Tumgik
#te abandonaron
theydontknowimhigh · 1 year
Text
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
alexa play vacation bible school by ayesha erotica!!🐁
1 note · View note
deepinsideyourbeing · 1 month
Text
Lejos del Sol (Quema de Amor) - Esteban Kukuriczka
Tumblr media Tumblr media
+18! Dom!Esteban. Biting, (alusión a) belly bulge, choking, (posible) dacrifilia, (breve) degradation, dirty talk, (mención de) marking, sexo sin protección, somnofilia, spitting, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Buenos Aires, 17:53
Los últimos rayos de sol iluminando la cocina te permiten ver las infinitas e inevitables partículas de polvo danzando en el aire. El pensamiento te hace arrugar la nariz y, cuando tu expresión llama su atención, tu novio sigue la dirección de tu mirada para encontrar el motivo de tu disgusto.
Él no se fija en el polvo, sólo en la luz, extendiendo su brazo para que lo ilumine como un reflector y moviendo sus dedos.
La acción te saca de tus pensamientos y lo imitás con una pequeña risa que interrumpe el silencio reinante en la cocina. Te sonríe, su mano todavía suspendida en el aire busca la tuya con un gesto que sólo podés catalogar como dramático, y su índice señalándote -probablemente con intenciones de evocar una famosa pintura- te hace reír nuevamente.
-El café- dice antes de que el sonido de la cafetera los sorprenda a ambos-. ¿Servís vos...? Ya vengo.
Es un sábado extremadamente aburrido, tranquilo, pacífico, y la mayor parte del día estuvieron acurrucados entre las sábanas, con tu cabeza descansando sobre su pecho y su respiración acompañándote hasta que el sueño te ganó en más de una ocasión. Cuando por fin abandonaron la cama, cerca de la hora del almuerzo, lo hicieron con movimientos lentos y perezosos.
Moviéndose en silencio, siempre cerca del otro, prepararon el almuerzo y ocuparon sus respectivas sillas en la mesa. El ruido de la televisión en la sala de estar los acompañaba, lejano e incomprensible entre las palabras que intercambiaban, logrando distraerte en algún momento y permitiendo que tu novio arrojara todavía más queso sobre su comida.
Ocultó su sonrisa pícara sin mucho éxito y cuando lo regañaste, argumentando que consumir queso en cantidades industriales no podía ser sano, intentó comprarte con una mueca que debió considerar que sería extremadamente tierna; en realidad -tenías que admitir- lo era, pero su cabello despeinado cayendo en todas direcciones resultaba gracioso y no le fue de ayuda.
-Peinate- suplicaste cuando dijo que tomaría una rápida ducha. Dejó salir un sonido de molestia, una mezcla entre un quejido y un gruñido, pero el esbozo de una sonrisa tiró de sus facciones y antes de marcharse acarició tu brazo por un breve instante.
Cuando abandonó el baño te encontró en la habitación y se arrojó sobre la cama, ataviado únicamente con un bóxer y una camiseta holgada que caía dejando ver uno de sus hombros. Observó en silencio tu indecisión a la hora de escoger ropa, sin comprender por qué dudabas tanto entre dos prendas igual de cómodas.
-Podrías haberme hecho compañía, ¿no?- dijo contra el colchón-. Ahorrábamos agua.
-Sí, seguro- negaste, más que consciente de la manera poco ecológica en que terminaban todas las duchas que tomaron juntos.
Regresaste media hora más tarde y él se encontraba profundamente dormido sobre tu lado de la cama, abrazando tu almohada con fuerza. Su cabello todavía estaba húmedo, algún que otro mechón iluminándose bajo esa franja de luz que atravesaba la habitación desde la ventana. Abrazaste su cintura y descansaste tu mejilla sobre su espalda.
Fue un alivio (y en parte una pena) no caer nuevamente en su trampa, pensás ahora y te ponés de pie lentamente. Todavía pueden compartir despiertos los últimos vestigios de la tarde.
Mientras esperás su retorno te encargás del café y te preguntás que estará haciendo. No recordás en qué dirección se desvaneció una vez que cruzó el umbral y no escuchás ruidos que te permitan saber en qué lugar de la casa se encuentra, pero por la expresión en su rostro estás segura de que recordó algo impostergable.
Esteban es así. Siempre.
Tiene la costumbre de interrumpirse a media oración para explicar algún pequeño detalle, relacionado directa o indirectamente con lo que sea que esté diciendo; si recuerda algo o un pensamiento lo invade tiene que expresarlo en voz alta, esperando el momento oportuno para compartirlo, por no mencionar los momentos en que huyó de una habitación corriendo para buscar algún objeto o pertenencia random.
Cuando estás relatando una anécdota suele perderse en el movimiento de tus labios, sostenerte la mirada como si intentara leer tu mente e invadir tu espacio personal como si tuviera la única intención de fusionar sus átomos con los tuyos. El destello en sus ojos todavía provoca que tropieces con las palabras y él jamás parece saber que es el responsable, pero completa tus frases para ayudarte a retomar el hilo.
Observás en trance las tazas y los hilos de vapor dibujando espirales, esfumándose en el aire, recordando todos esos pequeños detalles mientras la luz del sol continúa derramándose por toda la habitación, iluminando la cerámica blanca y las plantas.. Y entonces llega a tus oídos el sonido de sus pasos acompañados por una melodía que reconocés con facilidad.
Volteás en el momento exacto en que entra en la pequeña cocina y su sonrisa es inmensa, brillante y cautivadora. Comienza a caminar hacia vos con pasos rítmicos y tu expresión de resignación, como si estuviera por torturarte, lo hace soltar una carcajada.
Esteban gira sobre sus talones con una energía impropia del día y de la hora antes de extender una mano en tu dirección. Tu resistencia comienza a desmoronarse y te sentís presa de la fluidez con que su cuerpo en constante movimiento, elegante pero aún así desenfadado y perfectamente sincronizado con la canción, provoca que su ropa se arrugue y su cabello dorado baile.
-Dale- insiste y cruzás tus brazos sobre tu pecho-, no seas mala.
-Estoy cansada- decís para escapar de su invitación-. Y se va a enfriar el café…
Resistirte es cada vez más difícil porque tu cuerpo comienza a seguir la música en contra de tu voluntad y ocultarlo es imposible. Tus manos están ahora entrelazadas, todavía fingiendo estar en una profunda negación, pero el sutil vaivén de tu figura es delator y una sonrisa comienza a crepitar en tus labios.
Esteban extiende su otra mano y, cuando por fin aceptás con una risa, tira hasta que te rendís contra su pecho. Colocás tus manos en sus hombros y toma tu cintura para guiarte, tus torpes movimientos volviéndose más naturales luego de unos segundos y sincronizándose con los suyos, que parecen insistir con guiarte hacia la sala de estar.
Tus movimientos se tornan más seguros y la armonía de sus risas se entremezcla con la canción. Esteban te hace girar, siempre sosteniendo tu mano, y cuando su mirada vuelve a encontrar la tuya estás segura de que no existe en el mundo un mejor lugar que este, repleto de amor y complicidad, intimidad y alegría.
El mundo exterior parece desvanecerse y el tiempo detenerse mientras ambos continúan bailando. Sus sombras se proyectan sobre la alfombra y los muebles, cada vez más largas y también más cercanas la una de la otra por el espacio ahora inexistente entre sus cuerpos.
Sus respiraciones se entrelazan.
-¿Sabías que Bill Withers era tartamudo?- pregunta en un susurro.
Intentás contenerte pero se te escapa una carcajada.
-¿Qué tiene que ver eso?
-Nada- contesta con una risa.
Deshace el abrazo y te deslizás por toda la sala, más segura, más relajada, más perdida en el amor que deja entrever su expresión. Esteban te sigue, prácticamente pisándote los talones, aplaudiendo mientras cuenta tus giros y observa los saltos que te hacen perder el ritmo.
Adaptándose a tus movimientos pero todavía dándote el espacio suficiente vuelve a tomarte de la mano. El impulso de sus pasos te hace girar con él y en más de una ocasión tropiezan, arrastrándose mutuamente pero recuperándose en un parpadeo y retomando el baile.
Cuando te atrapa entre sus brazos sentís su respiración, el subir y bajar de su pecho contra tu espalda, pero te distraen sus labios en tu mejilla y el roce fugaz de estos contra tu oreja. Te dejás llevar por sus pasos lentos, mientras tararea la canción en voz baja, con un susurro que es sólo perceptible para tu oído.
Girás para poder ver su rostro y él descansa su frente sobre la tuya. Repite la letra de la canción sobre tus labios una y otra vez y sin importarle que sus pasos pierdan velocidad, porque sólo puede pensar en los lugares donde su cuerpo hace contacto con el suyo.
-El café- le recordás, lamentando interrumpir el momento-. Ya debe estar frío.
-No creo.
Vos creés en su palabra.
05:47
Lo primero que sentís cuando despertás son los dedos de Esteban deslizándose  por tu abdomen y finalmente encontrando hogar en la delicada piel de tu cadera. No importa cuánto tiempo lleven juntos y tampoco cuánto te toque, sus dedos todavía te hacen cosquillas.
Lo segundo que notás son sus labios sobre tu cuello y, por último pero no menos importante, su erección caliente entre tus piernas y acariciando tu centro. Un grito débil deja tus labios cuando sus dientes capturan tu oreja, sincronizados con su punta golpeando tu pequeña entrada.
-Perdón, mi amor, no quería despertarte- se disculpa con voz ronca.
Suspirás y reprimís una sonrisa.
-¿No podías esperar un ratito?
-No- besa tu mejilla-. ¿Querés volver a dormir?
Es una pregunta de doble filo.
-No.
-Ya sabía- ríe contra tu piel y temblás-. Me vas a dejar hacer lo que quiera, ¿no?
Su mano recorre tu costado, su palma dejando un rastro de fuego en cada parte de tu ser que toca, para luego deslizarse sobre tu abdomen hasta detenerse cerca de tu clítoris.
No deja de moverse para utilizar tus pliegues y muslos para satisfacer su necesidad; estás segura de que de bajar la mirada, con ayuda de la escasa luz filtrándose por la ventana, verías su punta –y más, considerando su tamaño- asomándose.
Reprimís un gemido cuando sentís la excitación brotando de tu cuerpo, su miembro ahora brillante esparciéndola por tu piel junto con sus propios fluidos, cada vez más abundantes.
Te dejás caer aún más sobre su pecho, buscando más contacto, y él parece complacido por el gesto porque te recompensa jugando con tu clítoris. Jadeás y empujás tu cadera contra su pelvis.
-Más.
-¿Ya?- pregunta con tono burlón y asentís-. No sé, no contestaste lo que te pregunté.
-¿Qué…?
-¿Me vas a dejar hacer lo que quiera?- repite. Ejerce todavía más presión con sus dedos y dejás salir un sonido similar a un quejido de dolor.
-Sí, sí.
Ignora tus protestas cuando deja de tocarte y acaricia la parte posterior de tu muslo antes de sujetarlo con fuerza, obligándote a levantar la pierna para tener mejor acceso.
Sus largos dedos terminan de empaparse cuando los dirige hacia tu entrada, rodeándola con cuidado, tanteando antes de introducirse con suavidad y delicadeza en tu interior.
Tu cuerpo lo recibe sin más.
-Mirá cómo estás.
No tenés oportunidad de chequear por tu cuenta porque lleva ambos dígitos a tus labios: permitís que los deslice sobre tu lengua y succionás con fuerza para provocarlo, bañándolos con tu saliva ante su silenciosa pero evidente orden.
Luego de unos minutos y un tercer dedo sumándose, estirando tus labios todavía más, los retira y regresan a su habitual lugar.
-Ya está, ya está- intenta calmarte cuando te quejás.
Roza en tu interior los puntos que te hacen estremecerte y pronto tus gemidos son lo único que escucha junto con su respiración cada vez más descontrolada. Arrastra sus dientes entre tu cuello y tu hombro, sobre ese lugar con el que tiene una obvia fijación, mientras continúa tocándote con intención de volverte un desastre.
No estás segura de poder resistir mucho más.
-Dale, amor- suplicás-. Estás…
Estás tardando, querías decir, mucho. Esteban no te permite completar la frase porque comienza a mover sus dedos con, curvándolos hacia arriba y torturándote con la precisión de sus caricias, prácticamente obligándote a olvidar tus pensamientos sobre su tardanza.
En tu desesperación te empujás más contra su cuerpo, caliente y también desesperado por vos, sólo para poder sentir su erección palpitante contra tu piel.
Ataca tu cuello con besos húmedos, suspirando y murmurando palabras que tu cerebro cada vez menos coherente ya no comprende, y cuando buscás su miembro él aparta tu mano para centrarse en tu cuerpo sin distracciones.
Te aferrás a las sábanas, presa de sus dientes marcando tu hombro y de sus dedos abusando de tu interior, hasta que unos minutos más tarde cubre tu boca con su otra mano para silenciarte mientras un violento orgasmo sacude tu cuerpo.
La intensidad de la sensación te hace llorar, cortándote la respiración y deshaciendo los últimos pensamientos que habitaban tu mente.
-Quieta- ordena cuando intentás alejarte.
No tenés la fuerza necesaria para tolerar el placer una vez que se vuelve insoportable, amenazando con regalarte otro orgasmo, y tampoco tenés la fuerza para batallar con él mientras termina de prepararte para recibirlo en tu cuerpo.
Simplemente te dejás hacer y sollozás contra su palma.
En un rápido movimiento reemplaza sus dedos por la punta de su miembro. Tu cuerpo todavía sensible y su tamaño son una combinación que no falla en hacerte delirar, seguro, pero también te hacen morder tu lengua para soportar el ardor de la penetración mientras él intenta consolarte.
Tu mano tira de su cabello en cuanto continúa deslizándose en tu interior, haciéndolo gemir y provocando que sus movimientos hasta ahora delicados pierdan el ritmo. Introduce los últimos centímetros de manera brusca y protestás, tu voz todavía ahogada por su mano, mientras él entierra su nariz en tu cabello para embriagarse con tu perfume.
Estás más que segura de que también intentaba disimular un gemido y, cuando por fin descubre tu boca –arrastrando sus dedos entre tus labios, humedeciéndolos y luego manchando tu mejilla con tu saliva-, intentás burlarte como suele hacer con vos.
-¿Qué pasa?- intentás disimular el temblor de tu voz-. ¿Estás desesperado?
Sus uñas enterrándose en tu cadera son la única advertencia que recibís antes de que te sorprenda con la fuerza de sus embestidas. El impacto entre ambos cuerpos resuena entre las cuatro paredes, opacando el resto de sonidos cotidianos que llegaban a tus oídos.
La mezcla entre tu humedad y su excitación es evidente cada vez que vuelve a enterrarse en vos y tus gemidos descontrolados te resultan en extremo humillantes considerando la pregunta que hiciste. Intentás recobrar la compostura, fingir que sus acciones no te afectan tanto para no darle la satisfacción, pero podés sentir su sonrisa cuando pregunta:
-¿Qué decías?
El tono de su voz te hace temblar e inconscientemente empujás tu cadera contra su pelvis en busca de más.
Su respuesta es rodear tu cuello con su brazo, inmovilizándote y dejándote sentir la tensión en sus músculos, mientras reafirma su agarre en tu cadera para seguir con su brutal ataque. Sabe cuánta fuerza necesita emplear para privarte de oxígeno y lo demuestra presionando de manera experta sobre los lugares justos.
Con cada golpe su punta toca tu cérvix, la sensación en combinación con la presión sobre tu cuello permitiéndote saborear un orgasmo cada vez más cercano, y su respiración bañando tu piel cada vez que jadea sólo empeora la situación.
En caso de mover su mano unos centímetros, Esteban podría sentir en tu abdomen bajo la profundidad de sus embestidas y torturarte utilizando sus largos dedos o su mano.
Eso es justo lo que hace luego de rozar tu piel con sus uñas.
-Mirá- toma tu mano, posicionándola y cubriéndola con la suya-. Acá estoy…
Tus músculos se contraen sobre él y tu visión se nubla. El orgasmo te hace gemir con fuerza, olvidándote por completo de la hora y de los vecinos, los dedos de tus pies se contraen por el placer y el calor que recorre tu cuerpo desde tu centro quema.
Esteban no deja de moverse, prolongando tu clímax sin importarle tu sensibilidad o tus uñas enterrándose en su brazo –todavía sobre tu cuello-, ignorando los espasmos que sacuden tu cuerpo.
Cuando por fin se detiene, unos minutos más tarde y sólo luego de ver que comenzás a desesperarte por la sobre estimulación, te concede unos pocas respiraciones para recuperarte antes de arrojarte sobre tu espalda y terminar de arrancar las prendas de tu cuerpo.
Se posiciona entre tus piernas, separándolas sin importarle tu flexibilidad, y desliza su miembro ardiente entre tus pliegues brillantes.
-¿Querés más?- su expresión es seria y cautivadora. Asentís, todavía sin palabras y perdida en él, en su rostro y en su cuerpo, pero eso no es suficiente-. Decime, ¿querés más?
-Sí, por favor.
-¿Qué querés?- empuja contra tu entrada y cuando no obtiene respuesta golpea con su mano sobre tu clítoris. Entre dientes, repite:- ¿Qué querés? Contestá, dale.
-A vos, Kuku, por favor- otro golpe. El calor de tus mejillas es nulo en comparación con el calor entre tus piernas y, sin importar la vergüenza que sentís, contestás con las palabras que tanto quiere oír:- Quiero tu pija, por favor.
El tormento no cesa allí.
-Sos una putita, ¿no?- jadeás-. Mi putita.
-Sí…
-Decilo- se desliza en tu interior hasta ver desaparecer la punta de su miembro y con su pulgar comienza a dibujar círculos sobre tu clítoris. Tu gemido, más agudo de lo usual y patético, te sorprende. Su miembro palpita-. Decí que sos una putita.
Cerrás los ojos en busca de valor para hablar. Humedecés tus labios.
-Soy una putita.
-¿Y de quién sos?
-Tuya.  
Un sonido grave y gutural deja su garganta cuando tus paredes, imposiblemente cálidas y más húmedas que antes, vuelven a cerrarse sobre él. Se arroja sobre tu cuerpo y el nuevo ángulo te hace ver las estrellas, cada centímetro y cada vena que recorre su miembro estimulándote y provocando que las lágrimas caigan en cascada por tus mejillas.
-Mirame.
Tus párpados son pesados y tus pestañas brillan cuando te encontrás con la profundidad de su mirada. Los centímetros que los separan son prácticamente inexistentes y antes de comenzar a contar sus pecas o nombrar los colores que decoran la paleta de sus irises -en un absurdo intento de mantenerte cuerda-, tus dedos rozan su pómulo y su mejilla.
Tu pulgar traza su labio inferior suavemente, como si su miembro no estuviera haciéndote temblar o sacudiendo tu cuerpo sobre el colchón con la fuerza de sus embestidas, pero esta es una acción que dura milisegundos. Mueve su rostro sin precio aviso, obligándote a retirar tu mano, y escupe sobre tus labios entreabiertos antes de besarte.
Mientras te dejás llevar por sus besos hambrientos podés sentir la desesperación emanando de su figura y el constante palpitar de su miembro, siempre tan adictivo y la causa de tu perdición en más de una ocasión.
Tus piernas abrazan su cadera y él suspira contra tus labios para luego recostar su frente sobre la tuya.
-Estás muy apretada- susurra como si fuera una confesión. Tomás su mejilla y se deja caer contra tu mano-. Me encantás.
-Vos también me encantás- contestás entre suspiros.
Un gemido llega a tus oídos en el momento exacto en que su ritmo se vuelve frenético. Deslizás una mano entre su cuerpo y el tuyo, consciente de tus nervios reclamando tu atención, sin reparar en que ese pequeño primer roce es suficiente para tropezarte con un orgasmo desgarrador.
Tus uñas dibujando sobre su hombro lo hacen gruñir, su voz grave y cargada de deseo presa en su garganta, pero es cuando lo tomás por el cuello para obligarlo a besarte que su orgasmo lo golpea y llena tu interior. El calor de su liberación te hace sollozar contra sus labios y él aprovecha el momento para morder tus labios, tu mejilla, tu cuello, sin contenerse.
Besa las marcas que sus dientes dejaron, su huella, fingiendo no notar algún que otro vaso sanguíneo roto decorando tu piel con tonos de rojo y violeta. Recorre la línea de tu mandíbula mientras las últimas gotas de su semen pintan tus paredes, reclamándote como suya una vez más, marcándote permanentemente.
Unos pocos centímetros de distancia le permiten contemplar tu expresión.
-¿Estás bien?- besa tus mejillas juguetonamente.
Respirás profundamente.
-Muy bien. ¿Vos?
-Perfecto- sonríe-. ¿Puedo…?
-No- lo interrumpís-. Quiero estar así un ratito.
Besa tus labios.
-El tiempo que quieras- promete.
Iría a la guerra por este hombre. Moriría por él. Espero que hayan disfrutado la lectura así como yo disfruté escribir (hace muchas lunas) esta historia para ustedes 🤭
taglist: @madame-fear @chiquititamia @creative-heart @llorented @recaltiente @delusionalgirlplace @lastflowrr ♡
54 notes · View notes
flan-tasma · 6 months
Note
HOLA DE NUEVOOO, cmo andas? q pena ya agarré confianza☹️☹️ pero me acorde de esa bromita q se hacían entre novios donde uno se limpiaba los besos del otro y quería saber como reaccionarian algunillos, nomas pido a tighnari y chongyun, pero si queres agregar a alguno(o quitarlo, no tengo problemas la vrdd!!) por favor y graciasss i lov tu escrituraa
~💖 Con confianza, aquí todos somos amixes 👍🏻
Diosmio- Me tardé más de la cuenta porque no estaba segura si me gustaban los banners o si los cambiaba ;;;; Pero aquí está, finalmente ✨
Warning: Nope now💖, GN!Reader | English is not my native language, so if I have made any mistakes in the translation, I am open to corrections | Content in spanish and english!
Tumblr media
Spanish:
Tumblr media
A este hombre no le hace la más mínima gracia, puedo verlo aplanar sus orejas mientras su confusión pasa a molestia.
Se queda con la boca abierta y el ceño fruncido porque no encuentra lo divertido.
Se aleja, resentido, y puedes verlo de mal humor el resto del día cada vez que te ve.
Probablemente en algún momento del día decida ser un adulto y habla contigo acerca de lo que hiciste, pero en el momento se comporta un poco malcriado.
¿Por qué te limpiarías un beso de tu novio? Él jamás haría algo así contigo, entonces no le cabe en la cabeza que lo hagas.
Ambos resuelven las cosas, pero no piensa besarte nuevamente hasta que tú lo hagas primero y dejes las bromas tontas para otro momento.
Tumblr media
Otro que está confundido.
Literalmente se queda quieto mientras sigues caminando, lo tomaste por sorpresa de mala manera.
Es un perrito que parece que lo abandonaron en la calle, se ve triste y confundido porque él te quiere mucho y te ama y le cuesta expresar ese amor por la vergüenza, pero lo hizo finalmente y tú le haces esto.
Es una cosita triste hasta que le aclaras que es una broma y que no querías hacerlo sentir mal.
Él entiende, pero no sé queda tranquilo hasta que le des el afecto que quería, luego lo deja pasar.
Pero no lo olvida, jamás lo olvidará, creo que lo usará en algún otro momento cuando ustedes estén bromeando.
Tumblr media
Te mira confuso y se molesta, pero no le importa, te besará de nuevo.
Si te quitas ese otro beso, te besará otra vez, y otra vez y otra vez.
Bienvenido a un bucle temporal en el que Nobile te besa cuántas veces sea necesario mientras se queja de que te borras su marca de amor.
Creo que en algún punto, si no lo detienes, él solo te mirará y pensará en si hizo algo que te hizo enojar, pero eso no es razón suficiente para que borres sus besos.
Incluso si le revelas que es una broma, él vuelve a besarte mil veces para asegurarse de que esta vez no te vas a quitar nada.
Tumblr media
No entiende los motivos, pero empezarás a escuchar pequeñas gotas de lluvia golpeando la ventana.
Si están en público es peor porque él se queda parado mientras la lluvia lo moja y sus ojos te gritan que expliques por qué pareces rechazar su amor.
Discúlpate lo antes posible y explícale que es una broma. Él dirá que es de mal gusto, pero la lluvia se irá poco a poco.
Ya no te quiere dejar ir, solo piensa en que te parecía gracioso pretender que no querías sus besos y se pone triste otra vez.
Necesita que lo valides y que le recuerdes que lo amas o no podrá dormir bien en un mes.
No entiende por qué es divertido, pero no quiere que lo hagas de nuevo, por favor, no lo hagas de nuevo.
Tumblr media
English:
Tumblr media
This man is not amused in the slightest, I can see him flatten his ears as his confusion turns to annoyance.
He's left with his mouth open and his brow furrowed because he doesn't find it funny.
He walks away, resentful, and you can see him sulking the rest of the day whenever he sees you.
Probably at some point during the day he decides to be an adult and talks to you about what you did, but at the moment he acts a little bratty.
Why would you wipe away a kiss from your boyfriend? He would never do something like that with you, so he can't imagine you doing it.
You both work things out, but he doesn't plan on kissing you again until you do it first and leave the silly jokes for another time.
Tumblr media
Another one who is confused.
He literally stands still as you continue walking, you took him by surprise in a bad way.
He is a little dog who seems to have been abandoned on the street, he looks sad and confused because he loves you very much and loves you, and it is difficult for him to express that love because of his shame, but he finally did it and you do this to him.
He's a sad little thing until you clarify that it's a joke and you didn't want to make him feel bad.
He understands, but he doesn't stay calm until you give him the affection he wanted, then he lets it go.
But he doesn't forget it, he will never forget it, I think he will use it some other time when you guys are joking around.
Tumblr media
He looks at you confused and gets upset, but he doesn't care, he will kiss you again.
If you take away that other kiss, he will kiss you again, and again, and again.
Welcome to a time loop in which Childe kisses you as many times as necessary while he complains about you erasing his love mark.
I think at some point, if you don't stop him, he'll just look at you, and he'll think about whether he did something to make you angry, but that's not enough of a reason for him to erase kisses from him.
Even if you reveal to him that it's a joke, he kisses you a thousand times again to make sure you're not going to take anything away this time.
Tumblr media
He doesn't understand the reasons, but you will start to hear small raindrops hitting the window.
If you're in public, it's worse because he stands there while the rain soaks him and his eyes scream at you to explain why you seem to reject his love.
Apologize as soon as possible and explain that it is a joke. He will say it is in bad taste, but the rain will go away little by little.
He doesn't want to let you go anymore, he just thinks about how funny you thought it was to pretend that you didn't want his kisses and he gets sad again.
He needs you to validate him and remind him that you love him, or he won't be able to sleep well for a month.
He doesn't understand why it's funny, but he doesn't want you to do it again, please don't do it again.
94 notes · View notes
leregirenga · 2 months
Text
Tumblr media
Dime dónde estas, que mis sueños e ilusiones insistieron en irse tras de ti, me abandonaron al no sentir más tue besos que me daban ese subidón de adrenalina, esas caricias que provocaban fascinación y deseo, esos abrazos que conquistaban el territorio de mi espalda, esas sonrisas que me enamoraban como tonta...
Dime a dónde te has ido o devuélveme lo que es mío, no quiero morir sin nada de todo aquello que pensé que era tuyo, pero no es así. Me pertenece y quiero que cada uno de ellos vuelvan conmigo. Merezco volver a enamorar y amar.
Leregi Renga
11 notes · View notes
diamantar · 7 months
Text
PERLA EN BRUTO
→ Laenor Velaryon x fem!OC
✦ Sinopsis: Gracias a los rumores en Marcaderiva, la recién casada inmediatamente desiste en crear una verdadera relación con su esposo.
Por otro lado, el corazón de Laenor puede que los lleve a nuevos puertos.
✦ Advertencias: Matrimonio arreglado / Fluff
✦ Palabras: 2407
✦ Pedido: Si, de Wattpad.
Tumblr media
Erguida junto una de las ventanas del largo pasillo, Rhaenyra observó junto a su mejor amiga como un joven hombre de plateados cabellos reía y posaba un brazo en los hombros de otro muchacho. Ambos tenían las ropas desarregladas y mojadas, claramente volviendo de pescar por las pesadas bolsas de arpillera que sostenían.
—¿Aquel es…? —intentó preguntar la Targaryen.
—Joffrey, el amante —asintió, enseguida suspirando aliviada—. Me alegra que regresaran bien.
—No pareces molesta —reconoció intrigada.
—Prefiero vivir sin amargura —inclinó la cabeza y cruzó los brazos hundiéndose en pensamiento—. Antes del casamiento me advertiste de sus preferencias y pude imaginar el futuro que tendría, así que no es impactante. Además Laenor es increíblemente considerado y amable, tengo suerte de poseer un buen amigo como esposo.
—Desearía tener tu positividad —murmuró Rhaenyra en el proceso de colocar el peso en la cadera izquierda.
—Cuando oyes que hay hombres que golpean, humillan y abusan, ¿cómo podría quejarme? —volteó el rostro con una sonrisa—. ¿Tu padre sigue presionando en que encuentres esposo?
—Cada día. Puede que no lo diga, pero cuando me mira veo la esperanza, ese brillo que suplica que me apresure y reafirme mi herencia al trono —cerró los ojos y abatida la abrazó en busca de consuelo—. Extraño cuando vivías en el castillo como mi dama de compañía, aquellas épocas eran felices.
—Lejos de responsabilidades, cuando las obligaciones irían a un hermano varón que te dejaría libre de hacer lo que quisieras —explicó sabiendo muy bien la verdad atrás del asunto.
—¿Por qué puedes leer a las personas tan bien? —preguntó mientras se alejaba y la sostenía de la cintura, una ligera expresión de berrinche pintando su rostro.
—Te conozco, nada más.
Enganchando brazos abandonaron el puesto y fueron hacia las escaleras principales del castillo. Descendieron y en el camino señaló a la invitada ciertas decoraciones que podrían llamarle la atención, en abajo encontrándose con su suegra y los hombres.
—¿Consiguieron la cena? —bromeó Rhaenyra viendo lo que transportaban.
—Princesa —reverenció Jofrrey mientras Laenor se acercaba animado y tomaba la mano de su esposa.
—Lamento la tardanza, el mar estaba agitado.
—Sé que no hay nadie mejor en el agua que los Velaryon, sin embargo, me preocupé al ver que nubes cubrieron el cielo —dijo afectuosa, tanta cercanía casi quemando las fosas nasales por el olor a pescado.
—Deberían asearse, la peste quedará en nuestras ropas —quejó la joven Targaryen moviendo una mano frente la nariz.
—Tomen la ganancia y preparen los baños —ordenó Rhaenys a los sirvientes presentes.
—Conseguí tu favorito, así que pediré que cocinen el plato que te gusta —informó Laenor antes de alejarse, expectante apreciando la reacción complacida de la chica.
—Gracias, aguardaré ansiosa la cena —prometió inclinándose a besarle la mejilla.
Aquellos gestos eran pan de cada día para mantener las apariencias, aunque el muchacho no dejaba de poner expresión sorprendida cuando en soledad solía poner distancia. Secretamente adoraba ver las reacciones desprevenidas e inocentes, suponía que el afecto le daba timidez, porque entendía que ella no era de preferencia.
—Iré a asearme y continuaré con estudios pendientes, nos vemos en unas horas —despidió el príncipe inclinándose a besarle el dorso de la mano.
Asintiendo y dejándolos libres, Rhaenyra apretó el agarre y la llevó fuera del castillo ignorando como el Caballero Lonmouth codeaba a Laenor y sonreía burlón.
Soportaron el viento y caminaron una considerable distancia hasta la guarida de los dragones, donde la heredera intentó que se familiarizara con Syrax.
—Adora que la acaricien aquí —señaló un grupo de escamas cerca de la barbilla.
—No estoy acostumbrada a pasar tiempo con ellos —comentó en señal de que prefería irse, especialmente cuando Bruma y Meraxes se unieron a la reunión.
—Temer es impropio de una mujer casada con un descendiente Targaryen, los dragones deberían ser aliados y no extraños.
—Fácil decirlo —regañó tocando con duda a la dorada criatura.
—Me ofende que Laenor no se encargara de acercarte a Bruma, es lo mínimo que podría hacer como esposo. ¿Qué pasaría si un día deben huir y su dragón no te acepta?
—Respeta que prefiero mantener distancia, son… mucho para mí.
—La actitud que posees tampoco es adecuada —chasqueó la lengua.
—¿Por qué no buscamos a Laena? —retrocedió empezando a mirar la salida de la cueva con anhelo.
Rodando los ojos, Rhaenyra bufó y la siguió de vuelta. Entre muros se escudaron y aguardaron a la cena, donde la femenina disfrutó lo que el joven Velaryon pescó para ella.
—¿Te gusta? —preguntó expectante después de los primeros bocados.
—Es excelente, gracias por conseguirlo —asintió cubriendo su boca al aún deber terminar de tragar—. Lo aprecio mucho, hacia bastante que no probaba esto.
—Me encargaré de generar reservas, es época —sonrió complacido agarrando el tenedor y continuando la degustación.
—Eres el mejor —halagó contenta enfocándose en los distintos platillos, aunque debajo de la mesa le apretó la rodilla como último agradecimiento.
Laenor apenas se removió en el asiento y miró el mantel con un ligero escalofrío, la zona tocada quedando sensible por largo rato. Laena miró de reojo y Rhaenyra inclinó la cabeza en confusión ante las pequeñas reacciones del chico, aunque terminó por encoger los hombros y conversar con la Velaryon sentada al lado.
—Esta noche… —empezó a decir en tono bajo—. ¿Podrías venir a mis aposentos?
El requerimiento la hizo ahogar y rápido agarró la copa, al beber aliviando el nudo de comida.
—¿Estás bien? —preguntó Corlys.
—Si, lo siento, tragué demasiado rápido —mintió, aunque la pena de interrumpir la cena era real.
—Con cuidado, el pescado no huirá al mar —rió inclinándose a agarrar pan.
Aguardó unos momentos a que el ambiente se estabilizara y luego miró a Laenor, el cual lucía como quien cometió un error. Disimulada llamó su atención y nervioso él aguardó respuesta, con una simple señal informando que iría.
—La noche se podrá fría, usa más ropa —recomendó el muchacho intentando cambiar de tema y huir del momento.
Dándole el espacio que claramente necesitaba, fingió enfocarse en lo servido y silenciosa consideró las distintas posibilidades. Rara vez compartían tiempo fuera del dominio del sol y la sospechosa actitud de Laenor ayudaba a generar las más extrañas ideas, aunque su instinto tenía el particular presentimiento de que nada malo ocurriría.
El tiempo pasó y finalmente tuvieron permiso de levantarse de la mesa, la cena quedando terminada. Abandonaron el salón e intercambiaron palabra con las jóvenes hasta que fueron a sus propias habitaciones, una vez solos él amagando a iniciar conversación cuando Joffrey surgió de las sombras.
—Lamento interrumpir, pero, ¿sería posible robar un poco de su tiempo? —preguntó en referencia al Velaryon.
—¿Puede esperar a mañana?
—No sería lo mejor —reconoció, entonces realizando una pequeña expresión que pareció alertar al hombre de a qué se refería.
—Iré por abrigo y te buscaré en unos momentos, así que hablen —sonrió comprensiva, rápido entendiendo que no debía estar allí.
—Gracias, señorita —reverenció Joffrey.
—Esperaré —aclaró Laenor no queriendo que malinterpretara y abandonara el plan inicial.
Sonriendo cortés los dejó y fue en dirección a donde dormía, una sirvienta hallándola en el camino y siguiéndola.
—Necesito un abrigo, pero nada exagerado —mencionó viendo que la chimenea estaba prendida y la cama aguardando a que la usara.
—Disculpe la intromisión, pero, ¿planea salir? —inquirió yendo al gran armario postrado en un rincón.
—Visitaré a mi esposo.
Evitó mirarla y revisó los libros en el escritorio, el ambiente cambiando a numerosas emociones al aquella ser la primera vez que iría desde la ceremonia matrimonial. Silenciosa levantó los brazos y dejó que la femenina la deslizara dentro de la piel, la nueva capa protegiéndola de los fríos muros. No era usual en ese sector, pero recordaba el camino de cuando Rhaenys le enseñó el lugar, y cuando llegó no le sorprendió hallar al Caballero Lonmouth saliendo de la habitación del príncipe.
—¿Llegué temprano? —preguntó casual manteniendo las manos escondidas en las largas mangas.
—Para nada, querida, ya terminamos de conversar —sonrió Laenor luciendo relajado.
—Gracias por otorgarme este momento. Tengan buena noche —deseó empezando a retirarse.
Nuevamente solos, miró al Velaryon y este hizo un movimiento que la invitaba a ingresar. Por primera vez puso pie en los aposentos del heredero de Marcaderiva y enseguida absorbió cada detalle, especialmente la caña rota que colgaba enmarcada en una pared.
—Recuerdo de mi primer gran pesca, tuve el botín pero acabó con mis instrumentos.
—Debió ser un animal gigante.
—Absolutamente, terminé utilizando una lanza para obtener el enorme pez una vez que se quebró la madera.
—¿Continúas buscando desafíos?
—En lo posible. La adrenalina que aparece cuando surge el tire y afloja revitaliza el espíritu. Es una buena sensación, mejora mi humor cuando un supuesto día ordinario trae tal sorpresa.
—Has pasado mucho tiempo en el mar durante las últimas semanas, ¿has hallado aquella agitación? —indagó queriendo entender lo que le gustaba.
—A decir verdad… De eso te quería hablar —aclaró la garganta regresando a la actitud tímida de la cena.
—¿Qué pasó?
Laenor inspiró y volteó a buscar una bolsa de terciopelo azul, cordones dorados cerrando el extremo que no estaba cocido.
—Últimamente mis viajes no son a razón de un reto marítimo, más bien a causa de un duelo personal.
—Lamento no entender a qué te refieres —cruzó los brazos e inclinó la cabeza, ocasionalmente viendo el objeto que sostenía.
—Nuestro matrimonio es un arreglo, pero en estos meses he desarrollado afecto por ti. Sé que no hemos pasado demasiado tiempo juntos y parece irrazonable, aún así… apreciaría que consideraras mis sentimientos y pudiéramos tener una mejor relación —explicó intentando ocultar el pánico que le daba expresarse en voz alta.
Anonadada dejó de pestañear y por unos segundos su mente se apagó, al reaccionar pareciendo que hubiera despertado de un sueño.
—Me tomas desprevenida —sacudió la cabeza aún intentando ubicarse en el presente.
—Entiendo que estas emociones pueden incomodarte y representar un problema...
—No es eso —interrumpió—. Desde el inicio evité imaginar un panorama como este por… um… lo que se dice de ti.
—¿Rumores? ¿Cuáles? —frunció el ceño.
Verdaderamente esperaba que él supiera y no tuviera que decirlo, pero la fortuna no estaba de su lado y lamentó introducir el tema.
—Antes que nada, lo que menos quiero es ofenderte o ser irrespetuosa —aclaró, el labio inferior temblando en evidentes nervios.
—Está bien, solo quiero saber.
—Oí en varias oportunidades que… tienes interés por… los hombres —murmuró dubitativa, inconscientemente dejando de cruzar los brazos y yendo a jugar con sus dedos—. Especialmente Joffrey.
El joven quedó estupefacto y entreabrió la boca mientras distintos colores lo pintaban, incluso debiendo voltear para recomponerse.
—No pensé que tales palabrerías llegarían a ti.
—Lo siento, aquella es la razón por la que he preferido mantener distancia. No deseaba entrometerme y ponerte en una posición incomoda, mientras pudiéramos sustentar las apariencias… todo estaría bien.
—Aprecio la consideración, solo es impactante tener que hablar de eso ahora —suspiró enfrentándola de vuelta, las mejillas aún estando sonrosadas.
—Estamos en completa privacidad, no hay mejor momento para aclarar nuestra situación —animó aferrándose rápido a la oportunidad de eliminar cada duda existente.
—Tienes razón —asintió esforzándose en relajar la postura, acto seguido inspirando profundo y cerrando los ojos—. Desde joven he tenido curiosidad por mi mismo género, y al crecer entendí que siento más atracción por los hombres que las mujeres.
—¿Entonces Joffrey es...?
—No —rechazó rotundo—. Poseemos preferencias similares y debido a eso surgieron rumores, pero es mi mejor amigo.
La femenina asintió aún sospechando, aunque por el momento decidió creerle al ser un buen muchacho que merecía confianza.
—Dijiste que desarrollaste afecto por mí, ¿qué significa? —indagó cruzando nuevamente los brazos.
Laenor entró en calor y tantas emociones en tan poco tiempo lo dejaron mareado, hasta el punto de casi pedir un descanso para sentarse.
—Me gustas, física y emocionalmente —contestó, ansioso sintiendo un nudo en el pecho—. Llegué al punto donde no podía pretender más y por eso planeé confesarme.
—¿Pensaste este momento? —elevó ambas cejas.
—Si, debido a eso Joffrey quería hablar conmigo —miró la bolsa aterciopelada—. Quería obsequiarte algo realizado, en su gran mayoría, por mí. Durante semanas fui al mar para conseguir los materiales y cumplir con las especificaciones del artesano.
—Tomaste muchas molestias —dijo apenada y, por alguna razón, ligeramente culpable.
—Fue un placer, además de mi idea —sonrió antes de ofrecer el paquete—. Se suponía que Joffrey buscaría el trabajo y lo dejaría en mi habitación, pero las sirvientas cerraron con llave y no pudo ingresar.
—¿Por eso apareció luego de la cena? —preguntó mientras agarraba la felpa y apreciaba que guardaba una firme caja en el interior.
—Exacto. Debía darme el regalo antes de que te trajera aquí y liberara mis sentimientos.
Sin comentar más quitó la suave bolsa y reveló una preciosa madera tallada. Analizó y tocó los relieves antes de levantar la tapa, inmediatamente abriendo bien los ojos.
—¡Un collar de perlas!
—Imagino que no será el primero que tienes, pero esperaba que poseyeras algo que al usarlo te recordara a mí.
—Debió ser difícil encontrar tantas ostras con nácar… Gracias, me encanta —acarició las blanquecinas esferas, pronto tomando la pieza y dejando el resto de lado.
—¿Te ayudo? —ofreció emocionado de que lo luciera.
Asintiendo, ella quitó el adorno que ya le decoraba el cuello y volteó dejando que él pusiera el regalo. La sonrisa que la pintaba permaneció mientras comprendía la extensión de sus acciones, como también la consideración de pescar su carne favorita y otros pequeños gestos que hasta entonces no pensó que tenían especial intención.
—Usaré el espejo —avisó yendo hacia un muro.
—No es porque participara en crearlo, pero se ve bien—comentó mientras se aproximaba y quedaba parado atrás.
—Puedes estar orgulloso, es precioso —halagó viéndolo por el reflejo, entonces apenas dejándose caer y chocando con su pecho.
Laenor tensó el cuerpo, aunque rápido utilizó una mano para sostenerla de la cintura y evitar que se alejara.
—No espero una respuesta inmediata a mi confesión, pero, ¿podrías considerar que seamos una pareja de verdad?
—Unicamente si logramos compartir tiempo de calidad, me gustaría conocerte a fondo.
—Absolutamente, es todo lo que quiero —respondió, sus cejas juntándose de tal manera que lo hacían ver como un cachorro desesperado.
Sonrió ante la sinceridad y giró el rostro, así besando la mejilla más cercana en una silenciosa promesa de un magnifico futuro juntos.
30 notes · View notes
reverieact · 2 months
Text
* MISIÓN 011: CIERRE DE ACTIVIDAD.
La convocatoria no te toma por sorpresa; llega justo después de que se han terminado los enfrentamientos de paintball de la parte física. Lo que sí te extraña es que hayan convocado a todos a la playa, dándoles coordenadas exactas de dónde encontrarse. Mientras te diriges al lugar, no resulta difícil encontrarlo; en el camino, te cruzas con otros estudiantes llenos de manchas de pintura. ¿Participaron en el examen o se divirtieron jugando paintball durante las rondas libres? Sus atuendos, salpicados de colores, son prueba irrefutable de las municiones que han recibido.
La profesora Seoyeon te recibe con una presencia tan contundente que no necesita micrófono para captar la atención de todos. —Bienvenidos una vez más —comienza con voz firme—. Está de más decir que su desempeño nos ha dejado bastante satisfechos. Aunque hemos encontrado áreas de mejora, creemos que podemos pulir una habilidad innata tanto para estudiar como para aprender a manejar las armas de manera más eficiente.
Seoyeon cruza los brazos y se gira hacia el resto de los profesores, que lentamente comienzan a unirse frente a los estudiantes. Su mandíbula se tensa al hacer contacto visual con Samuel, y con un gesto de la cabeza le indica que debe hablar. Samuel, con una sonrisa ladina, da un paso al frente.
—Debo admitir que la misión estuvo complicada; los puntos estaban muy igualados y nos mantuvieron al borde del asiento —explica, mientras aplaude con entusiasmo—. Primero, quiero felicitar al equipo de las chicas por haber conseguido una puntuación casi perfecta en la parte teórica y por haber obtenido la mayor puntuación en la primera mitad del examen. En cuanto a los chicos, bueno, a algunos no les vendría mal prestar un poco más de atención a lo que hacen.
Buscas con la mirada a quienes podrían haber fallado, pero el semblante del profesor se mantiene sereno. La tranquilidad en su rostro es evidente.
—Sin embargo, los chicos lograron hacerse con la victoria general de la misión en los juegos de paintball, obteniendo también una puntuación casi perfecta. ¡Hostia, no sabéis lo reñido que estuvo! La diferencia fue de solo unos puntos, así que todos debéis sentiros orgullosos de lo que habéis logrado en esta misión —su tono ha cambiado y parece que, por primera vez desde que estás en la academia, lo ves sonreír genuinamente.
Crystal toma el relevo de la conversación y añade: —Regresaremos a Berna mañana. Saldremos a las siete de la mañana, así que esperamos que tengan todo listo. Quien llegue tarde recibirá puntos reducidos por mala conducta.
—Les dejaremos el resto de la tarde libre, así que aprovechen lo que queda del día. Si necesitan crema para los moretones del paintball, la profesora Seoyeon y yo estaremos en el lobby pasando los resultados a la computadora. Pueden buscarnos allá —finaliza Crystal, y mientras se alejan, no puedes evitar sentir que la tarde ha dejado una impresión tan duradera como las manchas de pintura en sus atuendos.
Te das vuelta antes de irte, ves a los profesores reunidos pero hay un vacío que te llama la atención, ¿dónde está el profesor Piers?
OOC.
¡Felicidades a todos los detectives por participar de forma éxitosa en otra misión que exigió tanto estrategia como física por parte de nuestros estudiantes! Estamos bastantes contentas con la participación. Pueden revisar sus puntajes en el siguiente enlace, junto a su posición en la tabla, estamos contentas de que hayan más graduades esta vez.
La forma puntuar esta vez fue divida en dos partes: tomamos el promedio del total de las pruebas teóricas, el promedio del total de la misión física y los promediamos para dar un final ganador quién, en este caso, fue el equipo de los chicos. ¡felicidades! no tendrán que bañarse con agua helada. pueden revisar aquí los puntajes desglosados de la misión.
En cuanto a los personajes que esta semana abandonaron la academia, a nivel narrativo los mismos se han retirado por decisión propia. En el caso de que algune quiera volver a futuro podrá conversarlo con nosotres para explicarles la manera en que la academia permitiría su ingreso de vuelta.
Desde este momento, quienes tuvieron una intervención, podrán comenzar a conversarla con quienes gusten a través de los chats o en el dash.
Si tienen dudas sobre el avance de la trama y los puntos que deben tener en cuenta, pueden revisar la sección de cronología para saber más. Allí encontrarán un resumen de las actividades pasadas y una revisión de las pistas que se han ido dejando en cada intervención y cierre de actividad.
¡Muchas gracias por acompañarnos en una actividad más! Si tienen dudas, no duden en acercarse al main.
12 notes · View notes
ksimerito · 2 months
Text
Y Sin embargo yo te apoye cuando nadie más estaba ahí, cuando todos te abandonaron, me quede ahora yo soy quien se queda sola con el alma echa pedazos por qué para ti yo nunca fui prioridad
9 notes · View notes
yurnu · 4 months
Note
en la tercera esposa au además de la muerte de ariel. También murieron exterminadoras. Adam no solo perdió a su esposa si no a muchas de sus hijas como toma que vaggie estuvo involucrada en todo esto. Que siente vaggie con la muerte de sus hermanas. No se como se relacionaban en la serie pero al menos deveria tenerles algo de cariño.
||💝 ADAM'S THIRD WIFE AU 💝||
Está EXTREMADAMENTE decepcionado. No puede creer que una de sus hijas le dió la espalda a los suyos para defender a un montón de pecadores (En este AU a Vaggie le sacaron el unos de los pecadores, al igual que las alas. Los demás pensaron que estaba muerta cuando no lograron encontrar su cuerpo, ya que Charlie se lo llevó. Así que todo es un malentendido ya que Vaggie piensa que la abandonaron)
Se dice que el amor te hace cometer locuras, ella piensa que lo que hizo fue lo correcto por su novia. Pero cuando vio la mirada decepcionada de su padre cuando llegó el próximo exterminio, supo que lo que hizo estaba mal, muy mal.
(Ariel está mirando desde una esquina del hotel, con su nuevo cuerpo de pecador, como su amado hombre se ve sexy con la sangre de los pecadores: MI HOMBRE WE, MI HOMBRE!)
14 notes · View notes
conobarco · 3 days
Text
amo (en realidad no) cuando haces un post sobre algo que vos no haces y alguno te tira en un tag algo tipo "yo si hago esto xq cuando era chiquito mis papás me abandonaron en un basurero y me adopto una familia de perros callejeros" like bro, i didn't fucking ask, era un post sobre mi
6 notes · View notes
actnod · 7 months
Text
𝐂𝐈𝐄𝐑𝐑𝐄 𝐃𝐄 𝐀𝐂𝐓𝐈𝐕𝐈𝐃𝐀𝐃 ;
El torbellino de ideas que la atormenta a diario jamás han sido barrera para aquella intención aguda que guía los pasos de la líder Malkavian. Su vestimenta pulcra y elegante no condice con el lugar sombrío en el que se fuerza a encontrar asiento sobre un mueble de antaño, firme como nunca con sus muñecas cruzadas sobre sus rodillas. Pasar de los años ha sido poco benevolente, pero aún así, encuentra cierto disfrute en aquella espera que nunca sabrá cuando dictará su final. 
Cuando escucha el eco de tacones en la lejanía, simplemente lo sabe. Quizás ha ignorado las señales hace tiempo, pero por primera vez en décadas, todo en sí parece abrazarse a las pequeñas partes de su historia. El fracaso siempre fue inminente, más nunca lo esperó de aquella manera.
— Entendí que la estima sólo lleva a la decepción. Tal vez subestimé su ingenio, Anastasia.
Una risa corta y seca proviene de la Lasombra, quien sólo baja la mirada para observar aquellos diamantes que reposan sobre un pedazo de terciopelo.  
— ¿No le resulta vergonzoso? Ocultar todos los crímenes que ha cometido de una forma tan amateur. 
— Me parecería peor fingir ser algo que no soy.
Simples palabras bastan para despertar la rabia en la mujer de Osaka. Mano ocupada se cierra en un puño, apretando con fuerza lo que sujeta hasta que cae en cuenta de su reacción. No tarda en recomponerse, pero la transformación sobre sus facciones es demasiado obvia.
— Es tarde para amenazarme con algo tan poco creíble. Hasta los chiquillos saben que es posible aprender otras disciplinas.  
Aiko la observa con tanta intriga como satisfacción, tomando la pulsera de oro que carga en mano izquierda, recubierta por diversos diamantes que ha encontrado en el pasar de las décadas. Un regalo de su mentor, Hinata.
Ahí donde todas las adversidades apostaban contra ella, él había encaminado su futuro. Pero de nada sirve lamentarse si poco ha logrado con el poder que se le ha transferido.
— No creeré que me llame aquí sólo para amenazarme con eso. ¿Acaso va a arrastrarse hasta el suelo y rogar por la misericordia de los chiquillos como Naoki o Wilhelmina? Todos saben que a los de su calaña no se interesan más que por su propio poder.
Se sabe inocente de los casos de diablerie. Pero al mismo tiempo, tiene todas para perder frente a quienes han terminado por derribar todo en su tablero paso a paso. 
— Sin nadie a la cabeza, alguien debe perderla por todas esas tradiciones que han roto los últimos meses. Es lo que alguien de su estirpe honraría por sobre todas las cosas.
— ¿Puedes distinguir la verdad de la mentira, Anastasia? ¿O ya estás tan perdida en las sombras que no puedes ver la luz?
Todo para Anastasia es conveniencia. En especial cuando el destello de algún recuerdo que cruza sobre la mente de la salvaje logra resplandecer en sus iris. No hay perdón frente a quienes la abandonaron. 
Sus brazos reposan detrás de su espalda, y sólo para evitar seguir observándola es que gira a su alrededor. 
— Terminará humillada. Escape o muera. 
— Nunca prestaste atención a lo vital que es la lealtad. 
— Y tú la aprendiste del menos indicado. 
Cuando la Lasombra abandona también sus formalidades, debe obligarse a tomar un segundo antes de continuar. 
— Nunca estaremos de acuerdo en eso. Pero terminarás aprendiendo que es cuestión de supervivencia. Tus ideales te llevarán a la ruina, Anastasia. Pero si eso es lo que eliges, no seré yo quien te detenga.
— Tokyo ya está bajo la sombra del Sabbat y la Camarilla es una reliquia del pasado que se desmorona ante nuestros ojos. La unidad no bastará para proteger tu territorio cuando el Sabbat avanza implacablemente. 
— Prefiero caer luchando por lo que es justo que ceder ante el caos del Sabbat.
—  La noche será testigo del cambio.
Sus miradas vuelven a cruzarse por última vez, en lo que la Malkavian se pone de pie frente a la contraria. 
—  Eres tan ignorante. 
Su sonrisa irónica es fría, y punza cada parte de quien recibe el insulto, mas se traga el rencor hasta que la ve cruzar el umbral de la puerta una última vez. Sellar el lecho de muerte luego de todo lo que luchó no es fácil. Pero cuando partes turbias de la mente manejan la realidad de otra forma, es sencillo irse con la frente en alto. 
𝐀𝐂𝐋𝐀𝐑𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒 𝐎𝐎𝐂. 
⦾ Los sucesos narrados son de conocimiento OOC. 
⦾ El tiempo límite para cerrar toda interacción correspondiente a la actividad actual será hasta la publicación de la siguiente, a las 14 HRS GMT-6.
⦾ Cualquier consulta, les recordamos que estamos a su disposición y a tan solo un mensaje de distancia. ¡Nos seguimos leyendo!
10 notes · View notes
el-dio · 7 months
Text
V&V "Súcubo AU"
Un Au de Trolls para pasar el rato y todo por una frase que dice Floyd _son como súcubos.
Floyd llevaba 20 años separado de sus hermanos y hubiera seguido por más tiempo pero una noche despertó con el corazón desbocado, la falta de vitalidad era notoria, un miedo inexplicable recorría cada fibra de su ser.
Cada noche durante un mes sufrió en silencio, ya no aguanto al notar la perdida de color en sus pies, varios mechones blanquecinos decoraban su abundante melena, talvez fue su paranoia lo que impulso a tomar decisiones drásticas tales como reunir a sus hermanos nuevamente y llevarlos a disculparse con aquel Troll quien abandonaron en un acto cobarde, presentía que su tiempo era ajustado y se agotaba cada vez más rápido, paso calvarios pero logro su cometido.
Les hizo jurar no contarle al menor sobre tan complejo asunto, solo los mayores sabrían que estaba muriendo, la primera noche en el búnker de su hermanito fue extrañamente tranquila, también la segunda, la tercera no cambió, concluyó que su estado se debía a la culpa tras el abandono, ojalá hubiera sido eso.
La cuarta noche todo volvió a repetirse, pero algo nuevo paso, pudo soñar después de mucho tiempo, aunque no sabía realmente que sentir, en el mundo onírico dos hermosas e imponentes figuras jugaron con el de un modo apasionante, lograron hacerlo tocar el cielo para después besar el infierno mismo, de ojos zafiros y verdosos cabellos aquellos hermanos lo volvieron aún más loco.
Ya ni ponerse en pie podía, todo el día en cama bajo la excusa de tener resfriado, fue nuevamente visitado tras caer vencido, disfrutaba del tacto cariñoso que el chico con peinado alto le daba, sedia fácilmente ante la dominante mujer de coleta larga, todo se torcía al despertar y confirmar su creciente deterioro acompañado de la perdida de aún más color.
Pasado la semana no pudo seguir ocultando la verdad, confesó estar muriendo a su pequeño hermano, las lágrimas estallaron hasta agotarse, deseaban encontrar respuestas o una cura pero todo fue en vano, incluso se arriesgaron con la armonía perfecta, fallaron claramente.
Miraba las estrellas antes de sumergirse en su cansada mentecilla, tenía el presentimiento que está sería su despedida, pero no, ambos hermanos discutían mientras el flotaba gracias a una oja, se encontraban en un lago.
_lo digo enserio hermana, basta, ¡dejemos al pobre en paz!.
_eres un exagerado Ven, yo lo veo perfectamente bien, demonios solo terminemos el trabajo.
_¡lo estamos matando!, sabías que no debíamos meternos con especies pequeñas, porfavor Vel.
Aclaro antes de hablar, realmente no quería ser entrometido pero era su vida la que estaba en juego
_Disculpen pero ¿Será posible me dejen ir?, no quiero morir todavía, apenas logré reunir a mi familia.
_calla enano, solo aguanta hasta que haga entrar en razón a este bello cretino.
_incluso el lo sabe, solo busquemos a alguien más, ¿Que tal la gigante morada, se llama Orchid, verdad?.
_ella no está mal pero la esencia de este troll es mejor, solo un poco más y podremos ascender, no lo arruines por tu sentimentalismo
Siguieron así un buen rato, a Floyd no le quedó de otra que esperar, se estaba aburriendo así que empezó a tararear cualquier cosa, en ese momento se le iluminó el foco
_¡Son súcubos!.
_si, eso somos genio, no estamos contigo por que estés bueno.
_aunque eres bueno realmente, pero ese no es el punto, Vel, juro que si sigues con esto... ¡Me largo y no me vuelves a ver en tu vida!
_bien por mi, ¡así me dejas de estorbar de una buena vez!
_¡SIEMPRE ERES CRUEL!
_¡Y TU UN LLORON BUENO PARA NADA!
_¡TE DETESTO!
_¡SOLO ERES UNA CARGA! ¡NI SE PARA QUE NACIST-
_¡BASTA LOS DOS!, basta, se están lastimando.
El pelo verde había comenzó a llorar mientras hipaba, intentando torpemente parar las saladas gotas con sus temblorosas manos, al troll se le apretó el corazón, mientras la peli verde miraba en silencio.
_yo se que no lo dices en serio, puedo notar como te preocupas por el, cuando se ponía nervioso te tomabas el tiempo para ayudarlo, siempre estás muy pendiente.
_¿En verdad preferias que yo no naciera?
_no, maldición no, eres lo poco bueno que me ha pasado, solo quiero que los dos alcancemos la sima.
_Velvet, estoy feliz mientras estemos juntos y bien, tu también eres lo mejor que me ha pasado.
_no puedo obligarte, se cancela la cesión troll ¡ni una palabra de esto a nadie!
Luego de aquello ambos se marcharon volando hacia la luna, Floyd despertó con más energía que nunca, después de eso pasaron los días y recupero toda salud perdida, hasta su color excepto por el cabello.
Solo espera que ambos hermanos estén bien, en secreto le gustaría volver a verlos.
Listo, hasta aquí llegó está mini historia, no pos ni yo sé cómo me atrevo a escribir esta cosa :)
Tumblr media
7 notes · View notes
loquenodije-blogesc · 3 months
Text
Gabriel Rolón
"ABANDONO"
"A todos nos abandonaron un día.
Y cuando digo abandonar, no me refiero sólo a un acto extraordinario.
Traumático.
No.
Es más simple.
Pero duele igual.
A todos nos abandonaron en el medio de un quilombo.
En el inicio de un proyecto.
En el placer del logro cumplido.
En el momento menos pensado.
En el momento más esperado.
A veces pasa, que te das vuelta y no tenés quien te junte los mocos, quien te dé la palmada en la espalda, quien te guiñe el ojo cuando algo te salió bien y quien te limpie las rodillas cuando te fuiste al pasto.
Todos sabemos de la soledad que se siente cuando nos sentimos solos.
Porque todos fuimos abandonados un día.
Y entonces, encontramos un secreto tristísimo, un acto paliativo, para tapar ese pozo.
Vemos gente que se come la angustia tragándose un paquete de cigarrillos,
el otro que corre y corre como un loco a ver si el viento en la cara le vuela ese agujero en el pecho.
Personas que se comen las uñas junto con los nervios y la ansiedad paralizante.
Paquetes de galletitas que van a parar a la boca sin noción de que lo que se intenta matar, no es el hambre.
O por lo menos , no ese.
Pibes que se perforan la nariz y las venas, con alguna que otra cosa que lo pase a otra realidad por un par de horas.
El otro se pone a jugar lo que no tiene.
Vos comprarás compulsivamente cosas que no necesitás, para sentirte un poco vivo por un instante.
Y yo me quedaré mirando una película, que me habilita disimuladamente a llorar mirando afuera, lo que no tengo ganas de mirar adentro.
Es que somos tan jodidos con nosotros mismos que cuando peor estamos, es cuando más nos castigamos.
Porque todo eso que te comés, te come a vos.
Te pone peor.
Te suma al abandono, la culpa de hacer algo que sabés que no es genuino.
Que no es lo que querés.
No comés así por hambre.
No corrés por deporte, cuando te estás rajando de vos.
No te intoxicás por placer.
No te acostás con esa mina por amor.
Tapás.
Escondés.
Tirás abajo de la alfombra.
Cerrás los ojos.
Te ponés un bozal y un par de auriculares para no escuchar tu corazón.
Date cuenta.
Te estás comiendo a vos.
Y quizá, el secreto esté en frenar.
En sentir.
En recordar, que en ese abandono lo que te falta, es lo que tenés que buscar.
Amor.
Quizá sea hora de pedir ese abrazo.
De acostarte en las rodillas de tu mamá.
De poner la pava y llamar diciendo, sí, te juro que te necesito.
Es ahora.
Después no.
Ahora.
Andá a esa casa.
Hablá con quién te escucha.
Llorá.
Gritá.
Decí.
Vomitá.
Pedí.
Da.
Ahora.
Hacer malabares, en medio del despelote, no tiene más que un resultado despelotado. Resultado que no va a curar la herida que te sangra, porque le estás metiendo una curita.
Y las curitas no curan.
Las curitas tapan.
Y vos sabés muy bien que el dolor tapado no es dolor sanado.
Pará un poquito.
Mirá en el espejo de tu alma.
Frená.
Mirá lo que te falta y salí a buscarlo en dónde creas que lo puedas encontrar. De verdad.
No revolotees como mosca en platos vacíos.
Pedí lo que necesitás si ves que solo no podés.
Porque no hay peor abandono que el que se hace a uno mismo.
Con eso no se juega.
No tenés derecho.
4 notes · View notes
deepinsideyourbeing · 6 months
Text
(Hit me like a) Ray of Sun - Esteban Kukuriczka
Tumblr media Tumblr media
+18! fluff & smut. Dom!Esteban, begging, creampie, dacrifilia, (alusión a) overstimulation, sexo sin protección, edades no especificadas. Uso de español rioplatense.
Conociste a Esteban un día de lluvia.
La tormenta te sorprendió en medio de un paseo y el refugio más cercano que encontraste fue un café. Te acomodaste sobre la barra cercana a la ventana y decidiste perderte por completo en las páginas de tu libro favorito mientras disfrutabas de un tazón de café y algunos dulces, muy de vez en cuando observando el paisaje que se desplegaba al otro lado del cristal.
El ruido de la puerta principal te distrajo por unos segundos, pero más lo hizo el silencio repentino seguido de murmullos por parte de varias personas en las otras mesas. Cuando levantaste la vista identificaste el motivo: el recién llegado estaba empapado de pies a cabeza y su cabello goteaba sobre los hombros del impermeable aparentemente inservible que llevaba puesto.
Le restaste importancia y regresaste tu atención al libro entre tus manos, decidida a terminar el capítulo. Un par de párrafos más tarde una voz desconocida habló a tus espaldas y al voltear te encontraste con un rostro salpicado con pecas y gotas de lluvia, los mechones rubios le caían sobre los ojos y sonreía de manera tímida.
-¿Te molesta si me siento...?
-No, por favor- le devolviste la sonrisa y te disponías a continuar con tu lectura, pero su presencia te resultaba magnética e intrigante, toda una distracción: miraste de reojo cómo vaciaba despreocupadamente el contenido de sus bolsillos sobre la barra.
-Cómo llueve, ¿no? Me parece que no vamos a poder salir de acá.
Normalmente las interacciones triviales con desconocidos no eran de tu agrado, pero su comentario te hizo reír con facilidad y la suavidad en su voz resultaba más que agradable. Cerraste tu libro y la forma en que su mirada te recorrió te hizo temblar: un gesto fugaz, casi imperceptible, pero suficiente para convencerte de que había en él algo más, algo muchísimo más profundo de lo que su exterior dejaba ver.
-A mí me parece que no te conviene volver a salir…
Soltó una risa encantadora.
-Salí de casa así no más, tuve que comprar esto en el camino pero… bueno, mucho no me sirvió- explicó, señalando el impermeable con cierta resignación-. ¿Y vos? ¿Por qué saliste con esta tormenta?
-Salí a dar un paseo, no sabía que iba a llover.
-Entonces estamos en la misma- dio un sorbo a su café y arrugó la nariz. Notaste cómo sus ojos se desviaron hacia tu libro cuando se estiró para tomar el azúcar, pero si reconoció el título o al autor no lo demostró-. ¿Está interesante la lectura?
Sin siquiera pensarlo, contestaste:
-Estaba.
El rubor en sus mejillas no tardó en hacerse ver una vez que comprendió el significado de tu respuesta. Te dirigió una sonrisa tímida antes de voltear, concentrándose en endulzar su bebida y mordiéndose el labio para ocultar cuán afectado se sentía por tu sutil confesión, suponiendo por la expresión de mortificación en tu rostro que había sido completamente involuntaria. Reacio a permitir que te arrepintieras o te disculparas, extendió su mano en tu dirección.
-Esteban- se presentó-. Pero me dicen Kuku.
-¿Kuku?- preguntaste intrigada. Ofreció una breve explicación y te observó con atención mientras repetías su apellido un par de veces, como si saborearas las sílabas entre tus labios.
-Así, perfecto…
El resto de la tarde transcurrió de manera lenta, ambos acompañados por el repiqueteo de la lluvia en la ventana y sus respectivas bebidas calientes, y la conversación que mantuvieron estuvo centrada en todo y nada a la vez. Esteban dejó de ser un enigma rápidamente porque descubriste que era la persona más dulce y tierna que pudiste haber conocido. Al hablar sus manos se movían por cuenta propia, acentuaba sus palabras inclinando la cabeza o encogiendo los hombros, y sus ojos reflejaban la abstracción en sus pensamientos antes de dar una respuesta.
Abandonaron el lugar un tanto avergonzados luego de que un empleado se acercara para advertirles que estaban por cerrar. Ambos permanecieron de pie en la acera, alguna que otra gota aún cayendo y el silencio evidenciando la comodidad y familiaridad que habían logrado en tan sólo unas pocas horas, pero también obligándolos a tomar una decisión respecto a la situación.
-¿Te puedo pedir tu número?- preguntó de manera atropellada.
Suspiraste. Internamente gritabas de la emoción.
-Obvio. 
Las primeras citas, también en días lluviosos, tuvieron lugar en el mismo café. Pronto se volvió habitual que te esperara en la entrada: te recibía con un beso en la mejilla y acariciaba tu brazo de manera sutil, abría la puerta para permitirte entrar primero -su mano siempre dirigiéndose hacia tu cintura pero sin tocarte- y movía tu silla para que tomaras asiento cómodamente. Preguntaba qué querías incluso luego de saber que tu pedido era siempre el mismo, ordenaba por ambos y cuando llegaba la hora de pagar se rehusaba de la manera más educada a aceptar tu dinero.
Con el pasar de las semanas comprendiste que Esteban tenía intenciones enteramente puras. Su ser desbordaba sensibilidad y dulzura, se mostraba comprensivo y más que respetuoso, no era de extrañar que su comportamiento fuera siempre el correcto. Intentaste encontrarle defectos, tan acostumbrada a decepcionarte de las personas, pero lo único que se te ocurrió fue lo exigente que era consigo mismo, algo que sabías él era capaz de gestionar.
La primera vez que te invitó a verlo actuar le llevaste un ramo de flores y una tarjeta. Cuando la obra terminó te encontró entre el público y se sorprendió al ver los obsequios, confesando en ese momento –mientras acercaba su rostro al ramo, perdiéndose por un segundo en el aroma de los jazmines y las rosas blancas- que jamás había recibido flores luego de una presentación.
-Un crimen- comentaste, haciéndolo reír-. ¿Te parece si te invito a cenar?
Esa misma noche, paseando por las calles de San Telmo, Esteban te besó por primera vez. En sus labios cálidos y suaves podías percibir el sabor del vino que compartieron durante la cena, pero también un deje del chocolate amargo que incluía el postre. Rompió el beso cuando ambos estaban por quedarse sin aire y su mano permaneció en tu mejilla, su dedo meñique rozando tu cuello y percibiendo tu pulso.     
Podías jurar que sus ojos seguían reflejando la llama de la vela sobre la mesa y sus pecas aún parecían estar iluminadas por la misma. Los destellos rubios de su cabello brillaban bajo la luna… o debido a la luz del farol a sus espaldas, la cual le confería un aura casi angelical.
Y es que Esteban es un ángel, aunque en este preciso momento parezca todo lo contrario.
Su brazo se cierra sobre tu cuello para inmovilizarte contra su pecho mientras su mano ocupa su habitual lugar entre tus piernas, sus dedos recorriendo tus pliegues húmedos y rozando la piel que rodea tu entrada, sensible como resultado del incesante asalto por parte de su miembro.
Te aferrás a su brazo para no repetir el error de apartar su mano pero es inútil, la combinación con el movimiento repetitivo de sus caderas te supera. Intentás cerrar tus piernas para limitar sus movimientos, el interior de tus muslos aún ardiendo por el prolongado contacto previo con su incipiente barba, y ante esto no duda en pellizcar tu clítoris con fuerza.
Observa tu perfil con atención: el rastro húmedo que las lágrimas dejaron en tu piel, tus labios enrojecidos por la fuerza que empleás al morderlos y tus pestañas brillantes batiéndose cuando cerrás los ojos. Gritás, suplicás y llorás sin coherencia alguna, pero poco le importa lo que salga de tu boca si no es una palabra de seguridad o su nombre.
-No…- tu voz tiembla al igual o más que tu cuerpo-. No puedo.
-Sí, podés- dice entre dientes.
Sollozás al oír sus palabras. Eso dijo la última vez. Y la anterior. Y...
El cambio brusco en su tempo te hace gemir con fuerza, tu cuerpo se relaja sobre el suyo y sus labios sonríen contra tu piel cuando observa tu expresión de frustración dar paso a una reacción de reposo. Tu respiración vuelve a la normalidad pero sabe que si sus dedos rozaran tu cuello aún sentiría tu pulso descontrolado.
La tensión en tus músculos desaparece casi por completo y el alivio ante sus movimientos lentos, casi imperceptibles, es instantáneo... pero efímero. Otro grito amenaza con dejarte sin voz cuando retoma el ritmo previo y la fuerza de sus acciones envolviéndote provoca que tus pechos se muevan de manera casi dolorosa, una pequeña adición al resto de estímulos que amenazan con quebrarte.
El correr de tus lágrimas es insignificante en comparación con tus fluidos cayendo y manchando su miembro, su pelvis e incluso las sábanas que colocaste por la mañana y que ahora sufren una tortura bajo tus dedos acalambrados. Bajás la mirada sólo para apreciar cómo Esteban se introduce una y otra vez en tu interior: el tamaño de su miembro, la sensación de ardor que este provoca en tu entrada estrecha y la profundidad que alcanza en tu interior suficientes para hacerte delirar.
-Por favor…
Tu voz es apenas un murmullo, casi perdiéndose entre los sonidos dentro de la habitación y la lluvia que azota el exterior. Tus dedos liberan las sábanas para dirigirse hacia su cabello, los mechones dorados acariciando tus palmas sensibles como si se tratara de seda.
-¿Cómo? ¿No era que no podías?- se burla.
Intentás protestar pero la brutalidad de sus embestidas y tu garganta irritada no lo permiten. Una serie de sonidos penosos surge de tu boca mientras él continúa abusando de tus partes más sensibles.
-Por favor- repetís-. Por favor, necesito…
Se detiene con un sonido de falso hartazgo.
-Hacelo vos entonces.
Llorar no es una opción –después de todo, ya lo estás haciendo- y tampoco lo es suplicarle, por lo que te tomás unos segundos para respirar profundamente e intentar recuperar un poco la cordura. Dirigís el peso de tu cuerpo hacia tu centro, tus músculos agotados y la nebulosa de tu mente dificultando tus movimientos, y comenzás a mover tu cadera hacia delante y hacia atrás.
Esteban inhala profundamente y sabés que estás haciendo algo bien, pero el adictivo roce con su pelvis y la abrumadora sensación de su miembro llenando por completo tu cavidad apenas te permite pensar en ello. Tus gémidos y sollozos llegan a tus oídos acompañados por los sonidos obscenos de tu humedad y la voz de tu novio repitiendo una y otra vez:
-Así, perfecto, sí…
Estás a punto de dirigir tu mano hacia tu clítoris, incapaz de recordar si tenías permitido hacerlo, pero la contracción de tus paredes cálidas son una señal que Esteban reconoce inmediatamente. Comienza a masturbarte con un ritmo brutal, una mezcla de pena y satisfacción recorriéndolo cuando siente que perdés el ritmo por un breve instante y ve las lágrimas cayendo en cascada por tus mejillas.
-Por favor- lloriqueás-. ¿Puedo…? Por favor.
El sonido de afirmación es suficiente para que aprietes los párpados con fuerza, preparándote. Tus piernas temblando y la contracción de los dedos de tus pies te hacen ignorar el hecho de que tus labios entreabiertos hacen poco y nada para contener tus gemidos desesperados. El calor en tu rostro y tu cuerpo se vuelve ínfimo cuando tu (¿quinto, sexto?) orgasmo te golpea, el placer que este produce cegándote e impidiendo que notes el líquido incoloro que brota de tu interior y baña no sólo tus piernas.
Esteban no permite que te recuperes, en un segundo su brazo se cierra sobre tu cintura con la fuerza suficiente como para fundir tu cuerpo con  el suyo. Sus pies firmes sobre el colchón le permiten penetrarte con profundidad y precisión, el roce de su miembro ardiente sobre tu punto dulce prolongando tu orgasmo hasta reducirte a un mar de lágrimas y palabras sin sentido.
La humedad producida por tu excitación y tus orgasmos es apenas útil cuando tu interior usualmente apretado se contrae aún más. Maldice contra tu piel, pero no es suficiente y decide morder el espacio entre tu cuello y tu hombro… Es la forma en que te retorcés entre sus brazos, vulnerable y completamente a su merced, lo que lo empuja hacia su propio orgasmo.
Sentís el palpitar de su miembro y su liberación caliente manchando tu interior como recompensa. Suspirás, agotada en todos los sentidos, pero una sonrisa tira de tus labios.
-¿Por qué sonreís?- pregunta curioso, en su voz un tinte de diversión. Sus labios acarician la marca que sus dientes dejaron en tu piel-. ¿Pensaste que ya habíamos terminado…?
Notas de Lu:
El fluff del inicio es lo que era la introducción original de este one-shot, así que esto puede leerse como un preludio o no. Sé que se suponia que publicara otras cosas (mis más sinceras disculpas), pero hace días estoy con tremenda Kuku fever -nivel: me puse a escribir en clase y durante un ensayo, re desquiciada- y necesitaba escribir sobre él urgentemente porque así funciona mi cerebro :):
Espero que lo hayan disfrutado tanto como yo disfruté al escribir ♡
taglist:
@madame-fear @creative-heart @recaltiente @llorented @chiquititamia
120 notes · View notes
Text
YO QUIERO SER COMO TU:
Tumblr media
Perdóname
Sé que a veces digo y hago cosas que no quiero hacer
Y es que aveces en mi ignorancia yo quiero resolver
El problema que lleguo a mi vida, pero a mi entender...
Perdóname
Es que aveces hago al problema más grande que usted
Que con tu amor y a tu tiempo lo vas a resolver...
Y sé, que tú pasaste por cosas peor que yo...
Pues aunque me han empujado con violencia
Yo tengo a mi consolador...
Jesús, de ti yo quiero aprender hoy...
Yo quiero ser como tú
Que cuando Judas te entregó con un beso, tú no dijiste más
Que cuando Pedro te negó tres veces, lo volviste a perdonar...
Enséñame a perdonar, Yo quiero ser como tú.
Yo quiero ser como tú
Que aunque muchos te abandonaron camino al Gólgota
Tú no soltaste tu cruz, tú no diste marcha atrás...
Ibas tan lleno de heridas, pero tan lleno de amor...
Señor.
Tumblr media Tumblr media
Perdóname
Es que aveces yo hago al problema más grande que a usted
Es que aveces en mi ignorancia yo quiero resolver
El problema que llegó a mi vida, pero a mi entender
Perdóname
Cuando me empujan y de mí hablan
Me quiero defender...
Y tú me dices:..
"Guarda silencio y verás lo que voy hacer
Mía es la venganza, el pago yo daré
Y sé, que tú pasaste por cosas peor que yo...
Pues aunque me han empujado con violencia
Yo tengo a mi consolador...
Tumblr media
Jesús, de ti yo quiero aprender hoy...
Yo quiero ser como tú...
Que cuando Judas te entregó con un beso
Tú no dijiste más...
Que cuando Pedro te negó tres veces
Lo volviste a perdonar
Enséñame a perdonar
Yo quiero ser como tú...
Yo quiero ser como tú...
Que aunque muchos te abandonaron
Camino al Gólgota
Tú no soltaste tu cruz
Tú no diste marcha atrás...
Ibas tan lleno de heridas, pero tan lleno de amor...
Señor, tú ibas tan lleno de heridas, pero tan lleno de amor...
Señor, Yo quiero ser como tú... Amén...Santooo...Gloria a Dios... Aleluyaaa...Alaba...DTBM.!! 🙌🦋🌼🍃
5 notes · View notes
leregirenga · 8 months
Text
Tumblr media
Abracemos con cariño, respeto y amabilidad a lo que somos ahorita, necesitamos de nosotros mismos para sanar, estar en calma y con el alma en paz.
Si son difíciles estos momentos, abrazate. Si la tormenta nos empapa y amenaza con desestabilizar nuestra mente, abrazate. Si te atacan, juzgan y amenazan, abrazate y aléjate de lo que te hace daño. Si los días son de llanto, tristeza y dolor; abrazate. Si tu corazón lo destrozaron, quebraron o mancillaron, abrazate. Si no encuentras la armonía, si los sueños te abandonaron y la sonrisa se ha esfumado; abrazate. Abrazate siempre porque es necesario, porque tú amor propio siempre cura, porque mereces estar bien.
Leregi Renga
13 notes · View notes
drivertrain39 · 6 months
Text
El tema de la comunicación es uno de los que más repelús me da, sobre todo cuando la otra parte elige ignorar deliberadamente un tema importante, o interpretar lo que le plazca, aún cuando tú sí hiciste el esfuerzo de comunicarte y darte a entender. Dar una respuesta explícita, un no, esas cosas no suele estar en el repertorio de expresiones.
Siempre es un tema de conversación. Han pasado tantos años y no dejo de escuchar las mismas interrogantes, a conocidos preocupados porque un amigo no puede expresarse al respecto de un tema, o directamente no pueden confrontar a alguien. Nunca falta esa persona que entra en ansiedad porque la otra parte no le responde.
La solución más sencilla es soltar y eliminar ese contacto cuando se han rozado los extremos. Yo sé que vas a sentir un resquemor desagradable por dentro, pero sopesa, cuán realmente importante era, qué tanto te aportaba, y porqué sientes tanto. En el proceso probablemente te des cuenta que mientras invertías esfuerzos en un pozo sin fondo, ya tenías amistades que nunca te abandonaron, revisa tus contactos y echa un vistazo, cae en cuenta de cuántas personas te buscaban mientras andabas perdido por allí.
Es mágico encontrar personas con las que puedes hablar abiertamente, con quien puedes comunicarte, darte a entender, explicarte, con la confianza de que recibirás lo mismo.
Y cada vez que te sientas solo o perdido, tira un mensaje al aire, probablemente haya alguien ansioso al otro lado del mundo soñando con hablar contigo.
5 notes · View notes