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au: back to the future — starter memes.

envía — pasado: 

‘ ⏪ ’ para un starter situado [ número de años ] años atrás.

‘ 🤝 ’ para un starter situado en el día que nuestros personajes se conocieron.

‘ 🍎 ’ para un starter situado en el colegio / universidad.  

‘ 🎄 ’ para un starter situado en su última navidad.

‘ 🎇 ’ para un starter situado en su última año nuevo.

‘ 🎃 ’ para un starter situado en su último halloween.

‘ 🎉 ’ para un starter situado en sus últimas vacaciones.

‘ 💋 ’ para un starter del primer beso entre nuestros personajes.

‘ 🌸 ’ para un starter basado en una anécdota feliz que compartan nuestros personajes.

‘ ⚡ ’ para un starter basado en una discusión entre nuestros personajes.

envía — futuro:

‘ ⏩ ’ para un starter situado [ número de años ] años adelante.

‘ 👫 ’ para un starter situado en el reencuentro de nuestros personajes.

‘ 💼 ’ para un starter situado en el lugar de trabajo. 

‘ 🌎 ’ para un starter situado en otra parte del mundo. 

’ 👿 ’ para un starter basado en una situación tensa entre nuestros personajes. 

‘ 👔 ’ para un starter dónde nuestros personajes deban tomar una decisión importante. 

‘ 💀 ’ para un starter situado después de un accidente. 

‘ 🎊 ’ para un starter situado en una festividad. 

‘ 🗣 ’ para un starter dónde tu personaje se entere del secreto del mío. 

‘ 💧 ’ para un starter de la despedida entre nuestros personajes. 

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reto: deberás manchar por “accidente” el vestido de quien consideres es la peor vestida.

        no es que tenga nada en contra de blonda, es que ha bebido un poco de más y la idea de ser su familia la escogida por reconocido blog le aterra. no le gusta, pero tiene que admitir que varias de sus predicciones han terminado por ser acertadas, y bien sabrá ella que reputación tras apellido no es la mejor como para que encima empiecen a exponer secretos. es rápida, basta con cambiar champagne por copa de vino y fingir tobillo doblado al caminar para que líquido borgoña viaje en dirección a prendas impropias, mancha que ahora se distingue en atuendo al mismo tiempo que suelta: “lo siento, estos zapatos son demasiado altos.”

“ quién te haya dicho que las habitaciones del hotel también estaban incluidas en la fiesta te mintió “ se encoge de hombros luego de torcer una mueca “ esas son para los que puedan costearlas o los vip, como yo “

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sonrió junto con la chica, le gustaba ver ese lado de ella y esperaba no echar a perder ese momento. “de nada, ludo ¿te puedo decir así, cierto?” sentía que tenía que ir con cuidado con la castaña o la terminaría alejando si era muy brusco. “gracias, pensé que estaría en la lista de los mal vestidos.” bromeó, riéndose ligeramente. “¿estás bebiendo?” enarcó su ceja sorprendido. “pensé que lo tuyo era más el café.”  sonrió casi volviendo a reírse. “quizá deba acompañarte con esa champagne.” asintió a la pregunta. “sí, vine con alguien ¿t��?” sacó una de las copas y tomó de ella de inmediato.

        primero asiente, no le molesta la confianza. sería hipócrita de su parte negarse a apodos a esa altura, pero después se ríe. no pensó que el castaño le prestara atención como para notar lejanía con el alcohol, pero se encoge de hombros. “una noche no está mal, ¿eh?” no va a decir que es primeriza, que sólo desistió a insistencias de su hermano. por más marcadas que tenga sus convicciones, a veces le avergüenza cuántas cosas se privó a tan corta edad por cumplir con mandato familiar, por intentar conseguir a toda costa codiciada perfección que nunca termina de satisfacerla. “fran, ¿puedo preguntarte algo?” de repente ella también recurre a diminutivos. no cuestionaría en voz alta algo semejante si no estuviera impulsada por bebida, pero confianza en sí misma últimamente flaquea y quiere comprender por qué el más alto siempre vuelve a acercarse cuando ella no le está dando nada positivo a cambio. no lo deja responder, se apresura a agregar: “¿yo te caigo bien?”

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falsea sonrisa exagerada que va creciendo con cada encuentro, pero ha de saber que le ha tocado la fibra sensible, puesto que contestación se demora en aparecer. ‘ gracias, pero no gracias. ’ atina a decir. ‘no quiero pedirle favores a la cosa nostra. después termino con peces muertos en el correo. ’

         pausa impropia da a entender que ha dado en el blanco, y un poco empatiza cuando se da cuenta que disfrutarlo no es exactamente bueno. “¿acaso un elie saab no lo vale?” decide ironizar, incluso cuando siempre se apega más a literalidades. no va a ahondar en temas familiares. “tranquila, cayetana, si quieres podemos sacudir bandera blanca por hoy.”

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celebra al verla beber de su copa, aunque fuese el trago más pequeño que ha observado jamás. si bien conoce aversión de la menor al alcohol que tantos problemas le trajo a él, en verdad confía que un poco para distender el cuerpo no puede ser peligroso; el estado en que el italiano se encuentra, bebiendo en cada ocasión que tiene por miedo a perder la constancia y sufrir de una jaqueca arrolladora, se dio con el paso del tiempo, por lo que no le preocupa que su hermana vaya a adoptar mismo comportamiento por una noche de fiesta. mientras la castaña está probando de su champaña, el mayor aprovecha ventana de tiempo para pedir por una tercer copa; en verdad está disfrutando de la calidad de la bebida en el evento, pero no esperaba menos de la familia kim. decide tomarse su tiempo con ese trago, una vez lo tiene en sus manos, y le va dando pequeños sorbos para no acabárselo demasiado rápido. espera paciente por devolución sobre la bebida y suelta unas risas de puro orgullo al oír comentario positivo sobre el trago. le da unas cortas y suaves palmadas sobre el hombro a su hermana, utilizando instante para tantear la tela de su vestido y comprobar que no es demasiado fina. “¿viste? te lo dije. deliciosa.” se encoge de hombros, chocando cristales con la otra para festejar que por fin haya dado el brazo a torcer en el asunto. “luego te iré dando otras cosas para probar, pero-” la sostiene de la mejilla, el semblante de seriedad recayendo en su rostro de un segundo a otro. “no aceptes tragos de alguien más, ¿me oíste? de nadie.”

            ¿otras cosas? ¿qué otras cosas ha probado su hermano? sabe que está paranoica, que después de enterarse lo que sucedía a sus espaldas entre pía y bambi cuando pensó que lo sabía todo ha quedado desconfiada como nunca, pero con el mayor nada la sorprende, por más que no se anime a preguntar de manera explícita. fuerza sonrisa, se lo ve satisfecho con su reacción así que se impulsa a dar tercer sorbo, ya prácticamente tragando bebida sin dejar momento para saborear. quiere mucho a su familia pero, ¿realmente les cae bien o buena relación está ligada a lazo sanguíneo? no entiende bien por qué de pronto tantas incógnitas e inseguridades brotan, pero son razón suficiente para disponerse a salir un poco de su zona de confort. “entiendo,” frente a giovanni a veces se siente indefensa, no le sale mostrar colmillos como frente a cualquiera. en definitiva, tampoco era una persona tan dada como para aceptar nada de nadie en general, pero tendrá en cuenta el consejo. “¿y tu pareja?” pregunta de pronto, desconoce quién lo acompaña.

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‘sí, no está mal’ tenía que darle puntos extras por la decoración, pero más allá de eso no había nada fuera de lo normal en un hotel. aunque tal vez su pesimismo se debía a uno de sus cambios de humor, o le faltabaalgo para animarse. ‘¿en qué categoría entro yo? si dices esa me iré a llorar a casa’

         “a ti te queda bien todo,” es raro que sea tan simpática con quien no es tan cercana, siendo copa en diestra la razón por la que escoge honestidad. venga, que podrá detestar mucho a cayetana pero tiene que admitir que genética márquez es envidiable. “pero... ¿no tienes frío?”

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se rió un poco cuando escuchó a la chica, porque nunca la había visto tan feliz casi siempre la veía más tímida o de mal humor. “tú también te ves bien, igual que este lugar que te gustó.” miró a la rápida el hotel. “me imagino que eso debe ser bueno.” rió por abajo. “¿y puedo saber quiénes serían los peores vestidos?”esa noche esta más risueño de lo normal debido a la hierba que había fumado hace unos minutos atrás.

         sonrisa se pinta sobre facciones. después de falsa cortesía de parte de su hermano, se siente bien oír que alguien opina de manera positiva. generalmente no necesitaría ese tipo de validación, pero hay tanto pasando por su cabeza estos últimos días... “gracias,” suelta, alzando vista para inspeccionar atuendo contrario: “tú no, claramente. también te ves bien” corresponde. no es de beber, pero gracias a giovanni ahora en diestra sostiene copa a medio terminar, “¿viniste con alguien?” pregunta sólo para sacar conversación, quizás champagne sí logra que se suelte un poco más como prometió hermano.

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se atraganta a medio sorbo de su copa al oír devolución femenina, teniendo que toser antes de poder exagerar sus palabras para hacerla quedar mal a ella. “¿perdón? contigo es al contrario, preciosa. que a ti te falta más tela. no te quiero ver enseñando más de lo que se debe, no a ti. no eres como ellas.” hace hincapié en respeto que siente por su hermana, al mismo tiempo en el que reconoce estar atraído por los escotes y las transparencias. “dije que te ves bien, ludovica. hubiera preferido un vestido de princesa en invierno, pero lamentablemente no tengo decisión sobre tu guardarropas.” se acaba la copa propia de un trago para no andar sosteniendo ambas como un idiota, en espera de que la otra aceptara su petición. “vamos, ludo… solo una copita. es champaña, ni siquiera vas a quedar mareada con ésto. es rica, anda.” vuelve a tenderle el cristal, ésta vez decidido a entonar a su hermana, solo para no tener que soportarla quejándose de él en cuanto se encuentre en mucho peor estado que ella.  

          no se toma el no eres como ellas de forma tan positiva como hubiese hecho en otro contexto. quizás se deba a que últimamente ser tan diferente empieza a ser causante de soledad que si bien no demuestra, estuvo bastante presente estos días. por primera vez quiere ser una más, tener citas sin sentirse incómoda, amigas que no le oculten importantes secretos. bufa, no sabe qué responder a palabras del mayor. vuelve a mirar la copa de reojo y lo piensa un segundo, la toma entre manos y siente dígitos pegarse a cristal por el frío. en su cabeza sólo rondan importantes mujeres brindando como señal de éxito y por un segundo, comprende que el alcohol implica cierto estatus. “está bien,” es en serio cuán vulnerable se siente porque suele ser de convicciones demasiado marcadas como para fallarles con tanta facilidad, pero sumando que mayor siempre ha tenido su forma de convencerla, termina por llevar carnosos a borde de su bebida y dando el primer sorbo. como primera impresión arruga el puente de su nariz, es sabor amargo el que prima en papilas, pero burbujeo lo hace soportable. “creo que...” no le ha gustado, pero no quiere parecer débil: “tienes razón, es rica” y mira a su hermano. se pregunta si con el paso del tiempo uno le coge el gusto a esas cosas, como con el café, o no tiene sentido que giovanni siempre ande pegado a botellas. llega a la conclusión que quizás sí deba beber un poco más, así que da segundo trago pero la siente igual. “seguro que no voy a terminar ebria, ¿no?”

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“de verdad que se nota que se esforzaron un montón. todo está precioso, parece recién salido de una película o algo así.” soltó una risa tras escuchar lo último que decía “yo creo que todos merecemos un halago hasta por intentarlo.”

           “sólo digo que se nota que algunos lo intentamos más que otros,” y se encoge de hombros porque en su mente no está diciendo más que la verdad, y la verdad nunca puede ser mala. “pero sí, me encanta la decoración. se pasaron. así sí que vale la pena pasar un san valentín sola -- o, bueno, ¿es que tu pareja sí es compatible contigo?”

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“hermanita… no creo que quieras oír mi tan humilde opinión.” risas escapan de su boca en lo que recrea la respuesta en su mente, muy seguro de que la menor no estaría para nada contenta de escucharle opinar sobre su vestido. “pero, te ves bien, de todas formas.” se encoge de hombros, acabándose el espumante y sin perder el tiempo, llama a un camarero para cambiarle la copa vacía por una llena. aunque en ésta ocasión, toma dos cristales, el segundo tendiéndoselo a su hermana. “vamos, bebe un poco. te hará bien, te relaja bastante y así puedes bailar sin inhibiciones.”

         no lo dice, pero en cierto grado comentario del mayor le afecta, probablemente el único capaz de interferir en lo que piensa de sus prendas, así que tiene que retrucar: “entiendo, te van más los escotes y las transparencias, ¿eh?” en otras mujeres, claro, porque conoce con quién comparte sangre y sus hazañas. bufa, cabeza que mueve en negativo gesto y mano que alza para evitar contacto con copa. “no quiero eso, no me va a hacer bien. además no quiero bailar y estoy muy relajada” pero en el fondo lo piensa, porque no conoce realmente efectos y le intriga si es tan positivo como se lo pinta giovanni.

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‘ ¿los peores vestidos? eso es un montón de amor propio, ludovica. ’ aplaude en son de fastidiarla, como siempre que intercambian palabra. su sonrisa se ensancha al estudiar cómo va vestida. tenía muy buen gusto la desgraciada. ‘ ¿quién murió? el negro no es precisamente tu color. ’

        “estoy de luto por tu cuenta bancaria,” que mucho buen humor dice que se carga pero igual no se le escapa una, y hay algo en enfrentamientos con española que siempre avivan cierta chispa en ella. “no hacía falta que usaras el mismo vestido del año pasado, podría haberte regalado uno si me decías que era una emergencia de moda.”

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❛ ¿entonces tienes ojo crítico para esas cosas? ❜ curiosea con tono de voz neutro mientras ambiente festivo la envuelve por completo y eso es suficiente para subirle un poco el ánimo. ❛ me puedes contar para entretenerme un rato porque, aunque esto es subjetivamente hermoso, sigue siendo un baile para demostrar riqueza. ❜

          “los ricos pueden ser bastante vulgares, ¿nunca viste a lindsay lohan?” casos que personalmente no comprende, porque teniendo todo el dinero del mundo uno creería que acceder a buena imagen sería mucho más sencillo. igual suspira, “no sé si ojo crítico, siempre me ha gustado mucho la moda. no me dedicaría a ello pero lo mínimo que puedo hacer es lucir impecable.”

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“he de decir que la decoración no escatimó” estudió previamente la de áureas hebras conforme daba un paso adelante, contemplando a la muchacha. sonrisa entremedias se aclara mientras posa sin proponérselo ante ella “entonces dime, donatella versace ¿toot or boot?” cuestionó señálándose a sí misma.

          tiene que coincidir, es evidente que los kim pusieron artillería pesada sobre la mesa y no se privaron de lujos, sonrisa que se dibuja sobre facciones ante nuevo apodo y pose frente a orbes: “estás divina,” y lo dice en serio, porque por muy buen humor que se cargue, no le sale mentir cuando se trata de ordinarios atuendos. “pero no esperaba menos de ti, la verdad. sabía que los sinclair tenían buen gusto.”

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“a ti cualquier cosa que parezca salida de cuento de hadas te pone de buen humor.” infaltable copa en mano se desliza hasta su boca para disfrutar del burbujeante dorado que están sirviendo los camareros. no puede negar que los kim se la han rifado con aquel nuevo evento, admirando las decoraciones y satisfecho con el clima que acompaña. “bueno, pero no te mires al espejo, quizás y acabas siendo tu propia version devegas.”

           “¿y qué hay de malo en eso?” reprocha a mayor en lo que disgusto se apropia de facciones cuando lo ve beber, sin saber cómo puede tolerar sabor del alcohol. le arrebataría copa si no estuviese tan de buenas y evitando causar una escena. “si yo fuera vegas me pondría un merecido diez, ¿o es que tú opinas diferente?”

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FLASHBACK.

resulta difícil disimular su sorpresa cuando la castaña pronuncia aquello que a ella misma le costaba tanto trabajo. no quiere ofender a su amiga luciendo tan incrédula, pero su subconsciente la ha hecho prepararse para las peores reacciones, que no sabe cómo responder a aquello. agacha la mirada al sentir el contacto de sus manos, y por mucho que intentó contenerse, las lágrimas caen por sus mejillas, así que se apresura a recogerlas con el dorso de su otra mano. siente que su corazón se encoge cuando menciona que le importa. a veces se sentía tan vacía, sola, y sobre todo, desechable, que esas palabras la ponen a temblar por dentro. es como si hubiera tropezado al borde de un precipicio y lograra evitar la caída. vuelve a respirar, pero el susto aún está ahí, disminuyendo con excesiva lentitud. por fin asiente con lentitud y en ese gesto hay liberación, incluso suelta una breve risita ante la broma pronunciada. ‘ no quería decirle a nadie porque… ’ carraspea, intentando encontrar firmeza. ‘ mientras menos personas supieran, más sencillo era obtener credibilidad— no sé, ludo. llevo haciendo esto más tiempo del que quisiera ’ admite, agachando la mirada y acomodando su cabello tras la oreja. no es la primera vez que lleva un muchacho a casa. la diferencia es que teo está enterado de su papel, y el resto creía que pía de verdad estaba enamorada de ellos. ‘ hay… hay algo más ’ dice tras una pausa, intentando reunir el valor para confesar la parte, quizás, más importante. relame sus labios porque de pronto siente la boca seca y suspira. ‘ yo… estoy— estaba… ’ le sabe amarga la corrección, pero así son las cosas ahora. ‘ estaba viéndome con alguien ’ y la mira, no por valentía, sino porque necesita estudiar su expresión para animarse a continuar. ‘ con bambi ’ añade, casi con un hilo de voz. ‘ perdón. sé que suena horrible y que quizás eso me hace una pésima amiga— las cosas solo se dieron y… ’ deja la oración al aire. se sorprendió incluso a sí misma cuando se dio cuenta de que las cosas con la menor se habían salido de sus manos. ‘ estoy enamorada de bambi, ludo. como… muy enamorada ’

          ver lágrimas comenzar a descender hace que por fin reaccione, que dé finalmente la espalda a espejo y enfrente a blonda para ayudar a limpiar humedad en mejillas con suave tacto, escuchándola con más atención aún. no puede ponerse en sus zapatos e imaginar cómo debe sentirse, no puede ser tan hipócrita e intentar robar protagonismo, ella misma tendrá un montón de cosas que la diferencian del resto y aún así, nunca ha sentido el mismo miedo que ahora se refleja en orbes cristalinas impropias, como tampoco el alivio que relaja facciones. en parte no la entiende, ¿por qué ocultarse? quizás está tan acostumbrada a desagradar por ser ella misma, con sus condescendientes comentarios y quejas, que nunca se le ha pasado por la cabeza los tipos de sacrificios que pueden hacerse para encajar. está más acostumbrada a la soledad. “pía, conmigo no tienes que fingir” y ahora palmas presionan hombros contrarios, busca reconfortar con suave apretón, antes de soltarla para oír lo que prosigue. no sabe qué más podría estar ocurriendo, por eso nueva noticia la toma tan por sorpresa. a cada palabra que blonda pronuncia, ludovica procesa e intenta no gesticular, no ponerla nerviosa, pero es frente a mención de hermana menor que ojos se abren como platos. ¿tanto estaba ocurriendo a sus espaldas? lo primero que siente es enorme tristeza, nudo en garganta, le duele que tanto propia sangre como mejor amiga hayan ocultado información tan vital, ¿es que la veían como una especie de monstruo? pero no se inmuta, porque si hay algo que ha perfeccionado con los años es habilidad por manejar neutral faceta, y mientras corre mechón castaño que molesta sobre su rostro, suspira con pesadez. “está bien,” no quiere que se la malinterprete, no le molesta relación entre par, en realidad tiene todo el sentido ahora que lo oye en voz alta. “yo... -- no me enoja que te guste bambi” otra vez inhala, intenta que voz no se quiebre, “no sé cómo es amar a alguien, supongo que las locuras están justificadas” primera vez en mucho tiempo que intenta empatizar por encima de propios sentimientos, “pero me duele, ¿sabes? que no me hayas dicho nada. yo podría haberte ayudado” baja la vista, pero no se mueve de aquel lugar apoyada en el lavabo que ya siente propio, “¿bambi sabe lo que sientes?” no va priorizarse, todavía le importa en qué términos está el par.

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          “este lugar es tan hermoso que me pone de buen humor,” mientras más lujos, más atractivo es para la italiana que siempre ha adorado el gran hotel desde lejos, por completo satisfecha con su asistencia más allá de no haber participado de las citas. “¡hasta me dan ganas de halagar a los peores vestidos!”

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       𝒍𝒖𝒅𝒐𝒗𝒊𝒄𝒂 𝒓𝒐𝒔𝒔𝒊 at minglr: valentine’s winter ball.