Text
Emergencias
Entre tanto desastre y desperfecto, el ambiente laboral es grato y amable, a pesar de que el Troll se encargue de ponernos unos contra otros. Resulta que Picapiedra, es un caballero trabajador e inteligente, que venía trabajando en mi casa de estudios, fue una casualidad encontrarnos por aquí ¿O no? Son preguntas, que nunca obtendrán respuestas. Nos conocíamos de antes, lo que fue una importante sorpresa en mi desarrollo profesional en este lugar, dado a sus consejos y comentarios para relacionarme con el jefe y el resto de mis compañeros. el Chavo fue siempre muy amable y cortés, sin nada que agregar, se notaba un buen hombre. Personas intachables, muy correctas y leales.
No sé si en su vida privada o personal, serán igual de buenos, pero al menos en lo que llevo en esta empresa, se nota cuando son personajes amados por los suyos, en su forma de trabajar y cómo se desenvuelven con el resto y el ambiente. Por eso y otros motivos, me parece tan terrible, el trato del Troll para con ellos. Dicen que el cachorro más débil siempre muere y el que no protesta, no obtiene lo que merece. Ellos tienen un baño y cocina miserables, sin uniformes de trabajo, sin zapatos de seguridad, ellos, que trabajan con herramientas peligrosas. Es cierto que el tejemaneje de la fabricación te da la experiencia para no tener cierto tipo de accidentes, pero somos humanos y erramos la mayoría del tiempo, por eso se llaman accidentes. No he tenido la oportunidad de presenciar ninguno hasta el sol de hoy, pero me han contado atrocidades que han ocurrido en estas cuatro paredes, anécdotas horribles, desde corte de dedos hasta problemas graves de salud, terminan en el transporte público dirección a un hospital de mala muerte, si no morías en el camino, y aunque eso pasará, el Troll no respondería por ti.
No me paso, ni lo vi, solo me lo contaron, igual que todo lo que comenzó como un rumor que se hacía realidad en medida pasaba el tiempo. El Chavo se cortó las yemas de sus dedos, de la mano derecha, si no mal recuerdo, y lo llevaron al hospital, pero con la condición de que no dijera que era “accidente laboral”, otro maestro que trabajaba en algún minuto con el Troll cuando yo llegue, llamémosle, el contador, tuvo una urgencia médica, del tipo extracción de un aparato en su sistema, nunca me quedó claro si fue el apéndice u algo más, pero el jefe lo mandó en metro hasta nuestro respectivo centro de salud.
El Bárbaro, otro de los maestros, que cuando yo llegué, ya no trabajaba aquí, me enteré tiempo después que este caballero tuvo un brutal accidente con una de las máquinas del taller, la sierra, la más temida de todas. Se cortó sus dedos y fue al centro de salud correspondiente, como es el conducto regular que uno debería seguir, en adelante, me he enterado de que el Bárbaro ha conseguido más por las malas, que siendo decente con el Troll, pienso yo, que entre zorros se comprenden, pero cómo es posible que no se hagan buenas prácticas laborales, por mucho que lo comprenda, que el mundo es una carrera oscura y hostil, que es así y nunca pensé que la realidad sería diferente, solo que es insólito que con amenazas y siendo un pésimo trabajador, consigas bonos que aumenten el sueldo base del jefe y encargado del taller. Son cuestiones que no me dejan ver correctamente al Troll, si es un hombre noble y gentil, me es muy difícil verlo con esa máscara de te hago la vida miserable porque soy un hijo de perra, que muchas veces pongo en duda si estará fingiendo ser un lobo en piel de oveja o simplemente será una persona insoportable.
Cuando estaban en plena crisis el marzo pasado, en cuanto la pandemia nos obligó a quedarnos en cuarentena por meses, ofreció voluntariamente echar a los empleados para no tener que pagarles el tiempo determinado por el gobierno en que íbamos a estar encerrados hasta nuevo aviso y el español decidido arriesgarse para recibir todas sus contribuciones pero en seguida reconoció su error y deserto de la idea, dado a que tenía que pagar los años de servicio, saldría en el fondo más barato, ayudar a pagar sueldos con ayuda del estado y el índice de fondo de cesantía hasta que todo retomará su rumbo nuevamente. Injusticias y mal habladurías de su parte, pone a la empresa contra la misma empresa, un empleador que debería ser respetable, quizás no noble, pero decente, que debería dar acto de buenas practicas laborales y fe de que hace lo correcto, dudo de todo lo que hace y de lo que dice, no puede creerse más del 30% o menos. En el poco tiempo que llevo, que parece que hubiera pasado 10 pandemias, han sido anécdotas y vivencias terribles, pero es que amo el trabajo, me encanta lo que hago, a pesar del mal ambiente donde llevo mis actividades. Son tiempos difíciles y tengo que sobrevivir, tenemos que hacer esfuerzos sobre humanos para no caer en la opción mas fácil, que es desertar.
#first job#design#industrial#industrial design#interior design#factory#furniture#diseño#diseño industrial#espacio
8 notes
·
View notes
Text
El Tercer Strike
Leona volvió de vacaciones, está todo en un ritmo constante sin novedades ni mucho movimiento, típico en verano, sobre todo en épocas de pandemia, cuando el trabajo se vio truncado y dramáticamente estancado por los vaivenes y montañas rusas económicas.
Tenía que ser, justo cuando el Troll se va a tomar sus semanas de descanso cuando ocurre… El tercer strike, una tarde, tipo 15:00 hrs, cuando mi compañera y colega tuvo que salir a terreno, a visitar a un cliente, ella lo encontró, en el baño, un ratón, tan pequeño y desagradable, bonito al menos. No de esos que te dan ganas de salir corriendo de ahí, agradecí no haber sido yo quien lo vio. El resto de la tarde, no me asome ni por si acaso al lavatorio. Sin mi compañera, los límites entre la oficina y el baño se hicieron notorios.
Los maestros, mis compañeros. El Chavo y Picapiedra, se encargaron de eliminar al roedor, no vi la lucha entre los oponentes, pero el escandalo provocado por la alimaña, fue un tráiler de terror y comedia. Me limite a grabar los gritos y risas que provenían del baño. Se acabo, fue el final del ratón y su gobierno de horror. Ahora solo quedaba limpiar y sin mentir estuve alrededor de dos horas sin poder acercarme al servicio, porque, nos enteramos en estas lamentables circunstancias, que el Troll no había dejado a nadie encargado del aseo. Picapiedra es el jefe del taller de herramientas y amigo intimo del boss, quien nos dijo que su compañero iba a encargarse del mantenimiento y lavado de la oficina.
¡PATRAÑAS! Picapiedra nos dijo la verdad, el Troll jamás le menciono si quiera, haciendo el ademán de encargarse del aseo en nuestra sección de la empresa, jamás ha habido y jamás habrá un encargado o encargada de la limpieza, es demasiado caro, para una empresa tan pequeña y fea. Es su lógica explicación. ¡DOS HORAS! Sin poder ir al baño, porque no desinfectaban el servicio.
Entiendo que no es su trabajo, y se lo hice notar muchas veces, cuando Picapiedra llama amigo a este pobre ser de luz, por favor. Mis principios y valores me prohíben tratar a mis amigos como el Troll trata al Chavo y a Picapiedra, es insólito. Pero es un capitulo aparte, ya hablare de ello más adelante.
¡El ratón! Desencadeno una serie de eventos que marcaron un antes y un después en mi manera de ver la empresa, en como enfrentarme al Troll y a como desenvolverme en mis labores y con mis compañeros de trabajo. Más brava y valiente que nunca.
Siempre respetuosa, no crean que ando diciendo y haciendo de las mías por el lugar, nunca fui de las que se queda callada, pero ahora, teniendo un nivel profesional en mis venas, creo que merezco por lo menos un ambiente laboral libre de insectos y alimañas. Es un rubro de construcción y puedo comprender muchas cosas, pero no tener barreras ni medidas de seguridad y sanidad básica me parece bastante grotesco e indignante no solo para y por mí, si no por el resto de mis compañeros, estamos todos metidos aquí.
#first job#design#industrial design#interior design#factory#furniture#diseño#diseño industrial#espacio
2 notes
·
View notes
Text
El Segundo Strike
Fue un fin de semana de enero, cuando el veranito de San Juan se apodero de mi ciudad natal, para darle un respiro a sus habitantes de su ola de calor. Tormenta y granizo fueron los protagonistas a partir de ese viernes.
Mi computador trabaja relativamente bien, digo, no estoy con las condiciones óptimas, pero puedo darme el lujo de trabajar sobre la marcha, ir evaluando las alternativas que me quedan por sobrevivir en este particular sitio.
El día lunes yo entraba a las 8:30 hrs. Como de costumbre, llegando siempre más temprano, encuentro la puerta abierta, como todos los lunes, cuando mi empleador limpia los pisos jactándose de que realiza las labores domesticas correctamente. Pobre ser de luz, tan esforzado, se nota que invierte en su empresa y quiere lo mejor para sacarle el mayor partido posible. Cuida y protege la herramienta que le da de comer.
Esa mañana amaneció el cielo cubierto, hacía frío y no hay nada más hermoso para mi que un día de lluvia, yo seguía rezando para que el verano se aplacara un poco y durará más esa corriente de la niña que a veces se provoca cuando hay movimientos telúricos en nuestro país, no digo que sea el motivo por el cual cambia el clima, solo digo que coinciden las fases con un temblor.
Todos los días, ingreso a mi lugar de trabajo abriendo con un cuchillo, cabe mencionar, entró hasta donde está mi oficina y ¡Vaya! ¡Sorpresa! El techo se había derrumbado, la humedad se sentía en el aire, por pandemia utilizamos nuestras mascarillas, que habitualmente, nos las quitamos por ser tan poquitos en la empresa. Ese día la toxicidad era evidente, no quise ni pensar en la posibilidad de quitármela, era Chernobyl.
Procure de salir para hablar con mi jefe, que, en horario regular, llega antes que yo, él había ingresado a la oficina, pero cerro, creyendo que sería lo bastante estúpida para no darme cuenta que había llegado, o eso pienso que cree de mí. Llegó 30 minutos después, con una sonrisa de perro en la boca.
Riéndome, creyéndole su personaje decente. Que quiere que le diga, le comento, haciendo ironías de la situación actual. Entre risas, jijis y jojos, me dijo que me fuera a casa, que mañana empezaba desde su oficina al otro lado del baño. En ese momento no me cuestione nada, solo me fui, feliz de tener la fría tarde libre, poder pasar tiempo con mi gatita y pasearla en el parque.
Lo realmente decente era avisarme que no fuera a trabajar, lo decente hubiera sido comunicarme oportunamente que no me dirigiera a mi lugar de trabajo, tomar cartas en el asunto y sacar los escombros y habilitar el espacio en su oficina para que yo pudiera mudarme a un sitio donde pudiera realizar mis actividades con normalidad.
Pensé, que le puede pasar a cualquiera, pero a estás alturas, el 50% de las cosas que me decía, podían ser ciertas como falsas, me enteré, tiempo después que había ocurrido anteriormente, que era una probabilidad que pasará, habiendo un clima tan salvaje como que el nos ataco esa semana. Soluciones parches, solían ser su especialidad.
Pero paso, otra más sucedió en esta empresa de cartón. El strike dos era inminente, pero el trabajo lo necesito, no puedo dar pie atrás, en este minuto, el Troll tiene el sartén por el mango.
#first job#design#industrial design#interior design#factory#furniture#diseño#diseño industrial#espacio
3 notes
·
View notes
Text
El Primer Strike
No recuerdo muy bien el orden en que sucedieron las cosas, me decidí a generar este blog para ir enumerando las situaciones y acontecimientos que han ido ocurriendo desde el día que ingresé a esta empresa, hasta el día de hoy.
Si nos organizamos cronológicamente y nos posicionamos en diciembre del pasado 2020, solo empezamos con mi herramienta de trabajo: Un computador sin transformador para que se contacte a la corriente y así poder encenderlo. Un computador que no tiene la potencia ni la memoria ni tarjeta gráfica necesarias, para poder realizar mi trabajo, modelado 2D y 3D con generación de render de vez en cuando. Un computador potente y con buenas características, no puedo negarlo, pero sin las mantenciones correspondientes desde hacía 7 años, desde que yo supe, quizás más, nunca lo sabré.
El primer día tuve el coraje suficiente como para decirle directamente a mi jefe las cosas que me molestaron y viéndose una persona decente y educada, comprendió, me pidió las disculpas correspondientes y termino ese fatídico día eterno.
Me pagaron aguinaldo y proporcional, una sorpresa, ya que estando a prueba, el empleador no tenía por que preocuparse de este detalle, que será un detonante en mi decisión de quedarme y seguir descubriendo este nuevo mundo, un nuevo rubro y un nuevo rumbo en mi vida.
Mientras mi computador estaba en reparación me dedique a adentrarme en el mundo del programa que no tenía ni idea de cómo utilizar. De saber que la herramienta era tan sencilla mis profesores en mi casa de estudio se hubieran quedado sin trabajo, busque e investigue, me volví buena, pero todavía no era suficiente, necesitaba poner en práctica lo aprendido, pero mientras tanto, la fortuna estaba de mi lado, con semanas festivas que me dieron la posibilidad de respirar en medio del caos.
Enero empezó fresco y fácil, con computador nuevo pude trabajar y realizar los trabajos que me pedían en medida se iban concretando proyectos.
El primer strike fue un día caluroso de enero, déjenme contextualizar, la oficina donde trabajaba se encontraba en la parte interna de la casona que se dispuso para la empresa, sin ventanas que den al exterior. Llegue como de costumbre, más temprano de lo habitual y a eso de las 11:30 hrs. Se cortó la luz, normal, ¿No? ¿A quién no le ha sucedido?
En adelante estuve sin luz durante la mayor parte de la jornada, la batería del computador duro lo que pudo, sin enfriador de aire, sin microondas, sin internet, sin hervidor y sin posibilidad de cargar mi teléfono tampoco, pocas eran las alternativas que tenía, pero esta bien, es decir, a todos nos puede pasar. Mi compañera, a eso de las 14:00 hrs llegaba a la oficina después de visitar a un cliente en terreno y un compañero, maestro del taller de herramientas en la parte posterior de la casona, ingresa a la oscura oficina para conversar, donde, se le sale por accidente.
“¿Pero no les dijo que iban a cortar la luz? A nosotros nos envió un comunicado, de que íbamos a estar sin luz desde las 11:00 hasta las 16:00 hrs, desconectados”
Conteniendo toda mi ira, porque no me había ocurrido nada con el jefe, de lo que tanto hablaron mis compañeras, que no pude resistir por mucho más tiempo, pare de golpe al jefe, llamémosle el Troll, mientras caminaba de regreso al taller.
-¿Usted sabía que íbamos a quedar sin luz? – Dije sin mucha premura.
-Claro que no – Contesto él sin retraso.
-¿Por qué el chavo me dijo que usted les entrego el comunicado de que hoy estaríamos sin luz hasta las 4 de la tarde?
-Yo me acabo de enterar.
-Imposible, la empresa eléctrica avisa, siempre cuando se trata de cortes generalizados – Rebatí muy rápido.
-¿Pero cual es el problema? – Pregunto con su carita de perro regañado.
-Que no podemos almorzar, no tenemos aire, ni herramientas de trabajo para desarrollar nuestras actividades.
Pero solo se fue, sin decir más. Con rabia y mucha impotencia, no había más que hacer, me hizo la sucia jugarreta de la que hablaban mis compañeras en el tiempo en que una de ellas se iba a pre natal. No tenía dudas de sus anécdotas, solo que no tenía las pruebas como para desenmascarar a este bondadoso ser de luz.
Tiempo más tarde, se comunica con mi compañera, le llamo la Leona. Para informarle que podíamos retirarnos a eso de las 15:00 hrs. ¿Por mí? ¿Fui la que provocó la indulgencia del Troll? No lo sabría nunca, solo sé que disfrute la mayor parte de mi tarde en la comodidad de mi hogar o supongo, porque tengo lagunas mentales de los acontecimientos, supongo que mi cerebro elimina los recuerdos malos para no envenenar mi cuerpo con sentimientos de venganza
El troll se llevaba mi primer strike. De muchos, que tan solo en dos meses he podido descubrir su verdadera cara.
#first job#design#industrial design#interior design#factory#furniture#diseño#diseño industrial#espacio
1 note
·
View note
Text
Primer Día
El día 15 de diciembre del 2020, a semanas de cumplir 3 años cesante, recibí una llamada inesperada. Fue un día de verano cuando la mañana siguiente, me prepare para recibir una entrevista de trabajo a eso de las 9:00 hrs. En la locación de Estación Central en mi ciudad natal. Parecido a una película, quede trabajando como dibujante proyectista en una empresa de construcción de muebles y diseño de interiores para oficina.
Empezaba al día siguiente, por lo que sería una feliz navidad después de todo, tras definir las especificas tareas, esa mañana, empezó un nuevo capítulo.
Cuando llegue, tenía la expectativa de que me recibieran como en cualquier otro trabajo, enseñándome las instalaciones, el equipo de trabajo y mi espacio laboral para poder ejercer las tareas correspondientes, mi hermano me dijo que era normal que no en todas las empresas te dieran esa iniciación el primer día. Durante la mañana el computador que estaba dispuesto para mis labores, no tenía los insumos para encender, ni mucho menos las mantenciones que debiese tener un equipo con estas características, que están dispuestos para diseño.
Sin computador, ni guía, ni a nadie a quien consultar, pase la mayor parte de la mañana, antes del mediodía, me presentaron al equipo de trabajo, el cual sin ninguna intención de mirarme o al jefe, me llamo especialmente la atención. Algo no era del todo normal, dentro de los parámetros que uno espera en un lugar de trabajo.
A media tarde, era caos, quería irme y renunciar, aunque no hubiera pasado ni unas horas para saber que ocurría en este extraño lugar. Confronté a mis compañeras y cruzaron sus miradas para luego reírse, fue cuando supe la verdad.
Un sinfín de comentarios, chismes y habladurías en contra del empleador, nunca dude su veracidad, pero era demasiado increíble para ser verdad. Desde ahí y en adelante decidí formar mi propia opinión y juicio con respecto a esta empresa de muebles, sus personajes y su dueño. El rubro es difícil, sobre todo para mujeres, es un mundo hostil y me quedaba mucho por aprender, siendo esté mi primer trabajo desde que egrese de mi carrera de diseñador industrial.
Han sido tiempos complicados, contingencia nacional y mundial, azotaron esos años en que mi búsqueda profesional, se viera truncada. No podía darme el lujo de hacer el berrinche de irme. Encontré trabajo, en medio de una pandemia, ¿Qué más podía pedir? ¿Qué podría salir mal?
Empecé con el pie izquierdo… Pero quizás mañana mejoraría, sería otro día.
#first day#first job#design#industrial design#interior design#factory#furniture#diseño#diseño industrial#espacio
2 notes
·
View notes