nunca conocí a alguno, pero acá todos se ven muy eruditos cuando en general se los considera salvajes. Así que no deben tener medias tintas -
- Ah, ya veo porqué me cayeron bien- 
- Igualmente pregunta siempre a que van a jugar, no sea que tengas que poner tu alma entre escaleras y serpientes.-
- Como? Eso es un juego? -
- sí, uno de autoconocimiento. Pero lleno de spoilers.-
Lyam se detuvo por fin frente una puerta con marco celeste, se la veia bastante rota por fuera, como si el tiempo le hubiera pasado por encima.
- Acá es? - preguntó Luna observando desconfiada - no se ve como esperaba.
- Oh vamos, no juzgues a un Artesano por su puerta. Mira la manija. -
A pesar de la apariencia dejada de la madera, el pomo de la puerta se veia algo fuera de lugar, como si estuviera mas pulido que de costumbre, y Luna también pudo notar que cuando lo mirabas de cerca, aparecian ornamentos que como oraciones se repetian dandoles una y mil vueltas al objeto, de tal forma que cada vez que lo observabas, aparecia un detalle nuevo.
El hombre tocó tres veces y la puerta se abrió.
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alejandroinberlin · 10 months
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Entrada #8
Las primeras referencias a eventos similares a los mercados navideños se remontan al año 1530, donde a los comerciantes se les permitía explícitamente comerciar con pasteles de miel y otros tipos de dulces a base de almíbar, a cambio de una tarifa de dos groschen por día durante la temporada navideña. Con el tiempo, estos mercados se expandieron en cada uno de los antiguos distritos, principalmente alrededor de cada ayuntamiento. Uno de ellos es el Historischer Weihnachtsmarkt en los terrenos del centro cultural RAW de Berlín, es un mercado navideño medieval. Se pueden encontrar malabaristas músicos y acróbatas, así como adornos y joyas elaboradas por vendedores independientes que hacen referencia a la Edad Media. Este lugar hace 150 años era utilizado para reparar vehículos ferroviarios. La importancia de los mercados navideños reside en que influyen en la comunidad al brindar un espacio para el reconocimiento e impulso de trabajos hechos a mano por herreros, talladores de madera, alfareros y otros artesanos, apoyando estos oficios; al mismo tiempo que ofrece un espacio cultural para la población de Alemania así como para muchos turistas.
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alextorres2003 · 1 year
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Revelando los Secretos de la Arquitectura Monumental: Documentales de PBS y NOVA
Los documentales “Secrets of the Pantheon,” “Building the Great Cathedrals,” y “Great Cathedral Mystery” nos sumergen en el apasionante mundo de la arquitectura monumental y la ingeniería que dio forma a algunas de las construcciones más impresionantes de la historia. A través de una narración cautivadora y una cinematografía impresionante, estos documentales nos transportan a épocas pasadas y nos permiten explorar los misterios detrás de estas obras maestras arquitectónicas.
En “Secrets of the Pantheon,” se revelan los enigmas detrás del antiguo templo romano que ha perdurado durante siglos. Este documental nos lleva por un viaje que revela la genialidad de los arquitectos romanos y cómo lograron crear una cúpula tan impresionante que sigue siendo un hito de la arquitectura incluso en la actualidad. Además, explora la increíble precisión matemática y estructural que se utilizó en su construcción, desafiando nuestras creencias sobre lo que era posible en la antigüedad.
Por otro lado, “Building the Great Cathedrals” nos transporta a la Edad Media, donde las catedrales góticas comenzaron a surgir en toda Europa. Este documental nos sumerge en la vida de los artesanos y constructores de la época, mostrando cómo estas estructuras se erigieron en un período en el que la tecnología estaba lejos de ser lo que es hoy en día. La película nos muestra cómo la fe y la creatividad humana se unieron para construir estas catedrales imponentes, y cómo su belleza sigue dejando sin palabras a los espectadores modernos.
Finalmente, “Great Cathedral Mystery” se centra en la icónica catedral de Chartres en Francia. Este documental revela los misterios detrás de la construcción de esta catedral, incluyendo cómo se logró la asombrosa precisión de sus vitrales y la simetría de sus diseños. A través de tecnologías modernas como la digitalización láser, los investigadores desvelan los secretos ocultos en los intrincados detalles de esta estructura medieval, mostrando cómo la ciencia y la historia se entrelazan para desvelar los misterios de la arquitectura antigua.
En resumen, los documentales “Secrets of the Pantheon,” “Building the Great Cathedrals,” y “Great Cathedral Mystery” nos brindan una visión fascinante de la arquitectura y la ingeniería detrás de algunas de las estructuras más emblemáticas de la historia. Estas películas no solo nos muestran la grandeza de estas construcciones, sino que también nos inspiran a apreciar la habilidad humana y la creatividad que las hizo posibles. A través de la exploración de estos monumentos, podemos conectarnos con nuestro pasado y maravillarnos ante la capacidad infinita de la mente humana para crear belleza duradera.
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nathiusplus · 1 year
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The Vort3x: Chapter I
“ Hace más de 200 años. . . Empezaría una pequeña pieza de nuestro Reino. . .”
Part I: “The other England”
Kingdom of England. 1405.
Reino gobernado por el rey Enrique V de la Casa de Lancaster. El país se encontraba en medio de la Guerra de los Cien Años con Francia, un conflicto que había comenzado en 1337 y que continuaría, Inglaterra estaba en un período de transición, y se estaba produciendo una serie de cambios políticos, económicos y sociales. En cuanto a la economía, se estaba produciendo una transición de la economía feudal a una economía monetaria, con un aumento en la producción y el comercio de lana. La sociedad estaba muy estratificada, con una clase noble y una clase campesina que representaba la mayoría de la población.
La religión era una parte importante de la vida en Inglaterra, y la Iglesia Católica Romana era la iglesia oficial. En ese momento, había una serie de conflictos dentro de la iglesia, incluyendo el Cisma de Occidente, que había comenzado en 1378 y que se prolongaría hasta 1417. La guerra tuvo un gran impacto en la economía y en la sociedad. Muchas ciudades y aldeas sufrieron la devastación de la guerra y las incursiones de los franceses. Además, la guerra requería un gran esfuerzo de la población y la economía, lo que llevó a un aumento de los impuestos y al reclutamiento forzoso de hombres para el ejército.
En cuanto a la sociedad, la guerra de los cien años también tuvo un gran impacto en las relaciones entre las clases sociales. La nobleza y los grandes terratenientes eran los principales beneficiarios de la guerra, ya que obtenían tierras y títulos a costa de los franceses. Mientras tanto, la población rural y los artesanos sufrían las consecuencias de la guerra, con el aumento de impuestos y el reclutamiento forzoso. En Francia, la guerra también tuvo un gran impacto en la sociedad y en la economía. El conflicto llevó a la inestabilidad política y a la pérdida de territorios, lo que a su vez afectó negativamente a la economía francesa. Además, la guerra también tuvo un impacto en la sociedad, ya que la población civil sufría los efectos de la guerra y la devastación de las ciudades y aldeas.
Mientras tanto el Reino se encontraba en medio de la Guerra de los Cien Años contra Francia. . . Otros aprovechaban la situación para obtener ventajas para sus propios países. Por ejemplo el linaje Ravenscroft, provenientes de Dinamarca, el linaje Moon, de Amsterdam, fueron los dos que se empezaron a mover en barcos rivales hacia Inglaterra e marcar territorio eligiendo sus nuevos lugares para construir un nuevo futuro.
Dinamarca y los Países Bajos tenían intereses comerciales en común en el mar del Norte y, a menudo, competían por el control de las rutas comerciales y las colonias. En ese momento, Ámsterdam se estaba convirtiendo en un importante centro comercial y portuario, y podría haber estado en competencia directa con Dinamarca por el control de las rutas comerciales. Teniendo en cuenta que Dinamarca y los Países Bajos estaban en diferentes lados de la guerra de los Cien Años. Dinamarca había apoyado a Francia, mientras que los Países Bajos apoyaban a Inglaterra. Al pisar Inglaterra entre Ravenscroft y los Moon tuvieron disputas de quienes tendrían más poder en sus nuevas tierras, de quien sería más importante. Trajeron en su barcos a sus mejores constructores e arquitectos posibles.
La duración de la construcción de un castillo dependía de diversos factores, como el tamaño y la complejidad del castillo, los recursos disponibles, la mano de obra e las técnicas de construcción utilizadas. La construcción de un castillo grande y elaborado podría llevar varios años o incluso décadas. En el caso de un castillo masivo y complejo, como los que se construían en la Edad Media, el proceso de construcción involucraba una gran cantidad de trabajadores, desde albañiles y canteros hasta carpinteros y artesanos especializados.
Además, se requería tiempo para obtener los materiales necesarios, como piedra, madera e metal, junto a transportarlos al sitio de construcción. La construcción de un castillo no era un proyecto lineal, sino que se realizaba en etapas. Se comenzaba con la construcción de las bases, los muros y las torres principales, y luego se iban agregando detalles arquitectónicos y fortificaciones adicionales a lo largo del tiempo. Además, la construcción podía ser interrumpida o ralentizada debido a conflictos, falta de recursos o cambios en las prioridades del señor feudal.
Podría tomar entre cinco y quince años completar la construcción, considerando un equipo de trabajo eficiente y suficiente disponibilidad de recursos. Esta estimación incluye el tiempo necesario para realizar las excavaciones, cimentación, levantamiento de los muros, construcción de torres y fortificaciones, instalación de sistemas de defensa como foso y murallas, así como la finalización de los detalles arquitectónicos y la decoración interior. El tiempo de construcción de los elementos que rodean un castillo, como los muros, casas y pequeños edificios, puede variar dependiendo del alcance y la complejidad de cada proyecto. En general, estos elementos se construirían de manera gradual y en etapas, a medida que avanza la construcción del castillo principal. Los muros que rodean el castillo y las fortificaciones adicionales podrían construirse simultáneamente con la estructura principal, utilizando técnicas de construcción similares.
Dependiendo de la longitud y altura de los muros, así como de los recursos disponibles, podrían requerir varios meses o incluso años para completarse. Respecto a las casas y pequeños edificios dentro del recinto del castillo, su construcción también puede llevar tiempo adicional. Esto se debe a que estos edificios generalmente se construían para albergar a la guarnición del castillo, sirvientes y otros miembros del personal. El tiempo de construcción variará según el número de edificios requeridos, su tamaño y nivel de detalle. La construcción en la Edad Media era un proceso gradual y a menudo se realizaba en etapas, a medida que se disponía de recursos y mano de obra. Es posible que la finalización completa de todos los elementos de un castillo, incluyendo los muros, casas y pequeños edificios, lleve varios años adicionales después de la construcción del castillo principal.
Kingdom of England. 1425.
El Linaje Ravenscroft se quedaron en Rochford, su localidad situada en el condado de Essex, en el sureste de Inglaterra. Se encontraba cerca de la costa, a unos sesenta y cuatro kilómetros al este de Londres. No muy lejos de estos El linaje Moon tomaron Hadleigh, ubicada en el condado de Essex, en el sureste de Inglaterra. Se encuentra aproximadamente a diez kilómetros al oeste de la ciudad de Southend-on-Sea y a unos cincuenta y cinco kilómetros al este de Londres. Durante quince años avanzaron en sus nuevos reinos, construyendo sin parar para extenderse lo que más pudieran y con ello aumentar su poder, al paso de aquellos años construyeron, vinieron más de su parte para progresar.
Ambos linajes dejaron de lado sus diferencias en los dos bandos que estuvieron dentro de la guerra de los cien años, pero no con ello significaría tener paz, todo lo contrario, se vigilaban mutuamente para saber que siguientes movimientos hacían, buscando maneras de derrumbarse desde dentro sin que lo supieran, pero. . . En está nueva pirámide de alta cuna, había otra gran amenaza, la cual provenía de la ciudad de Southend-on-Sea, donde utilizaban la bandera de Inglaterra con una diferencia en el centro de está, añadiendo una Hydra blanca, está criatura la vieron con sus propios ojos, Southend-on-Sea estaba bajo las ordenes de la Reina Nathius. Se estaba creando "La otra Inglaterra" entre Rochford, Hadleigh e Southend-on-Sea, la triada sin depender del trono principal de Inglaterra.
"La otra Inglaterra" Con dos Reyes y una Reina con sus reinados independientes de la Inglaterra principal durante la guerra de los cien años, tendría un impacto significativo en la situación política y territorial de Inglaterra. En primer lugar, la fragmentación del poder entre múltiples monarcas podría debilitar la autoridad central de la Inglaterra principal. La lealtad de los nobles e la población en general se dividiría entre los diferentes reyes, lo que podría generar conflictos y rivalidades internas.
La existencia de estos reinos independientes podría complicar aún más la situación en la guerra de los cien años. Las alianzas y lealtades podrían cambiar, y los reyes de "La otra Inglaterra" podrían buscar su propio beneficio en lugar de unificar los esfuerzos para enfrentar a Francia. En términos territoriales, la presencia de estos reinos separados podría llevar a la pérdida de territorios en manos de otros países. Una división interna debilitaría la capacidad de defensa de Inglaterra con ello haría más difícil mantener la integridad territorial. Generaría divisiones e rivalidades, lo que podría debilitar la posición de Inglaterra en el conflicto y llevar a la pérdida de territorios.
Después de quince años de establecerse como una entidad independiente, "La otra Inglaterra" había consolidado su posición y establecido relaciones tanto con la Inglaterra principal como con otros países. Lo que comenzó como una triada de Rochford, Hadleigh y Southend-on-Sea se había transformado en un bastión de poder y prosperidad en la región.
En primer lugar, las relaciones entre "La otra Inglaterra" y la Inglaterra principal habían evolucionado a lo largo de los años. Aunque inicialmente había habido tensiones y rivalidades, ambas partes habían aprendido a coexistir y mantener un equilibrio delicado. Se habían establecido acuerdos comerciales y tratados diplomáticos para promover el intercambio y la cooperación mutua. Aunque persistían diferencias y disputas ocasionales, los líderes de ambos lados habían comprendido la importancia de mantener la estabilidad y evitar conflictos abiertos.
En el ámbito internacional, "La otra Inglaterra" se había ganado el respeto y el reconocimiento de otros países. Su enfoque independiente y su capacidad para gestionar eficientemente sus territorios habían llamado la atención de naciones vecinas y más allá. Esto había llevado a la formación de alianzas estratégicas y acuerdos comerciales beneficiosos, lo que contribuyó al crecimiento económico y a la influencia regional de "La otra Inglaterra". En términos de gobierno interno, la triada de Rochford, Hadleigh y Southend-on-Sea había establecido un sistema equitativo y representativo. La participación de los ciudadanos en la toma de decisiones se había fortalecido, y se habían implementado medidas para garantizar la justicia y la igualdad. Esto había generado un sentimiento de pertenencia y empoderamiento entre la población, lo que a su vez contribuyó a la estabilidad y el desarrollo sostenible de la región.
Sin embargo, a pesar de los avances y el éxito alcanzado, "La otra Inglaterra" también enfrentaba desafíos. Las tensiones internas y las rivalidades entre los líderes de los tres territorios aún existían, y la gestión de estos conflictos se había convertido en un aspecto importante de su gobernabilidad. Además, la constante presión de la Inglaterra principal y los intentos de influencia política y económica planteaban desafíos adicionales. Después de aquellos quince años, "La otra Inglaterra" había logrado establecerse como una entidad independiente próspera y respetada. Sus relaciones con la Inglaterra principal se habían vuelto más estables, y habían forjado alianzas internacionales significativas. Aunque enfrentaban desafíos internos y externos, la triada de Rochford, Hadleigh y Southend-on-Sea se mantenía firme en su búsqueda de autonomía y desarrollo, dejando su huella en la historia de la región.
Extra: “King Ravenscroft”
Denmark: Herning. 1405.
El Linaje Ravenscroft. Originarios de Dinamarca, la Casa Ravenscroft decidió apoyar secretamente a Francia en la guerra de los cien años, buscando beneficiarse de las alianzas políticas y económicas que podrían surgir de ello. El Rey Draven Ravenscroft, conocido como un patriarca de sangre fría, estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que la Casa Ravenscroft obtuviera poder y prosperidad en cualquier lugar donde se establecieran. Lamentablemente, la reciente pérdida de su esposa, Aurora Ravenscroft, a causa de una enfermedad desconocida, sumió a Draven en la tristeza y la desesperación. Fue entonces cuando tomó la decisión de iniciar un nuevo rumbo para su familia y se dirigió hacia Inglaterra, acompañado de su primogénito, William Ravenscroft.
En "La otra Inglaterra", específicamente en la región de Rochford, Draven y William se establecieron y comenzaron a forjar un nuevo reinado para los Ravenscroft. Trajeron consigo a los mejores constructores y arquitectos de la época para construir un castillo que sería el corazón de su nueva sede de poder. Durante quince largos años, los Ravenscroft dedicaron su tiempo y recursos a la construcción del castillo. Cada detalle fue meticulosamente planificado y supervisado por Draven, desde el diseño arquitectónico hasta la selección de materiales de calidad. Querían asegurarse de que el castillo fuera una impresionante fortaleza que reflejara su estatus y poder.
El resultado fue un castillo imponente y majestuoso que se destacaba en el horizonte de Rochford. Sus altas torres y robustas murallas eran un símbolo del dominio de los Ravenscroft en la región. El interior del castillo no se quedaba atrás, con grandes salones decorados con tapices elaborados y muebles de lujo. El castillo de los Ravenscroft se convirtió en un centro de actividad y poder. Draven y William gobernaron desde allí, asegurándose de que sus dominios prosperaran y se fortalecieran. La reputación de la Casa Ravenscroft creció, y su influencia se extendió a lo largo de "La otra Inglaterra". A pesar de los desafíos y las luchas que enfrentaron en su camino, los Ravenscroft lograron establecer su nueva sede de poder en Rochford. El castillo se mantuvo como un símbolo de su autoridad y determinación.
"The Other England" 1425.
El Rey Draven Ravenscroft era plenamente consciente de la rivalidad existente entre su Casa y el Linaje Moon. Ambas familias habían buscado establecerse en "La otra Inglaterra" para asegurar su poder y prosperidad. Draven sabía que debía estar alerta y vigilante ante los movimientos de sus rivales. Con el objetivo de obtener información sobre los planes y movimientos de la Casa Moon, Draven envió espías discretamente para vigilar sus actividades. Era consciente de que, a su vez, los Moon también podrían tener espías infiltrados en su propio reinado. Por lo tanto, el Rey Ravenscroft debía ser astuto en sus próximos movimientos, empleando tácticas engañosas y verdaderas para desentrañar los planes de sus rivales.
Aunque en el pasado los Ravenscroft habían apoyado a Francia en la guerra de los cien años, Draven tomó la decisión estratégica de cortar los lazos con el país vecino. Reconoció que ya no necesitaba el apoyo francés para progresar en sus propios dominios. En lugar de depender de alianzas extranjeras, Draven se enfocó en consolidar y expandir su poder dentro de "La otra Inglaterra". El Rey Draven Ravenscroft puso en marcha planes para fortalecer su reino, mejorando la infraestructura y promoviendo el comercio en sus territorios. Fomentó el desarrollo de ciudades y pueblos, alentando a los comerciantes y artesanos a establecerse en sus dominios. Además, promovió la educación y las artes, atrayendo a académicos y artistas para enriquecer la cultura de su reino.
A medida que la Casa Ravenscroft se fortalecía y se expandía, también lo hacía la rivalidad con la Casa Moon. Draven estaba determinado a superar a sus rivales, pero siempre con un enfoque estratégico y realista. Era consciente de que la competencia entre ambos linajes podría llevar a enfrentamientos directos, pero prefería utilizar su astucia y diplomacia para asegurar su posición dominante en "La otra Inglaterra". La historia entre los Ravenscroft y los Moon continuaría, marcada por intriga, desafíos y estrategias políticas. Ambas casas se embarcarían en un juego de poder y supervivencia, utilizando todos los recursos a su disposición para asegurar su dominio en la región.
En ese momento, Draven Ravenscroft sentía una preocupación cada vez mayor por el territorio de "La otra Inglaterra", gobernado por la Reina Nathius y su temible criatura, la Hydra. Los rumores y las historias sobre la existencia de esta criatura habían llegado a oídos de Draven mucho antes de su llegada a Inglaterra, pero ahora se enfrentaba a la realidad de tener que enfrentarse a una amenaza mucho más aterradora que la rivalidad con los Moon.
A medida que Draven exploraba los dominios de la Reina Nathius, podía sentir la tensión en el aire. Los aldeanos y los habitantes de los pueblos cercanos vivían con el constante temor de un ataque de la Hydra. Los relatos de sus feroces ataques y su capacidad para destruir todo a su paso habían dejado una marca indeleble en sus mentes. Draven sabía que si en algún momento su linaje y el de los Moon se enfrentaban a la Casa Nathius, no solo tendrían que lidiar con la rivalidad entre las casas, sino también con la presencia mortal de la Hydra. Esta criatura era un enemigo formidable, capaz de sembrar el caos y la destrucción en su camino. Consciente del peligro inminente, Draven comenzó a tomar medidas estratégicas para enfrentarse a esta amenaza. Reunió a sus consejeros más sabios y a los guerreros más valientes de su linaje para idear un plan de defensa. Estudiaron las debilidades conocidas de la Hydra y buscaron posibles formas de contrarrestar su poder devastador.
Mientras tanto, Draven también envió emisarios a los Moon para discutir una posible alianza en la confrontación contra la Casa Nathius. Aunque la rivalidad persistía entre las dos casas, sabían que debían unir fuerzas para enfrentar un enemigo tan poderoso como la Hydra. La tensión y la incertidumbre crecían a medida que los días pasaban y la fecha de un posible enfrentamiento se acercaba. Draven se preparaba mental y físicamente, reuniendo a sus tropas y fortaleciendo las defensas de sus dominios. Finalmente, llegó el día en que los Ravenscroft y los Moon se unieron para enfrentarse a la Casa Nathius y a la Hydra. Las fuerzas combinadas de las dos casas se reunieron en un último intento de proteger sus tierras y su legado.
El campo de batalla se convirtió en un caos de fuego y acero mientras las espadas chocaban contra las escamas de la Hydra. Los guerreros luchaban valientemente, enfrentando su miedo y su determinación para proteger a sus seres queridos y su linaje. En medio de la batalla, Draven se encontró cara a cara con la Reina Nathius. La mirada desafiante en sus ojos demostraba que ella también estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para defender su territorio y su criatura monstruosa. La batalla fue intensa y despiadada, pero al final, las fuerzas combinadas de los Ravenscroft y los Moon lograron derrotar a la Hydra y a la Casa Nathius. El precio de la victoria fue alto, con pérdidas significativas de ambos lados, pero el territorio quedó asegurado una vez más. Draven Ravenscroft, con el corazón lleno de orgullo y gratitud hacia sus aliados, se preparó para reconstruir y fortalecer los dominios conquistados. Sabía que el desafío de la Hydra había sido superado, pero también era consciente de que nuevas amenazas podrían surgir en el futuro.
"The Other England" 1425.
La batalla entre la Casa Ravenscroft y la Casa Moon se desarrolló en un campo abierto ubicado al lado de un inmenso bosque. El campo de batalla presentaba una topografía variada, con una colina que descendía hacia una llanura y luego ascendía hacia una pequeña montaña. Ambos ejércitos se enfrentaron durante dos días consecutivos, con pocos descansos entre los combates. Antes del enfrentamiento, los comandantes de ambas casas planificaron cuidadosamente sus estrategias con el objetivo de obtener más territorios, desde Rochford hasta Hadleigh. A continuación, se describen las estrategias de cada bando:
El Rey Draven Ravenscroft lideró personalmente a su ejército en la batalla. Conocedor de la ventaja defensiva de la colina cuesta arriba, decidió utilizarla a su favor. Desplegó sus tropas en una formación escalonada en la pendiente, con arqueros en la parte superior y soldados de infantería en las filas inferiores. La estrategia principal de la Casa Ravenscroft fue mantener una defensa sólida y desgastar al enemigo mientras aprovechaban la posición elevada. Sus arqueros lanzaron una lluvia de flechas hacia las filas enemigas, buscando debilitar su formación y causar bajas significativas. Mientras tanto, la infantería se mantuvo firme, protegiéndose con escudos y utilizando lanzas y espadas para repeler los ataques enemigos.
La Casa Moon, consciente de la desventaja de luchar cuesta arriba, decidió utilizar una estrategia más agresiva. Su comandante, Lord Sebastian Moon, desplegó a sus tropas en una formación más compacta y móvil. Priorizaron la velocidad y la capacidad de maniobra para superar la colina y atacar a sus oponentes. La Casa Moon hizo uso de su caballería, que cargó con fuerza y ​​determinación contra las filas de la Casa Ravenscroft. Los caballeros de la Casa Moon, equipados con armaduras y lanzas, rompieron la defensa enemiga y sembraron el caos en las líneas de los Ravenscroft. La infantería de la Casa Moon, formada por soldados disciplinados y bien entrenados, aprovechó el impulso generado por la carga de la caballería para lanzar ataques coordinados contra las tropas enemigas.
Durante los dos días de batalla, se produjeron intensos enfrentamientos cuerpo a cuerpo en el campo de batalla. Los dos ejércitos se enfrentaron en un feroz combate, con espadas chocando, lanzas penetrando escudos y flechas volando por el aire. La colina y la variada topografía del campo de batalla jugaron un papel crucial en los movimientos tácticos y las ventajas estratégicas de ambos bandos. A medida que avanzaba la batalla, la Casa Moon logró romper las líneas defensivas de la Casa Ravenscroft, superando la desventaja de luchar cuesta arriba con su agresiva estrategia y habilidades tácticas. La caballería de la Casa Moon demostró ser especialmente efectiva en desorganizar y debilitar las filas enemigas. Finalmente, después de dos días de combate intenso y con grandes bajas en ambos bandos, la Casa Moon prevaleció y logró obtener una victoria sobre la Casa Ravenscroft. Su estrategia ofensiva y habilidades de combate les permitieron superar las defensas enemigas y asegurar una ventaja en la batalla.
Extra: “Prince Raven”
"The Other England" 1425.
Después de la dolorosa derrota a manos de la Casa Moon, el Reinado Ravenscroft quedó sumido en la desolación. El impacto de la pérdida de sus valientes soldados fue abrumador, y un sentimiento de desaliento se apoderó del reino. Los corazones estaban llenos de pesar y luto por los camaradas caídos en batalla. La derrota no solo trajo consigo un alto precio en vidas, sino que también dejó heridas físicas y emocionales en aquellos que sobrevivieron. El ejército de Ravenscroft, devastado y agotado, se enfrentaba al desafío de reconstruirse y fortalecerse para enfrentar futuras batallas. Los soldados que regresaron llevaban consigo las cicatrices de la guerra: quemaduras en la piel, pérdidas de extremidades y el dolor de haber presenciado la destrucción y el caos en el campo de batalla.
El rey Draven Ravenscroft, aunque afligido por las pérdidas, sabía que debía mantenerse firme y liderar a su pueblo hacia la recuperación. Convocó a sus consejeros más leales y estrategas militares para discutir la reconstrucción del ejército y planificar nuevas estrategias. Se necesitaba un enfoque renovado y una determinación inquebrantable para superar las adversidades y volver a levantarse con fuerza. En los días subsiguientes, el reino de Ravenscroft se sumergió en un arduo proceso de recuperación. Los heridos recibieron atención médica y se les brindó todo el apoyo necesario para su rehabilitación. Los recursos se destinaron a la construcción de hospitales y centros de atención para los veteranos de guerra, donde recibían cuidados especializados y terapias de recuperación. El rey Draven Ravenscroft se aseguró de que ningún soldado quedara desamparado o sin el tratamiento adecuado para sanar sus heridas, tanto físicas como emocionales.
Además, se llevó a cabo un riguroso programa de entrenamiento y reclutamiento de nuevos soldados. El reino estaba decidido a levantarse más fuerte que nunca, y eso significaba fortalecer su ejército con hombres y mujeres valientes dispuestos a luchar por la causa de Ravenscroft. Se impartieron lecciones de combate, tácticas militares y entrenamiento físico para preparar a los nuevos reclutas para los desafíos que les esperaban. A medida que pasaba el tiempo, el reinado de Ravenscroft comenzó a recuperar su fuerza. Los soldados heridos encontraron coraje en su proceso de sanación y se convirtieron en inspiración para los demás. El espíritu de lucha y la determinación se extendieron por todo el reino, y la promesa de un futuro más próspero y seguro se hizo cada vez más evidente.
El rey Draven Ravenscroft, con su liderazgo y sabiduría, guió a su pueblo a través de la oscuridad hacia la luz. La derrota no los debilitó, sino que los fortaleció y los impulsó a buscar la grandeza una vez más. Con cada día que pasaba, el reinado de Ravenscroft se levantaba de las cenizas de la derrota, forjando una nueva era de coraje, honor y esperanza en medio de la adversidad.
Durante los siguientes cinco años, William Ravenscroft se dedicó incansablemente a la construcción y mejora del Manor Castle. El imponente edificio, con su majestuosa arquitectura y elegantes detalles, se convirtió en un símbolo del poder y la grandeza de la Casa Ravenscroft en Rochford. La reputación de William también creció rápidamente, ganándose el título de "príncipe de Rochford" por su habilidad para liderar y proteger a su gente. Criado en "La otra Inglaterra", una tierra llena de misterios y peligros, William aprendió desde temprana edad a desconfiar de aquellos que pudieran intentar socavar el Reinado Ravenscroft. Con una mezcla de cautela y sabiduría, supo rodearse de aliados leales y asegurarse de no caer en las trampas de los enemigos. No deseaba repetir los errores de su padre y estaba decidido a forjar su propio camino, independiente de las intrigas y rivalidades que a menudo envolvían a su linaje.
Fue entonces cuando tomó una audaz decisión: buscaría un nuevo lugar donde establecer un pequeño hogar, apartado pero no muy lejos de Rochford. Consciente de la importancia de la tierra y la seguridad de su familia, se aventuró a explorar los alrededores en busca de un terreno adecuado. Su objetivo era crear un refugio tranquilo y seguro, donde pudiera encontrar paz y alejarse, al menos en cierta medida, de los asuntos del Reinado Ravenscroft.
Guiado por su instinto y conocimiento de la región, William descubrió un lugar idílico en las afueras de Rochford. Un valle rodeado de colinas verdes y bosques frondosos, con un río cristalino que serpenteaba entre ellos. Era el escenario perfecto para su visión de un nuevo hogar, un lugar donde pudiera encontrar un respiro del bullicio del reinado y conectarse con la naturaleza que tanto amaba. Con la ayuda de expertos artesanos y trabajadores locales, William comenzó la construcción de su nuevo hogar. Utilizando materiales de la más alta calidad y respetando las técnicas tradicionales de construcción, creó una pequeña residencia que reflejaba su propio espíritu: simple pero elegante, acogedora pero imponente.
El hogar de William se convirtió en un refugio de tranquilidad y serenidad, donde podía escapar de las tensiones y responsabilidades del Reinado Ravenscroft. Allí encontró consuelo en la belleza de los paisajes circundantes, pasando horas perdido en sus pensamientos mientras paseaba por los senderos serpenteantes del bosque o se sentaba junto al río, dejando que el susurro del agua calmara su espíritu. Aunque su compromiso con su linaje y su deber como miembro de la Casa Ravenscroft no disminuyó, William encontró un equilibrio entre sus responsabilidades y su necesidad de autonomía. Su nuevo hogar se convirtió en su santuario personal, un lugar donde podía recargar energías y encontrar la inspiración necesaria para enfrentar los desafíos que le esperaban.
William, a pesar de haberse establecido en las afueras de Rochford, no se encontraba demasiado alejado del imponente Manor Castle, residencia ancestral de los Ravenscroft. Aunque buscaba cierta independencia y un nuevo hogar, no estaba dispuesto a abandonar por completo a su padre, el Rey Draven Ravenscroft, quien atravesaba una profunda depresión a causa de las batallas perdidas y las consecuentes derrotas sufridas por su linaje. William comprendía la frustración de su padre y no deseaba emprender más campañas de conquista, optando por consolidar los territorios ya bajo su dominio desde su llegada a "La otra Inglaterra".
Sin embargo, William era consciente de las limitaciones impuestas por la Casa Nathius, a la que pertenecía Essex desde hace siglos. Aunque se les permitió a los Ravenscroft tener tierras y extenderse en cierta medida, su influencia se encontraba restringida por la aprobación de la Reina Nathius. No podrían reclamar el control total de Essex ni llevar a cabo ambiciosos planes de expansión. Estaban limitados por los acuerdos que permitían a los Nathius mantener su poder y dominio sobre esas tierras ancestrales. William, respetuoso de los acuerdos establecidos y consciente de las dificultades que enfrentaría en caso de desafiar la soberanía de los Nathius sobre Essex, decidió no involucrarse en los asuntos políticos y territoriales de su padre. En cambio, se centró en establecer su nuevo hogar y construir una vida apartada de los conflictos y la ambición desmedida. Su objetivo era mantener la paz en su pequeño rincón de "La otra Inglaterra" y asegurar la prosperidad de su propia familia, sin caer en las trampas y ambiciones que habían consumido a su padre.
Atticus Moon estaba distanciándose de su padre al igual que William, ambos príncipes estaban hartos de ser meros títeres de las guerras de ambos linajes, Atticus encontró los recientes terrenos de William Ravenscroft, ambos se comprendieron bastante bien y se creo una nueva amistad.
William — Estoy cansado de esta constante lucha entre nuestros linajes. Somos príncipes, pero a veces me siento como un mero títere en las manos de nuestros padres. —
Atticus — Comprendo perfectamente cómo te sientes, William. Me sucede lo mismo. Nuestros destinos parecen estar predestinados por las guerras y rivalidades de nuestros linajes. ¿No crees que deberíamos buscar nuestro propio camino? —
William — Eso es exactamente lo que he estado pensando. No quiero vivir en medio de este conflicto interminable. Quiero encontrar mi propio propósito, lejos de las disputas y las ambiciones de poder. —
Atticus — Estoy de acuerdo contigo. Tal vez haya una forma de escapar de este destino impuesto. He oído hablar de los nuevos territorios que has explorado en el condado de Essex. ¿Crees que podríamos encontrar un lugar allí, lejos de la influencia de nuestras familias? —
William — Es posible. He descubierto algunos lugares prometedores en mis exploraciones. Tal vez podríamos establecer una vida juntos, apartados de todo esto. Un lugar donde podamos ser libres para elegir nuestro propio camino. —
Atticus — Eso suena como un sueño hecho realidad, William. Crear nuestro propio destino, lejos de las guerras y las intrigas de nuestros linajes. Juntos podríamos construir algo nuevo, algo diferente. —
Al paso de los siguientes meses, William se vio en la necesidad de emprender un viaje para explorar nuevos territorios dentro del condado de Essex. A pesar de su arraigo en Rochford, sentía la inquietud de encontrar un lugar más adecuado para establecerse. Aprovechando la reciente tregua entre el Reinado Ravenscroft y el Reinado Moon, en la cual se comprometían a no atacarse mutuamente, se presentaba una oportunidad perfecta para buscar más allá de las fronteras conocidas. Con su espíritu explorador avivado, William se aventuró hacia tierras cercanas a Hadleigh, donde se asentaban los Moon. Mientras avanzaba por el territorio desconocido, sus oídos captaron un estremecedor estruendo, seguido de gritos y el sonido de espadas chocando. Era evidente que el ejército se encontraba en medio de un enfrentamiento, pero lo que llamó especialmente su atención fue la presencia de una misteriosa mujer.
Observó con fascinación cómo la mujer, dotada de habilidades sobrenaturales, desataba su poder. Desde las palmas de sus manos, emanaban destellos de energía que manipulaba hábilmente para controlar los elementos a su voluntad. Lanzaba ráfagas de fuego, conjuraba ráfagas de viento que derribaban a sus enemigos y utilizaba la tierra para protegerse de los ataques enemigos. A medida que se acercaba, William pudo apreciar la destreza y precisión con la que la mujer utilizaba sus poderes. Observó cómo las lanzas arrojadas por los soldados enemigos eran detenidas en el aire, suspendidas a una distancia segura de ella. Era un espectáculo impresionante y sobrecogedor, un testimonio de que una fuerza sobrenatural se escondía entre las sombras, manejando los hilos del conflicto en curso.
Intrigado y cautivado por la escena, William decidió aproximarse con cautela. Reconoció que, aunque la mujer parecía ser una formidable combatiente, también estaba en una posición vulnerable. Se preguntaba quién era ella y cuál era su motivación para enfrentarse a un ejército en solitario. ¿Estaría luchando por una causa justa? ¿O sería una fuerza manipuladora que buscaba desestabilizar la región? Mientras se acercaba, William evaluó sus opciones. ¿Debería unirse a la mujer en su lucha? ¿O sería más sensato observar desde la distancia y buscar respuestas a sus preguntas antes de tomar alguna decisión? Sabía que, en este mundo de intrigas sobrenaturales y juegos políticos, cada elección podía tener repercusiones imprevistas.
La mujer de cabellos dorados desplegó con maestría un muro de llamas ardientes que envolvía al ejército del linaje Moon, generando una barrera de fuego infranqueable. En medio de las llamas danzantes, abrió una pequeña puerta, invitando al príncipe Atticus Moon a adentrarse en ella. Con su armadura empuñando una espada colosal, el príncipe avanzó decidido, aunque exhausto por el agotador escape. Las llamas le rozaron, pero su cuerpo permaneció ileso, protegido por el poder otorgado por la misteriosa mujer. Sin embargo, la lealtad del príncipe hacia su propio linaje quedó en entredicho cuando un arquero enemigo le atravesó las costillas con dos certeras flechas, y otro clavó una en su rodilla para impedir su avance.
En ese momento crítico, William, el otro príncipe, se dirigió velozmente hacia la posición de Atticus. Ambos príncipes ya se habían enfrentado en cruentas batallas en el pasado bajo las órdenes de sus respectivos padres. Consciente del peligro que acechaba a su compañero, William se dispuso a socorrerlo. La misteriosa mujer, hábil en sus artes, creó escudos protectores a su alrededor, formando un escudo impenetrable que desvió la lluvia de flechas que amenazaba sus vidas.
Part II: “The False King”
Amsterdam. 1405.
Año 1405. El Linaje Moon emergió desde las tierras de Ámsterdam para entrelazarse con los destinos de Inglaterra. Esta casa noble decidió apoyar al reino inglés en la cruenta guerra de los cien años, aunque en el fondo sus motivaciones eran más complejas. En un principio, su lealtad podía parecer un simple intento de obtener beneficios estratégicos, pero en realidad había un lazo familiar que los unía a estas tierras. El señor Valerius Moon, patriarca de la familia, no era precisamente un lord virtuoso. Sus palabras siempre estaban envueltas en engaños y su sed de poder parecía insaciable. A lo largo de su vida, se ganó el desprecio de muchos, pero eso no le impidió buscar incansablemente el poder a cualquier precio. Tuvo dos hijos, siendo el primogénito Orion Moon, quien siempre protegía con dedicación a su hermano menor, Atticus. A pesar de ser hijos de distintas madres, eso nunca fue un obstáculo para la sólida conexión que forjaron como familia.
El padre de la familia, Valerius, era conocido por su reputación como mujeriego en su época. Sin embargo, su mente ambiciosa no se detenía en el pasado, sino que ansiaba tomar rumbo hacia Inglaterra, fascinado por lo que llamaban "La otra Inglaterra". Movido por sus ansias de grandeza, Valerius soñaba con obtener un título real y sentarse en el trono como legítimo rey. Esta visión dominaba sus pensamientos y lo impulsaba a adentrarse aún más en las intrigas y los juegos de poder de la época. Así, en medio de un escenario de ambición y búsqueda de poder, el Linaje Moon se dispuso a emprender un camino incierto hacia la tierra de los reyes. Sin embargo, solo el tiempo revelaría las respuestas a medida que se adentraran en los oscuros territorios del poder y la ambición desmedida.
"The Other England" 1420.
Tras la aplastante victoria sobre su rival en la batalla, la sed de poder de Valerius se avivó aún más, alimentando su ambición de expandirse por todo Hadleigh. No obstante, en "La otra Inglaterra" no solo se encontraba su enemigo común, el Rey Draven Ravenscroft, sino que también tenía sus ojos puestos en la Reina Nathius. Esta poderosa gobernante contaba con el respaldo temible de la legendaria Hydra, una fuerza imbatible que se interponía en el camino de Valerius. Aunque había intentado enfrentarla en el campo de batalla en el pasado y había sufrido una derrota aplastante, ahora, en lugar de buscar la victoria con la espada, decidió conquistarla en el campo del romance.
Valerius se sumergió en un mar de pensamientos, trazando cuidadosamente las estrategias que podría emplear para ganarse el corazón de la Reina Nathius. Sabía que el amor y la pasión podían ser armas más poderosas que cualquier ejército. Consideró múltiples enfoques, desde ser galante y caballeroso hasta tejer redes de intriga y manipulación para debilitar su confianza en otros. Valerius se daba cuenta de que debía actuar con cautela y sutileza, ya que no podía permitirse cometer errores en su plan para conquistar a la Reina. En su búsqueda por conquistar a Nathius, Valerius se sumergió en los recovecos más oscuros de la política y la intriga palaciega. Tramó alianzas y pactos secretos, tejiendo una telaraña de influencia a su alrededor para ejercer presión sobre la Reina desde todos los ángulos. Utilizó su astucia y persuasión para ganarse la confianza de aquellos cercanos a Nathius, esperando que sus influencias fueran el camino hacia su corazón.
Sin embargo, Valerius también era consciente de que la Reina no era una mujer fácil de engañar. Sabía que ella poseía una sabiduría y una intuición inquebrantables, lo que lo llevó a replantear constantemente sus estrategias y adaptarse a los obstáculos que se presentaban. En cada encuentro, se aseguraba de desplegar todo su encanto y magnetismo, usando su ingenio para cautivarla y hacerla cuestionar su posición actual. Mientras Valerius maquinaba su plan para conquistar a la Reina Nathius, el futuro de "La otra Inglaterra" pendía de un hilo. Las alianzas se forjaban y se rompían, los corazones se enredaban en una maraña de intrigas y los destinos de los linajes se entrelazaban de manera impredecible. Las batallas no solo se libraban en los campos de guerra, sino también en las cámaras y salones, donde las pasiones y los deseos tejían un entramado oscuro y peligroso.
Con determinación en su mirada, Valerius se dirigió con paso firme hacia Southend-on-Sea, decidido a proponerle matrimonio a la Reina Nathius y así asegurarse un aumento en su poder. No estaba dispuesto a rendirse bajo ninguna circunstancia. Llegó frente a la majestuosa presencia de la soberana, arrodillándose con humildad mientras pronunciaba sus palabras.
— Mi señora, reconozco mis errores pasados al atacaros con mi ejército. Aquí me tenéis, humillado y arrepentido. Os ruego que aceptéis mi petición de matrimonio, en pos de un futuro próspero para ambos — Expresó Valerius con voz firme, intentando ocultar el ansia de poder que ardía en su interior. Sin embargo, en las sombras acechaba Akrenór, el único hijo de la Reina Nathius, fruto de un incesto con su hermano mayor. Desconfiaba profundamente de las estratagemas del Rey Moon y no tardó en informar a su madre de los planes que este urdía para expandir su falso trono. Akrenór sabía que Valerius no era más que un lord ambicioso que pretendía desempeñar un papel mucho mayor del que le correspondía. Desde su llegada a "La otra Inglaterra", Valerius se había erigido como un falso rey, alimentando su ego tras una victoria obtenida más por suerte que por habilidad.
La Reina Nathius escuchó atentamente las palabras de Valerius, ocultando su verdadero sentir detrás de una máscara de impenetrabilidad. Conocía bien las intenciones de aquel hombre astuto y manipulador. Sabía que su ambición no conocía límites y que su propuesta matrimonial no era más que un medio para aumentar su propio poder. En su interior, Nathius debatió las opciones que se le presentaban. Por un lado, la alianza con Valerius podría otorgarles un poderoso respaldo y beneficios políticos considerables. Sin embargo, no podía ignorar las advertencias de su hijo Akrenór, quien había visto a través de las maquinaciones del falso rey.
La Reina sabía que debía actuar con cautela y prudencia. No podía dejarse llevar por las promesas tentadoras de Valerius sin considerar las consecuencias. Su trono y el destino de "La otra Inglaterra" estaban en juego, y tomar una decisión equivocada podría desencadenar una serie de eventos catastróficos. Mientras Valerius esperaba ansioso la respuesta de la Reina, el futuro de ambos se volvía incierto. Los hilos del destino se entretejían en una danza compleja y peligrosa, donde la ambición, el amor y el poder se entrelazaban en una red intrincada. La historia de "La otra Inglaterra" aún guardaba secretos y giros inesperados que solo el tiempo revelaría.
Akráttma soltó una suave carcajada al escuchar las arrogantes palabras del falso rey. — ¿Y por qué aceptaría tal proposición? Vos no sois relevante para mi, y no tiene suficiente poder para estar a mi altura — Respondió con desdén. Las palabras de desprecio de Akráttma no le sentaron bien a Valerius, quien se tomó esas palabras como un desafío personal. "No tiene suficiente poder" — Regresaré con poder para ser de su altura mi señora — Declaró Valerius con una sonrisa maliciosa mientras hacía una reverencia antes de abandonar nuevamente las tierras de la Reina Nathius. Sabía que no podía permitir que esas palabras quedaran sin respuesta, y se comprometió a buscar los medios necesarios para fortalecerse y demostrar su valía.
La Reina Nathius, la Creadora del Destino, ya había trazado el camino de Valerius en su propia historia. Sabía que su regreso no sería esperado ni bienvenido, pues ella misma había escrito su destino final. Con su mirada fija en el futuro y sus hilos entrelazados con el destino de todos, la Reina Nathius aguardaba pacientemente los eventos que estaban por desplegarse. Mientras tanto, Valerius se sumergiría en un viaje lleno de desafíos y pruebas, buscando obtener el poder y la influencia necesarios para enfrentarse a Akráttma y demostrar que era digno de estar a su altura. Las tierras que recorrería estarían llenas de peligros y tentaciones, pero su determinación no flaquearía. En cada paso que diera, Valerius se acercaría más a su objetivo, sin saber que los hilos del destino ya estaban tejidos en su camino, entrelazando su historia con la de aquellos que cruzaran su camino.
Valerius de inmediato tomó rumbo a Hadleigh, invitando a su mano derecha para que lo acompañara dentro del lujoso carruaje. Mientras se dirigían hacia su destino, Valerius entabló una conversación de suma importancia. — He de aquí mi orden sencilla de entender, buscad un aquelarre poderoso y traedme a quienes pertenezca de esté, quiero obtener poder de alguna forma u otra. — Comenzó Valerius con determinación.  La mano derecha del falso rey asintió en señal de aceptación, consciente de la importancia de cumplir esa misión.
Los mejores exploradores de Hadleigh, respaldados por un destacamento de la Guardia Real del Rey Valerius, se pusieron manos a la obra para trazar una estrategia adecuada. No pasó mucho tiempo antes de que idearan un plan que los llevaría directamente hacia los posibles lugares donde podrían encontrarse aquellas brujas de gran poder. Los rumores y las leyendas les sirvieron como guía en su búsqueda. Historias de aquelarres secretos y reuniones mágicas se tejían en las sombras de la noche. Los exploradores y la Guardia Real se adentraron en bosques oscuros y en lugares misteriosos, dispuestos a encontrar a las brujas que Valerius buscaba.
Con cautela y astucia, siguieron las pistas que les conducirían hacia su objetivo. Los ecos de hechizos antiguos y el suave susurro del viento guiaron sus pasos, mientras se acercaban cada vez más al aquelarre. La promesa de poder y conocimiento oscuro les impulsaba a seguir adelante, sin importar los peligros que pudieran encontrar en su camino. Finalmente, llegó el momento en que los exploradores y la Guardia Real se encontraron frente al aquelarre poderoso. La tensión en el aire era palpable, pero también lo era la determinación en los ojos de Valerius. Sabía que allí, en medio de esas brujas y sus rituales ancestrales, encontraría una oportunidad para obtener el poder que tanto anhelaba.
Extra: “The Stone Witch”
Wales. 1420.
En lo profundo de los exuberantes paisajes de Gales: Formando parte del Reino de Inglaterra, bajo el dominio de la corona inglesa. En el año 1425, existía un pequeño y encantador pueblo donde la brujería y la magia eran parte intrínseca de la vida cotidiana. Allí, un antiguo aquelarre de brujas con el apellido Stone y hechiceros se reunía en secreto, bajo la guía sabia de la Bruja anciana Elysia Stone. Las casas de techo de paja y las calles empedradas del pueblo estaban impregnadas de misterio y magia. Desde temprana edad, los niños eran educados en las artes ocultas, aprendiendo a manejar las energías del universo y a canalizar sus poderes internos. Cada hogar tenía su propio rincón sagrado, adornado con velas, hierbas aromáticas y libros de hechizos heredados de generación en generación.
En este aquelarre, cada miembro tenía su especialidad y habilidades únicas. Algunos dominaban el arte de la curación, utilizando hierbas y el poder de la intuición para sanar enfermedades y aliviar el sufrimiento. Otros eran expertos en la adivinación, capaces de leer las estrellas y las cartas del tarot para desentrañar los secretos del futuro. Y no podía faltar aquellos que dominaban la magia elemental, controlando el fuego, el agua, la tierra y el aire con destreza asombrosa. En las noches de luna llena, el aquelarre se reunía en un claro del bosque, rodeado de altos árboles y misteriosas sombras. Allí, bajo la brillante luz lunar, entonaban cantos ancestrales y realizaban rituales sagrados para honrar a los antiguos dioses y diosas. Las hogueras danzaban y las chispas se elevaban hacia el cielo estrellado, mientras las brujas y los hechiceros compartían sabiduría y fortalecían sus lazos mágicos.
Pero no todo era armonía y paz. A medida que la influencia inglesa se extendía sobre Gales, la brujería comenzó a ser percibida como una amenaza por las autoridades locales. Los aquelarres eran perseguidos y temidos, y muchos de sus miembros fueron injustamente acusados de herejía y brujería. Sin embargo, la comunidad mágica de Gales se mantuvo unida, protegiéndose mutuamente y manteniendo viva la llama de la antigua sabiduría. En medio de esta lucha por la supervivencia y la preservación de su legado, una joven bruja llamada Aelara emergió como una poderosa líder. Con su valentía y habilidades extraordinarias, se convirtió en la protectora del aquelarre y la voz de resistencia contra la opresión. Guiada por los espíritus ancestrales y con el apoyo de sus hermanas y hermanos mágicos, Aelara se enfrentó a los enemigos con determinación y sabiduría, buscando restaurar el equilibrio entre la magia y el mundo humano.
Vivir en Gales rodeado de brujería y magia significaba estar inmerso en un universo de maravillas y poderes sobrenaturales. Cada día era una oportunidad para explorar los límites de lo posible, para conectarse con lo divino y para honrar las fuerzas de la naturaleza. Sin embargo, también implicaba cargar con la responsabilidad de proteger y preservar los secretos ancestrales, enfrentando los desafíos y peligros que se cernían sobre ellos. En este rincón mágico de Gales, la brujería y la magia fluían como un río constante, alimentando los corazones y las almas de aquellos que se atrevían a abrazar su poder. En medio de la oscuridad y la incertidumbre, el aquelarre de brujas y hechiceros se convertía en una fuente de luz y esperanza, recordando a todos que la magia siempre estaría presente, custodiando los secretos del pasado y guiando el camino hacia un futuro lleno de misterio y maravilla.
Aelara, con su cabello oscuro y ojos penetrantes, era la más joven y prometedora bruja del aquelarre. Su primo Evander, quien también había perdido a sus padres en la trágica caza de brujas, había sido su compañero inseparable desde la infancia. Juntos, habían encontrado refugio y protección en su abuela Elysia Stone, la venerada líder del pequeño pueblo donde se ocultaban. El pueblo, escondido en las profundidades de Gales, era un oasis de magia y poder. Las brujas y los brujos que lo habitaban vivían en armonía con la tierra madre, aprovechando su energía para fortalecer sus dones y mantenerse a salvo de los ojos inquisidores de la sociedad. Estaban conscientes de los acontecimientos que ocurrían en Inglaterra y "La otra Inglaterra", pero habían decidido mantenerse apartados de los conflictos y las intrigas de aquellos reinos lejanos.
Elysia, una sabia y poderosa hechicera, sabía que su tiempo como líder estaba llegando a su fin. Y había visto en Aelara el potencial para sucederla y guiar al aquelarre en el futuro. Confiaba en que su nieta poseía una magia excepcional, heredada de generaciones anteriores. Por eso, la protegía celosamente de cualquier amenaza que se acercara al pueblo. Evander compartía la carga de mantener a salvo a Aelara y asegurarse de que su destino no fuera truncado prematuramente.
Aunque el pueblo vivía en relativa paz, no estaban exentos de peligros. Los cazadores de brujas acechaban en todas partes, y cualquier indicio de su presencia podía poner en peligro la vida de todos los habitantes. Evander, con su aguda intuición, se mantenía alerta ante la llegada de extraños, filtrando cualquier amenaza potencial para mantener a salvo a su amada prima y a su abuela. Mientras Aelara continuaba su entrenamiento y exploraba los límites de su poder, el destino se tejía a su alrededor. Las sombras del pasado y los misterios del futuro se entrelazaban en su camino, y su papel como futura líder del aquelarre se volvía cada vez más evidente.
"The Other England" 1425.
La oscuridad se cernía sobre el pueblo del aquelarre Stone mientras la tragedia se desataba implacablemente. Las sombras de la noche sirvieron como cómplices silenciosos para los guardias reales del linaje Moon, quienes ejecutaron su cometido sin titubear. Las órdenes del Rey falso eran claras: localizar y encontrar a la bruja más poderosa del aquelarre, sin importar las vidas inocentes que se encontraran en su camino. El sonido de las espadas cortando el aire y el eco de los gritos desgarradores resonaban en cada rincón del pueblo. Las habilidades sobrenaturales de los brujos y brujas del aquelarre Stone se vieron inútiles frente a la brutalidad de sus atacantes. Familias enteras fueron masacradas sin piedad, sin tener la oportunidad de utilizar su magia para defenderse.
Incluso días antes de la fatídica masacre, un guardia real había logrado infiltrarse en el aquelarre, caminando sigilosamente entre las sombras y recopilando información valiosa. Su objetivo era identificar a aquellos que debían ser preservados, aquellos que serían necesarios para los planes del Rey falso. La semilla de la traición se había sembrado en medio de la comunidad, socavando su confianza y preparando el terreno para la noche de terror que estaba por venir.
El aquelarre Stone no tenía ni siquiera una semana para prepararse o buscar refugio seguro. Las órdenes eran claras y debían ser cumplidas sin demora. La guardia real del linaje Moon se aseguró de eliminar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino hacia la bruja más importante del aquelarre. La oscuridad y el luto cubrieron las calles una vez bulliciosas del pueblo, ahora convertidas en un escenario desolado. Solo quedaban los ecos de la tragedia y el amargo recuerdo de vidas perdidas. La esperanza parecía desvanecerse, pero en la sombra de la noche siempre hay lugar para la resistencia y la venganza. Aquellos que lograron escapar de la masacre buscarían justicia y encontrarían la manera de enfrentar al Rey falso y a su guardia real.
Aelara quedó paralizada por el shock al presenciar la muerte de su abuela y su primo a manos de la Guardia Real Moon. Fue un golpe devastador para ella, ver cómo su familia era exterminada sin poder hacer nada para detenerlo. En ese momento, los guardias la capturaron y la ataron, dejándola inmovilizada y sin capacidad de defenderse. La Guardia Real Moon había planeado meticulosamente su estrategia, infiltrándose en el aquelarre y eliminando a todos excepto a Aelara, la última descendiente de los Stone.
Conscientes de su poder y del papel crucial que desempeñaría en sus planes, decidieron llevarla a "La otra Inglaterra", cruzando fronteras y manteniendo su presencia en el más absoluto secreto. Era vital que nadie conociera sus movimientos, especialmente el linaje de los Ravenscroft, quienes representaban una amenaza para sus ambiciones. Aelara, en contra de su voluntad, se vio obligada a acatar las órdenes del Rey Falso, quien exigía que le otorgara un poder inimaginable para acercarse a la Reina Nathius.
Arrastrada dentro de los muros del imponente castillo de Hadleigh, Aelara fue encadenada y confinada en un oscuro calabozo. Pasaron largas y tortuosas semanas en las que fue sometida a todo tipo de humillaciones y vejaciones. Los guardias le recordaban constantemente las consecuencias terribles que sufriría si se negaba a obedecer las órdenes del rey. A pesar de su situación desesperada, Aelara se aferraba a una chispa de esperanza. Sabía que dentro de ella aún ardía el poder ancestral de su linaje, y aunque estaba encadenada, no estaba dispuesta a renunciar a su libertad ni a doblegarse ante el tirano que la había capturado. En lo más profundo de su ser, planeaba resistir y encontrar la oportunidad de liberarse, no solo para salvarse a sí misma, sino también para vengar a su familia y restaurar el honor de los Stone.
En medio de la oscuridad de su encierro, Aelara juró que no permitiría que su poder fuera utilizado para alimentar la ambición desmedida del Rey Falso. Aunque sus opciones eran limitadas, su determinación y su conexión con la magia ancestral de su linaje la mantenían en pie. Esperaba pacientemente el momento adecuado para desatar su verdadero potencial y cambiar el curso de su destino, sabiendo que el camino hacia la libertad sería arduo y lleno de desafíos, pero estaba dispuesta a enfrentar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.
Aelara, encadenada en el oscuro calabozo del castillo de Hadleigh, lucha por mantener la cordura mientras pasa los días sin más compañía que la fría piedra que la rodea. La tortura psicológica que le imponen los secuaces del Rey Falso es implacable, pero ella se aferra a su determinación y a la memoria de su abuela y su primo, quienes dieron su vida por la causa del aquelarre. En medio de su confinamiento, Aelara empieza a descubrir nuevas facetas de su poder mágico latente. A medida que pasa el tiempo, desarrolla una conexión más profunda con la energía de la tierra y aprende a manipularla a su voluntad. A través de la meditación y la concentración, desbloquea habilidades que antes desconocía, fortaleciendo su espíritu y preparándose para el enfrentamiento inevitable.
Durante los dos primeros meses de su cautiverio, Aelara experimentó una lucha constante por su supervivencia. Enfrentándose a la implacable presión del Rey Falso para obtener sus poderes, ella se mantuvo firme en su negativa. Sabía que ceder ante sus demandas significaría un peligro inmenso para los demás reinos, pues entregar un poder desconocido a un individuo tan avaricioso sin ningún tipo de entrenamiento previo era una receta para el desastre.
Sin embargo, en medio de su oscuro encierro, Aelara encontró un inesperado aliado en el Príncipe Atticus. Observando la injusticia de que su propio padre la utilizara como un medio para alcanzar más poder, Atticus decidió tenderle una mano y hacer sus días un poco más llevaderos. Aunque no podía ir en contra directa de su padre, se convirtió en una presencia reconfortante en la vida de Aelara. En secreto, el Príncipe Atticus planeaba proteger a Aelara de las garras del Rey Falso. No podía permitir que su padre se obsesionara aún más con obtener un poder desmedido que lo convirtiera en algo más que un simple humano. Por eso, en un gesto de valentía, le propuso a Aelara un plan audaz: engañar al Rey Falso haciéndole creer que le estaba otorgando poder, cuando en realidad no lo hacía.
Ambos sabían que el engaño era arriesgado y requeriría un cuidadoso juego de astucia y manipulación. Estaban dispuestos a correr ese riesgo con tal de mantener a salvo a Aelara y evitar que el Rey Falso se volviera aún más peligroso. Juntos, forjarían un plan detallado, calculando cada movimiento y palabra, con la esperanza de que el engaño les permitiera ganar tiempo y encontrar una forma de liberarse de las garras del tirano. Mientras el destino de Aelara y Atticus se entrelazaba en este peligroso juego de engaño y poder, el futuro de "La otra Inglaterra" pendía en la balanza. El Rey Falso no sospechaba de las intenciones ocultas de su hijo y de la bruja que tenía cautiva. Pronto, el mundo se vería envuelto en una batalla de voluntades y astucia, donde la esperanza y el deseo de libertad brillarían como una chispa en la oscuridad.
Extra: “Prince Moon”
"The Other England": Hadleigh. 1425.
Ser hijo del Rey falso, Atticus Moon, conllevaba una carga pesada y compleja. Desde temprana edad, Atticus comprendió que el trono usurpado por su padre era una fuente constante de problemas y peligros para su linaje y para su propio futuro. No era fácil llevar el nombre de una familia manchada por la ilegitimidad y las malas acciones de su progenitor. Sin embargo, a pesar de las dificultades, Atticus demostró una inteligencia notable y una perspicacia que le permitió comprender las consecuencias que el reinado falso tendría en el futuro de su estirpe. El apodo de "El Rey falso" resonaba en sus oídos día y noche, susurrado en voz baja por aquellos que vivían bajo el dominio de su padre. Era una etiqueta que recordaba constantemente la ilegitimidad y la corrupción que envolvía el reinado Moon.
A pesar de las circunstancias, Atticus no se resignaba a vivir bajo la sombra del falso reinado. Sabía que tenía que actuar con cautela y encontrar la manera de forjar su propio destino, lejos de las ansias de poder y las ambiciones desmedidas de su padre. A medida que crecía, su mente se llenaba de estrategias y planes para proteger a su familia y restaurar la honorabilidad de su linaje. Sabía que no podía permitir que las acciones de su padre mancharan su legado y el futuro de su estirpe. Aunque la carga de ser el hijo del Rey falso era abrumadora, Atticus se aferraba a la esperanza de encontrar una salida de aquel laberinto de engaños y oscuridad. Soñaba con un futuro en el que su linaje fuera reconocido por su valía y honorabilidad, no por la sombra nefasta que su padre había arrojado sobre él.
En su corazón ardía la determinación de restaurar el prestigio de su familia y de luchar por un reinado verdadero, basado en la justicia y el bienestar de su pueblo. En aquel momento no pudiera escapar de la influencia de su padre y las garras del falso reinado, Atticus se preparaba en silencio para el momento oportuno. Buscaba aliados leales y formaba alianzas secretas con aquellos que compartían su visión de un futuro mejor. Sabía que el camino hacia la redención sería difícil y peligroso, pero estaba dispuesto a enfrentar cualquier adversidad.
Aelara se encontraba atrapada en un juego peligroso de poder y venganza. El odio hacia el Rey falso, crecía con cada día que pasaba. Observando sus movimientos y recordando la masacre del aquelarre Stone, Aelara no podía evitar sentir un profundo desprecio por la avaricia desmedida que impulsaba al monarca. ¿Hasta dónde llegaría su insaciable ambición? Mientras tanto, en el castillo, Aelara tuvo la oportunidad de conocer a Atticus, el hijo del Rey falso. Aunque Valerius intentaba ganarse la confianza de la joven bruja, ella no podía olvidar las atrocidades que su padre había cometido. La idea de confiar en él era inimaginable después de presenciar la destrucción de su propio aquelarre. Sin embargo, Atticus se esforzaba por animarla y hacer que los días en el castillo fueran un poco más llevaderos.
En un momento de intimidad, el Príncipe Moon compartió con Aelara su dilema interno. — La reputación que heredaré es la que menos deseo. . . Es mi padre. . . Es mi Rey. . . Pero no comparto sus ideales. . . — Sus palabras clave revelaron una chispa de esperanza entre los dos, una comprensión mutua que iba más allá de las apariencias. Aelara entendió que Atticus no quería traicionar a su propio padre, pero también anhelaba un cambio en el reino. Fue en ese momento que Aelara comenzó a trazar su plan. Durante una semana, en secreto, preparó meticulosamente un hechizo engañoso que podría cambiar el rumbo de los acontecimientos. Era consciente de la vigilancia constante dentro de los muros del castillo, pero estaba decidida a llevar a cabo su venganza de una manera astuta y calculada.
La determinación ardía en los ojos de Aelara mientras esperaba pacientemente el momento adecuado para poner en marcha su hechizo. Sabía que el destino de ambos estaba entrelazado y que el curso de la historia se vería alterado por sus acciones. La batalla por la justicia y la redención estaba a punto de comenzar, y Aelara no se detendría hasta que el Rey falso pagara por sus crímenes. Con el hechizo listo, Aelara se preparó mentalmente para enfrentar las consecuencias de sus actos. Sabía que el camino que había elegido estaba lleno de peligro y desafíos, pero estaba dispuesta a arriesgarlo todo por su aquelarre y por el Príncipe Moon, el hombre que se había convertido en su aliado en un mundo tan lleno de traiciones.
"The Other England": Hadleigh. 1425. { Dos meses después }
Aelara, durante esos dos largos meses de esclavitud en el castillo, se dedicó en secreto a crear el hechizo perfecto para manipular la mente del Rey falso. Cada noche, en silencio, estudiaba los antiguos textos de magia y conjuros en busca de la clave para su venganza. Su determinación era inquebrantable y su mente estaba enfocada en cada detalle del hechizo. Finalmente, llegó el momento tan esperado. Valerius ordenó que trajeran a Aelara ante él para beneficiarse de sus poderes. Ella se encontraba frente al Rey, con Atticus a su lado, quien observaba atentamente, lleno de esperanza de que el reinado tiránico de su padre llegara a su fin. En lo más profundo de su corazón, deseaba un cambio radical en el reino, incluso si eso significaba traicionar a su propio padre.
Valerius, con su voz autoritaria, le dijo a Aelara — Bien, mi querida Stone. . . — Aelara detestaba que la llamara "mi querida", pero mantuvo la compostura. Sabía que era el momento oportuno para poner en marcha su plan. El hechizo que tanto tiempo le había llevado crear estaba listo para ser utilizado. — Proceded con el hechizo, deseo obtener poder de inmediato — Bajando un poco la cabeza en aparente obediencia, Aelara inició el hechizo. Sus manos se movían con elegancia, trazando símbolos en el aire y entonando palabras antiguas llenas de poder. A medida que el hechizo avanzaba, una energía oscura y misteriosa comenzó a envolver al Rey falso. Era como si su mente estuviera siendo moldeada y manipulada por las habilidades ocultas de Aelara.
En ese instante, Atticus contuvo la respiración, esperando que el hechizo lograra su cometido. Sabía que era un momento crucial, un punto de quiebre en el destino del reino. Si Aelara tuviera éxito, si lograra doblegar la voluntad del Rey falso, podrían desencadenarse eventos que cambiarían el curso de la historia. El hechizo alcanzó su clímax, y Aelara pudo sentir cómo la influencia de su magia se extendía por la mente de Valerius. Sus ojos se encontraron brevemente, y en ese instante, un entendimiento silencioso se estableció entre ellos. Atticus, desde su posición, sabía que Aelara estaba dispuesta a arriesgarlo todo para liberar al reino de la tiranía de su padre.
Valerius, ahora bajo la influencia del hechizo, parecía satisfecho con el resultado. Pero lo que no sabía era que todo era parte del plan de Aelara. Mientras aparentaba obedecer las órdenes del Rey falso, en realidad, estaba tejiendo una red de engaño y manipulación que llevaría a su propia liberación y al fin del reinado opresivo. A medida que el hechizo se completaba, Aelara esperaba pacientemente el momento adecuado para actuar. Sabía que debía ser cautelosa y astuta, evitando cualquier sospecha que pudiera poner en peligro su plan. La venganza estaba al alcance de su mano, pero también lo estaba el peligro y la incertidumbre.
Aelara sabía que el hechizo que había utilizado para manipular la mente del Rey falso debía ser sutil y convincente. Debía hacerle creer que tenía un poder descomunal dentro de él, pero en realidad sería un mero engaño, una ilusión cuidadosamente construida en su mente. El truco consistía en hacer que Valerius creyera firmemente en sus nuevos poderes, para que así pudiera acercarse a la Reina Nathius y con ello tener "La otra Inglaterra" bajo sus manos.
Una vez que terminó de realizar los movimientos y pronunciar las palabras mágicas, Aelara se esforzó por contener una sonrisa en sus labios. El Rey falso, por su parte, mostró un entusiasmo desbordante al "obtener" ese poder que tanto ansiaba. En su mente, aquellos poderes eran reales y palpables, y comenzó a utilizar elementos a su alrededor para demostrar su supuesto dominio sobre ellos. Sin embargo, en realidad, en presencia de la corte, la guardia real y los invitados, la actuación del Rey falso resultó patética y cómica. Sus intentos por controlar los elementos y exhibir sus poderes se convirtieron en una farsa que provocó risas y burlas entre el público. Aelara observaba la escena con atención, manteniendo su rostro serio y ocultando cualquier indicio de satisfacción.
Sabía que este espectáculo serviría para socavar la credibilidad del Rey falso, debilitando su posición y generando dudas entre aquellos que lo seguían ciegamente. La risa resonaba en el salón mientras Valerius, confundido y humillado, intentaba mantener la compostura ante la vergonzosa situación. Para él, aquellos poderes eran tan reales como el aire que respiraba, pero para los demás, era evidente que estaba haciendo el ridículo.
Atticus, por su parte, permanecía firme a un lado de su padre, observando con desprecio cómo este se quedaba sin palabras al darse cuenta de que carecía de cualquier poder. Una profunda vergüenza se apoderó del Rey falso al descubrir la realidad del engaño, y rápidamente esa vergüenza se transformó en ira cuando sus ojos se posaron en Aelara. Sin vacilar ni un instante, dio la orden: — ¡Matadla! —
Sin embargo, el grito del rey no tuvo el efecto esperado, pues olvidaron un detalle crucial. Aelara se encontraba libre, a tan solo unos metros del falso monarca, y los miembros de la Guardia Real, a pesar de estar obligados a obedecer, se mantuvieron inmóviles. En lo más profundo de sus seres, sentían un profundo desprecio por sus acciones anteriores al masacrar al aquelarre Stone, y no estaban dispuestos a llevar las órdenes de Valerius hasta ese extremo.
Valerius, cada vez más furioso, vociferó nuevamente: — ¡He dado una orden, obedeced! ¡Matadla! —. Pero sus palabras cayeron en oídos sordos. La Guardia Real permaneció en su lugar, desafiando las órdenes del tirano que tenían como rey. Solo unos pocos miembros de la Guardia Real obedecieron la orden y desenfundaron sus arcos, apuntando hacia Aelara. Sin embargo, la astuta bruja rápidamente creó un escudo protector a su alrededor, aprovechando el espacio vacío frente a ella, y conjuró una llamarada intensa que envolvió al Rey falso, reduciéndolo a cenizas. Un grito desesperado escapó de los labios del tirano, marcando su último aliento.
Atticus, quien no esperaba presenciar la muerte de su propio padre a tan solo dos metros de distancia, reaccionó rápidamente. Se dirigió directamente hacia Aelara y la ayudó a abrirse paso entre la multitud que se había congregado. A su alrededor, los arqueros, que aún sostenían sus arcos en tensión por las órdenes anteriores, comenzaron a bajar sus armas. La muerte del Rey falso había cambiado la situación drásticamente.
La Guardia Real, liberada de la obligación de obedecer a un monarca muerto, se encontraba en un estado de incertidumbre. Ahora, el legítimo heredero del trono era Orion Moon, el primogénito de la familia real, aunque desafortunadamente no se encontraba presente en el castillo en ese momento. La transición de poder se volvía un asunto complejo y urgente, mientras Atticus y Aelara se esforzaban por abrirse camino hacia la seguridad y buscar un lugar donde pudieran planificar los siguientes pasos en esta nueva era para el reino.
En cuanto Atticus y Aelara salieron del castillo huyendo todo lo posible para que ningún arquero les causará algún daño en campo abierto. Aelara desplegó con maestría un muro de llamas ardientes que envolvía al ejército del linaje Moon, generando una barrera de fuego infranqueable. En medio de las llamas danzantes, abrió una pequeña puerta, invitando al príncipe Atticus Moon a adentrarse en ella. Con su armadura empuñando una espada colosal, el príncipe avanzó decidido, aunque exhausto por el agotador escape.
Las llamas le rozaron, pero su cuerpo permaneció ileso, protegido por el poder otorgado por la misteriosa mujer. Sin embargo, la lealtad del príncipe hacia su propio linaje quedó en entredicho cuando un arquero enemigo le atravesó las costillas con dos certeras flechas, y otro clavó una en su rodilla para impedir su avance. William, el otro príncipe, se dirigió velozmente hacia la posición de Atticus. Ambos príncipes ya se habían enfrentado en cruentas batallas en el pasado bajo las órdenes de sus respectivos padres.
Consciente del peligro que acechaba a su compañero, William se dispuso a socorrerlo. Aelara siendo hábil en sus artes, creó escudos protectores a su alrededor, formando un escudo impenetrable que desvió la lluvia de flechas que amenazaba sus vidas. Orion Moon, el hermanastro de Atticus llegó minutos después de aquello alzo la voz — ¡Detengan el ataque, es una orden! — La guardia Real se pusieron delante de los arqueros, estos con vergüenza aún siguiendo las ordenes del Rey falso bajaron sus arcos. William por su parte sostuvo el cuerpo semi frío de Atticus. . .
Extra: “Moonstone”
"The Other England": Hadleigh. 1430.
Atticus Moon luchó con todas sus fuerzas para sobrevivir, pero a pesar de los esfuerzos desesperados de los médicos por cerrar sus heridas, las hemorragias internas fueron implacables, dañando órganos vitales que no pudieron ser salvados. El dolor de su pérdida era inmenso para Aelara, quien en la intimidad de la habitación habló con su hermano mayor, Orion, el cual se convertiría en el nuevo Rey. Aelara le reveló una posibilidad, aunque con un precio muy elevado.
— Después de la muerte, el alma a veces regresa al cuerpo, pero las personas ya no son las mismas —  Explicó Aelara con cautela. — Sin embargo, tengo la capacidad de convertir a Atticus en un brujo. Podría devolverle la vida y mantener su humanidad intacta. Si lo deseas, me encargaré de traerlo de vuelta como parte de mi aquelarre —
La propuesta de Aelara dejó a Orion en una encrucijada. No quería perder a su único familiar, pero también comprendía los riesgos que acompañaban a esta oferta. Aunque Atticus estaría dentro del aquelarre Stone, sería un Moon para siempre. Con un nudo en la garganta, Orion finalmente asintió y aceptó el trato, confiando en la habilidad de Aelara para traer de vuelta a su amado hermano como última esperanza.
"The Other England": Hadleigh. 1431. { Un año después }
— Es extraño. . . —  Murmuró Atticus mientras reflexionaba sobre el año arduo de entrenamientos intensivos para dominar el uso de los elementos y otras habilidades como recién convertido en brujo. No podía negar que había progresado notablemente en las prácticas. Aelara, su mentora, había sido excepcional al enseñarle todo lo mejor posible, y los resultados habían sido sorprendentes.
"Pero tenemos siglos por delante, no es necesario presionarnos tan pronto", se recordó a sí mismo. El romance que había surgido entre ellos durante ese año de entrenamiento había sido inesperado. Los largos días de práctica y los desafíos compartidos habían forjado un vínculo especial entre Atticus y Aelara.
En ese mismo año, se produjeron cambios significativos en "La otra Inglaterra". Se estableció una alianza entre los Linajes Moon y Ravenscroft, ya que William asumió el puesto de nuevo Rey. Draven, por su parte, decidió retirarse del trono como Patriarca, confiando en que su talentoso primogénito llevaría el linaje hacia un futuro mucho mejor.
Así comenzó una nueva era para el reino, libre de guerras innecesarias. William y Orion, unidos en su propósito, lideraron el camino hacia una época de prosperidad y armonía para su pueblo.
"The Other England": Hadleigh. 1432. { 2 años después }
— Sé mi esposa. . . — Las palabras resonaron en el aire, llenas de emoción y anhelo, mientras Atticus encontraba el valor para expresar su deseo a Aelara. Estaban en Hadleigh, disfrutando de un momento de calma y serenidad. Aelara, tras fingir un breve momento de duda, con una sonrisa apenas contenida en sus labios, aceptó la propuesta. Ambos sabían que estaban destinados a estar juntos.
La ceremonia de matrimonio fue planificada con esmero y se llevó a cabo unos meses después. Orion, el hermano mayor de Atticus, se encargó de organizar cada detalle, disfrutando de su papel de hermano mayor y responsable. No escatimó esfuerzos para asegurarse de que todo saliera perfecto y sin contratiempos. Los Ravenscroft, una familia aliada desde hace generaciones, fueron invitados especiales en esta ocasión tan significativa.
El día de la unión, marcado por la creación de un nuevo linaje llamado "Moonstone", fue uno de los más importantes en la historia de ambos linajes. La triada de alianzas selló un compromiso duradero y prometedor para los siglos venideros. La unión de Atticus y Aelara simbolizaba la fusión de sus herencias, llevando consigo la promesa de un futuro próspero y lleno de amor.
El matrimonio de Atticus y Aelara no solo fortaleció los lazos entre sus familias, sino que también cimentó una conexión profunda y duradera entre ellos. Juntos, enfrentarían los desafíos y aventuras que les deparaba el destino, mientras continuaban su camino en "La otra Inglaterra", un mundo lleno de magia, misterio y posibilidades infinitas. Los votos fueron distintos, uno cristiano y por parte de ella un ritual de unión.
— En presencia de Dios y ante todos los testigos aquí reunidos, yo Atticus Moon tomo a Aelara Stone como mi esposa, en cuerpo y alma. Juro serle fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y amarla y respetarla todos los días de mi vida. Prometo protegerla y proveer para ella, en tiempos de alegría y en tiempos de tristeza, y compartir con ella mis alegrías y penas. Juntos enfrentaremos los desafíos que la vida nos presente, y construiremos un hogar basado en el amor, la confianza y la comprensión mutua. Este compromiso es sagrado y duradero, y lo sello con mi palabra y mi corazón. —
— Yo, Aelara Stone, en presencia de los elementos primordiales y los espíritus ancestrales, hago este juramento de unión contigo, Atticus Moon. En la oscuridad y en la luz, en la calma y en la tormenta, juntos caminaremos por el sendero de la magia y el conocimiento ancestral. Prometo honrar nuestra conexión y respetar tu individualidad como un ser mágico único. En nuestras prácticas y rituales, seremos compañeros de hechicería, apoyándonos y aprendiendo el uno del otro.
Juramos mantener viva la llama de la sabiduría antigua, compartiendo nuestros conocimientos y experiencias para enriquecer nuestra magia y nuestra comunidad. Como brujos y brujas, estaremos en armonía con la naturaleza y utilizaremos nuestras habilidades para sanar y proteger a aquellos que lo necesiten. En este vínculo mágico, prometemos explorar los misterios ocultos del universo y descubrir juntos nuevos caminos de transformación y crecimiento personal.
Que nuestras almas se entrelacen en un baile eterno de energía mística y amor inquebrantable. Así lo afirmo en presencia de los elementos y los espíritus, en este día y en todos los días venideros. Bendecidos seamos en nuestra unión mágica. —
Amsterdam: Haarlem. 1435. { Tres años después }
Atticus y Aelara dedicaron los siguientes tres años a fortalecer y expandir el aquelarre de Moonstone, atrayendo a nuevos miembros de diferentes continentes que ansiaban unirse a esta poderosa unión. Con cada nuevo integrante, el poder de Moonstone se incrementaba, ya que cada uno contribuía con su energía para las generaciones futuras. Durante este tiempo, la pareja también recibió la bendición de convertirse en padres y dio la bienvenida a su primera hija, Anris Moonstone.
Conscientes de la importancia de criar a su hija en un entorno adecuado, Atticus y Aelara tomaron la decisión de emprender un cambio significativo en sus vidas. Orion, comprensivo y leal como siempre, los acompañó en esta nueva travesía. Juntos, se embarcaron en un viaje hacia un destino desconocido, dejando atrás Ámsterdam, su antiguo hogar. Era un acto de renacimiento para el linaje Moon, y con el apoyo de Orion, podían forjar un nuevo camino hacia un futuro próspero.
Mientras tanto, el hermano de Atticus, William Ravenscroft, también había experimentado cambios importantes en su vida. Había contraído matrimonio un año antes y, como un verdadero hermano para Atticus y Aelara, se unió a ellos en esta travesía. La reciente pérdida de su padre, el patriarca Draven, había dejado un vacío en sus corazones, y juntos, decidieron enfrentar los desafíos y responsabilidades de liderar ambos reinos.
Este viaje no solo representaba una nueva etapa para la familia Moonstone, sino también un vínculo más estrecho entre ellos y los Ravenscroft. Unidos por lazos de sangre y amistad, se enfrentarían a los retos que el destino les presentara, sabiendo que juntos eran más fuertes que nunca. El legado de Moonstone y Ravenscroft estaba destinado a perdurar en la historia, guiados por el espíritu valiente y la determinación de esta unión poderosa.
Atticus y Aelara, llegaron a las tierras de Ámsterdam, para Atticus sería regresar a sus raíces. Su viaje los llevó a la pintoresca ciudad de Haarlem, durante por unos días buscaron cualquier lugar para permanecer y por algún tipo de destino localizaron un castillo abandonado, a medida que exploraban los alrededores del castillo sin ver a nadie reclamarlo, quedaron fascinados por la majestuosidad de sus muros en ruinas y la grandeza que alguna vez había albergado. Los viejos jardines silenciosos se convirtieron en el lienzo en blanco donde visualizaron flores floreciendo y árboles frondosos. Las torres derruidas y las habitaciones vacías fueron imaginadas como espacios llenos de vida y calidez. Sin temor al trabajo arduo Atticus y Aelara tomaron la decisión de embarcarse en la misión de restaurar el castillo. Reunieron a un equipo de expertos artesanos y albañiles, juntos se sumergieron en la tarea de reconstruir el castillo piedra por piedra.
Los días se llenaron de actividad y los sonidos de los martillos golpeando el metal y las risas resonaron en los pasillos vacíos. Cada detalle fue cuidadosamente considerado, desde los techos ornamentados hasta los pisos de madera pulida. Los jardines cobraron vida con flores multicolores y aromáticas hierbas. Nuevas habitaciones surgieron donde antes solo había escombros, y los espacios comunes se llenaron de muebles elegantes y cómodos.
La comunidad de Haarlem no tardó en darse cuenta del renacimiento que estaba teniendo lugar en el antiguo castillo. Los vecinos curiosos se acercaban para observar los avances, algunos ofreciendo su ayuda y otros maravillados por la visión e dedicación de Atticus y Aelara. Con el paso del tiempo, el castillo se convirtió en un lugar de reunión y celebración. Fiestas y banquetes se llevaron a cabo en los magníficos salones, donde la música y la risa llenaban el aire. Los jardines se abrieron al público, convirtiéndose en un oasis de tranquilidad donde los visitantes podían pasear entre fragantes rosas y fuentes burbujeantes. Durante aquellos duros y largos cinco años la restauración del castillo no fue solo un proyecto de construcción, encontraron en Haarlem un nuevo hogar. El castillo abandonado renació de sus cenizas bajo el apellido Moonstone.
Extra: “Darkthorn”
Kingdom of England: Aislaby Town. 1339.
En el año 1339, Aislaby, un pintoresco pueblo situado en el corazón de North Yorkshire, en el norte de Inglaterra, era conocido por ser el hogar del linaje Darkthorn. Rottan, el líder de la familia, era considerado el mayor cazador de Dragones de Inglaterra y siempre estaba pendiente de cualquier posible ataque aéreo. Para proteger su gran castillo, ordenó construir armas poderosas que pudieran penetrar las escamas de los Dragones y así lograr vencerlos en batalla.
ordeno a construir armas poderosas para atravesar las escamas, y aunque usarán todo su cuerpo para protegerse, que tales armas pudieran penetrar lo más posible, de ello se obsesiono en proteger su gran castillo en todas dirección posible. Era muy temerario por su gente más cercana, por su gran obsesión en la batalla, su padre le enseño a ser un constante guerrero y no rendirse por ninguna circunstancia. A pesar de su gran obsesión por la guerra, Rottan se preocupaba por la seguridad de su pueblo y su gente cercana.
Sin embargo, con el tiempo, el lugar donde debería reinar la calma se convirtió en un gigantesco cementerio de Dragones cuyos restos quedaron a la vista de cualquier visitante. Ante esta situación, Rottan ordenó construir inmensos muros que rodearan los restos de las criaturas y camuflar su existencia para evitar llamar la atención de posibles enemigos. Así, el pueblo de Aislaby se convirtió en un lugar seguro y tranquilo, protegido por las medidas tomadas por el líder del linaje Darkthorn.
Kingdom of England: 1410.
Dos gemelos, llamados Necrosius y Cimmerius Darkthorn provenían de una dinastía que se obsesiono durante generaciones a buscar Dragones por las historias que les contaba su abuelo sobre ellos, estos supuestamente habían vivido en la región hace muchos siglos atrás. A pesar de que la mayoría de las personas en su época consideraban que los dragones eran seres de ficción, los hermanos Darkthorn se negaban a creer que esas criaturas legendarias nunca habían existido.
Así que, armados con su coraje y su determinación, comenzaron su búsqueda. Viajaron por toda la región, entrevistando a los ancianos y buscando pistas en los antiguos textos y mapas. Finalmente, después de muchos años de búsqueda, encontraron el nido de huevos de dragón. Ellos sabían que transportar los huevos sería peligroso, ya que los dragones adultos defenderían ferozmente a su descendencia. Sin embargo, se arriesgaron y tomaron cuatro de los huevos más grandes y los llevaron con ellos, con la esperanza de que pudieran incubarlos y criar a los dragones.
Cimmerius ayudó a su hermano a cargar los huevos, manteniendo una vigilancia constante mientras se alejaban del nido. Sabían que podrían ser perseguidos por los dragones adultos en cualquier momento, pero su determinación y su valentía les permitieron salir victoriosos. Lamentablemente, la noticia de que los hermanos habían encontrado huevos de dragón pronto llegó a oídos de la realeza, que consideraba que los dragones eran peligrosos y debían ser destruidos. Los hermanos Darkthorn se vieron obligados a esconderse, temiendo por sus vidas y por las vidas de los huevos que habían tomado.
Kingdom of England: Southend-on-Sea. 1420. { Cinco años antes }
Cimmerius, el hermano de Necrosius, falleció tristemente por una enfermedad poco después de haber encontrado los huevos de dragón. Necrosius se quedó solo para proteger los cuatro huevos, consciente de que si llegaban a ser descubiertos por la realeza, serían destruidos. A pesar de no saber con certeza si los huevos contenían realmente dragones, sentía una responsabilidad y un deber hacia las criaturas.
Buscó durante meses un lugar seguro para guardar los huevos y protegerlos de los ladrones. Finalmente, llegó a las costas de Southend-on-Sea, donde observó el majestuoso Bloodstone Castle. Necrosius decidió investigar el lugar bajo el apellido de Nathius y se informó lo suficiente para confiar en la seguridad del castillo. Logró infiltrarse por la parte inferior del castillo, y tras pasar desapercibido por las mazmorras, encontró un lugar escondido donde podía mantener a los huevos a salvo. Allí construyó un nido con ramas y hojas secas, y depositó con cuidado los huevos dentro de él.
Necrosius se quedó en el castillo por varios años, manteniéndose oculto y cuidando de los huevos, observando desde lejos la vida cotidiana en el castillo. A pesar de que en un principio estaba nervioso por ser descubierto, poco a poco fue ganando confianza en su habilidad para mantenerse oculto. Un día, mientras observaba el patio del castillo, notó que alguien se acercaba a su escondite. Intentó esconderse detrás de las ramas, pero era demasiado tarde. Un joven sirviente lo había descubierto. El sirviente estaba sorprendido al ver a Necrosius en el castillo, pero esté fue asesinado por Necrosius para mantener a los huevos aún bajo secreto a toda costa.
Kingdom of England: Southend-on-Sea. 1425.
Necrosius, para cumplir con su misión de vigilar las mazmorras día y noche, tuvo que adoptar un papel dentro del Bloodstone Castle como uno más de la Guardia de la Reina Akráttma Nathius. Ella lo observaba con una mirada penetrante que ponía nervioso a Necrosius, como si supiera algo en concreto pero nunca le dijo nada alarmante. Aun así, le permitió permanecer dentro y tomar su puesto con responsabilidad. Él fue testigo de la criatura Hydra, con inmensas alas y tres cabezas alargadas, como si fuera un mismo dragón. ¿Será esta la criatura de la leyenda que su abuelo le contaba, no un dragón en las montañas como se creía antaño?
— Fascinante. . . — Dijo Necrosius aprovechando el cambio de turno para acercarse lo más cercano posible a la Hydra, la cual estaba durmiendo profundamente, a su espalda se acercó la Reina Akráttma. — Cierto, lo es — Respondió la Reina con una sonrisa enigmática. — Disculpe, Majestad, volveré a mi puesto inmediatamente — Dijo Necrosius girándose rápidamente para volver a su posición en la guardia. Sin embargo, la Reina Akráttma lo detuvo con una mano en su hombro. — No hay nadie alrededor para que juegue su papel, Necrosius — Dijo la Reina con una voz suave pero firme. Necrosius sintió un escalofrío recorrer su espalda al contemplar sus pupilas, tampoco debía arriesgarse y menos confirmarlo, sabía que la Reina era temida por su capacidad de leer los pensamientos y emociones de las personas. — Le daré una última oportunidad de hablar — Añadió la Reina con una mirada penetrante. Necrosius tragó saliva, tratando de controlar su miedo. ¿Cómo podía la Reina saber lo que estaba pensando?
Necrosius no tuvo más elección que hablar, pero la Reina no le dejó ni abrir la boca, a pesar de que insistió. — Todo lo que sucede en mis dominios estoy al tanto de ello, y sé quién sois vos, sé cuál es su misión. No se preocupe por las mazmorras, ordenaré que no se abran para proteger los huevos — Dijo la Reina con una voz fría y autoritaria. Necrosius abrió los ojos de sorpresa. ¿Acaso la Reina se había introducido en su mente? Era extraño, pero no podía negar que la Reina Akráttma Nathius tenía un poder inexplicable sobre él.
La Reina se retiró poco a poco dando pasos hacia atrás. — Vuelva a su puesto y descanse después — Dijo antes de desaparecer en la oscuridad del castillo. Desde aquella madrugada, no hubo nada fuera de lo común para que él se alertara e inmediatamente se fuera. Todo lo contrario, se ordenó mantener las mazmorras cerradas sin que nadie pudiera entrar sin permiso de la Reina. Necrosius se sintió aliviado al respecto y, bajo su papel de guardia de la Reina Nathius, continuó sirviendo fielmente a la corona.
Part III: “Essex”
"En el trono de sangre, el destino teje sus hilos de quienes se sientan en él".
En los albores de la historia, la isla de Britania era habitada por diversas tribus celtas, cada una con su propio sistema de gobierno y cultura. Durante siglos, estas tribus se enfrentaron en guerras y conflictos territoriales. En el siglo I D.C. Los romanos llegaron a la isla y establecieron la provincia de Britania, trayendo consigo su gobierno centralizado y su influencia cultural.
Con el tiempo, el poder romano disminuyó y comenzaron las invasiones de los pueblos germánicos. Los anglos, sajones y jutos, provenientes de las tierras del norte de Europa, invadieron Britania y establecieron sus propios reinos en las regiones que ahora conocemos como Inglaterra. Estos reinos anglosajones, como Wessex, Mercia y Northumbria, lucharon entre sí y también contra los nativos británicos y galeses.
En el año 1066, se produjo una de las invasiones más significativas en la historia de Inglaterra: la conquista normanda liderada por Guillermo el Conquistador. Guillermo derrotó al rey anglosajón Harold II en la Batalla de Hastings y se coronó como rey de Inglaterra. La influencia normanda trajo cambios en el gobierno, la lengua y la cultura del país.
A lo largo de los siglos, los reinos y territorios de Inglaterra experimentaron luchas internas por el poder, alianzas cambiantes y conflictos con otras naciones, como Escocia y Francia. La guerra de los Cien Años, que duró desde el siglo XIV hasta el siglo XV, fue una de las más importantes, marcada por enfrentamientos entre Inglaterra y Francia por el control de territorios.
Durante este periodo, el poder real en Inglaterra se consolidó gradualmente. La monarquía se fortaleció, aunque no sin desafíos y revueltas, y se estableció una estructura feudal en la sociedad. Sin embargo, en las sombras, una fuerza sobrenatural se esconde, manejando los hilos de la corona. Nadie, excepto unos pocos privilegiados, sabe de su existencia y de su influencia en los asuntos de la corona. Esta fuerza misteriosa se asegura de que ningún mortal tenga un verdadero control sobre el destino de Inglaterra.
A medida que avanza el tiempo, los reyes y reinas ingleses enfrentarán desafíos, intrigas y conflictos, tanto internos como externos. Los mortales luchan por el poder y el control, pero siempre hay una presencia oculta en las sombras, influyendo sutilmente en los eventos y asegurándose de que sus propios objetivos sean alcanzados.
En el año 913, en las tierras de lo que hoy conocemos como Essex, en Inglaterra, la situación era caótica. Tras años de invasiones vikingas y luchas internas entre diferentes reinos y señores locales, la región se encontraba sumida en el desorden y la inestabilidad. Sin embargo, la llegada de un líder visionario cambiaría el curso de la historia de Essex.
Eadward el Viejo, un valiente y astuto rey, emergió como una figura de autoridad capaz de unificar a las diversas facciones y restablecer el orden en la región. Con determinación y diplomacia, logró convencer a los señores locales de la necesidad de un gobierno centralizado y la formación de un condado unificado. Bajo el gobierno de Eadward, se sentaron las bases para la creación del condado de Essex. Se estableció una administración eficiente, con funcionarios y magistrados encargados de hacer cumplir la ley y mantener la paz en la región. Además, se fomentó el desarrollo de infraestructuras clave, como caminos y puentes, que facilitaron el comercio y la comunicación entre las diferentes comunidades.
Con el tiempo, Essex floreció. Las fértiles tierras agrícolas y la ubicación estratégica junto al mar propiciaron un crecimiento económico significativo. Los campos se llenaron de cultivos prósperos, y los productos locales comenzaron a ganar reconocimiento en todo el reino. La región se convirtió en un importante centro de producción de alimentos y productos artesanales, generando riqueza y prosperidad para sus habitantes.
La ciudad de Colchester, con su impresionante castillo y su posición estratégica en el río Colne, se convirtió en la joya de Essex. Sus calles estrechas y empedradas se llenaron de comerciantes y artesanos que ofrecían sus productos en bulliciosos mercados. La ciudad se convirtió en un centro de actividad cultural, con la construcción de iglesias y monasterios que atraían a peregrinos y devotos de toda la región.
Pero no todo era armonía y progreso en Essex. La historia de la región también estuvo marcada por conflictos y luchas de poder. A medida que el condado ganaba influencia y prosperidad, surgieron rivalidades entre los señores locales y las facciones en el poder. Estos enfrentamientos amenazaban con socavar la estabilidad y el progreso logrados hasta ese momento. No obstante, a medida que nos acercamos al año 1440, el condado de Essex se encontraba en una encrucijada. Los avances en la agricultura y el comercio habían llevado a una concentración de tierras y poder en manos de unos pocos, lo que generaba descontento entre la población. Además, las tensiones políticas y las disputas internas amenazaban la cohesión del condado.
"The Other England" 1440.
Avsis Nathius, tenía un objetivo claro en mente: Adueñarse del condado de Essex a toda costa. Desde el año 808, ya comenzaba a trazar su plan, observando sigilosamente los movimientos de aquellos que gobernaban esas tierras. No le importaba quién ocupara el trono de Inglaterra, su único interés radicaba en asegurar el dominio de Essex bajo su influencia.
Junto a su hermana Akráttma, Avsis conspiraba y diseñaba estrategias para gobernar lo que llamaban "La otra Inglaterra". Akráttma, la destinada a reinar con mano de hierro, recibiría el trono de sangre, mientras que Avsis se dedicaría a mantener el condado en perfectas condiciones y a mostrar parte del poderío para infundir temor en aquellos que se atrevieran a desafiarlos.
Con el paso del tiempo, Avsis le otorgó un peculiar regalo a su hermana: una pequeña y aparentemente inofensiva criatura conocida como la Hydra. Sin embargo, aquel ser no era más que una cría en crecimiento destinada a convertirse en una fuerza imparable. La Hydra, alimentada con el poder del condado y de aquellos que se atrevieran a enfrentarla, creció hasta alcanzar un tamaño gigantesco. Su mera presencia era suficiente para hacer temblar a quienes se atrevieran a cruzar su camino, bastaba con un solo vistazo para sentir el peso abrumador de su existencia.
Pero la Hydra no representaba la cúspide de su poder. Era solo una etapa en su evolución, un ser que se fortalecía y crecía hasta alcanzar su pleno esplendor. Avsis y Akráttma sabían que su dominio sobre Essex solo estaba comenzando, y con la Hydra como su arma más formidable, estaban dispuestos a conquistar y someter cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino. El condado de Essex, en apariencia tranquilo y pacífico, albergaba en sus sombras el poderío oscuro de Avsis y su hermana. Sus planes maquiavélicos y su insaciable sed de dominio amenazaban con sumir a la región en una era de oscuridad y temor. La batalla por el control de Essex aún estaba por librar, y la Hydra solo era el inicio de un reinado que prometía ser implacable y aterrador.
Avsis, consumida por su obsesión por el control absoluto, no estaba dispuesta a permitir que ningún otro linaje intentara arrebatarle el dominio sobre el condado de Essex. Con una determinación inquebrantable, dedicó largos años a fortificar las defensas de Bloodstone Castle, asegurándose de que estuvieran en un estado impenetrable.
Sin importar quiénes gobernaran en los tronos de Inglaterra, Avsis y su linaje, los Nathius, reinarían en Essex sin oposición. Mientras tanto, Akráttma, asumiendo el papel de Reina, se centró en entrenar a la Hydra para futuros conflictos. Con paciencia y dedicación, moldeó a la criatura, dotándola de ferocidad y habilidades formidables.
A lo largo de los siglos de conquistas y disputas, las dos hermanas se aseguraron de que cada rincón del condado estuviera protegido por imponentes murallas defensivas. Transformaron Essex en una auténtica fortaleza, un bastión inexpugnable que rechazaría a cualquier invitado no deseado.
Extra: “Queen Bloodfang”
"Nuevo rumbo. Nuevas tierras, pero la locura es su maldición. . ."
En el año 1440, Francia se vio sumida en una época de agitación y descontento social. Uno de los eventos más destacados fue la Praguerie, una revuelta que estalló en la región del Poitou liderada por nobles descontentos con el gobierno real. La Praguerie tuvo su origen en las tensiones existentes entre el rey Carlos VII de Francia y sus nobles. Estos nobles, que buscaban un mayor poder y control sobre sus territorios, se sentían marginados y frustrados por las políticas del monarca.
Consideraban que sus privilegios y derechos feudales estaban siendo socavados, lo que llevó a un creciente malestar y descontento en sus filas. La revuelta estalló cuando varios nobles se unieron bajo el liderazgo de Luis de Borbón, conde de Vendôme, y Juan V de Armagnac, conde de Pardiac. Estos líderes nobles formaron una coalición contra el rey Carlos VII, reclutando seguidores y promoviendo la rebelión en la región del Poitou y sus alrededores.
Durante la Praguerie, las fuerzas rebeldes se enfrentaron a las tropas leales al rey en una serie de enfrentamientos armados. Los rebeldes lograron tomar varias ciudades estratégicas y fortalezas, desafiando así el poder centralizado del monarca. Sin embargo, el rey Carlos VII no tardó en responder y reunió un ejército para sofocar la revuelta.
La guerra entre las fuerzas reales y los rebeldes fue feroz y se prolongó durante varios meses. Los combates se libraron en campos de batalla, asedios a castillos y escaramuzas en las zonas rurales. Ambas partes sufrieron bajas, pero finalmente, las tropas reales lograron prevalecer gracias a su mayor número y recursos.
La Praguerie terminó con la derrota de los nobles rebeldes. Los líderes de la revuelta fueron capturados y enfrentaron diversas penas, desde el destierro hasta la confiscación de sus propiedades. El rey Carlos VII consolidó su autoridad y reafirmó su control sobre los territorios rebeldes. Esté dejó una profunda huella en Francia, evidenciando las tensiones y divisiones existentes entre la nobleza y el poder real. Aunque la revuelta fue sofocada, sentó un precedente para futuros conflictos y desafíos al poder monárquico en el país.
"The Other England" 1460.
Durante cuarenta años, "La otra Inglaterra" experimentó una etapa de relativa calma. Varios linajes decidieron abandonar la región, lo que generó un ambiente de tranquilidad. Inglaterra, consciente de los rumores que rodeaban a la poderosa Hydra y su papel como guardiana de estas tierras, no buscaba problemas ni se arriesgaba a provocarlos. Los imponentes muros que rodeaban el territorio infundían respeto a quienes se acercaban. Su magnificencia era evidente a simple vista, recordando a cualquier visitante que adentrarse en este territorio era enfrentarse a un poder ancestral y formidable.
En medio de esta coyuntura, el linaje Bloodfang, procedente de Francia, decidió alejarse de los problemas que aquejaban su tierra natal, en particular la Praguerie. Si bien en un principio no tenían la intención de abandonar su país, la situación les resultaba desfavorable y escucharon hablar de "La otra Inglaterra". Aquel lugar les ofrecía la oportunidad de construir su linaje sin depender exclusivamente de sus raíces, una perspectiva que les resultaba tentadora.
Después de varios días de navegación en alta mar, la tripulación de Bloodfang llegó a las costas de Maldon. Con cautela y experiencia, evitaron las dos islas conocidas como Osea Island y Northey Island. El capitán de la tripulación sabía por experiencia que era mejor seguir adente sin detenerse yla llegar directamente a su destino final. El tiempo en alta mar les había enseñado la importancia de la determinación y la precaución en su travesía.
La presencia de Bloodfang en Maldon, con su llegada silenciosa pero llena de expectativas, añadía un nuevo capítulo a la historia de "La otra Inglaterra". El linaje buscaba establecerse en este lugar, construyendo su propio destino y encontrando un hogar lejos de las turbulencias que habían dejado atrás. El ambiente en Maldon, con sus calles bulliciosas y el ir y venir de comerciantes, marineros y pescadores, era una invitación a comenzar de nuevo y forjar un futuro propio.
Tras días de travesía en alta mar, los viajeros que se acercaban a las costas de Maldon, se encontraban con un paisaje pintoresco y un pueblo lleno de vida y actividad. Maldon, situado en el condado de Essex, era un importante puerto fluvial que prosperaba gracias a su ubicación estratégica en el río Blackwater. Al acercarse a la costa, los viajeros podían divisar el puerto, donde numerosos barcos de diversos tamaños se alineaban en los muelles, descargando y cargando mercancías de todo tipo. Los marineros y comerciantes se apresuraban en sus quehaceres, llevando cajas, barriles y fardos de un lugar a otro, mientras los gritos y llamados resonaban en el aire.
Las calles de Maldon estaban llenas de actividad, con comerciantes ofreciendo sus productos en los mercados y los residentes locales y visitantes recorriendo las estrechas y empedradas vías. Las casas de madera se alineaban a lo largo de las calles, con sus fachadas coloridas y sus tejados de paja, creando un encantador ambiente medieval.
La vida en Maldon giraba en torno a la pesca y el comercio marítimo. Los pescadores salían en sus pequeñas embarcaciones para capturar el pescado fresco que luego se vendía en el mercado local. Los comerciantes negociaban diversas mercancías, como telas, especias, herramientas y alimentos, trayendo consigo la vitalidad de los intercambios comerciales.
La ciudad estaba protegida por una muralla defensiva, que rodeaba gran parte del asentamiento y servía como barrera contra posibles ataques. La vista de la muralla y las torres de vigilancia imponían respeto y seguridad. La iglesia local, con su imponente torre y su campanario, se alzaba en el corazón de Maldon. Allí, los residentes acudían a misa y otros servicios religiosos, fortaleciendo su fe y comunidad.
Maldon era un bullicioso puerto fluvial, lleno de actividad comercial y pesquera. Las calles estaban animadas con el trasiego de personas y mercancías, mientras que la iglesia y la muralla fortificada eran elementos destacados del paisaje. La belleza natural de la costa y la rica historia de la ciudad hacían de Maldon un lugar fascinante para explorar y experimentar.
La ciudad de Maldon había estado sin gobernantes desde el año 1405, cuando los últimos miembros del linaje que ocupaba el castillo principal decidieron abandonarlo después de sufrir múltiples pérdidas. Nadie sabía a dónde se habían dirigido ni qué había sido de ellos. A pesar de esto, los habitantes que se quedaron en Maldon, compuestos por pescadores, arquitectos y soldados, se unieron para mejorar la ciudad con la ayuda de los remanentes del antiguo reinado Ravenscroft.
En esta nueva etapa de la historia de Maldon, se entrelazaron dos linajes para construir una nueva comunidad. No había reyes ni líderes, pero los habitantes aprendieron a sobrevivir y prosperar juntos. La familia Bloodfang, liderada por la matriarca Maëlys, tenía dos hermanas gemelas llamadas Solène y Sidonie. Sidonie fue la primera en formar su propia familia al casarse con Cedric, quien provenía del linaje Ravenscroft y era el primogénito de William. Cedric, al ser de ambos linajes, buscaba combinar lo mejor de ambas familias, y así nació su primera hija, Éloïse.
En Maldon, la ciudad donde el pasado se mezclaba con el presente y donde la supervivencia era una prioridad, las familias Bloodfang y Ravenscroft se convirtieron en símbolos de unidad y superación. La unión de Sidonie y Cedric representaba la esperanza de un futuro próspero y la posibilidad de unir fuerzas para construir una comunidad fuerte y cohesionada.
En medio de la incertidumbre y la ausencia de líderes monárquicos, Maldon encontró en la colaboración entre las familias Bloodfang y Ravenscroft una forma de liderazgo comunitario. Su historia se forjó a través del esfuerzo conjunto y la determinación de sus habitantes, quienes superaron las adversidades y se apoyaron mutuamente para construir un nuevo destino.
Así, Maldon se convirtió en un símbolo de resiliencia y superación, donde las tradiciones del pasado se combinaron con las necesidades del presente para forjar un futuro prometedor. La ciudad se apoyó en la unión de las familias Bloodfang y Ravenscroft para seguir adelante, dejando atrás las divisiones y enfocándose en la fortaleza de su comunidad.
"The Other England" 1482.
Veintidós años transcurrieron desde el nacimiento de Éloïse, quien se convirtió en la nueva heredera de Maldon. El linaje Bloodfang demostró su liderazgo al mantener la ciudad en buenas condiciones y trabajar para que prosperara hacia un futuro más prometedor. Con el paso de los años, ganaron el respeto y la confianza que tanto ansiaban para ejercer su poder.
Sin embargo, la vida de Éloïse no estuvo exenta de tragedias. Su madre, Sidonie, acabó con su propia vida debido a la frustración de no obtener la atención y el poder que buscaba de manera egoísta. Quedando sola en el castillo, decidió lanzarse desde una de las torres, lo cual impactó profundamente a sus familiares. Su padre, Cedric, trató de seguir adelante lo más rápido posible, mientras que Solène, la hermana gemela de Cedric, y su hermana mayor, Maëlys, optaron por abandonar la ciudad. Desde entonces, nunca más se supo de ellas, y este abandono fue devastador para Éloïse.
La joven heredera experimentó un profundo ataque de pánico, temiendo que todos la abandonaran. Cedric, con la ayuda de Léandre, su marido, y su propio padre, trabajaron arduamente para calmarla, pero a pesar de sus esfuerzos, resultó en vano. Tras el ataque, Éloïse desarrolló paranoia y comenzó a desconfiar de las palabras de los demás. Su percepción del mundo cambió por completo y se volvió cautelosa y distante, alejando a todos a su alrededor. Pronto se le atribuyó el apodo de "La Reina que enloqueció", y ese estigma la acompañó hasta el día de su muerte.
La historia de Éloïse es una trágica y desgarradora, marcada por la búsqueda desesperada de amor y seguridad, pero también por la desconfianza y la soledad. Su legado quedó envuelto en rumores y mitos, recordando una vida llena de altibajos emocionales y la inevitable sombra de la locura.
Extra: “The Sea Titan”
En los albores del universo, cuando los dioses antiguos aún forjaban los cimientos del mundo, surgió Océano, el poderoso Titán del mar. Conocido como el Padre de los Ríos y las Aguas, Océano personificaba la inmensidad y el misterio de los océanos que cubrían la Tierra. Océano era un ser majestuoso, con una apariencia imponente y barbada, coronada con algas marinas. Sus ojos brillaban con la intensidad de las profundidades marinas y su voz resonaba como el rugido de las olas. Era el gobernante de todas las aguas del mundo, desde los ríos más pequeños hasta los vastos océanos que abarcaban continentes enteros.
En la mitología, se decía que Océano estaba casado con su hermana Tetis, y juntos engendraron a un vasto linaje de diosas y dioses fluviales, náyades y oceánides, quienes personificaban las corrientes, los manantiales y los mares. Océano también era conocido por ser el padre de las famosas Oceánides, tres mil hermosas ninfas acuáticas que habitaban los ríos y los lagos.
El papel de Océano en la mitología era crucial, ya que controlaba las mareas y las corrientes marinas, y se creía que su influencia se extendía a la fertilidad de la tierra y a la prosperidad de las cosechas. Los marineros y navegantes le rendían tributo y buscaban su protección antes de embarcarse en peligrosas travesías por los mares desconocidos. Océano también era un ser solitario y misterioso. Se decía que rara vez se mezclaba con los demás dioses y que prefería la tranquilidad de las profundidades del océano. Su presencia imponente y su dominio sobre los elementos acuáticos inspiraban temor y respeto en igual medida.
"Bajo la bandera negra, los bucaneros desafían las reglas establecidas."
Antes de que se les conociera como "Piratas", a este tipo de individuos se les denominaba comúnmente como "Corsarios" o "Bucaneros". Estos términos hacían referencia a aquellos marinos que se dedicaban a saquear y asaltar embarcaciones en alta mar. La palabra "Corsario" solía asociarse a aquellos que actuaban bajo el amparo de una nación, mientras que "Bucanero" hacía referencia a los piratas independientes que operaban en el Caribe y zonas cercanas. Sin embargo, a medida que evolucionó la historia y se consolidó la figura del pirata, el término "Pirata" se convirtió en el más ampliamente utilizado para describir a estos saqueadores marítimos.
En las vastas extensiones del océano, se alzaba un barco imponente y temido por todos aquellos que se atrevían a cruzar su camino. Era conocido como el "Aquilon", una formidable embarcación diseñada para parecer un tanque y sembrar el miedo entre sus enemigos en alta mar. La estructura del barco era única y resistente. Su casco estaba reforzado con gruesas placas de acero, que le conferían una apariencia similar a la de un tanque de combate terrestre. Estas placas, estratégicamente colocadas, protegían al barco de los ataques enemigos, haciendo que fuera casi impenetrable.
En la parte superior del barco, se encontraban torretas equipadas con poderosos cañones y armas de largo alcance. Estas torretas giraban 360 grados, permitiendo una cobertura completa al enfrentarse a otros buques. Sus disparos eran capaces de perforar el blindaje de cualquier embarcación enemiga, asegurando así la superioridad del "Aquilon" en el combate naval. Para garantizar su movilidad y velocidad, el barco contaba con un sistema de propulsión avanzado. Potentes motores impulsaban sus hélices, permitiéndole navegar a alta velocidad y maniobrar con agilidad en las turbulentas aguas del océano. Esto le otorgaba una ventaja táctica al acercarse sigilosamente a sus objetivos o evadir ataques enemigos.
El "Aquilon" también estaba equipado con sistemas de defensa adicionales, como lanzadores de misiles y torpedos, que podían ser utilizados para neutralizar amenazas a distancia. Además, contaba con una tripulación altamente entrenada y especializada en tácticas de combate naval, lo que le otorgaba una ventaja estratégica en la batalla. La construcción de esta formidable embarcación requirió de años de planificación y un equipo de ingenieros y expertos en la materia. Se utilizaron los mejores materiales y tecnologías disponibles para asegurar su resistencia y eficacia en el campo de batalla marítimo.
El "Aquilon" era una verdadera amenaza para los demás barcos en alta mar, infundiendo temor y respeto en sus oponentes. Su imponente apariencia y su poderío bélico lo convertían en una fuerza a tener en cuenta en los océanos, dejando una marca imborrable en la historia naval.
"The Other England" 1485.
Los cielos grises y nublados presagiaban una batalla épica mientras la flota de Ousmane Vraysilus, liderada por su imponente embarcación "Aquilon", se aproximaba a las aguas cerca de Frinton-on-Sea. Los vientos azotaban las velas de los barcos, llenando el aire con un aire de anticipación y tensión. El "Aquilon" se erguía majestuosamente en el centro de la flota, una imponente estructura de acero que se asemejaba a un tanque flotante. Las placas de acero reforzado cubrían su casco, brindándole una apariencia temible y una resistencia única en el mar. Su cubierta estaba abarrotada de cañones y catapultas, listos para desatar el infierno sobre los enemigos de Ousmane.
Enfrente, la flota de la Liga Hanseática se alineaba, con sus barcos mercantes convertidos en poderosos buques de guerra. La imponente formación estratégica demostraba la experiencia y destreza de los marineros de la Liga. Los mástiles ondeaban estandartes, mientras los cañones y las catapultas se preparaban para enfrentar la amenaza que se avecinaba. A medida que los barcos se acercaban, el estruendo de los tambores de guerra llenaba el aire, acompañado de cánticos y rugidos de los marineros. Ousmane Vraysilus, vestido con su armadura plateada brillante, se erguía en la cubierta del "Aquilon", exudando confianza y liderazgo. Su tripulación de experimentados bucaneros estaba lista para luchar bajo su mando.
La batalla comenzó con una lluvia de proyectiles de la Liga Hanseática, sus cañones y catapultas lanzando salvas hacia el "Aquilon". Pero las gruesas placas de acero del barco resistieron los impactos, dejando apenas marcas superficiales. La estratégica maniobra del capitán Ousmane permitió al "Aquilon" evadir gran parte del fuego enemigo, aproximándose peligrosamente a la línea enemiga.
Con un grito desafiante, Ousmane dio la orden de ataque. Los bucaneros del "Aquilon" soltaron ganchos y cadenas, abordando los barcos de la Liga Hanseática. El combate cuerpo a cuerpo estalló en la cubierta de las naves enemigas, mientras espadas chocaban y flechas volaban por el aire. Ousmane, luchando con maestría, se enfrentó a los capitanes de la Liga Hanseática. Su enorme hacha excepcional y su imponente presencia infundían miedo a sus enemigos. Mientras tanto, su tripulación de bucaneros demostraba su habilidad en el combate, manejando espadas y dagas con destreza letal.
El "Aquilon", con su estructura de acero, resistió valientemente los intentos desesperados de los barcos enemigos por hundirlo. Cañones y catapultas de la Liga Hanseática lanzaban munición contra el "Aquilon", pero su resistencia y diseño innovador permitían que el barco resistiera incluso los golpes más fuertes. Horas de furiosa batalla transcurrieron mientras los bucaneros y los marineros de la Liga Hanseática luchaban con determinación. Las cubiertas se tiñeron de sangre y el mar se llenó de restos flotantes. El rugido de los cañones y los gritos de los combatientes se mezclaban en una cacofonía ensordecedora.
Finalmente, el ímpetu y la destreza de Ousmane Vraysilus y sus bucaneros se impusieron. La flota de la Liga Hanseática, debilitada y superada en número, se vio obligada a retirarse. Los barcos enemigos, dañados y en desorden, se dispersaron ante la victoria indiscutible de Ousmane y su temible "Aquilon".
La noticia de la audaz victoria de los bucaneros se propagó rápidamente por los mares, dejando una impresión duradera en los corazones de los navegantes de "La otra Inglaterra". La fama del temible "Aquilon" y la habilidad inigualable de Ousmane Vraysilus como capitán se extendió como un fuego desenfrenado, y su leyenda como un verdadero adversario en los mares quedó grabada en la historia marítima de la región.
Después de la victoriosa batalla contra la Liga Hanseática, los bucaneros liderados por Ousmane Vraysilus y el poderoso "Aquilon" se habían ganado una temible reputación en los mares. Pero su sed de aventura y botín no conocía límites, y ahora se encontraban frente a un nuevo desafío: los Caballeros de San Juan. Los Caballeros de San Juan, también conocidos como los Caballeros Hospitalarios, eran una orden militar que operaba en el Mediterráneo. Su presencia naval se había vuelto cada vez más prominente y desafiante para los bucaneros. La orden buscaba proteger las rutas comerciales y poner fin a la amenaza de los piratas en la región.
Tras tres meses de constantes guerras en alta mar, los bucaneros y los Caballeros de San Juan se encontraron cara a cara en un enfrentamiento decisivo cerca de la isla de Malta. Las flotas se alinearon, sus velas se hincharon con el viento y los tambores de guerra resonaron en el aire, anunciando el inminente choque entre estos formidables adversarios. El "Aquilon", orgullo de los bucaneros, brillaba con su estructura de acero y su arsenal de cañones y catapultas. Mientras tanto, los barcos de los Caballeros de San Juan, elegantes y poderosos, estaban adornados con sus estandartes y listos para enfrentar el desafío de los temibles bucaneros.
La batalla comenzó con una descarga de cañones y catapultas de ambos lados. Los proyectiles llenaron el cielo y las aguas se agitaron violentamente por las explosiones. El "Aquilon" evitó habilidosamente los ataques enemigos, mientras que sus cañones respondieron con precisión, buscando debilitar y desorientar a los barcos de los Caballeros de San Juan. Los Caballeros, valientes y disciplinados, se defendieron con ferocidad, utilizando sus habilidades tácticas y el entrenamiento que habían recibido durante años. Sus arqueros lanzaban flechas incendiarias hacia el "Aquilon", intentando debilitar su estructura de acero y crear caos en la cubierta enemiga.
El combate cuerpo a cuerpo estalló cuando los bucaneros abordaron los barcos de los Caballeros de San Juan. Espadas y hachas chocaban en una danza mortal, mientras los marineros luchaban por la supremacía en la cubierta. Ousmane Vraysilus lideraba la carga, enfrentándose a los caballeros con su valentía y destreza en la lucha. La batalla se volvió una lucha encarnizada, con los bucaneros y los caballeros luchando por cada pulgada de terreno. Las espadas chisporroteaban y las flechas volaban por el aire, mientras la cubierta de los barcos se cubría de sangre y gritos de guerra llenaban el aire.
A medida que la batalla se prolongaba, el "Aquilon" y su tripulación demostraron su tenacidad y habilidad. A pesar de los valientes esfuerzos de los Caballeros de San Juan, la fortaleza del "Aquilon" y la destreza de Ousmane se impusieron una vez más. Finalmente, los barcos de los Caballeros de San Juan se retiraron, derrotados y abrumados por la implacable fuerza de los bucaneros y su legendario "Aquilon". La noticia de su victoria se propagó rápidamente por los mares, sembrando un nuevo miedo y respeto en los corazones de los navegantes.
La reputación de Ousmane Vraysilus y los bucaneros se cimentó aún más, y su nombre se convirtió en sinónimo de audacia y habilidad marítima. Pero la aventura estaba lejos de terminar, y los bucaneros se prepararon para nuevos desafíos y emocionantes hazañas en los vastos océanos de "La otra Inglaterra". Después de ganarse el título de "El titán del océano" por su inigualable destreza y dedicación, Ousmane Vraysilus y su tripulación a bordo del "Aquilon" estaban ansiosos por enfrentar a un rival digno de su reputación. Su fama había corrido como el viento por los mares y llegó a oídos de un formidable capitán conocido como Magnus Stormbringer.
Magnus Stormbringer era un legendario navegante, conocido por su habilidad en el combate y su insaciable sed de aventura. Era temido y respetado en todos los rincones de "La otra Inglaterra". Los rumores de su destreza en la batalla habían llevado a muchos a considerarlo un igual para Ousmane Vraysilus. El encuentro entre Ousmane y Magnus fue inevitable. Los dos titanes del océano se desafiaron a un duelo en alta mar para determinar quién era el más poderoso. La noticia de este enfrentamiento se extendió rápidamente, y las apuestas se dispararon, ya que los navegantes esperaban presenciar el enfrentamiento de dos leyendas vivientes.
El lugar elegido para el duelo fue en las turbulentas aguas del Canal de la Mancha, donde los mares eran impredecibles y las corrientes traicioneras. Los barcos de Ousmane y Magnus se alinearon, sus velas hinchadas por el viento furioso, mientras los marineros se preparaban para el enfrentamiento definitivo. El silencio descendió sobre las flotas mientras los dos capitanes se estudiaban mutuamente desde las cubiertas de sus barcos. La tensión era palpable mientras el viento soplaba y las olas se elevaban y caían como gigantes furiosos.
Con una señal, el duelo comenzó. Los barcos se lanzaron uno contra el otro, las proas chocaron con un estruendo atronador, sacudiendo a los marineros y llenando el aire con la ferocidad del combate. Los cañones estallaban, enviando proyectiles que se perdían entre la bruma y los relámpagos que iluminaban el cielo tormentoso. Ousmane y Magnus se enfrentaron en un duelo singular en la cubierta de sus respectivos barcos. Las espadas chisporroteaban mientras los dos capitanes demostraban su destreza y resistencia sin igual. Sus movimientos eran rápidos y precisos, cada golpe bloqueado con habilidad y cada ataque respondido con audacia.
Horas se convirtieron en días mientras los dos titanes se desafiaban incansablemente. Ni el sol abrasador ni la furia de las tormentas pudieron detener su enfrentamiento. Ambos capitanes demostraron su tenacidad y valentía, igualando los movimientos del otro con una precisión asombrosa. La batalla se convirtió en un espectáculo impresionante para los navegantes que presenciaron el enfrentamiento desde la distancia. Sus corazones latían con emoción y admiración mientras los dos capitanes parecían fundirse con la ferocidad de los elementos que los rodeaban.
Finalmente, después de una lucha titánica, un golpe certero de Ousmane encontró su objetivo, desarmó a Magnus y lo dejó indefenso. Reconociendo la valía y el coraje de su rival, Ousmane extendió la mano en un gesto de respeto. Magnus, con humildad, aceptó la mano ofrecida y así sellaron su duelo en una tregua de honor.
El enfrentamiento entre Ousmane Vraysilus y Magnus Stormbringer se convirtió en una leyenda marítima. Sus nombres quedaron grabados en la historia de "La otra Inglaterra" como los más grandes capitanes que jamás surcaron los mares. Su duelo se mantuvo como un hito de valor y destreza en las páginas de los relatos de los navegantes y dejó un legado de admiración en el corazón de todos los que escucharon su historia.
Part IV: "Queen Nathius"
"En cada historia yace una maldición, pero en la nuestra, reside la eternidad."
"The Other England" 1485.
En el apogeo de la Edad Media, la higiene personal no era una prioridad para la mayoría de las personas. El acceso a agua limpia era limitado y los baños regulares eran raros. Las personas tenían que lidiar con la acumulación de suciedad y el sudor en sus cuerpos, lo que resultaba en un olor desagradable y una sensación de incomodidad. Las condiciones de vida eran a menudo precarias, con viviendas pequeñas y hacinadas, lo que dificultaba la separación de las áreas de vida, cocina y baño. La falta de sistemas de drenaje y saneamiento adecuados también contribuía a la insalubridad general. Las calles estaban llenas de basura, excrementos y otros desechos, lo que aumentaba el riesgo de enfermedades y malos olores.
En cuanto a la higiene personal, la mayoría de las personas se conformaban con lavarse las manos y la cara ocasionalmente. El lavado completo del cuerpo era poco frecuente, y cuando se realizaba, se utilizaba agua fría y se evitaba el uso de jabón o productos de limpieza. En cambio, se confiaba en perfumes, hierbas aromáticas y otros recursos para enmascarar los olores corporales.
La ropa, especialmente la de las clases más bajas, se usaba durante largos períodos sin lavarse. La falta de detergentes efectivos hacía difícil eliminar las manchas y los malos olores, lo que contribuía a la persistencia de la suciedad en las prendas. La falta de higiene adecuada tenía graves consecuencias para la salud de la población medieval. Las epidemias y las enfermedades eran comunes, propagándose rápidamente debido a la falta de conocimientos médicos y a las malas condiciones sanitarias. La peste bubónica, la disentería y otras enfermedades contagiosas causaban estragos en la población, especialmente en áreas densamente pobladas y con malas condiciones de higiene.
Cada varios siglos perdía mis propios recuerdos. Era un enigma intrigante, aunque no le daba una gran importancia personalmente. Sin embargo, mi familia se alarmaba cuando me encontraban sin memoria de dónde había estado, lo que desencadenaba consecuencias desafortunadas, llevándome a comportarme de manera más agresiva y destructiva allá por donde pasaba.
Recientemente, había logrado recuperar algunos fragmentos de memoria que se remontaban a siglos atrás en Pompeya, si no me equivocaba. También habíamos vivido durante décadas en Roma, lo cual causó numerosos problemas. Mi padre, en su afán por mantenerme en calma mientras nos mudábamos de un país a otro, adoptó un enfoque controlador. Mi mellizo, Athyrom, me obsequió un enorme libro con el propósito de que registrara todos mis recuerdos, en caso de que fueran necesarios en el futuro. Y así lo hice, inicié mi propia historia entre las páginas de aquel voluminoso tomo.
Ahora, estábamos tomando un nuevo rumbo en Southend-on-Sea, en el sureste de Essex, en "La otra Inglaterra". Allí, mi tía Akráttma y mi madre gobernaban aquel condado a su antojo, ejerciendo su influencia y poder. Mi padre, junto a mi mellizo emprendimos el largo y extenuante viaje desde Roma hacia "La otra Inglaterra". Nuestro ánimo fue muy intenso, con varias dificultades al principio, quise usar mi velocidad y ahorrarme tantos días pero me obligaron a quedarme quita e no llamar la atención con ello. Abordamos un carruaje tirado por caballos para dirigirnos hacia el norte, dejando atrás Roma. Atravesamos campos y bosques. . .
— Espero un buen comportamiento en cuanto lleguemos. . . —
Padre esperaba una buena respuesta a ello, mi silencio lo decía todo.  — Athysis, te estoy hablando —
— Por supuesto — No le gusto mi indiferencia a su petición, su mirada ya era suficiente.
— Tendrás que aprender a tener conductas respetables en cuanto te hablen, ya no estamos en Roma, ni en Pompeya, aquí hay una otra civilización para adaptarnos —
— Como si sirviese de algo — Gire la mirada en varias ocasiones mientras el carruaje aún estaba en movimiento.
— ¿Qué has dicho? —
— Ya lo has oído —
— Tu madre se ha trabajado demasiado en obtener Inglaterra durante siglos para tenerlo bajo nuestro apellido en la sombras, permaneceremos un largo tiempo en "La otra Inglaterra" —
— Que fantástico regalo — La ironía de mis palabras le causo un leve enfado.
Al llegar a Génova, donde nos embarcamos en un barco para cruzar el Canal de la Mancha. El mar rugía y los vientos soplaban con fuerza, pero estábamos decididos a llegar a nuestro destino, en cuanto desembarcamos en Calais o Dover, en la costa francesa, continuamos nuestra jornada a pie. Mi padre nos guiaba con mucha paciencia, Athyrom y yo seguíamos sus pasos. El camino fue hasta cansado. Encontramos hospitalidad en las aldeas y posadas donde nos deteníamos a reponer fuerzas, o más bien tomar ese papel.
Después de días de caminar, finalmente llegamos a Londres, la bulliciosa capital de Inglaterra. Sus majestuosas torres nos dieron la bienvenida y nos hicieron sentir pequeños ante la grandiosidad de la ciudad. Sin embargo, nuestra travesía aún no había concluido. Siguiendo las indicaciones de los lugareños, nos adentramos en territorios desconocidos en busca de "La otra Inglaterra", nuestro destino final.
Cruzamos todo Londres, absortos en la majestuosidad de la ciudad, y nos detuvimos durante horas para observar sus maravillas. Luego, decidimos tomar los caminos más rápidos hacia el condado de Essex, donde la tía Akráttma nos esperaba. Nuestro destino final era Southend-on-Sea, donde se alzaba imponente el Bloodstone Castle, que sería nuestro hogar por un largo tiempo.
A medida que nos acercábamos, desde nuestra posición se apreciaba en todo su esplendor. Aunque curiosa por la nueva aventura, también sentía cierta aprehensión al tener que adaptarme a otro hogar, esperando que esta vez no fuera de manera permanente. El futuro era incierto.
Bloodstone Castle es una imponente fortificación construida con roca oscura natural, se eleva majestuoso sobre el mar, brindando una vista impresionante del océano e de las costas cercanas. Con una estructura rectangular y una torre en cada esquina, el castillo cuenta con una serie de almenas y aleros que lo hacen parecer aún más grande y formidable.
La entrada principal del castillo se encuentra en el centro de la estructura y está flanqueada por dos torres más pequeñas. Un foso profundo y oscuro rodea todo el castillo, una gran puerta de hierro forjado se levanta por encima del foso, permitiendo el acceso a través de un puente levadizo. Los muros del castillo están adornados con hermosas esculturas en relieve que representan dragones y otras criaturas mitológicas.
Al entrar en el castillo, los visitantes son recibidos por un gran salón con techos altos y una chimenea de piedra masiva justo detrás del gran trono. Las paredes están decoradas con tapices y obras de arte que cuentan la historia de la casa Nathius. En la sala adyacente, se encuentra una mesa de banquetes larga y una gran cocina, donde se preparan los alimentos para los huéspedes del castillo.
Las habitaciones privadas de la familia Nathius se encuentran en la parte superior del castillo, accesibles a través de una gran escalera de caracol en una de las torres. Cada habitación está decorada con muebles elegantes e cuenta con ventanas con vistas al mar y a los jardines circundantes. Además de las habitaciones, hay varias salas de estar junto a bibliotecas, cada una llena de obras literarias y objetos de arte.
El castillo también cuenta con un impresionante jardín amurallado con un laberinto de arbustos y fuentes ornamentales. En la parte trasera del castillo, casi colgando sobre el mar, se sitúa un esqueleto colosal de una Hydra haciendo honor a su nombre Bloodstone. Es una impresionante fortificación que combina la arquitectura con la belleza natural de Southend-on-Sea.
La Guardia Real nos esperaba al detener el carruaje, mientras los caballos se tomaban un merecido descanso tras el largo viaje con apenas pausas. En el camino hacia el castillo, divisé a mi primo Akrenór, cuya mirada se mantuvo fija en nuestra posición. Fue mi padre quien se acercó para estrechar sus manos en un cálido saludo. —  Cuánto tiempo sin vernos, Akrenór —  Expresó con una sonrisa.
Los miembros de la Guardia Real abrieron el camino para el carruaje, permitiéndonos adentrarnos en el inmenso castillo. Akrenór nos guio hacia las recámaras preparadas por mi tía, prometiendo unas vistas impresionantes del mar. Al ingresar, pude apreciar la amplitud del espacio y una combinación de tonos que oscilaban entre lo reluciente y lo siniestro.
Mi propia recámara presentaba una magnífica vista al mar, con una enorme cama y un escritorio que exhibía montones de libros. Akrenór, atento a los detalles, ofreció despejar el espacio para evitar el amontonamiento, pero mi curiosidad me llevó a expresar: —  No me molestan en absoluto —. Observé la estancia en silencio.
"The Other England" 1485. { Dos meses después }
Los dos primeros meses transcurrieron lentamente, lo que me puso nerviosa y comenzó a afectar mi ánimo. La monotonía del tiempo en el castillo me aburría sobremanera, ya que apenas tenía libertad aparte de escribir todos los recuerdos que vinieran a mi mente. Mi padre me mantenía bajo vigilancia para evitar problemas, lo que significaba que cualquier intento de explorar el castillo requería una supervisión constante desde la distancia.
Mientras tanto, Athyrom se destacaba dentro de la Guardia Real, ayudando a mejorar sus habilidades en el campo de batalla. Cada miembro de la familia tenía su rol bien definido, excepto yo, que parecía estar destinada a permanecer en la recámara escribiendo sin cesar.
A medida que escribía, más recuerdos afloraban en mi mente. Sabía que ya no sería la misma persona que una vez fui, pero recuperar fragmentos de mi pasado se volvía indispensable para comprenderme a mí misma. En momentos en que el castillo quedaba casi desolado debido a las recientes guerras, incluso allí tenía vigilancia para evitar que saliera al exterior. No obstante, aproveché un raro instante de calma y me dirigí hacia el salón del trono, donde mi tía se encontraba sentada.
Madre no tardó en aparecer en el salón y se colocó junto a su hermana para compartir un pequeño asunto con ella. "Es hora de sacrificar a tu Hidra, y así fortalecer a la otra para el futuro", le dijo en voz baja. Sus palabras me desconcertaron, no entendía a qué se refería con aquel enigmático mensaje. Cuando terminó de hablar, madre se retiró, pero mantuvo su mirada fija en la mía, sabiendo que no me quedaría si ella estuviera presente.
Me acerqué al trono, y con los ojos entrecerrados, le pregunté con determinación: — Antes de tu nacimiento, ya escribí tu destino — Entrecerré los ojos al acercarme hacia el trono — ¿Quién es la causante de olvidar mis propios recuerdos? — No contesto pero algo me decía que era ella la causante por algo en concreto.
Extra: “Hydra Wars”
"The Other England" 1486.
La Guardia Real fue sometida a un intenso entrenamiento durante varios meses, preparándose para enfrentar las crecientes amenazas que provenían de todas partes. Bajo la liderazgo de la tía Akráttma, se enfrentaron valientemente a los invasores que intentaban apoderarse de Essex y usurpar el trono de "La otra Inglaterra". Entre ellos, la persistente Horda de los Guerreros Nómadas se destacaba por su determinación y ambición.
Mientras tanto, el temido Bucanero Ousmane Vraysilus, conocido como "El titán del Océano", arribó a las costas de Southend-on-Sea a bordo de su imponente embarcación, el Aquilon. Cansado de las interminables batallas navales, el corsario buscaba un breve respiro en tierra firme.
Día 1.
El sol se alzó sobre las costas de Southend-on-Sea, tiñendo el cielo de tonos dorados y anunciando el inicio de una batalla trascendental. La Guardia Real de la tía Akráttma se preparó para enfrentar a la temida Horda de los Guerreros Nómadas, cuyos avances no conocían límites. Los guerreros se alinearon con determinación, sus corazones llenos de valentía ante el desafío que se avecinaba.
En el otro extremo, la embarcación del Bucanero Ousmane Vraysilus, el Aquilon, atracó en las costas, acompañado de su leal tripulación. Si bien el corsario ansiaba un respiro, no podía ignorar el peligro que se cernía sobre la región. Sabía que, en esta tierra, la batalla lo esperaba y no dudaría en unirse a la causa para proteger su territorio temporalmente adoptado. La Horda de los Guerreros Nómadas se movía como una fuerza imparable, avanzando sin tregua hacia las costas, decididos a obtener Essex y el trono de "La otra Inglaterra". Con sus armaduras y espadas en alto, emitieron un rugido de guerra que resonó en toda la playa.
La batalla comenzó con el choque de espadas y el estruendo de los cañones, mientras flechas y proyectiles cruzaban el aire. La Guardia Real demostró su destreza en el combate, formando una impenetrable línea de defensa contra la furia de la Horda. Los guerreros nómadas, conocidos por su ferocidad, se lanzaron al ataque con una agresividad inigualable. La Hidra Alada de la tía Akráttma también entró en acción, extendiendo sus alas majestuosas mientras desplegaba un devastador aliento de fuego sobre las filas enemigas. Sus múltiples cabezas escupían fuego y veneno, dejando un rastro de caos y destrucción a su paso.
El Aquilon y su tripulación no se mantuvieron al margen, uniéndose a la lucha con su destreza en el combate naval. Sus cañones dispararon certeros proyectiles contra los barcos enemigos que se acercaban a la costa, frenando sus avances y manteniendo la batalla bajo control. Las arenas de Southend-on-Sea se tiñeron de rojo con la sangre derramada de ambos bandos, mientras la lucha se prolongaba durante horas sin descanso. Los gritos de guerra se mezclaban con los lamentos de los heridos, creando un escenario de caos y determinación.
El primer día llegó a su fin con la Guardia Real sosteniendo valientemente sus posiciones, logrando contener el avance de la Horda de los Guerreros Nómadas. Si bien la batalla aún no estaba decidida, el valor y la tenacidad de ambos bandos quedaron claramente demostrados en esa jornada. La luna se alzó en el cielo nocturno, presenciando la tregua temporal entre ambas partes mientras se preparaban para lo que vendría en los días siguientes.
Noche 1.
El silencio de la noche se cernió sobre las costas de Southend-on-Sea, pero la tranquilidad era solo superficial. En medio de las sombras, los guerreros de la Guardia Real se mantuvieron alerta, preparados para cualquier eventualidad. La Horda de los Guerreros Nómadas no descansaría y ellos tampoco lo harían. Las antorchas iluminaban el campamento de la Guardia Real, proyectando sombras danzantes en los rostros tensos de los soldados. La fatiga comenzaba a hacerse sentir, pero el deber y la responsabilidad los mantenían en pie. Los heridos eran atendidos con cuidado y las defensas se reforzaban en previsión de un posible ataque sorpresa.
La Hidra vigilaba desde lo alto, sus ojos brillantes recorriendo el horizonte en busca de cualquier signo de movimiento enemigo. Sus rugidos ocasionales resonaban en la noche, recordándoles a todos que la amenaza aún persistía. En el barco Aquilon, Ousmane Vraysilus y su tripulación mantenían una guardia constante. La tripulación estaba agotada por las batallas anteriores, pero su determinación no flaqueaba. El capitán observaba el horizonte con ojos expertos, calculando cada posible ruta de ataque enemiga.
La noche avanzaba lentamente, y la tensión se intensificaba con cada minuto que pasaba. Cada sonido, cada susurro del viento, era motivo de alerta. La oscuridad traía consigo un aura de incertidumbre, y todos sabían que la batalla se reanudaría con el primer rayo de luz del amanecer. En medio de la calma tensa, algunos soldados compartían historias y anécdotas, buscando un respiro temporal de la realidad de la guerra. La camaradería entre ellos se fortalecía, sabiendo que se apoyaban mutuamente en este difícil momento.
A medida que la luna alcanzaba su punto más alto en el cielo, los guerreros se preparaban para lo que vendría. La primera noche de la guerra había sido una prueba de resistencia y voluntad, pero sabían que la verdadera batalla aún estaba por venir. Con el paso de las horas, la noche se desvaneció y los primeros destellos de luz del alba aparecieron en el horizonte. La primera noche había concluido, y la Guardia Real y la Horda de los Guerreros Nómadas se preparaban para enfrentar un nuevo día de lucha y sacrificio.
Día 2.
El sol se alzó una vez más sobre las costas de Southend-on-Sea, iluminando el campo de batalla y dando inicio al segundo día de la guerra. Los guerreros de la Guardia Real se prepararon para enfrentar a la Horda de los Guerreros Nómadas, sabiendo que este día sería aún más crucial que el anterior. Las defensas fueron reforzadas y estrategias revisadas. La Hidra volvió a alzarse en los cielos, emitiendo sus rugidos desafiantes mientras protegía las fronteras del reino. Los barcos del Aquilon y su tripulación se mantenían alerta, listos para cualquier asalto enemigo por mar.
La batalla se reanudó con un furor renovado. Los guerreros de la Horda de los Guerreros Nómadas avanzaron con ferocidad, decididos a conquistar Essex y asegurar su futuro reino. Las espadas chocaron, los escudos se alzaron y los cañones retumbaron, llenando el aire con el sonido ensordecedor de la guerra. La Guardia Real resistió tenazmente, defendiendo cada centímetro de su territorio con coraje y determinación. Los heridos lucharon con valentía, encontrando fuerzas en la unidad y camaradería de sus compañeros. La tía Akráttma lideró con un ejemplo inspirador, guiando a sus soldados hacia la victoria con su sabiduría y liderazgo.
El Bucanero Ousmane Vraysilus, junto a su tripulación, se unió al combate en tierra, llevando su destreza y experiencia en el arte de la guerra. Los cañones del Aquilon dispararon certeros proyectiles contra las filas enemigas, debilitando sus avances y proporcionando un apoyo crucial a la Guardia Real. La batalla se extendió durante horas, con los dos bandos luchando sin descanso. La playa se convirtió en un campo de batalla ensangrentado, con los cuerpos de los caídos esparcidos por todas partes. Sin embargo, ninguno de los bandos cedía terreno, manteniendo su determinación intacta.
A medida que el sol se ponía en el horizonte, la Horda de los Guerreros Nómadas retiró temporalmente sus fuerzas, buscando reagruparse y replantear su estrategia. La Guardia Real y el Aquilon aprovecharon la tregua para descansar y atender a los heridos, sabiendo que la lucha se reanudaría con la llegada del nuevo día. La noche cayó una vez más, y la segunda noche trajo consigo una tensa espera para ambos bandos. Los guerreros se prepararon para lo que vendría, sabiendo que la batalla aún estaba lejos de concluir. La guerra seguía su curso implacable, y el destino de Essex y "La otra Inglaterra" seguía en juego.
Noche 2.
El oscuro manto de la noche envolvió el campo de batalla una vez más, trayendo consigo un aura de intriga y peligro. Los guerreros de la Guardia Real y la Horda de los Guerreros Nómadas descansaban, exhaustos por el feroz enfrentamiento del día anterior. Ambos bandos sabían que la lucha continuaría con la primera luz del alba. Sin embargo, en medio de la calma tensa, la Hidra emergió sigilosamente de las sombras. Aprovechando el cansancio de los nómadas, la criatura alada se abalanzó sobre ellos con una ferocidad inigualable. Sus garras afiladas y sus aterradores rugidos atemorizaron a los enemigos, sembrando el caos y la confusión en sus filas.
Mientras tanto, nuevos grupos de la Horda de los Guerreros Nómadas se unieron al conflicto, ansiosos por conquistar Essex y obtener el poder que tanto ansiaban. El número de enemigos aumentó, y la Guardia Real se vio obligada a enfrentar a un enemigo aún más formidable. Pero la tía Akráttma no estaba sola en esta batalla. Desde lo alto de los acantilados, otros bucaneros liderados por intrépidos capitanes llegaron en auxilio de la Guardia Real. Con sus embarcaciones ancladas en la bahía, estos valientes aliados se unieron a la lucha terrestre, llevando su destreza en la guerra a la batalla.
Los cañones del Aquilon se dispararon con precisión, golpeando a los nómadas y desbaratando sus formaciones. Los bucaneros lucharon codo a codo con los guerreros de la Guardia Real, formando un frente unificado contra la Horda invasora. La Hidra Alada, en medio de la oscuridad, causó estragos entre los enemigos, atacando desde el aire y sembrando el pánico entre los nómadas. Su mera presencia fue suficiente para hacer retroceder a algunos de los atacantes, mientras que otros se enfrentaron valientemente a la criatura mitológica.
La noche se llenó de furia y determinación. Los gritos de batalla, los estruendos de los cañones y los rugidos de la Hidra se mezclaron en un caótico concierto de guerra. La lucha se volvió encarnizada y los cuerpos caían en ambos bandos, pero ninguno cedía terreno. Con el avance de la noche, la fatiga y el agotamiento comenzaron a pesar en los guerreros. Su voluntad de luchar y proteger su tierra no flaqueó. La segunda noche fue una prueba de resistencia y coraje, y ambos bandos estaban decididos a seguir luchando hasta la última gota de sangre.
Cuando el sol se asomó tímidamente en el horizonte, los dos bandos se retiraron temporalmente para descansar y atender a los heridos. La batalla aún no había concluido, y la Guardia Real, junto con sus aliados bucaneros, se prepararon para enfrentar el tercer día de la guerra con la determinación de proteger Essex y "La otra Inglaterra" hasta el último aliento.
Día 3.
El tercer día de la guerra amaneció con una sensación de urgencia y desesperación en el aire. Ambos bandos habían sufrido grandes pérdidas en las dos noches anteriores, y la batalla se había vuelto aún más encarnizada. Los arqueros de la Horda de los Guerreros Nómadas estaban decididos a usar su ventaja en la distancia para quemar los barcos del Aquilon, mientras que los bucaneros se preparaban para enfrentar esta amenaza y brindar apoyo a la Guardia Real en tierra.
Los arqueros nómadas desplegaron sus arcos y comenzaron a disparar flechas en llamas hacia los barcos del Aquilon, buscando debilitar la capacidad de los bucaneros para responder al ataque. Sin embargo, los bucaneros eran hábiles y rápidos, y maniobraron sus embarcaciones con destreza, evitando la mayoría de las flechas en llamas. Algunos de los proyectiles impactaron en los barcos, causando daños, pero los bucaneros lograron apagar rápidamente el fuego antes de que se propagara.
Mientras tanto, en tierra, la Guardia Real y los bucaneros resistieron tenazmente contra las fuerzas de la Horda de los Guerreros Nómadas. La lucha cuerpo a cuerpo fue feroz, con espadas chocando, escudos defendiendo y sangre derramándose. Ambos bandos estaban decididos a proteger su tierra y a sus seres queridos, y ninguno cedía terreno. Los bucaneros, viendo que las flechas de los arqueros no llegarían a la costa, se acercaron aún más para brindar apoyo a la Guardia Real. Desembarcaron en la playa y se unieron a la lucha, proporcionando un impulso vital a las fuerzas de la Guardia. Su experiencia en combate naval les daba una ventaja única en tierra, y su presencia fue crucial para mantener a raya a la Horda enemiga.
La Hidra también jugó un papel importante en el tercer día de la guerra. La criatura mitológica atacó a los arqueros nómadas, volando por encima de ellos y causando estragos con sus garras y sus rugidos atronadores. Su presencia aterradora y su ferocidad inigualable sembraron el caos entre las filas enemigas, debilitando aún más su resistencia. La batalla se prolongó durante horas, con el sol alcanzando su punto más alto en el cielo. Los cuerpos caían en ambos bandos, y el campo de batalla se llenó de heridos y muertos. Pero la lucha continuó sin descanso, con la Guardia Real y los bucaneros luchando valientemente para proteger a "La otra Inglaterra" de la invasión nómada.
Finalmente, con el ocaso del sol, la Horda de los Guerreros Nómadas se retiró, incapaz de soportar más bajas y derrotada por la valentía y la tenacidad de la Guardia Real y los bucaneros. Los sobrevivientes de ambos bandos miraron el campo de batalla, donde yacían los caídos, recordando el alto precio que habían pagado por la lucha. El tercer día de la guerra llegó a su fin, pero la lucha aún no había concluido. Los dos grupos resistentes, la Guardia Real y los bucaneros, sabían que la Horda de los Guerreros Nómadas volvería a la carga, y que el destino de Essex y "La otra Inglaterra" seguía en juego.
Noche 3.
Parecía una victoria asegurada, salvo aquella noche. Los Nómadas habían sido eliminados por completo, y los barcos cercanos del Aquilon solo habían sufrido leves daños por las flechas en llamas. La Guardia Real estaba agotada y ansiaba poder descansar como se merecían después de días de lucha incesante. La tranquilidad no duró mucho. Un último grupo de Nómadas se aproximó sigilosamente en la oscuridad de la noche, decidido a tomar venganza por sus compañeros caídos. Estaban armados con arcos y flechas venenosas, listos para lanzar una lluvia mortal de proyectiles hacia la Hidra Alada.
La Hidra, aunque cansada y herida por los combates anteriores, seguía siendo una fuerza formidable. La criatura alzó sus alas y rugió en respuesta al inminente peligro. Sin embargo, el veneno de las flechas nómadas era una amenaza real, y algunas de las flechas alcanzaron su objetivo, causando dolor y daño. El líder de la Guardia Real, aunque exhausto, se mantuvo firme y dio la orden de proteger a la Hidra a toda costa. Los soldados se pusieron en posición defensiva, utilizando sus escudos para bloquear las flechas venenosas y disparando a los Nómadas con sus arcos.
Mientras tanto, el Aquilon no se quedó inactivo. Sus cañones retumbaron en la noche, apuntando hacia el último grupo de Nómadas que se aproximaba. Los proyectiles explotaron en el aire, haciendo retroceder a los invasores y despejando el camino hacia la Hidra. La Hidra, a pesar de su herida en el ojo, continuó luchando valientemente. Sus garras y dientes afilados se abrieron paso entre los Nómadas, y su rugido ensordecedor llenó el aire, llenando de temor a los enemigos.
La combinación del valiente esfuerzo de la Guardia Real y el poder destructivo de los cañones del Aquilon finalmente derrotaron al último grupo de Nómadas. La batalla nocturna había sido intensa y ardua, pero la victoria estaba asegurada. Con la última amenaza de los Nómadas eliminada, la Guardia Real y los bucaneros se reunieron en la costa. La Hidra Alada estaba exhausta, pero su presencia imponente era un recordatorio de la valentía y la determinación que habían demostrado en la defensa de "La otra Inglaterra".
El tercer día y última noche de la guerra había llegado a su fin. Los sobrevivientes se miraron unos a otros, reconociendo la magnitud de lo que habían enfrentado y superado juntos. Aunque los daños habían sido altos y las heridas profundas, habían prevalecido contra todo pronóstico.
La guerra había terminado, y "La otra Inglaterra" había resistido la amenaza de la Horda de los Guerreros Nómadas. La calma finalmente descendió sobre la tierra, y el futuro del reino parecía más prometedor que nunca. Pero sabían que la paz era frágil y que siempre debían estar preparados para defender su hogar de futuras amenazas. La Guardia Real y los bucaneros permanecerían vigilantes, dispuestos a proteger a su tierra y a su gente, sin importar los desafíos que el destino les presentara.
Part V: “First Vortex”
"Hasta mi propio vórtice dejo de tener fluido al romper mi existencia"
"The Other England" 1486.
A tres meses de diferencia después de la guerra contra aquellos Nómadas en el intento de conquistar el condado de Essex, la Hidra murió a causa de un enorme acumulo de veneno en toda su circulación. Su cuerpo comenzó a descomponerse junto al castillo. Los huesos quedaron en el mismo borde, la bandera no se modifico para dejar en constancia cual fue la criatura principal del condado. Ousmane Vraysilus fue recompensado con gran generosidad con una inmensa suma de oro y honrado con el título de mayor aliado de "La otra Inglaterra" de forma perpetua.
En la majestuosa sala del castillo, mi tía Akráttma y el intrépido Capitán Ousmane Vraysilus se encontraron una última vez antes de que él partiera hacia nuevas aventuras en alta mar. La luz del atardecer se filtraba por las amplias ventanas, creando un ambiente cálido y acogedor. Ella, vestida con elegantes ropajes, miró con gratitud al valiente capitán. — Capitán Vraysilus, os estaré eternamente agradecida por vuestro apoyo inquebrantable en estos tiempos difíciles. Vuestra valentía y lealtad han sido una bendición para nuestro reino. —
Ousmane Vraysilus inclinó ligeramente la cabeza en señal de respeto. — Vuestra Majestad, ha sido un honor luchar a vuestro lado y proteger a "La otra Inglaterra". Vuestro reino es único y lleno de maravillas, y siempre lo recordaré con cariño. —
— Vuestra partida dejará un vacío en nuestros corazones — Continuó mi tía con voz serena,  — Pero entiendo que vuestra naturaleza os lleva a buscar nuevas aventuras en los vastos océanos. No puedo evitar desearos lo mejor en vuestro camino, y que los vientos os sean favorables en cada travesía. —
El capitán asintió con una sonrisa cálida en sus labios. — Mis viajes me llevan a lugares remotos, pero siempre recordaré los lazos que he forjado aquí en "La otra Inglaterra". Vuestra amistad, vuestra nobleza y vuestra sabiduría han dejado una huella imborrable en mi corazón. — Ella se acercó y tendió su mano hacia Ousmane. — Que nuestros caminos se crucen nuevamente, Capitán Vraysilus. Os considero un aliado fiel y un amigo entrañable. Que la fortuna os acompañe siempre. —
Ousmane estrechó la mano de la Reina con firmeza. — Así lo deseo también, Vuestra Majestad. Que el destino nos guíe hacia nuevos encuentros y desafíos. Seré eternamente agradecido por este tiempo compartido. — Con un último gesto de cortesía, el capitán se dio media vuelta y se encaminó hacia la salida de la sala. La Reina Nathius lo observó partir con un brillo de orgullo en sus ojos, sabiendo que la valentía y la amistad del bucanero serían recordadas por generaciones venideras.
"The Other England" 1487.
La música en la Edad Media era una parte integral de la vida cotidiana y desempeñaba diversos roles en la sociedad. En un tiempo donde la mayoría de la gente era analfabeta, la música era una forma de comunicación y expresión artística que trascendía las barreras del lenguaje. La música se caracterizaba por su carácter religioso y sacro. La Iglesia tenía un papel central en la sociedad y era la principal promotora y preservadora de la música.
Los himnos, los cánticos y los salmos eran interpretados en las iglesias durante los servicios religiosos. Los monjes y los clérigos eran los principales intérpretes y compositores de música de la época. Los instrumentos musicales utilizados en la Edad Media eran principalmente de origen tradicional y se clasificaban en dos categorías: instrumentos de viento y percusión. Entre los instrumentos de viento se encontraban la flauta, el caramillo, el arpa y la gaita. Los instrumentos de percusión incluían el tambor, el pandero y las campanas.
La música se basaba en un sistema modal. Los modos musicales, también conocidos como escalas, se asociaban con diferentes estados de ánimo y emociones. Cada modo tenía sus propias características y se utilizaba para transmitir diferentes aspectos de la experiencia humana. Además de su función religiosa, la música también se utilizaba en ocasiones festivas y seculares. En las cortes reales y en los castillos, los trovadores y los juglares eran los encargados de entretener a la nobleza y al pueblo con sus composiciones y actuaciones musicales. Estos artistas itinerantes viajaban de lugar en lugar, llevando consigo historias, canciones y melodías populares.
La música  era principalmente vocal, aunque también se utilizaban instrumentos para acompañar las melodías. La polifonía, la técnica de combinar varias líneas melódicas simultáneas, comenzó a desarrollarse durante esta época, sentando las bases para la música polifónica del Renacimiento posterior.
En cuanto finalicé de escribir, mi mellizo se presenció en mi recámara — ¿No hay nada más que recuerdes? — Negué de inmediato, poniéndome una mano en la nuca — Lo he escrito todo, con ciertas claves por si me pasara de nuevo. Podría recordar todo de inmediato. ¿Qué harás con el libro ahora? — Tomó el enorme libro, sonriendo leve — Se guardará en alguna biblioteca en Inglaterra. Algo me dice que seguirás aquí por siglos — Al retirarse, me alivié en cierto modo. Por fin podría relajarme después de tanto escribir, darle vueltas a la mente, forzarla a cada hora que pasaba. . .
Fue un no parar de trabajar en buscar todos los fragmentos posibles y unir los recuerdos, en búsqueda de saber por qué perdía mis propios recuerdos. Los siguientes cambios en "La otra Inglaterra" fueron muy importantes. Por ejemplo, se estaba construyendo la ciudad principal, situada en Chelmsford. Ahí mismo estaría Madre dirigiendo las órdenes.
Mientras tanto, proseguí en Bloodstone Castle, observando cómo todo evolucionaba a nuestro alrededor. Cada día que pasaba, el reino se fortalecía. Me sumergí en el conocimiento, investigando antiguos textos y pergaminos. Cada descubrimiento que hacía también generaba nuevas preguntas e enigmas por resolver. El libro que había escrito con tanto esmero se convirtió en mi confidente y guía.
Chelmsford, conocida como la Joya de "La otra Inglaterra", se alzaba majestuosamente en el corazón del condado de Essex. Sus altas torres y magníficos palacios se alineaban a lo largo del río Can, reflejando su esplendor en las aguas serenas. La ciudad era un prodigio de la arquitectura y la planificación urbana, un sueño hecho realidad gracias a la visión y liderazgo de su gobernante.
Las calles adoquinadas estaban impregnadas de una vibrante energía, con mercados bulliciosos y artesanos hábiles exhibiendo sus creaciones en cada esquina. El aroma de las delicias culinarias y el sonido de la música llenaban el aire, creando un ambiente acogedor y animado para los ciudadanos y visitantes por igual. Los edificios emblemáticos, como la majestuosa Fortaleza de Nathius, se alzaban imponentes en el horizonte, recordando a todos la grandeza del reino y la fuerza de su líder. Los jardines exuberantes y parques cuidadosamente diseñados ofrecían un oasis de paz y tranquilidad en medio del bullicio urbano.
La cultura y el arte florecían, con teatros y salas de conciertos que acogían espectáculos y eventos de renombre. La Academia de las Artes, dirigida por artistas y académicos talentosos, inspiraba y nutría a la próxima generación de talentos creativos. En el corazón de la ciudad se encontraba el Palacio Real, donde Madre residía y tomaba decisiones sabias para el bienestar de su reino. Los ciudadanos lo veían como un líder cercano y compasivo, alguien que siempre se preocupaba por su pueblo y trabajaba incansablemente para asegurar su prosperidad y seguridad.
La ciudad  estaba rodeada de espléndidos paisajes, con campos verdes y colinas ondulantes que proporcionaban recursos abundantes y belleza natural. Los ríos y lagos cercanos ofrecían un suministro constante de agua fresca y actividades acuáticas para disfrutar. La armonía y la prosperidad reinaban gracias al liderazgo sabio y benevolente de Madre. Cada rincón de la ciudad reflejaba el trabajo y la dedicación de su gobernante, y los ciudadanos se sentían orgullosos de llamarla su hogar.
"The Other England" 1488. { Último Año }
"La calma es el oasis antes de la tormenta."
El último día. . . Quién iba a pensar que este día sería el último. . . Los exteriores del Bloodstone Castle ofrecían pequeños jardines encantadores, cada uno personalizado con esmero. Entre sus frondosos rincones se escondían entradas secretas a las mazmorras, todas ellas fuertemente cerradas. Necrosius Darkthorn, el miembro más anciano de la Guardia Real, se dedicaba incansablemente a cuidar de estos jardines desde el año 1440, poco después de su retirada de la Guardia. La tía Akráttma le otorgó el título de Guardián, extendiendo misteriosamente su vida mortal por razones que desconocía. Nunca presencié lo que se ocultaba bajo tierra, y tampoco tenía interés en averiguarlo. Solo sabía que todos estaban en alerta ante cualquier intento de curiosear donde no se debía.
Me recosté bajo la sombra de un majestuoso árbol, intentando relajar mi mente, aunque parecía una misión imposible. Horas pasaron hasta que divisé a Akrenór acercándose con los brazos cruzados a la espalda, una mirada serena y misteriosa en sus— Athysis, hay un asunto que debemos tratar. — No pudo terminar la frase, ya que en ese preciso instante un hombre apareció frente a nosotros. Al principio, no supe quién era, pero rápidamente reconocí a Arher, sosteniendo con firmeza su Bidente plateado. En el centro de las dos puntas alargadas del arma, brillaba una misteriosa esfera de color púrpura, que emitía pequeñas vibraciones.
— Han pasado varios siglos, querida. ¿Cuál es tu respuesta? — El tío Arher estaba obsesionado con la idea de casarse conmigo. Su objetivo era claro: unir dos Nathius poderosos para compartir el poder de igual a igual, y eso le interesaba sobremanera. — ¿Por qué buscas tanto poder? — Le pregunté, entrecerrando los ojos.
— Lo necesito para gobernar el próximo sistema — Respondió, aprovechando nuestra intimidad para confiarme su plan. Aunque, no parecía importarle que supiera de sus intenciones. Entonces, abrió su mano libre y un enorme vórtice se abrió detrás de mí. — No quiero llegar a esto, sé cuál es tu respuesta, querida Athysis. . . — Cerré ambos puños, preparándome para lo que vendría a continuación. Arher notó mi actitud y esbozó una sonrisa maliciosa.
— No te aconsejo que lo intentes. Sé que no estás completa para enfrentarme. — En ese momento, sus pupilas púrpuras brillaron intensamente, y sentí que se introducía en mi mente, tratando de modificar mis recuerdos, o incluso borrarlos. Reuniendo todas mis fuerzas, me lancé hacia el vórtice, antes de que pudiera eliminar una posible vía para recuperar mis recuerdos perdidos. ojos. . .
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La Revolución Industrial - La Máquina De Hilar
En la época de la primera revolución industrial fueron creadas diversas maquinas, algunas fueron como la maquina a vapor o como la maquina de hilar; esta ultima será mi tema principal, ya que esta maquina fue ideada para procesar hilos o hilados de las fibras de lana o de algodón, para luego realizar telas; esta maquina viene de diversos tamaños y formas.
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Pero antes de que existiera esta maquina el hilado; se ejecutaba esta labor a mano, la cual la realizaban los artesanos, utilizando herramientas/maquinas como la rueca la cual fue creada en la edad media. Muchos de estos artesanos perdieron sus trabajos por la maquina de hilar, ya que la maquina estaba reemplazando al hombre. Esta maquina de hilar revolucionó la industria textil, ya que facilitaba el trabajo a los trabajadores, y da una mejor calidad a los tejidos.
En la década de 1700, se creo la primera máquina de hilar real, conocida como la hiladora "Jenny" , que hizo posible la producción de fibras a una escala industrial.
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The Industrial Revolution- The Spinning Machine
The time of the first industrial revolution, various machines were created, some were like the steam engine or the spinning machine, the latter will be my main topic, because this machine was designed to process threads or yarns from fibers wool or cotton, to later make fabrics; This machine comes in various sizes and shapes.
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But before this machine existed, spinning; This work was carried out by hand, which was carried out by artisans, using tools/machines such as the spinning wheel, which was created in the Middle Ages. Many of these artisans lost their jobs to the spinning machine, since the machine was replacing the man. This spinning machine revolutionized the textile industry, as it made work easier for workers, and gives a better quality to the fabrics.
In the 1700s, the first real spinning machine, known as the "Jenny" spinning machine, was created, making fiber production possible on an industrial scale.
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notasfilosoficas · 1 year
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“La fantasia es, como muchas otras cosas, un derecho legitimo de todo ser humano, pues a través de ella se halla una completa libertad y satisfacción”
J. R.R. Tolkien
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John Ronald Reuel Tolkien, fue un escritor, poeta, filólogo, lingüista y profesor universitario británico, nacido en Bloemfontein (hoy Sudáfrica) en enero de 1892, conocido principalmente por ser autor de las novelas de fantasía heroica “El hobbit”, “El Silmarillion” y “El Señor de los anillos”.
Sus padres eran originarios del Reino Unido, y la mayoría de los antepasados paternos fueron artesanos. La familia Tolkien tenía sus raíces en el estado alemán de Baja Sajonia.
Debido a problemas de salud, cuando Ronald tenia tres años, la familia se mudó a Inglaterra, Arthur, (el padre de Ronald), permaneció el Africa un poco mas con la intención de reunirse con su familia mas tarde, pues trabajaba en la venta de diamantes y otras piedras preciosas para el Banco de Inglaterra, sin embargo, en febrero de 1896 murió debido a la fiebre amarilla, lo que obligó a su madre a vivir con su propia familia en Birmingham.
Mabel, (la madre de Ronald) se hizo cargo de la educación de sus dos hijos, Ronald era un alumno muy aplicado y disfrutaba de dibujar paisajes y arboles, y su interés por la botánica y la enseñanzas en el idioma latin que le inculcó su madre serian de suma importancia en su futuro.
Cuando Ronald tenia 12 años en 1904, su madre murió de diabetes, una enfermedad muy peligrosa antes de la aparición de la insulina, y durante su orfandad, Ronald y su hermano Hilary fueron educados por un sacerdote católico quien había apoyado a su madre durante su conversion al catolicismo y quien había enseñado las bases del idioma español por su ascendencia andaluza.
A pesar de las muchas trabas que el padre Francis, le había impuesto para terminar con honores sus estudios de filología Inglesa en Oxford, Ronald se comprometió y caso en marzo de 1916, terminando sus estudios en el Exeter College, con matricula de honor en lengua inglesa.
Después de graduarse, Tolkien se unió al ejercito británico en donde sirvió como oficial de comunicaciones en la batalla de Somme hasta que enfermó y regresó a Inglaterra en donde continuó en el ejército para posteriormente, (ya como civil) trabajar como asistente de redacción para la primera edición del famoso Oxford English Dictionary, encargado de la historia y etimología de palabras con origen germánico y en 1920 ocupó un puesto como profesor en la Universidad de Leeds.
En Oxford, Tolkien hizo amistad con el profesor y escritor C.S. Lewis (autor de “Las Crónicas de Narnia”) y quien terminó siendo uno de sus principales correctores, junto con otros miembros de un club literario que formaron en Inklings.
Desde su adolescencia Tolkien tenia la idea y había empezado a escribir una serie de mitos y leyendas sobre la Tierra Media, proponiendo inventar una mitología para Inglaterra, al margen de la mitología griega, situación que dio origen a su obra “El libro de los cuentos perdidos” que mas tarde daría lugar al “Silmarillion”.
En 1961, C.S.Lewis lo propuso como candidato para el Premio Nobel de Literatura pero el jurado desestimó su propuesta debido a su pobre prosa. Sin embargo, Tolkien recibió numerosos reconocimientos por parte de Universidades así como doctorados honoris causa.
En 1965, se publicó la primera edición de “El Señor de los Anillos” en Estados Unidos y en 1969, la Reina Isabel le nombró Comendador de la Orden del Imperio Británico.
Tolkien murió 21 meses después de la muerte de su esposa, en septiembre de 1973 a la edad de 81 años y fue enterrado junto con ella en el cementerio de Wolvercote en Oxford.
Fuente: Wikipedia.
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hostel-qhawaq · 1 year
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Cóndor - Orígenes - Capítulo 1
El sol salió y resplandeció entre las nubes, aunque la mañana era fría y silenciosa. Todos en la casa ya habían despertado, pues los quehaceres eran muchos y no había suficientes horas en el día para hacerlos todos. Aunque Dante solía levantarse a la misma hora que su hermano, había veces como esa mañana en las que se despertaba tarde y le costaba desprenderse de su sueño pesado. Cuando eso ocurría, Fausto hacía ruido a propósito, incluso saltaba en su cama o le halaba los pies, pero de ningún modo se despertaba.
—Hijo —interpeló la madre—, ¿Dante aún no se despierta?
—No, mamá. 
—Qué sueño tan irregular tiene ese niño, es muy extraño...
—Te preocupas por nada —intervino el papá—, debe ser la edad, aún es un chico.
—Seguramente. Anda a despertarlo, hijo, ¿me harías el favor? Tu hermano dijo que hoy ayudaría a tu padre.
Fausto quería ayudar a su papá también, pero era muy torpe con las manos. Su padre era artesano, y para moldear la arcilla o tallar la madera había que tener manos fuertes y hábiles, pero decían que él no tenía ni la fuerza ni la delicadeza necesaria. Más bien, no la tenía en comparación con su hermano mayor. A pesar de que le molestaba que lo compararan con Dante, él siempre lograba apaciguarlo y hacerlo sentir mejor.
—Eres un buen chico —le decía el mayor—, eres mejor que yo en muchas cosas, no te dejes engañar por ti mismo, ¿si? Serás bueno en todo lo que te propongas.
Pero aún así había veces en las que se sentía opacado y donde no era tomado en cuenta. Dante tenía un carácter introspectivo, extremadamente amable y siempre le sonreía a los demás, esto le hacía ganarse la confianza de cualquiera. En cambio, su hermano menor Fausto tenía una risa estridente y solía contestarle a sus mayores, a veces era llamado problemático o niño rebelde, pero siempre le hacía caso a su hermano mayor, que era también su mejor amigo. El joven Fausto se dirigió a la habitación de su hermano, lo zarandeó por los hombros, pero recibió como respuesta un largo y sonoro ronquido.
—¡Danteeeee! ¡Diablos, despierta!
 Y volvió a roncar. Fausto agarró un palo de madera y un yelmo improvisado que utilizaban para jugar a los caballeros, que era más bien una cacerola común. La golpeó con el palo al lado de su oreja y no lo pudo despertar. Entonces agarró firmemente la cacerola y la golpeó contra la cabeza de su hermano, sonó como una campana.
—¡Mamá, creo que a Dante se lo llevó el demonio!
La madre de los niños no entendió nada excepto por la palabra “demonio”, entonces corrió asustada a la habitación de los hermanos.
—¡¿Qué dices?! Fausto, ¿qué ocurre?
—No se despierta. Creo que se murió.
—¡No digas eso ni en broma!
Dante comenzó a articular unas palabras ininteligibles, como las de un borracho. Su madre se aceró lentamente, lo veían con suspenso. El pánico comenzó a invadir el cuerpo de la madre cuando vio que Dante abría la boca, como si quisiera gritar, pero de repente soltó un estornudo ruidoso y su hermano pegó un brinco del susto. Dante se despertó como si nada.
—¡Dante! Hijo, por Dios, ¡qué susto nos has dado!
—¿Yo? —dijo aún adormilado— ¿Por qué?
—¡Ya es casi media mañana y no te has levantado! ¡Ese sueño no es normal!
—Perdón mamá, estaba soñando con un ave.
Dante se sentó en la cama frotándose los ojos y continuó hablando de su sueño:
—Creo que era otra vez ese pájaro, se veía muy grande, en serio, ¡enorme! Y lo vi y extendió sus alas llenas de plumas gruesas, creo que incluso me dieron ganas de estornudar.
—Pues sí lo hiciste, ¡y me llevé un susto! Pensé que te estaba llevando un demonio en tu sueño.
—Te dije que no lo digas ni bromeando, Fausto.
Dante se rió de la ocurrencia de su hermano. Intentó recordar algo más del sueño, pero se le había escabullido y no recordaba ni siquiera el tipo de ave o la forma del animal, simplemente recordaba una silueta. Por lo general, Dante no dormía tanto, pero solía tener sueños, muchos sueños, y los recordaba con facilidad. Sin embargo, había algunos que olvidaba muy rápido, y le parecían  los más fascinantes. Eran esos sueños los que le impedían levantarse temprano. Por algún motivo, nada podía despertarlo sino hasta que terminara de soñar. Eso no lo preocupaba a él, pero su madre era muy devota y algunas veces se lo atribuía a los espíritus, aunque nunca habló de eso con los niños. Llegó a creer que se trataba de alguna posesión, pero su esposo, que no era tan creyente como ella, la tranquilizó diciendo que era improbable.
Dante por fin se acercó al taller donde su padre trabajaba, lo ayudó con las últimas artesanías que debía hacer esa mañana. Había acabado con buena parte del trabajo, siempre hacía los más difíciles primero, como los platos y las vasijas grandes, y dejaba para el final las cosas más pequeñas y sencillas. Dante se sintió culpable porque no pudo ayudar a su padre con el trabajo más pesado. Aunque siempre decía que no necesitaba ayuda, a veces se le hinchaban las manos y se notaba que le dolían. No lo quería admitir, pero los años comenzaban a afectarle un poco.
—Tu madre me dijo que soñaste con un ave otra vez.
—Sí, fue tan real —respondió con gran emoción—, esta vez incluso sentí el batir de sus alas tan cerca que hasta estornudé, o eso me dijo Fato.
Dante le decía Fato de cariño a su hermano, cuando él era pequeño y aún no pronunciaba bien las palabras se presentaba de ese modo. “Mi nombe e Fato” recordaba Dante con ternura. Hacía mucho frío todavía después del mediodía, eso les retrasó un poco el trabajo porque el cuerpo aún no se habituaba a las bajas temperaturas de los últimos días de otoño. De cualquier manera, terminaron antes de que mamá los llamara para ir a comer. El invierno se aproximaba y eso traía consigo ciertas complicaciones. Los más ancianos en la ciudad hablaban de que una epidemia estaba volviendo a atacar Sevilla, algunos eran escépticos, pero a los más pobres, es decir, la mayoría, les preocupaba. En la casa intentaban no hablar del tema frente a los niños, pero era una tensión silenciosa la que atormentaba a los adultos.
Esta familia vivía cerca de las afueras de Sevilla, lejos del centro, por lo que al señor Ortiz le tomaba horas ir y regresarse cuando le tocaba vender sus trabajos artesanales. Su esposa intentó convencerlo de que no fuera al centro al día siguiente:
—Ya sabes lo que están diciendo de esa enfermedad, la epidemia está volviendo, se va a poner peor durante estos meses.
—Mujer, no te preocupes, ¿con qué nos ganamos el pan si no es de este modo?
—Ya lo sé, pero...
—Nada. Es mejor así. Que pase lo que tenga que pasar.
—¡Preocúpate al menos un poco por ti mismo! ¿Qué sería de nosotros si te perdemos?
—Pudiste valerte por ti misma durante años sin mí, sé que estarían bien.
Fue otra conversación en vano, porque él nunca cedía cuando se trataba de cumplir con su trabajo y responsabilidades. Afuera, en la calle frente a la entrada, los niños jugaban a ser caballeros. Fausto quiso ser un doncel y Dante, como era más grande, dijo que sería el caballo. El menor se reía y le pegaba con el palo de madera en la nalga derecha de su hermano.
—¡Arre caballo! ¡Arre!
—¡Aaahhhh! ¡Ayuda! —decía bromeando, con algo de dolor.
—¡Los caballos no piden ayuda!
Entonces Dante relinchaba. A veces jugaban con otros niños, pero ese día no había casi nadie, tal vez por el frío y por las nubes grises que amenazaban con llover. A lo lejos, Dante escuchó que alguien se quejaba de dolor. Un hombre se aproximaba desde la esquina, caminaba con incomodidad, se cubría el cuello con las manos, estaba hinchado, pero no sangraba por ningún lado. Dante le pidió a su hermano que se bajara de su espalda.
—¿Qué pasa?
—Ese hombre, ese hombre necesita ayuda. Dile a papá que venga.
—¿Quién?
Dante se levantó y se acercó al hombre. Le insistió a su hermano para que llamara a papá porque había alguien que necesitaba ayuda.
—¿Señor? ¿Está usted bien?
—Niño, ayuda, por favor. Nadie me habla, me duele, me duele...
Dante sintió una punzada de desesperación, el pobre hombre estaba al borde de las lágrimas, cayó de rodillas y estaba a punto de desfallecer.
—Niño, ayúdame, por favor...
—¿Qué hago? ¿Qué tiene? ¡Ayuda! ¡Ayuda!
—Dile a mi hija, por favor...
Entonces una voz llamó a Dante desde atrás y se dio la vuelta.
—Hijo —era su padre—, ¿qué sucede?
—¡Este hombre necesita ayuda!
Y señaló al hombre convaleciente, arrodillado en el suelo. Dante se agachó para ayudarlo a sostenerse.
—¿A quién? Dante, hijo, ahí no hay nadie.
Al joven se le congelaron los huesos, no del frío, sino del miedo. Al voltearse nuevamente ya no estaba sosteniendo a alguien, no había ningún hombre. En la calle del frente vio como una vecina curiosa lo observaba desde una esquina de la ventana tras la cortina, que cerró rápidamente cuando hicieron contacto visual.
—Aquí había alguien pidiendo ayuda. ¡Papá, te lo juro, vi a alguien!
La mamá de Dante se agachó para levantarlo.
—Mi niño, vamos adentro, rápido.
Desde su habitación escuchó cómo sus padres conversaban preocupados.
—Hablé con la vecina —decía su mamá—, esta mañana encontraron a un hombre tirado en la calle. Muerto. Están comenzando a aparecer cuerpos. Ya estaba sucediendo en el centro, pero ahora aquí también... Esto no es normal.
—Tampoco es la primera vez que Dante ve cosas extrañas.
—¡Pero era un hombre que acababa de morir! ¿Será posible que haya hablado con un muerto?
—Eso no lo sabemos. No hablemos de esto.
—¿Qué es lo que te da tanto miedo de hablar de esto? Nunca quieres continuar con esta conversación.
—Las paredes escuchan, los chismes se riegan como si fueran ratas, no podemos tomarnos este tema a la ligera. Tenemos que ser precavidos con lo que decimos. Tú sabes bien a qué es lo que le temo.
A Dante le impresionaron las palabras de su padre, jamás imaginó escuchar la palabra “temor” de un hombre como él, que era grande, tosco y de nervios de acero. Fausto, aunque era más bien hiperactivo, también sentía la tensión del ambiente, y estaba sentado al lado de la puerta junto a su hermano, escuchando también.
—Dante, ¿de verdad viste algo?
—Sí, lo vi, de verdad lo vi.
—Yo te creo.
Dante no había dudado de si le creían o no. Más bien le aterraba que le creyesen, porque se imaginaba el riesgo que su familia corría si esa información llegaba a oídos del Santo Oficio. Pero, de todos modos, estas palabras ablandaron el corazón del hermano mayor. Pasaron algunos días, y la tensión de ese momento se fue disipando. En un par de semanas el suceso había quedado olvidado para todos, salvo para los padres de los niños. El señor Ortiz, aunque intentara apaciguar los nervios de su esposa, también sentía miedo por el futuro de su hijo. Dante a veces hablaba solo, siempre habían dicho que era un niño muy creativo y que tenía amigos imaginarios, pero a medida que crecía dejaron de ser tan imaginarios, a veces lo encontraban hablando solo, y él decía que se comunicaba con personas reales. Nunca les había pasado por la cabeza que podía ser gente muerta, sino hasta ahora.
—¡Danteeee! ¡Despierta!
Fausto le presionaba el pecho con sus manos repetidas veces, como si quisiera revivirlo y devolverle el pulso.
—¡Des-pier-ta! 
Entonces se detuvo y llamó a su mamá.
—¡Mamá, no se despierta!
Y su madre volvió a entrar a la habitación tan preocupada como si fuera la primera vez. Papá ya se había ido al centro a vender sus artesanías. Dante dormía profundamente, volvió a murmurar palabras inarticuladas, tenía el ceño fruncido, y esta vez comenzó a tener movimientos convulsos durante el sueño. Parecía sentirse incómodo. Estos movimientos extraños preocuparon a su mamá y a su hermano. Pronto empezó a hiperventilar.
—¡Dante! —gritó su hermano— ¡Dante, despierta! ¡Dante!
Y Dante se despertó de un brinco. Quedó atontado por unos segundos mientras regresaba a la realidad, y lo primero que vio fue el rostro de Fausto sobre sus piernas. Lo abrazó como si hubiera sido el menor el que hubiera estado peleando en sus sueños. Para Dante, la voz de su hermano fue como un hilo que siguió y lo condujo de vuelta hacia la vigilia, estaba luchando contra algo en el sueño, pero ya no recordaba qué, solo recordaba que había algo relacionado con Fato.
A pesar de que no sabía qué había soñado, tenía una sensación muy pesada. No quiso jugar con su hermano porque no tenía ánimos. Fausto comenzó a jugar solo, y otros niños del barrio se fueron integrando. Dante estaba más meditabundo de lo usual, en sus sueños veía constantemente a personas que no conocía, que le entregaban mensajes que no entendía, y también veía a muchos animales que tampoco había visto, particularmente a un ave que no identificaba. Se sentía extraño, y triste. Comenzó a caminar solo por la calle sin darse cuenta, estaba tan ensimismado intentando recrear en su mente la imagen del ave de sus sueños, pues creía que era importante. Entonces vio un ave negra frente a él, en el pavimento. Era un mirlo. Cantaba melódicamente y parecía mirar a Dante.
De pronto, Dante sintió el canto del ave, no pronunciaba palabras, pero articulaban un mensaje para él. “Ve con Fausto”, oía en su mente. Había algo que quería llevarlo hacia su hermano menor, como si este corriera algún riesgo. "Ayuda a Fausto", y el ave salió volando. Dante corrió de vuelta hacia su casa buscando a su hermano, que no estaba en el mismo lugar donde lo había visto por última vez. Entró a la casa llamándolo a gritos, tanto así que espantó a su madre. Como no lo encontraba, lo buscó por las calles y no respondió al llamado o las preguntas de su madre.
Tenía una sensación muy extraña, sintió que ya había vivido eso antes, las escenas comenzaron a encajar como un rompecabezas, y pronto logró ver todo el panorama. Lo que veía era exactamente lo mismo que había soñado: en una calle ciega estaban los niños jugando, pero Dante quedó paralizado cuando vio a uno de ellos sosteniendo el palo de madera de Fausto roto, y el rostro de su hermano ensangrentado. La sangre borbotaba de una herida en su frente.
—¡Fausto! —Apareció su madre— ¡Dios Santo! ¡¿Qué pasó?! ¡¿Qué te ha sucedido?!
Uno de los niños se disculpó llorando y gimiendo, todos estaban temblando de pánico. Fausto estaba en shock, y Dante no podía oír nada ni moverse se su sitio. Su hermano lo miró, y entonces pudo reaccionar. Se acercó lentamente hacia él, e instintivamente supo qué hacer. Se imaginó que iba a estar bien si lograba hacer que dejara de sangrar. Puso la palma de su mano sobre la herida e hizo presión.
—Fato, estás bien, estoy aquí contigo, ¿sí? Vas a estar bien. ¿Me estás oyendo?
Dante apenas escuchaba sus propias palabras, pero estaba actuando por puro instinto.
—Dante, tenemos que llevar a Fausto a casa. ¿Puedes ayudarlo a levantarse?
Dante asintió con la cabeza. Tardó unos segundos en comprender lo que le había dicho su madre, luego quitó su mano de la frente de su hermano para poder cargarlo, y todos quedaron asombrados al ver que el joven ya no tenía ninguna herida abierta en la frente, sino una pequeña cicatriz. Dante era el más sorprendido, no entendía qué había hecho. La madre actuó de inmediato, cargó a su hijo con dificultad, pero se lo llevó antes de que los otros niños analizaran lo que habían visto. Dante corrió tras su madre aún desorientado.
Por la noche, cuando llegó el señor Ortiz a casa, su esposa le contó lo ocurrido, y esto le generó los mismos sentimientos confusos que a todos. Estaban agradecidos por el bienestar de su hijo, pero ¿qué pasaría con Dante? Los otros niños probablemente hablarían de eso, si es que nadie había hablado de sus actitudes extrañas anteriormente.
—Son niños —intentó consolarla—, quizá nadie les crea.
Pero ambos sabían que no solo era absolutamente probable, sino que sería inadmisible para los inquisidores. Al día siguiente el señor Ortiz se quedó en casa. Explicó que estaba muy cansado y el frío le dificultaba la movilidad en sus manos y sus pies, pero era mentira.
—Papá, cuando te sientas mejor ¿puedo ir contigo al centro?
El señor vio el rostro de su hijo menor, con una nueva cicatriz en la frente. Sabía que él siempre había querido ayudarlo tanto como lo hace Dante, pero nunca le había dado la oportunidad.
—Seguro, hijo.
Más tarde se acercó a Dante, entendía que esa experiencia lo habría impactado a él más que a nadie. Estaba tan ensimismado que no escuchó cuando su padre entró a la habitación.
—Hijo, ¿quieres hablar de cómo te sientes?
—Estoy bien, papá.
—No te veo tan bien que digamos.
—Solo estoy pensando en lo que pasó. Pero estoy bien.
—Sabes, tengo algo para ti.
Le extendió una de las artesanías que hacía con madera. Usualmente tallaba animales, y le entregó como regalo un pequeño pájaro.
—Sé que sueñas mucho con aves, parece que te gustan.
Dante pens�� que ese había sido uno de los regalos más bonitos que le habían dado. Era diferente al resto de sus artesanías, dado que esta tenía muchos detalles y estaba perfectamente pulida. Luego le dijo que había pensado dárselo para su cumpleaños, pero creyó que ese era un mejor momento para darle la sorpresa.
—Está hermoso, papá, gracias. Lo atesoraré por siempre.
Esa noche no pudo conciliar el sueño. Por la mañana tampoco salió de su cama temprano, no porque estuviera soñando, sino porque tenía miedo de ver la cicatriz de su hermano o de que le hicieran preguntas sobre cómo se sentía. A pesar de que no comprendía exactamente por qué lo que hizo estuvo mal, tampoco lograba explicarse cómo fue capaz de curar una herida simplemente con su mano. Lo único que hizo fue imaginar la herida cicatrizada, quería que su hermano estuviera bien y sano, pero ¿y si estaba maldito? ¿y si no era un don, sino una profanación? Dante, en todas esas horas que no logró dormir, había recuperado algunos recuerdos que ahora parecían cobrar sentido, como aquella vez que de pequeño encontró a un pajarito negro, quizá sería un mirlo también, que no podía volar porque tenía un ala que no podía levantar. Deseó con toda su fuerza que la pobre avecilla alzara vuelo, y la sostuvo entre sus manos con toda su ternura, entonces luego de abrir sus manos el ave pudo volar como si nunca hubiera estado herida.
—¿Con quién hablabas? —recordó también que le preguntó una vez su madre.
—Es una chica, ¡nunca la había visto por aquí! Se llama Felicia.
—¿Felicia? —dijo su madre extrañada—, no me suena para nada ese nombre.
Le había parecido extraño en ese momento, porque su madre tenía años viviendo en Sevilla, y se había mudado a esa casa cuando se casó con su padre. Cuando volvió a ver a la niña esta le dijo que vivía ahí desde que tenía memoria, y no le preguntó más. Luego de eso nunca la volvió a ver. Nadie había escuchado de una Felicia tampoco.
Fausto corrió a la habitación y cerró la puerta con urgencia. Dante se puso alerta y salió de la cama.
—Alguien está tocando la puerta —le explicó al mayor—, son los de la iglesia.
—¿Inquisidores? ¿Son inquisidores?
—Sí.
Los jóvenes empezaron a sentir el estupor del miedo. Escucharon las voces a través de la puerta.
—¿Cuál es el problema? —preguntó la madre con tono firme.
—Venimos porque hemos oído ciertos rumores, y debemos confirmarlo.
Para el señor Ortiz, la palabra “confirmar” significaba otra cosa.
—Han venido a sacarnos las palabras por la fuerza, así son las cosas con ustedes, ¿no?
—¡Respete! —exclamó el segundo inquisidor.
—Tranquilo, no te exaltes. Venimos para ver al niño del que hablan por las calles, ¿está por aquí?
—¿Qué niño? —fingió Ortiz—, si hablan de alguien, es de mí, no de ningún niño.
—¿Está usted seguro? —contestó con ironía.
La madre de los niños veía impertérrita a los dos inquisidores en su puerta; sin embargo, le temblaban las rodillas.
—Aquí los niños no salen —intervino la mujer—, al parecer tienen esa enfermedad que está dando.
Los inquisidores quedaron desconcertados con esta respuesta, el segundo vio con cara de asco el interior de la casa.
—Entonces no tardaremos mucho, solo venimos a interrogar al señor, deberá acompañarnos.
—¿Adónde llevan a mi esposo? ¿Irá al Tribunal?
—Solo le haremos unas preguntas.
Pero ambos sabían que las preguntas consistían en tortura. Finalmente, el padre del hogar cedió y se fue con los inquisidores. Los niños salieron temblando de su habitación.
—¿Mamá? ¿Y papá? ¿Dónde está papá?
Y la señora Ortiz rompió en llanto. Los jóvenes, aunque conservaban algo de inocencia, sabían que nada relacionado con la Iglesia puede terminar bien para ellos. Todo terminaba en ejecuciones públicas y en cámaras de tortura, no importaba la veracidad del relato, si había rumores de algo pagano o hereje por las calles, terminabas en el Tribunal del Santo Oficio y posteriormente muerto.
Luego de un rato su madre les explicó que los rumores se habían expandido, y que su padre había asumido la responsabilidad de las acciones de Dante. Él no pudo soportar sentirse tan culpable, así que se escabulló por la noche y salió decidido hacia el centro de Sevilla. Su hermano y su madre dormían, así que nadie escuchó la puerta cerrarse tras el joven.
En el trayecto se encontró con uno de los sacerdotes de la iglesia, lo siguió porque imaginó que iría hacia donde estaba su padre, pero su lógica le falló, porque terminó en un barrio extraño y pronto lo vio comenzar a hablar con ciertas mujeres indecentes. Estaba frente a un prostíbulo. Dante se sintió intimidado por esa atmósfera tan desconocida y feroz, en una esquina había personas besándose y haciendo otras cosas que en su vida el joven podría haber pronunciado, así que salió corriendo por donde vino. A penas recordaba cómo eran las calles en esa oscuridad, pero su buena memoria lo guio hacia la Catedral de Sevilla. No consiguió más que vagabundos y prostitutas, no había rastro de su padre ni de nadie que pudiese ayudarlo. Entonces apareció, luego de muchísimo tiempo, Felicia.
—¿Felicia? ¿Qué estás haciendo aquí? ¿Por qué no te he visto más? ¡Tengo tantas preguntas! Ha sucedido algo horrible, no sé si hay tiempo...
Felicia no respondió nada, simplemente le sonrió con ternura.
—Felicia, esto sonará un poco extraño, pero hay una pregunta que quiero hacerte. ¿Tú... estás viva?
La sonrisa de la niña se desvaneció. Dante ahora se había dado cuenta de que ella era una chiquilla cuando ambos hablaban de pequeños, y que ahora él había crecido, pero ella seguía igual.
—Debes irte de aquí, Dante, vuelve a casa rápido.
Dante insistió un poco, pero al final le hizo caso. Nunca había visto la ciudad de noche, pero era aterradora. Al llegar a casa las luces estaban prendidas y su mamá estaba nuevamente llorando.
—¡Por todos los cielos! ¡Dante! ¡¿Dónde diablos estabas?! ¡Casi muero del susto!
El regaño que se llevó el joven fue infernal, lo comprendía, pero una parte de él aún deseaba justificarse. Su hermano menor no pudo pronunciar palabra para defenderlo. También estaba asustado y preocupado por su padre. Luego del regaño, ambos se quedaron durmiendo con su madre, pero Dante no logró conciliar el sueño. Era cerca del amanecer cuando Fausto le habló.
—¿No puedes dormir?
—¿También estabas despierto? No me di cuenta.
—Dormí un poco —hizo una pausa—. ¿Qué va a pasar con papá? ¿Lo viste?
—No, no lo vi.
—¿Qué vamos a hacer? ¿Lo vamos a buscar?
—No creo que podamos. Pero no te preocupes, vamos a estar bien, ¿sí?
—No vuelvas a hacer nada estúpido.
—Sí, lo que hice fue estúpido, pero...
—¡Nada! No lo vuelvas a hacer, ¿oíste? La próxima vez voy a ir contigo.
—Bueno —susurró—, bueno, Fato, bajemos la voz, que mamá duerme.
Pero Dante no pensaba verdaderamente llevarse a su hermano con él. No podía sacarse de la cabeza los hombres que lo miraban con una sonrisa extraña, o las mujeres con ese rostro raído e indiferente a las miradas lascivas. Cuando volvió a ver a su hermano, había cerrado los ojos y se había quedado dormido. Sin darse cuenta, también cedió al sueño y se durmió. Los tres despertaron por los golpes contra la puerta.
—Niños, métanse debajo de la cama.
Y los hermanos obedecieron. Lo que pasó después fue un caos fugaz: su mamá gritó por ayuda, luego sus gritos fueron ensordecidos como si alguien le tapara la boca, y luego solo se oyeron las voces de los mismos inquisidores de la otra vez.
—¿Y los niños? Dijeron que habían dos niños aquí.
—Se deben haber muerto, la mujer dijo que estaban enfermos.
Y se fueron sin cerrar la puerta. Dante no dejó que el pánico lo congelara esta vez, así que salió corriendo tras su madre. Fausto corrió también con él, pero había tanta gente en la calle que pronto perdieron de vista a los inquisidores que se llevaban a su madre. Un señor le agarró con vehemencia el brazo al más pequeño, era un viejo con pústulas blancas en los bordes del labio inferior, le preguntó si necesitaba ayuda, pero Dante le propinó una patada en la rodilla y salieron corriendo. Nuevamente se perdieron entre la multitud. Parecía imposible llegar a la capilla.
—¡Dante, mira! ¡Vámonos en eso!
Iba pasando un caballo con una carreta cargada de madera, pero con espacio suficiente para que se montaran, si es que nadie se daba cuenta. Se había detenido por un momento, así que se montaron justo antes de que el caballo comenzara a caminar. El viaje pareció eterno, mucho más lento que corriendo, pero mientras más se acercaban a la catedral, más gente había en el camino. Llamaban menos la atención que tropezando con los transeúntes. Pronto vieron que la multitud se aglomeraba para ver una especie de espectáculo.
—Tenernos que bajarnos y acercarnos a la capilla —dijo Dante.
Su hermano lo siguió. El hombre que coordinaba el caballo los vio bajarse de la carreta y les gritó una sarta de groserías, pero ellos ya se habían escondido entre los espectadores. Dante tomaba de la mano a su hermano y lo guió hasta al frente. Lo que consiguieron fue ser testigos de una escena grotesca. Había personas atadas a grandes estacas de madera, tenían sus rostros cubiertos por bolsas de tela, pero Dante y Fausto reconocieron la ropa y la silueta de sus padres. Los clérigos comenzaron a prenderle fuego a las personas. Fausto reaccionó inmediatamente, corrió hacia donde estaba su madre, que también reconoció los gritos de su hijo menor llamándola. Entre las llamas le imploró que corriera. Todo se volvió gritos de agonía.
Dante salió tras su hermano, quería bajar a sus padres de las estacas, pero tomó a Fato del brazo e impidió que se acercara más a ellos, porque los dos inquisidores estaban cerca y comenzaron a perseguirlos. Dante haló con toda su fuerza a su hermano, que lloraba y gritaba con rabia. Se escondió otra vez entre la multitud, con muchísima dificultad, pero los inquisidores eran más torpes que ellos.
—¡Fato, tenemos que escondernos!
—¡Se van a morir, mamá y papá se van a morir!
—Fato, tenemos que correr, por favor.
—Malditos, ¡malditos! ¡Perros! ¡Los voy a matar!
La gente los veía con desagrado, ya no había tantas personas a su alrededor. Dante se metió en un callejón que tenía un olor fétido, había montañas de basura tras las cuales se escondieron. La mirada de Fausto estaba llena de lágrimas, pero tenía una expresión que Dante jamás había visto en su hermanito. Ambos sentían un dolor enorme, pero las lágrimas amargas de Fausto estaban cargadas de odio.
—Tenemos que escondernos, Fato. Tienes que hacerme caso.
Fausto siempre le hacía caso a su hermano. Aunque a veces era un poco temperamental, siempre había sido muy apegado a él. Dante, de alguna manera, creía que era un chico sensible, a veces incomprendido, pero nunca había sentido tanta hostilidad en la expresión de su rostro. Le pareció que era buena idea ir a casa, como si pudiesen considerar eso como un hogar después de ver a sus padres ser asesinados públicamente. Se escondieron entre la basura hasta que comenzó a oscurecer, y salieron de ahí. Un par de miradas sospechosas pasaron al lado de ellos y pronto aparecieron los inquisidores que los estaban buscando. Se metieron a un callejón que los guió hacia un bar, donde accidentalmente chocaron con una mujer.
—¡Perdón! ¡Nos persiguen! —exclamó Dante.
—Métanse debajo de mi falda.
Y la señorita los cubrió con el ruedo de su largo vestido. Se apoyó en la pared, de manera que pudo agacharse para abombar su vestido y cubrir mejor a los fugitivos. Los inquisidores siguieron su camino, no vieron a la prostituta de la esquina que escondía a los niños bajo su ropa.
—Ya se han ido.
Y ambos salieron apresuradamente. Tomaron una bocanada de aire. Dante estaba rojo de la vergüenza. Le agradeció a la señorita sin poder mirarla a los ojos.
—¿Por qué los están buscando?
—Quemaron a mis padres —dijo Fausto entre dientes.
Aún tenía los ojos hinchados del llanto, pero en su mirada había una expresión de furia contenida que a Dante aún le inquietaba. Él, por otro lado, todavía no había podido llorar.
—Soy Lizzie. Me pueden llamar así. Trabajo por aquí, pero este no es lugar en el que deban estar dos niños como ustedes. ¿No tienen a dónde ir?
—Intentamos ir a nuestra casa, pero debe estar vigilada. Si logramos entrar, seguro nos delatarán.
—Podrían quedarse conmigo. No tengo mucho por ofrecer, pero no estarán en la calle. Tampoco puedo mantenerlos, así que tendrán que buscar un trabajo o ganar dinero como puedan.
La señorita tenía un rostro joven todavía, pero parecía cansada. Llevaba un vestido escotado y algo sucio. Los guio hacia su vivienda, una casa pequeña con dos ambientes.
—Ustedes se quedarán aquí esta noche, mañana arreglaremos un poco el espacio. Por ahora debo salir a trabajar, ¿si? Cuando yo llegue no salgan de aquí. Es mejor que no lo hagan.
Pronto entendieron a qué se refería. Esa noche Lizzi llegó con un hombre, y luego con otro, y luego con otro. Cada vez que entraba con un hombre diferente hacía los mismos sonidos extraños, eran gemidos a veces forzados, a veces de dolor. No importa cuánto se taparan los oídos, aún seguían oyendo los ruidos. Dante cerró los ojos deseando que todo fuera un mal sueño. Esa fue la primera de tantas noches que la hostilidad de la Sevilla nocturna no los dejó conciliar el sueño.
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yanielis-arqui · 2 years
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BLOG #8- Analisis de documental " Building the Great Cathedrals"
"Building the Great Cathedrals" es un documental producido por PBS que explora la construcción de algunas de las catedrales más grandes e impresionantes de Europa, como la catedral de Chartres, la catedral de Amiens y la catedral de Colonia. El documental comienza con una breve introducción a la Edad Media y al papel de la iglesia en la sociedad de la época. Luego, se centra en la construcción de las catedrales, destacando la importancia de la fe, la arquitectura y el arte en la creación de estas estructuras impresionantes.
El documental muestra cómo las catedrales fueron construidas por una gran cantidad de trabajadores, desde los arquitectos y los canteros hasta los artesanos que crearon las vidrieras y las esculturas. Los espectadores pueden ver cómo se utilizaban técnicas avanzadas, como la geometría y la trigonometría, para diseñar y construir estas enormes estructuras. También se destacan los desafíos que enfrentaron los trabajadores, como la falta de tecnología moderna y los peligros de trabajar a gran altura.
También se centra en los elementos artísticos de las catedrales, como las vidrieras y las esculturas. Los espectadores pueden ver cómo se creaban estas obras de arte y cómo se utilizaban para contar historias bíblicas y enseñar a los fieles sobre su fe. Además, se exploran los desafíos y controversias que surgieron durante la creación de estas obras de arte, como la lucha entre la iglesia y el estado por el control de la creación artística.
En resumen, "Building the Great Cathedrals" es un documental fascinante que ofrece una mirada detallada a la construcción de algunas de las estructuras más impresionantes de la historia de la humanidad. El programa es informativo y entretenido, y proporciona una visión única de la fe, la tecnología y el arte de la Edad Media, así como de los desafíos que enfrentaron los trabajadores que construyeron estas magníficas catedrales.
REFERENCIA:
“Building the Great Cathedrals.” NOVA | PBS, 19 Oct. 2010, www.pbs.org/wgbh/nova/video/building-the-great-cathedrals.
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barbaravazquezlugo · 2 years
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POSIBILIDADES EN LA CONSTRUCCIÓN DE EDIFICIOS COMPLEJOS Y DE GRAN TAMAÑO EN LA ANTIGUEDAD
sábado, 17 de diciembre de 2022
Los documentales Secrets of the Parthenon, Building the Great Cathedrals y Great Cathedral Mystery, tienen en común descubrir y resolver los secretos de cómo los antiguos arquitectos, ingenieros y artesanos construyeron edificios impresionantes solo con herramientas tradicionales, por lo tanto, en el presente escrito compartiré algunas habilidades que considero que fueron importantes en el proceso de diseño y ejecución de obras de construcción de los majestuosos edificios clásicos.
Luego de ver los 3 documentales, puedo entender que los antiguos ingenieros, arquitectos, obreros y artesanos demostraron ser altamente intelectuales, creativos, ingeniosos e integrales. Gracias a lo mencionado anteriormente, les permitía identificar procesos, patrones, y solucionar problemas complejos en el diseño y la construcción de los edificios.
Considero que los profesionales de ese entonces emplearon parte de estas habilidades para crear metodologías constructivas que les permitieron materializar edificios con los valores, creencias e ideología de su época. Los griegos contaban con la habilidad y conocimientos para innovar procedimientos teóricos y prácticos. Dos ejemplos en las disciplinas que destacaban fue en la geometría y la física.
Por otra parte, los constructores de la Edad Media fueron excelentes observadores e ingeniosos para la construcción. Así que, para estas dos épocas, estos conocimientos y habilidades fueron clave en el diseño arquitectónico y la construcción de edificios de grandes dimensiones y altura solo con materiales que estuvieron a su alcance. La intelectualidad, creatividad, la capacidad de ser ingeniosos y completos era notable en la época de la Edad Media y la Antigua Grecia. Son estas habilidades las que llevaron a estos maestros a descubrir y aplicar la física (estática), el conocimiento de las propiedades de los materiales y la geometría. Quiénes dominaban estos conocimientos necesarios, lograron desarrollar técnicas constructivas que les permitía llegar al punto de desafiar la gravedad. Esto es una demostración fuerte, donde demuestra cuán capaces son los seres humanos. 
Los antiguos ingenieros, arquitectos, obreros y artesanos demostraron ser altamente intelectuales, creativos, ingeniosos y profesionales completos. En la antiguedad, los maestros que construyeron grandes obras arquitectónicas, fueron personas multidisciplinarias. Por ejemplo: ser artista, filósofo, matemático y arquitecto; estas disciplinas son complementarias y tiene como beneficio tener una variedad de perspectivas que les permitía encontrar soluciones, ser eficientes, tener ideas ingeniosas e innovar.
Ambas épocas tenían sus puntos fuertes y débiles, sin embargo, lograron llevar a cabo construcciones impresionantes de acuerdo a sus habilidades. Los griegos inventaron sistemas de maquinaria como la grúa para facilitar el proceso de construcción en levantar materiales pesados como las piedras. Esto es gracias al conocimiento en la geometría y la física. Sin embargo, los constructores de la Edad Media su ingenio se debió gracias a la observación de los edificios ya existentes y de las ruinas, a partir de esta observación procedian a experimentar construyendo estructuras.
Para concluir, a pesar de mencionar algunas posibilidades de habilidades y conocimiento que tenían estos maestros y obreros, conforme a lo que observe en los edificios que presentaron en los documentales. Aún sigue siendo un misterio, ya que, los equipos que se dedican a la restauración, se tardan mucho más que los maestros que la construyeron en la antiguedad utilizando únicamente herramientas tradicionales y materiales locales como lo es la piedra, hierro y madera. De todas formas, me parece interesante el hecho de que están reconstruyendo para entender y descubrir las técnicas que estos empleaban en la antiguedad.
Referencias
Secrets of the Parthenon. (s. f.). NOVA | PBS. https://www.pbs.org/wgbh/nova/video/secrets-of-the-parthenon/
E.T.S. Arquitectura (UPM). (s. f.). La ciencia medieval de las estructuras - Archivo Digital UPM. https://oa.upm.es/45327/
Building the Great Cathedrals. (2010, 20 octubre). NOVA|PBS. https://www.pbs.org/wgbh/nova/video/building-the-great-cathedrals/
Great Cathedral Mystery. (2014, 13 febrero). NOVA | PBS. https://www.pbs.org/wgbh/nova/video/great-cathedral-mystery/
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gestionistaitalia · 2 years
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¿Cómo saber si mi apellido es de origen italiano?
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Los apellidos italianos tienen mucha relación con la cultura del país. Estos provienen del latín, debido al imperio romano, aunque también tienen Influencia germánica, sobre todo los apellidos en el norte de Italia. Con el éxodo de ciudadanos italianos sus apellidos también emigraron con ellos alrededor del mundo. Por eso Gestionista Italia te diremos cómo saber si mi apellido es de origen italiano.
Origen y tipos de apellidos italianos
Se dice que los apellidos occidentales nacieron al norte de Italia en la Edad Media para luego extenderse por toda Europa. En esta época los apellidos no eran más que sobrenombres o apodos que acompañaban al nombre de pila, luego estos se convirtieron en apellidos.
Los principales tipos de apellidos italianos se clasifican así:
Patronímico: En casi todas las culturas los apellidos que se basan en la identidad de alguien en relación con su padre o madre son los más comunes. En estos apellidos “hijo de” aparece representado como O u I, por ejemplo, Bernardi que se puede traducir como de bernardo. También puede usar De o Di como De lucas o Di francesco.
Matronímico: Tienen origen en el nombre de la madre por ejemplo “de frasa”que se puede traducir como “de Eufrasia”.
Toponímico: Tienen origen en el lugar de procedencia de las personas, por ejemplo, del valle que se puede traducir como del valle o fontana que puede ser traducido como de la fuente.
Apellidos de oficio: En pequeños pueblos era común que la ocupación del artesano le diera el apellido a su familia. Un ejemplo es Carpentiere.
¿Cómo saber si mi apellido es de origen italiano?
Debido a los éxodos italianos, los apellidos de los migrantes se han extendido alrededor del mundo. Conocer el origen de tu apellido es un buen punto de partida para las personas que quieren estudiar e indagar sobre su árbol genealógico.
Generalmente, sabrás si tienes un apellido italiano conociendo un poco de tu árbol genealógico debido a que si uno de tus ancestros era italiano lo más probable es que haya tenido un apellido italiano y te lo haya heredado. Puedes usar algunas características de los tipos de apellido que te hemos mostrado para compararlas con tu apellido.
Si no estás muy seguro de tu árbol genealógico no te preocupes en esta era digital puedes utilizar internet como una herramienta confiable en estos casos. Solo basta con introducir tu apellido en un buscador y podrás conocer su origen y su significado. También existen páginas como Portale Antenati, FamilySearch y Sistema Informativo degli Archivi di Stato donde puedes verificar si tienes parientes italianos.
Es tan fácil como hacer una búsqueda por internet, pero para facilitarte un poco más la tarea a continuación te diremos cuáles son los apellidos italianos más comunes
Rossi
Russo
Ferrari
Esposito
Bianchi
Colombo
Romano
Ricci
Dal
Bruno
Greco
Estos son solo algunos de los miles de apellidos de origen italiano por lo que si llevas uno o dos de ellos lo más probable es que tengas sangre italiana por tus venas.
Te hemos dado algunas ideas de cómo saber si mi apellido es de origen italiano, para que las tengas presente a la hora de indagar y elaborar tu árbol genealógico. Toma en cuenta que aunque tengas un apellido de origen italiano, no necesariamente significa que puedas reclamar la ciudadanía italiana.
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alertachiapas · 2 years
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Artesanos de Leñateros denuncian despojo en San Cristóbal
Artesanos de Leñateros denuncian despojo en San Cristóbal
Artesanos de Leñateros denuncian despojo en San Cristóbal Artesanos trabajadores de Leñateros denunciaron el desalojo de la vivienda que ocupa el taller a pesar de que existen documentos de compra. Con la intención de valorar, preservar y enaltecer el arte maya prehispánico y contemporáneo hace casi medio siglo surgió el Colectivo editorial artesanal Taller Leñateros. Javier Silverio…
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CAPÍTULO I: COMPAÑÍA INESPERADA (PARTE 10)
REY A CUADROS
El escenario de Rey a cuadros era un pueblo sacado de la edad media.
Ritmo Callejero no podía saber si los transeúntes eran artesanos o mercaderes, pero todos iban vestidos en trajes medievales.
También había muchos niños jugando.
Juzgando por las sonrisas en sus caras , Ritmo Callejero supuso qué Rey a cuadros debía ser un gobernante fantástico.
Ritmo Callejero, Madam de la mansión, y los otros se dirigieron al castillo del rey.
En la entrada fueron recibidos por un guarda blindado.
‘’Saludos, Señores Niña de la torre relojera, Pensativo Pierrot, Madam de la mansión, y…¿quién puede este ser?’’
Pensativo Pierrot se acercó a Ritmo Callejero para explicar. ‘’La gente que creamos en nuestros escenarios no son capaces de conocer nuestros nombres, así que tendrás que presentarte.’’
‘’Oh,’’ dijo. ‘’Eh. Soy Ritmo Callejero. Creo.’’
‘’Sea bienvenido, Señor Ritmo Callejero. Sean bienvenidos, todos y cada uno. Pueden pasar.’’
El guarda se puso en guardia y señaló a los cuatro que se dirigieran al interior de la entrada.
Considerando que era un rey y todo, Ritmo Callejero le esperaba llevando una corona y túnicas reales, pero el hombre de mediana edad que salió a saludarlos llevaba una chaqueta y corbata sencillas.
La mujer que lo acompañaba iba vestida en un hermoso vestido y estaba coronada con una brillante tiara.
Rey a cuadros le dio una palmada en el hombre a Ritmo Callejero. ‘’Hola, hola, y bienvenido a mi reino, Ritmo Callejero. Permíteme presentarte a mi reina.’’
La reina extendió la mano, con la palma hacia abajo.
Niña de la torre relojera le dio un pequeño codazo en el costado a Ritmo Callejero. ‘’Se supone que tienes que besar la mano real.’’
Él hizo como le dijeron, tomando la mano de la reina ligeramente en la suya y presionando sus labios en el dorsal.
Su mano era semi-transparente. Debió haber creído que la reina era también creación de Rey a cuadros.
‘’Llegáis a la hora perfecta. El torneo de justas está a punto de empezar.’’ Rey a cuadros los guió al balcón.
Los terrenos de abajo estaban abarrotados de soldados. Las trompetas sonaron. Caballeros montados a caballo vinieron trotando a la vista, algunos en armadura blanca y montura blanca, y otros en armadura negra y montura negra.
Un cura rezó por bendiciones celestiales y la seguridad de los combatientes de la justa.
‘’¿Quién será nuestro campeón?’’ dijo Rey a cuadros en tonos emocionantes al lado de su reina.
Con un gesto de la mano del rey, los caballeros cargaron. Negro y blanco chocarón. Las lanzas chocaban contra los escudos. Los bandos estaban igualados; no emergió un vencedor aparente.
‘’¡Están aquí!’’ gritó Madam de la mansión señalando.
Como uno, todos se giraron siguiendo su dedo.
Esta vez, Ritmo Callejero las vio.
Algo difuso y redondo, saltando sobre el muro del castillo.
Al grito de Madam de la mansión, los soldados empezaron a correr de un lado a otro.
La reina se aferró a Rey a cuadros.
‘’¡Reducidlas!’’ ordenó Rey a cuadros. Todos los caballeros, negros y blancos por igual, subieron con sus caballos los escalones de piedra.
Se acercaron a las criaturas borrosas desde todos los lados, pero en el último instante, las coloridas bolas peludas se desvanecieron.
‘’¿El qué en el mundo eran esas cosas?’’
‘’Las he visto antes,’’ le dijo Madam de la mansión al rey consternado. ‘’Últimamente me han estado molestando en mi escenario.’’
‘’Por eso estamos aquí,’’ dijo Pensativo Pierrot, y lanzó una explicación.
Rey a cuadros frunció el ceño.
‘’He tenido visiones también. De un hombre sonriente, y una chica llamada Luchadora...y un cáliz dorado. Creo que puede ser el mismo cáliz mencionado en las antiguas leyendas. Ordené a mis caballeros que recorrieran el reino, aunque hasta ahora ninguno lo ha encontrado. Pero estoy preocupado por el aviso de Lance…’’ El rey cayó en un profundo pesar.
El torneo había empezado de nuevo. Niña de la torre relojera observaba a los caballeros embelesada, pero Rey a cuadros se quedó con los brazos cruzados sobre el pecho y los ojos cerrados con fuerza.
La reina lo veía con una mirada de preocupación en su cara.
Tras un rato, el rey abrió los ojos.
‘’Jamás le he dado muchas vueltas hasta ahora, pero me he dado cuenta de que no sé casi nada del Wonderworld.’’
‘’¿Qué quieres decir?’’ preguntó Ritmo Callejero.
El rey suspiró.
‘’Todo el mundo es dueño de su propio escenario, cada uno moldeándolo a su antojo. Todos nuestros escenarios son diferentes, pero comparten dos cosas en común: las gotas, y los Negati que aparecen para llevarselas. Oh, y de vez en cuando Lance viene a mostrarnos cómo mejorar nuestro escenario. Nunca me he preguntado qué las gotas o los Negati son.’’
‘’Yo tampoco, ahora que lo mencionas,’’ dijo Pensativo Pierrot, asintiendo.
‘’Y nuestros nombres, Ritmo Callejero, dijiste que nunca supiste siquiera qué tenías nombre hasta que conociste a Niña de la torre relojera, ¿no es eso cierto? Igualmente, para mi. La primera vez que me di cuenta de que necesitaba un nombre fue cuando conocí a Niña de la torre relojera, cuando trajo a Madam de la mansión de visita. De otra forma, no hubiéramos sido capaces de comunicarnos.’’
‘’¿Qué quieres decir?’’ preguntó Niña de la torre relojera.
Madam de la mansión miró a Rey a cuadros con inquietud pinchando su cara.
‘’Wonderworld es el nombre de este lugar, ¿verdad? Y necesitamos nombres para distinguir una cosa de la otra. Así que, si este mundo tiene un nombre, debe ser para distinguirlo de otro mundo. Y… Rey a cuadros se quedó sin palabras.
‘’¿Y?’’ incitó Ritmo Callejero. El rey sacudió su cabeza.
‘’No, estoy hilando el hilo del aire. Es una teoría extravagante, olvidar todo lo que dije.’’
La manera en la que hablaba hizo a Ritmo Callejero querer preguntar más preguntas, pero guardó silencio mientras Rey a cuadros volvía a pensar.
‘’Bueno, será mejor que nos pongamos en camino.’’
Rey a cuadros se movió por ellos, pero la reina se agarró a su manga.
Ella sacudió la cabeza, con los ojos llenos de tristeza.
‘’Tienes razón, mi querida. Mi reino me necesita aquí. Lo siento, mis amigos, pero no puedo ir con vosotros.’’
‘’También estoy preocupada por mi mansión. Deseo poder ir con vosotros, pero debo regresar a casa,’’ dijo Madam de la mansión, con la mirada hacia abajo disculpándose.
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