Text
My luck could change {Part III}
Martes 28 de Febrero - San Diego, California.
De un momento a otro la tranquilidad parecía desvanecerse a cada segundo que pasaba, la habitación estaba completamente oscura, salvo por las ligeras luces que entraban por la ventana pero todo indicaba que era pasado la media noche. Su cuerpo se movía inquieto sobre la cama, logrando sacarlo del sueño profundo en que se encontraba y su espalda se encorvó, alzando su pecho, al mismo tiempo que ceño se fruncía y su respiración se agitaba.
- ¡Mierda! – Exclamó entre dientes, sin intenciones aún de llamar la atención. Estaba solo en su habitación, llevó una de sus manos a la mesa de noche en busca de la lámpara que estaba sobre esta y apenas pudo coordinarse, pasando a llevar todo lo que estaba encima, dejando caer al suelo el vaso de agua que reventó contra este.
Regresó su extremidad a la cama, para llevarse esta hacia su nuca y es que el dolor aumentaba progresivamente, expandiéndose desde su cervical hasta su lumbar, tensando cada uno de sus músculos y creando una sensación inexplicable que aumentaba con lo segundos.
- ¡Luke! – Se escuchó la voz de su madre al momento que se encendió la luz, caminando de inmediato hacia la cama para sujetarlo desde sus brazos para que pudiera quedar de costado sobre el colchón y acarició los mismo – Intenta respirar, tranquilo – Dijo de la manera más calmada que pudo, estaba allí por lo mismo, para cuidar de él y no alterarlo más en momento cómo aquellos. Sabía que estas crisis vendrían, y cada vez con mayor frecuencia, por lo que debían estar preparados para aquellos dolores que cada vez se volvían más insoportables y tenían al oxigenado en la cama al punto de retorcerse y quejándose sin medir su volumen.
No era la primera vez que lo sentía de ese modo, sin embargo, era una de las más críticas e intensas que podía recordar. No existía una escala válida para describir el dolor que sentía, superaba cualquier número y cualquier tipo de sensación que recordaba o que haya sentido para ser comparado. – Vas a estar bien – Murmuró la mujer, quien lo acunaba entre sus brazos intentando apaciguar el dolor de alguna manera, mientras en silencio apegaba su frente a la suya y comenzaba a rezar alguna plegaria, ella que podía y que la fe era lo único que la mantenía aferrada aquella situación por lo que pasaba su hijo.
No pasó más de veinte minutos en los que su cuerpo cayó rendido sobre la cama, sin haberse pasado por completo, pero claramente estaba mucho más tranquilo al poder soportarlo. Mantuvo sus ojos cerrados, llevando sus manos a su rostro para pasarlos por el mismo intentando estabilizar su respiración que alzaba su pecho y denotaba una capa de sudor tanto en su frente como en su cuerpo; estaba cansado, tenía conciencia de esto sería la primera de muchas más, de que no había nada que pudiera calmar su situación y que por más difícil que fuera, estaba luchando, contra una de las más difíciles cosas que le habían puesto en su vida.
- ¡Luke, mírame! – Lo llamó con desesperación, toda aquella que había intentando mantener oculta, en ese momento no pudo más al notar que su cuerpo caía con todo el peso sobre la cama y sus ojos se desorbitaban, quedando inconsciente a los segundos después, sin tener alguna reacción de su parte.
2 notes
·
View notes
Text
You only get one shot, do not miss your chance to blow [ Part IV - Final]
Jueves 9 de Febrero, 2017 - Centro de justicia de San Diego, California
Las argollas de platino envolvían mis muñecas que caían entre mis piernas brillaban debido justo al foco de luz que tenía sobre mi cabeza en aquella sala, por lo que subí mi mirada y noté como todo esta vez se veía diferente. Habían pasado alrededor de cuatro juicios en aquella misma sala, donde cada uno de ellos parecía tener un tono gris por encima, cómo cuando sabes que estás viendo una película que no fue hecha con el mejor presupuesto, dónde las palabras ni siquiera entraban por mis oídos y tan sólo escuchaba las voces rebotar en aquellas cuatro paredes.
No era diferente por el hecho de que esta vez Syrielle me acompañara junto a mi abogado, ni tampoco por que traía mi ropa y no el humillante traje color naranja, mucho menos por el hecho de que estaba poco a poco recuperando mi cuerpo; era diferente porque así lo sentí en el momento que crucé la puerta, como tantas veces que escuché sobre la gente que tenía un presentimiento, una llamada “corazonada” y me preguntaba “¿Qué es eso? ¿Será verdad?”.
Ahí estaba, teniendo uno de los presentimientos más grandes y fuertes, quizás el único que había sentido en mi vida y a pesar de que existía la posibilidad de que todo nuevamente tocara fondo, algo me decía que esta vez iba a ser distinto.
Pasé tres meses en prisión, rodeado de gente que era mil veces peor a lo que yo estaba acostumbrado, donde había asesinos de verdad, ladrones que no robaban una botella de vodka en la botillería, y quienes no fumaban, sino que vendían gramos tras gramos de sustancias ilícitas. Y para qué nombrar de que pasé un poco más de un mes encerrado en mi propia casa, ¿Qué mierda es eso de que tu casa parezca una cárcel?, donde mis amigos iban y venían, mientras yo, apenas podía salía al jardín sin que llegara una patrulla de policías.
Alcé mi vista, sin poder evitar esbozar una pequeña sonrisa al ver a Syrielle pendiente de lo que dictaba el juez, pasando rápidamente a observar aquel hombre tan imponente y que parecía tener tanto poder solo por estar en un estrado.
- […] Y debido a las pruebas presentadas, las cuales resultaron congruentes con la declaración del testigo, se declara a Balaram Anderson inocente y se retiran los cargos asignados – Sentenció.
¿Qué? ¿Escuché bien?
Sentí como me abrazaban mientras yo permanecía estático, como si estuviera en otra parte, no lograba asimilar lo que estaba pasando hasta que visualicé en el puesto que yo estuve muchas veces al hombre culpable, ése que me había cagado la vida y que ahora, por motivos que desconozco, me la está devolviendo, mientras quién se había encargado de resguardar mi seguridad o más bien que no escapara, se acercaba a mí para quitarme las esposas de mis muñecas.
Fue allí, en ese momento exacto cuando sentí la libertad de verdad en mí, cuando pude salir de esa sala sin ser seguido por nadie, cuando cada paso que daba no estaba siendo rastreado, cuando sentí que me quitaba una mochila pesadísima de mi espalda y podía recuperar mi respiración. Mil pensamientos se vinieron a mi cabeza, las ganas de meterme al mar, de ir al negocio que tenía con mis amigos, de irme de viaje, de poder recuperar todo lo que había perdido y que pensé que jamás volvería a recuperar.
Recordé muchas veces que estuve en el límite, con esa sensación de que en cualquier momento saltaría al vacío, donde la angustia era uno de los sentimientos más fuertes y que jamás había sentido. Tenía los ojos húmedos, pero creo haber recordado muy pocas veces esta clase de sentimiento, y no me quedaba más que admitir que estaba feliz, por que por fin, había recuperado mi libertad.
0 notes
Text
ME DECLARO DE LUTO A TODO LO QUE BALARAM RESPECTA.
1 note
·
View note
Audio
I don't know who's going to kiss you when I'm gone So I'm going to love you now, like it's all I have I know it'll kill me when it's over I don't want to think about it I want you to love me now
.
HAPPY VALENTINE’S DAY TO ALL MY LOVERS ♥
1 note
·
View note
Audio
Leave the light on I'll never give up on you Leave the light on For me too Back to me I know that it comes Back to me Doesn't it scare you Your will is not as strong As it used to be
0 notes
Photo
I FUCKING LOVE YOU
2 notes
·
View notes
Photo
Esto me hace muy feliz <3

2 notes
·
View notes
Conversation
Dylan: Eso fue una ofensa, Cailin
Cailin: PERO AMOR
Dylan: ALO?
1 note
·
View note