vicecitydiary

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5/10/20

6am sonó la alarma 7am volvió a sonar 7:15 ya, a levantarme. 

Una cocina llena como si hubiese habido fiesta. La organicé, le ayudé a mi hermana con su arepita de chócolo y empacarla con quesito para que se fuera a trabajar... ya que iba tarde... como siempre. 

Entraba a trabajar a las 9. Y a las 8 ya estaba hasta descargando música del tiempo que tenía de sobra. Mi jefe me pidió pedir un transporte para recoger los equipos que estaban en una de las estaciones de servicio que iba a atender para llevarlos a otro lugar. Ya no tenía que resolver cómo irme para el trabajo. Aunque ya le había escrito a Arenas que me prestara 10 mil pesos que ya me estaba mandando en el momento que se los pedí. Ya tenía cómo pagarle los 4 mil que le debía a Johnny Mesa, de Merengones Medellín, de un domicilio que había pedido días atrás para la Barbie Galáctica. Había mencionado que quería unas fresas con crema y pues... yo sabía dónde conseguirlas. 

El día de trabajo fue uno común y corriente. Sol, atender clientes, bla-bla, nada interesante, hasta que le dije a Maya que instaláramos un Walkie Talkie para celular. Hablamos mucho mientras yo trabajaba, y así no me aburría. Llovió lo que detuvo un poco el trabajo, pero después de que cesó la lluvia, Maya fue a saludarme. Cada vez más, aprecio los detalles que este man tiene conmigo. Era mi primer día de trabajo en esa estación de servicio, que estaba muy lejos de mi zona de confort de la ciudad, lejos de nuestro barrio. Aun así, allá apareció para saludarme, porque a nada más. Hablamos como 20 minutos y se fue a jugar parqués en casa de Andrés Giraldo, un parcerazo que Maya me presentó alguna vez. Hablar de Andrés era pensar en Cristina. Mamasita. 

Adrián, mi amigo de Alemania, me mandó dos fotos a telegram

Retándome a que, si adivinaba qué es eso, me regalaba 100 Euros. Me dio tres oportunidades y... adiviné jajajjajajajajaja.

Son rociadores de nieve artificial. Resulta que allá no cae suficiente nieve para los deportistas, así que la hacen artificialmente. Ya por fin tengo un poco de dinero para recuperar mi iPhone que está en reparación y tener algo para pagar aquí en casa. 

Antes de finalizar jornada abrí Rappi... para pedir un domicilio y vi una promoción.  Pizza de 17.000 en 4.500. Eche pa’cá le dije al celular. Y esperé a que llegara la pizza en la estación de servicio, aunque ya había terminado de trabajar. 

https://photos.app.goo.gl/L5yJr7PJaem4nXZ59

Había quedado de reunirme con doña Patricia, a quien conocí por unos celulares que había averiguado un mes antes para comprar, porque tenía que hablarme de su empresa y de por qué yo debía escucharla. Fui hasta la iglesia del Salvador y fue una conversación en una panadería muy amena, que bella es la gente con la que uno se encuentra. Llegué a casa y ahí estaba Julián en la SuperDuke. Pagó mi transporte porque yo intenté pagar pero no tenía cambio y me entré. Le escribí a Sara, y aunque ella me habla bonito, siento que algo cambió hace unos días. Quisiera saber qué es, pero no voy a forzar nada. 

Mejor me acuesto pensando en que - Una relación es mejor llevarla despacio - Aunque no sepas algo, intentar averiguarlo puede traerte cosas buenas - Si llueve fuerte, escampa rápido.  - El cielo siempre se vuelve a despejar - Conocer gente de todas las edades es como ir abriendo tesoros cada vez

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4/10/20

10am. Desde las 7 am estaba arreglando la casa para estar listo y grabar esos videos que tanto quería con Julián Echeverry, el papá de mi sobrina, mecánico de motos de alto cilindraje campeón y subcampeón de carreras de motocross y superbikes. Mi hermana me lo advirtió; que no estaría listo a esa hora. 

4pm. 6 horas esperándolo, para salir a grabar, pero ya no íbamos a grabar la SuperDuke 1290 ni la GSR ni la BWS, él decidió llevar la R1m, la suya. 

Maya, mi mejor amigo, había comprado el OSMO 3, un juguetico para celular, y con su celular haríamos las tomas. Llegamos a la curva de Santa Lucía que saca de el Danubio a la estación del metro en recta para hacer un par de tomas. Teníamos todo listo, y en el momento en que Julián aceleró la moto, comenzó, fuertemente a llover. Perdimos la oportunidad de hacer el trabajo fotográfico que había esperado por semanas, desde que se me ocurrió la idea de crear contenido de motor para mis redes sociales, pero Julián vio los 5 segundos que logramos grabar y todo cambió. Ahora sí quería grabar, ahora sí quería madrugar, llevarme y aprovechar esas herramientas para tener recuerdos suyos como no los había tenido antes. Yo no estaba satisfecho, pero por lo menos ya sabía que él quería salir a realizar el proyecto. Le expliqué bien para qué quería hacerlo y me apoyó, dijo que quería ayudarme y también participar. Fuimos a tomarnos una cerveza y hablamos de motos todo el rato, siempre me gustó tener esas conversaciones y que fuera con él era más bacano, porque él sí sabe de todo lo que yo quisiera saber de motos. Alcancé a grabarme acelerando la moto de Julián, no quería moverla, solo quería montarme. Me llevó a la casa y me sentía muy alto ahí de pasajero, en esa hermosa R1m de Yamaha; ese sonido, esa sensación robusta y de potencia ilimitada... es mejor de como uno se lo imagina.  Al llegar a casa, mis vecinos estaban asando carne, jugando parqués y entré al juego. Me apodaron el francotirador, porque siempre que me pasaban por el lado los mandaba a la cárcel, no gané, pero les hice eterno ese juego. Fue épico, si necesitaba un 8, salía un 8, o si estaba detrás y lo que necesitábamos era un “pata de perro” (si salen los dados 2 y 1 se juegan hacia atrás), me salía y los mandaba a la cárcel. Bebimos Ron, Cerveza, y entre risas y un poco de lluvia, porque volvió a llover, como cosa rara en Medellín, dieron casi las 12 de la noche así que fui a dormir. 

El día no fue como lo planeaba, pero la pregunta era la misma. ¿Qué aprendí hoy?  -En primer lugar, que esperar a alguien 6 horas no es tan malo. Sin importar si vas a recibir algo a cambio o no. -En segundo, que necesito más portafolio y exposición para lograr grandes cosas.  -Y tercero, que aunque no tengo dinero, tengo amigos que, a pesar de todo, están dispuestos a apoyarme. 

Creo que cada día que me rodeo de ellos, me doy cuenta de lo importante que son para mí y de que yo brillo gracias a ellos. 

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3/10/20

Digamos que el tema de la pandemia es obvio, es el año de el Covid, blablabla.  Hoy me desperté a las 7 am para arreglar la cocina, estaba cochina desde anoche y tenía que tener todo listo antes de las 9 para salir a Roc House. Tenía una entrevista de trabajo y estaba emocionado, ya que, aunque acababa de conseguir un trabajo, estar en un lugar de deportes extremos era como un sueño hecho realidad. Así que lavé la cocina lo mejor que pude y me vestí. Mi hermana insistió en que me llevara una camisa, por la primera impresión y esas cosas. Conseguí convencerla que llevar tenis era la mejor opción, los blancos. 

Eran las 9 am, tenía que salir, la cita era a las 11 am y el lugar estaba muy lejos de casa. No sabía cómo ir, así que llamé al número de sus redes sociales y me contestó una chica, Milena, ella se encargaría de entrevistarme. 

Nos vimos en el parque de Envigado, seríamos entrevistados 3 personas. La chica con la que Milena estaba, Catalina, Eros, el chico del nombre de dios griego y yo.  Llegamos al parque temático, y al volver a mirar a Catalina le hice una pregunta. 

- ¿Conoces a Paula Arcila? 

Es mi hermana gemela, dijo.

Qué nostalgia recordar alguien que se quiso con quien no hubo oportunidad.  Tenía a su hermana gemela en frente y era casi verla, aunque podía distinguirlas como sé distinguir el blanco del negro. El día de los gemelos. Una modelo, amiga mía, había subido un estado a What’s App con su hermana gemela, y nuestra nueva jefa, Milena, nos mostró un par de gemelos que hay en su familia. Un día curioso. 

Fue muy divertido tener a alguien en frente, físicamente tan similar a alguien que ya conocía, pero tan diferente en todo sentido. Ambas eran bien particulares, pero tenían algo en común, eran almas muy sanas y libres. 

Nuestra entrevista de trabajo estaba más enfocada en entrenarnos para ser operadores de las atracciones del parque extremo. Así que nos enseñaron los elementos necesarios para operarlas, los protocolos de seguridad, la dinámica de las actividades y a cómo se debían realizar las asistencias. A parte de eso, entonces vivirlas. Hace más de 15 años que no me lanzaba en una polea de Canopi, pero este día fue el día de las primeras veces. 

Por primera vez...

- Escalé un árbol - Probé el ceviche de camarón, muy rico por cierto (aunque no me gusta la comida de mar) - Me hago 3 mortales en trompolín (o por lo menos el intento) - Cuido niños en cuatri motos - Voy a casa de una vecina a parchar y terminan más de 20 personas en esa casa escuchando techno y hablando.  - Me voy de una fiesta porque tengo que madrugar a trabajar. Y eso es mucho decir 

https://photos.app.goo.gl/e23NZK8j7rVsfLdLA Saltando trompolín

https://photos.app.goo.gl/JC5S9rtk1kbCXUHD8 Escalando un árbol

https://photos.app.goo.gl/tsiaUUmM24uq1Uon9 Canopi

Entre todo lo que pasó, fui por un cambio que me debía el restaurante del ceviche que compré y me encontré a Pedro Pablo, mi vecino de la infancia. Que bueno verlo haciendo lo que en esa época, hace unos 13 años le gustaba hacer, ser DJ. Lo reconocí de inmediato, porque yo no olvido una cara. 

Al ir a casa, antes de abordar el bus, al lado estaban vendiendo perritos calientes de 2 mil pesos. Pero el cliente que estaba pidiendo uno me resultaba familiar. Le pregunté que si estudió en “La Cristobal”, ese colegio de Santa Mónica en el que estudié hasta el 2008, hace 12 años. Efectivamente, quien fue jugador del Rionegro, con 7 partidos debutados, y fue atropellado por un carro ahora tenía una hija hermosa, una esposa y manejaba el bus integrado del metro de la estación Santa Lucía, el que pasa por mi casa. Hablamos un rato, él no sabía yo quién era, aunque recordaba mi cara. Pero yo sí lo recordaba a él. Le dije que me alegraba verlo bien, lo mismo que le dije a Pedro Pablo y a Poli, la hermana de Catalina cuando la llamamos por celular para mostrarle que estaba con su hermanita en Envigado, lugar donde ella y yo nos habíamos conocido unos 4 años atrás. 

Cuando llegué a la casa Maya, mi mejor amigo, llegó. Luego de hablar un rato, fuimos a visitar a Andrés Arenas, un parcero en común que él me había presentado y con quien tengo una amistad muy fuerte. Había acabado de llegar de montar Helicóptero al rededor de la Piedra del Peñol, y estar en ese prestigioso hotel que está cerca de la piedra. Dijo que ha sido una de las mejores experiencias de la vida, y ver ese video fue como un respiro de vida. Volar en helicóptero... Agregado a la lista de deseos. En esas iba pasando Juan Horse, un amigo. Le ladramos como perros cuando iba al otro lado de la calle. Un sonido que hacíamos para reconocernos en la calle o para provocar a alguien cuando estuviera con una mujer, algo divertido que hacíamos. Nos reconoció y dijo: Apenas es para subirme en moto con ustedes, nunca había pasado por esta calle y preciso no quería irme caminando. Él tenía un buso de ALF de Maya, que le reclamó porque hace días lo quería usar y por tenerlo prestado no había podido.

Valentina Quinchia, amiga de toda la vida me invitó a su fiesta, menos mal no fui porque yo iba a ir a la casa de ella, pero ella estaba en otro lugar. Y terminé fue en casa de Sara, la vecina, a quien conocí gritándole desde mi ventana a la suya por si tenía un cargador de celular. Como no tenía terminó pidiéndome un Uber, y nos volvimos vecinos que se hablan jaja. En un barrio como este, para los jóvenes no es tan fácil que ocurra, eso le pasa a los mayores, que llevan más tiempo caminando estas calles. Pero se pasó rico, sus amigos me hablaron como si yo fuera parcero de toda la vida, y eso me enseñaba un par de cosas. 

- Las personas responden a tu energía. - Las cosas buenas pasan si estás dispuesto a recibirlas - Los gemelos están por todas partes - Me da mucha felicidad encontrarme gente que no veo hace años - Trabajar en algo que te gusta no cansa, y que lo diga Arenas.