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¿Feliz año?

Si esta noche: 

- Te sientes solo.

- Estás pasando un duelo.

- Estás lidiando con problemas de salud.

- Estás cuidando a alguien enfermo.

- No estás siendo escuchado o tu familia no te apoya.

- No puedes estar con tus seres queridos.

Si no te sientes festivo o no estás alegre en esta época; ESTÁ BIEN. 

Para muchos/as esta noche es solo un día más y mañana volverá a salir el sol. #31DeDiciembre

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#BienSolo

<< - Tienes que estar bien solo>>. La de veces veces que alguno/a de vosotros me ha dicho esa frase cuando cuento que no encuentro vínculos intensos, duraderos y profundos con alguien.

<< - Yo estoy bien solo, lo que ocurre es que quiero tener a alguien con quien compartir”>> (mi respuesta estrella).

Hasta hace poco fui entendiendo que tanto los que me dicen eso como lo que contesto yo, tenemos razón.

Siento que estoy bien solo porque tengo un día a día repleto de afectos, intereses, actividades y cosas con las que soy feliz. ¡Cierto! Pero también que esa felicidad se potenciaría más si la comparto con una pareja. ¿Acaso eso es malo? No, está genial la búsqueda pero también hay que ser consciente que el exceso de ganas de potenciar mi felicidad hace que actúe en contra de ese deseo cuando conozco a alguien. O porque uno se pone demasiado receptivo, poco vulnerable o porque <<salga el sol por Antequera>>.

Hace más de 6 años que estoy solo, solísimo. Anoche no podía dormir, pensaba en aquello de “poder estar bien solo” y me preguntaba cómo estarán todos los solos y solas que cada noche se enfrentan a lo mejor y a lo peor que tenemos: nosotros/as mismos.

Yo funciono por momentos, por días. Encontré equilibrio entre mis oposiciones, las noches de maratón de películas y series, algunas lecturas y los encuentros virtuales por videollamada con algún/a amigo/a donde la mayor parte del tiempo nos lo pasamos preguntándonos <<¿se escucha bien?>>. Además estoy perfeccionando un bizcocho de chocolate que me anda acompañando cada noche en mi necesidad de algo dulce... y también me di algunos caprichos en forma de aperitivos para celebrar cualquier cosa, aunque no tenga motivo.

Tengo intolerancia a la incertidumbre en general, soy persona de mente cuadriculada, y en este momento en particular la certidumbre brilla en mi vida por su ausencia. Ya os conté hace 5 años cómo imaginaba mi vida a los 30 (https://www.facebook.com/notes/antonio-j-s%C3%A1nchez/a-mis-30-a%C3%B1os/10156565672450182/) y ya veis cómo lo es ahora con 35 años: cualquier parecido con la realidad está siendo pura coincidencia. Existe una falsa certeza de que lo que planificas y anotas en tu agenda se cumplirá en tiempo y forma, pero cuántas veces la vida te da una frenada en seco y te pegas una hostia de realidad: “Nos esforzamos por darle un sentido, una forma, un orden a la vida, y al final, la vida hace con una lo que le da la gana” (frase de Fernando Aramburu en su libro <<Patria>>).

Pasé demasiado tiempo ensimismado en el <<¿cuándo?>> sin darme cuenta que era más importante enfocarse en el <<¿cómo?>>. A estas alturas de mi vida estoy todavía aprendiendo que la respuesta a ese <<¿cuándo?>> es: cuando tenga que ser. Y la del <<¿cómo?>> es: de la mejor manera posible.

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Dilemas morales

Que quieres tener sexo sin amor: bien.

Que invites a una persona al cine, a cenar... con el único propósito de querer acostarte con ella: mal.

Que quieras tener una relación de afecto y cariño con una persona y tener sexo con ella: bien.

Que crees falsas ilusiones a alguien para tener sexo: mal.

Que te acuestes con tus amistades: bien.

Que utilices a personas para tener sexo haciendo creer que hay una amistad en medio: mal.

Simple. Fácil.

El vaso está cansado de estar medio lleno o medio vacío. Lo que quiere es que lo rompan de una vez y lo dejen en paz. 

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Ella... y él

Llegará el momento en que encontrarás y te encontrará un amor bonito. Ese que te va a mostrar la tremenda suerte que tuviste de que todos los anteriores no funcionaran. Una mujer y un hombre tan enamorados son tan evidentes como evidentes cuando no lo están; aunque a veces neguemos ver la realidad como ciegos que pretenden retrasar lo inevitable un par de citas más.

Él acababa de mudarse a una nueva ciudad por trabajo, tiró de antiguos compañeros para salir y poder conocer gente, comprobar qué tal está el “mercado”. ¡MER-CA-DO!,.. como le decimos a esa búsqueda consumista de placeres, amor... y del todo mezclado.

La primera chica que conoció él en aquel famoso <<Bar de las Motos>> con los colegas era una mujer melómana, con cara de nena y muy bonita enganchada a la serie The Breaking Bad. Así que muchísimo por hablar, conexión y risas. Las charlas con aquella chica se volvieron entretenidas y de diario. Pero, como siempre ha de haber un <<pero>>, la chica jamás proponía de verse y él andaba bastante cortado. Tras varios silencios, algunos que hasta duraron semanas enteras, llegó una insinuación y él y ella quedaron. ¿Quién podía conformarse con relaciones virtuales teniéndose tan cerca?

Se juntaron para tomar un café y terminaron sentados en unos bancos frente a la playa. Hablaron durante horas y el magnetismo que solo se comprueba con la cercanía de las pieles estaba ahí, latente. La ilusión de las primeras citas son sus momentos favoritos: cuando escuchas la otra persona y andas pensando si te va a besar, atentos a detalles de manos que pueden rozarse, miradas que se encuentran. Las mejores citas siempre son las primeras. Y las de ellos iban muy bien.

Llegaron los conciertos de rock, las caminatas por el paseo marítimo y la primera noche juntos. Y durante aquella noche lo que sí hubo fue mucha charla pre, mucha risa post y mucha piel durante. En la mañana del “después” no hubo apuros, ni egoísmos. Fue todo con tanta naturalidad que ambos parecían conocerse desde siglos y en otras vidas.

Aquel amor de verdad fue descubriéndose durante las siguientes semanas, los siguientes meses y siempre con sorpresas. Sobre él y ella, sobre el amor, sobre ellos mismos.

Él, siempre tan independiente, no entendía cómo empezó a apetecerle hacer cosas que antes creía muy aburridas como acompañar para ir al supermercado o a comprar ropa. Y cuando él le respondía <<es que disfruto estando contigo, en cualquier momento>>, los pensamientos de ella, siempre tan racionalizados, ¡¡no entendían!!, no conectaban. ¿De verdad aquel chico, ante opciones mucho más divertidas con otras personas, prefiere un plan aburrido hacer cualquier cosa con ella? Y la sinceridad de nuestro hombre al responder <<sí>> era tal que a veces a ella la superaba.

Ahí siguen nuestros personajes. Desde hace ya varios meses. Nuestra chica preocupada de que vendan bebidas sin alcohol para nuestro hombre a los pubs que van, y él sintiéndose mal si para almorzar no hay en el restaurante la “Ensalada César” que a ella le encanta. Él, yendo a comprar ropa que jamás le interesó; y ella, viendo películas de Batman que jamás imaginó que vería. Él y ella, preocupados por las personas que uno conoce y que el otro jamás vio. Y así están; otra vez ella, buscándole en el supermercado las hamburguesas que a él le gustan, viendo películas de aliens; y de nuevo él, despertándose y tapándola con las sábanas si la noche se pone fría. Y sigue ella, redescubriendo cuánto bonito es verle disfrutar de sus películas de superhéroes acurrucada en su sofá.

Caminan por la calle, ven tiendas, marchan por la vida cual adolescentes con las hormonas a mil y siempre cogidos de la mano. Nada les importa más que ellos/as.

Esto no significa que nuestros protas’ no añoren aquellos tiempos de soltería o que no les pueda todo lo que una pareja implica. Pero estar en pareja supone tomar decisiones que antes tomaba uno solo. Ceder ante cosas que uno antes no habría tenido que ceder. Es llegar a esa casa donde deseas que esté la otra persona y donde antes solo querías estar solo/a. Es que se enfaden contigo cuando te dejas la toalla mojada encima de la cama o que te cambien los cachibaches tecnológicos de sitio. Pero pasa cuando miras a la otra persona y ves ese amor bonito, ese amor que te dan ganas de un día más, de una serie de aliens más, de una canción más. Es bonito ese amor, es que es bonito el amor, es que es el amor bonito.

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Sentimiento paciente

Las mejores cosas en la vida requieren su tiempo

Hay sentimientos que son cuestión de tiempo, de entendimiento y de paciencia. Es una construcción que requiere cimientos fuertes sobre los que seguir levantando los demás pisos. No puede surgir de golpe, de sopetón; no puedes intensificar de primeras porque impacientándote solo conseguirás un bucólico “pudo ser” y un fulminante “pero no fue”.

Ese sentimiento es una decisión y aquí no vale el consenso. Yo decido sentir porque tengo la determinación a sentir, no para que me sientan por mí después. Pero si tienes suerte y los planetas se alinean, entonces es recíproco.

Una vez que sientes ya no hay descanso, no hay tregua. El sentimiento te aspira, te reclama, te impregna, te sorbe y ya no te escapas; aporta una f-e-l-i-c-i-d-a-d tan gigantesca como el universo: ser tal cual eres y así ser sentido por la otra persona.

... Aquí estoy yo, articulando estos renglones y muriéndome por hablarte. Pero sabiendo que lo que debo hacer es esperarte.

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La mesa de la apatía es más cómoda y en ella hay más sillas

Tiempos de COVID-19, ¿no?

También pasan algunas cosas buenas en este mundo de malas noticias, solo hay que voltear la mesa para buscarlas y, si no encuentras nada positivo, conviértete tú mismo/a en algo bueno. Sabes que las tragedias y las malas noticias te van a acompañar toda la vida pero que también lo hará la alegría, o la frustración, la tristeza pero también la felicidad: es el balance. 

Si la vida se empeña en darme equilibrio, yo le doy a la vida mi fuerza de voluntad. Estoy seguro que la actitud positiva siempre vence a casi cualquier obstáculo. El “truco del almendruco”, la trampa, es que a veces somos nosotros mismos ese obstáculo. Entonces nos limitamos con ideas diminutas, con pensamientos pequeños, muy negativos. ¿Te quejas mucho y propones poco? 

Nos sentamos en la mesa de la apatía porque es más cómoda y hay más sillas.

Aunque sea muy potente el dark side, cambia tu perspectiva. Si te atreves a ver la vida con los ojos más abiertos y sin tantos filtros, pasan cosas, los milagros suceden. Nos volteamos hacia lo que brilla, lo que une y lo que tiene espíritu. Empatía: porque te importo, me importas; porque me importo, me importas. Echa más endorfinas y quita testosterona, quita drama propio y aporta compasión, necesitas menos tiempo y proponte más causas. 

La vida está diseñada para nosotros/as y es nuestra idiosincrasia la que hace que la llevemos hacia donde queramos.

Aquí algunos consejos. Atiende:

Vas a morirte. Recuérdalo: te-vas-a-morir. Hoy o mañana, quién sabe; será con 90 años en mitad de una partida de petanca rodeado de tus mejores amigos, o quizás te toque hacerlo solo, en una cama, y cagándote encima. Sea como sea, cada día, siéntete agradecido por estar vivo. No reces a los dioses sino practica el simple y humano agradecimiento: poder tener 2 manos para trabajar y una cabeza para pensar, por tu capacidad de hablar, de caminar, besar o de sentir. Por tener familia y algún amigo/a. Hazlo por quienes odias y por quien amas: sé agradecido. Porque todo, personas y circunstancias, y tu actitud hacia lo que te rodea, va a forjar tu vida, que es prestada, y piensa que alguna vez tendrás que devolverla.

Haz deporte. Sabes que estás siendo muy sedentario. Deja esa obsesión por leer y aprender, ponte las zapatillas y sal al paseo marítimo, galopa. No puedes confiar en ti si no estás activo: agita tus emociones, tus reacciones, tu forma de sentir. El deporte es un antidepresivo, pídele ayuda.

Eres promedio, lo sabes. No eres lo peor, tampoco lo mejor. Hay gente más gorda que tú, también más flaca, personas a quienes se les dan mejor las chicas y también sabes de personas a quienes se les dan peor. Estás en media. No te tortures, tampoco seas engreído. Mira muy bien con quién te andas y qué sitios pisas. En tu vida serás el promedio de las 10 personas con quienes más te relaciones, los 10 lugares que más visites y, aunque ahora no me creas, serás el promedio de las 10 personas que más odies. Aprende a ser selectivo. Seguir diciendo que sí a todo solo te va a traer problemas y si sigues pretendiendo agradar a todo el mundo solo conseguirás que te olvides de ti mismo. Piensa bien con quién estás y por qué estás.

Como amigos intenta encontrar a los más parecidos a ti. Como pareja, a quien sea más diferente y seas capaz de querer. Y fíjate bien en los amigos/as mayores que tú, escucha sus consejos y decide si quieres seguir sus pasos o no. Apuesta por el corazón, todos/as acabaremos siendo un cúmulo de pellejos, ya lo sabes.

Arriesga. Ten miedo. No te hablo de conducir a 200 km/h, pero haz otro tipo de cosas que te causen temor. ¿Cuándo has sido la última vez que te has declarado a la chica que te gusta? ¿Cuándo te has atrevido a hablar en público sobre un tema que no controlas? ¿Cuántas veces te has bañado en el mar de madrugada tras una fiesta? Las cosas a medias sabes que a ti no te llenan, no estás viviendo. Hazme caso, mañana la agarras en la fotocopiadora y dile: - Niña, que me gusta mucho verte sin mascarilla, tómate algo conmigo- y le preguntas de una vez si tiene novio.

Carpe diem. Es cierto el dicho de que hay que aprovechar el tiempo. No te distraigas, no significa que estés siempre estudiando o trabajando. Sino que hagas lo que realmente quieras hacer. Pasa tiempo con tus amigos, visita a tu familia, sueña con montar esa academia de estudios que siempre has querido. Lo que sea, pero que puedas decirte de mayor: lo quise y lo intenté.

La vida no se compra. Podrás recuperar dinero, amores y amistades. Pero jamás jamás jamás vas a poder comprar un solo día más de vida que te tocó vivir ni tampoco recuperar un día ya vivido. Tienes pasados los 35. Ponte las pilas de una vez.

Controla lo que haces. Lo que comes o no comes, lo que bebes o no bebes, lo que lees, escuchas, ves y hasta con quién lo haces. Igual que cada noche cierras la puerta de tu casa para que no entre cualquiera, tampoco dejes la puerta de tu vida abierta para que entre cualquiera.

Importas menos de lo que crees a las personas. Cuando sufras esto, no desistas de ti ni en sacar de ti a una mejor persona. No lo hagas pensando en los demás, ¿lo notarán o no? Hazlo pensando en ti. Mejórate, pasas el 100% de tu tiempo conviviendo contigo mismo.

Aprende de memoria todo lo anterior. Aplícalo. Se te va la vida en ello.

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El Perfume

<<Dentro de uno o dos años, esta fragancia (la niña) habría madurado y adquirido una impetuosidad a la que nadie, hombre o mujer, podría sustraerse. Y la gente sería dominada, desarmada y quedaría indefensa ante el hechizo de esta muchacha, sin que nadie supiera la razón. Y como la gente es estúpida y sólo sabe usar la nariz para resollar, pero cree reconocerlo todo con los ojos, dirían todos que era porque la muchacha poseía belleza, gracia y donaire. En su miopía, cantarían las alabanzas de sus facciones regulares, de su figura esbelta, de su pecho impecable. Y sus ojos, añadirían, son como esmeraldas y sus dientes como perlas y sus miembros como el marfil... y demás comparaciones a cual más idiota. Y la nombrarían reina del jazmín y la pintarían necios retratistas y su imagen sería pasto de los mirones, que la proclamarían la mujer más hermosa de Francia. Y los jovencitos vociferarían noches enteras bajo su ventana, al son de la mandolina..., ricachones gordos y viejos caerían de hinojos ante su padre para pedir su mano... y mujeres de todas las edades suspirarían al verla y soñarían con ser tan seductoras como ella durante solo un día. Y nadie sabría que no era su aspecto lo que de verdad los había conquistado, que no era su belleza exterior, supuestamente perfecta, ¡sino únicamente su fragancia, magnífica e incomparable!>>

<<El Perfume>> ,Página 209 , por Patrick Süskind.

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Patria

- Hasta aquí he vivido y quizá un poco más. Sé lo que tengo dentro del cuerpo. No voy a someterme a quimioterapia ni a ninguno de esos suplicios. Quiero reunirme con mi marido, que ya va siendo hora, y nadie me lo va a prohibir. ¿Vivir un año más? ¿Dos? ¿Para qué? A mí me mataron hace mucho tiempo. Desde entonces no he sido más que un fantasma. Como mucho, media persona. Y eso porque algo le tiene que quedar a una donde sentir el daño que le han hecho y porque, además, con dos hijos, una aguanta de pie como sea. -Nerea hizo amago de réplica. Bittori la atajó-. Estoy hablando yo. No tenéis que preocuparos por la herencia. Está todo arreglado. No hace falta que os peléis. Vais al cincuenta por ciento. Y ahora escucha bien lo que voy a decir. Te lo digo a ti porque con tu hermano no se puede hablar de estos asuntos. Enseguida se viene abajo. (...)

- Esta es mi voluntad. Me sepultáis con el aita en Polloe, mi caja encima de la suya. Hay espacio en el panteón para un difunto más. Me dejas por favor puesto el anillo de casada, lo mismo que a él lo enterramos con el suyo. Y ocúpate de ponerme los zapatos blancos del día de mi boda. Los tienes a la vista en el ropero de mi cuarto. Esta tarea no se la puedo encargar a tu hermano. Ni la entiende ni es capaz de llevarla a cabo. Pero tú eres mujer, no hace falta explicarte ciertas cosas. Poned por favor dos esquelas en El Diario Vasco, una en castellano y otra en euskera. Que aparezca en las dos el mote del aita. No me hagáis ningún funeral. Y ahora lo más importante, aunque en realidad todo es importante. Si veis que dentro de un año o dos o los que sean, la situación política se calma, que de verdad se ha acabado el terrorismo, nos lleváis a los dos al cementerio del pueblo. Eso es todo lo que te pido.

<<Patria>>, página 611, Fernando Aramburu.

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Que no le oculte deseos

Embadurnada la espalda de crema, Xavier le levantó la parte superior del bikini, más que nada para tocarle los pechos, por acariciárselos con la excusa de aplicarle el bronceador. ¿Se lo ha pedido ella? No, pero Aránzazu nada le niega que tenga que ver con su cuerpo. Si toca, que toque. Si chupa, que chupe. Si entra, que entre. Se lo tiene dicho desde antes de aquellos días felices que pasaron en Roma. Que no le oculte deseos, que la tome para su placer cuando quiera y como quiera a cambio de afecto sincero. Con eso se conforma. Si lo entiende. Por supuesto.

<<Patria>>, página 364, de Fernando Aramburu.

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Mi amigo Óscar

<<Mi amigo Oscar es uno de esos príncipes sin reino que corren por ahí esperando que los beses para transformarse en sapo. Lo entiende todo al revés y por eso me gusta tanto. La gente que piensa que lo entiende todo a derechas hace las cosas a izquierdas, y eso, viniendo de una zurda, lo dice todo. Me mira y se cree que no le veo. Imagina que me evaporaré si me toca y que, si no lo hace, se va a evaporar el.

Me tiene en un pedestal tan alto que no sabe cómo subirse. Piensa que mis labios son la puerta del paraíso, pero no sabe que están envenenados. Yo soy tan cobarde que, por no perderlo, no se lo digo. Finjo que no le veo y que sí, que me voy a evaporar…

Mi amigo Óscar es uno de esos príncipes que harían bien manteniéndose alejados de los cuentos de las princesas que lo habitan. No sabe que es el príncipe azul quien tiene que besar a la bella durmiente para que despierte de su sueño eterno, pero eso es porque Oscar ignora que todos los cuentos son mentiras, aunque no todas las mentiras son cuentos.

Los príncipes no son azules y las durmientes, aunque sean bellas, nunca despiertan de su sueño. Es el mejor amigo que nunca he tenido y, si algún día me tropiezo con Merlín, le daré la gracia de haberlo cruzado en mi camino.>>

Página 282, Marina, por Carlos Ruiz Zafón.

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Toda la verdad... ¿de mi mentira?

Por una apuesta, pero aquí me hallo, leyéndome el libro “Toda la verdad de mis mentiras”, de Elísabet Benavent.

El libro es bueno, bien escrito. Historias de adultos que aún se sienten jóvenes y hacen chiquilladas, romances entre ambos y algo de sexo. Tiene comedia, un lenguaje coloquial pero con ironías y expresiones instruidas que me gustan mucho (frikadas, también), una cursilería en su justa medida y partes eróticas-porno que confieso que me ruborizan y hacen saltarme parrafadas enteras. 

En la lectura de este libro, como en cualquier otro, hay siempre párrafos interesantes, algunos me encantan y otros que me marcan (o porque los he vivido, porque concuerdan con mis percepciones sobre esta vida o porque deseo que me pasen). Aquí todos los que voy sacando: https://t.co/wbgMFCwZfk).

Lo cierto es que hay un párrafo que me ha resultado muy significativo y que está contextualizado en un triángulo amoroso donde nuestra protagonista sufre por un chico que ya tiene pareja: NUESTRA CHICA ESTÁ POR ÉL Y ÉL ESTÁ POR OTRA. En una conversación entre ambos, el chico (Marín, se llama), pregunta a nuestra protagonista.

-¿Cuándo te diste cuenta de que me querías?

Y ella le responde: -Cuando dejé de tener celos de Aroa porque al menos ella te hacía feliz.

Encontrándome yo mojándome los dedos en saliva para pasar página en mi vida, los deseos de esa chica concuerdan con los mismos míos. Es simple, no puedo desear mal, quiero (a mi manera) y desearía que fuese feliz (ya que no pudo ser conmigo, es justicia que sea con otro muchísimo mejor que yo, que tampoco es tan difícil encontrarlo). 

Se trata de un amor solidario, de dentro hacia afuera, tan fuerte que me hace indestructible. Jamás su situación personal, su vida sentimental y hasta con quién intercambie fluidos podrían, creo, hacerme algún daño. Es simple: deseo todo lo mejor.

El marco en el que se desarrolla la historia de nuestra protagonista (Coco, se llama) en contraposición con los deseos de mi círculo cercano hacia sus antiguas parejas hace cuestionarme: 

¿De verdad he pasado página? ¿Se convertirán mis mejores deseos en odio y rencor con el tiempo ? Igual... soy sencillo y al menos en este aspecto soy buena gente, ¿no? Sea como fuese, lo último que quiero es sentir indiferencia.

Por cierto, aquí la foto de la página (413):

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en Inacua Málaga https://www.instagram.com/p/B3NO4-oCOzlvJqH3RARFZl3UIqjijMNqIfTiWQ0/?igshid=1umxcmlczbov2

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Se puede llorar de impotencia

ESCUCHAS: “Si no se acerca él, yo no lo voy a hacer. A ver si va a pensarse que me gusta”

TE DICEN: “¿4 horas ha tardado en contestarme al WhatsApp? Pues hasta mañana no le escribo.”

VUELVES A ESCUCHAR “Si ella le ha comentado esta foto en Instagram, ahora voy a subir yo una foto para que rabie de celos”.

PREGUNTAS Y TE CONTESTA: “Si apenas la conozco, solo nos hemos acostado un par de veces” 

Miro a mi alrededor y veo que las personas jóvenes con pareja no aguantan nada, NI SABEN LO QUE ES EL AMOR NI TIENEN PRINCIPIOS. ¿De verdad SOMOS TAN VACÍOS? ¿Es todo tan efímero?

La gente juega a un juego al que yo no sé jugar: “Ahora no te contesto”, “ahora te pongo celoso hablando con esta chica...”, “relaciones abiertas, NADA SERIO, SOLO FÍSICO, tú a lo tuyo que yo voy a lo mío”.

Una noche especialmente significativa para mí fue en una fiesta de Navidad con mis compañeros de trabajo, ya en la discoteca. Intentando esconderme de todos comencé a llorar (-Es el humo, me molesta en los ojos-, dije a alguien). Tal cual, LÁGRIMAS CAYENDO. Me apenaba el vacío que sentía. Me apenaba viendo el panorama de compañeros compartiendo chicas, del todas con todos, del TODO VALE. Como si a todo el mundo le diera igual todo, como si fuéramos trozos de carne que no sienten nada. ¡Y yo sentía tanto y me costaba tanto, tanto, tanto no avergonzarme!! 

Yo nunca fui de los que ocultaban lo que sienten o jugaban a ese juego de “aquí pierde quien se enamora”.

Recuerdo que en una ocasión me enamoré de una chica que solo quería jugar a ese juego tan físico conmigo; y yo, tan enamorado, creyendo que podía controlar mis sentimientos asumí el reto: -Te está temblando la cara- me decía cuando me tocaba la cara. Y acabé perdiendo. 

Después de darle muchas vueltas, de estar tan quemado de esta jodida  puta vida entonces te reafirmas y decides vida te conoces más a ti mismo y eres consciente que lo que te ocurre es que que no sabes  jugar a ese juego de “no sentir”. Y, además, más importante: NO QUIERES APRENDER A JUGARLO. 

A MÍ LAS COSAS A MEDIAS NO ME GUSTAN NADA. A mí, en el amor, cuando me ilusiona no puedo dosificarme: me quita el sueño, me quita el hambre. He tenido conversaciones más sinceras que lo que algunos/as tienen follándose acostándose con otros/as y a cambio de nada.

Y ESCUCHAS: “Yo es que estoy esperando a alguien especial”. 

Y VUELVES A ESCUCHAR: “Ya es que hoy en día no hay nada”.

¿Acaso hay que esperar a alguien con un cartel luminoso que vaya a tu puerta y diga “Ey, soy especial, soy interesante, soy el tuyo”? No sé. 

Ni creo en eso de los medios limones, ni medias naranzas y del mitad que se complementa con la otra mitad. También veo injusto hacer cargar a alguien con la responsabilidad de completar aquello que a mí me falte. SÉ QUE NO HAY NADIE COLOCADO EN ESTE COCHINO MUNDO PARA MÍ. En este mundo LA CONVIVENCIA SE CURRA Y EL AMOR ES TRABAJO, es una mezcla de cosas buenas y malas que compartes con alguien y que hace tu vida más bella. HAY MÁS TRABAJO QUE QUÍMICA: COMPROMISO. 

El amor se gana apostando por las personas, jugándotela, yendo a tumba abierta y comprometiéndote.  Y quien se enamora no pierde, y el que siente es quien gana.

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No soy feliz pero estoy muy bien

-¿Eres feliz? -Me pregunta.

-No, pero estoy muy muy muy bien.

Mis padres están sanos, dispongo de dos manos para trabajar y tengo actitud para seguir adelante.

-¿Entonces eres feliz? -Vuelve a preguntarme.

-No, pero estoy muy muy muy bien.

Acaban mis vacaciones pero tengo el trabajo de mis sueños, lo hago con la gente que quiero y me gusta lo que hago.

-¿Eres feliz? -Me insiste.

-No, pero estoy muy muy muy bien.

Miro a mi alrededor y siento que por primera vez en mi jodida vida tengo amigos. “Estos (pienso) acudirían a mi casa en la madrugada de un martes cualquiera si los necesitase”. Me siento un pu** privilegiado. Y sonrío.

-¿Estás siendo feliz? -Quiere saber.

-No, pero estoy muy muy bien.

No bailo muy bien pero mi amiga me dice: “Es más importante ser gracioso que saber bailar bien, y tú tienes ritmo”. Así que me vengo arriba, noto que me miran, y no puedo aguantarme las ganas de saltar de alegría.

-¿Ahora estás siendo feliz? -Me vuelve a preguntar.

-No, pero estoy muy muy muy bien.

La noche roza la perfección: buena compañía, muchísima alegría, chicas guapas y la música me gusta. 

-¿Qué te falta para ser feliz?- Insiste.

-No es qué, es quién. -La abrazo.

Is this what you want? So have a nice day.

https://open.spotify.com/track/360T76vzavPvB0ZLRqvATQ?si=VD5YG4ApTACApIexrE_Aiw

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No verás mi bandera blanca

Cuando nos volvamos a ver, seguro que lo haremos, todo lo que fue en ese entonces aún estará aquí. Yo lo dejaré pasar y me callaré. Entonces tú pensarás que ya te he olvidado.

https://www.youtube.com/watch?v=j-fWDrZSiZs

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💔 💔 💔 Rompiéndonos el corazón. El año que viene, en adultos, se echarán de menos estas cosas.