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Pánico Verbal
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Escritos de una estudiante de antropología que debería estar batallando con su tesis en vez de la promesa de dos escritos a la semana. O eso debería pretender.
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panicoverbal · 8 years ago
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Poco tiempo + 3 profesores con horarios propios = ¿Defiendes primero?
Pasaron los días desde la entrega de la tesis. La vida se traducía en día tras día de incertidumbre. Con esto, llegó el 17 de marzo, día de escribir a Ivonne para preguntar por la respuesta de las personas de la comisión. Pero aún nada.
El lunes 20, supuesto último día de plazo, Negu tenía que ir a coordinar su práctica profesional con su profesor guía, por lo cual fuimos juntas. Tras terminar su reunión, fuimos a la facultad, donde recibí la corrección de mi profesora guía. 1/3. Aclaradas un par de cosas más con Ivonne, con Negu fuimos a mi casa. Durante el transcurso de la tarde, llegó la corrección de la colaboradora académica invitada, convirtiéndose en el 2/3 de las correcciones. Quedaba sólo esperar. 
Flashforward a ayer, jueves 23 (bueno, técnicamente anteayer, pero shh). Negu tenía que inscribir ramos, y aproveché el impulso para ir a la facultad a preguntar cómo se agendaban las horas de defensa, porque sabíamos que tenían que ser lunes o martes, pero la profesora guía no podía vernos hasta el lunes y cómo íbamos a preparar la defensa con ella si no estaba, y etc. En este rato, llega finalmente la última corrección, cumpliendo el 3/3. Así que, llegadas a la facu, me sumé a la fila de personas esperando atención de parte de la Ivonne, y Negu se sumó a la más larga fila de personas que esperaban a la jefa de carrera. Delante de mí, estaba otro de los alumnos que tenían a mi profesora como guía. Al darse cuenta que esto no era inscripción de ramos, pero defensa de tesis, Ivonne nos citó para el día siguiente (hoy) a mediodía, y que no podía hacer nada ese caótico jueves. Para que vean lo caótico: Llegamos a las 17:07 y nos fuimos a las 19:12, porque, por algún motivo, toda la gente delante de Negu en la fila tenía un millón de ramos atrasados y no era cosa de tan sólo firmar el papel como Negu. Pero logramos irnos, y cada una a su casa.
Lo que nos lleva a hoy, viernes 24, a mediodía. Logré llegar a la facultad, al mismo tiempo que el compañero de ayer. Pocos instantes después, llegaron otras dos compañeras. Ivonne quedó sorprendida de nuestra puntualidad, y comenzó lo complicado: Ver disponibilidad de horarios que no sean el lunes a las 8AM.
Así, tras mucho coordinar, quedaban disponibles los horarios. Desafortundamente, nadie se atrevía a pasar el martes a defender la tesis y alguien tenía que hacerlo. Considerando que ya quería salir rápido del proceso, me decidí y acepté la propuesta: Martes a las 3 de la tarde (en una sala de trabajo social, porquie los antropólogos no tenemos salas, al parecer). La reunión con la profe guía era el lunes a las 4. Tenía unas 23 horas para preparar la mejor defensa de la vida.... De forma confirmada y aprobada, claro, por ahora puedo avanzar en un power point que aún no me deja conforme. Ya aclarado eso, y respondidas algunas dudas por otro profesor que andaba de paso, era hora de emprender el camino. Pasé la tarde donde Negu, donde almorzamos tallarines y le teñí el pelo, para luego dar una paseito por Penco, llevando al regalonamente miedoso Adam, comer un berlín (ella comió un alfajor), y venirme a mi casa, donde me esperaban el frío de Chiguayante y unas ricas sopaipillas de la abuela.
Y vuelve a iniciarse el claustro, porque hay una tesis que defender. C’est la vie.
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panicoverbal · 8 years ago
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Mil copias, por favor.
Continuando lo anterior, así fue como pasé todo el jueves y viernes escribiendo los últimos arreglos de la tesis (honestamente, no creo que mis muñecas vuelvan a ser las mismas), para así el viernes en la tarde hacer el envío de la misma a la profesora guía. El sábado por la noche recibí mis correcciones, por lo cual el domingo se hicieron los últimos arreglos. Debía ir a entregar las tres copias de la tesis impresa a la secretaria de carrera (una para cada profesor/a de la comisión), así que a eso de las 10-11 salí de mi casa, para poder imprimir y anillar las copias. Tenía que, además, imprimir las copias de una de mis compañeras, que se encontraba en su hogar en el lejano Puerto Natales, por lo cual estuve un buen rato acaparando la impresora de la fotocopiadora a la que fui (al lado de la de mi preferencia, donde otro de mis compañeros estaba acaparando con su propia tesis). Terminé con una bolsa con seis tesis (un tanto pesadas), habiendo ayudado a anillar a la mujer encargada del local, porque, bueno, eran seis copias. Así que tomé bien la bolsa (de pichara, auspiciada por la persona que acababa de recibir unos $20.000 sólo imprimiendo y anillando), y comencé el camino a la Facultad.
3/4 de Universidad después, estaba entrando a la facultad. Ahí, estaba el compañero previamente mencionado haciendo entrega de su tesis, por lo cual me senté a esperar, viendo como mucha gente entraba y salía, haciendo una rendición de cuentas. Eventualmente, fue mi turno de hablar con la secretaria de carrera para entregar las tesis.... Mío y de todo el mundo, que, aparentemente, decidieron que mi llegada era el momento oportuno de hacerle todas las preguntas de la vida.
Lo bueno es que Ivonne (la mencionada secretaria, y, honestamente, la persona que logra hacer funcionar la carrera) priorizó, y solucionó todo bastante rápido. Hice la entrega de mi tesis, ella envió las cartas a las personas de la comisión que correspondían. También entregué la tesis de Rocio. Todo bastante rápido... Sin contar la cantidad de gente que decidió que sería divertido pasar a conversar al mismo tiempo que resolvía varias dudas propias y ajenas (gracias, Facebook, por permitir el contacto directo con Puerto Natales). En algún punto, llegó Negu, a hacer entrega de su rendición de cuentas, así que no todo fue tan malo, puesto que pudimos irnos juntas.
Y con eso fui informada que tenía hasta el veinte de marzo para recibir las correcciones de la tesis, y luego tendría unos 3 ó 4 días para recibir la fecha de mi defensa. Almost done.
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panicoverbal · 8 years ago
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Bajo tendinítico.
Mi relato de lo ocurrido en el último par de meses ya nos ha llevado a los primeros día de marzo. El 28 de febrero fui informada que tenía hasta el 3 de marzo para enviar un borrador final, para alcanzar a aplicar las correcciones antes del 6 de marzo, día de la entrega oficial de la tesis. Por lo cual, lo lógico era llegar a la casa, quizás descansar por última vez, y luego escribir como si me pagaran bastante por ello.
Obviamente, no hice eso.
Como relataba en la entrada anterior, el martes 28 de febrero llegué con lluvia a comer panqueques con la Negu. Y ya tenía agendado con Gaby, Seba y Consu el ir a tocar al día siguiente al estudio... Y a comer a Lenga. Un break quizás un tanto largo, pero hacía tiempo que no nos reuníamos, así que había que aprovechar. Excepto que habían dos pequeños problemas. El primero, era que no tocaba bajo desde la vez anterior que habíamos ido a tocar (lo cual había sido antes de septiembre). Pero eso era lo de menos. El mayor problema eran mis muñecas.
Verán. Cuando uno se va de vacaciones, no hay mucho tiempo para escribir una tesis. Y al volver uno aún no tiene muchas ganas de escribir una tesis. Y cuando ya te dan ganas de escribir la tesis, queda una semana de plazo, y tienes que reescribir unas cuarenta páginas, y haces lo único que puedes hacer: Escribir lo rápido posible, intentando alcanzar la velocidad de tus pensamientos. Pero los pensamientos, al contrario de tus muñecas, no tienen tendones, causando que, por ahí en el tercer día de trabajo intensivo, mis muñecas hayan comenzado a doler. Y el dolor sólo fue aumentando. Mi autodiagnóstico (basado en google y un par de casos anteriores en otras partes del cuerpo) indicaban que estaba desarrollando una tendinitis. La solución clásica es, bueno, resposar. Pero como debía terminar una tesis, tuve que consumir un par de diclofenacos, echarme unas cuantas cremas analgésicas, aplicar vendas a modo de muñequeras y, en términos coloquiales, aperrar. Aperrar y seguir escribiendo. El día de los panqueques fue el único día en el cual podía darme el lujo de descansar mis manos, por lo cual lo aproveché bastante (en especial porque estaba lloviendo y hacía frío y eso aumentaba el dolor). 
Lo que nos lleva al ir a tocar el miércoles, sin nada de práctica, y con miedo al dolor. Pensé que si no movía muchos los dedos, y usaba las vendas, podría tocar sin problemas, y sí, pude tocar, pero el dolor seguía ahí. Pero era controlable... Hasta que, claro, me dio calor, y tuve que sacarme las vendas, causando un aumento ligero pero considerable del dolor. Pero en fin, logramos terminar las dos horas de ensayo y luego nos dirigimos al segundo objetivo, bastante más amable a mis manos: Lenga.
Dejamos los instrumentos en el auto de la mamá de la Gaby, y emprendimos a la micro, donde conversamos los no sé cuántos minutos de viaje, para luego bajar e ir al local donde habían ido Seba y Gaby un par de meses atrás. Compramos un par de pescados fritos con papas fritas, empanadas de queso, jugos y tés y cafés, y todo esto venía acompañado de sopaipillas. Así que comimos, hasta quedar bastante llenos. Tras resposar un rato y conversar otro poco, fuimos a ver cómo las olas rompían en la playa de Lenga, tomando fotitos (y en mi caso cazando pokemones), para luego tomar la micro de vuelta a Concepción. Acordamos con Gaby que me devolvería el bajo cuando nos juntaramos a celebrar la entrega de la tesis, Consu me pasó mis cosas que habían quedado en su mochila (puesto que llevaba todo en el bajo), y fui a tomar la micro a mi hogar. 
Llegué tarde, y cansada. Así que, como podrán imaginar, decidí descansar las muñecas, para luego comenzar la maratónica escritura.
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panicoverbal · 9 years ago
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Día del panqueque: Lluvias de verano.
Pero entre todo este vacacionar, cinear y golosear, había algo de trasfondo. Algo que me molestaba en lo menos profundo de mi subconsciente. Y ese algo era la tesis. Mi última reunión con mi profesora guía había ocurrido a fines de enero, el último jueves de clases, durante todos los incendios. Ese día, había hecho entrega de un borrador construido a base de café, insomnio y estrés... Y desorden mental. Por lo cual, mi tarea para el mes de febrero era reordenar todo lo posible y enviarle un borrador a mi profesora guía para el 27 de febrero, cosa de ir el 28 a una reunión. Así que, unos minutos antes de los Oscar (el 26 de febrero), hice el envío de los arreglos que había realizado, convirtiendo la tesis en algo mucho más legible y entendible.
Lo que nos lleva al 28 de febrero, día de la reunión... Y día internacional del Panqueque. Negu estaba en mi casa, esperando mi retorno, por lo cual celebraríamos a lo que llegara de mi reunión. Tenía hora con la profesora a las 3 de la tarde, por lo cual esperaba llegar a eso de las 6, para tomar una rica once con panqueques.
Pero, como de costumbre, el destino jugó en mi contra. Diversas situaciones llevaron a mi profesora a llegar tarde, y a la persona que le tocaba después de mí a no llegar, por lo cual comenzamos a eso de las 4, pero no teníamos la presión de otra persona para corregir... Así que corregimos.
Salí a las 7 de la tarde, con muchas correcciones en los márgenes de mis resultados, en específico de mi grupo focal (que yo ya encontraba débil, por lo cual no fue tan terrible). Quedamos con que ese viernes debía enviarle un borrador, el cual sería el último a ser revisado por ella antes de hacer la entrega oficial de la tesis a la comisión el lunes siguiente. Me despedí de ella, salí de la facultad....
Y estaba lloviendo. Mucho. Era tarde y tenía muchas ganas de ir al baño, pero como no tenía ropa de abrigo real (llevaba un chaleco, que no protegía nada contra el agua), decidí dar un rodeo a la biblioteca. Por suerte, al salir del techo, el aguacero había parado. Fui al baño, y usando todos los techos que me encontré (por precaución), logré llegar al paradero y a la micro. Unos veinte minutos después, llegué a Chiguayante, donde la lluvia golpeaba con ligera intensidad. Pero aún no podía ir a mi casa. Debía comprar algo muy importante: Manjar.
De esta forma, en vez de cruzar la calle a mi hogar, la crucé en dirección al fiel Super Ganga. Rápidamente, localicé el manjar, y fui a las cajas... Para encontrarme con filas gigantescas.
A estas alturas, el almuerzo comido a las 2 de la tarde ya estaba más que digerido, y tenía mucha hambre. Pero ninguna de las personas con carros monstruosos atinó a cederle el paso a una persona que sólo llevaba un paquetito mediano de manjar. Así que esperé, detrás de una familia que parecía llevar toda la compra del mes. Llevaban un niño pequeño en brazos, que me quedó mirando el pelo (verde) y le preguntó algo al papá, mientras me señalaba. Como aún no hablaba, el hombre no le entendió, pero me pareció qe se preguntaba si era realmente pelo, así que me acerqué y lo dejé tocarlo. El niño se rió, el papá fue feliz... Pero, de todas formas, no me dejaron pasar con mi manjar. Ingratos.
En fin, logré pagar mi manjar, y salí corriendo... Para encontrarme con que estaba diluviando. Ya no podía escapar de la lluvia, así que crucé la calle lo más rápido posible.
Y, finalmente, legué a mi casa, donde todos querían saber cómo me había ido. Pero yo iba con un objetivo claro, y ese objetivo eran panqueques rellenos con manjar. Así que con Negu cocinamos, nos reconciliamos con la juguera, e hicimos una rica once. All was well.
Excepto que tenía que terminar la tesis en.... 4 días. No biggie.
To be continued.
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panicoverbal · 9 years ago
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Helado elegante + Lego batman
Aprovechando los últimos días de la oferta del Unimarc, que daba un 50% de descuento a cualquier entrada comprada en Cinemark, con Negu decidimos ir al Cine, y ver qué alcanzábamos ver. Tras ver la cartelera, nos dimos cuenta que lo ��nico que nos llamaba la atención, y era antes de las 10 de la noche, era lego batman. Compramos nuestras entradas, y recorrimos el mall, para matar el tiempo que faltaba para la película. La Negu fue a comprarse un set de maquillaje a un local por ahí, y, rápidamente, quedamos desocupadas.
Fue así que terminamos vitrineando los locales que sirven helado. Y resulta que muchos locales venden helado. Pero de las vacaciones nos quedaba un restante facilitado por un amigo de mi madre, destinado a que comiéramos un rico helado. Así que, tras mucho buscar, nos quedamos con la alternativa ofrecida por Cassis. Al parecer, no le tomé fotos a la copa de helado que nos compramos, pero, si mi memoria no me falla, se llamaba Puerto Varas, tenía chocolate, crema y bizcocho, y, según google, se veía algo así. Era llenadora, y, pese a que en un inicio parecía poco, quedamos más que bien. Pagamos la cuenta, con pocos minutos disponibles para la película, así que corrimos al patio de comidas (porque se nos habían antojado papitas antes de darnos cuenta que estábamos satisfechas), compramos una porción muy grande de papas, y corrimos al cine. 
Ahora, la película. Ligeros spoilers después del corte.
Como película de Lego que se respeta, Lego Batman se burló descaradamente de las otras múltiples adaptaciones de Batman existentes. Este Bruce Wayne no fue idealizado ni romantizado, si no que era un tanto idiota, y de forma declarada. El Joker no sólo estaba loco, si no que se lamentaba no ser reconocido el archienemigo de Batman por el mismo Batman, quien consideraba a Superman su mayor enemigo (!!!!!). Y Alfred... Bueno, Alfred sigue siendo el mejor personaje, porque es Alfred. La introducción a Robin fue algo original (hijo adoptado por accidente, no es algo que se ve todos los días), pero bueno, es una película para niños, así que la relación Robin/Bruce no fue del todo desarrollada, si no que fue un niño utilizado por Batman, quien luego le agarró cariño.
Dicho esto, no encontré mala la película. Pero la sala que nos tocó dejó bastante que desear. Nos tocó sentarnos al centro de una de las filas, quedando a mi derecha una familia con unos dos o tres niños, y a izquierda de Negu otra familia, con dos niños. Y el problema es que estos niños no sabían comportarse en la sala de cine. Entiendo, son niños, el estar quietos y en silencio por alrededor de dos horas no es su especialidad. Pero realmente no hacía falta mover TODA la fila de asientos. Y alguien parecía haber ensuciado su pañal, porque el olor se volvió bastante molesto por unos momentos. Y el niño de la derecha parecía estar tan aburrido que comenzó a deambular por la fila, la madre teniendo que sujetarlo en varias ocasiones, lo cual terminó cuando el niño se dio vuelta una bebida encima, mojándome de paso. Pero se mojó más él que yo, así que no lo resiento tanto.
En fin, hubo varios momentos en los que no pudimos poner el total de nuestra atención, debido a las múltiples distracciones a nuestro alrededor (esto no incluye las conversaciones de los muchos niños, pero eso ya es más difícil de controlar), pero en general la película fue divertida. Al terminar, viendo las voces originales en los créditos, volví a sentir la usual rabia de que los cines de Chile no traen subtituladas las películas para niños. Pero eso es algo que se solucionará cuando una alternativa en HD aparezca en la internet.
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panicoverbal · 9 years ago
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Vacaciones: Tierra de Afganos y Rayún
Ya de vuelta de nuestra travesía en el sur, con Negu no nos fuimos a nuestros respectivos hogares, si no que llegamos a casa de mis tíos, quienes andaban en Santiago, por lo cual hacía falta de alguien que cuidase los perritos, consistentes en Patti, sus hijos Norah y Neil, y la acogida, Rayún. Estos cuidados incluían darle a Neil su eutirox matutino, darles su comida a todos una hora después, pasearlos en algún momento de la tarde, y darles su comida a la noche. Y, por supuesto, regalonearlos.
Pero esto también incluía vivir por las nuestras, jugando a la independencia, por así decirlo. Creo que sobreviviríamos en esta situación, comimos bien, y lavamos toda la ropa del camping. Y los perritos tenían bastante atención, pese a que, al parecer, nunca era suficiente para ellos. Neil y Rayún se la pasaban encima nuestro cuando nos echábamos a ver televisión, e incluso cuando nos dieron ganas de jugar cartas sin tener naipes, por lo cual, por idea de la Negu, tuvimos que hacerlos a mano. Además, esta vez dejamos ordenado y limpio, sin heces caninas en el patio, y todo barrido. Tras cuatro días, mis tíos regresaron, haciendo que los perritos estuvieran más que felices.
Eso sí, aprendimos que la televisión realmente es mala cuando quieres verla, y se pone muy buena cuando no lo haces. Saludos a Disney Channel y Cartoon Network por mantenernos entretenidas con sus películas, a TNT Series por dejarnos ver Lost, y a Animal Planet por dar al Jackson Galaxy y sus gatos del demonio.
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panicoverbal · 9 years ago
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Vacaciones: Osorno y Llanquihue.
Al igual que el año pasado, me fui de vacaciones por una semana al sur, esta vez a Cascada, un sector cerca del volcán Osorno, a orillas del Lago Llanquihue. Y, al igual que el año pasado, la consecuencia fue que dejé abandonado el blog. Sumarle la inminente entrega de la tesis a mi retorno, se entiende que no haya escrito nada... Pero, al contrario del año pasado, he decidido continuar antes de noviembre, lo cual es bueno.
Así que bueno, mis vacaciones. Disclaimer: Este post será largo. Fuimos, nuevamente, con los Gremlins, sus padres y la Negu. Con Negu viajamos en bus, esta vez nos fuimos temprano el domingo, y los el viaje fue más corto (y barato) que el que emprendimos a Chiloé el año pasado, aunque no dieron ninguna película y estábamos sentadas al lado del baño, pero c’est la vie. Llegamos a Osorno a eso de las 5 de la tarde, nos compramos unos globos y un helado soft de chocolate con pasas al ron, mientras esperábamos que mi tío nos fuera a buscar. Esa noche, alojamos con mis tíos y primos en la casa de una de mis tías abuelas, hermana del tata.
Al día siguiente, emprendimos a Cascada, Negu y yo nuevamente en bus. Conseguimos asientos, y juntas, así que no fue tan atróh como aquel bus que tomamos de Osorno a Chiloé el año anterior. Por la ventana se veía la cordillera, y, poco a poco, el volcán Osorno acercándose. Fue un trayecto corto, e, increíblemente, el bus dejaba a las puertas del camping escogido, que, si bien no quedaba a orillas del Llanquihue como habíamos imaginado, quedaba lo suficientemente cerca como para ir y venir a gusto.
Mi memoria me falla un poco, pero al parecer, decidimos bañarnos en el Lago, porque ¡AGUA! Lu, Negu y yo nos pusimos traje de baño, y fuimos a la playa... Para descubrir que la arena tenía filo, las piedras tenían filo y el Lago era lo suficientemente grande para tener oleaje fuerte. Vale decir que, acostumbrados a tierras más amistosas, nos metimos sin las crocs al lago, y terminamos sufriendo cada paso. Además, las olas eran tan fuertes que nos botaron en más de una ocasión (causando que, hasta el día de aún, tenga dos cicatrices causadas por las piedras del Lago). Salimos derrotados de vuelta al campamento, donde jugamos cartas para olvidar las penas.
El segundo día fuimos a uno de los Parques Nacionales de la zona, que incluía una laguna conocida como Laguna Verde. El motivo de esto, era la alta cantidad de clorofila contenida en el cuerpo de agua. Hasta la laguna, era una caminata de un kilómetro o menos desde el estacionamiento, y estaba pavimentada y demás, por lo cual no fue difícil, y, por ende, quedamos con gusto a poco... Motivo por el cual nos metimos a un segundo camino, el cual era más complejo, y llevaba hasta una de las tantas orillas del Llanquihue. Ahí estuve un buen rato batallando para conseguir 10 segundos en que nadie hablara y así poder grabar el oleaje. 
Nos devolvimos al jeep. No recuerdo si volvimos a almorzar y luego partimos de nuevo, o seguimos, pero terminamos yendo a otro sitio, que resultó ser una trampa para turistas. En el sentido que había un museo que cobraba unos $3000 por persona. Y en realidad no era llevado por gente local, si no que por extranjeros. Y había un especie de resort. En fin, tras recorrer un poco ahí, nos devolvimos al camping. Mis tíos y el Lu se fueron a probar suerte en el lago, mientras la Negu se dispuso a tomar una siesta, y con Emi nos quedamos jugando cartas, intentando aprender a jugar brisca (lo cual conseguimos cuando volvieron mis tíos, y Lalo nos enseñó y pateó nuestros traseros).
El tercer día, fuimos, finalmente, a la Cascada por la cual el lugar recibía ese nombre. Fue un caminata de dificultad regular. En realidad, era una caminata sencilla, pero incluía cuatro obstáculos: Cruzar un tronco, bajar una escalera de mano hecha de madera, cruzar otro tronco, más delgado... Y, finalmente, cruzar unos precarios tronquitos puestos donde la corriente estaba más fuerte, ya llegando a la cascada. 
La cascada en sí era monumental. O quizás no tanto. Pero mi único alcance a cascadas desde cerca son aquellas de la U de Concepción y del Parque Ecuador, que corresponden a un chorrito de agua, mientras que esta era una corriente de agua considerable, que caía y salpicaba en ondas a su alrededor. Bastó verla para que me naciera el instinto de niña pequeña que quiere acercarse, así que no tuve problemas en cruzar el precario puente, pero Negu tuvo más problemas. Eventualmente, logramos cruzar, y subir por las piedras, llegando así al punto más cercano que se podía llegar sin caerse de formas horribles. Tomamos fotitos, y nos empapamos, pero fue un lugar bonito, capaz de despertar esa curiosidad y asombro ante la naturaleza y sus múltiples creaciones.
No obstante, el regreso de ahí fue más complicado. Ahora yo tuve problemas para cruzar, y con Negu estábamos algo paralizadas a este lado del río. Por suerte, un caballero andaba con un palo de apoyo, y nos ofreció ayuda afirmándonos de ese palo. Logramos cruzar, e iniciar el retorno al auto, con el cual nos dirigimos al volcán Osorno. O eso intentamos. Tras un buen rato de subidas y curvas y más subidas, el motor estaba demasiado caliente, por lo cual tuvimos que detener el ascenso y devolvernos al camping.
Esa tarde, tuvimos la revancha con el Lago. Por primera vez, el oleaje estaba tranquilo, por lo cual el agua era mucho más amigable, y, con las crocs puestas, pudimos llegar al sector explorado por el Lu, donde las piedras terminaban y la arena suave comenzaba. Con Negu jugamos harto en el agua, con el Lu nadamos y descubrimos que dar más de tres brazadas cansa, y, en general, nos divertimos mucho en el agua.
Ese fue nuestro último día en el camping. Bueno, y parte del siguiente también. Pero la lluvia comenzó más temprano de lo anticipado, por lo cual tuvimos que levantar campamento antes de lo esperado, bajo la lluvia. Con Negu teníamos que tomar bus hasta Osorno, por motivos de espacio en el auto, como de costumbre, así que fuimos a preguntar por los pasajes y, al parecer, había que llegar a la 1 a abordar el bus, y pagar los pasajes en su interior. Así que nos volvimos al camping, a esperar la hora, pero tras ciertas tensiones propias del empacar, con Negu nos fuimos caminando hasta el lugar de los buses. Plot twist: Ninguna llevaba ropa para el agua. Así, nos empapamos más que nunca, causando que el viaje en bus fuera acompañado de frío y humedad. Pero llegamos a Osorno, donde pasamos la noche nuevamente donde la tía Cathy. Su hija nos convidó cafés dolce gusto, lo cual concluyó con que le regaló una de sus máquinas viejas a mi tía. Morí un poco de hambre por mi odio a la pizza, pero con Negu salimos a caminar (en ropa de la tía Cathy porque todo lo nuestro estaba húmedo) y me compró un paquete de galletas. Nos volvimos a la casa, donde no hicimos nada por el resto del día.
Finalmente, ya el viernes, almorzamos con la familia, y Lalo fue a dejarnos con Negu a tomar el bus de Osorno a Concepción. Antes de eso, pasamos a Líder a comprar algún snack, donde encontramos una promoción de 3 oreos a $1000 y whoa, sigo muy feliz por ello. Así emprendimos camino de vuelta a Concepción en bus donde habíamos pagado por los asientos que creíamos eran los de más adelante, pero resultaron ser los que se encontraban detrás de los asientos VIP que tenían el ventanal para ellos. C’est la vie. Llegamos a Conce a eso de las 9, y, tras pedir un uber por flojera, llegamos a la casa de mi tío, para iniciar la segunda parte de las vacaciones: Cuidar perritos.
Y ahora sólo debo 6 posts, pero me ha llegado un llamado de ir al cine, así que a ser continuado a la noche :D
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panicoverbal · 9 years ago
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Inner workings + Moana
Hace un par de semanas, los tatas nos dijeron a mis primos y a mí en el almuerzo que en el unimarc les habían dado unos cupones de descuento para Cinemark. Lo cual se tradujo en “¡VAMOS A VER MOANA EL VIERNES!”.
Así, dicho viernes, con los niños caminamos a la estación de tren y tomamos el biotren hasta el Mall Mirador Biobio. Quedamos de encontrarnos con la Negu en el lugar, así que compramos las entradas, con algo de tiempo disponible aún. Negu nos informó que venía con cierto retraso, así que entramos a la función, quedando yo atenta a su llamada.
Pasan los comerciales, pasan los (muy) pocos trailers, y comienza el corto previo a toda película de Disney, Inner workings. Desde hace un tiempo, disfruto bastante de los cómics del Awkward Yeti, donde se relatan las andanzas de Cerebro y Corazón, en conjunto con los otros órganos, la cafeína y los quehaceres del día a día. Esto fue bastante similar: Cerebro dedicándose únicamente al trabajo, y Corazón anhelando hacer otras actividades más recreativas y placenteras al alma. (Spoilers después del corte).
Esto continúa hasta que Cerebro se da cuenta de lo triste que se ve el futuro, y le permite a Corazón dar rienda suelta a sus instintos, causando que el protagonista tenga un muy buen día, y, consecuentemente, una muy buena vida de equilibrio entre la razón y la emoción.
Terminado el corto, comenzó Moana, que narra las aventuras de Moana (duh), una chica proveniente de una de las islas de Hawai, quien va en busca de Maui, el semidios (o la Roca para los mortales). para devolverle el corazón a la diosa Te Fiti, y salvar su isla. Negu llegó justo después de la introducción de los personajes, por lo cual no se perdió de mucho, y yo tampoco me perdí de mucho al irla a buscar a la entrada del cine. Volvimos a nuestros asientos a tiempo para ver a Moana intentar navegar por las suyas y fracasar estrepitosamente, antes que su Abuela le mostrara las embarcaciones reales para viajes largos.
Ahora, como Chile es Chile, las películas de niños siempre llegan dobladas, sin contar los casos en que se pone una función subtitulada al día, sólo durante la semana de estreno, y bastante tarde. Por ello, las canciones (bastante pegadizas), sólo llegaron en español, aunque las secciones que estaban en lenguajes de la polinesia se mantuvieron así, lo cual le dio un toque bastante bonito a la película, puesto que se notó que realmente querían hacer una película representativa.
No hubo romance forzado en la película, y el viaje realmente era sobre el desarrollo de Moana (I AM MOANA!), no de Maui ni nadie más (aunque eso llevó a que, en el enfrentamiento final, Maui sólo apareciera de la nada, y nunca supimos qué lo motivo a dejar de ser idiota y volver). 
La película terminó. Con Gremlins y Negu comimos algo en el Pedro, Juan y Diego y luego partimos en el último tren, ahora rumbo a casa. Con Negu descargamos (un tanto ilícitamente) la película, ahora para verle los minutos perdidos. Estaba en inglés, y los subtítulos traducían las partes en polinésico, permitiendo una mejor comprensión de las canciones que lo incluían. Conclusión: Viva los subtítulos.
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panicoverbal · 9 years ago
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la la land
Como resolución de año nuevo, me propuse ver dos películas que no hubiese viso antes al mes. Y por lo menos durante enero y lo que va de febrero me he portado más que bien al respecto. Partiré con una de las últimas que vi en el cine, La la land.
Si bien originalmente no tenía muchas ganas de verla, las redes sociales me mostraron a mucha gente más que contenta con la película, mi madre la amó, y el warner daba cada cierto rato un especial de la película, del cual lo único que vi era a la Emma Stone más que contenta con el resultado de la película. Fue así que me entró la curiosidad, y cuando Ale me preguntó si me tincaba ir a verla, le dije que ya, porque quería cachar qué onda (lo cual era también su principal motivación).
Así nos encontramos en una sala de cinemark, instaladas ya para la película. Y ninguna de las dos tenía la más mínima idea de qué trataba, aparte de qué era un musical. Estábamos casi tan perdidas como cuando fuimos a ver The Hunger Games porque mi tía tenía entradas para la avant premiere, pero nosotras aún no sabíamos nada de la saga. 
Pero bueno, empezó La la land, con su primera canción, Another day of sun. 
En general, la película me gustó. Las canciones eran movidas y pegadizas, el aire a jazz y broadway era bastante agradable, y no fue el final de siempre. Pero esto mismo significó salir de la sala con bastante pena en el corazón. (Spoilers después del corte)
Y es que cuando uno va al cine, va en búsqueda de realidades ajenas y, en el fondo, ideales, donde todo sale bien, y la vida es maravillosa. Pero en el caso de La la land nos encontramos con que no todo siempre sale bien. Para que la protagonista cumpliera su sueño, tenía que irse a Francia. Y para que el protagonista cumpliese el suyo, tenía que quedarse en Los Ángeles. Si bien se nos muestra qué hubiese pasado de haber él tomado todas las decisiones “correctas”, nos queda claro que, de hacerlo, nunca hubiese tenido su bar de jazz, pese a haber sido más que feliz formando familia con el personaje de Emma Stone. Y quizás quedaría por siempre con el gusto amargo del “qué tal sí”. Aunque, tras ver la escena de encuentro entre ambos protas, queda claro que ambos quedaron con el “qué tal sí” sobre ellos, sobre ese “siempre te amaré”, pese a que ella se haya casado y formado familia con otro.
En fin, buena película, recomendable, y el hecho de no poder sacarme las canciones de la cabeza me ha llevado a, nuevamente, batallar con le piano, una guerra que tiene más derrotas que victoria pero hey, al fin estoy aprendiendo a leer fluidamente la llave de Fa (en vez de confiar en el torpedito al lado de la partitura de turno). Aquí una cancioncita que me será imposible por siempre, pero Another day of sun y el theme de los protas suenan más decentes.
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panicoverbal · 9 years ago
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Sobre el avance de la tecnología
Durante mi infancia, tanto mi tía y como su marido trabajaban en el diario (mi tía en El Sur en un inicio, posteriormente en El Diario de Concepción; mi tío en lo que entonces era La Crónica y actualmente es La Estrella de Concepción). Por ello, era normal que entre ellos y la eterna suscripción a El Mercurio, a la casa llegaban bastantes diarios (el peak ocurriendo durante el fin de semana con El Sur y La Estrella de parte de mi tío, El Diario de Concepción y La Tercera de parte de mi tía, y El Mercurio de parte de la suscripción eterna; revistas incluidas).
No obstante, mis tíos ya no trabajan en sus respectivos diarios hace ya un buen tiempo, y, por motivos mayoritariamente monetarios, la eterna suscripción a El Mercurio ya no es renovada. Y esto dejó al Tata sin tener dónde leer los diarios matutinamente.
O eso temíamos, pero el caballero decidió aprender a usar el computador y revisarlos ahí. Le instalamos en el escritorio el odioso Acer de mi madre, un notebook que data del 2009, sobreviviente del terremoto, con la pantalla mala, con teclas menos, la batería inservible, que se sobrecalienta, y con un mouse incorporado que deja bastante que desear (debo aclarar que ninguna de estas fallas fue causada por el terremoto), pero, tras instalar bastantes cables (pantalla, teclado, mouse, ventilador, parlante y la internet, pues es de los tiempos en que los notebooks no venían con wifi y por qué diantres no venía con wifi, si había llegado con windows vista), Frankenstein quedó bastante funcional, en especial para tener tan sólo 3GB de memoria disponible (cortesía de mi madre). El tata podía prenderlo, sentarse y leer sus diarios, revisar Facebook, y buscar las partes del puzzle que no pudiera resolver. 
Esto continuó por varios años, y todo iba como la seda. Hasta la semana pasada. 
Verán, Frankenstein tenía mañas. MUCHAS mañas. Con el tiempo, uno aprende a vivir con ellas. Uno sabe que hay que enchufarlo y esperar un poco. Uno sabe que Chrome demorará en abrir. Uno sabe que el botón de encendido no funcionará siempre a la primera. Uno sabe que, sin importar lo mucho que lo cuides, andará lento, porque tu madre aún no entiende que no hay que usar todo computador que se le cruce para guardar patrones de bordado que posiblemente nunca usará. En referencia a la maña del botón de encendido, el Tata tenía que maniobrar bastante a diario para lograr hacerlo andar. Pero la semana pasada, el botón ya no funcionó.
Esto nos lleva a buscar alternativas. De momento, mi madre le estaba prestando su notebook. Esto conllevó varios problemas, como que mi madre no podía usar el notebook por un período prolongado de sus mañanas, y como el hecho de que el Tata se veía forzado a aguantar la lentitud de un google chrome que tiene 213810293 pestañas abiertas, de las cuales ninguna puede ser cerrada, y, en general, de un notebook que sólo quiere tener más espacio libre y menos patrones de bordado. Para solucionar esto, intenté conectar mi vieja torre (un computador anterior a todos los demás, de la época milenaria en que 500MB de RAM eran más que suficientes, aunque uno tuviese que conformarse con algo entre 128MB y 256MB). Antes de encenderla, decidí abrirla y sacar toda la tierra posible, lo cual fue una buena idea, puesto que era un montón. Pero, tras cerrar, enchufar, conectar todo y encender, con el Tata (fiel asistente durante el proceso de limpieza) nos llevamos la decepción que sólo prendía la luz roja de piloto. Mi nula experticia de computación me indicaba que ya no había nada que hacerle, así que, con el tata ya cenando en decepción, guardé la torre y recurrí a la alternativa que no quería: Mi viejo netbook. 
Este pequeño netbook, también Acer, data de mis últimos años de colegio, post-terremoto. Mi madre llegó con él un día y me dio la opción de o quedarme con el notebook (aquel conocido como Frankenstein) o con el netbook. No me gustaban los netbooks. Aún no me gustan los netbooks. Pero un computador propio, que sí tenía wifi incorporada, que era bonito (era rojo) y que fuese mío desde cero, era una oportunidad que no podía dejar pasar. Venía con Windows XP, y, pese a ser incompatible con un 90% de los juegos (el restante 10% consistente en juegos de consola emulados, algún warcraft de la época de los mods de warcraft y los de facebook), bastaba para mí. Hasta que, al igual que su antecesor, comenzó con problemas de la pantalla, y la batería (es casi como si fuera un problema de la marca, hm). Además, si el vídeo se acercaba a los 720p, el computador tenía problemas procesándolo. Pero era mi computador, y lo fue hasta el 2012, cuando mi madre me regaló el notebook, desde el cual les escribo, mi fiel Samsung, cuya única falla es que la antena de la wifi tiene problemas agarrando la señal del primer piso, y que la S y la W han andado con mañas las últimas dos semanas (y que no tiene tarjeta de vídeo, pero eso ya es pedir mucho).
De vuelta al relato, me dediqué a conectar el netbook al cablerío que originalmente mantenía a Frankenstein como un computador funcional. El Netbook pasó a ser bautizado como Frankenstein Junior, o Frankie Jr. para los amigos. Ahora, no sé en qué momento mi madre usó el netbook (posiblemente entre el desuso de Frankenstein Senior y la compra de su actual notebook), pero tenía unos 42GB de sus cosas en su interior, por lo cual tuve que esperar un par de horas de vaciado para poder formatearlo y dejarlo en funcionamiento...
Pero no tomé en cuenta un pequeño detalle: El netbook es XP porque, al intentar actualizarlo a Windows 7 en el pasado, los drivers no fueron compatibles con el windows y la pantalla quedó como un monstruo inutilizable (onda, la barra de tareas usando la mitad del escritorio, consistente en unos 3 o 4 iconos). Windows XP recibió su última actualización el año 2014. Por lo cual, actualmente, la mayoría de los navegadores de internet (aparte del explorer que venía incorporado) ya no son compatibles con Windows XP.
Es así que, tras varios intentos fallidos, no pude instalar Google Chrome. Ni Opera. Firefox no lo intenté, pero decía que no se podía. Instalé un par de navegadores indies, que parecían funcionar, pero ninguno está lo suficientemente actualizado para la internet de hoy en día. Facebook cargaba como la versión móvil, pero de los celulares viejos que no deberían tener internet. De los diarios, el Tata pudo ver 3, pero el 4to no consiguió cargarlo. Estuve un buen rato instalando y reinstalando el adobe flash player, pero no era compatible con los navegadores que había logrado instalar. Así que, en desesperación, intenté Firefox, temiendo que, al igual que Chrome, saltara la advertencia informándome que no era posible.
Pero esto no ocurrió. Firefox se instaló. El Adobe Flash Player se actualizó, y el Tata pudo leer el diario faltante. Y, pese a cargar extremadamente lento, Facebook ya no parece ser una ampliación de un teléfono del 2003, si no que se ve como debería. 
No obstante, todo esto me dejó pensando en que la tecnología, si bien para muchos parece haberse estancado después del boom informático inicial, sigue avanzando a pasos agigantados. Ya vamos en Windows 10, y no sé cuánto tiempo más podré mantener a mi notebook actual con Windows 7 sin empezar a tener los mismos problemas que Frankie Jr. está teniendo en el primer piso. Debería dedicarme a encontrar una alternativa para instalar Windows 7 al netbook, pero siento que será mucho esfuerzo en vano (en especial teniendo en cuenta que, de no funcionar, tendré que volver a batallar para que explorer reaccione y se conecte a internet, para poder bajar cualquier otro navegador que no sea explorer). Los teléfonos son un ejemplo mucho más claro, pero los computadores no dejan de serlo.
Descansa, Frankenstein Senior, y espero que los PDFs de bordado te mantengan cómodo.
(debo 2 posts más)
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panicoverbal · 9 years ago
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Motivada por la presión de la tesis (he de entregar el borrador final el jueves a las 9:30 de la mañana a mi profesora guía), hoy decidí quedarme en casa, escribiendo (no quiero más gráficos, pero al fin han terminado). Y pude ver al resto de mi familia hacer actividades de verano mientras me dedicaba a acelerar el proceso de deterioro de mis pobres dedos tipeadores. Vi a mi madre dedicar su día a lavar una lana de oveja que tiene hace ya no sé cuántos años (mínimo dos), luego la vi jugar carioca con mis primos en la mesa del patio toda la tarde (uno de mis vicios favoritos, pero no, tesis), a mi tata disfrutar de la bendición del ventilador (siestando o televiseando o aprendiendo a mandar stickers vía feisbuk). También vi a la abuela ir a juntarse con su grupo de amigas jubiladas, pero eso es algo que hace todo el año. A la hora de once, me di una pausa, hice huevos revueltos y comimos todos en el patio, la partida de carioca pausada, el ventilador esperando. Mi tía llegó a tiempo a los (pocos) huevos que quedaban, y, al pedirle ayuda con uno de mis cactus, la vi dedicar el resto de la tarde a ordenar sus propios cactus y jardín (lo cual es una actividad totalmente veraniega, y divertida de ver, puesto que ella aún sigue en período de trabajo-no-vacaciones). Y en este rato (la partida de carioca ya terminada, mi primo chico como ganador, mi tía ya retirada a sus aposentos, el tata viendo la novela), he visto a mi madre continuar el lavado de su lana (Billie siguiéndola de un lado a otro), a mis primos ir y volver de comprar un par de veces ya (la primera vez buscando dados, la segunda vez helado), a la abuela volver (pasó donde una amiga), y a Billie ir de un lado a otro, aún a la espera de mi madre para acostarse. Un día normal de verano.
No para mí, claro. Pero pasé de necesitar 22 páginas a necesitar 13 en sólo unas cuantas horas de trabajo, veamos cómo continúa la noche. Y llevo desde ayer escuchando música clásica, algo bastante agradable.
(Y sí, aún debo un post de la semana pasada, además de los dos de esta)
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panicoverbal · 9 years ago
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Ayer (bueno, anteayer, pero aún no duerme, así que ayer), la sinfónica de la UdeC dedicó una de sus jornadas de la escuela de verano a tocar música de películas de John Williams. Un deleite a los oídos, el foro lleno de gente de todas las edades (e insectos de todos los tipos, pero qué se le va a hacer a un espectáculo al aire libre), y muchísimos temas de Star Wars (incluyendo un homenaje a Carrie Fisher que nos dejó a todos bastante mal). Entre estos temas, estaba Duel of fates, canción de la Amenaza Fantasma, muy buena, que nos tuvo con la Ale lamentádonos un poco de la ausencia del coro en esta ocasión, pero, de todas formas, maravillosa presentación. Incluso la Negu, que no es muy fanática de la saga, terminó con ganas de verlas nuevamente.
Así que ahora me encuentro ejerciendo toda mi fuerza de voluntad para no poner Una nueva esperanza en netflix, puesto que hay una tesis que terminar, y no importa que tenga ganas de verla desde Rogue One, he de ser fuerte.
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panicoverbal · 9 years ago
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Era una noche chiguayantina de verano como cualquiera, las estrellas sobre nosotras, el viento golpeando nuestros rostros. Delante mío, por varios metros, pedaleaba la pelirrosa. Al verla ahí, pasando frente a un grupo de testigos de jehová que salían de cómo-se-llamase su versión de reunión religiosa, me pregunté si seríamos motivo de historias de las personas que nos veían pasar, intentando hacer carreras por la discreta pendiente que tenía nuestras piernas más que cansadas. No importaba realmente. Sentía como si lo fuéramos, como si la libertad que sentíamos en aquel instante fuese tan fuerte que cualquier testigo de nuestra hazaña nocturna sintiera el impulso de crearle un contexto a nuestro andar. Y si bien me encontraba bañada en sudor, con las piernas adoloridas, y muy arrepentida de haberme abrigado, pude entender las películas de chico-conoce-a-chica, donde la transición son dichos protagonistas pedaleando en equis lugar, con música de fondo y filtros bonitos. Citando a Joel Barish, "I'm just exactly where I want to be".
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panicoverbal · 9 years ago
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Sobre notebook y kilos
No estoy segura de la fecha, pero pronto he de hacer entrega del borrador oficial de la tesis. Así que he de llevar el PC a la U a trabajar, porque no confío en que tengan un note a la hora que llegue a la biblioteca. Así que he de cargar este amado monstruo en mi espalda durante lo largo del día, y pucha que pesa. Ayura.
(Y sí, debo dos posts de la semana pasada, este es uno, y rápidito no más, pero prometo un texto de verdad después, si es que alguien aún lee esto)
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panicoverbal · 9 years ago
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Sobre ascos infantiles
(Aún no duermo así que aún es domingo así que aún vale como segundo post de la semana)
Ayer, sábado, me encontraba en casa de la Negu,y nos vimos en la posición de hacer almuerzo. Ella hizo los tallarines, y descubrimos que quedaba carne en el freezer. A la Negu le daba asco trabajarla, por lo cual procedí, sin problemas, puesto que no era mi primera vez cocinando con carne, y sabía que no sería la última. Así que un sofrito, una salsa de tomate y un paquete de tallarines después, tuvimos un rico almuerzo.
Así fue como hoy me encontré haciendo el almuerzo para mañana. Un arroz, choclo y la abuela había dejado una bolsa con pollo, así que saqué la tabla de cortar y un cuchillo gigante y tuve un flashback de infancia, de ver a la abuela hacer lo mismo y decidir que manipular la carne era demasiado asqueroso y moriría por falta de proteína en mi adultez, puesto que me daría asquito prepararlo. Y resulta que no es así, y de hecho terminé por hacer un pollo en cubitos al agua (sin aceite, para que la nutri esté orgullosa), con salsa de soya, un cuarto de caldo de verduras naturezza (porque bueno, nutri, no soy perfecta) y quedó bien rico. Así que viva el superar los potenciales miedos de la infancia para poder cocinar!
((Aunque esto no signifique el fin de mi guerra con el hediondo queso que mi madre insiste en guardar en el mueble donde guardamos todos los cuencos que uso para el yogurth))
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panicoverbal · 9 years ago
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Trotecito.
Éste domingo, necesitada de incubadoras y pokebolas, y aún sintiéndome un tanto atacada tras el nuevo capítulo de Sherlock (spoiler alert: it hurt), decidí que era hora de, tardíamente, cumplir con uno de las resoluciones del 2016. Me refiero, específicamente, a la resolución de trotar. 
Desgraciadamente, nunca he sido buena para trotar. En el pasado, bastaba un leve trote en educación física para ponerme amarilla, transpirar un montón, y sentir que mis pulmones olvidaban cómo ser pulmones. En la actualidad, soy capaz de correr a la micro sin problemas, y un poco más. Así que, pensando que mi condición física había estado peor en circunstancias anteriores, me decidí a ponerme las calzas y trotar el kilómetro que me separa de las pokeparadas de Chiguayante. 
Resultados: Comencé a trotar a una cuadra de la casa (aunque en Chiguayante la medida de una cuadra es bastante ambigua, en este sector tienden a equivaler a unas tres cuadras normales), y logré mantener el ritmo.... Por una cuadra. Luego el aire comenzó a faltar, coincidiendo con la aparición de un charmander (el otro propósito del trote era conseguir eclosionar unos huevos del pokemon go, por lo cual iba andando), por lo que me detuve y caminé durante esa cuadra. Llegando a la siguiente esquina, troté nuevamente, el cansancio llegando mucho más rápido que la vez anterior. Me detuve en la esquina siguiente, exhausta, por lo cual continué caminando.
Eventualmente, llegué a las pokeparadas, divididas en unas cinco cuadras hacia el interior de Los Altos de Chiguayante. Así que, con paciencia y lentitud, me dediqué a tomarlas todas, caminando. Ya de vuelta al sector de la primera pokeparada, tomé aire y comencé, de nuevo, esta vez decidida a llegar trotando a la casa. Nuevamente, tuve que pausar al llegar a la esquina, pero esta vez me obligué a continuar cuadra por medio, con la app de trote en funcionamiento. No fue una sensación agradable, pero, al menos, logré llegar a la casa (y abrir tres huevos del pokemon, aunque ningún togepi como esperaba), y aparentemente, quemar 91 calorías en 8 minutos, lo cual no corresponde a muchas calorías, pero para la cantidad de tiempo y dedicación, no me quejo.
Así, cumplí finalmente una más de las resoluciones del 2016, quedando libre para empezar con las del 2017
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panicoverbal · 9 years ago
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RESOLUCIONES REALIZABLES, 2017:
Veamos las resoluciones de este año, que espero sean aún más realizables que las planteadas para el 2016
Escribir una entrada en este blog al menos dos veces por semana (mucho más realizable que todos los días primos, y bastante más flexible)
Ver una película nueva cada dos semanas (dando más tiempo que todas las semanas)
Leer 4 libros nuevos (pocos, pero seguros)
Mantener la constancia del hacer ejercicio
Ir de vacaciones
Terminar la tesis y sacar el título de antropóloga
Conseguir un trabajo (ojalá en algo que use dicho título)
Ordenar la pieza bien
Bajar los kilos que la nutri pidió (y ojalá conseguir con esto que la tiroides se comporte)
 Aprender más violín, quizás pagar un curso más intensivo
Continuar con el francés en duolingo
 Aprender algo nuevo~ 
Terminar los juegos empezados
Ordenar mi pc
Tocar todos los instrumentos al menos una vez a la semana
Espero que este año logre cumplir la mayoría. Estoy segura que se me olvidaron algunas, pero, de ser así, las agregaré en su momento.
Que tengan buen año, y que sea mejor que todos los anteriores!
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