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he creado este blog para compartir lo que píenso,puto el que lo lea
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Un día luminoso nació Kuarahy , un robot con cabeza de un antiguo faro que su creador, Vincent, había diseñado para que fuera un faro viviente. Vincent podría preguntar qué tan brillante era o dónde debería iluminarlo. Sin embargo, maltrataba a Kuarahy como si fuera un simple objeto. Por esta razón, Kuarahy pensó que sus emociones eran vertiginosamente sin importancia, se asfixió en silencio.
Un día, Vincent creó otro robot llamado Mag, un robot cocinero. Al principio, Kuarahy sintió envidia porque Mag no era maltratado, pero con el tiempo vio que Mag era algo parecido a él. Mag era torpe cuando Vincent no estaba y hacía lo que él llamaba experimentos. Uno de ellos fue: "¿Qué pasaría si muelo la carne y le pongo mucho picante?". Al terminar, Mag quemaba el experimento y lo usaba como carbón.
Un día cualquiera, Vincent iba a salir y llevó a Mag, dejando a Kuarahy para que descansara. Kuarahy aprovechó el tiempo viendo todo lo que no entendía. Ese día descubrió para qué servía la tetera: pensaba que la tetera era un objeto inútil que hacía humo sin razón, pero entonces entendió que hervía el agua. Aun así, no lo comprendía del todo. Tras un rato, Kuarahy se cansó y cargó 10 carbones en su compartimiento para asegurarse de no quedarse sin energía mientras descansaba, ya que sin carbón, moriría. Se acostó en su lugar, una cama sucia y rota, y se durmió.
Después de un tiempo, Kuarahy fue despertado por golpes en la puerta. Mientras se acercaba, todo se volvía más oscuro. Al abrir la puerta, vio a un hombre desconocido que parecía muy desesperado.
—Oye, tú, sí, tú, robot extraño, ¡ven conmigo! Las fábricas explotan y están explotando otras, y el fuego está llegando hasta aquí —dijo el hombre con mucho miedo.
—Ok, ¿dónde está?
De repente, el hombre lo agarró, lo metió en su auto y lo llevó rápidamente. Antes de que Kuarahy pudiera quejarse, escuchó explosiones. Miró atrás y vio cómo las casas explotaban una a una, incluyendo la suya. Al ver que era cierto, miró al hombre y le dijo:
—¡Ven más rápido, ahora!
El hombre obedeció, y Kuarahy subió su cabeza para iluminar el camino en medio de la oscuridad. Al llegar, Kuarahy se dio cuenta de que estaban en un lugar lejano donde se encontraban los sobrevivientes, incluido Mag, que estaba sentado mirando fijamente hacia un rincón. Kuarahy se acercó, pero asustó accidentalmente a Mag, quien reaccionó enojado de manera desproporcionada. Kuarahy pidió perdón y se alejó. Los sobrevivientes le preguntaron qué había pasado, pero él no respondió y se fue.
Kuarahy intentó hablar con Mag, pero este no quería. Finalmente, después de insistir, logró que le confesara lo que le ocurría.
—Mag, ¿qué pasa?
—Nada, ahora deja de molestar.
—Vamos, soy tu amigo. Me puedes decir todo.
-¿Hacer? —dijo Mag, mirando alrededor para asegurarse de que nadie escuchaba.
—Sí, todo.
—¿Prometes que no te enojarás?
—Sí, lo prometo.
—Es que… yo causé todo —dijo Mag con mucho miedo.
—¿Qué? —preguntó Kuarahy, confundido.
—Sí, lo causé todo, pero prometo que fue un accidente. Tú sabes que Vincent es nuestro creador, ¿verdad? Él es rico y muy inteligente. Creó el edificio de comida más famosa, y me llevó allí. Mientras descansaba, me pregunté: "¿Qué pasaría si pongo más azúcar y más café en el café?". Pero al llevarle el café a Vincent, lo derramé sobre la máquina. Yo corrí, pero él trató de solucionarlo. Sin embargo, la máquina explotó… Juro por mi vida que fue un accidente.
Kuarahy lo miró en silencio antes de responder:
—¡Oh, qué tierno, lo sientes! Déjame decirte lo que siento: tú explotas el edificio. ¡Causaste que todos los edificios explotaran y que todo el humo finalmente cubriera el mundo! Espero de verdad que lo sientas.
—¡Lo siento! Juro que fue un acci—
De repente, Kuarahy le dio un puñetazo en la cara, tirándolo al piso. Furioso, le rompió el compartimiento de carbón, haciendo que todo el carbón cayera al suelo. Como el sol estaba bloqueado por el humo, hacía mucho frío, y el carbón se enfrió rápidamente, haciendo que Mag muriera.
El ruido atrajo a los demás sobrevivientes, que encontraron a Kuarahy de pie sobre el cuerpo de Mag. Kuarahy les dijo la verdad, pero nadie le creyó. Lo echaron del refugio a patadas, y él huyó mientras lo amenazaban de muerte. Oculto detrás de un árbol, Kuarahy dejó que el odio naciera en su corazón. Parecía la pintura El Ángel Caído , llena de ira y tristeza. Después de un minuto, Kuarahy se levantó decidido a vengarse. Se dirigió a la ciudad y vio que todo estaba destruido, pero había una casa que destacaba: una en buen estado, con techo, aunque con las ventanas rotas y la puerta colgante. Kuarahy decidió quedarse ahí. Durante dos años planeó su venganza mientras vivía en esa casa solitaria.
En ese tiempo conoció a otro marginado, un robot llamado Ilamp. Kuarahy lo manipuló para que pensara que eran iguales. Ilamp, confiado, le reveló que había sido parte de otro grupo de sobrevivientes, pero lo habían expulsado injustamente. Según contó, un robot había usado todo el carbón de reserva y lo culpó a él, llevándolo al exilio. Ilamp tenía amplios conocimientos de tecnología, algo que Kuarahy supo aprovechar.
Con el paso del tiempo, Kuarahy se consumía en su deseo de venganza, pasando meses encerrado en un cuarto con una cama sucia y rota. Sin embargo, seguía siendo amable con Ilamp, quien veía en él a un amigo. Dos años después, Kuarahy había descartado cientos de ideas para vengarse, hasta que una finalmente lo convenció. Para ese entonces, Kuarahy había desarrollado ataques psicóticos en los que se volvía agresivo y sufría alucinaciones, como percibir cosas que no existían.
Una tarde, Kuarahy le dijo a Ilamp que había terminado de planear su venganza. Según sus cálculos, todos los humanos habían muerto debido a la falta de comida provocada por el desastre que Mag había desencadenado. Durante ese tiempo, Ilamp y Kuarahy habían trabajado juntos para construir dos brazos mecánicos adicionales para Kuarahy, lo que le daba una apariencia de araña y mayor capacidad de ataque.
Ambos robots se dirigieron al primer refugio, el de Kuarahy. Al llegar, Kuarahy hizo ruido para atraer a un robot y atacarlo con sus cuatro brazos, destruyendo su compartimiento de carbón. El ruido atrajo a los demás robots del refugio, y Kuarahy se preparó para la masacre. Atacaba directamente los compartimientos de carbón de sus víctimas, rompiéndolos con precisión. Sin embargo, un robot logró atacarlo por la espalda, lo que desencadenó un ataque psicótico en Kuarahy. En un arrebato de furia, arrancó la cabeza del robot que lo atacó y continuó destruyendo a los demás.
Después de un tiempo, Kuarahy reunió los cuerpos de los robots en un círculo. Se colocó en el centro y comenzó a alucinar. En su mente, los robots le hablaban y lo perdonaban. Ilamp, al no encontrarlo, lo buscó y se horrorizó al ver lo que estaba haciendo.
—Kuarahy? ¿Qué estás haciendo? —preguntó Ilamp con preocupación.
—No te amo, Mag? Estoy hablando con ellos —respondió Kuarahy.
—¿Mag? Mi nombre es Ilamp.
—Pobrecito, está confundido, necesita ayuda —murmuró Kuarahy mientras se levantaba.
—¡Estás loco! —gritó Ilamp mientras salía corriendo.
—No corras, Mag —dijo Kuarahy mientras lo perseguía.
Kuarahy se movía como una araña usando sus cuatro brazos mecánicos. Finalmente, logró alcanzarlo y lo atacando, arrancándole un brazo y provocando una fuga de vapor. De repente, el ataque psicótico terminó, y Kuarahy volvió en sí. Desesperado, trató de ayudar a Ilamp, pero era demasiado tarde. El robot murió en sus brazos.
La escena era como la pintura Iván el Terrible y su hijo : Kuarahy sostenía el cuerpo inerte de Ilamp, con tristeza. Había soportado maltrato, había sido marginado, y ahora, había matado a la única cosa que lo entendía.
Kuarahy comenzó a caminar por los restos de la ciudad, viendo todo lo que había destruido. Después de caminar mucho tiempo, llegó a un precipicio. Sin dudarlo, saltó. En ese breve instante, toda su vida pasó por su mente. Al tocar el suelo, su cabeza de farol se rompió, y la luz se apagó para siempre.
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