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La Vida cotidiana en la Edad Media
Durante la alta Edad Media hubo una diferenciación en los modos de vida en Oriente (Bizancio) y en Occidente. En esta exposición se mostrarán aspectos de la vida cotidiana de los habitantes de las ciudades en occidente, comunidades caracterizadas por ser centros pequeños con rudimentarias edificaciones debido al carácter rural y agrario que preponderaba en la época. En oposición a lo anterior, Constantinopla era una ciudad comercial donde se compraban y vendían artículos de lujo que no se producían en occidente, además de la producción de la moneda de oro que circulaba a lo largo del antiguo imperio. Por esto, el contacto con oriente propicio los avances tecnológicos que experimento occidente y las ciudades comerciales de la península Italica fueron la puerta de entrada de estos.
El hombre en el periodo carolingio estaba constantemente amenazado por el hambre causada por carestías, lo que a su vez provocaba epidemias. Para combatir esto, los hombres buscaban seguridad y garantizaban su existencia uniéndose a la comunidad. Así pues, eran campesinos que vivían de la comunidad y de las prestaciones en favor del señor del dominio, pues en el dominio señorial la autoridad era del señor feudal, las personas estaban sujetas a las obligaciones y prestaciones determinadas por derecho consuetudinario y los deberes eran impuestos por la colectividad. Además, junto a los dominios señoriales existían también aldeas porque también los campesinos podían ser hombres libres, y podían coexistir con los territorios del señor feudal o vivir muy cerca. Las tierras del dominio se dividían en tres partes que cada año se destinaban a fines diferentes: una era para la siembra de otoño (trigo, centeno, escanda) otra para primavera (avena, cebada, leguminosas) y la tercera se dejaba en barbecho. Sin embargo, en toda Europa habían sistemas diferentes de agricultura y ganaderia por lo que no se puede hablar de un único modelo
Las comunidades y las aldeas estaban ubicadas en medio del bosque, que era el escenario dominante del paisaje. En la época carolingia, el bosque no era estrictamente negativo y su aspecto era diferente a los bosques del presente, ya que aportaban al sustento del hombre. Por ejemplo, allí se podía obtener la miel, unica materia edulcorante porque se desconocía el azúcar, y la carne de cerdo que era un elemento esencial en la alimentación de la Edad Media. Además, la madera era muy importante como materia prima para la construcción de casas, utensilios y armas, y era el único elemento que producía calor para cocinar y combatir el invierno. Los reyes se reservaban bosques completos para la caza de uros, osos, y jabalies, pero esta actividad era prohibida para el resto de la población, por lo que los animales de caza en el bosque representaban una amenaza para los cultivos y los animales domésticos.
la mayoría de los hombres en la temprana edad media se orientaba con el sol, ya que l os medios para alargar el día artificialmente eran poco eficaces. En el imperio carolingio el año empezaba con las navidades , pero su transcurso estaba marcado por los puntos clave del trabajo en el campo que coincidía con las fiestas religiosas. En lo que a alimentación respecta, los cereales eran la base de la alimentación, sobre todo para hacer el pan, que no era exclusivo para la gente rica y la cantidad vendida significa que había un oficio de panadero. El trigo era el más preciado, seguido por el centeno, la cebada y la avena.
La miseria de los campesinos salta a la vista cuando se observa la poca productividad del campo, que se explica en parte por la falta de abono. Algunos productos importantes en la época eran el nabo, el puerro, la escalonia, el apio, el cilantro, la cebolla, el ajo, el perifollo, el eneldo, la lechuga, la adormidera, el pazoje, la remolacha azucarera, entre otros. Sin embargo, algunos como la cebolla estaban reservados para los días festivos. Además, el cáñamo era plantado en los huertos y era una planta de fibra textil. También, había una parcela separada en el huerto exclusiva para el cultivo de plantas medicinales. Estas eran lilas, salvia, rosas, ruda, lirios, menta hinojo, poleo, romero y el haba común. La manzana era utilizada para hacer cidra, pero esta no fue importante hasta el siglo XII, mientras que la cerveza era la bebida que más se consumía seguido por el vino.
El buey y la vaca eran animales importantes, no necesariamente por su carne sino por su capacidad de llevar arados y carretas, y por la leche que se usaba para la producción del queso. En la época carolingia, el caballo era utilizado para la guerra y como animal de carga, mas no para el trabajo, además era el medio usual de transporte para los hombres de cualquier posición social. La oveja era muy preciada por su lana puesto que el algodón era desconocido y la seda reservada para el lujo de los ricos. Adicionalmente era usada la grasa y el cuero del animal para fabricar pergamino que sustituyo en el periodo carolingio al papiro.
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La Arquitectura Islámica.
El islam fue revelado al profeta Mahoma a principios del siglo VII en el oeste de Arabia. La historiografía musulmana denomino “época de ignorancia” al periodo que precedió ese suceso, porque fue una época poco iluminada espiritualmente y con un desarrollo cultural relativamente escaso. La arquitectura, en lo que a monumentos se refiere, apenas existía, a pesar de lo cual las sociedades nómadas y sedentarias de Arabia occidental poseían sin duda sus propios conceptos de espacio, tal como lo aprueba el rico vocabulario para denominar lugares o recintos sagrados. (Hattstein, Markus, y Peter 2007). Ahora bien, el objetivo de este ensayo es demostrar la manera en que las concepciones de espacialidad en la Edad Media se materializaron mediante la arquitectura de las mezquitas, para así mismo constituirse como una manera de transmisión del conocimiento.
Parece que el pasado árabe tuvo un papel relativamente pequeño en el desarrollo del arte y la arquitectura islámica. Sin embargo, este pasado fue de gran importancia para el desarrollo de un vocabulario que las futuras generaciones aprovecharían con vistas a una percepción visual de la lengua árabe: la escritura árabe. El Corán, la escritura revelada establecida como religión, es una fuente de conocimiento del arte, ya que en muchos pasajes se refieren a categorías de elaboración y construcción, como por ejemplo las obras relacionadas con Salomón. El islam consideraba justo prestar atención al entorno hecho por el hombre, así “el concepto de mihrab aparece en el Corán en muchos pasajes, antes de ser el nombre del nicho de oración en la parte trasera de la mezquita y tenía diferentes significados.” (Hattstein, Markus, y Peter 2007, 38)
Con la adhesión de religiones afines, desde sus inicios se desarrollaron múltiples particularidades locales, culturales y étnicas, pues el islam recogía constantemente elementos y conocimiento propio de las culturas conquistadas. “Desempeño un gran papel el encuentro de la nueva fe con la antigua filosofía griega y los conocimientos matemáticos, técnicos y de ciencias naturales con los que contaba la antigüedad tardía en el Mediterráneo, en Irán, en la India e incluso en China. Tal encuentro se produjo en primer lugar en Bagdad, centro del pensamiento y del poder musulmán, y después se extendió a todas partes“(Hattstein, Markus, y Peter 2007, 35). Lo anterior y las necesidades de una nueva fe, propicio el hecho de que la civilización islámica alcanzara características constantes.
La Mezquita:
Un ejemplo arquitectónico de la expansión y crecimiento islámico es la mezquita, un tipo de edificio característico del islam considerado como la expresión artística más evidente de la fe. Aunque “pese a no ser exigida por la fe musulmana y aún menos por el Corán, se convirtió en un elemento distintivo que se iría desarrollando progresivamente durante la expansión del islam” (Hattstein, Markus, y Peter 2007, 35). Ahora bien, la mezquita no tiene el mismo significado para los musulmanes que, por ejemplo, la iglesia, el templo o la sinagoga para los otros creyentes. La palabra árabe mesyid, a la que se remontan los distintos nombres de la mezquita, aparece varias veces en el Corán, y significa “lugar de postración”. En el Corán el concepto de mezquita no denomina ninguna estructura específica, pero si un lugar reservado para la comunidad de fieles para la reunión a la oración y para discutir asuntos públicos. Así pues, en el primer siglo de expansión del islam, la mezquita se construyó como un edificio con características arquitectónicas propias, para el que serían obligatorios una serie de elementos. Esta evolución fue resultado de la conquista de muchos pueblos en los que los musulmanes debían encontrar y edificar su lugar de oración. Así pues, las primeras ciudades que se fundaron fueron Kufa, Bosora, Bagdad, Fustat, y Kairuan en Túnez, las cuales llevaron a una tipología funcional de los espacios religiosos musulmanes que todavía se reflejaba en el siglo XIV en la famosa Muqqadima (introducción) de la historia universal Libro de las Conocimientos Didácticos, del erudito norteafricano Ibn Jaldún (1332-1406). En España y en el norte de África se encuentra el tipo más antiguo de mezquita, consiste en un amplio espacio rectangular dividido en su interior por filas de columnas.
Los tres santuarios panislámicos:
Tanto los santuarios como las mezquitas provienen del termino masdjid. Existen tres santuarios que tienen legitimidad para el conjunto del mundo islámico: el primero es el Haram, el recinto sagrado de la Meca, lugar de peregrinación para los musulmanes asociado a Abraham e Ismael; al-Munawwara (que significa iluminada), la mezquita de Medina, la casa de Mahoma que se convirtió en mezquita después de su muerte; el tercero es el Haram al-Sharif (el santuario majestuoso) de Jerusalén, la mezquita de la ciudad santa.
Estructura y función de la mezquita:
La mezquita no fue pensada desde el principio como un espacio sagrado sino como un lugar de oración. También se convirtió en un lugar de erudición y de notificaciones de toda clase, gran parte de la vida pública y política tenía lugar allá. Inicialmente, el único requisito de la mezquita era que la superficie fuera suficiente para acomodar a todos los habitantes de la población. Un muro separaba esta superficie del resto de la ciudad. Además, el recinto se construía orientado hacia la quibla, en la dirección de la oración hacia La Meca, que estaba señalado en el lado correspondiente en un recinto hondo y cubierto. Poco a poco se agregaron más requisitos: el mihrab , un nicho en la pared que acentuaba la dirección de la oración y que recordaba a los fieles la presencia ideal del profeta entre sus discípulos; un minbar, el pulpito desde el que el imán, que guía la oración del viernes , pronunciaba su sermón; una meqsura, la habitación reservada al soberano y a sus representantes ; varias plataformas elevadas para la recitación del Corán , y finalmente un alminar, la torre que proclamaba desde lejos la presencia de un centro del islam y que se convirtió en el lugar desde el cual el almuecín llamaba a los fieles a la oración, este, con el tiempo, se convirtió en el rasgo más sobresaliente de la arquitectura islámica en todo el mundo. Ibn Jaldun explicaba que la construcción y la preservación de la mezquita era responsabilidad de las ciudades, pues su finalidad principal era conservar y reforzar la armonía de la comunidad. Al final del siglo VII, las funciones básicas y la tipología de la mezquita de reunión estaban ya completamente establecidas. La mezquita debía tener un espacio amplio para poder albergar a todos los creyentes de la ciudad, además de poseer características simbólicas y funcionales que tienen su propia historia.
El minbar: se remonta a la época del profeta, originalmente se trataba de una silla alta, con tres escalones, que se utilizaba para predicar, discutir y leer. Después, se agregaron más escalones y se añadió una superficie plana cubierta por un baldaquín. Además, se adornaban con relieves decorativos de madera o piedra.
El mihrab: un nicho que marca la quibla o la dirección de oración y recuerda también la presencia del profeta, este elemento de construcción se desarrolló en el año 700 y se encuentra en todas las mezquitas. Además, se convirtió en la parte más decorada de toda la estructura y con frecuencia las lámparas simbolizan la presencia divina y la universalidad del dogma islámico.
El alminar: lugar donde el almuecín llama a los fieles a la oración. Sin embargo, sobre todo durante los primero siglos del islam, el alminar era solo una señal visible de la presencia de una comunidad musulmana o, una guía para los fieles que iban en busca de ciudades santas.
Respecto a la imagen del ser vivo, el aniconismo musulmán, es decir, la vacilación en la creación de imágenes, representa una reacción al rico mundo de imágenes religiosas con que los musulmanes se encontraron en el mediterráneo y en Irán, y posteriormente también en la India y al interior de Asia ((Hattstein, Markus, y Peter 2007, 39). con el paso de los siglos el evitar imágenes estuvo relacionado con razones intelectuales y teológicas , a las que se referían distintas sentencias del Corán y los hadiths, revelaciones de palabras y acciones de Mahoma. En relación con esto, la exclusiva omnipotencia de Dios fue un dogma esencial en el islam con el que está relacionada la negación categórica de los ídolos, puesto que en la representación artística del ser vivo ya se sospechaba de idolatría. Esta prohibición influyo de diversas formas en el arte islámico, porque la propia fe no se podía captar en una imagen y por eso la devoción debía de expresarse visualmente de otras maneras. Por estas razones, el libro sagrado no se convirtió en fuente de inspiración para el artista y la expresión de la fe no desempeñaba un papel significativo en el arte islámico, a excepción de la arquitectura y la caligrafía.
Gracias al intercambio cultural el crecimiento del pensamiento científico en el mundo musulmán se hizo evidente en la arquitectura, como la teoría estética y la geometría. Los adornos islámicos o las extraordinarias composiciones se consideraban reflejos de una manifestación filosófica sobre reflejos de la realidad. El filósofo e historiador del siglo XIV ibn Jaldún contemplo el arte desde un punto de vista más sociológico y acentuó su significado para el funcionamiento de la sociedad, de esta manera profundizo en la función social del artista y los arquitectos, a los que él consideraba más que simples artesanos.
La geometría fue significativa, a partir del siglo X se desarrolló una compleja ornamentación geométrica que fue una de las principales formas de decoración para los edificios y objetos de todo tipo y que incluso influyo en los diseños y la construcción de edificios. Por otro lado, las matemáticas teóricas alcanzaron un alto nivel y el matemático tenía la capacidad de utilizar las teorías para solucionar los problemas cotidianos y concretos en la construcción y la medición. Es evidente que el orden geométrico se convirtió en la norma del arte islámico, que quiso evitar imágenes, pero que a pesar de ello necesitaba satisfacer las necesidades de toda cultura de poder repetir sus mejores creaciones. Por todo esto, se acepta generalmente una preferencia de los musulmanes por un arte puramente abstracto. Los poetas se ocupaban también de las ciencias naturales como es el caso de Omar Khayam, que aporto mucho a la geometría.
Arquitectos:
Los hombres que construyeron las mezquitas eran en su mayoría artesanos anónimos que utilizaban técnicas anteriores a la época islámica. Así, los arquitectos islámicos van desde los especialistas en calculo y diseño sumamente cualificados hasta maestros de obras-trazadores con gran conocimiento práctico. La arquitectura islámica se prestó a ser realizada por proyectista no cualificados, ya que las formas y las fórmulas de las plantas eran simples y se podían repetir con solo ligeras variaciones; la originalidad no podía demostrarse más que en la decoración. Además, los artistas islámicos no hacían distinción entre los diferentes materiales por lo cual era común que los mismos motivos se dieran en piedra, estuco, madera y azulejos (Grube y Ernst 1985).
Métodos de construcción:
El andamiaje de madera: para construir en las alturas se organizaban vigas que soportaban los tablones que a su vez se apoyaban por un extremo por una armazón sujetas con cuerdas y por el otro en el propio muro.
Los ladrillos: sirvieron para fines decorativos desde los primeros tiempos del islam, disponiéndose en distintos planos para producir efectos dramáticos de luz y sombra en las fachadas de los edificios. Los arquitectos islámicos de los primeros siglos y durante mucho tiempo después usaban tipo de ladrillo cocido que habían heredado de los romanos y los sasánidas. Estos ladrillos se hacían usando arcilla escogida cuidadosamente y arena limpia que se remoja durante veinticuatro horas antes del moldeado. Los ladrillos se colocaban en un gran horno y se cocían durante tres días usando combustible que podía variar desde el estiércol seco hasta pequeños arbustos.
Los muros de arcilla: en varias regiones del mundo islámico se conserva una serie de diferentes técnicas para construir muros de piedra en hiladas sin usar ladrillos. A principios del siglo XV Ibn Jaldún describía las técnicas de construcción de muros de tierra mediante tablas o encofrados.
Azulejos: Sobre núcleo de ladrillo fue común el revestimiento de azulejos, esta técnica tuvo su esplendor en Irán y en Turquía.
Piedra: en muchos países islámicos existía piedras para la construcción.
El metal: tiene una aplicación muy limitada dentro de la arquitectura islámica, generalmente en las puertas o cerca de ellas, pero era frecuente una extrema decoración. Hay bisagras, cerraduras y metales muy diversos: hierro, latón, plata y oro.
La madera: era parte esencial de los edificios, aunque la estructura fuera de otro material. En la talla de relieves, la marquetería y las celosías de piezas torneadas y unidas mediante complicadas ensambladuras, los artesanos musulmanes lograron una calidad inigualable por occidente. La talla en madera era un oficio especializado; sus técnicos iban desde la talla en relieve hasta la talla en rehundido hasta diversos tipos de celosías de madera torneadas y caladas.
Las celosías: típicas de la casa islámica se deben a la necesidad de crear corrientes de aire y en parte, a la costumbre de tener aposentos separados para las mujeres
Los enlucidos: el yeso era el material común para cementar enlucidos y morteros. El yeso se encontraba en muchas partes del oriente medio y en Irán. El enlucido de cal se reservaba para impermeabilizar tejados, canales y drenajes.
Maquinaria para la construcción: Ibn Jaldun, decía que los arquitectos debían mover grandes pesos con ayuda de maquinarias, él se refería a poleas, inventadas desde la antigüedad por Arquímedes, además se utilizaba el torno, la palanca, la polea, la cuña y el tornillo.
Dibujos arquitectónicos y técnicas de trazado.
Los arquitectos islámicos heredaron las técnicas de dibujo de la Antigüedad. El relato del historiador al-Baladí acerca de la construcción de la mezquita Ibn Tulun en Fustat (876-879) confirma que se usó el pergamino hasta la introducción, en el siglo IX, del papel procedente de China. Renata Holod, historiadora del arte y arquitectura islámica, asegura que los medios de transmisión de conocimientos arquitectónicos estaban disponibles en el mundo islámico, sobre todo porque su civilización tuvo papel. Sin embargo, los dibujos arquitectónicos islámicos, identificados como tales, más antiguos que se conservan son probablemente los del maestro uzbeko del siglo XVI. (Grube y Ernst 1985). En ausencia de planos reales en la alta edad media, gran parte del argumento sobre el primer uso de la notación visual se basa en la extrapolación de información posterior, en particular la notación verbal. Algunos textos como al-kuttdb wa'l-cummdl min Cilm al-hisdb por Abu'l-Wafac al-Buzajani (940-98) el notable matemático teórico que vivía en Bagdad, demostró la existencia de un género de obras escritas para artesanos, quienes debían tener un mínimo de alfabetización. Sin embargo, parece poco probable que el texto de Buzajani , fuera pensado como una versión medieval de mecanismos populares para la construcción. Jonathan Bloom defiende esto, ya que la idea de aprender a hacer algo mediante la lectura de un libro es una práctica claramente moderna. Ahora bien, es posible que un constructor del siglo X aprendiera su repertorio siguiendo el ejemplo de su maestro, no tomando prestada una copia del libro de Buzajani de la biblioteca y leyendo las instrucciones. El libro de Buzajani, en cambio, debe entenderse en el contexto del género literario que surgió en el califato abasí, el cual está interesado en el conocimiento urbano del hombre, sus cualidades, sus pasiones, el entorno en el que vive y la cultura material y espiritual creada por él (Bloom 1993).
En general, los edificios sugieren que no existía un sistema universal de notación visual en la arquitectura medieval islámica, aunque los planes deben haberse utilizado para edificios extremadamente complejos. Por ejemplo, el patrimonio común en la Gran Siria de las tradiciones antiguas y bizantinas de la arquitectura y su decoración explica la similitud de gran parte de la arquitectura omeya, que a su vez se explica por el vocabulario compartido por gran parte de los omeyas en el área relativamente restringida en la que se encontraban. Por tanto, la memoria era más importante que la notación. Ahora bien, el análisis de Creswell de cómo se estableció el plan para la Cúpula de la Roca, por ejemplo, muestra que el edificio fue diseñado gráficamente. La ubicación de los elementos de soporte se determinó mediante la inscripción de un octágono y dos cuadrados girados dentro de un círculo cuyo diámetro correspondía al del edificio, y la elevación se generó a partir del diámetro de la rotonda central. Estas relaciones sugerían el hecho de ser elaboradas gráficamente antes de que los constructores se acercaran al sitio con cuerdas, clavijas, púas y palas. No obstante, la Cúpula de la Roca era un edificio inusualmente elaborado con correlaciones complejas entre sus partes, por lo cual necesitaba planes sofisticados.
Los relatos de los viajeros como Ibn Jubayr (1184), nos dan una idea de la materialidad arquitectónica y todas sus implicaciones mediante descripciones. Por ejemplo, hablando de la mezquita de Damasco, Jubayr hace referencia a su belleza, perfección de la construcción, embellecimiento y decoración , además IbnJubayr se preocupó ampliamente por la enumeración de sus elementos constituyentes, tales como sus dimensiones, número de columnas, ventanas, maqsuras, zawiyas, minaretes, cúpulas en la corte y puertas de acceso. Sin embargo, se reserva su mayor elogio para la Cúpula de plomo en el centro del edificio al lado del mihrab(Broanhurst 1952). Su texto, que mezcla de primera mano la observación, la historia del edificio y su contexto, abarca unas doce páginas de descripción lo cual pudo haber sido otro medio para que las ideas arquitectónicas se transmitían en el mundo islámico medieval.
La investigación del vocabulario de la descripción arquitectónica en árabe apenas ha comenzado, pero la investigación preliminar sugiere que la terminología arquitectónica era mucho más regional que la circulación de las obras literarias en las que aparecían esas descripciones. En otras palabras, las descripciones deben haber sido solo comprensibles en parte para los lectores sin experiencia directa de lo descrito, porque el vocabulario arquitectónico no era universal en todo el mundo de habla árabe. Los textos son el equivalente de algo entre un boceto visual para notación personal y un plan dibujado para que otra persona se dé cuenta. No obstante, no parece que las geografías o los libros de viajes hayan sido ilustrados con otra cosa que no sean mapas, por lo tanto, es inapropiado decir que estas descripciones son sistemas verbales de representación a pesar de su amplia circulación.
Las fuentes textuales inusualmente ricas para las mezquitas de Damasco y Córdoba permiten imaginar la transmisión de diseños en la arquitectura islámica primitiva por medios verbales, pero la escasez general de tales fuentes significa que otros ejemplos son difíciles de encontrar. Sin embargo, este único ejemplo indica que los espectadores medievales percibieron sus edificios de manera muy diferente a la forma en que lo hacemos hoy y los detalles dispersos en otras fuentes refuerzan esta noción. La diferencia en la forma en que se percibe la arquitectura, desde el basado en la experiencia del espacio tridimensional hasta el basado en el uso de conceptos abstractos como planos, secciones y elevaciones, es enorme e importante y pueden datarse en algún lugar alrededor del año 1250, probablemente antes en las tierras islámicas orientales y más tarde en el oeste.
Lo anterior, parece que se debió a la aparición y el uso generalizado de los sistemas de notación, que probablemente se debieron a la mayor disponibilidad de papel en el mundo islámico. La introducción del papel en el mundo islámico se dice que fue una consecuencia de la batalla de Atlakh cerca de Talas en 751, cuando los prisioneros de guerra chinos enseñaron el arte a los musulmanes en Asia Central. Así, el papel pronto comenzó a reemplazar el papiro y el pergamino, los dos soportes flexibles de escritura de la antigüedad. En el ámbito de la arquitectura, la mayor disponibilidad de papel habría fomentado el uso de la notación personal para bocetos y planes y la facilidad con la que el papel podía enviarse de un lugar a otro habría fomentado el desarrollo de sistemas colectivos de notación y la transferencia de imágenes visuales a largas distancias.
Sin embargo, en la alta edad media no debería sorprendernos que los "analfabetos visuales" pudieran haber sido capaces de hazañas equivalentes de estimación mental, cálculo y visualización. Nuestra dependencia de los sistemas de notación ha obviado en gran medida la necesidad de estas hazañas mentales, pero la ausencia de sistemas de notación en el período islámico temprano, por ejemplo, significaba que no se seguiría un solo estilo de arquitectura mientras que la existencia indudable de tales sistemas en tiempos posteriores garantizaba la impresionante uniformidad. Finalmente, la aparición y el uso de sistemas de notación provocaron una mayor profesionalización de la arquitectura, ya que la capacidad de dibujar y leer planos es una habilidad aprendida y compleja, muy diferente de la requerida para hacer que los edificios se levanten. (Bloom 1993)
Referencias:
Grube, Ernst J. 1985. La Arquitectura Del Mundo Islámico : Su Historia Y Significado Social. Alianza Forma. Serie Especial, Iv. Madrid: Alianza Editorial.
Warren, John. 1991. “Creswell's Use of the Theory of Dating by the Acuteness of the Pointed Arches in Early Muslim Architecture.” Muqarnas 8: 59–59. doi:10.2307/1523154.
Bloom, Jonathan M. 1993. “On the Transmission of Designs in Early Islamic Architecture.” Muqarnas 10: 21–21. doi:10.2307/1523168..
Hattstein, Markus, and Peter Delius. 2007. Islam: Arte Y Arquitectura. Königswinter, Nordrhein-Westfalen: H.F. Ullmann
R. J. C. Broadhurst, The Travels of IbnJubayr (London, 1952), pp.272-84
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