#* ⠀ 🍒 ⠀ ╱ ⠀ bio ⠀ 、 ⠀ ❪ ⠀ ruan yaling ⠀ ❫

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ruan  yaling  -  𝗁̶̫̦͑̐͜͠𝗎̶̫̳̘͐̀͠𝗆̶͚͖͌̽́𝖺̶̡̞͔̓͐͝𝗇̶̺͉̼̈́͛̓𝖺̶̪͚̙̾̈́͊?̶͇͇͍̈́́͠?̶͚̝͉̾̔̐?̶̞̙͒́͒   -  cientos  de  años  -  09  de  marzo  -  piscis  -  tejedora  de  seda  /  jinete  del  hambre  -  fc:  ningning

tw: abuso físico, abuso sexual, todo lo malo del mundo porque lo escribí yo.

Yaling nació en una aldea rural, donde se trabajaban los grandes campos de arroz, se pintaban vasijas elegantes y donde se cuidaban los gusanos donde se producía la seda. Proveniente de una familia pobre, siendo la hermana mayor de dos hermanos gemelos, Yaling sufrió desde temprana edad el hambre y la carencia, sin contar el maltrato físico por parte de su padre alfa quien ebrio en alcohol, solía golpear a su madre y a ella en sus ataques de violencia al considerarlas el eslabón débil, al ser mujeres.

Su madre murió por una extraña plaga de la cual no se pudo recuperar a falta de medicina y comida, lo que obligó a Yaling a tomar el papel de la mujer del hogar, cuidando a sus hermanos y alimentando al parasito que era su padre, trabajando arduamente en los campos de arroz para conseguir un kilo para alimentarse sin dejar de cuidar tampoco a sus gusanos de seda, vendiendo a veces infraganti, la tela producida, por un poco de comida y monedas para solventar gastos. Los golpes no faltaban cuando su padre, en un día lucido, pesaba las telas y se aseguraba de que Yaling había vendido algo a escondidas.

Su vida no mejoró en ningún momento, no cuando con quince años, fue vendida a un alfa de más poder y rico en la villa, quien en ningún momento buscó volverle su esposa, sino su concubina y quien calentase su cama cuando su esposa no pudiese satisfacerlo. El hambre se había tranquilizado al comer mejor, pero un hoyo negro y grotesco crecía en su estómago, era un hambre distinta muy parecido al odio.

Yaling mantuvo sus gusanos de seda, al igual que su producción del producto, siendo algo que hacía durante las noches donde su “dueño” no la necesitara. Para ella y su frágil mente, aquellas pequeñas criaturas regordetas se convirtieron en sus compañeros, con quienes susurraba conversaciones donde no recibía respuesta, pero al menos sentía calor y compresión de estos.

Yaling quedó embarazada de aquel alfa no muchos meses luego de ser comprada, pareciéndole increíble como el mundo conspiraba en su contra o a su favor, puesto que si generaba un heredero varón probablemente podría sustituir a la señora de la casa quien no podía quedar embarazada por más que lo intentara, pero también con ello generó problemas y desventaja con aquella mujer y las demás concubinas quienes le vieron como la enemiga más grande.

Su estabilidad y su psyche terminaron de romperse cuando una mañana, donde las oscuras nubes cubrían el cielo, fue sacada a empujones y golpes del hogar donde habitaba. La señora de la casa le había señalado como ladrona de joyas preciadas para ella, Yaling lloraba y pedía clemencia al alfa, alegando que ella no había hecho nada como eso. No obstante, parecía que se había plantado la evidencia en su lecho, encontrando las joyas entre sus cosas. Aquello pareció detonar la violencia en el hombre que llamaba señor, apaleándola hasta dejarla medio muerta, su pequeño espacio donde cuidaban de los gusanos de seda fue incendiado y como castigo por su malhechora, Yaling fue bajada hasta un pozo sin agua, donde pasaría tres días y tres noches sin alimentos ni agua, sufriendo en la oscuridad del lugar mientras lo único que podía observar allá abajo era una luz al final de un túnel oscuro.

Yaling gritaba por clemencia, por una mano que fuese tendida para ella, no obstante, lo único que respondía a su llamado era la torrencial lluvia, los rayos y los truenos, de una tormenta que poco a poco comenzaba a llenar aquel pozo seco. Yaling entró en desesperación, por ella y su hijo no nacido, desgarrándose dedos y uñas al intentar sufrir, no obstante, sus manos se llenaban de una piedra blanquecina que lucía plateada bajo la escaza luz, el torio en aquellas piedras del pozo comenzaba a desprenderse y en conjunto con el agua, penetraba en su cuerpo como dagas. El elemento radioactivo acabó con ella antes de ahogarse, deteniendo sus pulmones y pudriendo su vientre donde el bebé que descansaba, murió junto con ella. O al menos, es lo ultimo que recuerda como humana.

Yaling logró salir de aquel pozo en la ultima noche de su castigo, los gusanos de seda y las polillas del mismo rodeaban este como esperando por un comando, las manos llenas de sangre seca se sostuvieron del ultimo trozo de piedra, su cabello caía como una cortina negra y su piel lucía más pálida. Su vestido manchado de sangre entre sus piernas, pintaban una macabra obra de arte que tenía hambre, un hambre de venganza.

La que pronto sería denominada el jinete de la hambruna, pasó la ultima noche de su castigo llevando la plaga a donde sea que se moviese, comenzando por aquella casona donde fue sometida a torturas y donde perdió su capacidad de engendrar, observando como sus pies descalzos que dejaban una estela de agua por donde andaba, producían el grito desgarrador de las personas al secarse como una fruta debajo del sol, muriendo de hambre. Mató hombres, mujeres y niños, asegurándose de que aquella casona terminase rodeada de hilos de seda, como una araña envolviendo su cena.

Yaling asesinó a toda su villa en menos de doce horas, paseándose como un alma en pena que solo era acompañada por sus fieles gusanos y polillas, quienes en conjunto con el torio que ahora parecía ser parte de ella, destruían pulmones, estómagos y páncreas, al igual que secaban completamente los campos de arroz y mataban los animales del ganado. Formándose una clara leyenda sobre una criatura de terror, con un vestido andrajoso, sucio y ensangrentado, que sollozaba desconsolada mientras sostenía su vientre y su andar traía el hambre a cualquier tierra que pisaba.

Pronto fue conocida como el jinete del hambre, uniéndose a otras tres chicas que desataban caos por donde sea que pisaban y cuando todos los reinos de aquel entonces decidieron darles pelea, no pudieron asesinarlas. Las cuatro fueron encerradas en un espacio donde el tiempo pasa diferente, siendo sometidas a torturas con elementos contrarios a sus elementos radioactivos, pasando siglos hasta su regreso.

DATOS EXTRAS

Es un omega, su esencia es lirio de la paz que es sumamente venenosa y rocío.

También se le conoce como “Limos” representante del hambre e inanición.

Utiliza sus gusanos y polillas como principal canalizador de su poder como el hambre, robando vitalidad de cualquier criatura viva, secando plantas y asesinando el ganado. Cuando termina con algún lugar o grupo de personas, les envuelve como lo haría una araña, en un capullo donde sigue succionando su energía y su vitalidad hasta que se vuelven polvo.

El torio le da la habilidad de cicatrizar los pulmones, consiguiendo una muerte lenta y dolorosa al no poder respirar correctamente, también produce la infertilidad y un daño prolongado a todos los órganos.

Yaling perdió a su bebé, y junto con ello y gracias al torio, también perdió completamente su habilidad para procrear. Pierde más el control cuando están niños o bebés involucrados, puesto que le recuerdan a todo lo que no pudo tener.

Su personalidad quedó algo retraída, como una niña pequeña que nunca pudo crecer como era debido. A veces tiene un aire de inocencia y estupidez propia de una criatura pequeña, no obstante, es consciente de todo y su personalidad más seria puede salir en cualquier momento. Sufre de un claro trastorno de personalidad disociativo.

Es berrinchuda y pierde el control de sus habilidades cuando se le tocan los temas sensibles o alguien mucho más inteligente utiliza esas habilidades en batalla. Por ello, es que siempre obedece a sus compañeras, ellas saben mejor que es lo correcto y como conseguir la victoria.

Su poder es blanquecino como el torio, al igual que su presencia siempre se acompaña de lluvia y truenos y rayos, gracias al torio que recibió su nombre por Thor.

Odia a los alfas, son los causantes de todo su dolor y siempre son los primeros en morir en sus manos. La única alfa que tolera un poco más, es Rinah y Kuroha, aunque con esta ultima tiene una relación compleja.

Aun le gusta tejer, notándose en como siempre lleva consigo un curioso y alfo deforme conejo blanco hecho con seda, tiene un ojo más grande y una cara demasiado grande para su cuerpo. Rinah piensa que es una representación del hijo no nacido, pero no suelen hablar de ese tema sin que Yaling pierda los estribos.

No le gusta sentirse encerrada, por eso pelea constantemente con Kuroha. No obstante, no busca obtener el poder ni ser la líder, esas cosas se las deja a sus “hermanas” más grandes.

Tiene claustrofobia.

Le gusta bailar, lo hace alrededor de los cuerpos de las víctimas de Sumin, agregando sadismo a la clara tortura.