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¿Mereces reconocimiento "ese" día?
Déjame responder... NO.
El hombre que pensó que delegar toda una enorme responsabilidad a una NIÑA de apenas 12 años, era buena idea. Que, no conforme con eso, ni una pizca de ayuda para con la enfermedad de mamá, con mis hermanos... NO, se largaba a con otra tipa cuya hija alababa solo por pronunciar unas palabras en portugués, cuando yo poseía una gama de lenguaje, un inglés fluido y comenzando con otros AUTODIDACTA. Por lo menos hubiese sido una relación sana, el siguiente paso a lo inevitable, pero no, era sólo una más que iba de paso.
¿Dónde estaba cuando en la madrugada teníamos que llamar a emergencias por sus ataques? Tratando de pedir ayuda a sus ya de por sí negligentes familiares, sin localizarte porque, a saber con que tipa estabas. Unos niños, tratando de manejar un problema de adultos, mientras anteponía el placer carnal, a la responsabilidad de padre.
A aquel que despojó de todo sueño de superación a aquella niña que elogiaban por su intelecto, al arrebatarle la oportunidad de crecer. Viendo como toda su juventud se escapaba al jugar a la mamá con sus hermanitos y la mamá enferma; y si se le ocurría escapar, cosa que intentó un par de veces, terminaba sintiendo una culpa enorme, apesar de tener un justificante válido... Y aún así, sabiendo lo que esperaba, volvía. No por ti, sino, para que los otros dos no cargaran también con ello.
Y, ¿a quien se le ocurrió aparecer en pleno velorio de la madre de sus hijos con la perra en turno? ¿Y así quieres reconocimiento? ¿Quién me corrió al ya no serle útil, y no dejarse explotar? ¿Quién terminó con toda mi estabilidad emocional, y hace mofa de ello en cada oportunidad? ¿Y así quieres que festeje?
Me jodiste la juventud, parte de mi niñez, tengo tres tratamientos para la depresión, dos para la ansiedad, dos para la epilepsia causada por el estrés de años, debo ir a terapia desde hace años y no he podido terminarla... ¡¿Y así quieres que te diga 《¡feliz día, papá!》!? Cuando ya vi como un verdadero padre debe actuar... Oh si, aprendí de ti, a que buscar en un hombre, y lo encontré. Mi hija, tiene al mejor padre del multiverso entero, y es tan satisfactorio como suena. A tal grado que, ya le pedí que, si algo me llega a pasar, no sea ella quien se encargue de mi, y ¿adivina qué? Piensa que es lo mejor. Así que, sí, gracias por darme esa guía. Pero, no, no mereces reconocimiento.
A fin de cuentas, cosechas lo que siembras.
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No puedo... No puedo... No puedo... No puedo... Quisiera tanto poder tomar la "salida fácil", pero hay algo que me lo va a estar impidiendo una y otra vez. Tal vez de lo tan dopada que me encuentro hoy día, no lo sé.
Debería evitar esos pensamientos, para eso es demasiado medicamento...
Ya no quiero más, pero por ella... Soportaré lo que haya que soportar, aún el sentirme rechazada, a causa de esta estúpida dependencia emocional.
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Estoy cansada...
No puedo más con la tensión y la presión de todo esto. Digo, me he esforzado, pero hay cosas con las que, definitivamente, no podré manejar sola y necesitaré ayuda. No hablo de mi, hablo de la siguiente etapa en la vida de mi hija.
Está en la edad en la que va definiendo su personalidad. Acepté que ya no es una pequeña y que su carácter va a cambiar, y me he preparado para ello, no tanto, pero espero poder manejarlo al menos. Y digo, si yo puedo hacer eso, ¿por qué él se frustra de inmediato?
Va a llorar, va a molestarse, va a expresar toda una gama de emociones que, hasta ahora, ella aún no conocía así que no le pidas que las maneje y controle de inmediato.
Necesita apoyo, yo igual.
O lo hacemos juntos como todo hasta ahora, o... ¿Cuál es la opción que propones?
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Las ideas, pensamientos, todo acerca de ese tema, han seguido ahí. Siguen, y siguen creciendo desmedidamente, a cada error, cada cosa que me genere culpa, ante el más minimo detalle que no salga como deseo…
Cada que ella me pide más tiempo para jugar juntas y tener que negarme al no sentirme bien.
Al desear repetir la experiencia con todo mi ser, apesar de lo duro que ha sido, y verlo obstruido…
Ahora, debo convencerme, y convencer a esas ideas que no necesito esa ayuda, al ser alimentada mi culpa por algo ajeno a mi.
… En serio, no la necesito…
Help.
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Hello, again…
Tanto enfoque en un solo aspecto de mi vida, no me había dado cuenta de que había descuidado otro. Digo, todo este tiempo, siendo ese algo inalcanzable, para que cuando al fin sucediera, descuidarlo de inmediato.
Nunca hubo prisa, ni presiones. Los gustos eran pasajeros, se trataba de nunca quedarse en un solo lugar.
Ahora, heme aquí… Ya adulta, con familia, con pareja… Y yo sin poder satisfacer su apetito. Di todo por sentado, quizá si me descuidé un tanto. Pero, nada ha cambiado… O eso creo.
Si así es ahora, me aterra pensar cuando llegue a los cuarenta.
¿Cuál será mi maldito problema ahora? Siendo un tema que aún no termino de entender, y en el que nadie me guió.
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Y julio llegó.
Nueva casa, nueva situación, relativa tranquilidad.
Todo es más que perfecto, algo desanimada de vez en cuando pero, no he ido por mis antidepresivos. Pienso que no los necesito, pero de pronto un bajón salvaje aparece, y me hace sentir la necesidad de ellos.
Ahora, me ha hecho feliz el poder ver a mi abuelita más seguido, recibirla de visita, que me toque a mi preparar algo para comer, me hace sentir feliz. Creo que voy dando por hecho que mi papá no hará lo mismo.
Quiero darle otra oportunidad, pensar que cambió, tener esa interacción que faltó, pero que a mis hermanos les sobró… Me rindo, saben.
Otra cosa, decidí darle una oportunidad a la serie de The Good Doctor… Error. Me siento peor respecto a continuar con la maternidad. No podré dejar el tratamiento pronto, para la depresión y la epilepsia. O cuando pueda, ya no tendré edad para concebir de nuevo. Otra esperanza más a la que debo renunciar.
Solo queda resignarse, ser feliz con lo que hay por ahora, agradecerlo, y fin.
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¿Qué puedo decir ahora? Quejas, quejas, ¡Ah! Y más quejas.
O sea, sí, soy feliz. Tengo una familia que me hizo apreciar de nuevo el concepto de tal, no me falta mucho, si es a caso alguno que otro lujo, tal vez. Pero nada prioritario.
Aún así, no me siento feliz, y he determinado que se trata del lugar. Puedo apostarlo. ¿Por qué? Bueno, nadie ha sabido de alguien que sea feliz viviendo donde la familia política, ¿o si?
Estas situaciones, me hacen ver julio como una brillante meta a la cual llegar. No entraré en detalles, ya que estoy en esa fase de la depresión donde me es más sencillo negar el problema, no está sucediendo. No me están mirando con desdén, no me hacen sentir que sobro, no me hacen gestos infantiles al llegar o entrar a la cocina, no me exigen de más aún sabiendo que hago lo que puedo con mi débil físico… Ah, que tal, ya lo describí… Bueno, una parte. En fin, al menos puedo decir…
¡Ya te anhelo julio! ¡Ya llega!
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FRUSTRATED
¿Que te digo? Cuando creí que estaba mejorando todo, va y me da otro maldito ataque. Me hace perder más y más confianza que iba recuperando, o sea…
Sin embargo, eso no es lo que me exaspera ahora. No. Me he fijado metas, he fijado objetivos para cerrar el año, pero, solo me queda observar como se desvanecen uno tras uno, por la negatividad de él. En un momento me apoya, me dice que sí a todo, me entusiasmo y luego… ¡BAAAM!
Que si no porque está muy lejos la casa, y si está cerca, que por el rebaje y quién sabe que otros factores. Y allá va mi sueño de tener mi casa propia, de que mi hija tenga su espacio para jugar, gritar, dejar salir toda esa creatividad que tiene sin límites.
Vale, una casa este año no. Bueno, entonces me propongo a buscar trabajo, me llegan varias propuestas, cosa que ni en mi mejor momento me sucedió, pero… ¿Adivinen quien perdió confianza por padecer ataques? Así fuese un empleo a la vuelta de la esquina, bien pagado y a pocas horas, pues que no, porque ¿Y si me da algo en el camino? Por eso necesito distraerme, mantener ese equilibrio emocional.
En fin, ya ni hablar de pequeños planes. Mínimos. Un vestido que me dieron ganas de comprarle a mi chiquipurin, en oferta… Pues no.
No quiero planear pero, en su momento me emocionan, me entusiasman, solo para darme de frente contra un cristal y ver como todo se rompe y volver a comenzar.
En serio, comienzo a frustrarme.
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Vale, el Anti depresivo funciona, y muy bien. Además de hacerme sentir con algo de ánimo, difumina esas estúpidas ideas que en algún momento inundaban mi cabeza.
Sin embargo… Con la mente algo aclarada me he dado cuenta de más cosas. Siento un vacío existencial.
Toda mi vida me la pasé esquivando el terminar como ama de casa. Hacía estupideces pero, las hacía con cuidado. Evitando terminar como la mayoría de mi generación. Todo porqué, prácticamente toda mi vida fui una, al tomar el lugar de mi mamá en el momento en que enfermó. Haciendo el aseo, lavando, cocinando, esperando a que llegaran todos para comer… Una ama de casa.
Y ahora, pareciera que me realicé como una sin darme cuenta. En un momento, estaba en un trabajo tan odioso, en el que sólo pensaba que terminara rápido la jornada; luego me ví en el parque con el "jefe" y para cuándo me di cuenta, ya estaba en la rutina de despertar, arreglar a la niña para el colegio, y cocinar. Una, y otra, y otra, y otra vez.
Es agotador.
Realmente, ¿ya no hay algo que pueda hacer con mi vida a estas alturas? Aún quisiera ser repostera pero, sin poder valerme por mí misma por esa "enfermedad", lo comienzo a ver algo truncado.
No puedo renunciar… Más bien, no quiero. Ya me acostumbré, ya son parte importante de mi vida. Y no quiero que ella termine como yo. Pero, debe haber algo que pueda hacer por mí también, ¿no?
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Julio veintisiete fue el último ataque, y ni idea del porqué. Realmente comienzo a creer que es por mi estabilidad emocional.
En una llamada con mi abuela, me enteré que todos se juntaron para un cumpleaños, haciéndome a un lado. Lo comprendo, igual y tampoco es como que muriera de ganas por ir pero, ya me encontraba lista para remendar las cosas, comenzar de nuevo… Pero con este tipo de eventualidades me doy cuenta de que, no vale la pena siquiera intentarlo. Pude alejarme de la familia materna, ya nada me impide hacerlo de lo que queda. Después de todo, lo que necesito lo tengo, y no quiero más.
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Abril veintiocho, fue la última crisis que tuve, supe que fue a causa de unas preocupaciones que me mantenían estresada, las cuales pudimos evadir de cierto modo y salir bien, así que mi preocupación fue innecesaria, al parecer. El dolor de cabeza por la confusión me duró un muy buen rato, así que comenzaba a preocuparme… Bueno, aún sigo preocupada pero, no quiero más medicamentos y tratamientos y exámenes y todo eso.
Julio ocho, estaba preparando todo para la cita con la psicóloga. Unos panqueques para el desayuno, cuando de pronto un 「Ay no…」 de mi parte se escuchó. Ese mareo que "me avisa" llegó de golpe y ni oportunidad de sentarme o algo me dió. Solo supe que estaba en la cama de vuelta, con una quemadura en mi mano y que ya no fui con la psicóloga. Iba en una racha buena, tres meses sin incidencias era un logro, pero mi cabeza tiene que sacar ese algo que le impide funcionar como debe.
Preocupada, no estaba; me había estado sintiendo más que bien a pesar de todo lo que sucede hoy día aquí y allá… Bueno, tal vez algo estresada por la tensa situación con mi papá. Pero es que, la cosa es así…
No tengo idea de los motivos de mi mamá, pero se empeñó en separar a mi papá de su entonces novia, embarazandose de mi. Aún así, las cosas no salieron como quería ella (o al menos eso parecía), cada momento de mi existencia me hacía saber que algo no hice bien, que fui un error, y entendía que no estaba planeada que ninguno me esperaba pero, ya estaba aquí, ¿qué más le podía hacer? Por ello mismo, me sobreesforcé para complacerla en todo, académicamente hablando, personalmente hablando, en todo aspecto me esforcé en alcanzar un nivel de perfección que… Parecía no ser suficiente comparado a mi hermano, quien fuera su favorito siempre. Y con mi papá nunca me esforcé, él tuvo a su favorita en mi hermana menor. Siempre fui vista como el error que no debió suceder. Cosa que, en últimas fechas fue remarcada por mi papá, al mencionar en cada oportunidad que al fin las cosas están yendo como debieron ser… ¿Y así espera a que le hable? ¿A qué le lleve a su nieta? Lo siento, pero no. En lo que a mí concierne, fui algo que no debió suceder así que lo más obvio… Alejarme. Principalmente procurando mi propio bienestar emocional.
Debería ser la mejor opción.
Por lo pronto, no me alegraré por lo que está sucediendo allá. Por la llegada de esa bebé que, siendo realistas, no tiene buenas probabilidades que digamos. Tan solo esperaré a por mi próxima cita con el psiquiatra para poder pedir unos antidepresivos que si funcionen, al menos. Ya que, los que tomo ahora, me han hecho sentir peor de deprimida.
En fin, así hasta ahora. A seguir como siempre, intentando parecer feliz, cuando internamente estoy a nada de desmoronarme. No lo hago con maldad, solo quiero que ella sea feliz y no sienta jamás algo parecido a lo que yo, que en su momento entienda que yo era infeliz, pero no por causa de ella. Qué al contrario, ella es mi pequeño rayo de luz en este mundo de tinieblas. Trillado pero, cierto.
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Ya no puedo más… Uno tras otro, logro en mi cv como ama de casa.
Fallo, fallo, y no dejo de fallar. ¿Cómo hacer bien algo que jamás estuvo en mis espectativas? A penas y logro esforzarme, logro hacer lo que puedo apenas. Pero no es suficiente.
Ya no puedo más con todo ese peso sobre mi, tantos fallos y apenas logro manteneme en pie, a pesar de querer quebrarme a cada oportunidad.
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¡Ayuda! Ayuda Ayuda Ayuda Ayuda Ayuda…
No puedo mas
No puedo mas
No puedo mas
No puedo mas
No puedo mas
No puedo mas
No puedo más
No puedo más
No puedo mas
No puedo más
No puedo más
No puedo más
No puedo más
Simplemente, no puedo más.
No puedo más con todo lo que está sucediendo, me está haciendo sentir más inútil de lo usual. No puedo más.
Si no fuera por ella… Ya habría cedido a la presión y terminado con todo.
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¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Más o menos así, o algo un poco más largo y profundo, es como quisiera poder gritar justo en este momento. Y no, no por el hecho de que mi hija tendrá un tío menor que ella; no, tampoco por el hecho de que vendrán días complicados económicamente hablando; no, no por el hecho de que me he sentido cada día peor, y peor, emocionalmente hablando.
Sí no, por el simple hecho de la familia política que me vino a tocar. Ya me he quejado demasiado tanto de la suegra tanto como de la cuñada, solo hoy durante la lavandería la señora no deja de quejarse al tener que subir y bajar, pero ella quiso hacerlo. Y en este momento, la sanguijuela mejor conocida como su hija menor (mi cuñada) tiene música a cierto volumen cuando mi niña ya está dormida. Pero, no puedo quejarme, en absoluto, no hay nadie a quien pueda hacerle saber mi molestia. ¿Que? ¿A mi esposo? No es opción. Aún no termina de ordenar sus prioridades, y pareciera tenerle miedo a su mamá, o no sé, así que no es opción, al contrario, me silencia cuando suelto quejas al aire.
En fin, ¿que más hay que hacer? Solo ver. Ver lo injusto y las diferencias enormes que hay entre familia y familia. En fin.
Consejo gratis: la casa de los suegros (en cualquier lado), jamás debe ser opción.
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Cambian las cosas que no deberían, y las que sí, vuelven.
Todos parecen estar optando por la separación al rededor. Un par de divorcios, una relación que hasta yo tenía la esperanza de que funcionara pero… Y apenas va comenzando el año, además de que comienza a asustarme, que pueda y sea contagioso.
Añadiendo el hecho de que parece que mi estupidez quisiera sabotearme. En su momento, cuando cuidaba de mi mamá, todos los días, en todo momento en que mi papá estaba en casa (para variar), eran gritos, reproches, regaños, principalmente por hacer todo mal cuando iba comenzando. Era lógico, aún no sabía cómo hacerme cargo de la casa, mucho menos soy enfermera. Esos recuerdos se desbloquearon en mi memoria al escuchar un 「"volviste a ponerlas mal"」 cuando le coloqué las gasas en las heridas de la cirugía de él. Por un momento creí que… Podría gritarme igual. Al punto de paralizarme un momento, y pensar el… ¿Porqué sigo siendo tan inútil?
Todo eso me provoca un miedo nuevo.
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Otra ficha que no supe donde guardar(?)
〢 基本情報。
**Nombre** Mamoru Asakura.
**Edad** 15 años
**Lugar de nacimiento** Kyoto, Japón.
**Fecha de nacimiento** Marzo 21.
**Escuela** Mahoutokoro (quinto grado)
**Especialización** Cuidado de criaturas mágicas.
〢彼について。
Su físico más genérico no puede ser. Apenas alcanzando el 1,65mts, figura esbelta y rasgos un tanto andróginos. Cabello castaño rojizo y ojos de un tono café suave. De pronto podría parecer que tiene algunas pecas en el rostro, solo si se le observa con cuidado.
Su personalidad le ayudó a ser elegido sin problemas a su respectiva casa.
Es un chico guiado por su curiosidad, todo lo que atraiga su atención, debe estudiarlo a fondo. Apartar toda duda acerca del tema, conocer a la perfección todo lo relacionado a ello y así. Es un chico brillante que es capaz de aprender todo adecuadamente, siendo el más resaltable del quinto año.
Suele ser más qué listo, y el sentido común le ayuda a guiarse a través del complicado mundo adolescente, sin embargo, eso no escusa que de vez en cuando, su inocencia se haga presente así como su ingenuidad.
Es un chico lleno de energía positiva, buscando contagiar su sonrisa a todo cuanto pueda llegar. Como aficionado a los muñecos de felpa y a los dulces, recurre a ellos de ser necesario para levantar el ánimo de quién lo requiera.
Su imaginación, así como una serie de desafortunados eventos, le han permitido descubrir todo tipo de criaturas mágicas, entendiéndose perfectamente con ellas, tratándolas como se debe, cuidando de ellas con cariño. Tanta así su amor por las criaturas que las prefiere por encima de sus iguales. Su meta, es estar a la altura de magos como Newt Scamander o su nieto y esposa.
En cuanto a emociones se refiere, no teme en expresarlas libremente. Sonríe sin razón, cuando se siente triste solo deja fluir el llanto, cuando se molesta lo llega a hacer de manera tan infantil que parecen más berrinches, pero siempre es sincero en cuanto el tema.
Tiene cierta debilidad a cosas muggles, como a la tecnología, viviendo pegado a su smartphone; así como a los postres llegando a ser algo comelón.
〢魔法について。
Desde pequeño, Mamoru supo que en cierto momento de su infancia debía comenzar a practicar la magia. Su familia era un equivalente a la *sangre pura clasista* en su mundo, así que lo habrían estado preparando, prácticamente desde su primer aliento. Una familia algo elitista, sí, pero igual se acomodaban perfectamente en el mundo *no mágico*, por lo que el niño aprendió a valorar lo mejor de cada lado. Creció con ciertas comodidades, tecnología en su hogar, así como tradicionalismo por parte de sus abuelos.
Así pues, en el verano de su onceavo cumpleaños, Mamoru recibió por parte de un búho su tan anhelado Hong pao, abriendo tal sobre rojo con cuidado para toparse con la invitación al colegio asiático de magia y hechicería. Momento que todos en su familia ya esperaban al ser el único por el momento de esa generación. Realizar las compras, preparar todo y alistar hasta su escoba, fue el mejor día de su corta vida.
Al llegar a aquel viejo edificio, rodeado de árboles de cerezo, pareciendo que florecieran siempre, no se apartaba del grupo de otros chicos de nuevo ingreso, totalmente emocionado. Sin demora, la tradicional flor de loto tomó en cuenta su personalidad, su inteligencia y demás cualidades para asignarle su casa. Mamoru logró adaptarse de inmediato, pero pareciera que sus compañeros a él, no.
En su primer año, quiso intentar con el quidditch, pero lo físico no es su fuerte, desistiendo al momento. Así fue como mejor dedicó su atención al cuidado de criaturas, siendo el mejor de su clase, siendo por ello el que su túnica se acerque cada vez más al ansiado tono dorado.
Debido a su entendimiento con las criaturas, y a que estas lo apoyan más que sus propios compañeros, se ha esforzado en clases como transformaciones, pociones, y hechizos los últimos cuatro años, Aspira con llegar a ser un *magizoologista*, en un futuro próximo.
Ahora, en quinto año, además de la magia común, también aprenderá de la tradicional asiática, cosa que no le entusiasma demasiado pero de igual manera se esfuerza.
Llegó a refugiarse en las criaturas cuando, frustrado al no encajar, salir en dirección al bosque de cerezos que rodea el instituto, encontrando apoyo en una criatura quien intentaba consolarlo. Poco a poco, formó lazos con aquel animal, que se dedicó a estudiarlos, lo que ya estaba escrito y cosas que descubría de a poco. Enterándose que había todo un mundo de criaturas, se propuso a estudiarlas todas. Aún así, eso no impide que intente seguir siendo amable con todo el mundo.
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No tenía donde guardar una ficha(?) Vincent Bernhard, OC.
〢 ᴮᵃˢᶤˢ ᶤᶰᶠᵒʳᵐᵃᵗᶤᵉ. ‹Información básica›
○ Nombre Vincent Bernhard.
○ Edad 16 años.
○ Cumpleaños Noviembre 30.
○ Lugar de origen Amsterdam, Países bajos.
○ Estudios Sexto año.
● Casa Ravenclaw.
● Varita Madera de aliso, cabello de unicornio, 12" de longitud, flexible.
● Patronus Galgo. ‹Y aún así, no le fascinan los perros›
○ Orientación sexual Demisexual.
〢ᴼᵛᵉʳ ʰᵉᵐ. ‹acerca de él›
Hablando físicamente, es un chico algo muy cambiante, no le gusta mantener un solo estilo, durando muy poco con un outfit o corte o color. En si es de fisionomía delgada y un poco alto. Naturalmente sus ojos son verde azulados pero, con los cambios de imagen tiende a utilizar contactos de colores variados. Lo único que mantiene, son sus gruesas cejas un tanto desarregladas, y de un tono oscuro. A veces parece algo agotado, y de apariencia menor aún, pero todo ello debido a su enfermedad.
Acerca de él… ¿Cómo comenzar?
Un chico de intelecto destacable, con una forma de pensar distinta al resto, siendo alguien expresivo más no creativo, más bien, destructivo. Tiene el conocimiento y sabe manipular a las personas a su al rededor, ya sea para beneficio propio o por algo que pueda convenir a quien lo requiera. También se le ha llegado a conocer cómo alguien un tanto excéntrico en su comportamiento.
Creció en un ambiente demasiado represivo, donde hiciera lo que hiciera, fuese a donde fuese, escuchaba tan solo un "Doe dat niet!" ‹¡No hagas eso!›, por lo que al crecer y poder desafiar la autoridad impuesta por sus padres, se volvió algo más despreocupado y aún más excéntrico y liberado. Comportándose a veces como todo un niño guiado por su curiosidad, eso sí, sin perder el enfoque de la realidad. Así fue como comenzó a interesarse por esa parte del mundo del cual le mantenían alejado, el mundo muggle; le atrae sobre todo tanto la tecnología como la literatura de esa parte. Claro está, sin menospreciar la de su propio "mundo".
A pesar de preferir la calma de una tarde de lectura, acompañada de un buen té, jamás se niega a disfrutar de algunos placeres de la vida, probando de todo un poco en cuanto a productos "nocivos", principalmente por el estrés generado por su familia y su enfermedad.
Vincent, al lograr satisfacer su curiosidad acerca de esa parte del mundo que estuvo prohibida para él, descubrió que su libido es algo descontrolada. Ha buscado calmarlo de varias maneras, pero solo bastó para descubrir que gusta del rol pasivo. Igual no se niega a seguir experimentando con todo lo que se deje.
Su personalidad es algo cambiante; puede ser un chico fácil de tratar, risueño, simpático, hasta amable y con un humor ligero, pero hay detonantes que le provoca estallar en una personalidad más agresiva, falto de empatía y más que arrogante, está seguro que no se trata de bipolaridad, solo es parte de aquella represión. Además, esto le permite poder desempeñar ambos papeles, tanto como el chico sumiso, así como el dominante a la hora del acto.
Su gusto por la literatura de todo tipo, le llevó a lo que considera su colección más preciada, y su gusto por el color azul.
El concepto que tiene del romance, no puede ser más que erróneo, creyendo que obsesión y amor, es lo mismo. Dejándose llevar por el amor a tal persona, llegando a ser capaz de cualquier cosa. Obviamente, la inseguridad y celos, son componentes de esa destructiva receta.
Tiene una cuenta de Instagram, no la utiliza muy a menudo, solo para seguir a personas "interesantes", o subir de vez en cuando fotografías un tanto… de él mismo. El nombre de la cuenta, a falta de creatividad en el momento, es "chico listo" en holandés.
Sobre su enfermedad; es un caso inusual que alguien como él contraiga una enfermedad muggle, y más una así de agresiva. Todo debido a un error de su parte, aunque no se arrepiente en absoluto de estar experimentando de todo un poco. Lo mantiene en secreto ya que podrían tratarlo diferente en cualquier lugar, y es lo que menos desea, que le vean distinto a cualquier adolescente, aquí o allá.
〢ᴼᵛᵉʳ ᵐᵃᵍᶤᵉ.
La familia Bernhard ha estado compuesta por magos algo elitistas aún, la mayoría siendo elegidos para Slytherin en su tiempo en el colegio. Vincent ha sido de los pocos que han estado en otra de las tres casas, aunque el sombrero tomó su tiempo en pensarlo, no más de cinco minutos, pero si un poco más de lo usual.
Así como también es de los pocos que siente fascinación por el mundo muggle actual, sintiendo que en algunas cosas les llevan ventaja al mundo mágico o así. Es fanático de la literatura también, siendo poseedor de una gran colección de libros de todo género, tanto del mundo mágico así como del muggle.
Aún en su sexto año, no ha definido su materia preferida, pero le va más que perfecto en pociones, siendo capaz de modificar y crear a su gusto; así como transformaciones, llegando a ser capaz de adquirir la forma de un adorable roedor, pero ese, es otro secreto. Así puede tomar por sorpresa a quien sea. Pero también toma en cuenta su curiosidad en cuanto a temas "difíciles" de tratar, artes oscuras, y demás, pero solo queda en eso, simple curiosidad, la cual se calma leyendo, o investigando antecedentes.
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