all-abouthey

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La empatía nunca había sido un fuerte del francés, siempre le había costado ponerse en los zapatos de otros, así que por esa razón no se había llegado a plantear que otras personas consideraran hogar aquella ciudad que para él había sido un infierno en la tierra, (pese a que también le habían traído cosas buenas), pero siempre  había odiado Detroit por la razón por la que había terminado ahí, así como también por la cantidad de criaturas que había en esta, el jamás podría llamar hogar a Detroit, de ahí la ligera sorpresa ante lo comentado por la Banshee, sin duda otra de las mil diferencias que había entre los dos. —Yo nunca podría llamar hogar a esta ciudad, no estaba aquí por mi propia voluntad- y tampoco había vuelto a esta por decisión propia, si hubiera estado en sus manos hubiera continuado en la capital francesa, pero no siempre se obtenía lo que se quería… —Pero entiendo si para ti Detroit no es un infierno, no me extraña que tengamos una percepción diferente- lo entendía (más o menos, ya que por su cabeza también surgió la pregunta ¿Quién en su sano juicio llamaría hogar a esa ciudad) . El francés puso los ojos en blanco ante el siguiente comentario de Beth que ante sus ojos era bastante típico de la otra —¿Estás llamándome que soy el demonio en persona?- bromeó alzando un poco la barbilla con orgullo y aunque también estaba bromeando, ciertamente no le ofendían las palabras de la menor —No ha sido porque me entusiasmara la idea de volver, he tenido que volver por cosas que tenía que tratar- cosas que no iba a compartir tan fácilmente con la contraria, en realidad no lo había compartido con nadie, solo Frank sabía la razón por la cual estaban ahí, ya que a él también le afectaba, pero aún no estaba listo para hablar de ello, aunque no podría tapar el sol con un dedo tanto tiempo, si sus planes se lograban. Gaspard puso nuevamente los ojos en blanco no por el comentario sino por aquel estúpido apodo que aun Beth se empeñaba en utilizar —A la que le faltaría hacerse un chequeo de la vista es a ti, yo me veo perfectamente- y sus comentarios malintencionados no harían bajar su seguridad (porque era así de egocéntrico).  

Si Terrise era sincero le sorprendía que Beth estuviera tan interesada en preguntar por la razón por la cual había vuelto a Detroit, no creía que a la otra le podría interesar su vida privada porque la nulidad de su empatía no le hacía caer en cuenta de los intereses detrás de las dudas de Beth, pero pronto aquella revelación llegó ante sus ojos cuando finalmente Beth dejó entrever la razón de tantas preguntas, las cejas de Gaspard se alzaron con ligera sorpresa e interés ante la pequeña epifanía que acababa de tener. —Puedes vigilarme todo lo que quieras- dijo alzando las manos en una falsa pose de derrota, aunque la otra no le había derrotado en nada, sino más bien él se estaba rindiendo, porque no había nada que pudiera preocupar a Beth con respecto a su reciente mudanza a Detroit —Créeme que por quien vengo no le conoces- ni siquiera él mismo la conocía, pese a que compartían genes —No estoy aquí por las razones que puedes estarte imaginando- agregó siendo consciente que tal vez lo dicho podría tomarse que iba por sus funciones de cazador…—No volví por cuestiones de lo que soy si es lo que te preocupa- o al menos no de las funciones de cazador que Beth podría pensar, porque en ese punto podía empezar a ver a que era lo que se había estado refiriendo la menor. —Y no podrías detenerme aquí, aunque lo intentaras- comentó dejando en claro que había respondido por decisión propia, no porque tuviera algún tipo de temor.

—A todos les importa el juicio de los demás- replicó el cazador siendo francamente hipócrita ya que él mismo siempre se había jactado que no le importaba el juicio de otros, cuando no era precisamente verdad (porque había sus excepciones…). Pero dejó aquello estar, esperando por una respuesta que no estaba seguro si llegaría, y sino llegaba lo respetaría, porque bien sabía que ninguno de los dos estaba obligado a responder lo que el otro cuestionara (aunque ante los ojos del cazador le parecía justo que Beth respondiera cuando él mismo sí que había dado respuesta a las dudas de la Banshee). Observó la naturalidad de la pelirroja al tratar con su hija (la hija de los dos), naturalidad que dudaba que algún día existiera de su parte, además que la niña en la que estaba pensando era más grande que la hija de Morgan, y para sorpresa del cazador llegó la respuesta a su duda, así que se dedicó a escuchar con atención a la otra, sin juzgar como había prometido, aunque también creía que no había nada que juzgar en el discurso de Beth, porque en ningún momento había expresado arrepentirse completamente de la decisión que había tomado, algo que dudaba mucho que él no llegara a plantearse en algún futuro. —Eres una buena madre ¿cierto?- no había rastro de mofa, no había burla en su voz, sino una afirmación más que una pregunta, porque había sido lo primero que había brotado de sus labios —Tiene suerte- agregó señalando con su cabeza a aquella personita que había contado con la suficiente suerte de tener una buena madre, algo que no muchos podían alardear (él mismo no podía hacerlo, ni Frank y tampoco ella porque ni siquiera su madre había estado presente). En un ligero gesto de vulnerabilidad, porque no le gustaba dejar entrever que tal vez no siempre tenía claro lo que decir, se encogió de hombros —Lo pregunto, porque no sé si yo podría llevar las cosas tan bien como tú- y aunque podría parecer que estaba imaginando un escenario ficticio, no lo era del todo, había dejado de serlo, cuando había pisado nuevamente Estados Unidos.

Dejó aquello de lado, para continuar con los comentarios llenos de sarcasmo y falsedad, comentarios que eran más sencillos de llevar y estaban más en la zona de confort de Terrise —Claro que sí, lo aceptaré el día que tú aceptes que lo mejor que te ha podido pasar soy yo, sé que da miedo aceptar algo así, pero estoy seguro que llegará el día que también digas que no puedes vivir sin mí y me echaste de menos- já claramente sabía que aquello era una completa mentira, pero sí quería seguir provocando con ellos, el inmaduro francés podía continuar con aquel juego sin sentido que siempre habían tenido. —Eso suena un poco a mentira y de novio abusador- agregó después de escuchar aquel espantoso apodo que la menor se entestaba en utilizar, y que él tanto odiaba coff.

Cuando Gaspard necesitaba algo, le daba francamente lo mismo los medios, así que no le pareció descabellado y hasta cierto punto normal que Beth le ofreciera aquel servicio, y casi que lo había estado esperando así que ignorando completamente que la otra prefería que buscara por otro sitio se encogió de hombros antes de decirle —Te agradecería que lo encargaras, por favor- porque los modales, ante todo, pese a que podían decirse cada estupidez de vez en cuando, pero negocios eran negocios…

Nuevamente la duda de la otra le sorprendió, porque una vez más no había esperado que tuviera interés en lo que Gaspard podía decir, más bien había tenido la sensación que lo dejaría estar, pero no fue el caso. —A alguien que no conoces- respuesta similar a la que había dado antes y que esperaba fuera suficiente para satisfacer la curiosidad de Morgan. Y lo cierto es que la miraba tanto porque le recordaba a si mismo, porque después de todo era su hija ilegitima —Tampoco fueron tantas veces- replicó el francés, aunque no sabía si la que tenía la razón era la contraria, pero quería zanjar el tema, porque tampoco era para tanto (según él). —Y no estaba exactamente mirándola- porque realmente su cabeza había estado a kilómetros de distancia, pero no sabía si sus respuestas serían suficientes para Beth. Sin embargo, aquella cuestión fue abandonada para continuar con las peleas absurdas que siempre terminaban librando —Para ser justos, yo nunca he dicho que me caigas mal- objetó el francés, aunque las acciones decían más que mil palabras, pero también era cierto que las discusiones absurdas nueve de cada diez que tenían la había empezado Beth —Pero más bien he venido, porque imaginaba que me echabas mucho de menos, que ha sido un calvario no saber de mí todo este tiempo, así que te hice el favor de pasarme por aquí- e ignoró el uso de aquel ridículo apodo —El libro es real y lo sabes, ahora veo que me estás mintiendo que no lo tienes para hacerme volver otro día por lo mucho que me echabas de menos- si ella quería usar el tema del libro como golpe, Gaspard también podía hacerlo, porque eran así de maduros los dos.

—Es solo porque quería el libro, y sé que otras librerías no están tan bien surtidas- un ligero cumplido porque se mordería la lengua primero antes de decir directamente que su librería era la mejor —Yo nunca he dicho que no me gustas- volvió a decir poniendo los ojos en blanco —Y estás siendo bastante dramática diciendo que no te soporto, si no te soportara realmente, sabrías que es así, eres tú la que no me soporta a mí- y él estaba bien con eso, no esperaba agradarle a todo el mundo, no lastimaba su ego, y no hacía que entrara en la lista negra de inmediato, era infantil y estúpido muchas veces, pero no a ese nivel —No diré que eres mi persona favorita en todo el mundo, pero hasta cierto punto siempre me he divertido- por eso siempre había terminado hablando con Beth, y se encogió de hombros restándole importancia a aquello, que hasta cierto punto le hacía gracia la percepción que Beth siempre había tenido y la suya propia.

Después de todo por aquella interacción tan absurda habían terminado en un karaoke, cosa que si Gaspard era sincero aún le causaba gracia lo mal que cantaba aquella, así que se cruzó de brazos expectante de verla si realmente iba a cantar, pero no pasó —Mis oídos agradecen que no tengas muchas ganas de refrescarme la memoria- bromeó (o no), el francés porque tenía un vivido recuerdo de aquella desastrosa batalla de karaoke. Una risa abandonó los labios del mayor, para después negar con la cabeza —Tú sí que tienes mucha confianza y ego- porque para expresar esas palabras con la voz que tenía… —Mi ego no será machacado, y barrería aún más el piso contigo, si tan segura estás entonces ¿vas aceptar o no?- y ahí estaban otra vez con las estúpidas y sin sentido competencias.

Había estado apunto de retirar el agradecimiento después de las palabras del francés (más que nada para molestarlo), pero finalmente había retrocedido en esa decisión por la paz. Parecía que Gaspy venía en son de no buscar pelea y eso lo respetaría (ni que ella fuera la que prácticamente iniciaba casi todas las riñas). Lo que si no pudo evitar fue enderezarse orgullosamente con una mueca en el rostro. —¿Infierno? Preguntó aunque lo había escuchado perfectamente. —Para algunos este infierno es nuestro hogar. Y mucho a su pesar que no destacaría Detroit como una ciudad especialmente preciosa o hasta segura (dado además de la cantidad de criaturas que vivían en ella), no dejaba de ser el lugar dónde había echado unas raíces sólidas que en toda su vida no había encontrado. Entrecerró los ojos a la defensiva. —Creo que el que porta el infierno eres tú. Hueles a chamuscado. Carraspeó. —Y si tan horrible te parece… ¿Por qué volver? Y de nuevo trataba de averiguar qué intenciones tenía con estar de vuelta… Porque no solo era que estuviera en la misma ciudad una persona que tenía en la lista negra, sino también un cazador. Un cazador más del que sabía que no tenía problema en acabar con la vida de aquellos que compartían la naturaleza sobrenatural, gente como su familia y amigos. Rodó los ojos ante lo último, dejando que aquello la ayudara a bajar la tensión que había cruzado su cuerpo con los anteriores pensamientos. —Veo que aún no te has hecho un chequeo en la vista, Gaspy, porque lo que crees que refleja un espejo no es la realidad. Y asintió queriendo dar más énfasis y veracidad a sus palabras.

La respuesta que le había dado era muy poco concreta, podría haber simplemente aceptado aquello… Pero dado que muchos cazadores (sino es que la mayoría) provenían de un linaje de precisamente otros cazadores (valga la redundancia), que dijera que acudía por asuntos familiares aún hacía tensionar su cuerpo y estar más alerta. Entrecerró algo más los ojos y sobretodo después que volviera a echar otro vistazo a Hope, la cual ya no parecía muy interesada en la visita y en la conversación en general. —¿Qué cosas a resolver? Preguntó directamente y sintiéndose en derecho de reclamar aquel tipo de información, cuando francamente nunca habían hablado de nada más allá de molestarse y podía contar con los dedos de la mano las cosas que sabía del contrario. —¿Cosas… Que tienen que ver con? Quería preguntar si es que andaba detrás de algo en concreto… O de alguien (o hasta de alguienes). —Te voy a estar vigilando. Quiso sonar amenazante pero estaba segura de que no lo haría precisamente temblar, ni su naturaleza sobrenatural ni ningún tipo de entrenamiento le harían ni cosquillas. —Además de que no voy a dejar que salgas de esta librería sin que me asegures que no vienes por nadie en concreto a quién conozca.Cofcof, como si fuera capaz de hacer algo así… Además de asegurar que Gaspard le dijera la verdad. A decir verdad todos aquellos puntos tenían más puntos débiles que fuertes pero un miedo insistente hacía que actuara desesperadamente y desastrosamente.

Volvía a mirar a Hope y aunque la observación no era con tintes extraños, seguía incómoda con aquello a sabiendas de lo que el otro era (su padre, a ver si venía a reclamar la custodia). —Como si me importara tu juicio. Rechistó ante lo que siguió de aquella pregunta. Se agachó un momento para acariciar la cabeza de la pequeña y acercarle los juguetes que habían llamado más su atención que la conversación, queriendo asegurar que no se alejaba mucho de una zona que consideraba a su alcance y relativamente más alejada del cazador. —Es el punto de inflexión. Al menos para mí, es dónde todo ha cambiado más… Todo lo demás al final acaba moldeando la vida, pero esto lo revuelve todo de un modo que no es un simple cambio, sino la destrucción de lo anterior y la creación de algo diferente. No sabía muy bien si aquello era lo que le había preguntado o bien otra cosa distinta, que también se dispuso a responder. —Es un buen punto, no lo cambiaría por nada del mundo… Pero no por eso es sencillo o fácil, o hay momentos dónde te preguntas en qué momento. Aunque había dicho que no la juzgaría, se encontraba alerta para atacar ante cualquier tipo de mofa, aunque imaginaba que si aquella pregunta era sincera entonces es que esperaba sinceridad y no se iba a escandalizar de que sí hubiera instantes dónde se echara la vista atrás y se preguntara en qué momento había decidido seguir adelante con todo aquello. Imaginaba que de todos modos cambiaba según la situación y las personas involucradas. —¿Por qué lo preguntas? Ya que aquello le había picado en la lengua desde el primer instante que había escuchado la cuestión. Aunque se desvió de su intención de presionar por una respuesta cuando le siguió el juego con las anteriores palabras, a lo cual replicó de inmediato por supuesto. —Más bien creo que tú eres el que debes de reconocer que yo soy lo mejor que te pasó en la vida… Y que ya has pensado en ello, porque esperas que sea yo quién te lo diga para sentirse correspondido. Nada de eso tenía un mínimo de sentido pero de todos modos se irguió orgullosa de replicarle. —Nadie te llamará Gaspy como yo. Obvio.

Una venta era una venta, así que de manera automática respondió lo que haría de encontrarse frente a cualquier otro cliente. —Podría encargarlo para que lo tuvieras en unos días, si es que te interesa. Aunque eso implicaría tener que volver a verlo… Quizás hubiera estado bien morderse la lengua ante eso. —O lo puedes buscar por otro lado. Incitó, aunque imaginó que eso ya le había pasado por la cabeza del francés y se aventuró a deducir que su librería no era la primera que visitaba.

Claro seguro que le recordaba a él o a alguien de su familia, ya que poseían los mismos genes al ser su hija legítima cofcof. Alzó una ceja y movió la cabeza ante aquella respuesta. —¿A quién? Si creía que podía quedar ahí sus palabras, estaba muy equivocado dada la tendencia a la verborrea de Beth y lo mucho que disfrutaba de insistir hasta molestarle. —¿Y porqué eso te haría estar mirándola tantas veces? Y aquello si que lo puntualizó bien porque ya lo había captado en más de una ocasión dirigirle una que otra mirada a la pequeña, cosa que hacía que se activara su instinto protector. —Solo haces que confirmar que te caigo mejor de lo que aparentas, que me extrañabas y que no podía esperar a falsear una excusa para aparecerte en mi lugar de trabajo. Ayy Gaspy, ¿de verdad existe ese libro? Y lo hubiera podido bromear como antaño sino fuera porque no tenía exactamente la respuesta a lo que quería, además de que sabía que no era santo de devoción del francés por lo que aún era un añadido a no imaginar a qué venía específicamente a su librería. —Eso es lo que quiero saber, la razón. ¿Tengo que creer que es solo porque querías un libro? Y a lo mejor sí y solo estaba siendo paranoica… Pero no, era mejor estar alerta. —No te gusto. ¿Por qué ir directamente a una librería dónde se encuentra la persona que no soportas? Ya que hay más librerías en la ciudad o incluso en una cercana… O hasta poder encontrarlo en internet. Aclaró directamente para no acabar en una respuesta vaga, no fuera a ser que sí venía a por la custodia.

Se llevó la mano al pecho escandalizada, agradeciendo en parte tener aquel respiro dónde priorizaran un tono menos serio. —Veo que tu memoria se va deteriorando con el tiempo y necesitas que te refresque la memoria. Fingió aclararse la voz, aunque por supuesto no echó a cantar ya que acabaría por darle la razón al contrario. Que supiera que llevaba la razón y el canto no fuera uno de sus dones, no significaba que no pudiera fingir demencia. —Pobrecito… Es que no encuentras en dónde más poder subirte el ego. ¿Verdad? Así que has tenido que fingir una excusa para volver a Detroit y así verme… Ay ay ay, Gasparito, pero si mi voz es como el buen vino, ha mejorado aún más con el tiempo. Tu ego no acabará alzado, sino machacado.

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—Aunque valoro un poco mi vida y no quiero morir, y puede que te esté dando la razón también por eso- bromeó siguiendo el comentario ligero que Penny había hecho —También creo que tienes total y completa razón, sé que debemos mejorar en lo que compartimos, nunca ha sido nuestro fuerte, aunque espero que algún día sí que lo sea- pero para eso se debía trabajar mucho, lo sabía, pero eso no significaba que fuera sencillo, pero que estuvieran en esos momentos intentándolo era al menos un logro. El Alfa se dedicó un momento a meditar la pregunta de Penny, porque si era sincero no era algo que se hubiera planteado, algo más de lo que deberían hablar (desde ahí podía saberse que la comunicación sí que fallaba). —La verdad es que no lo había pensado, no  había pensado que más podríamos hablar, que otros temas se deben tocar- pero se llevó una mano a la barbilla mientras meditaba, porque por mucho que no hubiera pensado antes en ello, no quería decir que no hubieran temas que deberían abordar —Como druida y alfa creo sinceramente que debemos ponernos de acuerdo que hacer con quienes necesitan ayuda con el control- ya que después de todo era un trabajo de dos, eran quienes debían guiarlos y por lo tanto tenían que hacer un buen equipo, que no creía que creía que como alfa y beta lo estuvieran haciendo mal, pero poder decir las cosas en voz alta sí que podría marcar una diferencia. —También creo que no hemos hablado mucho de nuestras familias…- que ni siquiera sabía si eso era un tema que podían tocar (porque no era algo que Adam hablara mucho para empezar, sin embargo, el pasado en ocasiones no podía permanecer siempre enterrado).

—La vida es dura pero tiene sus momentos bellos- algo que en ocasiones costaba mucho verlo, pero que al fin y al cabo estaban ahí, los dos habían recibido golpes y palos a lo largo de sus años de vida, pero eso no quitaba los momentos bellos que también habían tenido —¿De cuales temas crees que estoy hablando?- preguntó Becket dejando por un momento las bromas de lado, porque después de todo habían quedado de abrirse y más e irse por la tangente podía ser muy sencillo para los dos, así que no pudo evitar tratar de volver al tema, por mucho que fuera complicado —Un camino de rosas llenas de espinas- opinó Adam, porque después de todo sí que habían tenido momentos bellos como las rosas pero también momentos tan duros que se habían clavado como espinas en la piel de los dos, porque la culpa podía doler tanto como espinas clavadas de manera constante. —Lo hacemos, hemos seguido adelante- afirmó Adam tomando aire, queriendo aligerar un poco la opresión que sentía en el pecho, podían haber pasado meses desde que lo más duro había ocurrido pero aún visitar el pasado le era duro y complicado, prefería no pensar en ello —El tiempo ha ayudado a que podamos seguir adelante- no había sido sencillo y creía que la herida que habían sufrido seguiría siempre presente, pero poco a poco las heridas habían ido cerrándose.

Ese hilo de pensamientos fue dejado de lado para escuchar que Penny no estaba del todo de acuerdo con lo que él pensaba, cosa que no le sorprendía, a decir verdad —Entiendo que te sea difícil ver otra verdad, pero creo que te es más fácil echarte la culpa a la espalda cuando no es así- cuando no existía una buena comunicación no era culpa de una sola persona, o al menos era lo que el mayor pensaba. Adam soltó un bufido mientras la respuesta a la pregunta de su mejor amiga saltaba en su cabeza —Lo he sentido, y estoy convencido que soy el común denominador de mis fallos, pero eso no significa que sea tu caso- que sabía que lo que estaba diciendo no tenía sentido alguno, pero eso no evitaba que lo externara y sabía que estaba siendo un poco injusto y tramposo, ya que no había respondido del todo a la duda de Penny, pero los viejos malos hábitos eran complicados de dejarse.

Una risa escandalosa brotó de los labios del Alfa, ante las acciones de la menor, así como por el hecho de que le estuviera echando la culpa a Charlie del caos —¿Así? ¿Lo echamos? El fallar a nuestras promesas nos haría unos pésimos Alfa y Druida- señaló Adam, y bien sabía que Penny estaba bromeando, porque no sería capaz de abandonar al otro a su suerte. —Es nuestro ¿mecanismo de defensa?- ¿le decían así? —Es más fácil hablar entre bromas y simplemente no hablar a escuchar cosas que no queremos o plantear cosas que no estamos preparados para tratar- de ahí que siempre al final evadieran o terminaran jugando, durante mucho tiempo les había funcionado, pero no podían seguir así, no cuando todo cada vez se ponía más serio. —Creo que se empieza por querer hacerlo y decirlo, aunque en un primer momento no puedas decir todo lo que necesitas- porque por desgracia la comunicación no era tan sencilla como vomitar todo lo que te pasaba por la cabeza, se necesitaba tiempo, confianza e interés de querer tenerla, o al menos era la percepción de Adam que podía ser completamente errada pero era lo que creía y le compartía a su amiga. Una sonrisa amable apareció en los labios de Adam cuando sintió la caricia que se antojaba ciertamente torpe pero lo agradecía porque no eran gestos que compartían con frecuencia y él por su parte le dio un apretón en la mano mientras escuchaba sus palabras —Hubiera sido una mentira un poco complicada de mantener- opinó Adam, porque estaban lejos de estar perfectamente, si bien, habían tenido avances en los  últimos meses, eso no significaba que todo hubiera sido borrado y mucho menos en la época en que Charlie y Freddie se habían unido a la manada. —Cuando le mostré todo a Charlie sinceramente pensé que se arrepentiría que no confiaría en nosotros- cuando había compartido ese vínculo con el beta, había tenido miedo que eso lo hiciera alejarse y que con ello no pudieran ayudarlo, pero le había sorprendido cuando este los había aceptado con todo y su pasado —Es el tipo de confianza que siempre agradeceré siempre me sentiré en deuda con ellos, porque tuvieron confianza casi ciega en nosotros, no tenían más que nuestra palabra y la verdad para creer en nosotros- era una de las miles de razones por las cuales protegería a sus betas con su vida si era necesario. Adam asintió con suavidad mientras se encogía de hombros —Lo llegué a pensar muchas veces ¿Quién confiaría en nosotros después de lo que hice? ¿después de lo que hicimos?- porque las manos de los dos estaban manchadas de sangre, pero sobre todo las de él, cosa que creía con firmeza, que era más culpable que Penny porque habían sido sus garras las que habían acabado con la vida de Peter. —Aún no entiendo como pude salir con vida- divagó recordando aquella fatídica noche, una noche que no le gustaba recordar pero que muchas veces lo había despertado por las noches en vividas pesadillas.

Nuevamente el Alfa tomó aire mientras escuchaba la pregunta de Penny, pregunta que no le era nueva, no porque la hubiera dicho su mejor amiga, sino porque se la hacía constantemente, porque no podía evitar repetirla en su cabeza —Necesito pensar que sí, que hicimos bien- era lo que se repetía, que habían hecho bien, que era lo que habían tenido que hacer —No había otra salida- o al menos era lo que se seguía repitiendo cuando necesitaba brindarle un poco de paz a su torturada mente. Adam tragó saliva mientras negaba con la cabeza queriendo esconder que le escocían los ojos ante la confesión de la menor, y se tomó algunos momentos para decir con dificultad —Yo lo echo de menos todo el tiempo- y se mordió por dentro de la boca queriendo retener las lagrimas que amenazaban con traicionarlo

—Hay días que no me puedo creer como las cosas se torcieron tanto… cómo todo acabó así… a veces me cuesta recordar porqué lo hicimos…- había días que el profundo cariño y amor que sentía por Peter lo cegaban y era cuando se hacía tan complicado respirar, en ocasiones en que el animal lo quería traicionar y aullar a la luna de dolor por lo que él mismo se había arrebatado… —Pero hay otros días en lo extraño con mi alma a David, y recuerdo lo que Peter… lo que Peter le hizo… y me lleno de rabia- porque no se podía creer que Peter hubiera hecho algo así, y que no lo habían podido detener… —Hicimos… hicimos bien ¿Qué podríamos haber hecho?- era la salida que habían encontrado, era la única solución y seguían sin ver una diferente —La visión tan extremista que Peter tenía no le hubiera hecho bien a nadie, no lleva a nada bueno- o era lo que se decía para calmar su alma… —Necesito pensar que hicimos bien- porque sino la culpa le terminaría matando… —Mas vidas se hubieran perdido, podría haberles hecho algo a ti o a Harley- o a él, pero su vida no valía tanto… —Lo pienso cada día que hicimos bien, pero eso no quita que lo eche de menos… y creo que siempre me sentiré culpable- empezaba a creer que sería un bucle sin fin, que sería algo con lo que tendría que aprender a vivir porque era la condena con la que se tenía que vivir cuando se acababa con la vida de alguien que se amaba.

Sabía que era la ocasión en la que más habían hablado de Peter, era la vez que más habían traído el pasado al presente, así que le costó algunos momentos poder continuar la conversación, pero finalmente pudo hacerlo, abordando temas que tampoco habían tratado antes pero que era momento de tratar —Porque la comunicación no es lo nuestro- dijo encogiéndose de hombros, por eso creía que Penny hablaba con la verdad y no lo estaba consolando únicamente, que ella también se podría haber guardado las cosas. —No confío en que no lo sea, prefiero que estemos alertas a que nos tome por sorpresa- lo cual era una ironía que no lo hubiera comentado antes, pero ya que la cazadora había salido a la luz, era momento de tomar cartas en el asunto —Tenemos que hablar con todos, tendremos que tener extra cuidado- más del que de por si tenían que llevar, pero no podían pecar de confiados. Otro tema complejo fue tocado en esos momentos, complejo pero que no era doloroso… —No sé si ilusionado, pero me siento bien- dijo removiéndose un poco en su espacio, ya que era evidente que le costaba tratar los temas del corazón, siempre iba con pasos de plomo, incluso con miedo por las decepciones que se había llevado antes, e incluso le seguía sorprendiendo que Dante se hubiera fijado en él. —Puede que cambie, pero no estaba seguro que esta fuera la ocasión, pero empiezo a ver que al menos es diferente- porque no había terminado en la eterna friendzone coff coff, Dante había sido franco con él, por lo que Adam también lo había sido con él. Sabía que Penny estaba mintiendo, que no estaba bromeando, sin embargo, no se lo dijo, pero sí que le enterneció el hecho de que Penny se hubiera visto conmovida por sus palabras —Yo tampoco sé que haría sin ti y tenemos suerte que por lo menos pronto no tendremos que saber que haríamos sin el otro- porqué los dos seguirían juntos o al menos era lo que Adam quería creer, que lograrían estar a salvo ¿cierto? ¿cierto?. —Para mí también eres mi familia- no solo le estaba regresando las palabras sino realmente lo sentía así, y le dio unas palmaditas suaves y juguetonas en el cabello.

—Creo que, porque es falta de práctica, al menos es lo que veo en mí, sé que es lo que quiero, pero no estoy listo para decirlo- en esas circunstancias siempre le había costado, prefería guardar silencio y no arriesgar lo que tenía a lanzarse por todas, algo que Dante había hecho y que Adam jamás hubiera podido hacer… —De momento no ha pasado que me haya quedado callado, porque he estado de acuerdo, pero no es que hayamos tenido ni los grandes avances, ni discusiones que pudieran hacer que las cosas se complicaran- todo era muy nuevo, las cosas iban bien, le gustaba lo que tenían y se sentían feliz a su lado —Pero si tuviera que interceder sabiendo que algo podría no gustarle, no sé si lo diría- confesó con sinceridad, porque temería herirlo, así que podía entender lo que Penny estaba poniendo sobre la mesa. —Es que mis acciones tampoco es que ayuden mucho…- dijo teniendo una nueva confesión —No creo que yo sea la persona más fácil de leer en temas así, pero Dante no tiene miedo en pedir lo que quiere- cosa que les había ayudado a los dos… —Y no es alguien que parezca vaya a salir herido si se le dice que no, pero hasta ahora no he sentido la necesidad de decir a algo que no- no tenía idea si lo que estaba diciendo tenía sentido, pero era lo que habían atinado a explicar y responder. —¿Esto tiene sentido?- preguntó mirando a su mejor amiga. —¿Tú crees que tus acciones están siendo bien leídas por Charlie?-

Adam sonrió de vuelta a su mejor amiga cuando notó la enorme sonrisa de esta ante el plan que francamente nunca llevarían a cabo, —Ojalá pudiéramos cumplir el ir por el mundo, sin responsabilidades- pero ambos sabían que no era tan sencillo para ninguno de los dos, que sobre sus hombros había vidas de las que de alguna forma eran responsables —Después de todo sé desde hace tiempo que ese sueño jamás se podrá cumplir- porque ser un alfa dejaba (o al menos el Alfa que él quería ser) dejaba de lejos el egoísmo y la completa individualidad, la vida de Adam (y la de Penny) ya no solo era de ellos, porque sus decisiones repercutían en la vida y seguridad de los demás. —Me encantaría ver todas esas ciudades juntos, al menos tenemos plan de retiro para cuando sea momento pasar la batuta a alguien más- que no era eso en lo que Penny estaba pensando, pero Adam no pudo evitar desviarse a ello, pensando en que algún día, si todo salía bien, sería momento de los dos alejarse de la manada y darle paso a alguien más (como siempre había pasado en Lancashire porque a pesar de lo de Peter, Adam quería restaurar la tradición…). —Ni que lo digas… para ser francos nunca me imaginé que sería Alfa, ser omega tenía menos responsabilidades- dijo recordando aquella época desenfada y divertida que había vivido en su juventud —Me gusta pensar que podremos hacerlo, que incluso ya lo estamos haciendo- porque estaban para lo que se necesitara, y tenían toda la intención de protegerlo y ayudarlo a que lograra el control que tanto estaba buscando.

—Creo que si quieres que se haga realidad que escapemos no me matarías- y sonrió divertido para después agregar —Además que no te olvides que sé cuando mientes y sé muy bien que no serías capaz de matarme- poderes místicos de lobo no pudieron no ser utilizados y sonrió con suficiencia por ello. Teniendo cuidado con la fuerza que poseía por su naturaleza, el Alfa le respondió el empujón juguetón a Penny y aferró un poco más la mano de ella, para después usar su otra mano para forzarle una sonrisa en el rostro a la menor. —No todo ha sido malo, han pasado cosas buenas- eso daba fuerzas cuando el pasado amenazaba con volverle un lunático (aunque técnicamente sí que lo era) —Creo que nuestra vida ahora es diferente, que hay muchas cosas que quisiera fueran diferentes pero no las podemos cambiar, pero eso no significa que tengamos una vida mala ahora- estaban vivos a salvo, habían conocido a personas que apreciaban (y no solo estaba pensando en temas amorosos), era tal vez lo más cercano a lo que se podría llamar calma después de una terrible tormenta. —No hemos perdido la cabeza pero tal vez hemos estado cerca, no es cualquier cosa todo lo que hemos tenido que vivir- por algo les seguía torturando, por algo seguía todo tan palpable aún… —Me plantearía si te han suplantado si no existieran las amenazas de muerte- bromeó (o no) porque siempre había sido amenazado por Penny casi desde que se habían conocido.

Pero los comentarios ligeros fueron abandonados, ya que la crudeza de lo que dijo Penny le creo una dicotomía, un debate que lo hizo meditar lo que Penny le estaba planteando —No me creo una buena persona- una buena persona no engañaba a su mejor amigo y le rasgaba la garganta… —Pero no puedo verte como mala persona a ti- nunca podría hacerlo, aunque sabía que sus manos también estaban se habían teñido de rojo, pero creía que la mayor culpa, la peor traición había sido de su parte… —Tampoco puedo ver a Charlie como a una mala persona, no puedo verlos a los dos así- y sabía que era una contradicción el hecho de que se juzgara a si mismo, pero por las mismas acciones no lo hiciera con ellos… aunque… —Lo que yo hice fue diferente a lo que ustedes hicieron… para mí tú eres una buena persona, siempre te veré así- porque lo que había hecho había sido para salvaguardar vidas. Negó con la cabeza sabiendo que tenía un lío en sus pensamientos, que estaba lleno de contradicciones y debates. —¿Tú me ves como una mala persona?- no pudo evitar preguntar, porque él se veía como alguien horrible… pero se distrajo de juzgarse a si mismo para responder la pregunta de la menor —No, no ha llegado a contármelo, no quiero presionarlo, espero que en algún momento tenga la confianza suficiente para compartírmelo- entendía que no fuera algo sencillo de comentar, nunca lo era cuando se hería a alguien —No quiero detalles si te ha llegado a contar algo a ti… pero ¿Te ha dicho algo?- no quería violar la privacidad de Charlie, pero no pudo evitar preguntar si había llegado a compartírselo a la druida.

—Me importa tanto como para que ni siquiera me haya pasado por la cabeza echarlo- le había dado su palabra de apoyarlo y ya no era solo eso, sino que con cada conversación que había tenido con Charlie este se había ido ganando su cariño y aprecio, así que no sería capaz de abandonarlo. Sabía que Penny no estaba mintiendo que casi había logrado hacerla llorar, pero no lo mencionó en cambió le dio un beso en la frente de manera fraternal, porque se había visto nuevamente conmovido por las palabras de su mejor amiga, porque francamente no se sentía merecedor de importarle, pero agradecía que fuera así —Gracias, gracias por siempre estar a mi lado a pesar de todo- porque habían existido muchos ‘a pesar’ y de alguna manera siempre habían estado juntos, algo que agradecería cada día, que sino tal vez se hubiera vuelto loco… —Y ahora no me mates por haberte dado un beso- bromeó porque sabía que no era la clase de gestos que a Penny le encantaran precisamente. Adam asintió con calma, escuchando los pensamientos de la druida, y le dio golpecitos cariñosos en los hombros queriendo restarle pesar en estos (pese a que ya había tentado mucho la suerte con el beso en la frente). —Lo justo es que si tienes dudas se las expongas ¿Por qué dudas tanto? En temas del corazón- dijo señalándose donde se suponía que estaba aquel órgano que también se utilizaba en la metáfora —Siempre es señal de algo dudar tanto- aunque no era que Adam tuviera precisamente mucha experiencia —Creo que el simple hecho de que te plantees si estás siendo egoísta con Charlie, ya habla de lo mucho que lo quieres- atinó a decir Adam sonriéndole un poco queriendo brindarle ánimos porque notaba lo agobiada que estaba la contraria —No creo que pueda medirse, cada persona es diferente y cada persona supongo que quiere diferente- al menos ante sus ojos era así —¿Por qué tienes tanto miedo Penny?- cuestionó el Alfa, queriendo ver si con aquella pregunta la contraria podía aclarar un poco el caos que la torturaba —Creo que si sientes que lo correcto es hablar con él de como te sientes, es lo que deberías hacer… puede haber consecuencias que no te gusten pero ahora mismo tampoco estás en paz…- opinó Adam apretando un poco los hombros para ayudarla con la tensión. —Sinceramente no es algo que me haya planteado- dijo con sinceridad pero de sus labios se escapó lo primero que le pasó por la cabeza —Supongo que yo lo quiero más… ¿Por qué razón me querría más él a mí?- y eran sus inseguridades hablando, que ya se sentía lo suficientemente afortunado que se hubiera fijado en él como para pensar que este lo quería más.

10 de Septiembre [Central Park ]

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Connor and Oliver + that couch

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Título: Young Hearts

Tipo: Canon Montreal

Personajes involucrados: Penny & Adam ( menciones a Harley, Peter y William).

Si era sincero, no estaba seguro de lo que estaba haciendo, una parte de él le decía que era lo correcto, que había pasado demasiado tiempo solo, el ser un omega siempre había sido su estatus y tal vez era momento de romper con ello, pero eso no quitaba que sentía que estaba firmando un contrato a largo plazo, pese a que Harley le había asegurado mil veces que siempre sería libre de marcharse, pero el firmar con sangre a largo plazo, el pertenecer a un sitio, a una manada era mucho más serio de lo que había hecho nunca.

Algo en el pecho, en su corazón en la forma en como temblaban sus manos le decía que estaba llegando a un punto de no retorno, que de alguna manera estaba encontrándose de cara con su destino.

Un bufido abandonó sus labios eran pensamientos demasiado serios… siempre podría marcharse, siempre podría volver a ser un omega.

—Probamos un mes, un mes y ya está- le susurró Adam a Peter que iba a su lado, hombro con hombro en ese camino oscuro, internándose entre los árboles. —¿Por qué son tan terriblemente dramáticos como para hacernos venir aquí? ¿No podría haber sido en una casa?-

Fue el turno de Peter de bufar en ese momento y puso los ojos en blanco mientras miraba a Adam —Una manada de lobos en los suburbios, eso no es muy listo Adam, además no nos conocen- le recordó Peter al canadiense que, aunque había bromeado con el tema, no había tomado en cuenta lo que Peter le había dicho.

—Tú eres mejor lobo que yo- replicó mirándolo casi con adoración mientras aún seguían el camino que Harley les había indicado días atrás —¿Y si no me quieren a mí?- porque francamente dudaba que fuera un buen elemento para una manada; era bastante estúpido como lobo, imprudente, descuidado y jamás había estado en una manada a diferencia de Peter.

—Si no te quieren a ti, entonces nos vamos los dos- pese a que Becket pensaba que aquello no era muy justo para Peter, sí que le reconfortó escuchar las palabras de su mejor amigo.

Y Peter le hizo una seña con la cabeza y llevó su dedo a los labios para hacerlo callar antes de que dijera algo más, haciendo con ello que Adam prestara atención a las voces que cada vez se escuchaban mas cercanas, siendo esa la señal de que habían llegado, que el destino al fin los había encontrado.

A diferencia de lo que había creído Adam, en el claro del bosque solo se encontraban dos personas más y Harley que les guiñó un ojo a los dos cuando los vio aparecer en el sitio.

No sabiendo que hacer con sus manos, y siendo lo primero que pasó por su cabeza ante la solemnidad del asunto, Adam alzó su mano para dedicar un saludo de amor y paz a distancia a las dos personas que no conocía, saludo que claramente Peter no imitó y el varón mayor que se encontraba en compañía de Harley no respondió ¿Por qué quien demonios en una ceremonia así llegaba a saludar de aquella forma? Solo Adam, y cuando iba a empezar a sentirse francamente estúpido, la otra persona que se encontraba ahí; una chica de cabellos castaños soltó una risa divertida y le respondió el saludo de la misma manera.

‘Ella me cae bien’, fue lo primero que pasó por su cabeza, ya que Adam no necesitaba demasiado para hacer un juicio de las personas, así de confiado podía llegar a ser coff.

Los dos betas aullaron a la luna firmando con ello su entrada a la manada Lancashire, testigos estaban presentes cuando Adam y Peter juraron fidelidad al Alfa William, Harley había sido una de ellas y la druida de la manada.

Cuando en esa noche el pacto fue cerrado, las presentaciones fueron hechas…

—Penny- repitió Adam cuando el nombre de la druida fue dicho —¿Cómo la moneda?- porque eso fue lo más inteligente que se le ocurrió decir en ese momento (quería caerle bien después de que a él le había agradado coff) —¿Cómo el payaso?- aunque Adam debería saber que tal vez esa no era la mejor forma de presentarse con nadie.

—Como la canción de los Beatles- le contestó Penny, con cara de pocos amigos, pero Adam que era impulsivo y su manera de relacionarse con la gente era bromear no pudo evitar decir:

—¿Cuál? ¿Eleanor Rigby?- pese a que sabía perfectamente a cual se refería la druida, pero eso no quitaba que nuevamente le hubiera nacido bromear, pero aunque podía ser estúpido e idiota en momentos no lo era todo el tiempo, así que terminó por decir —Mucho gusto, Penny- bromas dejadas de lado e intentos (inútiles) de agradarle —Gracias, por antes- porque creía que se había dado cuenta que de alguna forma le había reconfortado que le hubiera seguido el saludo.

—No estabas haciendo que me diera mucho gusto conocerte- declaró Penny, pero Adam era un lobo y podía escuchar que le estaba mintiendo.

—Los dos sabemos que estás mintiendo- y se cruzó de brazos orgulloso (orgulloso de no haber cagado su relación con la druida de la manada).

—Hacer enojar a tu druida no es lo más inteligente, la verdad, mucho menos el primer día que estás en la manada, quien sabe tal vez podría patearte lejos de ella- lo amenazó la druida antes de girarse e indicar con la cabeza al Alfa William que lo había escuchado llamarla, ya que era momento de marcharse. —De todas formas, mucho gusto, Adam, ya nos veremos la próxima vez- dio algunos pasos antes de volver a verlo —Y no eres tan gracioso como crees-

—¿Cómo por qué me dices eso, Eleanor?- porque si no le había parecido gracioso entonces jodería con eso, pero él sabía que la druida estaba mintiendo y que después de todo sí que le había dado gusto conocerlo, aunque la despedida de ella hubiera sido rodar los ojos e ignorar lo último que le había dicho.

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Una sonrisa amable se dibujó en los labios del druida cuando escuchó las conclusiones de la joven y apretó un poco los labios para no reírse ya que le había hecho gracia sus conclusiones aunque tenía completa razón —Francamente dudo que alguien algún día se lo haya planteado- por lo menos no de la forma en la que Penny lo estaba diciendo, ya que su madre Loretta había buscado a otros druidas pero no precisamente para buscar un buen consejo, sino para buscar algún extraño y tipo de poder… —Es una idea fenomenal la que me estás planteando- porque después de lo perdido que había estado tanto tiempo, después de lo mal que había llevado el ser druida y después no sentirse digno para volver a serlo, y terminar no con un alfa, sino con dos, sí que le hubiera y le vendría bien ayuda —Algo así como cuando los psicólogos toman terapia con otros- resumió Eric sonriéndole —Me uno a ello- agregó, aunque más bien creía que él necesitaba consejos a que él sería bueno en darles a otros druidas…

Tratando de fingir seriedad (aunque sí que la tenía en el fondo la situación), Eric imitó la posición de la otra para después extender su mano diestra queriendo cerrar aquel trato —Lo tenemos- y estaba siendo completamente serio con ello, pese a que rondara por su cabeza una y otra vez, el hecho de que no era nadie para aconsejar a otro druida, no a la contraria, no después de los errores garrafales que él había cometido. —Solo espero… espero hacerlo bien- y no era una inseguridad sin fundamentos, venía desde el más cruel aprendizaje, las reservas que siempre tenía con respecto a él mismo.

Una nueva sonrisa se formó en los labios de Eric, una sonrisa llena de paternal cariño hacía a los chicos que la otra druida estaba nombrando, cariño que también se extendía a la manada Polmadie y a su peculiar alfa. —Haría cualquier cosa por ellos- no era solo un gesto altruista y desinteresado sino también una forma de expiar sus pecados, sus mas horrorosos errores —Buscaremos el bienestar de todos… nos, nos aconsejaremos cuando más se necesite- Eric sabía, había vivido que por mucho que se creyera que esos momentos duros no llegarían, siempre terminaban haciéndolo, porque la vida que les había tocado vivir no era una vida de paz, desafortunadamente.

Lo que Eric miraba era a una druida que amaba profundamente a su manada, alguien que se preocupaba por sus miembros, que buscaba hacer lo mejor, y pese a que su investigación no había sido tan exhaustiva como la de otra, ni se había acercado a ella con la valentía que esta estaba teniendo, Eric sí sabía quien era… Eric apretó los labios tratando de borrar una nueva sonrisa y asintió con una falsa seriedad —Así como espero ganarme tu confianza… puedo, puedo imaginar que eres una buena persona- al menos las primeras impresiones le hacían creer aquello —¿Lo que estoy buscando en mi vida?- ahí fue cuando una pequeña risa se le escapó pero carraspeó para alejarla.

—Si soy sincero, no me gustaría saber de lo que eres capaz, así que puedes contar con que acepto tu trato- y se tomó algunos momentos para meditar mientras se llevaba una mano a la barbilla —¿Y si estuvieras tratando de ayudar a dos manadas? ¿Qué es lo que harías?- porque había cierta alfa que no dejaba de buscarlo con insistencia y Eric sabía que lo necesitaba (más no con urgencia), pero también debía ayudar a Dante, debía hacerlo por la memoria de Erica y porque le guardaba cariño al Alfa…

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—Cuando un consejero necesita consejo, ¿dónde acude? ¿Es que nadie se ha parado a pensar que debería de existir una posición dónde acudir en caso de necesidad? Y así perpetuar un ciclo sin fin, ya que siempre habría quién buscaría consejo e incluso los propios consejeros y así por toda la eternidad. Juntó las manos, entrelazando los dedos, en una posición más de seriedad de la que acostumbraba, para inclinarse después un poco hacia él. —Pero ya que nadie lo ha pensado... Deberíamos de hacer una especie de grupo dual de apoyo. Un consejo para un consejero. Desalanzó las manos que acababa de juntar, ahora ya más en un gesto nervioso que era precisamente como más se sentía, y extendió la mano en su dirección. —¿Tenemos trato?

Quizás no era lo más apropiado o lo menos lunático, dado que no conocía exactamente al contrario salvo aquel oficio extracurricular que compartían, pero en caso de desesperación todos los caminos estaban abiertos... O casi todos, ya uno de esos motivos eran los que le habían hecho armarse en necesidad de sociabilizar (cuando no era alguien precisamente caracterizada por extender su círculo amistoso). Un camino que podía tomar un druida, un camino que sabía que su madre había tomado... Y que temía que precisamente en esa desesperación se le ocurriera la brillante idea de tomar. De ahí a buscar medidas de precaución antes de que ocurriera un mal mayor. —Por nuestros chicos, ayudarnos. Cooperar. Aconsejarnos en los momentos más peliagudos.

Aún mantenía la mano extendida y por un mili segundo se le pasó por la cabeza qué debía de estar viendo el contrario, cuando después de todo no habían entablado conversación nunca y Penny lo había abordado sin previo aviso tras haber realizado una exhaustiva investigación de quién era el druida de la manada de Dante. —Puedes confiar en mí, soy super buena persona y lo que estabas buscando en tu vida. Ajá. Ni ella misma se le daba bien afirmar aquello con convicción, después de todo no creía después de todo lo que había pasado estar siendo una buena persona... De ahí la necesidad de rodearse de gente con buenos consejos. —Puedes ponerme a prueba, ¿hay un consejo que necesites? Y si es si deberías de aceptar este trato, te aconsejo que lo aceptes porque no sabes de lo que soy capaz de hacer si te opones. Lo cual seguro que ayudaba a que aceptara.

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El último de los Terrise (aunque ya no lo era…) se encogió de hombros restándole importancia a su propio comentario y al hecho de que Beth había terminado por agradecerle sus palabras —No hay nada que agradecer- algo que creía genuinamente ya que había sido sincero con lo dicho, pero eso no hacía que fuera necesario que la menor le agradeciera. —Sienta bien estar lejos de este infierno- porque muchas veces así se había sentido Detroit para Gaspard, y había vivido buenos días estando en su ciudad natal, teniendo los días que siempre había querido, alejándose de todo, sin embargo, había sido momento de volver a Detroit por que era lo que debía hacer, más no lo que quería. —Aunque creo que se me ve más que decente- agregó bastante seguro de si mismo, además de también quererle darle la contraria a Morgan.

Gaspard nunca había sido una persona que compartiera demasiado de su vida con casi nadie, por no decir nadie y Beth no estaba precisamente en la lista de excepciones, sin embargo, el francés sí que se movía entre el hecho de lo que era justo, y lo justo¸ era que al menos diera una respuesta vaga, ya que después de todo la contraria sí que había respondido a lo que él había dicho y a sus comentarios con respecto a su pequeña hija (hija que compartían coff). Así que desviando por unos momentos su mirada de la hija de Beth, volvió a ver a la pelirroja para decir: —Asuntos familiares, mi familia se quedó en América y han resultado algunas cosas que resolver- cosas que tenían nombre y apellido (apellido que era el mismo que el de él para ser francos), pero eso era algo que sí que no podía (o más bien no era capaz) de compartirle a nadie, pese a que en algún momento sería algo que dejaría de ser un secreto…

Ante las palabras de Beth, Gaspard no pudo evitar removerse incomodo en su sitio, porque no era precisamente alentador lo que había descrito con respecto a los hijos, tomó un poco de aire mientras lo soltaba mirando a Hope nuevamente, pensando que tal vez sería un poco más sencillo tomando en cuenta que la otra niña tenía unos años más… —¿Dirías que es un buen punto de inflexión? No juzgaré tu respuesta- porque siendo francamente honesto, no era nadie para juzgar en eso (aunque se creyera juez y verdugo en muchas cosas más), escuchar que la vida se ponía patas arriba, lo hizo pensar en todo lo que cambiaría lo que significaría para Frank y para él, lo mucho que le aterraba que todo fuera demasiado para Gottschalk (lo que lo convertía en el padre del año al no pensar más bien en ella y Hope que también era su hija). Sin embargo, se distrajo de esos pensamientos cuando la pelirroja soltó aquella broma que lo hizo bufar —Conozco el sentimiento… el haberte conocido y que cambiara todo para mal, pero también sé que algún día reconocerás que soy de lo mejor que te pasó- no realmente y jamás creería que era así, pero dar la contraria siempre había sido parte de la dinámica de los dos.

—Un libro de ciencias que no he podido encontrar y que pensé que tendrías- que después de todo por algo seguía volviendo a la librería de Beth (por mucho que disfrutara molestarla, había otras razones para ir y era que consideraba buena la librería, pero no sería algo que le reconocería).

Si era sincero, Gaspard no había pensado que había sido demasiado evidente que había estado viendo a la hija de Beth, y que esta se lo señalara lo tomó con la guardia baja, además que le sorprendió lo directa que había sido, porque no todos lo eran, así que respetando aquello la miró a los ojos —Me recuerda a alguien- se limitó a decir, no dar más explicaciones, y esperando que no creyera que era por alguna razón turbia que miraba a la niña cuando no tenía nada que ver, solo había sido su genuina curiosidad por la infante y por la suya propia. —A verte, he venido específicamente a eso- dijo poniendo los ojos en blanco —Vine por un libro a la librería que los tiene ¿Por qué otra razón vendría?- que no tenía intención de pelear otra custodia.

Dejando toda aquella seriedad de lado, una sonrisa de lado se formó en los labios del cazador —Si no mal recuerdo la que mordió el polvo la ultima vez fuiste tú- él recordaba muy bien como había barrido con ella el piso —No podía perder la oportunidad de ganarte nuevamente, es la verdadera razón por la que estoy aquí, ganarte alimenta un poco mi ego- dijo encogiéndose de hombros.

Beth entrecerró los ojos, esperando que después de aquel medio cumplido (que le “iba bien” había dicho, what) fuera añadido un pero… Sin embargo, no llegó nada por parte del francés. Lo que la dejó sin palabras durante unos segundos, ligeramente boquiabierta. —¿Gracias? Supongo. No debía de bajar la guardia, seguro que de un momento a otro habría un comentario mordaz… Y para eso ya estaría preparada para tirar la mordida (cuando en realidad casi todas las veces mordía ella primero cofcof) —A ti también… Se te ve decente. Añadió creyendo que estaban en alguna especie de tregua y se sintió en deuda de regresársela, más o menos.

Y aunque aquello era dar pie a una conversación más prolongada, haciendo que pudiera quedarse más tiempo en la tienda, no pudo evitar añadir… —¿Y qué te trae por aquí? Que en parte también era parte de saber las intenciones del contrario. Después de todo, y como había dicho Beth, tenía un grupo de apoyo detrás, en el cual se encontraban una gran parte de criaturas que sí debían de figurar en la lista de posibles presas para un cazador (Y añadiendo que su hermano tenía un don especial para incluirse en la lista negra del Terrise y su compañero).

Desvió la mirada a Hope y no pudo evitar sonreír orgullosa y con un amor infinito, no podía decir que el contrario no estuviera en lo cierto… Y es que desde el minuto uno había sido complicado y por supuesto una responsabilidad, pero a pesar de todo y del cambio tan grande en su vida no cambiaría nada que pudiera hacer que no tuviera aquel regalo de dos años y medio. —Lo es, pone tu vida patas arriba. Un punto de inflexión que lo cambia todo. Entrecerró los ojos, no perdiendo la oportunidad. —Como conocerte, pero en tu caso para mal. Hinchó en pecho y se cruzó de brazos. —¿Qué es lo que buscabas? ¿Qué pretendías encontrar?

Le daba cierto repelús cada vez que desviaba la mirada a Hope y no como no podía evitar que cierta pregunta asaltara en su cabeza, la cual no tardó en verbalizar. —¿Qué es lo que ves? Por mucho que Hope fuera un bebé, un ser vulnerable, y diera un salto de fe creyendo que ningún cazador le haría daño al no haber manifestado nada de lo que preocuparse… No podía retener aquella pregunta cuando hasta el propio padre de la criatura le producía rechazo cada vez que la miraba (aunque fuera por motivos de estudio). —¿A qué has venido específicamente a la librería? A ver si era para quitarle la custodia, ya que era hija suya.

Apunto había estado de suspirar aliviada al ver que se daba media vuelta y se marchaba, pero se había detenido y había prendido la chispa para hacerla saltar. Si es que ella era una santa y era él quién la provocaba. —¿A eso has venido? ¿A morder el polvo de nuevo? ¿No tuviste suficiente con la primera vez, Gaspy? Quizás lo recordaban ligeramente diferente.

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El alfa asintió mientras la comisuras de sus labios se fruncían en un gesto que indicaba que estaba de acuerdo con lo que Penny estaba diciendo —Cierto- dijo riéndose un poco, porque la comunicación nunca había sido lo suyo como manada, pese a que podía llamar a Penny mejor amiga, había mucho que no se habían compartido, muchos silencios en los que había sido mejor resguardarse —Tal vez deberíamos intentar reducir esa lista- una mueca se formó en su rostro ya que decirlo era fácil, intentarlo no del todo. —La vida es dura y hemos recibido muchos palos en los últimos meses que nos lo confirman- golpes y palos que les habían desequilibrado pero que después de todo aunque se habían tenido que lamer las heridas, habían continuado, habían seguido adelante a pesar de todo —Pero de alguna manera logramos salir adelante- tanto en los golpes que apretujaban en el corazón como en los otros que habían podido recibir. Pero dejó aquellas reflexiones de lado para depositar toda su atención en lo que su amiga le podía compartir en esos momentos —El común denominador eres tú porque es lo que estás viviendo, eres tú la que lo está experimentando pero eso no se significa que sea del todo verdad lo que piensas- vaya si Adam era experto de creer que era él el problema, era incluso hipócrita que quisiera rebatir lo que la menor le estaba diciendo, pero había cosas que se podían ver con claridad si se miraban desde el exterior como era lo que él estaba haciendo en ese momento.

—Porque para nadie es fácil hablar, no es tan sencillo abrirse y compartir temas, pero eso no quiere decir que todo esto sea culpa tuya, para que exista comunicación se ocupan dos y para que el silencio continúe también- así que las piedras también podrían lanzarse a él. Una sonrisa casi se podría haber formado en sus labios mientras conversaba con Penny, en el intento de apoyarla en la conversación, sin embargo, esta murió sin siquiera nacer, ya que el nombre de Peter lo hizo fruncir los labios mientras tomaba aire, porque escuchar aquel nombre seguía siendo un golpe al pecho, y un desgarro al corazón, así como una oleada de nostalgia y culpabilidad, jamás sería fácil escuchar el nombre de su antiguo (mejor amigo) alfa. —No hablamos de él porque hay mucho detrás, cargas que Charlie no tenía, y si hubiera podido evitar hablar de él lo hubiera hecho, le mostré lo que le mostré porque era lo justo, porque no hubiera podido vivir sintiendo que le había mentido a Charlie, o que hubiera podido parecer que guardaba nuestra historia para que confiara en nosotros- prácticamente se había visto obligado, si hubiera podido elegir, el recuerdo seguiría enterrado, volviéndose aun más un tabú.

—¿Qué es lo que quieres hablar de él?- en  un impulso, uno que tuvo que tomar en esos momentos para no seguir dándole fuerza al tabú, fue capaz de pronunciar aquella duda, también porque la curiosidad era desgraciada y quería saber que era lo que había pasado por la cabeza de Penny, pese a que ni siquiera había sido capaz de nombrar por su nombre a su antecesor. Pero aquel tema fue abandonado, ya que en la verborrea que Penny estaba soltando, nuevas personas fueron incluidas —Sé que debí hablar de la cazadora, sé que no estuvo bien que no lo dijéramos- una parte de él no estaba seguro de porque se había callado aquello, no había sido su mejor decisión como alfa. —Y también debí contarte de Dante, pero no estaba listo para hablar de algo que no sabía si pasaría, no es que haya tenido mucha suerte antes, no quería hacerme ilusiones- como lo había hecho con Harley o incluso Peter… —Creo que ni siquiera tengo que decir sus nombres para que sepas porque no podía decir tampoco lo de Dante- porque podían ser estúpidos y no hablar, pero de alguna forma siempre se habían enterado de los sentimientos del otro coff. —Quiero mejorar en ello Penny, no solo por ser alfa sino porque eres mi mejor amiga, eres la persona con la que más tiempo he compartido mi vida, además de mi abuelo, y por eso quiero estar para ti- como estaba intentándolo en esos momentos, escuchando, queriendo ayudarla, calmar las tormentas que podían estarla atormentando.

No tenía que pensar mucho su respuesta para la menor, ni siquiera debía meditarlo mucho, aun así se tomó algunos momentos para soltar con completa sinceridad: —No, no soy directo jamás con lo que quiero- siempre se iba por las ramas, se resguardaba en el silencio con temor, demasiado aterrado de poner en palabras lo que deseaba, demasiado asustado a salir lastimado, e irónicamente aquello le había provocado dolores de cabeza y del pecho que aún podían mantenerlo despierto por las noches —¿Tienes algo que decir que a otra persona no le gustará?- cuestionó Adam, imaginando que era a lo que se refería su amiga, leyendo entre líneas lo que pasaba por su cabeza —Si te soy sincero, yo no he tenido que hablar, ha sido Dante quien ha puesto las cartas sobre la mesa- seguramente si hubiera caído la responsabilidad en Adam, nada hubiera ocurrido —Pero no es que yo haga las cosas muy fáciles- Dante era mucho más directo que él en todos los sentidos, si habían avanzado en lo que tenían todo el crédito o al menos casi todo era de Dante.

Sin poder evitarlo, Adam soltó una risa ligera ante la solución a la que Penny había llegado —No me lo digas mucho que terminaré tomándote la palabra de irnos, es lo que siempre quise, vagar por el mundo- dijo bromeando, ya que por supuesto no sería capaz de abandonar a la manada y por lo tanto jamás dejaría a su suerte a Charlie —Pero creo que le dimos nuestra palabra de ayudarlo y tenemos una responsabilidad, y en un punto se nos acabarán las ciudades a las cuales huir si esa será nuestra solución- que aunque tenía tintes de broma sus palabras, también cargaban verdades, ya que no podían huir de sus problemas por muy tentador que en ocasiones fuera.

—No serías capaz de matarme, sin mí tu plan de huida se cae un poco- dijo el Alfa riéndose entre dientes y aferró por algunos momentos las manos de Penny que habían tomado las suyas y las liberó, aunque Penny había seguido tomando su muñeca, lo que le daba señal de que consuelo era algo que aún necesitaba su amiga, así que no se alejó de su amiga. Entendía a Penny, entendía lo que le estaba diciendo, en los últimos meses habían sufrido demasiados cambios, buenos, malos y terribles era difícil ver como la vida cambiaba y la nostalgia, el querer que las cosas continuaran como siempre estaba presente, pero desgraciadamente o afortunadamente en ocasiones era algo que no se podía detener. —La pregunta aquí es si piensas que esos cambios son malos, porque no todos los son ¿no?- porque para él no era malo la inclusión de Dante en su vida… —Todo es diferente a lo que era antes, a lo que era nuestra vida antes, pero ¿Lo ves como algo malo?- porque ese era el tema de la cuestión… —No creo que te estés volviendo loca o no más de lo que ya estamos- dijo lo último queriendo aligerar un poco el tema —Tiene sentido, créeme que lo tiene- por lo menos para Becket lo tenía —Una conversación normal, una de las que siempre tenemos, si no hubiera amenazas de muerte, pensaría que algo muy malo te pasa- y con eso no estaba bromeando coff.

—Y a mí me importa él, es una buena persona, Penny- dijo con sinceridad, porque, aunque tenía poco tiempo de conocer al Beta, Adam le había tomado cariño, era alguien importante para él —Como tú también me importas, me importan los dos- y por eso se preocupaba por la felicidad de los dos. Adam asintió con suavidad unos momentos tras escuchar a la menor, y aunque no sabía si erraría con las conclusiones a las que había llegado, aun así, dijo: —Piensas que él te quiere más que tú a él-

10 de Septiembre [Central Park ]

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—No es fácil hablar de muchos temas, especialmente de esas cosas- Adam era el menos indicado para recriminar que Penny no le hubiera compartido lo que estaba pasando en su vida y en los temas del corazón. —¿Por qué ese es el problema- se atrevió a preguntar cuando la menor le dio la razón del problema que tenía que ver con el beta, el tono de la pregunta no era acusatorio, era genuina duda —La mayoría de las personas preferiría la sinceridad ante todo- comentó Adam, antes de fruncir ligeramente el entrecejo —Al menos que lo que te esté diciendo no sea algo que quieras escuchar…- no se atrevió a decir nada más, con esas palabras era una forma discreta de darle pie si quería compartirle más de lo que la estaba aquejando.

Los dedos del Alfa continuaron jugueteando con el cabello de su mejor amiga de una forma distraída y fraternal, mientras escuchaba el discurso de Penny, no queriendo perderse ni una palabra ya que le era de sumo interés escuchar todo, ya que se trataba de dos personas que le importaban, sobre todo Penny, quería saber si había algo en lo que pudiera ayudar.

—¿Cómo tal?- repitió mirándola frunciendo un poco más el entrecejo —Pero no va del todo bien ¿o me equivoco?- porque tal vez estaba poniendo palabras en su boca que jamás había pronunciado —¿Por qué dices que las discusiones son culpa tuya? Para discutir si no estoy mal, se necesita de dos personas- Adam soltó el mechón de cabello de Penny para llevar sus manos al rostro de esta (esperando que no lo golpeara en el proceso) y la acunó queriendo verla a los ojos —¿Qué es lo que está pasando Penny? ¿Qué es lo que te aqueja? - porque sentía (aunque podía ser una estúpida intuición) que había más detrás de lo que le estaba compartiendo, y aunque respetaría si no quería decirle nada más, no podía evitar preguntar por si existía la posibilidad de ayudar en algo.

—Y tú le importas a él- señaló Adam, que no sabía si estaba hablando demás, pero creía que al ser Penny su mejor amiga, tenía permitido darle información coff —¿A qué te refieres?- cuestionó con una clara duda —¿Piensas que no le importas o que le importas más que él a ti?- lo primero era lo que Adam hubiera concluido si se hubiera tratado de él mismo, porque siempre había creído que la gente no se interesaba en él, pero aunque eso fue lo primero porque pensó que tal vez atormentaba a Penny, también sabía que los dos eran completamente diferentes y que podría ser lo segundo.

( @ninadesucre )

10 de Septiembre [Central Park ]

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Las palabras de Luciano, indiferentemente de que no tuvieran una verdad certera, dejaban en evidencia al mayor y tan solo provocaban dos cosas: Uno, Rose estaba llegando al límite de su paciencia para una conversación como esa, y dos, claro que había algo que admitir. Así que la rubia aprovechó que su mano aún se hallaba en la mejilla de Luciano y zafándose del ligero apretón que este le proporcionaba, guió sus dedos a tomar el rostro ajeno esta vez desde el mentón, moviéndolo con cuidado (ya que claramente ella era mucho más fuerte que el humano) para que fuera mucho más fácil encontrarse con la mirada del médico, si es que este tenía el valor de sostenerla “Acepta que estás huyendo de mí” de nuevo, pero esta vez por razones distintas a las de hace años. Porque no sabía la razón, no sabía si se trataba de alguien más tomando el lugar que ella tuvo hasta hace unos meses atrás o si quizá Luciano simplemente no quería enfrentar la realidad que les había tocado vivir gracias a las decisiones y distancia que les habían separado, pero si había algo de lo que estaba segura, era que Luciano seguía huyendo y que el trabajo en el hospital había sido la excusa perfecta para ello “Que no quieres tener la conversación que sabes debemos tener” ¿Eso significaba que esas decisiones serían definitivas? No lo sabía, pero no quería fingir que eran buenos amigos, como siempre y que los sentimientos simplemente se habían esfumado, porque definitivamente no era así.

on cuidado apartó su mano, porque a pesar de lo receptivo que resultaba ser el humano ante una simple caricia por parte de la bailarina, con el giro de la conversación prefería simplemente no incomodarlo, aun así mantuvo la cercanía con él, por lo que cualquier toque si es que llegaba a no poder soportarlo era accesible para ambos, y es que los lobos siempre habían sido muy de piel, expresivos y Rose, siendo hija de dos alfas, no era la excepción.

Pronto, la menor se encogió de hombros como si pudiera restarle importancia al resto de la conversación, luego se encontró negando “No habría razón para llegar a pensar eso” Y es que el vínculo que había formado con el médico iba más allá de una relación que podría considerarse fallida hasta el momento. No lo sentía como un hermano, como resultaba ser con Tommy, mucho menos algún tipo de familiar, como parecía ser con Tressa, Luciano iba más allá de cualquier concepto similar al de la amistad o amor,  simplemente le sentía como su persona “Puedes confiar en mi palabra” Y la sinceridad brotaba de esa frase mencionada por Deroeux “No eres un chico malo, solo se han complicado un poco las cosas… Pero eso no quita que siempre serás especial para mí, Lu”

Sentía la mano de Rose apresando su mentón, en otro momento hubiera disfrutado de una caricia así, pero en esos momentos solo podía pensar que si miraba a Rose a los ojos terminaría aceptando lo que evidentemente su ex novia sospechaba… y era algo que no quería hacer ya que llevaría a una conversación que no sabía muy bien como afrontar (de ahí que estuviera huyendo tanto de la situación…) –No estoy huyendo de ti- respondió soltando un bufido como si aquella idea fuera completamente descabellada, cuando claramente no era así y Rose estaba en lo correcto de las razones por las cuales Luciano no había estado presente en Navidad. –¿Qué conversación?- preguntó apretando un poco los labios, aunque bien sabía que conversación era la que debían mantener y era justamente por eso que estaba costándole tanto trabajo –Podemos conversar, estoy abierto a las conversaciones, estamos conversando en este momento, tú y yo tenemos una conversación ¿verdad?- y esbozó una sonrisa como si estuviera triunfando en algo, porque no había dicho que no a la conversación pero tampoco había aceptado que debían tener esa conversación en concreto.

Rose abandonó las caricias haciendo que el medico tomara un poco de aire ante el hecho de que la menor no estaba dirigiendo su rostro para verla a los ojos, sin embargo, sí que echo de menos el contacto y aunque ardía en deseos de acariciar, de tocarla, no lo hizo, porque no era algo que pudiera permitirse, no era algo para lo que tuviera permiso como había sido antes, por lo que se limitó a llevarse una mano al cuello y rascarse de forma nerviosa.

–¿Segura de que no hay razón?- preguntó mientras la miraba, porque seguía sin estar del todo convencido que no hubiera razones para ello. –¿A pesar de que pienses que huyo?- se atrevió a cuestionar mientras tomaba un poco de aire, para después continuar con la conversación. –Confío en tu palabra, Rose, siempre he confiado y siempre lo haré- dijo con completa sinceridad y alargó la mano para acariciarla, pero se arrepintió en último momento así que se limitó a darle unos torpes golpecitos en el  hombro. –Yo diría que no he sido muy bueno- dijo mientras cerraba uno de sus ojos al haber hecho una mueca, pero abandonó aquella expresión cuando escuchó ciertas palabras que hicieron que su corazón saltara y estaba casi seguro que Rose podría escucharlo –Tú también siempre serás especial para mí Rose… se compliquen las cosas o no-

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Al escuchar los buenos deseos que Luciano mencionaba para su mamá, la rubia no pudo evitar reír un poco, una risa real, pues sabía perfectamente que la relación entre su madre y su ex novio que doloroso mencionarlo no era exactamente la mejor gracias a ella; Queen podía llegar a ser un poquito difícil “Le haré llegar tus felicitaciones” Y Rose no mentía con ello, a pesar de las circunstancias en las que se encontraba, aún le causaba gracias el respeto mejor dicho: miedo que Luciano parecía tenerle a Queen y el recelo que ella conservaba cuando de Luciano se trataba ¿Entendía eso último? No, pero ya había desistido de hacerlo.

Pero la diversión de esa conversación había desaparecido de la misma manera en que había llegado, por lo que la sonrisa de Rose a pesar de que se mantuvo, ya esta no llegaba a sus ojos ante el pésimo actuar del mayor, sin embargo negó en respuesta “No eres mentiroso” se atrevió a afirmar para darle razón a su negación “Pero sé lo que sueles hacer para huir de ciertas situaciones” Porque sí, Rose había aprendido a conocerlo y leerlo perfectamente a lo largo de los años, no era un secreto para ninguno de los dos que el mecanismo de defensa del futuro druida era la huida, él mismo se lo había confesado alguna vez “Así que dime tú… ¿Por qué me mentirías?” Aquella conversación en cierto modo llegaba a estrujarle el corazón, no sabía si por temor a la respuesta que pudiese obtener por parte del médico o porque, de ser contrario a lo que todos sus temores e inseguridades pudiesen hacerle creer, él la estaría pasando tan mal como sí misma en noche buena ante su ausencia por primera vez en tantos años. La rubia se encontró entonces suspirando ampliamente “Sé que los hospitales deben estar abarrotados de personas durante las fiestas, pero ¿Seguro que no viniste por eso? Mírame a los ojos cuando respondas eso” ¡Y sí! Era necesario que la mirara, porque Rose también recordaba a un Luciano mencionar que los ojos de la rubia eran como una debilidad algo debía usar a su favor si es que aún era de esa manera.

Con las últimas afirmaciones de Luciano, la rubia tuvo un momento de valentía y quizá al sentirse conmovida no dudó en dar un paso adelante y permitir que su mano acariciara la mejilla derecha del médico “Justamente por eso sí merecías un regalo… Y no es carbón” Sonrió Rose de forma ladina al tomarse una pausa “Eres Luciano, siempre, siempre merecerás una bienvenida, un regalo y alegría por el solo hecho de verte”

La risa de Rose lo hizo rascarse ligeramente el cuello mientras una risa también lo traicionaba a él, porque ambos debían estar pensando en la relación tan peculiar que tenía con Queen. –Espero que mis felicitaciones no le arruinen tanto el día- bromeó el médico mientras negaba con la cabeza, porque creía que no llegaba a tanto el desagrado (creía) porque tal vez había cambiado la situación después de que habían terminado coff coff y posiblemente Queen lo odiaba… o quien sabe tal vez lo amaba porque entonces no se robaría a su hija, todo podía ser coff coff.

Las cejas de Luciano se alzaron con clara sorpresa porque no se había esperado que Rose declarara que no era un mentiroso (porque en cierta medida sí que lo era) –¿No lo soy?- preguntó y después mostró una expresión de claro orgullo (y falso porque sabía que sí que era mentiroso coff coff) –Ya sabía yo que no era mentiroso y que tú sabías que siempre digo la verdad- y en esos momentos no estaba siendo fiel para nada a lo que estaba diciendo, pero daba lo mismo, podía afirmar aquello. Pero claramente Rose lo conocía muy bien y aunque no lo había llamado mentiroso sí que había dicho algo que lo describía perfectamente… –¿Qué es lo que suelo hacer?- preguntó tratando de zafarse de lo que su ex novia (¡auch!) había dicho. –No hago nada, soy valiente y enfrento las situaciones lo mejor que puedo- y lo mejor que podía hacer era huir y mentir en el proceso si era necesario, pero eso no lo iba agregar a su discurso. –Ambos hemos estado de acuerdo que no miento… así que no he mentido, sí que había mucho trabajo en el hospital- continuó aferrándose aquello con los dientes, pero sabía que podía llegar a irritar a Rose, sin embargo, pese a ello no podía aceptar en voz alta la verdadera razón por la cual no había ido a la celebración de navidad. Hubiera continuado firme en su discurso así como en su excusa, pero Rose era mucho más lista que él y le pidió algo que lo hizo dar un paso hacia atrás –¿Para qué quieres que te vea a los ojos?- cuestionó tratando de disimular que sabía la razón por la que la menor le estaba solicitando aquello. –¿Qué es lo que quieres que acepte Rose?- preguntó finalmente sin mirarla a los ojos, y un tanto derrotado porque viendo como iba la conversación finalmente confesaría sus razones detrás de la ausencia.

Sin poder evitarlo, su rostro se amoldó a la caricia que Rose le regaló, caricia que sorprendió a Luciano, porque pensó que no recibiría nunca más un gesto así de parte de Rose, y no pudo evitar dejar que su mano se posara sobre la ajena –¿Por qué he sido un chico malo me merezco un regalo? Eres demasiado buena, Rose… ¿Estás segura que no es carbón?- volvió a preguntar mientras le daba un apretón a la mano de la contraria. –¿A pesar de todo?- preguntó dudoso, presentando ahí sus inseguridades, sus miedos y el terror que sentía de haber roto lo que tenían y habían tenido antes de siquiera ser pareja. –Tal vez llegue el día que no me merezca nada de eso, que sientas que ya no es así…- “porque ya no me quieras” pensó pero no se atrevió a decirlo.

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En toda ¿Relación? ¿Cómo más se le podía llamar a esto? Era necesario un equilibrio y quizá Rose podía llegar a dárselo, pues a diferencia de Luciano ella había aprendido a confrontar cierto tipos de situaciones aunque esta vez no supiera exactamente qué hacer con el mar de emociones. Así que a pesar de notar el poema que habían significado las emociones de Luciano en su expresión ante la confusa respuesta de la rubia, esta no había sonreído en victoria, todo lo contrario… “¿Pasarla bien? Digamos que sí, diciembre siempre es un torbellino gracias a mamá” Pues la casa de los Deroeux se volvía un caos desde los primeros días con la celebración de un cumpleaños. Y si, Rose también quiso saber si las fiestas habían estado siendo buenas para el mayor, pero una parte de ella tenía el temor de que él no hubiese estado huyendo, sino que hubiese alguien más con quien celebrar fuera de esta ciudad.

Y si había algo más que era un caos en este instante, era la cabeza y el corazón de la rubia, que apretaba el puño al notar la mentira tras las palabras del médico, pero que suspiraba con la sonrisa que le era correspondida. ¿Auxilio? Sí, volvía a buscar por encima de su hombro a su mejor amigo, el cual convenientemente había desaparecido “Estás mintiendo…” No perdió la oportunidad de señalar ese hecho, pero no podía estallar simplemente de molestia, no con él, no ahora. ¿Valía la pena enfrentar la situación? ¿Haría alguna diferencia entre los dos? No había respuesta, por lo que simplemente decidió desviar la mirada del rostro ajeno y enfocarla en las personas, tantos de ellos buenos conocidos e incluso familia.

Sin embargo, se dio en ese instante un segundo para asentir “Siempre te merecerás un regalo y una buena bienvenida, doctor” Aceptó, tratando de lucir un poco más indiferente que hace segundos atrás, pero Luciano siempre tumbaba sus intentos con frases simples que para ella significaban mucho. Volvió a verle, quizá tratando de ver una nueva mentira tras una simple frase, pero esta vez no la encontró “¿Sí? ¿Te alegra?” Preguntó ligeramente incrédula. Si aún se tratara de la pequeña que era cuando ellos jugaban en el parque probablemente ya estaría desbordando lágrimas y haciendo ese puchero incontenible cuando sus rodillas se raspaban, porque algo de este encuentro dolía más que un rasguño de la infancia.

–Ya… me lo puedo imaginar- dijo el médico mientras nuevamente una sonrisa que no terminaba de despuntar bailaba en sus labios –Feliz cumpleaños a tu mamá por cierto- aunque casi podía apostar que no era la persona favorita de la Alfa de Polmadie… pero aún así podía felicitarla (aunque francamente le tuviera miedo y más desde que su relación con Rose había terminado) –Me da gusto que lo hayas pasado bien- agregó carraspeando un poco, también en un mísero intento de que las emociones que antes lo habían embargado y que lo habían dejado en evidencia se esfumaran, pero algo que no podía hacer del todo, ya que después de todo era difícil pasar su primera navidad sin que Rose estuviera con él… que estaba con él en ese momento, pero no de la forma en la que lo habían estado antes…

Creyó notar que Rose buscaba a alguien, pero como el cobarde que era no se atrevió a preguntar nada porque aunque le había dicho que iba solo con su madre y Tommy la inseguridad de que tal vez estuviera buscando a alguien más se hizo presente así que prefería vivir valientemente en la ignorancia. Pero lo de valiente no duró por mucho tiempo ya que Rose lanzó una pregunta que nuevamente lo estaba confrontando y que si era sincero no le sorprendía que Rose hubiera pescado su mentira, era casi de esperarse, pero también lo que era de esperarse era que Luciano mintiera nuevamente coff coff tratando de solapar su mentira anterior –¿Me estás llamando mentiroso?- preguntó fingiendo que se escandalizaba pero aquella nueva actuación también le salió muy mal. Notó como Rose desviaba la mirada y tomó un poco de aire en esos momentos –¿Por qué mentiría?- preguntó aunque pronto se arrepintió de aquello porque no sabía que cosa le podía señalar Rose (y seguramente acertaría). –Había mucho trabajo y me ofrecí a ir, siempre falta personal en estas fechas- lo cual no era del todo mentira, pero en otros años se las había arreglado para no ir, algo que Rose bien sabía.

–¿Siempre, siempre, siempre?- preguntó dudoso, porque si era sincero no creía que se mereciera nada ese año, no con lo mal que se había portado… –¿El regalo es carbón?- preguntó intentando bromear un poco aunque no creía que le había salido del todo bien, pero con aquella broma hacía alusión a que un chicho bueno no era como se le describiría precisamente. Le sorprendió que Rose dudara de sus palabras, pero no la podía juzgar ni ofenderse por ello, ya que sabía bien que estaba dando señales mixtas –Me alegra, siempre me alegra, eres Rose… siempre me alegrará verte no importa lo que pase- o que ya no estén juntos o que ella pueda estar con alguien más, siempre le alegraría verla, porque siempre la iba a querer.

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beautiful take on grief by Andrew Garfield

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Podría decirse que la rubia se encontraba en una guerra interna ¡Sabía que vendría! Se repitió un par de veces en cuanto cruzó mirada con Luciano y no quería que fuera de esa manera, pero Rose sentía cierta molestia invadirle en aquel momento más allá de lo grato que una parte de si experimentaba tan solo por verlo de nuevo luego de ¿meses? porque sabía perfectamente que el mayor entre ambos no se esperaba ese encuentro ¡Era evidente! ¡Lo conocía!

Sin embargo suspiró ligeramente y forzó una sonrisa, quizá tan forzada como la misma que sostenía el médico “Sorpresa, sorpresa… felices fiestas, Lu”, aun así, la menor no funcionaba de esa manera y aquella sonrisa simplemente decayó en cuestión de segundos.

¿Debería decirle que sí? Sí, estaba en compañía de alguien más aunque no fuera cierto, la rubia realmente no sabía del todo como manejar la situación con quien hasta no hace mucho había sido su pareja y, por supuesto, su amigo… ¡Pero él había evitado este encuentro no necesitaba una afirmación para estar segura de este hecho y quizá merecía una lección! Sí, le diría que sí “….No, es decir ¡Sí!” Alzó sus cejas, sabiendo perfectamente lo confuso que sonaba y fue en ese instante que la razón la llevó por el mejor camino “Solo mamá, Tommy también está por aquí” y finalizando aquella frase, giró por encima de su hombro quizá para buscar al mencionado en forma de auxilio.

¿Debería enfrentar la situación o mejor dejarlo por la paz? Era noche vieja, no faltaba mucho para que el año finalmente concluyera y estaba ahí, frente a una de las personas que más amaba por no decir que estaba primero en su lista y tan solo ansiaba que algo se sintiera tan brillante y ¿Mágico? Como siempre había resultado ser “Pensé que te vería en navidad ¿Por qué no fue así?” Prefirió preguntar a la par que cruzaba sus brazos “Puede que un regalo haya quedado bajo mi árbol en noche buena” Y ahí, aunque no fuera del todo amplia, si reapareció una sonrisa genuina en la cara de Rose.

Sí que era una sorpresa porque no había esperado ver a Rose, no habían sido sus planes y había intentado no encontrarse con ella. –Sorpresa para ti también- intentó bromear mientras volvía a sonreír tratando de que en esos momentos no fuera tan forzada su sonrisa –Felices fiestas, Rose ¿lo has pasado bien- preguntó, la pregunta no era por cortesía era porque realmente le interesaba saber como lo había pasado, porque Rose le seguía importando, porque la seguía queriendo, pero todo era tan complicado…

Una expresión de desconcierto apareció en el rostro del médico cuando la respuesta a su pregunta de si iba acompañada fue dicha, sintió un sobresalto en el pecho, uno que dolió porque en esos momentos escenas de alguien con Rose, acompañándola, haciendo todo lo que él quería hacer con ella aparecieron en su mente, torturándolo y haciéndolo más consciente de que ya no estaban juntos y que la vida seguía, Rose iba a seguir adelante y él… también tendría que hacerlo. Seguramente en su rostro pudo leerse el dolor y la decepción porque no era tan bueno para poner póker face, por lo que seguramente también fue evidente como el alivio iluminó su rostro cuando Rose expresó ir solo con su madre y Tommy… casi podía respirar con alivio (o tal vez lo había hecho).

Pero no tuvo mucho tiempo para sentirse aliviado ya que pronto llegó una nueva pregunta, una que hasta cierto punto lo confrontaba y Luciano no era precisamente bueno con la confrontación… –Tuve cosas que hacer… mucho trabajo, ya sabes estas fechas son complicadas en el hospital…- empezó a decir, pero estaba convencido que Rose sabía que mentía, porque ella lo conocía lo suficiente para saber que solía huir cuando no quería enfrentarse a algo… pero aun así no había podido evitar intentar mentir en un último intento de escape –Oh… ¿aun me merezco un regalo?- preguntó ante lo último, esbozando una sonrisa en respuesta a la sonrisa genuina de su ex novia, y de cierta manera al hacer aquella pregunta a Rose estaba aceptando que había mentido. –Me alegro de verte- terminó conteniéndose de soltar un suspiro ante lo que sus palabras significaban.