Tumgik
#golpearls
robottocs · 1 year
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New OC just dropped! He is the most obnoxious thing you've ever met. I am sorry in advance for all he will say and do... also his "poor" name is Natillas Danet and now you can also have one too.....
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lunearta · 1 month
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𝙉𝙊 𝙎𝙊𝙔 𝙔𝙊 (3) - FINAL
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» Temática: SKZ Han x Lectora (Uso de la segunda persona "tú") » Género: Angst con final feliz. » Warning: Hurt/No confort. Han es idiota y echa a perder su relación. Menciones a vestir mal. Inseguridades. Mención a la ansiedad. NO PROOFREAD. » Tipo: Mini serie. | 3.136 palabras
» Masterlist «
PARTE 1 | PARTE 2 | PARTE 3 - FINAL
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Lo primero que vio Han dos días después, en un día libre cargado de tensión casi le hace perder la cabeza. Primero de todo, porque no estuviste ni siquiera cuando se despertó esa mañana. Llevabas un mes esquivándolo a más no poder, yendo a dormir casa de “amigas”, o metiéndote en la cama cuando Jisung se encontraba ya en el séptimo cielo y por supuesto, al despertar no había ni rastro de ti. Los textos que os escribíais eran escuetos y puramente informativos.
Y Jisung sabía qué estaba ocurriendo.
Te estaba perdiendo.
El chico despegó la vista de la Nintendo Switch en cuanto escuchó la puerta abrirse, y tu risa y la de Chan llenaron el comedor.
— Sí, la dependienta no se lo creía, ¿se pensaba que lo quería para mí? ¿Es que parezco una chica? —iba diciendo Chan.
— No, pero vas con esa sudadera que te tapa y la mascarilla y a lo mejor por los ojos ha visto… —hiciste un gesto mono con la nariz al mismo tiempo que le señalabas la cara, y Han soltó una exclamación ahogada. Solo hacías eso con él. SOLO con él, cuando el cariño de sobrepasaba los sentimientos y tenías que demostrarlo de manera física con ese gesto adorable que derretía el corazón del rapero.
Pero ahora, viéndotelo hacérselo a otra persona que no era él… Fue como una puñalada en el corazón. El sonido llamó la atención de ambos. Un silencio incómodo se instauró en la estancia, al mismo tiempo que Han recorría con la vista vuestras manos, que portaban varias bolsas de diferentes tiendas, incluida la de un famoso Bubble Tea al que solías llevarlo. Vuestro Bubble Tea.
Se le agolparon las lágrimas en los ojos, pero no se derramaron sobre sus mejillas. No ahí. No les iba a dar el gusto de verlo destrozado. Soltó la Switch sobre el sofá y se sorbió la nariz, que empezaba a sentírsela congestionada.
— Así que… ¿Chan? —dijo, procurando que no le temblara la voz.
Lo que más le dolió fue ver que no lo negabas. El chico soltó una carcajada que nada tenía de divertida.
— Era de esperar. Debí imaginar que buscarías a alguien… —hizo un aspaviento con las manos, sin preocuparle parecer un loco—…menos tóxico que yo. Más hombre. Más grande.
— Hannie… —susurraste, insegura.
El apodo cariñoso se le clavó en lo más profundo de su ser como dagas envenenadas. Levantó las manos, en señal de derrota.
— Sé que lo que hice no puede deshacerse. Te traté como si fueras inferior a mí. No tuve tacto y fui egoísta, y esto es lo que merezco.
Diste un paso hacia adelante, y él un paso hacia el lado, buscando la salida inconscientemente.
— Espero que seas feliz con Chan. Es el mejor de nosotros. Te tratará bien. Sí, lo hará. —fingió una sonrisa que no le llegó a los ojos—. Pero no esperes que me quede aquí y vea cómo el amor de mi vida se va con otro. Necesitaré tiempo. Lo siento.
— Jisung. —lo llamó Chris, inquieto. Al pasar por su lado intentó agarrarlo del brazo, sin embargo, Han se sacudió de su agarre y lo miró con los ojos encendidos.
— Creía que eras mi amigo. —le espetó, enseñándole los dientes. Ahora sí que se permitió llorar, de rabia—. Confié en ti, te confié a mi chica cientos de veces… Y te la acabaste quedando. ¿Cuántas cosas más quieres de mí? Ya tienes mi música, mis versos… Y, claro está, a lo único que era capaz de subirme a la superficie cuando no podía levantarme. Siempre te lo quedas todo.
Porque a partir de ese momento, sentía que se ahogaría hasta tocar fondo, aunque intentara bracear con todas sus fuerzas. Ignoró la expresión dolida del líder al pasar por su lado y golpearle el hombro. La puerta se cerró con más suavidad de la que creísteis posible.
Chan se echó las manos a la cabeza y tú te sentaste en el respaldo del sofá, compungida. Estabas cansada, demasiado cansada para pasar por otra discusión. Miraste a Chris.
— Debería decírselo ya. Lo estoy… matando. —a falta de mejor definición.
Chan tenía las fosas nasales abiertas y un ceño fruncido que daba miedo. Se había tomado a lo personal las palabras de su amigo.
— No. —negó—. Es tarde para parar la “broma”. Ahora soy yo quien quiere que sigas con esto. Un poco más. Hasta mañana por la noche.
— Oye… Sabes que dice cosas que no siente en momentos de tensión, ¿verdad? —intentaste calmarlo—. Es como lo que me dijo a mí. En realidad, sé que no lo siente y se ha disculpado millones de veces. —te masajeaste el puente de la nariz, tratando de calmar el dolor incipiente de cabeza—. No obstante, esto creo que hará nuestra relación más sencilla.
— Si no la destruye para cuando se lo digas.
Tragaste saliva.
— Yo también creo que me he excedido en mi “broma”. —te encogiste de hombros—. Como bien dices, ya es tarde para arrepentirse. He tardado un mes entero en llegar adonde estoy. Quiero que sea una sorpresa.
Bangchan chasqueó la lengua. Respiró hondo antes de meter la mano en una de las bolsas y pasar el contenido de esta en otra.
— ¿Cómo se enteró Hyunjin antes que yo? Te lo tuve que sacar a la fuerza y casi a gritos. —parecía algo ofendido.
— Porque fue Hyunjin el que me ofreció esa oportunidad, y casi me delata aquel día en el comedor. Créeme, no se lo hubiera dicho el primero. Es tan cotilla como Changbin.
— Me sorprende que haya guardado el secreto.
— Está al tanto de la situación, y le parece una brillante idea hacer rabiar a Hannie. Según él para… “Hacerle probar de su propia medicina.”
Chan emitió una risita.
— Típico de Hyune. —su mirada se perdió en las bolsas—. Espero que lo de mañana funcione.
— Han nunca ha declinado una cena con Minho, ni cuando estaba en su punto más bajo. No lo hará por esto. Entretanto… ¿Me ayudas a llevar las bolsas a mi habitación?
Chris puso los ojos en blanco, pero accedió.
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¿” Espero que seas feliz con Chan”? Y. Una. Mierda.
No, no, no. Solo había pasado un mes desde que las cosas se empezaron a torcer. Era imposible que te hubieras enamorado de él en tan poco tiempo… Bueno, contando con que no lo estuvieras desde hace un año y medio. Se llevó la uña del dedo pulgar a la boca, mordiéndosela en un tic nervioso que llevaba consumiéndolo ya veinticuatro horas. Primero empezaron los movimientos involuntarios de los párpados, luego fueron los constantes cambios de ritmo en su corazón a causa de la ansiedad. Y hoy, esto.
Resopló, cansado, triste, roto. No supo por qué había accedido a quedar con Minho en uno de los restaurantes más caros de la ciudad —y el menos concurrido a ojos de curiosos—, pero lo cierto es que agradecía que fuera en Gangnam y no en el centro, donde habría tenido que ir en coche.
“Recuerda vestirte para la ocasión, nada de sudaderas y pantalones cortos. Es un día importante.”
Resopló una segunda vez. Bajando por la avenida principal con mascarilla, nadie se percataba de quién era, por suerte. Los pocos que se giraban lo hacían al ver a un hombre bien vestido y con la mejor colonia del mercado. Hasta había estrenado sus zapatos nuevos, aunque creía que el motivo era absurdo. ¿Qué tenía de significativo que a Dori se le hubiera caído por fin el último diente de leche que seguía pegado a su encía?
<<Menuda estupidez, Lee Minho. Si querías hacerte el importante, habérmelo dicho directamente. No es la primera vez que jugamos a ser esnobs.>>
Y no sería la última.
Cruzó el último paso de cebra que se extendía al lado del restaurante. La luz del interior reflejaba la oscuridad de la noche, y se alivió al ver que, en efecto, el local estaba casi vacío salvo por algunas parejas que aún seguían disfrutando de la velada. No veía a Minho por ningún lado, así que supuso que se había colocado en una de las mesas del fondo, lejos de miradas indiscretas en el sector privado.
¿Serían capaz algún día de sentarse frente a los ventanales sin peligro de ser descubiertos? ¿Podría hacer eso mismo contigo? Sacudió la cabeza por enésima vez esa noche. El problema de vuestra relación correspondía al Jisung de mañana. Convencería a Minho de hablar contigo y arreglar las cosas, sé que podría hacerlo si…
— Buenas noches. —dijo uno de los camareros—. ¿Tiene reserva?
— ¿Re-Reserva? Ah, sí. Lee Minho es el nombre.
El camarero miró la lista y negó con la cabeza.
— No hay ningún Lee Minho en la lista, señor. ¿Cómo se llama, por casualidad?
— Han Jisung.
El hombre volvió a poner la vista en la lista y sonrió.
— Ah, sí. La han puesto a su nombre. Sígame.
<<¿Minho ha puesto la reserva a mi nombre? ¿Por qué?>>
Pronto encontró la respuesta a su pregunta silenciosa.
Frente a él, sentada en la mesa en la que se suponía que debería estar su amigo, vestida con un exquisito vestido de satén rojo oscuroyuna copa de vino de Montes Taita de 2018 te encontrabas tú. Lo mirabas con esa sonrisa que lo embelesó desde el primer momento. Jisung pronunció tu nombre en un suspiro, inseguro de que estuvieras allí de verdad.
— Hannie. —contestó, y supo que sí que lo estabas.
Encontró la silla frente a la tuya, aunque tropezó y casi se lija la cara contra la pared. Al intentar recolocarse, el pantalón negro se le enganchó en una de las astillas de la pata de la mesa y un crujido le dijo que la tela estaba rasgada. Han emitió un grito ahogado ante la cantidad de cosas que podrían estar saliendo mal en ese instante y… estaban saliendo mal.
Sin embargo, el sonido de tus carcajadas opacó cualquier sentimiento de frustración que estuviera teniendo. Te estabas riendo, y no sonaba a burla.
— Echaba de menos lo divertido que eras. —dijiste con sinceridad.
<<Y yo tu risa.>>, pensó, pero no lo dijo. Por el contrario, se sentó bien y fijó la vista en el menú desplegado que tenía delante, serio. El camarero vino, tomó nota de lo que querían y se marchó con la misma rapidez. Ahora no había ninguna carta a la que mirar, pero sí un plato perfecto y redondo que le llamó la atención. ¿Iba a tener que pagar por una cena que no estaba seguro de que saliera bien?
Como si le leyeras el pensamiento, te inclinaste hacia adelante con ojos brillantes.
— Esta vez pago yo, por cierto. —le dijiste—. Podrías haberte pedido ese bulgogi que tanto te gusta.
— ¿Pagar… tú?
— Sí, yo. Puedo permitírmelo. Puedo permitirme muchas cosas que antes no. Si quisieras venir aquí una vez en semana, podríamos hacerlo, aunque sin tanto vestido elegante y tanta parafernalia.
Han se encogió más sobre sí mismo. ¿De qué estabas hablando?
— No tienes ningún motivo para invitarme a mí. —dijo, bajito, desviando la mirada—. Tienes a Chan.
Pusiste los ojos en blanco y soltaste un bufido exasperado.
— Sabía que sacabas conclusiones antes de saber la historia completa, pero que lo hicieras tan rápido. —te quitaste un mechón de pelo y le sonreíste—. No estoy con Chan. Solo me ayudó a encontrar el vestido adecuado para este día. Entre otras prendas de ropa, la verdad. I.N no podía quedar, que es el que sabe mucho acerca de moda, así que tu amigo se ofreció a hacerlo por él. ¿De verdad piensas que podría gustarme Chan?
Buen punto.
— ¿Por qué no? —replicó él, inflando los mofletes—. Es un tipo genial, con un sentido de la responsabilidad muy grande y nunca te… Nunca te haría sentir de menos… Como hice yo.
— Hannie… —le pusiste la mano en el dorso de la suya estirada sobre la mesa—. Amor mío, sí que es verdad que el primer día estuve un poco descolocada y los pensamientos negativos me inundaron la cabeza… Pero debo decirte que te perdoné en el instante en el que te disculpaste.
— Entonces… ¿por qué me ignorabas tanto? Los mensajes, las palabras secas…
— Porque a pesar de haberte perdonado, sabía que habías actuado como un idiota y quería castigarte un poco. Al principio pensé en una semana, y estuve a punto de romper el papel en varias ocasiones… Hasta que Hyunjin me pasó una llamada con su mánager personal.
Han inclinó la cabeza de lado, confuso.
— Me comentó que tenía un posible trabajo para mí en la empresa. —seguiste, después de beber un poco más de vino—. Ganaría el triple, un mes de prueba. Claro está, no podía desvincularme de mi antiguo trabajo tan rápido sin causar una mala impresión, así que les di quince días. Quince en los que combiné ambos trabajos. Fue duro, mas la recompensa ha valido la pena.
“El caso es… que no podía detenerme a explicártelo. Más bien, no quería. Deseaba sorprenderte antes de decírtelo, sin darme cuenta del daño que te estaba haciendo en el proceso. Chan me enfrentó hace unos días, pidiéndome explicaciones, y se lo tuve que contar.
— Os escuché. —comentó él. Le temblaba el labio inferior. Aún no podía ilusionarse, era muy pronto—. Ese día os oí hablar en la cocina. Planeabas dejarme. Dijiste: “Por ese motivo debería dejarlo ir cuanto antes.”
— ¿Qué? ¡No! —negaste efusivamente, tratando de recordar—. ¿Cuánto escuchaste? No, lo que dije fue que tendría que dejarte ir… Pero que no lo iba a hacer a menos que tú quisieras. Y estaba haciendo todo esto para poder estar a tu altura ni que fuera un poco. Ahora sé que, aunque de diferente forma, lo estoy.
Rebuscaste en el bolso y sacaste una tarjeta que Han recogió a duras penas con dedos temblorosos. En ella se leía “Staff”, tu nombre completo y…
— ¿Directora de márquetin? —leyó en voz alta, sorprendido.
— Directora de márquetin y relaciones internacionales. —completaste, orgullosa—. A partir de hoy soy la encargada de que la publicidad de vuestro grupo sea lo suficientemente buena como para llamar la atención del público, y también me encargaré de contactar con las empresas de todo el mundo para que anuncien vuestros tours en sus ciudades. No quería decírtelo hasta que el período de prueba se hubiera completado… Y esta mañana firmé el contrato indefinido. Trabajaré con vuestros mánagers, incluso.
Jisung dejó escapar el aire de sus pulmones y por primera vez en un mes, te miró a los ojos. Estabas preciosa. Quizá con un poco de ojeras, ya que combinar dos trabajos es difícil, pero hermosa igualmente. Tanto que sentía ganas de llorar.
— Si no fuera por mí, no tendrías que haber buscado otro… Te llamé vagabunda sin pensar… Dios, soy tan estúpido…
— Eh, Ji, mírame. —le agarraste la mano entre las tuyas—. No dejes que la ansiedad te carcoma. No lo hice por ti. Hubiera aceptado ese trabajo igualmente, cualquier día de cualquier mes. La diferencia es que se me ofreció en el mejor y peor momento. Y si no hubiera empezado la broma, te lo habría dicho en cuanto corté la llamada con el mánager de Hyunjin.
“Créeme cuando te digo que, aunque no hubiera conseguido pasar el período de prueba, habría vuelto a la normalidad contigo. Sé que no te importa cómo vista, ni qué haga con mi vida mientras siga luchando, como tú. Sé que nunca te ha importado nuestra diferencia salarial. Como sé que tampoco piensas que Chan se queda con “todo”.
Jisung echó la cabeza hacia atrás.
— Mierda… Chan. Tengo que…
— No, ahora no. Ahora tienes que comer esa deliciosa comida que viene por allí. —señalaste a lo lejos al camarero que traía una bandeja a rebosar—. Chris no te guarda rencor. Se molestó, sí, pero nada ha cambiado entre vosotros, estoy segura.
Jisung asintió, más tranquilo.
La cena transcurrió… ¿tímida? Le explicaste muchas de las cosas que hacías en la empresa, desde la corrección de diseños hasta las incontables llamadas y reuniones con los mánagers a fin de que los próximos conciertos pudieran transcurrir con normalidad. Te habías puesto en contacto con algunas compañías en Japón y habías asegurado buena publicidad para los próximos meses.
Han asistía a lo que decías lleno de admiración y respeto hacia ti. ¿Cómo podía estar ante una de las mujeres más capaces del planeta? ¿Qué tenía él que ofrecer? No es que no lo hubiera pensado antes, al conocerte, pero en ese instante era como una bofetada de realidad. Se pasaría la vida entera compensándote la falta.
Al salir después de pagar —no lo dejaste pese a insistir sin parar—, emprendisteis el camino de vuelta cogidos de la mano. Dios… habías echado tanto de menos su tacto…
— Siento mucho haberte hecho sufrir así, Hannie. —te disculpaste, ya cerca de la casa—. Tendría que habértelo contado.
Jisung sacudió la cabeza.
— Aunque sí que ha sido un infierno estar alejado de ti, me lo merecía. Solo… me alegro de poder estar contigo otra vez.
Entrelazó los dedos con los tuyos y los observó, encandilado. Luego se inclinó y te besó los nudillos con tanta ternura que un suspiro murió en tus labios. Había tanto dolor y alivio entremezclado en su expresión que te sobrevino una necesidad imperiosa de abrazarlo.
— Hannie… —tenías la garganta seca aun habiendo bebido—. Amar es poco comparado con lo que siento al estar contigo. Te quiero tanto que podría volverme loca, y este último mes ha sido también duro para mí. Lo siento—
Sentiste unos labios húmedos sobre los tuyos, y el cerebro dejó de pensar. El ritmo del beso fue lento y había tanto sentimiento en él que no sabías si las lágrimas eran tuyas o de Jisung. No había necesidad de que fuera intenso, simplemente… Os explorasteis como la primera vez en movimientos tranquilos, desordenados y torpes. Al separaros, ambos jadeabais con fuerza en busca de aire.
— Da igual lo que haya pasado. —susurró, su frente contra la tuya y los ojos cerrados—. Da igual. Estoy contigo, estamos juntos. Y voy a poder verte más seguido. —sonrió—. ¿Cómo es que no te he visto antes en la JYP?
— He hecho malabares para no coincidir contigo, créeme. —le aseguraste, divertida—. Pero sí, ya no importa. Dejemos las disculpas de lado.
— Será lo mejor.
— Te quiero. Muchísimo.
— Y yo a ti. —te abrazó con urgencia—. Te quiero. Te quiero tanto… No puedo parar de decirlo.
— Pues no lo hagas. —le acariciaste la mejilla y le miraste a los ojos cristalinos—. Dímelo cada día de nuestras vidas.
— Lo haré, si tú haces lo mismo. Y no más secretos entre nosotros.
— No más secretos —te reíste, besándolo una vez más
No los abría nunca más.
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Taglist: @shuporanporang
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© LUNEARTA, 2024. 𝘕𝘰 𝘦𝘴𝘵á 𝘱𝘦𝘳𝘮𝘪𝘵𝘪𝘥𝘢 𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘱𝘪𝘢 𝘵𝘰𝘵𝘢𝘭 𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘤𝘶𝘢𝘭𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘮𝘪𝘴 𝘰𝘣𝘳𝘢𝘴 𝘦𝘯 𝘯𝘪𝘯𝘨𝘶𝘯𝘢 𝘱𝘭𝘢𝘵𝘢𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢.
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energiamura · 7 days
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sigo pasando, sigo viéndome en ti; presencia que penetra tu espacio y sin querer atraviesa sobre la coronilla de tu entender, de ese espacio y tiempo concreto de aleatorio encuentro
¿me puedes ver? soy esa chica
de ojos intensos, de paladar sensorial, siento el picoseo entre mentón y hoyuelos, de labios densos y gruesos,
muchas veces te he visto y sí, puedo verte, te encuentro entre mi campo, mi orbita, te entiendo y por qué si esa chica tenta penas en extraños y el deseo le es visto al golpearle,
la verdad que mi empatía calma esa sensación de sorpresa, cuántas veces habré escuchado esa frase repetidamente
eres hermosa, por ser hermosa lo tienes todo
bien supe mi autoestima que ha permanecido desplomada como un soldado herido, que en miosis pierde el destello que le hace en virtud y de grandeza, ahora reflexiono sobre el proceso, y sé quién soy y a dónde voy
solo puedo decirte __muchas gracias, y seguir mi camino
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jartita-me-teneis · 5 months
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@DaniMayakovski
"Quiero golpearle como el soldado israelí me hizo a mi. Cuando crezca me convertiré en un soldado y entonces le devolveré los golpes. Le dispararé igual que me disparó a mi". Nemr, un niño palestino de 14 años, fue arrestado y torturado por el ejército sionista cuando buscaba comida para su hermana pequeña en Gaza. Los sionistas le dispararon con balas explosivas y le dañaron las 2 piernas, la espalda y el estomágo. Nemr fue liberado hoy, junto con otros 149 civiles palestinos, de las cárceles sionistas y jura que tomará venganza de su tortura cuando sea mayor... pero entonces le llamarán "terrorista".
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vlp-wrtng-prctcs · 5 months
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¿Fiesta de pijamas?
¿Hasta cuándo es apropiado utilizar la oración “fiesta de pijamas” para describir la acción de compartir la habitación con alguien por una noche?, porque en esos momentos es el único término al que le queda por aferrarse para no pensar en la literalidad de la situación, para olvidar que quien duerme al otro lado de su cama es su némesis, y sobre todo, para fingir que no está obsesionado con la situación en cuestión.
Había sido una tarde caótica, desde el hecho de casi perder una de sus prótesis hasta la noticia de una nueva celebración para Roger; su mente pasó bruscamente del éxtasis a la inhibición de cualquier rastro de felicidad, lo que provocó naturalmente que estuviese vagando con la mirada vacía hasta que el agente secreto, tan noble como la representación de sus causas, acogió sus malestares en una pequeña seña en la que prometió quedarse si eso era lo que quería.
Y supone que lo hacía, porque tan pronto parpadeó, el Agente P ya había intercambiado su fedora de trabajo por la de descanso. Incluso se había retirado su gabardina, doblándola con precisión antes de cuestionar con gestos si estaba bien si lo dejaba temporalmente en el respaldo del sillón. A lo que asintió solo para seguirse cuestionando en silencio qué es lo que se supone estaba pasando.
No duró mucho en ese bucle de pensamiento cuando lo detuvo con ese remarcado gruñido que advertía con golpearle si no recordaba cómo respirar.
Por lo que inhala, exhala, en cada respiración se permite contar hasta 10 de forma ascendente y luego al revés, hasta que lo ve ahí, sonriéndole con orgullo mientras promete, como el buen tipo que es, que por ese día no debe preocuparse por lo que almorzará debido a que tiene la libertad de ordenar toda la comida a domicilio que decida de forma gratuita. Esta será su tarde, exclusivamente suya.
Algo se retuerce en sus entrañas, una sensación cálida, nerviosa; se siente como cuando llegó América. No es algo que estaba en sus planes pero definitivamente fue algo bueno.
La sensación incrementa cuando el celular personal del hombre se extiende a su persona, tan confiado como si su vida privada no estuviese a solo unos cuantos deslizamientos con el dedo; pero sabe que Perry le ha otorgado poco a poco gramos de sí mismo, fuera de las etiquetas que conoce, que jamás lo traicionaría. Podría ser un villano, pero jamás alguien quien apuñale por la espalda a su lugar seguro.
Así que busca opciones, eligiendo algunos alimentos dulces para la noche, cuando la ansiedad se haya esfumado, y platos salados para ese momento, buscando una sensación que lo devuelva a la tierra.
Dado que Perry el ornitorrinco no lo hace plantearse en la realidad, al contrario, hace que sienta que sus pasos cada día se vuelvan más ligeros, como si flotara después de tanto tiempo de haber estado arrastrando los pies.
Mientras esperan la comida, deciden ver el capítulo de la novela que ambos han confesado estar siguiendo desde el primer capítulo, por lo que se sientan, nada acurrucados en el sofá, carcomiendo por el prohibido romance que se oscurece con cada intervención de los antagonistas de la trama; sabe que en ningún momento se ha callado sus comentarios o críticas. Lo sabe muy bien debido al bufido que suelta, mismo que se convierte en una sonrisa la cual se tensa de forma tan escandalosa que la risa es inevitable, lo que hace que se avergüence más.
Tiene una bonita forma de reír pese a que el sonido queda a su imaginación.
Cuando la comida llega no hay cambios agresivos, todos son tan sutiles como el toque de una pluma, lo que hace que ambos se puedan desenvolver en una conversación en la que el hombre de cabello turquesa destaca por su gran capacidad de hacer las preguntas adecuadas para incentivar la conversación. Por lo que incluso los salseros se vuelven parte de las extensiones de las representaciones visuales de la historia, donde objeta cuando se les acusado de redundante cuando los nombres evidencian claramente un juego de palabras terribles.
Al momento de finalizar la comida, su némesis insiste en ser quien lave los platos, lo que hace entonces que peleé por ser quien los sequé, rechazando la idea de ser un proyecto de benevolencia.
Aunque no lo es, se lo aclaran; el hombre moreno podría decírselo en todos los idiomas y lenguajes, lo sabe perfectamente. Porque sabe que murmurara quejas apenas utilice su principal arma: su mirada penetrante que no lo deja desviarse a otros lados que no sean ese tono chocolate.
Una trampa mortal, si alguien pregunta, porque no existe algo tan malditamente expresivo como frío como su mirada.
Entonces limpian en un cómodo silencio, mismo que es incapaz de sostener cuando comienza a hablar por hablar, impulsado por una sensación misteriosa. Eso hace que Perry escuche por el mero hecho de que desea escucharlo; una idea que ha aceptado a la fuerza, porque de todas las veces en las que ha expresado que ya debe estar agobiado de sus conversaciones interminables, le ha jurado sobre su propia duda lo contrario: podría escucharlo todo el tiempo que lo requiera. Porque es entretenido aún si a veces es desastroso.
Como sus planes, como sus salidas.
Como ellos.
Entonces la tarde se extiende entre otras actividades de las cuales ha olvidado el orden, no sabe si han jugado primero un juego de cartas, si vieron la película pendiente de su última noche de películas, si platicaron sobre todo y nada; de la única actividad de la cual logra ser plenamente consciente como la última, es cuando la noche inevitable cae sobre ellos, advirtiendo sobre el adiós tan complicado de pronunciar.
Si acaso lo hiciera.
Al contrario de todas las ocasiones previas donde pidió un poco más de su tiempo para estar acompañado, es su contraparte quien le cuestiona si puede pasar la noche ahí; lo que acepta, aún si la piel le vibra en preguntas sobre el motivo y un latente “¿qué importa?” el cual, definitivamente, incita a simplemente disfrutar de ese hecho como si se tratase de un sueño del cual podría despertar en cualquier momento.
Entonces ofrece su habitación, debido a que el cuarto de huéspedes actualmente sufre algunas…reparaciones. Por no decir que tiene la enorme marca del cuerpo de Norm posterior a un accidente; a lo que se niegan con el argumento de que pese a a ser el huésped, se sentiría mal de hacerlo dormir en la sala.
Discuten, pelean, hasta que llegan al punto de partida.
Entonces, ¿es una fiesta de pijamas? No lo sabe. Tampoco está seguro si es lo mejor llamarlo así, o si sería peor darle alguna otra categoría. Tantas dudas, tantas posibilidades…
De pronto deja de pensar cuando lo golpean en la cara con la almohada, exigiéndole que deje de pensar demasiado alto a esa hora de la madrugada; a lo que se disculpa mientras lo insulta, consiguiendo un somnoliento quejido que se ahoga cuando se acerca a su persona, rodeándolo probablemente de forma inconsciente.
Es un abrazo, uno que une todas las piezas que no parecían encajar durante el día…su vida.
Suspira, luego bosteza; por algún motivo sus párpados se sienten pesados.
Ojos cerrados, aire caliente chocando detrás de su cuello.
Pijamada o no, esa noche es confusamente agradable.
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idoltoons · 1 year
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No sé si antes había dicho este dato sobre Everett pero lo diré por si acaso...
Everett tuvo la suerte de nacer con un cuerpo muy fuerte y resistente. El detalle es que Everett, a pesar de ser bendecido con un cuerpo mayormente fuerte y resistente, tiene un punto débil. Una parte de su cuerpo no tiene la misma resistencia divina, ha decir verdad, es frágil como la piel y huesos de un humano recién nacido. Y esa parte es su cabeza, más exactamente, todo lo que conforma de su frente hasta la nuca. Desde muy niño ha tenido que proteger su cabeza con materiales resistentes para evitar daños que puedan no tener vuelta atrás. Los materiales de sus cascos nunca fueron duraderos, y muchos no resistían el estilo de vida de Everett. No fue hasta que una vez, un Bahir de 12 años, tras estar haciendo una rabieta porque Everett no le permitió que trajera más animales al palacio de su madre, este decidió frustrado golpearle en la cabeza. La fuerza de Bahir no fue medida, estaba molesto de no obtener lo que quería. El golpe de Bahir causo una herida que incluso fracturo parte del cráneo de Everett.
Everett cayo inconsciente...
Bahir entro en pánico y llamo a su padre, ambos lloraron de desesperación al ver que Everett apenas respiraba. La guardiana de la naturaleza busco a las hermanas del tiempo, y estas le aseguraron que Everett lograría despertar sano y salvo después de 14 meses, que es lo que tardaría Everett en regenerarse, una virtud divina que porta al igual que su hermano.
Everett por 14 largos meses, estuvo en cama sin despertar, pero las palabras de las hermanas del tiempo eran ciertas, pues Everett estaba sanando poco a poco de su herida. Para Bahir fue traumatizante la idea de casi perder a su hermano por su culpa, por lo que busco durante todos esos meses un material que fuera tan resistente que ni la fuerza de una deidad pudiera romperla. Claramente, para Bahir fue un caso perdido... No había material alguno que pudiera garantizar la seguridad de su hermano mayor.
Bahir decidió ir por su última opción, si no podía encontrar un material que cuidara de la cabeza de su hermano, entonces crearía ese material.
Bahir se presentó ante la entidad más aterradora de ese entonces, aquel que hoy en día se le conoce como "La Bestia".
Bahir le contó la situación de su hermano mayor a esta criatura, y le suplico que creara un material que pudiera proteger el punto débil de su hermano querido. A cambio, se comprometía a servirle eternamente. La criatura logró ver el arrepentimiento puro en Bahir, y quedo conmovido al ver que este haría lo posible para enmendar su error. Por lo que esta criatura, le hizo saber a Bahir que crearía el material más resistente que haya existido, uno que ni siquiera él mismo pudiera romper. Sin importar que pasaran los años, el material se moldearía a su portador, siempre protegiendo su cabeza. Lo único que le pediría a cambio al pequeño Bahir, era 2 costillas suyas, mismas que usaría para crear el material.
Bahir accedió a entregar 2 de sus costillas con él tal de asegurar el bienestar de su hermano. Aquella criatura, tomo ambas costillas del niño, y conjunto a un poco de su sangre, creo el material que había prometido. Una vez creado, Bahir espero ansioso el día que su hermano Everett despertara. Cuando lo hizo, Bahir entre lágrimas se disculpó con Everett por haberlo lastimado tan gravemente.
Everett acepto las disculpas he intento calmar a su hermano quien no paraba de llorar. Fue ahí donde Bahir le hizo entrega del material.
Everett conservaría tal artefacto hasta el día de hoy. No ha existido poder alguno que haya podido atravesar este material. Son pocos los que conocen el punto débil de Everett y el origen de su casco.
Everett lo usa por obvias razones casi todo el tiempo, es su artículo favorito en el mundo, pues lo ha protegido casi toda su vida, además que, para él, le recuerda mucho a Bahir. (Y no es de extrañar, tal objeto está hecho en parte de costillas de su hermano...)
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Quería derrumbarme golpearle el pecho y decirle que me había hecho daño y luego esperar a que se arrastrara y me compensara. Pero mi corazón temía que no lo hiciera, que tuviera que ver cómo él tenía con ella la vida que yo soñaba.
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mikrokosmcs · 5 months
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El  sonido  del  agua  recorre  las  tuberías  de  aquel  laboratorio,  sus  ojos  ahora  muy  abiertos  y  funcionales,  se  fijan  en  el  reflejo  que  un  espejo  le  devuelve.  Lleva  pantalones  holgados  y  va  descalzo,  la  camisa  blanca  sobre  su  piel  lo  cubre  de  la  total  desnudes,  pero  los  orbes  que  antes  brillaban  como  dos  perlas  muy  negras,  ahora  se  pasean  por  una  cicatriz  que  parece  un  ciempiés  recorriendo  su  torso  entero  y  carecen  de  real  vida.  Su  color  nunca  ha  sido  el  blanco,  tampoco  el  rojo,  pero  al  parecer  ahora  en  el  mundo  al  revés  ha  adoptado  todas  las  manías  de  su  doctor.  Yohan  era  blanco  y  prístino,  propio  de  la  ciudad  luminosa,  era  rojo  como  la  advertencia  de  que  algo  muy  malo  iba  a  suceder,  como  las  luces  de  neón  de  un  pasillo  donde  la  única  salida  estaba  al  final  y  el  doctor  Frankenstein  de  prótesis  en  los  ojos  que  los  hacen  brillar  como  una  liebre,  le  esperaba. 
Su  color  era  el  verde,  pero  todos  sus  tatuajes  en  la  prótesis  izquierda  y  especialmente  la  serpiente  que  antes  administraba  su  medicamento  para  el  oído,  carece  de  vida.  No  hay  brillo,  ninguno  se  ilumina  porque  todo  el  color  y  el  brillo,  se  lo  lleva  el  órgano  que  descansaba  en  su  pecho.  El  corazón  sangrante,  rojo  y  potente,  cada  palpitación  destellaba  un  color  muy  fuerte  y  tan  luminoso  que  muchas  veces  no  le  dejaba  dormir  en  oscuridad.  La  izquierda  se  alza  para  tocarse  la  cicatriz,  acariciando  las  suturas  y  los  puntos  ya  cerrados  y  tiene  el  pensamiento  intrusivo  de  utilizar  su  única  parte  robótica,  para  arrancarse  el  órgano  y  que  todo  terminara. 
Pero  con  ello,  acabaría  con  todos  alrededor  de  él
Es  una  bomba,  es  un  corazón  diseñado  para  un  cuerpo  perfecto  que  no  podría  morir.  Si  se  lo  arrancaba,  terminaría  asesinando  a  la  humanidad,  a  todos  los  sujetos  alrededor  de  él,  sus  padres  y  sus  amigos.  Nunca  podría  hacer  eso,  ni  aunque  el  desespero  de  vivir  como  un  monstruo,  le  haga  frustrarse.  ¿Qué  fue  de  Saem?  ¿Qué  sucedió  con  Taekyung  y  su  muñeca  asesina?  ¿todos  habían  simplemente  dejado  la  revolución  y  desaparecido  para  seguir  viviendo  en  el  sistema  que  conocían?  ¿Qué  sucedió  con  Hyewon  y  Mei?  Se  cuestiona  que  hizo  Yohan  con  Genesis,  como  es  que  “detuvo”  el  cerebro  y  no  lo  volvió  un  arma  de  destrucción  masiva.  Pero  nada  de  eso  puede  externar,  porque  a  quien  le  hubiese  cuestionado  todo  aquello,  no  existía.
Aquel  no  era  su  Yohan,  el  mismo  doctor  que  fascinado  le  explicaba  como  funcionaba  conectar  nervios  con  prótesis,  aquel  que  salvaba  animales  porque  eran  criaturas  indefensas  y  tristes  en  un  mundo  podrido  y  en  decadencia,  el  hombre  que  soñaba  con  conservar  la  humanidad  tanto  como  él.  Suyeong  alza  los  orbes  que  brillan  por  unos  segundos  para  encontrarse  con  el  Doctor  Frankenstein  a  través  del  espejo,  justo  como  solía  soñarlo,  parado  en  su  única  salida  y  deteniendo  cualquiera  de  sus  escapatorias.  Hay  una  sonrisa  en  su  faz,  siniestra,  carente  de  vida.  Ese  no  era  su  amigo.  Aguarda,  porque  siempre  tienen  la  misma  rutina,  cerrando  los  parpados  cuando  percibe  su  presencia  más  alta  y  más  ancha  detrás  de  él,  manos  quirúrgicamente  amputadas  y  cambiadas  por  prótesis  perfectas  que  no  tiemblan,  lo  rodean  para  alcanzar  los  botones  de  su  camisa  blanca,  Suyeong  nunca  gustó  del  blanco.  ❝  Debes  volver  a  aprender  a  vestirte,  Sully.  Somos  tu  y  yo,  en  esta  casa  de  muñecas,  pero  no  debes  carecer  de  decoro  ❞
Siente  el  aliento  golpearle  la  nuca,  erizando  los  vellos  de  un  cabello  recortado  casi  a  rapa  en  la  zona,  Suyeong  vuelve  a  abrir  los  parpados  para  revelar  un  par  de  ojos  que  brillan  en  carmín  para  encontrarse  con  unos  iguales,  ya  devolviéndole  la  mirada  detrás  de  unas  gafas  de  montura.  ❝  ¿Sin  hablar  de  nuevo,  mi  querido  amigo,  el  único  que  he  tenido?  Está  bien,  yo  puedo  hacer  toda  la  charla  ❞  A  Suyeong  nunca  le  gustó  el  rojo,  aunque  siempre  pensó  que  le  lucía  bien  a  Yohan.  Inclusive  si  aprendió  a  odiarlo  ahora. 
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7days · 2 years
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la difícil ✧ kim doyoung.
nombre: kim dongyoung. titulo: la difícil. interprete: bad bunny. palabras: 1998.
advertencia!: contenido sexual explícito.
a doyoung le molestaba que ella fuera tan indiferente con él, odiaba de sobremanera el verla reírse espléndida junto a yuta o cuando jungwoo le pedía que acomodara su cabello, deseaba tanto la cercanía que tenían, lo peor es que cada que intentaba acercarse su rostro quedaba neutral y respondía como toda la profesional que era, al muchacho no le gustaba que fueran tan estrictos en el trabajo, prefería una dinámica algo más acogedora pero no lo lograba. 
siempre la invitaba a las pequeñas fiestas que hacían luego de grabaciones o simples salida a comer en algún restaurante y siempre la respuesta era "no", era tan reservada manteniendo su vida privada lejos del trabajo que lo molestaba, ¿es que acaso a ella le caía mal? ¿por qué con los chicos se comportaba distinta?  ¡lo desesperaba!, lo consideraba inaceptable y un poco de mal gusto que ni siquiera los acompañara en momentos especiales, quería un poco de atención la chica pero no sabía cómo hacerlo, no lograba comprender por qué se robaba toda su atención sabiendo que podía tener cualquier a otra mujer. 
— ¿sabes? yo creo que si sigues mirando a (t/n) sólo harás que te odie más.— haechan se sentó a su lado descansando luego de grabar parte de sus escenas del nuevo vídeo musical, el menor pasó su mano por el cabello acomodándolo y luego dejó de mirarla.
—a todos nos parece extraño su comportamiento pero es superable, hyung.— se encogió de hombros dándole un sorbo a su botella de agua.— sin embargo, siento que a usted le desespera más.— soltó una burlesca risita y le picó el estómago con su índice sonriendo, doyoung sólo pudo golpearle el hombro.— no sabía que le gustaban las chicas difíciles.— 
rodó los ojos fingiendo total desinterés en lo que el muchacho le estaba diciendo.— que tonterías hablas niño, ya sólo cállate, no me gusta, además ambos sabemos que no puede haber algún tipo de relación.— se quejó empujándole con suavidad. 
—ay por favor, doyoung.— murmuro a lo que recibió un "modales, haechan".— sí sí como 
sea, pongámonos en el caso de que ella le hace caso, en equis momento, debe tener claro que nosotros guardaríamos el secreto de la mejor manera. somos casi hermanos así que descuide, aunque estoy más seguro que me haría más caso a mi que a ti, sin dudas, tú eres demasiado cuadrado.— se quejó como un niño pequeño y dodo sintió un repentino interés por saber cómo cambiar su personalidad. 
—¿entonces qué debería hacer para que me tome en cuenta?.— preguntó 
fingiendo no importarle demasiado. 
—mmh, creo que lo primero que debería hacer es intentar hablar con más seguridad, siempre tartamudeas como anciano al lado de una chica, es vergonzoso. oh, y sobre todo háblele de otras cosas que no sean trabajo, nosotros siempre hablamos de música o películas, al menos dígale si quiere ir al departamento con usted, pero a solas.— alzó una ceja en forma pícara cosa que hizo a kim preguntarse qué clase de vídeos era los que veía él cuando se quedaba 
a solas en casa.— háblele cuando tengamos que ir a comer, siempre se queda aquí. hyung, confíe en 
mi, lo hará bien, yo soy todo un experto en chicas.— sonrió alzando sus pulgares aunque se tuvo que levantar al escuchar que johnny lo llamaba a gritos. 
y el mayor se quedó procesando todo, demonios, ella lo traía loco, no dejaba de mirarla nuevamente, ¿cómo se podía ver tan hermosa?, con aquél jeans ajustado negro y esa sencilla blusa del mismo tono, que tenía un ligero detalle de la sm en la parte superior izquierda, era tan bonita con ese trasero que él quería deleitarse tocándolo y viéndolo. remojo sus labios con su lengua, sin dejar de fantasear con la contraria, por su cabeza sólo rondaba el querer follarla contra la pared tan duro que jamás olvidara su nombre y que por fin le prestara la atención que necesitaba.
se removió en la silla sintiendo como sus boxers ahora se hacían un poco más ajustado, prefirió apartar la mirada y enfocarse en otra cosa, colocó ambos brazos en su regazo cubriendo parte de su erección de forma disimulada, no obstante empeoró al ver que (t/n) se acercaba a él. 
— ¿doyoung? ¿se encuentra bien?. — preguntó frunciendo el ceño y colocó una de sus manos en el hombro del muchacho, él alzó la mirada nervioso asintiendo, no pudo hablar puesto que notó que todo el personal estaba saliendo de la sala de grabación.
— ¿estás seguro? puedo ir por algo para el dolor de estómago.— ella insistió. —no, en serio todo está bien.— le sonrió un poco y nuevamente miró como ahora el resto de sus compañeros salían de la habitación, haechan levantaba y bajaba sus cejas con entusiasmo, cerró la puerta detrás de él, dejándolos solos. 
no podía creer que iba seguir los pasos de coqueteo de un chiquillo, había caído bajo. 
—deberías ir a comer y descansar, en cuarenta minutos deben volver, no tendrá tiempo después.— 
relamio sus labios alejándose con cuidado para poder acercarse a una de las mesas donde habían botellas de agua y maquillaje. 
—¿(t/n)? ¿por qué me odias?. — preguntó arrugando su nariz suavemente, haciéndolo ver tierno e irresistible. 
ella se sorprendió y negó alzando suavemente sus manos nerviosa.— ¿de qué estás hablando?, por dios, jamás podría odiarte.— respondió dándole la espalda y fingiendo que 
ordenaba las cosas del lugar. 
—oh, vamos, todos se dan cuenta de como me tratas, es triste que sólo te desquites conmigo.— se levantó para poder ir a donde estaba ella, agarró su brazo suavemente para que se girara a mirarlo, cuando lo hizo, (t/n) se sintió indefensa y totalmente envuelta en el ambiente que el chico creaba. estaba encantada, fascinada y totalmente enamorada de doyoung. 
que creyó que alejándolo de tal forma ayudaría a mantener a raya sus sentimientos pero él siempre tan insistente. nadie en su sano juicio no caería con las redes de dodo, él siempre siendo tan tierno y caliente cuando se lo proponía, le encantaba la dualidad que tenían. 
—traes a todo el mundo loco aquí, pero mierda, no tienes idea de lo mucho que a mi me pones.— susurró cerca de su oído, haciendo que la fémina soltara un leve jadeo. — no dejo de imaginarte tocándote para mi.— confesó pasando sus labios por el cuello repartiendo húmedos y suaves besitos. 
—¿doyoung?.— musito ella a lo que fue respondida con un "¿uhm?".
— hace unos minutos, estabas cubriéndote una erección que cause, ¿cierto?.— le dijo con una voz tan delicada que se sintió desfallecer. 
—sí, fue por ti.— se alejó suavemente para mirarla dispuesto e incluso a ya ser alejado, para su suerte no fue así, (t/n) estampó sus labios con los del muchacho colocando las delicadezas manos en el pecho de éste. 
—sólo follame.— rogó al alejarse, se giró con rapidez, colocando su pecho y mejilla sobre la mesa,  dejando al tacto el redondo trasero con el cual él tantas veces pensó ensuciar de semen.
—castígame por las veces que me comporte mal.— chilló entregándose por completo.
 kim no desaprovechó, pegó su creciente erección la zona de la contraria, frotándose el uno al otro, le dio una leve nalgada y con un movimiento rápido le bajó el jeans junto a las bragas de color rojo intenso. el muchacho se hincó con cuidado, abrió las piernas de la asistente para poder pasar sus dedos por la vulva, gimió de inmediato ante la delicadeza y las frías falanges que estaban delineando. sus piernas flaquearon, tuvo que morder su labio inferior para no volver a emitir algún ruido, él sonrió para acercar su rostro hacía la zona y pasar su lengua humedeciendo  más, sólo escuchaba los pequeños ruidos que hacían, se levantó de inmediato después de un par de lamidas, sólo quería estimularla y por sobre todo ahora no podía perder tiempo, se fijó en el reloj blanco en la pared que marcaba que sólo habían pasado unos quince minutos después de que los muchachos se habían marchado de la habitación. 
suspiró bajo agarrando su duro pene, rozó con delicadeza los labios vaginales de la muchacha, 
sintió la tensión en su cuerpo que fue desprendida al llenarla por completó, comenzó a moverse de inmediato, su cadera golpeaba con el redondo y suave trasero de ella, gimió bajó y acercó una de sus manos hasta la espalda de la fémina, acariciándola por varios segundos sin dejar darle las continuas embestidas. 
—oh, nena, tu coño se siente tan bien.—le susurró mientras ahora enrollaba el cabello largo de la chica entre sus largos dedos, le jaló con suavidad acercándole el rostro al suyo, le gustaba escucharla gemir su nombre bajo y rogarle que le follara aún más fuerte, kim por supuesto cumplió con lo pedido.
le besó el cuello dejándole algunas redondelas rojizas en la piel alzó la vista fijándose en el reflejo del espejo que apuntaba hacia ambos, (t/n) imitó su acto ahora mirándolo con atención a través del objeto, doyoung se veía tan bien concentrado con la boca ligeramente abierta y agitado, sentía como los testículos del muchacho le chocaban con rapidez. las embestidas que le daban golpeaban hasta más adentro que ningún chico golpeó antes, apoyó su mejilla en la mesa mientras ésta rechinaba de tanto movimiento. su vientre bajo se repletaba de cosquillas que iban a terminar pronto en un orgasmo, el falo de él estaba completamente lubricado con los fluidos que se regalaba la menor, levantó un poco su camiseta para que ésta no estorbara y al sentir como la cálida vagina de (t/n) se hacía más estrecha, apresuró el vaivén hasta que ella soltó un gemido alto, tanto que se apresuró en censurarlo con sus manos. 
pero doyoung aún no había llegado, cosa que hizo sonreír a la muchacha que con una hábil acción se colocó de rodillas frente a él, alzó su mano para masturbarlo con poca delicadeza.
 —córrete en mi boca.— le sugirió abriéndola y sacando su lengua para que la punta del pene del chico se apoyara en ésta, ambos gimieron y asintió de inmediato. 
quitó la mano de la asistente para él comenzar a masturbarse, la miró fijamente sin poder creer 
que éso estaba sucediendo ahí en el set, realmente ni siquiera escuchó cuando haechan había entrado y salido de ahí con rapidez sin pensar que sus dos mayores habían acabado de esa manera. con su mano enrollada en su pene aún continuó, (t/n) con delicadeza chupó 
el glande justo en el momento en el que doyoung expulsó todo su semen, ella tragó sin problema alguno y con ayuda se levantó del  suelo. se acomodaron la ropa con algo se rapidez al notar la hora, el personal y sus compañeros de grupo no tardaban en llegar. 
—dime que volveremos a repetirlo. — dijo él mientras pasaba su brazo por la delicada cintura de la contraria para robarle un corto en los labios. 
—lo repetiremos las veces que tú quieras desde ahora.— respondió sonriendo y alejándose al escuchar que la puerta se abría llenando ahora la habitación de conversaciones y ruidos. 
de pronto se sintió un poco cansado y no era para menos habían pasado mucho tiempo follando encima de la mesa de maquillaje, se sintió casi incómodo al ver que parte del staff estaba ahí hablando, se sentó en el sofá y hyuck se acercó a su hyung con una botella de agua en la mano. 
— ¿así que funcionó mi truco?. estoy un poco traumado y asqueado, que vomité parte de mi ramen.— kim quiso hablar pero el chico alzó la mano cortándolo.— tú secreto está a salvo conmigo, y estará más a salvo si por un mes me llevas a tomar helado.— sonrió de forma infantil. bufó con suavidad y se cruzó de brazos, relamió sus labios al darse cuenta que (t/n) lo miraba de reojo en una de las esquinas, sonrió   involuntariamente, la había pasado tan bien que haría todo lo posible para permanecer más tiempo juntos, su chica difícil por fin había caído rendida a él. 
—está bien, me ayudaras a asegurar que en ocasiones el departamento quede vacío, necesito más de ella. — murmuró dejando de mirarla y enfocarse en su amigo que asintió con rapidez.
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myoongicm · 1 year
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Visita inesperada
El del pronóstico anunciaba fuertes lluvias y bajas temperaturas durante el fin de semana. Para t/n era perfecto, sino había tormenta. Los días de descanso serían tranquilos. Ya hasta había decidido que iba a estar debajo de una cobija mientras llovía.
Pero sus planes cambiaron cuando escuchó que alguien golpeaba la puerta. Realmente, no sabía quién estaba ahí afuera, pero pensaba que esa persona estaba loca. Afuera estaba extremedamente frío como para salir justo cuando llueve.
Se levantó sin ánimos. Alguien había interrumpido el plan que apenas iba a iniciar. Estaba a punto de poner su serie favorita para iniciar un maratón e incluso ya había encontrado la posición perfecta. Pero aquel extraño o conocido le arrebató eso.
Al abrir la puerta se sorprendió. Lo primero que hizo fue correr a traer una toalla para poder secar a esa persona.
"Dios, lo siento, ni siquiera te saludé, Bells", se disculpó t/n mientras le indicaba a Bella que entrara a su casa.
"Gracias, t/n. Fue muy lindo de tu parte preocuparte por mí", Bella sonrió.
T/n se volvió a ir. Esta vez fue a su habitación en busca de ropa cómoda. Al terminar su búsqueda, salió de ahí y le ofreció su ropa holgada a Bella para que se cambiara.
Bella se dirigió al baño mientras t/n le preparaba su bebida favorita.
Eran las 6 pm y deseaba saber por qué estaba allí. Amaba que Bella llegara a visitarla, pero no entendía el motivo de su visita.
- - -
"La bebida está muy rica. Agradezco mucho todo lo que haz hecho por mí", dijo Bella mientras abrazaba fuerte a t/n.
"Bells, ¿por qué no usaste una sombrilla? Ahora es muy probable de que te enfermes", preguntó t/n seria.
Bella comenzó a jugar con sus anillos.
"Es que...la olvidé en la cafetería. Mi amiga me tendió una trampa, se suponía que iríamos solos, pero me di cuenta que era una cita doble. Entonces, tan pronto como pude me escapé y dejé mi sombrilla", confesó en un tono bajo.
"¿Tan mala era la cita?", bromeó t/n mientras le colocaba una cobija alrededor de su cuerpo.
No quería que siguiera sintiendo frío. Quería golpearle por ser tan descuidado, pero al mismo tiempo quería darle un abrazo para transmitirle su calor y amor. Sin embargo, decidió retenerse.
"Pues la verdad la chica era dulce y linda, pero yo prefiero a mi chica linda... por eso estoy aquí, quería estar contigo, no con ella", confesó.
Los ojos de Bella empezaron a brillar, lo cual, era tan irresistible para t/n. Pero decidió tomar aquellas palabras como una broma. Bella no podía estar hablando en serio. Siempre  coqueteaba con todas sus amigas.
"¿Desde cuándo formo parte de tu propiedad?", preguntó t/n bromeando.
Bella siguió jugando con sus anillos. Lo cual, t/n pensaba que era extraño. Bella solo lo hacía cuando tenía nervios o ansiedad. Entonces su sonrisa se borró y se tornó en preocupación.
"Creo que me iré", anunció Bella, pero t/n le detuvo. Le abrazó fuerte. No quería soltarle, quería que se quedara y que ambos vieran su serie favorita. Incluso, quería que se quedara a dormir. Eso si sería el plan perfecto.
Ninguno rompió el abrazo y t/n pudo notar como el corazón de Bella estaba agitado.
"Bells, ¿pasa algo?"
"No lo sé, tal vez el hecho de que me acabo de confesar y me rechazaron", respondió en voz baja.
t/n rompió el abrazo y miró fijamente a Bella, mientras sus rostros se tornaban rojos al mismo tiempo. ¿Eso se ponía llamar conexión, no?
"Pensé que era una broma, lo siento. Aunque no es mi culpa, siempre coqueteas con todos, Ramsey", se excusó.
Bella tenía sus dudas, pero la incertidumbre le cansaba. Ya no quería seguir esperando ni pensar en los posibles escenarios. Así que tomó el rostro de t/n y conectó sus labios con aquellos labios rosados.
Y el mejor escenario posible sucedió. Su beso fue respondido por esos labios suaves que anhelaba besar desde hace meses atrás. Sintió que t/n también había estado esperando aquel momento por mucho tiempo.
- - -
T/n le tomó la mano a Bella mientras se dirigían al sofá. Y agradeció mentalmente que su amiga le llevó a aquella cita qué le impulsó a confesarse.
"Espera", dijo Bella mientras buscaba su celular.
Puso una canción llamada So into you de Atlanta Rhythm Section y tomó a t/n de la cintura.
"¿Me concedes el deseo de bailar contigo?", preguntó mientras alzaba la ceja, a lo cual t/n rió.
T/n sintió como Bella la acercaba más a su cuerpo y su corazón se empezó a agitar. Nunca había podido admirar aquella sonrisa tan preciosa de cerca hasta ahora...
Después de volver al planeta tierra, colocó sus manos alrededor del cuello de Bella.
Bella tenía confianza en sí misme, que incluso guiaba a t/n en aquel baile lento, pero romántico.
"Ramsey, ¿quién fue tu maestro o maestra de baile?"
"Pedro. Pedro me enseñó estos movimientos para conquistarte, ¿están funcionando?", le preguntó mientras miraba sus labios.
T/n le pegó en el brazo. Sabía que lo decía con el propósito de ponerla tímida y claramente estaba funcionando.
"Aww, estás sonrojada", sonrió lleno de ternura.
Sus manos recorrieron las mejillas de t/n. Y ella decidió cambiar el juego.
"Si esas palabras salen de esa boca irresistible, ¿cómo no lo voy hacer?", respondió y después le dio un beso.
Ahora ella era quien controlaba y derretía a Bella.
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ares-49789 · 11 months
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Cap 17.3
Un pitido inundaba la cabeza de Tobías, vió entre sus párpados los brazos de uno de los gorilas prepararse para aplastarlo, un humo negro detuvo al gorila, regando al chico con chispas
Vió a Helena golpeando el lado de su cabeza otra vez y sonrió, ya iban dos veces que caía al suelo, levantó su mano para hacer que la chica parara de golpearle, que supiera que estaba bien, la chica asintió y siguió moviéndose hacia delante, la ofensiva parecía ir bien
Y entonces todo explotó a su alrededor
Como si un botón hubiera sido activado el pitido de su cabeza fue sustituido por el sonido de sus alrededores, su cuerpo volvía a responder a la perfección, pero claro, su espalda seguía doliendo como el infierno
El color volvió al mundo y Tobías se levantó para encontrarse con una situación desesperada, el número de héroes en la calle había disminuido a un alarmante 10, contando entre ellos a Helena, que volaba dando vueltas a un gorila intentando dañarlo con sus discos, cosa que apenas funcionaba
Tobías suspiró y se crujió la espalda antes de recoger su arma del suelo
-¿Estás bien?- preguntó una voz, el chico miró a atrás y se encontró a un hombre alto, vestía un traje azul oscuro estilizado, la chaqueta del traje tenía un cuello que creaba una curvatura de la punta de los hombros hasta las mejillas, una máscara del mismo color que el traje y una notable cornamenta que decoraba su cabeza, Tobías no necesitó mucho para reconocerlo
-Deer King... - murmuró, el hombre asintió y tiró de su arco, una flecha azul brilló donde antes solo había aire y cuando el hombre soltó la cuerda un rayo azul atravesó el gorila que Helena había estado intentando eliminar
-¿Puedes pelear?- preguntó el hombre, mirando a Tobías, el chico se dio cuenta de lo alto que era, ya que le sacaba un par de cabezas, el chico asintió - Entonces vuela y acaba con todos los que puedas- dijo el hombre
-Lo haré - dijo Tobías, el chico despegó del suelo con su espada entre manos
[LIGHTSPEED]
El mundo se ralentizó, Tobías vió como el hombre volvía a cargar su arco antes de salir volando hacia los gorilas, uno a uno introdujo su espada en sus nucas, cortando los cables que bajaban por el lugar e inutilizando los robots a la vez, el chico se alegraba de que fueran anatómicamente correctos cuando al cortó la nuca del séptimo y último gorila, apenas le había tomado tiempo y aún le quedaba tiempo de velocidad aumentada
Tobías voló de vuelta junto a Helena y desde ahí observó el campo de batalla, la familia de portadores de antes se había quedado atrás defendiendo a unos cuantos héroes que habían sido derribados, el héroe con telekinesis seguía controlando piezas de los robots para acabar con ellos en masa, pero era demasiado lento
Sonrió antes de bajar para acabar con los más de sesenta centauros que quedaban, no necesitaba ser preciso, no necesitaba evitar sus lanzas, solo golpear donde más dolía
Y entonces el mundo volvió a su normalidad, Tobías se encontraba volando en mitad de donde el ejército de robots había estado, Helena voló a abrazarlo al ver como todos los robots colapsaron, el chico podía notar su abrazo a través de la armadura y sonrió, devolviéndolo con la misma calidez, el chico sonrió deseando que su casco desapareciera para poder besar a Helena en ese mismo momento, pero claro, no todo iba a ser tan fácil
El disparo del arco de Deer King le hizo mirar hacia atrás, la siguiente oleada de robots ya estaba preparada para cargar en contra del diezmado equipo de héroes, Tob��as agarró su espada con fuerza mientras reforzaba su agarre sobre Helena, que aún lo abrazaba sin decir palabra
-FALCON, VE AL CONTENEDOR Y RÓMPELO - la voz volvía a ser la de Deer King, el hombre se había acercado al grupo y parecía que estaba señalando al frente, Tobías miró a donde señalaba y se encontró con lo que parecía un contenedor de carga, de esos que usaban los barcos super cargueros que cruzaban el Atlántico todos los días, aunque claro, para llegar a este tenía que pasar por todo un campo lleno de enemigos
-Tengo que recargar- se dijo a sí mismo, Helena se separó de él y preparó sus discos
-Haré tiempo para tí - dijo la chica, sonriendo bajo su casco, Tobías apoyó su frente en la de Helena
-Te veo en un rato - prometió el chico antes de salir volando hacia la terraza del edificio más cercano, Helena levantó sus discos, que empezaron a brillar en su colos verde fosforito cuando la chica los preparó para el vuelo
No fue la única que lanzó sus ataques en ese momento, flechas azules cortaron el aire atravesando enemigos, cientos de escombros y fragmentos metálicos atravesaron centauros y escorpiones por igual, nubes blancas y negras colapsaron sobre los robots, se escuchaba el sonido de un gorila peleando contra un hombre con la piel de metal, portales que partían por la mitad robots, un grupo que atravesaba el ejército de robots gracias a un campo de fuerza morado
Toda esa gente que había estado peleando en pequeños grupos se había unido bajo un solo propósito, acabar con la amenaza que había surgido, todo esto gracias a una sola persona
Todos en el campo lo podían escuchar, escuchaban su voz como si estuviera a su lado, dando consejos y pequeñas órdenes, siendo la mente maestra de la batalla mientras apoyaba con sus flechas celestes
Deer king había hecho equipo con otro héroe, un héroe que no había podido pelear en la calle, Echo, el hombre ya entrado en años no era capaz de pelear directamente, pero se le daba genial extender sonidos por grandes espacios de esa forma, hacia que la voz del Rey se escuchara por todo el campo de batalla, subiendo la moral de todos los que peleaban, Helena dejaba que sus disparos fueran guiados por las palabras del hombre, a las rodillas de los gorilas, a la farola de al lado, a que rebotara con el escudo de fuerza, siempre haciendo un gran daño
Pero no todo iría bien, y eso lo supo cuando la voz que guiaba la pelea desapareció, Helena se giró y vió lo que había pasado
Y entonces lo vió, un robot, tan grande como los edificios que los rodeaban, había pisado donde Deer King y Echo habían estado segundos atrás, Helena lo miró con horror reconociéndolo al segundo, recuerdos llenaron su mente haciendo que lágrimas se formaran en sus ojos, ese robot gigante era igual que el que había acabado con sus padres
La chica apretó sus dientes antes de lanzar sus discos hacia el enemigo con un grito de angustia, pero sus chakram se quedaron clavados en la coraza de la gran máquina que se acercaba al grupo de héroes y entonces una explosión, justo a su lado
Helena cayó al suelo donde fue envuelta por la niebla gris que se extendía por todo el campo de batalla, su cabeza daba vueltas pero lo pudo ver, el brillo rojo que había estado esperando
La chica vió a Tobías transformado de nuevo, pero en lugar de cargar espada en mano hacia el contenedor el chico volaba hacia ella, si solo pudiera ver la cara de angustia que el chico tenía mientras la miraba a ella, tirada en el suelo no podría contener sus lágrimas
-¿Estás bien?- preguntó el chico, ayudándola a levantarse, Helena asintió, llevándose su mano derecha a sus costillas, le dolía mucho, tanto que sería difícil andar
-si, estoy bien- dijo la chica, levantando el vuelo lentamente, los héroes ya no estaban peleando solo contra el ejército, ahora también estaban peleando contra el gigante y ella no tenía tiempo que perder, pero Tobías la agarró de la mano, evitando que volara más alto
-Helena - dijo- si quieres ayudar no te lances así - pidió el chico, volando para ponerse frente a ella, tomando la mano de la chica entre las suyas con cuidado
-¿Y qué quieres que haga?- preguntó ella, señalando al gigante - mira a nuestro alrededor, ¿qué más puedo hacer?- preguntó, al borde de las lágrimas, Tobías suspiró
-Usa tu poder - dijo el chico- sólo tienes que decir Oráculo, luego nos dirás que hacer- explicó
-¿Oráculo?- preguntó la chica, Tobías asintió
-toma tu llave y di eso en voz alta, esperaré aquí - dijo el chico, Helena lo miró por un segundo sin entender lo que decía hasta que por fin cayó, su llave, su prodigio
Helena se fijó en la llave que tenía incrustada en el pecho, el centro de su traje y donde todas las luces verdes convergían, la chica palpó el prodigio hasta que la sacó, era bastante cómoda al tacto, pero no era el momento de apreciar su prodigio, Tobías se alejó un poco, dándole espacio y Helena colocó la llave como si fuera a abrir una puerta
[ORACLE]
La punta de la llave se iluminó y un portal circular se abrió, era blanco con tonos azules muy claro y no se podía ver lo que había al otro, pero la chica miró a Tobías junto a la puerta, el chico sonrió bajo su máscara y ella dio un paso hacia delante
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Helena se encontró a si misma en una habitación totalmente blanca, no había signos de donde era arriba ni abajo, ni siquiera había paredes que limitaran el lugar
-¿Dónde estoy?- se atrevió a preguntar, a modo de respuesta dos personas aparecieron, era dos chicas pelirrojas, la primera parecía claramente más mayor, era más alta que ella por varías cabezas, mientras que la segunda tenía más o menos su edad y su altura, ambas mujeres vestían trajes blancos y azul celeste con temática de conejo, solo que la más joven exhibía una pequeña gorra para acompañar al conjunto
-La pregunta más bien es cuando estás - dijo la más joven
-Yo soy futuro - dijo la más mayor, dando una vuelta a la chica
-Y yo soy pasado- se presentó la más joven, sonaba como si se hubiera estado preparando para esa línea toda su vida
-Somos las guardianas del tiempo - dijeron a la vez, tanto así que sus voces parecieron una única
-Bienvenida a la casa del tiempo, portadora de la mosca, dinos, ¿Qué te trae por aquí?- preguntó futuro sacando un paraguas blanco de algún lugar solo para dejar caer su peso sobre él
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Tobías vió a Helena salir del portal nada más entrar, como si solo hubiera dado la vuelta
-¿Cómo fue?- preguntó el chico, no podía ver los ojos de la chica, pero si pudiera habría detectado que sufrían de lo que mucha gente conoce como "saber"
-Sé como detener a los robots - dijo la chica, abrazando a Tobías, el chico abrió sus ojos cuando escuchó las palabras que Helena le susurró a los oídos
-Así lo haré - dijo el chico, agarrando con fuerza el mango de su espada- Helena- dijo, girándose hacia el gran robot, pero sus palabras fueron cortadas por la chica
-Lo sé - dijo ella- yo también- Helena sonrió al ver a Tobías despegar directo hacia el gigante
El chico voló hasta la altura de las rodillas del robot, que estaban a la altura del piso en el que su familia vivía antes de que murieran, preparó su espada y suspiró antes de empezar a hacer lo que Helena le había dicho
[LIGHTSPEED]
Tobías soltó el aire cuando todo se ralentizó y empezó su trabajo, una vez tras otra comenzó a cortar la rodilla del robot, desgastando el metal con cada corte de su espada, un corte, dos cortes, tres cortes... Diez... Veinte... Cien... Y entonces cedió, el robot bípedo gigante empezó a caer hacia delante, hacia donde todos los héroes seguían peleando contra el ejército
Quería ayudarlos pero, y esto le costaba admitirlo, no podría, con lo que le quedaba de su poder el chico llegó al gran contenedor
El primer pitido sonó y todo volvió a su velocidad normal cuando Tobías cortó con su espada el contenedor como si fuera mantequilla, las luces de los robots se apagaron y cuando se giró llegó a tiempo de ver cómo todo colapsaba, como el robot gigante caía sobre los héroes
Tobías sabia lo que había hecho, había ganado, pero a qué coste
Tras un tiempo su transformación dió de sí y como Tobías, no como Falcon frame vió como los helicópteros sobrevolaban la zona destrozada, el chico se preguntaba porqué había tenido que derribar el gran robot antes de acabar con el contenedor mientras caminaba de vuelta a donde había dejado a Helena
Los equipos de rescate aparecieron poco después, cientos de héroes que buscaban entre los escombros a los héroes que habían peleado y a los civiles que habían tenido la mala suerte de quedar atrapados por la gran pelea
Tobías arrastró sus pies hasta llegar al parque donde había aterrizado junto a Helena antes de entrar en combate, el chico llegó al sitio donde había explotado al centauro y se tumbó en el suelo cubierto de hierba como si fuera un colchón, el cielo comenzaba a enrojecerse cuando escuchó los pasos cerca de él, nerviosos y silenciosos de más, al contrario de cómo solían serlo
El chico dió unos toques en el césped a su lado y extendió su brazo izquierdo, notó como Helena se tumbaba a su lado y usaba su brazo como una almohada, Tobías la acercó y dejó que la chica humedeciera su camiseta hundiendo su cara en su costado, no habló, ninguno de los dos lo hizo por un rato
-No había otra opción - dijo la chica, entre sollozos, como si se excusara por lo que había pasado
-Lo sé - contestó Tobías, besando la coronilla de la chica, cuya cara seguía hundida en su costado
-Te quiero - dijo la chica, levantando la mirada para encontrarse con la de Tobías, que sonrió antes de darle un beso en la frente
-Yo también te quiero- dijo el chico
-Hoy vamos a por chino- recordó la chica intentando sonreír, Tobías sabia que se estaba forzando a sí misma a hacerlo, pero no iba a decirle que dejara de hacerlo porque sabía lo difícil que era tener la muerte de personas reales a sus espaldas
-Seguro que mi abuelo invita si se lo pido- dijo Tobías
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Ya había oscurecido cuando Cristian escuchó a los perros ladrar y salió a la puerta, se encontró con dos adolescentes demasiado cansados como para mover un pie abrazados fuertemente de pie en mitad de la acera, el hombre sonrió antes de subir a los dos a habitaciones distintas y acostarlos en distintas camas, es verdad que tuvo ayuda de su mujer y los Kwamis, pero siempre diría que había sido él el que los había llevado a dormir
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baki-tiene-un-simp · 2 years
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Como sería una relación de pareja entre Jack y kureha? Siempre he pensado que esos dos se traen algo🍯, será Jack alguien romántico u celoso?
Situación: ¿Cómo sería una relación entre Jack y Kureha?
Jack X Kureha.
Estos dos tienen tan buena química que probablemente se traten como pareja mucho antes de formalizar las cosas.
Kureha es definitivamente la persona que mantiene a raya a Jack, no tirándole de la oreja como a un niño, sino que es la única persona que entiende al gigante y le apacigua.
Aunque no se contendrá si tiene que golpearle un poco para traerlo a la tierra.
Jack es definitivamente la persona que se encarga de cuidar de Kureha, mucho conocimiento en salud y en buenos hábitos, pero a veces se deja llevar por el trabajo sin descansar correctamente. Jack estará allí para recordarle que se cuide tanto como cuida a los demás.
Tampoco se contendrá si debe arrastrarlo y apagarle las luces para que descanse.
Es una relación bastante estable, ambos se sienten cómodos el uno con el otro; entienden sus situaciones; comparten experiencias e ideas, en general, bastante sincronizados.
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Si tengo que escuchar a otro adolescente pendejo lanzarse a atacar cosas por la indoctrinación de Agustín Laje cuando le digo que no vendemos sus libros voy a golpearle tan fuerte que parta su cráneo en 2.
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ambivxxlence · 2 years
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@xglaukoma​​​​
    Eran contadas las ocasiones en las que un animal se había cruzado en su camino cuando iba en su motocicleta, y esa era una de ellas. Un perrito pensó que sería buena idea correr hacia la autopista en el momento menos indicado, y para esquivarlo y que las cosas no acabaran demasiado mal, su única opción fue girar hacia un lado de forma abrupta, por lo que gracias al movimiento repentino y no muy bien maniobrado acabó cayendo al suelo junto con el vehículo. Debido a la velocidad a la que iba, recibió varios golpes, por suerte solo rasguños, razón por la cual fue capaz de ponerse de pie inmediatamente después del pequeño accidente.
    Antes que cualquier otra cosa, su reacción fue quitarse el casco y buscar al canino con la mirada para asegurarse de que se encontraba bien, suspiró con alivio al verlo sano y salvo correr por ahí, se sacudió un poco las ropas,  luego observó su alrededor esperando que nadie mas hubiera salido herido, y aparentemente no era el caso, por suerte la calle no estaba tan transitada a esa hora, la caída no había sido estrepitosa ni brutal y en general había pasado casi desapercibida. Fue rápido hacia su maquina para apagarla, levantarla y quitarla de la autopista, dejándola estacionada por ahí, fue entonces cuando su atención regresó al cachorro, que iba caminando como si nada tras un chico, no lo pensó dos veces antes de dirigirse hacia él a paso apresurado.
Tumblr media
- ¿Eres estúpido? - Preguntó con brusquedad una vez estuvieron frente a frente, parecía transmitirle con la mirada sus deseos de golpearle en la cara. - ¿Para que demonios tienes una mascota si no sabes cuidarla? - Continuó, sin considerar por un solo instante la opción de que tal vez el cachorro no pertenecía a esa persona.
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jartita-me-teneis · 5 months
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@DaniMayakovski "Debemos golpear a los palestinos con 10 plagas. Como está escrito en la Torá, debemos erradicar la memoria de Amalek. Hay que agarrarles de las piernas, con una mano fuerte, y golpearles hasta que griten".
Este es el coronel sionista Oren Zini, alto funcionario militar de "Israel", que volvió de Gaza hace solo unos dias, abiertamente en la TV del apartheid llamando a exterminar a los palestinos y a torturarlos.
Si esto lo dice orgulloso en una TV publicamente, imaginad lo que estos nazis harán con los detenidos en privado en Gaza, sin nadie que los vea.
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marsverick · 2 years
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marco temporal: 30 de noviembre, 2022.
locación: 2860 s. damen avenue.
advertencia de contenido: violencia, arma de fuego, sangre.
                                     from ashes, he rises.
Sanguinario. No importa cuánto intente ocultarlo, sabe que no puede asesinar a esa parte de sí que disfruta oír las súplicas de quienes sufren las consecuencias de sus decisiones. La sangre que tiñe dermis foránea es, para él, como la pintura que un artista vuelca por vez primera sobre un lienzo en blanco; su obra de arte viene acompañada por quejas adoloridas que él cataloga como la más dulce de las melodías, suficiente para brindarle cierta calma. Es un cuadro perfecto, pero aún no se encuentra satisfecho. La sonrisa curva que se hace presente en su rostro deja en evidencia que se trata solo del comienzo.
El joven que yace a sus pies cometió el mismo error que la persona que lo envió a seguirlo: creyó que el tiempo en Chicago lo había debilitado, que ya no era el mismo de antes. Incluso si no es poseedor de una inteligencia digna de ser destacada, hasta él puede darse cuenta que una persona con mucho que perder, aun después de que le arrebataran todo de las manos, es más peligrosa que alguien que no posee nada. Porque ya se vio despojado de sus seres queridos una vez, ahora se niega a permitir que la historia vuelva a repetirse; haría hasta lo imposible con tal de protegerles. 
El bate en mano se mancha con el líquido carmín que emana de las heridas de su víctima (quien se pasea visiblemente entre los límites del conocimiento y la inconsciencia) y salpica a su alrededor cuando vuelve a golpearle, esta vez atinando por la zona de sus costillas.
Dos hombres se mantienen de pie detrás suyo, observando la escena con aparente desinterés, pero Asher bien sabe que están atentos ante cualquier posible comando que su líder pudiera darles. Él no es más que un invitado a la fiesta, un pase que le otorga un poquito más de libertad; no se supone que deba estar allí en primer lugar.
Una corta risa se escucha en las cercanías, haciéndose más audible conforme las pisadas resuenan más cercanas. 
—¿Por esto te llaman «Az»? 
La pregunta lo obliga a detenerse en seco, manteniendo la mirada en el muchacho ensangrentado que se retuerce en el suelo.
—Por Azrael —replica, alejándose y extendiendo el bate a uno de los terceros—, uno de los cuatro arcángeles del Islam.
—No sabía que eras creyente.
—No soy.
Dominic le observa con detenimiento, esperando que finalice esa respuesta inconclusa. Incluso arquea una de sus cejas, invitándolo a continuar. Él bufa.
—Roy estaba obsesionado con cosas religiosas, le daba un falso sentimiento de confianza y creía que así no se iría al infierno por toda la mierda que hizo —explica—. Supuestamente, Azrael era el encargado de llevarse las almas de quienes morían, pero siempre bajo el mandato de Dios.
—Creí que los ángeles eran bondadosos —aporta uno de los hombres a varios metros de ambos, apoyado contra el automóvil de Dominic. El compañero a su lado refuerza el comentario con una sutil risa.
Dom resopla con entretenimiento; lo encuentra divertido. —Es cierto… Habría esperado que me dijeras que se debía a que te veía como un as bajo la manga, o algo así.
—También es por eso, pero no veo por qué debería andar dándoles explicaciones, trío de trogloditas. 
Roy siempre vio en él un muñeco fácil de moldear a su gusto, nunca le dio importancia a su complicada actitud, pues fue por esa misma personalidad que consideró haber descubierto un diamante en bruto. No le costó mucho crear un soldado dispuesto a todo, sin temor a las posibles repercusiones, pero leal como ninguno; es una lástima que el filipino se viera cegado por las pérdidas como para darse cuenta de que jamás sería capaz de traicionarlo. 
Con las manos en los bolsillos y un movimiento de cabeza, el japonés le indica a sus subordinados que terminaran de encargarse del quinto presente: el soldado de Lou. Repite la misma acción con Asher, pero a él le invita a caminar hacia otro lado. Con duda, al final decide seguirlo.
—Ya debes saber que no me gustan las mentiras, por eso seré honesto contigo. —Teniendo en cuenta que a ambos los traicionaron de la misma manera, por la misma persona, le es fácil mantener cierto grado de atención sobre el mayor a pesar de la desconfianza usual que siente para con todos. —Te tengo en la mira desde hace un tiempo ya, incluso antes de que Lou te jodiera —le confiesa, terminando por reír brevemente—. Debía estar pendiente de una de las más grandes amenazas.
—¿Me citaste para decirme que querías matarme? Anda, te recomiendo que tomes un puesto en la fila. 
—¿Matarte? No, todo lo contrario —corrige—. ¿Cuándo fue que acribillaste un auto de los AB? ¿Dos mil dieciséis? Lo recuerdo bien. Merecido lo tenían por hijos de puta.
Él también lo hace, aunque no fue el único involucrado como así parece pensarlo el mayor. Los detalles de cada capítulo de su historia son imposibles de borrar de su mente por mucho que lo intente; los mantiene ocultos de las personas ajenas a ese mundo, sin embargo, especialmente de su novio. Si bien no existe arrepentimiento por sus acciones, sabe que es mejor mantener a su seres queridos lejos de esa realidad.
—Hm —asiente, empujando el interior de su mejilla con la lengua—, ¿por qué no dices de una vez qué es lo que quieres?
—Quiero que trabajes conmigo.
Alza una ceja, parece estar esperando que añada algo más a esa propuesta.
—Conmigo, no para mí, hay una gran diferencia. 
—¿Cómo sabes que no te cagaré a la primera de cambio? 
—Sé que tienes demasiado para perder si aceptas mi propuesta y decidieras traicionarme.
Poner en peligro a sus seres queridos es algo común en ese mundillo (hasta él mismo se encontró del otro lado al convertirse en objetivo de los problemas de su padre), pero no por eso significa que se quedaría tranquilo frente a la idea. Son personas inocentes, a fin de cuentas, que nada tienen que ver con sus malas decisiones y no merecen pagar las consecuencias.
—No me gustan las amenazas, Dominic.
—No te estoy amenazando, Az, solo estoy puntualizando lo que sucedería en cualquier lado. —Al notar la desconfianza en su rostro, decide seguir hablando:— Necesito que alguien se haga cargo de mis negocios aquí, en Chicago, y eres tú el que se me vino a la mente. El dinero no te faltaría, lo sabes bien.
Tentador. Sabe cómo endulzar su oído. Después de perder gran parte de las ganancias de Alew en las deudas con Lou, vendría bien una fuente de ingreso que pueda asegurarle comodidad como tanto ha buscado en los últimos meses. Para Cael y Cleo, pero también, si tiene la posibilidad, para Stella.
—¿Qué tipo de negocios?
—Distribuir lo que ingresa del exterior. Asuntos que ya conoces, me tomé la libertad de asumir que aprendiste lo suficiente de Roy, que a su vez tuvo de referente a su líder. ¿Llegaste a conocerlo?
—Lo encarcelaron dos años antes de que me reclutara.
—Por supuesto… Pero no es de interés ahora, no hizo mucho más de lo que ya debes saber. —Conseguir que su pandilla logre extenderse exitosamente por las calles de Sacramento, que gane poder en otros estados por igual, e incluso se infiltre en la justicia y la política. En muchas ocasiones se liberó de caer tras las rejas solo por la corrupción de los oficiales de policía.— ¿Y bien? ¿Qué dices? 
—Lo pensaré.
Es la solución más fácil, el camino más sencillo para seguir. ¿Quiere hacerlo? Duda sobre sus pasos, pero quizá deba aceptar que ese estilo de vida será el único que conozca hasta el inminente día de su muerte. Pocas son las personas que consiguen escapar de ese peligro y no vuelven a caer en las mismas trampas, mas siempre supo que su destino se sellaría como el de su padre. O como el del mismísimo Roy.
—Jefe —es por costumbre que reacciona ante el llamado, aunque sabe que no va dirigido a sí. Un tercer subordinado de Dominic, uno que no vio con anterioridad, ofrece un movimiento de cabeza como saludo en su dirección y él debe devolverlo de la misma forma—, conseguimos un punto de encuentro.
Iris despojados de vida alguna hace meses, se encienden con entusiasmo ante la repetición de esa sentencia dentro de su cabeza. Después de tanto tiempo persiguiendo de cerca los pasos de Lou, parece que finalmente podrá obtener la venganza que desde ya cosquillea en la punta de sus dígitos.
Está harto de la paranoia que le persigue desde que abandonó Sacramento, pero más le pesa el tener que estar pidiendo ayuda a Dominic para que cuide las espaldas de su familia y amigues sin que elles se enteren. Las amenazas empeoraron tras la muerte del antiguo líder de la pandilla que le acogió por años desde su infancia, antiguos compañeros que ahora le persiguen con la falsa creencia de que fue él quien gatilló contra el filipino. 
—¿Qué esperamos, entonces? Estoy seguro que Az está más que ansioso por verlo de nuevo.
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2860 S. Damen Avenue. 
Aunque la locación trae malos recuerdos, la rabia que lo consume es mayor a la ansiedad que se libera en forma del sutil temblor en sus manos. Estacionado a varios metros, el Mercedes-Benz negro que conduce hace años (regalo de Roy), se oculta en la oscuridad junto a cinco camionetas del mismo color; en las mismas, Dominic y sus hombres permanecen atentos a cada movimiento que surge en la zona, dispuestos a ayudarle en caso de que las cosas se salgan de control. Si bien debería sentirse protegido, sabe que no es lucha de ellos, sino de él. Su pistola, escondida en el borde de su pantalón y cubierta por la camiseta blanca que lleva puesta, brinda un poco más de seguridad. 
Tan pronto divisa a quien etiquetó como su mejor amigo hasta hace pocos años bajándose del vehículo en el que llegó (acompañado, por supuesto), puede sentir la furia aumentando al punto de casi nublar su juicio por completo. Sabe que esa característica es la que Lou espera que tome control de él para verlo, como cientos de veces en el pasado, confundirse. Pero, no lo hará. Inhala. Exhala. Debe concentrarse y acabar con todo de una vez por todas.
¿Qué falló meses atrás? No fue consciente de sus alrededores. Esta vez, sabe que hay dos hombres detrás de Lou, cuidándole la espalda, y otro par a cada lado de la camioneta que lo transportó hasta allí. Minoría en comparación a quienes se encuentran de su parte, pues, en la conversación que mantuvieron por mensajes para acordar una reunión, le había dicho que se presentaría solo él.
 —Debo darte crédito, Az —su voz le molesta, siempre habla con el mismo tono despectivo. Como si él fuese inferior a pesar de todo lo que logró—. Imaginé que te escaparías y esconderías otra vez como la rata que eres.
No se muestra afectado por sus palabras. La paz que parece apoderarse de él es una que solo puede conseguir al tener los rostros de personas importantes en su mente; les utiliza como un ancla o luz guía con tal de no perderse en la oscuridad devenida de las más negativas emociones. 
—Es que nunca dejas de hablar mierdas, ¿eh? De escucharte nada más me dan ganas de llenarme la cabeza de plomo —comisura izquierda se eleva en una sutil sonrisa burlona—. Algo así como hiciste con Roy.
El japonés se ríe, como si acabara de escuchar el mejor chiste del mundo, pero él nota el nerviosismo que se oculta detrás de esa falsa seguridad. Los subordinados a sus costados, aunque serios, dejan ver un breve atisbo de confusión. Por esto, se lleva una mano hasta la boca y la otra al pecho, actuando sorprendido.
—Mala mía —comienza, estirando ambas manos en dirección a los otros a modo de “disculpa”—, olvidé que el inútil este les dijo que fui yo.
—Porque es la verdad.
El hartazgo puede verse en el gesto y voz del nuevo líder de su antigua pandilla. Sabe que, si presiona un poco más, probablemente termine quebrándose.
—La única verdad aquí es que me follé a tu madre —con el índice lo señala, mientras que una sonrisa se mantiene firme en su semblante—, pero no tenemos por qué hablar de eso. Sé que te avergüenza. 
Es consciente de la orden silenciosa que da el japonés al joven que tiene a su derecha, y por eso no se sorprende por el golpe que recibe de lleno en la boca del estómago. Consigue que se doble hacia adelante, con un brazo pasando alrededor de la zona abdominal, pero no emite queja de dolor. Lo necesitaba, sin duda alguna. 
—¿Por qué no acabamos con esto ya, Az? Me cansé de perder tiempo contigo.
El conocido sonido del tambor girando lo obliga a alzar la mirada y enfocar la misma en el revólver que lo apunta de frente. Sacar su pistola no es una buena idea cuando continúa estando él solo frente a cinco tipos posiblemente armados, así que no se mueve demasiado. De igual manera, una sonrisa se abre paso sobre su semblante en el momento que recompone su postura.
—Tú y yo sabemos que tienes la puntería de una vieja tuerta. No me jod… 
La zona de su hombro quema como mil demonios, pero ya es demasiado conocido. Aún así, una pequeña mueca de dolor cruza por un instante. El líquido carmín tiñe las telas de su camiseta y chaqueta, evidenciando la nueva herida que condecora la piel. Un roce, no ha sido nada más, lo que provoca un ronquido burlesco. ¿Nunca aprenderá?
Accionar del japonés desata un problema mayor, pues no pasan más de dos minutos antes de que más disparos se escuchen en el sitio. Cuatro cuerpos caen al piso frente a él, mas ninguno es el de Lou. 
—Tsk, era mi chaqueta favorita —reproche baila en el aire como sonido de fondo, sabe que antiguo amigo ya no le está prestando atención. El foco de interés ahora es el otro japonés que está de su lado. —Pues va, encontraremos cómo solucionarlo —intercambio de mirada se da entre Lou y Dominic, resultando inevitable la sonrisita que tira de sus comisuras—. Ah, puf, qué maleducado, no los presenté… 
El revólver vuelve a apuntarlo de frente, y si bien incita el guardar silencio, chasquea la lengua un par de veces mientras niega con la cabeza. Se hartó de estar bajo el poder de sus amenazas, de convertirse en una marioneta más para quien siempre estuvo por debajo de él. 
—No seas imbécil, eres tú contra diez, no llegarás muy lejos —informa, acercándose lo suficiente para que el final del arma choque contra su pecho. Podría estar equivocado, pero cree haberla visto en el pasado y conoce bien su funcionamiento—. ¿Te lo dio Roy? —cuestiona, ladeando el rostro—. El hijo de puta es tan inútil que no pudo lograr que su jefecito confíe ciegamente en él. Es gracioso, ¿no creen? —pregunta es dirigida a las personas que tiene detrás suyo, cubriéndole la espalda, pero solo obtiene miradas confundidas en respuesta.
—¿De qué mierda estás hablando? Debí matarte junto con él. 
—Menos mal tienes una segunda oportunidad ahora —menciona—. Presiona el puto gatillo. 
Dominic da un par de pasos hacia él, con una mano preparada para desenfundar su arma por igual. Él no se mueve de su sitio, expectante.
Los segundos transcurren con tanta lentitud que hasta llega a pensar que, por confianza errónea, todo se había acabado finalmente y no se trata de nada más que de un sueño. Solo confirma su teoría cuando el menor obedece su indicación y no consigue nada con ello. 
—De haber prestado atención sabrías que dejó de usarlo porque se traba después de gatillar una vez, inútil de mierda.
Sin tiempo a más, aprovechándose del instante de desconcierto ajeno, se abalanza sobre Lou. Cada golpe que le proporciona guarda el rencor de meses sin poder llevarlo a cabo; tantas frustraciones y enojos se vuelcan en los nudillos que arremeten de manera constante contra el rostro del japonés. El sonido proveniente de cada colisión lo impulsa a continuar con ese descargo tan necesario. Cada gota de sangre que lo salpica es un deleite, le fascina verlo de esa manera. Tan frágil, su vida dependiendo de nadie más que él. 
—¿Te pensaste que me ibas a vencer a mi? —Lou yace tirado en el piso cuando lo deja ir, pero va contra él con una patada dirigida a la boca de su estómago con la intención de dejarlo sin aire. Al final, flexiona las piernas para hincarse a su lado; manos apoyadas sobre sus rodillas. Tranquilo, por sobre todo, sabe que no tiene nada más contra él. —Podría matarte aquí mismo y acabar con mi sufrimiento, pero... Tengo una idea mejor —menciona, dirigiendo momentáneamente la mirada a Dominic. Es bueno que no se hayan entrometido—. Aquí tu hermano me puso al tanto de la cagada que te mandaste antes de acabar bajo el ala de Roy, no me sorprendió que resultaras ser una rata traicionera desde el inicio. 
—Al menos a ustedes no alcanzó a mandarles una balacera para matarlos a todos —comenta el hombre a sus espaldas, observando la figura inmóvil de su hermanastro en el suelo, antes de apoyarse contra el capó de una de las camionetas—. Será peor si lo envías de regreso.
—Qué va, no saldrá de Chicago... Tú te encargarás de eso —asegura, poniéndose de pie—. Rómpele las piernas, córtale la lengua, haz lo que se te de la gana, si a ti te cagó más que a mi... Pero mantenlo con vida. Quiero que me devuelva hasta el último puto centavo que le di —se lo piensa por un momento—. Más aún, que se consideren un impuesto por los daños causados.
—¿Debo considerar esto como una respuesta a mi propuesta?
—¿Qué parte de todo esto te parece una respuesta? —frunce el ceño, confundido—. Te dije que me des tiempo para pensar. Por el momento solo haz eso, seguro te sirve como carnada para algo después de que me pague —mientras habla, emprende caminata hasta su automóvil, pero se detiene antes de entrar al mismo. Desde allí, señala con el índice a cada joven sin vida que yace alrededor de Lou—. Esto lo has hecho tú, por cierto, y yo no he visto nada —se limpia las manos, metafóricamente hablando. Finalmente, termina ocupando el asiento del conductor y enciende el motor, preparado para salir de allí—. ¡Y no me llames! Lo haré yo si surge algo.
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