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"En realidad, lo era, hasta que tuve la mala suerte de aterrizar en una apocalípsis zombie y comprendí que continuar siendo descuidado me mataría en tres minutos." Comenta con un aire que mezcla diversión y sarcasmo a la vez. "Ese quizá, significa que apostaría una de las pocas armas que tengo solo por algo realmente valioso que puedas ofrecer a cambio." Se encoge de hombros y ladea la cabeza, expectante por escuchar lo que su nueva compañía ofertaría. "Y no, no acepto alianzas. En este pueblo, las únicas personas en las que confío es en mis hermanos."

—Pues sí. Pero a lo mejor eras descuidado. —Encoge los hombros, desinteresado en el bienestar o malestar ajeno. No lo conoce y, a lo mejor, de conocerlo también tendría sus reparos. —Yo diría que sería más bien tonto, de parte de uno, hacer algo así. —Casi como hablando para alguien más, un tercero, acaso no fuese él el que pensaba ponerse a mirar etiquetas sin más que un cuchillo sin filo. No le gusta la idea de negociar y lo pone nervioso verlo beber uno tras otro pues recuerda a otras cosas, pero la curiosidad actúa en cierta medida: — ¿Qué significa ese quizá?  

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Observó expectante al rubio, confiando en que no sería otra persona más que lo juzgaría por haber decidido tomar alcohol en medio de una apocalípsis zombie. Para su suerte, fue todo lo contrario. "Así que hay otra persona que sí sabe definir prioridades." Contesta igualando el tono contrario. Ante la interrogante, presiona los labios y niega con la cabeza. "Lo siento, hermano. Este vodka extremadamente barato es todo lo que queda. Pero como estoy de buen humor, quizá me venga bien un compañero."

Con un cigarro colgando de sus labios y sus perros siguiéndolo de cerca, el rubio estaba en busca de algo especial: licor. Un pequeño lujo que valoraba profundamente en medio de tanto caos. Podía almacenar muchas cosas y fumar cuanto quisiera, pero el alcohol tenía un lugar especial entre sus prioridades. Al entrar al destrozado bar, observó los escombros mientras daba órdenes rápidas a sus mascotas para que inspeccionaran el lugar. No se sorprendió al escuchar una voz ajena. En segundos, se acercó a la barra con calma.―Ah, así que hay otra persona pensando igual que yo… ―respondió con una sonrisa ladina, llevándose el cigarro a los labios para darle una calada antes de hablar de nuevo.―No me digas que te estás refugiando del caos en este lugar, que parece el nacimiento del mismo ―bromeó, con un toque sarcástico en su voz. Sus ojos escanearon las estanterías mientras preguntaba:―¿Hay más por ahí, acaso? ―refiriéndose, claro, al alcohol.

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"¿Quemadura en el estómago? Vaya..." Alzó las cejas con notoria sorpresa. "¿Cómo sucedió eso?" Decidió indagar a continuación, pues trataba de una herida que hasta ahora no había visto entre los vecinos. Mientras tanto, dio otro sorbo a su trago. "Dudo que un restaurante sea el mejor lugar para buscar ropa y medicinas, pero puedo ofrecerme para ayudarte a llegar hasta donde necesitas." Propone con simpleza. "Vodka. Un vodka muy barato, pero es todo lo que encontré." Responde con resginación. "¿Qué estás tomando tú?"

Hizo un leve asentimiento.―Creo que lo haré… ―murmuró, intentando encontrar ánimos de alguna parte. Alzó ambas cejas antes de asentir como respuesta. Tomó un sorbo del licor que se había servido, sintiendo el ardor en su garganta. El segundo trago fue menos intenso; su cuerpo ya comenzaba a acostumbrarse. ―Lo mismo. Simplemente buscando cosas para sobrevivir, además de medicamentos. Tengo una quemadura en el estómago… ―comentó como si no fuera gran cosa, dejando claro que el dolor mental pesaba más que el físico. Se encogió de hombros antes de continuar: ―También busco ropa y productos de higiene. Es lo principal que necesitamos ahora.―Su mirada se dirigió al bar. El lugar parecía desolado, sucio y especialmente tétrico, a pesar de que solo habían pasado tres días desde que todo cambió.―Entonces, ya que estamos en un lugar de bebidas, ¿qué estás tomando? ―preguntó con curiosidad, mientras observaba las botellas polvorientas detrás del mostrador.

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"Sé que tratas de hacer que me arrepienta con eso, pero yo le veo todo el sentido del mundo." ríe. "Si estamos en medio de una apocalípsis zombie, lo menos que podemos hacer es perder el tiempo." Una sonrisa se dibujó de una comisura a la otra sobre sus labios, alzando una ceja en espera de una contraria que tratase de hacerlo cambiar de opinión. "He hecho algunas alianzas, sí...pero lo más importante, tengo a mis dos hermanos conmigo. No hay mejor aliados que la familia." Una carcajada brotó de sus labios al escuchar el comentario acerca de las pastillas. "Vaya, ¿Tomarás pastillas para el corazón por mi culpa? ¿Quién está coqueteando ahora?" Cuestiona con diversión. Se sentía bien soltar un par de risas entre tanto caos y seriedad. "Jaiden, me llamo Jaiden. ¿Y tú?" inquiere, manteniendo una distancia moderada, pero no lo suficiente como lo solía hacer con el resto de vecinos.

Entrecierra los ojos un poco al notar el coqueteo del contrario y con una pequeña sonrisa responde "¿Estás intentando coquetearme en medio de un apocalipsis zombie y en el estado que estoy?" Su ceja se eleva y niega un par de veces con la cabeza. Escucha la estrategia del contrario con atención y asiente con suavidad "Vale esa es una buena estrategia" Le concede la razón, lo que él dice podría funcionar "¿Y ya hiciste alianzas?" Pregunta ahora, con un ligero tinte de curiosidad. "Muy gracioso, si de aquí en adelante tengo que tomar pastillas para el corazón tú vas a ser el culpable" Bromea nuevamente para luego asentir ante el diagnóstico ajeno "Bien, muchas gracias..." Y deja la frase en el aire dándose cuenta que hasta el momento no sabía el nombre del contrario "¿Cómo te llamas? Para saber a quien le debo agradecer".

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Sus ojos se abrieron de sobremanera cuando la fémina se introdujo como la dueña del lugar. Sus ojos se abrieron de sobre manera, deteniendo cualquier movimiento. Literalmente, lo habían atrapado con las manos sobre la botella. Reprimió los labios en busca de algunas palabras, pero terminó por resoplar con resignación. "Escucha, probablemente deba disculparme por estar invadiendo tu restaurante, pero seamos sinceros...no queda mucho más que esta botella." Se encoge de hombros, visualizando los escombros a su alrededor. "Además, dudo que sea la más cara que tuvieras." añade con una ligera mueca sobre los labios. "Lo menos que puedo hacer, es ofrecerte un trago."

A pesar de que siempre había evitado el lugar, había unas cosas que su madre dejó allí antes de que todo suceda. Civan había hecho una parte pero ella aún quería recolectar cosas para llevarse, además de tener la llave de unas cajas de seguridad. No sabía si estaba bien ir sola pero tampoco le importó, la sorpresa si se ve en su cara al ver alguien ya adentro y más al ver todo el desorden que se volvió el restaurante. Ni con todos sus ahorros guardados podría recuperar lo que se perdió, ni que mucho menos vuelva a funcionar como antes aún así hay una especie de nostalgia, se crío en ese lugar más que en su casa. Su pequeño momento de silencio se interrumpe y hay una especie de recelo en su semblante, incluso si ya es en vano. "la dueña del lugar..." responde con calma, así mismo son sus pasos por su herida. "en otro contexto estaría enojada pero..." alza sus hombros, nunca le había importado ese lugar quizás hasta ahora.

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Juraba que el corazón se le rompería en mil pedazos si el menor rechazaba aquel apretón de manos, pero el hecho de haber obtenido a cambio un inesperado abrazo fue mucho más significativo de lo que podría admitir. Tardó apenas un par de segundos en asimilarlo y sin más, lo tomó también entre brazos para dejar un par de palmadas sobre su espalda. Sabía que no eran los mismos niños tontos e inmaduros de hace dieciséis años, pero no podía olvidar el hecho de haberle fallado a ese adolescente que dejó detrás sin una despedida por no poder enfrentar la traición que había cometido y eso era algo que hasta ahora no se había perdonado. "Sí, Lys, trabajaba en la policía, ¿Recuerdas? Tuve que mover algunos hilos en el departamento de investigaciones para rastrear sus últimas conexiones y transacciones de las tarjetas y todo me llevó hasta aquí. ¿No tenían una peor opción para irse a vivir?" añade finalmente un poco de humor. Habían muchas cosas que debían tratar aún, por lo que no dudó un segundo en alcanzar otro vaso para poder servirle un trago y así, con un poco de suerte, apaciguar la forma en la que las noticias se tomarían. La siguiente pregunta lo toma completamente desprevenido. Guarda silencio un momento, acabando de inmediato con todo el contenido que aún quedaba dentro del cristal que traía entre manos y vertiendo el líquido de nuevo. "Sophia." Completa la oración, sin ninguna duda de a lo que se refiere el menor. Sacude la cabeza. "No hubo ningún matrimonio... la boda se canceló." Toma una bocanada de aire. "Así que no tienes nada de qué preocuparte, el karma supo actuar bien en tu nombre."

sentimientos estaban encontrándose. claro que estaba feliz, pero... ¿16 años? ¿por qué aparecerse justo ahora? no entendía. mirada parda desciende a brazo extendido, mas no tarda en responder el gesto, ofreciendo un suave apretón, el cual se extiende en duración y finalmente opta por dar un paso y abrazarlo con ligera torpeza con su brazo sano. un respiro escapa de su nariz, y aunque ese encuentro en breve, actitud se mantiene serena. ' también llegué hace algunas semanas, pero... no entiendo, ¿viniste sabiendo que íbamos a estar aquí? ' primera interrogante de mil que se aproximan. humedece los labios, y mentón se dirige al trago que estaba tomando con un gesto. ' sírveme uno. ' le pide, nuevamente usando un tono algo tosco. quería hablar con él, pero no sabía como. quizás el alcohol apaciguaría su interior. ' yo — sí, te eché de menos los primeros años, luego me acostumbré. era prácticamente un adolescente. ' reclama, sin ánimos de ofender, pero sí de recordar. ' ¿y cómo está...? ' no menciona su nombre, pero detecta que el mayor puede deducir de quién está hablando. ' discúlpame si no fui a tu matrimonio, estaba ocupado recuperando mi autoestima. ' y aunque es cierto, lo dice en un sarcástico timbre de voz, incluso una pequeña sonrisa se asoma entre comisuras.

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"Supongo que tienes razón." Concuerda en voz alta, pero no sabe realmente si su mente cree al cien por ciento aquellas palabras. Tenía un mal presentimiento de todo lo que sucedía, y esperaba que no estuviese relacionado con la salud de sus hermanos. "Se llaman Lysander y Vera." responde, sacando el móvil que aún tenía cinco por ciento de batería gracias al cargador portátil que había encontrado en el supermercado y le muestra una de las fotos en su galería. "¿Los has visto? ¿Sabes algo de ellos?" pregunta con cierta desesperación. "Lamento escuchar que tengas que estar alejada de tu familia. Seguramente están bien, y esperándote con los brazos abiertos." asegura con una tenue sonrisa, pasando apenas su mano por el hombro contrario en señal de consuelo. "Un gusto, Nina. Soy Jaiden." alza su mano para estrechar la contraria, prestando completa atención a la elaboración del plan que hacía su nueva aliada. "Me parece una idea perfecta. ¿Cuánto tiempo llevas en este pueblo? Apenas he llegado y desconozco en quiénes podemos realmente confiar." Se encoge de hombros con cierta preocupación. "¿Hay algún insumo que estés buscando en específico?"

expresión de nina se vuelve seria cuando la conversación toma un giro más personal y observa al hombre con atención. ' aún hay muchos sitios en donde pueden haber personas escondidas, apenas sabemos lo que sucedió y tenemos escasa información, no te adelantes. ' intenta brindarle algo de consuelo y esperanza. ' ¿cómo se llaman tus hermanos? ¿como lucen? ' no tiene respuestas fáciles y aún menos cuando ella misma no está segura de absolutamente nada ahora mismo, sin embargo, hay algo que sí puede hacer, algo en lo que es buena: ayudar, entonces, si se encuentra con quienes les describa no dudará en hablarles sobre él. ' mi madre y hermana están en greenville. ' dice, sin entrar en más detalles, pero dejando en claro que entiende por lo que está pasando pues si bien espera que se encuentren a salvo, no hay certezas al respecto, solo fe y deseos. ' mi nombre es nina turner, por cierto. ' no recuerda haberse presentado, tal vez la conozca porque siempre vivió allí, o por el taller, por su parte no lo recuerda. ' es como si, de alguna manera, todo se volviera surrealista y las cosas normales ya no tuvieran el mismo peso que antes. ' comenta, su tono más reflexivo. ' lo que antes era importante, ahora se siente fuera de lugar. ' su voz se vuelve más práctica y más firme tras volver a retomar el tema de los suministros. ' una alianza suena bien, la idea de poder compartir lo poco que tenemos y asegurarnos de que todos cuenten con algo de qué vivir es lo mínimo que podemos hacer, pero, deberíamos reunir a la mayor cantidad de personas posibles. ' traerlos de su lado, hacerles comprender el plan y por qué es bueno implementarlo. ' y quizá convencer a quienes no quieran unirse y prefieran guardarse las provisiones para ellos evitando compartirlas. ' y sabe que hay de esos porque los vio intercambiar cosas con otros vecinos, dándoles agua a cambio de medicamentos, por ejemplo, acto con el que nina se siente en desacuerdo, todos son seres humanos y como tales todos merecen tener las necesidades básicas cubiertas.

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"Lo sé." Concuerda y suspira, recordando algunas de las peleas que tenía con su hermano menor cuando eran pequeños. Sin embargo, nada se comparaba con la razón por la que habían cortado comunicación. "Nunca quise dejarte sola. Bueno, tenías a Lys y a mis padres, pero eras la única razón por la cual seguía en esa casa y quizá la única por la que vine a este pueblo." Admite, tomando uno de sus tirabuzones y pasándolo por detrás de su oreja. Las palabras ajenas logran llenarlo de una preocupación con la que hasta ahora no cargaba. Su prioridad había sido encontrar a sus hermanos y ahora que lo había hecho, tenía que protegerlos a toda costa. "No digas eso..." Murmura, sacudiendo ligeramente la cabeza. "Mírame, pequeña..." añade, tomando su rostro con ambas manos y viéndola directamente a los ojos para darle seguridad. "Vamos a salir vivos de esto. Una vez lo hagamos, tú, Lys y yo, podremos reconstruir la familia que se perdió hace años. No dejaré que nada te pase." Asegura, antes de apartarse para iniciar el trato de las heridas. "¿Un codazo?" suelta una risa reprimida. "Definitivamente sí sigues siendo una niña." Se burla, a medida que humedece el algodón con alcohol y comienza a limpiar la herida, evitando cualquier tipo de infección. "Por favor, no me hagas más moretones de los que ya tengo."

"Lysander siempre ha sido... complicado," admite finalmente, con un leve temblor en la voz, mientras baja la mirada hacia las manos de Jaiden que trabajan con los insumos médicos. "Pero te conoce mejor de lo que crees. Si está enfadado o dolido, es porque le importa." Hace una pausa, cerrando los ojos un segundo como si con eso pudiera detener el nudo que amenaza con atragantarla. Luego, deja escapar un suspiro y, cuando vuelve a hablar, su tono es más firme, aunque todavía cargado de emoción. "Si algo nos ha enseñado esto, Jai, es que no hay tiempo para guardarse rencores. Si hay una posibilidad de arreglarlo con él... tenemos que intentarlo. Porque..." se interrumpe, traga saliva y aprieta las manos sobre sus propias rodilla. "Porque no sé cuánto tiempo más vamos a tener juntos." Cuando él bromea sobre los viejos tiempos, el aire en la habitación se relaja un poco. Jacqueline deja escapar una risa suave, breve pero genuina, aunque sus ojos aún brillan con una mezcla de tristeza y nostalgia. "¿Salir corriendo? Por favor, Jai, ya no soy esa niña asustadiza." Le lanza una mirada fingidamente desafiante, aunque sus labios se curvan en una sonrisa débil. "Pero si me duele mucho, no prometo no darte un buen codazo." Su tono es ligero, pero debajo de la broma, hay un agradecimiento implícito: por estar ahí, por cuidarla, por no dejarla enfrentar esto sola.

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"Puede que la información que tengas sea útil." Inicia, moviendo un poco el vaso que traía entre manos para hacer bailar el líquido dentro de él. "Pero te ganarás un trago, solamente si logras convencerme con tu siguiente respuesta." Toma finalmente el trago de vodka y tras esbozar una ligera mueca, vuelve hacia ella. "Si realmente sabes la mejor forma de salir de aquí, ¿Por qué todavía estás parada tratando de convencerme de estar sobrio, en lugar de huir?"

' si me das un trago ― ' canturrea, acercándose a dónde el contrario por completo y presentando la tapa de aquella guía a un lado de su cabeza, lo suficiente como para que entienda de qué trata lo que lee. ' podría decirte la mejor manera de salir de este manicomio en el que nos encerraron ' eleva sus cejas con diversión, enseñando una sonrisa que le cuesta pero con la que intenta vender idea. ' quizá también ayude a que no te termines esa cosa horrible y andes vagando más tarde si nos pasa algo, ¿eh? que por acá nada está prometido como para andar con los sentidos obnubilados '.

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"Me lo han dicho más veces de las que podría presumir." Esboza sonrisa ladina, consciente de que mantener una actitud positiva en una situación tan negativa, al menos le daría un poco de tiempo para pensar las cosas con calma en lugar de actuar cegado por el pánico. Ríe ante las palabras ajenas. "Bueno, quizá todavía haya un poco de policía en mí. Pero, para tu suerte, olvidé las esposas en casa." Continúa con diversión, acercándose un poco más hacia donde la fémina se encontraba para poder visualizar lo que había detrás de la barricada, comprendiendo las intenciones ajenas. "Yo creo..." inicia. "Que eres lo suficientemente pequeña y ligera como para cargarte por encima de la barrera y poder salir desapercibida una vez estés del otro lado."

no es capaz de reprimir del todo la ligera risa que se le escapa entre dientes producto de las palabras ajenas. "debiste ser comediante, ��no te lo habían dicho?" suelta sin malicia revolando la mirada con una sonrisa mientras niega con la cabeza fingiendo desaprobación cuando, en realidad, agradece en silencio la actitud del contrario. "mi papá me dijo que una vez policía, siempre serás policía así que disculpa si no te creo" continúa con un suspiro de falso pesar mientras regrea su atención hacia la barrera y poco a poco su expresión se desvanece. "pues, víveres, principalmente. y en que quizás vamos a tener que quedarnos más tiempo del que nos dijeron inicialmente" lo mira de soslayo. "¿tú qué crees, señor ex-policía de chicago?"

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Se había encargado de registrar la zona en busca de suministros antes de acomodarse dentro de la barra. Por ende, la presencia que había pasado por desapercibida lo sorprendió. Al escuchar las razones, dio un trago completo al vaso que tenía en la mano y lo vio fijamente. "Los tengo yo." Admite, señalando la mochila que tiene a un lado. "Sería muy descuidado de mi parte ponerme a beber sin nada con que defenderme en caso de un ataque imprevisto, ¿No crees?" Se encoge de hombros y comienza a vertir el segundo trago. "Si en verdad quieres uno, quizá podamos negociar."

Se hace el que no sabe por qué se acerca al restorán, pero lo cierto es casi que saliva pensándolo. Se promete que no beberá nada y se dice que solo tiene ganas de ver cómo será el abastecimiento tras la barra y que podría conseguir un buen cuchillo en la cocina, y entra al lugar. Parece una escena realmente de terror: mesas y sillas tiradas y una pobre iluminación, la sensación de que la gente ha salido eyectada de su interior. Gael Renfrow lleva dos años absteniéndose de alcohol, avergonzado y asqueado de la persona que es cuando está la bebida en su sistema, sumamente cansado de eso. Cuando oye otra voz en el lugar, el plan de "pasar a ver" queda olvidado. No pensaría compartir bebida con nadie ni tampoco bebería frente a otra persona. Sobre todo, presencia ajena con un vodka en la mano hace todo más real y le recuerda a cosas terribles de sí mismo. Chasquea la lengua. —Solo yo. —Y aparece entonces en escena, fingiendo que vino a otra cosa atraviesa el lugar para acercarse a la puerta de la cocina. —Vine a buscar cuchillos.

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Presiona los labios formando una tenue sonrisa y con un simple asentimiento de cabeza corresponde al saludo contrario. "Un gusto, Viktor. Soy Jaiden." Se presenta, sin moverse demasiado, pues su prioridad era disfrutar su trago mucho antes que hacer amigos. Luego de beber mientras analiza a su nueva compañía, frunce ligeramente el ceño al percatarse de que el contrario luchaba con ese par de muletas para colarse entre los escombros que abarcaban la mayor parte del establecimiento. "No me importaría compartir, pero...¿Podrás controlar eso con un par de tragos encima?" cuestiona. "¿Qué te pasó?"

después de un rato busca un lugar en donde sentarse, muletas son algo con lo que aún no se familiariza, pero al menos unos días tendrá que cargarlas y no apoyar su pierna herida. un sentimiento de familiaridad con aquel sitio lo lleva a elegir el restaurante. y tal vez la esperanza de encontrar un trago. sí, un buen trago que transporte esos pensamientos tan lejos como pueda por un rato. entonces su entrada no es disimulada, ¿cómo podría si esos palos de metal se golpean todo el tiempo contra el suelo en cada paso que da? pero ni siquiera se alarma o altera su rostro, sigue hasta la barra donde divisa al masculino y su vista se concentra en la botella abierta. bingo. alguien fue mas rápido que él. ' Viktor ' se presenta. no está seguro de haberlo visto alguna vez en el pueblo. de todas formas no importa, ahora son todos parte del grupo de sobrevivientes y carecen de importancia las presentaciones. se sienta con cuidado y observa el lugar. es increíble como una semana atrás había clientes. él estuvo ahí después de una larga jornada de trabajo. ahora donde estuvo hay sillas dispersas. ' ¿te importa compartir? ' señala el trago.

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Concuerda de inmediato sin presentar negativa ante la propuesta. Habían demasiadas cosas de las cuales debían ponerse al día y sabía que en ese instante tenían poco tiempo para recolectar víveres e insumos para poder sobrevivir lo siguiente que llegase. ¿Lo más importante? Ahora tenía a la mejor aliada a su lado. "Sabes que si por mí fuera, estaría completamente de acuerdo y cedería ante tus ideas. Pero no estoy seguro de que Lysander quiera volver a dirigirme la palabra." Le aclara, pues a pesar del emotivo reencuentro, debía dejar sobre la mesa la posibilidad de que no pudiesen volver a ser la familia que fueron hace tantos años. Desliza con suavidad el pulgar por la mejilla de la fémina, eliminando rastro de aquella lágrima que le partía el corazón. ¿Tantos años habían pasado? Seguramente no era el momento, ni el lugar para demostrar la nostalgia que verla tan grande y cambiada le provocaba. A continuación, comienza a sacar los insumos médicos necesarios para tratar las heridas. "No se vale gritar y salir corriendo como solías hacerlo, eh. Ya estás grande." advierte finalmente con un aire un poco más ameno.

Movió la cabeza hacia ambos lados como una clara respuesta negativa a la cuestión. "Ya tendremos tiempo para ponernos al día," porque no sabía como resumir tantos años de violencia en unos cuantos minutos. Además, consideraba que eso había quedado en el pasado y que tenían cosas más importantes de las cuales preocuparse. "Lo entiendo. No tenemos que seguir hablando de este tema en este preciso momento," añadió, recordando cuando Jai decidió irse de la casa de sus padres y perdieron el contacto diario que tenían en ese entonces. Para Jac fue un evento demasiado triste pero con el tiempo aprendió a vivir con ello. "Aunque me estoy muriendo de ganas por conocer esas diferencias, voy a respetar tu espacio y ya hablaré con ustedes cuando estemos los tres juntos," le tocaba ser la madura en algunas situaciones y también mediadora, por lo cual ya estaba acostumbrada un poco. Bueno, en realidad había perdido un poco la costumbre después de que se casó, pero las buenas cosas nunca se olvidaban del todo. Un par de lágrimas amenazaron con salir cuando sintió el contacto tan familiar, la calidez de la que se había perdido por mucho tiempo. "Estoy acostumbrada," añadió en voz baja, mostrándole una herida en el brazo derecho y otra en el hombro del mismo lado.

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"¿Ah sí?" inicia, fingiendo completa indignación ante sus palabras. "Pues tal vez deberías considerar utilizar audífonos mientras estoy tratando de acercarme sigilosamente." Le responde en el mismo tono, echándose a reír segundos después de la broma. "Dije que era policía, eso es distinto. Tenía el poder de la ley en el bolsillo cuando vivía en Chicago, ahora solo tengo..." Mete las manos en el bolsillo del pantalón para mostrar lo primero que encuentra. "¿Goma de mascar?" ríe. "¿En qué cosas has pensando hasta ahora?"

"temo informarte que no es así, tal vez deberías considerar regresar a la escuela" continúa molestándolo, sólo porque al contrario no parece incomodarle y ella está cansada de la atmósfera lúgubre que parece pesar sobre las cabezas de todes a su alrededor. "no tramo nada, ya te lo dije. además... en el hipotético caso de que lo hiciera -que no lo estoy haciendo, aclaro- ¿no sería un poco tonto decírselo a alguien que acaba de admitir ser un miembro del brazo armado del estado?" cuestiona de vuelta sonando más dramática de lo que realmente es. al final no puede aguantar su propia exageración y suave risa abandona sus labios mientras aparta la mirada y la vuelve a centrar en la barrera ante ellos. "sólo estoy pensando en las cosas que tal vez necesitemos y que ellos tienen allá adentro"

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"Puedo defenderme a la perfección con esta botella." Se encoge de hombros, dando otro trago a su bebida. "Esa mochila..." continúa, señalando la el bulto a un costado. "Está llena de comida, suficiente para sobrevivir al menos dos semanas." añade, sin intenciones de alardear, únicamente demostrar que estaba preparado para lo que viniese y en ese instante, realmente lo único que necesitaba era un maldito trago. "¿Y tú qué tienes?"

"No lo sé, quizá ir a buscar algo con que defenderte si entran los infectados, conseguir insumos médicos, comida, más ropa" Enumera con su mano las cosas que podía hacer que a su parecer era mejores que tomar, mientras mantenía su vista fija en el contrario que parecía realmente estar disfrutando el trago, ella por su parte no bebía, probablemente con solo el olor del alcohol ya estaría embriagada "Bien, pero asegúrate de por lo menos golpearlo con la botella vacía, no solo reírte" Se encoge de hombros con suavidad.

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"Si te basarás en saciar mis necesidades, estaremos aquí todo el día." añade con un aire que oscila entre ironía y decepción, pues realmente había una larga lista de cosas que aún necesitaba para poder sobrevivir al menos un mes. "Pero enfoquémonos en lo importante. Necesito insumos médicos. Tenía apenas unas cuantas gasas y las utilicé para curar a mi hermana." Explica. "¿Qué tienes para ofrecer?"

Está adelantándose en pos a la bebida, pero el que sea retirada de su alcance le hace detenerse también. La boca se le tuerce en una muequita inconforme. "Inteligente. ¿Qué te hace falta? Primero tengo que ver hacia dónde apuntan tus intereses." Usa una mesa cercana para apoyar su peso, volviendo a la ingesta previa de uvas. No iba a jugar sus mejores cartas por hacérselas de alcohólico, claro.