Text
RALENTÍ
Hace unos cuantos inviernos, una añorada mañana soleada decidió imponerse ante la temporada de tormentas tropicales. El vasto cielo parecía estar agradecido: ya comenzaba a parecerle extenuante el glacial invierno que entonces nos obligaba a quedarnos dentro de los incómodos pupitres del colegio contemplando las gotas correr por las ventanas.
Puede que haya sido un miércoles, o un viernes, quizá. Fuera hacia una brisa leve y el firmamento parecía haber sido pintado con el celeste más tenue de la paleta, con bastante delicadeza. El pasillo finalmente había cobrado vida otra vez: las sonrisas decidieron inundar el estrecho lugar de manera inconsciente una vez que los jóvenes lograron sentir el calor de los rayos solares llenar el espacio entre sus ligeros uniformes y sus delgados cuerpos. El espectro de luz que tanto se divertía tratando de encontrar un nuevo hogar repentinamente se acurrucó dentro de aquellos dos ojos color marrón.
Las voces se desvanecieron poco a poco y el mundo pareció haberse tornado a cámara lenta, construyendo una extraña melodía que hasta el momento no he podido recrear.
Me pareció haber sido capaz de observar la manera en que unos cuantos fotones entraron a su retina, atravesando su córnea y su pupila al expandirse su iris. Seguramente ya me había tornado pálida en este momento; estaba convencida de que no pararía jamás.
Fue cuestión de segundos hasta que su mirada se prendiera en llamas.
El ralentí continuó hasta que sus ojos se unieron con los míos. La energía se escapó de mis extremidades, las contracciones en mi corazón se volvieron arrítmicas y logré sentir por primera vez cómo una constelación entera se fundió dentro de mí: miles de estrellas estuvieron quemándome por dentro hasta que perdí la conciencia y me desplomé.
Luceros como aquellos, absorbentes del fulgor solar, aún navegan infinitamente en el mar de mis sueños.
#ya hasta me da pena pasarme por aquí#ralentí#en cinematografía ralentí hace referencia a la cámara lenta.#texto#Escritores en español#170720
74 notes
·
View notes
Text
Tus palabras y sonrisas fueron una colección de sinrazones que guardé en lo más profundo de mi pecho. Inundaron mi mente y, después de un tiempo, aprendieron a defenderme en los sueños.
Estaban vacías.
Así fue como terminé odiando el término "ambigüedad". En mi cabeza siempre significaba que, sin importar cuantas veces yo buscara desesperadamente el desahogo entre las lagunas de tus ojos color Marte, tú los dirigirías hacia la puesta del sol y sus numerosas tonalidades rosáceas.
Luego, atontada por el perfume de las sombras y luces, recordarías mi compañía a tu lado.
Entonces, y sólo entonces, nuestros corazones se tornarían inaudibles entre los tantos poemas de amor que salieran de tus labios.
(Como si en verdad supieras sus significados.)
#ambigüedad#abiior#words were different when they lived inside of you#ya no subo las cosas que escribo pero hoy me siento especialmente sola
29 notes
·
View notes
Text
This beautiful constellation of you and me.
(holding your bones right across mine, where they seem to belong).
22 notes
·
View notes
Text
Sometimes I write to get things off my chest on sunday mornings. Because the gentle caress of the cold wind is not enough to get rid of my insanity, and the tender touches just don't work as anaesthesia.
There's a biology of hearts I've gotten into recently, and for that I sometimes wish I could head out late at night just to collapse from these panic attacks on the grayest pavement, under the shine of the brightest set of stars.
Yet I'm afraid.
To live and love, to love and live. Since my soul tends to leave my body at 3am on Saturday nights.
Then my eyelids don't rest until my fears turn into loud blasting noises and my mind won't stop wandering around until I become whole again.
Oh, how I hate those saturday nights.
For my end they wish upon a star, though I won't surrender this time.
10 notes
·
View notes
Text
QUEMANDO ROSTROS
Su belleza era efímera con ojos que gritaban liberación.
Deseaba un amor a pinceladas gruesas y unos brazos que le pidieran perdón.
Es complicado pensar en ilusiones siderales.
Es complicado pensar que tus cálidas manos pueden fundirse con las mías para formar una tarde dulce con sabor a chocolate.
Es complicado, cuando las coloridas fachadas qué me llenan de nostalgia se esmeran para comprimirme el corazón.
Porque tu cabello castaño es justamente igual a algo que me gustaría tocar, y tu diminuta nariz me recuerda a algunas palabras que nunca pude soltar.
Es difícil pensar en un pequeño arcoiris pasajero. Goza de bastantes privilegios quemando rostros, coloreando mi epidermis. Me cuesta pensar que ese lienzo nunca jamás será terminado, o que se acabarán los colores para describir su movimiento liberal.
Me quema el corazón y me abandona, teniendo bien en mente que su recuerdo jamás se borrará de mi memoria.
9 notes
·
View notes
Text
INCISIÓN
"Melancolía" se escribe sobre las paredes beiges de un encierro solitario.
El fuego tras sus párpados ya no respira, sus pupilas se dilatan lentas, con un apagado y a la vez desgarrador grito que exclama, en silencio, por un poco de ayuda.
Se ha quedado corto el tiempo para soltar algo tan simple como un "te quiero".
Pero, ¿cómo habría de hacerlo?
Entre cuatro paredes no es posible alzar la voz sin que te escuchen.
Y si lo hacen, tus cuerdas vocales se comprimirán al sentir tus órganos estallar.
Entonces no podrás pedirle a la noche que se imponga sobre el amanecer efímero.
De pronto, un campo verde, más verde que tu color y el mío mezclados juntos. La soga apenas y logra apretar, soltar y tensar.
Vive aún. Entre cuatro paredes no se le escucha sollozar.
Luego ríe, pensando en su adorada de facciones finas y ojos grandes. Piensa en su nariz fina y termina en sus labios dulces, reparando en la profundidad de estos últimos, entre sonrisas juguetonas y un bisturí decorado con diamantes.
Se detiene antes de que el metal logre acariciar sus vasos sanguíneos. Parece que le han encontrado una vez más.
Llora, pensando, por supuesto, en la realidad, dispuesta a retirar su deseo por unas cuantas incisiones profundas.
Es sólo un leve vértigo de desvelo, no ha pasado nunca a nada más grave.
8 notes
·
View notes
Text
Absolutely enthralled by this sudden bloom of self-doubt.
5 notes
·
View notes
Text
PULMONÍA
Mi mente se tomó la libertad de pensarte una vez que el granizo alcanzó mi cabeza. Dejó de lado barreras como si de un nuevo mundo se tratara, donde el aire frío de la lluvia no daña los pulmones.
Mi mente se tomó la libertad de colorearte de azul con una brocha hecha de suspiros. Ahora el color del cielo tiñe la lluvia sobre mis hombros y me condena a intentar recoger una mirada cada vez más baja.
Preocupantes son los síntomas involucrados; duele el tiempo cuando las neuronas no descansan pensando en las flores blancas a tan sólo unos metros de distancia, o cuando las lagunas verdes me atrapan, siendo yo incapaz de fluir entre sus aguas.
Duele, sobre todo, cuando aprendo a respirar entre ausencias de oxígeno.
Mi mente se tomó la libertad de pensarte y colapsar en lo profundo de un jardín siniestro.
Y cuando la lluvia resbaló sobre mis pómulos, se tomó la libertad de extrañarte.
4 notes
·
View notes
Text
TERRACOTA
Pasa de mí la estadía de mi corazón no estacionario.
Dicen que entre las temblorosas manos y los cuerpos vacíos no se siente suficientemente acobijado para el irremediable frío nocturno posterior al crepúsculo.
Después de admirar la belleza del firmamento, termina, como siempre, deambulando entre callejuelas lóbregas con los ojos vendados, ignorante a los sentimientos clavados al suelo que lo hacen tropezar de vez en cuando.
Un poco de gracia le hace mucha falta; no le importa congelarse entre la tormenta y los aires glaciales de las calzadas solitarias. Está tan flacucho y desgarrado... no podrá sobrevivir más que unas cuantas horas.
Se pone de pie constantemente, dispuesto a encontrar un techo bajo el cual pasar sus últimos momentos. Tropieza con un pequeño guijarro a unos cuantos metros, colapsando como si el hecho fuera parte de su rutina, sólo que esta vez parece estar perdiendo la consciencia lentamente en cuanto de él se apoderan una serie de sueños inesperadamente amargos.
Repentinamente todo sonido en el cielo es reemplazado por un doloroso y genuino sollozo. Lo ha soltado el corazón al notar que la tierra mojada tan familiar quiere tragárselo.
Las lágrimas lo consumen mientras él se pregunta en sus adentros: ¿qué será de mí cuando el aire se derrame?
Lo toman por sorpresa: tan pronto como la ventisca comienza a acorralarlo en su nuevo lecho de muerte, logra discernir a dos pares de manos arrastrándole con dirección a la gélida acera. El corazón se debilita visiblemente: es apenas capaz de distinguir la felicidad en las acciones de sus aventureros salvadores en tanto ellos retiran la venda de sus ojos, esperando ansiosos a que se acostumbre a la nueva vista llena de facciones suaves, sonrisas deslumbrantes y un sendero marcado con huellas afectuosas que, inadvertidos, han dejado atrás.
Un poco de calor lo cubre en forma de abrazos presurosos y expresiones de alivio al sentirlo respirar.
Lamentablemente la satisfacción no dura tanto como planeaban, el pobre corazón comienza a sentirse asfixiado por el cruce de esas dos trayectorias frente a él. Reconoce una mirada de azulados y equidistantes luceros encargada de reprimir síntomas desconocidos contra un par de iris convencionales, ambos deprimidos a causa de la evidente falta de una sonrisa de su parte, o un tulipán rojo capaz de imponer la confianza que falta en sus adentros.
Lograban hablar de amor sin soltar palabra alguna, con ojos que sonreían sin reparar en lo imposible. Eran parpadeos compartidos, más que miradas convencionales.
No tengo la certeza de si aferrarse a un amor pasajero es suficiente en vista de la ausencia de fuerzas en mi corazón en un momento como este. Pronto, aquel pequeño corazón que me ha tocado se hunde en la miseria de la noche más fría del año. Pierde el palpitar, dedicando, inevitablemente, su existencia a aquellos dos que observan atentos su partir.
"Amor terracota" se le escucha decir en su último suspiro.
“Amor terracota”, repiten ellos al unísono, entre gimoteos y maldiciones.
7 notes
·
View notes
Text
ARTE
Arte que respire y deje respirar, que ame y deje amar, ¿alguno hay?
¿Qué es arte, si no aquello que cuando los párpados entrecerramos apenas somos capaces de admirar?
Si los derrames de pintura valen más que una pieza clásica en mi mayor, el arte es un mero cúmulo de nubes grisáceas. Un cúmulo mal recibido que ilumina los callejones nocturnos aún siendo parte de una oscuridad tan negra como el carbón.
Arte es la lluvia que envuelve y atrapa al cerebro entre muros altísimos coloreados con tinta invisible. Son muros inimaginablemente frágiles, o bien, pequeñas gotas acuosas llenas de envidia, cuya única ambición es colocar ambos pies sobre la tierra mojada.
Formamos parte de una lluvia sin luz en la consumación del verano... una llovizna tropical que ata hasta el alba a los calores indeseables.
Te pido por favor que te liberes de manera constante.
Sólo ahí te darás cuenta de que el arte no es digno de la palabra.
Que un lienzo no puede rebasar a los tonos, sombras y texturas de su piel...
Que entre las notas no se puede delinear el calor de la fricción en sus cabellos...
Que en las letras no es posible interpretar el aroma de sus pies...
Que el baile no es capaz de recitar un poema con irreprochable rimar ni de llevar a la mente más allá de las juguetonas palabras, con cada sílaba que su cuerpo emane...
Será que el arte es aquel que se encuentra más allá de las acolchonadas nubes pintadas al óleo, nubes teñidas con un material inalcanzable detrás de la vitrina familiar con tonos exquisitamente variados, como aquella mezcla entre un rosa color primorosa y un blanco color perla, que acompaña cada día a los cielos amarillentos del atardecer.
Será, quién sabe, que el arte va más allá del verde claro que a lo lejos miramos crecer. Más allá de alimentar con unos tragos de agua fresca a las pequeñas semillas, quienes están siempre ansiosas por brotar en cuanto el calor las alcance.
Yo creo que mujer es arte. Porque arte es textura, belleza y renombre. Es amor, sentimiento, conceptos complejos y por poco indescifrables. Conceptos recaudados en una vasta biblioteca puesta a la deriva, donde el corazón no sienta ni respire cerca, donde la luna llena sea la única capaz de hacer un juicio ameno.
Mujer no va con sinonimia, es idónea, un mito irrealizable que se esconde en los omóplatos desnudos cuando entierra su cara en una almohadón de plumas, o en su silueta compacta que oculta secretos lóbregos, sentimientos por los cuales recurro a la palabra tabú.
Mujer es lunares silenciosos y heridas aparentemente inexistentes.
Luz que ilumina mi presencia, desastre que confunde a la tormenta.
Mujer es también belleza, con sublime aspecto que alcanza las estrellas y pasea rutinariamente entre las galaxias.
4 notes
·
View notes
Text
3. INSÍPIDOS COLORES
En mis sueños puedo crear colores nuevos.
Pintar el cielo con una melodía lenta.
Darle a las nubes un espectro compacto de texturas suaves al tacto.
En mis sueños puedo lamentar en un arcoíris de sonidos.
Porque tu voz provoca un mar de lágrimas que, al tocar el suelo suenan más o menos igual al color índigo.
Y tu recuerdo se siente como una afilada tijera directamente enterrada sobre los aromas que se resguardan en mi pecho.
Te esperaré por siempre aquí, sobre el gris y helado andén, entre los finos brazos de la noche.
Donde te pueda discernir.
Y palpar de cerca tus insípidos colores.
6 notes
·
View notes
Text
2. PETRICOR.
Si en los sueños te recuerdo, quiero que descansen mis juicios en la comodidad de un anhelo.
Quiero que seas tú quien cuestione el paradero de mi consuelo.
Mis tristezas inundan los terrenos contiguos y el petricor se vuelve insoportable. La tierra se acostumbra a las plantas de mis pies. Me escucha, y aprende todas las noches un poco más de mis lecciones importantes, entre ellas: "cómo extrañarle sin haberse adherido a su piel nunca antes".
Las gotas se acoplan a la marea de desvelos sudorosos con miedo a destruir la liviandad de una almohada de plumas. Se deslizan como queriendo formar vidas nuevas, donde el dolor no haya causado heridas y el abandono no coincida con la forma del agua.
(Aquella que escribe, sin saber, estas letras que me mantienen agrietada.)
9 notes
·
View notes
Text
1. DELEITE QUIMÉRICO.
¿Qué ganas con adentrarte en mis duelos?, ¿no ves que me aferro con amor a mis ensueños?
Digo con la llegada trimestral de un paquete de sonrisas bien sellado que me haces falta cada vez más, y que con un par de brazos que se aten a mi cintura- deleite quimérico- caeré rendida por el resto de la eternidad.
Suplico amablemente poder sembrarte. Robarte horas preciosas buscando sentimientos apacibles hasta que bajo tus ojos mi nombre sea legible.
(Hasta que los rayos del sol se apoderen de tus raíces, y te quemes justo como mi piel lo hace durante un llanto irrepetible.)
4 notes
·
View notes
Text
“Aún después de una década no he perdido la cara inexpresiva, ocultando sentimientos detrás de la resignación que venía con estar condenada a pasar largos y vacíos recreos bajo la solitaria sombra de unas hojas verdes.
Parecía que nunca dejaríamos de crecer entre los árboles y yo. Comencé a agarrarles cariño con el paso de los años hasta que me salieron raíces.
Era tan joven.”
“Me sentía capaz de volar alto y soñaba con los ojos abiertos mientras jugaba sobre los columpios, creando realidades alternas en las cuales juntaba el coraje necesario para voltear a ver el cielo azul.
Nunca lo logré, me hubiera sentido avergonzada diciéndole a mi madre que me había caído intentando tocar las nubes esponjosas sobre mí.”
“Se me hizo costumbre eso de dejar las sábanas frías tan pronto como los misteriosos susurros del aire se despertaran para acariciarme el rostro, y, tambaleándome entre maliciosas cícadas, con las piernas llenas de raspones, sin saber saltar más de treinta centímetros, nunca pensé más allá de un storge.
Qué pena.”
[Storge (στοργή), es el concepto griego utilizado para el afecto natural, como el amor de un padre hacia sus hijos y viceversa.]
3 notes
·
View notes
Text
GOTA DE ROCÍO
Regálame otro día de bronceados veraniegos y risas en vano mirando a la gran estrella, donde los ojos también son capaces de sonreír, encogiéndose como sin querer saber, o bien, renuentes a ver más allá de los rayos del sol.
Por más que trate de vaciar la mente, el mísero monólogo no me deja nunca sola. Y la mala suerte me persigue, pues hoy se ha puesto más tristón que otros días.
¿Cuándo lloverás? ¿Cuándo lloveré?
¿Cuándo yo veré a mis demonios reposar de una vez?
O… ¿a mi frente dejar de arder y a mi alma dejar de lloriquear?
Ahora mismo nos invaden, cabizbajas, las nubes grises; navegantes a regañadientes. Espero que pronto se me escape de las manos el amor para comenzar a olvidarme de la infatuación que, por desgracia, viene diluida en cada gota de rocío.
3 notes
·
View notes
Text
TERGIVERSAR
No quiero pasarme la tarde robando sueños ajenos a lo largo de las finitas calzadas que nos separan.
En tal caso, deberás empezar a comprender por qué “el mar” se puede reemplazar por “el cielo”.
Puede que la presión que siento en lo más profundo de mi pecho me esté quitando la vida a una velocidad constante y desconocida. Puede, entonces, que “vacilación” se pueda reemplazar por “suicidio”.
Después de todo, preferiría escribirte una vaga y terrible historia sobre el estrecho de Bering antes que sentarme en este escritorio a tornar rojo el pequeño cuaderno desde el cual escribo, sacándome unas cuantas neuronas para que vuelen en forma de pensamientos inigualables.
Todo porque sé que se embarrará con mi sangre tu almohada esta misma noche si lo hago.
Sé que dejarás mis letras en el olvido en cuanto los pajarillos que anuncian el amanecer se hagan presentes, mas lo último que quiero es verte tergiversar mis miradas, o, que me asegures con confianza que no estoy viendo más allá de tu piel y tus cálidos ojos.
3 notes
·
View notes
Text
RETOÑO
Como la luz se esfuma y el atardecer se asoma, termino de calmar a mis anhelos, quienes ya desesperan de tanto esperar.
Reparo en que me siento mucho más cómoda dentro de la cuna de mi infancia. Hace apenas un par de años que la dejé de ver a diario.
Me acompaña, en ese entonces, el peculiar tacto de las manos de mi madre sobre el cuero cabelludo: de abajo hacia arriba y nunca de arriba hacia abajo, trazando segmentos de recta que jamás gozarán del placer de conocerse.
Pronto la fricción se convertirá en ausencia. Vendrá tan solitaria que no dudará en acompañarla un pedacito de vida.
¡Mamá, me ha brotado la planta de la cabeza otra vez!- Llorará la niña a gritos que ya no quiere tener que cuidarla ni un segundo más.
La tarde se nublará de promesas incoherentes y lloverán los ¿cómo? hasta que las tijeras del jardín por fin se abran paso por sí solas y me desgarren el alma.
Estaré totalmente inconsciente cuando el cerillo me queme aquello que reste del tallo y, de paso, un trozo gigante de vida.
Y bueno, me habré despertado la mañana siguiente un poco perdida, teniendo sobre el cráneo un lunar extraño en vez de un retoño inexplicable.
3 notes
·
View notes