Los 4 marginados
Cap. 3:
Meses atrás.
La marea del mar toca mis pies descalzos.
Después de un día estresante en la escuela, esta salida a la playa es liberadora.
Mis padres me exigen mucho, y en mi escuela los maestros quieren que seamos perfectos. Básicamente todo mundo a mi alrededor quiere que sea perfecta sin importar cual mal la esté pasando.
Me senté en la orilla del mar dejando que mis piernas se mojen. Me permito sentirme más tranquila al cerrar los ojos.
Durante unos segundo dejo de escuchar los lloriqueos de los niños pequeños, a los padres gritándoles.
Al abrir los ojos noto que ya no estoy en el mismo lugar, sigo estando en una playa, pero ya no en la misma. El agua es más clara, más azul. No está llena de basura, al contrario, está bien cuidada.
Levanto la vista para ver el cielo, y este está muy brillante, ya no es gris como en mi ciudad. Y las nubes se ven tan esponjosas.
—Es lindo ¿no es así?— una voz dulce pregunta junto a mí.
Cuando volteo a verla me doy cuenta que no es un humano... no completamente.
Ella está hecha de agua.
Sus ojos brillan en un azul zafiro, el mismo tono del mar profundo. Su pelo no es tan largo, llega hasta un poco más abajo de sus hombros y es de color celeste. Su tono de piel es de azul claro, como el agua de la playa.
Está sentada junto a mí, pero no parece estarse mojando (y creo que es obvio porque parece estar hecha de agua).
—Si... lo es— digo sin ningún rastro de extrañeza al verla.
—Siempre reaccionan con miedo... pero tú pareces estar muy calmada.
—Lo estoy, este lugar me trae paz, y sin importar lo que esté pasando no quiero irme de aquí.
—Bueno, por más que quieras quedarte, no podrás hacerlo, no hasta dentro de poco.
— ¿Qué quieres decir con dentro de poco?
—En este momento tu mente está aquí, tu espíritu está aquí, pero tu cuerpo no.
— ¿Es como un viaje astral?— ahora en el mundo hay tantas religiones que no me sorprendería para nada el que me diga que si lo es.
—No son las palabras que usaría, pero se podría decir que sí.
—Bien... ¿y porque estoy aquí?
—Tu eres la siguiente elegida, eres parte de una profecía, tu junto a otros tres chicos pelearan hombro con hombro.
— ¿Y cuándo exactamente sucederá esa guerra?
—No lo sé, todo dependerá de que tan rápido consiga lo que quiere el espíritu de luz.
— ¿Qué es lo que quiere?
—Poder.
—Como todos— ella asiente ligeramente.
—Eres mi hija, en cuanto me enteré de que tu venías en camino hice que una humana te incubara y criara como su propia hija... por tu bien.
—Entiendo...
—En tres meses dos jóvenes de tu misma edad vendrán por ti. Uno es de México, y el otro es de Estados Unidos.
—Está bien.
— ¿No tienes preguntas? Es la primera vez que no se altera alguien en este plano.
—Es extraño, sí, pero no me preocupa, y a decir verdad mi vida es muy aburrida, esto es lo más interesante que hay en ella.
—Okey, entonces nos vemos de nuevo en tus sueños solo si así lo deseas, nos vemos dentro de cuatro meses.
—Espera, ¿me voy? ¿Ya? ¿No puedo quedarme más tiempo?— pregunte alterada.
—Tranquila, pronto podrás sentirlo de verdad. Ve al fondo del mar y busca lo tuyo. No necesitas traje especial, tus dones te ayudarán.
— ¿Qué?
Y de nuevo volví a estar en la sucia playa. Lleno de basura, agua gris, niños gritando.
¿A qué se refería con "busca lo tuyo"?
No pienso quedarme con la duda así que comienzo a caminar en el mar hasta que solo falta mi cabeza para estar completamente sumergida.
Tome una gran bocanada de aire y me sumergí. En cuanto lo hice mis ojos se ajustaron, dejé de ver todo oscuro y empecé a ver como si alguien estuviera alumbrando con luz debajo del agua.
A pesar de la basura que había esto es hermoso.
De un momento a otro siento como si no pudiera respirar, como si necesitará algo, pero no aire, necesito respirar agua.
Solté el aire que tenía y aspire profundamente el agua. Siento algo que se abre y cierra en mi cuello, al levantar la mano y tocar pude darme cuenta que tengo algo parecido a las branquias... como los peces.
¡De verdad puedo respirar bajo el agua!
Algo dentro de mí siente que lo llaman, no sé cómo, pero sé a dónde debo de dirigirme para buscar lo que es mío. Después de estar nadando por varios minutos pude darme cuenta que he llegado. Mire abajo de mis pies y lo vi, hasta el fondo hay algo que brilla, algo que me llama.
…
Al tenerlo entre mis manos sentía como si todo este tiempo hubiera sido mío, como si siempre hubiera estado conmigo.
Es un cuchillo.
Su funda es azul celeste, tiene figuras metálicas de animales marinos. Su mango es transparente, dentro del hay agua. En la punta tiene una figurita: es un dragón, su cola termina con una aleta como el de las sirenas.
Esta figurita es de metal, su cola está entrelazada en el mango.
La hoja del cuchillo es blanca con franjas rosas, es una especie de coral marino, paso mi dedo por encima de la parte afilada y vaya que lo está, apenas y lo toque y ya me cortó.
Escuche el sonido de un delfín, al levantar mi vista vi que es una foca marina pero con trompa de delfín de color rosa.
—Hola, ¿que eres tú?— ahora se transformó en un ajolote, sus ojos son muy grandes y eso lo hace ver muy tierno —. Supongo que debes ser mi guía— el asiente —, genial.
...Tres meses después...
Al estar pasando cerca del aeropuerto me llamaron la atención dos personas, la razón por la cual me llamaron la atención es porque es más que obvio que no son de aquí, para empezar ellos no tienen los ojos rasgados.
Me dirigía a la playa, pero en cuanto los vi mis planes cambiaron. Los seguí hasta su hotel. Ya había caído la noche, no era tan tarde.
Ya quiero irme a vivir la vida, así que les facilitaremos el encontrarme.
Haré una entrada épica.
¿Pero cómo?
Ninie (mi animal guía que en este momento es una gaviota) tocó la puerta, yo salí corriendo.
Pero que le pasa... entiendo, los está distrayendo. Salí por una ventana del pasillo, por suerte ellos estaban hospedados en el primer piso. Me asome por la ventana de su habitación, y al ver que están volteando a ver a otro lado me metí por ella.
—Para ser hijos de espíritus y tener poderes no son muy inteligentes— digo una vez que me siento en el sillón que está a lado de la ventana.
— ¿Cómo entraste?— pregunta el tipo rubio.
—Por la ventana— apunto con mi pulgar.
— ¿Cómo le hiciste para tocar la puerta estando aquí?— ahora su compañero pregunta.
Levanto el brazo y Ninie se posa en él, ahora se transforma en un búho.
La reacción del rubio fue grandiosa, se asustó y retrocedió unos pasos. Quería hablar pero no podía gracias al shock.
—Eres Aqua Cheong... ¿no es así?— me pregunta el de pelo castaño que no parece para nada sorprendido.
—Así es, y supongo que ustedes son los dos elegidos que vienen por mí.
El asiente, mientras que el rubio sigue impactado.
—Bien entonces vámonos— concluyo.
— ¡Un momento!— por fin se digna a hablar el rubio. Ambos volteamos a verlo —. Porque ella tiene uno de esos y yo no.
—Si lo tienes— le contesta su amigo.
— ¿Y dónde está?
—Tienes que invocarlo, eso te lo enseñare después.
—Aún no me quiero ir— cambia de tema.
— ¿Que?— decimos el castaño y yo al mismo tiempo.
—No conozco nada sobre Corea, y creo que podemos aprovechar que estemos aquí en Busan.
—Bien...— dice su compañero —. Una semana. Y después iremos a buscar al siguiente elegido, o elegida.
—Creo que debo de mencionarlo— los interrumpo —. En uno de mis sueños, mi madre me contó sobre la siguiente elegida.
—Dinos por favor.
—Su nombre es Blaze Bayrne, y está en Irlanda.
— ¡Si, iremos a Europa!— Grita el rubio.
"Editado: 02/08/22"
...Cada vez más cerca para que ellos estén juntos...
Recuerden que si quieren leer los capítulos mucho antes de cuando se publican aquí pueden pasar a mi cuenta de Wattpad. Ahí ya tengo hasta el capitulo 16.
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Gem would like to pretend that things are normal around Magic Mountain.
Or, well, that everyone else is normal, and she’s keeping all the weirdness to herself. She’s the one who decided to go a little creepy this season, after all, and as far as she can tell, she’s the only one smelling the rot coming from the river. All her neighbors should be fine, and have only commented that her boat burns a lot of coal fumes that sort of reek. It’s definitely not rot, and things are normal for them, and they are decidedly abnormal for her.
Which is fine! Gem wants her friends safe! Sure, she’s been hearing weird gurgling noises from the flooded caves that line the beaches, but she’s probably just hallucinating. Or maybe Scar is smacking salmon heads on note blocks again, despite living on the other side of the mountain. And sure, Impulse died and came back completely washed of color, but that’s just a demise thing. It’s just the creepy she dragged along with her- Joel’s totally fine, and that’s enough evidence for her.
Well, it would be if not for the fact that the salmon she’s been getting from fishing are starting to look…strange, all sharp-finned and much slimier than normal. And the cod, too, have far too many gills, like gashes down their sides. Grian pulls up a fish one afternoon and Gem swears it’s got six eyes, but Grian only remarks them as “weird patterning” and shoves it right into the furnace for cooking.
He’s been eating a lot of fish, recently, straight from this very river, the one that smells of rot. Caught them all himself. He’s also been fishing a lot- Gem doesn’t know the last time he worked on his base. He keeps trying to dredge up a book. She asks him one day why he keeps going if he’s already got a ton of books from the water, and he sounds haggard when he replies:
“The book, Gem. I’m not looking for a book. I’m looking for the book. It’ll give me all the answers I need. I haven’t found it yet, but the ocean will provide for me. I know it’s the next one.”
Something in the way he looks at her makes her gut twist. His eyes are empty, glossed over, and she knows the joke is that he looks like a cod, but it’s- he’s different, now, washed out and shiny skin, little to no meat on his bones, bags like pits under his soulless eyes. Something about the way he phrased that—the ocean will provide for me—makes her spine recoil back, feet dragged backwards towards her boat. A fear-stricken laugh bubbles up Gem throat as she tries to remember the last time he wasn’t fishing. When was the last time he slept?
Come to think of it, when was the last time she slept? Isn’t there a warning for those who stay up too late?
And when she tells him it’s an addiction, Grian just laughs it off, throws his rod into the sea, and pats the seat next to him. And then there she is, fishing alongside him, like she was always doing. She was planning to do this, yes. More and more of Magic Mountain arrives, plus Etho, who brings along a disc to put them in the mood. It’s a swan song.
The ocean sings back. It gives her an image of a great tall lighthouse, cherished by watery angels, who dance around it. It gives her the size, the colors, the materials to recreate it in verse. She smiles. It tells them all to knock another hermit off the list of survivors. She grins.
Before turning to join the group on their quest, Gem looks into the water one last time. Staring back is a well-kept woman with long, shiny red hair.
There is a book in her hand.
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