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Viviendo un “ghosting” institucional
Comentario sobre las herramientas de educación virtual.
En periodos de pandemia nos surge una problemática espacial, que es la reclusión en casas, la baja capacidad de conectividad de algunxs alumnxs que tienen que ver varias veces con la calidad de internet en sectores rurales y su mala señal o directamente una suspensión de la red, la sobrecarga de contenidos con respecto a los objetivos académicos y a sus plazos rígidos y calendarizaciones inciertas. Vivimos en una comunidad universitaria de las poblaciones flotantes, gran porcentaje de estudiantes viajan a otras ciudades para educarse, actualmente muchxs de estxs volvieron a sus hogares en donde las realidades cambian y en donde surgen problemáticas sociales sobre la calidad en la comunicación virtual entre académicos y estudiantes, la cantidad útil de información que compartimos entre nosotrxs y también qué porcentaje de esa misma información es útil realmente.
Si fuera el caso de querer utilizar esa información “útil” ¿es acaso su sistematización (si es que existe) la que esté resolviendo las problemáticas? ¿son las plataformas institucionales útiles en el sentido práctico de comunidad? ¿acaso el sistema actual promueve el diálogo hacia un bien común sobre la educación de lxs estudiantes?. Las respuestas puede variar en cada universidad, facultad ,carrera y curso, dentro de este modelo universitario y que puede guardar una relación rescatable en la respuesta administrativa correcta (o no) que estén llevando a cabo las instituciones con los grupos estudiantiles, relaciones que hoy en día son virtuales.
La problemática de sobrecarga académica puede tener múltiples razones y consecuencias en la salud mental, normalmente nos saturamos de información a través de las pantallas, en este caso puede ser clave el tipo de relaciones que llevamos a cabo y los ritmos saludables con estas. Actualmente se utiliza la plataforma “Zoom”, la aplicación de moda para las conferencias y reuniones virtuales, en donde se despliegan en pantalla la imagen de nuestras camaras en una cuadricula, como si fuera una metáfora a nuestro mismo encierro físico y social. ¿Que pasa si se te corta el internet? ¿Tu profesora o profesor te deja entrar denuevo al la clase o “reunión” o acaso tiene una política de no admito atrasados? ¿Que pasa si a unx alumnx se le suspende su servicio a internet? ¿Esperar a darnos cuenta que unx compañerx no pudo llevar bien su proceso educacional por el cual sin restarle importancia, se endeuda? ¿Esperar a revisar una tabla excel a final de año que dice que tu compañerx “no la logro”? ¿Que reprobó por que se nos olvido ayudarlx? ¿Esperar a ser víctima del “ghosting” institucional?...
No se trata solo sobre cuestionar las metodologías que han llevado los y las educadoras, a veces cuesta admitir que nadie estaba preparado para esto, siendo empáticxs, lxs educadorxs tienen ritmos agitados y problemas personales como cualquier otrx estudiante, también pueden existir problemas para comunicarse o administrar de manera eficiente para todxs lxs alumnxs. Es algo que debe ser seriamete debatido, por los peligros de proponer una sistematización total de la información, ya que puede acarrear problemas ligados a la privacidad de cada unx, por eso es importante evaluar de manera colectiva y transversal como nos pueden ayudar las herramientas de caracter administrativas y si realmente se puede dar una solución que sirva de apoyo lxs estudiantes y profesorxs a través de medios alternativos.
Para concluir es muy importante recalcar las concecuencias eticas que puede tener una especie de red social especializada en la educación universitaria y en las problematicas estudiantiles, para no convertir finalmente algo que se piensa en un origen para mejorar la comunicación entre las entidades y su diversidad, a convertir esto en una herramienta de “paqueo”, sin ingorar que algunas relaciones ya pueden estar dandose de manera saludable.
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¿Programación para Arquitectxs?
¿Diseño asistido? … ¿Quién asiste a quién?
Comentario sobre las herramientas:
Es un hecho que la arquitectura tiene su encuentro con los medios digitales, en el que se pone en cuestión el rol indispensable del lápiz y el papel con la llegada de los software de diseño asistido como Autocad y el auge de lo virtual en los 90’ tiende a desplazar el uso de las herramientas tradicionales como la regla o el tiralíneas hacia otras como computadoras y programas, en relación a la asistencia a la hora del diseño, se puede decir que las computadoras con su grado de “inteligencia” (o de no inteligencia) y su grado de dependencia del usuario, necesitan que les “digamos” exactamente que hacer, por ejemplo en el cotidiano: buscar cierta palabra clave, reproducir un vídeo, navegar por internet… y en el caso de lxs arquitectxs, dibujar una línea, un polígono, rellenar el polígono, borrar una linea, anotar números, “plotear” la lámina al papel que representa los planos técnicos para la construcción de “algo”, osea una tradicional lámina de arquitectura.
Cabe recalcar una llamada contemporánea (un poco alarmante) del uso de software “BIM” dentro del ámbito profesional y académico del oficio y que pretende cambiar la manera en que diseñamos las cosas, una explicación simple de lo que significa BIM es un tipo de software que tiene como objetivo desarrollar proyectos de construcción desde las distintas áreas especializadas que lo componen para su ejecución (arquitecxs, ingenierxs, diseñadorxs, constructorxs, etc…), esto implica la coordinación de un lenguaje común de software en el que ya no solo es una representación y significación gráfica de un “muro” (como ejemplo) si no que se traspasan estos elementos proyectados a lo que sería información o “data”, volviendo a las siglas del software : “Building Information Model” (Modelado de Información de Construcción).
El uso de la información implica una etiqueta o indexado de los varios elementos que componen un proyecto: muro, ventana, puerta, techo, y que asegura una distinción en la propiedad de estos y unas medidas de objeto designadas por el usuario, siguiendo con el ejemplo del muro, este tiene factores en el mundo real que sobrepasan la relación de significación gráfica que es en un dibujo de planta: dos líneas paralelas. Ya es posible indicar la transmitancia térmica de un muro por su composición de materialidades o por ejemplo incluir una relación de los elementos como un todo estructurado: cimientos + estructura + elementos varios + revestimientos = una casa.
Usar estos medios complejos como BIM, para volver a replicar métodos tradicionales de hacer las cosas implica un riesgo, en el que se olvida o se pone de lado el potencial de procesamiento de información de la herramienta, estandarizando aún más el proceso de diseño o peor aún dejando que los mismos programas dirigían el diseño con sus elementos rígidos y relaciones poco configurables y que requieren de una curva de aprendizaje más elevada para lxs involucradxs en el diseño, como una capacitación especializada para utilizar el software.
Otra alternativa o riesgo es el de aplicar una performance sorprendente de computación en materias estéticas o talvez estructurales como es el diseño paramétrico, que pueda solo valerse en lo complejo de su propia forma…“la forma arquitectónica” o talvez una proeza de la automatización en la que el objeto “parece que tuviera vida”… para que hablar de los renders.
Por otro lado, si hablamos de lo exactas que pueden ser las simulaciones por computadoras sobre ciertos fenómenos “naturales” nos enfocaremos en el valor funcional y/o predictivo de las herramientas, para poner a prueba sistemas de distinto tipo, en ese caso su objetivo sería poner a prueba modelos y su representación de funcionamiento frente a las variables seleccionadas en el tiempo (data o imagen o “frame” o “movimiento”, “causa y consecuencia”) o desde otro enfoque si hablamos de los avances en el almacenamiento o procesamiento de los gráficos (GPU, CPU y tarjetas gráficas) tenemos el intento que propone la estética hiperrealista, con su almacenamiento de millones de polígonos en la que una simulación lumínica crea una “hiperrealidad” como la que ofrecen ya las consolas y motores de videojuegos como “Unreal” con su piloto de la Playstation 5 (2020), técnica que puede resultar atractiva para algunxs arquitectxs.
En el área de la inteligencia artificial este “decir que hacer” a las computadoras se transforma en una alimentación de “data” y un entrenamiento metódico de los modelos probabilísticos, en los que a través de algoritmos, esta entidad puede “aprender” a identificar cosas, elementos , palabras , conceptos y hasta desafíos extremadamente especializados y sorprendentes como es el caso de AlphaGo una inteligencia artificial que el 2016 derrota al campeón coreano de GO, Lee Sedol, claro que este ejemplo se aleja bastante del tema y solo lo utilizo para escalar el potencial de esta tecnología , un acercamiento ligado más al urbanismo sería el de Singapur, en donde investigadores de robótica tienen como objetivo disminuir el gasto de energía y tiempo al automatizar autos con inteligencia artificial, dejando más tiempo a los usuarios para la vida cotidiana y el descanso.
En fin esto abre una puerta en la disciplina que implica observar y probar otras opciones que puedan acomodarse a nuevas necesidades, distintas formas de plantearse el oficio, sin dejar de lado lo funcional que pueda ser un diseño o la significancia de identidad que poseen los lugares y las personas de una manera inmaterial, valorando el sentido que pueda depositarse por la misma gente que se involucra en la creación de espacios. Para esto existe también la tarea de normalizar el aprendizaje de lenguajes de programación y algoritmos para arquitectxs, como una especie de sacrificio académico, que como resultado pueda tener una curva de aprendizaje mayor para unxs como desarrolladorxs pero una curva de aprendizaje mínima (interfaz de usuario natural ) para lxs otrxs “actores” invitadxs a involucrarse con las herramientas de diseño, como una manera de “colaboración no especializada” o mejor aún de “especialidades variadas”.
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