mauriciosburckhardt
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mauriciosburckhardt · 5 years ago
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mauriciosburckhardt · 6 years ago
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Demolición del barco Oskawa por su tripulación. Bertolt Brecht
A comienzos de 1922 me embarqué en el «Oskawa», un vapor de seis mil toneladas, construido cuatro años antes con un costo de dos millones de dólares por la United States Shipping Board. 
En Hamburgo tomamos un flete de champán y licores con destino a Río.
Como la paga era escasa, sentimos la necesidad de ahogar en alcohol nuestras penas. Así, varias cajas de champán tomaron el camino del sollado de la tripulación. Pero también en la cámara de oficiales, y hasta en el puente y en el cuarto de derrota, se oía a los cuatro días de dejar Hamburgo, tintineo de vasos y canciones de gente despreocupada. 
Varias veces el barco se desvió de su ruta. No obstante, gracias a que tuvimos mucha suerte, llegamos a Río de Janeiro. Nuestro capitán, al contarlas durante la descarga, comprobó que faltaban cien cajas de champán. Pero, no encontrando mejor tripulación en el Brasil, tuvo que seguir con nosotros. 
Cargamos más de mil toneladas de carne congelada con destino a Hamburgo. A los pocos días de mar, se apoderó de nosotros la preocupación por la paga pequeña, la insegura vejez. 
Uno de nosotros, en plena desesperación, echó demasiado combustible a la caldera, y el fuego pasó de la chimenea a la cubierta, de modo que botes, puente y cuarto de derrota ardieron. 
Para no hundirnos colaboramos en la extinción, pero, cavilando sobre la mala paga (¡incierto futuro!), no nos esforzamos mucho por salvar la cubierta. Fácilmente, con algunos gastos, podrían reconstruirla: ya habían ahorrado suficiente dinero con la paga que nos daban. Y, además, los esfuerzos excesivos al llegar a una cierta edad hacen envejecer en seguida a los hombres inutilizándolos para la lucha por la vida.
Por lo tanto, y puesto que teníamos que reservar nuestras fuerzas, un buen día ardieron las dínamos, necesitadas de cuidados que no podían prestarles gente descontenta. Nos quedamos sin luz. 
Al principio usamos lámparas de aceite para evitar colisiones con otros barcos, pero un marinero cansado, abatido por los pensamientos sobre su sombría vejez, para ahorrarse trabajo, arrojó los fanales por la borda. Faltaba poco para llegar a Madera cuando la carne empezó a oler mal en las cámaras frigoríficas debido al fallo de las dínamos.
Desgraciadamente, un marinero distraído, en vez del agua de las sentinas, bombeó casi todo el agua fresca. Quedaba aún para beber, pero ya no había suficiente para las calderas. Por lo tanto, tuvimos que emplear agua salada para las máquinas, y de esta forma se nos volvieron a taponar los tubos con la sal. Limpiarlos llevó mucho tiempo. Siete veces hubo que hacerlo.
Luego se produjo una avería en la sala de máquinas. También la reparamos, riéndonos por dentro. 
El «Oskawa» se arrastró lentamente hasta Madera. 
Allí no había modo de hacer reparaciones de tanta envergadura como las que necesitábamos. Sólo tomamos un poco de agua, algunos fanales y aceite para ellos. Las dínamos eran, al parecer, inservibles y por consiguiente no funcionaba el sistema de refrigeración y el hedor de la carne congelada ya en descomposición llegó a ser insoportable para nuestros nervios alterados.
El capitán, cuando se paseaba a bordo siempre llevaba una pistola, lo que constituía una ofensiva muestra de desconfianza. Uno de nosotros, fuera de sí por trato tan indigno, soltó un chorro de vapor por los tubos refrigeradores para que aquella maldita carne al menos se cociera. Y aquella tarde la tripulación entera permaneció sentada, calculando, diligente, lo que le costaría la carga a la United States. 
Antes de que acabara el viaje logramos incluso mejorar nuestra marca: ante la costa de Holanda, se nos acabó pronto el combustible y, con grandes gastos, tuvimos que ser remolcados hasta Hamburgo.
Aquella carne maloliente aún causó a nuestro capitán muchas preocupaciones. 
El barco fue desguazado. 
Nosotros pensábamos que hasta un niño podría comprender que nuestra paga era realmente demasiado pequeña.
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mauriciosburckhardt · 7 years ago
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Frank Bramley-When the blue evening slowly falls
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mauriciosburckhardt · 7 years ago
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Pedazos
Hoy quiero borrar todo. Soplar mi nombre en la arena.
Hoy quiero sentir que el mundo gira y aferrarme a la tierra.
Es tarde y la estrellas no aparecen.
Las nubes cubren el cielo¹ mientras espero que se borren.
Ayer en la tarde vi un color muy bello; creo que era amarillo.
Ayer vi un color, no sé si era amarillo, pero era un color y me emocioné.
Ayer fue un día triste, pero vi un color.
Ayer pensaba en las olas pero no sabía por qué y solté la arena.
Es de noche y tomo el último café. Su espuma se desvanece.
Hoy quiero borrar lo que no fue y asegurarme que no sea.
Ayer pensaba en todas esas cosas que me rodean y aveces estallan.
Hoy,
es de noche pero no veo estrellas.
Mi piel se empieza a rajar y no soy viejo.
En una época sufrí, sufrí mucho sin saber por qué, y eso es lo que más duele.
Traté de culpar al viento, al sol, al mar, pero no llovía. Ella pudo ser y no fue, aunque me engañé culpándola. Ella no lo supo ni yo lo supe.
Se borró.
Todo se doblegó, se despedazo: un espejo a mi, en mi, y a la nada.
Me multipliqué y me rompí.
Ahora floto en varios pedazos que se esconden entre ellos.
Y se borró lo que más quería...
Esa es mi piel que hoy quiere taparlo todo.
Se amontona en sí misma. Se raja y se cubre. La envidio y es mia.
Mi piel y yo en uno y en varios. Vamos borrando todo, como el viento a la arena. Como el polvo estelar.
Polvo, viento, piel, arena.
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mauriciosburckhardt · 8 years ago
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Las flores que brotan en primavera,
la primavera que se vuelve sueño,
los sueños que se vuelven pesadillas,
y las pesadillas que ya no asustan.
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mauriciosburckhardt · 8 years ago
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the three greatest German film directors together: Rainer Werner Fassbinder, Werner Herzog & Wim Wenders
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mauriciosburckhardt · 9 years ago
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Invierno 2011 BsAs-Argentina.
Rollo Diapositivas. 35mm.
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mauriciosburckhardt · 9 years ago
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Acerca de desechos.
Julio 2016
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mauriciosburckhardt · 9 years ago
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Estaciones II
Invierno
Un cielo estrellado ilumina a la blanca lechuza que reposa sobre un kiosko.
Las olas del mar se le acercan y se le alejan. 
Primavera
Varias gotas de lluvia caen en el balcón
un gato las mira
mientras se aleja el día.
Verano
Las ramas de los árboles se agitan muy fuerte
Las sombras en el suelo confunden el camino
Un zorzal se deja mecer.
Otoño
La niña va en los brazos de su padre.
En su mano lleva una hoja seca más grande que su cara. 
El viento lucha por arrebatársela, mientras cruzan la calle en medio de varios colectivos.
Junio 2016
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mauriciosburckhardt · 10 years ago
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The cats in Jacques Rivette films. (1/3/1928 - 29/1/2016)
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mauriciosburckhardt · 10 years ago
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Invierno 2015
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mauriciosburckhardt · 10 years ago
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Verano 2015
Parte I
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mauriciosburckhardt · 11 years ago
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Interior
Enero 2014
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mauriciosburckhardt · 11 years ago
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y la nave va...
verano 2014
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mauriciosburckhardt · 11 years ago
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aviones y mares
Insensato sonoro compás del tiempo
danzas al tempo de los lamentos
Por puertas, ventanas, perfíl del viento
risas y lágrimas, todo en un cesto.
Sonrisas preciadas, oro revuelto
solo momentos de amor verdadero.
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mauriciosburckhardt · 11 years ago
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Volviendo a Maria
 He estado soñando con este momento, ahora que lo vivo, no sé qué sentir. Son las cuatro de la mañana de un martes cualquiera de agosto. Mi maleta pesa casi igual que mis párpados; estoy volviendo a mi casa. Fumo un cigarrillo mientras una fría brisa baja de las montañas. De vez en cuando un tosido seco se me escapa. Un par de luciérnagas merodean mi paso. Escucho un gallo a lo lejos. Me detengo frente a mi puerta; acomodo mi maleta y miro alrededor. Una especie de incertidumbre se apodera de mi ¿me comprenderá mi Madre? ¿tendré que volver al batallón? ¿pero María? Preguntas inútiles para horas inútiles.
  Entro a mi pequeña casa; un silencio lúgubre envuelve el lugar. Las cortinas entorpecen la luz de media luna. La respiración aguda de mi madre junto al segundero del antiguo reloj de la sala, son las únicas señales de vida en el lugar. Enciendo la luz de la cocina, su brillo al principio es molesto pero mis pupilas se adaptan rápidamente. Agarro una taza de la despensa y sirvo un poco de café que encontré en una olleta, lo meto en el viejo microondas, marco 45 segundos. La taza gira y yo la veo; ya no escucho la respiración de mi madre. Mi atención se centró en la taza y en los segundos que se van restando: 4,3,2 jalo la puerta evitando un molesto piii que puede despertarla. Un par de mosquitos giran alrededor del bombillo. Tomo dos cubitos de azúcar, una cuchara, apago la luz y me voy a mi habitación.
  Mientras bebo mi café aprovecho y me quito el uniforme: primero las molestas botas, luego la pesada chaqueta y así sucesivamente hasta quedar en calzoncillos. Termino mi café y me meto entusiasmado a las cobijas. Una pequeña sonrisa se dibuja en mi cara. Miro hacia el techo, la marca de humedad que solía molestarme tanto ahora adquiere forma, se parece a el tatuaje del cadete Ruiz, todos lo molestamos porque parece una mancha, pero ahora veo que se parece a la humedad de mi techo. El reloj de la sala volvió a tomar protagonismo junto a un pequeño silbido de los ronquidos de mi madre. A lo lejos se escuchan unos aullidos.
  A medida que intento conciliar el sueño, varias imágenes desfilaban por mi mente: primero la de mi mama durmiendo, segundo la del perro aullando, luego le sigue la de María ¿qué estará haciendo María? Otra imagen que no me gusta aparece: voy junto a mis compañeros avanzando por la selva sin rumbo, todos me miran confundidos, sudorosos y aterrorizados; Un fuerte espasmo recorre mi espalda, trato de disuadir la imagen rápidamente. El canto de los pájaros anuncia lo que va a ser el amanecer. Cierro mis ojos con fuerza y retomo la imagen de María. Su sonrisa me alivia siempre. La miro y ella me mira. El mar choca con las piedras. Los niños corren. El sol sonríe. ¿sueño? -Todo es bello.
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mauriciosburckhardt · 12 years ago
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ráfaga
III parte
invierno 2013
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