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#romance sonámbulo
Romance Sonámbulo - Federico García Lorca - Spain
Translator: William Bryant Logan (Spanish)
Green, how I want you green. Green wind. Green branches. The ship out on the sea and the horse on the mountain. With the shade around her waist she dreams on her balcony, green flesh, her hair green, with eyes of cold silver. Green, how I want you green. Under the gypsy moon, all things are watching her and she cannot see them.
Green, how I want you green. Big hoarfrost stars come with the fish of shadow that opens the road of dawn. The fig tree rubs its wind with the sandpaper of its branches, and the forest, cunning cat, bristles its brittle fibers. But who will come? And from where? She is still on her balcony green flesh, her hair green, dreaming in the bitter sea.
—My friend, I want to trade my horse for her house, my saddle for her mirror, my knife for her blanket. My friend, I come bleeding from the gates of Cabra. —If it were possible, my boy, I'd help you fix that trade. But now I am not I, nor is my house now my house. —My friend, I want to die decently in my bed. Of iron, if that's possible, with blankets of fine chambray. Don't you see the wound I have from my chest up to my throat? —Your white shirt has grown thirsty dark brown roses. Your blood oozes and flees a round the corners of your sash. But now I am not I, nor is my house now my house. —Let me climb up, at least, up to the high balconies; Let me climb up! Let me, up to the green balconies. Railings of the moon through which the water rumbles.
Now the two friends climb up, up to the high balconies. Leaving a trail of blood. Leaving a trail of teardrops. Tin bell vines were trembling on the roofs. A thousand crystal tambourines struck at the dawn light.
Green, how I want you green, green wind, green branches. The two friends climbed up. The stiff wind left in their mouths, a strange taste of bile, of mint, and of basil My friend, where is she—tell me— where is your bitter girl? How many times she waited for you! How many times would she wait for you, cool face, black hair, on this green balcony! Over the mouth of the cistern the gypsy girl was swinging, green flesh, her hair green, with eyes of cold silver. An icicle of moon holds her up above the water. The night became intimate like a little plaza. Drunken "Guardias Civiles" were pounding on the door. Green, how I want you green. Green wind. Green branches. The ship out on the sea. And the horse on the mountain.
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xiscthulhu · 1 month
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Romance sonámbulo (Federico García Lorca)
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura, ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con los ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. Pero ¿quién vendrá? ¿Y por dónde?… Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. —Compadre, quiero cambiar mi caballo por su casa, mi montura por su espejo, mi cuchillo por su manta. Compadre, vengo sangrando, desde los puertos de Cabra. —Si yo pudiera, mocito, este trato se cerraba. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. —Compadre, quiero morir decentemente en mi cama. De acero, si puede ser, con las sábanas de holanda. ¿No ves la herida que tengo desde el pecho a la garganta? —Trescientas rosas morenas lleva tu pechera blanca. Tu sangre rezuma y huele alrededor de tu faja. Pero yo ya no soy yo, ni mi casa es ya mi casa. —Dejadme subir al menos hasta las altas barandas; —¡Dejadme subir! dejadme hasta las verdes barandas, Barandales de la luna por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres hacia las altas barandas. Dejando un rastro de sangre. Dejando un rastro de lágrimas. Temblaban los tejados farolillos de hojalata. Mil panderos de cristal herían la madrugada.
Verde que te quiero verde, verde viento, verdes ramas. Los dos compadres subieron. El largo viento, dejaba en la boca un raro gusto de hiel, de menta y de albahaca. ¡Compadre! ¿Dónde está, dime, dónde está tu niña amarga? ¡Cuántas veces te esperó! ¡Cuántas veces te esperara cara fresca, negro pelo, en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe se mecía la gitana. Verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Un carámbano de luna la sostiene sobre el agua. La noche se puso íntima como una pequeña plaza. Guardias civiles borrachos en la puerta golpeaban. Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo en la montaña.
Romancero gitano, 1928
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envolvenuances · 1 month
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had told my girlfriend not to come here I was sick she did anyway got to experience again one of my favourite things in the world. brazilians first contact with La Casa de Bernarda Alba
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el-sonambulo · 1 month
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inaviolentnature · 1 year
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— Federico García Lorca, Romance Sonámbulo
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nightmare-knight · 6 months
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No es secreto si está a plena vista
Fandom : Loonatics Unleashed
Clasificación : T
Pareja: Tech x Rev
(...)
Duck
Ser un loonatic era la mejor cosa que le había pasado a Duck en la vida. Al fin podía salvar gente y sentirse un héroe, como siempre lo había imaginado, y al tener superpoderes, resultó ser mejor de lo que había fantaseado. Le iban a dar su propia habitación, la cual no debía compartir con ningún hermano pequeño, un traje fenomenal y artilugios a nivel de un espía, como las películas que solía ver con las cuidadoras del orfanato.
Duck estaba tan feliz cuando se mudó al edificio que Zadavia compró para ellos, que no pudo dormir en toda la noche por la emoción y llego muy temprano a la mudanza. Era genial que su benefactora fuera tan acaudalada para darse ese lujo, y que no escatimara gastos en ellos. Sin embargo, no iba a ser flojo, estaba seguro que si trabajaba duro, iba a ser uno de sus preferidos y terminaría siendo nombrado líder del equipo.
Estaba pensando en eso, llevando su equipaje con ruedas a través del piso brillante de aquel enorme edificio. A pesar de que iba a compartir aquel sitio con un montón de extraños, no iba a preocuparse demasiado por la convivencia, estaba acostumbrado a ver caras nuevas y lidiar con gente problemática. Sin embargo, era probable que sus compañeros lo encontraran molesto por su personalidad efusiva y su ambición, pero no iba a molestarse por los sentimientos de sus futuros subordinados. Cuando sea su líder no iba dejarlos ni chistar.
De camino al ascensor para subir a donde se encontraba su nueva habitación, vio a dos antropomorfos platicando delante de este, obstruyendo su camino. Eran un coyote y un correcaminos que parecían estar hablando de manera muy civilizada y tal vez demasiado amistosa para la socialmente permitido. La apariencia de los dos era poco llamativa y bastante mundana. El coyote parecía un bibliotecario con su cárdigan y pantalón de gabardina, de colores aburridos y opacos. El correcaminos en cambio, vestía como si fuera a ver un partido de basherball. Llevaba bermudas y camiseta de uno de los equipos locales (el cual no recordaba su nombre, Duck detestaba el basherball), de un color rojo tan intenso que desentonaba demasiado con sus plumas violáceas.
Duck estaba seguro que si los hubiera conocido por separado, diría que no solo ni se hablarían, sino que hasta podrían llegar a detestarse. Sin embargo, el par parecía estar demasiado feliz de haberse encontrado, charlando animadamente y siendo demasiado amistosos entre ellos ¿Amor a primera vista? Duck podía suponer esto, porque él nunca tiene suerte en sus trabajos, o tiene jefes estúpidos, o compañeros de trabajo que intentan tener un romance de oficina y echar a perder la dinámica de equipo.
Duck debería informar de esto a Zadavia para que corte de raíz esta situación, sería poco conveniente tener dos idiotas anhelándose en medio de una misión. Aun así, como futuro líder de este equipo de superdotados, debe asegurarse de que todo esté en orden para su futura tarea de comandarlos. Decidió acercarse para hablar con los dos babosos que estaban tocándose demasiado, una palmadita por aquí, una caricia por allá, era ridículo que apenas se hayan conocido y ya estén coqueteando como un par de adolescentes hormonados.
—¿Le pediste a Zadavia una habitación tan lejos del laboratorio?— El coyote sonaba tan decepcionado, combinado con sus orejas caídas y su expresión de derrota, que Duck se sentía incómodo de interrumpirlos. El correcaminos parecía ser inmune a esta curiosa estrategia de generar lastima.
—No quiero que te molestes, es solo para evitar tus hábitos de caminar en sueños y trabajar sonámbulo, ella opina que es demasiado peligroso con todo el equipo avanzado que hay en el laboratorio, y yo estoy completamente de acuerdo, no podemos darnos el lujo de que vueles en pedazos sin supervisión— Contestó tan rápido el correcaminos, que apenas pudo entender lo que dijo. El coyote se resignó y sus orejas se levantaron en señal de alerta, sonriendo con cierta altanería.
—Está bien, pero en proyectos importantes dormiré ahí...—
—Ejem— Duck interrumpió la conversación, parándose en medio de los dos —Veo que seremos compañeros, déjenme presentarme, soy Duck, futuro líder del equipo—
Los dos le miraron con cierta duda. El coyote no parecía saber que decirle, pero el correcaminos se lanzó sobre el para hablarle tan rápido que termino mareándolo.
—Eso significa que tienes poderes como nosotros, es genial, me llamo Rev y este es Tech, manifestamos poderes especiales hace poco y Zadavia nos contactó para formar parte del equipo, estoy tan emocionado de conocer gente nueva, espero que nos llevemos muy bien ¿Qué clase de poderes tienes? ¿Disparas rayos láser por los ojos? ¿Tienes poderes psíquicos?—
Duck no sabía cómo reaccionar al animado y enérgico parloteo. Iba a llamarles la atención por intentar comenzar una relación en un trabajo tan serio como este, porque no eran un club social, sino un grupo de héroes que combate el crimen. Sin embargo, el correcaminos no le permitió hablar, porque comenzó a contarle las maravillas de correr a miles de kilómetros por hora, mientras que el coyote trataba de pasar desapercibido, acotando un par de monosílabos si eran necesarios.
—Bien, suficiente— El pato estalló exasperado, ante el maremoto de palabras al que se vio sometido y decidió dejar esta situación en manos de Zadavia para que lo solucione por su cuenta. Ella era la jefa y vería que hacer con estos dos tontos que solo vinieron a buscar pareja, y no a comportarse como héroes profesionales —Solo eviten darme problemas con lo que sea que este pasando entre ustedes—
—Oh, claro— Rev parecía haberse decepcionado de su arrebato y miró a Tech, que subió sus hombros con calma.
—Estaremos bien, nos será fácil trabajar juntos— El coyote dijo esto con total tranquilidad, lo que animó bastante al correcaminos a su lado.
Duck no entendía como dos personas que apenas se conocían se lleven tan bien como para trabajar juntos, pero decidió no seguir hablando con ellos, porque no quería lidiar con el desastre de la convivencia con una pareja tan dispareja.
—Mientras no me estorben, todo saldrá bien— El pato se fue a su nuevo cuarto y dejó a los dos antropomorfos hablando de sus cosas, como si nada hubiera pasada. De seguro tendría que vigilarlos para que no hagan nada que perjudiquen al equipo, hasta que Zadavia intervenga y les obligue a terminar con lo que sea que estén intentando comenzar.
(...)
Ace
El equipo al que pusieron a cargo era pequeño, pero demasiado variado. Si bien con Lexi podía esperar ciertas cosas debido a que pertenecen a la misma especie, desde hábitos alimenticios hasta aspectos de su propia cultura, los demás eran muy diferentes, y apenas sabía cómo tratar con ellos, solo con la información que tenía al respecto otorgada por Zadavia.
Pensó que Slam sería el más problemático, pero resultó ser el más tranquilo y más práctico de todos. Ace agradecía tener a alguien tan fuerte que sea tan flexible, y no era difícil de entender, ya que amaba comer y la lucha profesional, cosas sencillas que hasta él podía encontrarles encanto. A pesar de su torpeza, lo compenzaba con su buena suerte y la fortaleza para evitar ser dañado por sus pequeños accidentes. Sería un excelente doble de riesgo, si hubiera actores que sean tan grandes como él.
Duck por otro lado, era un problema en todo sentido. Era arrogante, impulsivo y le costaba seguir órdenes. Sus poderes eran tan caóticos como su personalidad, a veces era demasiado útil para la situación, otras por demás innecesarios. Había ocasiones que deseaba zarandearlo para hacerle entrar en razón, pidiéndole que deje de tomarse las cosas como si fuera una pasarela de vanidades, ponga los pies en la tierra. El pato no era consciente que tenían un trabajo muy peligroso, había vidas en juego, empezando por las suyas...
…Debía calmarse. Se le estaba subiendo la presión de solo pensar en Duck. Estaba seguro que para la próxima semana, le estarían saliendo canas por la frustración.
Sin embargo, los miembros más desconcertantes eran Rev y Tech. Cuando se presentaron, lo primero que pensó es que estaría lidiando con una guerra entre dos enemigos jurados, a lo sumo con intercambios pasivo-agresivo, o en el peor de los casos, amenazas permanentes y animadversión. Sin embargo, los dos resultaron ser demasiado tranquilos con su convivencia, a pesar de la burbujeante e hiperactividad de Rev, y la actitud reservada y caustica de Tech, parecían llevarse muy bien.
Tal vez demasiado bien. No es que le molestara, era solo que, eran demasiado buenos el uno para el otro.
Ese mismo día, después de lidiar con el villano de turno, los dos estaban trabajando en el laboratorio, guardando el equipo y reparando las armas que se dañaron. Ace admiraba el trabajo duro que realizaban, pero necesitaba que se tomaran un descanso y coman todos juntos, para poder mejorar la dinámica de equipo. Últimamente Tech había estado encerrado demasiado tiempo en su laboratorio, y Rev siempre estaba pegado al coyote, haciendo que también se aleje de los demás.
—¿Qué hay de nuevo, Doc?— Ace entró al laboratorio, y encontró a la pareja trabajando diligentemente, Tech ajustando y reparando las armas, y Rev trabajando en la computadora, tipeando tan rápido que apenas podía ver sus dedos. Al conejo le pareció extraño ver al correcaminos sentado por unos minutos, por su conocida hiperactividad, pero supuso que era la forma más cómoda de programar.
—Jefe ¿Que le trae por aquí? —Tech dijo esto sin levantar la vista de su trabajo, pero Rev dejó lo que estaba haciendo para acercarse a Ace.
—Hace mucho que no te veíamos por aquí, pero me alegra que pases a vernos, aunque puede que necesites algo ¿Surgió otro problema? ¿Alguien del equipo se ha herido? Oh no, estas herido ¿necesitas ir al ala médica?—
—No, tranquilo Rev, solo vine a pedirles que se unan a la cena de hoy— Ace dijo esto con cierta cautela, y notó que los dos antropomorfos le miraron un poco resignados —Hace días que están encerrados aquí y les haría bien interactuar con los demás—
—Oh, claro— Rev se encontraba un poco alicaído y no parecía desear hablar como siempre. Ace se sintió un poco mal ¿dijo algo que lo molestó?
—¿Sabes Rev? No es mala idea— Tech sorpresivamente dejó todo lo que estaba haciendo, limpió sus manos antes de levantarse de su mesa de trabajo.
—¿Estás seguro?— Rev preguntó esto con cierta duda, pero su estado de animo mejoró exponencialmente, porque una enorme sonrisa adornó su pico.
—Por supuesto, además siempre me dices que debo tratar de ser un poco más sociable— El coyote le dedicó una suave sonrisa acercándose donde se encontraba Rev, mientras que el correcaminos se le quedó mirando embelesado, sin decir mucho más. Ace no sabía donde meterse, porque ahora se habían acercado demasiado, y parecían que fueran a besarse.
Tanto anhelo no debería ser presenciado por alguien cuya vida amorosa es inexistente.
—Eso es genial, si— Ace interrumpe el intimo momento entre los dos, y ellos se le quedan viendo confundidos ¿Cómo no se dan cuenta de lo enamorados que están el uno del otro? Era tan obvio que resultaba doloroso soportar sus interacciones —¿Qué les gustaría comer? Hay un empate entre pizza y comida china—
—Estoy de humor para pizza ¿Qué opinas Rev?— Preguntó Tech, siendo considerado. El conejo vio como Rev parecía estar saltando de alegría, y enseguida responde.
—Pizza sería genial, iré con los demás para hacer el pedido— El correcaminos salió a toda velocidad de allí, dejando a Tech y Ace solos, a punto de salir del laboratorio.
—Gracias, jefe— Por algún motivo que Ace no pudo entender, el coyote le estaba agradeciendo. Tal vez notó su cara llena de confusión, porque intentó explicar la situación —A veces nos cuesta trabajo desconectar, particularmente Rev, él siente que siempre debe demostrar algo—
—Pensé que el adicto al trabajo era usted— Ace a veces no sabía como hablarle a Tech, estaba seguro de que tenía su edad, pero parecía ser más viejo y solemne de lo que parecía.
—Tengo mis momentos, pero ahora solo eran reparaciones y mantenimiento, además, no está mal que de vez en cuando sea yo el que ceda, Rev no puede estar cuidando de mí todo el tiempo— Tech parecía estarse refiriendo a experiencia pasadas, pero solo llevaban un mes todos juntos en aquel edificio. La respuesta fue tan extraña que le dejo confundido, pero finalmente, el conejo elevó sus hombros en señal de rendición.
—Se llevan muy bien, me alegro mucho por eso y espero que sigan así, pero no descuiden su relación con los demás— Ace terminó dejando de lado sus teorías de emparejamiento ¿Y que si Rev y Tech se gustaban? Eventualmente se iban a declarar y de seguro serán menos extraños entre ellos.
—Lo tendré presente, jefe— Agregó el coyote, pero ya no estaba mirándolo, porque sus ojos se posaron en Rev, que estaba muy animado conversando con Duck y Lexi. Si esa no era la mirada de un hombre enamorado, Ace estaba dispuesto a dejar de comer zanahorias por el resto de su vida.
(…)
Slam
La adrenalina que acumuló ese día apenas le había permitido de disfrutar de la cena como era debido, por lo que el demonio de Tasmania tuvo que ir al gimnasio a descargar sus energías, porque no iba a poder pegar un ojo esa noche, y necesitaba recuperar sus horas de sueño.
Pelear contra Black Velvet fue revitalizante y a la vez, ligeramente desconcertante. A él le costaba trabajo imaginar que una mujer tan bonita resultara ser tan despiadada y desagradable, pero debía admitir que seguía siendo un ingenuo. Las apariencias no lo eran todo, y una persona puede ser muy malvada a pesar de ser tan atractiva.
Un verdadero desperdició, si llegaban a preguntarle.
Slam salió del gimnasio, después de darse una ducha bien caliente y relajante, listo para atacar la cocina y comer un delicioso tentempié. Cuando pasó caminando por la sala oscura y chocó contra el sofá, hizo un bulto caiga de este y se queje dolorido. Las luces finalmente se encendieron al detectar el movimiento en la sala, y el demonio de Tasmania reconoce al bulto en el suelo.
—(¿Tech? ¿Qué haces durmiendo en el sofá?)— De inmediato, le ofreció la mano para ayudarlo, que fue aceptada de mala gana.
—…—Tech parecía estar un poco triste, y a la vez, bastante molesto. Una combinación de emociones bastante particulares. Ya incorporado por completo, suspiró resignado y comenzó a explicarse —Rev está molesto conmigo—
Slam se preguntaba porque estaba durmiendo en el sofá por eso, pero supuso que simplemente estaba demasiado angustiado para dormir en su propia cama. Raro, pero Tech siempre le resultó demasiado extraño y excéntrico como para lidiar con él.
El demonio de Tasmania estaba un poco preocupado por el coyote. Tal vez necesite hablar de esto, es raro que Rev se enfade, y mucho más raro que sea con Tech. Ambos se llevaban muy bien, es decir, estaban juntos todo el tiempo y era poco habitual que estén separados por mucho tiempo.
—(¿Quieres comer algo? Eso suele levantarme el ánimo)— Slam tomó el brazo de Tech, y lo dirigió hasta la cocina. El coyote se veía tan triste y descorazonado, que parecía un zombi, por lo que le hace sentarse en una de las sillas y comienza a preparar sus famosos sándwiches de carnes frías. Se le daba bien ese tipo de bocadillos, y disfrutaba mucho de la sensación de la mostaza en su boca, después de zamparse una docena de estos, así que estaba seguro que le ayudará a su compañero a mejorar su humor.
Le ofrece uno a Tech, y este lo mira resignado, lo toma entre sus manos y comienza a comerlo, con lentitud al principio, pequeños bocados, que pronto fueron reemplazados por un par de mordidas más rápidas.
—Está muy bueno— Declaró el coyote entusiasmado.
—(El secreto está en la mostaza)— Slam asintió levemente, estando de acuerdo. Era muy celoso de sus condimentos, no tanto con la procedencia de la comida, pero le gustaban marcas específicas de salsa y aderezos. Hacía una gran diferencia. Mas allá de eso, ahora tenía que intentar hacer hablar al retraído del grupo, y tal vez una pregunta directa sea suficiente —(¿Por qué Rev está enfadado contigo?)—
—Fue por la misión de hoy, sobre mi secuestro y, sobre todo, como Black Velvet tomo control de mi mente, cree que realmente me interesó esa mujer y disfrute estar bajo su control— Tech parecía estar muy angustiado por esto.
—(No te culpo si fue así, era muy bonita, una pena que fuera tan mala)— Slam no veía motivos para estar molesto por esto porque la situación se solucionó al final, pero Rev de seguro se indignó por haber sido atacado por su mejor amigo.
—No me interesan para nada las mujeres, pero Rev está demasiado molesto para escucharme, y aquí estoy, como un perro pateado— Tech se aplastó sobre la mesa, con sus orejas bajas y con la cola entre las piernas. La imagen era lamentable, así que el demonio de Tasmania decidió hacer algo al respecto.
—(¿Quieres que te ayude hablar con Rev?)— Slam estaba seguro de que su compañero necesitaba una mano, y esperaba que aceptara su ayuda. A veces Tech era demasiado orgulloso para su propio bien.
—Me gustaría hablar con Rev, si puedes ayudarme con eso, lo apreciaría mucho— Para su suerte, el coyote parecía estar dispuesto a lo que sea, porque no ofreció resistencia. Para su suerte, la solución era muy sencilla. Slam le pasó la bolsa de pan, los condimentos y le entregó un cuchillo de untar.
—(Hazle un sándwich)—
Cuando el coyote terminó de hacer aquel bocadillo para el correcaminos, Slam lo acompañó a donde se supone que estaba la habitación de Rev. En ese par de meses, no tenía idea donde dormían sus compañeros, por lo que era la primera vez que estaba allí.
Delante de la puerta, Slam tocó con cuidado y comenzó hablar.
—(Rev, aquí Slam ¿Podemos hablar por un momento?)— El demonio de Tasmania dijo esto detrás de la puerta, la cual se abrió a los pocos segundos, revelando un lloroso correcaminos que parecía ser tan miserable como el mismo Tech.
—Slam, amigo, perdón por tardar tanto en abrirte, realmente no estoy bien...— Rev deja de hablar al notar que Tech estaba detrás de él. Slam de inmediato, empujó al coyote que llevaba el plato con el sándwich, para que se le ofrezca al correcaminos. Inseguro, el canino comienza hablar como si fuera un robot.
—Esto es para ti, tiene semillas con brotes de soja y queso—
—...— Rev estaba extrañamente silencioso, tomó el sándwich y lo tragó delante de ellos dos. Slam no podía dejar de sorprenderse por la habilidad de las aves de tragar su comida, lo que daría por no tener que preocuparse por masticar. Volviendo a los dos amigos en problemas, el correcaminos parecía más animado, porque le sonrió a Tech —Está muy rico—
—Si, este...— Tech miró a Slam y de inmediato agregó —...El secreto está en la mostaza—
—Claro, la mostaza— Rev no dijo más nada, pero el coyote comenzó hablar desesperado.
—Rev yo lo siento mucho, no quise perder el control y mucho menos ayudar a esa horrible mujer, lamento mucho si te lastimé, pero sabes que nunca traicionaría tu confianza, sabes lo importante que eres para mí—
Slam miró sorprendido al coyote. Eso fue muy romántico de su parte ¿Era una especie de confesión? No lo parecía, más bien se sentía como si estuviera presenciando la reconciliación de una pareja de casados. Era todo muy extraño.
—Esta bien, puedes pasar, pero quiero que sepas que sigo molesto— Mintió Rev descaradamente. Esa enorme sonrisa en su pico, no reflejaba sus palabras para nada.
El coyote se animó muchísimo, podía ver su cola moviéndose de la alegría. Slam bostezo cansado, ya pasó su hora de dormir y sinceramente, no quería ser la tercera rueda, así que planeaba irse. Sin embargo, antes de escapar de allí, Tech le dio una palmada en la espalda, y le sonrió.
—Muchas gracias Slam, eres un buen amigo—
El demonio de Tasmania asintió levemente, se despidió de la pareja, sintiéndose mucho mejor consigo mismo. No tenía idea que pasaba con esos dos, pero se alegraba de haberles ayudado.
(...)
Lexi
Tener superoído era realmente útil para encontrar guaridas secretas de villanos, espiar a delincuentes y escuchar llamadas de auxilio. Pero era una verdadera pesadilla cuando trataba de estar tranquila en la torre y evitar que cada golpe, ruido, pitido o roce, la vuelva loca.
Lexi estaba sufriendo un poco de insomnio últimamente, porque sus audífonos de cancelación de ruido estaban siendo insuficientes para poder descansar adecuadamente. Ya iban dos días seguidos, y no sabía que más hacer para poder descansar adecuadamente.
—¿Lexi? ¿Estas bien?— Rev llegó a la cocina, y le preguntó esto con un tono lleno de preocupación.
—¿Por qué lo preguntas?— Ella trató de ser amable, pero estaba tan cansada, que no pudo evitar sonar desagradable. Esperaba que un par de tazas de café le ayude a sentirse mejor.
—Porque estás tomando el café de Tech como si fuera agua, y literalmente esa cosa es alquitrán líquido— Respondió el correcaminos, quitándole la taza de su mano y haciéndola sentar en una silla. Lexi estaba tan cansada, que se desplomó en esta y miró al vacío.
—No he dormido en dos días, mis oídos están demasiado sensibles y mis audífonos de cancelación de ruido ya no me sirven— Reveló Lexi.
—Tal vez Tech debería construirte nuevos ¿Insonorizaste tu habitación?— Indagó Rev.
—¿Eso se puede hacer?— Lexi no tenía idea si era posible algo semejante, se las había arreglado bien con su audífonos hasta ese entonces.
—Claro, se lo pedí a Zadavia desde que nos mudamos, para no molestar a todos ustedes— Rev le sonrió, y por algún extraño motivo, se sonrojó y rascó de manera nerviosa su cuello.
Lexi supuso que le apenaba ser tan inquieto en su habitación, por lo hiperactivo que es durante el día, algo que de seguro no podía evitar. Mientras pensaba en esto, el correcaminos le pasa una botella de agua para que beba un poco.
—¿Quieres dormir un poco en mi cuarto? Instalaremos aislantes acústicos en tu habitación y mientras, aprovechas a descansar— Ofrece de manera amable el correcaminos, haciendo que Lexi suspire resignada. Estaba molida, necesitaba dormir cuanto antes.
—Una siesta me vendría bien, gracias Rev—
Lexi acompañó a Rev hasta su habitación, y al entrar se quedó un poco conmocionada al ver una cama tamaña King en el medio de esta, y la mitad de esta, llena de microchips, tuercas y placas de metal. Era como si hubieran arrojado una caja de herramientas sobre las sábanas, dejando poco espacio para dormir en un colchón tan grande.
—Espera un poco que ordene, y cambie las sábanas— Dijo Rev con celeridad, mientras Lexi trató de detenerlo.
—Rev, no es necesario…— La coneja se resigna al ver que una ráfaga de color rojo pasar a toda prisa por toda la habitación, dejando sabanas limpias en la cama, y quitando todo el desorden. Realmente Rev tenía problemas para quedarse quieto mientras dormía, si traía el trabajo del laboratorio a la cama.
—Listo, descansa tranquila, Tech y yo nos haremos cargo de tu cuarto— Dijo con celeridad el correcaminos, saliendo rápidamente de la habitación, cerrando la puerta detrás de él.
—No hurguen entre mis cosas— Lexi gritó esto, pero sabía que Rev ya no la estaba escuchando. Estaba tan cansada que su petición sonó vacía, y le restó importancia.
La coneja notó lo silencioso de aquel lugar cuando el correcaminos cerró la puerta. Si bien había pedido que no miraran sus cosas, era la primera vez que estaba en la habitación de un chico, y debía admitir que le daba mucha curiosidad. La cama era ridículamente grande para el tamaño de Rev, debería sentirse muy solo durmiendo allí ¿Por qué pidió una cama matrimonial en primer lugar? Posiblemente se mueva demasiado mientras duerme, y es lo más cómodo que encontró.
Lexi solo iba a mirar un poco, por encima. Estaba demasiado cansada para andar de chismosa, solo miraría un poco el sitio y luego a la cama. Miró a su alrededor, y a pesar del desorden inicial, la habitación lucía bastante normal. Había estantes llenos de libros, consolas de videojuegos y un par de cajas con más microchips y cables. Lo que parecía tener menos polvo era una pila de computadoras portátiles, y varios manuales de programación, esparcidos entre todo aquel lugar. Sin embargo, algo captó su atención. Una especie de tableta conmemorativa, que solo servía para guardar fotos.
Tocó la pantalla, y encontró muchas imágenes de Tech, principalmente de su época en la universidad, al lado de cada uno de sus inventos. Lexi se percató que estaba hurgando en algo muy privado, pero hace meses que para todos ellos era obvio que Rev estaba muy enamorado de Tech, y no entendían porque nunca se ha animado a decirle lo que siente. No sabía si continuar viendo esas imágenes, el enamoramiento del correcaminos rayaba a la obsesión…
—¿Lexi? ¿Estás despierta?— La voz de Tech le llamó la atención, tomándola por sorpresa. Ni lo sintió venir, porque la habitación estaba realmente insonorizada. Dejó la tableta en su lugar, y se giró para ver que el coyote no había entrado, solo entornó la puerta ligeramente para hablarle.
—Si, aún no me he acostado— Respondió Lexi, al recuperarse del pequeño susto que sufrió.
—Disculpa que te moleste, pero Rev me pidió que buscara unas cosas— Tech entró, tomó la caja llena de chips y placas que había juntado el correcaminos de la habitación, para sacarla de allí —Descansa, en unas horas terminaremos de insonorizar tu cuarto—
—Claro, muchas gracias— Lexi vio retirarse al coyote, y se dejó caer en la cama, completamente agotada. Ese susto drenó la poca energía que le quedaba. Tal vez podía pensar en algo para ayudar a Rev a declarársele a Tech, porque no creía que fuera sano que guardara fotos del coyote y lo anhele en las sombras, como un acosador.
Rev acosador ¿Quién lo diría?
Con ese pensamiento, Lexi se durmió profundamente en la cómoda y amplia cama.
(…)
Zadavia
Zadavia no entendía para que la habían llamado, pero por la seriedad en el rostro de Ace, parecía que se trataba de una situación muy delicada. Ella trató de mentalizarse para lidiar con cualquier tipo de problema, y notó que en la sala de estar de la torre, había un enorme cartel que rezaba la palabra “INTERVENCIÓN” colgado desde el techo.
Ella temía que este día llegaría. Era sabido que estos cuatro meses de gracia, con personas tan diferentes conviviendo en un solo edificio, solo eran el preludio de un conflicto dentro del equipo, que escalaría a situaciones de mayor envergadura ¿La intervención era para Duck? Era muy probable, Ace básicamente no paraba de quejarse de él en todos sus informes.
—Buenas tardes jefa, tome asiento por favor, ya vamos a comenzar— Ace le ofreció un asiento muy cómodo, y la freleng asintió, sentándose con sumo cuidado. De repente, entraron Lexi, Slam y Duck, tomando sus asientos correspondientes en medio de la sala.
Al parecer la intervención no era para Duck. Los únicos que faltaban eran Rev y Tech ¿Qué problemas tendrán ellos dos con los otros miembros del equipo? De repente, el pato la miró con seriedad, y comenzó hablarle.
—Lo siento jefa, como futuro líder del equipo, le aseguro que quise hacer algo al respecto con Tech y Rev, pero Ace se negó…—
—Me negué porque no está bien meterse en la vida de los demás, Duck— Ace masajeo su frente, de seguro padeciendo de una migraña. El pato le exasperaba más de la cuenta, y más porque se preocupaba por él. Zadavia siempre encontró entrañable esa forma de ser del conejo —Pero esto ya es insostenible, llevamos cuatro meses juntos, y ellos dos han estado anhelándose desde que se conocieron y no hacen nada al respecto por sus sentimientos—
“¿Rev y Tech tenían que hacer algo con sus sentimientos? ¿Qué estaba pasando?” Zadavia pensó esto preocupada, a medida que escuchaba al grupo hablar respecto.
—Además no creo que hagamos nada malo, con Zadavia aquí, nos aseguraremos que sepan que apoyamos su relación, y que nada malo pasará si son sinceros entre ellos— Dijo Lexi de repente, haciendo que la freleng mire a Slam en busca de ayuda.
—Psst, Slam ¿Qué está pasando?— Zadavia necesitaba que la iluminen, porque estaba cada vez más preocupada por Tech y Rev ¿Se habrían peleado?
—(El equipo se cansó de esperar, y quieren obligar a Tech y a Rev confesar lo mucho que se aman)— Slam parecía estar en desacuerdo con esto, se cruzó de brazos y evitó la mirada culpable de Ace.
Al escuchar esto, Zadavia abrió la boca ligeramente, sin saber que decir. Se pellizcó a sí misma y después de asegurarse de que estaba despierta, comenzó a reírse a carcajadas, tan fuerte y fuera de control, que terminó cayéndose de la silla que le ofrecieron.
(…)
Tech y Rev entran a la sala de conferencias, y ven la escena más bizarra de sus vidas. Un cartel que parecía decir “INTERVENCIÓN”, el cual estaba prendido del techo y terminó cayéndose al suelo. Lexi estaba frustrada, tirando de sus orejas mientras murmuraba para sí misma. Duck y Ace estaban discutiendo a los gritos, mientras Zadavia no paraba de reírse, como si le hubiesen contado la mejor broma de su vida.
El único que estaba en paz con el universo era Slam, que volvía de la cocina con un par de sándwiches. Los saludó a ambos con total calma, haciendo que Tech se preocupe por el estado mental del equipo.
—¿Qué está pasando aquí?— Tech levantó la voz ante el caos de la habitación. Rev estaba un poco ansioso, porque sujetó su brazo con fuerza. El coyote trató de calmar a su pareja para que no se estrese demasiado, hablandole con suavidad —Amor, tranquilo, estará todo bien—
Todos se quedaron callados de repente, y los miraron con cierta intensidad. Ahora Tech se sentía nervioso…
—¡HAN PASADO CUATRO MESES! ¡CUATRO...!— Ace se acercó a Tech y Rev, casi gritándoles. El correcaminos se asustó, y se escondió detrás del coyote, el cual estaba muy confundido.
—Ace, tranquilo, no es para tanto… jejeje— Zadavia trató apaciguar al conejo, pero no podía dejar de reírse. Tal vez por ese motivo, Ace siguió gritando histérico mientras tiraba de sus propias orejas.
—¡...Y NO FUERON CAPACES DE DECIRNOS QUE ESTABAN CASADOS!—
(…)
FIN
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worm1thy · 1 year
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​romance sonámbulo federico garcía lorca / blue light jonatan leandoer96 / little blue and little yellow leon lionni
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text: romance sonámbulo
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atelierolivae · 2 years
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Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda, verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas. Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. Romance Sonámbulo Federico Garcia Lorca Feliz día de Andalucía 💚🤍💚 . . . . . #slowlife #handmade #handmadewithlove #pottery #ceramics #cozyhome #slowliving #supportsmallbusiness #slowdesing #theartofslowliving #homedecor #atelieolivae🌿 https://www.instagram.com/p/CpM29V7j1l9/?igshid=NGJjMDIxMWI=
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lamolinastreetart · 13 days
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'Romance Sonámbulo, La Navarresina' by Spanish Dridali (@dridali) in Navarrés, Spain (2024) #dridali #streetart #lamolinastreetart | photo by @carlostommas_ via artist mysl.nl/FGaeR
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nomo-charis · 4 months
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Romance Sonámbulo, excerpt
Federico García Lorca 1898 – 1936
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar. Y el caballo en la montaña.
Green, how I want you green. Green wind. Green branches. The ship out on the sea. And the horse on the mountain.
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dubbingvoices · 6 months
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Romance Sonámbulo de Federico García Lorca. Poesías con voz de Federico
https://www.spanish-voiceover.com/castilian-spanish-dubbing-services.htm ...
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hipertexto · 1 year
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Romance Sonámbulo por García Lorca
Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña. Con la sombra en la cintura ella sueña en su baranda verde carne, pelo verde, con ojos de fría plata. Verde que te quiero verde. Bajo la luna gitana, las cosas la están mirando y ella no puede mirarlas. Verde que te quiero verde. Grandes estrellas de escarcha, vienen con el pez de sombra que abre el camino del alba. La higuera frota su viento con la lija de sus ramas, y el monte, gato garduño, eriza sus pitas agrias. ¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde...? Ella sigue en su baranda, verde carne, pelo verde, soñando en la mar amarga. . . . Verde que te quiero verde. Verde viento. Verdes ramas. El barco sobre la mar y el caballo en la montaña.
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bukosuki · 2 years
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"Ana Belén y Manzanita - 'Romance sonámbulo' (directo)" を YouTube で見る
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http-beamingthe1975 · 3 years
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Romance sonámbulo
“Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura,
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas le están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?…
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
*
Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los montes de Cabra.
Si yo pudiera, mocito,
ese trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
Compadre, quiero morir
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo.
Ni mi casa es ya mi casa.
Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme,
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
*
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal,
herían la madrugada.
*
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
*
Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche su puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos,
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.”
-Federico Garcia Lorca
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docpiplup · 4 years
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Poema de la soleá, de Poema del cante jondo
Vestidas con mantos negros
piensa que el mundo es chiquito
y el corazón es inmenso.
Vestida con mantos negros.
Piensa que el suspiro tierno
y el grito, desaparecen
en la corriente del viento.
Vestida con mantos negros.
Se dejó el balcón abierto
y el alba por el balcón
desembocó todo el cielo.
¡Ay yayayayay,
que vestida con mantos negros !
*******
Soneto de la dulce queja, de Sonetos del amor oscuro
Tengo miedo a perder la maravilla
de tus ojos de estatua, y el acento
que de noche me pone en la mejilla
la solitaria rosa de tu aliento.
Tengo pena de ser en esta orilla
tronco sin ramas; y lo que más siento
es no tener la flor, pulpa o arcilla,
para el gusano de mi sufrimiento.
Si tú eres el tesoro oculto mío,
si eres mi cruz y mi dolor mojado,
si soy el perro de tu señorío,
no me dejes perder lo que he ganado
y decora las aguas de tu río
con hojas de mi otoño enajenado.
******
Romance de la Luna Luna, del Romancero gitano
La Luna vino a la fragua
con su polisón de narod.
El niño la mira, mira
el niño la está mirando.
En el aire conmovido
mueve La Luna sus brazos
y enseña lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.
Huye Luna, Luna, Luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.
Niño, déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.
Huye Luna, Luna, Luna,
que ya siento sus caballos.
Niño, déjame, no pises
mi blancor almidonado.
El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.
Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.
Cómo canta la zumaya,
¡Ay cómo canta en el árbol!
Por el cielo va la Luna
con un niño de la mano.
Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
El aire la está velando.
******
Canción de cuna para Rosalía Castro, muerta, de Seis poemas galegos
¡Levántate, niña amiga,
que ya cantan los gallos del día!
¡Levántate, mi amada,
porque el viento muge, como una vaca!
Los arados van y vienen
desde Santiago a Belén.
Desde Belén a Santiago
un ángel vienen en un barco.
Un barco de plata fina
que traía dolor de Galicia.
Galicia tumbada y queda
transida de tristes hierbas.
Hierbas que cubren tu lecho
con la negra fuente de tus cabellos.
Cabellos que van al mar
donde las nubes tiñen sus nítidas palmas.
¡Levántate, niña amiga,
que ya cantan los gallos del día!
¡Levántate, mi amada,
porque el viento muge, como una vaca!
*******
La aurora, de Poeta en Nueva York
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columnas de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños.
Los primeros que salen comprenden con sus huesos
que no habrá paraísos ni amores deshojados;
saben que van al cieno de números y leyes,
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto.
La luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces.
Por los barrios hay gentes que vacilan insomnes
como recién salidas de un naufragio de sangre.
********
Romance sonámbulo, del Romancero gitano
Verde que te quiero verde.
Verde viento. Verdes ramas.
El barco sobre la mar
y el caballo en la montaña.
Con la sombra en la cintura
ella sueña en su baranda,
verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Verde que te quiero verde.
Bajo la luna gitana,
las cosas la están mirando
y ella no puede mirarlas.
Verde que te quiero verde.
Grandes estrellas de escarcha,
vienen con el pez de sombra
que abre el camino del alba.
La higuera frota su viento
con la lija de sus ramas,
y el monte, gato garduño,
eriza sus pitas agrias.
¿Pero quién vendrá? ¿Y por dónde?
Ella sigue en su baranda,
verde carne, pelo verde,
soñando en la mar amarga.
-Compadre, quiero cambiar
mi caballo por su casa,
mi montura por su espejo,
mi cuchillo por su manta.
Compadre, vengo sangrando,
desde los puertos de Cabra.
-Si yo pudiera, mocito,
este trato se cerraba.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
¿No ves la herida que tengo
desde el pecho a la garganta?
-Trescientas rosas morenas
lleva tu pechera blanca.
Tu sangre rezuma y huele
alrededor de tu faja.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa.
-Dejadme subir al menos
hasta las altas barandas,
¡dejadme subir!, dejadme
hasta las verdes barandas.
Barandales de la luna
por donde retumba el agua.
Ya suben los dos compadres
hacia las altas barandas.
Dejando un rastro de sangre.
Dejando un rastro de lágrimas.
Temblaban en los tejados
farolillos de hojalata.
Mil panderos de cristal
herían la madrugada.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
Los dos compadres subieron.
El largo viento dejaba
en la boca un raro gusto
de hiel, de menta y de albahaca.
-¡Compadre! ¿Dónde está, dime?
¿Dónde está tu niña amarga?
¡Cuántas veces te esperó!
¡Cuántas veces te esperara,
cara fresca, negro pelo,
en esta verde baranda!
Sobre el rostro del aljibe
se mecía la gitana.
Verde carne, pelo verde,
con ojos de fría plata.
Un carámbano de luna
la sostiene sobre el agua.
La noche se puso íntima
como una pequeña plaza.
Guardias civiles borrachos
en la puerta golpeaban.
Verde que te quiero verde,
verde viento, verdes ramas.
El barco sobre la mar.
Y el caballo en la montaña.
Pero yo ya no soy yo,
ni mi casa es ya mi casa
dejadme subir al menos
hasta las altas barandas.
Compadre, quiero morir,
decentemente en mi cama.
De acero, si puede ser,
con las sábanas de holanda.
Compadre donde está dime,
donde está esa niña amarga
cuantas veces la esperé
cuantas veces la esperaba.
*******
Casida del sueño al aire libre, del Diván del Tamarit
Flor de jazmín y toro degollado.
Pavimento infinito. Mapa. Sala. Arpa. Alba.
La niña finge un toro de jazmines
y el toro es un sangriento crepúsculo que brama.
Si el cielo fuera un niño pequeñito,
los jazmines tendrían mitad de noche oscura,
y el toro circo azul sin lidiadores
y un corazón al pie de una columna.
Pero el cielo es un elefante
y el jazmín es un agua sin sangre
y la niña es un ramo nocturno
por el inmenso pavimento oscuro.
Entre el jazmín y el toro
o garfios de marfil o gente dormida.
En el jazmín un elefante y nubes
y en el toro el esqueleto de la niña.
******
Al oído de una muchacha, de Canciones
No quise.
No quise decirte nada.
Vi en tus ojos
dos arbolitos locos.
De brisa, de brisa y de oro.
Se meneaban.
No quise.
No quise decirte nada.
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