Tumgik
#hielo azul
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✧ ・゚algunas fotos que saqué en el sur argentino estas últimas dos semanas 🎀
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emvisual · 1 year
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Hielo azul en el Ártico.
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vuelode-irbis · 2 years
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Huevember day 21: my dear oc, Conejín, going straight into battle.
(he's an arctic hare, despite the name xd)
ID: a digital drawing of my oc, Conejin, an anthropormorphic arctic hare. He's riding a dragon that looks like a weasel, with horns, spines and a striped tail. Conejin is looking up, with a serious expression, holding a halberd with one hand and the dragon with the other one. The dragon is also looking up with an angry expression. End ID
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pricesugarwife · 2 months
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Devoción | John Price x Fem! Reader
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Estoy pensando en una colección de John Price como esposo y sus diferentes facetas. Si se preguntan de donde salió, les diremos que de mis ganas de tener un hombre fuerte que cuide de mí y la idea de John Luterano.
Reader es femenino pero no se mencionan los genitales. Es neutral en cuanto a raza.
¡Espero lo disfruten! 🩷
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El olor almizclado con el pino y las notas del picante whisky hacían cosquillas a tu nariz cuando escondiste tu rostro en la curva de su cuello. Por su parte, el hombre de brazos firmes te mantenían prisionera entre su robusta figura y el cómodo colchón que todavía permanecía caliente tras una noche de sueños dulces, reconfortantes…
La barba castaña dejaba una ligera picazón en tus parches de piel revelados por la vaporosa túnica rosa que te cubría escasamente. Cuando respiraste, embriagándote con el remolino de sentimientos y sensaciones que se apretaba como un nudo en tu bajo vientre, John levantó su rostro para que miraras sus apasionados ojos azules que ardían como las brasas congeladas de un gigante de hielo, poderoso, mágico y aterrador.
Tu mano se deslizó por la regordeta carne de su pectoral salpicado por pecas y cubierto con una capa de vellos rojizos que se enredaban en la piel tostada por el sol del desierto, como un cuerpo endurecido por la crueldad de la guerra pero que tú suavizabas con cazuelas de amor cada vez que regresaba a su hogar. Sentiste los latidos apresurados de su corazón desbocado, mientras te miraba con intensidad y acariciaba los contornos de tu figura, apretando la carne dulce y esponjosa.
“Te amo y cada día que pasa, crece mi devoción por ti, porque ahora me haces sentir más humano, digno de ser amado a pesar de lo que estás manos han destrozado”
Tu otra mano subió a su rostro, acariciando la barba espesa y desordenada, delineando la comisura de su boca y quedándote extasiada con la vulnerabilidad que te había mostrado. Nunca habías conocido un hombre que te amara con ese ímpetu, y mientras tu otra mano ascendí hasta el centro de su pecho donde reposaba la sencilla cadena de oro con una cruz que simbolizaba tu fe, correspondiste a su confesión:
“Siempre soñé con el amor, aun cuando pensaba que no era para mí y te encontré, y me abriste las puertas de tu corazón… John, eres más que digno de ser amado y cuidado. Prometí ser tu apoyo cuando necesites descansar”
Lo abrazaste nuevamente, besando su hombro, escuchando las promesas murmuradas en tu sien mientras sus ojos se llenaban de lágrimas que solo derramaría en la intimidad de su habitación.
“Eres mi único amor”
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coolpizzazonkplaid · 1 month
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La heredera del Infierno
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Aviso: En la estadía de Arctika, Adelina estará por varias semanas hasta incluso un par de meses.
Entrenamiento
Adelina despertó con el sonido de campanadas. Sus ojos tuvieron que hacer un esfuerzo titánico para abrirse y se levantó lentamente del futón. Se cambió el pijama y se puso el uniforme. Abrió la puerta corrediza y no esperaba ver el rostro Tomas.
–Buenos días –dijo y mostró una pequeña sonrisa. Un grupo de estudiantes se acercaron a mirar lo que ocurría y el gesto amable Tomas desapareció inmediatamente–. El Gran Maestro solicita tu presencia y ponte máscara.
–No la tengo –dijo la chica. Buscó en sus bolsillos, miró velozmente su habitación y no la encontró. Ante eso, Tomas acercó sus manos a la nuca de Adelina y tiró de la tela hasta mostrar una especia de capucha. Luego, sus manos fueron hacia su cuello y sacaron una especia de tela como máscara–. Ah, ahí estaba.
Soltó una pequeña risa e intentó acomodar la nueva parte de su uniforme, pero le fue imposible ya que hacía que su cabello se saliera de su cola de caballo.
–Déjame ayudarte con esto –el chico volvió a poner las manos en Adelina ayudándola a acomodar la máscara. Mientras la ayudaba, no se percató de que uno de sus dedos cálidos se clavó en uno de los ojos de Adelina.
–¡Ay!
–Perdón –dijo Tomas alarmado y la observó por un momento para corroborar el daño y si le puso bien la nueva parte del uniforme. Adelina sintió que sus mejillas se calentaban y agradeció que la tela cubría su rostro–. Siempre fue difícil ponérmela cuando era estudiante.
–Está bien, no hay problema –la tela la estaba asfixiando y no habían pasado más de pocos segundos de cuando se la puso. Tomas hizo un gesto con la mano, mientras caminaba y Adelina lo siguió–. No puedo respirar con esto.
Tomas soltó una risa pequeña.
–También me pasó eso siendo estudiante, pero te acostumbrarás.
Caminaron por los establecimientos del clan hasta un gran campo de entrenamiento. Estaba afuera, libre de nieve y estudiantes miraban a Adelina y Bi Han. Kuai Liang lo acompañaba, mientras observaba a la muchedumbre y caminó hacia ellos.
–Vuelvan a sus actividades –dijo mordazmente y los estudiantes se pusieron rectos. Kuai Liang los llevó a otro lugar y llamó a Tomas para que lo ayude. Miró a la joven una última vez y fue con su hermano.
Adelina enfrentó a Bi Han percatándose de sus ojos marrones gélidos y se le acercó, mejorando su postura. El hermano de Tomas parecía analizar cada detalle, incluso su respiración, pero Adelina se mantuvo impasible a sus ojos de hielo.
–Veamos qué te enseñaron en la Academia Wu Shi –habló Bi Han de forma mordaz.
Repentinamente, de sus manos emergieron escarcha hasta convertirse en antebrazos y expulsaron hielo haciendo que Adelina saliera disparada. Se levantó inmediatamente, se posicionó para el combate y arremetió contra su enemigo. Bi Han la esquivó, volvió atacar con una aguja de hielo, Adelina la rompió con un puñetazo, y le asestó una patada giratoria. Bi Han retrocedió, mientras la observaba Adelina lo analizó y supo a dónde tenía que atacar.
Bi Han creó una daga de hielo con sus manos repletas de escarcha y la embistió. Adelina se hechó para atrás de forma veloz y se agachó para evitar la nueva emboscada. Inmediatamente, le hizo una llave al brazo de Bi Han y trató de salir de su agarre. Poco a poco, comenzaba a dejar de forcejear, pero Bi Han logró escapar dejando una figura de hielo de él y pateó Adelina.
Se quitó la máscara para tomar aire, escupió sangre y se puso de pie tambaleante manteniéndose a la defensiva. Definitivamente, Bi Han era más difícil de estudiar sus ataques que su hermano, Tomas. El ninja azul le dio un gancho, luego otro, hizo una patada lateral y arremetió con un deslice de hielo en el suelo haciendo que Adelina cayera al suelo nuevamente. Intentó levantarse, pero Bi Han creó una lanza de hielo apuntándola al cuello de la chica terminando su pequeña pelea.
–Me decepciona lo que la academia te enseñó, Acosta –espetó Bi Han y se puso en postura firme. La muchacha se mordió la lengua para contestarle de la peor forma–. Es una pena que ni siquiera hayas desatado tu criomancia.
–No esperaba un combate, Gran Maestro –dijo Adelina e intentó ponerse de pie. Se limpió la sangre de la boca y se acomodó la ropa–. Tenía otras suposiciones sobre mi primera clase.
–La Academia Wu Shi te hizo débil –Bi Han siguió mirándola y los ojos heterocromáticos de la chica hicieron lo mismo–. Ellos mismos no pudieron detectar a una criomante ni siquiera sabrán cómo entrenarte. Recibirás el entrenamiento suficiente para desatar y controlar tu poder. No esperes amabilidad en tu entrenamiento.
Adelina se enderezó, mientras Bi Han le daba la espalda. Se fue caminando, pero al ver que la muchacha no lo acompañaba se dio la vuelta y le gritó:
–¡Camina!
Sintió las piernas como plomo por el combate, aun así, apresuró el paso. La llevó entre los tantos templos, donde los estudiantes miraban con burla cómo el Gran Maestro le dio una paliza. Llegaron a otra arena de entrenamiento donde Kuai Liang vigilaba los movimientos de ataque rítmicos de los alumnos y le dio permiso para poder seguir el entrenamiento, acompañando al resto.
Tomó una vara de madera y les siguió el ritmo hasta coordinar sus movimientos con el resto de la clase. Algunas veces, vio como los dos hermanos la estudiaban y se susurraban entre ellos, pero Adelina fingió que estaba concentrada en mover la vara.
Continuaron con esa actividad por varias horas más hasta que Kuai Liang dio la orden de hacer pequeños combates entre estudiantes. Adelina vio como la mayoría pasaba intentando dar lo mejor de sí e impresionar al maestro. Se sintió aliviada de que sonaran las campanadas anunciando el almuerzo, así evitaba pasar a combatir por el dolor muscular.
Durante el almuerzo, vio a los tres hermanos charlando animadamente, mientras ella disfrutaba su comida y las incesantes risas poco discretas de sus compañeros por su pelea con Bi Han. La mirada de Adelina reflejaba lo poco interesada que estaba de sus comentarios y trataba de dar su mejor mirada de asesina para evitar problemas.
Algunos susurros seguían siendo esparcidos para hacer que Adelina pisara el palito, pero mantuvo su buena postura e ignoró todos los comentarios sobre su persona. Si tenían algún problema con ella que se lo dijeran en la cara y no a escondidas.
Al terminar el almuerzo, un superior le dio un balde y una pala de madera para que continuara con la labor de la noche anterior, terminar de quitar la nieve de las entradas. Adelina tomó los objetos y continuó con la tarea. Lentamente, la primera entrada iba quedando despejada y más cómoda para caminar y Adelina dejaba la nieve a las afuera del recinto. Siguió con la segunda entrada, después tercera, hasta que las campanadas anunciaron el cambio de clase y donde la muchacha tenía que dirigirse.
Una clase de manejo de armas dirigida por Tomas. Todos eligieron un arma con las que pelear y, como en la clase de Kuai Liang, hicieron pequeños combates en los que Tomas corregía cada movimiento. La chica rezó para evitar participar en las prácticas por los dolores musculares y siguió observando como Tomas peleaba con uno de los estudiantes. Tras derrotarlo, el ninja gris los observó y sus ojos se toparon con la figura de Adelina.
–¿Quieres demostrar tus habilidades con armas, Acosta?
La muchacha maldijo por lo bajo y se puso de pie, llegando a unos pocos metros frente a Tomas.
–Con gusto, maestro –respondió Adelina resignada.
Había una repisa repleta de armas de largo y corto alcance. Dagas, cuchillos, espadas, hachas, lanzas, etc. Adelina eligió lo que parecía un cuchillo de cocina, era lo único que mejor manejaba gracias a las clases que tuvo hace tiempo con el Viejo Mario.
Se posicionó a la defensiva y Tomas hizo lo mismo con su karambit en mano. Se miraron uno al otro y Tomas fue el primero en atacar usando el arma como un proyectil con su magia de humo y Adelina lo bloqueó con el cuchillo. El humo llevó el arma a su dueño y atacó con una patada haciendo que la muchacha se alejara. Tomas volvió arremeter, pero Adelina lo impidió con su antebrazo, le asestó un puñetazo en el pecho e intentó embestir con el cuchillo de cocina. El traje gris del ninja quedó rasgado, miró el daño sorprendido y volvió a ubicar su karambit cerca suyo.
–Tienes habilidad, Acosta –dijo Tomas sonriente–. Pero eres muy lenta en algunos aspectos.
–De los errores se aprenden, maestro.
–Sí, espero que la Academia Wu Shi te haya enseñado corregirlos rápidamente –habló Tomas y se preparó para atacar–. Tu destreza en el combate es vital.
Adelina bloqueó un combo de golpes con toda su fuerza, pero el dolor muscular por sus actividades anteriores le cobraban factura. Volvió a enfocarse en su contrincante y atacó con un puñetazo seguido de una embestida con el cuchillo de cocina, pero Tomas la esquivó. Luego, usó su karambit como proyectil y Adelina lo desvió, aunque no pudo evitar que el muchacho se acercara velozmente. Intentó retroceder lo más que pudo, sin embargo, Tomas le quitó de las manos el cuchillo de cocina y con una maniobra hizo que la chica callera al suelo. Rápidamente, apuntó su karambit al cuello de Adelina dando por finalizado el combate de práctica.
–Peleaste bien, Acosta –el cuchillo seguía a centímetros de Adelina, pero Tomas lo retiró–. Te desempeñas bien, pero te falta aprender más el manejo de armas. Tus habilidades con las de corto alcance es bastante habilidoso.
–Gracias por el consejo, maestro –contestó la muchacha. En ese instante, Tomas le ofreció la mano y Adelina la aceptó con gusto.
Las manos de ambos se juntaron, y cuando se alejaban, Adelina sintió que sus dedos se tocaron y una electricidad desconocida la recorrió. Sus mejillas se calentaron, agradeció tener puesta la máscara de tela y caminó velozmente hacia su sitio, sintiendo las miradas de todos como un puñal constante.
Tomas siguió peleando con otros estudiantes hasta que las campanas sonaron y Adelina siguió a su grupo. En su caminata entre los pasillos, vio a las dos ninjas de la noche anterior hablando con Bi Han. Cuando pasaba con el grupo, la observaron momentáneamente y retomaron su conversación. Al mismo tiempo, los estudiantes hicieron una inclinación y siguieron su camino.
Las clases continuaron con normalidad hasta que las campanadas sonaron nuevamente para anunciar la hora de la cena y Adelina se sintió aliviada ante el sonido milagroso. Los músculos le dolían como nunca y extrañó las clases de la Academia Wu Shi. Con dificultad, se sentó en la mesa y soltó un pequeño suspiro aliviada de poder descansar.
Al recibir la comida, la chica la aceptó dichosamente y devoró todo su plato hasta dejarlo limpio y reluciente. Algunos compañeros, la observaron con risas y Adelina les devolvió la mirada hostilmente haciendo que volvieran sus rostros a sus platos, pero aun así siguieron soltando pequeñas risas.
Tras terminar de cenar, Adelina se aseó y sus músculos gritaron aliviados por cada gota de agua caliente. Se enjuagó bien el cabello negro y su cabeza se relajó con cada masaje en su cuero cabelludo. Salió de los baños con la mente más calmada y con el cansancio pesándole en el cuerpo.
Llegó a sus aposentos con pasos pesados y cerró rápidamente la puerta corrediza para evitar a sus compañeros. Ya bastantes la evitaban como la peste por ser una antigua estudiante de la Academia Wu Shi y no quería tener que confrontarlos o causar disturbios por los que el Gran Maestro se enojara.
Se acostó en la cama y se cubrió con las colchas hasta parecer un burrito. Sacó una mano para agarrar un libro que tenía pendiente y comenzó a leer, sumergiéndose en las palabras que se transformaban en imágenes en su cabeza. Con cada página, sus párpados empezaron a pesarle, las letras se volvían borrosas haciendo que Adelina volviera a leer la misma oración varias veces y dejó el libro al lado de su futón. Cerró los ojos gustosamente y, a la vez, temerosa esperando no tener pesadillas.
A los pocos días, buscó un lugar para poder enviarles cartas a sus amigos. En sus escapadas del almuerzo, encontró un palomar y los pocos soldados que quisieron hablar con ella le dijeron que las aves llegaban a la Academia Wu Shi. La muchacha intentó disimular su emoción y salió rápidamente a sus aposentos. Tomó una pluma de entre sus bolsos y papel, las puso en la mesa y comenzó a escribir.
Queridos Daniela y Mariano:
Espero que se encuentren bien en la Academia Wu Shi. En Arctika, las cosas son rutinarias y rigurosas… no sé si esto es la colimba como la que vivió el Viejo Mario, creo que estoy exagerando con lo que escribo. En estos días, no pude desarrollar mi criomancia, pero espero hacerlo pronto e irme. Bi Han sigue siendo el mismo amargo y creo que si viera a Mariano le daría un ataque de ira y dolor a su ego.
A veces, me escapaba de las horas del almuerzo para poder buscar el palomar. Por esta vez, Mariano tenías razón, ganaste. Además, estoy pensando dentro de poco ir a las ruinas de las fronteras de Arctika para ver si me faltó algo de mi investigación. Creo que encontraré respuestas, aunque sean pocas y quizás sobre el hijo de Hela, Kolbein.
Las comidas son ricas, pero extraño comer medialunas, vigilantes, milanesas, asado… No me atrevo a cocinar a escondidas porque hay guardia y no quiero causar problemas por las que Bi Han quiera matarme. A pesar, de esas nostalgias, intento adaptarme y volver rápido con ustedes y los demás.
Espero sus respuestas,
Adelina.
La chica corrió devuelta hacia el palomar, colocó el sobre en una de las palomas y la liberó, viéndola volar y alejarse más y más, hasta perderse en las montañas. Adelina se quedó unos minutos hasta que escuchó las campanadas anunciando que el almuerzo había finalizado. La muchacha corrió a seguir con sus labores con expectativas de que sus amigos recibieran su carta.
Las semanas siguientes transcurrieron lentamente en Arctika, los entrenamientos con Bi Han se volvieron más rigurosos y extremos con nulos resultados positivos en hacer que Adelina desatara su criomancia. Incluso, el Gran Maestro usó el combate y el silencio para hacerlo. Luego de que los entrenamientos con él finalizaran, Adelina barría los suelos y alrededores de los templos, también otras labores de limpieza con algunos principiantes. Al finalizar, retomaba sus clases con los otros hermanos de Bi Han y superiores. Clases de manejo de armas, estilos de lucha, meditación, sigilo, etc. Algunas, Adelina podía destacarse como en las armas de corto alcance y meditación.
Agradecía que no le tocó hacer guardia o preparar la cena por la ardua rutina que tenía constantemente. El resto de estudiantes podían manejarla de una manera tan tranquila que hicieron que Adelina envidiara su forma tan fácil de lidiarla. Todo el cuerpo de la chica parecía gelatina con cada día que pasaba y necesitaba un respiro.
En varias ocasiones, se topaba con Tomas, se saludaban gentilmente y volvían a sus labores. Otras veces, tenían pequeñas conversaciones que se esfumaban ante la presencia de otros estudiantes y superiores. Por otro lado, Adelina intentaba encontrar una forma de salir a las fronteras de Arctika para investigar las ruinas. Le costaba demasiado por la dura rutina y los guardias que custodiaban día y la noche, pero a pesar de esas incomodidades Adelina siguió sus tareas.
También, iba al palomar averiguar si llegaba una carta de sus amigos. Esperaba hasta que las campanas sonaban anunciando el fin del almuerzo y volvía a sus labores. Hasta que, un día, la paloma vino con una carta. Adelina, emocionada, la abrió y leyó su contenido:
Querida Adelina:
¡Te extrañamos mucho! Estamos bien en la Academia Wu Shi. Entrenamos bastante, pero conseguimos algo de tiempo para descansar y hacer otras cosas. Eso despertó las creatividades y manualidades de Mariano. Está empedernido en hacer una torre de radio con la electricidad que tiene el medallón de Raiden. Imagínate su estado de ánimo, harto y resignado. Tuvo que hacer todo un discurso para convencer a Liu Kang que lo dejara hacer sus inventos.
Kung Lao es casi su secretario, pero no soporta escuchar la música de Mariano, ni Raiden. Si estuvieras aquí, seguramente te parecería como canciones de cuna. Despiertas con heavy metal, comes con heavy metal y duermes con heavy metal. Además, hay cada explosión en la habitación de Mariano y cada ruido raro que me da risa.
Kenshi y Johnny siguen peleando por quien es el poseedor de Sento, siento que es la pelea por la custodia de un niño. Hace poco, casi luchan de enserio por la espada, lo único que los frenó fuimos nosotros… aparte de los maestros.
Por mi parte, no hay mucho que contar. Solamente veo cómo Mariano se mata así mismo, pero a veces lo ayudo, no tanto como lo hace Kung Lao. Estuve entrevistando a algunos maestros para una nota personal y para ver si les caigo bien. No creo que sea así, pero vale la pena el intento.
Te extrañamos mucho,
Daniela y Mariano.
P.S: El maldito me pidió que pusiera su nombre. Además, me dijo que te diera este aparato para cargar tu celular durante tu estadía en Arctika. Sí funciona y no te hace explotar.
Adelina vio el invento y le pareció maravilloso. Era redondo y metálico, emitía electricidad y cuando acercó su celular mostró que cargaba como lo hacía con su cargador. Guardó la carta y la máquina como reliquias y los llevó a su habitación en un escondite. Buscó una nueva hoja y escribió la respuesta, expresando todas sus emociones. Luego, fue al palomar, liberó a un ave con su carta y corrió a continuar sus actividades antes de que los superiores se enteraran.
Alrededor de esas semanas, se rumoreaban que harían noches más frías y algunos llevaban más colchas a sus habitaciones y leña cerca del establecimiento. Adelina le resultaba difícil de creer que podría hacer más frío del que hacía porque parecía que vivía en la Cordillera de los Andes que en montañas chinas.
Una de las noches, Adelina se quedó despierta mirando su celular, pérdida en las fotos que tenía con Daniela y Mariano. Pasaron pocas semanas, pero aun así los extrañaba al igual que a Kenshi, Kung Lao, Raiden y Johnny. Esperaba reunirse pronto con ellos y seguir con su vida, pero por ahora debía entrenar en Arctika. Adelina se quedó mirando una vieja foto en la que los tres estaban comiendo en una de las pizzerías de Avenida Corrientes, Mariano tenía un vaso alzando y las chicas sostenían una porción de pizza en forma orgullosa. Recordó ese momento, habían logrado conseguir una buena cantidad de dinero en sus trabajos y celebraron yendo al centro.
Pasó a la siguiente foto en la que estaban nuevamente, pero se encontraba el Viejo Mario. Adelina y Daniela eran más jóvenes de unos diecisiete o dieciocho años, estaban con su mejor ropa mostrando sonrientemente sus diplomas de graduación. El Viejo Mario vestía con uniforme militar para los dos actos de egreso del trío y se sentían orgullosos de poder compartir ese momento con él. Le invadió la nostalgia al recordarlo y cómo los cuidó antes de fallecer.
Los pensamientos fueron interrumpidos por los golpes a las afueras de la habitación de Adelina. Se levantó del futón, maldijo ante el abrupto aire congelado que la invadía, fue hacia la entrada para ver quién molestaba altas horas de la noche, frotando sus manos para conseguir algo de calor y abrió la puerta con dificultad. Se sorprendió ver a Tomas con su uniforme habitual de manga corta y una mirada preocupante. Sus ojos grises mostraban incertidumbre e hicieron que Adelina los comparara con la bruma de las madrugadas. Misteriosas y no sabía qué esperar de ellas.
–Tomas –dijo Adelina y tapó mejor su cuerpo del frío y de los ojos del muchacho. Se maldijo por lo bajo al decir su nombre cerca de los oídos de sus compañeros–. Maestro, ¿qué ocurre? ¿Qué hace a estas horas de la noche?
–El Gran Maestro quiere verte –contestó Tomas seriamente–. Pide que lleves puesta ropa de clima cálidos.
–¿Qué? Hace un frío horrible afuera ¿No se dio cuenta?
–Me ordenó que te llevara con él y con esas instrucciones. Él te dirá la otra parte de lo que quiere hacer esta noche –los ojos de Tomas se volvieron tranquilos y compasivos–. Si quieres lleva un abrigo, medias y un calzado.
Adelina lo miró por un momento y entró a su habitación cerrando la puerta. Eligió una remera de manga corta blanca con el logo del álbum “The Number of the Beast” de Iron Maiden, pantalones del mismo color con rayas azules, medias polares y unas pantuflas. Tomó una campera de invierno y se chocó con Tomas al salir apresuradamente. La atrapó antes de que callera y la miró por uno segundos para después recomponerse. Le hizo un gesto para que la acompañara y la chica lo acompañó, pasando entre pasillos oscuros hasta llegar a un área decorada con vasijas y retratos familiares.
Había alfombras y varias chimeneas dando calor, muebles decorados con armas antiguas, cajones, roperos y pinturas de guerras pasadas. En ese instante, Adelina se dio cuenta de donde se ubicaba, el área donde residía el Gran Maestro y sus allegados. Una zona prohibida para ella a pesar de que la curiosidad la carcomía cada vez que veía a los hermanos entrar y salir.
Tomas entró hacia una gran sala, por lo poco que pudo ver Adelina antes de que cerrara la puerta, y se quedó afuera caminando en círculos para obtener algo de calor. Sintió que sus piernas eran cubos de hielo y el resto de su cuerpo temblaba como una hoja. Se frotó los brazos en vano y siguió caminando por varios minutos.
Harta de esperar a que Tomas volviera aparecer o Bi Han la llamara, se acercó a la puerta para escuchar si la llamarían. La oreja derecha de Adelina tocó suavemente la madera y agudizó su audición lo mejor que pudo. Escuchó susurros entre los hermanos y gritos silenciosos seguido de pasos que se aproximaban de manera veloz y alarmó a Adelina. Se alejó de la puerta y comenzó a caminar en círculos nuevamente hasta que oyó el sonido de la madera abriéndose.
Tomas apareció, indicándole que podía pasar, fue recibida con la mirada gélida de Bi Han y se inclinó rápidamente. Volvió a poner sus manos cubriendo su pecho del horrible frío que hacía por más que las chimeneas dieran calor. Bi Han estaba sentado en lo pareció un trono con pieles de animales y sus ojos chocolate le lanzaron dagas a la muchacha.
–¿Para qué me llamó, Gran Maestro? –preguntó Adelina y bajó la cabeza–. Si no le molesta que la haga esa pregunta.
–Vamos a ver si esta noche puedes despertar tu poder de una vez, Acosta –dijo Bi Han poniéndose de pie y se acercó a Adelina–. Quítate el abrigo.
–¿Perdón? –un mal presentimiento la inundó y sentía que algo iba a salir mal de la situación.
–Quítate el abrigo –repitió Bi Han y su mirada se tornó amenazadora–. Vas a estar en el frío y no me hagas repetirlo.
–¿Por qué?
–Porque hará que tu criomancia despierte completamente –espetó Bi Han y alzó el dedo índice de forma represiva–. Y si sigues interviniendo me encargaré de hacer entrenamientos más duros y castigos extremadamente crueles.
La chica, resignada, se sacó la campera, medias y pantuflas y tembló locamente. El aire parecía ser miles de cubos de hielo que acechaban su piel descubierta y maldijo mentalmente de todas las formas posibles a Bi Han.
–Hermano, esto no es una buena idea –dijo Tomas y Adelina escuchó pasos acercándose, debía ser Kuai Liang–. Podrías ocasionarle un daño a su cuerpo o incluso matarla. Eso no le agradaría a Lord Liu Kang.
–¿Qué ocurre aquí? –preguntó Kuai Liang y salió de sus aposentos con una bata de seda–. ¿Qué hace Acosta en este lugar, Bi Han?
–Acosta despertará su criomancia –contestó su hermano tajante y volvió a enfocarse en Tomas–. Liu Kang no está aquí y si llegara a haber un problema con Acosta lo solucionaremos. Nos la trajo para que le enseñáramos la criomancia a nuestra manera.
–Bi Han, llevas entrenándola hace semanas, no creo que sea la mejor forma de hacer que su poder despierte –espetó Kuai Liang y se acomodó mejor la bata–. Deberías seguir con combate y meditación. Deja esto como último recurso. Padre no querría que te apresuraras en esto.
–No hubo ningún resultado –el tono de Bi Han se volvió oscuro–. Este es el último recurso. Sal al exterior, Acosta. Te vigilaré por si ocurre un inconveniente.
Adelina se quedó en silencio ante la discusión de hermanos y prefirió quedarse así que meter más leña al fuego. Aceptó con disgusto su destino y fue hacia la puerta que daba al exterior nevado.
El frío recorrió todo su cuerpo y quiso retroceder a toda costa. Miró una última vez la sala y comenzó a extrañar el calor que emergía de las chimeneas. Los rostros de los tres hermanos tenían diferentes expresiones, Bi Han reflejaba determinación y un aura amenazadora. El rostro de Tomas mostraba confusión y enojo y Kuai Liang miraba de una forma decepcionante a Bi Han.
Adelina puso un pie en frío suelo y sus dientes castañearon. Avanzó hasta quedar cerca de la puerta y seguía maldiciendo a Bi Han mentalmente.
–Debes alejarte del calor completamente, Acosta –gruño Bi Han–. Sino tu poder nunca despertará.
El rostro de Adelina reflejó enojo y caminó más lejos con los pies hundidos en la nieve alejándose del calor. El viento soplaba fuertemente haciendo que el cabello de Adelina se revolviera de un lado al otro. Su remera no le brindaba calor, sus pies ya no los sentía y temblaba como nunca antes lo había hecho en su vida. Sus dientes castañearon y Adelina se frotó los brazos para obtener algo de calor sin buenos resultados. Percibió la mirada penetrante de Bi Han a sus espaldas.
–Boludo de mierda y la concha de la lora –dijo entre susurros y castañeando–. La puta madre que te re mil parió, hijo de puta y la concha de tu hermana.
Para dejar de insultar, recordó canciones que le gustaban y comenzó a entonarlas para dejarla de pensar en el frío que estaba pasando. Se le dificultó memorizar cada letra por sus escalofríos y cantó desentonado por su castañeo constante. El cabello negro se le pegó constantemente a la boca seca, azotando cada parte de su rostro, haciéndole imposible ver su alrededor e intentó acomodárselo en vano.
Los minutos le parecieron horas o siglos, metida hasta la cadera en la nieve. No sentía sus piernas ni su cara, pero se mantuvo en su lugar, incapaz de poder hacer un movimiento. Extrañó con desesperación el calor y quería volver a la cama, el sueño la estaba consumiendo.
–Debo retirarme momentáneamente, Acosta –alzó la voz Bi Han–. Mi hermano, Tomas, te seguirá vigilando.
La chica no le contestó y siguió enfocada en cómo evitar morir congelada o por una hipotermia. A pesar del fuerte viento, pudo escuchar los pasos del ninja alejarse y quedó todo en silencio, como cuando estaba hace unos instantes, hasta que Tomas le habló:
–¿Estás bien?
–Me estoy cagando de frío –contestó Adelina dificultosamente–. No sé qué significa eso para vos, pero para mí es un no rotundo.
–Estoy intentando hacer que mi hermano recapacite de su idea loca –habló Tomas y Adelina volteó un poco para mirarlo–. Hasta Kuai Liang lo hace.
–Si quiere ver que haga que el clima pare, se está equivocando –dijo la chica frotándose fuertemente los brazos para tener movimiento–. Ni siquiera siento una sensación extraña o un llamado.
Una risa pequeña se escapó de Tomas, Adelina sonrió y sus mejillas se calentaron a pesar de estar en medio del frío.
–Lamento cambiar de tema, pero ¿qué demonio estabas llevando puesto? –preguntó Tomas fuertemente con curiosidad.
–¿Qué demonio? –Adelina volteó la cabeza, otra vez, haciendo que su cabello tapara su visión.
–El que llevas en la camisa –siguió explicando el muchacho–. Tiene una llama en la mano e hilos en la otra.
–Ah, no es un demonio –contestó Adelina con una risa pequeña–. Es Eddie The Head.
–¿Quién es?
–Es la mascota de la banda Iron Maiden –explicó Adelina con una sonrisa y se acomodó la maraña negra–. Es solo un personaje y la ilustración pertenece a la portada de uno de sus álbumes.
–¿Cómo se llama? –cuestionó el muchacho nuevamente.
–Me preocupa tu adolescencia. Te lo digo sinceramente, Tomas.
El muchacho río, Adelina sintió retorcijones en el estómago y el pecho comenzó a dolerle al igual que sus oídos. Volvió a mirar al frente rápidamente, pero no esperaba ver lo que tenía enfrente suyo. Una figura familiar, de cabello rubio y largo, rostro cuadrado y ojos azules.
–¿Mariano? –susurró.
Su amigo ni se inmutó ante su llamado, parecía que miraba hacia otro lado y Adelina vio que aparecían Kung Lao, Johnny y Kenshi. Pero el hombre tenía una roja en los ojos y una de sus manos estaba en el hombro del actor. Además, había tres desconocidos acompañándolos. Un hombre vestido de negro y verde, con una capucha ocultándole parte de la cabeza, una máscara cubriendo su rostro y Adelina creyó verle un tatuaje de espiral en uno de sus ojos. Un hombre calvo con heridas alrededor del cuerpo y lo que más le impactaba a Adelina eran sus dientes filosos. Por último, la que más le llamó la atención a Adelina, una mujer de cabello negro y ojos del mismo color vestida de blanco.
“Un demonio” pensó Adelina “Algo no está bien.”
–Tomas –llamó la muchacha. Sentía que el estómago le dolía más y la cabeza le daba vueltas–. No me siento bien. Quiero irme… ¿Tomas?
Volteó la cabeza y no lo vio, sino árboles con rostros de ojos verdes resplandecientes. Ese color abundaba por todo el mágico sitio, Adelina dejó de sentir frío y miró la escena que tenía delante suyo. Intentó tocar uno de los árboles con rostro, pero su mano lo traspasó. Comenzó a escuchar susurros por todo el lugar, no se había percatado de las voces que hablaban y recordó lo que le dijo Sindel.
“Es el Bosque Viviente.”
–¿Qué mierda es eso? –preguntó Mariano observando a la nada.
Pero Adelina vio a quienes sus compañeros espiaban. Eran cuatro extraños, dos hombres y dos mujeres que estaban caminando hacia una maquinaria extraña que irradiaba oleajes verdes. Esa… cosa, le dio escalofríos a la muchacha, le provocó asco, repulsión y le dio un mal augurio. Aunque uno de los cuatro desconocidos le originó desconfianza y mala espina. Un hombre calvo con dibujos en la cabeza, los ojos pintados y piel aceitunada.
Parecía discutir con uno de sus compañeros, tenía una joya roja y extraña como un rubí nunca visto por Adelina. Mientras Mariano y los demás observaban la escena, parecía que la chica de blanco sabía quién era el hombre. Comenzó a hablar:
–Un solo ladrón de almas basta para matar a cientos de miles. Si desplegara muchos…
“Ladrón de almas”. Le dio escalofríos hasta la médula, intentó recordar esas palabras en la Academia Wu Shi, tampoco los sueños que tuvo hace tiempo. Su memoria estaba en blanco. El miedo a esas tres palabras la tenía completamente paralizada y siguió escuchando la charla entre sus amigos.
Todos se pusieron de acuerdo y avanzaron hacia el ataque, Mariano alzó una ametralladora y en su espalda llevaba un rifle antiguo de guerra, el arma obsequiada por el Viejo Mario. Nunca pensó que la podría usar. Se lanzaron al ataque contra el hombre calvo y este se enfocó en la escalofriante maquinaria.
Entre los golpes de batalla, las manos del brujo se tornaron verdes como el aura del ladrón de almas terminando su conjuro. Las voces gritaron angustiadas, lloraban sin cesar y un grito femenino fue el más fuerte de todos. El bosque agonizaba, igual que ella y alguien más… Los oídos de Adelina fueron invadidos por quejidos de lobos, sus espeluznantes aullidos sin fin y lloriqueos… la estaban enloqueciendo… los gritos de femeninos se combinaron con los chillidos de las bestias haciéndose insoportables.
Las náuseas se volvieron más fuertes hasta volverse ganas de vomitar, la cena combinada con la bilis comenzó a subirse por la garganta de Adelina y salió de su boca manchando la nieve. Tosió fuertemente y su respiración se volvió pesada e irregular. No supo si en ese momento estaba gritando o Hela era quien lo hacía junto a los lobos.
–¿Adelina? –llamó Tomas Vrbada. Le pareció extraño que no haya contestado la pregunta, echándole la culpa a los fuertes vientos. Pero al ver que Adelina cayó a la nieve tras hacer arcadas y toser fuertemente, Tomas corrió hacia ella–. ¡Adelina! ¡Bi Han!, ¡Kuai Liang!
La chica tembló incontrolablemente y sus ojos estaban abiertos como platos. Soltó respiraciones agitadas y se le escapaba vaho por la boca dispersándose en el aire. Una parte de su cabello negro cubrió su rostro y se mezcló con el vómito. La recogió al estilo princesa y corrió hacia la puerta, uno de los brazos de Adelina colgaba inertemente, pero recobró la conciencia y se soltó del muchacho. Fue hacia la nieve nuevamente chillando y llorando como un bebé.
–¡No te me acerques! –gritó Adelina–. ¡Alejate de mí! ¡Todos aléjense!
–Adelina, soy Tomas –hizo un gesto con sus manos en señal de calma–. No hay nadie más que yo. Mis hermanos vienen para ayudarte.
–¡ALÉJENSE! –los ojos heterocromáticos de la chica reflejaban miedo, cayó en la nieve y con sus palmas se arrastraba por la nieve, apartándose del chico–. ¡BASTA! ¡NO ME TOQUEN!
–¡Bi Han!, ¡Kuai Liang! –gritó Tomas nuevamente. Intentó acercarse una vez más a Adelina, pero estaba completamente asustada–. ¡Vengan rápido!
Adelina se agarró su vientre y su rostro pasó a asco. Volvió a vomitar y cayó inconsciente. Al levantarla por segunda vez, Tomas se dio cuenta que estaba en el mismo estado que al principio, convulsionando y temblando sin cesar. La idea de Bi Han, sí que salió extremadamente mal. Cuando Tomas llegó a la puerta, Adelina volvió a gritar y patalear. Sus hermanos aparecieron y vieron el estado deplorable de los dos. Alarmados, los dejaron pasar y Adelina seguía gritando sin cesar.
–¿Qué le pasó, Tomas? –cuestionó Kuai Liang.
–No… no… no lo sé –dijo el muchacho. Los gritos de Adelina le impedían pensar con claridad–. Estaba bien y tosió… y… convulsionó…
–¡BASTA! ¡QUIERO QUE LOS CALLEN! –la chica comenzó a llorar y lágrimas emergían como cascadas de sus mejillas–. ¡NO LOS SOPORTO ESCUCHARLOS LLORAR!
Los gritos de Adelina se volvieron extremadamente fuertes y del suelo comenzó a surgir escarcha. Formaron púas haciendo que se dirigieran hacia la puerta y a otros lugares de la sala. Bi Han apareció y llamó a Cyrax y Sektor.
Tomas se le estrujó el pecho ver el estado desastroso de Adelina. Quiso hablarle, hasta incluso tratar de tocarla amablemente, pero no tuvo resultados. Él y Kuai Liang intentaron cargarla, pero se retorcía y seguía llorando sin parar.
–¡CALLENLOS, POR FAVOR! –volvió a gritar y dejaba a Tomas más confuso a lo que se refería–. ¡NO SOPORTO SUS GRITOS! ¡DÉJENME EN PAZ, POR FAVOR!
Adelina volvió a convulsionar, arquear su espalda y gritar, Tomas notó algo en la alfombra. Un líquido carmesí con el que vivió la mayor parte de su vida en Arctika… Sangre…
–Bi Han… Kuai Liang –el hermano menor señaló con el índice–. Miren.
El brazo tatuado de Adelina comenzó a sangrar y su remera blanca se manchó en la parte del abdomen. Tomas subió la prenda velozmente, su abdomen sangraba en donde estaban los tatuajes anatómicos. Buscó tela para quitar el líquido carmesí, pero Adelina se soltó nuevamente.
–¡NO ME TOQUEN! –las lágrimas inundaban su rostro. Sus mejillas estaban rojas y moqueaba sin cesar–. ¡QUIERO QUE ME DEJEN EN PAZ! ¡DEJEN DE GRITAR! ¡BASTA! ¡SE LOS SUPLICO!
Cayó nuevamente en convulsiones y vomitó una última vez. Tomas y Kuai Liang la recogieron y llevaron a la enfermería a toda prisa. Bi Han llegó con Cyrax y Sektor y se prepararon para tratarla inmediatamente. Adelina dejó de gritar, pero temblaba y susurraba incoherencias y Tomas trató, una vez más, de consolarla.
–Los escucho… están sufriendo –dijo Adelina y su mirada parecía perdida–. Ella está sufriendo… llora por su preciosa creación… está siendo corrompido… ¡AHHHH!
Escarcha salió por toda la camilla y los cinco lograron someterla. Cyrax le dio un calmante haciendo que los gritos incontrolables de Adelina se convirtieran en lloriqueos, luego respiraciones agitadas hasta lograr que descansara completamente.
Hubo un silencio sepulcral en la enfermería, solamente se escuchaban las respiraciones agitadas de los cinco y con cuidado soltaron a Adelina. Bi Han tomó su brazo derecho y limpió la sangre que emanaba de la extremidad. El trapo se teñía de rojo y Tomas limpió la parte baja del abdomen, mientras que Cyrax y Sektor preparaban vendajes.
–Te dije que no iba a salir bien, Bi Han –soltó Tomas, mientras pasaba desinfectante en el abdomen–. Ella no estaba lista para soportar el frío. Lleva pocas semanas en Arctika.
–Acepto que fui extremo, pero su criomancia no despertaba –suspiró Bi Han y su mirada se relajó, dejando su frialdad que le había ofrecido a Adelina. Siendo simplemente, el hermano mayor que era enfrente de Tomas y Kuai Liang–. En pocas semanas, pude despertar mi don y padre me enseñó a controlarlo. Ella necesitaba este cambio.
–Padre fue más cauteloso cuando estábamos desarrollando nuestras habilidades –dijo Kuai Liang, mientras observaba a sus hermanos.
–Podrías haber seguido por unas semanas más –espetó Tomas y observó momentáneamente a Adelina–. Antes de sacarla a una de las noches más frías.
–Este método era necesario y no volveré a repetirlo.
Kuai Liang siguió observando, mientras Tomas y Bi Han limpiaban la sangre. Tomas miró por un momento a Adelina. La remera blanca estaba roja, las puntas de su cabello negro tenían restos de bilis y comida, saliva en la comisura de sus labios y sus mejillas seguían rojas de tanto llorar con lágrimas que no se habían secado. Los ojos de la chica estaban cerrados como si estuviera en un coma, su rostro mostraba una paz que le resultaba difícil de creer y algunas extremidades se comenzaban a retomar color.
Los tatuajes le provocaban terror con solo mirarlos, más cuando sangraron sin ninguna herida. Tomas recordó que eran las mismas actitudes que Adelina tuvo hace meses. Cuando vino a Arctika y encontró esas ruinas antiguas. Le preguntaría cuando despertara. Por ahora, la muchacha necesitaba descansar.
Una vez desinfectada sus heridas, Cyrax y Sektor empezaron a vendar el brazo y el abdomen. Les pidieron a los hermanos que se retiraran para poder cambiar a Adelina y cubrieron la camilla con cortinas. Se miraron entre ellos, el primero en retirarse fue Kuai Liang, seguido de Bi Han y Tomas se quedó unos minutos más. Ante de que Cyrax y Sektor se fueran, le pidieron que si ocurría un inconveniente le avisaran en cuanto antes para así poder ayudar a Adelina.
Tomas la vigiló, parecía que estuviera en un sueño tranquilo, pero en algunos momentos, hacia muecas y susurraba incoherencias.
–Ella sufre… está corrompido… debe ordenarse… los oigo llorar…
El muchacho no supo cómo hacer para que se calmara y se preocupó que volviera a tener un ataque de pánico tan pronto. Pero verla dormida, hizo que sus nervios se desvanecieron lentamente y siguió cuidándola. Tomas se dio cuenta de que una parte de su cabello cubría su rostro, inconscientemente le quitó unos mechones recién lavados permitiendo ver su belleza. No se había dado cuenta de que en sus mejillas había un grupo pequeño de pecas, creando formas distintivas y hasta incluso constelaciones como las que recordaba en sus tiempos de cazador con su madre y hermana. Le resultó extraño no ver sus ojos ni escuchar su voz.
Rememoró los acontecimientos de hace unos momentos, al escucharla gritar, su pecho comenzó a sentir dolor, como un millón de agujas clavándose. Le dio pena verla llorar descontroladamente y más lo asustada que estaba de él. Esperaría a que a la mañana siguiente mejorase y pudiera decirle a él e incluso a Bi Han sobre lo que le ocurrió.
Se dio la vuelta, una última vez, Adelina seguía dormida y ya no lloraba ni hablaba. Salió de la enfermería y se dirigió a sus aposentos para un merecido descanso.
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Cronica #4
Un hombre con una mochila gigante caminaba de casa en casa,
"Enciclopedias, Diccionarios para las tareas de los niños" gritaba retumbante en la calle. Mi madre salía siempre como si lo esperara desde hace años, caminaba revisando los bolsillos de su vestido verde y sacaba unos fajos de billetes.
"Páguela en dos partes o páguela en cuotas de seis meses"
Parecía un viajero del mundo, con lentes de montura dorada y un pañuelo siempre en la mano. Mi madre empolvada y con el cabello recogido en un moño lo esperaba muy erguida, ella en la reja del jardín, saca su mano y lo dirige a casa.
Vaya para adentro que vamos a conversar los grandes, me decía y yo la veía sentada junto con el hombre cansado que le pedía un vaso de agua con mucho hielo y que revolvía con el dedo índice, los bloques flotantes en el vaso de la vajilla que solo se sacaba cuando un invitado importante llegaba. Hacían el intercambio y el hombre se despedía secándose la frente y caminando por la polvareda de la calle.
Bloques de papel se amontonaban en la sala y mi madre los observaba orgullosa y repetía en voz alta lo que siempre le reprochaba a la vida. - Yo hubiera estudiado Psicología por correspondencia - Me tocaba el hombro y volvía a la rutina de la casa y los tomos de la enciclopedia se quedaban en la sala acompañando a los otros que había comprado meses atrás. Sentía mi madre un gusto por los libros, en especial por los diccionarios ilustrados que dejaba abiertos siempre en alguna página aleatoria.
Yo siempre fui un niño solitario, me costaba relacionarme con los niños del barrio por mi inclinación natural a lo prohibido según las normas establecidas en ese pueblo. Corría y movía las manos, caminaba y flotaba, me detenía a mirar las flores o si hablaba mi tono de voz agudo avergonzaba a los hombres. No había reunión donde no tuviera que mantener mis manos en los bolsillos y con mi cabello peinado de lado me sentaba en una esquina mientras los demás niños jugaban con una pelota que yo nunca supe patear o con pistolas de plástico de alguna piñata que me parecía una locura. Yo que veía el juego de tazas de mi prima Anabel con sus florecitas bordadas y envidiaba sentarme con ella. ¡Qué horror! Hubiera sido aquel escenario. Entonces, convencido de mi desgracia, me quedaba sentado viendo a las amigas de mi abuela, o escondido tras la puerta, viendo el ritual de mujer de mi madre, polvos en la cara y rojo en los labios frente a ese espejo heredado con el marco grabado en madera. La belleza veía yo, del otro lado los niños en la sala me evitaban y si alguno se acercaba era retirado, pues era el hijo de los García que sembraba flores y se decoraba los pelos con izoras.
En la Biblioteca de la sala paciente me esperaban las enciclopedias y los diccionarios y buscaba las palabras que había aprendido. Cielo, Dios, Corazón, Castigo, Infierno y la palabra prohibida Homosexual.
"Persona inclinada hacia individuos del mismo sexo"
¡Qué espanto!, y cerraba de golpe aquel diccionario azul y borraba evidencia de haber buscado esa palabra alisando las páginas para que nadie sospechara que busco justo allí abriendo en libro, en la letra H cerca de la palabra Hogar, aquel horrible conjunto de letras que formaba esa palabra que cuando la decían en la iglesia significaba tormento, castigo, depravación.
Escogí entonces aquellas palabras amables, Poesía, Arte, Pintura y las ilustraciones hermosas me removían el espíritu de niño y en las noches hablaba con Dios diciéndole que me perdonara por interesarme en saber el significado de las cosas malvadas, de las cosas condenadas por los predicadores con traje que en el pulpito de la iglesia hablaban del amor de Cristo y de las consecuencias de no seguir sus estatutos.
Una tarde, Vicente Graterol llegó a la casa con dos libros. Era un hombre alto y poco agraciado, bebedor y electricista; no le temía a la corriente y arreglaba los cables de la casa cuando algún fusible se quemaba. Tenía en sus manos unos tomos de una biblioteca infantil; uno de esos libros se llamaba "El mundo de los niños" regaló uno a mi tía y otro a mi madre que, como siempre, una enciclopedia le recordaba a sus años de querer estudiar. Entonces, nuevamente junto con los demás libros, con una tapa dura y color marfil, me esperaba lo que fue mi mayor revelación. No cabía en mi duda de que aquellas imágenes me hablaban en el idioma que entendía. Veía los colores y las situaciones y comencé a sentirme acompañado por esos hombres majestuosos de mármol y cada ángel, paisaje o deidad antigua me miraba y yo me enamoraba de esos cuerpos bellamente iluminados y de esos rostros con ojos vidriosos. Fue mi primer amor el David de Miguel Ángel
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Mi misión:
Reparar cada pieza rota de tu alma envenenada de miedos, afinar la extraviada dulzura en tus notas para que te sientas segura cantando con tu voz de jilguero.
Aprender a preparar tus comidas favoritas para poder dibujarte sonrisas cada vez que te sientas decaída. Sé cuánto comer te llena de alegría.
Convertirme en el muso de tus poemas cuando nada te inspire a escribir, cumplir todas las promesas que en un pasado te han dedicado sólo para tus ilusiones herir.
En tu corazón, pintaré con colores vivos los recuerdos que hemos construido, para que no sea más un lienzo abstracto latiendo en azules y grises desentendidos.
Derretir tus labios de hielo con mis besos cálidos; si has vivido en el invierno, seré tu sol de verano.
Y si estás cansada del caos, limpiaré los estragos. Si no te gusta la parsimonia, te volveré loca.
Equilibraré en tus inseguridades un imperio hecho de fortalezas, y transformaré tus defectos en obras maestras.
Me volveré cursi y romántico. De todos a los que has permitido conquistar tu corazón, seré el mejor. Maduraré sólo para amarte correctamente y sin ningún tipo de duda o temor.
Estar enamorado de ti me convierte en un soldado que quiere dar todo de sí en la guerra por tu amor, pasar la prueba para ser digno de cumplir con la misión que me encomiendes para llegar a tu corazón.
-Dark prince
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senig-art · 1 year
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PARTE DOS EL REINO DE HIELO
La segunda parte, de esta historia antes de iniciar la historia original, espero y les guste o por lo menos lo disfruten.
Advertencia
Historia larga.
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La luna el dios creador de la perla más hermosa del cielo, aquella que adora todo el mundo, empezó a sentirse solo, por lo cual crearía a dos criaturitas que lo acompañarían, de la oscuridad necesita Ssenkrad, del frio nacería Eci ambos coronados como guardianes junto a él en nombre de la luna. Con el tiempo ellos crecerían y el dios de la luna le daría un regalo a cada uno que él llevaba consigo.
Un pequeño espejo que absorbe y reflejaba todo tipo de poderes y una joya que iluminaba mejor que cualquiera en la oscuridad. Estos serían conocidos como Ikuy y Ryue. Ikuy fue regalado a Eci, mostrándose ante ella como un hombre de apariencia tranquila pero firme de colores oscuros y fríos, mientras que Ryue al mostrarse ante Ssenkrad era un hombre mitad dragón de muchos colores, desde el azul hasta el rojo y estos se convertirían en los primeros protectores de estos dos niños.
Mientras más crecían cada niño pudieron crear su nombre en el reino de la luna, Eci con el poder de la luna logro crear otros guardianes que provenían de la nieve, estos serían los siguientes:
Hatsuyuki la búho de la primera nevada.
Nagoriyuki la Morsa de una nevada que prevalece.
Shusetsu el oso de la última nevada.
Pero esto no traería felicidad, no para su hermano, que con ella pudiendo crear y el no, el primer vistazo a los celos iniciaría y con ello la trágica historia de Eci. Pero por hoy no venimos a hablar de ello, de lo que hablaremos es de los guardianes de la nevada.
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Hatsuyuki es un búho muy inteligente y hábil con la magia, quien podía echar maldiciones y al mismo tiempo ser una sanadora para sus amigos, era divertida y reía con facilidad, pero cuando se trata de trabajo ella es estricta pues la eficiencia es su mejor don. La líder del grupo con dos amigos que eran muy simpáticos y gritones, siendo ella la sensatez en muchos casos.
Nagoriyuki una Morsa maculosa y alta, que a pesar de su apariencia intimidante, él es agradable y noble pero muy holgazán y muy dormilón cuando comía mucho, pero cuando se trataba de proteger él era un muro impenetrable y era difícil de mover, si él se quedaba dormido en un lugar específico solo Shusetsu podía moverlo a otro lugar. El segundo en nacer, después de Hatsuyuki una defensa increblantable y un espíritu justo en todos los términos.
Shusetsu era un oso simpático y temerario, aunque a veces era impulsivo y solía equivocarse en ocasiones, pero tenía un carisma único que hacía que la gente lo amara, creatividad era su segundo nombre, puesto que el con sus garras creaba esculturas para su dueña, pequeñas o grandes no importaba, por lo cual se darían cuenta que sus garras era un peligro, un solo golpe de él era una muerte segura.
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Y con eso empecemos con el primero.
Hoy hablaremos sobre Shusetsu el oso de la última nevada.
Shusetsu mide 1.80 cm, le gusta los pescados del reino lunar, pasar tiempos tranquilos con sus amigos y no le gusta los ruidos muy fuertes y chillantes.
Este mismo tenía un secreto que nadie sabias, el cual era que le gustaba su dueña y creadora Eci. Al principio creyó que era un sentimiento que se debía al poder de la luna, el cual consiste que todos aquellos que vieran al dios de la luna y sus hijos se enamorarían perdidamente de ellos, pero se dio cuenta que no era así, también creía que solo era un sentimiento pasajero y que con el tiempo se calmaría, pero tampoco fue así, cada que la veía, su corazón latía, sus suspiros por ella aumentaban, sus ganas de estar junto a ella eran más frecuentes, y cuando agarro valor para confesar sus sentimientos, el fatídico día apareció.
El dios de la luna, desterró a Eci a los profundo de la oscuridad, ellos no entendían porque, que hizo su dueña para ser desterrada, pero al ver al dios de la luna no veían ningún rastro de luz, solo oscuridad en su mirada, los tres se arrodillaron ante él y este les dijo cosas horribles, que merecían la muerte, pero Ikuy intervino, y los convirtió en sus guardianes, para que el dios los perdonara, y así fue.
Desde ese momento, la vida en el reino lunar fueron en decaída total, el dios les hizo prometer que no vería sus horribles rostros nunca, por lo cual los tres empezaron a ponerse una máscara que cubría su rostro, y el más afectado fue Nagoriyuki quien era insultado y golpeado por el mismo dios.
Cada día Shusetsu se sentaba al borde del reino de la luna viendo el fondo del mundo oscuro, preguntándose si debería saltar, pero todo el mundo temía a ese lugar.
El mundo de la oscuridad es un submundo del reino lunar, también gobernado por el mismísimo dios, pero allí abajo existen criaturas malignas y temibles, que si alguien muere allí, significaba una muerte sin descanso, pues aun muerto las pesadillas de ese lugar te torturarían por siempre.
Shusetsu quería bajar, buscar a Eci y cuidar de ella, pero el mismo miedo que lo rodeaban lo hacían no hacerlo, ni él y sus amigos lo podían hacer, el miedo era más fuerte. Y muchos sospechaban que el único ser que bajaría reamente sin miedo era el mismísimo hijo del dios Ssenkrad quien muchos sospechaban que era igual a las criaturas de abajo, pero faltarle el respeto con eso era considerado muerte.
Así, día tras día, Shusetsu se quedaba allí sentando, esperando ver algo de luz, la luz de Eci, y bajar por ella sin miedo a la oscuridad de abajo, pero nada.
Hasta que, Ikuy se rompió.
Ikuy es un espejo que absorbe y refleja cualquier poder, no hay poder que pueda con su don, pero cuando absorbe y no expulsa esa energía se le queda en su interior, el comúnmente la acumula para pelear, a veces había seres de la oscuridad que subían y el las eliminaba, pero con el tiempo el dios de la luna, lo hacía absorber con más frecuencia la luz del dios del sol, pero nunca lo dejaba expulsarlo, por lo cual se sentía pesado, y mientras más absorbía, más pesado se sentía, hasta que…su pecho reventó, haciendo que se volviera un espejo nuevamente.
El dios lo agarro, hizo llamada de Shusetsu y sus amigos, lo cual los obligo a convertirse en joyas para ponerlos en el espejo, para que al final, lanzarlo fuera del reino de la luna.
Podía ser el final para ellos, pero cuando caía una suave manos sostuvieron nuevamente el espejo con los tres guardianes, frías, pero suaves, esas eran las manos de Eci quien se veía diferente.
Eci reparo a Ikuy, y con eso pudo sacar a los tres guardianes del espejo, los tres al verla, se percataron que parecía poco más joven, como si el tiempo se hubiera detenido en algún punto, pero aun así todos al verla lloraron mares mientras la abrazaban, Eci lloro también, tenía a sus viejos amigos con ella nuevamente. Después les conto todo lo que paso, y por lo que paso junto al dios del bosque Forest. También menciono todo lo que hizo, y les mostraría el lugar que estaba ella creando, había pocas cosas, y había personas allí, pero cuando ellos se presentaron, estos no mostraban nada, no sentían nada, ni siquiera una pisca de dolor en su cuerpo.
Eci contaría que es incapaz de ponerles emociones y sentidos a sus nuevas creaciones, por lo cual eran incapaces de sentir algo.
Shusetsu, agarraría a uno, quien ni siquiera peleo y haría un pequeño rasguño, el cual el reno a quien se lo hizo, no mostro ni incomodidad ni disgusto, hasta se percató que ni siquiera sangraba, el poder de su reina ya no era tan poderoso, por lo cual las criaturas aquí carecían de muchas cosas.
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Así con el tiempo, todos empezaron a buscar un modo para enseñar algo de emociones, Shusetsu, fue el más entusiasta, pues empezó a enseñarles cosas que podían hacer, ellos no entendían, pero tampoco se resistían a nada. Shusetsu, empezó a mostrar cosas que podían hacer, desde hobbies como leer algo, correr o dibujar, o deberes como limpiar y practicar cosas, como si fuera una pequeña escuela. Algunos lo hacían otros no parecían interesados, pero con el tiempo muchos empezaron a hacer cosas sin la necesidad de la intervención de Shusetsu y los otros guardianes.
Las nuevas creaciones de Eci evolucionaban, para mejor o por lo menos así lo veían, pues una gran parte que ya no sentía nada, empezaron a sentir el dolor en las nuevas, lo cual parecía bueno, pero dificultaba un poco cuando se lastimaba de verdad, pues estos sentían mucho dolor y eran incapaces de soportarlo.
Hasta que, Eci creo a un pequeño lobo, llamado Orora, quien de todos, sonrió con mucha alegría y felicidad, era pequeño un bebe, a quien se lo dejarían con otro lobo llamado Raito, pero este lo tiraría al suelo en cuanto se lo dieron, Shusetsu lo golpeo, el cual si se quejó, por el dolor de su golpe, pero el bebe no lloro, es más Shusetsu lo sostuvo de nuevo y le hizo un pequeño pellizco, pero el niño no mostro disgusto, seguía sonriendo y riendo. Por lo tanto aún seguía siendo un progreso más o menos.
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En un momento, el cielo oscuro se dividió, mostrando a la luna, pero de allí bajaba alguien, no era ni más ni menos que el hermano de Eci; Ssenkrad el  guardián de la oscuridad. Todo al inicio era tranquilo, no parecía nada fuera de lo común, Ssenkrad solo venía a ver a su hermana, pero en su mirada no mostraba nada de felicidad o gusto, parecía que odiaba el hecho de que su hermana haya podido sobrevivir. Hasta que, en la oscuridad hubo una discusión entre ambos hermanos.
Ssenkrad envidiaba de su hermana por poder crear cosas, por poderles darle vida, por poder darles compañía, pero el, él siempre estaba solo, a él lo veían como a un monstruo, lo veían como a las criaturas que existían aquí abajo, algo al que temer, Eci no quería pelear con su hermano, pero sus celos empujaron a su hermano a empezar a atacar, los guardes se interpusieron, pero Ssenkrad hizo una copia de ellos, que eran mucho más fuertes, estos aun si los golpeabas podían volver a la normalidad y no se agotaban, mientras que el trio nevado sí.
Eci se defendía con lo que podía contra su hermano, intentando razonar con él, pero este solo le decía cosas más de odio, Eci no entendía, hasta que uno de los golpeas la alcanzo, derribándola en el centro del castillo, donde ella guardaba una luz artificial que Forest y ella crearon para iluminar el camino de Eci y que con el tiempo crecía.
Ssenkrad apareció frente a ella y camino lentamente acercándose a su hermana, despidiéndose de ella, hasta ir velozmente a por Eci, mientras ella en un ataque de desesperación uso la luz artificial contras hermano, ella vio cómo su hermano se evaporaba y los cielos se abrían, la oscuridad de ese mundo ya no existía se podía ver la luz de una luna brillando, pero Eci y al no verlo volver como lo hacía siempre su desesperación apareció.
‘‘PERDONAME…HERMANO, PERDONAME… VUELVE PORFAVOR, PORFAVOR VUELVE, LO SIENTO TANTO…NO QUERIA HACERLO…LO SIENTO…HERMANOOOOO’’        
Los gritos de desesperación se oyeron por todo el castillo, los tres guardianes la oyeron cuando vieron que sus contrapartes habían desaparecido, entendieron con dolor que Ssenkrad no volvería.
Ikuy por su parte en todo el tiempo estuvo en los lugares oscuros buscando algo, algo que había visto brillar sobre todo el lugar, su hermano Ryue. Cuando lo encontró Ryue lloraba, porque nunca pudo detener a Ssenkrad y a sus celos. Al volver Hatsuyuki le contaría todo lo sucedido con el maestro Ssenkrad, a lo cual Ikuy no pudo evitar derramar lágrimas por la muerte de él y el dolor que aparecía ahora en Eci, mientras que Ryue, también cayó desesperado por no poder proteger a su maestro.
Eci ya no le temía a la oscuridad, y allí aparecerían unos seres que se parecían un poco a su hermano, solo oscuridad pero unos ojos brillantes, así se estableció una unión entre ellos y Eci, Eci así podría recordar a su hermano, y cada nuevo año, en la fecha de la muerte de Ssenkrad se apagan todas las luces, dejando entrar a la oscuridad, pero este no hacia ningún mal, es más cuando se hacia el día siguiente, había adornos. El trio de guardianes empezaron a creer que aun con su muerte Ssenkrad intenta disculparse con su hermana, y Eci para disculparse con el deja a la oscuridad entrar a su reino. Y así inicio una paz nuevamente.
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Shusetsu al ver que el castillo cayo, empezó a construirlo nuevamente, pero esta vez le daba su propio toque, que combinaran con su reina, hielo de colores livianos, esculturas de hielo, torres y todos con un diseño único y hermoso, Eci parecía cada vez más feliz y eso le agravaba a él, pues ella elogiaba sus habilidades y cuando ella necesitaba un cambio en algunas parte del castillo ella lo llamaba y ambos veían una forma de mejorarla, así ambos volvieron a tener tiempo juntos, algo que Shusetsu se alegraba internamente, y al verla por fin estar en paz y riendo, al se sentía a gusto con esto, hacerla feliz ahora era su prioridad hacerla olvidar todo el desastre que había ocurrido, para que ella sonriera así siempre.
Hasta que un llanto nuevo llego al castillo, de la luz artificial, un pedazo de tela de la pelea con su hermano, una lagrima congelada de ella y de la aurora de la corona de Eci, nacería un pequeño niño, Dicember.
Eci al ver, lloro mares, pues este niño, era el conjunto de todo lo que ella hizo, la luz para un reino oscuro, la pérdida de su hermano, la sanación de este y la corona del reino, lo que lo hizo ser su hijo. Pues a diferencia de todos los demás, ninguno fue tan personal como Dicember, todo por lo que ella paso estaba en ese niño, que sentía, tanto las emociones como los golpes, el reino floreció nuevamente y la felicidad de Eci creció mucho más, pues su hijo, crecía sano y fuerte.
Dicember tenía el cabello blanco, los ojos azules con un brillo de cristal. Él era un demonio, pero uno bueno y audaz, que jugaba siempre con todo el mundo, junto a su mejor amigo Orora el pequeño lobo.
Todo era tranquilo, nadie se metía con ellos, ya se podía disfrutar un desayuno, comida y cena juntos, Dicember le gustaba practicar sus poderes con los guardianes, por lo cual Shusetsu fue su mayor compañero de lucha, estos hacían un juego en el cual Dicember tenía que enfrentarse a enemigos que eran también sirvientes de Eci diseñados por Shusetsu quien eran como esculturas de hielo pero con vida y se movían. Shusetsu era su enemigo final, pero Dicember nunca podía llegar a él porque terminaba agotado, Shusetsu lo elogiaba porque cada día llegaba más lejos y que tal vez en unos dos años más él podría llegar a él, aunque no aseguraba que le ganaría, a lo que Dicember hacia un puchero y luego ambos reían.
El trio nevado se encargaron de darle mucha felicidad a Dicember, Hatsuyuki le enseño  magia a Dicember, Nagoriyuki le enseño como usar magia de defensa por si acaso, y Shusetsu le enseño a como pelear, Ikuy lo educo como si fuera un futuro príncipe y cuando Eci quería enseñarle algo, este ya lo hacía, por lo cual ella hacia un puchero, pero se alegraba que lo amaran y siempre comían juntos, Dicember era muy hablador y reía con su familia, nada era malo, todo era paz.
Pero cuando Eci reunió a los guardianes y Dicember jugaba con Orora, Eci vio como un enorme sol apareció en su reino, ella podía sentir su calor, no era cualquiera si no el mismísimo dios del sol había bajado a su reino, ella no lo entendía pero su instinto la empujo a buscar a Dicember y al encontrarlo, Orora lo abrazaba con mucha fuerza, mientras lloraba, cuando ella llego el sol se había ido, pero al ver a Dicebmer vieron algo que casi la ahogaba.
Dicebmer quien se parecía a su madre, ahora tenía el cabello rubio claro, sus cuernos azules se tornaron de colores grises y su cuerpo, temblaba por el frio, el pequeño estaba muriéndose de frio. Eci lo agarro y busco desesperadamente algo que mantuviera en calor a Dicember. Ryue otorgo una alternativa, el soplaba fuego cerca del niño, el cual funcionaba, pero Ryue se agotaba de soplar y Dicember volvía a tener frio muy rápidamente, como hacer que sobreviviera un pequeño niño con frio en un reino helado, las ropas eran muy finas y no lo cubrían bien, no había lugar en el castillo que lo mantuviera cálido.
Eci hizo muchas alternativas, pero su poder como gobernante de hielo solo creaba cosas para que el ambiente fuera ese, frio, Eci no dormía, no comía, solo se centró en buscar una solución para su hijo. Shusetsu cada noche oía llorar a su amada, la sonrisa que mostraba ante ellos eran falsas, pues todos veían como decaía Eci ante la desesperación.
Llego a un punto de crear una máquina para poder almacenar el fuego de Ryue y que este llegara a la habitación de Dicember, la idea funciono, pero Dicember se sentía triste porque solamente se quedaba en su habitación, no se quejaba, pero era aburrido y ya no pidió hacer lo que más le gusta, estaba atrapado y eso entristecía a su madre aun si él no lo decía, ella se daba cuenta.
Eso alejo a Eci de todos, su lucha por buscar algo para darle calor a su hijo la ocupo todo los días, Shusetsu, intentaba animarla, pero ella se alejaba todo intento de el de buscar algo para hacerla feliz, nuevamente fueron fracaso, lo que poco a poco una voz en su interior domino su mente.
Mientras Shusetsu creaba una escultura de la gema del reino frio para poner en algún lado de las aldeas de las sombras, su mente empezó a divagar, algo le decía cosas, el empezó a pensar cosas malas. Se dijo para sí mismo ‘‘¿Porque todo el mundo quiere hacerla llorar?, ¿Por qué no podemos tener un momento de paz?, ¿Por qué cada día es peor?, ¿Por qué siempre la apartan de mí?, todos los días me esfuerzo para que ella sea feliz, ha sido mi deber todo el tiempo, pero no, todo el mundo la aparta y la hace sufrir, lo que daría para que ella no sufriera’’ Y de repente en su mente nació otro pensamiento, uno hostil y maligno ‘‘Y si Dicember se fuera’’ en ese pensamiento corto accidentalmente un pedazo de la joya cayo, mostrando ante el mismo unos ojos llenos de impotencia e ira.
Todo el mundo seguía intentando animar y enseñarle las mismas cosas que hacia cuando Dicember iba para fuera, pero Shusetsu dejo de hacerlo, Shusetsu creía que si siguiera viendo a Dicember no sabría que le haría, por lo cual intento ocultar esos sentimos nuevamente, pues estos eran de odio. Como podía odiar al hijo de su reina, lo peor es que cada día que pasaba era peor y cuando sus otros amigos aparecían y le preguntaban porque no veía a Dicember este al principio los ignoraba, pero llego un punto en la que el alzo la voz, y pelearon a gritos, hasta que Ikuy interfirió, dejando a Shusetsu irse.
Shusetsu solo quería paz, quería estar con ella, que ella sonriera, riera, le hablara, lo elogiara, volver a como antes, donde no había preocupaciones, y en su mente la única forma era.
‘‘Mata a Dicember’’
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Dicember no podía dormir, solo se acostaba en su cama hasta que escucho que alguien abría la puerta, Dicember al voltear y sentir el frio vio a Shusetsu quien no tenía una mirada muy agradable, Dicember lo saluda, pero este termina esquivando un ataque del mismo Shusetsu, Dicember intenta huir fuera de la habitación, pero recibió un golpe del otro brazo y lo saco fuera del castillo, Dicember cae sobre la nieva que evita que se lesione.
Todo el castillo escucha los ruidos, Hatsuyuki y Nagoriyuki bajan para buscar la razón del ruido, y al no ver a Dicember lo buscaron.
Dicember estaba huyendo en el bosque de pinos con el frio en su cuerpo, pero sus pies no se detenían por el miedo a Shusetsu, Dicember gritaba ‘‘porque, porque le hacía esto a él’’, Dicember confesaba que quería mucho a Shusetsu como un hermano mayor, pero este no respondía, hasta que este dio un golpe cerca de Dicember haciendo que este rodara y callera al suelo, pero esta vez sin poder moverse, el frio ya no le daba para más, estaba congelado y su cuerpo le dolía mucho.
Hatsuyuki y Nagoriyuki junto a Ikuy, al final los encontraron y miraban a un Shusetsu que se acercaba a Dicember, creían que él lo había encontrado, pero al ver que Dicember no cambiaba de su expresión de horror, se acercaron lo más rápido que podían, pero Shusetsu ya iba por darle el golpe de gracia.
Todo en ese momento se congelo, Hatsuyuki, Nagoriyuki e Ikuy no iban a llegar a salvar a Dicember, solo podían observar con horror el horrible destino del niño, cuando se escuchó un golpe atravesando algo, los tres cerraron los ojos, creyendo que Shusetsu había matado a Dicember, pero al abrir los ojos, vieron que un enorme bloque de hielo que atravesaba a Shusetsu.
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@dudd-ie
Las miradas de todos se dirigieron al lugar donde provenía la hilera de columnas de hielo y no era ni más ni menos quede la propia reina Eci, su mano temblaba y con una mirada de horror, mientras lagrimas caían de sus ojos, viendo como Shusetsu sangraba por el ataque de Eci, este diría el nombre de ella y caería al suelo.
Eci corre hacia Shusetsu mientras que los otros tres iban con Dicember Hatsuyuki empezaba a limpiar la cara de Dicember por la sangre que le cayó, mientras este veía horrorizado la muerte de alguien a quien quería mucho y su madre le lloraba, intentando sanarlo, pero este, se negó  que lo curaran.
-Eci…
-Déjame curarte…oh Shusetsu porque…porque hiciste esto…?
-Yo…creí…que…hacia lo correcto…usted sufría…día tras día…yo…solo quería que fuera feliz…
-Oh Shusetsu…tu…
-Lo siento…de nuevo…tome una decisión…que no me…correspondía a mi…
Eci lloraba mares, estaba muriendo alguien a quien ella apreciaba, alguien quien la acompaño en todo tipo de situaciones, los otros dos guardianes lloraban por su amigo quien parecía aceptar su destino, mientras que Ikuy solo miraba hacia otro lado.
En sus últimos momentos Shusetsu miro la luna, aquella que apareció cuando Ssenkrad murió y le pidió un deseo.
‘‘Mi señor, si aún existe misericordia hacia mí, pido perdón por mis acciones, pero por favor, déjame proteger realmente lo que ella ama, aun si yo no existo más, quiero proteger a su más amada creación, su hijo…quiero proteger a Dicember de su dolor’’
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@dudd-ie
Y una luz levanto su cuerpo y desapareció, pero cayó algo más, un chalequito de oso. Cuando lo vieron quedados en shock hasta que notaron un Dicember dormido, y lo llevaron rápidamente a su cuarto donde repararon todo para que volviera hacer una habitación cálida.
Al despertar Dicember ya no fue el mismo, ya no reía o sonreirá, solo se la pasaba estudiando y entrenando, pues el chaleco que estaba usando ahora solo aumentaba el odio que se generó hacia sí mismo, aun si lo protegía, aun si podría salir, aun si podría disfrutar lo que antes disfruto,  lo odiaba,  y guardaría sus emociones para el mismo, para no molestar a su madre, así como le enseño Shusetsu.
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Datos extras.
Shusetsu, era muy apegado a Eci aún más que Ikuy, él era quien la acompaña día y noche, pero cuando ella estaba triste prefería estar sola, lo que a veces molestaba a Shusetsu, porque creía que el suceso molesto mucho a Eci y el no pudo hacer nada para evitarlo.
Él es muy protector al igual de fuerte, además de alguien con un gran carisma, por eso Dicember lo quería mucho como un hermano, aun si al final este quería matarlo.
Shusetsu genero un trauma verdadero en Dicember, haciendo que el mismo piense que es culpable del dolor de su madre, por ello el pequeñín dejo de actuar como un niño y maduro demasiado, volviéndose el segundo más fuerte.
Shusetsu quería mantener su mente clara, por eso empezó a alejarse, pero algo lo invadió, algo que provenía de la luna, de la luna nueva, y lucho mucho con su mente, pero no lo logro.
Shusetsu a quien le pidió un deseo fue a la luna llena, el día en que ataco a Dicember la luna brillo mucho esa noche que era capaz de alumbrar todo el reino de hielo.
Eci para conmemorarlo, hay un día del oso polar en el reino, donde todos conviven y celebran con alegría, además de poner las comidas que más comía el, eso y hay algunas escultura de hielo de él, una en donde habitan algunas de las creaciones de Eci, otra en el bosque de pinos y la ultima en el castillo en una torre donde frecuentaba Eci y el para presenciar los amaneceres y las auroras boreales.
El trio nevado es el nombre de  equipo de Hatsuyuki, Nagoriyuki y Shusetsu, puesto que sus nombres están relacionados a eso. Hatsuyuki, cuando inicia la primera caída de nieve, Nagoriyuki, cuando la nieve va y viene y Shusetsu, cuando la nieve deja de caer.
Shusetsu sus esculturas favoritas son las de Eci y las de las flores, pues decía que quería hacer muchas para imitar la primavera, con sus colores y brillo que observaban del mundo de Forest.
Shusetsu era el compañero de prácticas de Dicember, pero tras su muerte Hatsuyuki tomo su lugar, además ella siempre aprecia todo lo que hizo Shusetsu, aunque se pregunta que lo empujo a hacer lo que intento hacer.
Shusetsu sin su traje, sus manos son semi normales, pues estas son manos humanas pero con garras grandes y almohadillas en las palmas y dedos.
El suéter de Dicember cuando este duerme pero se encuentra en peligro, el suéter pareciera que está vivo, pero en realidad es como una orden del propio deseo de Shusetsu, pues este no habla ni piensa, solo se mueve cuando Dicember está totalmente inconsciente, si esta consiente este nunca se mueve.
Eci probo primero el suéter, pues no confiaba mucho al principio, pero sintió en ella un verdadero deseo cálido, el de proteger y cuidar el amor. Eci entendió el mensaje del suéter y mientras Dicember dormía aun, ella se lo coloca y este deja de temblar de frio.
Dicember al principio odio el suéter, pero al no tener otra alternativa, empezó a usarlo, odiándolo y queriéndolo al mismo tiempo. Aunque también lo ayudo para mejorar sus poderes.
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Agradecer a @dudd-ie por permitirme usar los dibujos que realizo para mi y que ahora puedo publicar en esta historia.
Tal vez tambien los ponga en mi wattpad pero cuando este completo, con la ultima parte que será la tercera.
Eso seria todo por mi parte y gracias por leer. 💙💙💙
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leukiel · 1 year
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Entre sus manos yo no era más que un pequeño encendedor que dependía del calor de las mismas para poder cumplir mi función. ¿Sabes? Ella amaba el fuego y entre este elemento, ella falleció. Hay seres que portan dentro de sí una sustancia maestra, pero también es la misma que les lleva a la perdición. Podría decir que yo fui el responsable de su muerte, pero no lo fui del todo... ella accionó el botón. Le gustaba sentir el ardor de su piel cada vez que yo, con mi flama, le besaba la dermis. Era exquisita. Una muñeca de porcelana. En la inquietud de su pequeña boca, pude yo arder como jamás lo había hecho. De ser una chispa, me convertí en llamarada. El azul de sus ojos se tornó en lava de cientos de volcanes... y yo, yo la podía escuchar gemir entre todas esas explosiones. Ella estaba hecha de hielo, por eso le gustaba la pirotecnia, derretirse de vez en cuando y sentirse viva por un momento. No obstante, se enamoró ciegamente del ímpetu de mi azul que nada tenía de gélido. En muchos de sus sueños se observó radiante, convertida en incendio... entonces, después de intentarlo muchas veces, esa noche decidió casarse con el fuego. 'Derríteme, pero no me dejes gota, déjame ceniza para después desperdigarme con el viento. Yo quiero morir pues en esta forma... ya no me tolero, no obstante quiero vivir como el polvo, libre entre las ramas de los árboles, entre las hojas, entre los cerros y los cielos. Tal vez ceniza pueda yo alcanzar los altos mandos que yacen en los firmamentos, besarle las mejillas al sol y entre sus brazos convertirme en un destello. Irradiar al mundo mi calor... Y así tener la posibilidad de sonreír en las bermejas mejillas de un niño inocente, que sólo agradece por su libertad y está lejos, muy lejos, de los ojos de la muerte'.
Hoy ella es el rubor de ese niño pero también la gota que de pronto bellamente, rueda por sus mejillas.
—Leukiel.
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suckaysuamigos200 · 21 days
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para este tercer día de esta semana colorida hoy le toca al color azul con el líder de los frosticons parecido a un dragón de hielo que vuela por los aires y escupe hielo más conocido como flurr 💙🐉❄️.
꧁༺࿇༒☬♛ƁⱢǗẸ♛☬༒࿇༻꧂꧁༺࿇༒☬♛ƁⱢǗẸ♛☬༒࿇༻꧂
For this third day of this colorful week today it's the turn of the color blue with the leader of the frosticons resembling an ice dragon that flies through the air and spits ice, better known as flurr 💙🐉❄️..
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la-semillera · 7 months
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ESTHER FERRER & GUADALUPE GRANDE
Jardín de las variaciones
Aún no había llegado la maleta de los objetos perdidos, la caja de seda para los zapatos anfibios, es decir, el pequeño ataúd para tu mano.
Cegada por la luz de otros días, giras el rostro hacia la tarde: el caracol deja su baba transparente sobre la fotografía, una silla en el mar de los días y un muro de viento que empuja el brocal del recuerdo convertido ahora en ceniza, nunca estuvimos allí, a la orilla de aquel jardín, al borde de la distancia, en el párpado de aquel naufragio blanco, festejando las nupcias de los animales de la nostalgia en el umbral de la escarcha.
Y ahora miramos absortos las horas con la infancia atravesada en los labios, quietos, muy quietos, recostados en el muro de viento antes de que desaparezca este copo de ayer que arde en nuestra pupila: arde la muleta para el pie que nunca tuvimos, y en ese instante somos sólo eso, una ráfaga de miedo en el viento.
* Un mirlo atraviesa el jardín, lleva en su pico rojo la vela azul para nuestros años, lleva, entre salto y vuelo, la esquirla de hielo bajo su lengua de flecha, la gota de cera para la doble despedida de nuestra edad.
La cicatriz cruza el jardín hacia el agua, la vereda parte los días y deja una escama del silabario, una brizna de días en el monóculo del tiempo que se balancea en la dulce higuera, funambulista del extravío para la correa del lazarillo del porvenir. Imposible mansedumbre del vigía, inútil docilidad de quien se ata por vez primera los zapatos con el crespón de los átomos del duelo.
*
Sea el diente de leche quien tire del pomo de la puerta.
Viene y va la caligrafía del tiempo, viene y va.
Está lejos la luz y no importa, lejos las mariposas del olvido, las que callan su memoria, lejos la raíz del vocablo que florece en el aroma, lejos la cuchara con su hueco, con su nido de levadura, el pan ácimo lejos, lejos el pabilo, el aceite y la oscura leyenda del cuenco con su hondura, está lejos la vida y no importa.
*
Al otro lado de la vida, al otro lado de la infancia, al otro lado del jardín.
Todos se han ido y sólo queda regresar.
Giran los días, giran bajo la púa de nieve, bajo la implacable batuta del porvenir, hipótesis de luz en la sombra, al otro lado de la dársena, donde el ala pliega su duelo, donde el perro esconde tu mano en la grieta del muro y el pez muerde el sedal, la semejanza que hilvana el vestido para el viaje de las últimas cosas, la incesante madeja, fundación de penumbra en la penumbra.
Un soplo, un resplandor, la nieve. Hoy, mañana, nunca, cuando ayer y hoy son ya un mismo día en tu corazón.
Entonces, el regreso, para llegar al lugar donde la cicatriz siembra su íntima voluntad, texto borrado donde te sientas a escuchar los días mientras el mundo gira cuando cae la noche. Aquí.
_ Guadalupe Grande. de «Hotel para erizos» Calambur Editorial, 2010
_ Las cosas, performance, Festival Le Lieu, Québec (Canadá), 1990 © Esther Ferrer, VEGAP, Bilbao, 2018. Foto: F. Bergeron.
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mielebacii · 10 months
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Me gustan las conversaciones profundas las caminatas largas, los atardeceres, el cielo azul, los árboles, la noche con una luna profunda, observar las estrellas , una bonita sonrisa, el aroma de un buen perfume, perderme en un buen libro
la poesía, la música intensa que te hace vibrar el alma y cantar a gritos, la cama calentita cuando hace frío
los abrazos largos, el mate dulce, el aire limpio de un bosque, el agua con hielo, el helado, el chocolate, las risas que te hacen doler la panza al punto de quedar sin aire, el mar, la arena, el sol cuando me quema.
Hablar con Dios y reírme con él
Me gusta andar a pies descalzos, nadar, sentarme en el suelo, probar cosas nuevas.
Dormir en el pecho de la persona que me gusta y oír el latido de su corazón.
Beber un rico café con leche.
Besar mucho.
Hacer cartas
Tomar fotografías
Las personas auténticas
Me gustan los animales, sobre todo los perros y los gatos y abrazarlos con intensidad como si fueran peluches hasta que se harten de tanto amor, revolcarme con ellos en el suelo;
Me gustan los desayunos, comer pasta con salsa boloñesa; los postres en todas sus variedades
Me gustan las películas románticas, acción, terror y suspenso
Ver gente que sale con sus guitarras, micrófono a compartir su arte a las calles
Sueño con andar a caballo y galopar muchas horas
Amo dormir como un perezoso
Saltar como una loca cuando me hiperventilo
Reírme de mi misma.
Esto y muchísimas cosas más que solo se me da con muy poca gente de confianza, donde se que puedo ser yo misma sin sentirme incómoda
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inspiredwriter · 2 months
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*En la pista de patines*
Mayhem Leo and Mayhem Stefany :*patinan tomanos de la manos*
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Mayhem Stefany :*mueve sus orejas*jajaja Miau, Lee patinar es tan lindo y romántico 🥰😄🛼💞❣️💓💖 ¿mi amor puedo hacer una voltereta? 🥹🥰💗🩷💕
Mayhem Leo : sería con mucho gusto querida gatita 😄😉💕💗💞*suelta la mano de Stefany* pero hay que hacerlo muy cuidadoso😅😊💖🩷💕 No quiero unos chicos te empujen y te tiren al suelo o si te pisas tu cola por accidente 😠😤💓💕💝
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Mayhem Stefany : No te preocupes tortuguita estaré bien solo mírame☺️😉💖💗💘💞*patina lejos y hace una voltereta* jajajaja Qué te pareció mi amor? 😄🥰🩷💘💓💕
Mayhem Leo :*se sonroja* Vaya, pues te pareció muy bien tu voltereta cariño 😳😍💞💘💖💞(pensamientos💭) Oh dios ella patina tan linda como una hermosa patinadora de hielo🥰😄🛼💘💞💗💝❤️‍🔥
Mayhem Stefany : jajaja pues te agradezco mucho tortuguita azul 🤭😉💞💘💖*se tropieza* Aaay, estoy en perdido el control me voy a caer😱😰💦
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Mayhem Leo : ¡descuida iré a salvarte nena! 😁😄🛼💕💓❤️‍🔥❣️💝*patina hacia Stefany y tomate en las manos* te tengo te salve la vida 😉😊💞💘💖*abraza a Stefany en la cintura* para que no te cayeras ahora estás a salvo en mis brazos 😏🤗💞💘💖🩷
@inspiredwriter
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Mayhem Stefany: Thank you for saving me, Leo, you're my hero😯🥰💨💗💝💕 *Kisses Leo on the lips* Mmmuah~😚💋💓💖💞 Haha, but not faint because of my kiss, otherwise we will both fall to the ground😄🤭💗💘💝💞
Mayhem Leo: Ha, I'm falling for you, my kitty, but not so much as faint like sissy😘😏💗💓❤💕 (Thoughts💭) Oh, shell, what I say to Stefany is not at all what I think😣💖💘🩷💞 I find it hard to resist her kawaii!🥹😍💝💖💕💗 ...Control yourself, Leo, be a man, you're good at it😖😤✨
Mayhem Stefany: Aaw, you're so cute, little turtle☺🥰💖💗❤💞 *Listens* Leo, can you hear romantic music playing not far from us?🤨😃🔊🎶💓🩷💕 Let's roller dance to it😄🥰🛼💘💝💕
@swagreecrow
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imoonblaze · 2 years
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🌸Yina and art belong to @imoonblaze 🌸CrossoverMansion AU belong to @some-multifandom-stories 🌸Running mas belong to Seoul Broadcasting systen and LINE friend corporation.
❄Nombre: Yina ❄Edad: ??? años ❄Sexo: Femenino ❄Sexualidad: Heterosexual ❄Especialidad: Espionaje, combate cuerpo a cuerpo, artes marciales y hechizos de hielo. ❄Ocupacion: Agente secreta e ingenierja tecnologica y robotica. ❄Alma: alma de la justicia
❄Especie: gato ❄Altura: 168 cm ❄Peso: 55 kg ❄Habilidades: sentidos y reflejos agudos, artes marciales, espionaje, hielo/congelar y meterse a la mente de una persona con solo tocarla
❄Enfermedad mental: N/A ❄Enfermedad o lesionnfisica: N/A ❄Trauma: N/A ❄Fobia: N/A
❄Gustos: C.M!Dodi y C.M!Donn (les tiene cariño), el frio y la lluvia, comer helado, convivir, entrenar, hacer las cosas de manera justa, color azul, la calidez de un hogar, la robotica y la tecnologia, musica relajante, cantar, la lectura y el chocolate caliente.
❄Disgustos: que la gente se preocupe por su condicion, que alguien trate de lastimar a su familia y amigos, la injusticia, las mentiras, que bloqueen su campo de sentido, que la gebte piense que no es capaz de muchas cosas por su ceguera y la oscuridad.
❄Personalidad: linda, amable, calmada, noble, positiva, determinada ante todo, atenta, aprende rapido, responsable, valiente, fuerte, heroica, justa, con un corazon de oro, empatica y capaz de leer las emociones de los demas con solo escucharlos y algo torpe si algo obstruye su campo de sentido.
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mikrokosmcs · 12 days
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dasha  -  fae  /  tritón  -  25  años  -  10  de  junio  de  1999  -  géminis  -  hada  de  la  recolección  y  la  perfumería  -  fc:  choi  yeonjun.
Dasha es un hibrido entre un fae y una sirena, heredando los rasgos más caóticos de ambas razas. Es un juguetón, inquieto y activo como los faes pero también es insincero, maquiavélico y algo antipático como las sirenas.
Sus padres están separados, viviendo con su padre en la villa de las hadas hasta hace poco que se independizó. Suele visitar a su madre en el muelle, con quien platica sobre todo en la vida. No tiene capacidad de respirar debajo del agua, por ende, desde que nació ha sido una criatura terrestre.
Sus características más llamativas son sus ojos azules como el hielo y con una sola línea de pupila, finas manos con garras y dientes afilados retractiles que provienen de su lado materno. Tiene algunas escamas tornasol en las largas piernas, y sus alas son prácticamente transparentes, dando un destello azulino contra sol.
Su trabajo dentro de la villa es recolectar polen y pétalos de flores, siendo bueno para destilarlos y crear perfumería, cremas y maquillaje.
Es un omega, su esencia es lavanda y bergamota, con un toque acido de la naranja.
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anayka05ymewtwo06 · 1 month
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Profile Paldea Panamá
Nombre:Calyrex Azul (Paldea Calyrex Shadow y Calyrex Hielo)
Especie:Calyrex (Tambien Con Sus Corceles)
Lugar:Galar
Sexo:Femenino
Rank:Jinete de Galar. Guardia de Paldea
Gustos:Zanahorias cosechas telepatia. Comer en familia con Mew y Mewtwo
No le gusta:Noriega la Actitud de Mewtwo respecto a R34 debido a que las 2 Odian ese sitio. Gente con obcenidades. Irrespetos hacia Bayonetta.
Doblaje Mod:Voz latina de Bayonetta (De la Pelicula Bayonetta Destino Sangriento) Kitana (Toni R. Epd 🕊) Voz latam de Mewtwo Pelicula 16.
Historia:
Desde que Mewtwo sufrió tristemente en Galar antes de Mi llegada a Paldea Calyrex y Mew siempre estuvieron con ella. Pero cuando conocio a Chien pao y los tesoros funestos decidieron darle animos a Mewtwo lunar.
En noroteo Decide ayudar a sus fieles corceles mientras Mewtwo Lunar resolviera el malentendido de Ogerponcita (Ogerpon) pues A Veces come mucho Arroz y Reconoce los logros De Mewtwo
Ya a partir de The Indigo Disk Mewtwo en fase de Galletanos:Fase Lunar 1 y Fase Lunar 2 ahi tiene mas peso junto a las Riendas union.
Calyrex es feliz si Mewtwo tambien lo es.
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