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Si los Hijos Vinieran con Manual ...
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El objetivo de este blog, es enriquecer a todas las mujeres que han iniciado la travesía de convertirse en madres. A través de mis experiencias personales y profesionales les daré a conocer algunos aspectos importantes de este proceso y cómo podrán sobrellevar algunas situaciones difíciles que irán apareciendo por el camino. Psicóloga y Pedagoga de Preescolar con once años de experiencia
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El Embarazo - La Noticia
Después de realizarme la tercera inseminación artificial, no me quedó más remedio, que esperar quince largos días a la prueba de embarazo.
Algo realmente alarmante para mí, fue que a los pocos días de llevar a cabo el tratamiento, comencé a sentir un cólico suave y manche, inmediatamente pensé que hasta ahí había llegado mi esperanza de estar embarazada. Mi pareja había llegado de viaje y lo recibí ansiosamente con la noticia, que la inseminación había fallado de nuevo, recuerdo haberme sentido un poco melancólica, pero decidí tratar de no darle mucha importancia y seguir con mi rutina, obviamente esperando que en los próximos días iba a llegar mi periodo.
Pasó una semana y comencé a pensar que era un poco extraño haber manchado sólo un día y en el fondo de mi mente, se sembró la duda. Decidí hacerme una prueba de embarazo casera tarde en la noche (tenía miles guardadas en el closet, así que no me tocó salir corriendo a la tienda como creo les debe haber pasado a las demás) sin respetar la regla que debía hacerse con la primera orina de la mañana.
Al efectuarme la prueba, decía que debía esperar cinco minutos, sin embargo como ya me había hecho tantas, sabía que el resultado aparecía casi inmediatamente; cuando vi que apareció sólo una ralla, deje la prueba sobre el lavamanos y le dije a mi pareja que era negativo. Al cabo de los minutos mi esposo entró al baño y me dijo ¡creo ver una raya muy clarita en la prueba! Y oh sorpresa que así era, había una raya muy clarita al lado de una raya bien oscura, los dos nos quedamos mudos de emoción, traté de contener mi alegría y le dije que era mejorar esperar a efectuarme la prueba en la mañana; cómo sería la ansiedad que a las 2:00 a.m. decidí volver a intentarlo y el resultado fue el mismo una ralla clarita. Esa noche no pegue los ojos.
A la mañana siguiente llamé al médico y me dijeron que debía acercarme a la clínica, para tomarme una muestra de sangre y así poder estar seguros del resultado. La verdad yo no quería ir, sabía que de ser negativo por tercera vez, seguramente me iba a poner a llorar frente al doctor, lo cual no quería que sucediera, no sé porque me molestaba la idea de llorar y sentirme expuesta; en la clínica siempre percibí que las enfermeras comentaban entre ellas los casos y esto me hacía sentir bastante incómoda. Sin embargo en la mañana fui a sacarme una muestra de sangre y me dijeron que a medio día el doctor me llamaba para darme la respuesta.
Estaba en mi lugar de trabajo muy ocupada corriendo de un lado al otro, llamó el doctor y me dijo ¡felicitaciones! No lo podía creer me quede muda. Cuando uno ha pasado por este tipo de tratamientos la mirada siempre tiende a ser más negativa que positiva o por lo menos en mi caso fue así y cuando recibí la noticia de verdad que no lo podía creer, fue muy emocionante.
Llamé a mi pareja inmediatamente a contarle y se puso absolutamente feliz, ambos acordamos no contarle a nadie hasta que el embarazo estuviera más adelantado y fue así como el 23 de diciembre le dimos la noticia a los abuelos.
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Lo que nadie te dice cuando vas a hacerte una inseminación artificial
Si estas contemplando la idea de llevar a cabo un tratamiento de fertilidad, asegúrate que estés en un peso adecuado, ya que si tienes sobre peso, es más difícil quedar embarazada y posiblemente vas a ganar muchos kilos de más, exponiéndote a una diabetes gestacional.
Si eres fumadora, déjalo con seis meses de anterioridad como mínimo, ya que la abstinencia del cigarrillo es muy dura de sobrellevar y en mi experiencia después de un año, vuelves a sentirte como tú misma.  Te darás cuenta que cuando lo dejas, vas a comenzar a ganar peso (más o menos un kilo por mes) y si estas pensando en quedar embarazada, esos kilos de más son un problema, además que emocionalmente es muy exigente hacer las dos cosas al tiempo.
Asegúrate que tú y tú pareja están convencidos de esta decisión, porque créanme que por más amor y estabilidad que exista entre ustedes, ésta es una prueba dura y puede poner en riesgo la relación, si no aprenden a manejar los altibajos emocionales asociados al tratamiento.
Si eres el hombre de la relación, entiende que ella va a recibir una carga hormonal muy fuerte, lo que posiblemente causará un cambio emocional; puede que para ti las cosas que la entristecen o ponen de mal humor, no sean relevantes, pero ten paciencia, piensa que es algo que no depende de ella, es su cuerpo reaccionando frente a los medicamentos.
Si eres la mujer de la relación, entiende que tu pareja jamás va a comprender exactamente cómo te sientes o va a reaccionar como tu esperas que lo haga, así que, cuando estés en un pésimo humor o te sientas muy triste, antes de declarar la batalla, preguntante si realmente el problema es él o es el cómo te estás sintiendo con la situación. No desgasten el amor en tonterías, tarde o temprano los roces diarios van dejando huella en la relación.
Cuando tomen la decisión de iniciar el tratamiento, tengan en cuenta que es probable que necesiten varias inseminaciones, así que planéenlas financieramente lo mejor que puedan, para que no tengan que interrumpir el tratamiento mientras que buscan como pagar las siguientes. Sin embargo, si las tensiones entre tú y tu pareja han aumentado sustancialmente y emocionalmente te sientes rendida, tómate un descanso.
El hacer pública o no la decisión de realizar un tratamiento de fertilidad depende de ti, en mi caso yo la compartí con personas muy cercanas y no hubo una influencia positiva ni negativa en el proceso. Tú conoces a tu familia mejor que nadie, así puedes saber si es buena idea discutirlo con ellos.
Trata de tener sentido del humor e intenta ser positiva, no dejes que la ansiedad ni el deseo de ser mamá nuble tus días obsesionándote con tonterías; éste puede ser un camino largo, el cómo lo vivas depende mucho del tipo de persona que decidas ser en este proceso.
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Inseminación Artificial - Cómo lo ve ella
Para mí la experiencia de la inseminación artificial fue un poco distinta, en mi caso, las ecografías transvaginales se volvieron el pan de cada día, en un principio fue incómodo, pero con el tiempo realmente me acostumbré al proceso y aprendí a relajarme.
Antes de comenzar el tratamiento, los médicos me solicitaron que avisara cuando había iniciado mi periodo menstrual y a partir de ese momento, comenzaron a monitorearme con las ecografías.  Me entregaron una droga que debía inyectarme en el estomago yo misma, obviamente recibiendo el entrenamiento previo de las enfermeras de la clínica. En este punto quisiera aclarar que confieso tener un gran temor a las agujas y pensé que era imposible que yo misma lograra enterrarme una aguja en el estomago, pero pude hacerlo; eso si la primera vez lo hice mal y la enfermera casi me mata, porque esa droga es sumamente costoso y sin querer desperdicie parte de ella. Pero con el tiempo cogí practica, en la medida en que me di cuenta que no era doloroso, sólo impresionante.
Algo para lo que no estaba preparada, fueron los altibajos emocionales que tuve durante el tratamiento y no por la anticipación y el estrés de querer quedar en embarazo, sino por los cambios hormonales tan intensos. Recuerdo con horror como pasaba de la alegría al llanto en segundos y con frecuencia experimentaba gran irritación hacia las personas que me rodeaban,  me costaba mucho trabajo funcionar de manera balanceada tanto en casa como en el trabajo.  
Fueron tres inseminaciones las que me realice y a la segunda casi renuncio. Ya habíamos discutido con mi pareja que no íbamos a seguir intentando, por los costos emocionales que estaba generando en mí, me sentía ansiosa, deprimida y cansada. El doctor nos dijo que era mejor descansar un tiempo. Sin embargo mi pareja me insistió y ánimo a que le diéramos la última oportunidad y efectivamente, a la tercera fue la vencida.
En retrospectiva no me arrepiento ni un segundo de haberme sometido a este tipo de tratamiento ya que gracias a él, pude ser mamá de dos hermosas niñas, sin embargo hay algunas cosas que si quisiera sugerirles que tengan en cuenta.  Pueden leer, todo acerca de ello, en mi siguiente blog.
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Inseminación Artificial - Cómo lo ve él
Para quien ha iniciado un proceso de inseminación artificial, sabe que no es nada fácil, el primer aspecto que lo hace un reto, es el tema de los costos, no sólo económicos sino emocionales también.
Cuando mi pareja y yo iniciamos este proceso, lo hicimos con la firme convicción, por lo menos de mi parte, que era la única alternativa disponible en ese momento; no puedo negar que mi esposo fue un gran apoyo durante el tratamiento y fue gracias a su entereza, que nuestra relación salió casi intacta de esta aventura.
En nuestra primera inseminación, los dos tuvimos que atravesar por momentos bochornosos. Para él, fue el ejercicio de sacar una muestra de semen en el consultorio del doctor y ojo no fue en un lugar especialmente diseñado para ello, fue literalmente en el consultorio, debido a que estaban en remodelaciones.
Ese día llegamos muy temprano en la mañana a la clínica y mi pareja preguntó donde debía sacarse la muestra y enseguida lo llevaron a un consultorio, donde estaba sentado un doctor en su escritorio, mi marido se cuestionó si estaba en el lugar correcto, ya que se lo había imaginado un poco distinto (Oh las falsas expectativas que generan los programas de televisión) y oh sorpresa que el médico le respondió siga y se retiró, fue ahí en medio de la nada, donde tuvo que sacar la muestra de semen, eso sí, vale la pena aclarar que esta sesión fue amenizada con una sensual película de los años ochenta, lo cual no ayudó del todo. Para las siguientes inseminaciones decidió bajar sus propias películas al ipad.
Una vez obtuvo la muestra, tuvo que pasearse por un corredor altamente transitado por enfermeras, doctores y otros pacientes, con su pequeño frasco transparente y registrarlo en la estación de enfermeras. Esta fue la experiencia para él y la conclusión a la que llegamos es que eran muchas ganas las que teníamos de quedar embarazados para efectuar todas estas peripecias.
Esta muestra fue congelada hasta el momento, en que mi cuerpo estuvo listo para llevar a cabo la inseminación, él ya no tuvo que hacer nada más sino esperar.
Ten en cuenta que en la mayoría de las clínicas de fertilidad, te dan la opción de sacar la muestra ya sea en el consultorio o tomarla tu mismo en casa (ellos te dan instrucciones específicas, de cómo debes transportarla y cuanto tiempo puede durar fuera en el ambiente)
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La Peor Espera del Mundo – La Otra Cara del Embarazo
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No hay peor espera en el mundo, que la de un resultado positivo en una prueba de embarazo.  Fueron cuatro años de anticipación, expectativa y angustia, el resultado siempre fue el mismo un visible negativo.
Todos te dicen que te relajes y tengas paciencia, que tarde o temprano ocurrirá; pero si has pasado por esto sabes que es imposible. Te sientes sola y piensas que nadie entiende tu situación y sabes ¿qué? No te equivocas, sólo el que lo vive, realmente lo comprende y más, si estás en una edad donde sabes que no puedes darte el lujo del tiempo
Mes a mes tus emociones oscilan entre la esperanza y la decepción, con varias tonalidades intermedias. Cuando ves una mujer embarazada o te cuentan que una amiga está esperando bebé, tú te sientes morir de la envidia (eso no te hace una mala persona sólo humana) te sientes vulnerable y a la vez expuesta, porque te preguntas si tus amigos o familiares se darán cuenta de lo que realmente sientes.
En tu vida de pareja esta espera, se convierte en una sombra que los acompaña a todas partes, no es una tema necesariamente incomodo para los dos, pero si por lo menos genera una que otra tensión y falta de espontaneidad en la habitación. No todos tenemos la capacidad infinita de inventarnos mil maneras de amar, cada vez que entramos en un periodo de ovulación.
Con el tiempo empiezas a contemplar otras opciones la adopción, los tratamientos de fertilidad o intentar crear proyectos de vida que no incluyen los hijos.
En mi caso decidí pelear el sueño de ser mamá y comencé pidiendo cita a mi ginecólogo, le explique que ya había pasado un período de espera suficiente, quería hacer algo más y fue ahí donde opte por un tratamiento de fertilidad
Demoré un poco en explicar a mi pareja porque era importante contemplar esta opción. En él no existía ese sentido de urgencia y pensaba que debía ocurrir de forma natural, pero hoy en día no me arrepiento de haber insistido, en mi caso como después lo supe era la única forma de haber podido quedar embarazada esto o un milagro y seamos honestos, generalmente los milagros no le ocurren a uno.
Cuando fui por primera vez a la cita con el doctor de fertilidad estaba muy emocionada, pensaba que por fin iba a poder obtener respuestas claras de mi situación y así fue. Todo inició con una larga entrevista donde nos preguntaron a mi pareja y a mí, cual era nuestra historia familiar en términos de salud, así como cuales eran nuestros hábitos de vida (si fumábamos, consumíamos alcohol, hacíamos ejercicio etc.)
Después de algunos exámenes de rutina el doctor nos sugirió comenzar por una inseminación artificial y fue así como inició nuestra aventura de convertirnos en papas.
En los siguientes posts les estaré contando los detalles que todos quieren saber: el proceso de inseminación, el embarazo, el parto y el primer año.
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