#manos cuidadas
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bodyboxspain · 10 months ago
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¿Sabías que tus manos son de las partes más expuestas de tu cuerpo? 🖐️ Por eso necesitan cuidados extra ¡y en Bodybox lo sabemos! Este septiembre os traemos la Crema Hidratante de Manos Osmo'city® de Skin Generics 🤍
🌿 1% Osmo'city® (antipolución)
🌰 1% Extracto de argán (hidratante)
🧈 1% Manteca de karité (hidratante)
🍊 0,5% Vitamina E (antioxidante)
Una fórmula potente para unas manos cuidadas 😍 ¿Te la vas a perder? ¡Corre a por tu Bodybox!
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blood-starved-animal · 11 months ago
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Se pasa las manos por el pelo para darle forma al peinado. Este verano se ha dejado el pelo relativamente largo, como Corey no ha ido a que le esquile, todavía no ha sacado la maquinilla. Se mira en el espejo. Es guapa de cara, incluso con los granos y marcas que cubren su poco cuidada piel, y lo que es peor, lo sabe. Puta madre. Murmura.
¡OLLIE!
Le grita desde el baño a @redgreatalien
¡¿ESTÁS YA LISTO?! Coge su top, lo ha dejado doblado sobre la taza del vater, y se lo pone. En la parte de delante pone "NAZI PUNKS", en la espalda "FUCK OFF". Se lo arremete bien dentro de los jorts, para que se le quede ceñido al torso y sale del baño
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yzzikatte · 1 year ago
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Big boy ⊹
Advertencia: sub ! Choso, dom ! Lectora, oral, creampie, negar orgasmo, sobreestimulacion.
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- Choso se estremecía bajo tu suave toque, recostado sobre su cama en su cómoda habitación, mientras tanto tú sobre su cuerpo tocando cada punto sensible de el mientras te restregabas contra su intimidad.
Se podían escuchar los jadeos desesperados de el gran muchacho que te volvía loca, con pequeños gemidos por aquí y por allá cuándo sus intimidades se rozaban de manera más inquieta y precisa.
Tu lindo novio portaba un gran y trabajado fisico, con una gran espalda y unos brazos considerablemente más grandes que tus muslos y sin hacerlo de menos unas manos que podían agarrar sin problema tus dos muñecas, con grandes venas saliendo a relucir que lo decoraban con gran sensualidad.
Seguías sobre el frotando su centros de placer mientras te dirigías a morder y succionar su pálido cuello, cada que gemía de satisfacción su manzana de Adán se movía de forma sugestiva.
Pasaban los minutos y comenzabas a tocar cada ricón de su cuerpo, sus lindos pectorales con pezones rosáceos, sus abdominales marcados y mirando desde abajo su definido y sensual rostro, con una forma curvada en sus abundantes cejas y ojos cansados levemente cerrados de placer.
A pesar de que es muy vocal para la hora de el sexo en este momento estaba callado, simplemente jadeando, hasta que algo dentro de el se rompió incitándolo a hablar.
"Dios mío, ____! Creo que estoy cerca, muy cerca" Dijo cerrando sus ojos y mordiendo su labio esperando la confirmación que no obtuvo.
"No te corras Choso, quiero disfrutar de tu miembro un rato más, se un buen chico y espera a que esté satisfecha" Dijiste para seguir restregandote en el hasta que se comenzó a contraer y gemir más alto, a lo que te detuviste.
"Por favor... Estaba tan cerca" Exclamó Choso sin mirarte a los ojos desviando su mirada a la mesa de noche al lado de la cama.
Sin mediar palabra con el lindo hombre debajo de tí, te escurriste cuál serpiente hasta estar frente a su intimidad, bajando tortuosamente sus pantalones de dormir y boxer color negro mientras el te miraba suplicante, pero sin decir ni una palabra.
Al bajar su ropa, te encontraste con su prominente erección que golpeó fuertemente tu mejilla derecha, un golpe seco que hizo gemir a Choso.
Sin importarte mucho diste una gran lamida a su miembro desde la base hasta la punta succionando la misma, ganado un suspiro pesado de el contrario.
Ya estando en el inicio de su intimidad, fuiste bajando mientras lo colocabas dentro de tu boca, escenario que volvía loco al pelinegro que agarraba fuertemente las sábanas para después tirar su cabeza hacia atrás de el placer obtenido.
Tus movimientos eran constantes y rápidos, aunque en momentos bajabas la intensidad para torturar al contrario.
Los gemidos de el hombre se hacían presentes y su inminente orgasmo también, el chico estaba a punto de explotar, lindos gemidos y súplicas salían de el, haciendole honor a tu nombre.
"____! Por favor... Dios mío, déjame correrme, te lo suplico" Dijo Choso rogando mientras su labio estaba siendo mordido por el mismo al punto de sangrar levemente.
Sacaste su miembro de tu boca, para acariciar sus abdominales mientras movías tu mano de arriba a abajo sobre su eje.
Escuchando sus súplicas y pensando que decir detuviste nuevamente tus movimientos, frustrando de sobremanera al más alto.
"Un rato más lindo, te haré sentir muy bien, la espera vale la pena, solo se paciente" Dijiste para guiñarle un ojo y comenzar a bajar tu short y ropa interior, dándole una linda vista al contrario.
Volviste a tu posición inicial de estar en su regazo, teniendo sus intimidades cerca.
Agarras su miembro y comienzas a introducirlo, mientras con la mano que tenías apoyo en su muslo estaba siendo marcado con tus uñas bien cuidadas.
Choso se estremecía y jadeaba mientras tus paredes lo abrazaban sin quitar la mirada en ningun momento de la unión de sus intimidades.
Comenzaste a moverte sobre el, escuchando sus pieles chocar haciendo un ruido sumamente obsceno que volvía loco al hombre, sus gemidos cubrían los tuyos, siendo muy ruidoso por todo lo que estaba sintiendo, tanta estimulación y negación lo estaba matando.
Fuiste más rápido, apoyándote en su hombro, mordiendo su cuello nuevamente.
Tenías su boca en tu oreja escuchando a claridad total todo su placer.
Parecía que tú estabas hecha para el, como se conectaban, como apretabas todo su eje y encajaban perfectamente, lo volvía loco y adicto a lo que le provocabas.
Estaba a punto de llegar a su climax, y esta vez si tienes planeado dejar que lo alcance.
Casi llorando, con los ojos cristalizados el más grande súplica.
"D-dios, dime qué si, por dios, dime qué me puedo correr, lo necesito, t-te necesito" dijo cerrando los ojos dejando caer sus lágrimas de estimulación.
"Si, Choso puedes correte" Dije entrecortadamente para el hombre.
Cada segundo que pasaba aumentaba la intensidad separando mi cara de su hombro para mirarlo a los ojos.
El obsesionado mirando mis pechos rebotar mientras llevaba uno a su gran mano, apretándolo suavemente.
Gruñia en vez de gemir, los jadeos ya eran casi inexistentes, hasta que por fin llegó a su climax.
Su cuerpo se contrajo y agarro mis caderas para moverme y dejar toda su semilla dentro de mí.
Jadeando soltó mis caderas, pero sinceramente no había llegado a mi punto final, así que seguí moviendome.
Su cara fue un poema, jamás había experimentado la sobreestimulacion y se notaba.
Desesperado colocó parte de su puño en su boca para morderlo por la sensación que le estaba haciendo sentir.
Agarraba las sábanas con desesperación, mientras lágrimas brotaban de sus ojos.
Su semilla se veía esparcida entre mis muslos y su pelvis, dando una lubricación natural.
Pronto sentiría mi propio orgasmo llegar al igual que el suyo, ya por segunda vez.
Me moví con más intensidad persiguiendo mi primer climax, consiguiéndolo a la par de Choso.
Cansados tratamos de calmar nuestras respiraciones, con nuestros corazones juntos y un lindo abrazo que denota todo el amor que tiene para dar.
Sinceramente fue una noche que siempre va a recordar.
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straysmuchi · 3 months ago
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Escape (+18) 𖦹 Parte uno
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Esta mini historia está dirigida a un publico mayor de edad (+18), no se busca dañar la imagen de ninguno de los idols mencionados. Todo es ficción, con el fin de entretener.
☣️ Relaciones: Hyunjin x Bangchan.
☣️ Género: Angst, suspenso psicológico, sobrenatural, drama.
☣️ Advertencias: Amnesia, descripciones de violencia, gore leve a moderado (sangre, heridas, criaturas deformes), culpabilidad y duelo, autodesprecio, posible pérdida de identidad, ansiedad.
𖦹 LISTA DE PARTES + SIPNOSIS 𖦹
• ────── ☣️ ────── •
Los accidentes pasan y con ellos viene la culpa. Se instala en el cuerpo tembloroso del que cometió el crimen, se expande hasta alcanzar el cerebro, inundando los pensamientos, los sueños y los recuerdos. Las personas sufren, pero es el castigo que se merecen por dañar a los demás. La culpa es una muerte asegurada y nadie, en este mundo, se salva de ella.
• ────── ☣️ ────── •
Chan despertó en el suelo de una habitación de lo que vendría siendo una casa abandonada. Se levantó del frío suelo, confuso, observando a su alrededor en busca de alguna respuesta, pero solamente fue recibido por una ventisca fría que movía las cortinas de una ventana sin vidrio, levantando el aroma a oxido. Giró su cabeza hacia una mesita de noche, por instinto abrió el cajón desgastado y encontró un collar de plata con una frase grabada.
“Perdóname por…” fue lo único que alcanzó a leer, ya que las últimas palabras estaban llenas de tachones.
Guardó el collar en el bolsillo de su pantalón, no quería seguir viéndolo ya que le generaba una sensación de incomodidad. Decidió salir de la casa, sintiéndose extraño por la vista del vecindario. Todo estaba cubierto de una niebla espesa, las calles estaban extrañamente solas, generando una sensación de alerta y de que algo no iba bien. Chan caminó por las solitarias calles, observando a su alrededor con angustia. Entró a una tienda abandonada y comenzó a tomar varias provisiones, las guardó en un bolso viejo y, antes de salir, observó una figura humanoide caminar lentamente en la acera de enfrente.
“¿Qué es esa cosa?” pensó angustiado. La figura estaba mutada, caminaba con las manos, como si estuviera de cabeza, solamente que no tenía piernas y el cabello era exageradamente largo. Chan tomó un tubo de metal y salió lentamente del establecimiento. Se acercó con su “arma” en alto y golpeó a la figura un par de veces, haciéndola caer al suelo mientras expulsaba un aroma asqueroso, haciendo que el pelinegro se tapara la nariz mientras tosía.
Se alejó luego de aquel extraño encuentro, encontrándose con más figuras mutadas en el camino. Algunas se arrastraban, otras botaban un liquido ácido y la mayoría soltaba un olor asqueroso al morir. No recordaba absolutamente nada de los días anteriores, pero sabía perfectamente que el mundo no debería verse así, además, sentía un vacío en su pecho, como si su corazón buscara algo, o a alguien. A pesar de no tener un rumbo fijo y de no recordar nada, algunos establecimientos e incluso las calles le parecían familiares, su intuición le hacía tomar caminos específicos, pero solamente encontraba mutantes.
En una de sus tantas caminatas, decidió entrar a un edificio abandonado. Caminó con todo el cuidado del mundo por los pasillos. Le llamó la atención algunas frases y palabras pintadas en las paredes.
“¿No lo recuerdas?”
“Huye”
“Verdad”
Eran las palabras que más se repetían a lo largo de los pasillos y escaleras.
Entró por una puerta tachada con una “X”, encontrándose con una habitación bastante cuidada.
— ¿Hay alguien aquí? — Preguntó en voz alta, pero el silencio fue el único que le respondió.
Caminó por la habitación con cuidado, aun con el tubo en alto por si algún mutante lo atacaba. Cuando confirmó que no había nadie, comenzó a registrar la habitación. Sobre una de las mesitas de noche había un par de hojas viejas, como si fueran de un diario personal.
“01 de agosto de 2023.
Hoy hace un buen día, el clima es cálido. Las personas están muy animadas, ¿Tal vez sea porque es fin de semana? De todas formas, hoy […] me invitó a salir… Estoy tan feliz. Estuvimos hablando por muchísimo tiempo, y tenía miedo de que no me aceptara… ¡Pero él lo hizo! Estoy demasiado feliz, debería contárselo a Jisung.”
Chan pasó a la siguiente hoja.
“13 de noviembre de […]
En la televisión salió un anuncio sobre una epidemia… Un virus que infecta a las personas los hace toser y no poder respirar, espero que no llegue a Corea, mucho menos a nuestra casa.”
Chan pasó a la última hoja.
“QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE QUE HICE…”
Aquella hoja estaba repleta de aquellas palabras. Al leerlo y notar las manchas secas de sangre, un sentimiento de ansiedad junto a una punzada en su abdomen se hicieron presentes en su cuerpo. Decidió guardar las hojas en el bolso y continuar con su búsqueda.
En el baño había un grafiti en una de las paredes que decía “Hospital”. Chan ladeó su cabeza mientras fruncía el ceño, sintiendo nuevamente esa necesidad de encontrar algo importante, sintiéndose repentinamente sólo y dirigiendo su mirada hacia su lado derecho, sintiendo el peso de un vacío inexplicable.
— Debería encontrar un mapa— Pensó en voz alta, saliendo del baño en busca de alguna otra pista, pero tras no encontrar nada, decidió salir del edificio.
Las calles cada vez eran más irreconocibles, la neblina se volvía más espesa con el pasar del tiempo y el cielo se volvía más oscuro, algo que alertaba a Chan. No tenía ninguna fuente de luz por si llegaba la noche; los mutantes aparecían con más frecuencia y el arma del pelinegro se iba desgastando con cada golpiza, pero a pesar de que no podía reconocer las calles, algo en su interior lo guiaba. Tal vez era su propia intuición, o la adrenalina que sentía por querer buscar un refugio.
Por inercia, volteó hacia un auto viejo y lleno de polvo, haciendo que su piel se erizara al notar el mensaje escrito con sangre seca en el vidrio trasero.
“La CULPA no se borra”
Sintió unas nauseas intensas, obligándolo a vomitar. No entendía porqué ese mensaje le hizo sentirse tan mal, tampoco entendía el motivo de su corazón acelerado. De pronto, una hoja de papel viajó con el viento hasta los pies de Chan, el cual la tomó. Era otra parte del diario.
“[…] de 2023.
Todo va de mal en peor, el virus llegó a […] y todos están preocupados. Las noticias dicen que están trabajando en la cura para […] Chan y yo nos quedaremos en casa.”
Al leer su nombre, algunas imágenes borrosas le invadieron la mente. Una persona, lienzos, una hermosa sonrisa… Chan tuvo que llevar una de sus manos a la cabeza, arrodillándose por el dolor punzante y cerrando sus ojos.
“No quise…”, escuchó decir al chico.
Pasaron unos pocos minutos antes de poder abrir sus ojos. Chan se sentía desorientado, su cabeza aun dolía y su corazón latía con fuerza. Volteó su mirada hacia la derecha, encontrándose con un hospital enorme. Algo dentro de él le afirmaba que allí encontraría lo que había estado buscando inconscientemente.
• ────── ☣️ ────── •
Hyunjin abrió sus ojos con lentitud, se sentía como si hubiera dormido por un largo tiempo. Se sentó sobre la camilla sucia, en una habitación de hospital con una extraña ansiedad en su pecho. Todo estaba extrañamente silencioso. Se levantó despacio, pisando el suelo en completo silencio y observando a su alrededor con el ceño fruncido.
— Que… Extraño— Dijo en voz alta, dirigiéndose hacia la puerta, saliendo de la habitación con un poco de miedo por lo solitario que estaba el edificio. Caminó por los pasillos silenciosos, yendo hasta el mostrador de la recepción. Tomó algunos papeles con curiosidad, leyendo el contenido de algunos pacientes.
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Hyunjin dejó las hojas nuevamente sobre el mostrador. Se empezó a sentir observado después de haber leído la última ficha, observó a sus lados varias veces con la respiración agitada, pero, al notar que no había nadie, suspiró aliviado. La última ficha médica pasó nuevamente por su mente, haciendo que se mareara, como si su cuerpo reconociera la imagen manchada de sangre. Un escalofrío pasó por su columna, erizándolo, sintió un nudo en el estomago acompañado de su corazón acelerado, observando nuevamente una de las ultimas frases.
“No deberíamos haberlo aceptado”
Despegó su vista de aquellas palabras para poder salir del mostrador. No sabía a dónde debía ir, todo estaba tan silencioso y tan abandonado que el simple hecho de caminar por pasillos extenso le generaba una especie de miedo, pero si no se movía, no podría salir de allí.
Se fijó en una de las sillas frente a él, había un mapa sobre ella. Se acercó con una leve sonrisa por su hallazgo y tomó el papel arrugado.
— ¿A dónde debería ir? — susurró para sí mismo, observando el mapa con los ojos entrecerrados. Sus ojos se dirigieron hasta un cuadro blanco, la habitación “2A” — Felix…— mencionó nuevamente al recordar el nombre de la habitación de su ficha.
Fue nuevamente hasta el mostrador, agarró un bolígrafo y marcó la habitación de Felix y Seungmin. Volvió a observar la ficha manchada, reconociendo entre toda la sangre seca un “6P”, anotándolo también en el mapa con el ceño fruncido. No quería ir a esa habitación, pero tal vez encontraría algo importante. Dobló a la mitad el mapa y comenzó su camino por los pasillos del hospital. Ni siquiera se había dedicado a pensar sobre el porqué despertó sobre una camilla, mucho menos el motivo de la soledad del hospital, simplemente no le dio ningún tipo de importancia.
Mientras caminaba, había varios cuadros de enfermeras, otros con letreros sobre una alerta de un virus, pero la mayoría de aquellos anuncios estaban arrancados, quemados o manchados de humedad o de sangre seca.
Tras caminar por unos minutos, encontró la habitación de Felix. La abrió con duda y, para su sorpresa, él estaba ahí, cubierto con una manta blanca, por la ventana entraba una luz cálida, la habitación estaba limpia, arreglada. Hyunjin se acercó lentamente, encontrándose con el chico rubio, el cual abrió los ojos poco a poco, sonriéndole después de unos minutos.
— Estás aquí— Le dijo mientras se sentaba en la cama— No pensé que vendrías, Jinnie.
— ¿Me conoces? — Felix lo observó confundido.
— Claro que sí, somos amigos desde hace muchísimo tiempo— El de cabello rapado ladeó su cabeza, sintiéndose bastante mal por no reconocerlo— Solíamos ir juntos al instituto, también nos acompañábamos hasta nuestras casas, reíamos… ¿No lo recuerdas? — Hyunjin negó un par de veces.
— Lo siento— El rubio simplemente soltó una leve carcajada.
— Tal vez fuiste contagiado, la pérdida de memoria es uno de los primeros síntomas— Hyunjin se sentó sobre la camilla al escuchar esas palabras— El virus… Llegó muy rápido, tal vez por eso el mundo esta como esta… Desearía que todo volviera a ser como antes, Jinnie, toda esta situación me da un poco de miedo— El nombrado lo observó en silencio, notando la nostalgia en el tono de voz del pecoso, pero a la vez sintiendo esa sensación de calidez por cada palabra, recordándole extrañamente a su infancia, un recuerdo vago y demasiado borroso— ¿Vienes con él? — Hyunjin lo observó con curiosidad.
— ¿Él?
— Sí, ya sabes… Siempre se la pasan juntos de arriba abajo, hace unos meses me dijiste que estaba tosiendo, deberías traerlo al hospital.
— ¿De quién me hablas? — El rubio lo observó con una expresión extraña.
— ¿Cómo que “de quién te hablo”? — preguntó Felix un poco angustiado— Te hablo de Ch…— El pecoso comenzó a toser violentamente. Hyunjin fue hacia su lado para alcanzarle una botella de agua que tenía sobre una mesita, ayudándolo a beber de ella— Lo siento, a veces… ¿A dónde vas ahora? — Hyunjin lo observó, encogiéndose de hombros mientras se ganaba una carcajada pausada.
— ¿Quién es Seungmin? — Felix lo miró con una expresión extraña— Vi su ficha en la recepción…
— ¿Irás con él? — preguntó con la respiración menos alterada, Hyunjin asintió con un poco de duda— De acuerdo, sólo… ten cuidado, Seungmin es un poco violento— El de cabeza rapada sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la advertencia— Puedes llevarte mi bolso, así no llevas el mapa en la mano y puedes guardar algunas cosas… Deberías llevarte el botiquín también— Hyunjin asintió, dirigiéndose hasta el sofá de la habitación, tomando el bolso de Felix— Adentro esta tu libreta, la dejaste en mi casa la ultima vez que nos vimos.
— Gracias, Lixie— mencionó por inercia, haciendo que el pecoso le sonriera.
Hyunjin salió de la cálida habitación, siendo golpeado por la atmosfera solitaria del hospital.
“Espero volver a hablar con Lixie”, pensó, alejándose de la habitación, “Me hizo sentir… Tranquilo”. Se detuvo para abrir el bolso que le había dado el pecoso, notando algunas botellas de agua, el botiquín, el mapa que había guardado antes de salir de la habitación y la libreta mediana. La sacó con curiosidad, no recordaba tener ningún tipo de libreta, aunque en realidad no recordaba absolutamente nada del pasado. Observó el objeto antes de abrirlo, tenía algunos stickers de flores pegados, también había uno con su nombre en la mitad. Al momento de abrirla, se encontró con un dibujo de un florero con flores rojas, la siguiente hoja tenia un boceto sin terminar, la tercera hoja tenia el dibujo de dos personas besándose.
“— ¿Cuándo vas a dibujarme? Siempre te la pasas dibujando a tu novio, o flores… Estoy celoso.
— Prometo dibujarte, es sólo que con lo del virus y eso, no he podido dibujar, desde hace meses que no lo hago.
— Oh, lo siento… Pero ya lo prometiste, así que…”
Hyunjin cerró sus ojos al recordar aquella conversación, intentando reconocer esa risa tan familiar.
— Felix— Dijo, volteando hacia la puerta de su habitación— Te dibujaré después de hablar con Seungmin— sonrió, volviendo su vista a los dibujos, recordando que la conversación mencionaba que él tenía pareja. Buscó los supuestos dibujos, pero no encontró nada, solamente un boceto sin ojos, labios y boca, sintiendo el peso de la soledad repentinamente, como si algo le faltara. Observó hacia su lado izquierdo en busca de alguien, pero la pared del pasillo fue lo único que lo recibió. Llevó su mano a su cuello, tratando de sostener un collar inexistente.
Suspiró estresado, guardó la libreta y siguió su camino hasta la habitación de Seungmin, subiendo al segundo piso y notando ese piso un poco más oscuro y oxidado, sintiendo una ansiedad inexplicable.
Llegó a la puerta de la habitación, respiró hondo y la abrió lentamente, siendo recibido por un aroma a humedad y, nuevamente, soledad. Entró con cuidado, notando las paredes aruñadas, palabras escritas con sangre seca y de un liquido negro, como si fuera aerosol. De pronto, la puerta se cerró con violencia detrás de él, pero cuando iba a voltear, una mano lo tomó de la cintura y sintió algo filoso en su cuello.
— Oh, que bueno tenerte aquí, Hyunjin— El nombrado se quedó completamente inmóvil, sintiendo la respiración ajena sobre su oreja— ¿Vienes con él?
— Vengo… solo.
— Vaya, eso es bastante extraño de tu parte— El agarre se deshizo, logrando que Hyunjin suspirara aliviado, observando a Seungmin sentarse en la camilla— ¿Qué quieres? Ve al grano, no quiero visitas— Dijo, jugueteando con el bisturí con el que lo había amenazado segundos atrás.
Se quedó en completo silencio, algo que llamó la atención de Seungmin, el cual simplemente sonrió.
— ¿No tienes nada que decirme? — Dijo el castaño, sin mirarlo— ¿Nada de nada?
— Vi tu ficha…— Seungmin lo observó finalmente, sonriéndole descaradamente mientras se acercaba a él.
— ¿Mi ficha? — Soltó una risa seca— ¿Te pareció interesante lo que decía? ¿Te sentiste mal por mí? ¿O viniste para ver si aún estoy cuerdo? — Hyunjin dio un paso hacia atrás con el ceño fruncido.
— Solamente quería que me ayudaras… No recuerdo nada y creo que puedes ayudarme a…
— Claro— Dijo con sarcasmo— Lo mismo de siempre, haces como si nada hubiera pasado.
— ¿Qué? — Hyunjin lo miró con los ojos entrecerrados, notando odio y tristeza en su mirada.
— ¿Sabes que es lo que más duele de tener el virus? El olvido— El castaño le dio la espalda, alejándose del más alto— Tengo visiones borrosas del pasado, cuando todo iba bien, Recuerdo que todo empezó con tos seca, luego fiebre y…— Seungmin giró su cabeza, viendo de reojo a Hyunjin— Los síntomas debes saberlos, ¿En qué quieres que te ayude?
— ¿Por qué me desperté aquí? ¿Por qué no recuerdo nada? Se supone que no estoy infectado porque no tengo los síntomas… ¿Por qué hay tanta neblina afuera? ¿Por qué…?
— Hyunjin— Interrumpió el castaño— Todos estamos infectado, ¿Qué te hace pensar que tú no lo estás? — El rapado tragó seco, quedándose en silencio ante la escandalosa carcajada del castaño— No puedo decirte el motivo de la neblina, tal vez, cuando encuentras a Chan, podrás darle respuesta a todas las preguntas que tienes ahora— Hyunjin ladeó su cabeza.
— ¿Chan? — Seungmin se giró por completo con una sonrisa burlona.
— ¿En serio no recuerdas a tu novio? Que bajo caíste, Hyunjin— El nombrado cerró sus ojos nuevamente, sintiendo un fuerte dolor en su cabeza.
“Lo siento, no quise hacerlo, ¡En verdad lo siento!”
Se agachó con los ojos cerrados, intentando reconocer la silueta frente a él. Un chico de cabello negro, un poco más bajo, con una sonrisa tan cálida… ¿Ese era Chan?
Hyunjin abrió sus ojos de golpe.
— Channie…— mencionó en voz baja, logrando que Seungmin comenzara a reírse.
— Después de todo sí lo recuerdas, ¡Seungmin, eres de gran ayuda! — comenzó a reírse más fuerte.
Hyunjin se reincorporó al notar cómo la carcajada del castaño se volvían gritos de desesperación, luego, el chico se quedó en completo silencio, girando su rostro lentamente hacia el más alto.
— Acepta la verdad, Hyunjin— Dijo rápidamente y comenzó a correr hacia el rapado, el cual abrió la puerta con la misma velocidad y salió de la habitación, dejando al castaño encerrado.
Salió corriendo con la respiración agitada, había escuchado cómo la puerta de la habitación se abría con violencia, tal vez la había roto. Hyunjin escuchó su nombre ser gritado en uno de los pasillos, lo cual hizo que su corazón se acelerara más y que su piel se erizara.
Tenía miedo.
Corrió hasta las primeras escaleras que encontró, pero alguien lo empujó hacia adelante, haciéndolo caer con fuerza al suelo.
— ¿En serio creíste que podrías escaparte? — Seungmin se posicionó delante de Hyunjin, el cual se iba arrastrando hacia atrás hasta chocar con una pared— Hyunjin, eres tan insensible, no puedes olvidar lo que le hiciste, tienes la culpa de todo— Seungmin se acercó un poco más con una sonrisa aterradora, haciendo que el de cabeza rapada cerrara los ojos.
“Voy a morir”, pensó.
El sonido de algo metálico golpeando la piel de Seungmin le hizo abrir los ojos. Un chico estaba frente a él, pegándole al cuerpo con violencia. Lo tomó del brazo y lo alejó de allí.
— Liberan un olor asqueroso— Dijo, haciendo que Hyunjin volteara a ver a una figura mutada en el suelo. No era Seungmin— ¿Estás bien? — Volvió a voltear su rostro, encontrándose con aquellos ojos que recordó hace poco.
— ¿Chan? — El nombrado, al escuchar su nombre, cerró los ojos y se agachó, sintiendo nuevamente ese dolor punzante en su cabeza, observando imágenes borrosas de aquel chico… El mismo que tenía enfrente.
— Hyunjin… ¿En verdad eres…?— El chico se inclinó hacia él, posando su mano en la frente sudorosa del pelinegro, obligándolo a subir vista.
— Sí… No lo recuerdo del todo, pero sé que eres importante para mí, Channie— El pelinegro sonrió a pesar del dolor en su cabeza.
Aquel sentimiento de soledad que los acompañó durante todo el viaje desapareció, haciendo que ambos por fin supieran qué era lo que estaban buscando.
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shellcuntbreaker · 3 months ago
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La fina línea entre alabar y degradar
Poco se habla de lo guapa que estás cuando se te corre todo el maquillaje, lo adorable que suenas cuando suplicas pidiéndome más, lo buena que eres complaciendo a mi polla.
Y se debería, porque lo eres. Eres muy buena chica. Eres mi cosita favorita, ese hermoso desastre al que disfruto dándole la vuelta como a un calcetín sucio. Mi condón usado, mi niña buena con la boquita más sucia y los agujeros más bonitos y apretados.
Por eso te llamo "mi princesa mojada" cuando tengo mis dedos enterrados en tu coño. Por eso te llamo "mi angelito mudo" mientras te atragantas con mi polla con una soltura que denota que has nacido para ello.
Disfrutas de como te acaricio el pelo mientras te susurro guarradas humillantes al oído, confirmándote que eres una perfecta puta, nacida para ser usada, rellenada, destrozada y vuelta a construir con mis manos.
Te encanta, ¿verdad? Te derrites con cada "amor", con cada "cariño" que te regalo mientras te pongo el culo rojo o embisto tu coño con mi brazo buscando dejarlo dolorido.
En ocasiones me pides a gritos que pare, pero a la vez tu coño me aprieta con más fuerza, delatando lo que realmente quieres.
No quieres suave o duro: quieres ambos. Quieres ser adorada por tu belleza y degradada por tu lujuria, cuidada como oro en paño y destrozada como un juguete inservible. Quieres que te folle como si no valieras nada y que te mime como si lo fueras todo para mí.
Esa es mi sucia princesita, la que se ve estupenda de rodillas, chorreando de deseo, balbuceando como una estúpida descerebrada y sonriéndome. Esa eres tú. Mi tú.
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marie-ness · 3 months ago
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Mi amor es como un jardincito, lleno de bellas flores, distintas, preciosas, delicadas y por eso, bien cuidadas.
"Hermoso jardín"- Dicen al pasar.
Queridos míos ¿Han visto las manos de la jardinera?
Llenas de tierra y cicatrices, por cuidar de las flores con espinas.
¿Han visto sus bolsillos?
Vacíos, por comprar todo lo que sus flores pudiesen necesitar.
Aún más importante ¿Han visto su hogar?
Lleno de bellas flores y enredaderas, con mariposas y aves, pétalos y frutos.
Al final, cuida de su jardín, sabiendo que es una pesada labor.
Cuida del jardín, por los colores que le nacen en el corazón.
El jardín es suyo y lo ama, con compromiso, con sacrificio.
Todos quieren el bello jardín pero no ser la jardinera.
Todos dicen amar, sin saber cuidar de una conexión verdadera.
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tintineo-de-sol · 7 months ago
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Abrazo el recuerdo de lo que fuimos
del amor que repartimos por las calles de la ciudad. Gracias por besarme en cada esquina, aún puedo escuchar el sonido de nuestras risas.
Vamos a estar bien, nos voy a guardar en mi mirada, para poder siempre observar con ternura. Para mantenerme suave y cálida.
Gracias por hacerme sentir cuidada y completamente amada. Nuestro amor siempre nos va a proteger, ve y ama a quien tengas que amar. Deja que la vida te atraviese. Abraza cada destello. Deja que las cosas se rompan.
Manten la manos abiertas. No dejes de mirar el viaje las nubes
Nuestro amor merece este adiós porque nos lo prometimos. Soltarnos cuando empezara a doler, lo recuerdas?
Aunque duela, te estoy soltando. Estoy llorando.
No pasa nada, construye un nuevo hogar, no te olvides de las estrellas.
Te amo. Todo el tiempo te estoy amando.
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newhector · 9 days ago
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Your fine, delicate and well-cared for hands are skillful on me, on my body, taking me to extremes that waste fluids desired by your hot and perverted mind.
tus finas, delicadas y cuidadas manos se muestran habiles en mi, en mi cuerpo, llevandome a extremos que derrochan fluidos deseados por tu caliente y pervertida mente
H.
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qualityruined · 2 months ago
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Sombras Internas
Capitulo 1
Luces de neón parpadeantes hasta cegar, grafiti en cada esquina, y edificios de cristal que reflejan un mundo roto en la capital no eran nada nuevo. Una ciudad en la que hasta el más rico temía ir por la calle. La incertidumbre, corrupción, mafias callejeras, e incluso piratería de VHS hacía de Nova Vega algo inhospitable. Pero, si así fuera, ¿por qué era ésta la ciudad más habitada del país?
Dante, un detective veterano que sigue las reglas al pie de la letra y al borde la renuncia, tuvo la desgracia de nacer en tal ciudad, y como un operante de la Unidad de Control Urbano (UCU), es su deber lidiar con la inseguridad de las calles para hacer del mundo un lugar mejor y… 
Ja, ni él mismo se creería esa historia. 
El hombre de hierro (como es llamado por sus compañeros, ya que lo han visto levantarse después de un impacto de bala 9mm) solo sigue en ese puesto debido a su experiencia en el área y, aunque ésta lo ha llevado a desconfiar del mismo sistema al que juró proteger, una misión personal lo impulsa a seguir… descubrir la verdad sobre su hermano menor fallecido, Samuel. 
Un periodista principiante, apasionado por captar toda la esencia de su ciudad natal, tanto desagradable como tolerable, él veía el lado menos despreciable de Nova Vega y lo transmitía, soñando y anhelando que alguna de esas notas llegara al corazón de alguien. Un día en el que estuvo en el lugar y momento equivocado, reportando su habitual sobre la mejora en la educación de la incesante ciudad, fue atacado por un hombre fuera de sí, descrito por testigos como si la sangre le quemara por dentro, que las paredes le hablaran y pudiera saborear las luces neón tan características de Nova. Luego del ataque, el hombre simplemente cayó al suelo y fue declarado fallecido por los paramédicos en el lugar. Su boca se había llenado de una espuma celestina y sus ojos, antes llenos de vida, ahora se habían vaciado por completo. Las pupilas, ya desaparecidas, habían quedado arrastradas hacia la parte posterior de sus cuencas, dejando solo una superficie blanca que no se veía rastro alguno de una pupila. No pasó más que un par de minutos antes de que fuera trasladado silenciosamente. Sin alarmas ni luces.
El novato salió de esa experiencia arrastrando su propio peso, pero las heridas de su mente nunca pudieron sanar. Incluso años después, dedicó su vida a investigar el punto de origen de tal “enfermedad” y dio todo de sí para descubrirlo. Eso incluyó su vida. La razón, lugar o fecha de su muerte sigue siendo un misterio para Dante y los cercanos a él, aunque éstos últimos siguieron adelante, su hermano juró descubrir su paradero, vivo o muerto.
Dante llevaba años tras un rastro de pista, olfateando cierto grupo como si fuera un K-9 y basándose en nada más que su corazonada (y ciertas grabaciones). Eso, hasta que su jefe departamental entra a la sala en la cual todas las oficinas estaban reunidas. 
La entrada de dicho oficial hace que el silencio invada el lugar, aun así, con cierta calidez y confianza, se acerca al lugar de trabajo de Dante, empezando un intercambio que marcaría el inicio de algo más grande que cualquiera de los dos.
—¿Cómo te va, hijo?
El oficial, alzándose a una altura de aproximadamente 1.83 centímetros, una barba bien cuidada y ojeras que podrían barrer el piso si se lo propusiera, se acercó con una mezcla de firmeza y esa calidez áspera que solo tienen los hombres que aprendieron a los golpes. Russo no sonreía abiertamente, pero había algo en su tono, en la forma en que posaba la mano sobre el hombro de Dante, que contenía más afecto que mil abrazos torpes.
—Te ves como si te hubiera atropellado un tren y hubieras sobrevivido solo para gritarle al conductor —dijo con esa voz grave, oxidada por los años y el humo del tan aclamado tabaco.
Dante no respondió enseguida, se limitó a asentir y entregarle una sonrisa breve y formal. Russo lo miró de lado, reconociendo una versión joven de sí mismo… y también los errores que vienen con ella.
—Sigues investigando esa pequeña banda, ¿eh? No tienes remedio. 
Dante no le regatea ni siquiera un vistazo, concentrado en la montaña de papeles frente suyo. Esta concentración no fue interrumpida hasta que Russo colocó su mano en la hoja superior, bloqueando la vista del detective.
—Te estoy hablando, mocoso. —como regañando a un niño malcriado, le dio una palmada en la parte posterior de la cabeza. Firme, pero no doloroso.
Dante se masajea en el lugar de la palmada, claramente molesto. 
—Ugh… estaba enfocado en esto… 
Apuntando hacia una pantalla con un grosor del tamaño de cinco diccionarios apilados. Mostraba una fotografía de mala calidad, pero en la cual se lograba apreciar claramente un reflejo de cristales azulados, asimilando la forma de cuarzo triturado, contenido en una bolsa plástica transparente. Sosteniendo dicha bolsa, dos enmascarados atrapados en el acto de intercambiarla por una suma importante.
Los ojos de Russo se abrieron más de la cuenta y con ello, involuntariamente mostrando interés por esa foto.
—Y para tu información no es una “pequeña banda”, es algo mucho más grande, estoy seguro. —Dante dijo con una convicción aplastante, por la cual Russo no pudo hacer nada más que doblegarse. Todo el departamento podía ver el lugar que ocupa aquel detective en su vida.
Desordenando su pelo oscuro y bien cuidado, se oyó una risa breve, cargando una pizca de orgullo. 
—Parece que al final renunciar a tus vacaciones te dio frutos. 
El oficial gozado de experiencia se apoya sobre el frustrado investigador, quien solo lo miraba sin entretener.
Su relación no siempre había sido tan cercana, empezaron a notar la presencia del otro cuando Dante apenas era un novato… un novato que había captado la atención de su oficial.
Después de años de noches sin descanso, tanto como por estudiar como por entrenar físicamente, Dante logró entrar a lo más bajo de la Unidad de Control Urbano, dando un respiro profundo cuando por primera vez pisó su territorio. Pero, tan ingenuo como llegó, pensó que tendría un segundo de descanso.
Los días pasaban y las pruebas para los cadetes se transformaban de difíciles a imposibles, y cualquiera podría notar el cansancio en los ojos del recién llegado grupo. Pero con el pasar del tiempo Dante se dio cuenta de una figura recurrente en su día a día: Russo siempre estaba allí. Silenciosamente apoyando. Ya sea con una breve sonrisa, un saludo con la cabeza, o un consejo directo dado desde la experiencia. De alguna manera, siempre sabía cuándo llegaba a su límite, y allí estaba para darle ánimos sin ostento.
—No te rindas chico, tienes más potencial que la mayoría de aquí. Con solo tu determinación podrás sobrepasar lo que te propongas e incluso tus propios límites. —le habló apoyado desde la pared del pasillo, como si no se molestara en decírselo a la cara, pero claramente preocupado lo suficiente para no quedarse callado. 
El joven se quedó viéndolo por un momento, impresionado de que alguien además de su instructor y compañeros le dirija la palabra. Como si todavía siguiera en la milicia, respondió con un firme; 
—¡Si, señor!
Con eso, Russo siguió su curso sintiéndose satisfecho con sus palabras de motivación.
De vuelta en la estrecha oficina, Dante conecta los puntos. El patrón de sus reuniones, fechas de cuándo se ponían de acuerdo para negociar, y lo más importante: un viejo “diner” a las afueras de la ciudad donde no hay controles policiales y es lo suficientemente remoto para conocer a todo el que pase regularmente por ahí. Se sentía como un regalo adelantado de Navidad para él, ya que todo su trabajo y horas de dedicación lo han recompensado. Todo indicaba que su próxima reunión sería en dicho comedor, ese mismo día al esconderse el sol.
Sin dudarlo un segundo, tomó su chaqueta de cuerina marrón y pistola de mano, dirigiéndose al punto de encuentro entre la pandilla. Russo, que había quedado sin poder articular ni una sola palabra y viéndolo salir sin siquiera despedirse, se rasca la nuca, confundido, casi pensando: “Es como un hijo para mí, pero el desgraciado pareciera que no me respeta en lo absoluto”. 
En el auto de Dante (quien ya ha roto varias leyes de seguridad vial) llegaba al edificio, un pequeño paradero para los ya inexistentes turistas de Nova Vega. Tan característico de tal ciudad, brillaba con letreros neón que podrían cegar hasta un cielo lleno de estrellas y se adornaba con unos colores rojo y blanco que estaban tan de moda para los restaurantes de la época.
Como si fuera su propio terreno, el detective entra al lugar sin armar escándalo, pero todo su sistema estaba en alerta. Esto incluía estar a la defensiva con la joven mesera que estaba a su disposición. 
—Solo un café con dos de azúcar. —Dijo sin más, analizando el semivacío lugar mientras la chica le daba una mirada con lástima, de la cual Dante ni se inmuta. 
A una esquina, una pareja de recién casados que al parecer estaban disfrutando de un merecido relajo después de su gran día. A la otra, un grupo de tres hombres en silencio, quienes no interactúan entre ellos ni tenían comida en su mesa, pero veían el reloj colgado de la pared de vez en cuando como si estuvieran esperando que algo pasara eventualmente. Esto captó la atención del detective, quién fijó su mirada en ellos más de lo deseado (sería no más de tres segundos) pero fue suficiente para que dicho grupo se percatara de él. Tras esto, rápidamente salen del lugar, no por la puerta principal, si no por la salida del personal. 
Interrumpiendo su análisis, la chica que lo atendía posó la taza con café caliente sobre la encimera, con un par bolsas extra de azúcar y servilletas. Dante no tardó en darse cuenta de que había algo escrito en la esquina de una de ellas, con una letra delicada y pequeña: “Por favor, ignórelos.”
El hombre no hizo más que soltar una pequeña carcajada, levantando la cabeza para ver a los ojos a la camarera.
—Escóndete en la parte de atrás. —le mostró brevemente su placa mientras se recogía a sí mismo (y toda su valentía) para salir a interrogar a aquellos hombres. No sin antes dejarle un billete de veinte dólares americanos a la chica, incluso sin haber tomado un sorbo del café. Ella solo lo miró, tomó el billete diligentemente, y se escondió en el almacén de los comestibles.
Tras un respiro profundo, Dante tomó su pistola de mano de la parte de adentro de su chaqueta y salió por la puerta principal, su espalda pegada al muro, dirigiéndose en silencio a la parte de atrás del pequeño restaurante. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, pudo escuchar su conversación:
—Mierda… ese hombre parece haberse dado cuenta de algo ¿tenemos que encargarnos de él? —dijo uno, con una voz rasposa pero joven.
—Deja de hablar estupideces, nadie en esta ciudad se atrevería a meterse en algo así, sobre todo a quien no le incumbe. —le respondió uno más viejo, su tono más estoico que el de su compañero. 
—Y esto definitivamente no te incumbe, imbécil. —Dijo el mismo hombre, pero ahora mirando hacia la esquina la cual Dante estaba detrás. Rápidamente intentó alzar su arma, pero lo detuvo algo metálico a un lado de su costilla.
—Ah ah, quieto. —pudo escuchar una voz baja pero amenazante rozarle el oído, la cual hizo que se congelara en el lugar. No podía ver qué estaba siendo presionado contra su espalda, pero no lo sentía cortopunzante, lo cual sólo dejaba disponible algún tipo de arma a base de pólvora. Dante no pudo hacer más que lentamente levantar sus manos, su pistola quedando tirada a sus pies mientras el resto de hombres llegan para rodearlo.
—Llevas tiempo siendo un dolor de cabeza para el jefe… así que es nuestro trabajo encargarnos de eso. —habló, finalmente, un cuarto y desconocido hombre, que, a pesar de no tener muchas facciones reconocibles, una persona común podría apuntarle rápidamente como “el que está a cargo”. Tenía una pequeña daga en sus voluminosas manos, la cual ahora estaba apuntando al centro de la cara de Dante, haciendo que éste se empiece a preocupar por su bienestar. 
—No es nada personal chico. —la daga acaricia su mejilla.
En un acto desesperado, forcejeó con el hombre detrás suya, tirando su cabeza hacia atrás para impactarle la nariz y (juzgando por el sonido) quebrársela, dejándolo aturdido y obligándolo a tirar el arma al piso. En un abrir y cerrar de ojos, su brazo rodeaba el cuello del hombre que ahora tendría una nariz sangrante y una pistola apuntada a su cráneo.
—Un paso más y le vuelo el cerebro. —amenazó Dante, firme, pero con una pista de miedo. Realmente no era una situación favorable para él, pero no podía simplemente rendirse. Parecía que el tiempo se había congelado, ninguno de los dos bandos sabía cómo proceder, así que se recurrió al último recurso, el diálogo.
—Mira, déjalo ir y nos olvidaremos de lo que pasó aquí, ¿eh? Podrás seguir con tu pequeña investigación y haremos la vista gorda. —la voz de uno de los hombres se había hecho más suave, intentando sonar menos amenazador.
—No les creo ni una puta palabra, apártense.
—Que conste que intentamos negociar. —El hombre disparó, impactando al hombro de su propio compañero y sorprendentemente impactando superficialmente a Dante, indicando que era una bala más poderosa que una .9mm. Posiblemente una bala .22 LR cargada en un revólver de poca distancia. La bala no se incrusta en su pecho, pero es lo suficientemente dolorosa como para tener que soltar a su rehén, quien ya habría caído al piso inconsciente. Ya en el piso, una patada hace conexión con su abdomen, dejándolo sin aire y la cabeza dándole vueltas. Escucha a sus agresores gritarle algo, pero por su situación no puede hacerle sentido a lo que le dicen.
En medio del caos hubo solo un sonido claro: el de dos disparos de bala.
El silencio inunda los alrededores y Dante, confundido, levanta la cabeza para entender qué está pasando, allí finalmente reconoce algo: una figura femenina parada en el techo del establecimiento, arma en mano y apuntando al cielo. El grupo que antes estaba en silencio ahora susurra maldiciones al reconocerla y rápidamente recogen a su compañero del suelo, colocando sus brazos alrededor de sus propios cuellos y se van con la cabeza baja.
El pobre detective no puede hacer sentido de quién era aquella mujer ni de qué sería de él ahora, pero al menos no tendría que preocuparse de aquel grupo. Aún así, como un oficial, no podía bajar la guardia. Tomó el arma cercana que restaba en el cemento y con ésta le apuntó a la mujer, quien rápidamente había descendido del tejado.
—¿Así le agradeces a tu salvadora? —habló la misteriosa fémina con un marcado acento italiano, el cual la hacía aún más sospechosa a ojos de Dante.
—¿Quién eres? ¿Por qué me ayudaste?
—Si quieres conversar, vas a tener que bajar el arma. —la mujer no se veía sorprendida, incluso, se veía increíblemente calmada para el escenario en el que se encontraba.
Dante cuestionó por un momento sus intenciones, pero acató su petición y lentamente bajó el arma. “Si me quisiera muerto, esos disparos no hubieran sido de advertencia.” Fue su razonamiento.
—He estado esperando encontrarme contigo, Dante Hollard.
Dante se veía completamente confundido, como era de esperarse cuando alguien que no conoces cae de un techo y dice tu nombre completo, incluso más si cuenta con un acento italiano y arma en mano.
La mujer solo lo veía con una sonrisa sobrada, un short de mezclilla una talla más grande de la que necesita, mezclado con sandalias de verano, pelo largo y oscuro recogido sin esfuerzo, tez ligeramente bronceada, pero con pecas visibles en la nariz y parte de las mejillas. Al hablar, su país natal (geográficamente comparado a una bota) salía a notar.
—Sabes, no esperaba que nuestro primer encuentro fuera así, pero de cierta manera lo hace emocionante. 
—Responde, ¿Quién eres? ¿Por qué actúas como si ya me conocieras? —Miles de pensamientos inundaban su cabeza, pero trataba de mantener la calma sin bajar la guardia.
—Soy… ¡Tu seguidora! Te he buscado desde que organizaste una redada hace unos meses… me dije a mi misma: de verdad tiene que estar loco para meterse de esa manera con los asuntos del subsuelo, ¡Tengo que conocerlo! —Contaba emocionada su punto de vista mientras le ofrecía una mano para que el hombre finalmente pudiera levantarse. 
Dante estaba aún más confundido con lo dicho, aún así, aceptó la mano ofrecida e hizo presión en la herida de su hombro al estar de pie, la cual no era profunda pero ciertamente tendría que ser revisada.
—Soy Alessia Moretti, a tu servicio. —Le ofreció una sonrisa juguetona que Dante no se molestó en devolver.
—Bien… “Alexia”. ¿Cómo supiste que estaría aquí? 
—Pues, no he sido la única a la que le has interesado, esta reunión fue específicamente para atraparte. Si yo no hubiera estado aquí pues… bleh. —imitó cómicamente un sonido de “muerto” mientras inclinaba la cabeza para un lado.
—¿A qué te refieres con “atraparme”?
—Hah, lo último que has hecho es pasar desapercibido, Dante. Ciertas personas estaban hartas de que husmearas en sus asuntos, así que analizaron tus movimientos, tu forma de investigarlos, así supieron que seguirías a este grupo a donde sea que se reúnan. —Lo narra con una tranquilidad envidiable y un tono que uno no podría decir si se le hace cómica la situación.
Dante no supo cómo reaccionar, simplemente se sostenía el hombro mientras una expresión inexplicable se apodera de su cara.
—Peeero… no te preocupes, ahora soy tu aliada ¿Eh? —Una sonrisa maliciosa. —Tenemos el mismo objetivo, yo también detesto este pequeño “imperio” del subsuelo, así que, te ayudaré, siempre y cuando tú me ayudes a mi.
—¿Y cómo puedo saber que esto no es una trampa también?
Alessia suelta una carcajada mientras de su bolsillo saca una bolsa transparente que cargaba lo mismo captado en la foto que examinaba en su oficina. 
Dante queda asombrado, sus ojos clavados en esa bolsa. Alessia nota esto, así que, sin otra palabra, se la entrega.
—Llevas tiempo tratando de localizar algo como esto, ¿No? Escucha, yo tengo mis herramientas y contactos, pero me falta algo… Digamos, un infiltrado. —Alessia fija su mirada en la placa del oficial, la cual ahora estaba descubierta. Él sigue su mirada y entiende lo que quería decir.
—¿Siempre hablas de esa manera tan desorganizada y misteriosa? Dante se veía ligeramente irritado, aunque guarda la calma y continúa:
—Si tu plan es que traicione al cuerpo policial, olvídalo. No pienso arriesgarme a que me despidan estando tan cerca de-
—Solo necesito que entres a la sala de archivos, tomes unos papeles, y salgas. —Alessia lo interrumpe.
Dante se queda callado por unos segundos, después, empieza a cuestionar su plan.
—Si es tan simple, ¿Por qué me necesitas a mí?
—Eres bastante lento para alguien tan inteligente. —Alessia levanta una ceja, mirándolo con una sonrisa burlona. — Nadie sospecharía de un policía entrando a la sala de archivos… policial. 
A la mujer se le hacía absurdo tener que explicarse, ya que para ella era obvio el “por qué” necesita de Dante, pero éste último estaba dudoso, a fin de cuentas, si era descubierto en los archivos sin autorización, sería reprendido severamente.
—Siendo sincero… nunca he podido entrar a ese lugar, siempre ha estado cerrada con llave. 
—¿Y eso no se te hace cuestionable? ¿Qué podrían guardar ahí que ni siquiera los mismos trabajadores pueden acceder a ello?
Dante se inmerse en sus pensamientos, Alessia tenía razón… siendo tan leal como lo es a la UCU, ¿por qué nunca le habrían dado acceso a la sala de archivos? Además, si esto le da la más mínima pista sobre su hermano, lo haría sin dudarlo.
—Aunque no me guste, tienes razón. Pero entonces, ¿cómo podría acceder? No tengo llave, y es imposible que tu tengas una.
—Hah, conozco a alguien que puede ayudarnos con eso, pero… tendrás que confiar en mí.
—Apenas sé tu nombre, ¿y ya quieres que confíe en lo que me dices? 
—¿No es eso lo emocionante de la vida? ¿O es que tienes otra opción? —Alessia sabía que no se rehusaría, la curiosidad es algo que consume a los investigadores como él, y ella usaría eso a su favor.
Dante suspira derrotado, sintiéndose vencido en su propio juego. 
—Si termino muerto o secuestrado, hay gente que me buscará.
—Lo sé. —dijo Alessia sin rodeos. —Te buscaré mañana por la mañana, después, iremos a buscar esa llave.
Dante frunce el ceño. —¿Cómo irás a-
—Sé donde vives, no te preocupes.
A Dante le recorre un escalofrío por la espalda, perturbado de que la mujer que acaba de conocer sepa su nombre, dirección, y vaya uno a saber qué otras cosas sobre él.
—Eso no me tranquiliza en lo absoluto.
Ella no hace el esfuerzo de mitigar su ansiedad, incluso empeorándola con una mueca cínica. 
—Ponte linda para mi, ¿quieres? —La mujer se ríe de su propia broma, dándose la vuelta para retirarse. Antes de eso, Dante la detiene con una mano en su hombro para una última advertencia.
—Si no me estás diciendo la verdad, haré que te arrepientas.
No se veía preocupada, una fachada sarcástica y segura la cual nunca fluctuaba. Sin darle una respuesta, camina hacia una camioneta mal estacionada entre medio de los árboles, enciende el motor y se va hasta que Dante ya no puede divisarla.
El hombre se dirige a su propio auto y de allí, a su vivienda. Acostado en su habitación, su mirada queda fijada al techo, muchas cosas habrían pasado en muy poco tiempo, y este era su momento de procesarlas. Pensó en sus errores como oficial, fue imprudente entrometerse así en la reunión de ese grupo, incluso más arriesgado fue confiar en una mujer extraña que por alguna razón lo sabía todo sobre él, y en cómo le irritaba esa pequeña sonrisa sarcástica que traía con ella en todo momento. Y lo peor de todo: sabía dónde vivía. Lo dijo con una naturalidad que le helaba la sangre, como si hubiera estado allí antes, como si lo vigilara desde hace tiempo. Si alguien como ella podía dar con su dirección tan fácilmente, ¿cuántos más lo sabían? ¿Cuántos lo estaban observando en silencio, esperando el momento justo? ¿Sabían también lo que investigaba? ¿Hasta dónde llegaba el filtro de su información personal? ¿Y si sabían lo de su hermano? Cada segundo que pensaba en ello lo ponía más ansioso, eventualmente no se sentiría seguro dentro de su propia casa. 
Trató de conciliar el sueño, pero los pensamientos intrusivos le nublaban la mente y lo mantenían despierto hasta que llegó el amanecer y la alarma hizo su trabajo de sonar.
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rhaenysaemma22 · 11 months ago
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*Aemma estaba en la guardería recostada en una pequeña cama con sus dos cachorros Rhaenyra de 4 onomásticos y Visenya de 3 onomásticos, ambas niñas estaban cada una a un lado de su madre tocando su vientre sintiendo como el bebe daba pataditas.*
Rhaenyra: ¿Muña, que crees que sea? *Le pregunta cuando siente una patada en su mano.*
Aemma: Una niña, para que tengan a alguien con quién jugar. *Le acaricia el cabello haciendo que su hija ronronee por el afecto de su madre.*
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Visenya: Pero Kepa me dijo que si era un niño, podría enseñarle a pelear y entrenar con la espada, pero dice que no importa lo que sea, que lo amaremos igual. *Le dice con un poco de dificultad al hablar ya que a pesar de la corta edad que ella y su hermana tienen, resultaron ser muy inteligentes, cuando siente la patadita sonríe.*
Aemma: Tu Kepa tiene razón, lo amaremos así sea un niño o una niña. *Le toca la nariz a Visenya haciéndola reír y ronronear.*
Rhaenyra: ¿Y si son dos bebes? Entonces debes descansar para que Kepa te consienta más.
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Visenya: Si mami, si son dos bebes tienes que descansar mucho.
*Aemma sonríe por lo atentas que son sus cachorros con ella a pesar de estar muy pequeñas, le recordaban a su difunta buena madre Jocelyn Baratheon antes de morir, ella estaba al tanto de que estuviera bien cuidada cuando estaba embarazada de Rhaenyra.*
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Aemma: No se preocupen mis cachorros, sus abuelos están cuidando de nosotras para que su Kepa este feliz. *Le da a cada una un beso en la frente.*
Visenya y Rhaenyra: ¿Los abuelos Aemon y Jocelyn? *Preguntaron al mismo tiempo con una sonrisa con algunos dientes faltantes.*
Aemma: Si, ellos mismos.
*De repente se escucha una discusión detrás de la puerta, Aemma frunce el ceño al reconocer la voz de su esposa pero no entendía por qué estaba discutiendo y con quién era, al momento de intentar levantarse las puertas se abren revelando a un Daemon intentando quitarse el brazo del cuello mientras su esposa estaba encima de el mientras intenta ahorcarlo a la vez que aleja su mano.*
Daemon: No dije nada malo frente a la abuela Alysanne, ella solo me preguntó por curiosidad.
Rhaenys: De igual forma no debiste decirle.
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*Daemon se logra liberar de su brazo para luego correr hacia donde están Aemma y las princesas para esconderse detrás de ellas.*
Daemon: Hermana dile a tu esposa que deje de intentar matarme.
Rhaenys: Dile lo que le dijiste a la abuela Alysanne hace unos momentos.
Aemma: Un momento, ¿Que está sucediendo aquí?
Rhaenys: Te diré que sucede, resulta que nuestro hermano Daemon le dijo a la abuela Alysanne que nosotras fuimos quienes dejamos libre a Balerión para que saliera a cazar por su cuenta antes de volver.
Aemma: ¡Daemon!
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Daemon: Ya saben que lo siento, pero es que no puedo evitar decir los secretos.
*Ambas reinas rodaron los ojos por su comportamiento tan infantil pero las que se burlaron de él fueron sus sobrinas.*
Rhaenyra: Kepa, Muña dijo que el bebe sería una niña para que juegue con nosotras. *Le dice jalandole la falda.*
Visenya: No hermana, Kepa dijo que sería un niño para que Kepus le enseñe a pelear con la espada. *Le dice jalando el otro lado de la falta a su madre.*
Rhaenys: *Levanta a cada una en un brazo.* Saben ahora que lo dicen, creo que sería mejor que su tío las lleve a ver a Caraxes y a Meleys en Pozo Dragon. *Sonríe siniestramente.*
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Rhaenyra y Visenya: ¡Si, vamos Kepus! *Se bajan de su madre para agarrar cada una la mano de Daemon para jalarlo hacia la puerta.* ¡Dragón! ¡Dragón! *Ambas saltaban agarradas de su tío.*
Aemma: *Mira con una sonrisa a su esposa.* ¿Esa es tu forma de deshacerte de nuestro hermano y de nuestras hijas?
Rhaenys: No, es la mejor venganza que se me pudo ocurrir. *Toma su mano entrelazandolas.*
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Aemma: ¿Cómo se encuentra la abuela?
Rhaenys: Está bien, estaba bordando antes de que Daemon le dijera. *Acerca sus manos entrelazadas al vientre de su esposa sintiendo las pataditas de su bebé.* Hola pequeño o pequeña, aquí estamos tus madres esperando que llegues para poder conocerte. *Acerca su rostro.* Pero sabes quienes están más ansiosas, tus hermanas Rhaenyra y Visenya. *Empieza a repartir besos por todo el vientre, sintiendo como su bebé se mueve y da pataditas mientras su esposa se ríe.*
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Aemma: Basta o me harás entrar en labor de parto.
Rhaenys: Está bien, me dedicaré a otra cosa. *Le susurra cerca de sus labios sonriendole mostrando sus colmillos, le besa el cuello mientras arrastra sus manos por su pierna, adentrándose al bordado del vestido.*
*Aemma jadea agarrando su brazo tratando de contener el gemido, mientras la mano de Rhaenys avanzaba más, bajando los besos al pecho que estaba un poco descubierto escuchando a su esposa ronronear.*
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X: ¡Por los 7 infiernos! ¿¡Que están haciendo!?
*Ambas se separan sorprendidas mirando en dirección a la voz conocida de su abuela Alysanne quien se veía enojada y preocupada a la vez.*
Aemma y Rhaenys: A-Abuela.
Alysanne: Para eso tienen una habitación, como se les ocurre intentar hacerlo en la guardería. *Les dice cruzándose de brazos.*
Aemma: Lo siento. *Baja la mirada.*
Rhaenys: Fue mi culpa, asumo la responsabilidad de esto, deja a Aemma fuera de este asunto. *Mira a su abuela sin bajar la mirada.* Es mi culpa, no he podido controlar mis instintos de Alfa desde que Aemma está embarazada, al estar cerca de ella, me descontroló de solamente con verla y oler su olor, no puedo evitar soltar mis feromonas. *Termina de decir para luego bajar la mirada.* Si debes castigar a alguien, debo ser yo.
Alysanne: No, ya con lo que Daemon me dijo sobre Balerión es suficiente. *Dice con una pequeña sonrisa.* Solo no traten de hacerlo donde cualquiera puede entrar y verlas, eso lo deben de haber heredado de su abuelo. *Resopla al recordar a su difunto esposo.* Iré a dar una vuelta con Silverwing por el reino, y quien sabe, tal vez me encuentre a las pequeñas con su tío. *Al decir lo último sale de la guardería cerrando las puertas.*
Aemma: Pensé que nos diría algo más horrible con lo que vio. *Sigue mirando la puerta.*
Rhaenys: La abuela está más que acostumbrada a ver este tipos de cosas en la familia. *Sonríe recordando cuando su abuela encontró a su padre y a su madre semidesnudos aún con poca ropa puesta, su abuela se volvió histérica para después retirarse.* Le paso lo mismo con mis padres y con mis tíos Baelon y Alyssa.
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Aemma: Bueno que te parece un masaje para que tú hermosa esposa Omega este más relajada. *Le da un empujón en el hombro con el pié derecho, levantando un poco su vestido mostrando más arriba de su rodilla.*
Rhaenys: *Sonríe.* Eres una traviesa. *Le da un beso en los labios.* Pero eres mi traviesa, vamos a darte tu masaje.
*Ayuda a levantar a su esposa cuidadosamente para luego ambas ir a su habitación para relajarse aunque pensaran en otra cosa.*
PARTE EXTRA.
*Rhaenys se despertó por un golpe en la cara, al intentar levantarse sintió que la jalaban hacia abajo, volvió a levantarse pero la volvieron a jalar hacia abajo.*
Aemma: No lo hagas o despertaras a tus hijas. *Le dice su esposa medio dormida al otro lado de la cama.*
Rhaenys: ¿De que... *Habla pero se queda callada cuando ve que sus hijas están durmiendo en medio de ellas, ambas pequeñas estaban boca bajo de lado, al ver qué Visenya estaba a su lado pudo saber que fue ella quien le dio el golpe en la cara.* Estás dragoncitas. *Acaricia el cabello de Visenya viendo que sonríe dormida y ronronea al toque, al igual que hace su esposa con Rhaenyra al escucharla ronronear.*
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naulisu · 1 year ago
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Ah. . .
Mi alma se encuentra cansada y pesada.
Sentir aquel aprecio tan puro hacia otra persona, es tan extraño ya no vivirlo y brindarlo, el tener que guardarlo bajo candado ante aquel daño.
Dejar aquella forma de expresión de forma tan drástica e inhumana, buscando bloquear el sentir intentado alcanzar una protección a tu propia persona.
Brindar aquel aprecio por ahora es imposible, mi protección ganó ante la balanza, al quedarme con aquel cariño en las manos en ese callejón tan vacío.
Algún día podré volver a brindarlo, pero ahora mi alma ocupa reposo, banditas, y estar cuidada con amor para que sane y tenga nuevamente aquel valor para amar a alguien más.
Nauli
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atlanticmiddleisland · 11 months ago
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Carta al pasado
Dirijo esta carta a ti, que eres yo, al chico que era el día 7 de Febrero del año 2017.
Te escribo esta carta desde otra vida, desde otro mundo, desde la vía en la que la vida te separó de a quien hoy conoces por primera vez.
Llegará Cris o llegarás tú a ella, y cuando le cuentes el interés que tienes en sus textos, ella compartirá contigo las letras que sangró cuando recordaba, préstale atención, leelo con calma, ese texto que fue un final para ella es ahora un inicio para vosotros.
Te escribo esto porque te he visto, porque estoy ahí contigo tras 10mil mensajes, cientos de noches de ilusiones y dos vidas que fueron una, porque he rebobinado el tiempo y pude entender porqué a pesar de que el tiempo nos dio forma, no pudo rompernos.
Quiero que la cuides, que la hagas tuya, que cada palabra que ella te dirija que destile ilusión, sea para ti un tesoro, que entiendas que la vida a menudo pasa sin ofrecernos esto, que has sido y soy, que será siempre un hombre afortunado, que ella será siempre nuestra suerte.
Me gustaría sentarme contigo y explicarte lo que va a suceder, hacerte entender todo lo que hay encerrado en algo que parecerá tan trivial, en un intercambio de textos, en un cariño que crece, el amor que florece en noches tan largas. Ojalá pudiese hacerte entender que llamará a tu puerta un amor como no verás otro igual.
Volviendo a su "Carta al hombre que amé", te escribo esta "Carta del hombre que amó", por que quiero que la imagines cuando 17 menajes después, recibas esa foto en la que ella presume de cabello con la frase "(...) Baja corriendo las escaleras peinándote el cabello. Eres la chica más extremadamente bonita que haya visto", hazme caso, lo es, esa cabrona es preciosa. Decía, que la imagines, volviendo de su trabajo, en el que empezó formándose y fue labrando una carrera, a su casa, donde tiene tantas y tantas cosas que irá compartiendo contigo.
Imagínala en medio de su rutina, de la monotonía, de la vida de una chica con sus altos y sus bajos, e intenta dimensionar el valor que tiene que todo, todo lo que la rodea, pase un segundo plano y tú, incógnita transoceánica hija del azar, pases a ser una prioridad para ella, imagínala sonriendo mientras te escribe, imagina que en tu mundo nunca dejó de hacerlo.
No tengo que pedirte que hagas esfuerzos hacia ella, te ofrecerá una relación tan cómoda y natural que los próximos tres días se os escaparán de entro los dedos, llegará entonces el primer te quiero, que no se irá nunca, que aún en mi mundo sigue vigente, como el hechizo imperante de su novela de brujas favorita, recuerda que aún siendo una trilogía, para ella solo cuenta el primero.
Quiero que la hagas sentir grande, que la protejas, del mundo, de ella y de ti, del paso del tiempo, de la rutina, de los eventos que nos inherentes a toda vida, que abraces sus 158 centímetros en cuanto ahorres lo necesario para retar el cielo que os une en un viaje solo de ida.
No olvides, cuando ella te hable de sus defectos, decirle que la genética de su madre es un trauma de adolescentes, que sus piernas cuidadas y tersas no albergan defectos, que serán recorridas una y mil veces por caricias sinceras de quien por tenerla ganó.
Rétala, insúltala, juega con ella, haz que sonría, haz que se enfade mientras sonríe, haz que sonría mientras se ríe, haz que le duela el cuerpo de ser tan feliz y deja entonces que se esconda en tus brazos, aunque los muerda, son pequeñas manía que no quiero que pierda ni esconda. Hazle saber que es una chica inteligente, pero que la comprendes, que tiene un lugar a tu lado, que el lugar a su lado es el tuyo, que tú si que entiendes que tras el techo de su habitación está el universo y es infinito, que ahí arriba hay tantas preguntas como noches en vela pasarías de su mano resolviéndolas. Puede no parecerlo, pero es muy importante que ella entienda que tu la entiendes, necesita que esa parte de ella no muera, necesitas que la lleves al cielo, que seáis astronautas, que vayáis a plutón, que entendáis el origen del mundo, que la magia vuestra rutina. No dejes que la vida la encierre, y si lo hiciese, enciérrate con ella.
No la ayudes a encontrar su camino, porque le encanta tantearlos, quédate a su lado y acompáñala, ríete de ella cuando fracase, antes de abrazarla y decirle que da igual, que la haces su comida favorita, veis una película, os quedáis dormidos hablando de la vida y mañana la acompañadas a una nueva aventura de la mano. Ayúdala a dejar algo en el mundo que ayude a alguien, construid un pequeño legado que inmortalice una existencia tan especial.
Hazle entender que ya no estará sola, que cuidaréis un jardín durante años, que en cada viaje comprareis una planta para vuestro jardín, consigue peonías blancas, ayúdale a entender que no es normal ponerle tierra de la playa a las plantas porque a ella no le da la cabeza, levántate a regar pronto las plantas antes de que ella las ahogue, y cada vez que sonría con esa sonrisa bonita que nace de agredirla, como en este momento, bésala hasta que ella te aparte, como yo haría.
Su sexto mensaje dirá lo siguiente: "(...) si un día encuentras que uniste todos mis fragmentos (los que dejo de mi en cada escrito) y crees poderme leer completa comparte conmigo tu rompecabezas", te darás cuenta entonces de que ella siempre tuvo el alma abierta y un hueco a su lado, de que puso todas las facilidades y se entregó sin miedo, con una hermosa ilusión por bandera, será el regalo más bonito que recibas jamás de alguien. Yo he juntado todos sus fragmentos, hace ya mucho tiempo, esta parte no lo desarrollaré, quiero que disfrutes de cada página del libro que ella representa, que todo sea nuevo, que sientas esa ilusión en el estómago al buscar un nuevo mensaje suyo, no quiero quitarte las noches hasta largas horas ni los precipitados amaneceres para leerla, fue amor mucho antes de que me diese cuenta. Disfruta de su lectura, de conocerla, como ella me dijo, porque un amigo le dijo antes: "En cada nueva lectura entiendes algo que en la lectura anterior no comprendías" y tal vez, hoy que la vida me permitió volver a aquel día, yo también aprenda algo que se me escapó, espero que no cometas mis errores y que en siete años, cinco meses veintitrés días no estés escribiendo esta carta si no mirándola a los ojos antes de darle un beso y de decirle cuanto la querrás siempre.
A ella que te demostrará algo que creí que siempre había negado, como es su teoría de que el amor de tu vida y la mujer de tu vida, no pueden ser personas iguales, ¿Sabes que ella, en su mensaje número diecisiete dirá "Sería increíble encontrar ambas en una sola persona, no creo que sea imposible"?, aunque en mi mundo nunca volvió a dar el brazo a torcer, hazme un pequeño favor, dile que un amigo tuyo que vive en otra línea del tiempo lo encontró, hazle creer que tiene razón en la única vez que dudó de ello, no dejes que lo niegue nunca, pero no le digas que es ella el amor de mi vida, porque ya lo sabe la mía, aunque no se lo diga.
¿Sabes que formaréis un vínculo de esos que rozan la magia y que esconden tras el techo de la habitación? ojalá nunca estés tan lejos de ella, pero si llegas a alejarte en tiempo y espacio, sentirás que algo te llama, como cuando tiras de los dos extremos de una goma y con la tensión corren a rozarse, es a través de ese evento, entre otras muchas cosas, que entendí que siempre había sido ella.
Tatúate un sakura cuando entiendas lo efímera que será la vida si la compartes con ella, no le tengas miedo a la muerte aunque os separe algún día, porque estoy seguro de que construiréis una vida plena para ambos, conserva la mentalidad que se que ya tienes, y que compartís, de que la vida es un instante, de que la muerte siempre se precipita y de que no podemos perder el poco tiempo del que disponemos, por tanto, haz que pierda la respiración de tanto reír, hazla gemir, haz que persiga sus sueños, se parte de ellos, cuídala, mímala, haz que todo tenga sentido, haz que solo sonría, que incluso llorar lo haga tranquila, que no encuentre nunca la soledad, que no sienta jamás que se ha equivocado.
Como ella dijo al preguntarle por su primer tatuaje "la vida es solo un suspiro, morir te lleva a otro mundo".
La primera noche que pases con ella, túmbate con ella en la cama, toma su mano y mirando al techo di "Puedes creer que nuestra galaxia puede contarse y moriremos en una milésima de segundo sin siquiera notarlo". Ella trasciende a todo eso, ella es el vehículo para que tú entiendas el movimiento del mundo y tú el suyo, juntos podréis calmar todas las inquietudes que tenéis dentro, no imaginas hasta qué punto os llegaréis a complementar mentalmente.
No te rías de ella porque le haya gustado Brida (si, de Paulo conejo), o si, hazlo, ríete siempre de ella, haz que su sonrisa de fingido enfado se dibuje de nuevo, pero después dile que sabes de buen tinta que ella será tu luz en el hombro izquierdo, lo entenderá.
¿Sabes que la hice llorar el segundo día que hablamos? fueron lágrimas de desahogo, le dije que sus experiencias del pasado no la hicieron llorar siempre por culpa suya, que no son los celos, que no está loca, que no supieron cuidarla, díselo ahora con más convicción, pues tampoco yo supe hacerlo como merecía, pero su única locura fue la de enamorarse de una manera tan bonita. Qué jodida cosa tan bonita fue conocerla de ese modo, con todos sus sentimientos a flor de piel, sin filtros, sin medidas.
También serás la primera persona que la llame idiota sin intención de ofenderla, dile que entonces te entendió mal, que la querías ofender, y después no se, haz lo que sabes hacer, para agredir a alguien de manera cariñosa no necesitas consejos.
Interésate por su horóscopo, lee tanto como puedas sobre Escorpio hasta que compruebes si hay convergencia de enunciados, interésate por los resquicios de misticismo que ella encuentre en el mundo, analizadlo juntos, ved películas al respecto, leed, viajad a la cuna de todo lo que os interese y ahogaos en la historia, recorred la línea del tiempo juntos, arquitectura, cine, historia, música, teatro, naturaleza, viajes, literatura, comed bien, haced mucho ejercicio...alimenta cada una de sus inquietudes, comparte todas las tuyas, buscáis lo mismo en este mundo.
Recuerda, si no cometes el error de no ir a verla, prepararle el desayuno, su Irish breakfast con dos de azúcar y un chorrito de leche, abraza también su pasado, llévala a Irlanda un día que no se lo espere...y tú tampoco, sencillamente tómala de la mano, llévala al aeropuerto y partid. Da igual el lugar si estáis juntos y mírale la muñeca para recordar que la vida dura poco.
Y cuando ella te diga, no tardará en hacerlo, que no cree que nada suceda por casualidad, que en el fondo las cosas tienen un plan secreto aunque nosotros no lo entendamos, dile, sonriendo, que no tiene ni la mas mínima idea, de cómo la vida le dio la razón.
Y si algún día te dice que, "tal vez en otra vida", dile que si, pero que en esta también, en esta y en todas.
Quiérela siempre, como haría yo, como hizo ella.
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camposdeversos · 5 months ago
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El Cambio Climático...
El cambio llega como un viento helado, sutil, pero firme, arrastra lo amado, la tierra que antes cantaba en calma, hoy grita en su angustia, clama en su alma.
El cielo ya no es el manto sereno, las nubes se alzan en un llanto amargo, el mar que susurra, ahora es un veneno, y el sol que quema, se torna más largo.
El aire que un día era fresco y suave, se convierte en furia que arde y acabe, la selva que antes danzaba con el viento, ahora susurra en su lento sufrimiento.
Los glaciares lloran su lenta descomposición, mientras los bosques pierden su corazón, el hielo se derrite, el mar crece y avanza, y la tierra se quiebra en su última balanza.
Es el grito de la tierra, un eco profundo, es el precio que pagamos por un mundo que ignoró su pulso, su esencia sagrada, por una vida que nunca fue cuidada.
Pero aún hay esperanza en el horizonte, si unimos nuestras manos, seremos el monte, el cambio es posible, la lucha está viva, el futuro renace, si juntos hacemos la iniciativa.
El cambio es urgente, el tiempo es ahora, si no sanamos la tierra, perdemos la aurora, pero aún, con valentía y con fe renovada, podemos renacer con la tierra, convertirnos en guardianes de su alma.
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nagycyra · 1 year ago
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Mi única oportunidad
Etiquetas: ligera mención de sangre, heridos, consuelo.
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—Vamos Miguel, no me harás daño — habló T/N con una sonrisa en sus labios mientras incitaba a Miguel a que le diera alguna caricia a su vientre. T/N llevaba siete meses de embarazo y aunque Miguel se encontraba emocionado, también se sentía limitado en sus pequeñas muestras de afecto. 
No es como si Miguel fuera un hombre que mostrará siempre contacto físico en público, tampoco es un hombre tan seco, desde que conoció a T/N se ha visto envuelto en un gran recorrido que pone al límite sus emociones. Poco a poco T/N se había metido en la vida de Miguel hasta que finalmente son una pareja de casados que esperan un pequeño bebé.
—Nena, lo sé, pero justo ahora no puedo controlar del todo mi fuerza— contestó Miguel mientras veía como T/N se sentaba cómodamente sobre el sofá. 
Miguel se encontraba fascinado con T/N, ver los cambios que había provocado el embarazo había sido un gran deleite. T/N siempre había sido cuidada por Miguel, ayudándole con cada día que pasaba. 
—Excusas, ya hemos hablado de esto— dijo T/N mientras se cruzaba de brazos, no importaba que tanto Miguel insistiera que no era momento, T/N sabía que algo más ocurría y ella no se detendría hasta averiguarlo.
Pasar junto a Miguel durante cuatro años no había hecho más hábil al momento de leer a su esposo.
Miguel se sintió atrapado en ese momento, realmente ocurría algo, pero tampoco era algo que le agradaría tocar así como así. Sin embargo, él conocía a su esposa con facilidad, no podía evitarlo realmente. Miguel soltó un suspiro resignado y se sentó a un lado de T/N.
—Últimamente no he podido controlar mis garras como debería —Miguel observó la palma de su mano izquierda, las  finas puntas de sus garras se asomaban sutilmente, era algo que a Miguel le preocupaba porque eso significaba que debía mantenerse alerta, ni siquiera podía acariciar la mejilla de su amada T/N sin que la posibilidad de lastimarla sea  increíblemente alta.
La ligera picazón a la que ya estaba acostumbrado avisaba que sus garras estaban volviendo a salir, sin que él lo quisiera así, algo que hizo que cerrara su mano en un puño con fuerza. Un suspiro volvió a salir de sus labios, parecía casi resignado con la idea de controlar esa reacción de su cuerpo.
—Eso es extraño — murmuró T/N un poco incrédula al ver cómo Miguel se esforzaba tanto por no sacar sus garras —¿No es algo causado por el miedo o algo así? ya sabes, cómo las personas que se quedan pegadas en las paredes y les cuesta trabajo soltarse.
Tenía sentido, pero Miguel es alguien con experiencia, eso no podría pasarle, ni siquiera el estrés era lo suficientemente fuerte como para incapacitar alguna de sus habilidades, así que negó con su cabeza.
—Me temo que no es así.
—¿Ya le preguntaste a Lyla? — T/N   intentó pensar en alguna alternativa para poder ayudar a Miguel.
—Si, pero realmente no hay nada extraño con mi cuerpo — comentó Miguel mientras veía cono T/N daba suaves caricias a su hinchado vientre, era la primera vez que se sentía extrañamente cohibido, su esposa estaba ahí, a su lado, con un lindo y holgado atuendo y no podía ni siquiera tocarla a causa de sus garras. 
Miguel realmente quería abrazar a su pequeña T/N, pero le preocupaba más el hecho de poder lastimarla, así que simplemente empezó a sentirse algo frustrado.
 T/N había notado la inquietud de su esposo, ahora entendía porque los últimos días Miguel apenas la tocaba, aun cuando Miguel seguía dando algunos besos, era terriblemente notorio el hecho de que Miguel había dejado de dar algunos abrazos y caricias a T/N. 
—Esto no tiene nada que ver, pero podrías intentar dormir más — comentó T/N, aunque entendía que ser Spiderman, ser el líder de una asociación y pronto, un padre, no era nada fácil, en momentos como estos Miguel debería empezar a dormir un poco más. 
—¿De entre todas las cosas piensas que es por no dormir? — Miguel alzó una ceja, casi parecía cuestionar si T/N hablaba enserio, pero al ver como ella asentía con su cabeza  soltó un suspiro —Bebé, he pasado más tiempo sin dormir de lo que crees. 
—Lo sé, lo sé, señor vampiro todopoderoso — bromeó T/N con una sonrisa mientras se levantaba lentamente del sofá —pero yo tengo sueño, así que ven a dormir conmigo, podemos pensar mejor después de descansar. 
T/N tomo a Miguel del brazo, él por su parte no se opuso y se levantó, por inercia estaba a punto de poner su mano en la espalda baja de su hermosa esposa, pero al sentir el ligero picazón en las puntas de sus dedos se detuvo, frunciendo un poco su ceño, realmente eso era peor que estar en abstinencia. 
—tranquilo — la suave voz de T/N hizo que Miguel se sintiera un poco más relajado.
Miguel caminaba detrás de su amada esposa, siguiéndola de cerca mientras subían las escaleras hasta llegar al pasillo que conducía a su habitación compartida. 
Las luces eran tenues, T/N se había acostumbrado a mantener las luces así, era algo divertido mantenerlas encendidas al inicio, hasta que observó que realmente le afectaba a Miguel tener las luces encendidas. 
Aún cuando ambos no dijeron ni una sola palabra, era realmente notorio la comodidad que sentían uno al lado del otro, especialmente cuando T/N se acurruco cómodamente al lado de Miguel, la suavidad de las cobijas abrazaban sus cuerpos de forma agradable. Para T/N no fue tan difícil dormir, bastaba con sentir la calidez de Miguel cerca para lograr entrar en el cómodo mundo de  Morfeo. Pero Miguel solo pudo sentirse aliviado al ver como T/N dormía.
Han pasado años y aún tiene miedo de perder a quien le ha tenido tanta paciencia, tanto amor y cariño. El miedo latente de despertar un día y no poder encontrar a T/N se había convertido en su mayor miedo, también en su mayor debilidad. 
Miguel no se lo había contado a T/N, pero en la última misión había ido a una dimensión diferente, lo que le había afectado tanto era haber visto como una mujer embarazada terminaba herida por una de las anomalías que habían perseguido, por suerte la mujer pudo recuperarse y con los análisis de Lyla se enteró que el bebé no termino afectado. 
El shock de ver como la mujer se había llenado de polvo y algo de sangre fue suficiente para recordarle a T/N, apenas había vuelto a la sede salió corriendo en busca de su esposa. Poder verla, poder sentirla, había sido tan reconfortante que calmó su corazón. 
Miguel observó nuevamente como T/N dormía, removiendo su cuerpo ligeramente contra Miguel, algo que le hizo sonreír. Por primera vez en esos días, pudo respirar cómodamente, saber que su mundo estaba a salvo, que la razón de su felicidad se encontraba tranquilamente en su hogar.
—Tal vez no lo sabes, pero eres mi única forma de tener paz, eres la única que me dio una oportunidad.
El suave susurro de Miguel fue algo que T/N no pudo escuchar, pero eso estaba bien, Miguel no necesitaba decirlo todo el tiempo, solo necesitaba demostrarlo. 
Miguel observó como el cabello de T/N empezaba a cubrir su rostro, con mucho cuidado, aún teniendo miedo de que sus garras fueran a salir, quitó los mechones de cabello de T/N, acomodándolos detrás de su oreja, solo hasta ese momento pudo entender con mayor facilidad cuanto extrañaba tocar a su amada esposa.
“Una sola caricia, déjame sentirla sin hacerle daño.”
Pensó, mientras acariciaba suavemente la mejilla de T/N, enamorado de la cálida sensación que le provocaba, sus garras no salieron, sus caricias no eran peligrosas, finalmente su corazón se había convencido de que su amada T/N estaba bien, a su lado, donde pertenece.
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samuelheim · 7 months ago
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Pues acabo de terminar The Mandalorian.
Una serie absolutamente brillante. No es solo la historia de Grogu y Djarin, sino que también aprovecha para ser la historia de todo el pueblo mandaloriano.
Historia sobresaliente en todos sus aspectos. Personajes carismáticos y memorables, tanto femeninos como masculinos. Escritura impecable. Escenarios fascinantes. Escenas de acción dinámicas. Música sencillamente perfecta.
Serie muy cuidada al detalle, tanto en el apartado técnico como cronológico. Como siempre, una serie fantástica hecha con conocimiento y cariño para una empresa avariciosa.
El capítulo final es una joya de principio a fin. Decisión muy acertada el no hacer una cuarta temporada. ¿Qué nos traerá la película? Posiblemente una historia independiente.
Quiero una serie de Bo-Katan. Único error a mencionar: No se especifica el salto temporal de la temporada tres. El regreso de Grogu a manos de Mando no se explica.
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jeontranslate · 1 year ago
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Análisis del Wriolette enfocado en la ship [2/2]
PARTE 3:  Té y alfarería.
La relación personal de Wriothesley y Neuvillette definitivamente no es tan simple.
Cuando Neuvillette por fin se toma un descanso y visita la aldea Qiaoying, hace un total de tres cosas: probar el agua, la cerámica y comprar té.
Incluso la razón que da para querer visitar Liyue se indica como:
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Como todo el mundo sabe, a quien más le gusta tomar té en Fontaine es Wriothesley.
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Con respecto a esta línea, las líneas de voz de Neuvillette también contienen una sutil respuesta. Para un firme conocedor del agua como Neuvillette, ¿es la hora del té de la tarde lo que más espera, o es la compañía?
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En Liyue, Neuvillette cae de lleno en una trampa y compra diez cajas de hojas de té; a diferencia de "esa mujer" que envía cajas a diestro y siniestro, se las regala todas a Wriothesley sin más miramientos. Incluso le regala un códice especial, único en su género, hecho a mano.
La respuesta de Wriothesley a esto es:
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Con ese tono de voz, si la Fortaleza tuviera una sala de exposiciones, Wriothesley realmente colocaría este regalo al frente y en el centro de la sala para mostrarlo a cada persona (y Melusina) que lo visitara.
Ambos son personas que anteponen sus deberes oficiales, y Neuvillette dijo que no es conveniente que permanezca demasiado tiempo en la Fortaleza de Meropide.
Así que eligieron un lugar más apropiado para sus reuniones privadas.
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¿Te resulta familiar este lugar?
Al final de la Misión de Arconte, cuando las lluvias han cesado y las mareas han retrocedido, es aquí donde Neuvillette se encuentra dando un paseo.
Combinado con el hecho de que, cuando viene a entregarle los regalos a Wriothesley espera en la superficie, se puede adivinar que es probable que ambos se hayan visto en privado con regularidad en este mismo lugar.
Así que discuten asuntos oficiales en la oficina, e interacciones personales fuera de ella.
Los dos realmente son...
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PARTE 4: Un romance entre padres.
Además de lo anterior, las interacciones entre ellos dos y las Melusinas, especialmente Sigewinne, son también muy dulces.
Neuvillette cuida de Sigewinne, y asume automáticamente que Sigewinne debe ser "bien cuidada" por Wriothesley.
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Y es evidente que Wriothesley lleva a cabo bien esta tarea, así arranque las pegatinas que Sigewinne (y posiblemente otras Melusinas) pegaron en sus guantes en una animación.
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En cuanto a Sigewinne, pregunta por la salud del Presidente del Tribunal Supremo.
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Y se apoya en el Duque al mismo tiempo.
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(¿no es esto como una interacción entre una familia de tres?)
Ambos son también los dos únicos personajes de Fontaine que tienen pegatinas de las Melusinas en su arte oficial de cumpleaños.
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Aunque sus métodos difieran, Neuvillette y Wriothesley expresan sin duda su afecto por estas adorables criaturitas de la Corte de Fontaine a su manera, tal y como se espera de una pareja.
PARTE 5: Pequeños easter-eggs.
En el juego, aparte de los Arcontes, el orden de las líneas de voz de los personajes sobre otros personajes en sus perfiles suele tener un significado importante. La primera en las líneas de voz de Lyney es Arlecchino, la primera en las líneas de voz de Lynette es Lyney y la primera en las líneas de voz de Navia es Clorinde.
El primer personaje en las líneas de voz de Wriothesley es Neuvillette. Aparte de los Arcontes que tienen un significado complicado para el Dragón Hydro, el primer humano mencionado en las líneas de voz de Neuvillette es también Wriothesley.
Además, junto al lugar donde viven los dragartos en Erinias, también se puede ver una pareja de gansos con colores a juego expresando su amor en un lago.
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Hablando de comparaciones animales, no podemos dejar de mencionar a la nutriasona de Neuvillette. A través de la única ventana de cristal por la que podemos ver el mundo exterior desde dentro de la Fortaleza de Meropide, podemos ver una adorable nutria que se detiene desde fuera.
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(créditos a @Silvermist_201 por la captura)
En el tráiler de Fontaine Festejando el Gran Final, es Neuvillette a quien Wriothesley ve a través del ojo de la cerradura, y Neuvillette camina hacia la entrada de la Fortaleza de Meropide.
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Hay muchos más easter-eggs como estos, como misiones interconectadas, apariciones en eventos web del otro y pequeñas expresiones correspondientes. Este ship es como Té Sunglo: a primera vista, solo parecen tener algunas interacciones, pero un análisis más detallado demostrará que el lugar que ambos ocupan en el corazón del otro ya está presente en varios detalles.
Por eso las he organizado y expuesto aquí, con la esperanza de que todo el mundo pueda disfrutar shippeando, ¡y que la feliz pareja viva y se ame durante mucho tiempo en este nuevo año!
PARTE 1 <-
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