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“¿acaso te da miedo?” se permite insinuación, que no es más que gracia disfrazada en tono ligeramente sombrío, oscuridad que se deshace de manera automática al tratarse de él ; sonrisa se adueña de pétalos y mirada se concentra en facciones masculinas. dígitos viajan a arete color dorado que aún mantiene, moviéndolo apenas para que contrario pueda darse con una buena imagen de él, diseño intrincado, que destaca. “solía tener dos de estos, y si bien suelo dejar ir lo que se pierde… son de mi madre.” admite, cual si acaso existiera una necesidad de justificar su búsqueda ; porque así es para ella, quien afirma que todo aquello que desaparece tiene una razón de ser.

alza la mirada cuando siente el tacto en su brazo. al oírle, una sonrisa entretenida ocupa una esquina de su boca. ' oh oh, ' canturrea, como si la sola idea de una recompensa fuera motivo de alarma. con o sin ella aceptaría de todas formas, pues no rechazaría una aventura que cae en su regazo para distraerlo de su creciente aburrimiento. cada rato que transcurre de la fiesta le obliga a cuestionarse qué está haciendo ahí. por eso pregunta, con genuino interés: ' ¿qué perdiste? '

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“¿enserio lo crees?” devuelve, a la hora de pensar en beneficios de un acuerdo como tal, no los percibe con tanta sencillez. quizás es porque ambas familias cargan con una energía… particular, por no decir más. es consciente de que se trata de una temática más bien burlona, que seguramente no exista realidad de intención o de relato en palabras masculinas, más resulta inevitable para monáe profundizar cual si lo fuera. sin embargo, no evita reír después, la simple idea resonando ciertamente ridícula, más no imposible, claro. “no juzgo gustos ajenos… pero no querría imaginarlos en esa situación.” arruga apenas la nariz, cual queriendo deshacerse de una posible imagen mental que, para su suerte, no aparece. “aunque no percibo una energía sexual demasiado creativa por parte de él.” chasquea la lengua, cual lamentándose por paige.

suelta pequeño resoplido al escucharla, incapaz de negar lo acertada que está. ignora por un momento cualquier atisbo de resentimientos pasados y se permite enfocarse en aquel momento, considerando sus palabras. “ ¿por qué no? suena como un acuerdo con bastantes beneficios. ” opina, aunque se apresura por agregar: “ siempre y cuando no me pidan hacer algo extraño, como... actuar como un perro y ladrarles. ” advierte, nariz arrugándose frente a la idea que se ha plantado en su cabeza. “ se supone que los millonarios siempre tienen más perversiones sexuales, ¿no? ”

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“algo me dice que están esperando que seamos cuidadosos en esta oportunidad.” desliza con cuidado, todo en ese evento se siente de esa forma : bajo control. y es en ese preciso instante en el cual entiende la razón por la cual se siente tan fuera de lugar, tan ausente de la realidad que se presenta ante sus ojos. detesta la sensación de mesura constante. “ah, eso ha sucedido montones de veces y no necesariamente por el consumo de alcohol…” refiere a amaneceres inesperados en la playa, sin saber exactamente el motivo. confiaba en que a quienes habían sido criados en tierras marinas, el agua salada y la arena húmeda les llamaba entre susurros incluso sin que pudieran notarlo, reclamando presencia con cuidado. aquello no estaba reservado únicamente para quienes creían en aquella posibilidad, sino para todos y cada uno de ellos. “¿cómo se siente estar de vuelta?”

supone que hay trasfondo en palabras ajenas que en realidad no planea averiguar, porque implicaría profundizar en pensamientos propios que no tiene intenciones de escarbar tampoco. “probablemente,” concede en esa ocasión, asintiendo ligeramente cuando voltea a verla: “nuestra generación no destacó mucho por cuidar la bebida,” ella era un poco más recatada exceptuando cuando estaba en compañía de contadas personas, donde se permitía soltarse un poco más y descuidar un poco postura que solía ser prolija. “ya jason advirtió algo sobre amanecer en la playa sin contexto, así que…” quizás exagera al pretender que le toma la palabra, como si ella realmente fuese a participar en algo así, y por eso rueda los ojos con gracia.

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reconoce facciones previo a oír respuesta, juraría que lo hace incluso al momento del primer contacto, sin necesidad de que oscura mirada le recorra de antemano. comentario, sin embargo, arranca una sonrisa ligera, sutil, curvatura de comisuras con la cual otorga cierta razón / verdad a afirmación. “lo importante no es lo que pierdo, sino lo que recupero… si las cosas se van, hay que permitirlo —seguro hay un motivo.” suavidad en palabras resulta casi una cantata, aquella mezcla perfecta entre oscuridad y luz que siempre suele otorgar, a veces con intención, otras tantas es una simple casualidad. “pudo ser en otro lado… no recuerdo exactamente cuándo sucedió.” cuenta, explica, en lo que dígitos se mueven sobre arete color dorado que sí tiene, para poder dar una referencia a contraria de exactamente cuál es la apariencia de objeto perdido. “¿tú has perdido algo esta noche?” curiosidad no es inocente, tiene detrás un motivo, porque si hay objetos de valor extraviándose… entonces creerá que hay algo más sucediendo.

sujeción leve contra antebrazo logra que esmeraldas se deslicen hasta encontrarla, reconocimiento inmediato en medio del ruido. todo parece cancelarse, irises centelleando a la par que siente mano apretar núcleo, garras encajándose justo en aquello que nunca supo manejar. ‘ siempre perdiendo algo... ’ tono bajo, cadencia tranquila, más pequeña constatación juguetona que reproche. aún así, enfoque viaja al suelo, alfombra escondida bajo tacones y restos de confeti, en búsqueda perezosa del pendiente desaparecido. se inclina apenas, rodilla rozando encaje del vestido en movimiento que revela más interés en entretenerse con el momento que verdadera urgencia por hallar objeto. ‘ ¿lo perdiste por acá, o pudo ser en otro lado? ’ elevando rostro otra vez, admira / detalla facciones un segundo de más, dejándolo flotar como si no hubiera peso alguno.

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casi sin querer nota ausencia de arete en oreja derecha, algo que, en sus libros, es mucho más grave de lo que parece. apenas observa a su alrededor por un momento antes de buscar asistencia de quien encuentra cerca. dígitos viajan con cuidado a antebrazo ajeno, en intento de llamar la atención. “si me ayudas a encontrar lo que perdí, prometo que te lo recompensaré.” encanto asoma en comisuras, que se curvan en delicada sonrisa.

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RATATOUILLE — 2007, dir. Brad Bird

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ocurrencia contraria despierta su curiosidad, aquello se traslada a facciones cuando mirada se entrecierra, intentando dar con el motivo de aquella declaración ; tal es el motivo por el cual permanece en silencio por unos segundos más, a la espera de un segundo argumento que la ayude a comprender, y finalmente lo hace. “pues… ¿has considerado que quizás no lo sabían?” hay cierta ligereza en el timbre de la voz, casi risueño.

‘ no sé, yo diría que hasta es un poco homofóbico. ’ vocablos huyen de su boca con la certeza de que alguien ya está lo suficientemente borracha como para empezar a hablar con confianza. ‘ digo, joder, llegué hace unas semanas, estoy renovando el maldito bar de mi padre— y tengo alcohol para vender, ¿entiendes? no sé, o es homofóbico, o es jodidamente cruel. ’

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la palabra considerado suena correcta dado el contexto, más por algún motivo no termina de resultar del todo convincente para monáe y sabe que no es la única ; considera que si ella puede sentir esa extrañeza en el ambiente, entonces también la mayoría de ellos. algo simplemente no encaja. “un trago para celebrar suena perfecto.” concede, sonrisa se alza en comisuras con particular encanto en lo que mirada recorre facciones femeninas. “¿aún eres cercana a ella?” se refiere a paige, claro. carga con el recuerdo de que, en algún momento, scout y ella fueron amigas, más puede estar equivocada. en lo que pregunta, comienza a moverse sobre el césped en busca de aquel trago.

"es muy considerado de paige que haya decidido invitarnos a todos." su mirada recorre el lugar, aun intentando acostumbrarse a ver tantos rostros conocidos. "hay mucho por festejar. el compromiso, esta inesperada mini reunión, vernos en una situación menos...—" se interrumpe a si misma antes de terminar aquella oración con la palabra trágica. "deberíamos de ir a buscar un trago para brindar." propone rápidamente.

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palabras femeninas arrebatan su atención, aquella que estaba puesta en un punto fijo a unos metros de distancia, donde lo que parecía ser el viejo rocío sobre las hojas de un árbol reflejaba los destellos del sol. “siempre me resultó sencillo encontrar encanto en lo extraño.” algo que para quienes la conocían resultaba obvio, sí, más en esa oportunidad no estaba segura de sentirse de la misma forma, quizás por eso lo menciona. “¿esperanzadora? —eso es nuevo.” demás calificativos habían sido escuchados a lo largo de la tarde, más no ese en particular, y curiosidad pica como siempre.

‘ brindo por el amor y por esta boda, bella, lujosa, esperanzadora y — — ’ mientras habla, alza una copa llena de champaña que consiguió por ahí y tras sus últimas palabras, deja escapar una larga bocanada de aire, liberando la tensión. ni ella se lo cree. ‘ jodidamente extraña. ’ tampoco se molesta en bajar el volumen a la hora de expresarse, cualquiera puede escuchar, ¿y pueden negarlo? el contexto del reencuentro en la boda de paige y situación en sí misma es rarísima.

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nerviosismo contrario resulta casi palpable, por supuesto que verborragia ayuda a comprensión, pero ni siquiera eso es necesario para monáe, quien jura poder percibir en energía ajena destellos de ansiedad y es por ello que le permite hablar todo lo que crea suficiente, hasta llevar diestra a antebrazo femenino y dejar allí ligero apretón, gesto que busca brindar calma. “por supuesto que puedes sentarte, cassie —y también puedes quitarte los tacones.” guiña un ojo, en gesto que no sólo busca complicidad, sino también aliviar cualquier tipo de tensión que contraria pueda sentir en ese momento.

"¿Me puedo sentar aquí? No se si las mesas están numeradas o algo, tal vez sí lo estén, pero aqui no hay nadie y los tacones ya me cansaron, Tal vez debí usar otros o zapatos más bajos, hubiera usado mary janes pero es una fiesta formal y pensé sería más adecuado tacones porque ya sabes, es lo que se usa en este tipo de ocasiones a pesar de que es difícil caminar en el pasto con ellos. Pero sí, em, ¿me puedo sentar entonces? Está bien si dices que no, puedo buscar otro lado, es más, debería buscar otro lugar, perdón por molestar–" A pesar de que lo intenta, no puede dejar de hablar, el nerviosismo de estar alrededor de tanta gente y la costumbre de hablar sola por su línea de trabajo, le hacen no ser capaz de cerrar la boca.

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“en estos eventos, la gente siempre luce feliz…” concede, con eso no tiene intenciones de negar felicidad de protagonistas, es más bien una observación, algo que cree cierto. dígitos se presionan sobre copa de cristal que luego viaja a los labios, bebe con cuidado, embriagarse no es de sus intenciones en aquella oportunidad. “los invitados también, ¿crees que sea por el alcohol?” curiosidad asoma risueña.

“de hecho, pienso que hacen una linda pareja,” comenta mientras observa al par mencionado a la distancia. “quiero decir, es un poco cursi, quizás, pero…” tuerce los labios, dejando la oración al aire un instante. “luce feliz,” y es mucho decir dadas las circunstancias que no menciona, claro.

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al momento en que interrogante alcanza sus oídos, hay cierta sorpresa, cual si se pensara en soledad hasta ese preciso instante. mirada viaja a facciones masculinas y el gesto que tironea de comisuras es ligero, más deja huella sobre mejillas. “no sé si se trate de ánimos…” admite, en lo que diestra viaja hacia propio rostro y acomoda un rizo detrás de la oreja. “ —quizás hay algo de falta de costumbre a este tipo de eventos, todo parece… mucho, ¿no crees?” en aquel calificativo encuentra la simpleza suficiente para describir la situación.

hay un par de arruguitas en entrecejo, observando a mayoría de invitados por uno de los ventanales que estar cerca de la salida a patio trasero. parecía cómo si estuviera dudando si salir o no, o buscando un último empuje para hacerlo. además de esa extrañez en ambiente, no se sentía en ánimo de estar en un evento así, mucho menos cuando no pensó que sería invitado al compromiso de paige y richard. ' ¿también sin ánimos de salir? ' palabras que dirige a la presencia que siente recién a su lado.

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“si lo piensas, quizás sea el momento indicado para probarte… ya sabes, los deslumbras con tu talento y destierras al fotógrafo.” comparte en murmuro cómplice, el cual acompaña al guiñarle el ojo, risita termina por vencer aquella actuación y sonrisa termina asomando en comisuras, cual destello. “pero si fuera tú, lo pensaría bien.” pareciera ser premonitorio, más no termina de serlo… no del todo.

" es un escenario excelente para fotografiar. " reconoce y encoge los hombros. " estoy bastante ofendido de qué paige no me haya contratado, ¿sabes? es decir, elio santos fotografiando tu boda... " chasquea la lengua, toma una de las copas de charolas que se ofrecen y da un sorbo. " mal empleo de recursos. "

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hombros se elevan apenas, gesto pareciera ser más bien un movimiento impulsado por el aire más que propia voluntad, quizás porque no tiene una respuesta concreta para interrogante masculino. “a veces esas uniones que nadie espera son las que mejor funcionan…” por el momento, evita decir que no cree que en esa oportunidad la teoría aplique. marrones viajan a facciones contrarias y sonrisita tironea suave. “ —aunque debo admitir que nunca me sentí tan fuera de mi hábitat.”

si se siente increíblemente fuera de lugar, no lo menciona, ni lo demuestra. a cambio, es una sonrisa tenue la que tira de comisuras al momento de desviar mirada a compañía. "se ve... bastante feliz, ¿no?" paige, se refiere. para él, la ausencia de su hermano se nota más que nunca, pero es un comentario que se guarda.

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murmuro de voz masculina se escabulle en sus oídos e inevitablemente le arranca una carcajada, risita suave se desliza entre pétalos al mismo momento en que mirada busca facciones. “si es el caso, me arriesgaría a decir es la propuesta más elegante que cualquiera de nosotros ha recibido en su vida…” comisuras se curvan con cuidado y atención regresa a la mesa frente a ellos. “¿tú dirías que sí?” devuelve curiosidad, en lo que termina de decidir qué bocadillo llama su atención.

“ este lugar es de locos. ” opina, llevándose a la boca su quinto canapé. todavía estaba planeando cómo guardarse algunos en el bolsillo de forma sutil, pero primero estaba esperando que el resto de los invitados estuvieran demasiado borrachos como para notarlo. “ ¿crees que paige y su prometido estén buscando un tercero...? ” se permite considerar.

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“tilly…” mención de nombre femenino se desliza con suavidad, más no existe intención clara de reproche, no realmente. sin embargo, existe algo en palabras ajenas que resuena con lo que realmente cree, las circunstancias son particulares, por no decir otra cosa. “ —me gustaría creer que sólo está intentando seguir con su vida, pero eso no explicaría qué hacemos nosotras aquí.” no habla de ellas en particular, sino de todos aquellos que vieron el fuego arder.

' es un poco anticlimático. ' reconocimiento de propios vocablos que se van deslizando de entre los labios con un toque ligeramente cínico acaparan los labios entintados de carmín, una ligera carcajada marca un silencio cuando da otro sorbo. ' ya sabes, literalmente actúa cómo si el rari— radley hubiese sido un caso de psicosis colectiva. '