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mesentiporfinencasa-blog · 6 years ago
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El corazón un día se pudrió y me mandó a sentar, mi inercia lo vivía llevando a la quiebra y mis impulsos lo estaban por mandar a juicio, mi sentir lo plantaba en guerras ya perdidas y mis pocas barreras lo habían dejado incontables veces careciendo de trinchera.
Qué carajo vas a saber vos de amor si ni siquiera te lo tenés a vos, me soltó esa vuelta con violencia.
Y cuánta razón que tenía y cuántos perdones que le debía por nunca haber entendido que a él también le dolía.
Así sin más me fui a sentar cuando entendí, también, que había poco en lo que yo creía a esa altura, sacrifiqué ganas peleando causas perdidas, fui egoísta.
Cuando lo empecé a ver ser aprendí o choque contra la realidad de que yo siempre me había movilizado por él, más no justamente, con él. Como si lo hubiera mandado para el otro lado mientras yo corría en dirección opuesta sin tener en cuenta que el golpe sea para la dirección que sea, lo íbamos a sentir de a dos, se entiende no? Yo vivía la parte rosa de las historias pensando que la derrota la sufria sola, mientras que aquél se ubicaba en el medio de guerras intentando que las balas no me toquen tan rápido, pero al atravesarlo era casi imposible, se sacrificaba por los dos, mientras yo nos sacrificaba a los dos, direrencias en la vida, diría yo.
Se dedicó a controlar que no me moviera del lugar, a arreglar los desastres que nos había provocado, a frenar las deudas que nos dejaban constantemente en la nada, a avanzar al menos dos pasos después de haber retrocedido con constancia más de seis. Se dedicó, también, a coser con hilo transparente las heridas que llevamos expuestas y encerró en una cajita el arma con el que ya me habian disparado reiteradas veces por inconsciente, nos forró en material antibalas y cerró puertas a portazos limpios, entende que de ahí nada bueno va a salir, aprende que quien te quiere no te apuñala ni una sola vez, tampoco siete, ahora lo ves?
Se volvió medio dictador aquél que iba y venia como un loco pispeando que a la primera de cambio no saliera corriendo a estrolarnos nuevamente contra paredes inquebrantables, imagínate a dónde nos dejé que un día hasta me echó en cara casi meternos al veras. Y yo que retrucadaba que nos estaban estafando y él que me retrucaba el nunca haber aprendido que a la letra chica de los contratos también se le presta atención, algo más Fojo? No entregaste el alma porque te olvidaste de que la tenías, punto a mi favor, y se carcajeó.
Nunca me molestó lo que hizo, ni se lo eche en cara, sentadita y aislada me sentía mejor, muy al fondo y más allá de mi orgullo sabia que llevaba la razón. Entonces he ahí el escenario cambió, movilizó prioridades y nos empujó con vehemencia al primer lugar, "era momento de que estemos acá" dejó salir después de arrastrar mi silla hasta allá y por si te lo estas preguntando, no, tampoco dejaba que me pare bajo ningun motivo, parecia un drogadicto en rehabilitación, o entendes que primero nos tenemos que querer o vas a mandarme a recuperar las malvinas con una ramita por alguien que por vos no mueve una piedra, se entiende el punto del loco? A mi me causó gracia, pero errado sé que no estaba.
La cuestión acá, no sé si en un descuido me metió a un freezer o me puso en un avión y en el medio de la antartida me abandonó, pero algo pasó y en ese algo el frío terreno ganó, mucho de lo que era no estaba, mucho de lo que sentía se ausentó, mucho de lo que fui brillo por su ausencia dejándome sin saber quién era. Puede sonar violento, pero hubo un momento donde me senti deshumanizada, se volvió dificil que algo llegue a tocarme, a movilizarme, sospecho que levantó barreras o me aisló, todavia no lo sé con certeza, pero pasó y en el libro de quejas nada escrito por mi figuró, me sentía bien después de mucho tiempo, como si me hubieran apagado los sentimientos y hubieran levantado alguna térmica de responsabilidades, que se yo, medio confuso, lo tengo claro, pero fue lo que pasó.
En arreglar muchos de nuestros quilombos tardó la mitad de tiempo de lo que había tardado yo en provocarlos, en la mitad de tiempo había cambiado cosas y modificado muchas otras. Pero sin importar cuántas siempre sostuvo firme que "algún día", mientras a esa altura yo que ya habiendo caido en cuentas me sentía incapaz de volver a querer a nadie, cómo iba a hacerlo si ni siquiera lo hacia conmigo misma? Tiene lógica, o al menos eso sostenía.
Así pasaron los días y un par de meses, así pasaron duelos empezados desde incluso antes de haberme enterado, así dejé mucho atrás, así vi mucho adelante pero blablabla. Quiero hacer foco en el momento exacto donde un corazón casi tan roto como el mío se paró enfrente a gritarme una barbaridad de cosas que ni él mismo aplicaba.
Y mierda que el mio se enojó
y mierda que yo lloré
y mierda que hice fuerza para cerrar la boca y no soltarle a la cara que estaba ahogándose en un mar abierto por no querer aceptar que se estaba equivocado tanto como yo en su momento, hipócrita y ciego estaba, lo sabía, pero qué más daba, cuidado con la pared que aunque no la ves.. Te estas por chocar, pensé.
Hasta ahí no había tomado conciencia al cien, por más razón que di, por más que a agachar la cabeza no me negué, por más que sabia que a la fuerza me quise encajar en donde quedé grande también, fueron esos gritos que me tocaron en donde dolía los que también me hicieron ir más allá a la par, fue como un golpe cuando lo vi arrebatar contra su propio corazón, posiblemente como había hecho también yo. Fue cuando lo vi tirar a su propio corazón al piso y fusilarlo que entendí que ese no podía más, que le era más fácil mentirse que gritarse la verdad,
la verdad,
esa,
la única,
la de que tampoco podía más y con todo lo que había pasado lo estaban por embargar poco más.
Tampoco lo entendía tanto hasta que vi a mi corazón mirarlo con algo de dolor, de empatia, no sé qué era, pero lo miró mientras a mi si me pasó por la cabeza que se merecía más, el único problema fue cuando le siguió ese "yo te querría de verdad".
"Quédate quieta en la silla" fue lo único que escuché, me costó pero ahí me quedé, corazón sentía que era menos que el espacio que el otro abarcaba y yo no iba a discutir, a ese le iba a costar volver a quererse también, lo endeude tanto que se terminó mirando los bolsillos mientras decía bajito y resignado "ya no tengo nada que ofrecer", me generó dolor ver hasta dónde lo empujé.
Quizá tal vez lo irónico era que esos dos corazones endeudados hasta la médula eran amigos antes de que ellos mismos sean conciencientes en realidad de que compartían realidades en diferentes planos, de que eran dos golpeados que no creían en nada, que pegaban manotazos de ahogado y que mandaban a sentar a los culpables, que se cerraban puertas a portazos y lloraban a escondidas porque era más fácil que decir que si, dolía, como si nadie les hubiera hecho saber que hacerse el fuerte cuando duele negocio no es y que cuando está sangrando, también está sanando.
Quizá lo irónico fue verlos ser sin saber que estaban siendo, porque entre broma y broma la verdad se asoma, porque entre distancias y acompañamientos no era solo el mío el que se miraba los bolsillos, porque entre situación y situación, uno de los dos se dio cuenta de algo que el otro no, o que se negaba, vaya uno a saber, no?
Resulta que un día el loco que me tenía poco más atada a una silla no se dio cuenta de que mal o bien él manejaba la cuestión pero era yo quien lo portaba y fui yo quien lloró encerrada en un abrazo del otro pobre fusilado, a lo que se terminó lamentando de cómo jamás lo iba a mirar mientras yo caía en cuenta de que no sé si se había olvidado de que lo escuchaba, aunque después amagó a negarmelo, yo ya sabía la verdad, el semidictador estaba sintiendo algo raro y yo negada a querer, sali disparada para el otro lado.
Y resulta que algún otro día amordace al que tenía en el pecho y fui con el negador por ahí, donde todo terminó en un café, donde me saqué las barreras y le dejé ver que no era necesario que me grite, que yo ya había entendido y que había bajado los brazos por mis pasados, me dejé con el alma descubierta, pero qué más daba, no mostré nada que no era lo que yo era en realidad atrás de tanto miedo, hielo y ficción.
No te puedo decir bien qué pasó en el medio, pero de un día a otro el que creía que estaba fusilado en el piso, resulta que medio que revivió y resultó que empezó a buscar de una manera media rara al que tenia yo en el interior.
Me sigue generando gracia acordarme de como uno gritaba que "un rato"
y el otro un "no te me vas de acá",
de como uno decia "toco"
y el otro gritaba "siempre",
uno se desgarraba intentando convenceserse de que no,
mientras que el otro se empecinaba en tener detalles raros que eran imposibles de pasar por alto.
No te puedo decir bien qué pasó, pero cuando creí que no podía sentir más nada y que el frío era lo único que me habitaba, cuando me sentía incapaz de volver a imaginarme siquiera algo, fue que vi como el corazón se soltaba solo y salía corriendo a tirarse en el abismo del que tanto me cuestionó por habernos tirado sin previo aviso.
No te puedo decir bien qué pasó, pero cuando un día caí en cuenta y dejé de ignorar por miedo la verdad, escuché cómo mi corazón le decía al apodado fusilado que se plantaba y se bancaba las que sea siempre y cuando no sea quién dispare y yo quién reciba el impacto de las balas a sangre fria y carentes de empatia, fue justo cuando vi que le puso el revolver en la mano confiando ciegamente y carente de insconciencia que entendí una sola cosa, había llegado ese "algún día" y si algo tenía de diferente está vez, es que había elegido con el corazón y no con los pies.
Ahí fue, también, el momento exacto donde te ví humano, dejé de tener miedo a que las balas me lastimen, porque en vos, desde inclusive antes de que el marcador empezará a correr y de la silla me soltaran, supe que no ibas a atravesarme ninguna puñalada en el pecho, si no que por algún motivo, sentías que tenía algo que no habías podido encontrar en nadie más y te quisiste quedar.
Entre sillas, fusilamientos, guerras, maneras de aprender a ganar, a perder, pasos dados, pasos descontados, entre metáforas y realidades, entre sueños y proyectos, entre casualidades o causalidades, entre cagadas a pedos y abrazos, entre pensamientos internos, entre un seis de mayo y un doce de junio, entre aciertos y desaciertos, entre muchas cosas, porque podría hacerte una lista infinita, la vida se puso mi camiseta y jugó para mí lado, aunque ni siquiera sé si es cuestión de ella, pero no pasa ni un solo día donde no agradezca cada paso que di y cada vez que erre, cada vez que no dejé de jugar ni de intentar, agradezco que exista el café, las cursadas, tu mamá y tu papá también porque sin ellos yo no estaría diciendo nada de esto y un billón de cosas más que por un motivo u otro me dejaron encontrar a una persona que es tan espectacular.
Sos uno de mis orgullos más grandes y ni el tiempo ni nada va a determinar cuánto amor te tengo, porque te miro y veo a la persona con la que quisiera pasar lo que me reste de tiempo, porque te amo siendo humano, caprichoso, histérico, enojón, sensible, te amo en cada una de tus facetas y todos los días te amo un poco más, como si eso fuera posible en realidad.
Mi motorcito de todos los días, la persona que me hace feliz con solo verla feliz, con la que no tengo miedo a nada, la misma que sabe calmarme y volverme loca de un segundo a otro, la que me hace sentirme viva, capaz y un montón de cosas más.
No tengo dudas y firmo donde sea, que sos una cosa de locos.
Espero que siempre seas feliz, espero que siempre mires a tu costadito y me veas ahí sabiendo que te miro como quien sabe que lo podés todo, inclusive aunque erreres, creo en vos.
Te amo tanto que si hubiera una palabra mas grande, más significativa, también te la diría.
22 no son nada, sos una persona luchadora y llena de vida, espero verte siempre, conmigo o sin mi, cargando esa luz hermosa que tenés, vibrando como solo vos lo haces y haciendo temblar todo como lo logras día a día.
Feliz cumpleaños amor de mi vida, disfruta que es una nueva etapa
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