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¡Las cosas del Pato cumple 10 años hoy!
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22 DE AGOSTO DE 1972
-La fecha de un día iniciático-
“La adolescencia representa una conmoción emocional interna, una lucha entre el deseo humano eterno a aferrarse al pasado y el igualmente poderoso deseo de seguir adelante con el futuro.”-Louise J. Kaplan-¿Cómo era esa mañana cuando llegó la noticia?¿Habíamos pasado la noche en lo del flaco con el pretexto de estudiar, tomando caña paraguaya y escuchando discos como lo hacíamos siempre, o estuvimos en lo del gordo, pendientes de Rolando Rivas como casi todos en el pueblo? ¿Hacía mucho frío o la neblina empañaba el paisaje de la costa en ese día?¿Es posible recordar después de tantos años detalles secundarios que recubren el carozo de esa fruta que vendríamos a comer hasta saciarnos con el dolor?Helvecia queda lejos y nosotros estábamos lejos, muy lejos del lugar donde el crimen entraba en la madrugada patagónica y atravesaba el territorio de esta república azotada una y otra vez, volviendo chico el mapa que nos acercaba a la vecindad con la muerte.Ser joven, por aquellos días, indudablemente era como lo es ahora, como lo ha sido siempre: un modo de cargar con las frustraciones y los peligros de una sociedad que no acierta a ser más justa, más humana. Era natural, entonces, que se eche mano de las causas más próximas para canalizar ese flujo de impotencia y rebeldía que se incubaba como algo incontenible. Y allí estaban las organizaciones revolucionarias hablando desde y hacia el corazón de las causas del pueblo. La violencia institucional que sistemáticamente venía ejerciéndose, vía golpes de Estado con la complicidad de una sociedad civil reaccionaria y cipaya, tenía una respuesta política desde esas organizaciones que se disponían a luchar hasta vencer o morir por una Argentina liberada.Ahora estoy lejos de aquella adolescencia cuando Trelew me abría las puertas a un país desconocido y así recibirme para conjugar el dolor con la esperanza, la vida con toda la sangre, esa que despuntaba como un rayo que te asesinaba o iluminaba para siempre o hasta siempre.Justo allí, al centro de mis 16 años con el corazón endeble aprendiendo a resistir; justo allí Ana María, María Angélica y María Antonia; justo allí los dos Humberto; los dos Carlos; justo allí Clarisa, Miguel Ángel y Susana; justo allí Mariano, Pedro y Eduardo; Jorge, José y Alberto; justo allí Ricardo, Mario y Alfredo como esquirlas en el cuerpo joven, como faro en el tránsito de crecer y comprometerme hasta el final de sus causas.A esa edad me era imposible imaginar lo que vendría, qué proyecto estaría en condiciones de abrazar hasta las últimas consecuencias, pero los criminales y sus cómplices, ese 22 de agosto, me empujaron a tomar partido por una lucha que no parece tener fin.Soy hijo de ese rayo que en medio de su luz no acertaron a matar, el Prometeo que robó el fuego de los fusilados y emprendió un viaje sin retorno.¡Compañeros fusilados el 22 de agosto de1972 en la Base Almirante Zar de Trelew: PRESENTES, AHORA Y SIEMPRE !!!
22 de agosto 2018
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DESDE TRELEW A ESTOS DÍAS “Vendrá la muerte y tendrá tus ojos” -Cesare Pavese- Cuando vino la muerte despertó uno a uno a los que hasta entonces dormían, y uno a uno se levantaron en pleno invierno para cumplir sus tareas. Antes que amanezca, las calles de mi país ardieron. Y el fuego era agitado por los compañeros dolidos. No eran tiempos de arrojarse cenizas en la cabeza, pero el aire olía a pólvora. En ese estado de cosas nadie tuvo miedo. Los asesinos no supieron, no podían saber, que a cada muerto lo volvieron un grito en el corazón de los dolientes; campanas que sonaban en la tarea de todos y cada uno para alimentar el fuego. Entonces dije, y vos y aquel dijeron, madre debo irme, tengo los brazos y el espíritu muy fuertes, ni vos ni nadie llorará mi ausencia. Ni vos ni nadie lloró la ausencia hasta que esta se hizo real, y no había tiempo que perder llorando ni resignarse o sentir el agobio de esos días, cuando la muerte vino más atronadora que nunca. Todavía estamos contando las pérdidas, levantando los huesos dispersos, dando nombre a cada uno de ellos, despertando de nuevo, porque mis brazos y los tuyos no alcanzaron, y la tarea de sembrar quedó sin agua porque la noche fue muy larga. Cada uno de nosotros con los ojos de la muerte volviendo a empezar de nuevo, caminando las mismas calles ya avanzada la mañana con la confianza de saber que todavía se puede; que la vida vencerá a la muerte.
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UN CERO A LA IZQUIERDA

Allí están, puede vérselos dos pasos adelante de sus fantasmas. Descubrieron que el miedo se exorciza un segundo después de saberse dominado por el mismo. Lo empujan fuera del cuerpo con el ánimo feroz de un desposeído, igual que un matemático o un físico ignorante de toda compasión. Se excluyen, entonces, del modo en que humanizamos el trato con los pares. Desde su propia iniciativa se vuelven un cero a la izquierda en el núcleo donde ejercen su propia existencia. Se miran desde allí como quien mira o cuenta el ganado que ha de vender para ser llevado al matadero.
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ALAS VELA -En memoria de los 30.000 desaparecidos-

Arriba el cielo, ese incierto lugar de maravillas al que la utopía nunca puso como objeto del deseo, pero donde están los que pelearon por ella Abajo el agua, purificando el cuerpo de todos y cada uno de los que besaron el rostro de la lucha, y en el centro, en ese punto que vuelve equidistante la utopía con la lucha, la memoria. La memoria como un motor alimentando los reclamos para que la justicia sea. La memoria surcando el río, el mar, a su ras, una red que se arroja para recoger nombres, lámparas encendidas en la corriente, en una barca que hubo de echarse con la tenacidad del amor para no olvidar que siempre está la vida, y las semillas arrojadas al cause donde ahora se esparcen flores.
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DÍAS DEL VIRUS

Me cuesta comprender muchas cosas, casi todas científicas. Me abruman las cifras, las estadísticas, todo aquello que apunta a la exactitud o su proximidad, aunque también me cuesta comprender ciertas cosas de orden más humano, cotidianas podría decirse. Cosas que hablan del amor, ese modo de entendimiento natural entre los vivos o el odio que siempre se ejerce con mayor facilidad. Unos cuantos médicos y enfermeras, hombres y mujeres formados entre la exactitud y lo más profundo de lo humano, están proscritos de los afectos familiares. Cada uno, donde pudo y como pudo, hubo de dar con sus huesos lejos de los suyos. Algunos vecinos de sus nuevas residencias no los quieren allí, hacen campaña pidiendo se retiren, apelan al peligro de que el virus venga con ellos. Algunos vecinos y su profunda idiotez criminal entran en esa escala de lo incomprensible En estos días de obligada reclusión, abrevo en las palabras, me nutro de sus extrañezas o el sentido polisémico de las mismas. Alguien a mi lado, tiene la sabiduría de las cosas pequeñitas, de las cosas grandes. Me ayuda con lo que no entiendo o simplemente me abraza como una señal de imposibilidad, de impotencia colectiva.
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TABULA RASA

No bastará con sacarse la ropa, raparse la cabeza, y bañarse tantas veces como sea necesario con jabón Espadol. La infección, lo saben bien, está tan adentro como adentro puede estar lo que jamás encontrarán, en esos intersticios que le corrompieron el espíritu. Irán, entonces, contra el flujo institucional que los corrompió. Nada -se lo han propuesto- deberá quedar en píe. Ahora es el tiempo del que nadie les había hablado. El momento en que madurar se parece al verbo reaccionar. Harán tabula rasa, y dejarán voces chillando sobre el paisaje. -Pato Torne- Imagen: Muntjoy
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CUARENTENA MON AMOUR.

La extensión de la cuarentena con algunas particularidades o “permitidos”, según la provincia, la zona, la intendencia, ha generado un griterío propio de los histéricos que siempre están trabajando para la derecha, para los poderosos y, obviamente, la gilada que no deja pasar una oportunidad de exponer su condición de suicida al servicio de los dueños de la economía, la fama, y todo eso que los encandila.Con la intensión de cuidar mi salud mental, trato de no ver informativos o programas políticos en televisión. Pero en la mañana me informo. Los diarios, por más despreciables que sean, son más soportables que los programas de TV donde se tratan los mismos temas. Hoy en el portal de Yahoo están las palabras de alguien al que nunca vi en TV, pero últimamente se lo nombra bastante, y ya puedo calificar de infame, el periodista Jonatan Viale (¿es hijo de Mauro? si es así, todo se explica), entre otras cosas dice: "¿Por qué es el momento, ahora, de habilitar algo, aunque sea un gesto, recreativo, algunos comercios, algunas industrias? Primero, porque el hartazgo es generalizado. El estrés psicoafectivo que produce el encierro es total. Cualquiera tiene un amigo o un familiar que está a punto de explotar, psicológicamente. Segundo, porque la curva de contagios está relativamente controlada en relación a otros países. Tercero, porque hay miedo a situaciones sociales complicadas: despidos, suspensiones, que ya están ocurriendo. Recortes salariales y otras cosas más que prefiero no decir". Típico de los que hacen enunciados en nombre de los demás, pero, en realidad, hablan desde sus propios intereses que no son otros que esos que le cargan los bolsillos en forma de auspiciantes, que son los poderosos y que, en definitiva, están en contra del gobierno de Fernández por todo lo que implica su representatividad. Finaliza Viale: "Uno en política puede perder autoridad, porque hace macanas, porque gestiona mal, porque comete errores, pero en el marco de esta pandemia es muy jodido perder autoridad, eh. No entender cómo funciona la cabeza de la gente hoy es suicida. Por eso, los políticos deben ir acompañando el humor social. No, ponerse a la defensiva y decir 'gente mala'. No. Hoy todas las encuestas resumen el humor social con las mismas palabras: agotamiento, desesperación, cansancio, angustia, miedo, incertidumbre, hastío, aburrimiento", y le falta señalar la más importante para él y el sector que representa: menos ganancias para los explotadores.La poeta Claudia Masin, dice en el encabezado de un post que hizo en facebook: “Viendo el crecimiento acelerado de los números de contagios a nivel país de la última semana (particularmente en Caba y Chaco y en menor medida Provincia de Buenos Aires) resulta incomprensible la relajación de la cuarentena. Se entiende en el resto del país, pero no en estos distritos. La impresión si revisamos los números es que el tan mentado pico se está empezando a producir. Pero en Chaco se habilitan, por ejemplo, las misas, y en Caba abren negocios suntuarios como joyerías. No estaría entendiendo la lógica de lo que se está haciendo. O más bien, la entiendo basada en las explicaciones de Alberto en la última cadena nacional, pero me parece que los números puros están diciendo que algo de esta decisión es, por decir lo menos, temerario”Está más que claro que, por ahora, la única vacuna que existe contra el corona virus es la cuarentena, el no salir de tu casa nada más que por lo estrictamente necesario. Los argentinos somos propensos a mirar el mundo desarrollado y ponerlo como ejemplo ante nuestras imposibilidades. Porqué, entonces, no miran, no hablan, no analizan, la mortandad norteamericana, la inglesa o cotejan sus análisis con el efecto Bolsonaro y los miles de muertos en Brasil. Hablan de Suecia o de otros países nórdicos y los comparan con nosotros, obvian que esas sociedades, por el invierno extendido, por sus historias, por fenómenos culturales, y muchos etc. no pueden compararse con nuestras tradiciones donde, si no nos amuchamos, creemos que estamos muertos, donde cualquier excusa es buena para juntarse y celebrar, al contrario de esas comunidades que prefieren la intimidad de la familia, que no son afectos a los amontonamientos, y que son sociedades propensas a respetar lo que se determina desde el poder político, algo muy difícil de afirmar de nuestro comportamiento como sociedad.“Fernández se enamoró de la cuarentena”, dicen desde la oposición, y eso me gusta, porque quiere decir que se enamoró de la vida de todos nosotros, incluso la de los hijos de puta y los giles que patean en contra. Ah, por las dudas: yo y los míos también estamos cansados; tenemos necesidades que la cuarentena nos impide; tenemos niños con ganas de plazas, grandes con ganas de peñas, y todos con ganas de que esto termine. Que quede claro.Si, ya estamos en un desastre económico, y después de la pandemia será peor. ¿Pero servirá de algo apuntar a mejorar la economía a costa de nuestras vidas? No jodamos, che, yo estuve dispuesto a ofrendar mi vida, claro que sí, pero por algo muy distinto a lo que implica la economía capitalista. Ahora prefiero seguir vivo. Y si ahondás un poquito, los boludos también.
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UN MODO DE APRENDER

Edvard Munch sale de su casa
lo empuja el cansancio y lo atrae
eso que abruma. Él sabe
que no se anda a la deriva
se anda ciego
por las fulguraciones que irradian las cosas.
Hay que salir y acostumbrarse
a esa intensidad con las mismas reservas
que lo hacemos cuando de la oscuridad
pasamos a los rayos del sol
y empezamos a distinguir:
esto es trigo esto maleza
esto es pan esto es mendrugo
esto es ternura
y esto es resentimiento.
Sabe bien que eso que atardece
no es merma es luz que huye hacia otra parte
entonces dice “me daba miedo
mi propia sombra a la luz de la luna”
Un modo de aprender
donde hay quienes se enfrentan
avanzando ante esa lumbre
cegadora de las cosas
(igualitos que polillas atraídas por la lámpara)
y hay quienes vuelven a la oscuridad
más ciegos que nunca
sintiendo que allí nada ha de pasarles.
Él sabe de seguro que alguno
sucumbe en la batalla por sostener
los frutos del aprendizaje
con una valentía
propia de los que fueron más allá de lo posible.
Entonces grita y se toma la cabeza
porque siente que no hay retorno
de ese paisaje áspero y sinuoso.
otros morirán en la primera oscuridad
sin siquiera saber que había frutos.
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LA POLÍTICA DE LAS COSAS

La enfermedad distaba mucho de ser una enfermedad de los pobres, hasta que la volvieron así.El virus llegó en avión, pero ahora, a la villa, entró a la rastra, como entran las cosas a esos lugares.
La muerte está en todos lados, pero donde más cómodamente se mueve es en la pobreza.Hoy murió la mujer esa de la que venían hablando. La villa estaba sin agua hace semanas y ella lo estuvo denunciando en todos lados. La muerte se siente libre en el pobrerío, se siente cómoda, a sus anchas. Ser solidarios, limpios, nobles o asesinos no es algo que le guste contemplar ni a la muerte ni a los responsables políticos. Los ricos siempre encuentran una manera de alejarla, aunque ella venga con ellos. Vos dirás que al fin y al cabo todos morimos, pero no es lo mismo. Hoy murió esa mujer y sus hijos también van a morir. Pero una cosa es morir de un modo y otra cosa es morir de otro.
Todos vamos a morir, aunque yo creía que con el virus serían otros los primeros, no los pobres. Ahora murió esta mujer y un hombre y otra mujer y otro y así, con la facilidad que tienen de morirse los pobres, a los que sacan de la villa, a la rastra, como se entra. Con el virus, la muerte no es tan democrática como decían, pero uno tenía esa esperanza. La muerte al fin y al cabo se queda con los pobres aunque la traigan los ricos. Todo es ver como anochece por las hendijas de la miseria
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TODO DEPENDE DEL CRISTAL CON QUE SE MIRA

Una periodista colombiana, nacionalizada venezolana, viviendo en Estados Unidos, ante la pandemia, predijo el caos y miles de muertos en su patria tan querida; lo peor, y mucho más, era de esperarse debido a la destrucción del sistema de salud en su añorada Venezuela.
No recuerdo el nombre de esa mujer, cuyo oficio es opinar con verdades que suelen ser un bumerang; una periodista que huyó hacia el norte para salvarse de las miserias caribeñas, las tristes sabanas con sus pobres llaneros y todo lo que ensombrece el corazón de los que quieren ser libres.
Ella siempre supo que había un mundo mejor, y desde él predijo el triste destino de sus compatriotas.
Una periodista venezolana ha muerto. Su muerte está entre los miles de muertos norteamericanos y anónimos por una enfermedad que en la tierra de la que huyó, está contenida por políticas de un gobierno al que ella vio como la misma peste.
-La ilustración es de Gino Boccaile (1901 - 1952) -
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EL CRUCERO

Por estos días, hay un barco a la deriva que se ve desde todos lados. No importa si el mar está en calma o hay tormenta. No hay un puerto a la vista, no hay un puerto, eso no.
Sus tripulantes y pasajeros estuvieron bailando, tomando sol en la cubierta, bebían la alegría de unas vacaciones esperadas, y nada valía más que esa alegría que sentían merecida. Ahora, esa tripulación se asocia al eterno retorno: a cada golpe de olas la proa inicia el mismo viaje, abre un surco hacia un puerto que no ha de hallar. Puede pensarse en una película de terror, puede pensarse en algo absurdo y todo será perfectamente razonable.
Los radares, los anuncios de tormentas, nada, nadie. No hay una señal que indique un espigón, ese lugar donde echar amarras.
Al principio de la travesía, todo era música, luces estroboscópicas acompañando el delirio. Ahora es una penumbra rota por luces rojas que acompañan una sirena sonando como quien pide piedad.
En qué parte del mundo estamos?
En qué lugar donde las aguas de ese mar son infinitas y eternas?
Sin puertos no hay cantinas, marineros, mujeres dispuestas, música y humo que animen la noche. No hay historias para contar, no hay cuentas, ni ese palabrerío con que se tejen las leyendas de amores puros o promiscuos, qué más da.
Pero, qué países vueltos iceberg son estos que rodean este mar?
No todo es el virus. Por estos días la miseria humana hace aguas, y la gran mayoría está ahogándose irremediablemente.
Donde hubo puertos, ahora hay una muerte selectiva vestida de amor al miedo.-
-La fotografía es de Melle white-
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EL SEÑOR DE LAS MOSCAS

"Era bastante mayor, doce años y unos pocos meses, para haber perdido el vientre de la infancia, y no lo suficiente para que lo alcanzara la torpeza de la adolescencia"
-William Golding-
Ahora que conocían
el tamaño de su propio demonio
acostumbrándose al infierno
no iban a desperdiciar el tiempo
creyendo en la utopía,
esa carnada encantadora
de la que hablaron sus padres
y siempre los condujo a la derrota.
A vencer o morir, se dijeron al unísono,
y cada quien con cada cual
buscó la alianza que pudiera
cubrirles las espaldas.
Tanto mar alrededor,
no les permitía creer
que había otra forma de salvarse.
Todos supieron que la inocencia
era el ticket de entrada
a la misma muerte.
Nadie imaginó, además,
de lo que eran capaces,
esos que el mundo contemplaba
como pequeñas criaturas.
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VIENDO LAS NOTICIAS
Allí, en ese territorio parecido a un bunker, hace unos años entraron con la furia de la venganza y ya nada fue como hasta entonces.
En la rigurosidad y el control por detectar enemigos, se les va la vida. La guerra, como una costumbre que se les ha hecho carne, les facilita todos los caminos.
La peste no tiene sed de venganza, ni es violenta, sólo hace lo que está en su naturaleza.
No haberla visto en su dimensión les está costando más vidas que la misma guerra.
-la ilustración pertenece a Fernando Florit-

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ITALIA U OTRO LUGAR DEL MUNDO.
Los viejos moribundos piden como ultima gracia despedirse de sus seres queridos. No ver a sus nietos, sus hijos, es más doloroso que el virus que los mata, dice una enfermera que no ha de secar sus lágrimas.
Yo no sé como es el miedo, pero últimamente recuerdo la voz de mi padre, la tenacidad de sus sentencias igual que una amenaza. No he tenido hijos, pero quisiera despedirme con tranquilidad, con algo de tiempo para ordenar los estantes, esos lugares donde dejamos cosas que habrán de delatarnos. La gente hace historias con lo último que encuentra y no quiero que se hable de mí como alguien que faltó al orden.
He sacado de sus cajas las piedras que alguna vez me regaló el mar, las he dispuesto sobre la mesa según sus tonalidades. En tiempos de escasez es bueno recordar los días en que el sol nos acariciaba.Las paredes emiten un ruido de vidrios que se quiebran, aunque el aire está quieto como nunca lo estuvo al comienzo de una estación.Hoy estuvo de visitas el cura, pero yo me negué a sus bendiciones como tampoco le pregunté por mis amigos. Hasta ahora el demonio es el único que ha dado pruebas fehacientes de un poder incuestionable.
Por la ventana veo la calle desolada e internamente celebro ser parte de este relato que ya dejó de ser ciencia ficción.Ahora llama la sed, igual que un síntoma o una señal que habla de la fragilidad que me habita.
El pronóstico anuncia días hermosos.

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