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Tentación de sangre.
Ella camino hacia mi, la fiesta estaba colmada de invitados ocultos en ropas decorativas del antiguo imperio romano, sin embargo la muchedumbre se abría a sus pasos, dejándola pasar con su máscara veneciana con nariz de ave. Pensé que era una ilusión, al instante recordé el extraño invitado de la muerte roja. En el momento que llegó hasta mi pequeño asiento, me tomo del hombro derecho y pude sentir el calor de la sangre debajo de su tersa piel. también me susurró su nombre como si fuera una exhalación de éxtasis, Leonora.
Sentí mil demonios de amor apoderarse de mi mente, ella aunque totalmente desconocida podía llenar los confines de mi universo con su calidez. No podía conocer su rostro, no necesitaba tirar mi más pura esencia por la trivialidad de los pómulos, por lo superfluo de sus ojos o la vanidad de sus labios, le rogue por favor que dejara la máscara y ella accedió con un suave movimiento de cabeza.
Bailamos y bebimos durante horas, cada roce con su cuerpo desencadenaba espasmos de emociones en mi pecho. Caímos exhaustos en los sillones de terciopelo rellenos de plumas, tocó indiscretamente la pierna y quito su máscara. Que obtuso me senti! Que infame fui al encerrar su brillo bajo el metal barato color plata. Lucifer hubiera enfrentado nuevamente a Dios para reclamar su belleza pero ella me eligió a mi. Y mi mente se perdió en su rostro, recorrí cada límite de su perfección con mis ojos, la abrume de tanto mirarla y sin embargo continue viéndola.
La fiesta transcurrió entre historias y halagos, tragos y roces de nuestras extremidades, concluyendo todo bailando. Bailamos incluso cuando los músicos se tomaron un descanso dejando solo el sonido de nuestros pasos y el murmullo de los testigos. Jamás sentí la necesidad de separarla de la reunión solo para mí comfort, el solo estar con ella por sobre tanta gente me hacía sentir completo.
Pero termino, como todo lo hace en el infinito tiempo y espacio, llegó el sol y no la vi más. Solo la perdí de vista unos segundos, que ahora me parecen horas, solo unos segundos cuando se fue, solo quedo su perfume que lo invadía todo.
hoy la recuerdo y vuelvo a sentir su aroma llenar mi boca, y vuelvo a estremecerme por su recuerdo mientras que mi piel respira su nombre y siento que muero al pronunciarlo, Leonora.
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el dolor del frió.
durante meses me desespere por saber de ella, siempre hay algo que me comunica su nueva actualidad. así que acá estoy, esperando por ella en la esquina de su casa, espero verla, espero poder hablarle o solo espero poder tener el coraje de no ocultarme una vez mas.
salio después de 6 horas vestida de forma casual, seguro debe de estar yendo a estudiar o a laburar o simplemente esta siguiendo con su vida. DIOS, ESTA HERMOSA!
una vez que cerro la puerta, tome la determinación de acercarme, hacia 7 meses de la ultima vez que nos vimos, seguro estoy distinto en muchos aspectos, sobretodo mucho mas flaco. Cuando dije su nombre, giro sobre sus talones, y con miro con la expresión que tiene un ciervo cuando cae en cuenta que es demasiado tarde para huir de su depredador. Exclamo un “hola!” con la garganta semi-cerrada, yo tenia exactamente el mismo padecimiento, así que no hice mas que un gesto con una sonrisa medio escondida.
sin saber el porque, me hablo:
-como estas después de tanto tiempo?
-bien, bah, ya no se lo que es bien.-respondí en voz baja.
-si, fue un tiempo complicado.- dijo dando un paso adelante.
-ni que lo digas, te veo bien de todas maneras.
-si? me costo mucho volver a sentirme bien, se que en parte fue mi decisión pero me costo mas de lo que había pensado.
-eso solo lo sabes vos, yo se que la pase horrible.- dije con tono ciertamente sarcástico.
-entiendo tu tonito, pero enserio, yo también sufrí por vos. estas muy flaco!
-la verdad que me cambio la existencia todo lo que paso, quizá me equivoque en venir.
- mira, yo tengo que caminar unas cuadras para ir al laburo, queres acompañarme?
-no se pero vamos igual.
hablamos de mi alimentación se había vuelto nula, de lo que le costo volver a conseguir trabajo, de como me obsesione con su recuerdo. básicamente nos pusimos al día en todo, fuimos sinceros como nunca quiza. nos disculpamos mutuamente por cosas que no sabíamos del otro, como mi recurrente frenesí por verla salir de su hogar.
estábamos yendo por un pasaje que acortaba el camino hacia el centro, y ella se acerco un poco mas, casi al punto de que nuestros meñiques se rozaban. recorrimos 23 metros, o cien kilómetros, el tiempo se volvió espeso casi lodoso, y mi corazón galopaba descontrolado. ella se freno, Romina mi gran amor dejo de caminar de golpe. un sin fin de ideas atravesaron mi mente, ninguna fue la realidad. Romina giro hacia mi, vi que en su mano izquierda había una especie de punzon, pero del tamaño de un lapiz. me abrazo mientras hundía ese extraño objeto en mi pecho, justo en el medio pero no lo sentí realmente. sentí su calido abrazo, senti el dorso de su mano rozándome los pectorales, y la abrace mas fuerte, cerre los ojos y la abrace hasta que nuestros cuerpos formaron uno.
ahora ya no siento su cuerpo junto al mio, no siento la briza que antes nos despeinaba, no puedo abrir los ojos, solo puedo escuchar un susurro, un susurro muy frió. Algo sobre el perdón y el amor pero no entiendo bien que, solo siento frió, el frió...
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La iglesia
Sepanlo, fuimos nosotros los responsables de quemarla. También tienen que saber que éramos unos adolecentes irreverentes que pensaban que el mundo podía ser cambiado y constituido por un nuevo orden. Pero si, fuimos nosotros en el afán de bastardear una institución aunque debería contar la historia antes de dejar que emitan un juicio.
Era el 96 y la inmortalidad juvenil nos permitía pensar en cambios rotundos en los órdenes del poder, también compartiamos un código musical que en otras partes del mundo estaban empezando a ser alertas. Mis 4 amigos, yo era el quinto escalón del barra, nos habíamos conocido parte en el colegio del barrio y parte en los recitales. El ambiente under de mar del plata es muy pequeño, quizás no tanto como está ciudad. Teníamos muchos pasatiempos, como leer sobre el mundo del metal extremo del norte de europa, y frecuentar la cueva para ver bandas de conocidos o simplemente ir a por una noche de alcohol y velocidad.
Otros pasatiempos eran beber en la esquina, y pensar en como podíamos mostrarle al mundo nuestra gran visión sobre el existencialismo. Una tarde de agosto, quizás fue al final de julio, bueno una tarde de invierno estábamos tomando caña para matar el frío, el ruso tiró un comentario que se llevó nuestras cabezas; -che y si prendemos fuego la San Cayetano?
- la plaza, sos boludo?
-no otario, la iglesia, vamos a quemarla como los noruegos estos de Mayhem!
-uy la puta madre, como no lo había la pensado.-dijo el rengo- yo consigo el auto de mi viejo para picar rápido!
-ehhh se va a quemar, se va a quémar (cantamos hasta q mi vieja nos echo de la vereda de casa)
Tardamos unos 10 días en acomodar los planes para que todo sea perfecto, teníamos el entusiasmo de las hormonas y la unión entre pares. Con 17 años como promedio íbamos a cometer nuestro mayor delito, y eso q fumabamos porro todos los sábados.
La fecha fue justo antes de la celebración del día del beato, era arruinar 2 mecanismos de la inquisición de un solo plumazo, según nuestro aculturamiento pagano era lo mejor q podíamos hacer.
El rengo consiguo el auto del viejo, como había prometido, y el plan consistía en propagar el fuego por medio de la nafta derramada por debajo de las puertas, una vez encendida la mecha (un chorro que conectaba la puerta con la vereda a unos metros) caminábamos rápido hasta el auto estacionado a la vuelta, para que no lo reconozcan de huida.
Llegamos cerca de las 2 de la mañana, bastante borrachos pues hay que bajar ciertas inhibiciones para un acto semejante. Dejamos el auto con el rengo al volante,el motor en marcha, y partimos con 20 litros de nafta sin plomo. Todo iba a la perfección hasta q encendimos la mecha. el combustible se volatizo creando una cámara de combustión en la sacristía, la explosión voló la mitad de la puerta principal de roble, envuelta en llamas, ha todo esto nosotros habíamos recorrido 15 metros y el sonido fue tan apabullante que terminamos tropenzandonos entre nosotros al girar el cuello para ver qué había pasado. Recobramos el equilibrio y corrimos hasta el coche, nadie sabía que había pasado.
-que mierda hicieron ruso?! Dijiste que nafta nomás
-le tiramos nafta nada mas, volamos media iglesia! La cagamos, acelera boludo!
-debemos haber volado una estufa o algo, vieron la puerta en la calle?
-ay la concha de la Lora, si nos vieron cagamos, el quilombo que hizo.
El rengo aceleró y nos llevo a dar una vuelta por la costa, decía que era mejor que si nos vieron y nos agarran sea lejos de donde vivimos. Con todo el cagazo del mundo nos tomamos un vino en la playa popular, con el auto a unos escasos 20 metros como si nos resignaramos a ser atrapados, pero como ya saben, eso no sucedió.
La sorpresa fue nuestra cuando a la mañana siguiente nos enteramos que alguien había terminado preso. No tuvo que ver con quién inicio el incendió. al parecer cuando los bomberos apagaron el fuego y entraron a revisar las instalaciones se encontraron con un maletín que se había quemado por la mitad. Desde afuera se podían ver imágenes, así que la curiosidad de uno de los policías descubrió la perversa galería de fotos de un pederasta, no hace falta entrar en detalles para con semejante aberración. El cura Juan Carlos Punzón, el "respetable" sacerdote de la capilla San Cayetano había abusado y fotografiado a cientos de niños a lo largo de sus 8 años a cargo de la misma, quizás desde antes pero mucho se perdió en el incendio.
Así que si! nosotros prendimos el fuego que terminó por descubrirte al monstruo, nosotros fuimos los culpables de deshabilitar la capilla durante un año, y estamos orgullosos. Tanto el rengo, el ruso, Gabi, el tanque y yo, volveríamos a hacerlo, así que sepanlo y hagan correr la voz.
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Ya se va apagando todo, quizás sean épocas. Épocas que me traigan de nuevo su perfume cuando la oscuridad se vuelva absoluta, o épocas en las cuales mi mente elige no volver a sentir en el recuerdo, lo mira como una propaganda efímera que solo muestra cómo van a repetir una película vieja. Espero que en las noches de miseria y nostalgia el sueño me lleve a un lugar mejor, un lugar sin tu sonrisa de dientes afilados, un lugar donde el tiempo pasado no existe y el fantasma de lo que dolió sea consumido por el vacío del universo.
Un universo que sin tu sonrisa no es tan hermoso.
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Vos
Ya no sé cómo contentarme a mi mismo desde que no estás, los días se volvieron vacíos, desperdicio mis horas en vano esperando que un día me extrañes, esperando que un día me vuelvas a amar.
Intento odiarte para no sufrir cada momento que no te tengo cerca, es un esfuerzo vacío porque desde que te fuiste el tiempo se transformó en espacio, infinito espacio cubierto de negrura, sin luz, con dolor en el pecho. El vacío me está digiriendo, me está moldeando para que nada vuelva a someterme a su sensibilidad y espero que realmente sea así. Espero partir sin más que sentir, esa conducta estúpida que nos impone el destino. Sentir es exponerse a los rayos cancerígenos de la vida sin protección alguna, es dejar que nos atraviesen Miles de agujas que cosen nuestra alma a un vínculo, la cosen con la esperanza de que jamás sean separadas, pero eventualmente el desgarro llega, el desgarro desnaturaliza el tiempo, volviendolo oscuridad.
Y todo esto es por vos, por tu maldito amor que jamás debería haber proclamado, y te extraño. Extraño como me mirabas, extraño encontrarme viéndote obnubilado por el amor que me generabas, extraño contarte mi día a día, extraño absolutamente todo de vos.
Algún espero que estas palabras vuelen lo suficiente para q se posen en tu mente, y que no las veas cómo el desvarío del desamor, espero q entiendas que lo que generaste en mi no tiene comparación con nadie, que me colmaste tanto de amor cómo de dolor, que experimente el largo arcoiris de las emociones gracias a vos. Sigo creyendo q fuiste lo que necesitaba para el agobiado relato de mi vida, eras ese rincón luminoso en la bruta noche, eras la luna en mi eternidad, y fuiste el puñal en un corazón corroido de cicatrices, fuiste el puñal que más me duele sacar, el que no quiero perder por miedo a que un día quieras llamarme y no te pueda escuchar. No quiero ser sorda a tus gritos, me exijo no olvidarte, me impongo el odiarte para poder navegar las tempestuosas aguas de mi mente. Lo único real que se es que desde que no estás, no soy más que un colgajo de ser humano que espera lo imposible.
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100 cartas
Voy a escribir 100 cartas para contarte que te extraño. Y 100 cartas que van a decir que no te necesito más. Otras 100 que digan que te amo aunque no estés. 100 más contándote que no lo hago más. Cuando termine las 100 cartas que van a contar cómo naufrague en el dolor, voy a escribir 100 más diciendo que ya no duele más. Quizás con otras 100 cartas pueda dejar de soñar que las leerás. Y al final solo voy a necesitar una sola carta para informarte que nunca puede volver a amar y que todo se perdió en el oscuro final. Y si no mande las cartas serán sepultadas con mis resto para la eternidad, y solo la oscuridad sabrá de mi amor.
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Emocionalista
Quizás no sea un escritor, y esto de lo cual puedo jactarme no es más que el desbordamiento de las emociones. Quizás lo que puedo hacer es llegar al punto de empezar a salpicar con mis pensamientos el papel, de utilizar la palabra como un pequeño gran desahogo, una válvula descompresora. Cuando la presión de las emociones llegan al punto de sentirme ahogado en ellas, abro la pequeña llave q deja liberar mis dolores. Dolores producto de la fantástica manera que tiene el destino de cagarse de risa en mi, la cruel visión que los dioses me dieron para vivir, el chiste negro de una mente enferma por su propia soledad infinita.
Soy acaso la burla cruenta de algún ser que lo único que se propone en la vida es intentar sabotear cada momento de felicidad con miserias, con miserias de muy bajo nivel. Como un humorista que no le gusta ver cómo todo transcurre sereno, el tiene la necesidad imperiosa de torcer mi ser hasta ver que no aguanto más, porq el me dobla pero no me quiebra, no me da el lujo de quebrarme para convertirme en algo nuevo, solo deja que mute en el dolor, que como un árbol sometido a alambres, aprenda a buscar la luz hasta q vuelva a someterme. Que gran tirano el destino, que ser maquiavélico y psicópata, cómo le gusta regodearse en mi dolor, como le gusta ver mis comportamientos erráticos bajo su pie, soy la pequeña hormiga que huye despavorida de su infinito pie, y siempre termina siendo aplastada, soy los jirones de la tela que pretendió poner en mi vida, una tela que nunca debió haber sido pero que no tiene el coraje para deshacer.
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Masticables almas
Soy parte de los que fueron escupidos a medio masticar.
La vida, la sociedad o nuestros pares muchas veces nos someten a los colmillos y molares que destruyen al ser.
Vivimos a medio masticar como si nuestra alma fuera repudiable por el órgano digestivo de los comunes, de los que no tienen preocupaciones o de los que que no someten a su piel al calor del dolor ajeno.
Nuestro dolor es dañino para ese tipo de gente, la misma gente que nos somete al proceso de ser expulsados y volvernos ácidos para el mundo.
La vida nos mastica atraves de diferentes canales, usa muchas formas para dejarnos despreciables y expuestos para con los sanos.
Somos sensibles, somos los perdidos, somos los despreciables, somos la carga del que está vacío, la mochila de los que no tienen alma.
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Legal, seguro y gratuito
Juan Carlos jugaba con su pequeña hija, en realidad el estaba haciéndole dar sus primeros pasos. La pequeña bebé tiene solo 11 meses y sus pasos son errantes cuando menos, pero con la ayuda de su padre puede dar unos cuantos pequeños y cada día más firmes. Esa tarde Juan estába experimentando algo nuevo con la pequeña Milena, dejarla sola agarrada de la mesa y el puesto atrás con la precaución de rodearla con sus brazos. Solo estaban ellos en la casona que parecía exagerada para solo 3 personas, María la madre, se había ido a comprar los víveres para la cena. Quizás por eso el estaba experimentando esta nueva maniobra, un poco arriesgada pero muy eficiente para darle seguridad a sus piernitas.
La mesa que servía de barra equilibradora a la nena, tenía apoyada muchas cosas. Juan debería haber prestado atención a la primer advertencia, la bebé había agarrado una tarjeta y se la había tirado muy cerca de su cabeza. Por la altura de la mesa y la pose sentado en piso con las piernas abiertas, no se podía distinguir si había algo más arriba de la misma.
Siguieron jugando, él cada tanto le prestaba atención a su telefono celular , preguntándole a su esposa cuanto más tardaría en volver. Cuando giro el cuello para ver cuál era la respuesta de María, la niña tomo la navaja mariposa que estaba en la mesa, y al lanzarla hacia atrás está se desplegó y cortó la arteria carótida de su padre. Sin darse cuenta de lo que había sucedido siguio jugando, intentando caminar por el lateral de la mesa mientras su progenitor se agitaba convulsivamente tomándose del cuello. En cuatro minutos, horrorosos cuatro minutos, paso de ver a su pequeño amor a sentir el miedo por la nada absoluta, mientras que su cuerpo se retorcía espasmodico por la falta de sangre.
Cuando María llegó nunca pensó encontrar tal escena, su marido envuelto en una manta de sangre, que se extendía por debajo de Juan también formando una especie de aura de unos tres metros cuadrados. Su pequeña Milena lloraba sentada a los pies de su padre muerto, con las piernas sumergidas en la pequeña laguna de sangre, lloraba desconsolada con la cara roja y no solo por la angustia del llanto, también tenía pequeñas perlas carmesí que le surcaban desde la cabeza hasta parte del pecho. María jamás olvidaría el llanto de la pequeña, y como repetía la palabra papá hasta que pareció solo un eco que llenaba la habitación.
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cuando tenia 10 años era un ladron experto, podia robar alfajores, chocolates, gomitas y demas. estaba confiado de mi suerte en el kiosko, mi tecnica era mas que efectiva: pedia los jockey suaves que mi viejo me mandaba a comprar a diario, una vez que el kioskero de turno giraba sobre sus talones, yo con mucha agilidad depositaba lo robado en mi bermuda pescadora o pantalon cargo con bolsillos en las pantorrillas,
un dia tuve la fantastica idea de llevar mis aventuras mas alla y atracar una fruteria ambulante, el plan era simple, pasar cerca de las uvas, tomar unas cuantas y comenzar a correr. llegue a la esquina de luro y nasser, observe que el verdulero estaba ocupado y procedi a actuar. al instante comence a correr, poniendo las uvas en mi boca para no reventarlas en el arrebato de mi huida. los primeros 15 metros todo iba a la perfeccion hasta que escuche “veni para’ca” y al volverme la vista pude ver como se aproximaba corriendo y sacudiendo las manos. mi corazon se disparo y corri lo mas rapido posible que pude, mientras lo hacia sentia los pasos pesados del señor que vende frutas cada vez mas cerca. cruce la avenida casi sin mirar, una vez del otro lado, crei que el triunfo era nuevamente mio pero estaba muy equivocado. al llegar a la esquina de republica de libano y sanmartin, 2 cuadras mas alla del puesto, senti como una mano firme me tomaba del hombro. el verdulero era un hombre morocho de unos 40 años y mediana estatura, aunque a mi parecer era un gigante con los ojos llenos de dolor y odio. me pregunto porque lo hice y solo pude temblar del miedo, me reprimió verbalmente como pocos padres son capaces de hacer. Cuando al final me miro a los ojos y me dijo que sabia quien era y que iba a decirle a mi mama, el miedo se apodero de mi, me hice pis en los pantalones. el tipo al ver eso, me solto y me advirtio que no vuelva por su esquina, años pase por enfrente y busque pretextos para no ir a esa esquina, gracias a ese señor mi vida delictiva termino por el año 2001, creo que nunca le habia contado esto a nadie, y no creo volver a hacerlo.
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No soporto más la tortura de la memoria
Me siento un varado, alguien que está estancado en un lapso temporal esperando que el destino deje de ser tan cruel y torturante con tu recuerdo. Ya no puedo ni escribir sin pensar en vos, me odio por darte tanta tajada en la torta de mierda que es mi vida, te llevaste la única porción limpia, y dejaste más mierda que decore. Ojalá nunca hubieras aparecido en mi vida, viniste y me la tumbaste a tu antojo.para que en mi momento de mayor vulnerabilidad y desolación, corras. Corriste lo más lejos que pudiste, y no te importo la soledad que podía deparar para mi alma, solo corriste. Ojalá pudiera ser como los Smith o Charly y decirte que me siento mucho mejor sin tu amor pero la verdad es que no me siento más que decepcionado con mi existencia, y odio a los dioses por la tuya, la aberración de tu ser sólo se compara con el dolor que me generaste, ojalá algún día tu alma sea calumniada como lo fue la mía, y que en el juicio de la noche no puedas dejar de pensar en la similitud de tu dolor y el mío. Y cuando la oscuridad cierre tu garganta, y no puedas ni hablar por el sufrimiento, cuando el peso de la mente solo te deje pensar en la opción de parar con la agonía, no puedas completar tu empresa, que te falte el coraje como me pasó a mí, que te pesen las dudas sobre la eternidad y la obscuridad absoluta, que te duela frustrarte al ver que una tarea tan sencilla como apagar el switch es imposible, ojalá que ese día quieras llamarme. Y hablaremos y espero tener nuevas musas que inunden mi ser para poder dejar tus jirones en el lugar que corresponde, tu cuerpo Porqué hoy por hoy posiblemente termine haciendo de tu dolor el mío.
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La mimica del universo
Me mantengo la mente ocupada en la nada misma porque el más mínimo raciocinio me desenlaza en tu ser. Hago la mímica de que estoy bien para seguir adelante, me miento a mí mismo volcandome al vacío temporal. Te llevo más adentro de lo que podría haber creído alguna vez, supongo que tú enfermedad se va a erradicar con el tiempo, ya que sacarla en un solo movimiento parace ser mortal. Parece ser letal para lo poco que me queda de alma, para el sucio saco de pena que se convirtió, porque vas a llevarte lo poco que me queda de humano con tu memoria. Y cada tanto, muy cada tanto, termino escribiendo palabras que nunca vas a leer, tirando un mensaje cifrado al universo, y al universo no le interesa mi mensaje, su inmensidad lo abarca todo, como vos lo abarcas para mí.
Quizás en cuestiones de universos el problema no es el tamaño, sino el porqué lo abarca. En mis galaxias neuronales la mayoría de las constelaciones tienen algo referido a vos. Hay algunas más antiguas que refieren a otros seres, o lo que quedó de ellos a lo largo del dinamismo astronómico, pues una estrella que muere da lugar a nuevos elementos y variantes.
En todo caso, mi firmamento tiene más tu cara que las fotos que no pude borrar, mis constelaciones son más parecidas a vos de lo que vos vas a poder serlo alguna vez, y como los cuerpos celestes, tu imagen es el pasado, o eso me miento para estar mejor.
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luna de marzo o sangra y desarma
Te pienso todo el tiempo, estar lejos de vos puede que sea una de las cosas que más me cuestan. Es como una adicción que no puedo superar y cada día sufro de abstinencia. Siento que una parte de mi alma está triste mientras que la otra se ahoga de rabia y preguntas. Sin entender el porqué de ciertos movimientos de la vida sigo esperando el milagro de que algún día pueda sanar esto que no se qué es, de un día poder estar sin figurarme la vida sin tu vida, porque hoy en día esa pregunta desborda mí mente y tu alejamiento frío y cruel solo demuestra que nada importó.
Sos una sombra que me acompaña a todos lados, necesito de vos para sentirme bien, pero también necesito saber qué es real.
Cuando el dolor deje de gritar y pueda volver a respirar, espero que no vuelvas, nunca vuelvas, aunque tenga que dejarme ciego para no verte, por favor no vuelvas.
No podría sobrevivir a esto una vez más.
Hoy desperté con cierta certeza de lo último que escribí. Soñe que te veía, estabas a mi alcance una vez más, para poder putearte o hablarte o abrazarte, pero no esta vez, no pedí perdón, esta vez no reclamé tu amor o proclame el mío, esta vez simplemente me fui. Decir que no te extraño es mentirme, pero creo que me estoy queriendo un poco más o tocando otros dolores para seguir adelante, aunque sienta que una parte de mi vida no está más.
Ya me desarme demasiadas veces por vos.
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cortes de energia
Veníamos a mitad del viaje hacia casa cuando mi marido, Carlos, me mando un mensaje para hacerme recordar que tenia que buscar plata del cajero automático para poder pagar la matriculas de los chicos. Mis hijos tienen 5 y 3 años, el menor esta empezando el jardín mientras que su hermano ya esta terminándolo. Busque la altura de luro para darme una idea de donde estaba, recién habíamos pasado el authogar, asi que todavía tenia unas cuadras hasta llegar al banco, mientras penetraba en la oscuridad creada por la falta de luz artificial y el abrazo de la noche.
Cuando llegue a 3 arroyos y luro, el corte se hacia notar en las 4 direcciones cardinales, asi que decidi bajar a mis hijos conmigo para no preocuparme por ellos durante el tramite. Bajamos y entramos al banco, la puerta se desbloquea con la misma tarjeta con la cual se hace la transacción, al igual que la gran mayoría de los bancos.
Tenia que sacar la plata de mi cuenta y la de mi marido, pues la matricula de ambas colegiaturas son realmente caras. Asi que entre con ambos niños, deje la cartera con la billetera en el pequeño descanso que estaba a la izquierda de las maquinas de efectivo. Meti la primer tarjeta en la maquina y cuando estaba poniendo el monto que debía sacar, la alarma del auto se disparo.
Corri hacia la puerta con solo la llave en mis manos, atravesé la puerta y vi que la alarma se había disparado sola, el auto estaba intacto. Cuando apague la alarma con el botón que se encuentra en el llavero, escuche el click de la puerta que se cerraba tras mis talones, dejándome en la oscuridad absoluta del corte de energía.
Busque desesperada las tarjetas en mis bolsillos, los revise uno a uno, una y otra vez, sentía los ojos saliendo de sus cuencas, las manos solo podrían haber sentido las tarjetas porque no eran capaces de sentir otra cosa. En un instante cai en cuanta donde se encontraban las tarjetas, una estaba en mi billetera, que se encontraba en mi cartera, en el pequeño labio de acrílico y alumnio que se disponía de un lado del cajero. En ese mismo cajero se encontraba la otra tarjeta.
Corri desesperada hasta el auto, suponía que ahí se encontraba mi celular, con el podía llamar a emergencias y que me ayudaran a sacar a mis pequeños hijos de su aislamiento, aunque ellos quizás por el momento no sentían miedo , ni preocupación, ellos seguían jugando. El auto estaba vacio, en realidad estaba lleno de porquerías pero mi celular no estaba, claro lo había dejado en mi cartera, al lado de la billetera, todo porque tenia miedo de dejarlo en el auto y que por el me rompieran una ventanilla. Insulte al cielo en un grito ahogado, no podía asustar a mis hijos, estaba en pánico. Me tranquilice, tenia que pensar en algo, no podía irme a buscar a nadie eso era obvio. Tenia que pensar algo, pero primero me tranquilice. Puse las balizas y prendi las luces altas del coche, eso iba a llamar la atención. Después me acerque respirando en profundas caladas, no tenia que perder el control. Una vez que estaba en la puerta de vidrio, seguramente algún tipo de vidrio de alta seguridad, le di pequeños golpes para llamar la atención de Leandro, mi hijo mas grande. Me grito – entra mama!- sin dudarlo mientras seguía moviendo el juguete robot en el aire como si viajara a través de olas.
-necesito un favor lean, podes abrir la puerta?- le dije con cara de póker total, no podía mostrar mi miedo.
- ay mama, para que queres eso?- dijo con su tono de “porque…”
-mira, quiero saber si vos sos tan grande como para poder abrir esta puerta que es de gente grande.-no era una mentira tan mala, pensé que podía llegar a funcionar- si podes, es porque ya sos grande!
-pero estoy jugando ma…- me miraba con cierta mirada de intriga- bueno, seguro soy grande.
-dale, apurate amor.- como hacia para que no se asuste, con el pavor que sentía en ese momento.
Se paro, y camino hacia la puerta, en el transcurso dejo caer el robot con el que jugaba. Me miro y de puntitas de pie intento llegar al picaporte, era de esos bolita. No lo logro, me miro a los ojos, con solemnidad y murmuro – no soy tan grande.
Y ahora que podía hacer, porque ahora tenia a Leandro preguntándome porque no entraba, y el mas chiquito, Alexis, estaba empezando a preocuparse o eso daba a entender su rostro. Les dije que no pasaba nada, que tenían que fijarse si podían alcanzar mi cartera, que ahí estaba la solución. La cara de ambos ya era de angustia, fueron y saltaron hasta que sus pequeñas piernas no pudieron saltar mas, eran muy chicos como para llegar al metro y medio del estúpido mostrador.
Los nenes empezaron a llorar, la angustia se volvió miedo y el miedo llanto, yo no estaba mucho mejor que ellos, ya que mientras los intentaba calmar, las lagrimas corrian por mi mejillas sin parar. Encima la oscuridad era cada vez mas profunda, y las estrellas eran lo único que se podía ver en la distancia. En ese momento escuche a alguien.
Venia silbando, cuando me vio salir del costado del banco se detuvo de inmediato. Le grite por ayuda pero el joven me miraba de forma extraña, miraba con los ojos ocultos en su cráneo, con la mirada casi tan negra como el escenario que teníamos de fondo. Le volvi a gritar que me ayude, si tenia un celular, si podía llamar a la policía, el no respodio nada mas que una sonrisa. La luz del cajero apenas nos llegaba y las del auto nos permitían vernos intermitentemente, no podía verle mas que la sonrisa cuando susurro
–dale pelotuda dame guita.
-por favor, no tengo nada, necesito que me ayudes- le sollozando, casi sin voz.
- dale dame algo, dame las llaves- empezó a levatar la voz- LAS LLAVES!
-no para, necesito que me ayudes- dije mientras que me tire contra el, casi rogando su clemencia.
- QUE HACES?!?- gritodando un paso atrás- DAME LAS LLAVES O SOS POLLO!
Tire las llaves para atrás, a la oscuridad, mientras que escuchaba a mis hijos llorar porque no podían verme. El sujeto vio el movimiento y saco de su bolsillo algo metálico y finito, como una lapicera. Di un solo paso para atrás cuando me ataco, a la mitad de la trayectoria de su golpe pude notar lo que era realmente esa lapicera, era una simple bombilla con la parte de atrás rota, como un pequeño tuvo de metal. El golpe fue certero, y a esta altura creo que también es mortal, me hizo retroceder unos cuantos pasos hasta que quede nuevamente de frente a la puerta del banco, frente a la vista de mis hijos. Me había golpeado la base del cuello, del lado izquierdo, sentí un calor bastante extraño mientras retrocedía, pero al ver la cara de Leandro note que ese calor era sangre que brotaba como un manantial y había empapado casi en su totalidad mi remera de algodón, que por su color crema ahora era de un rojo muy intenso. El tipo me vio caminar hasta la puerta, y cuando volvió a avanzar sobre mí, vio de fondo a mis hijos golpeando la puerta y gritando, se quedó inmóvil. Dio un paso atrás con los ojos como platos mirando todo, tenía ojos después de todo, y eran azules casi eléctricos. Se agacho a agarrar la llave, todo mientras me miraba con los ojos muy abiertos, llenos de lágrimas pero sin poder gesticular nada, levanto las llaves, giro sobre sus talones y corrió al coche. No hace falta decir que el tipo se robo mi auto, todo mientras estoy sangrando y viendo a mis hijos gritar desgarrados.
La luz volvió, recién acaba de iluminarse todo, espero que sea cierto y no producto de mi mente. Veo todo con mucha definición, y escucho a mis bebes gritarme que vaya con ellos, me lo piden por favor pero no puedo hacer nada, les digo que los amo, se los repito mientras siento salir la sangre entre mis dedos, les digo que va a estar todo bien, la verdad es que no lo se.
Un grupo de jóvenes vienen caminando, solos en la desolación del domingo, me ven tirada y veo que gritan pero no los puedo escuchar. Veo que llevan su mano con algo a un lado de su cara, pero no veo que es lo que tienen, quizás se agarran la cara con horror. Giro el cuerpo y veo a mis pequeños lean y ale, los veo y les grito que los amo, pero no puedo escucharme, vuelvo a gritarlo…
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sangra y desarma
Epilogo
Claudia vivía en el 4F de un edificio porteño junto a su pareja de hace 2 años. Tiene una vida no muy feliz, pero estaba en una buena relación, solo el trabajo y la presión de la facultad la sacaba un poco de eje.
Ya hacia un tiempo por la capital habitaba un psicópata, el cual se divertia haciendo pequeños cortes a sus victimas. Por lo que decía la tv, él atacaba sin una razón especifica, tenia victimas a lo largo de los 100 barrios porteños.
Cap.1: el azar es cruel.
Claudia salio tarde de la facultad de ciencias exactas que estaba ubicada muy cerca del microcentro. Caminaba hacia la parada del colectivo que la llevaría hasta su casa en boedo. Unos 50mts antes de llegar a la garita escucho unos pasos, que venían galopando hacia ella, lo único que pudo sentir fue un estallido de dolor y unos segundos después se encontraba en el asfalto mientras algo tibio le recorria la pierna derecha. Estuvo en shock unos minutos y para cuando recupero el conocimiento iba en una ambulancia camino al hospital. El doctor le explico que en cierto modo tuvo suerte, que solo 2 cm mas a la izquierda y posiblemente no hubiera llegado al hospital. Ahora solo resta esperar con paciencia y en unos 6 meses someterse a una batería de estudios.
Lo que mas le costo fue volver a su rutina normal por el simple hecho del pánico que le generaba salir sola.
El no tramaba sus ataques, quizás era mas un trance profundo pero no perdia el control, sabia muy bien lo que hacia.
La vio salir de la facultad y en ese mismo momento supo que ella era la siguiente, la siguió unas cuadras agazapado en la obscuridad mientras saboreaba cada pequeño detalle de lo que estaba por venir.
Saco una navaja, particularmente vieja pues era el ultimo vestigio de su linaje, y comenzó a cortarse el dedo anular mientras dejaba que la hoja se impregne con su sangre. Calculo la distancia que lo separaba de la joven, corrió con todas sus fuerzas y no solo la atropello sino que en el mismo instante la apuñalo a la altura de la cadera baja. Trastabillo pero pudo reincorporarse sin problemas, escucho algunos gritos pero no miro atrás, siguió corriendo hasta que las piernas le empezaron a temblar.
Cap 2: las cicatrices sangran.
Faltaban 6 meses para que se cumpla el segundo aniversario del ataque. La recuperación fue lenta y dolorosa en todas las variantes. Los análisis dieron bien, aunque todavía faltaba volver por precausion, los doctores eran optimistas.
Después de volver a la clínica, Claudia se sentía extrañamente nerviosa, su pareja la mantenía en calma diciéndole que las veces anteriores estaba mas nerviosa, pero ella insistia que esta vez seria diferente y no estaba muy errada.
Los resultados fueron contundentes, HIV positivo, ella se quedo inmóvil con el sobre en las manos, pero porque no era la única noticia, estaba embarazada de 5 semanas. Ese fue el calculo extraoficial hasta hacerse la ecografía, la doctora emitio un acta para que su pareja se haga el examen y vean un infectologo para saber con que tratamiento continuar.
El paso a seguir era una batería de estudios para poder encontrar el tratamiento adecuado, una tarde mientras esperaban ser atendidos escucharon “ supuesto maniaco es encontrado muerto en una casa tomada, ampliaremos”. Ante la noticia la pareja quedo estupefacta, siguieron escuchando pero primero pidieron subir el volumen. El hombre de unos 35 años fue hallado muerto de un disparo en la cabeza en una casa abandonada, en el lugar fue encontrado un cuaderno y una navaja , tenían que analizar las pruebas pero estaban seguros que era el sádico que había atacado a decenas de personas, entre ellas a Claudia.
Días después completaron (y confirmaron) la noticia, pues en el cuaderno habían hallado muchas confesiones, que aunque eran un poco desvariantes , completaban el circulo con algunas de las victimas. La policía sospechaba que dadas las circunstancias el ataque había sido producto de alguien que fue atacado, alguien que pudo hacerse con el perverso hombre.
Capitulo 3: la in-decision correcta
Ella había programado la ecografía para que coincidiera con el estudio y visita al infectologo de juan. Estaba de 7 semanas de gestación, fue todo lo que quiso saber en ese momento, pues tenia que hablar con su pareja al respecto. El salió palido, atontado y bastante asustado, el doctor había sido implacable en su explicación. Sus resultados tardarían unos días pero la respuesta era un 99.9% positiva, su pareja la cual estaba embarazada si era portadora del virus. En su análisis también buscarían la cepa del virus para poder darles el tratamiento correcto para contener el mismo. También comento lo que ya sabían, que el bebe tenia grandes chances de contagiarse durante el parto o la lactancia, y sobrevoló el tema de riesgos durante el embarazo por parte de los retrovirales.
Como iba a encarar a su esposa con tales noticias, cuando ella lo vio lo primero que hizo después de besarlo fue decirle - el también me lo explico todo, quizás deberíamos hablar.-
Fue una noche muy larga, en la cual la decisión había sido tomada desde el principio pero no podían no cuestionarse lo que estaban por hacer, insultando a los dioses por la suerte que les había sido adjudicada, llorando abrazados por no poder lograr eso que habían añorado de jóvenes pero que postergaron para poder disfrutar de las cosas terrenales. Y asi se durmieron, abrazados, hundido uno en los brazos del otro, soñando realidades que no iban a ser jamas pero que no podían evitar de soñar.
Nunca se iban a olvidar de ese día, con la decisión tomada buscaron a un medico que los pudiera ayudar. Consiguieron un numero por intermedio de su infectologo, llamaron y reservaron turno para la mañana siguiente. Nunca imaginaron pasar por una situación asi, una de las mas tristes que se puede vivir en pareja, ellos se acompañaron en todo momento, solo ellos.
Capitulo 4: la resistencia no siempre gana
Habia pasado mucho tiempo pero ellos no olvidaban el dolor que pasaron cuando tuvieron que decidir sobre su bebe, pero ahora la decisión les parecía cada vez la mas adecuada, aunque mas de una noche los encontrara llorando en la oscuridad. La enfermedad los estaba diezmando hasta el punto de que los efectos secundarios por la medicación eran mas fuertes que las diferentes enfermedades que genera la falta de sistema inmunológico. Ellos mantuvieron su amor contra todo y todos, se ampararon en ellos, en su vida y buscando justicia por los diferentes damnificados, ellos no eran los únicos que sufrían las consecuencias de la mente de un ser oscuro.
Cada visita a su medico de cabecera era peor, los resultados eran cada vez peores, los medicamentos no ayudaban a controlar la enfermedad, solo estaban deteriorando el estado de sus cuerpos mientras que el virus había mutado a su fase letal, SIDA. Eligieron encontrar su muerte en sus propios términos, dejando de tomar la medicación y cuidándose de todo lo que podría empeorar su situación. Pasaron casi 18 meses luchando contra distintos dolores, estuvieron juntos hasta que el claro al final del camino los encontró, un 27 de febrero , una mañana de lluvia, juan quiso despertar a Claudia y ella no respondio, cuando la beso en los labios cayo en cuenta que el beso de la muerte se le había adelantado esa mañana, y el la abrazo. Sintió que el calor y la paz lo abrazaba mientras miraba a su amada por ultima vez, cerro los ojos y dejo que su vida se marche. Fueron encontrados abrazados unas horas mas tarde, con cierta cara de satisfacción en ambos rostros, por fin descansaban después de casi 3 años.
Prologo
Ese mismo día la familias dieron una conferencia de prensa contando la historia en toda su longitud, gracias a eso salieron muchos mas casos a la luz, victimas añosas del mismo sátiro, algunas de ellas también portaban el virus.
Al año siguiente, el 27 de febrero, se organizo una marcha para recordarlos. Los afectados y las familias siguieron durante años marchando, intentando concientizar sobre la enfermedad, y recordar a los caidos.
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Si supieras
Si entendieras como te extraño quizás me ignorarias un poco menos. Si supieras como vagas por mi mente quizás te harías presente en alguna tarde de lluvia. Si quisieras un poco de mi amor en una de esas dejaría que te lo lleves todo.
Te extraño y no puedo cambiar nada para sentirme menos vacío. Te espero todos los días como si mágicamente quisieras volver a saber de mí. Te quiero tanto que deje de querer algo más que a vos.
Si solo supieras entenderme, si solo quisieras sonreírme, si pudieras escucharme quizás me dejarías de doler tanto.
Ya pasaron 3 meses, y mi vida ruega tu presencia. pasaron 90 días y no dejo de extrañarte. 2160 horas sin abrazarte. 129600 minutos sin hablarte. 777600 segundos de suspirar mi alma.
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Suspiro
A veces un suspiro no es sólo dióxido de carbono, a veces es un fantasma que vaga eternamente. Cómo un alma en pena desterrada a recorrer el pasado sin la espera del tiempo, porque el tiempo sigue sin importarle nada, el tiempo te lleva en su ola infinita hacia lo desconocido, la ola que no tiene destino, salvó el claro al final del camino. Hay que reconocer a los fantasmas que dejamos varados en la inmensidad del pasado, en el laberinto sin solución que le regalamos. Y quizás algún día esa alma de memoria encuentre su lugar en la mente y dejé de perderse desesperada por el miedo al olvido
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