#CAMUFLAJE IMPERFECTO
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“Camuflaje imperfecto”
“Camuflaje imperfecto”
“Camuflaje imperfecto” Con aires de grandeza disimulando sonreía. Con magia se encubría ocultando los sentimientos. Con su vestido esmeralda trocaba todos los pareceres tapando todas las bocas, solapando todas las frases. Revestida de frío plomo bajo su ridículo escudo escondía sus tiernas mentiras, fingiendo como, mejor podía. Cubriéndose con un velo maquillaba sus duras…

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1 de junio del 2022
Mi piel tornasol
¿No es lo que quiere el mundo? Una piel sin piel. Una piel sin escamas.
Te envuelve en su ropa como protegiéndote del frío, te viste en su uniforme. Te cubre la boca, te enredada en cadenas que van de tus manos a tus pies. No te ata a nadie, sólo a ti, a la piel que no es tu piel.
Soy la negación, la resistencia.
Negación a la etiqueta.
Negación al molde.
Negación a vestirme de una piel que fue hecha para ser mía, nadie me preguntó si me gustaba el rosa o el azul.
Resistencia a vivir en mi propia piel.
Resistencia a crear mi propia piel.
Y qué si tengo escamas, son mi escudo tornasol, mi camuflaje en un mundo que te viste de metal inoxidable.
Yo me pinto de colores, me visto de turquesa y opal.
Me visto de arcoris imperfecto.
Me quito unas escamas como desprendiendo lentejuelas.
Y con unos cuantos pespuntes, soy yo en mi propia piel,
la piel que elijo habitar.
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Imagen vía Pinterest.
Créditos: Farbenfrohe Fotografie
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El Holandés Errante
Mientras el minutero del reloj de pared rebasaba suavemente la manecilla de las horas, todavía enhiesta, el calendario automático, situado bajo la esfera, se estremeció bruscamente y al número diez le sucedió el once.
Salvo aquel ligero espasmo, tal vez atribuible a un imperfecto funcionamiento del mecanismo, las plaquitas en que estaban inscritos los signos «noviembre» y «1998» permanecieron inmóviles. En la sala de control, dotada de aire acondicionado, un termómetro situado junto a la puerta señalaba invariablemente una temperatura de 68° Fahrenheit.
No había nadie en la sala de control para observar el reloj, el calendario, el termómetro, la pantalla de radar o cualquiera de los diversos indicadores instalados en las paredes o en las mesas. Aun suponiendo la presencia de empleados o intrusos, no les hubiera sido posible leer señal alguna ya que la oscuridad era completa. No sólo estaban apagadas las luces de la sala; tupidos cortinajes las protegían contra los traicioneros rayos de la Luna que eventualmente pudieran reflejarse en las superficies pulimentadas.
La ausencia de luz y de personal técnico no alteraba el trabajo de los prodigiosos aparatos del aeropuerto, pues habían sido diseñados para funcionar automáticamente con una inteligencia casi humana y con una precisión que sobrepasaba a la del hombre en cualquier emergencia, excepto en los casos de un ataque directo del enemigo o de un tiro cercano que averiara no sólo los instrumentos sino también los aparatos de reparación y ajuste.
Cuando el sonar y el radar captaron el sonido y la imagen de una aeronave que se aproximaba por el norte, instantánea y correctamente fue identificada como amiga; en efecto, era un RB-87 que regresaba a su base. La información fue transferida a las baterías antiaéreas, a la oficina de información, situada a treinta millas de distancia; a los tabuladores que registraban el curso de los bombarderos, al control de combustible oculto a gran profundidad y al depósito de municiones, protegido por capas y más capas de cemento y plomo.
No existía balizaje automático en el aeropuerto, por supuesto, pero esto no significaba inconveniente alguno para el poderoso bombardero de ocho motores, ya que no dependía de percepciones y reacciones humanas sino de un cálculo matemático totalmente ajustado a su plan de vuelo, sensible a la más sutil variación atmosférica, a la configuración del terreno, e incluso a una repentina imperfección de su propio mecanismo. Durante el vuelo, segundo tras segundo, estos instrumentos calculaban, compensaban y mantenían a la aeronave en la ruta prevista.
El RB-87, ajustado a la velocidad y dirección del viento, así como a cierto número de factores, apuntó la proa hacia la pista de cemento de dos millas de longitud y se deslizó suavemente sobre ella, hasta el final, para detenerse finalmente con las hélices girando en punto muerto entre dos trazos de pintura: el lugar exacto que indicaban los cálculos que regían su navegación.
Mientras se detenían los motores y las hélices giraban cada vez con mayor lentitud, los complejos servicios de la base aérea comenzaron a funcionar, al detectar los instrumentos de la oscura sala de control la invisible imagen del bombardero que regresaba. Del depósito de combustible serpenteó una manguera aparentemente interminable, atravesando el campo; al acercarse al bombardero, sus movimientos reptantes se hicieron más pronunciados cuando, guiada por impulsos electrónicos alzó la cabeza y trepó por un costado del aparato, buscando a ciegas los vacíos tanques de gasolina. Un diminuto receptor le respondió al mensaje de un transmisor también minúsculo; saltó el tapón y el cuello de la manga se introdujo en la abertura. Este contacto actuó en las profundidades del depósito de combustible; comenzaron a funcionar las bombas y la larga manguera se puso rígida al pasar la gasolina por su interior. A muchos kilómetros de distancia comenzaron a trabajar las bombas, impulsando su carga a través de los oleoductos. Toda la maquinaria de una refinería se puso en movimiento para elaborar petróleo en crudo y enviarlo transformado en gasolina de alto octanaje. A medio continente de distancia, se elevaba desde las profundidades de un pozo de materia prima que iría a parar al interior de un depósito vacío.
La manguera de gasolina, pieza fundamental, era el aparato más simple de la sala de control. Llenos ya los tanques, el tapón del depósito en su sitio y la manguera enrollada en su horquilla, hicieron su aparición las maquinarias más complejas. La manguera de engrase se desplazaba de un motor a otro, los cuales vomitaban finas capas de aceite negro quemado, luego reemplazadas por lubricantes de un color verde-dorado, fresco y viscoso. El dispositivo mecánico de engrase, un increíble pulpo sobre ruedas, circulaba por el campo aplicando sus tentáculos a las innumerables junturas que requerían sus servicios. Al otro lado del campo, los dispositivos automáticos de carga transportaban su precioso equipo en lenta procesión. Iban al encuentro del bombardero y constituían también mecanismos complejos y sutiles, guiados por delicados artificios, que colocaban suave y cuidadosamente las valiosas bombas en las cavidades de la nave. Aguardaban pacientemente su turno, dispuestos y regulados contra toda posible colisión. Al igual que los aparatos de control de combustible, también eran el resultado de la labor de muchos servomecanismos; galerías subterráneas despachaban a gran profundidad el material de repuesto por medio de tubos neumáticos, que se introducían bajo la superficie de la tierra a varios kilómetros de profundidad.
Los poderosos motores se enfriaron. La veleta —una especie de cono de lona—, en lo alto de la torre del aeropuerto, se movió ligeramente. En la oscura sala de control, el reloj marcaba las 3:58. Débiles partículas de polvo se filtraron subrepticiamente a través de las rendijas de las ventanas y un pequeño trozo de cemento, desprendido por el viento, cayó al suelo. A unos cuantos kilómetros de distancia, una hilera de árboles secos y resquebrajados rehusaban ásperamente, con fúnebre tozudez, a doblegarse lo más mínimo ante las duras acometidas del viento.
Exactamente a las 4:50, un impulso eléctrico procedente de la sala de control, según normas predeterminadas, puso en marcha los motores del avión. Hubo un momento en el que falló el motor número siete, pero pronto recuperó el ritmo habitual. Durante un largo intervalo, los motores se calentaron. La aeronave emprendió la marcha con aparente impremeditación, pero en el exacto instante previsto.
La pista se extendía a gran distancia. Pese a ganar velocidad, parecía como si el avión se mantuviera pegado a ella, reacio a dejar tierra. Después de un ligero balanceo, se abrió al fin un espacio entre las ruedas y el cemento, que se agrandó con rapidez. El aparato se elevó a gran altura, sobrepasando por un amplio margen la red de cables de alta tensión que se extendía más allá del aeropuerto.
Ya en el aire pareció vacilar un momento, mientras los instrumentos medían y calibraban, pero no tardó en enfilar la proa hacia el norte, surcando con decisión el firmamento.
Volaba a enorme altura, por encima de las nubes, por encima de la sutil capa de aire oxigenado. Los motores palpitaban uniformemente, excepto el número siete, en el que de vez en cuando se percibían desfallecimientos y vacilaciones. Los expertos instrumentos del bombardero guiaban y comprobaban constantemente su vuelo, manteniéndolo en ruta hacia el objetivo a una altura fuera de posibles interferencias.
La pálida luz del amanecer hirió los contornos del avión sin resultado. La pintura pardusca del camuflaje no producía reflejos, pero aquí y allá aparecían ligeros rasguños, dejando al descubierto el brillante y traicionero aluminio. A medida que la luz se intensificaba, se hizo patente que tales desperfectos no eran sino pequeños signos de la debilidad del gran bombardero. Un golpe aquí, una abolladura allá, un cable deshilachado, una ligera erosión, señales que evidenciaban malos tratos, ominosas limitaciones. Sólo los instrumentos y los motores eran perfectos, aunque incluso éstos, considerando las alteraciones del número siete, no parecían destinados a durar indefinidamente.
Rumbo norte, rumbo norte, rumbo norte. El blanco había sido fijado, años atrás, por hombres maduros de rostro inexpresivo. La ruta fue establecida por hombres más jóvenes, con cigarrillos entre los labios, y los instrumentos esenciales fueron instalados por otros hombres todavía más jóvenes, envueltos en guardapolvos y mascando chicle. El blanco no era originalmente objetivo exclusivo del «Holandés Errante» —nombre que un mecánico jovial pintó años atrás en el fuselaje de la aeronave—, sino que estaba a cargo de un escuadrón completo de aviones del modelo RB-87, pues constituía un importante centro industrial, una parte esencial para el poder militar del enemigo cuya destrucción era necesaria.
Los hombres maduros que habían decidido el plan estratégico conocían muy bien la naturaleza de la guerra que estaban afrontando. Todo se había preparado cuidadosamente, teniendo en cuenta las posibles eventualidades. Planes de todas clases, cuantas alternativas eran posibles, se habían planificado con el mayor celo. Se daba por descontado que aquella capital y las ciudades más importantes serían destruidas casi de inmediato, pero los autores del plan habían ido mucho más allá de la simple descentralización. En las guerras precedentes, las operaciones finales dependían de los humanos, cuyo carácter frágil y falible conocían muy bien los estrategas. Pensaban con disgusto en la inutilidad de los soldados y mecánicos cuando se les somete a bombardeos ininterrumpidos o sufren los efectos de las armas químicas o biológicas, en los civiles refugiados en los más profundos rincones de las cavernas y minas subterráneas, con la voluntad anulada para la lucha e implorando servilmente el retorno de la paz. Los estrategas habían luchado ardorosamente contra este factor de incertidumbre. Organizaron una guerra no sólo completamente automatizada, sino además en la que botones y más botones actuasen en una cadena sin fin. La población civil podría encorvarse y temblar, pero la guerra no se detendría hasta alcanzar la victoria.
El «Holandés Errante» avanzaba velozmente hacia un blanco familiar servido y reforzado por una intrincada red de instrumentos, dispositivos, factorías, generadores, cables subterráneos y recursos básicos, todos ellos casi envidiables e inexpugnables, capaces de funcionar hasta el agotamiento, que no llegaría —gracias a su perfección— hasta dentro de cien años. El «Holandés Errante» volaba hacia el norte, una creación del hombre que ya no dependía de su autor.
Volaba hacia la ciudad que, largo tiempo atrás, había quedado convertida en pequeños cascos pulverizados. Volaba hacia las distantes pilas de baterías antiaéreas, donde los pocos cañones que todavía quedaban indemnes lo localizarían con sus pantallas de radar, apuntando y disparando automáticamente, para atraerlo al destino que sufrieron otros aviones a su imagen y semejanza. El «Holandés Errante» volaba hacia el país del enemigo, un país cuyos ejércitos habían sido aniquilados y cuyo pueblo había perecido. Volaba a tal altura que, desde un punto muy inferior al de sus extendidas alas y potentes motores, la superficie de la Tierra quedaba limitada por una gran línea curva. La Tierra, un planeta muerto en el cual hacía ya tiempo, mucho tiempo, que no alentaba ningún ser viviente.
Ward Moore, Flying Dutchman, 1951
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camuflaje imperfecto

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¡Es una trampa!
Carlos Fernández Pello - Retrospectiva García-Galería
14 de Noviembre de 2015 - 9 de Enero de 2016
“Pongamos por caso que, durante el transcurso de la escritura de esta reseña, el reseñante se hubiera encontrado ante una pequeña e imposible arruga sobre la superficie del papel. Un doblez, o un pliegue, que hiciera posible por un momento distinguir entre dos niveles que antes corrían paralelamente sin ser consciente a su atención distraída. Por un lado, observaría las palabras que se van desplegando mientras son escritas; por el otro, el sentido que acontece en su cabeza y que se desprende de aquellas.”
Del mismo modo que las ideas fluyen acompasadas a las palabras en este pliegue místico surgido del papel, las imágenes teleplásticas de Carlos Fernández Pello nos muestran al mismo tiempo, pero no a la vez, todos los planos posibles en los que nos atrevamos a estar inmiscuidos.
La acción se organiza en dos actos, uno en cada sala de la pequeña galería. Lo primero que se nos ofrece es una perfecta vigilancia, un punto de vista al que agarrarnos frente al vértigo que se nos viene encima. Para ello, unas estructuras para hablar de pie, tomadas prestadas de Pistoletto y una tabla optométrica donde no hay nada que medir, pues nada desafía nuestra vista, no hay caracteres de distintos tamaños sino unas piezas cuyos perfiles apenas se pueden distinguir a la luz. A la vez, se nos invita a acomodarnos en esta trinchera de observación, a tocar la agradable espuma con la que está recubierta, a experimentar su textura y a observar como nuestra huella aparece y desaparece, dejándonos claro que sin nosotros los secretos no se revelan. Después, el desorden, perfectamente organizado en torno a unos papeles arrugados, depositados - ¿o tirados?- por todo el suelo de la sala, con apuntes, tachaduras y frases destacadas con rotuladores fluorescentes. Las palabras que tenemos debajo, conversan con las que tenemos delante; siete marcos con siete imágenes, plagados de conceptos destacados y de frases subrayadas. Cinco de estos marcos son fotografías. Fotografías de páginas a medio pasar, de piel siendo pellizcada. Texturas brillantes y tersas retratadas en el instante en el que su forma original está siendo desafiada. Los otros dos marcos, que presiden la sala, no muestran fotografías. En esta ocasión la imagen está plegada, doblada sobre sí misma, solapando la parte anterior con la posterior y paradójicamente, completando la forma que suponemos le corresponde al papel que se nos oculta. En todos las imágenes destacan los juegos de texturas y formas líquidas, de márgenes imperfectos y dimensiones visibles pero inexistentes.
Mientras que en la primera sala una estructura centraba nuestra atención en un punto, en esta ocasión nos atrapa en un espacio muy reducido y esparce nuestra vista, impidiendo que nos acerquemos a las imágenes que se presentan al fondo; el segundo acto da comienzo. Sobre la pared, una imagen ampliada de la tabla optométrica que encerraba la primera cerca. Curiosamente vemos con más claridad las formas y colores de la obra que en original, situada a escasos tres metros del punto donde estamos ahora. Al lado, los marcos que no contenían fotografía de la sala anterior están presentes, esta vez sí, en dos dimensiones. La espuma que cubre esta estructura está forrada con un folio. Es de un libro de texto de biología y explica el fenómeno del camuflaje -Mimicry- en algunas especies, la frase “life takes a step backwards” está destacada. Las palabras y las texturas siguen estando presentes, pero de una forma distorsionada y confusa; esta sala ha convertido lo sugerente en agobiante y ha dinamitado todas las ideas que se habían planteado en el primer acto. Hay un intruso, un objeto que no tiene nada que ver con el resto de la exposición. Una pequeña figura de trapo está atada a la estructura. Es el almirante Ackbar, un personaje de la saga Star Wars, y tiene adherida una pequeña etiqueta donde se lee Try me. Al presionar la barriga del simpático personaje, nos grita con su vocecilla robótica y nasal: “It's a trap!". El pequeño intruso era la pieza que faltaba; nos muestra donde podemos encontrar el epílogo.
La obra de Fernández Pello es de una profundidad desafiante, oscura y sublime. Las palabras y los objetos intercambian posiciones constantemente y nos hace creer que las ideas que nos facilita son de nuestra propia cosecha. En García galería, encontramos una reflexión sobre las relaciones entre las palabras y las formas, las texturas y el tiempo, la mirada, los iconos y las imágenes. Agitando todo esto en una coctelera, Fernández Pello crea un espacio de disfrute vivo y apasionante. Su página web personal, concebida como Site-specific, complementa la obra del madrileño y vertebra una intensa investigación sobre la palabra como icono y representación, fundamental para entender su discurso artístico y teórico. Durante todo el espacio de la galería, sitúa pistas que después serán fundamentales para desgranar la arquitectura del gran engaño al que hemos sido sometidos. El foam que recubre las estructuras, los conceptos destacados en los papeles, las fotos, las obras teleplásticas, las fotos de las obras teleplásticas… Todas son elementos que giran en torno a los conceptos centrales de la exposición. Las carencias de la fotografía frente a las imágenes teleplásticas, las reflexiones en torno pliegue Deleuziano, las capacidades hápticas como elemento constitutivo de la trama consustancial a la imagen, son sólo algunas de las tesis que podemos extraer de la apasionante muestra que toma lugar en la galería. La tabla optométrica que vimos al principio no presentaba caracteres de distintos tamaños por una razón, no se está poniendo a prueba nuestra vista, sino nuestra mirada.
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ELUNIVERSOLAVIDA MARZO Y ABRIL
ElUniversoLaVida#9: "Te Quiero"
Tengo una pared llena de mensajes sanadores en la dirección de la escuela, que es donde brindo apoyo individual o en grupos pequeños a estudiantes con dificultades. Cada uno escoje el mensaje que necesita escuchar ese día y muchas veces es simplemente este: "te quiero."
Anoche la Ami me insistía que me acueste con ella a su hora de dormir. Yo tenía que guardar y arreglar un monton de cosas y además tenía ganas de estar sola un rato para relajarme después de un día al final de una semana larga (aunque lunes y martes hayan sido feriados, la semana se sintió larga). "Pero solo vas a hacer las cosas o vas a conversar?" me preguntó. Y es que desde hace una semana tengo amigxs huéspedes con lxs que me quedo conversando hasta qué horas de la noche. Algo mágico que también me ayuda a descansar o mejor dicho a re-energizar. "No sé. Ahorita solo sé que es tarde, estoy cansada y necesito hacer mis cosas y no quiero hablar más sobre el tema." A lo que ella inmediatamente respondió: "Entonces, tú no me quieres. No quieres estar conmigo." Con mi típica costumbre de ser ironica le dije: "Claro, por eso te llevo conmigo a todos lados, y te cuido, converso contigo, y te leo cuentos, tienes razón."
Pero esta vez miré a mi hija y vi en sus ojos que no entendió. Entonces, me acerqué, le miré fijamente y le dije: "Yo te quiero y me gusta estar contigo. Pero cuando paso mucho tiempo con mucha gente y hablando con todo el mundo todo el día y con muchos niños luego siento la necesiad de estar sola por un rato y es como yo descanso. Igual que tú cuando te levantas por la mañana y no quieres que te hable hasta que haya pasado un tiempito y sientas que estás lista para que comience el día. Es algo así." Y entonces sus ojitos volvieron a brillar y me dijo: "Ah, ya, gracias por explicarme." Y se acostó tranquila con una sonrisa.
A mis treinta y más años, soy arqueóloga buscando pistas entre los restos de esa ciudad enterrada que es mi pasado. Mi experiencia en la maternidad, además de las terapias, la escritura, y mis libros de psicología son mis brochas con las que delicadamente remuevo el polvo como hacen con los huesos de los dinosaurios. En el Museo de Historia Natural en Nueva York recuerdo un Tyranosaurio Rex alto e imponente que hace algunos años lo desbarataron para volverlo a armar con la columna paralela al piso... ya no con la columna recta hacia arriba. El tamaño es igual, pero así bajito no da tanto miedo. Algunas investigaciones sugieren que el T-Rex tal vez *no* era la gran bestia, amenazante y cazadora que hemos creido sino un carrionero un poco torpe. Y por ciertas leyes de la física se ha demostrado que por su estructura ósea no hubiese podido andar ergido, sino con el cuerpo paralelo al suelo.
Pero yo no investigo esas cosas. Gran parte de mis esfuerzos arqueológicos tienen el mismo fin, un poco tonto o vergonzoso pero a la vez absolutamente fundamental y crítico. Busco evidencias de que mi madre me quiso. Ahora, es un poco tonto porque desde mis 9 años ella se preocupó de contestar esas dudas muy directamente haciendome saber que no. No me quiso. No deseó tenerme. Y para rematar yo nisiquiera le agrado. Y es un poco vergonzoso porque me lo repitió suficientes veces en toda mi vida para que yo (siendo tan inteligente) ya lo haya entendido bien. Y sin embargo, a veces mientras limpio la cocina o estoy en la ducha recuerdo alguna cosa y me digo a mi misma: eso! Eso se hace cuando se quiere. Pero siempre será debatible y sujeto a cambios de interpretación como lo del Tyranosaurio.
Si mi hija quiere ser arqueóloga un día, ojalá sea para descubrir nuevas diosas de culturas milenarias matriarcales o recrear el mundo mágico de los dinosaurios. Entonces, para no hacerle perder tiempo interpretando mis acciones, le digo con palabras también: te quiero.
ElUniversoLaVida#10: "Voy a estar ahí para ti incluso cuando mueras."
Siempre es bueno recordar lo que nos espera a todxs... y también quienes nos esperan. Los ancestros, los espíritus. Nosotrx mismxs. Todo se acaba y a la vez nada se acaba... ni lo bueno ni lo malo.
Cuando me uno con el bosque mi cuerpo me recuerda que soy yedras y árboles y ramas y alas y sombras a la vez.
Infinito amor.
ElUniversoLaVida#11: "Te amo y te doy permiso para ser diferente a mi."
Mañana es la Marcha de las Putas.
La primera vez que realmente le puse atención a esa palabara fue a mis 9 años cuando mi madre me informó que su hermano le había llamado "puta". Yo estaba acostada en la cama de mi Buela viendo la tele y mi mami me miró con esa mirada intensa que le volvían más claros sus ojos-- cuando estaba muy molesta el color verde aceituna se volvía un verde cristalino. Recuerdo haber visto ese color otra vez a mis 15 años cuando regresé de una escapada nocturna con unos chicos. Incidentalmente, el mismo hermano que le había llamado puta le ayudó a buscarme a mi en las discotecas de Quito. No me encontraron. Cuando llegaron a la casa yo ya estaba acostada en la cama con mi Buela.
Una de mis terapeutas dice que los hijos somos fieles a las madres siempre y para siempre-- incluso cuando ellas ya no estén.
Aunque mis madres (y me refiero a la línea materna) están, quiero cortar con esa fidelidad enfermiza. Con nuestra tradición de ser mujeres que rompen esquemas solo para darnos la vuelta y llamarle puta a la siguiente. Con nuestra tradición de rebelarnos contra lo que nos parece injusto para nosotras sin aprender a tener empatía por otras mujeres... sin respetar nisiquiera la verdad de nuestras hijas.
Mañana marcho por todas las veces que mi madre lanzó esa palabra "puta" como una daga directo a mi vientre, a mi garganta, a mi vagina, a mi alma. Marcho por las veces que mi Buela le dijo loca a mi mami por querer algo más para si misma-- algo más que ser solo esposa y madre, algo de placer y de aventura y de romance. Marcho por las veces que mi Buela fue juzgada por su decisión de divorciarse a los 50 y pico cuando las señoras Riobambeñas debían conformarse con envejecer y nada más... y cuando luego incomodó a algunos con su decisión de volver a casarse pasada los 60.
Y me doy permiso para ser diferente... para ser desleal a esa carga y esa culpa y esa vergüenza que hacen que las mismas mujeres que me dieron el ejemplo de ser mi misma venga lo que venga sean las mismas mujeres que luego me hayan herido con su desprecio, desapruebo y rechazo.
Mañana marcho orgullosamente puta y en solidaridad con todas las putas hasta que se acabe el miedo a esa palabra. Hasta sanar las heridas de esa palabra. Hasta acabar con la violencia que se justifica con esa palabra. Hasta que ya no me duela la necesidad de recibir ese permiso, esa aprobación que nunca vendrá porque desde hace más de un milenio hemos sido condenadas a vivir al margen de la vírgen-madre con la imposibilidad de jamás lograr las dos cosas a la vez.
Putas todas o puta ninguna. No más doble moral.
ElUniversoLaVida#12: "Doy la bienvenida y valoro tu amor"
Esto va de ida y de vuelta.
El año pasado compartí la foto del ceibo amazónico que tiene grandes espinas en el tronco que se hacen más pequeñas hasta que desaparecen en las partes más altas. Así soy yo. Para crecer y alcanzar lo alto primero tuve que proteger la parte más vulnerable, la que estaba al alcance de animalitos hambrientos. Todxs quienes me han amado se han rosado (o más) con mis espinas alguna vez (o muchas). Sin embargo, han valorado mi amor. Imperfecto, filoso, pero amor, igual.
Yo no he sido tan comprensiva. Siempre me ha costado y me cuesta aceptar las imperfecciones de las personas que amo. Y me ha costado dos grandes amistades irremplazables. Porque no supe aceptar sus espinas, o tal vez no me di cuenta que no las tenían y su única defensa era alejarse de las mías.
Hoy me propongo hacer mío este mensaje de dar la bienvenida y valorar el amor. Reconocerlo más allá del camuflaje. Valorar la belleza de la manera de querer y amar que tiene cada persona. Desde su realidad. Si yo soy un árbol de ceibo y eso es parte de mi encanto también, entonces qué eran ellxs quienes ya no constan en mi lista de amigxs? Y qué son otras personas que ahora tal vez tengo la oportunidad de tener cerca?
ElUniversoLaVida#13: "Puedes confiar en tu voz interior"
Mi voz interior es gritona, malhablada y atrevida. A veces digo q "se me sale lo Nuyorkina" cuando permito que mi voz interior se exprese. Pero no es verdad. La primera vez que tuve conciencia de mi voz fue a los 7 años en el suburbio de Tokyo donde vivía cuando un niño en la escuela me dió una orden. "Traeme mi libro!" exigió. Él quería que yo fuese a traerle un libro de su casillero. A me salió un "No," rotundo y le puse una cara de "y quién te crees pendejo? levántate a traer tus cosas como los demás." Porque además mi voz interior tiene un fuerte componente de lenguaje facial y corporal.
En fin, el niño se indignó pq era costumbre de los varones mandar a las niñas y yo era la única desobediente. Levantó su mano como para pegarme y me repitió la orden pero esta vez con la amenaza: "si no me traes ahora te pego." Y yo le grité que si me pegaba yo también le devolvería el golpe. Y no fue la última vez que tuve q enfrentarme a golpes con un niño japonés. La última vez fue unos años después cuando un niño mayor y más grande me metió una pisa de adeveras por defender a su hermanita de las agresiones del mismo.
Y no fue la última porque yo haya aprendido mi lección con eso. Fue la última por la casualidad que nos mudamos a Nueva York.
He luchado contra mi voz interior toda mi vida pq he deseado cumplir con las expectativas de los demás. "Por qué no eres tranquila como tu hermano?" "Ya, pero baja la voz." "No seas tan polémica." "Cállate." "Las señoritas...." "Tienes que darte cuenta del medio y llevar la fiesta en paz." La PEOR!!!!: "No te alteres"
Y la de una Melania anoche: "no queremos energía negativa."
Pues, tengo una lista de cosas negativas que me alteran:
-la injusticia -la ignorancia -la desigualdad -el machismo -el racismo -la homofóbia -la explotación -la avaricia -cuando se meten con mi cría -discriminación por cualquier razón incluída la lengua -la indiferencia -los secretos/mentiras en el la familia -la falta de solidaridad -la exclusión/marginación -las personas q se creen más -Donald Trump -Guillermo Lasso -la falta de recursos en la educación pública -la gente q no quiere pagar impuestos sobre herencias multimillonarias -personas autoritarias en la vida personal o pública -el maltrato
Bueno, puedo seguir, pero el punto es que mi voz interior expresa horror, indignación, y sí ENOJO, y también ira protectiva y también habla de cosas negativas y tiene toda la razón. Y en vez de aprender a callarme o bajar la voz o cambiar de tema, he decidido honrar esa voz siempre hasta que se acaben todas esas cosas y si no se acaban, pues tampoco mis gritos alterados porque confío en esa voz.
Porque esa voz es el regalo con el que yo nací para luchar en este mundo.
Como me dijo hace años una terapeuta: tu voz es tuya. No puede ser como la de otras personas. Y si no la usas, nadie la escuchará. Tienes que aceptarla aunque otros no la acepten.
Hoy me levanto con el compromiso de intentarlo de nuevo.
ElUniversoLaVida#14: "Te Veo y Te Escucho"
Estoy en el día final de una capacitación de 8 días supuestamente para la comunicación intercultural (no proveyeron intérpretes de idiomas), supuestamente para la tolerancia y diversidad (dictado por dos hombres, blancos y Europeos), supuestamente para la empatía (donde eres descalificada y corregida por expresar espontáneamente tus emociones), y supuestamente para aprender a apoyar a jóvenes haciendo intercambios culturales (donde no se habla profunda ni sinceramente de la identidad, el poder, el privilegio, la marginación, ni los conflictos).
Yo intervine y abrí un espacio para que se escucharan las voces de las personas que no estaban representadas en esta capacitación. Armé una actividad donde todos podían leer pedazos de textos de mujeres y personas trans y de distintas razas/étnias/culturas. Los textos estaban escritos en hojas de papel y colocados sobre unas mesas. Los participantes podían leer en silencio, reaccionar con emojis estilo facebook y si deseaban podían dejar un comentario escrito también. Había un texto de una mujer de Arabia Saudita que habla desde su propia experiencia sobre el trauma de la migración y la mobilidad para personas de color, quienes muchas veces huyen situaciones por necesidad y no por lujo. El comentario que dejó una participante fue "nunca digas nunca" porque en el texto decía "nunca pueden viajar sin trauma".
Me parece merecedor de análisis este intercambio cultural. Una persona que pertenece a un grupo marginado cuenta la vivencia de esa marginación. Una persona que no pertenece a ese grupo la corrige. La corrige por una palabra.
Se me viene a la mente la película "Selma" donde una señora mayor Afro-Estadounidense intenta registrarse para las votaciones y es descalificada una y otra vez por cualquier escusa sobre la manera que llenó el formulario y no importa con cuánto cuidado lo vuelva a llenar siguiendo las instrucciones del funcionario del gobierno, siempre es rechazado su formulario. A todos nos queda claro que simplemente no quieren que vote una mujer negra, pero el funcionario se escuda tras escusas burocráticas.
Hay conversaciones que simplemente algunas personas no quieren tener. Hay realidades que simplemente no quieren reconocer. Hay dolores-- propios y ajenos-- que no quieren enfrentar. Y entonces emplean el truco del burócrata: descalificar por la mínima escusa.
Para los que no han visto "Selma" pues, la Sra. se cansa de llenar formularios y sale a manifestarse. En la manifestación unos policías la garrotean-- la garrotean a una Sra. de la tercera edad que estaba de rodillas en el piso y no era ninguna amenaza para ellos.
Cuando permitimos que las "políticas de la respetabilidad" descalifiquen las voces de reclamo justo, estamos solapando la violencia. Porque lo que hay detrás es violencia y represión.
No pongamos tantas trabas para ver y escuchar al otro. Y si en algún momento podemos ayudar a visibilizar a alguién, hagámoslo. Todos necesitamos ser vistos y escuchados, y algunos mucho más que otros.
ElUniversoLaVida#15: "Te amo por lo que eres y no por lo que haces"
Esto no es una meditación sobre el tema. Es una develación:
Tiendo a amar a las personas por lo que son, es decir, sus cualidades esenciales.
Tiendo a cuestionar, mentira, a enojarme con las personas por lo que hacen.
Todo funciona bien cuando un pendejo hace cosas de pendejo-- entonces, lo más seguro es que yo he mantenido lejos a tal personaje siempre. Nada funciona cuando una persona que amo y admiro hace pendejadas, entonces, me jalo los pelos y digo, Por qué? Por qué? Por qué? Qué significa estooooooooo???? Pero es casi imposible que deje de querer a esa persona por mucha idiotez que haga. Lo más dificil es cuando una pendeja resulta que hace cosas buenas. Debería reconocer su amabilidad, pero no puedo-- porque sé que debajo de todo está su esencia malévola. Cómo explicarlo?
Hay algo más: el que me quiera tiene que quererme por lo que soy. Punto. Crecí dentro del cruel juego de hacer sentir a los niños que deben merecerse o ganarse el amor de los adultos. Y ya estoy grandecita para pruebas y juegos. A veces no alcanzaré a lavar los platos, o a bañarme, o a ir al banco, o a hacer las compras. A veces me olvidaré de llamar a TV Cable. O de que no te gusta tal cosa en la sopa. No siempre seré amable con tus amigos si me caen mal. Tampoco iré a una estúpida fiesta solo para complacerte. Y diré "lo siento" porque lo siento, pero asumiré que me amas igual que si lo hubiera hecho todo perfecto porque mi esencia no cambia con los errores que cometo.
En corto: amarme y ser amadx por mi no es para principiantes.
ElUniversoLaVida#16: "Eres especial para mi."
Quiero decir tantas cosas sobre este tema que no sé ni por dónde empezar. Puedo decir que he tenido la desagradable experiencia de sentirme tolerada en algunos espacios sociales, laborales, e incluso dentro de la familia. Mucho se le alaga a la tolerancia. Que hay que ser tolerante como si fuera una virtud. Pues, no me interesa ser tolerada. Prefiero ser valorada. Y me doy cuenta en seguida cuando una persona está aplicando la tolerancia conmigo y puedo decir que no se siente nada bien. Así que, prefiero la sinceridad. Y tratar de ver a cada persona por lo que es, y encontrar algo que pueda apreciar en ella en vez de tolerarla. No es fácil. No soy ninguna experta. Pero estoy convencida de que vale la pena intentarlo.
Porque hay muchas cosas que me hacen especial a mi y qué lindo es cuando otro ser humano reconoce cualquiera de ellas. Qué motivante que es cuando esa luz, esa esencia propia que luchas por mantener tuya y abierta a pesar de que te hace la vida dificil a veces, porque no quieres dejarla morir, porque no quieres sucumbir a la muerte en vida de ser algo que no eres... qué motivante es cuando alguién más ve lo especial que es esa luz y esa lucha y valora que eso exista en este mundo.
Y si estás leyendo mi muro, es porque eres especial para mi en ese sentido. Que estoy feliz de que existas en este mundo. Aún si tengamos diferencias o choques. Creeme, yo no tolero a nadie. O amo algo de ti, o no estás en mi lista y punto. Y si quieres me preguntas y te diré por qué eres especial para mi.
ElUniversoLaVida#17: "No tienes que tener miedo nunca más"
Para algunas personas doy la impresión de no tener miedo de nada. Dejé las casas de mis padres cuando aún era una adolescente, armada con una tarjeta para el tren y un trabajo temporal ganando el salario básico. Viajé a Marruecos poco después del ataque a las torres gemelas cuando muchas personas en EEUU creían en serio que cualquier persona musulmana deseaba matarlas a la primera oportunidad (algunos aún lo creen...). Me aventuré "sola" 10 horas en bus y luego 6 horas en lancha en un viaje a la selva cuando tenía 21 años aunque mis hermanos hasta ahora nisiquiera se atreven a salir a la calle solos en Quito ni a utilizar el bus urbano. Y ni hablar de mi absoluta falta de vergüenza cuando dramatizo orgasmos o partos o cualquier cosa que quiero en el escenario frente a conocidos y extraños.
Hace exactamente un año me fui a vivir al Puyo con mi hija sin haber conocido nunca la ciudad ni tener muy claro casi nada de lo que realmente implicaban las actividades a las que me comprometía. Cuando no tengo miedo me lanzo al agua sin darle muchas vueltas al asunto. Y todo sale maravillosamente, sorprendentemente mucho mejor que las expectativas (trato de no tener muchas expectativas y eso ayuda).
Pero tengo muchos miedos y vergüenzas también. Tal vez no de lo mismo que otras personas. Pero sí tengo.
Tengo miedo a la rutina. Tengo miedo de estarme perdiendo de algo cuando no estoy de aventura. Tengo miedo de estancarme y volverme irrelevante. Siento vergüenza a veces de no querer ni haber querido nunca ser ni hacer casi nada de las cosas que alguien que nace con vagina debe amar "por naturaleza". Y luego siento vergüenza por las cosas que sí me gustan como pasar la mayoría de mi tiempo absorta en la maternidad porque se supone que eso no es para las "mujeres modernas" como yo.
Y otros miedos y vergüenzas lo suficientemente importantes para no publicar.
Las mejores cosas en mi vida siempre han surgido espontáneamente cuando me he lanzado al agua sin miedo, sin pensarlo mucho.
Sin embargo, qué dificil es lanzarte cuando ya miraste para abajo...
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Nueva especie en la fauna cubana es nombrada "David Bowie"
Nueva especie en la fauna cubana es nombrada "David Bowie" Agencia EFE La babosa marina tiene don camaleónico en aguas de Cuba donde pasa de la transparencia al gris jaspeado y al blanco, lo que motivó su dedicatoria al desaparecido "músico genial de figura cambiante". Biólogos españoles han hallado en aguas de Cuba una babosa marina que cambia voluntariamente de color, desde la transparencia al gris jaspeado pasando por el blanco, una capacidad camaleónica inusual en moluscos marinos por lo que ha sido bautizada con el nombre de David Bowie. Los autores del descubrimiento son Leopoldo Moro, del Servicio de Biodiversidad del Gobierno de Canarias (archipiélago español en el Atlántico), y Jesús Ortea, de la Universidad de Oviedo (norte de España) e investigador asociado al Instituto de Oceanología de La Habana. Moro indicó a EFE que es sorprendente la característica del cambio voluntario de coloración. Esta propiedad en los animales marinos, ya sea cambiar de color como hacen los camaleones por motivos de camuflaje, intimidación a un posible depredador o por formar parte de un elaborado y singular cortejo, no es muy común en el conjunto de la biota marina de invertebrados, añadió. Los moluscos cefalópodos -pulpos, sepias y calamares- destacan por las elaboradas modificaciones cromáticas de su cuerpo, comparables a las de animales tan complejos como el rodaballo, capaz de reproducir los cuadros de un tablero de ajedrez si se coloca sobre él. En el resto de los moluscos marinos sin concha, y muy especialmente en las babosas marinas (nudibranquios), son frecuentes las diferencias cromáticas entre individuos de una misma especie, pero los cambios de coloración del cuerpo en un mismo individuo no van más allá de ser modificaciones debidas a una alimentación diferenciada, nunca son cambios cromáticos voluntarios. Sin embargo esta nueva especie de nudibranquio con don camaleónico en aguas de Cuba pasa de la transparencia, cuando reposa inmóvil bajo las piedras del fondo, al gris jaspeado y llega hasta el blanco, lo que motivó su dedicatoria al desaparecido David Bowie, "un músico genial de figura cambiante". De hecho, los biólogos marinos comparan la canción "Lazarus" de Bowie, con "un canto al blanco imperfecto de este nuevo animal y a la esperanza de su propia resurrección". Los investigadores, cuando descubren un nuevo animal o planta, tienen el privilegio de elegir su nombre científico, que puede hacer referencia a un carácter anatómico de la especie, a la localidad donde fue hallado por vez primera, o a una persona como David Bowie, de quien hoy se conmemora el primer aniversario de su fallecimiento. Pero Bowie no es el único músico al que los investigadores le han dedicado una especie en su afán de unir música y naturaleza, pues el guitarrista Paco de Lucía fue honrado en 2014 con "Facelinopsis pacodelucia", hallada en Algeciras y Ceuta, y "Elysia entredosaguas", descubierta en playa del Carmen de Cancún, precisamente donde el maestro del flamenco tenía una residencia. Otros ejemplos singulares "de musicalización de la naturaleza", apuntan los biólogos, son "Aegires evorae", de Cabo Verde, bautizada en honor de Cesárea Évora, la reina de la morna; "Intelcystiscusteresacarrenoae", o "Inbiocystiscus tanialeonae", dedicada a Tania León, destacada compositora y directora de orquesta cubana. La especie nueva de nudibranquio, "Jorunna davidbowiei", fue vista por vez primera en el litoral de La Habana en un fondo de roca cercano al Acuario Nacional de Cuba, razón por la cual el ejemplar tipo en el que se basa su descripción original ha sido depositado en la tipoteca de su colección. Source: Nueva especie en la fauna cubana es nombrada "David Bowie" - http://ift.tt/2jeOWxJ via Blogger http://ift.tt/2i9U61n
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