valentinapizzolo
valentinapizzolo
Sin título
4 posts
Don't wanna be here? Send us removal request.
valentinapizzolo · 4 years ago
Text
Tumblr media
2 notes · View notes
valentinapizzolo · 6 years ago
Text
(Des) encuentro
Zapatillas gastadas, jean clarito, remera lisa. Mirada al frente, andar ligero. Esa tarde, en la que solo eras una cara nueva.
Un encuentro. Conozco tu historia, se de tus sueños y me confiaste tus peores miedos.
tiempo
Zapatillas gastadas, jean clarito y remera lisa. Mirada al frente, andar ligero. Esa tarde, en la que solo eras una cara vieja.
Un desencuentro. Formo parte de tu historia, desconozco tus sueños. Aunque no me convertí en uno de tus miedos, porque nunca te importé
1 note · View note
valentinapizzolo · 6 years ago
Text
Hirvió el agua
Cuatro a la mañana. Dos después de comer. Tres con el café de la tarde. Una antes de dormir. Pastilla va, pastilla viene. Y es Domingo otra vez.
Pero ya desde hace un tiempo que todos los días son “Domingo” para mí. Agarro la pava y prendo la hornalla. Me pongo los anteojos y abro el diario.
Entre noticias y anuncios, me voy perdiendo en las palabras. El ruido del agua calentándose comienza sonar.
De pronto, noto que mis ojos están clavados en una foto que cuelga de la pared. Está torcida. La recorro, miro cada detalle. Todo parece decirme algo: una gran sonrisa, camisa y tiradores, hasta un maletín llevaba.
Me miro. Mis manos, manchadas y arrugadas. Mi panza no me deja ver mis pies. Pero mi bata si que llega hasta el piso.
¿Cómo esa persona pude ser yo? Un sentimiento de extrañesa me recorre el cuerpo. Me pierdo en el limbo, entre lo que fui y lo que soy. Desorientado trato de recordar mi rostro.
Un ruido agudo me interrumpe. Hirvió el agua.
1 note · View note
valentinapizzolo · 6 years ago
Text
Rompecabezas
Me traje un cuaderno “para escribir sobre el viaje”.
El día anterior a volver a casa, me pongo a hacer la valija. Entre idas y vueltas de ropa y zapatillas, algo pesado cae y resuena sobre el piso.
Las hojas blancas del cuaderno me atraviesan con su mirada. De alguna manera siento que me están reclamando que no las llené.
El viaje quedó grabado en mi. Fueron días de paz y mucho amor. En vez de escribirlo prefiero dejarlo así, solo para mí.
Levanto el cuaderno. Miro unos segundos más su vacío. Lo cierro. Y lo guardo en la valija. “En otro viaje escribiré” pensé. Y que equivocada estaba…
 ——
Última noche y salimos a comer. En vez de ir para el centro de la ciudad (donde íbamos siempre), para probar algo distinto, vamos a un nuevo barrio no tan conocido. Solo a cinco cuadras de donde nos estábamos quedando.
Después de caminar, encontramos en una esquina un barcito amigable, hacia calor por eso nos sentamos afuera.
En la cena compartimos cómo cada uno había vivido estos días. Llegamos a una misma conclusión: Estar agradecidos. Fuimos conscientes del regalo que se nos había dado: familia y amor. Un viaje de valor inmensurable.
Terminamos de comer. Yo no podía mas del sueño, quería irme a dormir. En eso mi hermana dice: quiero pedir un postre. Y bueno 10/20 minutos más, pensé.
Listo. Mi hermana terminó de comer. Finalmente a dormir!!!! Pero no.
Todo pasó tan rápido. Fue uno de esos momentos en que tu cuerpo va mas rápido que tu cabeza entonces te olvidas de que hiciste porque no llegaste a pensarlo. Simplemente actúas.
Atrás mío, una bicicleta. Una bicicleta y un chico. Una bicicleta y un chico vestido de azul.
Su cara, empieza a hacer sentido en mi. Creo que estoy armando un rompecabezas. No puede ser.
“Valen” escuché “Nachito” grité. Y nos unió un abrazo.
 ——
Todo habrá pasado en menos de 15 minutos. Yo no entendía nada. Él tampoco. Mi familia menos. Nadie lo podía creer.
Baja de su bicicleta, y nos decimos muchas cosas. Todo fue muy rápido. El tenía que volver a trabajar, estaba repartiendo pedidos, y justo le había tocado levantar uno por ese mismo bar…
 ——
Llego a mi casa. Estoy cansada. Pero mi cabeza va a mil. No puedo dormir.
Miles de pensamientos vienen a mi. Trato de procesarlos uno por uno. Pieza por pieza.
Compartimos dos años de colegio. Después de egresarnos, nunca mas lo vi. El se había ido a Australia.
Pero no. No estaba allá. Estaba acá. Trabajando, buscando un pedido, por el mismo bar en el que yo estaba sentada.
Me acomodo en la cama. Trato de dormir. Cierro los ojos. Es imposible.
“Es imposible” digo en voz baja.
Me pregunto ¿cuántas posibilidades hay de que suceda lo que pasó hace 20 minutos atrás?
Universo, destino, casualidad, suerte, coincidencia. Muchas palabras. Palabras. Solo eso.
Lo que había pasado era real. No palabras.
Aunque intente no puedo dormirme. Agarro el celular. Un mensaje. Y era de él. Hacemos un pacto.
 ——
Al día siguiente me levanta el despertador. Me baño rápido aunque sigo dormida. Mi familia se va a desayunar. Los despido. “A las 2 nos encontramos de vuelta valen, sino perdemos el avión” me dicen.
Todavía no entiendo porque estoy caminando para la plaza, miro como avanzan mis pies.
¿Porque me estoy juntando con alguien que no veo hace 3 años? Yo no soy la misma. El seguramente no es el mismo. No nos conocemos.
De todos los continentes, de todos los países, de todas las ciudades, de todos los barrios, de todas las calles, de todos los bares. Nos encontramos. “Motivo suficiente para ir” me dije.
Levanto la cabeza. Estoy en la plaza. Y lo veo llegar “valen!!!!!” Me grita. Otro abrazo.
 ——
Quiero saber porqué nos encontramos. Pero no pregunto. Quizás algún día cobre sentido…
La charla empieza y no se corta. Pregunta va pregunta viene. Nos reímos mucho y hablamos profundo. De vez en cuando me abraza. Creo que le estoy haciendo bien. Y el a mi.
El tiempo pasa volando. Miro el reloj y queda una hora. Quiero aprovecharla.
Le pregunto. Y me cuenta. Me cuenta sobre sus experiencias mas locas, sobre su primer amor, sobre cómo nos olvidamos de lo inmenso que es el mundo, sobre animarse a romper con los esquemas, sobre ser fiel y auténtico , sobre conocerse a uno mismo.
El habla. Yo escucho.
Me remonto a la valen de hace tres años. A la valen de hoy. Las espejo, las enfrento, hago que se miren.
Por dentro siento como me empiezo a desarmar. Esas preguntas (que yo había hecho un gran trabajo para adormecer) reaparecen y rompen mis miles de intentos por contenerlas.
¿Quién carajo soy? ¿Que me hace feliz? ¿Que quiero para mi vida?
Y en eso el dice “yo en el colegio estaba como adormecido, no vivía, iba en modo automático, siguiendo la corriente, pero algo me hacía ruido, no era feliz”
Noto que se me acelera la respiración. Mi espalda se endurece. Estoy así, adormecida. Quiero despertar.
——
Lo miro a los ojos. Se lo ve conmovido. “Gracias” pienso. No me acuerdo cuando fue la última vez que hable tan de corazón a corazón.
Gracias me dice. Gracias le digo.
——
(Menos mal que traje mi cuaderno).
2 notes · View notes