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Estoy deprimida. No hace falta psicológo ni nada. Estoy deprimida. Puede que no me haya dado cuenta antes pero llevo en este estado cinco años. Tan solo tengo que mirar atrás. Era una niña, y ya sufría. ¿Quien merece eso? Realmente nadie.

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Todo junto

No solo ha vuelto Lucy, por lo visto también han vuelto los miedos, complejos y la bulimia.

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The beginning

¿Quién iba a decir que un día tan normal como aquel iba a destrozar mi vida? Hace unos años iba de vacaciones con mi tíos a un hotel de playa, como no me gustaba demasiado la playa, me quedaba en la piscina del hotel. A lo largo de la semana fui haciendo amigos, en especial uno, Mario. Iban pasando los días y él se juntaba más conmigo. Yo no me separaba, me gustaba. Después de dos días, me besó. Pero al parecer no quería solo un beso. Cada vez iba avanzando un poco más. Yo me dejaba hacer, pero llegó un momento que no quería más. Era demasiado para mí. A mi quinta noche en el hotel, me invitó a cenar por la ciudad. Fue una noche increíble. Llegamos al hotel y le dejé entrar en mi habitación. No llegamos a hacer nada, no quise, era demasiado pronto para mi. Mario tenía dos años más que yo, y no me parecía correcto hacer cosas de las que después me arrepintiera. A la mañana siguiente me despertó para volver a la piscina, y yo encantada, accedí. Pobre ingenua. Volví a mi habitación para vestirme y el me seguía de cerca. Iba entrando cuando me cogió de la cintura y me empujó dentro. Me tiró sobre la cama y me quitó el bikini. Sinceramente, tenía miedo. No quería hacer nada. Y empecé a pegarle patadas. Alguna de ellas acertó, ya que se echó atrás. Me dio tiempo a ponerme la parte de abajo del bikini y salí corriendo. Demasiado lenta. Cuando me quise dar cuenta estaba ya en su brazos. Me puso boca abajo y quitándomelo todo, me penetró. Me dolió muchísimo. Creo que él pensaba que era una simple máquina de follar. Entre lágrimas y gritos conseguí arañarle y darle las suficientes patadas como para que se apartara. Salí corriendo al baño y me encerré. No se cuanto tiempo estuve ahí gritando que se fuera y llorando, pero me quedé dormida. Cuando me desperté ya no estaba. Salí del baño con miedo, no sabia cuanto había estado dentro. Me miré el el espejo y tenía tantos moratones... Me quedé blanca al verme. Tenía sangre en la nariz y en la boca, y se veían las zonas donde me había agarrado más fuerte. Me quedé en mi habitación algunas horas más. Cuando al fin salí, lo hice con miedo. Más del que tuve nunca. En recepción una chica se dirigió hacia mi asustada. "Amiga, ¿qué te pasa? ¿Necesitas ayuda?". No sabía quién era, pero me inspiró confianza y le dije que sí. Se lo conté todo, y me consoló. Me aseguró que podía confiar en ella. Me sentí liberada. Estuve parte de la tarde con ella. Cuando se fue me dijo como se llamaba. " Por cierto, me llamo Lucía, pero llámame Lucy, nos veremos pronto". Me sonrió y se fue. Lo que yo no sabía, es que Lucy me iba a acompañar toda mi vida.

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I'm your fucking nightmare

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Hola vieja amiga

¿Sabéis esa frase de Toy Story que dice: “Hay un amigo en mi”? Bien, pues yo tengo una amiga en mí.

Ese día sentí que no me querían, que era demasiado estúpida y que no encajaba. Sólo quería que la tierra me tragara. Entonces tuve que irme a mi habitación para no ponerme a gritar. Me senté en el suelo y mi respiración se volvía más y más agitada. A pesar de que estaba sentada, me movía de formas bruscas. Al borde del pánico, con los ojos irritados y el maquillaje corrido por toda la cara, me di cuenta de que en la otra esquina de la habitación había alguien sentado en el suelo rodeando sus piernas con los brazos. Me miraba fijamente, pero parecía que no me veía y a la vez me atravesaba hasta el alma. Su mirada estaba vacía, era fría y me heló la sangre. Sin embargo no tenía el mismo miedo que la primera vez. Se levantó y se sentó conmigo. Ahora me veía, no tenía duda. Sonrió. Fue un gesto amable, pero no me gustó. No después de mirarme de esa forma. Entonces me di cuenta de que ya no hiperventilaba. Me saludó con un entrañable “hola” y me convenció de que podía contar con ella, y me recomendó que lo hiciera de nuevo, sabía que eso me relajaba y me hacía sentir mejor. Ya sabía lo que tenía que hacer. Me levanté y cogí mi libro favorito, y ahí estaba, en la última página, una cuchilla. La cogí, me senté junto a mi amiga y me subí las mangas. En el suelo había pequeñas gotas rojas, y yo veía cómo la sangre fluía. A penas tardé diez minutos en tranquilizarme y darme cuenta de que ella ya no estaba.

Hasta otra Lucy

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Return

Acabo de estudiar. Estoy cansada y me meto en la cama. Cojo el móvil y me entretengo con alguna app. Pasado un tiempo, empiezo a oír unos toquecitos en la mesa. Supuse que eran algunos apuntes que estaban por ahí, así que me incorporé y lo recalqué todo. En cuanto me tumbo vuelvo a escucharlo, muevo unas cosas y vuelvo a mi posición en la cama. Estaba absorta en un chat cuando lo fui notando. Volvía a sonar. Ya no me gustaba nada. No sabía que era esa cosa. Realmente n había sonado en ningún momento como papeles cayéndose, más bien como uñas toqueteando en un escritorio. Pero no quería asumir el miedo. No quería sentir nada, pero n solo podía evitar. Llevaba en torno a media hora así. Creí que me volvía loca. Llamé a mi novio a pesar de que fuera de madrugada, necesitaba escuchar una voz conocida, y él sabía todo lo que me había pasado. Tan solo sonó dos “bits” y colgó, como cada noche sombría. A los segundos, un mensaje suyo. Instantáneamente, como si pulsara un botón, dejaron de sonar los golpes para dar paso a algo peor. Sentía a mi lado una respiración pesada. Estaba al borde del pánico. Al otro lado de la pantalla había alguien tranquilizándome, pero tardó varios minutos en hacer que esa respiración cesara. Mientras estuviera tranquila estaba a salvo, solo tenía que dormir. Pasaron varias horas hasta que conseguí notar el sueño y cansancio en mi cuerpo. Tan solo pensaba una cosa: “Lucy por favor, no vuelvas a por mi”

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Solo esa persona puede acabar con los demonios de mi cabeza

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Y si esa persona que me hace la vida imposible es tan solo una prolongación de mi alma?

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Ser fuerte fue la única opción que me quedaba

(via mundofeo7)

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Pero ellos no saben lo que es intentar concentrarse con una chica al lado tuya mirandote con los ojos inexpresivos y como platos y una sorisa maliciosa.

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Dear me:

- I hate you. - You’re weak. - You’re imperfect. - You’ll never be good enough. - You hurt yourself today again. - You deserve the pain. - You’ll have to done it again.

I hope you die.

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always the same.

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SCARED?

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If you had ever loved me, you would not have let me touch the bottom