Tengo 18 años, me encanta el anime, amo a Kakashi,los peluches, los gatos y el incesto entre hermano ( solo anime) Además de eso me gusta escribir y leer
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No quiero escribir sobre una escritora que escribe sobre el mundo de sus sueños, mostrando al mundo lo maravillosa que es su mente y las locuras que su sueños esconden, por que esa chica soy yo, y no hay nada mas real que la propia realidad.
Mi realidad es esta (via blackladie18)
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Necesitaba crear un mundo, un sitio que fuera mio, donde no sentirme sola. Necesitaba personas, pero no había, a si que la creé a partir de los recuerdos de las personas de los recuerdo de la única etapa feliz que recuerdo, mi infancia. Cree todo eso para salir de este ahogo solitario, para sentir que formaba parte de un sitio, que era importante para algunas personas, aunque estuviesen en mi mente.
Empezé a escribir por qué…. (via blackladie18)
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Momentos que la música envuelve y los hace ser mágicos.
(via blackladie18)
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Y en aquel amanecer donde a luz del sol iluminaba a otra mujer en su cama, se dio cuenta de cuanto echaba de menos abrazarla a ella.
Fragmento de mis historias (via blackladie18)
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Mi princesa no estaba en los brazos de un príncipe azul, si no en los brazos de su princesa, aquella chica que se había enfrentado a todo un mundo por cumplir sus delirantes sueños.
La princesa que soñaba demasiado (via blackladie18)
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Y ahora que tenia la oportunidad de recuperar sus blancas alas, las rechazó, por que se había dado cuenta que no necesitaba ser un ángel para ser buena persona, los demonios también tenían corazón, a pesar de lo que todos los humanos pensaran.
La reencarnación perseguida. (via blackladie18)
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La locura se hace, nos envuelve y nos transforma.
(via blackladie18)
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Mundi nostrum
Desde tu llegada mi vida cambió súbitamente, era la persona mas feliz del mundo, y esa felicidad era por ti.
No solo tu compañía, tus cálidos abrazos en las noches de frío y los besos de consuelo en los días grises. Tu forma de ser, eras tan parecido a mí, era como si nuestras mentes estuvieran conectadas, solo hacia falta una mirada, una caricia para saber que estabamos pensando.
Eras igual que yo en la imaginación, nuestra fantasía se desbordaba por nuestras manos mientras tecleábamos miles de historias, podían pasar las horas sin darnos cuenta y la música sonando y nosotros absortos en seguir escribiendo, para seguir alimentado el tren destino a nuestros sueños.
Cualquier sitio nos venía bien para soñar despiertos, ya fuera en el tren, en clase o andando por la calle, nuestra mente volaba al reino que habíamos creado…
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Mundi nostrum: El hueco por donde las estrellas se cuelan
La noche se acercaba, su oscuridad se fusionaba con las nubes negras que se imponían en el cielo.
Jillian y yo estábamos en lo alto de un monte, habíamos tardado toda una tarde para subirlo, pero lo habíamos conseguido.
Al llegar arriba de todo contemplábamos ilusionados las maravillosas vistas que se extendían a lo largo del horizonte.
Queríamos ver las estrellas, y pedirlas que por favor hicieran realidad nuestros sueños. Nos tumbamos en la hierba, esperando a que el sol ya se fuese y dejase sitio a la luna. Pero parecía que aquellas nubes negras no nos iban a permitir disfrutar de aquella noche:
_No es justo_ dije mientras cerraba los ojos y abrazaba a Jillian
_ No importa lo oscuro que parezca, seguro que habrá, entre todas esas nubes,un hueco por donde se cuelen las estrellas, y caigan a nuestro lado_ sonreí, mientras unas gotitas frías caían sobre mi cara
_ Está lloviendo…
_No llueve, son las estrellas que ya están llegando, cada estrella que te caiga es un paso más hacia a nuestro reino _ seguí con los ojos cerrados, imaginando cada estrella que me caía y me impulsaba, y lo conseguí, volví al reino de mis sueños.
Jillian tenía razón, por muy oscuro que este todo, siempre habrá un hueco por donde las estrellas caigan.
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Mundi nostrum: tu me das alas para volar
Cada día estábamos en busca de nuevas musas, ya fuera la música que nos acompañará y diera magia a nuestros viajes o bien los lugares a donde llegábamos guiados por las ganas de descubrir.
Aquel día decidimos que cogeríamos el primer tren que pasase, y así fue, su sonido ensordecedor nos aviso de que había llegado la hora, nos montamos en aquel tren sin destino conocido, nuestra música comenzó a sonar y las vistas de la ventana se transformaron en verdes paraísos, en azules cielos donde volaban criaturas nuevas.
Corríamos por los pasillos, esquivando a las personas, persiguiendo aquellas criaturas que se asomaban por la ventana, alentándonos a que les siguiésemos.
Al llegar al último vagón salimos a fuera y comprobamos con nuestros propios ojos como aquellas criaturas sobrevolaban el cielo, esquivando los inmensos árboles. El aire era tan fuerte que nos empujaba atrás. Era una sensación maravillosa, como si ese viento arrastrará todo lo malo, lo oscuro, lo terrible, y nos diera alas para volar:
_ A tu lado puedo volar…_ le dije a Jillian_ tú me das las alas y trasformas el mundo a cada paso que das a mi lado
_ Pues si es así… vuela, sube por encima de las nubes y disfruta de todo aquello que veas y sientas, esas criaturas solo son el valor que te falta para hacer todos estos sueños realidad, síguelas y cúmplelos.
_ Solo si estas a mi lado…
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Estúpida manía
Yo, y mi estúpida manía de quererte día tras día pase lo que pase, rodeada de prejuicios, de dedos que me señalan y de uñas que me arañan. Tu, y tu estúpida manía de fingir que no te das cuenta de lo que pasa, que todo es normal, que no estoy enamorada de ti, si no solo un poco obsesionada por meterme en tu cama de madrugada. Yo, y mi estúpida manía de darme cuenta de tus miradas picaras diciendo que si, que no eres tonto, que lo entiendes.
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Me pregunto en que momento de mi vida las personas de mi alrededor se volvieron tan aburridas e indiferentes para mi para poner en mi mapa de relaciones sociales a mis personajes inventados como personas mas cercanas a mi y las que mejor me conocían.
(via blackladie18)
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Preparar la muerte
Creo que la muerte debería ser programada, para prepararte bien, hacer una despedida en condiciones, dejar cartas y vídeos para la prosperidad y para aquellos a los que quieres. Poder vestirte como quieres para antes de morir, y para no dejar nada a medias, para elegir que funeral quieres y que música quieres que suene, por eso pienso que deberían avisar de tu muerto al menos 24 horas antes, pero no muchas mas, por que si no, no podrás aprovechar el tiempo que te queda.
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Bookcrossing
El texto que subí hace un momento es para contaros que ayer mientras iba a un exámen me encontré con 5 libros y que resulta que son de la moda de bookcrossing. Consiste en “liberar libros” tu te metes en su página web www.bookcrossing.com y mete el ISBN de un libro que ya no quieras, te dan un código y tu lo escribes dentro y dejas el libro en la calle, alguien lo recoge y cuando vea el código y enlace se meterá dentro para decir que lo ha “cazado” y cuando lo lea volverá a repetir el proceso. A mi la idea me ha encantado y ya tengo un libro viajero preparado para salir mañana, espero que os haya gustado la idea y que la imitéis.
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El frío amor
Alejada del mundo, sin contacto con el exterior, así era mi vida, la que había elegido yo, vivía sola en la mansión Rielvaux, situada en el valle de Rye, en Inglaterra. Me la compre con la herencia de mi abuela, una mujer que venía de las familias ricas antiguas de Inglaterra. No tenía a nadie, ni familia ni amigos que me pidieran que me quedará en Londres, a si que me fui lejos de la ciudad, a vivir en un valle, al lado del pueblo Boroughbridge.
La mansión que hasta que llegue yo estaba abandonada, corría el año mil novecientos dos, acababa de empezar el siglo veinte, yo solo tenía veintitrés años y me encontraba totalmente sola viviendo en una mansión en medio del bosque, cualquier persona hubiese pensado que estaba loca, pero yo no estaba de acuerdo, esa era la vida que había escogido, me pasaba los días leyendo y escribiendo, cuando mis ojos se resentían y necesitaba tomar el aire, paseaba por lo alrededores, la naturaleza agreste de mediados de noviembre siempre me inspiraba.
Después de cumplir tres meses de vivir en mi mansión, me di cuenta, de que necesitaba un poco de ayuda, todos los muebles estaban cubiertos de polvo, la cocina echa una porquería, no era el ama de casa perfecta, pues me concentraba mas en escribir, pero decidí contratar a alguien para que limpiara la casa y cocinara, y así fue, dos días mas tarde, el timbre de mi casa sonó, y apareció una chica joven, no alcanzaría los diecinueve años, tenía el pelo largo y rubio, tenía la cara muy aniñada y parecía tímida, la hice entrar, ella miró mi casa sorprendida:
_ perdone mi pregunta, pero ¿vive usted aquí sola? _estábamos en el salón, la última sala que la había enseñado
_si, sola, no estoy interesada en vivir con nadie, decisiones de la vida… _ la chica me miraba sonrojada, asintió con la cabeza y yo sonreí, vendría todos los días a las siete de la mañana, limpiaría y cocinaría, mientras yo me concentraba en mi trabajo, por que no solo escribía por gusto, si no por que era mi trabajo, no era una escritora reconocida, pero al menos una editorial me había me había contratado y estaba feliz.
El primer día de trabajo de Elisa, mi criada, después de explicarla todo lo que tenía que hacer, salí a fuera y monte mi caballo.
Una vez fuera de mi jardín, galope a través del bosque, estábamos en invierno, el bosque no tenía buen aspecto, pero algunos árboles aún tenían algunas hojas, marrones y secas, que caían lentamente al suelo haciendo un montón, yo pasaba al lado de esos montones y las hojas salían revoloteando alrededor de mí, como si fuera una lluvia.
El cielo estaba gris, hacía frío pero no demasiado, corría una ligera brisa que hacía ondearse mi pelo, atravesé rápidamente el bosque hasta llegar al valle, allí aminore el paso, hasta llegar al río, su caudal era abundante por las lluvias.
Desmonte del caballo y durante un rato estuve delante del río, contemplando las majestuosas montañas teñidas de marrón que se alzaban a mi vista, era un paisaje precioso, cogí aire y me relaje, el único sonido era el del agua y los árboles ondeándose con el aire.
Até a mi caballo a un árbol, me senté encima de mi chaqueta de lana, estaba en busca de inspiración y no tardó en venir, un lugar así estaba rodeado de las musas.
Al mediodía volvía a mi casa, caminaba despacio, llevaba las riendas de caballo que me seguía a mi lado fielmente, mi cabeza y mi mente estaba repleta de nuevas ideas para mis historias, tenía un nuevo escenario en el que sucedería mi próxima historia.
Ya faltaba poco para llegar al camino que llevaba a la mansión, cuando contemple un viejo camino, no lo había visto antes, estaba tapado por varios matorrales, me acerque a ellos y los aparte, efectivamente allí había una vieja senda que llevaba a un lugar recóndito que no conocía, no podía negar que la curiosidad me asaltaba y mi alma aventurera no me dejaba irme sin ver a donde llegaba, a si que deje bien atado mi caballo y me encamine con paso acelerado por aquel caminito lleno de ramas y piedrecillas que chocaban entre sí a medida que pasaba por ellas.
Aquel extraño camino me llevó al lugar menos inimaginable que habría en medio de un bosque, un claro se había convertido en un cementerio, solo tenía cinco tumbas, me acerque a ellas, las lápidas estaban desgastadas por el paso del tiempo, debían de llevar mucho tiempo, las letras estaban casi ilegibles, pero llegue a leer la fecha de una de ellas: 1756, habían pasado dos siglos desde que esa gente había fallecido, estaba sorprendida, seguí investigando aquellas tumbas, pero entonces note que alguien me tocaba el hombro, pegue un grito y cerré los ojos, cuando los abrí vi a hombre, no tendrías mas de treinta años, tenía el pelo castaño, ojos azules, tenía barba de hacía unos tres días, iba vestido elegantemente, como alguien propio de la realeza, tenía una tez perfecta, era muy bello, me ofreció su mano para ayudarme a levantarme, una vez que estaba en frente suya le observe con detenimiento:
_ Buenas tardes, bella dama _me cogió la mano y la beso, estaba emocionada, pensé en mi ropa, no es que estuviera muy elegante y menos después de haber pasado la mañana en el campo, me la limpie un poco con la mano, mientras aquel hombre me seguía observando
_ Buenas tardes… _ mi voz sonó muy baja
_ Que maleducado soy, disculpe, soy Ambrosio Lawrence, y vos ¿quien es?
_Me llamó Alxia Rose _ Ambrosio sonrió, tenía una boca perfecta, era educado, atractivo y muy caballeroso, no parecía real que me hubiera encontrado con un hombre así de repente, era muy extraño, en este bosque solo vivía yo
_ perdone que le pregunte, ¿pero que hace aquí? _ Ambrosio rió ligeramente
_ he venido a cabalgar, tengo mi caballo atado en aquel árbol… _ me señaló a lo lejos y vi un gran ejemplar blanco _ y vos, ¿que hace en un sitio como este una chica tan joven?
_vivo aquí, en la mansión Rielvaux_ señale al norte, donde entre los árboles se divisaba algo de mi hogar, Ambrosio abrió mucho los ojos, parecía sorprendido
_ Increíble, no es que dude de usted, pero pensaba que esa mansión estaba abandonada
_y lo estaba, hasta hace tres meses, que la compre _ sonreí amablemente, estaba orgullosa de mi mansión, parecía haber llamado la atención de aquel caballero tan guapo
_ Es usted una dama muy interesente, pero me temo que tendré que despedirme de usted_ miró su reloj y se acercó a mi, estaba hipnotizada, perdida en sus ojos, su cara se acercó a la mía, mi cuerpo temblaba, en mis veintitrés años nunca me había enamorado de nadie, ni había tenido alguna experiencia amorosa, jamás había estado interesada en el amor, me parecía una cosa abstracta, algo no real, algo maligno, por que el amor destruye a la gente, la hace sacar el mal que lleva dentro, y ahora, en todo lo que creía se estaba desmoronando, cada centímetro que Ambrosio se acercaba a mí, cerré los ojos y sentí algo frío en mi mejilla, eran los labios de Ambrosio, se separó de mí y yo abrí los ojos, me dijo adiós y desapareció entre los árboles, al momento oí el relinche de un caballo que se fue alejando hasta desaparecer, me quede quieta, en blanco, sin saber que pensar, sin entender esa sensación que tenía en mi interior. Comencé a caminar despacio recorriendo la senda de antes, hasta que llegue a mi caballo, le acaricie, estaba nervioso, dedique unos minutos a tranquilizarle, luego le monte y volví a mi mansión.
La noche era fría, el tiempo había empeorado muchísimo, una gran tormenta se había desatado a fuera, los árboles se movían violentamente amenazando con caerse, las gotas chocaban contra mi ventana, con la fuerza del aire esta se abrió y comenzó entrar agua y hojas, me levante rápidamente y la cerré, mire por ella, el paisaje aterraba, cualquiera en mi situación, solo, en una mansión en medio del bosque hubiese estado asustado, pero yo no, estaba a gusto, me sentía feliz contemplando aquella majestuosa tormenta, la furia de la naturaleza me fascinaba.
Volví a la cama, me arrope con mis sábanas de seda y mi manta, entonces, un rayo cayó cerca de mansión, la luz iluminó toda la estancia, y durante una décima de segundo, pude jurar ver a Ambrosio, estaba en la esquina del cuarto, al lado de la puerta, pero la luz del rayo cesó y la oscuridad se hizo, yo estaba sobresaltada, cogí el candelabro y lo encendí, me levante y alumbre el lugar donde se suponía que le había visto, pero no estaba, recorrí la habitación despacio, iba descalza, y tenía los pies helados, el suelo crujía a cada paso, pero no había nada, hasta que sentí un frió aliento en mi nuca, al principio me asuste, pero recordé que no podía asustarme, era una joven independiente, a si que me gire decidida a encontrar a quien estuviera, pero no encontré nada, únicamente una pequeña abertura de la ventana por la que entraba aire.
Había amaneció soleado, era un día esplendido después de la noche tormentosa, Elisa canturreaba en la cocina mientras me preparaba mi desayuno, cuando estuvo listo me lo sirvió, el café recién hecho humeante olía de maravilla, lo necesitaba, había pasado mala noche, no podía haberme quitado la imagen de Ambrosio en mi cuarto, estaba claro que no había ocurrido, solo había sido producto de mi imaginación, por una clara obsesión por aquel hombre que había conocido el día anterior:
_ Señorita, perdona que la moleste, pero me he fijado que tiene ojeras, ¿ha dormido mal esta noche? _ la mire fijamente, ella también se había dado cuenta, en esos momentos necesitaba a alguien para contar lo sucedido, sabía que así me sentiría mejor, Elisa parecía una chica de confianza, a si que la elegí para hacerla saber de mis preocupaciones
_Veras Elisa, ayer conocí a un extraño hombre, se llamaba Ambrosio y… era muy atractivo, todo un caballero, el pareció estar interesado en mí, la cosa es que esta noche, juraría que le vi _ Elisa escuchaba atentamente mi historia, cuando termine la mire esperando una respuesta
_ Por lo que cuenta señorita, ha tenido suerte con ese hombre, seguramente lo de anoche fue su mente, a lo mejor es que se ha enamorado _ la cucharilla con la que removía el café se cayo estrepitosamente con aquella palabra, no podía enamorarme, y menos de un hombre al que acaba de conocer y de una forma tan extraña. Me puse seria, y Elisa lo notó
_Lamentó si la he ofendido
_No, no importa, no te preocupes Elisa, puedes retirarte _ Elisa me obedeció y volvió a la cocina.
Aquella mañana no salí a pasear, tenía la cabeza llena de ideas y mientras fuera a sí Ambrosio no estaría en mi cabeza, a si que me dedique a escribir.
Por la tarde, después de que Elisa se fuera, me quede sola en el salón, aproveche para leer una de mis novelas favoritas, cuando el timbre sonó, me sorprendió oírlo, solo había dos persona que conocían donde vivía, y era Elisa y… Ambrosio.
Me levante y abrí la puerta, por un momento pensé que iba a ser Elisa, que se había dejado algo, pero no, era Ambrosio, su presencia no me molestaba, pero después del suceso de la noche anterior estar a su lado me producía incomodidad:
_ Buenas tardes, señorita Rose, esperó que no le moleste, he pasado cabalgando con mi caballo y he visto su mansión y no he podido evitar pasar a saludarla _ aquella tarde llevaba un sombrero, que se había quitado ante mi presencia, ahora esperaba una respuesta de mí:
_ Me alegra verle, pase por favor_ Ambrosio pasó lentamente, sus pasos eran elegantes, observó mi mansión, mientras yo cerraba la puerta
_ Un hogar precioso, tiene buen gusto para decorar
_gracias, pase al salón _ los dos pasamos y nos sentamos en el sofá, el cogió mi libro y leyó la sinopsis
_ Por lo que veo, la gusta leer, es usted una joven muy… intelectual, disculpe mi intromisión, usted… ¿esta casada?
_no, estoy soltera
_ Estoy sorprendido, es usted demasiado bella para que no haya encontrado a ningún hombre que la ame
_Bueno, digamos, que yo tampoco pongo mucho de mi parte, no estoy interesada en el amor, leo y escribo continuamente historias de amor, y se como terminan, como degradan a la persona, el amor mata, es inevitable _ Ambrosio me escuchaba atentamente, verdaderamente parecía interesado. Estuvimos un rato en silencio, entonces Ambrosio suspiró, le mire, parecía preocupado por algo
_ ¿que le sucede? de repente, usted parece triste
_vera, le seré sincero, usted me gusta… _ sus palabras me calaron como cuchillos helados_…tenía esperanzas de que me entregará su corazón, pero después de oírla hablar, creó que no tengo posibilidades _ se giró y me miró, agachó la mirada, sentí lastima, pero también felicidad, Ambrosio me transmitió ternura en ese momento, le acaricie la cara, el sonrió, su cara se acercó a mi y me beso, sus labios rozaron los míos para luego convertirse en un beso mas intenso, me rodeo con sus brazos, estaba demasiado emocionada para darme cuenta de que ahora el amor no me parecía tan malo.
A la mañana siguiente, era muy temprano, apenas se veía unos pocos de rayos de sol asomando por mi ventana, en mi cama, estábamos los dos, después de una noche de amor, tenía la cabeza confusa, no entendía como podía haber pasado eso, era una chica reservada y un día pasa por mi vida un hombre y me vuelvo loca y me entregó a él.
Ambrosio empezó a moverse, abrió los ojos y me miró, yo le sonreí levemente, no tenía muchas ganas, su mano rozó mi brazo, su piel estaba fría, era un detalle que había notado desde que le conocía, y era que todo su cuerpo estaba frío, como la de un muerto, aunque de vista, parecía un hombre muy cálido. Le miré a los ojos, con la poca claridad estaban oscuros y entonces vi la muerte en ellos. Me sobresalte y me eche a un lado, Ambrosio se percató y me atrajo a él:
_ ¿que te ocurre?_ había pasado de llamarme de usted a tutearme, un gran salto que significaba que tenía esperanzas conmigo, pero no sabía que yo no lo tenía claro
_pasa que… yo no soy así, me he comportado como una ramera
_ Alxia, no digas eso, tu no eres así, si te siente mejor, nos podemos casar _ una puñalada más, con esa última palabra mi furia había explotado
_ ¡de que hablas! ¡No!, mira Ambrosio, eres un hombre excelente, pero yo tengo una vida que me gusta y no la quiero cambiar _ Ambrosio se puso serio, arqueó las cejas, parecía enfadado
_ Si no me entregas tu corazón, lo siento mucho, pero… te tengo que pedir que te vayas de mi casa
_ ¿de tu casa? es mi casa_ hice énfasis en “mi casa” pero el no parecía estar bromeando, empecé a asustarme seriamente
_ no te has dado cuenta Alxie, esta es mi casa desde toda mi vida, yo vivía aquí con mi familia, hasta que llegaste tú y te creíste la dueña, pero te lo permití, por que eras bella y te ame en el primer momento que te vi, pero ahora, lo siento, pero te tienes que ir_ Ambrosio empezó hacerse borroso hasta desaparecer, me costaba respirar, no entendía nada, ¿era Ambrosio un fantasma? Me vestí rápidamente y salí fuera de mi casa, me fui por el caminito del último día y llegue a las tumbas, todos los nombres estaban ilegibles, pero había una tumba que la tapaban una hierbas, un fuerte viento empezó a sonar y las hierbas se movieron dejando leer el nombre de Ambrosio Lawrence.
Nunca más pude volver a mi casa, por que la verja estaba cerrada a cal y canto, aún así nunca más hubiera vuelto dentro, me aterraba pensar que allí estaba Ambrosio.
En verdad le ame, pero siempre supe que había algo extraño en él, que era lo que me impedía estar con él.
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Y entonces la música se hizó, y con ella se empezarón a crear personajes, criaturas y mundos, y como todo lugar con vida las historias se hicieron solas.
Mi biblia de mi imaginación (via blackladie18)
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Un escritor es como un dios, el tiene el poder de crear a quien quiera, como desee, el decide que le ha pasado y que le va a pasar, cuando muere y cuando vive, de quien se enamorará y quien le va a odiar. Él tiene el poder de elegir sí es bueno o si es malo, sin pensar en la opinión de esta, solo es una marioneta manejada a gusto de este dios escritor para su uso y disfrute.
(via blackladie18)
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