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jgmail · 2 years

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Los masones contra el mundo moderno

Por Patrick Le Brun

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Los masones franceses son objeto de una intensa curiosidad y, a veces, de polémica. Las principales revistas semanales dedican al menos dos veces al año sus principales planas a la masonería, siendo estas sus ediciones más vendidas. Francia es probablemente el único país del mundo en el que el número de miembros de las Logias crece a un ritmo constante y la edad media de sus miembros es estable. Este artículo estará centrado en el libro de Un Maçon Franc (un juego de palabras entre “masón” y “franco”) de Christophe Bourseiller, en el que el autor relata cómo, sin saberlo, se unió a una logia tradicionalista que estaba dividida entre los partidarios de Julius Evola y René Guénon. El motivo por el cual escribió estas memorias es el hecho de que la mayoría de los libros sobre la masonería en Francia son o bien revelaciones superficiales sobre apretones de manos secretos o exposiciones sobre la corrupción financiera o espiritual de estas Logias. El objetivo del autor era escribir sobre su propio desarrollo personal y espiritual a lo largo de una década en la que su participación en la masonería fue un tema central de su vida.

A diferencia de los Estados Unidos, existen en Francia varias logias masónicas que siguen diferentes obediencias. La izquierda es representada por el Gran Oriente de Francia (GODF), la mayor de todas, la cual acepta ateos y hace poco comenzó a aceptar mujeres. Está estrechamente vinculada al Conseil Représentatif des Institutions juives de France (Consejo Representativo de las Instituciones Judías de Francia, CRIF), la Liga Antidifamación de Francia y también desempeña un papel anticristiano muy parecido a la American Civil Liberties Union de Estados Unidos. Los trotskistas han intentado infiltrarse masivamente en esta organización y convertir a las Logias asociadas a la GODF en sus plataformas. La GODF desterró públicamente a los trotskistas en la década de 1990. Las películas Fuerzas Ocultas y la Conspiración judeo-masónica se basan en la GODF. Sus filiales internacionales son muy importantes en los países católicos y, a principios del siglo XX, estaban relacionadas con masacres contra el clero católico. La Gran Logia Nacional Francesa (GLNF) y la Gran Logia Francesa (GLF) sólo aceptan hombres que creen en el Gran Arquitecto del Universo. Aunque acepta miembros de diversos puntos de vista, tiende a gravitar hacia la derecha. El gobierno de Sarkozy estaba lleno de hombres provenientes de la GLNF. La GLNF era hasta hace poco la única obediencia reconocida por la masonería anglófona y, a pesar de su reciente cisma, sigue siendo la segunda más importante de Francia.

El narrador entra en la Logia

Christophe Bourseiller procede de una familia de artistas cuya vida giraba en torno al teatro vanguardista, siendo el primer masón de su familia. De todos modos, su familia le tenía mucho respeto a los masones porque los consideraba los “guardianes de la República”. Esta opinión es muy común en Francia y es sostenida tanto por los Radicales de Derecha como por los Radicales de Izquierda, ahora subsumidos en la Unión por un Movimiento Popular y las coaliciones socialistas. Los masones son (o fueron) radicales en el sentido de que forman parte de la barrera que separa el Estado y al clero, distribuyéndose entre la derecha y la izquierda de acuerdo a la rentabilidad política que obtengan de sus puestos. Bourseiller es un académico experto en la extrema izquierda, a la que se opone, y suele considerarse como un representante del centro o la centro-izquierda política francesa, muy a la derecha de las ideas de su familia. Ocasionalmente actúa en pequeños papeles de televisión o cine, siguiendo la tradición familiar, y participa en programas de debate en televisión y radio.

Bourseiller publicó Un Maçon Franc en el 2010. El libro no pretendía ser una exposición, sino una memoria equilibrada de su viaje “hacia la luz” y la relación que tuvo con sus hermanos francmasones desde 1984 hasta el 2000. Se unió a la GLNF, pero afirma que “uno no se une a una Logia de la misma manera que se une a un partido político... la GLNF me eligió a mí y no al revés” [1]. Tras su llegada, se encontró con la dificultad de “mirar más allá de la superficie... [donde el buen gusto había sido desterrado [de la Logia]... los martillos eran de plásticos [y las decoraciones tenían] cero valor estético” (p. 51). Tuvo que superar las supersticiones de su familia sobre el “mal de ojo” y la presencia de tres velas encendidas en un escenario. En su primera reunión de la Logia, tras su iniciación, comenzó a sentir ambivalencia hacia ella. Por aquel entonces, su trabajo diario consistía en presentar un programa de televisión vespertino en el que se presentaban canciones de artistas nuevos. Antes de que empezara la reunión, fue al baño y un Hermano que estaba en el urinario de al lado comenzó a hablarle. El sobrino de este Hermano era músico y le pidió a Christophe que invitara al joven pariente a su programa para que cantara su canción favorita “Petición de putas” (Demande aux Putains). Esta petición tan inmediata e indigna le hizo entrar en una crisis espiritual. Su madre le había dicho que los masones eran buenas personas que protegían la integridad de la República y ahora se preguntaba si no eran “más bien la Hidra universal descrita por sus detractores”.

Conociendo a los hermanos de la Logia

Inmediatamente después fue puesto bajo la observación del Segundo Vigilante para que recibiera instrucción. “Gilles” era un hombre amable que se movía a gusto en el mundo de la masonería, pero era un empresario fracasado. Tenía un “sentido de la moda artística que rozaba lo folclórico”. Christophe aprendió codo a codo con “Raymond”, que era un compañero de Aprendis. Raymond era también un “masón operativo”, es decir, que trabajaba en el sector de la construcción. Era un personaje simpático, con un gran bigote, aficionado a los chistes verdes y que sólo había leído un libro en su vida... un libro sobre construcción. Dos veces al mes se reunían en el apartamento de Gilles, cerca de Père Lachaise, para ser instruidos: “El instructor me entregó las obras de Luc Benoit, Antoine Faivre, Mircea Eliade e Isha Schwaller de Lubicz. Bajo la mirada atónita de Raymond discutimos durante horas y horas sobre René Guénon. Gilles lo presentaba como el más grande teórico de la Iniciación y la Realización Espiritual. Con él olvidé mis dudas y Les Putains. La fraternidad adquirió un nuevo significado. Por fin pude vivir mi sueño poético [con la masonería]... ¿Se puede dar sentido a este paso por el mundo terrenal? ¿Tiene la masonería la clave secreta para resolver esta pregunta? ¿Pueden los símbolos suavizar nuestro viaje por este mundo tumultuoso? ¿Este conocimiento secreto nos permitirá salir de este caos? No tenemos ninguna certeza. Buscamos nuestro lugar en el universo. Un día, Gilles hizo un comentario conmovedor y esclarecedor: ‘Creo que lo importante es formular estas preguntas más que responderlas’ (p. 63).

Poco a poco Christophe fue conociendo a los demás hermanos de la Logia. También vio que existía una rivalidad muy poco fraternal entre “Gilles” y el Primer Vigilante, “Bruno”. Bruno, que había sido médico general, abandonó el escepticismo científico con tal de convertirse en un auriculoterapeuta practicando un tipo de acupuntura alrededor de los oídos. Bruno poseía una clínica muy exitosa en el Trocadero y le encantaban las cosas lujosas. El camino espiritual de Bruno estaba impulsado por su propia pasión y sentido del drama. Incluso se rumoreaba que practicaba la magia. Christophe señaló que Gilles estaba celoso del éxito profesional de Bruno y de su popularidad entre los Hermanos. Estos celos se veían exacerbados por la sensación de Gilles de ser un hombre mucho más serio que Bruno. Por encima de estos dos rivales, el Venerable Maestro de la Logia era “Armand”, un acordeonista y amigo de la madre de Christophe que apadrinó su ingreso en esta. Armand tenía un enfoque laxo de su papel de liderazgo en la Logia y a menudo hacía referencia a sus raíces judías para reforzar su pretensión de una comprensión superior de la Cábala. Otros miembros de la logia eran dos cantantes de ópera, uno de ellos un profesional retirado que había tenido mucho éxito y otro que se ganaba la vida cantando en su sinagoga. También había un ejecutivo de una fábrica de misiles, un pianista y varios médicos, tanto generales como especialistas. Otro hermano era el actor de voz que doblaba al francés a Columbo, el detective de televisión, y cada vez que hablaba con él Christophe se sentía como si de repente viviera en un thriller policial. Christophe congenió enseguida con “Stéphane”, que era profesor de teatro, practicante de artes marciales y que había experimentado al menos una vez en su vida con todas las drogas que había podido encontrar.

Digresión: una tercera visión de la teoría de la conspiración masónica

En Francia hay dos tópicos principales con respecto a la masonería. El que promueven revistas de noticias como Le Point, Nouvel Observateur y Marianne que hacen hincapié en como los masones ocupan los puestos más altos de las mayores corporaciones público-privadas como EDF, GDF, Areva, SNCF, etc., sosteniendo pruebas circunstanciales del poder que esta red ejerce, aunque lo único que los une a todos ellos es que son republicanos que no desean un monarca en el gobierno y que son católicos poco devotos (ya que existe una excomunión Latae Sententiae contra los masones católicos). El tópico es la clásica crítica católica a la masonería como fuerza anticlerical. Existe una abierta hostilidad al cristianismo en los niveles más altos del GODF, de forma muy parecida a cómo actúa la ACLU en los Estados Unidos. Al igual que la ACLU, la lista de sus miembros no se publica, pero ciertamente existe mucha intimidad entre ellos cuando se reúnen en la Logia una o dos veces al mes. No obstante, quedan algunos restos de las falsedades de Leo Taxil en la crítica católica a la masonería. El hecho es que, si se sometiera a votación las ideas del GODF y de la Iglesia Católica, sin duda el GODF ganaría por mayoría.

La tercera visión de la conspiración masónica es la que se centrada en la red que tejen y es la verdaderamente dominante. Tanto los que hablan de la conspiración masónica como los que dicen que no existe esta conspiración se equivocan. En realidad, lo que existen son miles de conspiraciones más o menos pensadas o ejecutadas. Las estimaciones de los diferentes tipos de profesionales que pertenecen a la GLNF y el GODF dan como resultado que entre un 40-70% de ellos pertenecen a la masonería, es decir, que los abogados, los médicos, los contadores y todo tipo de empleos autónomos son profesiones que desempeñan muchos masones franceses. Todos ellos dependen de referencias de otros para ganarse la vida y laLlogia es la forma más fácil de crear una red para poder sobrevivir. Aunque Christophe Bourseiller ignora esta “Conspiración de los Profesionales” en sus memorias, la mayoría de sus Hermanos pertenecen a esta categoría. Dado que el número de miembros crece sobre todo a través del apadrinamiento que hacen sus miembros activos, los médicos tienden a reclutar médicos, los artistas a artistas, etc., esto lleva a las Logias a “especializarse” en determinados oficios, dependiendo de quiénes sean sus miembros más activos. Esta tendencia a la especialización a través del apadrinamiento también la encontramos en este libro. Por supuesto, el aburrido ajetreo que sufren estos profesionales atomizados nunca vendería una revista o un libro, así que siempre quedará en segundo plano frente a formas de conspiración mucho más fantásticas.

El “viaje” a otras Logias

Cuando Christophe ascendió al segundo grado tuvo derecho a visitar otras Logias. Visitó todas las Logias que pudo animado por Gilles. En cada reunión de la Logia, un Hermano, que la preparaba de antemano, presentaba una “plancha” que abarcaba temas como “Religión Comparada, Iniciación, Mitos, Tradiciones [o] Misticismo”. Los temas simbólicos y filosóficos incluían “las catedrales, la Luz, la androginia, el mitraísmo, la montaña, la peregrinación y la acacia” (p. 74). Cada uno de los Hermano hablaba durante la cena por turnos sobre sus reflexiones acerca de la lectura presentada. Este viaje a diferentes Logias permitía adentrarse en decenas de subculturas diferentes con puntos de vista y ámbitos de interés distintos. Por ejemplo, una Logia de músicos escuchaba sinfonías y entablaba discusiones esotéricas sobre sus significados durante la cena. Aunque Christophe pertenecía al Rito Escocés Antiguo y Aceptado [2], se le permitía visitar a los anglófilos del Rito del Emulador que usan los mismos símbolos, pero les infunden un fuerte sentido de lo sagrado a sus rituales. El Rito Escocés Rectificado, que es un rito fuertemente cristiano centrado en la búsqueda del Grial, incluye dentro de sus miembros a cristianos gnósticos. En aquella época, la GLNF de París se enorgullecía de evitar las cuestiones políticas mundanas y de prohibir la entrada a los pequeños conspiradores y a los empresarios corruptos. Christophe también visitó Logias aristocráticas que hablaban sin cesar de los beneficios espirituales de haber nacido en altas cunas, además de “los indoeuropeístas” que centraban sus reflexiones en las tradiciones espirituales arias y, para sorpresa de Christophe, existían Logias “marrones”, es decir, camisas pardas, cuyos miembros eran de diversas tendencias y pertenecían a la derecha antiparlamentaria. Christophe siguió siendo un buscador entusiasta y un masón, pero le llamó la atención la ironía de que al unirse a los “Guardianes de la República” le dijeran que formaba parte de una élite espiritual indoeuropea que detestaba la democracia.

Guénonianos contra Evolianos

En el momento en que Christophe pasó al Segundo Grado su Instrucción comenzó a ser manejada por el Primer Vigilante, Bruno. Lo primero que hizo Bruno fue presentarle las publicaciones de Ur y Krur de Julius Evola. ¿Cómo podía un masón respaldar tranquilamente a un escritor de esos años oscuros, perteneciente a la derecha del fascismo, y que veía a las SS como la solución al aburguesamiento del nacionalsocialismo?: “El doctor no se conmovió ni por un momento por mis preocupaciones. El hecho de que condenara a Evola de antemano revelaba en mí, según él, un alma estrecha y conformista... ¿Podría la masonería estar conduciéndome poco a poco hacia el fascismo? Esta idea parecía demasiado fantástica para ser real, pero este amor por Evola era preocupante. Consideraba que Gilles era mucho más cercano a mis ideas, pues se entregó con absoluta devoción a René Guénon. Bajo su dirección descubrí las obras olvidadas de un teórico con un estilo seco y clásico. Leí Perspectivas sobre la iniciación, La crisis del mundo moderno, El reino de la cantidad y los signos de los tiempos, Iniciación y realización espiritual, Los estados múltiples del ser, Autoridad espiritual y poder temporal, entre otros libros. No había nada en común entre Guénon y Evola. El teórico italiano pedía la erradicación de la masonería y su sustitución por una nueva orden que eliminara cualquier influencia judía, mientras que Guénon afirmaba la primacía de la vía de la iniciación masónica [sic]… Ambos atacaban, por diferentes razones, a la Democracia. En el caso de Evola, la democracia debía ser sustituida por regímenes totalitarios que ‘revivieran’ la Tradición. René Guénon, por el contrario, veía el triunfo de la democracia como un síntoma de la inversión de los valores, ya que defendía las ‘castas naturales’. En la década de 1930 fue mucho más lejos y tomó partido por la extrema derecha, atacando la República y el parlamentarismo. Para mi gran sorpresa, Gilles pensaba lo mismo, y no era el único. Toda la Logia sentía un odio manifiesto por la democracia. Según ellos, el Rito Escocés Antiguo y Aceptado constituía una respuesta organizada a la subversión democrática. La masonería rehabilitaba una cierta forma de aristocracia... El Consejo Supremo de Francia, que otorgaba los grados superiores, nunca era elegido. La masonería no tenía nada que ver con la ideología de la Ilustración... Un día visité una Logia muy extraña que constituía el punto más alto de esta disidencia. En el momento en que abrían la Biblia en el Evangelio de Juan, en lugar de decir ‘en el principio era la palabra’ decían ‘en el principio era el Logos’, usando el griego para resaltar sus orígenes indoeuropeos. ¿Por qué sucedía esto? Porque esta Logia intelectual estaba aliada a la Nouvelle Droite y citaban regularmente los textos de la revista Nouvelle Ecole y hablaban a menudo del neopaganismo” (pp. 82-86).

Aparte de su rechazo de Evola, Christophe se presenta como un intelectual bastante abierto. Todo el mundo tiene un límite y el límite de Christophe era Evola. Cabe destacar que, a pesar de su fuerte oposición a las ideas de Bruno, afirmaba que siempre tuvo cierto aprecio por su estilo de investigación intelectual, pues era llamativo y dramático, igual que su ropa. Pero toda fuerza tiene un lado trágico y oscuro y Christophe creía que esta era su seducción por Evola: “¿Mi logia estaba constituida por una mayoría de adeptos a una extrema derecha mucho más radical que el Frente Nacional? ¿Debía ocultar esto? ¿De dónde sopla este viento negro? Impugno, respondo y protesto... los Hermanos no dejan de recordarme mi bajo grado. Yo sólo soy un Compagnon y los evolianos pertenecen a los grados superiores; por lo tanto, no he comprendido lo importante. Si bien todos los Hermanos de la Logia no comparten la visión de Bruno y su sequito, este tono evoliano en todas nuestras discusiones no parece molestarles. Al principio no podía creerlo” (pp. 86-87). Al menos tres de los hermanos de la Logia son judíos, incluido el Venerable Maestro. Christophe no cuenta ninguna muestra de antisemitismo dentro de la Logia hacia sus Hermanos judíos, y es sólo Christophe, y no sus Hermanos judíos, quien considera que Evola debe de ser desterrado de la Logia. Esto último resulta fascinante. Además, dado que no se menciona ninguna otra tendencia dentro de la Logia, los Hermanos judíos son todos guenonianos o evolianos. En efecto, a este joven de centro, criado por actores de vanguardia, le debió parecer un espectáculo carnavalesco: “Me sumergí en las obras de Julius Evola: El arco y la clava, Cabalgar el tigre, El hombre y las ruinas, El camino del cinabrio, Meditaciones sobre las cumbres, El fascismo: Visto desde la derecha. Sin embargo, nada cambió mi primera impresión... ¡Qué ironía! El GLNF pretende ahuyentar la política de sus templos para centrarse en lo sagrado. ¿Pero de qué hablan cuando ponen en tela de juicio el parlamentarismo y su odio hacia “los vagos”?... Le planteé mis preocupaciones en privado a un joven arrogante y de mejillas rubias que parecía estar en una lucha constante por controlar su temperamento sanguíneo. Accedió a escuchar mis quejas. Ciertamente, está fuera de lugar abordar el tema de la política en la Logia. Eso se lo dejamos a los Adeptos inferiores de la GODF y su ‘Senda Sustituta’. Nosotros nos encontramos en una esfera superior. No hablamos de política, sino de metapolítica. Es un matiz importante. Reflexionamos sobre los principios. Pues bien, ¿el camino espiritual implica realmente seguir los derroteros de la extrema derecha? Nunca esperé encontrar en la masonería tales experimentos mentales. Esto no solo era un escándalo, sino un escándalo monumental. ¿Qué debía pensar de estos ‘Caballeros Negros’ del esoterismo?” (pp. 87-89)

Christophe no parece darse cuenta de que, al igual que Bruno, él también tiene un fuerte sentido de lo dramático y convirtió sus propias disputas menores en luchas épicas entre el Bien contra el Mal. Cansado de discutir con sus hermanos, decide rebelarse llevando a la Logia a un argelino gay. Al día siguiente de la aceptación de este joven, el pianista abandona la Logia diciendo que ya no tenía más tiempo libre. Christophe visita más Logias para ver hasta dónde llega la corrupción. Según sus cálculos, de las 400 logias que había en París en esa época, sólo hay otras tres donde dominan los ideas de Evola y Guénon. Dentro de su propia Logia, la rivalidad entre Bruno y Gilles crece cada día más y más. A veces los otros Hermanos separan a estos dos cuando sus discusiones se convertían en peleas a gritos. De hecho, esto se debe a la elección del nuevo Venerable Maestro. Normalmente, Bruno sería la elección indiscutible, ya que era el Primer Vigilante, y Gilles ocuparía el puesto de Bruno. Sin embargo, Gilles espera saltar por encima de Bruno. La línea de batalla entre evolianos y guénonianos estaba marcada. Christophe tiene todo el celo de un Caballero Templario en esta batalla. Gilles ganó por una estrecha mayoría.

Desenlace

Gilles invitó a Christophe a acompañarle a una convención nacional en Estrasburgo y él le agradece la oportunidad de distanciarse de la Logia, esperando tener una experiencia de fraternidad sin la carga emocional y política que había encontrado en la suya. Observó con ironía la diferencia entre la cara pública de la masonería y su propia experiencia: “El Ritual de Apertura de la Gran Logia era rico en referencias cristianas y parece bastante normal. Creer en la Biblia y Dios parecía ser algo muy importante dentro de la GLNF, siendo por esta razón la única Obediencia ‘Regular’ de Francia. Pero dentro de las Logias las cosas eran mucho más ambivalentes: Gilles era un ateo y Bruno creía en la magia pagana. Cada día me siento más y más alejado del judeocristianismo. Me siento muy conectado a los textos sagrados, al Meister Eckhart y la Cábala. Soy una especie de agnóstico con tendencias místicas” (pp. 94-95). Más tarde, Christophe recibe el tercer grado de las manos de Gilles, Bruno, Armand y el resto de sus Hermanos. Posteriormente, recibe el cuarto grado y se une a la Logia de la Perfección y la Logia Azul, siendo esta última la sede del Rito Escocés y la GLNF. Esta logia es mucho más grande, con más de 50 Hermanos. Se trata de un lugar ostentoso que da la impresión de encontrarse en la ciudad de Londres, siendo frecuentada por gente rica y exitosa: “Fui elegido entre los otros Maestros Masones de mi Logia con la intención de avanzar. La verdad es que no guardaban rencor hacia mí. Nunca había dejado de criticar a Evola e incluso Guénon empezaba a perder su atractivo. Yo abogaba por la apertura, la renovación y la tolerancia. Ellos me respondían con una sonrisa: ‘Ya lo entenderás en su debido momento’. ¿Había llegado por fin ‘ese momento’? Ahora soy un ‘Maestro secreto’” (pp. 108-109).

En la Logia de la Perfección se unió a cinco de los Hermanos de su propia Logia, entre ellos Bruno y Gilles. También se encuentra con varios “indoeuropeístas” y “Hermanos pardos” que había conocido antes. En el texto, Christophe caricaturiza a sus enemigos ideológicos mientras relata lo mucho que le afectó la muerte de su madre. Resulta evidente que la “lucha contra el fascismo” se convirtió en la razón de su vida en un momento muy difícil de su propia existencia. Al fin y al cabo, es la explicación que él mismo da para no haberse ido a una Logia donde sus ideas sean mucho más aceptadas. Realizó toda clase de maniobras con la intención de que Bruno no dirigiera unas charlas bimensuales donde enseñaba a 20 personas, pero al final no parece haber hecho que nadie cambiara de opinión sobre las virtudes de la democracia. Y como en el texto jamás se vuelve mencionar al argelino gay, está claro que Christophe no fue bien visto al invitar a este joven a su Logia. Independientemente del significado que tiene este combate, es evidente que se trata de una espiral hacia la perdición. Tras siete años en La Obra, Christophe presenta su carta de renuncia: “Rechazo por definición toda ideología o certeza... el hombre que entró a buscar algo jamás lo encontró. La referencia casi dogmática a la Ideología Tradicionalista de Guénon y Evola me parece demasiado patética. Termina por llevarnos al totalitarismo. También me molestaron mucho las referencias indoeuropeas. No niego que la identidad cultural de Occidente provenga de las lenguas indoeuropeas. Sin embargo, la afirmación militante del paganismo me resulta surrealista y fuera de lugar, aunque es cierto que todos somos paganos, monoteístas, latinos, griegos y biblistas [sic]... Y he conocido entre vosotros a muchos hombres excepcionales a los cuales tengo en alta estima. También he vivido una extraña sensación de confusión y distracción. Es como si hubiera perdido mi rumbo. Un camino espiritual exclusivamente pagano no tiene sentido para mí”. Esta carta mal redactada fue leída en la Logia durante la última visita de Christophe. Cuando terminó de leerse el pesado silencio alrededor de la misma fue roto por un evoliano de grado 30 que dijo: “No entendiste nada”.

¿Qué fue lo que Christophe no entendió? El escritor de estas memorias es el menos indicado para responder a esta pregunta. ¿Por qué Gilles, que también rechazaba a Evola, se ahorró sus comentarios sarcásticos sobre el hecho de que su Hermano no había comprendido nada? Los Hermanos parecían ser bastante tolerantes con quienes no estuvieran de acuerdo con Evola, pero esto se aplica a ciertos elementos. Si uno tuviera que especular, la respuesta a esta pregunta sería la misma de por qué había Hermanos judíos en la Logia: Christophe nunca entendió la diferenciación que hace Evola de la “Raza del Espíritu” y la “Raza del Cuerpo”. Mientras Christophe jugaba el juego de la cancelación de la posguerra, el resto de sus Hermanos, tanto judíos como gentiles, hablaban un lenguaje totalmente diferente. Del mismo modo, uno podría imaginar que la oposición de Gilles a Evola sonaría muy similar a la de Charles Upton cuando fue entrevistado aquí. Esa réplica espiritualmente desarrollada a Evola no se encuentra entre estas memorias. Christophe se unió entonces a la Gran Logia de Francia. Pasó allí varios años allí que al parecer no merecieron la pena ser recordados hasta que finalmente abandonó la masonería en el año 2000. En sus entrevistas a la prensa niega con vehemencia que se trate de un ataque a la masonería. Hay momentos conmovedores en el libro, sobre todo cuando lucha contra la muerte de su madre y su caricaturización de los masones pardos es divertida. Y aunque conocía muy bien los defectos de Gilles, se construyó una fuerte relación mentor/alumno que le proporcionó a Christophe la guía espiritual que necesitaba en ese entonces, algo a lo que intenta restarle importancia posteriormente. De todos modos, existe un tono indudablemente negativo en el libro, a pesar de la distancia que existe entre el momento en que ocurrieron los hechos y el momento en que él escribió sus memorias, gran parte de estas relatan, con ironía involuntaria, el hecho de que se considera superior a todos estos elitistas. Sin embargo, dice apasionadamente que no se arrepiente de nada y que la masonería la ayudó en su búsqueda espiritual en ese momento.

¿Dónde se encuentran los evolianos de los que se habla aquí hoy en día?

Christophe dejó la GLNF en 1991. Desde entonces, la Obediencia duplico su tamaño bajo el controvertido liderazgo de François Stifani. En la década de 1990, Stifani cortejó a los líderes de los Estado africanos para que se unieran a ellos con la esperanza de convertir al GLNF en uno de los ejes promotores de la Franafrique. Esto produjo un rápido crecimiento dentro de Francia y causó que esta Obediencia terminara por empaparse de la corrupción municipal de la UMP, sobre todo en las regiones del sureste francés. La corrupción personal de Stifani condujo más recientemente a la excomunión de la GLNF por parte de otras masonerías “regulares” en todo el mundo, incluidos los Estados Unidos, y a un cisma que el verano pasado (2012) llevó a que un tercio de las Logias (especialmente en París) abandonaran su pertenencia a esta para fundar otra Obediencia. Me he esforzado por encontrar a los evolianos de los que se habla aquí, pero parece que nunca fueron purgados. Como la masonería francesa es probablemente mucho más secreta que sus otros epígonos en todo el mundo, sin duda resulta muy difícil encontrarlos. Es probable que los elementos de extrema derecha de la masonería francesa, después de sufrir este proceso de destrucción, hayan decidido mantener un perfil a un más bajo.

Lecciones que podemos extraer y estrategias a desarrollar

La pregunta de “¿qué es la masonería?” resulta mucho más difícil de responder después de haber leído estas memorias. Este libro solo expone lo que ocurre en una única Logia más allá de los rituales que se llevan a cabo. El efecto que estos tradicionalistas de la GLNF hayan tenido en el conjunto de la sociedad es incierto. La masonería sigue siendo, al menos en Francia, un punto de encuentro clandestino donde los extremistas de todas las tendencias – jacobitas, whigs, jacobinos, proto-wiccanos y druidas reconstruccionistas, quietistas fenelonianos, martinistas y laicos radicales – se reúnen. Probablemente esta lista se encuentre incompleta dado que la masonería no es sectaria y los judíos estuvieron ciertamente presentes durante gran parte de su historia, formando un frente común con los whigs, los jacobinos y los secularistas radicales. Sin embargo, por muy cautivadora que resulte la imagen de esa sombra con nariz de gancho detrás del Venerable Maestro en la película de Fuerzas Ocultas se trata de una simplificación excesiva que no merece nuestro respeto.

La masonería norteamericana es actualmente una organización en retroceso que necesita nuevos miembros. Es un lugar donde predominan los hombres blancos que no son fundamentalistas o ateos (es decir, licenciados universitarios adoctrinados por el PC). Es un grupo al que nunca se unirían los teóricos de la conspiración bajo ninguna circunstancia. Probablemente está lleno de hombres implícitamente blancos que se esfuerzan por tener éxito en sus profesiones independientes. Estos hombres probablemente tienen un concepto subdesarrollado de lo que los Constructores y Buscadores tienen que hacer, algo que puede ser cambiado con una explicación de las ideas esotéricas expuestas con calma en las Salas de las Logias. La masonería en Estados Unidos y Canadá es perfecta para llevar a cabo una estrategia entrista, independientemente de su potencial valor espiritual, su énfasis en el desarrollo del liderazgo y la fraternidad (o, en términos del siglo XXI, la creación de redes) sólo puede producir efectos secundarios positivos para los miembros de la Nueva Derecha. Todo infiltrado debería informarse sobre la subcultura de las Logias, dando preferencia a las que son más “simbólicas”, es decir, “poco judeocristianas”.

Debemos tener en cuenta que las Logias también pueden especializarse en una profesión o grupo étnico particular. Aunque su retórica de “hermandad entre los hombres y paternidad de Dios” puede ser irreconciliable con el nacionalismo blanco centrado en el HBD (del que ciertamente soy partidario), las obras no políticas de Collin Cleary, Mark Dyal y otros teóricos de la Nueva Derecha no biologicista probablemente tendrán su justa audiencia en las “planchas” de muchas de ellas. Tales ideas habrían sido ciertamente bienvenidas en la Logia de Christophe Bourseiller, aunque, como demuestra su testimonio, no todos los expuestos a las ideas de la Nueva Derecha pueden ser considerados partidarios esta última. Las ideas de Evola y Guénon son prácticamente desconocidos en las logias norteamericanas, pero Albert Pike [3] y Manly P. Hall son muy venerados en ellas. Sin duda estos personajes eran muchas cosas, pero no eran demócratas ni amigos del modernismo o el posmodernismo. Mientras que algunas Logias han terminado por sucumbir al “Reino de la Cantidad”, realizando iniciaciones rápidas y masivas con tal de recaudar fondos para la caridad y los eventos familiares, otras se consideran a sí mismas como formas de Aristocracia del Espíritu y darían la bienvenida con entusiasmo a los jóvenes que van a ellas a “Recibir la Luz”. Si los infiltrados pueden coordinarse entre sí, entonces será posible organizar una “migración en masa” de iniciados. Además, en muchos Estados de EE.UU. sólo se necesita a siete Maestros Masones para fundar una nueva Logia [4] Esta nueva Logia puede utilizarse como base de operaciones para el activismo político local, el debate y el apoyo fraternal. Esto es útil en una época en la que la libertad de asociación le es negada a los nacionalistas blancos por el gobierno, las corporaciones y las ONG. La francmasonería es la más antigua y quizás la única institución a través de la cual los hombres blancos han ejercido la “lucha mental”, ya que la Taqiyyah y la Asabiyyah se convierten en mandamientos de la Logia. Y lo que es mejor, si alguna vez se descubre una Logia de la Nueva Derecha norteamericana, el rostro público de la Logia puede limitarse a mirar hacia otro lado y decir: “Vaya, otra teoría sobre la conspiración masónica”. Los periodistas se reirán de tales declaraciones. Como dice Kievsky: “Salgan y oculten sus puntos de vista”.

Notas:

[1] Christophe Bourseiller, Un Maçon Franc (Mónaco: Éditions Alphée, 2010), p. 36.

[2] En Estados Unidos los tres primeros grados son universales y se asemejan al Rito de Emulación. Los masones norteamericanos pueden seguir otros grados en el Rito de York o en el Rito Escocés Antiguo y Aceptado. El Rito de York existe en Inglaterra, pero no en Francia. El Rito Escocés Rectificado (el remanente de los herejes martinistas que se refugiaron en el secreto de las Logias) contiene muchas referencias a la caballería y cristianismo que le son familiares al Rito de York.

[3] Previniéndome de que alguien termine por afirmar la adoración de Satanás dentro de la masonería, invito a los lectores a visitar www.sacred-texts.com para leer cualquiera de las varias versiones de “Moral y Dogma” con el fin de dar contexto a esta famosa cita. También la carta sobre las “Tres Guerras Mundiales” ha sido desacreditada hace mucho tiempo. Una historia del desarrollo del texto a medida que los memes producto de la estafa de Leo Taxil pasaron por las manos de varios otros escritores que pueden leerse aquí: http://www.conspiracyarchive.com/Articles/Pike-Mazzini_Three-World-Wars.htm Ya que estoy escribiendo sobre Pike, no puedo evitar recordar también, una de las conversaciones más extrañas que he tenido en mi vida. Un soltero de mediana edad, de voz suave, que recientemente había comenzado a asistir a la Misa Tradicional de la FSSPX, me decía que el darwinismo era un complot judío. Después de reírme en su cara (no suelo hacer eso, pero esta era una situación especial) me explicó que el gnosticismo fue creado por los cabalistas para infiltrar el cristianismo. Darwin era un gnóstico (no sé cómo lo sabía) y voilà, el darwinismo fue creado para destruir la Iglesia. Le respondí que el gnosticismo apareció en los siglos posteriores al nacimiento de Jesús y que el Zohar fue escrito en el siglo XIII por un círculo que rodeaba a un editor que afirmaba haber “encontrado” este texto. Impertérrito, este hombre me envió más tarde una cita de Albert Pike como prueba de la antigüedad de la Zohar. Al igual que el Zohar, los escritos de Albert Pike pueden ser una fuente de alimento espiritual para algunos, pero la precisión histórica, el rigor académico y sus vínculos con la antigüedad no existen en sus obras. Siempre he querido saber el origen de esta teoría judeo-gnóstico-darwinista y cómo y quién llevó a este joven a adoptar estas ideas antes de ir a la misa en latín, pero no vale la pena tener esta clase de conversaciones.

[4] http://bessel.org/newlodge.htm

#masonería #historia #tradicionalismo #Nueva Derecha #Francia

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Neopaganismo: el pensamiento salvaje de Michel Maffesoli

Traducción de Juan Gabriel Caro Rivera

Reconocido académico y miembro del Institut universitaire de France, Michel Maffesoli es el sociólogo que probablemente ha analizado más de cerca el regreso de una forma inconsciente de tribalismo festivo y trágico en nuestra sociedad contemporánea. Su lectura es fundamental para comprender el fenómeno del neopaganismo. Entrevista publicada en el número 42 de la revista Rébellion (junio de 2010).

R / Vienes de una familia del Midi, creciste en la zona minera de Graissessac (Hérault), ¿qué influencia tuvieron tus orígenes en tu trabajo y tu percepción del mundo universitario?

MM - De hecho, mi juventud en el pequeño pueblo obrero de Graissessac influyó tanto en mi trabajo como en lo que podemos llamar mi percepción del mundo.

En cuanto a mi trabajo, lo he explicado en algunos de mis libros (cf. en particular el libro de entrevistas a Christophe Bourseiller: Qui sont vous Michel Maffesoli, Bourrin éditeur, 2010). Aprendí de este ambiente de clase trabajadora donde viví toda mi juventud el significado de un trabajo bien hecho, incluso una cierta "adicción" al mismo. Lo que entre paréntesis me hace juzgar severamente a los que he llamado los "rentistas de la República", es decir, a todos estos intelectuales y los llamados investigadores que no encuentran nada. Pero al mismo tiempo, la “atmósfera” de este pueblo minero me dio una sensación de celebración y tragedia. Así, por ejemplo, la fiesta de Santa Bárbara, el 4 de diciembre, fue un momento paroxístico, cuando la efervescencia en todas sus formas, se expresaba con fuerza, durante toda una semana. Cuando escribí L'ombre de Dionysos, (1982), quise mostrar la importancia de las pasiones y las emociones colectivas en la organización del vínculo social.

Les recuerdo que estos fenómenos festivos, en todas las sociedades, son corolario del sentido de lo trágico. Es porque sabemos, si puedo decir del conocimiento incorporado, que el accidente, la muerte, la finitud están ahí, siempre presentes, que puede haber exacerbación de los sentidos y del deseo para disfrutar en el presente.

Entonces también recalco, en fin, que es en este ambiente que pude medir la hipocresía de los dirigentes políticos y sindicales, verdaderas damas patronas de la vida social que trabajaron para hacer el bien, al pedir el sometimiento de aquellos a quienes se dirigía esta beneficencia. Esto es lo que llamé Violencia Totalitaria. De ahí el desarrollo de una sensibilidad libertaria que es un componente esencial de todo mi trabajo.

R / Tuviste la oportunidad de conocer al politólogo Julien Freund en tu carrera. ¿Qué recuerdos guarda de este investigador, cuyo trabajo goza de un renovado interés? ¿Quiénes fueron las otras figuras intelectuales que te marcaron o influyeron?

Conocí a Julien Freund en Estrasburgo en 1968 y en ese momento nos opusimos en el sentido de que él cuestionó valientemente las motivaciones de los estudiantes que estaban rebelión de la que yo era parte. Pero a diferencia de muchos profesores universitarios en general, tuvo el coraje de decirlo. Posteriormente, fue codirector de mi trabajo sobre "Marx y Heidegger y la técnica" y participó en los jurados de mis dos tesis. Finalmente, en 1978, me llamó de nuevo a Estrasburgo para que tomara el relevo del Instituto de Polemología. Era un hombre íntegro, de espíritu libre, y aunque estábamos en oposición en muchos puntos, había una estima intelectual mutua entre nosotros. Lo recuerdo como un erudito de calidad, un verdadero profesor, cuya carrera, hay que decirlo, está actualmente al borde del agotamiento. Por supuesto que hay otras figuras intelectuales que me han marcado, destacaré principalmente a Jean Baudrillard, Edgar Morin y Gilbert Durand. Pero como dije, solo estaba relacionado con personas que respetaban mi libertad intelectual y que estaban principalmente preocupadas por ayudarnos a pensar por nosotros mismos. Este es exactamente el modelo que he estado tratando de aplicar con mis propios estudiantes durante cuarenta años.

R / Le debemos la creación del término "tribu" para describir los nuevos grupos sociales nacidos en el espacio urbano de los años 80 en Occidente. ¿Cómo recuerda este término que acuñó y su uso por los medios de comunicación?

De hecho, fue en la década de 1970 cuando comencé a utilizar la metáfora de "tribus". El objetivo era mostrar que más allá de las grandes instituciones que se habían ido forjando, como demuestra Michel Foucault a lo largo del siglo XIX, asistíamos al surgimiento de un nuevo vínculo social, cuyo elemento esencial era el sentimiento de pertenencia y de compartir un "gusto" o para usar una palabra heideggeriana de un "estado de ánimo" común.

Insisto y afirmo y me parece que estamos recién al comienzo del "Tiempo de las Tribus". Por supuesto, el término se ha vuelto una mercancía de varias maneras, los medios de comunicación lo han recogido y, a veces, se usa de manera indiscriminada. Esto no es lo más importante, a mí me basta con darle su estatus de metáfora (y no de concepto), una metáfora que describe bien el papel renovado que jugarán las "afinidades electivas" en la vida social.

R / El surgimiento y desarrollo del movimiento techno y raves en la década de 1990 fue uno de sus campos de investigación. ¿Cómo valora esta tendencia y la forma de vida que intenta mantener?

En el CEAQ (Centre d'Etude sur l'Actuel et le Quotidien) que fundé, con Georges Balandier, en 1982, y que sigo dirigiendo en la Sorbona, hemos realizado una gran investigación sobre las distintas tendencias musicales. El movimientos tecno, "Raves", e incluso el "Gótico".

Considero que estas efervescencias musicales son una de las expresiones de lo que llamé el orgiasmo, es decir, el compartir pasiones, la necesidad de juntarnos y convivir, de manera paroxística, las emociones colectivas. Para decirlo de una manera un tanto familiar, refleja lo que dicen las generaciones más jóvenes cuando dicen "Me estoy divirtiendo". Esto me permite aclarar que, contrariamente al supuesto individualismo cosido a lo largo de una página por los periodistas y pensadores de la "serie B", lo que está en juego en nuestras sociedades es ciertamente la renovación del deseo comunitario.

R / Los tatuajes, piercings y modificaciones corporales de todo tipo son habituales en el mundo occidental de hoy. Ayer todavía estaban reservados para "marginados" y "forajidos", ¿qué despiertan en nuestra percepción del cuerpo?

Una de las vías de mi trabajo ha sido prestar atención a la importancia del cuerpo. Quizás incluso deberíamos decir del corporeísmo. En 1990 publiqué un libro titulado En el crisol de las apariencias: para una ética de la estétic. En este libro presté atención al hecho de que más allá de la simple razón, los sentidos, lo sensitivo, las sensaciones encuentran un lugar de elección en la vida personal o colectiva.

Este fenómeno de exacerbación del cuerpo continúa exponencialmente. Y es cierto que los diversos tatuajes, piercings y otras modificaciones corporales juegan un papel cada vez más importante y constituyen una parte esencial de la teatralidad urbana. Ya no son los marginados y otros forajidos quienes lo utilizan, pero sí es una práctica común y que es totalmente transversal a todos los estratos y clases de la sociedad. Un fenómeno que también es transgeneracional. En resumen, y esto es lo que he llamado una ética de la estética, el cuerpo ya no es simplemente una herramienta de producción o reproducción, sino un elemento estructural de la vida en general. La tiendas y revistas que nos ayudan a ver cómo este corporeísmo, para bien o para mal, está llamado a desarrollarse en nuestras sociedades.

R / Su análisis de las "nuevas tribus" enfatiza el aspecto subversivo de sus prácticas. Pero, ¿no estamos asistiendo a una recuperación (por los modos de la sociedad de consumo) y una asimilación por parte del sistema, de estos comportamientos? ¿No son los nuevos comunitarismos un medio para que el Estado disgregue la Sociedad para controlarla mejor?

De hecho, me parece que hay una importante dimensión subversiva en las tribus posmodernas. En primer lugar, quisiera subrayar que la palabra comunitarismo, frecuentemente utilizada por una intelectualidad en perdición o, en todo caso, totalmente desconectada de la realidad social, no es capaz de describir el ideal de comunidad fuerte en gestación. Sin embargo, estas nuevas tribus no se sitúan o ya no se sitúan en relación con el Estado. Incluso podemos decir que les importa muy poco la política y las organizaciones que la acompañan. Pero esto es algo que nos resulta difícil de comprender dado nuestro colbertismo nativo, o nuestro estatismo nativo que no nos predispone a comprender el hecho de que puede haber un orden social sin una autoridad dominante.

Así llamó Elysée Reclus a la anarquía: "Un orden sin Estado". Una idea que encontramos en Hakim Bey cuando habla de estas famosas TAZ, "zonas de autonomía temporal". Lo que está en juego en el tribalismo posmoderno, si puedo utilizar una imagen topográfica, es la sustitución de la verticalidad de la ley del Padre por la horizontalidad de la ley de los hermanos. Y aquí nuevamente, notemos que el desarrollo tecnológico, en el área de Internet, permite comprender la importancia de tal cambio.

R / Existe un indiscutible descontento con la Política. Pero notará, al mismo tiempo, que esto no es de ninguna manera el fin de "estar juntos" en sus escritos posteriores. ¿Cuáles son las nuevas formas que toma este movimiento que va más allá de las élites establecidas? ¿Una desconexión final entre el Pueblo y sus representantes?

Todo esto es expresión de un descontento con la política, de un desencanto con los políticos. Observemos desde un punto de vista semántico que, en su sentido etimológico, lo político era la asunción común de responsabilidad de la "Polis", de la proximidad que vivía con los demás. Sin embargo, esta proximidad se ha convertido en algo eminentemente lejano, tanto que por un proceso antífrasis, la política y eso fue bueno, como lo definió Julien Freund, se caracteriza por el proyecto lejano. Al mismo tiempo, están surgiendo nuevas formas de "estar juntos". Esto puede llamarse sensibilidad ecológica o incluso lo que llamé en mi último librito "Ecosofía" (Ediciones CNRS 2010). Es esto último lo que no comprenden las élites instituidas, que precisamente encuentran difícil captar lo instituyente. Este es, debo decir, un drama contemporáneo. Sin embargo, cabe señalar que esta no es la primera vez que podemos presenciar una verdadera "Secessio plebis". Basta ver, en lo que Vilfredo Pareto llamó la "circulación de las élites", que serán ellas las que encontrarán las palabras relevantes para decir lo vivido. Este es el problema esencial del período en el que vivimos.

R / La reflexión sobre la naturaleza de la violencia fue uno de sus puntos de partida en su investigación sociológica. ¿Cómo se expresa su regreso?

Mi reflexión sobre la violencia es antigua y actual. La idea básica que desarrollé en particular en Ensayos sobre la violencia banal y fundadora (primera edición 1976. Ediciones CNRS 2010) es que una sociedad solo se desarrolla cuando no sabe cómo evacuar, sino cómo ritualizar, homeopatizar, la violencia.

La característica de la modernidad en el siglo XIX fue "pasteurizar", higienizar la existencia social. La ideología del riesgo cero o asegurar la existencia es la expresión completa de esto. Tal ideología, y no es una vana paradoja, no podría ser más peligrosa, ya que sólo puede favorecer formas paroxísticas y, por tanto, perversas de violencia no ritualizada. Y podemos ver, a través de los 34.000 autos que arden en las afueras de nuestras grandes ciudades, a través de explosiones ocasionales de formas de revuelta y rebelión, a través de rodeos de autos, a través de juegos de estrangulamiento durante nuestras escuelas y otros fenómenos paroxísticos, podemos ver el hecho de que cuando no sabemos usar lo que los filósofos medievales llamaron el de usu, es decir el buen uso de la violencia, se exaspera y se vuelve totalmente inmanejable. Si prevalece esta ideología de seguridad, se puede suponer sin error que surgirán más y más explosiones.

R / Hedonismo y malestar están paradójicamente ligados en nuestro mundo actual. ¿Cómo explicar este "malestar en la civilización"?

No creo que estemos presenciando ningún malestar en la civilización. Veamos nuevamente, parafraseando a un sociólogo tardío, "la miseria del mundo" es quizás la expresión de la miseria de la intelectualidad, cuya desconexión he subrayado. De hecho, hay un hedonismo ambiental, pero como indiqué anteriormente, el hedonismo siempre va de la mano de lo trágico. Este hedonismo trágico refleja la expresión de un "ser más" y no un malestar. Pero lo característico del hedonismo es que vive en el presente y es consciente de su finitud.

R / Nuevas formas de espiritualidad aparecen regularmente desde la década de 1970. Esta explosión de necesidad religiosa ha permitido el retorno de formas vinculadas al paganismo. ¿Este fenómeno es duradero o desaparecerá ante el auge del “fundamentalismo”?

La finitud propia de lo trágico, tanto premoderno como posmoderno, debe relacionarse con el regreso de un cierto "paganismo". Digámoslo sin rodeos, el paganismo es lo que me une a esta tierra, es decir, lo que nos convierte en "campesinos" en este mundo que es nuestro "país". El desarrollo de nuevas formas de la Nueva Era contemporánea es la expresión de esto, es decir que más allá de las diversas religiones instituidas y racionales, hay un retorno de una idolatría cuyas manifestaciones son múltiples. Expliqué esto en mi libro Iconología (Albin Michel, 2008). Tal paganismo, que marca el final de los dos milenios que marcaron el fin de los monoteísmos, no deja de suscitar muchas reacciones, de las cuales los diversos fundamentalismos y moralidades cristianas o musulmanes son expresiones completas. Pero todo esto se trata de la retaguardia. Peleas que, como sabemos, pueden ser sangrientas, porque intuyen que la causa está perdida.

R / La sombra de Dionisio está particularmente presente en tu obra. ¿Qué representa para ti esta figura del antiguo Panteón?

La figura de Dioniso es efectivamente una figura central en mi obra, en definitiva, citando a un historiador de las religiones (Claude Mossé) "una deidad arbustiva" o "ctoniana", es decir "indígena", es decir de esta tierra. Esto es lo que lo convierte en la figura emblemática de la posmodernidad.

R / Nuestra visión del futuro es más sombría que nunca. ¿Cómo ve las posibles evoluciones de nuestra sociedad posmoderna?

Por lo tanto, contrariamente a la sabiduría convencional sobre los tiempos oscuros en los que viviríamos, Dioniso enfatiza el claroscuro que es todo existencia. Un hombre sin sombra no existe, novelistas como Chamiso lo han ilustrado inteligentemente, así es con toda la vida en sociedad.

Es tal ambivalencia que conviene pensar, es lo que hace la grandeza y la relevancia de una reflexión centrada en mostrar la importancia del humus en el ser humano, que es mi pretensión, o mi ambición.

Fuente: http://rebellion-sre.fr/neo-paganisme-pensee-sauvage-de-michel-maffesoli/

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