Tumgik
#pero al final mi biblioteca sí la tenía y ya que estoy en casa lo pude leer :)
narratorstragedy · 1 year
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He empezado a leer tengo miedo torero xq veo q te gusta mucho! Estoy a lo mejor a 10% y me parece muy chulo. Tristemente solo he podido encontrar la versión inglesa en mi biblioteca digital pero aún se nota el estilazo que tiene el autor con el lenguaje!! Gracias x la rec :-)
ay me alegro mucho de que te esté gustando!! yo igual con lo del libro en formato digital, solo la pude encontrar en inglés y tuve que esperar para la copia física en español
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“Querida Cristina, de Emma”
“Querida Cristina,
Tenía la intención de poner como dirección “para la casita de campo poliamorosa en la Tierras de las Hadas”, pero luego me di cuenta de que tal vez nunca te llegaría :) Vale, vale, estoy de coña. Te la envío al instituto de Nueva York —Clary dice que te la guardará.  Sé que Jules y yo hemos estado de aquí para allá como bolas de ping pong, pero finalmente nos hemos instalado en Londres durante al menos un par de meses, así que puedes –y deberías– escribirme de vuelta al instituto de Londres. Aunque no estoy muy segura de sin tan siquiera tiene una dirección concreta. (Y sí, podría haberte enviado un mensaje de fuego, pero tengo mucho que contarte. Prepárate.)
Bueno, hace un tiempo Jules y yo estábamos en Manaos, Brasil, estudiando el demonio Curupira, cuando nos llamaron del Instituto de Rio. Tenían un mensaje para Julian. Su tía abuela (sí, a la que él estaba visitando cuando viniste por primera vez a Los Ángeles) había muerto. Muy triste. Y luego, ¿te acuerdas de la casa tan bonita en Sussex donde ella vivía? Bueno, se la dejó a un primo del que nadie ha oído hablar, pero le dejó Blackthorn Hall a Julian. La cual es una ruina en Chiswick (como un suburbio de Londres). Así que tuvimos que venir aquí por un codicilo de testamento (ejem, según el diccionario, eso es “un añadido o suplemento que explica, modifica o revoca un testamento o parte de este”). Así que Julian tendrá que arreglarla en menos de cinco años para que sea un lugar donde se pueda vivir o tendrá que donarla a la Clave. Aun así, ya sabes como es Julian. Toma decisiones rápido. Llegamos a Londres a través de un portal un día después de recibir la noticia.
Yo estaba ya lista para comer bizcochitos, beber té, e ir al Ojo de Londres (todo lo que no pude hace la última vez que vine a Londres, ya que estábamos siendo perseguidos por guerreros hada y esas cosas). Pero eso fue antes de coger un taxi del Instituto hacia Chiswick y ver la casa.
Desde fuera parece un museo o una antigua biblioteca —ya sabes, grandes columnas de mármol, unas escaleras enormes, y una cúpula gigante que da la sensación de que debería tener un telescopio en ella. No, es más, parece algo hecho por hadas. O que ha salido de una película de niños. Es uno de esos cuentos de hadas donde un palacio en ruinas duerme durante mil años. Tuvo su punto romántico... durante cinco minutos. Después vimos a la primera rata, mordisqueando la borla de unas cortinas.
Es una mezcla rara de historia interesante, arte viejo y extraño, y completa ruina. Hay cuadros bastante guais de ancestros de los Blackthorn, la mayoría intactos. Julian dice no reconocer la mayoría de las caras. Algunos tienen escrito nombres detrás de los lienzos o en los marcos pero aparte de “Blackthorn”, ninguno de los nombres significa mucho para nosotros. Hay baúles de madera llenos de libros y papeleo antiquísimos, y un terreno cubierto de vegetación precioso que estoy segura alguna vez fueron jardines. Aunque ahora es la versión inglesa de una jungla. Hay un viejo invernadero y como una pequeña estructura hecha de ladrillo que no tenemos ni idea de que puede ser. (¿Un almacén? ¿Una habitación de armas muy pequeña?). Todo en si está hecho un desastre, y la mayor parte de la casa se encuentra inhabitable. Alguien creó un apartamento con cosas más modernas en un ala de la casa, seguramente en los sesenta. (Por cierto, me recuerda a esa tienda vintage de Topanga a la que te llevé. ¿Te acuerdas?). Quien haya vivido aquí ha dejado un armario lleno de todo tipo de ropa vintage además de un tapiz con muchos patrones florales y arte moderno por todas partes. Al menos el piso tiene electricidad, agua corriente y calefacción, pero el resto de la casa definitivamente parece no...
Ya estoy de vuelta. Perdona tuve que parar de escribir un momento. Julian me estaba llamando. Estaba en lo que parecía ser un salón de baile. Aunque bueno, pisó mal y su pie atravesó el suelo. (No del todo, lo que es un alivio. Pero definitivamente hizo un agujero). El salón de baile es grande y está lleno de polvo, pero se nota que hace mucho tiempo tuvo que ser precioso, y muy sofisticado. Tiene estas enormes puertas francesas que se abren hacia balcones de mármol. Aunque la mayoría de los cristales de estas han desaparecido. Una vez hube liberado a Julian del suelo roto me di cuenta de que era mi única oportunidad de hacerle entrar en razón, así que le comenté que esto es un proyecto gigantesco para dos personas que nunca han arreglado una casa; que ya tenemos un sitio perfecto donde vivir. Y que el tiempo es mejor allí.
Jules, siendo Jules, se tomó su tiempo para contestarme, sopesando lo que le había dicho. Luego dijo:
—Si no quieres hacer esto, no tenemos por qué. Tú eres más importante para mí que una casa. Que cualquier casa.
—No es que no quiera hacerlo —dije—. Es que no se ni por dónde empezar.
Julian me explicó con calma que había estado en contacto con algunos constructores hada. ¿Duendes tal vez? Que estarían el próximo lunes para echar un vistazo. Luego me rodeó con sus brazos y dijo:
—Sé que siempre podremos vivir en el instituto de Los Ángeles. Me encanta ese sitio. Pero mientras exista un legado de los Blackthorn, esto es lo único que queda. Estos papeles viejos, cualquier secreto que esconda la casa, son la historia de nuestra familia. Quiero dejarle el legado a Dru y Ty y Tavvy. Quiero darles lo que yo nunca tuve.
Ante eso, ¿Qué le podía decir? Lo entiendo. Tengo a Jem como mi legado histórico viviente. Y Jules no tiene nada parecido. Mientras tanto Aline y Helen dirigen el instituto de Los Ángeles, lo cual puede que no sea siempre, y además, pertenece a la Clave. Por lo que entiendo que no pueda deshacerse de su historia familiar sin ofrecerles una elección sobre el asunto.
Así que le dije:
—Está bien. Veremos qué podemos hacer. Si alguna vez vemos que es demasiado, podemos organizar una gran reunión familiar y que todos voten. Quedarse o no con Blackthorn Hall.
Me levantó y empezó a dar vueltas conmigo en el aire. Luego nos empezamos a besar. Seré piadosa en no contarte los detalles.
Así que he decido tomarme esto como Una Aventura. Es como un sitio arqueológico, y somos historiadores intrépidos. Más tarde veré si puedo convencer a Jules y ponernos un abrigo de tweed y un salacot mientras sorteamos a través de escombros. Porque quien viviese aquí antes tenía mucha cosa. Es una casa grande, y cada habitación tiene muebles con cajoneras y armarios, todos hechos un desastre. Armas llenas de polvo, libros dañados por el agua, pequeñas cajas con más suciedad en ellas, joyas para disfraces, fotos de gente desconocida, tazas de té rotas... Y recuerda que lo hemos visto todo solo con piedras de luz mágica.
En fin. Quería que supieses en que ando y donde hemos estado. Nuestro año de viaje se había terminado de todas maneras, así que esto es una forma de extenderlo y pasar más tiempo juntos. Esa parte la verdad que no me desagrada. Me lo estaba pasando realmente bien preparándome mentalmente para excavar en historia Blackthorn hasta esta mañana.
Sé que he dicho que esta casa parece estar encantada, pero estaba bromeando. En su mayor parte. No soy Kit; no puedo ver fantasmas al menos que ellos quieran que me van, y hasta ahora no me he cruzado con ningún espíritu ectoplasmático con mensajes del más allá. Pero este sitio me da malas vibras. No paro de imaginarme que me doy la vuelta al final de largos pasillos llenos de telarañas, como si esperase ver algo en las sombras. O me imagino que veo algo sobre mi hombro en el espejo. He asumido que eran solo nervios hasta esta mañana, cuando entré en el comedor y vi las palabras “IROS DE AQUÍ” escritas en el polvoriento suelo.
Salté, literalmente. Estaba agarrando a Cortana antes que a mí misma. “No seas ridícula”, pensé. Ese mensaje podría haber sido escrito en cualquier momento, mucho antes de que nosotros llegásemos. Podría haber estado escrito en el polvo durante años, intacto. Aunque sí que tengo que confesar algo. Borré el “IROS DE AQUÍ” con mi pie. No quería que Julian lo viese. Ya se preocupa de por sí. No quería que pasase por la misma sorpresa que yo, y sobre todo por algo tan poco importante.
Me siento mejor contándotelo toda la verdad. Ay querida, Julian me vuelve a llamar. No puedo esperar para ver en qué lugar ha metido su pie esta vez. Te escribiré de nuevo pronto. De mientras, ¡adiós desde Londres![1]
Mucho amor para ti y los chicos,
Emma.”
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Texto original de Cassandra Clare ©
Traducción del texto y la imagen de Niloa Gray ©
ATENCIÓN: no se permite hacer Drives ni PDFs de “Los Secretos de Blackthorn Hall” por Copyright. Cualquier infringimiento va contra la ley.
[1] En el texto original dice “pip pip cheerio”, lo cual es una manera de decir adiós en la jerga británica. Emma lo usa de forma cómica para despedirse de Cristina.
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Querida Cristina, de Emma
Querida Cristina,
Pensé en enviar esta carta a “la cabaña poliamorosa en la tierra de las hadas”, pero supuse que nunca seria entregada. :) Bueno, bueno, solo bromeó. Estoy enviando esto al Instituto de Nueva York; Clary dice que la guardará. Se que Julian y yo hemos estado rebotando por el mundo como pelotitas de ping pong, pero finalmente nos hemos instalado aquí en Londres, al menos por un par de meses, así que tu podrías - y deberías – escribirme de vuelta al Instituto de Londres – No estoy segura de que el lugar donde nos estamos quedando tenga dirección.
(Y claro, pude solo enviarte un mensaje de fuego, pero tengo mucho que contarte. Prepárate).
Hace algún tiempo Julian y yo estábamos en Manaos, Brasil, estudiando Curupias, cuando fuimos llamados al Instituto de Rio. Ellos tenían un mensaje para Julian. Su tía abuela -si la que estaba visitando cuando llegaste por primera vez a L.A.- había muerto. Tan triste. Y entonces, ¿recuerdas la hermosa casa donde vivía en Suxxex? Bueno, ella la dejo para algún primo del cual nadie había escuchado, pero a Julian le dejo Blackthorn Hall. Que es una ruina derrumbada en Chiswick (una clase de suburbio de Londres). Entonces tuvimos que venir aquí, porque el codicilo de voluntad (aja, según el diccionario, eso es “un añadido o suplemento que explica, modifica o revoca un testamento o una parte de este”). Así que Julian tendrá que arreglar el lugar y hacerlo habitable nuevamente, en cinco años o tendrá que donarla a la Clave.
Como sea, ya sabes como es Julian. Reacciona rápido. Nos metimos a un portal a Londres al día siguiente de que nos enteramos.
Yo estaba lista para comer scones, beber té e ir al Eye (todas las cosas que no pude hacer la ultima vez que estuvimos en Londres, siendo perseguidos por indestructibles guerreros hada.) Pero eso fue antes de que tomáramos un taxi del Instituto a Chiswick y viéramos realmente el lugar.
Desde el exterior parecía un museo o una biblioteca antigua – ya sabes, grandes columnas de mármol, enormes escaleras, un enorme domo de metal en el techo, que daba la sensación de que tendría un telescopio en el. (Que no lo tiene, lo comprobé.) Pero por dentro era como un cuento de hadas. No, como algo de Feéra. O de alguna película infantil. Era como una de esos cuentos de hadas donde las ruinas duermen por cientos de años. Ha sido algo romántico, por unos cinco minutos. Entonces descubrimos la primera rata, mordisqueando la borla de una cortina.
Es una mezcla extraña de historia, arte extraño antiguo y la ruina total. Tiene increíbles retratos de los antiguos ancestros Blackthorn, casi intactos. Julian dijo que no reconocía la mayoría de las caras. Algunos de ellos tienen los nombres escritos al reverso del lienzo o en los marcos, pero aparte de “Blackthorn” ningún nombre significa algo para nosotros. Hay baúles de madera llenos de libros y papes antiguos, y un terreno cubierto de vegetación precioso que estoy segura alguna vez fueron jardines y ahora es la versión inglesa de una jungla. Hay un viejo invernadero y como una pequeña estructura hecha de ladrillo que no sabemos que es. (¿Un almacén? ¿Una pequeña sala de armas?). Todo el lugar es un desastre, y la mayor parte de la casa se encuentra inhabitable a más no poder. Alguien creó un apartamento con cosas más “actualizadas” en un ala de la casa, seguramente por los sesenta. (Por cierto, me recuerda a esa tiendita vintage de Tópaga a la que te llevé. ¿Te acuerdas?). Quien sea que haya vivido aquí ha dejado un armario lleno de todo tipo de ropa vintage además de un tapiz con muchos patrones florales y arte moderno por todas partes. Al menos el piso tiene electricidad, agua corriente y calefacción, pero el resto de la casa definitivamente no parece…
Estoy de vuelta ahora, Perdona tuve que parar de escribir un momento. Julian me estaba hablando. ¿Estaba en lo que podría ser un salón de baile? Aunque bueno, pisó mal y su pie atravesó el suelo. (No del todo, lo cual es un alivio. Pero definitivamente hizo un agujero). El salón de baile es grande y lleno de polvo, pero se nota que hace mucho tiempo tuvo que ser precioso y muy sofisticado. Tiene estas enormes puertas francesas que se abren hacía unos balcones de mármol. Aunque la mayoría de los cristales de estas ha desaparecido.
Una vez que liberé a Julian del suelo roto me di cuenta de que era mi única oportunidad de hacerle entrar en razón, así que le comenté que esto es un proyecto gigantesco para dos personas que nunca han arreglado una casa; que ya tenemos un sitio perfecto donde vivir. Y que el clima es mejor allí.
Jules, siendo Jules, se tomó su tiempo para contestarme, sopesando lo que le había dicho.
—Si no quieres hacer esto, no tenemos por qué. Tú eres más importante para mí que una casa. Que cualquier casa.
Me dijo.
—No es que no quiera hacerlo —dije—. Es que no se ni por dónde empezar.
Entonces me explicó con calma que había estado en contacto con algunos constructores hada. ¿Duendes tal vez? Que estarían ahí el próximo lunes para echar un vistazo. Luego me rodeó con sus brazos.
—Sé que siempre podremos vivir en el instituto de Los Ángeles. Me encanta ese sitio. Pero mientras exista una herencia de los Blackthorn, esto es lo único que queda. Estos papeles viejos, cualquier secreto que esconda la casa, son la historia de nuestra familia. Quiero dejarle ese legado a Dru y Ty y Tavvy. Quiero darles lo que yo nunca tuve.
Terminó y ante eso, ¿Qué le podía decir? Lo entiendo. Tengo a Jem como mi legado histórico viviente. Y Jules no tiene nada parecido. Mientras tanto Aline y Helen dirigen el Instituto de Los Ángeles, lo cual puede que no sea para siempre, y, además, pertenece a la Clave. Por lo que entiendo que no pueda deshacerse de su historia familiar sin ofrecerles una elección sobre el asunto.
—Está bien. Veremos qué podemos hacer. Si alguna vez sentimos que es demasiado, podríamos organizar una gran reunión familiar y que todos voten. Nos quedamos o no con Blackthorn Hall.
Le dije. Me levantó y empezó a dar vueltas conmigo en el aire. Luego nos empezamos a besar. Seré piadosa en no contarte más detalles.
Así que he decido tomarme esto como Una Aventura. Es como si fuera un sitio arqueológico, y somos los intrépidos historiadores. Más adelante veré si puedo convencerlo y ponernos un abrigo de tweed y un salacot mientras saltamos a través de escombros. Porque quien vivió aquí antes tenía muchas cosas. Es una casa grande, y cada habitación tiene muebles con cajoneras y armarios, todos hechos un gran desastre. Armas llenas de polvo, los libros están dañados por el agua, pequeñas cajas con más suciedad en ellas, joyas de trajes, fotos de gente desconocida, tazas de té rotas… Y recuerda que solo hemos visto todo esto solo con piedras de luz mágica, ninguna otra luz.
En fin. Quería que supieras en que estoy y donde hemos estado. Nuestro año de viaje se había terminado de cualquier forma, así que esto es una forma de extenderlo y pasar aún más tiempo juntos. Esa parte la verdad que no me desagrada. Me lo estaba pasando realmente bien preparándome mentalmente para excavar en historia Blackthorn hasta esta mañana.
Sé que he dicho que esta casa parece estar embrujada, pero estaba bromeando. En su mayor parte. No soy Kit; no puedo ver fantasmas al menos que ellos quieran que los vea, y hasta ahora no me he cruzado con ningún espíritu ectoplasmico con mensajes del más allá. Pero este lugar me da malas vibras. - Me encontré dándome la vuelta al final de largos pasillos llenos de telarañas, como si esperara ver algo en las sombras. O me imagino que veo algo sobre mi hombro en el espejo. He asumido que era solo nervios hasta esta mañana, cuando entré en el comedor y vi las palabras “LARGUENSE” escritas en el suelo polvoriento.
Salté, literalmente. Estaba tomando a Cortana antes que a mí misma. “No seas ridícula”, pensé. Ese mensaje podría haber sido escrito en cualquier momento, mucho antes de que nosotros llegáramos. Podría haber estado escrito en el polvo intacto, durante años. Aunque sí que tengo que confesar algo. Borré el “LARGUENSE” con mi pie. No quería que Julian lo viera. Ya está de por si preocupado. No quería que pasara por la misma sorpresa que yo, y menos por algo tan poco importante.
Me siento mejor contándote toda la verdad de mi corazón. Ay, querida, Julian me vuelve a hablar. No puedo esperar para ver en qué lugar ha metido su pie esta ocasión. Te escribiré de nuevo pronto. Y mientras tanto, ¡adiós desde Londres!
Mucho amor para ti y los chicos,
Emma.
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Texto original de @cassandraclare ©
Imagen de @cassandrajp ©
Traducción del texto e imagen Annie ©
@secretsofblackthornhall
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Nevada 🌨
Cuando Angelo salió de su trabajo y va directo a la casa de sus padres adoptivos, el viento era muy fuerte y con el frio del invierno es todavía peor. Se fue a una parada de carruaje para no estar batallando el camino. Después de todo el viaje, llegó su destino, tocó la puerta y lo atendieron.
—¡Angelo!  —el quien lo atendió era el padrastro. 
—Buenas noches, papá.  —le da la mano para saludar.
—Buenas noches, hijo —pero abraza a su hijo inesperadamente, luego lo deja, se hace un lado para que Angelo pudiera pasar—. Ven, pasa, sientate como en casa.  
Ya dentro; se encuentra su madre y las dos hermanas, las tres estaban en la cocina preparando la cena. Angelo saluda a todas; su madre le da un beso en el cachete y un abrazo. El padre de Angelo se quedó pensando mientras ve a su hijastro saludando a sus hermanas y Paola abrazando, ya cuando Angelo se salió de la cocina, el padre estaba esperando y dijo.
—Angel... Tenemos que hablar, ven conmigo a la sala, vamos a tener una conversación de hombre a hombre, mientras que ellas terminen de preparar la cena —los dos a estar en la sala—. Siéntate ahí —señaló un sillón, Angelo le hace caso.
—¿Sucede algo, padre? —Angelo se encuentra algo nervioso, cuando ve a su padre muy serio.
—Primero lo primero ¿Cómo estas en tu nuevo trabajo?
—Mmmh, bien. Es un poco estresante, pero bien a final de cuentas.
—Durante el tiempo que has estado trabajando ahí, ¿Conociste a una mujer que te llamó la atención?
—No —Angelo se da cuenta a donde va por el asunto.
—Hijo, tu madre y yo cuando teníamos la edad de Paola y tú, hemos intentado tener hijos por cuenta propia, a ver que no funcionaba, decidimos adoptar a los tres. Mi sueño de ser padre se a cumplió, ahora mi sueño es ser abuelo.
—¡La cena esta lista! —Dijo Agnès.
—Ya vamos —El padre se volteó a donde esta su hija, luego miró a su hijo y dijo—. Al rato continuamos con la platica.
La familia Panna se reúne en el comedor, todos acomodan la mesa, sirven la cena y cuando todos están apunto de comer; Paola quiso decir de una vez su noticia antes de comenzar a cenar.
—Familia, la razón del porqué estamos reunidos para esta noche es… mi novio Francis me propuso matrimonio ¡Y dije que sí! —entonces saca un anillo de su bolsillo de pantalón y se lo pone en el dedo anular de la mano derecha.
Toda la familia se sorprendió, se levantaron de sus sillas y se fueron a felicitar a Paola, pero el único que no estaba de acuerdo es Angelo.
—No, no, no ¿Francis? ¿Francis Martín? ¿El francés que conociste en la biblioteca?
—Ese mismo ¿Tienes algún problema?
—Apenas se llevan conociendo en medio año ¿No crees que es demasiado pronto?
—Del “poco” tiempo que estuve con Francis, sé que él es el indicado.
—¿En serio? ¿Sabes a que se dedica? ¿Para quien trabaja? ¿Quienes son su familia? ¿Porqué se mudó a Cerdeña?
—¡Angel! ¡Deja de criticar a tu hermana! —el padre le gritó a su hijo, luego ve y va a su hija—. Estoy muy orgulloso, Pauli. Finalmente encontraste a un hombre que te respete y que quiera construir un futuro contigo.
—Gracias, papá.
—¿Por qué mejor regresamos a cenar? Se van a enfriar ¿Esta bien? —Dijo la madre un poco nerviosa.
Toda la familia regresaron a sus respectivas sillas y comenzaron a cenar. En medio de la cena, la madre dijo.
—Afuera está pasando una tormenta de nieve, es preferible que se queden en esta noche y se vallan en la mañana.
Después de la cena, los padres les dieron a sus hijos pijamas viejas; a Paola y Angelo le dieron las pijamas de sus abuelos, y Agnès le dieron un pijama de Paola cuando tenía su edad.
Después de que Angelo se cambiara, acomoda el sillón para poner unas cobijas y una almohada. Ya que todo está ordenado, apaga la vela y se acomoda para dormir.
En el sueño. Angelo despierta en una atardecer en un campo abierto con un clima agradable. Él estaba apreciado su alrededor, cuando gira atrás ve a Giovanni que está justo afrente de él. Los dos se acercaron, Giovanni da su mano derecha, Angelo sigue la corriente aunque esté algo dudoso y toma la mano; Giovanni se acerca más y con la mano izquierda pone en la cintura de Angelo.
Angelo se puso nervioso, su otra mano la pone en la cintura de Giovanni. Los dos comienzan a bailar vals, Angelo no sabe qué hacer, mas que seguir la corriente. Giovanni estaba callado con una ligera sonrisa y nota la cara temerosa de Angelo.
—Te noto preocupado, Ángel. Sabes bailar ¿Quién te enseño bailar? —Dijo Giovanni con una cara de asombro.
—Mmm… Bu-bueno, no suelo hablar de mi niñez con alguien, pero pa-para no dejarte en suspenso te lo contaré. Cuando estaba en el orfanato, Paola y yo éramos amigos, a veces bailamos y cantamos cuando estábamos solos en un salón.
—¡Wow! Para ser honesto, tienes talento.
—Ehm… Gracias —Angelo se sonrojó un poco—. Mmmh… puedo hacer unos pasos elaborados… pero estoy acostumbrado en bailar con una mujer. Es la primera vez que bailo con otro hombre y… y no quiero estropear el momento.
—No hay ningún problema. Todos tenemos una primera vez. Por favor, no te estreses y muéstrame tus mejores pasos.
Entonces Angelo cierra los ojos, respira profundo y se deja llevar. Los dos comenzaron a bailar tango, tanto Angelo como Giovanni se pusieron en sincronización y era tan perfecto el baile que parecía como si ellos habían practicado antes. El último paso; Angelo le dio muchas vueltas a Giovanni, hasta que Angelo inclinó a Giovanni y Angelo dijo.
—Te amo —Después de decirlo, su pelo comenzó a cambiar de negro, Angelo abrió los ojos y los tenía plateados.
Cuando abrió los ojos, vio a Giovanni literalmente derritiéndose, era una escena tétrica que “Angelo” soltó a Giovanni y este aun seguía derritiéndose. “Angelo” retrocede aterrado; nota que el césped que era verde se va secando hasta quedarse en pura tierra, el clima se ha bajado, la iluminación se oscurece. “Angelo” se fue corriendo hasta que su camino fue bloqueado por unas paredes de una madera fina que aparecieron de la nada. Panna trata de huir, pero las paredes bloquean la oportunidad de salir, el suelo se convierte en un piso cerámico, el cielo es tapado por un techo, apareció un candelabro.
Cuando se encendió la luz, de la nada aparecieron unas puertas y unas ventanas. Panna aprovecha la oportunidad, quita uno de sus zapatos y estaba a punto de lanzarlo a una de las ventanas, hasta que escuchó una voz que lo detuvo.
—¡Angelina Sally Cotta! ¡Estas clases de conductas son inaceptables aquí! —Dijo una mujer que tiene alrededor de los 50 años.
—¡¿Quien es ella?! ¡Yo soy A-! —“Angelo” es interrumpido por la misteriosa mujer.
—¡Knight-bot! ¡Llévala a su habitación!
—Tus deseos son ordenes, Madame Bernadette. —Apareció un robot a través de las sombras. Ve a “Angelo” y lo escanea, entonces el robot fue directamente a “Angelo”.  —Señorita Cotta, por favor, acompáñame.
—¡No! —“Angelo” sacó un arma de electroshock de su bolsillo del pantalón, luego de atacar al robot, él se fue corriendo lo mas rápido que pueda. 
Al salir del salón, entra en un largo pasillo que tenía muchas puertas. En el transcurso en que “Angelo” huye, su cuerpo cambia de hombre a mujer. Mientras tanto, la mujer cincuentona conoce perfectamente el edificio, así que toma un atajo; luego encontró a “Angelo”, él sigue corriendo desesperadamente buscando una salida.
Madame Bernadette sacó una varita y disparó un rayo que golpeó a "Angelo". El rayo hizo caer a “Angelo”, no podía moverse, se sentía pesado. La mujer se acercó y llamó dos knight-bots para cargar a “Angelo”; uno de ellos agarró el brazo izquierdo y el otro con el derecho. Madame Bernadette se paro de frente de los tres individuos y dijo.
—¡Por Celdesius! ¡Eres la única alumna adulta y todavía te comportas como las adolescentes rebeldes que tenemos aquí!
—Yo... yo no... no querer... aquí... dejar... mí... salir...
—¡No! ¡Tu madre te mandó aquí para que te educáramos a hacer una señorita! ¡Olvídate de tus días varoniles, es hora que te comportes como una mujer!
—E-eso no... no… no pasar...
—Ya es tarde... por los efectos del rayo inmovilizador hizo que tu vocabulario se limitara —. Bernadette se acerca más a “Angelo”, se agacha y toma el arma de electroshock —Pero primero, te daré una pregunta bien sencilla y tú me la debes que responder. Si me respondes mal, a partir de ahora recibirás descargas eléctricas cuando quieres llevar a la contraria. De lo contrario, si respondes bien, nos darás a entender que estás dispuesta a cambiar y aceptar tu destino de ser una dama. Entonces… la pregunta es… ¿Cual es tu nombre?
—Yo… soy… soy… An… Ange… Ange… Angelo
—Mal.
Mademe Bernadette electrocutó a “Angelo” y este gritando de dolor. De fondo empezó a escucharse una voz misteriosa que decía: “Agnès...  Agnès...  Agnès...”. En eso  Agnès se despierta en el suelo, cerca del escritorio de su padre; Angelo estaba presente tratando de despertar a su hermana.
—¡¿Qué?! ¡¿Qué sucede?!  —la joven se acaba de despertarse, pero su corazón latía rápido, su respiración es acelerada.
¡Agnès! tranquilízate, ¿Estas bien? —él se mostraba miedo y preocupación.
—No... me duele la panza, siento como si alguien me a pegado —pone su mano en la panza, pero su mano esta floja—. Y creo que mis manos están dormidas, apenas puedo mover mis brazos.
—¿Puedes caminar?
—No... mis pies están dormidas.
Entonces Angelo carga a su hermana, la lleva a su habitación. En la entrada estaba Paola despierta, un poco cansada, ella iba a ver qué es lo que pasaba en el escritorio de su padrastro.
—¿Me ayudas? —preguntó Angelo a Paola.
—¿Qué sucedió? ¿Ella está bien? —Paola cambió su expresión a preocupación cuando vio a Agnès.
—Te lo explicó después, solo ayúdame a acomodarla en la cama.
Los tres entraron a la habitación de Agnès, la acomodaron en la cama y se salieron. Después, los hermanastros se fueron al comedor y encendieron una vela. Angelo comenzó a contar de lo que a pasado con Agnès, luego Paola muestra una cara de tristeza.
—Cuando Agnès se mudó a mi casa porque vivía cerca de su escuela, he notado que le pasaba cosas raras, tanto de día como de noche. Ella expresa emociones pero no las siente.
—¿Cómo es eso?
—Por ejemplo; ella le sale lágrimas por los ojos, pero ella dice que no está triste. O cuando ella muestra estar molesta como expresa su rostro y el tono de voz, pero dice que no está enojada.
—Yo la he visto normal durante el día.
—Es probable que ella se esfuerce en expresar ninguna emoción, pero lo hace cuando el momento le convenga. En las noches, ella es sonámbula; se la pasa escribiendo notas que su contenido pareciera como si lo a escrito alguien más, incluso cada nota el estilo de letra y las redacciones son diferentes entre si.
—Eso explica mucho.
—¿Escribió algo esta vez?
—Mmmh…
—Angelo, sea lo que ella escribió, no te voy a juzgar. Después de todo es solo un sueño, no hay que tomarlo verídico.
—Está bien… —le pasa la nota a Paola.
Paola agarra la vela y la acerca con la hoja, entonces comenzó a leer la nota.
—Oh… Angelo… Tenemos que hablar-
—Dijiste que los sueños no son verídicos.
—¿Qué? No, iba a decir que tenemos que hablar con Agnès en mi casa mañana por la mañana.
—¿Mamá y papá lo saben?
—No, ni deben.
Entonces los dos hermanos se fueron a sus camas y se durmieron, al día siguiente se despidieron de sus padre y se fueron a la casa de Paola.
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irisdecent-boys · 2 years
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ㅤ@호랑해: 사랑 촌스런 그 감정, 근데 내 가슴이 뛰어, 왜 나 이래 나? 왜 < PALABRAS AL VIENTO > 사랑에 목 매는 건지? 어차피 뻔한 감정이잖아, 분명 다 안다 믿었지, 알고도 빠진 함정인가 봐…
ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤㅤ ㅤ ㅤㅤ ㅤ [EPIPHANY]
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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤ"A veces, nuestras vidas cambian tan rápido que ni el corazón ni la mente son capaces de seguir el cambio. En esas ocasiones, creo, cuando nuestras vidas han cambiado pero aún ansiamos regresar al momento anterior a que todo cambiara, y el dolor es entonces mayor."
ㅤㅤㅤㅤ
ㅤㅤㅤㅤKang Hoon recordó el día que era y regresó al casillero para buscar el libro que necesitaría ese día. Las tutorías que estaba dando a Haerim se habían distanciado unas de otras, por exámenes, tareas y otros pendientes que ambos tenían de los que no habían hablado antes, sin embargo ese día sí se encontrarían en aquel pequeño salón cercano a la biblioteca. En su camino, una idea vaga cruzó por su mente: invitaría a la menor a estudiar esa tarde en su casa. Capaz eso ayudaría con el estado de ánimo de Hyuk y ellos podrían deshacerse del pesar que los últimos días les trajeron.
ㅤㅤㅤ
Al llegar, se asomó al interior por la ventana y pudo ver que ella ya se encontraba en el aula. Sonrió y con ese pequeño gesto, abrió.
ㅤㅤㅤ
"Kim Haerim, ¿qué te parece si hoy estudiamos en mi casa? Estoy un poco cansado…"
ㅤㅤㅤ
Murmuró en un tono más serio de lo que quería desde el umbral de la puerta. Mientras esperaba una respuesta, observó la reacción de la bajita, quien no parecía suficiente convencida de querer estar en el mismo lugar que los hermanos, pero él no se daba por vencido y decidió aprovecharse de toda la situación en la que estaban enredados.
ㅤㅤㅤ
"…Y Hyuk estará en casa. Es un buen momento para hablar de lo que pasó. ¿No crees?"
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Dicho esto, se recargó contra la puerta. Esta vez su sonrisa de lado dejaba ver un aspecto más aniñado y tal vez más dulce del que ella había visto antes. Lo que sucedía es que la realidad lo atacó y finalmente, luego de largos días, pudo notar como estuvo apunto de perder a su gemelo y aunque ellos no lo expresaran muy a menudo, amaba a su hermano y no dejaría que el mal de amores terminara con su chispa. Tal vez si hablaran, si hubiese la confianza de contarse las situaciones que estuvieron viviendo en esos días, ambos podrían entenderse y volver a retomar esa relación que llevaban antes.
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Supo que el arma mortal se tornó a su favor cuando la bajita se levantó de su asiento, guardó sus cosas y se puso de pie bastante seria frente a él. Por su parte no pudo más que sacar su lado coqueto y tomarla del brazo para guiarla fuera de la escuela, donde podrían tomar un taxi que los llevara hasta su casa. La confirmación muda le dio la esperanza que las cosas volvieran su tiempo y la calma; ahora sí, reinara entre ellos. Y es que esa reunión sólo tenía dos posibles escenarios finales: que los tres hablaran sinceramente para arreglarse o que decidieran mantener el silencio y terminar con aquello que no había empezado, sin embargo, que haya accedido a ir sólo dejaba algo claro: buscaba dar un fin a esa situación incómoda entre ellos.
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docpiplup · 3 years
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Estaba pensando, así un poco random, sobre el asunto de las muertes de los hermanos Folch, y que resulta que ambos hayan muerto con poco tiempo de margen (un año realmente) y por la misma causa, de un infarto cardíaco. Enric muere como consecuencia de las acciones de su hermano Pere como el intento de atentado en Comillas. Y por la muerte de Enric, Amelia y Carme quedan solas, Amelia abandona el Ministerio y le toca asumir la responsabilidad de sacar a flote de nuevo la empresa.
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Carme: ¡¡¿Dónde estabas?!!
Amelia: Volviendo de Madrid… Ya lo sabe.
Carme: ¿En el aniversario de la muerte de tu padre? Sabes lo importante que es este día para mí… No puedo creerme que me hayas dejado sola.
Amelia: No pasará más, madre, no pasará más.
Carme: Eso me dijiste después de no venir al entierro.
Carme empieza a llorar.
Carme: Estoy sola. Pobre y sola… Así me voy a morir… Ojalá que sea cuanto antes…
Amelia: Saldremos adelante, madre… Y lo haremos juntas.
Antes de empezar voy a hacer un paréntesis sobre un par de cosillas relacionadas con la imagen de la cabecera de esta publicación. En un par de elementos concretamente: el cuadro de la pared y el objeto central esta escena de Una negociación a tiempo, el diario de Amelia sobre sus experiencias en el Emdt.
Lo del cuadro de la pared se distibgue un retrato, que aunque por la lejanía y la calidad de la imagen, no se ve con gran detalle, pero se podría decir que es de algún miembro de la familia, específicamente un muchacho, esto es más bien un headcanon, pero me apuesto lo que sea que a lo mejor es un retrato de Pere de joven. También puede ser que sea de otra persona, el padre de Enric y Pere o a lo mejor algún tío, el propio Enric (pero no me da tanta sensación de que sea él) Pero bueno esto es simplemente desde una retrospectiva de lo que se ha emitido de la serie, porque no creo que tuvieran desde un principio la idea de la existencia de Pere, si no que se les ocurriera a la hora de escribir la t3 para usarlo en la trama de los Hijos de Padilla.
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Luego hablando de lo del diario de Amelia, pues es un poco relacionado al conocimiento sobre el tema de los viajes en el tiempo. Porque cabe la posibilidad de que en algún momento Enric le contara algo de la "novela" de Amelia y luego cuando se uniera a los HdP, la bombilla se le enendiera y se diera cuenta que lo que escribió Amelia era verdad. La cuestión es cuándo y cómo Pere entró en los HdP, por lo que menciona Pere, suponemos que no mucho tiempo, meses o cerca de un año. El cómo, pues la opción más fácil supongo es que alguien del grupo se puso en contacto con él, le cuenta información y los "proyectos" de la organización, Pere acaba convencido. Al principio estuve también pensando en que se unió porque le coaccionaron para que lo hiciera, pero la verdad es que está bastante convencido de los ideales de los HdP.
Puede ser que alguien de HdP se acercara a Pere en algún momento ha charlar de lo que sea, como cosas de la situación política del país a lo largo del siglo XIX, que en general la verdad es que fue un poco bastante caótica , y el sujeto del HdP le cuenta que hay posibilidades de "arreglar" eso y muchas cosas más de la historia a través de los viajes en el tiempo.
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Salvador está sentado frente a Pere Folch. Salvador está especialmente tenso.
Pere Folch: No insista… Nunca venderé a mis compañeros. (Pausa) ¿Sabe en lo que diferenciamos usted yo?
Salvador: Ilumíneme, por favor.
Pere Folch: Usted no tiene ideales, yo sí.
Salvador: ¿Y cuáles son?
Pere Folch: La Restauración es un régimen corrupto. El gobierno en pleno está pasando las vacaciones en casa de un empresario al que van a enriquecer a golpe de decreto. La justicia no es igual para el rico que para el pobre… Y dos partidos se reparten el poder y los beneficios…
Sonríe.
Salvador: ¿Por qué sonríe?
Pere: Parece que estoy hablando de su época en vez de la mía… Piénselo bien, si nos dejan arreglar el pasado, el futuro sería mejor.
Salvador: Al futuro se llega segundo a segundo. No matando gente.
Pere Folch: La Historia está llena de violencia. Desde Esparta, Roma… hasta las guerras mundiales…
Salvador: Esos son los errores de los que hay que aprender.
Pere Folch: No. Ésas son las injusticias que no hay que olvidar. Ustedes son como los reaccionarios del Ángel Exterminador… Intentan evitar que cambie el pasado, la Historia… Pero si está llena de errores, ¿por qué no corregirlos?
Salvador: ¿Sabe? Usted y todos los de su calaña me recuerdan a una serie que veía de joven… Kung-Fu se llamaba… El protagonista tenía un maestro que le daba discursos de filosofía oriental, sobre la bondad y la justicia… Y él le escuchaba atentamente… Pero al final, cuando había problemas, todo lo arreglaba a hostias.
Se levanta.
Pere Folch: ¿Le ha explicado a Amelia lo que pasará?
Salvador: ¿Lo que pasará? ¡¡¡Lo que ha pasado, imbécil!!! ¡¡¡Lo que ha pasado!!
Tiempo de esclavos, 3×06
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Amelia: ¿Qué es todo esto?
Alonso: Ya sabemos quién quiere matar al rey.
Pacino: Y yo sé quién es su jefe… Tu tío, Amelia. Tu tío viene del futuro.
Amelia: (Ofendida) No digas tonterías…
Una voz interrumpe la discusión. Es Pere Folch.
Pere Folch: Tiene razón, Amelia… Yo también bajo por el tiempo. Por cortesía de los nuevos Hijos de Padilla.
Amelia: ¿Pero cómo…?
Pacino: La primera vez habló en catalán contigo y cambio al castellano por cortesía conmigo… La segunda vez, me habló en castellano desde el principio… Y no te preguntó por Irene Larra, la señora que te llevó a Madrid a cuidar su biblioteca…
Pere Folch: Reconozco que estoy empezando en esto de los viajes por el tiempo… Todavía me despisto.
Alonso: no me despistaré cuando os esté cortando el cuello.
Pere Folch sonríe. Luego mira a Amelia.
Pere Folch: No podía creer que estuvieras implicada en esto… (Señala a Alonso) Pero cuando te vi con ese tipo… Él vigilaba al rey e impidió que mis hombres matarán al rey… Por eso utilicé a uno de ellos como cebo… Porque le reconocería. Picó él… Y vosotros dos también.
Tras una pausa.
Pere Folch: Vinimos aquí a matar al rey y ese criado estúpido casi hace el trabajo por nosotros… Luego, cuando fuimos a rematarle, cambiasteis la Historia… ¿Cómo lo hicisteis?
Pacino: A ti te lo voy a contar, no te jode.
Pere Folch hace un gesto a dos de sus hombres. Estos empapan unos pañuelos en cloroformo y lo ponen en la cara de Pacino y Alonso, que pierden el conocimiento.
Amelia: ¿Por qué a mí no?
Pere Folch: Quiero que te unas a nosotros. España se merece una Historia mejor. Y nosotros vamos a dársela con nuestras ideas
Amelia: ¿Me estás hablando de ideas? Matar a un hombre para defender una idea no es defender una idea. Es matar a un hombre.
Pere Foch: (Sonríe) Sebastián Castellion… Quizá tu madre tenía razón.
Ahora volviendo al tema principal....
Amelia: ¿Qué me voy a encontrar cuando llegue a casa?
Salvador: Lo siento, Amelia… Pero cuando vuelvas, tu padre llevará muerto un año.
Amelia apenas puede encajar el golpe ni responder. Sus mejillas se llenan de lágrimas.
Salvador: Al detener a su tío, el gobierno incautó todas las empresas de las que era socio… No pudo superarlo y le dio un infarto
Amelia está al borde del llanto.
Salvador: Lo siento.
Tiempo de esclavos, 3×06
Entonces después Pere muere también de la misma forma, en principio diria que es por el Karma, principalmente porque a parte de que se mencione y entre los miembros del ministerio lo sepa, realmente que Pere haya muerto no ha influido realmente en estos sucesos.
Entra Angustias sin llamar, como siempre. Trae una cara tan seria que Salvador ni la reconviene.
Salvador: ¿Qué pasa, Angustias?
Angustias: Es… Pere Folch… Ha muerto…
Salvador y Ernesto se miran atónitos.
Ernesto: Estaba vigilado día y noche… No puede haberse suicidado…
Angustias: No se ha suicidado… Ha sido muerte natural… Un infarto.
Salvador se queda pensativo.
Ernesto: ¿En qué está pensando?
Salvador: En que si montamos un circo nos crecerían los enanos, el ventrílocuo sería tartamudo y el bailarín de claqué, cojo.
Tiempo de censura 3×07
Realmente si Pere hubiera seguido vivo los sucesos del resto de la temporada serían igual, simplemente estar encerrado en Loarre, porque si en la t3 que vimos, para el resto de Los hijos de Padilla y los del Ángel Exterminador, Pere estaba encerrado, pero vivo, y lo único que se vio respecto a eso es un mensaje de amenazas que realmente (y afortunadamente) no llegó a nada más que amenazas para intentar meter miedo y que liberan a Pere. Es cierto que en cuanto a las relaciones entre el Ministerio y los hijos de Padilla eran ya de por si malas, y la situación de Pere es un factor que afecta a esta disputa.
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En la pantalla del ordenador se puede ver una especie de collage en animación, con imágenes de.. el hijo de Ernesto . Elena. La madre de Amelia. El padre de Pacino. La ex de Irene. Y luego un rótulo: LIBERAD A PERE FOLCH O UNO DE ELLOS MORIRÁ.
Irene: Saben todo de nosotros, de nuestras familias, de nuestro pasado…
En el despacho, con Irene se encuentran Salvador, Ernesto y Lola.
Ernesto: Algunos de los Hijos de Padilla conocen bien el Ministerio. Han trabajado en él.
Irene: Hay que proteger a todos los que están en su punto de mira.
Salvador: Ya he dado la orden.
Lola: No servirá de nada.
Se giran hacia Lola extrañados.
Lola: Lo siento, pero creo que ellos son los que más a salvo están.
Irene: ¿Por qué dices eso?
Lola: Saben que inmediatamente les protegeríamos. Y ellos siempre atacan por sorpresa. Los que salen en estas fotos son simples señuelos. Trabajé con la Resistencia francesa. Es el mismo método.
Ernesto e Irene no pueden evitar sentirse aliviados.
Salvador: Como en la Operación Mince Meat. La estrategia del engaño.
Lola: Los Hijos de Padilla se organizan en células independientes. Estas células sólo se comunican entre sí a través de los superiores. Folch era uno de ellos. Por eso quieren recuperarlo.
Salvador: Pues está más muerto que la música yeyé.
Lola: Ésa es la mala noticia. La buena es que no lo saben.
Tiempo de conquista, 3×08
En el caso en el que no hubiera muerto en Loarre, lo más probable que veo es que Pere considerara la opción de intentar fugarse de alguna manera y reunirse con otros miembros de los HdP, aunque estaba aislado por lo que ellos no intervendrían para que él escape, luego estaría la opción de comprar a algún guardia de Loarre para que hiciera la vista gorda e irse, pero lo veria pocas probabilidades.
Pero a la hora de la verdad realmente después de esto lo único que afectó realmente Pere Folch en cuanto a todo el tema de los HdP y el AE , fue básicamente hacer de cebo póstumamente con lo del anuncio del periódico y que resultó en mandar a ambos grupos a Loarre en Contratiempos.
Que por cierto me estoy imaginando la reacción de cuando los militantes de los HdP se despierten en Loarre y se enteren de que Pere lleva ya por lo menos unas semanas muerto, en plan: EmosidoEngañado.jpg
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Lola: ¿Encontraste lo que buscabas?
Marta: No. Estoy empezando a desesperarme. Los Hijos de Padilla se comunican con anuncios en periódicos… Anuncios por palabras, esquelas… de periódicos de todos los tiempos.
Lola: O sea que aparece el mismo anuncio en 1830 que en el 1950 que en el 2017.
Marta: Exacto. Así se convocan encuentros, atentados, acciones de todo tipo… Pero todo lo que encuentro no es lo que yo creo que es…
Lola se queda pensativa.
Lola: Tal vez…
Marta: Tal vez, ¿qué?
Lola: No, nada… No quiero meterme donde no me llaman.
Marta: Por favor, toda ayuda será bienvenida.
Lola mira a los ojos a Marta.
Lola: Tal vez estés haciendo el trabajo del revés. ¿Por qué no haces la convocatoria tú? Así podrías llevarles donde tú quisieras.
Marta: Imposible. Saben que estoy presa aquí, en el 2017. Y para ellos ya soy una traidora. Tú y Ernesto me detuvisteis.
Lola: Lo sé… Por eso el mensaje no debe lanzarse desde el 2017… Sino desde el pasado. Y no será por falta de puertas donde ir donde queramos
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En una mesa, Salvador, Ernesto, Lola, Marta. La cafetería completamente vacía excepto por ellos.
Ernesto: No es mala idea.
Lola: No lo entiendo… ¿Por qué nos reunimos aquí y no en su despacho?
Salvador: Estoy cansado de estar allí… Además, me encantan las reuniones informales… ¿Está seguro que el lugar está limpio?
Ernesto: Ni un micro, se lo aseguro.
Alguien va a entrar en la cafetería. Ernesto lo impide.
Ernesto: ¡Cerrado! ¡Fiesta privada!
Ernesto vuelve donde los demás.
Ernesto: Volviendo a lo que planteáis… Se trata de lanzar un mensaje desde el pasado a todos los hijos de Padilla. ¿Que les décimos?
Salvador: Sin duda tiene que ser slgo importante para ellos.
Marta: ¿Pere Folch?
Salvador: ¿El tío de Amelia? Sin duda es un bocado apetecible. Si estuviera vivo, claro.
Marta: Todos le creen vivo en el castillo de Loarre.
Ernesto: Y hay que enviarlo desde el pasado.
Marta: Si, y que publiquen el mismo anuncio en tres periódicos de épocas diferentes… Ninguno de este año.
Salvador: Para que luego digan que nadie lee la prensa.
Ernesto: Bien, yo me encargo de publicar el anuncio. (A Marta) Necesitaré su ayuda para redactarlo.
Marta: Por supuesto
Contratiempos, 3×12
En cuanto a la causa en sí de los infartos, pues se nos dice que es natural, que es lo más probable que se juntaran varios factores y desencadenaron el ataque.
Porque la otra explicación un poco más estilo de conspiración es que alguna de las dos muertes fueran conscientemente provocadas por alguien de los dos grupos. En cuanto a quienes estarian detrás de las muertes, voy a entrar principalmente con los del Ángel Exterminador, porque no vería claro el porqué los Hijos de Padilla quisieran envenenar a uno de sus jefes o a su hermano, principalmente los únicos motivos que veo es: en el caso de Enric, pues como una especie de protesta porque el plan de Comillas ha fallado y Pere ha sido detenido; y en el caso de la muerte de Pere si alguien de los HdP está involucrado, o bien para quitárselo de encima por si hubiera la posibilidad de que Pere cantara o echarle la culpa a los del Emdt. Pero claro, si en el caso que algún miembro de los HdP tuviera acceso a Pere estando en Loarre, teniendo en cuenta que se supone que Pere estaba bajo vigilancia (esperemos que no haya sido como la que le pusieron al ruso al que estaban interrogando al final de Con el tiempo en los talones, porque si no van de fábula , y ahí se les cuela o se escapa alguien cada vez por tres) lo más lógico es que su prioridad sea intentar sacarle de ahí, no provocarle la muerte.
Por otra parte si exponemos el caso del Ángel Exterminador, pues las posibles explicaciones serían parecidas. En la muerte de Enric, pues digamos los medios y la oportunidad la tendrian, Enric está a sus anchas en 1881 y se podría aprovechar en algún momento acercarse a él o a su entorno para suministrarle alguna sustancia que le llegara a provocar el fallo cardíaco, pero los motivos, como que se quedaría un poco coja, principalmente lo que sería es "hacer daño" a Pere.
Aunque también pudiera ser que dentro de este hipotético caso la muerte de Enric fuera natural, y la muerte de Pere si estuviera relacionada con una acción externa, aprovechando que la muerte de Enric fuera natural, y que no resultaría raro si un hermano muere, el otro muera un tiempo después, se podría achacar a que es cuestión de la edad, una enfermedad /afección genética cardiovascular o algo así u otros factores comunes.
Entonces, bueno, el Ángel Exterminador tendría motivos en el sentido desplazar un poco más la tensión entre el Emdt y los HdP si uno de los jefes muere sospechosamente pronto encarcelado en Loarre. En cuanto a medios y oportunidades cabe la posibilidad de que algún miembro del AE formara parte de la plantilla de guardias de Loarre o se colara en el castillo y consiguió acceder a Pere.
Como he mencionado antes, lo más probable es que la causa de las muertes fueran por causas naturales, una mezcla de factores del estado de salud de los hermanos Folch.
Sé que hay varios factores de riesgos, pero me voy a centrar en unos pocos que sean un poco evidentes, porque realmente lo que conozco de este tema son conocimientos generales y a parte de los Folch realmente conocemos poco y si me pongo a hacer un "diagnóstico" sería casi todo especulaciones.
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Amelia está delante de la lápida de su padre. En ella se puede leer:
ENRIC FOLCH I VENTALLÓ
BARCELONA (1826-1881)
Amelia recuerda a su padre. (Flashback*)
El padre pasa. Nada más mirarla a los ojos.
Enric: Hija, ¿te encuentras bien?
Amelia: (Recuperando la entereza) No es nada. Ya se me pasará.
Enric: (Afectuoso) A mí no me engañas. Estás triste porque Julián se va a Cuba.
Amelia le sigue la corriente y asiente.
Enric: (Abrazándola) Volverá. Ya lo verás.
Termina el flashback de Una negociación a tiempo
Amelia: Nadie vuelve. Nadie.
De repente, oye pasos a su espalda. Se gira y se encuentra a Alonso y Pacino
Amelia: (Sorprendida) ¿Qué hacéis aquí?
Alonso: Acompañaros en el duelo… Aunque sea un año tarde.
Pacino: Y saludarte… Como te fuiste sin decir nada.
Amelia: Lo siento… pero no me gustan las despedidas.
Alonso: ¿Quién ha dicho que esto es una despedida?
Pacino: Para nada… Cuando queramos vernos, nos hacemos unas puertas y ya está… A veces se llega a 1882 antes que al centro en 2017… Con los atascos que hay.
Amelia sonríe. Pacino le devuelve la sonrisa.
Pacino: Yo me marché, pero regresé. Tú también tienes que hacerlo.
Amelia: Me acabo de ir y no pienso en otra cosa.
Alonso: Os echaremos de menos.
Pacino asiente.
Amelia: (Llorosa) No menos que yo a vosotros.
Amelia se abraza a sus compañeros, tipo Jules et Jim. Pacino le dice algo al oído, que no podemos oír. Amelia se gira hacia él sonriendo y le mira emocionada. Es en primer plano. Con el primer plano congelado de Amelia le decimos hasta luego (sólo hasta luego).
Tiempo de esclavos, 3×06
*Este flashback de la escena en la que Amelia está quemando el diario no aparece en la versión final del capítulo.
Primero tenemos que son hombres de mediana edad, sabemos que Enric tenía unos 55(56) años cuando murió, y supongo que Pere es el hermano mayor y sería unos años más mayor que Enric, pongamos que sesenta o sesenta y pocos años (pero en el guión pone que tiene unos 50 años, por lo que si seguimos ese dato Enric es el hermano mayor)
Amelia, por fin sonríe. Y se dirige donde dos hombres hablan. Uno, elegante, de unos 50 años (Pere Folch). Otro, un joven apuesto de 35 (Eusebi Güell).
Pere Folch: No trobarà màquines com les nostres, l'hi asseguro. És una patent anglesa i tenim l'exclusiva.
Eusabi Güell: (Ofendido) No tinc el cap per negocis, Folch. Amb el Rei, entre la vida i la mort, a casa nostra!
Tiempo de esclavos, 3×06
De familia acomodada (dato curioso: si miramos la etimología del nombre Enric, cuyo origen es el nombre germano Heimarīch o Heinrich que viene significando "el que gobierna la casa") , por lo que tienen amplio acceso a comida, y dentro de su alimentación pues dependiendo de su dieta, pudiera llevar a niveles altos de colesterol (sobretodo por Enric, me da a mí que ese era de buen comer) y además de baja actividad física, son empresarios, así que no tienen porque depender de hacer trabajo físico.
Otra cosa que puede influir son algún problema cardiovascular que no estuviera teniendo un seguimiento o control médico necesario, por ejemplo arritmia, hipertensión o algún tipo de cardiopatía congénita.
Y que los factores mencionados, unido a una situación de estrés, como es claro en el caso de la muerte de Enric, al enterarse de una noticia del calibre de que habían detenido a Pere y por eso también se había incautado las acciones de la empresa, el impacto de recibir la noticia desencadenó el comienzo del ataque al corazón. Ahora la cosa es el caso de Pere, que en principio no parece que haya una razón de estrés, lo más cercano que veo es que el tiempo que estuvo en Loarre le pasara factura hasta el punto de sufrir un ataque al corazón, también teniendo en cuenta que las celdas Loarre no son sitios muy agradables que digamos. O si Pere estaba al corriente de lo que le había pasado a su hermano o si se había llegado a enterarse de que había muerto, enbel caso de que lo supiera, podría ser que Pere estuviera un poco más delicado por el tema.
En conclusión: Amelia vete dentro de unos años me iría buscando en el siglo XXI un buen sitio que tenga consultas de cardiología y ir por lo menos una vez anualmente, aunque en mujeres es menos frecuente ese tipo de fallos cardiovasculares, pero por si acaso, que de los miembros de la famila Folch que conocemos esa es prácticamente la principal causa de muerte (a parte de muerte por línea temporal errónea XD, bueno, ya paro con ese otro tema)
Hablando de Amelia y otras lineas de sucesos, en la cuestión de los sucesos de las fotos y la tumba, si habría sido alguna posible enfermedad cardiaca congénita un factor de su muerte.
Es cierto que en el tema de porque habría muerto Amelia en la primera versión de su futuro que se nos presentó es a estas alturas de la serie mera especulación, entre las que se podrían pensar que fuera por alguna enfermedad de la que ella se contagió, por algún cabo suelto del Ministerio o una misión que se complicase y Amelia acabase malparada o haya habido algún problema en su época, de esto último también podría surgir suposiciones como por alguna razón Amelia tuvo que irse de su época y por eso fingió su muerte.
Aunque lo más sencillo partiendo de los datos que tenemos de lo que hubiera pasado es suponer que el embarazo o el parto tiene algo que ver con su muerte, más el efecto del uso del corsé, usado para modelar el cuerpo de tal forma que se distinga la llamada "cintura de avispa" si se llegaba a ajustar a niveles un poco extremos , pero a largo plazo provocaba efectos negativos para la salud como el desplazamiento de los órganos internos, problemas de obstrucción circulatoria y respiratoria, por destacar un poco los principales efectos. Y a eso añadele que existían los corsés para embarazadas, que son corsés pero con algunas adaptaciones para el embarazo. En fin....
Retomando lo del embarazo y la muerte, entre las posibles consecuencias que puede acarrear eso, infecciones, hemorragias, problemas cardiovasculares etc, hay algunas que pueden llegar a afectar incluso hasta un año después de dar a luz, como es el caso de la miocardiopatía dilatada, que puede ser de origen genético (heredada) o si no fuera el caso puede aparecer por varios factores como el embarazo.
Remarco que para buscar enfermedades o causas de muerte a consecuencia de embarazo o el parto, tendría que tratarse de algo que no fuera muy temprano o muy reciente después del parto, y teniendo el caso de la cronología de los últimos años de Amelia de su anterior destino, la cual resumidamente es:
Puede que principios o mediados de 1883 (?): la boda
Finales de 1883/Principios de 1884: podríamos decir que por el aspecto de la hija en la foto de 1884, podría tener cerca de un año, y ubicar su nacimiento en el periodo de tiempo propuesto. (Lo de la fecha a principios lo pongo por ejemplo si fuera el caso de algunas teorías sobre que el padre biológico de la niña realmente era Lope de Vega, porque a lo mejor fuera el caso de que Amelia y Lope hubieran tenido un lío, por lo que ella se queda embarazada, y para tapar el asunto suiguiendo con el falso compromiso Julián y ella se casan)
1885: Amelia muere. La niña se queda al cuidado de Carme, Ernic y Julián
Sin entraren muchos detalles, la miocardiopatía se debe a que el músculo del corazón se vuelve menos eficiente en bombear sangre por todo el cuerpo y se muestran síntomas como dificultad para respirar, hinchazón en tobillos y abdomen, y cansancio, pero se puede tratar con marcapasos o desfibriladores automáticos implantados.
Un argumento en contra de esta suposición es que en lo poco que hemos visto a Enric y Pere, y por lo que hemos visto de Amelia, no se ha mostrado ningún indicio de miocardiopatía de origen congénito, más allá de puede que Pere y Ernic tengan algún probemilla cardiovascular por el asunto de la causa de sus muertes.
Cuando el tabernero les dejó comer tranquilamente, Alonso y Amelia tardaron tres milésimas de segundo en hacerle un reproche a Julián:
—¡¿Por qué le has dicho que se sentase con nosotros?! ¿No ves que está enfermo?
—Claro que lo veo. Tiene los síntomas de la fiebre amarilla, o vómito negro, como la llaman ahora, digo…, antes, digo…, cuando cojones sea.
—¿Y qué brebaje le habéis preparado? —inquirió Alonso.
—Un analgésico y antipirético.
Julián tenía buen olfato y conocía de primera mano el olor de las enfermedades. El aliento y el sudor cambian cuando una persona enferma: la hepatitis huele a pescado crudo; la diabetes, a acetona; la fiebre tifoidea, a pan recién horneado, y la fiebre amarilla, a carnicería.
—Y encima le dais nuestras medicinas —le recriminó Alonso—. ¡Valiente despropósito! ¿Es que queréis contagiarnos y luego dejarnos sin remedios en el botiquín?
—¿De verdad piensas que os haría eso, Alonso? Antes que agente, soy enfermero. Mi vocación es ayudar a la gente, jamás ponerla en peligro. El contagio de la fiebre amarilla es por picadura de mosquito, no por sentarse a charlar con alguien. Y aunque es una enfermedad incurable, no siempre es mortal. A cambio, se pueden aliviar los síntomas.
—Pues qué alivio —dijo Amelia, pero Julián no supo si ironizaba o hablaba en serio.
—Vosotros no os vais a contagiar porque estáis inmunizados. Yo mismo os vacuné en la última revisión. De esa y otras enfermedades tropicales.
Un mosquito zumbó cerca. Alonso le dio muerte de una palmada. Julián y Amelia le observaron estupefactos por la agilidad de su movimiento. Alonso levantó una ceja, orgulloso.
—Por si acaso.
El tabernero se acercó de nuevo a su mesa para agradecerle a Julián que se encontraba mucho mejor. El hombre tenía otra cara. El enfermero le explicó que no era ningún milagro. Los polvos surtían efecto durante unas horas.
—¿Y no tenéis más?
—Os puedo ofrecer todo el que tengo. Pero, igual que vos no regaláis el vino, yo no puedo regalar mis remedios.
—Entiendo… Y ¿cuánto cuestan?
—La cena, el vino, camas para los tres y ropas nuevas.
—Y desayuno —añadió Alonso—. Es la comida más importante del día.
El tabernero hizo cuentas en su mente y pronto ofreció los resultados:
—No tengo camas. Solo un establo.
—Entonces, que las ropas sean elegantes —zanjó Alonso.
No hay nada que el paracetamol no pueda conseguir si lo vendes en el siglo adecuado. El mesonero aceptó el trato y puso la mano. Julián le entregó 60 gramos —2 de « las antiguas» onzas— en sobrecitos de papel, aunque se guardó alguno por si acaso.
Entonces sonrió a sus compañeros, satisfecho por lo que había conseguido.
Libro "El tiempo es el que es". Parte 2: Después del buen tiempo, la tempestad. Capítulo V
Y además se supone que cada cierto tiempo habrá revisiones médicas para el personal del Ministerio, supongo que alguna vez se podría detectar algún síntoma. O no porque esos síntomas podrían clasificarse como circunstanciales o pueden ser síntomas de muchas otras cosas y que no tengan nada que ver y que la edad de Amelia pueda considerarse relativamente temprana (23-28 en lo que llevamos de serie) para que se presenten esos problemas de salud, me refiero a esto porque el nivel de estrógenos alto presente durante el ciclo menstrual se asocia con menores riesgos de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Si ese no fuera el caso, y la cosa de la miocardiopatía a consecuencia del embarazo fuese cierta, tenemos la situación de tratar la enfermedad implantando un marcapasos o algún DAI, pero también cabe la posibilidad de que en el momento del diagnóstico o después no fuera viable o posible operar a Amelia para implantar alguno de los aparatos ya mencionados, porque ella estuviera en un estado muy delicado o no hubiera medios para realizar de buena manera la operación, se podría ir a algún hospital de 2019 o 2020....u otro año anterior también valdria. O en un caso extremo, pues de alguna forma conseguir un DAI e improvisar una sala de operaciones en la enfermería del Ministerio si fuera posible.
Como siempre, muchas gracias por vuestra atención y si se os ocurre alguna cosa de la que queráis hablar o algo que queráis comentar sobre alguno de los temas que he estado contando aquí soy toda oidos. ♡
PS: Tengo en mente otro tema del que hablar, así probablemente en unos días publique algo de este estilo.
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witcheswritings · 4 years
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Lo notarías
Sumary: Simon teme ir a la casa de los padres de Baz, desde que son novios.
Simon no aceptó ir a la casa de los padres de Baz.
Eran las primeras vacaciones en su primer año en la universidad y llegado el momento, Baz invitó a su novio a la casa de sus padres. Iba a visitarlos luego de meses sin verlos y pensó que Simon aceptaría, básicamente porque no podía quedarse sólo en el piso que él y Penny compartían. La chica se iría con Micah y todos sabían que a pesar de la invitación para Simon, la pareja necesitaba estar a solas. Mientras que el nuevo Normal aún llevaba unas alas de dragón que requerían ser cubiertas con hechizos, si es que quería salir a la calle.
—¿Cómo que no? —preguntó Baz, levantando ambas cejas.
—No creo que sea buena idea —respondió el rubio. Se veía incómodo, revolviendo sus risos con una mano, sin siquiera sostenerle la mirada al otro—. Tu padre apenas se acostumbra a que tú tengas novio. No parece justo con él.
—Mi padre ni siquiera acepta en voz alta que soy un vampiro —le recordó, usando un tono que parecía llamarlo "idiota" tácitamente. Su argumento apestaba.
—Lo sé… es solo que…
—Si no quieres venir, solo dilo —lo cortó enfadado.
—No es eso… —dudó.
Baz no se molestó en seguir la discusión. Solo se puso de pie y salió del piso, ignorando que Simon lo llamaba a su espalda. No iba a aceptar que su novio hirió sus sentimientos al rechazar la invitación. Le gustaba tener al rubio cerca y pensarse lejos tanto tiempo era dolorosamente irreal para él.
Al día siguiente, Baz se marchó a la casa de sus padres, sólo.
—Creí que el señor Snow te acompañaría —comentó su madrastra, luego del abrazo de bienvenida.
—No pudo acompañarme —respondió neutro. Fingió que no le afectaba. Era tan bueno como su padre para no dejar entre ver lo que ocurría realmente en su cabeza.
Baz quería practicar violín antes de la cena. Necesitaba despejar su mente, antes de sentarse a la mesa y tener cara a cara a sus padres y hermanos pequeños, que querrían historias y plática sobre él.
Tocaría una de esas canciones que su madrastra detestaba, por ser demasiado taciturnas, y luego estaría mejor.
"Estúpido Snow" —pensó una sola vez, antes de comenzar.
Pero alguien llamó a la puerta de la biblioteca en la que se encontraba.
—Adelante.
—Basilton —susurró Vera. Ella lo llamaba así a solas, a pedido de Baz. Lo conocía desde niño, le era extraño que lo llamara "señor"—. Alguien lo busca —explicó nerviosa, sin siquiera disculparse por la interrupción.
—No espero a nadie —le aseguró, levantando las cejas extrañado.
—Es el muchacho rubio —soltó en un susurro más bajo, haciendo que Baz contuviera la respiración—. Es el señor Snow.
Baz se puso de pie y salió disparado con un agradecimiento a Vera, cuando pasó junto a ella. Corrió por las escaleras.
Cuando llegó al umbral de la puerta, se halló con una escena familiar: Simon, mojado, de pie en el centro de la alfombra de entrada. Tal y como la primera víspera de Navidad en que visitó su hogar, de improvisto.
Baz deseó burlarse de él. Porque era tan tierno y era tan inmensamente tonto por seguir intentando llegar a su casa en taxi, cuando sabía que (esta también) estaba embrujada y nadie quería entrar.
Al vampiro le hubiera gustado burlarse de él. Pero Simon temblaba. Simon lloraba.
—¿Simon? —masculló conmovido, aún inmóvil en el lugar.
—No atendías el teléfono —dijo el otro, con voz temblorosa. Luego sorbió su nariz.
Y algo hizo click en la mente de Baz: Simon no tenía magia que lo protegiera.
El moreno se abalanzó sobre su novio, para quitarle el morral que colgaba de su mano.
—Vas a enfermarte —lo regañó, sacando la varita para secarlo.
—Lo siento… —susurró lloroso—. No debí…
—Luego hablamos —le pidió, aún preocupado por las mejillas demasiado rojas y la nariz que seguía sorbiendo ¿Era el llanto o el frío?
—¿Basilton? —llamó la voz de su madrastra, cuando se acercaba a ver qué ocurría.
—Madre, Simon llegó ¿Podrías llevar un termómetro a mi recámara, por favor? Creo que está enfermando —se apresuró a decirle, antes de que ella hiciera preguntas que Baz no podría responder.
—De acuerdo —asintió la mujer, aún dubitativa. Luego salió.
—Lo siento —volvió a sollozar Simon. Lucía terrible.
—Cállate —le pidió con la preocupación tiñendo su voz. Si tan solo hubiera atendido al estúpido teléfono… pero no, él estaba ocupado siendo orgulloso—. Vamos. —Hizo que su novio pasara el brazo por encima de sus hombros para ayudarlo a subir las escaleras. Ya arriba, lo ayudó a ponerse uno de sus pijamas y lo metió en la cama. La piel estaba tomando temperatura, pero no sabía si era una buena.
—¿Baz? —preguntó con tono perdido.
—Aquí estoy, Snow —respondió más molesto que preocupado, esta vez. Ya estaba seco y bajo mantas, solo quedaba ver si lo que temía era cierto y Simon pescaba un resfriado, porque ya no era pura magia caminando por la nieve, sino solo un Normal.
—Lo siento...
—Ya lo dijiste, pero ¿por qué? —Se acomodó mejor, sentado junto a él en la cama.
—Por no venir contigo. Lo siento.
Baz sonrió desganado. No podía decirle que con llamar hubiera bastado y eso lo hacía sentir un poco culpable. Porque solo Simon Snow era tan tonto como para tomar un taxi y correr en medio de la nieve para hablar.
—Ok.
—¿Ok? —preguntó. Sus ojos tenían algo de inconsciente en ellos. Lucían algo perdidos bajo los párpados caídos. Iba a enfermarse, Baz tenía razón.
—Sí, está bien —le aseguró, tocando su frente con la palma de su mano. Necesitaría un termómetro para asegurarse, pero la piel estaba demasiado caliente y el contraste con su piel fría lo confundía un poco.
—De verdad, lo siento —repitió.
—Lo sé —le aseguró en un suspiro. Se inclinó cerca, recargándose sobre su codo, junto a la almohada de Simon, para mirarlo a los ojos—. ¿Me quieres contar por qué no querías venir? —susurró. Simon parecía tan frágil en ese momento, que no se sentía correcto elevar la voz.
—Tenía miedo.
—¿De los fantasmas?
—No —negó sin parecer percatarse de que su novio bromeaba con él—. De que lo notaras.
—¿Notara qué?
—De que notaras que soy menos que tú.
—¿De qué hablas? ¿Deliras? —Volvió a llevar la mano a la frente de su novio, comprobando su temperatura, pero Simon se removió, tomando la muñeca ajena para guiar la mano de Baz a su pecho.
—Aquí, en tu casa —explicó—, con toda la magia. Y el lujo. Y tu bonita familia —su voz tembló. Los ojos se rebalsaban en lágrimas—. Lo podrías notar fácilmente. Soy menos que tú. No soy nada en comparación…
—Detente —le ordenó—. No seas idiota.
—Siempre puedes cambiar de parecer —siguió, recordándole lo que dijo en el baile de graduación.
—No lo haré.
—Y si lo haces, yo voy a apartarme —continuó, pareciendo ignorarlo. Las lágrimas rodaban por sus mejillas ahora—. Tal vez me mate. Pero voy a apartarme, si eso quieres. Y aquí… aquí es tan fácil que lo entiendas…
—No voy a dejarte —lo cortó, apretando su mano—. Deja de decir eso. Yo no te dejaré. Te esperé demasiado, Simon —lo llamó por su primer nombre, intentando ser suave con el otro muchacho, a pesar de querer sacudirlo por la frustración—. Nunca, nunca creí que habría un final en el que tú tomaras mi mano y no me mataras. Pero lo tengo. Tengo este final contigo. —Besó el lunar de su mejilla, sintiendo la sal de las lágrimas en sus labios—. Y no voy a dejarlo. No me importa la magia. No, si te tengo a ti.
Simon aún lloraba, cuando sus dedos temblorosos se posaron en la nuca de Baz para atraerlo débilmente. Se besaron entre lágrimas y promesas.
Cuando llamaron a la puerta, debieron separarse. Baz secó las lágrimas de Simon con sus dedos. Un fugaz intercambio de sonrisas y Baz invitó a que pasaran. Era su madrastra con una bandeja con té y un termómetro.
—La próxima vez, podría solo venir con Basilton, señor Snow —comentó la mujer amablemente, dejando la bandeja.
—Lamento llegar así —se disculpó el rubio, mientras Daphne le entregaba el termómetro a Baz.
—No se preocupe. Es bienvenido cuando quiera. Pero parece que pescó un resfriado —señaló.
Baz puso el medidor en la boca de Simon, antes de que este hablara.
—Conoces las reglas, Basilton —le dijo la mujer, mirando hacia el sofá ubicado en un lateral de la habitación.
—Lo prepararé en un momento —murmuró, luciendo avergonzado—. Aún le teme a los fantasmas.
Ella acarició el hombro del chico, como si estuviera orgullosa o solo lo calmara. Simon no podría decidir cuál de las dos era.
—Fiebre —anunció Basil, cuando quitó el termómetro de la boca de Simon y lo examinó—. Felicidades, Snow. Pasarás unas horas en cama.
—¿Unas horas? —cuestionó extrañado. Los resfríos no tardaban horas en ser curados. Pero cuando Baz y su madrastra sacaron sus varitas, lo entendió—. No es… —no llegó a terminar la frase, cuando lo golpearon con hechizos de curación.
—Descanse, Simon. Nos veremos en el desayuno —se despidió Daphne, antes de irse.
Simon solo deseaba dormir. Se sentía extremadamente cansado. Tal vez por la fiebre. Tal vez por los hechizos.
—¿Duermes aquí? —le preguntó a Baz en un balbuceo adormilado.
—En el sofá —respondió—. Nuevas reglas de la casa, con esto de tener novio. Dicen que no es un motel, como para que traiga a alguien y duerma en mi cama. Iban a obligarte a tener otra habitación, pero les recordé que le temes a los fantasmas.
Simon apenas sonrió, embotado en sueño. Su último recuerdo fueron los fríos labios de Baz sobre los suyos.
Baz se levantó extremadamente temprano, a la mañana siguiente. Quería ensayar violín, antes de que Simon despertara para desayunar. Le dejó una nota, solo por si acaso despertaba antes de que regresara. Creyó que no era necesario, pero de cualquier forma lo hizo.
Se acomodó en la biblioteca, dispuesto a tocar algo que no fuera totalmente deprimente, ya que Simon le quitaba la inspiración para esas canciones; al menos cuando estaban bien. Pero nuevamente, alguien llamó a la puerta. Suspiró pesadamente, antes de invitar a que pasaran. Así fue que una cabellera rubia se asomó, con una sonrisa traviesa.
—¿Qué haces? —cuestionó en tono de regaño. Simon estaba descalzo, caminando hasta el sofá junto a él. Llevaba una manta sobre los hombros.
—Me asustan los fantasmas —bromeó, acomodándose con los pies sobre el mueble.
—Estás enfermo —lo regañó.
—Lo sé, por eso traigo la manta —replicó tranquilo—. Vera me atrapó cuando me escabullía por el pasillo, dijo que al menos debía traerla —confesó inocente.
—Voy a golpearte con otro hechizo de curación —le advirtió con enfado.
—¡Pero estoy mejor! —protestó con un puchero en los labios.
—Vuelve a la cama, Snow —le ordenó—. Te llevaré el desayuno —dijo, poniéndose de pie. Estaba claro que no podría ensayar.
—Pero ibas a tocar. —Señaló el violín.
—Lo haré luego —le aseguró—. Ve a la cama o te llevaré —advirtió. Simon sabía que estaba alardeando sobre su súper fuerza.
—¡Pero quiero oírte!
—¿Qué? —Arqueó una ceja.
—Nunca puedo oírte. Quiero hacerlo —le explicó.
Baz lo observó con sorpresa. No sabía que a su novio le interesaba lo que él pudiera o no tocar en el violín. Simon lo distraía, por eso no tocaba cuando él lo rondaba. Iba a decirle que lo haría más tarde, cuando estuviera seguro de que estaba recuperado, pero volvieron a llamar a la puerta. Parecía que las vacaciones estaban destinadas a interrumpirlo en su intento por ensayar. Esta vez, era Vera, quien traía una bandeja con té.
—Traté de convencerlo de dormir un poco más —Vera le comentó a Baz, dejando la bandeja en una mesilla—. Espero que usted lo convenza de comer y descansar, señor Pitch —casi fue un pedido. Les dedicó una suave sonrisa y luego salió.
—Gracias, Vera —dijo Baz. Suspiró, sirviendo el té y entregándole una taza a Simon—. Bebe esto y luego vuelve a dormir. Aún no estás recuperado, Snow.
—Solo si tocas para mí —negoció. Bebió un sorbo de té y sonrió ampliamente. Era ridículamente lindo cuando sonreía así.
—Debería mandarte a dormir con un hechizo —murmuró fingiendo que no había caído con esa treta. El esfuerzo fue en vano cuando su novio tomó su mano y lo miró a los ojos, casi suplicando en silencio.
—Por favor… —susurró—. Nunca tocas para mí.
—Me distraes —confesó de sopetón. Sentía sus mejillas ardiendo. Nunca se lo había dicho y aún le era extraño que Simon le dedicara esas miradas. No fue hace tanto que solo se insultaban y trataban de hacerse la vida imposible, en la escuela.
—Guardaré silencio —prometió.
Baz le sostuvo la mirada un momento. Porque nunca creyó que tendría un final en el que Simon Snow sostuviera su mano. Mucho menos, pidiendo que tocara, prometiendo guardar silencio.
—Desayuna. Yo tocaré —aceptó. Dejó un beso en su mejilla y se acomodó por enésima vez, para tocar. Fue un gran esfuerzo, pues su novio parecía entrometerse en cada uno de sus movimientos. Simon Snow era una constante distracción. Por eso falló las primeras notas, cambió de canción varias veces y se reacomodó en la silla como buscando una comodidad que no parecía capaz de conseguir. Suspiró, casi rendido.
—Te amo. —Baz dio un respingo, obligándose a mirar al muchacho a su lado—. Lo siento —dijo Simon, sacudiendo la cabeza de lado a lado, pareciendo volverse consciente de lo que había dicho. Agachó la mirada, pareciendo avergonzado de romper la promesa de guardar silencio.
—También te amo —replicó Basil, haciendo sonreír al rubio.
Baz quiso reírse. Era ridículamente gracioso que se hallara en un final feliz con el que fue El Elegido a su lado. Y con ese pensamiento; casi como si fuera magia empujándolo; cerró los ojos, digitó con los dedos sobre las cuerdas del violín, deslizando el arco, haciendo que una dulce melodía flotara en la habitación.
Simon dejó la taza de té, para acurrucarse en el sofá. Estaba sonriendo bobamente, disfrutando de uno de los muchos talentos que su novio tenía. A pesar de sus esfuerzos, se durmió arrullado en la magnífica interpretación.
Si debían ser sinceros, ninguno había creído posible un final en el que ambos fueran felices. Sin magia y con una melodía de violín, que no era triste, envolviéndolos.
Simon se enteraría, mucho más tarde, que esa canción no pertenecía a ningún violinista reconocido. Sino que era una composición propia de Baz. Después de todo, Simon Snow parecía interferir en todos sus movimientos.
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breezeblocks-28 · 3 years
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Una estudiante fue, es y será el amor de mi vida.
Ella tenía ojos claros “color gato” y carita pecosa. Era mi estudiante. Estaba en grado 11 de bachillerato en un colegio en una pequeña ciudad de Colombia. Nuestro amor no nació de la pasión, aunque para mí, ella es la mujer más hermosa que he conocido.
Todo era inocente. Empezamos a hablar interminables horas sobre cine, teatro, música, y otras cosas que ella no tenía en su vida cotidiana.
En ese momento ella vivía en una finca, con un padre controlador que, aunque tenía recursos, no compartía la curiosidad intelectual que evidentemente tenía su hija. Era una mujer muy, muy inteligente.
Yo, por otro lado, hacía poco me había ido a vivir solo. Recién me había graduado y empezaba a trabajar como docente en un colegio de esa ciudad.
El trabajo me gustaba, pero les tomaba cada vez más pereza a las adolescentes. Tenían poco interés en las materias y en las clases. Algunas mostraban interés por mí y creían que la “seducción” era mostrar escotes o hacer comentarios sexuales. Yo tenía claro que no quería nada de eso. Mantenía a raya a las estudiantes, pero con ella era diferente. Aunque tuviera claro que no quería ni podía estar con una de mis alumnas, ella se me metía calladamente en el corazón.
Yo no soy alguien supersticioso, pero con ella sentía que el Universo entero me hablaba. No escucharlo, creía, era un sacrilegio. Un día la vi en la biblioteca, estudiando física, con ese hermoso pelo color castaño claro, su cara preciosa y unas gafas que le daban ese aire de nerd que siempre me encantó.
Hablamos un rato y con la cabeza en contra, sin querer importunarla, sin querer sobrepasarme, pero con la convicción de que lo que decía era real y verdadero le dije lo siguiente: “si usted estuviera en la universidad, yo estaría locamente enamorado”.
Cuando caí en cuenta de lo que había dicho escapé de ahí entre la vergüenza y el pavor de que una estudiante modelo fuera a pensar que yo era alguna clase de pervertido o que estaba tratando de engañarla.
Además de ser su profesor, la diferencia de edad también era para mí un tema. Yo tenía 24 años y ella tenía 19. Eran 5 años de diferencia... Pero no la engañaba. Era cierto lo que sentía.
Después de eso ella no cambió conmigo. No se volvió ni más cercana ni más lejana. Era la misma estudiante callada, dulce y de buen humor, que todos los miércoles iba de 2 a 5 de la tarde a editar el periódico del colegio. Era mi momento de verla porque le ayudaba a montar las notas al sistema. La vida trascurría en eso. A mí me gustaba, no sabía qué pensaba de mí, pero tampoco hacía algo más allá porque no era el momento, no era esa la forma.
Un día ella me pidió que fuera a revisar un computador que su papá había adquirido y que estaba mal configurado. No les miento, acepté encantado, no solo por tener plan para ese domingo (y una platica extra que en Colombia siempre les hace falta a los profesores), sino por la posibilidad de verla. Su hermana y ella me recogieron en un punto que previamente me había indicado. Llegó manejando una camioneta enorme, sin uniforme y con maquillaje (que nunca usaba). Era raro verla así, vestida como una mujer.
Al llegar a la casa, conocí a su padre, a su madrastra (en todo cuento de hadas suele haber una madrastra malvada y esta no era la excepción pero eso es otra historia) y empecé a arreglar el computador. Sobre el final de la tarde, el trabajo ya estaba hecho y como ella debía recoger algo en una casa de su tía, muy cerca de donde estábamos, me ofrecí a acompañarla. La verdad es que, después de meditarlo mucho me había convencido de que ella se había metido en mi corazón.
Salimos de su casa y nos fuimos caminando, hablando de todo un poco, como siempre. Había un atardecer espectacular, el sol iluminaba las montañas y todo se veía de color dorado. “Dile lo que sientes o te vas arrepentir toda la vida”, me dije a mí mismo y así lo hice:
“Por favor no piense que soy un atrevido, no piense mal de mí, se lo ruego, pero creo que lo sé que guarda se pudre, lo que se pudre, envenena y yo no quiero que lo que siento por usted me envenene. Tengo que aceptar que siento por usted cosas lindas, que usted me encanta, que es la persona más maravillosa que conozco y que si no se lo digo me voy a enloquecer. No le pido un beso, no le pido que se acueste conmigo, solo le pido que me disculpe si me estoy pasando”.
Eso sí, cada vez que me preguntaban quién era el amor de mi vida, su nombre salía, sin la más mínima duda o pausa
Yo estaba preparado para todo. Para salir corriendo, para verla salir corriendo, para que se ofendiera, pero nunca, nunca no para su respuesta:
“Yo no sé si usted sea atrevido, solo sé que desde que lo conozco, me levanto y me acuesto pensando en usted y le pedía a Dios que me lo sacara de la cabeza si usted no era para mí porque me duele no tenerlo”.
Quedé frío, en shock. No pude ni quise tomarle la mano. Por un rato y en silencio seguimos caminando hasta la finca. Se me acercó y sin decir nada me dio un beso, nuestro primer beso. Más tarde ella me contó que el día de mi imprudencia en la biblioteca también había sido muy revelador para ella. Le había rogado al Universo por una señal de que yo era para ella y yo había llegado al otro día como un loco a decirle lo que le dije.
Durante dos años fuimos novios. Un noviazgo perfecto. No digo que carente de altos y bajos, no. Pero era una relación sin asomo de egoísmo. No era fácil lograr que ella saliera de la casa de su padre, entonces no podíamos vernos mucho, pero cada instante de esos años fue mágico, cada momento existía el deseo de ver al otro feliz y completo.
Después de ese tiempo, la distancia nos separó. En esa época -hace más de 15 años- no era tan fácil comunicarse y ambos asumimos cosas. Y al final una llamada, marcó el fin de la relación.
Al poco tiempo supe que estaba saliendo con alguien más. No me dolió el hecho que tuviera otra persona, sino que no fue capaz de admitirlo en su momento. Yo ya sabía que no estábamos juntos, pero me hubiese gustado que me lo dijera ella y no que me enterara así. Resulta que hubo una tragedia cerca de donde ella vivía y la llamé muy preocupado. Su respuesta fue fría y distante, me dijo: “A mi novio le duele mucho que usted me llame, por favor, no me vuelva a llamar nunca”. Siempre le juré que nunca le negaría algo que ella me pidiese y esa no fue la excepción. Corté todo contacto con ella. Tenía grabada esa llamada en la mente y mucho miedo a volver a sentir ese dolor.
Ella se casó y tuvo un hijo. Yo siempre respeté su decisión de cortar comunicación conmigo, aunque debo admitir que algunas veces supe de su vida por las redes sociales. Eso sí, cada vez que me preguntaban quién era el amor de mi vida, su nombre salía, sin la más mínima duda o pausa.
Tras meditarlo por más de 15 años, y ver una foto donde pude percibir claramente que ella no era feliz, decidí contactarla. Ya no tenía nada que perder y, creía estar listo para ser su amigo o, al menos, para saber más de ella. Ella aceptó y empezamos a hablar con mucha cautela. Tras días de conversación, me contó que su matrimonio de 15 años había terminado.
Yo no le había querido decir nada de vernos porque creía que no era el momento. Aún temíamos volver a estar cara a cara, pero nos rondábamos siempre. Era claro que nuestro sentimiento no había desaparecido. Al fin, ella me dijo que no quería perderme de nuevo.
Tomó un riesgo enorme, lo dejó todo, hizo un salto al vacío y lo hizo por mí. Justamente yo tenía un fin de semana libre en una ciudad relativamente cercana y ella, en un acto de locura, nobleza o lo que sea, dijo: “veámonos”. Compró un vuelo para el día siguiente.
Llegar al aeropuerto fue una odisea, me tomó casi 3 horas, pero todo valió la pena cuando la vi en la terminal. Nada había cambiado, éramos los mismos y nuestros sentimientos estaban ahí, intactos. Ahora nos vemos continuamente. Viajamos varias semanas al mes, así que, por ahora, la distancia no ha sido un problema.
...
Nota :
Personalmente, cuando leí esta historia en Internet que por casualidad encontré, me atrapó desde el primer segundo, cabe aclarar que soy una romántica empedernida y soy mas sensible que cualquier cosa en el Mundo... me gustaría saber si a alguien de la comunidad de tumblr también le parece fascinante como a mi.
Me encanta sentir como el profesor siente algo tan puro por ella, un amor tan grande que sin importar que ella no estuviera junto a él, siempre la observó desde la distancia y le deseó lo mejor, para mí, eso es el amor, desear siempre lo mejor para el otro sin importar si está o no a nuestro lado. El amor no es egoísta, el amor es puro y sin tapujos... Espero que todos algún día podamos encontrar un amor así, según yo, el amor es el milagro que todo ser humano se merece. Más que nada espero que cuando llegue a nuestras vidas, nos hayamos cultivado a partir de las buenas y malas experiencias, hayamos aprendido a valorar y a apreciar a las personas, (que así sean temporales, en algún momento en el tiempo nos ofrecieron la posibilidad de crecer) así haya sido con dolor, hay que ver a esas personas como maestros... Para que cuando llegue, estemos lisos para recibir y valorar ese regalo tan preciado, pero que sepamos hacerlo sin apegos dependientes, y sepamos amar libremente al otro, y no como una posesión.
Yo más que nadie sé que nunca es fácil perdonar a las personas, y muy curiosamente las personas que más amamos son las que más lecciones nos dejan y vise versa (decidí cambiar la palabra "daños" por "lecciónes")
... Uno se pregunta:
¿Por qué a mi?
¿Por qué así?
¿Yo que hice tan mal para merecerme eso?
Y es que yo creo que la vida no es justa, si fuera justa todos naceríamos en condiciones iguales, no habrían niños sin padres, o con hambre, o sin donde vivir.
Pero también creo que en su momento la vida nos pone situaciones que, aunque no entendamos porque nos pasan, tienen como fin hacer evolucionar nuestra conciencia , entender que todo cambia, ni las personas, ni los sentimientos, ni nosotros mismos , nos quedamos estáticos.
"Lo único constante es el cambio".
Y sí, hay experiencias duras, dolorosas, que uno siente que se muere, que no entiende el porqué, pero algún día miraremos atrás con tranquilidad y nos diremos a nosotros mismos que pudimos con eso, y podremos con muchas cosas más.
Hay que agradecer, hay que entender que el otro también es un ser humano y se equivoca, tal como nosotros, hay que dejar de idealizar y poner en un pedestal a las personas, pues a partir de ahí vienen las decepciones...
Hay que aprender a dejar ir, con agradecimiento, y a amar desde la libertad. Pienso que no hay nada mas genial que alguien se quede a tu lado por decisión propia y no por obligación.
No sé si esto lo lea 1 o 1000 personas, pero Espero que tú que estás leyendo esto, y para cada ser humano que esté pasando por una situación difícil (amor, trabajo, duelos, familia) , veas esta misma como una oportunidad para aprender de ella y crecer... Pero más que nada que tengas el coraje y el amor por ti mismo para cambiar esa circunstancia, que construyas la vida que quieres sin pasar por encima de nadie, que ames y que respetes a todos los que te rodean y a ti mism@ sobre todas las cosas, que sepas valorar a cada persona, cada momento, ya que son únicos e irrepetibles, que dejes ir de tu vida todo eso que no te trae paz 🕊, espero que sepas cuidar todo lo que es importante para ti, ya que nada dura para siempre pero aquello que cuidas dura más.
Más que nada recuerda que TODO pasa, los buenos y malos momentos, "No hay mal que dure mil años ni cuerpo que lo soporte".
Cada día ea una oportunidad para crecer, aprender, y amar con todo el corazón.
"El amor es lo único que somos capaces de percibir que trasciende las dimensiones del tiempo y del espacio". 🥀
I wish you all a long, and happy life.
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ghostlyinternetlove · 5 years
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Hoy sólo quiero sacarme unas cuestiones de encima.
-Es Ocho de Marzo y tenía una maraña de pensamientos haciéndome ruido en la cabeza-
Estoy enojada...
Por las veces en que se quitan el condón o te obligan a hacer cosas que no querés.
Cuando decís que no, cuando decís que te están lastimando y a propósito te lastiman más,
¿Cómo se le llama a todo eso? ¿Amor?
A alguien le dijeron “Solo cogemos cuando vos querés” y es como “???”
Sí, obviamente, ¿Por qué cogería si no quiero? ¿Estás obligada a cogerte a un maje cuantas veces quiera, a la hora que sea sólo porque tienen algún tipo de vínculo? ¿Entienden lo horrible que suena? Léanlo otra vez, “Solo cogemos cuando querés”. Se llama consentimiento, mi hermano.
¿Es que acaso somos muñecas inflables que podes OCUPAR?
No saben la cantidad de violencia simbólica que ejercen o quieren, ansían ejercer sobre nosotras, ni siquiera la entienden, son como animales.
No es de extrañar que te quieran decir groserías a la hora de coger, o pegarte, o degradarte o humillarte
¿Qué quiere decir de ustedes ese afán de demostrar superioridad, esa necesidad de violencia, de control, de poder?
Es decir, hay hombres promedio y después están los Ted Bundy y femicidas ¿Qué les diferencia?
La necesidad de demostrar lo machos que son porque en su día a día se sienten pequeños es la misma. Piénsenlo, medítenlo.
Como cuando casi me violan y el maje del que estaba enculada me dijo “Es que sos demasiado feminista, no sé porqué pensás que el mundo es como en tu cabeza”.
Como cuando mi mamá me dijo que yo sabía lo que podía pasar.
Como las veces que decía algo en clases y pasan de ello, lo desestiman, porque los incomoda y luego un hombre repite lo que dije y se lleva el crédito.
Como cuando un profesor en secundaria nos decía que si no se masturbaban pensando en nosotras no nos querían.
Cuando otro profesor de la nada me vio sentada y me bajó la media.
Como cuando los de último año te acorralaban en los pasillos.
O como cuando aquel imbécil le tocó una teta a una amiga en la subida de las escaleras después de recreo.
Como las veces que te siguen y enllavan la puerta y no sabes cómo correr de ahí.
Como la vez que me hicieron sentir culpable de que me acosaron en la iglesia el 24 de Diciembre del 2017.
Como las veces que me han dicho zorra personas que ni me conocen y bueno, hasta gente que decía quererme.
Cuando me dijeron “Bien me lo habían dicho, seguro en Managua se la cogen entre dos”
Como cuando me dijeron que soy feminista para excusarme y “poder actuar como zorra”
No. Soy feminista porque soy mujer y no tengo PORQUÉ JUSTIFICAR mi conducta ni mis acciones, porque no te debo nada. Nada.
Como la vez que mi profesor me seguía a la biblioteca, al bar central, me esperaba en los pasillos vacíos y me castigaba en clases por no corresponderle.
Como cuando casi me violan en la casa de un amigo.
Y años después, un desconocido.
Y años antes de todo eso, una cara conocida.
Y estoy harta, verdaderamente cansada de dar explicaciones y pedir permiso para hablar, por cómo hablo, por lo que hago con mi cara, con mi pelo, con mi ropa, por cómo camino, por dónde camino, por con quién camino. Harta.
¿Cuánta mierda hay que aguantar de la gente que uno quiere para que uno diga basta?
Cuántas veces te las tienen que pegar para que te vayás, cuántas veces te tiene que levantar la voz, te tiene que empujar, te tiene que revisar el celular, te tiene que hacer mala cara cuando dijiste algo que no le pareció, cuántas veces te pidió que te cambiaras, cuántas veces te dejó sola  cuando le pediste ayuda, cuando lo necesitas, cuántas veces se tiene que cagar en vos antes de un día importante en las clases o el trabajo, cuántas veces te tiene que hacer un cuadro bolo y cuántas veces más te tiene que pedir perdón también bolo para que lo dejés.
Odio la manera en que siempre somos las malas, siempre hacemos mal, si lo perdonas, si lo dejás, si sos muy de dejar pasar las cosas o si sos muy contundente. Si sos muy sensible o si sos muy cortante.
Cuando un “amigo” o conocido te acosa y es inapropiado, si le contestas con un “sobre loquito, dale pues” y sos condescendiente, después es un “ah pero ella nunca le puso un alto”, pero si lo haces y les expresas tu inconformidad y lo incomoda que te ponen la respuesta es “uy maje, no sabía que no aguantabas una broma, sos de azúcar, así trato yo a mis amigas, sos una exagerada”.
Así que sí, las mujeres recibimos mierda en todas las esferas de nuestra vida.
En el colegio, en la universidad, en el trabajo, en la casa. De parte de gente que no nos conoce, pero sabe quiénes somos, de nuestras ex parejas, de parte de las actuales, de los tales culitos que sólo quieren usarte, de la persona que amas.
Solía sentirme sola, verdaderamente sola. Las mujeres me han salvado de esa desesperante realidad.
Recuerdo cuando me vine a vivir a Managua y al final del primer cuatrimestre con mi compañera de proyecto de Reflexión Teológica, nos estábamos desahogando. Esta maje es una de las personas más inteligentes que conozco, siempre prestaba libros en la biblioteca, vive con su mamá y su hermano, su papá era un violento, se separaron, no es responsable, y después de contarle lo sola que me sentía, lo que me hacía falta llegar de clases a una casa en que alguien me estuviera esperando y con quien pudiera hablar me respondió diciéndome que las puertas de su casa siempre iban a estar abiertas para mí.
Eso es un ejemplo de lo que la solidaridad entre mujeres es y significa, es incondicional y es probablemente una de las cosas más puras que existe.
Realmente nunca he estado sola, desde que recuerdo siempre ha habido una mujer guiando mis pasos, acompañándome o recordándome lo valiente que puedo ser.
Y leyendo o escuchando mujeres haciendo arte, en cualquiera de sus expresiones siempre me ha reconfortado porque de alguna forma siempre vamos a lograr identificarnos a través de nuestras vivencias, de nuestros dolores, de nuestras luchas y de nuestras alegrías y esto último me importa enunciarlo porque es tan común y creo que no es lo suficientemente apreciado o reconocido, como nos alegramos por la otra y cómo esa alegría se vuelve nuestra y es... no sé, no les puedo describir ese sentimiento, pero sé que lo entienden.
Porque nosotras no encontramos lazos de camaradería en solapar mierda, ni en denigrar a otros, ni en creernos más. Nosotras nos encontramos como espejos a pesar de las diferencias en la resistencia. En el amor. En el llanto. En el sentir. Porque sentimos y abrazamos eso que somos.
Y es que leyendo a Emily Dickinson, a Rosario Castellanos, Pizarnik, a Storni, a Simone, A Virginia Woolf, a Maya, a Atwood, a Austen, a Sexton, a Dworkin, a Audre, a Plath, a Elena Garro, a Gabriela Mistral (el otro día estaba leyendo una recopilación de Gabo y decía algo como “De tres premios Nobel de literatura que ha obtenido América Laguna, dos fueron chilenos, Uno de ellos, Pablo Neruda, el poeta más grande de este siglo” me pegué una arrechura porque MISTRAL>NERUDA, es como Elena Garro>Octavio Paz, no sé si sabían, pero Octavio Paz, premio Nobel de Literatura, le quemaba y rompía lo que escribía a su mujer, que fue inmensa, por miedo, por complejo de inferioridad. Y le decía loca. En tanto Neruda, iba de mujer en mujer, usando y desechando, pobre Matilde y pobre su hija, Malva, también) pero bueno, volviendo al punto, leer a otras mujeres es darse cuenta de que tenemos una muchedumbre y una diversidad de voces dentro de una misma y que están ahí contenidas, que tenemos que dejarnos salir de nosotras mismas para que nuestra voz se haga una junta con todas las otras que andan por ahí, buscando encontrarse, y reconocerse.
Acuerparse.
Recuerdo leer el Diario de Ana Frank, como a los siete y llorar y llorar porque sentía que había dos Anas dentro de ella, una buena y otra... que no tanto. Esta era una niña que me doblaba la edad, pero en quien me hallaba.
«Deambulo por las habitaciones, bajando y subiendo escaleras, y me da la sensación de ser un pájaro enjaulado al que le han arrancado las alas violentamente y que en la más absoluta penumbra choca contra los barrotes de su estrecha jaula al querer volar. Oigo una voz dentro de mí que grita: ¡Sal afuera, al aire, a reír! Ya ni le contesto; me tumbo en uno de los divanes y duermo para acortar el tiempo, el silencio y también el miedo atroz, ya que es imposible matarlos»
A los siete me sentía así y hoy, a los diecinueve, igual.
Y hablando de referencias a pájaros, recuerdo “Yo sé por qué canta el pájaro enjaulado” de Maya Angelou, a quien amo profundamente. Los papas de Maya se separaron y la mandaron, a ella y a su hermano, a vivir en el Sur de Estados Unidos con su abuela y su tío lisiado, al último tenían que  esconderlo en entre las papas y las cebollas cuando el KKK hacían ronda por esos lados. A Maya la violó el novio de su mamá a los siete años, fue a juicio, ella tuvo que testificar, el hombre salió de la cárcel y lo mataron, ella sintió que sus palabras mataron a un hombre así que entró en mutismo por cinco años.
«The caged bird sings
with a fearful trill,
of things unknown,
but longed for still,
and his tune is heard
on the distant hill,
for the caged bird sings of freedom.»
 Pude hablar de que me abusaron hasta los 17, estaba en clase y el profesor hablaba de los mecanismos que tenía la universidad para denunciar el acoso, de que teníamos que acudir con pruebas y fue de esos momentos, en que es como si tu alma se separara de tu cuerpo y pudieras observarte desde afuera, que me escuché decirle a mi amigo Pedro, “pero es que no es tan sencillo, a mí me violaron a los 6 y todavía no sé cómo decirlo” pero lo estaba diciendo, y salió tan natural y fue una afirmación por primera vez.
Toda la vida desde que tenía memoria recordaba una serie de imágenes entrecortadas y me preguntaba ¿Eso es un sueño recurrente o un sueño de hace mucho tiempo que sigo recordando? Porque no quería ni contaminar mi cabeza con el pensamiento de “No, eso realmente pasó y aunque querrás enterrarlo mil metros bajo tierra va a seguir saliendo a la superficie de tus pensamientos. Y no se va a ir”.
Y no se ha ido. Pero al menos puedo enunciarlo, a mí misma, a otros. Al menos pude buscar ayuda, y vaya que les agradezco a todas las mujeres que han estado ahí para mí en todo el proceso.
Así que, un día, un amiga me llamó para preguntarme sobre el tema y mi mamá me escuchó, así que estábamos en la calle comiendo y me dijo “Vos te acordás de...”
Y casi vomito. Nunca hable porque tenía miedo y asco... y vergüenza. Pero ella sabía. Yo le dije, a los 6. Yo le dije. Y ella puso una denuncia y habló con una psicóloga. Y le pregunté si mi papá sabía y sí, también sabía. Tampoco dije nada porque sentía que lo iba a destrozar en pequeños pedacitos, porque lo recuerdo diciéndome con lágrimas en los ojos que no saludara de beso, que no estaba obligada a abrazar siquiera a alguien que no quisiera, que no confiara demasiado en los adultos, que por favor siempre le contara todo. Y cuando me decía eso, yo no sabía cómo decirle que entendía porque lo hacía y que igual, ya me había pasado.
Odio el hecho de que una vez que te abusan, quedás como enferma para el resto de tu vida. Sólo no se va, sólo no se supera, sólo se afronta de otra manera.
Odio pensar en mí como una víctima, lo detesto.
Odio pensar en ese hombre interactuando con sus sobrinos.
Odio que por años lo seguí saludando igual.
Odio que toda la vida me dijeron, no te quedés muy cerca de -, te mira de forma extraña.
Odio verlo en misa, estirando la lengua a la hora de la comunión.
Odio verlo con pareja y ella sin imaginarse quién realmente es.
Odio que he tenido el impulso de decirle a niños que no se acerquen a él, nunca.
Odio que lo sigo cubriendo y amparando con mi silencio.
Odio que ni siquiera puedo decir su nombre.
Odio que cuando pienso en eso y estoy sola siento rabia, pero puedo llorar.
Odio que cuando se me viene eso a la cabeza, pero estoy acompañada, no puedo llorar, me siento atrapada y siento como todo se encoge y las paredes y la gente me asfixian.
Odio cuando hacen chistes de violaciones porque empiezo a temblar de odio.
Odio que no se imaginan lo que me ha pasado y esperan que me ría con ellos.
Odio que nunca comprendí porqué desde niña nunca he podido dormir como una persona normal.
Odio que a veces paso horas vomitando sin poder controlarlo.
Odié cada segundo que me sentí sola en esto.
Me reconozco el hecho de que he podido sobrevivir, pero como cuesta.
Odio pensar en lo que me pasó y odio vivir a la defensiva.
Odio mirar hacia atrás cada 30 segundos.
Odio caminar con las llaves entre los dedos.
Odio a esos policías apostados afuera de los portones que me dicen asquerosidades cuando voy a comprar cigarros. Odio que a estos no les puedo sacar el dedo o decirles el asco que me dan.
Odio recordar que cuando teníamos 12 e íbamos a comprar comida frente a emergencias después de danza fueron de las primeras veces que nos acosaron y que a mis amigas les daba miedo que yo les respondiera a esos hombres.
Odio recordar el hombre en moto y con casco parqueado frente a pizza Roma que se empezó a masturbar cuando íbamos pasando después de clases.
Odio recordar al hombre en bicicleta que nos dijo que nos destrozaría la vagina a las dos cuando veníamos de correr en Fátima.
Odio recordar al maje que nos siguió desde la gasolinera de Sutiaba hasta Laborio.
Odio pensar en los dos hombres que nos siguieron desde La Asunción hasta la U de M.
Odio pensar en el maje que me siguió desde el cementerio hasta la puerta de la UCC.
Odio soñar con el hombre que casi me viola en la puerta de mi casa.
Pero también odio pensar que no sólo los desconocidos nos ultrajan, también lo han hecho conocidos, gente que creía amigos, mis novios. ¿Qué haces cuando la gente que amas no está exenta de violentarte?
Si algo me han enseñado las mujeres en mi vida es “Encontrá una voz y no la soltés nunca, es todo lo que tenés.”
Así que después de toda una vida en que me han querido tratar de prepotente, muy ruidosa, con demasiadas opiniones, demasiado exigente, demasiado demandante, de que no tengo saciedad, de que no sé conformarme, demasiado expresiva, demasiado emocional, demasiado enojada, demasiado triste, con demasiadas energías, no lo suficientemente humilde, que es mejor en ciertas ocasiones calmarse o callarse o guardarse lo que se piensa, sienta y opina. Sólo quiero decirle a todo ese ruido “No”. No te voy a dar la comodidad de mi silencio, no me van a amedrentar de esta manera con mi consentimiento nunca más. Sólo quiero decirles que su “Mujer que sabe latín, no tiene marido ni tiene buen fin” ya no significa nada para mí.
Tengo una amiguita en León que vende chicles y sueño con verla un día de uniforme, igual que a mí hermana de 10. Sueño con un mundo menos brutal para las mujeres y con un país que no las mate. Con un país donde no las obliguen a parir, donde no las obliguen a saludar de beso a su abusador, donde no las maltraten, donde todos los días tengan alguien, aunque sea una persona que las abrace y les diga que ellas pueden lograr lo que sea, que pueden ser escritoras, doctoras, abogadas, lo que sea, pero no que solo lo digan, un país que les garantice cumplir esas metas, un país que las proteja.
Porque Nicaragua es un país con nombre de mujer; pero en el que matan a sus mujeres.
Porque el año pasado hubieron 63 femicidos.
Porque en este año van 14 femicidios.
Porque por si lo olvidaban, ese 63 y ese 14, no son cifras. Son mujeres.
Son personas. Tenían una madre, tenían familia, tenían amistades, tenían sueños, tenían anhelos, tenían cosas que les dolían y cosas que las hacían felices. Como yo y como vos.
Y no se murieron porque sí. Les arrebataron el derecho a cumplir con sus sueños, les arrebataron las risas y los llantos, les arrancaron la vida.
Por último, recordar pedacitos de este poema, que es mi ancla para días como estos. Y gracias, a todas las mujeres, por existir, por ser, por levantarse todos los días y dar la lucha, en las aulas, en las calles, en los mercados, en el campo, en las oficinas, en todos lados. Mi papá siempre me ha dicho que las mujeres nacieron con temple y sí. Me lo demuestran todos los días. Gracias.
 “You may write me down in history
With your bitter, twisted lies,
You may trod me in the very dirt
But still, like dust, I'll rise.”
“Did you want to see me broken?
Bowed head and lowered eyes?
Shoulders falling down like teardrops,
Weakened by my soulful cries?”
“Just like moons and like suns,
With the certainty of tides,
Just like hopes springing high,
Still I'll rise.”
“You may shoot me with your words,
You may cut me with your eyes,
You may kill me with your hatefulness,
But still, like air, I’ll rise.”
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cronicasterrestres · 5 years
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De mí para vos (que también perdiste a tu mamá)
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"Hola, ¿cómo estás? Perdón si es desubicado de mi parte, pero falleció la mamá de un amigo que vos conocés. Y pensé en vos", comenzaba diciendo el mensaje que me tomó por sorpresa. "Sé que vos viviste la misma situación, y por eso perdón si este mensaje es desubicado, pero siempre vi cómo lo pasaste vos, con la fuerza y voluntad que pudiste atravesar ese momento tan jodido, tan... no lo quiero ni imaginar", seguía diciendo. "La cuestión es que creo que le haría bien que alguien que pasó por lo mismo hable con él, en algún momento, de alguna manera. Otra vez, perdón si es muy desubicado de mi parte, pero tenía que hacerlo. Te mando un beso grande", concluía.
Ese fue el mensaje que un día me empujó a darle un nuevo encare a la muerte de mi madre. De una u otra forma, siempre había intentado ayudarme a mí: escribiendo, compartiendo en crónicas lo que sentía y me pasaba. Pero hasta ese momento no había pensado que mis vivencias pudiesen servirle a alguien más. Y menos que menos para atravesar un momento tan difícil. Sin embargo, ese mensaje me enfrentó a un nuevo desafío: transformar mi dolor en un abrazo.
No demoré en responder que sí, que me tomaría el tiempo de escribirle a esa persona, para decirle cualquier cosa que me saliese. Y aunque en el momento me pareció bastante sencillo, porque muchas veces había hablado de lo que sentía, en los días siguientes caí en la cuenta de que no sería tan fácil como pensaba. Varias veces me enfrenté a la hoja en blanco y pensé cómo encarar el tema, qué decir que ya no hubiese dicho, cómo decir todo lo que podía "servir para algo" de forma tal que sí sirviese y que no resultase en un par de frases de esas que vienen escritas en los sobres de edulcorante. Después de todo, era como hablarme a mí mismo: pero no al que era ahora sino al que era hacía varios meses atrás.
Después de meditarlo durante casi dos semanas, me decidí a hacerlo. Con incertidumbre, sin saber muy bien hacia dónde iría con todo lo que quería decir, pero con la empecinada idea de no postergarlo más y de no callarme nada, por más duro que pudiese sonar por momentos o por demasiado sincero que resultase ser.
Esto fue lo que escribí y luego le mandé:
"Tengo que decirte la verdad: un alguien que tenemos en común se me acercó y me dijo lo que le había pasado a tu mamá. No tenía idea y, para serte franco y sincero, no estabas ni estás en la lista de personas en las que pienso todos los días. Sin embargo, alguien consideró oportuno venir a mí y decirme lo que le había pasado a tu mamá y a vos. Primero me sorprendí, claro. Pero enseguida entendí que por algo estaba ese alguien ahí hablándome a mí sobre vos. Quizás nunca nos unieron demasiadas cosas, tal vez un par de encuentros de no más de diez o quince minutos, alguna charla a la pasada. Pero, desde que tu mamá no está, nos une algo tan hondo y tan ancho que quizás no se parezca a nada de lo que me une con muchas de las personas que conozco de toda la vida. Vos y yo tenemos ahora en común el más amargo de los dolores: haber perdido a nuestra mamá.
Tengo que decirte otra verdad: hace ya algunos días que sé lo que le pasó a tu mamá, pero decidí que esta suerte de mensaje/carta te llegase después de que tuvieras "un poco de aire", para que el filo de estas palabras no te entristezca, pero sí te arrugue el corazón durante los pocos minutos que dura un ratito de sinceridad. ¿Cuándo iba a ser el momento justo para escribirte? No lo sé. Pero así es esto: cada uno tiene su tiempo. Y eso es lo primero que me gustaría decirte: no dejes que nadie ni nada te diga por cuánto tiempo tenés que sufrir.
Claro que existe el duelo, y está lleno de definiciones al respecto, pero la experiencia de vivirlo es muy diferente a lo que pueden decir los libros o un par de renglones en la web. Para sufrir no hay tiempo. Para volver a tener ganas de respirar, tampoco. Y no es justo que alguien te obligue a levantarte de la cama si lo único que querés es dormir. Date tu tiempo. Sufrí, no lo tapes. Sufrí, no lo esquives. Sufrí, es el momento para eso. ¿Por qué? Porque se te partió el alma en mil pedazos, y no hay pegamento que valga. Y, en caso de que existiese, no te recomendaría usarlo. Hay veces en las que el dolor tiene que estar, y esta es una de esas veces. Vas a aprender a conocer tu dolor, a entenderlo, a hablar con él y a vivir con él. No lo vas a espantar ni a darle una patada en el culo de un día para el otro. Vas a darle su lugar y dejar que te hable, y también a hablarle. Y la verdad es que aunque suene pesimista, me atrevería a decirte que ese dolor nunca va a dejar de estar contigo. Como tampoco nunca dejará de estar tu mamá.
Suena a frase armada y a lo que muchos pueden haberte dicho en los últimos días, pero, de una manera u otra, es infinitamente cierto: ella ya no está, pero está. Está en todo lo que hicieron juntos, en todas aquellas cosas que compartieron sin siquiera ser conscientes de que estaban haciendo algo juntos: en las veces que esperaron juntos mientras hacían la fila para pagar en el supermercado, en las veces que bajaron juntos en el ascensor, en las veces que cantaron a los gritos la misma canción desde rincones diferentes de la casa, en las veces que se alcanzaron un vaso de agua mientras el otro tenía fiebre en la cama y en las veces en las que se dieron un largo abrazo porque hacía un verano entero que no se veían. Todas esas veces ya no están, pero están: el recuerdo de esos momentos vivirá por siempre en alguna esquina tibia de tu corazón, y puedo asegurarte que, con el tiempo, esas pequeñas llamitas irán volviéndose una dulce hoguera que todos los días vivirá contigo. Porque ella ahora no está, pero está, como siempre estuvo. La vas a encontrar una y mil veces entre las gentes en la calle: vas a llegar a tu casa con la sensación en la panza de que vas a abrir la puerta y va a estar sentada en el sillón o asomada en el balcón; vas a despertarte, ir a su cuarto y esperar que esté allí acostada mirando la tele. Y todas esas veces, aunque no esté, va a estar. Vas a aprender a encontrarla. Vas a aprender a verla y a sentirla y a escucharla en todos aquellos lugares donde siempre estuvo; pero, sobre todo, vas a aprender a sentirla al lado tuyo, todo el tiempo, todos los días, como nunca antes.
Anoche fue una de esas noches en las que no podía dormir porque la amargura no me dejaba respirar bien. Pasé varias horas girando de un lado para el otro en la cama, hasta que decidí encender la luz, sentarme y agarrar un libro de los muchos y variados que tengo en mi repisa. Elegí uno con cuentos: al abrirlo, descubrí que había leído solo uno de todos los que tenía; pero eso, lejos de desmotivarme, me dio coraje. Por algo estaba allí, en ese ahora. Y no me equivoqué. El libro se llama "Criaturas de un día", de Irvin Yalom -un psiquiatra que sabe llegarle a la gente-, y el cuento se titula "Sobre ser real". Te recomiendo que lo leas, pero me gustaría rescatar una frase allí escrita: "Lo que digo es que imaginar los finales puede ayudarnos a enfrentar el presente con más vitalidad".
Está claro que no sé qué le pasó a tu madre ni cuáles fueron las circunstancias que llevaron a que se fuera. Pero sí puedo decirte algo: mi madre jamás vivió pensando en que se iba a morir. Nunca. Y nunca nos transmitió la idea de que morirse era una posibilidad. ¿Y sabés qué? No necesitamos de la terrible sensación de que todo puede estar a punto de acabarse en cualquier momento para valorarnos, para querernos, para mimarnos ni para cuidarnos o para saber que un instante que atesoraríamos para siempre estaba sucediéndose delante de nuestras narices. Sí, la frase del libro de Yalom y lo que te digo parecen contradecirse, pero no. Al nunca imaginar lo que podía pasar, al no dimensionarlo, de alguna manera, vivimos cada día como si fuese el último, y la posibilidad de que eso sea así nunca es ajena. Siempre puede ser el último día. Y también es cierto que valoramos mucho más las cosas cuando no las tenemos. Pero, ¿sabés qué? No tener a tu madre no tiene que ser un castigo que te obligue a aplaudir con tristeza todo lo que alguna vez tuviste. En su momento y a su forma, lo valoraste, lo sonreíste, lo abrazaste, lo agradeciste. Tal vez en silencio. Tal vez casi sin darte cuenta. Pero lo hiciste, estoy seguro de que sí: porque vivirlo alcanza para que te haya quedado en el corazón con gratitud. Y ahora eso es lo único que importa. Entonces, sí: a veces, imaginar los finales puede ayudarnos a sentir más vivo el presente. Y ahora que tu mamá y mi mamá no están, y que la película parece haber terminado, ¿qué otra cosa podemos hacer que no sea echarnos a mirar todo lo que pasó, escena tras escena, y a descubrir momentos en los que estábamos, pero ni siquiera nos habíamos dado cuenta? Tomate un rato y pensalo: ¿cuántas cosas compartieron? Sí, claro que muchas no volverán a pasar con la misma exactitud y perfección con la que alguna vez pasaron. Pero sí que volverán a repetirse una y otra vez en tus recuerdos, con la hermosa sensación de que tuviste y tuvieron la suerte de que alguna vez hayan sucedido. Tuvieron la fortuna de coincidir en este mundo, en esta dimensión, en este punto de la existencia: ¿acaso eso ya no es motivo suficiente como para mirar hacia atrás y después sonreírle al cielo? Vas a ir dándote cuenta de que sí.
Podría decirte muchas cosas que van a pasar. Vas a despertarte llorando en el medio de la noche y no vas a encontrar consuelo. Vas a ir caminando por la calle, te vas a cruzar con un pensamiento y vas a sentir que te golpean en el medio del estómago. Vas a gritar y a pedir desesperadamente que vuelva, que te responda, que no te deje solo. Y no, claro que no va a volver. Pero no estás solo: y no podés perderlo de vista. Tu mamá ya no está para darte un consejo, pero, con el tiempo, vas a poder cerrar los ojos y saber a ciencia cierta qué te hubiese dicho. Porque su biblioteca entera de consejos está allí, en todas las veces en las que te escuchó y luego te aconsejó. Eso no se fue a ninguna parte. Pero, como te dije, no estás solo. Hay personas que te quieren y que quieren verte bien. A veces no van a saber cómo ayudarte y vas a querer alejarlas para no arrastrarlas a tu nube gris. Pero van a seguir ahí, tan cerca como las necesites o las dejes. Y cuando quieras llorar, estar con alguien en silencio o simplemente salir a tomar una, solo tendrás que hacérselos saber. No te encierres; te lo digo yo, que lo he hecho una y mil veces. No lo hagas, no te hagas ese daño. ¿Por qué insisto tanto con eso? Porque lo entendí al sufrirlo en carne propia. Si ya estás triste, ¿para qué agregarte otro sentimiento amargo como es el de la soledad? No te llenes de soledad, llenate de abrazos. De charlas sobre cualquier cosa. De silencios juntos. Dejate ayudar. Y haceles saber a los que te quieren que querés que te ayuden: a veces, muchos van a querer hacer algo por vos, pero no van a saber cómo ni cuándo, ni en qué medida. Así que, de vez en cuando, encendé una luz que los ayude a ayudarte.
Una Navidad, ya no recuerdo cuál, pero sé que hace varias atrás, Papá Noel me regaló un tren que ocupaba todo el piso de mi cuarto. Las vías de plástico negro iban y venían de aquí para allá, pasaban por abajo de la cama y salían al otro lado del escritorio. Y ese tren podía volar con mi imaginación, pero poco podía traccionar hacia adelante en las vías si no había algo que lo empujase: las ganas de mis manos o la fuerza de las pilas. ¿A qué viene todo esto? A que va a haber muchas veces en las que no vas a tener energía. Y no me refiero a la energía que podés recargar durmiendo todo un fin de semana. No. Hablo de otra cosa. Hablo de la energía que bombean el corazón, la mente, el alma. Esas ganas llenas de ganas. Muchas veces vas a sentir que no tenés la energía suficiente como para tener una charla, para dar una pelea, para pensar en qué cocinar para la cena e incluso para elegir qué película ver. Quizás te parezca exagerado, pero puedo asegurarte que, de ahora en más, la vida se verá distinta, desde otra perspectiva o con otros lentes, como lo prefieras. Habrá cosas que valdrán la pena y otras que no, incluso las que antes la valían. Y cada una de esas veces en las que sientas que no tenés energía para algo o para alguien, escuchate y respetate. No te fuerces, no te obligues, no te empujes. Ni tampoco intentes tapar este dolor con una curita. La energía va a volver... pero no después de una siesta de verano mientras llueve.
Te mentiría si te digo que pronto vas a estar bien. No. No lo vas a estar. Porque tu mamá se murió. Y es como si el mundo se te viniese abajo cada vez que te acordás y que te das cuenta de todo lo que pasó en muy poco tiempo. Lo repito una y otra vez: reivindico nuestro derecho a estar tristes. Pero también te repito lo que ya te dije: tristes, pero no solos.
No sé cómo vas a tomar todo esto. Tampoco sé cómo vas a tomar que todo esto te lo diga alguien que es prácticamente un extraño, alguien que nada sabe de tu vida ni de todo lo que has pasado. Pero sí sé una cosa: cuando me pidieron que te escriba, supe con todo mi corazón que quería hacerlo. Lo hubiese hecho por vos y por cualquier persona. Así que aprovecho para decirte que voy a compartir con quien lo quiera leer esta suerte de mensaje. Porque así como espero que todo esto te ayude en algo, también espero que pueda ayudar a alguien más y a otros tantos. Deseo con todo mi cariño que estas letras sirvan para que otros como vos y yo, que han perdido a su madre y han descubierto las más amargas de todas las lágrimas, puedan encontrar la manera de sanar. ¿Sanar? Sí, sanar: aprender a vivir con su ausencia. Porque no está, pero está".
Así lo abracé a él. Y te abrazo a vos también si estás acá por la misma razón.
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elmartillosinmetre · 4 years
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“Me alegra que se anuncien medidas, pero todo es muy precario aún”
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[Josetxu Obregón con la tapa de su violonchelo, un Sebastian Klotz de 1740. La foto es de Michal Novák]
El violonchelista Josetxu Obregón presenta en Glossa su último disco al frente de La Ritirata, un acercamiento a la música vocal e instrumental de Caldara para su instrumento
Posa orgulloso con la tapa de su instrumento, un violonchelo fabricado por Sebastian Klotz en 1740. "En uno de los viajes se le abrió una grietecita que obligaba a abrirlo para repararla, y cuando el lutier lo abrió tocaba hacer las fotos para el disco, así que aprovechamos esa oportunidad única para fotografiarme con la tapa. No es atrezzo. Es mi Sebastian Klotz de 1740. Felizmente, el lutier volvió a poner todo en su sitio, y el cello está perfecto." Muchas vueltas ha dado ese instrumento en las manos de Josetxu Obregón (Bilbao, 1979) fundador del conjunto La Ritirata, con el que acaba de publicar un álbum dedicado a Antonio Caldara (Venecia, 1670 – Viena, 1736), un compositor cuyo nacimiento tuvo lugar hace justo 350 años y, que a pesar de ser uno de los más prolíficos de la historia, no deja de ser un secundario en las programaciones barrocas de nuestros días.
–No era la primera vez que La Ritirata se acercaba a la figura de Caldara. –Hace cuatro años publicamos un disco dedicado a un par de sus óperas basadas en el Quijote. Y antes hicimos aquel disco dedicado al violonchelo en España en que tuve la duda de incluir algunas obras suyas, por eso de que Caldara había estado en Barcelona, en la corte del archiduque Carlos. Aunque finalmente opté por dejarlo para más adelante y plantearlo como un monográfico. Pensé que el 350 aniversario de su nacimiento era una buena ocasión para afrontar finalmente este trabajo. Caldara era violonchelista. En su obra vocal concede al violonchelo mucha importancia, y entre la instrumental también hay obras muy notables para el instrumento que no son conocidas. La idea era esa, tanto en la música vocal como en la instrumental dejar a Caldara en el mejor lugar posible, mostrando algunas de sus mejores páginas.
–La producción vocal de Caldara es inmensa: centenares de óperas, oratorios, cantatas y obras de todo tipo. ¿Cómo hizo esta selección? –Fue un trabajo largo. Entre otras cosas, porque no existe un catálogo al que recurrir. Poco a poco me fui haciendo un archivo en el que iba anotando todo aquello en lo que aparecía una parte de violonchelo solista. Fue un trabajo exhaustivo de recopilación, que luego fui probando para coger aquello que merecía la pena. Tenía además un especial interés por recuperar algo nuevo. Encontrar algo que no estuviera grabado, para así poder aportar alguna cosa. Y entonces di con Porgete per pietà, una cantata que estaba en la biblioteca del Royal College de Londres, y que además no sólo tenía un violonchelo obligado, sino también un violín, algo muy infrecuente en la obra de Caldara. Cuando lo vi ya me pareció muy interesante, y cuando empezamos a leerla nos dimos cuenta de que encima era preciosa.
–A esa cantata completa añade arias de otras tres obras... –Opté por arias que conocía de trabajar con mi grupo y con otros grupos. “Pompe inutili” es una de las arias más famosas de Caldara, extraída de su oratorio más famoso, Maddalena ai piedi di Cristo. Es casi un dúo entre la voz y el violonchelo. Conocía “Aimè sento il mio core”, porque de ella existe una grabación mítica con Anner Bylsma, que fue mi maestro y René Jacobs. No es un registro especialmente bueno, porque tiene muchos años, pero yo lo recordaba de mis tiempos en Holanda. Y Luciana Mancini, que estudió conmigo en Holanda, también la recordaba. Buscaba algo que pudiera ser monumental para el cello, y esta es un aria muy larga, de mucha entidad.
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–Ha eludido en este caso las óperas... –Sí, y por dos razones. Primero, porque ya hicimos ese disco con óperas cervantinas. Pero también por el carácter. Pensé que centrándonos en cantatas y un oratorio el conjunto quedaba más homogéneo; el hilo conductor resultaba más coherente. Abrir la selección a la ópera lo habría complicado todo mucho más.
–Reconozco que no conocía ese concierto para violonchelo con el que abre el CD. –Es un concierto muy desconocido, y no sé por qué, porque es muy bonito. Y por una vez la música de Caldara suena a música veneciana. Aunque lo escribe con acompañamiento de dos violines y bajo, sin parte de viola, lo que era más habitual en compositores napolitanos que en venecianos, suena al tipo de concierto virtuosístico que escribían otros compositores venecianos. Está muy bien escrito para el instrumento, y resulta muy brillante. Quería mostrar un abanico de obras lo más diversas posibles, así que quise meter este concierto. Tuve más lío con las Sonatas, porque las conozco mucho. Y no es de lo mejor de Caldara. Son irregulares. Hay algunas preciosas pero otras no son demasiado inspiradas. Por eso escogí sólo una completa y luego algunos movimientos que me parecen especialmente buenos. Llegué a contemplar la posibilidad de grabar la integral de las dieciséis sonatas, pero luego pensé que es una integral que ya está hecha y además no son todas igual de buenas, y algunas no le hacen justicia al compositor, que escribió estas obras el último año de su vida, a saber en qué condiciones.
–La Sinfonia a violoncello solo es algo más conocida, pero las Lecciones son también obras por completo inéditas. –Totalmente. Encontré esta colección de Lecciones por sorpresa en una biblioteca de Viena, sin editar ni nada. Un libro de ejercicios. Curioso, una cosa más pedagógica, pensé en principio. Así y todo conseguí una copia, y mirándolas en casa, me di cuenta de que había algunas extraordinarias, y ahí se reflejaba lo buen compositor que era Caldara, que aunque hiciera algo pedagógico para el violonchelo podía lograr resultados musicalmente maravillosos. Merecía la pena sacar al menos tres de ellas. Algunas de las Lecciones estaban sin cifrar y otras, cifradas. Así que escogí una sin cifrar para tocarla con dos cellos, como si fueran el profesor y el alumno en clase, y dos con cifrado, que hicimos ya con más instrumentos como bajo continuo.
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[La Ritirata durante la grabación del CD. La foto es de Tamar Lalo]
–En algunas obras utiliza un salterio en el bajo, lo cual es muy infrecuente. –Me gusta tener un continuo lo más amplio posible para conseguir una gran variedad tímbrica, y por eso, como en el otro disco que dedicamos a Caldara, he querido meter el salterio, porque en la corte de Viena era popular y habitual, muy típico de allí (quizás en Italia también se usaba). Caldara tiene arias con salterio obligado, lo que sí resulta absolutamente excepcional. Hay algún otro compositor poco conocido que también tiene alguna, pero es muy raro. En las obras que hemos grabado no hay partes obligadas, pero tenemos investigaciones sobre el uso del salterio en el continuo. De hecho, Franziska Fleischanderl, que ya colaboró con nosotros en el disco de las óperas cervantinas, aparte de ser una gran intérprete de salterio barroco (tiene uno original, precioso), está justo acabando su doctorado sobre el uso del salterio en Austria e Italia; sabe muchísimo sobre el uso apropiado del instrumento en esta música, y todos aprendemos mucho de ella. El resto del continuo es el habitual. Pero es cierto que allí donde está el salterio le da un color diferente. Por eso en los dos movimientos centrales de la Sonata III le di mucho protagonismo.
–Eugenia Boix y Luciana Mancini cantan por primera vez en un disco de La Ritirata. –Sí. Con las dos he trabajado mucho. Y teníamos la espinita del disco. Me he alegrado mucho de haber podido contar con Eugenia y que sea ella la que haya grabado esa cantata inédita. Con Luciana estudié en La Haya, y coincidí luego con ella muchas veces en L’Arpeggiata. Hemos hecho algunas cosa juntos, pero nunca un disco, por lo que también me ha hecho mucha ilusión. De nuestros tiempos de estudiantes, yo recordaba que le encantaba Caldara. Muy contento con las dos.
–¿Cómo ha afectado la pandemia al lanzamiento del disco? –En principio iba a salir en abril. Se retrasó hasta mayo la salida en su versión digital; el CD físico no saldr�� hasta principios de junio. Teníamos una gira muy importante entre abril y mayo por el Festival de Arte Sacro de la Comunidad de Madrid, la Filarmónica de Lugo, un ciclo de música sacra que hay en Las Rozas, el Teatro de la Zarzuela y alguna cosa en Alemania… Lógicamente, se ha cancelado todo. La idea es intentar recuperar la mayoría a finales de año.
–Cómo salimos de esta situación. –Yo tengo la suerte de tener un ritmo de conciertos muy alto, y eso es un colchón, no estoy viviendo una situación personal terrorífica, pero si veo a compañeros que trabajan con contratos de día, y de repente se han visto sin conciertos, sin cobrar nada, en una situación dificilísima. Aquí se cobra siempre a concierto hecho. Nadie valora los meses que has tardado en producir el concierto, la búsqueda de los manuscritos, el hacer las ediciones… Horas de trabajo que nadie te paga si el concierto se cancela. Y para mucha gente está siendo muy duro. La comparación con otros países es cruel. Por ejemplo, en la Elbphilharmonie de Hamburgo crearon una fundación y dieron opción a la gente que ya tenía entradas de contribuir a la fundación sin pedir la devolución del dinero para así poder pagar a los artistas. A nosotros nos han pagado íntegramente. En Dresde, donde hay otros festival importante, han decidido mantener una iniciativa de conciertos online, pero a los músicos les pagan.
–¿Y qué me dice de las medidas anunciadas? –Me alegra que se anuncien medidas, pero todo es muy precario aún. Nos está costando un poco arrancar. Pero así y todo lo veo mejor que hace un mes o dos. Al menos, ya se anuncian algunas medidas, y ya hay festivales que van a poder operar este verano. De hecho, tenemos la confirmación de tres de los festivales en los que íbamos a tocar en agosto: Santander, la Quincena Donostiarra y los Jardines del Alcázar de Sevilla. Todos tienen la idea de ajustar espacios y aforos para poder seguir adelante. Es una gran noticia. Además como habrá muchos artistas extranjeros que no podrán o no querrán viajar, van a rellenar la programación con músicos españoles. Me parece una gran idea. Si nos comparamos con Alemania o con Holanda, está claro que tenemos que ponernos un poco más las pilas, pero soy más optimista que hace unas semanas.
[Diario de Sevilla. 25-05-2020]
EL CD EN SPOTIFY
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kuchenprince · 5 years
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2. Calendario
SpAus (House of Habsburg)
Día 1
No podía evitarlo.
Siempre he sido el hijo que no causa problemas. El correcto, el educado, el perfecto. Así que al ver a mis padres tan preocupados por el futuro de la familia, por el futuro de nuestro nombre, no pude quedarme de brazos cruzados.
Honestamente no lo hice como un acto de valentía, si no que lo hice para mantener mi estándar de hijo impecable. Tenía que ser yo el que contrajera matrimonio con ese hombre.
Día 2
Aunque mi Padre estuvo bastante sorprendido por mi repentina declaración, no dudó en contactar en seguida con la Casa de los Fernández Carriedo. A veces me pregunto si realmente mi padre me ve como a un hijo, o sólo como uno más de su colección de jarrones.
Día 3
La visita a la casa de Fernández no se había hecho esperar. Siempre tuve la imágen de ésta familia como una que iba en contra de la nobleza.
No voy a decir que eran bárbaros o salvajes, pero sí creo que les faltó ponerle más énfasis en la educación y no en las guerras. Y aún no puedo creer que mi padre haya perdido contra ellos.
Mi fiancée, Antonio Fernández Carriedo, me recibió en su castillo, junto a su señoría.
Me pareció una gran falta de respeto que me haya dado la bienvenida agitando la mano como un campesino, pero traté de ignorar ese sentimiento pues, de ahora en adelante tendría que ser su cónyuge.
Sus majestades nos concedieron un innecesario tiempo a solas, para "conocernos mejor". De seguro sólo fue para pelear con mi padre nuevamente.
Antonio no paraba de hacer preguntas estúpidas, y a planificar nuestro "futuro" juntos. Se lo veía estúpidamente feliz.
Día 10
Las preparaciones para la boda fueron muy rápidas. Se notaba el poder de los Fernández.
La boda fue lujosa y solemne. Todo estaba de color blanco; él y yo incluídos. Nuestros padres nos miraban con orgullo, pero con desprecio entre ellos. 
Realmente, no me importa mucho qué será de mí. En cualquier caso, no creo que los Fernández se atrevan a hacerme daño y romper la estabilidad entre las dos casas.
Día 38
Ya estuve viviendo en el castillo de los Fernández Carriedo por un mes. Realmente es difícil acostumbrarse a un ambiente con personas tan diferentes a las que me criaron, en especial porque su señoría me ve como una posible mentira. Pero quizás lo más difícil es tener que compartir mi lecho de sueño con otra persona.
Antonio no para de hablar nunca, y a veces, hasta viene a molestarme cuando estoy estudiando o dedicando mi tiempo a la lectura. ¿Es que con haber contraído matrimonio con él no es suficiente para mi ahora escasa dignidad? ¿Acaso no tiene algo mejor que hacer?
Día 102
Antonio, mi cónyuge, al fin ha dicho algo interesante. Viendo que yo estudiaba la geografía del nuevo continente, él se abalanzó a relatar cómo habían sido sus travesías por aquellas tierras.
Me gustaría algún día ver el mar.
Día 234
Hoy he tenido una de mis máximos enojos hacia la persona que vendría ser mi cónyuge. Quizás haya sido producto de tanta tensión que sentía de parte de su señoría, quien no dejaba de repetir qué tan miserable era mi posición como objeto de intercambio para una simple alianza. Aunque siento que perfectamente podría haberme calmado e ignorar los constantes intentos de conversación de parte de Antonio, sentí la necesidad de expresar todo.
Expresé con voz firme que mi intención con éste matrimonio es, como aclara su Padre, una simple alianza. No tenía ningún sentimiento de apego hacia él, y tampoco tengo intenciones de hacerlo. Y mucho menos me importa si él las tiene o no. Le pedí que si quería, y se sentía frustrado, podía contraer concubinas y concubinos. No me importa, y no me interesa. Sólo quiero mantener el poco honor que tiene la familia Edelstein.
Día 235
Luego de mi desacate del día de ayer, Antonio no me había hablado. Hasta que de la nada vino, irrumpió mi hora de té, y comenzó a gritar, entre balbuceos firmes, cuál es su opinión respecto a nuestra conversación de ayer.
"Al igual que no te importo, a mi tampoco me importa si sólo ves nuestra unión como una simple negociación: Yo te haré feliz cueste lo que cueste"
Dicho ésto se marchó, y me dejó ahí sentado, perplejo y sin palabras. ¿Cómo es que éste hombre no se da por vencido?
Pero quizás deba darle alguna oportunidad.
Día 244
Después de aquel día, nuestra "relación" volvió a ser la misma de siempre. Bueno, en realidad, él era el mismo de siempre, mientras que yo, quizás haya cambiado un poco mi forma de verlo.
Ahora no siento la necesidad de discutir cada frase que él me dirije. Pero aún me cuesta responder a sus preguntas, así que prefiero ignorarlo. Sí, es un poco rudo, lo sé, pero al parecer Antonio está contento de ver cómo ya no le contradigo lo que dice.
¿Desde cuándo me importa si él está contento o no?
Día 305
Antonio se levantó temprano en la mañana, casi a la misma hora que yo, algo inusual de su parte. Ya comenzaba a sospechar de que estaba planeando algo, pero al principio lo ignoré como usualmente lo hago, para concentrarme más en mi propia educación y tranquilidad. Pero en un abrir y cerrar de ojos, estaba de la biblioteca al jardín; específicamente en el rosedal del castillo.
Antonio me había preparado el té (en un horario completamente equivocado, por cierto). Él quería tomar el té. Conmigo.
Ese detalle de parte de él, no fue lo único que me sorprendió, o lo que más me sorprendió. En cierto momento, él tomó mi mano, y me pidió matrimonio.
Realmente quedé muy confundido. Ya estamos casados, y me vuelve a pedir matrimonio.
Día 366
Desde aquel té, Antonio no ha parado de pedirme matrimonio cada vez que pueda. Ya sea en la mañana, en las comidas, en mi hora de estudio o sorpresivamente en el pasillo.
Ahora es que comprendo, gracias a su insistencia, que ésta vez, él me proponía matrimonio porque quería saber si realmente yo deseaba contraer, o seguir, con el matrimonio. Si yo quería estar junto a él.
Pensé mucho acerca de ésto, y realmente sigo sin comprender porqué le importo tanto. Porqué me pone al mismo nivel que él.
Al final terminé cediendo, algo que hace un par de meses hubiera sido imposible.
Día 629
Querido Antonio Fernández Carriedo.
Sé que ésta pequeña dedicatoria nunca llegará a tí. Aunque quisiera.
Aprovecho para decirte que, en un principio, no me gustaba ni la manera en que sonreías, que me hablabas, que te sonrojabas por estupideces. Hubieron momentos en el que maldije tu existencia, tu familia, y a mí mismo.
Pensé en que quizás haya sido una gran idiotez hacerme el hijo perfecto y tratar de complacer a mis padres. Y contigo me di cuenta de que ésto era cierto, pero no de la manera que yo suponía.
Tú fuiste el que me enseñó que estaba bien seguir mi corazón, que estaba bien escuchar a mi corazón, y que efectivamente, yo tenía un corazón al cual debía cuidar. Me abriste los ojos a cosas que ni yo mismo conocía de mí, y tú fuiste quien me enseñó que yo podía ser amado.
Nunca entendí porqué tú fuiste el que me eligió, y a veces me ponía a indagar fuertemente en eso, pero al ver cómo esa sonrisa que me irritaba tanto, se convertía en algo precioso, comprendí que yo también podía amar. Por primera vez tuve un deseo.
Por eso, te agradezco, desde el fondo de mi corazón, que hayas aparecido en mi vida.
Si te lo preguntas, sí; la pequeña parte de mi vida que la pasé a tu lado, ha sido mi definición de felicidad.
Rememoro con anhelo los recuerdos contigo.
Que tu alma sea elevada al regazo del Señor.
- - -
De vuelta, yo y mis plot twists feos.
Y sí, soy conciente que más que un calendario, es un diario, pero fue lo primero que se me vino a la mente, y lo quería hacer.
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escxndida · 5 years
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15/04/19
Con nervios llamaba a aquel número de teléfono con la esperanza de una última oportunidad que cambiaría todo este día, Doña Carmen contesta al otro lado de la línea y luego de hablar unos minutos logro mi cometido, Simón va a venir.
Después de aquel suceso tan alegre voy a mi cita médica que casi literalmente me rompieran la boca, supongo que me lo merecía, después de todo, y como más adelante me iba a dar cuenta, no todo podía salir perfecto, pero a pesar de todo lo sería.
Luego de tal vez una hora o más, y varios trancones, llegó Simón, con un revuelo en el corazón partimos hacia aquel lugar en el que habíamos estado el día anterior, teatro Colón. El viaje transcurrió con varias historias mientras estabamos en Transmilenio, como que cuando estaba en la parte de discapacitados le gustaba sacar la cabeza y sentir que era un perro, o contarme de aquellos dolores que estaba empezando a sentir; para al final llegar a nuestro destino (Las Nieves).
Subimos por la 19 leyendo un papel en el que nos ofrecían amarres y el opinaba sobre el tema, sus ojos brillantes como siempre me hacían no escuchar aquello que decía, que como siempre era muy inteligente.
Llegamos al Teatro Colón y se quedó mirando los avisos que aparecían mientras que yo pagaba aquella boleta que lastimosa y al mismo tiempo afortunadamente el día anterior no había podido comprar, Él leía un concurso para piano que habrá en septiembre, sus ojos se iluminaron de la ilusión que le hace estar ahí, yo confío en que lo logrará y espero estar ahí ese día.
Salimos de ahí sin ningún rumbo planeado, pero queriendo que el día aún no terminara, me propuso ir a la biblioteca Luis Ángel Arango, sin duda la mejor propuesta de mi vida. Nunca había entrado allí, todo era tan hermoso y grande, estaba fascinada. Él, quien decía saber dónde quedaba la sala de lectura, me estaba llevando, pero sin encontrar nada, nos devolvimos a preguntar. A los lejos ví un letrero señalando el camino a una sala de música y no dudamos en ir, todo estaba lleno de partituras y en el fondo se escuchaban instrumentos de todo tipo, era como estar en el cielo.
Me asomé a mirar asombrada por las melodías de un saxofón y emocionada me dí cuenta que en cada cabina habían pianos, recuerdo lo mucho que él había querido ver un piano de cola, saber que yo estaba al lado para que lo viera me hacía aún más feliz. Conseguimos entrar a una de las cabinas y ver la expresión en su rostro de alegría me alegraba yo también, era una indescriptible sensación al oírlo tocar cada nota y melodía (apesar de que había una nota en el piano que sonaba mal).
Luego de perder la noción del tiempo al oírlo tocar, salimos de la biblioteca y decidimos seguir con este fantástico día, entramos a la casa de la moneda y recorrimos todo pasando por la historia las monedas y los billetes y también viendo obras de arte, aunque claramente yo solo lo veía a él. Se quejaba de aquel malestar que estaba sintiendo y me sentía impotente, no sabía qué hacer, parecía que le iba a dar una fiebre.
Después de salir ambos teníamos hambre y no sabíamos a dónde ir, bajamos por la séptima hasta llegar a un Mc Donald's mientras mirábamos qué comer, me preguntó si podía ir a su casa, de ahí él pediría un carro para que me llevara, ya que estaba lloviendo y si seguíamos a la mía sería más difícil (teniendo en cuenta lo mal que se estaba sintiendo), sin dudarlo dos veces dije que sí y por dentro estaba gritando de la emoción, sin embargo, tenía que llamar a pedir permiso.
La respuesta iba a ser obvia, me habían dicho que no, pero ¿Creen que eso me iba a detener? Por suerte, soy una experta en actuación y durante la llamada pude hacer ver como si me hubieran dejado, todo estaba solucionado, excepto la comida, y con el poco dinero que quedaba teníamos que buscar otra opción. Al final decidimos entrar a un Subway y pedimos un sándwich para los dos. Comida solucionada, solo quedaba partir de regreso.
De camino a la estación (las aguas), más exactamente en la esquina antes de pasar el semáforo, nos detiene un señor de al rededor de 40 años, aunque por su terrible apariencia puede aparentar muchos más. Nos pide el favor de comprar una leche para su hija, él me mira esperando mi aprobación y claramente dije que sí, si él está conmigo a nada me puedo negar. Caminamos junto al señor hacia el supermercado mientras nos contaba su situación y lo mucho que amaba a su hija (aún recuerdo su nombre, Kimberly), también nos dijo:
- No tengo ninguna forma cómo agradecerles, solo puedo decirles que en algún momento la vida se los recompensará, pero ojalá algún día pueda verlos, y si estoy vendiendo dulces en Transmilenio, no duden qué les daré uno sí los veo.- Ante esto último ambos reímos de una manera algo triste.
Llegamos al supermercado y buscamos la leche que él nos había pedido, al ver que aún nos alcanzaba para algo más decidimos llevar también tostadas y huevos, afuera, el señor esperando con una sonrisa al ver la comida nos dice:
- Muchísimas gracias en serio, espero en algún momento poder verlos y que sigan juntos.- Esto último nuevamente me causa gracia, él señor pensaba que éramos pareja o algo así, preferí dejarlo ir con ese pensamiento, pero, para aclarar, somos amigos.
Ahora sí, con la buena acción del día realizada, podíamos partir a la casa de Simón, fuimos hasta la estación de San Victorino para tomar el que nos llevaba hasta allá, estaba muy lleno, tanto que podía sentir su respiración. Aún mantengo en duda si fue incómodo o algo similar, porque a pesar de eso pudimos seguir hablando y riendo como siempre, digamos que no fue nada.
Cuando íbamos caminando hacia su casa me dijo que no se parecía en nada a su madre, ella tiene ojos verdes y una sonrisa hermosa, dijo que él no tiene nada de eso, juro que puedo refutar eso fácilmente. Aunque él no tenga ojos verdes, tienes aquellos ojos que brillan de una manera extraordinaria y te hipnotizan, y cuando sonríe es como estar en el paraíso, me quedé pensando en eso el camino que restaba.
Cuando llegamos saludé a su abuelita, de las personas más tiernas que han podido ver mis ojos, igual de cordial a él, está gente me cautiva. Él se sentó y empezó a tocar piano mientras yo estaba en un estado que no podía explicar, era tan hermoso cada vez que tocaba, eso es algo que me enamora aún más.
La verdad no sé cómo concluir esto, solo puedo decir que hasta ahora ha sido de los mejores días de este año, que valió cada segundo que estuve a su lado, que no voy a poder borrar esta fecha de mi memoria, y que ahora, más que antes, me he enamorado de él.
(no importa si nadie lee esto, solo quiero guardarlo aquí por lo mucho que ahora esto significa para mí, si alguien lo llega a leer le agradezco rotundamente.)
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starman72 · 6 years
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Plaza San Martín - 3:00 am
Después de semanas de haberle agarrado pánico al escribir hoy vuelvo a hacerlo, a pesar que esto signifique ser colgada. Como siempre, la historia que estoy por contarles será una historia de amor, pero no quizás de finales románticos. No todo lo feliz tiene que ser necesariamente romántico en esta vida. Pero sí prometo una historia de rock, encuentros y desencuentros. Alista el Spotify y andiamo!!
*Antes de iniciar, en esta historia es fácil que se reconozcan entre los personajes, no cambiaré el nombre de nadie, excepto del protagonista al que lo llamaremos Fabio.
“Soy propietario de tu lado más caliente, soy dirigente de tu parte más urgente, soy artesano de tu lado más humano y el comandante de tu parte de adelante“
Viajemos en el tiempo, no mucho, solo hasta hace un año atrás. Sí, febrero otra vez, pero no en las mismas circunstancias: leía todo el tiempo, escribía todo el tiempo y también me aburría con regularidad. Lloraba mucho, sagradamente cada fin de semana, pero felizmente en ese momento eran solo lágrimas y el deseo desenfrenado de querer tener mil millones de amigos y darme cuenta, en ese instante, que aprecio mucho mi soledad. En fin, más allá de la montaña rusa emocional que estaba a punto de andar en marcha, también estaba sintiendo la presión del trabajo, el cual al principio parecía ser bastante holgado, pero que con las semanas solo se convirtió en un caos sin horarios y dependiente de la agenda política de mi jefe. Estaba empezando a conocer gente de peso, pero también estaba perdiendo mi independencia horaria de mis tardes y noches, aún podía sobrellevarlo, quería demostrarme a mí misma que podía ser normal y mantener un trabajo por los siglos de los siglos, como los chicos de mi edad solían hacerlo. Sin embargo, el problema siempre fue que no me aguanté pulgas, de nadie.
“Les grité bien fuerte lo que yo creía acerca de todo lo que ellos hacían. Evidentemente les cayó muy mal y así fue que me echaron del cuartel general.“
Ok, pero regresemos a la historia. Era una tarde de febrero, hacía mucho calor, la rinitis me mataba y recibí un mensaje de texto que decía algo así: “Hola Su, soy Fabio, el italiano con el que solías hablar hasta hace un tiempo. Quería saber como estabas, si ya no estás molesta conmigo y si podemos vernos esta vez.”. Fabio, Fabio, lo recordé fácilmente porque era el único italiano con el que había conversado en toda mi vida y también ubiqué de manera sencilla la razón por la que había dejado de hablarle: no le gustaba trabajar, es decir, solía decirme todo el tiempo que no le gustaba nada de lo que hacía y solo trabajaría en algo que le gustara. A mi parecer estaba errado, nunca me gustaron las personas que se quedaban acostados sobre sus laureles esperando que les cayera un milagro del cielo y pues, Fabio estaba en esa situación. Además, mantener contacto con él me hacía sentir una pesada mochila llena de piedras sobre la espalda. Dejé de hablarle y, si más no recuerdo, lo dejé plantado dos veces. Sí, lo sé, fui mala con el. Sin embargo, ya había pasado varios meses de esos incidentes y creía que no sería malo darle una oportunidad y ser más tolerante con él.
Chatear con Fabio volvió a ser recurrente y quedamos para vernos una de esas tardes, a las 5:00pm y en el Museo de la Memoria. Peculiar lugar para tener una cita… Imagino que si viviera en Argentina, hubiera decidido que la primera cita fuera en la ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada). No puedo con mi carácter. Esta vez no fallaría y estaría a tiempo, con tal, ese día saldría a las 4:00 pm del trabajo y no tendría problema en llegar en menos de una hora al LUM. Además, a decir verdad, sí quería ir al Museo. Llegó el día de la cita y todo iba normal, no de maravilla, pero sí de manera tranquila. No había noticias de mi jefe, así que eso indicaba que saldría temprano de la oficina, pero la vida es caprichosa y las agendas políticas un real fastidio: casi media hora antes de las 4 de la tarde, la secretaria de mi jefe llamó  para indicarme que me quede porque ya estaban por llegar a la universidad y necesitábamos reunirnos urgente. Ese día salí casi a las 10:00 pm del trabajo, volví a dejar plantado a Fabio e, inmaduramente, decidí bloquearlo del celular para no tener que excusarme una vez más. Una tercera plantada no iba a comprenderme y menos creerme; además, fácil estaba muy molesto y era mejor no crear un problema innecesario. Nunca más supe de él.
“No, no me saquen de aquí por favor que estoy demasiado tranquilo. No quiero enterarme de nada hoy, así es el calor.”
Junio: todo se traducía a tesis, proyecto y excesos de mal humor. Mi carácter había tomado una forma altamente explosiva, la ansiedad era pan de cada día, pero aún nada era tan malo como para desmoronarme, todavía. No había salido en todo ese tiempo, ni al cine, y esa era una muy buena razón para considerar asistir a la tocada que Kris estaba organizando en su mítica casa apodada como “ El Castillo”, a tan solo dos cuadras de Plaza San Martín. Iba a ser fascinante, es decir, no solo iba a conocer el Castillo que de por sí ya era una leyenda urbana, sino que también vería a los viejos grandes amigos de siempre, se tocaría todo un repertorio del rock argentino, desde las más comerciales de Calamaro hasta las rebuscadas de Spinetta, pasando por Miguel Abuelo, Federico Moura, Cerati, Fito y claro, Sui Generis. Esa tocada iba a ser como estar en el cielo por una noche. ¡¡¡¡¡E-mo-cio-nan-te!!!!!. Esa noche me acompañaría Piero, ya que no solo vivíamos cerca y nos gusta el mismo tipo de música, sino que también ya era considerado como parte del grupo.
Llegamos al Castillo y todo era tan underground como lo habían comentado: una casona colonial en pleno corazón de Lima que vibraba al ritmo del mejor rock del continente. Saludamos a Christy, la apachurré, la verdad es que estaba demasiado feliz por su próximo matrimonio con Kris, al rato llegó Kris y poco tiempo después, Francisco. Estas personas son tan geniales, para no olvidarlas jamás, como si toda la energía del rock vibrara en ellos y la contagiaran por medio mundo. Es eso o los aprecio demasiado. A Francisco le tocaba cantar al término de los chicos de Obertura  y Kris estaba en la organización del evento. Ellos nos dejaron un rato y Christy, Piero y yo nos quedamos conversando sobre los preparativos para el matrimonio. En plena charla sobre cómo habían elegido la Iglesia para la ceremonia, vi pasar a un chico que se robó mí atención durante toda esa noche. Parecía alguna especie de sociólogo-antropólogo-filósofo-escritor sacado de una biblioteca después de haberse comido una tonelada de libros. A pesar de su gran atractivo físico, había algo más que me llamaba la atención y era que me parecía conocido, en algún lugar más lo había visto antes. Me perdí en la conversación de los preparativos matrimoniales para intentar romperme la cabeza e intentar ubicar al chico misterioso entre mis recuerdos. Seguro era de la universidad, me lo topé en la Biblioteca Central, quizás lo vi en alguna charla, quizás dio alguna charla, fue mi JP, me lo crucé en el bus, es de Acción Popular, lo vi en algún taller en la embajada. No ninguna de esas opciones era la acertada. Era imposible poder recordarlo, seguro era un efecto de volverse vieja y ansiosa.  
Francisco estaba por cantar y era mejor ubicarse ya en el salón para poder ver algo. Para esa hora había mucha gente en el castillo y tuvimos que hacernos un espacio en la parte de atrás, casualmente, junto al chico misterioso que estaba conversando con Diana. Mi curiosidad estaba a 1000 por hora y de rato en rato lo veía para alimentar a mi mente en su proceso de recordar. Una de nuestras miradas se cruzaron y debo confesar que él se sorprendió un poco porque rápidamente volteó la cara y trató de irse a un lado. No me importó, esa noche me sentía libre y espontánea, las canciones de Calamaro estaban vivas en la voz de Francisco y yo solo quería cantar y disfrutar y que nadie me sacara de ese lugar. A pesar que el chico misterio había intentado alejarse, éste me miraba de a ratos, es decir, yo ya no necesitaba verlo porque el solito lo hacía, lo cual abría la posibilidad de que en serio lo conocía de algún lugar más o, simplemente, se sentía intimidado. Era hora de que Alejo toque, haría un recuento de la carrera de Charly García, enfocándose en la época de La máquina, Serú y su etapa solista. Fue formidable, tocó rolas bastante rebuscadas , tanto así que no podía reconocer una de ellas y Piero tampoco. Sacamos el celular y empezamos a googlear las letras para ver si nos resultaba la canción, cuando, de pronto, alguien se me acercó al oído y me dijo:
Se llama Películas de la Máquina de Hacer Pájaros - frente a mí estaba el chico que tanto había despertado mi curiosidad durante toda la noche.
¡Gracias! En serio, muchas gracias - le respondí con la sonrisa más angelical, como si acabara de ser bendecida por el Papa Francisco 3 veces seguidas.
Estaba súper emocionada, él ya había dado un pequeño paso y debía hacer algo para sacarle conversación, aunque estuviera con Diana y otras chicas más, ¿alguna de ellas sería su flaca?, no importaba. Empecé a hilar un plan: lo primero era alejar por un rato a Piero (me daba vergüenza contarle sobre el chico, o sea no hablábamos de esas cosas), le pediría que me compre una coca cola y durante esos minutos le sacaría información al chico misterioso. Si de verdad lo conocía me sacaría la duda de donde me lo había cruzado y en caso contrario, sumaría un roche más a mi vida e intentaría no volver a verlo jamás. Tenía permiso para todo, esa noche me divertiría y me permitiría la locura de indagar sobre ese chico, pasada las 12 campanadas (o al finalizar la reunión), volvería a ser la misma tesista estresada de siempre.
Empezó Kris con “Instituciones”, mi favorita y con esa canción abrió el repertorio de Sui Generis. En ese momento no importaba nada ni nadie, primero eran las canciones de Sui y entregarme entera a la música. Fue muy emotivo, como siempre. “He muerto muchas veces acribillado en esta ciudad, pero es mejor ser muerto que número que viene y va”. Al terminar el repertorio, Piero fue al baño o a comprar algo y me quede parada, apoyada en una pared, pensando en las canciones, quizás con una lágrima por ahí. Es increíble cómo, incluso, aún pasando 40 años, esas letras hacían referencia a mi incomprendida vida en relación con las Instituciones. Si me conoces algo, entenderás. En ese momento, se me acercó el chico misterioso, ni siquiera había sido necesario ejecutar mi maligno plan.
Tú y yo nos conocemos- me dijo el simpático chico sin dudarlo.
Sí, me pareció. Ahora dime, ¿de dónde?- quería la respuesta ya.
Soy Fabio, el chico italiano a quién bloqueaste y dejaste plantado 3 veces- ¡Oh, por Dios! En ese momento no quería que me tragara la tierra, quería que aparezca el primer agujero negro más grande y más lejano del multiverso y me tragara y me expulse en una realidad paralela con pleyadianos y reptilianos y cucarachas pensantes.
Ohhh… uhhh… Eh, mi jefe no me dejo salir temprano - ni yo me tragaba mis excusas. - En serio, lo siento.
No importa, ya quedó olvidado. El chico con el que viniste, ¿es tu novio? - cambió de tema.
No, para nada. Es un amigo de la facultad, cuando venga te lo presento. ¿Alguna de esas chicas es tu novia?- también pregunté.
No, ninguna. Estoy solo- terminó de decir y apareció Piero, los presenté, fue bastante raro, pero al menos fui cortés.
Rebobinemos: plantas 2 veces a un chico, le dejas de hablar, se vuelven a hablar, lo vuelves a plantar, lo bloqueas y te lo encuentras en el lugar más remoto y menos común de Lima: El Castillo. O sea, no te lo cruzas en la Estación de Barranco, ni en La Noche, ni en el Sargento Pimienta, ni en el Vichama, sino, en la casa de Kris, de tu pata, en una tocada de la música que te gusta. ¿La vida puede ser más caprichosa?. Sí, siempre puede ser más caprichosa.
Las miradas rápidas se invirtieron en miradas dulces acompañadas de sonrisas, cosa que me hacía sentir mejor y menos avergonzada por mis desplantes del pasado. En cuanto a la tocada, entraron un par de chicos a cantar algunas rolas de Spinetta. Mientras tanto, Piero y yo que habíamos estado parados y cantando toda la noche, nos tiramos en un sillón a subir todos los videos posibles a Instagram. Por mi parte, me senté en una de las esquinas del sillón, con vista directa al salón, o mejor dicho, con vista directa a Fabio. Se me acercó y se arrodilló. Le brillaban los ojitos.
Te extrañé- me dijo.
Qué lindo. No suenas a italiano, más bien a español- temía ponerme cursi justo cuando Piero estaba a mi lado.
Lo sé, todos me lo dicen. Eres socióloga, ¿no?- me preguntó y en ese momento morí de la risa.
Piero, Fabio también cree que soy socióloga. Creo que debería cambiarme de carrera- le comenté a Piero.
Somos de Ing. Electrónica- le explicó Piero.
No parece. Pareces una chica de letras- volvió a mencionar mientras me miraba.
Casi me cambio a Ciencias Políticas, si eso te tranquiliza- aclaré.
¿Te gusta Calamaro?- me cambió de tema.
Por supuesto que sí. Me hubieras dicho que también te gustaba desde el principio- empecé a emocionarme.
Tengo una guitarra, un día te cantaré canciones de Calamaro - se sonrojaba.
¿Es en serio? Moriré cuando lo hagas- Estaba en éxtasis (o sea, no es que él sea Calamaro, pero el solo hecho que quiera cantarte sus canciones ya es bastante).
Vente conmigo. Vámonos, quiero estar más tiempo contigo- me propuso.
Eh, Fabio… No creo, vine con Piero y su papá nos va a recoger- le mentí. Obviamente el papá de Piero no nos iba a recoger, pero hubiera sido una desconsiderada al dejar a Piero solo.
Entiendo, no hay problema. Pero salgamos el lunes, por favor. Hay tanto que hablar y ahora sí quiero conocerte de verdad- me decía.
El lunes te veré, no hay problema- quería abrazarlo, pero me resistí.
Nos quedamos un rato más en la tocada hasta que la mayoría ya había dejado el Castillo y los que quedaban cantaban cualquier cosa menos canciones inteligibles. Con Piero pedimos un Uber y regresamos a nuestras casas. Después de mucho tiempo volvía a sentir esas emociones tan lindas que te inundan cuando te gusta alguien. Había sido bastante desatenta con Fabio, pero ya no cometería el mismo error otra vez. Al llegar a casa conecté el celular y ya tenía mensajes de Fabio. Nos quedamos conversando casi hasta las 6:00am.
Cuando desperté ese domingo era la tesista estresada más dichosa del mundo entero. Tenía varios mensajes de Fabio en mi celular y todos los componentes que comprenden la vida parecían ir mejor. Empezamos a planear nuestra cita del lunes: nos veríamos a las 6:00pm en Av. Larco, iríamos por un café y al fin nos contaríamos cómo llegamos a la misma tocada. Sin embargo, el cuento de hadas estaba por acabar: Fabio empezó a hablarme de su trabajo y entonces recordé la razón por la que evitaba hablarle desde la primera vez. Intenté ser más tolerante, comprensiva y darle soluciones. Me decía que pocos días después de iniciar un trabajo, sentía que era una obligación y que debía dejarlo. Entonces cometí el error de darle la recomendación que a mi me sirve: hacer terapia y entregarse a la psiquiatría. No sé si tomó a mal la idea de un psiquiatra o que intente darle soluciones, pero inmediatamente me puso en claro que él solo estaba contándome sus problemas y que eso no ameritaba que yo trate de ayudarlo. Bueno, quizás parecí entrometida, pero no lo hice con mala intención. Igual me disculpé e intenté seguir hablándole, pero se puso más frío que el actual invierno de Chicago. Ya no me habló más en todo el día. Continué con la tesis.
Lunes, 10:00 am. Fabio no me hablaba. Tenía que organizar mi día y como iría vestida, por si me veía con Fabio o simplemente me quedaría en el laboratorio de Proyecto. El eterno dilema de “qué me voy a poner hoy” que me ataca cada mañana. A quién miento, me ataca desde la noche anterior. Me puse regia de todas formas y salí para la universidad. Era mediodía y no recibía ni un mísero mensaje. Ok, mi ansiedad suele ser más fuerte que mi orgullo y me lancé a hablarle, en plan de confirmar la salida de la noche. Me llevé el grito de mi vida: me envió un audio levantándome la voz y diciéndome que no tenía motivo alguno de volver a confirmarme algo que ya estaba confirmado, que si me había dicho que nos veríamos a las 6pm era porque a las 6pm estaría ahí, pero que ahora ya no quería salir porque sentía que todo era forzado. “Creo que este niño no sabe a quién acaba de gritar”, me dije a mí misma y exploté, es decir, le envié un audio aún más doloroso que el suyo. Nadie me grita.
Llegué hecha un drama al laboratorio, nadie entendía la razón de mi apatía aunque ya se lo tomaban como algo normal. Al final de todo, lo que más valoré de Proyecto es mi grupo: se tragaron todos mis cambios de humor y me apoyaron un montón los últimos días, a pesar que no debían. El bajón me duró unos días y terminé contándole toda la historia a Brandon que me decía que me olvidara del chico, que jamás volvería a hablarme después de todo lo que le había gritado, y de rato en rato me ofrecía cautín caliente para suicidarme. Pero yo no estaba conforme, no me gustaba que las cosas hayan terminado de esa manera tan abrupta y menos quería seguir perdiendo personas por mis cambios de humor y mis exaltaciones. Quería disculparme con él o tener , al menos la oportunidad de volver a verlo.
Para mediados de agosto lanzaron un evento, una fiesta nada más y nada menos que en honor al cumpleaños de Andrés Calamaro. Iba a ser un sábado y en la casa de Kris, lo organizaba Diana y era obvio que Fabio estaría ahí. Era el lugar perfecto y el momento preciso, tan solo me faltaba ir con alguien porque yo no era del grupo de Diana y ni siquiera nos saludábamos, es decir, nos tenemos como contacto en Facebook, pero nada más. Quizás era el destino o quizás era que en serio medio mundo me odiaba (porque la otra mitad del mundo está en China), pero nadie podía acompañarme ese día, era un sábado y todos tenían algo que hacer. Tal vez era una señal para no ir, tal vez solo necesitaba decidir si iría o no dos horas antes que inicie el evento.
Esa tarde me quedé haciendo tesis para variar, había terminado de diseñar mi inversor DC/AC en Matlab y estaba en periodo de pruebas. Mientras tanto puse a hervir agua para el lonche y el hervidor explotó, dejando todos los tomacorrientes de la casa averiados. Entre a Facebook y Christy estaba en línea, le pregunté si podía ir a la fiesta de esa noche y que todos mis amigo me habían fallado. Ella toda un amor me dijo que sí, obvio, que estaríamos juntas porque también estaría sola. Quizás esa era la señal, no había energía en mi casa como para amanecerme con la tesis, así que era mejor aprovechar la noche en casa de Christy y distraerme un poco. Distraerme de la universidad, del trabajo y, sobretodo, del alarmante diagnóstico que me había dado la psicóloga dos días antes. Era un desastre, por no decir otras cosas.
Llegue al Castillo y me recibieron Christy y su familia, siempre me hicieron sentir como parte de ellos, quizás por eso le tomé mucho cariño a su casa y a sus familias. Al rato apareció Kris y empezamos a conversar de los nuevos planes emocionantes que se les venía en los próximos meses, además del matrimonio. Estaba tan contenta por ellos, se lo merecían. Al rato revisé mi celular y tenía mil llamadas de Claudia, estaba en camino al Castillo y me pedía que la esperara en la puerta. Cuando llegó me abrazó y me dijo: “no te iba a dejar sola, mujer”. Cuánto amaba a esa chica, quizás tenía razón y no estaba tan sola como creía. Para eso, Fabio ya había llegado, pero aún no se había dado cuenta de que yo estaba allí. Entraría al salón acompañada por Claudia y muy serena.
Empecé a presentar a Claudia a todas las personas posibles que conocía en ese lugar y nos quedamos conversando un buen rato con Guille que tenía noticias ultra secretas sobre Charly. ¡Say No More!. Para eso, Fabio ya se había dado cuenta de que estaba allí y tan solo lo saludé de lejos, como si nunca hubiera pasado nada. Él también me devolvió el saludo.
La fiesta era muy aburrida a mi parecer. Sin Francisco, los tributos a Calamaro no son muy robustos, carecen de calidad. Claudia se pidió un mojito, yo una coca cola y empecé a contarle todo, especialmente sobre mi deplorable salud mental y el miedo que me daba ir ese lunes al psiquiatra, ese día se confirmaría mi supuesto diagnóstico. Luego hablamos de Fabio.
Es un papasito, loca. Está como quiere y para el colmo es tu tipo, con barbita y sacado de una biblioteca- me lo sacaba en cara.
Sí lo sé. No me lo repitas. Tengo que hablar con él- le respondía sufriendo mientras ella sacaba su celular.
Oye Nole, no sabes. Esta loca ha dejado pasar a un italiano churrísimo, lo tenemos aquí al frente. En serio, está buenazo- le contaba por audio a Carlos.
Ya cállate, Claudia- solo quería que parara.
Y de pronto pasó por nuestros lado Fabio. Me saludó, le presenté a Claudia y me dijo que me quede porque le tocaba cantar. Obvio que le dije que me quedaría a verlo. El grave error que estaba por cometer. Según yo, no canto y soy muy desafinada, pero Fabio cantaba mil veces más espantoso que yo, tuve que retirarme porque me dolía el tímpano. Volví al salón cuando Kris estaba por tocar, cantó “Costumbres Argentinas” y llevo 6 meses tarareándola en mi cabeza. Esa, “Pronta espera” de Virus y “Tu falta de querer” de Mon Laferte.
“El problema es otra vez la situación cada vez peor del corazón. Yo camino todo y veo cada vez que quiero y te espero.”
Pasaron a cantar otros chicos, Claudia fue al baño y me quedé sola. Apareció Fabio y me abrazó.
Estás hermosa- me dijo y me robó un beso en frente de todos. Es decir, roche total, detesto que se me acerquen mucho en público, es como verme expuesta, no me gusta, nunca lo toleré, me hacía sentir tan avergonzada, tan impura, a pesar que el beso fue rico y apasionado, tipo película de Hollywood, o al menos esa era la expectativa.
¿Qué… fue eso?- alcancé a decir, mientras noté que todos nos miraban. El volvió a abrazarme y soltarme, como si quisiera estar a mi lado y algo muy fuerte le impidiera hacerlo. Se resistía.
Mira, eres demasiado linda, muy bonita y también muy inteligente, pero no puedo. Me das miedo. Tienes un carácter tan terrible y yo soy muy sensible, pareciera que estás a la defensiva de todo y yo no sé como lidiar con eso- fue lo más bizarro que me dijeron en toda mi vida.
Sí, suelo dar miedo, es normal. Me parecería raro no darte miedo- traté de apostar toda la seguridad que me quedaba.
Pues peor aún, yo soy muy sensible y me harías daño- estaba serio.
Bueno, entonces te veré en la próxima vida- la tuve que barajar.
Me maquillé de dignidad, le di una agradable sonrisa mientras me tragaba las lágrimas, volteé, tomé a Claudia y salimos del Castillo. Ya abajo estallé en llanto. No importaba ser bonita, no importaba cuánto dejara de comer, no importaba cuántos circuitos construyera, no importaba cuantas series de Fourier resolviera, no importaba nada. Tenía un carácter explosivo y eso anulaba todo lo demás, además de un casi diagnóstico cuasi mortal. Estaba destrozada, pero al menos en los brazos de Claudia que no paraba de emitir su monólogo de lo frío que había sido Fabio y que no me conocía en lo más mínimo para decirme tanta brutalidad.
Era las 3:00 am, ya me había secado las lágrimas y era hora de irnos, pero Claudia tuvo la grandiosa idea de ir a comer algo a esa hora y en pleno Centro de Lima. Preguntamos a Kris dónde ir a comer y nos dijo que quizás en Plaza San Martín aún había algo. Incautas aceptamos la idea. Dos minutos antes que nosotras, Fabio se despidió y salió del Castillo rumbo a plaza San Martín.
Al salir del Castillo, algunos vecinos empezaron a decirnos: “Señoritas no pasen por aquí, es muy peligroso”. ¡Diablos! Empezamos a alarmarnos, teníamos que caminar dos cuadras grandes hasta Nicolás de Piérola y luego pasar toda la Plaza. Se me ocurrió una idea.
¡¡¡¡Fabiooooo!!!!- Fabio estaba a menos de 4 metros de nosotras y dio vuelta para acercarse.
Para algo, al menos, tiene que servir este chico- le dije a Claudia con un poco de ira.
Fabio, por favor, ¿podrías acompañarnos a Plaza San Martín? Queremos ir a comer algo - tenía la ira adentro, pero no iba a perder mis modales.
Sí claro, chicas. Vamos- aceptó Fabio.
Esa calle era oscura y silenciosa, en serio daba miedo. Ya cerca a Nicolás de Piérola todo era más claro, pero empezamos a ver pandillas en los alrededores, parecía que fumaban algo y bebían en plena avenida. Cruzamos la calle y antes de doblar a Jr. Carabaya, Fabio nos detuvo.
Las acompaño solo hasta aquí. En esta avenida pueden tomar un taxi fácilmente- nos indicó.
Se despidió y se fue. No cruzó Plaza San Martín, se fue por Carabaya, como quién se va hacia Palacio. Me dejó desconcertada, pero en ese momento más nos invadía el miedo. Ni locas íbamos a cruzar toda la Plaza entre pandillas y solas. Apareció un taxi ese rato y le rogamos que nos llevara hacia la casa de Claudia. Ya adentro vimos que, en serio, toda la Plaza San Martín estaba llena de pandillas, humo y sin un local de comida abierto.
Ni siquiera tuvo la delicadeza de dejarnos en un taxi. Me llega ese tipo y que importa si es italiano o no. Pudo pasarnos cualquier cosa- se quejaba con justa razón Claudia.
Lo que más me llamaba la atención ese rato era hacia dónde se iba Fabio. Es decir, él vive en Miraflores y la ruta que tomó esa noche no le llevaba exactamente a Miraflores; además, la última vez que estuvimos en el Castillo, también había pedido Uber, como Piero y yo. Había algo raro ahí que no me cuadraba.
Lunes otra vez en la ciudad. Mi querido y adorado psiquiatra una vez más me liberaba de diagnósticos malignos y me daba la oportunidad de ser un tantito normal en este mundo alocado. Ya más calmada por el diagnóstico, le conté todo a Brandon (para ese entonces, Brandon era mi confidente [cosas que suceden cuando eres mujer y estudias una carrera donde abundan los hombres]).
Es obvio, el italiano se droga o fue con una prostituta- fue la conclusión de Brandon.
No puede ser, no parece drogado y no creo que ande con prostitutas- lo defendí.
¿Qué hace alguien en Plaza San Martín un sábado a las 3:00 am? Buscar droga o prostitutas, es obvio- volvió a subrayarlo.- Además que parece conocer bien la zona para irse tan tranquilamente.
No puede ser- no le creía.
Y pues, como ya sabía lo que iba a hacer, las dejó en medio de la calle a ustedes. Es más, fue una suerte que no les pasara nada, ahí te roban los zapatos y todo- terminó de asustarme.
Nunca sabré qué hizo esa noche Fabio, pero lo más probable es que Brandon tenga razón. El tipo se drogaba o buscaba prostitutas. Fin. Felizmente no nos pasó nada y llegamos sanas y salvas a nuestras casas. Después de esa noche era obvio que nunca más volveríamos a vernos (al menos no premeditadamente) y, sin embargo, tenía un sinsabor. No quería terminar así, peleados, sin estar tranquila, sin saber qué había más allá de ese tipo que nos había dejado solar a las 3:00am en uno de los lugares más peligrosos de Lima. Claudia y Brandon me decían que me olvide de él, pero mi humanidad no se iba a olvidar tan fácil de alguien que le causaba curiosidad. Esa reacción tenía que partir de mí misma.
“Recordando tu expresión vuelvo a desear esas noches de calor llenas de ansiedad…”
***
Hace casi dos semanas recibí un mensaje, de Fabio claro está. Me decía que esperaba que estuviera bien, mucho mejor y que haya resuelto esos problemas que no me dejaban tranquila. Me puso contenta leerlo, de una u otra forma ya había perdonado sus desplantes y me alegraba que retomara el camino de la literatura. Quedamos para vernos en esos días, el jueves, casualmente caía en 14 de febrero, a las 5:00pm y en Av. Larco como la vez pasada. Al principio la idea de salir con Fabio me resultó emocionante, trabajar con tantos italianos en estas últimas semanas hizo que aprecie mucho a las personas de ese país y aprenda sobre sus costumbres y reacciones. Quería contarle todo eso a Fabio.
Llego el día y la hora indicada y allí estaba Fabio, en el mismo lugar donde habíamos acordado, pero todo era diferente, como si faltara algo. Nos hablamos con el mejor de los ánimos, pero ya no me resultaba tan emocionante como en la casa de Kris. Decidimos ir a tomar un té, como dos viejas tías inglesas y nos pusimos a charlar de música, conciertos, de cómo habíamos llegado a conocer a las personas cercanas a nuestro círculo de amigos, pero cuando le preguntaba sobre él mismo, era bastante impenetrable. Tampoco me preguntaba sobre mí y eso lo hacía más aburrido. En serio, me parece que hubiera sido más emocionante escuchar las historias de las pichangas de Percivalli, en las que persigue a los jugadores insultándoles en italiano, y nadie le entiende nada, el colmo.
Terminamos el té y tomó su guitarra, empezó con “Crímenes perfectos”, “Cuando te conocí”, “Mil horas”, “Canción para mi muerte”, “Strawberry fields forever” y, al final, escuché esos mágicos acordes: se lanzó con “Bajan” de Spinetta. ¡La gloria!. Era las 8:00pm y no quería estar más con él, tenía su ángel, pero me aburría, no duraría ni medio día con él. Quizás yo misma debía darme cuenta de eso. Nos despedimos bastante bien, como debió ser siempre, quedamos en que me pasaría info sobre Charly y que yo le pasaría la voz en la próxima tocada de Sui.
Pasé por todo Parque Kennedy muy contenta, había ganado una gran lección ese día: jamás me había gustado Fabio, lo que me gustaba era el contexto en el que solía encontrar a Fabio, en una casa que me inspira familiaridad, en un entorno de amigos y donde se respira la música que forma mi identidad. Si quitaba todo eso y dejaba solo a Fabio, no me movía en lo más mínimo. Quizás no estaba enamorada de él como yo creía, en el fondo estaba enamorada de lo que soy y de esas cosas que tanto me gustan. Es lindo darse cuenta de eso. Abrí mi cartera y vi las gomitas que me había comprado día anterior, mi propio regalo de SanValentín, y era perfecto.
Aún no puedo decir que alguien me cantó “Flaca” de Calamaro, pero sí puedo decir que me cantaron “Bajan” de Spinetta.  
“Vos sos el Sol, despacio también podés ser la Luna“
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dioses-y-religiones · 6 years
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Capitulo 3. Cotidianidad
Sumario.
Tom saltó a la fama internacional con su personaje de Loki en la película de Marvel, Thor.  Ahora, pasada un poco la euforia por la película, es atacado por una enfermedad terrible con la que, en ocasiones, pierde el control sobre sí mismo, nadie sabe qué es, ningún médico puede ayudarlo, y se recluye para no dañar a la gente a su alrededor con esos episodios violentos ocasionados por esta extraña enfermedad. En su desesperación, y después de haber agotado todas las posibilidades médicas, se ve obligado a viajar a otro país, muy diferente al suyo para buscar a la ayuda de una bruja.
 Nota de Autor: Los diálogos que están en negrita, son diálogos en inglés.
El playlist en YouTube con las canciones del Fic es http://www.youtube.com/playlist?list=PLe1RQg1PRt4FaYvpCpq6raUbZwtpyLwbz
   3.Cotidianidad
              Ofelia fue directamente a ver a sus hermanas, cada aquelarre era una pequeña sociedad generalmente de mujeres, pero no exclusivamente. Una era la líder de la hermandad, era la que ponía orden y tomaba las decisiones finales. En el caso de Ofelia su hermandad también era su familia, ya que cuando su padre no pudo hacerse cargo de ella, pasó a vivir con el aquelarre de su difunta madre. Había dejado de vivir en la casa matriz cuando cumplió los dieciocho, y vivía ahora con otras dos hermanas que eran más o menos de la edad de ella.
           La casa del aquelarre por si sola era impresionante, era de las casas más viejas de la ciudad, y se rumoraba que siempre había sido de brujas, aunque nunca se sabe. Era enorme, de la época de “el porfiriato”. Ella atravesó el extenso jardín con la mirada de las niñas que estudiaban ahí siguiéndola, cuando entró al pasillo principal adornado con arcos, otra mujer un poco más joven que ella, la recibió, Ofelia, sin detenerse le entregó su chamarra, y continuó caminando hacía el jardín central para rodearlo.
           —Hola Livier, ¿Está Victoria?— Dijo Ofelia en tono apresurado.
           —Está ocupada, tal vez en unas dos horas— dijo la joven, teniendo problemas para seguirla.— ¿Estas bien? ¿Ya comiste?
           —No, digo, sí, todo bien, pero debo hablar con Vic.— se detuvo y la vio a los ojos— ahora, dile que estoy convocando una reunión.— la joven asintió y se fue en otra dirección. Ofelia siguió su camino hacia la cocina, pero se detuvo al ver a una de sus hermanas, a decir verdad su favorita, recargada en un pilar.
           —¿Y por qué crees que tienes el derecho de interrumpir a Victoria y convocar una reunión? ¡Ah sí! el derecho que ella te dio… otra vez, ¿Por qué fue eso?
           Ofelia sonrió
           — Luna, ¿Por qué no se lo preguntas a ella?— dijo sabiendo perfectamente qué le daba el derecho.
           —Porque me contestaría lo mismo de siempre, porque eres su heredera, y de alguna manera sigo sin entenderlo.— terminó con una sonrisa marcando el paso a la cocina, y Ofelia la siguió, juntas caminaron hacia la cocina donde Ofelia se sentó y Luna  sirvió un poco de leche con miel en dos cuencos uno para ella y el otro lo puso delante de Ofelia, ella le hizo gestos de asco.
           —Sabes que no me gusta la miel, ni la leche.
           —Tómatelo y ya— dijo con media sonrisa mientras Ofelia comenzaba a beber.— la pregunta es en serio, ¿Por qué convocas una junta en viernes en la tarde? ¿Es sobre tu nuevo cliente?
           —¿Cómo supiste que…?                    
           —Darcy me dijo.— Dijo Luna con una sonrisa, Darcy era una de las hermanas con las que Ofelia vivía, también era la amiga que le presentó la primera vez a Marcos.
           —Ah...—Ofelia lo pensó un poco y llegó a la conclusión de que no habría problema en contarle a sus hermanas, solo no diría de quién se trataba. Iba a contestarle cuando una niña de unos catorce se asomó
           —Hermanas, Victoria las está esperando en la sala de juntas.— ambas se levantaron y siguieron a la niña, las dos entraron a un gran salón que antes se usaba para bailes, el piso era de mármol oscuro y los techos eran muy altos, ahora tenía una gran mesa y algunas cosas de oficina incluyendo un pizarrón blanco y un proyector, en este momento estaba lleno de mujeres de todas las edades, y una de ellas, de mediana edad, muy guapa,  se sentó en la cabecera, dio dos golpecitos  a la mesa y todas las mujeres se callaron y se sentaron incluyendo las dos amigas, la niña de catorce entró un poco después con los cuencos de leche que originalmente estaban bebiendo y las puso en frente de ellas, Ofelia le volvió a hacer gestos, a lo que Victoria y las otras mujeres mayores sonrieron.
           —La Diosa las bendiga hermanas— dijo Victoria, cómo dictaba el protocolo a lo que todas contestaron lo mismo agachando un poco la cabeza.— ¿Por qué nos convocaste Ofelia?
           Ofelia procedió a contarles lo que pasó esa mañana, manteniendo la identidad de su cliente en secreto. Cuando terminó, las más jóvenes vieron a las viejas, y las más viejas se veían confundidas.
           —Pero es imposible que no lo hayas sentido.—dijo una de ellas
           —No imposible, poco probable— dijo Luna— puede ser un error de Ofelia.
           —No, sé perfectamente sentir la energía, estaba limpio, güey.
           —Bueno ¡Obviamente no!— dijo Luna con una sonrisa, Ofelia le iba a contestar— pero Victoria la detuvo.
           —No dudamos de tus habilidades hermana pero es muy extraño.— dijo y todas comenzaron a murmurar, unas que había sido error de Ofelia, otras (las que la habían entrenado en ese aspecto) decían que no era su culpa, que algo raro pasaba, otras que, por qué no decía quién era, Luna discutía con una de las jóvenes sobre la relevancia de saber el nombre del hombre. Ofelia olisqueaba con asco la leche, pero cuando Victoria se puso de pie, todas se callaron,— será un buen ejercicio de investigación para todas— dijo con una sonrisa, —cenaremos todas, y discutiremos las conclusiones
           —Gracias hermana,— dijo Ofelia, levantándose.— con tu permiso voy a estar en la biblioteca.
           —Ofelia— dijo Victoria deteniéndola— acábate tu leche.— Ofelia apretó mucho la boca pero tomó el cuenco y se lo acabó de un trago, respiró profundo para no hacerle gestos, inclinó un poco la cabeza y salió seguida de dos niñas.
           Otra niña, una más pequeña de unos nueve años, se acercó a Victoria— Hermana ¿Por qué le dan leche a Ofelia si no le gusta?
           —Es simbólico nena, representa la responsabilidad que tiene con este aquelarre, su promesa de cuidarlas a todas cuando yo no este, y prepara su cuerpo para el ritual.
           —¡Si esta lista algún día!—dijo una anciana a su izquierda. –esa niña está dándole vueltas a su responsabilidad, en mis tiempos lo hacíamos y ya.
           —En tus tiempos lo disfrutaban, tal vez demasiado —dijo otra un poco más joven pero ya una vieja, y todas las que se podían llamar adultas se rieron, la niña volteó otra vez con Victoria.
— No entiendo…— dijo inocente.
           —Te lo explicaré luego, mientras tanto todas tenemos trabajo.
           —Sí, resolverle el problema a Ofelia.— dijo en tono cansado Luna, lo que se ganó una mirada de reproche de la mayoría. Pero todas salieron y comenzaron a buscar una forma de ayudar al misterioso cliente.
              Eran las doce de la noche y la mayoría de las brujas ya estaban dormidas, ya sea en la casona, o en sus respectivos hogares, las únicas que quedaban en la gran cocina eran Ofelia, Livier, Darcy, y Luna. Las cuatro brujas eran básicamente de la misma edad, y eran las únicas que Ofelia consideraba sus amigas, Darcy y Livier eran brujas brillantes, mientras que Ofelia y Luna eran oscuras, Darcy y Livier adoraban a sus amigas oscuras pero no entendían como entre ellas se aguantaban, tenían un carácter muy fuerte y se tenían mucha envidia entre ellas. Luna, le envidiaba obviamente la posición de poder que Ofelia iba a heredar, pero más que eso, la habilidad que tenía para controlar demonios, no había muchas brujas que pudieran hacerlo. Ofelia le envidiaba su belleza y que a pesar del carácter que tenía, todo mundo la quería, cosa que no le pasaba a ella, pero Luna le salvó la vida a Ofelia, y por eso ella consideraba que no importaba cuantas veces Luna no estuviera para ella como amiga, la única vez que realmente importó, sí estuvo ahí, eso era suficiente. Las cuatro hablaban animadamente sobre el asunto en cuestión, pero hablaban superficialmente del tema, Darcy que quería saber si el nuevo cliente de Ofelia era guapo, Livier quería saber si se entendían bien hablando inglés, pero la más seria era Luna quién concordaba con que era posesión demoniaca.
           —Lo que no entiendo es ¿Por qué tanto interés de tu parte, por qué no lo traes y dejas que las viejas se encarguen?
           —No creo que esté listo para afrontar a un grupo de brujas mañosas.—dijo Ofelia distraída jugando con su taza de café.
           —¿Ves? ¿Eso es lo que no entiendo? Nunca te ha importado alguien tanto como para protegerlo de nosotras.— dijo Luna más exaltada.
           —¿Te gusta?— dijo con una sonrisa tonta Livier.
           —Ya vete dormir Livier, estamos hablando los adultos aquí— dijo Ofelia muy seria, y Livier le sacó la lengua.
           — Es una pregunta justa.— dijo desde la puerta Victoria, quién acababa de llegar, llevaba un camisón negro y bata, en una mano llevaba un cigarro y en la otra una botella de Jack Daniel’s, la puso en la mesa mientras buscaba los vasos old—fashioned, con el cigarro en la boca.
           —La de por qué lo protege, o la de si le gusta— dijo Darcy ganándose una mueca sarcástica de Luna.— ¿Qué?— dijo un poco a la defeciva.
           —De hecho ambas— dijo Victoria poniendo los vasos enfrente de cada una mientras Livier destapaba la botella y servía.
           —¿En serio? ¿Crees que con alcohol voy a decirles quién es? ¿En serio? Se te olvida, querida Vic, ¿Quién me enseñó a tolerar el alcohol?— dijo Ofelia arqueando las cejas engreídamente.
           Victoria levantó el vaso y sonrió, las demás la siguieron. No pasó más de una hora cuando, de la cocina se escuchó.
           —¿¿¿¡Tom Hiddleston!???— susurró exaltada Darcy.
           —¡Shhhhhhhhhh!— dijo Ofelia levantando un dedo enfrente de su boca, en un gesto exagerado para que se callara.
           —¿Qué es un Wilgolinstud?— Preguntó Livier a Luna y Victoria
           —Es Hiddleston, creo y no tengo ni idea.— contestó Victoria
           —Es un actor famoso de películas. Creo que sale en… ¿Thor? Ya saben la película de Marvel, la del rubio guapo y su martillo— dijo Darcy emocionada.
           Pero Ofelia estaba confundida,— ¿Espera se los dije o lo adivinaron?— dijo viendo a Victoria, pero ella solo se reía.— ¡Pinches brujas! Me van a demandar— y todas comenzaron a reír.
           —Bueno niñas a la cama, Ofelia y Darcy duerman aquí, ya les preparamos su vieja habitación.
           —Gracias— dijeron al unísono infantilmente.
              La mañana siguiente llegó abruptamente en la forma de una de las niñas abriendo las cortinas, ambas brujas mayores se quejaron y le aventaron almohadas a la pobre niña que salió corriendo, Darcy hizo un pesado movimiento de un dedo y las cortinas se cerraron por medio de magia, con la intención de regresar a dormir, pero el celular de Ofelia sonó.
           —Te juro que, si no apagas eso, voy a arrancarte el corazón y a ofrecerlo a Yemanyá hoy mismo— dijo Darcy con una voz que no parecía de ella.
           Ofelia sacó la mano de la revoltura de sabanas, alcanzando la bolsa del piso y sacando el celular— Yemanyá  no acepta corazones.
           —Supongo que solo lo lanzaré al mar— dijo muy de malas.
           —¿Diga?— contestó Ofelia, más irritada que su amiga.
           —¿Ofelia?— sonó una voz aterciopelada, y muy despierta del otro lado de la línea.
           —¿Señor  Hiddleston?— a esto Darcy se levantó como resorte y se fue a sentar a la cama de Ofelia que ya estaba sentada, sorprendida, —pon el altavoz— decía Darcy en insistentes susurros.— ¡No!— le contestaba cada vez Ofelia.
           —¿Es un mal momento? ¿La desperté?
           —No, para nada, estaba… solo distraída—  dijo manoteándole a Darcy, en ese momento entró Livier sonriendo, con una bandeja de desayuno para las dos, seguida de una no tan fresca Luna, pero vieron que ambas brujas se peleaban por el teléfono, y comenzaron a preguntar— ¿Quién es? ¿Qué pasa? ¿No están crudas?— Hasta que Ofelia se hartó y con un movimiento abriendo y cerrando una mano, invocó un humo rojo que se dirigió a las gargantas de sus hermanas, y calló a todas, que la vieron muy enojadas. A lo que ella contestó volteando los ojos y poniendo el altavoz.
           —¿Segura que está bien? Puedo llamar más tarde— dijo el actor y todas se sentaron en la cama.
           —Segura, ¿Qué puedo hacer por usted?— el tono tan amable de Ofelia  le ganó un gesto incrédulo y exagerado de Luna.
           —Tengo entendido que ayer habló con mi publicista, quisiera disculparme en su nombre, me dijo lo que pasó y permítame decirle no tenía ningún derecho a hablarle así, pero debe saber que lo hizo con la mejor de las intenciones. Como sea él regresó a Londres esta mañana, — las cuatro voltearon a ver el reloj, dos y media de la tarde.—y quería suplicarle que tome mi caso…— dijo de verdad en un tono de súplica que se ganó la compasión de las cuatro mujeres.
           —Señor Hiddleston, nunca dejé el caso, entiendo la actitud del señor Lowell,  y no hay ningún problema, solo necesitaba hacer un poco de investigación. Usted relájese disfrute de la ciudad y le llamaré en la noche.
           —Muchas gracias, nos vemos en la noche.
            Ofelia colgó, y todas la vieron, ella deshizo el hechizo pero ninguna dijo nada, el hombre sonaba quebrado y todas tenían la habilidad de la compasión, aun a larga distancia, desayunaron en silencio, y cada una se fue a sus actividades, Ofelia se fue a la biblioteca donde algunas ancianas le ayudaron a buscar teorías.
              Para las siete de la noche ella, frustrada golpeó la cabeza sobre la mesa, una de las ancianas, sonrió.
           —Todas somos iguales de jóvenes, a todas nos pasan las mismas cosas.— dijo la anciana bruja.
           Ofelia frunció el ceño, irritada. —Si hubiéramos sido iguales, ya sabrías como resolver mi problema.
           —Me refiero a que te estas apresurando y por eso no lo ves.
           —¿No veo qué?
           —El problema.
           —Veo el problema, lo que quiero ver es la solución.
           —No creo que hayas visto el problema.— dijo con una sonrisa, luego se levantó y se fue.
           Ofelia se quedó un segundo pensando en el fondo de la biblioteca mientras una niña levantaba los libros. Cuando lo pensó bien le gritó a la anciana – ¿¡Qué!?
           —Que observes a tu cliente.— Dijo la niña y se fue, Ofelia la miró sospechosa.
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hannahsuniverse · 6 years
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Corazón de Melón en la Universidad: Episodio 1 (Guía)
+ respuesta positiva (sube lov.)
~ respuesta neutral (no afecta lov.)
- respuesta negativa (baja lov.)
(Si al lado de la respuesta no aparece ninguno de estos símbolos significa que no sé cómo afecta esa respuesta al lovometro.)
El episodio comienza en la entrada del campus. Tras reflexionar un poco allí, entraremos al campus para reunirnos con Rosa:
Rosa: Muchos se fueron a vivir a otras ciudades. Otros siguen aquí... Seguramente te cruzarás con algunos.
A. ¿Qué es de Lysandro? ~
B. ¿Sabes algo de Castiel? ~
C. ¿Qué tal Nathaniel? ~
D. ¿Qué se cuentan Armin y Alexy? ~
E. ¿Kentin retomó sus estudios militares? ~
Después de hablar un poco en el patio, entraremos juntas al edificio para matricularnos. En los pasillos escucharemos a dos chicas discutir:
Yeleen: ¡Vaya, Morticia sabe hablar!
A. ¡Eh, tú! ¡No tienes nada mejor que hacer? -10
B. ¿¡No eres mayorcita para comportarte de esa manera!? - 
Nos  dirigiremos al aula para continuar con la matricula, allí nos encontraremos al responsable administrativo para informarnos al respecto: 
Responsable Administrativo: Hola, señoritas, ¿qué puedo hacer por vosotras?
A. Vengo a matricularme en el curso de arte moderno y contemporáneo... ~
B. Me gustaría recoger la llave de mi habitación, por favor... ~
Rosa se irá y podremos buscar nuestra habitación o ir a clase para matricularnos por fin (no importa el orden en que lo hagamos):
Si vamos a matricularnos conoceremos al nuevo profesor, el señor Rayan Zaidi:
Rayan: ¡Hola! ¿Deseas matricularte?
A. Pues sí, eso creo. Bueno, por eso estoy aquí. +
B. ¡Sí! ¡Su presentación ha sido genial! -
• Si elegimos la A:  Pues sí, eso creo. Bueno, por eso estoy aquí.
Rayan: No es malo no estar seguro de sí. “La incertidumbre es lo que nos cautiva. La bruma hace que las cosas sean maravillosas”
A. ¿Picasso? -
B. ¿Oscar Wilde? +
C. ¿Andy Warhol? -
D. Bonita declaración. Bueno, ¿dónde tengo que firmar? -10
• Si elegimos A o C: ¿Picasso? ¿Andy Warhol?
Rayan: Yo tampoco. Es un arte que consiste en plagiar a los demás... Bastante poco interesante. ¿No son las más bellas aquellas frases que constituyen el alma?
A. Tiene razón. -
B. No estoy de acuerdo... +
• Si elegimos la A: ¿Oscar Wilde?
Rayan: Al menos, ya somos dos. ¿Quieres participar en mis clases?
A. Por supuesto. Y dejarme así “cautivar”, tal cómo ha dicho. +
B. Me gustaría mucho. He elegido esta universidad precisamente por esta especialidad. ~
• Si elegimos la B:  ¡Sí! ¡Su presentación ha sido genial!
Rayan: Espero que la vuelta a las clases no te asuste demasiado...
A. ¿Asustada, yo? ¡Nada de eso! Yo me adapto rápidamente... ~
B. Admito que esta universidad es mucho más grande de lo que esperaba... +
• Si elegimos la A:  ¿Asustada, yo? ¡Nada de eso! Yo me adapto rápidamente... 
Rayan: Es una gran característica. Intenta conservarla.
A. Gracias. Intentaré seguir su consejo. ~
B. Puede ser un defecto... +
   • Si elegimos la B: Admito que esta universidad es mucho más grande de lo que esperaba...
Rayan: Aceptar sus miedos significa, de alguna manera, combatirlos. No te preocupes, te daré discretamente el plano que guardo cuidadosamente en el bolsillo de mi abrigo para no parecer un idiota...
A. ¡De repente me siento mucho menos sola! +
B. ¡Gracias por su gran ayuda! ~
Indiferentemente de lo que eligiésemos, tendremos este último diálogo con él:
Rayan: Ya he informado a algunos estudiantes: al llegar he visto que la cafetería del Sweet Amoris buscaba un estudiante para trabajar de camarero. ¿Te interesaría?
A. ¡Oh, gracias! Es exactamente el tipo de trabajo que necesito. + (conseguimos las imagen)
B. Camarera... No es el trabajo de mis sueños... ¡Pero iré a echar un vistazo! Gracias. ~
Al salir del aula encontraremos un póster del concierto de Castiel en la pared del pasillo, solo con dar click sobre él conseguiremos la segunda imagen del episodio.
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Al salir al patio nos encontraremos con Melody:
Melody: ¡Así es! Yo nunca me fui.
A. ¡No has cambiado nada! -
B. ¡Melody! ¡Podremos volver a formar el mismo grupo, con toda la gente! +
Melody: ¡Es la primera vez que eligen a una asistente de entre los estudiantes!
A. Es una gran responsabilidad... +
B. ¡Vaya, eres delegada de nuevo, es genial! -
Melody: Sí, sí, está aquí... Pero no sé nada de él... No me interesa.
A. ¿De veras? ¿Qué ocurrió? ¡Recuerdo que te interesaba bastante en el instituto! -
B. ¿De veras? Yo tampoco sé nada... Me pregunto qué habrá sido de él... ~
Melody: No lo dudes, hablamos del mismo. Ya lo verás. Bueno, tengo que irme. Raya... Esto, el señor Zaidi me espera para finalizar las matrículas. 
A. ¡Espera! ¡Esta noche, Rosalya y yo vamos a tomar algo en el pub del campus para recordad viejos tiempos! ¿Quieres venir? + (vendrá luego)
B. (Terminar conversación) ~ 
Después iremos en busca de nuestra habitación, al llegar allí, conoceremos a nuestra compañera: 
Yeleen: Somos más de 3000 en el campus y tenia que tocarnos juntas.
A. Irónico, ¿verdad? ~
B. De todas formas, no tenemos elección. Podemos empezar de cero, ¿no? -
• Si elegimos la A: Irónico, ¿verdad? 
Yeleen: Bueno, te dejo instalarte...
A. ¿Ya has elegido tu cama? -
B. Imagino que mi lugar es en el que no están esparcidas todas tus cosas... ~
• Si elegimos la B: De todas formas, no tenemos elección. Podemos empezar de cero, ¿no?
Yeleen: Creo que no lo has entendido bien. Nadie me habla como tú lo has hecho antes.
A. Escucha, no debí interponerme. ~
B. ¿Qué te daba derecho a hablarle de esa manera a Chani? - 
Tras esto la conversación continúa así: 
Yeleen: ...
A. Bueno, ya que estamos en esta situación, hagamos todo lo posible por que vaya lo mejor posible... ¿Cómo te llamas? -
B. Piensa lo que quieras. Me voy a colocar en ese lado, no tenemos por qué hablar. ~
Después de matricularnos y buscar la habitación, iremos a la cafetería para informarnos sobre el puesto de trabajo. Antes de ir allí, nos habrá aparecido el conjunto del episodio.
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Al llegar a la cafetería conoceremos a Hyun, que trabaja allí como camarero. Hablaremos un poco con él y nos hará algunas preguntas:
Hyun: ¿Ya has trabajado en una cafetería o en un bar?
A. ¡Sí, claro! -
B. No realmente. ¡Pero aprendo rápido! +
C. Esto... ¡Hacía la comida y ponía la mesa en mi casa! ~
Hyun: ¿Cuál es tu principal cualidad?
A. La amabilidad. ~
B. Soy muy servicial. -
C. Mi humor. +
Hyun: ¿Qué es un macchiato?
A. Imagino que un tipo de café... ~
B. Café con leche para hipsters. +
C. Chocolate con leche con trozos de avellana y una nube de leche. -
Hyun: Completa esta serie de palabras: expreso, sobremesa, sacarina, nata...
A. Café. ~
B. Taza. +
C. Sombrilla. ~
Hyun: Bueno... ¿Quieres tomar algo? No hay nadie y yo iba a tomarme un descanso. 
A. ¡Sí, con mucho gusto! + (para conseguir la imagen)
B. Eres muy amable, pero lamentablemente tengo que hacer otras cosas. ~
• Si elegimos la A: ¡Sí, con mucho gusto!
Hyun: ¿Qué quieres?
A. Una limonada. ~
B. Un vodka - Red bull. -
C. Un café. +
Hyun: Dime, Sucrette, nunca te había visto antes... Y aquí nos conocemos todos. Imagino que has llegado hace poco.
A. ¡Muy bien, Sherlock! +
B. No exactamente... ~
Hyun: Viendo que la conoces, imagino que tienes ya tus lugares favoritos, amigos y un chico...
A. Bueno, tengo algunos amigos del instituto que han seguido viviendo aquí, sí. Pero he llegado esta mañana. + (conseguimos la imagen)
B. Es una pregunta algo personal... -
• Encontraremos al hada en el parque antes de volver al campus. Si no aparece a la primera, entrad y salid del parque hasta que aparezca. 
• Regalo del hada: un bolso.
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Al llegar a la entrada del campus nos encontraremos con Chani:
Chani: Me ha preguntado si no prefería un ataúd. Ese hombre es un auténtico cielo. 
A. Por mi parte, yo habrá preferido un ataúd, puedes creerme. +
B. No te preocupes, no se comporta así solo contigo. Estaba siendo así con todo el mundo. ~
Chani: Allí estaré.
A. Voy a ver a una amiga para ir a tomar algo en el bar del campus esta noche. ¿Quieres venir? + (vendrá luego)
B. Te dejo ir a tu habitación. ¡Espero que tengas más suerte que yo! ~
Entraremos al campus para buscar al responsable administrativo e intentar negociar un cambio de habitación. Mientras le buscamos nos encontraremos con Morgan en una de las aulas:
Morgan: ...
A. Tú también pareces perdido. +
B. ¡Tengo que darme prisa, voy a perderme la reunión! Muchas gracias. ~
Encontraremos al responsable administrativo en la biblioteca, durmiendo:
A. (Despertarle sutilmente.) ~
B. (Dejarlo estar.) ~
• Si elegimos la A: (Despertarle sutilmente.)
Responsable administrativo: ...
A. ¡Era solo para recordarle que hay una reunión de bienvenida! No quería que se la perdiese. ~
B. Tenía una pregunta respecto a las habitaciones... ~     
• Si elegimos la A: ¡Era solo para recordarle que hay una reunión de bienvenida! No quería que se la perdiese.
Responsable administrativo: Lo tengo en cuenta, gracias. Sabré recordarlo.
A. No hay de qué, señor. ~
B. Precisamente... Hablando del tema... ~
Nos dirigiremos al comedor donde tendremos la reunión de bienvenida. Allí estarán: Chani, Yeleen, Rayan, Miss Paltry...
Miss Paltry: ¿Alguien sabe lo que es un programa de desarrollo personal?
A. Un programa que permite aprender la metodología correcta para los exámenes finales. ~
B. Un programa que permite la interrelación respecto a las dificultades de lo rutinario y los suceso de actualidad. + (con Rayan)
C. (No responder nada.) ~
Chani: No me digas que eres insensible a ese rostro. Hasta yo he sentido un escalofrío cuando he entrado en la clase para matricularme, esta mañana. 
A. No sé de qué me hablas... ~
B. Reconozco que tiene... un “algo.” ~
Al terminar la reunión saldremos al patio y allí hablaremos con Yeleen y el señor Zaidi:
Rayan: ...
A. Mi habitación me hace echar de menos mi casa. ~
B. Es simplemente el primer día de la vuelta a las clases, siempre impresiona... ~
Volveremos a nuestra habitación para cambiarnos de ropa e ir al bar. Al llegar allí no conseguiremos abrir la puerta: 
A. (Empujar la puerta.) ~
B. (Esperar ayuda.) ~ (conversación extra con Melody)
Al entrar en la habitación derramaremos accidentalmente un bote de pintura en la cama de Yeleen:  
A. (Voy a cambiar las sábanas de su cama con las de la mía.)
B. (Las voy a dejar así y hablaré con ella después.)
C. (Voy a hacer como si nada hubiese ocurrido.)
Iremos al bar y allí nos encontraremos con Rosalya y Alexy:
Alexy: ...
A. ¡Te he echado de menos! +
B. Si tú estás aquí... ¿¿significa que Armin también?? ~
Alexy: ...
A. Y tú, Alexy... Hay... ¿Hay alguien en tu vida? ~
B. Bueno, ¿qué me he perdido? ¡Contádmelo todo! +
Entraremos juntos al bar y allí estará Priya. Un poco más tarde se unirán Melody y/o Chani si fueron invitadas:
Rosa: ...
A. ¿De veras? ¿Mojitos? + (con Alexy)
B. ¡Perfecto! + (con Rosa)
C. Yo preferiría una cereza para empezar. + (con Priya)
...
A. ¿Qué estudias tú, Priya? +
B. ¿Así que os habéis mantenido en contacto tras mi marcha? ~
Rosa: ...
A. No, pero quizás la hayamos juzgado mal y todo irá bien. + (con Priya)
B. Espero encontrar la forma de cambiar rápidamente de compañera de habitación. ~
• Si encontramos el cartel del concierto de Castiel y no era nuestro novio:
Priya: Siempre me he preguntado si habíais tenido una historia secreta... ¡Y que nos la habríais ocultado a todo el instituto!
A. Reconozco que formaba parte de los chicos que me gustaban en el instituto. ~ 
B. ¡No! ¡Nunca habría ocultado algo así! ~
• Si encontramos el cartel del concierto de Castiel y era nuestro novio:   
Rosa: ¿Y te parece una buena idea ir corriendo al concierto de tu ex para ver en lo que se ha convertido?
A. Pues, reconozco que tengo curiosidad por saberlo. Quizás, ni siquiera se acuerde de mí. ~
B. ¿Crees que tengo alguna oportunidad? Buen... Al menos, de hablar con él... - (con Priya) 
• Si invitamos a Chani y a Melody: 
Melody: Sí, como ya te he explicado, soy la asistente del Sr. Zaidi y necesitaba un espacio personal con escritorio. Así que la única opción era encontrarme una habitación para mí sola... ~
A. Sin embargo, el responsable administrativo parecía decir que no había otra solución... ~
B. Entonces, ¿alguien va a explicarme de una vez por qué Nath no participa en nuestra pequeña reunión de antiguos alumnos del Sweet Amoris? - (con Melody)
C. Priya, ¿tú también tienes una habitación en el campus? + (con Priya)
• Si solo invitamos a Melody:
Melody: Sí, como ya te he explicado, soy la asistente del Sr. Zaidi y necesitaba un espacio personal con escritorio. Así que la única opción era encontrarme una habitación para mí sola...
A. Sin embargo, el responsable administrativo parecía decir que no había otra solución... ~
B. ¿Podrías ayudarme a encontrar una habitación para mí sola? +
...
A.  Entonces, ¿alguien va a explicarme de una vez por qué Nath no participa en nuestra pequeña reunión de antiguos alumnos del Sweet Amoris? - (con Melody)
B.  Priya, ¿tú también tienes una habitación en el campus? + (con Priya)
• Si solo invitamos a Chani:
A. Entonces, ¿nadie sabe nada de Nath? ~
B.  Priya, ¿tú también tienes una habitación? + (con Priya)
• Si no invitamos ni Chani ni a Melody:
A. (Pensar en los exámenes ha traído un rostro a mi memoria... Nathaniel.) ~
B. (Prefiero no pensar en los exámenes por el momento... Quiero saber más sobre la vida cotidiana de Priya.) + (con Priya)
Por último tendremos estas opciones: 
A. ¡Esta ronda la pago yo! (coste $20) + (con Priya) (conseguimos la imagen)
B. ¡Voy por algo de beber! - (con Priya)
Finalmente nos despediremos a la salida del bar y cada uno se irá por su lado. De camino al campus, en el callejón, unos tipos comenzarán a hablarnos:
...
A. Escuchen, no quiero problemas. Déjenme volver a casa, por favor. ~
B. Si alguno de los dos se acerca, gritaré. ¡Déjenme pasar! ¡AHORA MISMO! ~
• Si elegimos la A: Escuchen, no quiero problemas. Déjenme volver a casa, por favor.  
Tipo extraño: Yo en tu lugar, dejaría tranquilo ese teléfono. No necesitamos que invites a más personas. Podemos divertirnos muy bien los tres.
A. ¡Sin embargo, entre más seamos, mejor! ~
B. No es lo que estaba intentando hacer. Ahora me voy. ~
...
A. (No tengo elección, tengo que gritar. Alguien me oirá.) ~ (imagen de Nath)
B. (Le voy a dar un rodillazo donde yo me se.) ~ (imagen de Nath)
• Si elegimos la B: Si alguno de los dos se acerca, gritaré. ¡Déjenme pasar! ¡AHORA MISMO!
Tipo extraño: Pero es cierto que no todas las chicas son tan bonitas como tú...
A. Os he avisado, voy a gritar. ~ (imagen de Nath)
B. Dejadme pasar, es la última vez que os lo pido. ~ (imagen de Nath)
Termina el episodio. 
TOTAL GASTADO: 
PA: entre 1000 y 1200
Dólares: 88 conjunto + 20 bebidas
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