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#porque es ridículo y a nadie le importa
laxicadelosprettyeyes · 9 months
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Gracias por enseñarme a valorarme, a que no me tengo que emocionar ni mucho menos conformar, cuando me muestran el más mínimo acto de interés.
Gracias por enseñarme que no tengo que rogarle a nadie
Gracias por enseñarme que cuando alguien realmente te ama, y sus palabras no se quedan solo en eso; es capaz de bajar la luna a tus pies.
Gracias por enseñarme que no necesito de alguien para ser feliz.
Gracia por enseñarme que no eres la única persona a la que le parezco atractiva.
Gracias por enseñarme que yo también tengo defectos.
Gracias por enseñarme que a nadie le importa si me pongo a hacer el ridículo en la calle, porque la vida es solo una.
Gracias por enseñarme a ser agradecida.
Gracias por ayudarme a crecer, porque yo también fui una persona tóxica, irrespetuosa e impulsiva. Sé que te humillé miles de veces frente a tus amigos, te comparé y te mentí. No te voy a negar nada de eso, sé que actúe mal; no me voy a justificar, simplemente voy a pedirte perdón por todo el daño que te hice. Quiero agradecerte por todo lo que me enseñaste, tanto de buena como de mala manera. Siempre te voy a querer a pesar de que tú me fallaste y me dejaste llorando y sobre pensando todo lo que vivimos, noche y día.
Gracias por intentar amarme a pesar de todo.
"M"
-Tu coni
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vienitas · 3 months
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ENTREGA: VENUS SUTIVANISAK. HABILIDAD: SIGILO (3/3).
la entrada de su diario / carta a alguien.
10 de febrero de 2018 —veintidós años. 
es estúpido estar escribiendo en estas hojas después de tanto tiempo, pero me causó gracia que lo último que puse fue una fotografía mía y tuya, archer. esa que nos sacaron en disney con trece años y unos sombreros ridículos. es aún más ridículo que sólo hace un par de meses volvimos a recrearla, mismo lugar, diferentes orejas, pero tenía la misma sonrisa que en ese entonces. 
podría hacer un resumen de los últimos años, para que conozcas mi perspectiva. también podríamos saltarnos el acto vergonzoso y sólo darte el regalo para que veas que llevo una vida enamorada de ti. 
mamá dice que es patológico. el amor, me refiero. pierdes la razón con facilidad cuando estás con quien amas y, al mismo tiempo, todo tiene sentido de una u otra forma. así me he sentido desde que te conocí: todo importa y al mismo tiempo se vuelve irrelevante, porque lo eclipsas. ¡dios, qué cursi! quiero meterme el lápiz en el ojo para dejar de leerlo. 
de una u otra forma, la vida nos separó hasta que nos volvimos las personas con derecho que somos ahora, pienso que si las cosas hubieran pasado antes, ahora no estaríamos juntos y hasta nos odiariamos, no olvidemos a mi yo de dieciséis alta en toxicidad y celopatía. ni a tu yo de diecisiete que sólo sabía ver anime y jugar videojuegos, dios, insoportable. 
era doloroso, no te mentiré, conocer a tus novias y transformarme en ese agregado prescindible. pero ahora que veo hacia atrás, quiero darle la gracia a cada una de tus ex novias por convertirte en el hombre que eres hoy en día, ¡no salió solo! ahora te bañas todos los días, ¿eso lo logró diane o fue tu madre? quizás fue que dejaste de ver tanto anime, ¿no es así?
también… de no haber estado lily en el camino, ahora tampoco estaría gala y creo que la paternidad es lo que mejor te vino, te hace ver más guapo y brillante. al menos mamá dice que pareciera que maduraste un poco, y que lo diga ella es todo un cumplido. 
es gracioso ver hacia atrás en las páginas de este diario — estás escrito en más de una fecha, como si fuese más tuyo que mío. y por eso se transformará en el primer regalo que te daré en nuestra nueva casa, ¿te parece? si no lo hace, ya no es problema mío porque lo estás leyendo, pedazo de chusma. 
se supone que debo contar un secreto aquí, ¿no es así?
decir que estaba enamorada de ti desde los seis años creo que nunca fue tan secreto que digamos, menos cuando veas esto. mis gustos los conoces, ¿no? como me gusta el café en un punto exacto de temperatura, que odio los dulces y prefiero mil veces empalagarme con comida salada. ¡soy mala en la cocina también! no sé si logre aprender algo de valor para ti y gala, pero te prometo que daré todo de mí para que no seas el único esclavizado en la cocina. 
uh. ¿qué más? tengo miedo. quizás eso sí es un secreto que vale la pena. tengo miedo de que las cosas no funcionen, pero también me da miedo que lo hagan. tengo miedo de lo que se nos viene, pero también sé que nunca me soltarás la mano. porque así eres tú, ¿no es así, archer? te aferras a quienes amas. te aferras a mí y gala como si de eso dependiera tu vida, sin saber que la mía depende de ti. 
en fin. suficiente por ahora, no quiero manchar con más lágrimas la página, ¡que ya te escucho riéndote abajo con mi papá! 
tengo otro secreto. 
nunca amaré a nadie como a ti, ¿lo sabes? espero que tú tampoco. 
21 de septiembre de 2019 —veintitrés años. 
encontré esto mientras ordenaba tus cosas. y sigo pensando lo mismo. 
nunca amaré a nadie como a ti. 
te extraño hoy y siempre. espero que tú no a mí. 
mayo de 2024 — veintisiete años. 
gala ya está creciendo sana. está en primaria y vive conmigo y camille aquí en londres. logré que me dejaran quedar por aquí si accedía a volver a estudiar, es algo aburrido, ¿sabes? ver a la misma gente todos los días e ir a clases, pero ¿qué más podía hacer? 
se parece a ti. se le arrugan los bordes de los ojos cuando se ríe hasta llorar y su punto de débil es su pancita. 
le dice mamá a camille, yo soy tía innie. es a la única que le permito decirme así. 
camille no le deja olvidar que su papá se llama archer y que la está cuidando desde el cielo. cada día del padre te compra un tulipán blanco, ese que te gustaba, y dice que nunca está sola. espero que realmente sea así, ¿sabes? 
más te vale que sea así. 
encontré esto mientras empacaba mis maletas, viajaré a suiza para conseguir quedarme aquí en inglaterra al menos cinco años más; espero que se extienda lo suficiente para seguir viendo a gala crecer, era lo que querías, ¿no? que fuéramos una familia. 
tendré que alejarme de ella algunos meses, espero que sepas entender. 
te sigo extrañando y sigue doliendo, pero ya no uso la argolla de compromiso, me duele más verla que antes. 
pero no significa que te seguiré amando como a nadie hasta el día que me muera. 
¿cuidarás de mí en suiza, archer? 
espero que sí. 
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weberpri · 2 months
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› " me quedé dormide y casi no llego a trabajar hoy " dicho por ivan ( @ivhee ) .
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' ah ' soltó repentinamente sin estar segura muy bien qué responder, su cabeza estaba muy lejos de esas preocupaciones después del quinto trago. soltó entonces un bufido. ' descuida a nadie le importa, ivan, el crucero es enorme — dudo mucho que aquí los profesores puedan estar al pendiente de todos... así que, disfruta; son vacaciones pagas ' « o bueno, algo así. no sé qué sean, ni porque me llegó esa carpeta, ni que hacer con ella, solo sé que seguiré bebiendo hasta que alguien quiera besarme o haga el ridículo ». ' vamos, ten, ' extendió su mano con la copa aún atrapada entre sus dedos, ofreciendo la misma. ' bebe y luego jugamos a algo — lo que sea, ¿qué dices? '
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delaimaginacion · 2 years
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Bienaventurados los hombres sin pudor porque de ellos será el reino de las redes. Las nuevas tecnologías constituyen el santo y seña, el verdadero abismo, de la propia biografía. Y es ahí donde uno se entera de quién es, y a quién le importa. El miedo al ridículo se ha reducido a grados alarmantes y ya nadie teme exhibir la banalidad. Los confesionarios ya no son lo que eran, y han sido sustituidos por los perfiles. Está ahí el diario íntimo vuelto hipertexto y teatro, escenografía diseñada para el ojo forastero. Y si desde los inicios ha existido lujuria en la contemplación de lo ajeno, hoy el tránsito que vale es el de lo prohibido a los desinhibido. No hay privacidad posible en la red porque la red es, por definición, experiencia compartida, ruptura del horizonte de lo íntimo. Y quien no lo sepa, descubrirá sus fotos en otro perfil, con su mismo nombre, pero con contraseña distinta.
Jezreel Salazar, “La red y sus ritos instantáneos”
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hectorinuniverse · 2 years
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Estás más linda que nunca ahora, que no te importe lo que piensen de ti, no necesitas que nadie te cuente lo mágica que eres. No dejes que nadie te haga pensar que no mereces lo que deseas. Siempre habrá alguien que aunque no quiera serás su debilidad, que si sonríe, tú sonreirás, que si te habla, tú le contestarás y que si te necesita, tú seguirás estando ahí. Hubo un momento de mí vida en que me conformé con lo poco que me daban, creí que era feliz, o tal vez pretendía serlo, me obligaba a serlo, ¿por qué? Porque suponía que así debía de ser. Bien dicen: aceptamos el amor que creemos merecer; y sí, mientras una persona no se quiera lo suficiente a sí misma, seguirá aceptando amores mediocres, amores a medias. Pero va pasando el tiempo, los años y las experiencias nos hacen madurar, entender tantas cosas... Después de muchos golpes y caídas entendí que no hay persona que ame más que a mí mismo, claro, sin ser ególatra, y entonces es cuando comprendes que mereces un amor completo, en toda la extensión de la palabra. Veo parejas de años, o de meses que se tratan mal, que se gritan o que siempre permanecen en el más frío silencio y es cuando no logro comprender que siguen haciendo ahí, ¿tan poca cosa se creen? Lamentablemente a veces el miedo a la soledad, al no saber qué hacer, hacen que se queden estancados con una persona que no los hace crecer y que sólo limita sus sueños; no soy exigente, pero sé lo que quiero y tampoco me conformo a la primera. No mendigo amor, porque nadie está para rogar nada. La persona que me quiera me querrá por cómo soy y le gustaré tal cual, punto. No quiero a alguien que me entienda y me dé la razón siempre. Quiero a alguien que pelee sus ideas y me haga comprender o aceptar el hecho de que no siempre pensaremos igual. No quiero a alguien que me siga a todos lados, que haga lo que yo quiero. Quiero a alguien que me dé mi espacio, que se dé su espacio y que juntos comprendamos que antes de conocernos teníamos una vida, y grandes amigos. Deseo que se involucre con ellos, sin embargo que también me deje ser yo, él yo que antes era. Pero sí quiero a una mujer que me ame por todos mis defectos, que me admire por todas mis virtudes, que sepa que antes sufrí y que ahora estoy de pie dispuesto a dar lo mejor de mí. Quiero a alguien que me llame a las 2 de la mañana sólo para decirme que me extraña, a alguien que me escriba algo cursi porque le nació y no porque cumplimos meses. Quiero un chocolate de sorpresa, una visita inesperada, quiero esas llamadas hasta quedarnos dormidos. Quiero a alguien que vea películas románticas conmigo, alguien que me ame por ser cursi y que le guste que sea así; alguien que comprenda que un día puedo ser el más romántico y al otro estaré cansado, pero eso no quiere decir que dejé de quererla, simplemente así son las cosas. Quiero a alguien que comparta algunas de mis pasiones o que se interese por ellas, quiero a alguien interesante, alguien que tenga siempre algo que contarme, alguien que se interese por mí día, por lo que me pasó, por saber siempre cómo estoy. Quiero a alguien que sea respetuosa conmigo, con todos; alguien que hable tanto cómo yo, alguien que me escuche, alguien que me vea y sólo sonría. Quiero a alguien divertida, que le guste bailar, que sepa bailar, aunque yo no sepa, alguien que quiera enseñarme aunque yo no aprenda. Quiero a alguien con quien pueda hacer el ridículo y saber que no pasa nada. Alguien que no le importa que me coma diez tacos, o uno más que ella. Necesito a alguien en mí vida que entienda mí flojera de repente por el ejercicio, mí pasión por leer, por escribir o por pintar. Alguien que entienda que a veces sólo querré dormir, salir de mi rutina, no saber de nadie. Quiero a alguien que comprenda que un día querré huir, saldré corriendo de mí rutina diaria y no por eso querré estar sin ella, al contrario, espero que sepa que al final del día lo único que me consuela es verla, es abrazarla y hacerle el amor. Es simplemente saber que está para mí, como yo siempre lo estaré para ella... buenos días...
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danielpico · 1 month
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El texto hermoso es de Rubén Guerrero.
Feliz día del zurdo, Diego.
Maradona, el grotesco:
No hay camiseta, no importa eso, es el Diego, dice un hincha de River. Maradona era carnavalesco: puso el mundo al revés. Fue pobre, muy pobre y fue rico, muy rico. Fue deportista de elite y adicto de elite. Fue papá, fue muchas veces papá, tantas que algunas veces no fue padre. Maradona fue un poco mi papá y el papá de todxs. Hoy siento la orfandad. Hoy sentimos la orfandad. Lloro. Estoy llorando. Tanta gente despidiendo al Diego me da alegría. El oxímoron del futbolista: plantársele a la fifa. Comió con la camorra. Fue a fiestas en helicóptero. Llegó a fiestas en helicóptero. Se compró un Camión y lo estacionaba en un barrio cheto. Es la persona más conocida del mundo. Diego, el grotesco: el cuerpo perfecto y el cuerpo deforme, deformado por la cocaína. El corazón roto. El que no funciona, el que no encaja, y a la vez, una máquina del capital. El carnaval del pueblo. La alegría y la tristeza a la vez. Trastocó el ejemplo. El ejemplo que nadie quiere. Maradona el trans: hizo un gol con la mano. Eso no es fútbol. Eso no vale. Hizo un gol con la mano. Sharap, eso es el fútbol. Maradona es el fútbol. No hay fútbol sin Maradona. Fue un dios, los dioses no tienen tiempo, porque son ontológicamente perfectos. Fue un humano, el más humano de todos nosotros, con un origen del que nunca se fue: Fiorito. Diego: la perfección formal. La gambeta como un gesto estético. Lágrimas y festejo de gol. Borracho, bailarín de cumbia, cantante de tangos, villero, el mejor jugador de todos los tiempos. Al diego no lo dejaron ser socio de un club de golf por ser Maradona, el grotesco. El que desborda, hasta muerto nos desborda. Diego, hombre y animal: gacela, león, pichón, águila y gorrión. El cuerpo del diego, las gambas: la arqueología de lo grotesco, de lo nuestro, lo criollo. Diego de barro. Diego pobre. Diego con esa bocota toda desmesurada. Maradona, el grotesco, el que repugna, el que es aterrador, repulsivo, escalofriante, el que tiene la habilidad de provocar sentimientos de terror y desconfianza, y de amor y de locura. El cuerpo grotesco, imperfecto, el cuerpo al que le cortaron las piernas. El cuerpo que nos enriqueció estéticamente. Así recoge el término grotesco la RAE: Ridículo y extravagante; irregular, grosero y de mal gusto. Así le dicen lo que no lo quieren: ese negro, ese grosero, ese extravagante. Por eso lo amamos los que lo amamos: por negro, por grosero, por extravagante, por salir, por desbordar (en la cancha y en la calle), por parársele de manos al poder. El poder que señala –y arma- lo sublime. Bueno, Maradona era grotesco, ni su cabeza ni sus pies pueden asignarse a una sola forma, exceden las formas.
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dearpsicologa · 3 months
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20 Verdades sobre las personas en el plano amoroso
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1. Un hombre a los 40 años es muy difícil que encuentre una mujer que lo quiera realmente. 
Los hombres desperdician su juventud engañando a sus novias, acostándose con todo mundo, jugando con los sentimientos de las mujeres que no valoran lo que tenían y pues al llegar a los 40 ya nadie los quieren, ya están viejos, solos, no aprendieron a valorar a la mujer que tenían a su lado. Por esos motivos, buscan muchachitas que le dan sexo por interés, estabilidad financiera. Puff, eso no es amor. 
2. Un hombre a los 40 años solo es por tres motivos: es gay, fue mujeriego sin valorar a la mujer que realmente lo quiso, es un psicópata narcisista. 
3. Si te gustó alguien verdaderamente en tu juventud y nunca se lo dijiste, hoy en día ya es tarde y es solo un triste recuerdo.
4. Hay mujeres que dudan de su sexualidad cuando conocen a una mujer hermosa e independiente.
5. Hay mujeres que pueden que gusten de una mujer pero... prefieren estar montadas donde ya sabemos... Y eso es muy difícil de cambiar.
6. No importa cuánto amigable y amable seas con una persona, esa persona va a pensar que gusta de ell@.
7. Es muy preocupante la cantidad de hombres en sus 30 40 50 años que tienen parejas que tienen 19 20 21 años. No es normal y se notan dos cosas: complejo de papi y soledad porque los hombres saben que una mujer de su misma edad no los van a elegir.
8. Es imposible conectar con alguien hoy en día. Alguien que te escuche, que te entienda, que se preocupe por ti, que tengan cosas en común. Triste realidad.
9. Es ridículo pensar que vas a encontrar el amor en Tinder o cualquier otra aplicación de citas. Algunas personas dirán que sí, pero es siempre de una noche.
10. No le veo el sentido de estar chateando por meses con una persona y que después, cuando llega el día de conocerse en persona, no era lo que esperaban. Es mejor hacer match y reunirse de una vez en persona y conocerse, notar cómo es esa interacción, qué te produce esa persona, cuando la ves cuando la escuchas. Allí decides si hay una segunda cita.
11. Conocer a alguien en una discoteca no significa que sea el amor de tu vida. Es algo de una noche.
12. Es envidiable cómo los hombres pueden atreverse a acercársele y hablarle a una mujer. Ojalá las mujeres tuvieran esa valentía.
13. Si te crees fe@, poco atractiv@, creeme, siempre va a haber alguien gustando de ti, incluso si es igual de fe@.
14. Para hombres y mujeres siempre va a haber esa persona inalcanzable que tanto les gusta.
15. La pregunta del millón de dólares, ¿dónde están esas mujeres femeninas?
16. Para los hombres gays es más difícil encontrar un hombre que los quiera. Para ellos es difícil conocer un hombre que sea gay y masculino, ya que muchos gustan de las mujeres y otros nunca saldrían del closet.
17. Una mujer sabe estar sola, un hombre no.
18. Alguien extrovertid@ puede gusta de un introvertid@ siempre y cuando tenga empatía con ese tipo de personas.
19. Alguien que es muy green flag, es una red flag.
20. Las parejas que hacen muchas demostraciones de afecto en publico, eso es muy ordinario e incomodo de ver para los demas.
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sadboio · 3 months
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Wey real af, sometimes i think i might hate you pero alch maybe i just wanna be you pero idk wtf
No quiero su vida, me parece inclusive triste, pero es verdad que tiene muchísimas cosas que yo desearía, y se le ve tan libre, tan ingenua, problemas que me atormentan los puede ver desde arriba únicamente de manera moral porque no los tiene que pasar, no sé si eso me de envidia de cierta forma, no quiero ser así pero muy dentro desearía tampoco tener que preocuparme.
Me parece bastante performativa, ya no tenemos tantas cosas en común, hemos crecido bastante en caminos súper diferentes. Me molesta como se expresa de sus problemas y eso no significa que sean menos válidos, pero si me estresan, se me hacen algo un poco muy superficial o privilegiados de cierta forma, no todos obviamente pero si bastantes. Un ejemplo muy específico es cómo se queja siempre de mi ex, si fue una culera con ella y es muy válido como se siente, pero al mismo tiempo me molesta bastante que se exprese como si ella fuera la mayor víctima. No estoy intentando hacer las olimpiadas del trauma, no me quiero hacer la más importante porque no se trata de eso, es simplemente que no quiero adentrarme, logré salir adelante y no quiero volver a aquel lugar, puedo recordarlo, analizarlo y siempre seguirá ahí en mi ser la huella que me dejó mi ex novia por lo culero que la pase y todo lo que aprendí, pero eso no me define. Me molesta bastante como parece no entender que no quiero ser definida por esa mujer, siempre que habla de ella yo me quedo callada, me he ido tal cual y no parece importarle para nada, he dicho literalmente que si cambiamos de tema, no le sigo la plática y ella comoquiera sigue y sigue y sigue. Siempre habla de cómo sufrió y de lo culera que fue con ella, si, obviamente que le hizo muchas culeradas y si la trató bastante mal basureandola toda la vida, no digo que no, es muy válido su sentir hacia ella, pero siento yo (no sé si esto me haga mala persona realmente pero es como me siento) que el hecho de que te haya hecho stickers tuyas de manera burlona es un poco menos serio que el intentar violarte y al tratar de oponerte te ponga una almohada en la cara literalmente ahogándote, no sé solo digo, me parece algo ridículo escucharla tan pinche atacada, ofendida y actuando como la mayor victima del mundo cuando a mí literalmente me intentó asesinar por no querer coger con ella.
No sé si me hace mala persona todo esto que siento específicamente en este tema, no quiero invalidar sus sentimientos porque si fue culerisima con ella pero alv no sabe todo lo que me hizo y yo no me estoy quejando, no le sigo el rastro, no la sigo criticando y siempre mente la aleje de mi vida por completo porque no quiero volver a tener que verla nunca jamás en mi existencia. Si tanto la odias y si no te importa y si tampoco quieres volver a hablarle, ni que te stalkee ni nada pues bórrala y deja de hablar de ella no se, bloquéala de todos lados, deja de preguntar sobre ella y deja de chismear porque estás haciendo lo mismo de lo que te quejas que te hace. Deja de hablar de ella cada vez que nos vemos, con todas nuestras amigas en común, hablar únicamente de ella, siempre saca el tema ella, literalmente nadie pregunta o si acaso nomás mencionan algo que hizo porque pues si fue parte de nuestras vidas para bien o para mal. Me tiene podrida, la vida sigue, no quiero volver a hablar d lo mismo y lo mismo, más aparte ni siquiera es hablar, es escucharla y ya.
Así como respeto tus sentimientos hacia ella quiero que respetes un poco los míos, sé que no le he dicho todo
Me parece muy insegura pero intenta decir que no, ve todo muy superficial verdaderamente, empezando por cómo cuando hablamos de mi ex por ejemplo que es verdaderamente una horrible persona siempre tiene que mencionar como se puso más fea que nada mientras que ella tuvo un glow up y se ve más bonita que nunca y no se, se siente muy superficial y vacío, denota muchísima inseguridad y la verdad se me hace tan triste de ver.
Yo la quiero mucho y siempre la querré, por eso mismo siento la necesidad de cuidarla ya que es muy frágil, siento que no soportaría el mundo real y no sé cómo decírselo de manera que no la haga llorar, tengo que cuidar todo lo que hago y la verdad es que es bastante cansado.
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alex98sanl · 7 months
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Las imágenes mentales que aún conservo de muchas cosas que aprendí
Se tambalean lenta pero visiblemente
Mi padre
Que me ha enseñado muchas cosas y a ser como una persona correcta debe de ser
También me ha demostrado todo lo que está mal en el mundo, con su ejemplo
No lo odio, aunque tenga las diez mil razones para hacerlo (que si las tengo)
Me odio a mí mismo, porque no quiero perder esa imagen mental de el
Y me odio aún más al reconocer que odiarme por esto es desde un inicio ridículo
O quizás lamentable más bien.
O quizás simplemente
No quiero no deseo albergar odio en mi cuerpo
En mi mente en mi alma. Pq corazón ya no tengo
No quiero desperdiciar mi vida de esta manera
Pero, a nadie me importa eso
Y si a nadie le importa, porq debería importarme ?
Si nada es justo en la vida, pq debería ser justo
Si todos son crueles a su manera, pq debería yo aguantar todo eso, claro no debo, pero tampoco quisiera volverme como todos
Si todos obran mal y se regocijan con eso, pq debería incluso tratar de entender todo esto
Pero....
"mientras más grandes seas, más humilde debes ser"
Quizás es la única frase de algo bueno que recuerdo de mí padre
Y lo gracioso de esto es que, tal vez esa frase,
Me ha retenido todo este tiempo de evitar ser lo mismo
Quizás todo lo que acabe de escribir
Quizás es por eso que me odio
No quiero creer que estoy buscando razones sacadas de mi propia desesperación mental solo por verse como un respiro agradable de la entremezcla de todo esto que hay en mi cabeza
13-3-24
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bookishnerdlove · 9 months
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MCPPA 122
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CAPITULO 122 La víspera de la ceremonia de anulación A última hora de la mañana, tras su conversación con Kanna, Sylvienne regresó a su habitación. En lugar de dormirse inmediatamente, se sentó en el sofá y se puso a pensar. En su mente, normalmente tranquila, entró un objeto extraño, causando pequeñas ondulaciones. Odiaba las ondulaciones. Se preguntó qué era. Esa cosa que le arañaba agudamente las entrañas y le pesaba. No lo sabía. ¿Quizá la culpa? Una risa débil se escapa de sus labios. Culpa. Era una palabra ridícula. Sabía que no era lo suficientemente bueno para tener tales sentimientos. La mayoría de las veces, era un vicioso. Lo sabía bien....... Entonces, ¿por qué me mareo tanto? Sylvienne suspiró y recostó la cabeza en el sofá. Sus ojos azul oscuro miraron sin sentido al techo. En ese momento, las palabras crecieron ante sus ojos. Los densos informes que detallaban los muchos sufrimientos de Kanna en Valentino tras su matrimonio pasaron por su mente. De pronto recordé lo que Kanna había dicho. "¿Era una cuerda de salvación?", preguntó. "Por supuesto, porque estaba en el infierno, y con un gesto de tu mano, salía de él". Sí, lo era. Tenía el poder de traer a Kanna a la luz en cualquier momento. Con una palabra, podría liberarla de su sufrimiento, igual que había desterrado a Josephine a lejanas tierras de salvajismo. Pero no lo hizo. Permitió que sufriera en los fuegos del infierno. Porque no le importaba. No era sólo Kanna; no le importaban los demás por naturaleza, y ella era sólo una de muchos. También me resultaba sorprendentemente molesta. Cuántas veces había llegado tarde a una matanza de demonios porque ella estaba colgada como una sanguijuela. ¿Cuántas veces fallé en salvar una vida que podría haber salvado? Era un estorbo, una molestia, y no quería ser parte de su miseria. Al fin y al cabo, todos en este mundo tienen sus propias desgracias. Depende de ti superarla o ser aplastado por ella. Así había vivido su propia vida. Once años. Cuando de pequeño había heredado el título de Duque, cuando tantos adultos habían codiciado su posición, su fortuna y su vida, ¿quién le había echado una mano? Nadie. Y no lo lamentaba especialmente. Era natural que soportara la carga solo. Así que no le importa. No me importa. No, sí me importa. No tengo curiosidad. No, tengo curiosidad. Kanna no era nada, como polvo, y sin embargo quemaba su visión como el fuego. Qué sentimientos tan incongruentes. El choque de colores, como si se dirigieran a ellos dos, estaba más allá de su comprensión. Sylvienne cerró los ojos. Pero al final, tuvo que admitirlo. Inusitadamente, le molestaba pensar por lo que había pasado Kanna. Y... Y quiero saber qué clase de persona es. El deseo, aunque un capricho fugaz, era dolorosamente claro. "Debo detener el divorcio. "¿Y aún así eres un caballero de honor, un noble?". De pronto recordé la voz fuerte y odiosa de Kanna. En aquel momento, me había dejado llevar, incapaz de pensar con claridad, pero, en retrospectiva, era ridículo. Odio. Y qué. No había intimidado lo más mínimo a Sylvienne, no después de las innumerables amenazas que había recibido de sus enemigos, amenazas que iban más allá de las amenazas. Tienes algo que ganar. ¿Tienes algo que perder en el proceso? Nada. No importa cuántas veces lo pensara. "Sí, por eso no nos divorciamos. Así que el día de la ceremonia de anulación, esperó pacientemente a Kanna. Por fin, la puerta se abrió y ella entró inundada de luz. Sylvienne le tendió la mano. Kanna entrelazó los dedos. El calor de su cuerpo a través de los guantes de seda no le sentaba mal. De hecho, se sentía bastante caliente. ¿Era por eso? Siete años atrás, cuando se había casado con Kanna, se le ocurrió que una boda en condiciones no habría sido mala idea. "Duquesa Kanna Valentino, ¿desea anular su matrimonio con Su Alteza Real, el Duque Sylvienne Valentino, con quien ha tomado el amor de su vida?" "Sí." Pero ante su respuesta, el ánimo de Sylvienne cayó en picada. Por una vez, sintió un verdadero disgusto. En contra de sus deseos, su respuesta estaba fijada. No. No disolveré el matrimonio. Ya era suficiente. Puedes lograr tus objetivos y tener lo que quieras. Pero....... "¿Deseas anular tu santo matrimonio con la Duquesa Kanna Valentino, a quien has tomado por esposa para toda la vida?". Estaba a punto de responder. La voz de Kanna me interrumpió. "Te odiaría a muerte". Las ridículas amenazas. Y esos ojos que ardían como el fuego. "No, te odiaré incluso en la muerte". Se me cae la mandíbula. ¿Qué era esa amenaza? Nada, realmente nada. "¿Su Excelencia, Duque Valentino?" El sacerdote urge una respuesta. Sylvienne mira a Kanna como buscando una respuesta. Sus ojos de obsidiana se encontraron con los de ella. En ese momento, Sylvienne se dio cuenta. Sus amenazas eran increíblemente intimidantes. No se lo podía creer. Era increíble. El rechazo. El odio de Kanna, ¿qué podía odiar tanto? "Sí." Pero al final, no tuve más remedio que responder. "Lo acepto". Al terminar, una espesa sensación de impotencia la invade. Sylvienne concede con derrota. No quería el odio de Kanna. Seis meses después de siete años de matrimonio. Kanna se divorcia de Sylvienne. "¿Te gusta?" Kanna se dio la vuelta. Sylvienne, todavía en esmoquin, se apoyó en la puerta. "Estás muy alegre". La ceremonia de anulación acababa de terminar, y la Suma Sacerdotisa había concedido el divorcio. Se había acabado. Se había acabado de verdad. "Claro que sí". Kanna sonrió. Por fin estaban divorciados. Por una vez, podía sonreírle a Sylvienne. Sylvienne soltó una carcajada. Entró en la habitación sin pedir permiso. "¿Tienes algo más que decir? Estaba a punto de quitarme el vestido". Fue una orden de que se perdiera, de que no entrara, pero el hizo caso omiso. "No hay necesidad de apresurarse". "¿Qué?" "Ahora mismo estás deslumbrante". Sylvienne rió sarcásticamente. "Si hubiera sabido que te verías tan bien, no debería haberme saltado la boda". Kanna lo miró con recelo. "¿Qué te pasa desde ayer, comiste algo malo?". "Ay, tal vez". Kanna frunció el ceño. Seguía siendo incómodo verle actuar como si se hubiera quitado una máscara. Hasta ahora, había sido un hombre escultural, hermoso, sin atisbo de sinceridad. Ahora podía ver un poco. "¿Por qué parece incómodo? Kanna hizo sus propias conjeturas. Quizá no quería el divorcio. "¿No quiere que le tachen de divorciado? preguntó, lo cual era comprensible, ya que el mundo considera el divorcio una gran desgracia. "Entonces, ¿por qué no trabajas un poco más en tu matrimonio?". Las palabras hicieron sonreír a Sylvienne. "Lo siento. Me equivoqué". Kanna se quedó momentáneamente atónita. ¿Ahora se disculpaba? "Si tan solo anoche, si tan solo hubiera dicho..." Hizo una pausa. "¿Te habrías replanteado el divorcio?" "No." Contestó Kanna, yendo al grano. "En absoluto." Por un momento, el aire se volvió frío, y las comisuras de sus labios se torcieron en un ángulo. "¿Por qué?" "¿Por qué?" "Porque sí". Kanna se quedó sin palabras. ¿Por qué? He....... "¿Porque no te quiero......?" Un millón de razones, pero esa era la mayor. Después de contestar, Kanna estaba segura. Volvió a decirlo. "Porque no te quiero". En ese momento, como disparado por una flecha, Sylvienne dejó escapar un pequeño suspiro. "Ese amor del que hablas es tan ligero". Había un filo en su voz. Como si estuviera herido, como si quisiera herir. "Dijiste que me amabas tanto que morirías por estar conmigo. Supongo que no fue así". Sí, lo hizo. Kanna devolvió la mirada al amor de Kanna. Se le escapó una risa amarga. "Y entonces morí". Por un momento, la sonrisa de Sylvienne se desvaneció. "El día que me dejaste sola". Cuando Josephine la había golpeado y la había dejado con la pantorrilla hecha jirones. Cuando Sylvienne lo había sabido todo y había mirado para otro lado. "El yo que conociste está muerta". ¿Y si Sylvienne le hubiera ayudado entonces? Si le hubiera traído medicinas. Si le hubiera preguntado si estaba bien. Si hubiera tenido a alguien en quien apoyarme en este doloroso mundo. Tal vez las cosas habrían salido de otra manera. Pero ahora era una fantasía sin sentido. "Ahora somos extraños". Kanna sonrió débilmente. Luego se volvió hacia el hombre de ojos azules que la miraba fijamente. "Adiós, Sylvienne". ANTERIOR Read the full article
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maipetersenn · 11 months
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Querido diario: capitulo uno
Que odio le tengo a las pick me girls, matate flaca a nadie le importa que ayer t largaste a llorar xq un pibe no t dijo q estabas linda. Siento que hay tantas pibas así que llegaron a ser el tipo d chica que a un hombre le gusta, el concepto de la originalidad no lo tienen incorporado y sienten como necesidad acoplarse al resto, como si su vida se fuese en ello. Es molesto lo normalizado que está y es preocupante que tantas pibas (y pibes también) vivan de la aprobación del resto. Todos le echan la culpa a las redes, cuando no es la culpa de las redes en sí, sino de los usuarios, porque otra característica de los pick me es que ademas de vivir de la aprobación viven de que a otros no los aprueben, y siendo esta su prioridad crearon terminos como el cringe y el "que virgo que sos" quedando en ridículo. Siento que ser adolescente hoy en día es matar o morir socialmente
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vulnerabilidadddd · 1 year
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No importa día ni hora.. siempre la vida me pone a prueba para ver si todavía te amo... Es ridículo después de tanto tiempo seguir esperando alguna esperanza de tener una historia de amor con vos.
Quiero mí historia de amor.. quiero amar sanamente con todo mí corazón y sentirme segura., No sé si a todos les toca una persona que les enseñan lo que es el amor, pero puedo decir que vos fuiste esa persona en mí vida, no estás conmigo pero todavía te siento en todos lados, estás aquí con vida y más fuerte que antes de lo seguro y tengo que admirarlo desde lejos. Porque malditamente respeto que no quieras estar conmigo y desde hace tiempo me duele. Pero también de alguna forma te agradezco.. porque me enseñaste a priorizarme y a tratar de encontrar mí amor propio... Tiene su camino y ojalá fuera tan fácil pero ahora que estoy sanando cada rincón de mí quisiera que lo veas.
Entiendo de todas las formas de que necesites a alguien fuerte y capaz yo no soy tan fuerte como vos pero me hubiera encantado intentarlo. Estoy aprendiendo a perdonarte porque no tenías la culpa de que yo ya estaba rota.( Ojo eso no quita tu aporte a mí corazón roto) Aprendiendo a amigarme con el dolor... Pero ahora el dolor no es tan fuerte, no quema tanto... Estoy aprendiendo a vivir con eso y como me gustaría que venga con intrusiones
Pero me dejaste sola en el camino y ah sido muy difícil porque te extrañe en cada proceso.. te extraño en este proceso... Era verdad cuando te dije que nadie más te va poder amar de la forma que yo lo hice, lo confirmo todos los días mí querido David, ojalá te hubieras visto desde mis ojos. Estoy aprendiendo muchas cosas de mí y en esas descubrí que todavía no puedo perdonarte pero estoy segura que lo voy a hacer. Porque malditamente te amo y tengo que dejarte ir. Agradezco que no estés buscandome de nuevo, agradezco que te alejaras de mí porque yo no hubiera podido, ahora estoy trabajando en mí para yo así encontrar mí historia de amor verdadera y con todo el amor de mí alma espero que puedas vivir el amor en su máxima plenitud ( ese amor que ridículamente me hiciste sentir una vez) .
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27-15-11 · 1 year
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En otra vida si, en esta no.
Su fantasma viene de vez en cuando a recordarme que es la única persona en este mundo a la que le debo disculpas.
Los días nublados con llovizna sin llegar a ser tormenta me recuerdan nuestro encuentro.
El verano me recuerda nuestras primeras platicas.
El otoño me recuerda la luz que me dió en mi oscuridad.
Los atardeceres me recuerdan que a su lado parecía que el tiempo y las personas no existían.
Las agujetas desatadas me recuerdan su amabilidad.
Incluso cuando me siento desprotegida recuerdo la seguridad que tenía de protegerme sin que se lo pidiera.
Las rosas me recuerdan el cariño que quizá me tenía.
Los rayos del sol me recuerdan su piel tan blanca, sus largas pestañas y su cabeza inclinada en nuestro primer beso.
Una vieja foto me recuerda lo hermosa que era para él incluso cuando no lo era del todo.
La luna y el sol a las seis de la tarde me recuerdan lo perfecto que éramos el uno para el otro aparentemente.
Mi libido me recuerda el deseo y la pasión que lo tentaba y que lo termino destruyendo.
Mi reflejo me recuerda el daño que puedo hacer inevitablemente.
Los tulipanes me recuerdan que él fue el único en mi jardín.
Lo ame mucho, lo ame tanto, lo ame como a nadie, lo ame con tanto cariño y pasión a la vez, lo ame sin límites, de verdad lo ame.
Pero él no me amaba igual. Y yo no le hacía bien.
Mi muestra de amor más grande hacía él fue irme de su vida. Más tarde supe que amó a alguien mucho más que a mí y al menos por un tiempo fue feliz, a mí eso me basto para alegrarme por él.
Jesus te ame como a nadie, sé que te fallé mucho, sé que mentí, lo sé todo, perdón. Sé que no volveré a verte, por eso quiero cerrar esto, dejar de tener ese miedo interno y ese fantasma que viene a mí en lo cotidiano, aunque gracias porque entendí muchas cosas con tus recuerdos. Espero que coincidamos en que mis disculpas iban a ser una molestia y algo ridículo para ti, aunque yo de verdad quería hacerlo, ya no importa verdad? Lo entenderás seguro, espero que hayas crecido lo suficiente. Ojalá seas muy feliz. Quédate en mis recuerdos y déjame seguir sin miedos o culpas. Adiós mi precioso sol, tulipán de mi jardín, luz de mi oscuridad, príncipe de mis sueños. Adiós.
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40sixx · 2 years
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Zarzamoras
I.
Las personas escapan al futuro cuando sienten que la realidad sobrepasa sus capacidades. Nos decimos que todo estará mejor cuando nos pase el tiempo por encima, y que los males que nos agobian hoy, no existirán mañana.
Ahora sé que no es así, aquello qué tiene fuerza para dañarte hoy, tendrá la fuerza para viajar contigo en el tiempo.
Lo que dejo aquí, es una historia que viajó conmigo desde otra época y una que ha muerto para todos exepto para mí, que todavía puedo verle en sueños un par de veces al año. Sin embargo, yo le dejé vivir a conciencia en mi memoria (o quizá en un lugar más profundo aún) pensando que me ayudaría a nunca jamás cometer el mismo error y me evitaría de volver a pasar por lo mismo.
Nunca culpé a nadie porque no soy el tipo de persona que culpa a otros por los errores propios, aunque nunca sepa qué hacer cuando las consecuencias están en puerta. Yo creé el vació y la culpa, yo lo decidí así.
II.
Por aquel entonces yo aún no juntaba dos decenas de años y casi apenas comenzaba la universidad. Pero no iré más lejos porque a nadie en realidad le importa la vida de los universitarios. Sus vidas son casi todas iguales: un carácter todavía sin formar, junto con un montón de planes y hormonas en bolsa.
Yo por mi parte, había estado un año en esta ciudad, pero eso no me libró de haber acumulado un poco de bagaje, e hice un par de cosas que siempre había deseado hacer.
Aunque poco, aquel puñado de experiencias hicieron que mis ojos se velaran de nostalgia.
Algo qué caracteriza a esta ciudad es que te hace ver que nadie en realidad importa. Hay millones de personas aquí, y en algún momento, si pierdes contacto con alguien, puedes conocer a otras cinco personas de igual o mejor carácter al día siguiente. Todo aquel que crea que forma parte de un gremio o que su apellido tiene cierto grado de importarcia, se equivoca. Cuando pongan un pie en esta ciudad se percatarán que son solo un grano de arena más.
La nostalgia me atrapó por desear estar en un lugar donde yo fuese especial. Fue así como volteé al pasado y comencé a comunicarme con personas de la preparatoria para preguntarles cómo les había ido en la vida (como si hubiesen pasado años). Casi todos ellos tenían sus mochilas desbordadas de lo mismo, sueños y fé.
Siguiendo ese sendero reconecté con alguien qué, más que ser una vieja amiga, era una conocida. Su nombre era Diana Zarzamoras, cuyo apellido terciario había inventado ella misma en su tiempo libre.
Con la perspectiva de los años, puedo decir que su apariencia no ha cambiado mucho a día de hoy. Es una mujer bonita que sobresale del resto por su voz, ojos grandes como de búho y por su sonrisa grande con hoyuelos. Diana vivió sus años de preparatoria sin saber de mi existencia. Y yo por el contrario, le recordaba bien por ser la persona que me evitó un día entero de ridículo. Lo que pudieron ser ocho horas deshonrosas, fueron solo dos minutos a su lado. Un minuto en el qué me quitó unas etiquetas del pantalón y otro en el que nos reímos de lo tonto qué era.
— Yo tampoco lavo la ropa nueva. — Se limitó a decir riéndose.
No recuerdo bien las banalidades con las que me robé su atención, pero recuerdo con certeza que el corazón me latía con el empeño de tambores (o algún otro instrumento de guerra) cada que nos mandabamos mensaje. Que por cierto, era un fenómeno que yo atribuía a mi dieta baja en fibra y alta en colesterol.
Zarzamoras me contaba de sus cosas, de su familia, lo que vivía en la que entonces era su escuela y hasta del chico que le gustaba. Y cuando ya no hubo cosas interesantes de las cuales hablar en ese presente, comenzamos con su pasado.
Hay dos paletas de colores que me imagino cuando alguien comienza a hablarme de su pasado. Los recuerdos felices los pinto con colores fríos, porque los relaciono con la lluvia, el cielo o antiguos bosques frondosos.
Primero comenzamos con historias cortas de su niñez, y debo decir que me imagine casi todas ellas en colores fríos. Pero conforme se prolongaba el tecleo, pasamos después al apartado del desamor. Sus recuerdos de amores pasados estaban en mayoría coloreados con colores cálidos, como un abrasante sol en el desierto más seco, sin vida. Y aunque yo amaba que alguien me constase de sus recuerdos, preferí borrar esas historias de mi mente.
No lo hice porque los personajes en ellas fueran inverosímiles o porque no me importase su vida. Las olvide porque había crueldad en ellas, crueldad hacia una buena persona.
Creo que eso marcó que yo considerase a Diana como alguien especial. Era una de las personas más nobles que había conocido, y me asombraba que su luz se mantuviera a pesar de los desfavores de la vida.
Contrario a lo que yo tomaba por verdad, supe que Diana no era alguien a quien yo pudiese dejar perder en el tiempo. No podría conocer a cinco personas como ella al día siguiente, o lo mismo si pasaban miles. Ella era una persona única y creí firmemente que podría aportar a su vida algo diferente de aquella crueldad. Pobre ingenuo imbecil.
A sabiendas de que yo había encontrado a una persona diferente de millones, quise tenerle siempre cerca, y de corazón, nunca planeé enamorarme de ella. Solo quería llenar de luces mi vida y pensaba que si lograba ser su amigo, podría también iluminar algunos de sus momentos obscuros de vez en cuando.
A mediados del año 2012 yo sentía que la mayoría de mis experiencias eran grises y que incluso yo me estaba volviendo triste. Tomé un par de decisiónes impulsivas que desembocaron en recuerdos con tintas de pesadillas. Pero me bastaron un par de noches de autoengaño para terminar por convencerme de que no habían sido gran cosa, que seguro que mi juicio y madurez llegarían en poco tiempo para resolver esos asuntos pendientes.
A fin de cuentas, nadie había salido lastimado y como única anécdota puntual, fui traicionado en una relacion tan irrelevante y fugaz como una de esas cervezas de lata light.
Y así fui detrás de la luz, seguí buscando a Diana guardando cierta distancia y fingiendo casualidad. No quería que se diera cuenta que me importaba mucho tenerle de amiga, porque tal vez se asustaria. Medía mis palabras más no así mis historias, porque quería que me conociera y que supiese que yo sería un buen amigo.
De aquellas conversaciones "casuales" florecieron en solo unos meses un par de citas. Una para verme con algunos amigos de preparatoria que creía extrañar y otra para por fin reencontrarme con Diana.
En realidad, a ella le conté que iria a su ciudad a intentar terminarme sus reservas de alcohol, pensando que durante la conversación alguno de los dos sugeriría que aprovechasemos para vernos.
Ese esbozo de plan dio frutos y así quedo sellado qué yo vería a Diana Zarzamoras en una pequeña plaza llamada Plaza Dorada.
Tiempo después, cuando ya todo estaba terminado, dí en cuenta que fui muy feliz durante el tiempo que esperé para verle. Pensaba que nada podría salir mal (exacto) y que todo sería alegría al pasar una tarde con ella. No soy una persona a la que la vida le permita completar los planes que hago con otras personas, pero ese día la suerte del antagonista no llego a completar la tercia, y como alguien que se extravía por no saber utilizar Maps, a la cita solo llegaron dos, Zarzamoras y yo.
III.
La noche en que huí de casa de Diana, yo iba con los ojos perdidos en la nada y arriba de un taxi, junto a su conductor al que no le había dado un destino. Todavía sin entender el alcance de lo que había sucedido. Fue también la primera de mis huídas.
Ya arriba del auto, recapitulaba la historia de principio a fin. Conjuré el recuerdo de aquella primera visita a la plaza y fue también la primera vez en que desee con todas mis fuerzas volver el tiempo a atrás.
Recuerdo poder degustar en mi boca un sabor de alivio y en general me sentía liberado. Pasaban ya de la una de la mañana y las calles estaban vacías, Puebla es una ciudad que muere despues de las 10 de la noche.
Ni siquiera había resuelto a dónde ir cuando el chófer me pregunto por segunda vez qué dirección tomar. Cuando me subí, solo le dije iría hacia el sur por la avenida Valsequillo. Era la única avenida que conocía y pensaba que recorrerla me daría tiempo para saber el destino. El chófer asintió y me permitió abordar, y por el resto del viaje aquel hombre nunca paró de mirarme de reojo. Creo que trataba de adivinar si yo estaba borracho, drogado o si solo era otro de tantos imbéciles que gustaba de caminar las calles por la noche.
Después de unos cuantos semáforos, el alivio y el sentimiento de libertad se evaporaron como alcohol derramando en una mesa. En su lugar, repasaba por mi mente las miles de imágenes de la historia y otras tantas un poco más borrosas en donde lo único que se podía apreciar era a un Toño del futuro siendo miserable.
Pronto ya no hubo imágenes sino una certeza: había cometido un error lo suficientememte grande para marcarme de por vida. A mi espaldas dejaba algo hermoso y roto, y también, por la inercia de las equivocaciones, había conseguido romperme a mí. Intuí que tendría que pagar por mis acciones y que no había forma de escaparse a lo que se avecinaba.
Abrí la ventana del coche y deje que el viento me diera de lleno en la cara. Hice una pausa para llevar aire frío a mis pulmones, y con la paz de un preso que ya ha recibido condena, le dije al chófer nuestro próximo destino.
IV.
El día de la cita, hice todo lo que posible para ponerme algo presentable y estar en el lugar acordado un poco antes de la hora. Solo tenía en mente mi encuentro con Diana, y aquella reunión de viejos amigos había pasado a un segundo o décimo plano. Salí muy temprano por la mañana con la intención de no arruinar mi mejor plan por llegar tarde.
Como yo no conocía Puebla (cosa que permanece hasta hoy día), Diana tuvo que darme instrucciones precisas de como llegar hasta ahí. Me dijo qué caminos tomar, a donde me llevaría cada uno y hasta me dió referencias para no poder errar el punto de encuentro. Sin embargo, a pesar de todos los buenos consejos terminé perdiéndome y le tuve que pedir instrucciones a media ciudad para poder recomponer el camino.
Finalmente, gracias a mis habilidades natas de orientación (y al servicio de un taxista que sí conocía la ciudad) llegué al punto de encuentro.
Una vez estuve ahí, descubrí que Plaza Dorada era de hecho unas de las plazas más pequeñas no solo del país, sino de Latinoamérica unida. No obstante, resultaba ser un lugar agradable, con gente agradable, frente a un parque agradable. Diana tenia esa cualidad, mi visión del mundo de pronto ya no era toda gris y hasta un indigente gritando obsenidades y maldiciones a los transeúntes me parecía agradable.
Zarzamoras tardó un poco en llegar, pero cuando lo hizo provocó en mí algo parecido a una bajada de azúcar. Le vi caminar hacia mí enfundada en su sonrisa grande y ojos cafes. Era más alta de lo que recordaba y tenia cierta gracia al caminar y mover su pelo. Me pareció una persona encantadora. Como pude, recompuse mis sentidos y le saludé desde lejos con una sonrisa también, tratando de disimular aquel lapso de tiempo en el que la había acariciado de pies a cabeza con la mirada.
Tengo la vaga idea de que esa primera impresión me sedujo, y cuando por fin le tuve de frente, la recibí con un más que inapropiado abrazo. Cuando nos separamos le confesé qué había temido qué no pudiese venir y que me alegraba por fin verle.
Aunque los años se han llevado los detalles de esta historia. Disfruto mucho de rellenar los espacios en blanco con lo que yo creo que pasó. Y por ello, esta me resulta aún más hermosa.
Apenas recuerdo que hicimos ese par de horas. Creo que comimos "algo en algún lugar", y que después, Zarzamoras me dijo que haríamos todo el itinerario qué ella solía hacer con su hermana. Nos sentamos a comer helado de su lugar favorito y continuamos nuestra platica de días pasados y presentes.
Algo qué disfruté desde el principio fue que no tenia que fingir una platica interesante con ella, ni tampoco tenía que sacar a pasear una conversación pre hecha para rellenar los silencios, de esas que se usan con las personas con las que no tienes nada en común, como en el trabajo. Hablamos como si nos conociéramos de años, toda fluidez y confianza estaban ahí. Yo solía creer que eso era algo especial y que tenia un significado mayor, algo como el destino.
Cuanto Zaramoras más hablaba, yo más quería tocarle, cada palabra dicha hacía qué mis manos se acercasen más a su piel. Fue difícil para mí el no perder el hilo de la conversación mientras la veía a los ojos, y al mismo tiempo, mantener mis manos a raya para no parecer un pervertido.
Al final, no pude mantener aquél ritmo de multitareas y comencé a ver pelusas invisibles en su cabello, cintura y brazos que yo me permití quitar, con una iniciativa de caricias leves de mis dedos. Convertido en un caballero, bajé la guardia y deje que las palabras de Zarzamoras se colasen y hecharan raíces dentro de mí. En ese momento no supe que yo con Zarzamoras no las hacía de cazador, sino de presa. Un pedacito de mí había ya sido hurtado por ella y de aquellas barreras que solía poner cada vez que conocía a alguien, no asomaban ni sus luces.
V.
Al avanzar las conversaciones supe que no había nada más importante en la vida de Diana que el saber de una vez por todas qué hacer con su vida profesional. Por ese entonces, estudiaba una profesión que si bien no le llenaba, de menos acallaba las voces interiores que le repetían una y mil veces que lo podía hacer mejor.
Me contó cómo su hermana sí estudiaba medicina y que intuía que ella podía seguir tales pasos, pero qué tal vez se le había pasado el tiempo. Cuando uno tiene 20 siempre se cree que lo mejor de la vida se quedó atrás. Pero pese a sus lamentos, Diana estaba cada vez más convencida de cambiar de carrera de una vez por todas.
Yo le envidiaba, veía en sus ojos una osadía que era invisible para ella. Y me decía que ojalá yo tuviese tal firmeza de espíritu para llevar a buen puerto los sueños que se le otorgan a uno.
Diana también tenía el tacto y la empatía de un médico sin fronteras o de esas personas que se dedican a hacer actos benéficos. Y en contra parte, cuando la vida lo solicitaba, Diana se preparaba un café cargado y se ponía a resolver cualquier situación que requiriese mente fría y trabajo duro, como una máquina que había sido construida para resolver problemas.
Yo le envidiaba, y a su vez le temía.
Tal vez por eso el corazón me daba un vuelco cada vez que hablaba con ella. Por tener la sensación de encontrarme frente a un ente que no solo era mejor persona que yo, sino que en ese instante me daba sus manos y me invitaba a entrar en su vida de la forma en que muchos otros solo habiesen podido soñar.
Terminado el asunto del helado me soprendi a mi mismo deseando que aquella tarde no se acabase nunca.
—¿Quieres algo más?— Me preguntó mientras nos disponíamos a dejar la plaza.
—Un beso en los labios y el abrazo más largo que tengas. — Respondí para mis adentros.
Diana me confesó que yo le agradaba mucho, que deseaba que fuésemos más unidos y hasta me invitó a una fiesta de la que su hermana era coanfitriona. Me vendió aquél evento con mucho entusiasmo y usando palabras como "glamour" y "terraza".
Ya desprovisto de mi voluntad, me comprometí a llegar a aquella segunda cita sin considerar si quiera si juntaba los recursos o el tiempo para llegar. Supongo que porque no me importaba terminar sin comer algúnos días si al final tendría otra oportunidad para verme reflejado en sus ojos y arrebatar más caricias a su piel.
Antes de dejarme ir, Zarzamoras me deseo un buen viaje de regreso y sugirió que no tomase demasiado en aquella segunda reunión.
No me dio aquel beso en los labios, pero ese "algo" que había entre nosotros sí escucho el segundo deseo. Así, a mitad de una calle, frente a una plaza agradable y frente a un parque agradable, me obsequio el abrazo más cálido y largo que me habían dado jamás.
Quise responder con el "no me dejes ir" que repiqueteaba en mi cabeza, pero después de todo, solo teníamos 19 años. Mantener una imagen despreocupada y creer que la magia entre personas está sobrevalorada es parte del uniforme.
Le dejé perderse entre las personas y volteé para seguir mi camino. Camino que ahora parecía diferente, faltante de algo.
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ikenaki · 2 years
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Claro, porque de la única relación que te diste cuenta de algo así ni siquiera tienes la seguridad de que así fue, y eso sin estar avisado o sentirse vigilado, ahora al que sí se siente así, claro que si pasa algo lo sabrás... Es ridículo.
Quisiera saber que te molesta al menos o que te hace estar así, pero entiendo, esa lata es mía por como quedamos esa vez, pero Igual tú los vas a usar y yo no, y los necesitas con un meco que le entra a todo desde cricosas y hasta ha pagado por eso.
Quisiera sacarme este coraje ya, de sentir que no importa lo que hice o como procuré vivir, es más de fiar alguien así, que nunca ha sido auténtico con nadie, si algo me hacía sentirme tan enamorado también era que con nadie más pude ser tan yo mismo, y decir o hacer lo que realmente era sin miedo a ser juzgado o rechazado por ello...
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bosquejo7 · 2 years
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Odien ustedes, ya que yo no puedo.
A veces siento que no odio lo suficiente. De momento creo hacerlo, me inundo de rabia o tristeza y entonces solo puedo pensar en que dedicaré toda mi existencia a despreciar a quién me hizo tal daño, que no podré ser buena con esa persona o siquiera dirigirle la palabra. Pero pasan los días (en ocasiones solo bastan unas horas) para que el odio me abandone, el fuego se apaga y quedan las cenizas con la insólita idea de odiar, “que ridiculez” pienso, “que insensatez”. ¿Gano realmente algo con ello? Dignidad tal vez (respondería una vocecita en mi cabeza) pero es que el dejar el rencor a un lado me parece lo más digno de la naturaleza humana, tanto, que me resulta estúpido que yo pueda albergar tal nobleza (nunca he sido así de buena y dudo que lo sea algún día). 
Me cuestiono mucho entonces sobre mi incapacidad para odiar, sobre todo porque muy en el fondo se que no es legítima; he llegado a pensar que se trata de una treta del subconsciente para hacer que pueda mirarme en el espejo sin ningún remordimiento (que no sea un monstruo el que me devuelva la mirada) y poder ir por el mundo con la superioridad moral de una persona, que según dicen las malas lenguas, al parecer, es incapaz de odiar (odiar lo suficiente). Y si no odio por mero egocentrismo, entonces no sería mejor persona que las que odian sin pesar alguno y hasta por gusto. 
Incluso he llegado a odiarme por no odiar. Siendo honesta no le he sacado mucho provecho a eso de no guardarle verdadero rencor a nadie: no me siento ni más bendecida, ni más exitosa o bienaventurada que cualquier persona que he escuchado decir, odia fervientemente a otra. Ahora, tampoco puedo presumir ser la dueña y señora del perdón, el perdón tampoco se me da.
Permanezco en el borde, ahí donde odiar me parece ridículo, de mal gusto, soso y perdonar demasiado puritano, dadivoso, muy bueno para ser real. Supongo entonces que cuando me causan dolores, rabias y tristezas con el tiempo me dejan de importar. Y no puedo odiar o perdonar algo que ya no me importa. 
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