Tumgik
#Ni el puto papel deja atrás el cabron
jack-sparrowrp · 4 years
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Ni bien habían puesto un pie en tierra firme, el Sparrow se ha ido de sus manos una vez más, pero por ahora no se preocupa mucho, aún es de madrugada y los guardias que buscan a el pirata están dormidos o haciendo guardia en lugares más importantes que este.
Se acomoda su traje y le dice a su tripulación que él solo buscará al prisionero.
-Ah Sparrow...
Suspira un poco y de inmediato comienza su búsqueda, no puede ser tan difícil, debe a encontrar a un hombre un poco borracho, de pie, los del pueblo ya están en el suelo así que se enfoca en quienes caminan...
Su vista es buena y su cautela le ayuda mucho, pero no puede creer lo que ve...
-No puede ser... no... ah caíste un poco bajo, Sparrow
Aguanta una risa al ver a una “mujer” con barba, vestida un poco escandalosa, una bufanda de plumas, pero para sus gustos... aprovechará esta graciosa farsa.
Por atrás lo toma de las muñecas y sonríe de lado, triunfante... pero solo por un segundo.
-No puede ser Sparrow, qué crees que soy tan tonto para caer en tu trampa... tratas de huir de mí de esta forma y ya sabes que es inútil, yo siempre te encontraré
Le habla duro y frunce mas su ceño, está un poco molesto pero ahora que lo tiene atrapado se relaja un poco.-
Por que hacia esto? Es decir, el mismísimo Capitan Jack Sparrow vestido de prostituta, caminando por la isla en busca de información sobre el proximo tesoro a descubrir, pero con los estupidos españoles pisándole los talones no podrían llegar muy lejos, así que su brillante tripulación(la cual solo se reducía a Jibbs) le había lanzado una bufanda de plumas rosas y un estupido “no se que” de mujer.
-Con esto no engañare ni a un ciego-
Le recrimino a su tripulación bastante, hasta que uno se animo a decir que había gente ahi abajo a la que le gustaban los hombres, vestidos de mujeres, “perdón? El único hombre que me ha gustado jamas se ha vestido de mujer”
-Y si los españoles están ya en la isla? Por poco Salazar nos atrapa, y con esto sera mas que obvio Jibbs, ponen en bandeja de plata!!-
Enfurecido bajo de la nave sin detenerse a escuchas a su maestre, el cual solo susurro algo como “tension sexual”, “ppfff eso no era posible, entre el español y yo? Ni pensarlo”
Al bajar y caminar hacia en centro veía como los hombres lo miraban con atención, de acuerdo su cuerpo no era el mejor, era un poco delgado pero no estaba anímico y si algo debía admirar eran sus piernas, por eso en un acto de egocentrismo volteo un poco la falda larga para que una de sus piernas y parte de su trasero quedara al aire libre, camino hasta un grupo de sujetos que reían y apostaban, “tal vez ellos sepan algo acerca de lo que buscamos”
-caballeros, puedo unirme a ustedes?- no siquiera se molesto en fingir la voz, los mencionados lo miraron sorprendidos mientras lo recorrían de pies a cabeza, no se negaron y comenzaron una platica amena, soltando de vez en cuando algunas cosas que hacían reír al pirata, sin embargo al cabo de un rato sintió como era jalado de la muñeca hacia atrás topando con un par de ojos oscuros que reconocería en cualquier parte. Hace una mueca de desagrado al escucharlo, maldicion sabia que lo encontrarían, cuando volviera al barco se encargaría de darle unos golpes a su maestre.
-Escucha Armie, estoy teniendo un rato agradable con estos caballeros, así que por que no vas y platicas con tu loro o algo.- le dice susurrando.-
Ademas! Para estar conmigo debes pagar.- dijo un poco mas alto para así continuar con su papel enfrente de los hombres, guiñándole un ojo a un rubio que estaba enfrente.
-Pagar...
Ríe alto igual que el ha hecho con su tomo, pero esa risa se va cuando ve que le coquetea al hombre rubio en frente de él, Jack es suyo... su... su prisionero y no va a aceptar este tipo de comportamientos en frente de él.
Le aprieta un poco más su muñeca y lo pone tras de su persona, está com su uniforme, su pelo amarrado y su espada en una mano... los hombres de ahí de inmediato se encogen como si fueran caracoles que se vuelven a su coraza.
-Te voy a pagar cuando cumplas con mi persona, “señorita”... y a todos ustedes más vale que se vayan en los próximos 10 segundos... ah y... sepan que esta “mujer” es mía... abren su boca sobre esta noche y les juro que les corto la lengua...
Habla molesto con su acento característico, los hombres se han dado cuenta de que se trataba de nada más ni nada menos que el matador del mar, la “prostituta” era de él y punto.
Cuando los hombres se van mira alrededor y encuentra al maestre de Jack... sus ojos se vuelven como fuego, como si se tratara del mismo demonio... con solo esa mirada el hombre huye... de seguro sabe que Jack va a poder pasar esta noche...
-Ahora tenemos que irnos, muchacha...
No lo suelta ni por un segundo y comienza a caminar hasta un lugar que conoce de esta isla, es una casa abandonada, pequeña en la que antes también se hacían negocios sucios y esa clase de cosas pero ya no... aunque cuando entra todo sigue igual.
-Entonces... ¿quieres jugar a esto? O en serio se trata de que te disfrazaste para huir ahahahha aah... Sparrow... debo agradecerte, me haces reír...
Alza una ceja y cierra la puerta con llave, se fija en las ventanas y procura que que nadie esté espiando el lugar.
El pirata solo se queda estático, “ha dicho que soy suyo?” Su mano se comienza a dormir debido a la presión en ella y comienza a forcejear, “que carajos? Este tipo es de acero?” Siente como es empujado hacia atrás y escucha como huyen despavoridos los hombres, dejando incluso el dinero de las apuestas. Por alguna extraña razón un escalofrío lo recorrió completo al escuchar ese acento tan característico del español.
-oye! Ya que se fueron puedo tomar eso?-
Levanta la mirada y ve como es su maestre ahuyentado de donde estaba vigilando, “maldito cobarde, llama a alguien para ayudarme” le manda una mirada de auxilio inútilmente, ya que este también se fue corriendo. En contra de su voluntad fue obligado a moverse, sonrojándose de las miradas que todos daban hacia su persona, no todos los días eres “la puta del Matador del Mar” sin embargo, había un pequeño inconveniente, el no quería serlo!!
-Oye!! Todos nos están mirando, ya suéltame me duele cabron!! .-
No obtuvo respuesta hasta que llegaron a una vieja casona abandonada, la cual estaba en perfectas condiciones, cosa que sorprendió al pirata, “quizás pueda encontrar algo de valor”
Se soba la muñeca entumecida y mira con odio al español.
-De no ser por tu asombrosa aparición, tendría a esos tipos comiendo de mi mano y dándome toda la información que necesito!! Y quien sabe! Si todo hubiera salido bien quizás hasta dormiría en un lugar cómodo hoy!! Pero tenias que venir y joderlo, como usualmente lo sabes hacer Armando!! Y para tu valiosa información no, no es como si fuera mi trabajo usual, aunque me la pase tan bien como para considerarlo.-
Estaba enfurecido que sin pensarlo tiro la indirecta de querer dormir con alguno de los hombres de hace un momento, se dio cuenta tarde pero igual al español eso no debería molestarle, solo lo quería en presión. Comenzó a hurgar entre los cajones buscando cosas que le sirvieran mientras trataba de ignorar la presencia del español, ya mas noche trataría de huir de el, como siempre lo hacia, como el buen gorrión que era, los apodos no nacen de la nada.
-¿Como para considerarlo, dices? eso significa que te meterías con esos tipos por un par de chelines? Ahahahha que tonto... deberías meterte con quien tiene cantidad de oro y monedas de oro más valiosas que las que acabas de ver tiradas en ese bar de mala muerte...
Se soba la frente en un claro signo de frustración, no entiende por qué pero siente una presión en la boca de su estómago y como un leve pinchazo en su pecho, es... sabe lo que es pero se niega a aceptarlo pero sabe bien que son celos... maldita sea Salazar, celoso por que un pirara coquetee con un borracho...
-Debo estar alucinando... y no pierdas tu tiempo buscando cosas que no hay, quizá encuentres algunos centavos que te vayan a servir para nada...
Lo mira de reojo mientras se mueve y no puede evitar no posar sus ojos en su parte trasera cuando se agacha a recoger escombros y cosas buscando tesoros que sabe que no va a encontrar.
Cierra sus ojos y toma aire, tiene que estar firme y atento, no puede caer por el gorrión... su... gorrión.
-Y quítate esa ropa ridícula... no pudieron conseguirte algo mejor, un corset te hubiera sentado esas caderas que tienes...
De inmediato, cuando su cerebro capta lo que acaba de decir, se pasa la mano por la cara y mira hacia una pared para que no vea sus mejillas ponerse rojas, no puede ser que se le acaba de salir esas palabras de su boca, no puede creer que si quiera lo haya pensado.
Haciendo como si nada hubiera pasado se comienza a quitar su pesado uniforme y va quedando en camisa y un pantalón mas suelto, la camisa está un poco sudada y hace que su cuerpo se marque, sus músculos y la figura de estos.
-Ah... suerte que traje un poco de provisiones, en este lugar solo venden alcohol para desayunar, almorzar y cenar...
Sin que se dé cuenta, mira de reojo al pirata, su muñeca, lamenta haber sido tan rudo con él, pero estaba molesto y no sabía controlarse.-
A si? En primera señor General de la armada española, dime alguien que tenga oro y te aseguro que voy y le hago una de las mejores mamadas de la historia!! Y en segundo, deja de tratarme como si todo en mi vida fuera dinero y riquezas, por que no tienes idea de lo que estoy buscando en este momento.
-El pirata dijo cosas guiado por el enojo que sentía, odiaba que todos pensaran que quería dormir en oro, en parte si, pero en la contraparte de eso, tenia varios personajes a los que tenia que evitar, y así salvar su cuello, Davy Jones era uno de ellos, y si le decían que conseguir un puto cáliz salvaría su vida, joder que lo buscaría, continuo esculcando entre los estantes, olvidándose por completo la ropa que traía encima, agachándose mas de lo necesario y poniéndose en cuclillas buscando cosas, hubiera seguido así de no ser por el comentario del español. Se quedo petrificado y sonrojado por el comentario, agito la cabeza y sonrió ladinamente.
-Así que, mis caderas eh? Vaya vaya, parece que pensaste en voz alta, no estarás pensando que así me visto usualmente, aunque déjame decirte que el detalle de medio glúteo al aire fue mío, te gusta?.-
Eleva un poco la cadera mirándose por encima del hombro, si el español quería ser duro, el podia ayudarle con eso. Vio como inútilmente trataba de cambiar de tema mientras se quitaba el pesado uniforme. “Wow, ese hombre si es de acero, mira esa espalda” sacudió ligeramente la cabeza para poder seguir con su papel.
-Señor Armando!! Es un honor tenerlo por esta isla, no sabe cuanto hemos esperado su visita!! Tenemos todo lo que usted pueda querer ...-
El pirata comenzó a hablar con el acento haitiano de la isla, moviendo su bufanda dramáticamente acercándose a el, mirándolo fijamente haciendo que se sentara en un sillón viejo cerca de la mesa.
-Lo que sea que busque, yo se lo puedo proveer, comida, una habitacion, monedas, alcohol y también ...-
Se sienta a horcajadas en el y le da un beso en la mejilla.
-El mejor sexo de toda la isla.-
No sabe ni como pudo susurrar eso en su oído, se dejo guiar por el ambiente, rápidamente de la mesa tomo una brújula del español y se levanto con ella en la mano, si algo pasaba, la usaría como excusa de ese acercamiento tan subido de tono, “maldicion sparrow, acaba de quitarte esta ropa,esta maldita”
-Las veces que me he encontrado contigo ha habido un tesoro o algo de valor en medio...
Susurra y luego su rostro cambia a un tono mas confundido al ver cómo se comienza a comportar, pero por dios, esto es una enorme tentación, se siente como si fuera alguien en suma religioso y el propio pecado se ha acercado a darle todo lo que quiere.
Pasa saliva y siente que hace más calor de lo normal.
-Salazar para ti...
Trata de que piense en otra cosa y deje de hacer esas cosas que hace, no puede hacer nada más que tratar de aguantarse aunque el cuerpo cuando se trata de estas cosas habla y trabaja solo, es como si una parte del cerebro no hiciera caso a lo que quieres y... si ese es el caso, en cualquier momento va a tener una enorme erección.
Sus ojos se abren sorprendidos al ver que lo sienta en el sofá, es como si fuera un show solo para él...
-Sparrow...
Estaba a punto de alejarse y no dejar que nada pasara pero la última frase lo ha vuelto loco y ahora no se va a contener, bueno, si el otro en verdad no quisiera tendría que detenerse, puede estar excitado pero tampoco va a ser un violador de piratas.
-A la mierda...
Se levanta de inmediato y se cerca a abrazarlo por la espalda, sonriendo de lado a ver que ha tomado la brújula, como si eso lo distrajera de lo que acaba de ofrecerle, sus manos suben por su cuero y comienza a terminar de desvestirlo dejándolo en esa ropa interior femenina.
-Con que me ofreces el mejor sexo... me parece algo muy tentador... y quiero probarlo...
Susurra en su cuello, en su nuca y luego saca la lengua y lo lame desde su hombro hasta donde está su oreja, en su lóbulo y ahí muerde de forma suave, pero no es solo su boca la que trabaja, sus manos le están acaricia do su panza y la otra no ha aguantado para ir a una de sus nalgas, esta la aprieta con fuerza y sensualidad.
-Mmhh... gorrión... mi gorrión... mío... como te atreves... a coquetear con esos hombres... si eres mío...
Susurra con voz profunda y se apega bien a su cuerpo para poder restregarse un poco y que sienta cuan duro se encuentra ahora, este pirata lo tiene loco... y... quizá... algo más.
El pirata ahoga un quejido al sentir al español a sus espaldas, “okay, esto no era lo que quería, o si?” Deja de pensar claramente en cuanto siente como queda en esas sencillas bragas de chica que tenia puestas, definitivamente estaba en problemas.
-Yo .. yo n-no, mhhh.-
No puede evitar soltar un gemido al sentir ese mordisco en su oreja, era su punto débil y tenia total seguridad que el matador lo sabia.
Si volvía al tema de los apodos, el matador seria un maldito halcón gigante, acorralándolo, siempre atento a lo que hacia y apareciendo tanto para frustrar sus planes como para salvarle el pellejo, por que? Si se ponía a pensar siempre escapaba de una forma muy predecible y el español solo lo miraba marchar y lo seguía, lo dejaba escapar a propósito? Sonríe en silencio al escucharlo decir que era de su propiedad, esa voz ronca y profunda que revelaba el deseo del otro, como le encantaba y hasta ahora se daba cuenta, sinceramente no tenia motivación alguna de coquetear con los hombres de antes, con ninguno en realidad, solo era el, el le movía el piso como nadie mas, pero jamas le daría la satisfacción de saberlo, claro que no.
-Como si pudiera ser tuyo, somos muy diferentes Armando, nunca podríamos estar juntos si es lo que esperas, ademas no es como si me sirviera para evitar la horca, o me equivoco?.-
Se da la vuelta y sin dejarlo replicar a sus palabras junta sus labios con los del contrario, tomándolo de la nuca y pegándose lo mas que se podia al español, lo que sentía en ese momento solo le gritaba una cosa, la cual, claramente ignoraría, movió sus labios mientras se dejaba hacer por el otro, se sentía bien, demasiado para su propia seguridad.
Antes de poder responder a lo que le dice, sus labios tienen sabor a ron, ese alcohol que ese pirata siempre lleva consigo, recuerda en su barco siempre hay botellas en vez de provisiones, le encanta esa mezcla de sabor de su saliva y el alcohol, le encanta y lo vuelve aún mas loco.
Lo toma de su cintura y lo besa con profundidad para luego sin pensar en nada más, alzarlo de su trasero y llevarlo a la cama para ahí dejarlo caer y comenzar a quitarse lo que queda de su ropa.
Se relame sintiendo los restos de alcohol y se pone encima de su cuerpo.
-Mi gorrión somos mas parecidos de lo que crees... pero hablaremos de las ventajas de estar... “juntos” ahora quiero que veas que eres mío gorrión... y que también veas... que puedo ser tuyo... reclamándote...
Le habla sensual y nuevamente comienzan a acariciar su cuerpo y volverlo a calentar, a estas horas la la brisa marina hace que el ambiente se ponga un poco mas frío.
Sus labios no se hacen esperar y lo besa con pasión en sus labios, parece que se ha vuelto adicto.
Una mano baja a sus piernas y las abre para luego acariciar entre estas, ya puede sentir que se ha puesto duro.
Deja de besarlo y su boca baja mas a su cuello, es ahí donde decide dejar un poco de su marca, comienza a hacerle chupetones y mordidas para que se queden marcados por un tiempo largo, lo mas que se pueda.
Lo toma del cabello soltando el agarre de este, haciendo que cayera a su lado, marcando las facciones duras del matador, pegándose a sus mejillas debido a la humedad del ambiente, sin duda era algo erotico, sintió como su estomago se retorcía cuando escucho lo que le dijo, el español podría ser suyo, aunque fuera solo en ese momento. Igual el pirata ya estaba casi desnudo, deleitándose con la vista de el otro quitándose esa ropa estorbosa de forma elegante. Sus labios vuelven a ser capturados apasionadamente, sin darle oportunidad de respirar, igual podría morir en ese momento. Gime al sentir la mano de el otro entre sus piernas, su ereccion estaba al tope y para este punto no se podia echar para atrás.
-Oye! No dejes marcas, los chicos de la tripulación las van a ver, ahhh...-
El pirata aprieta un poco sus brazos en la espalda del matador, acercándolo mas hacia el, sin dejar de soltar jadeos al sentirlo estimulando su zona sensible. En un momento de lucidez decidió que era momento de intercambiar los papeles, no se dejaría someter por nadie, como pudo alejo al hombre y se coloca encima, mirándolo con una ceja levantada, dandole a entender que el tendría el control por ahora, con sus manos recorre el pecho del mayor tomándose su tiempo de admirarlo y de paso seducirlo mas, mueve sus caderas de arriba hacia abajo suavemente, sintiendo la dureza del otro justo en su trasero.
-Siempre que nos veamos terminaremos así no? Contéstame algo Armando, me dejas escapar a propósito? .-
Una de sus manos baja hasta la ereccion del español, acariciando suavemente. No sabe si realmente quiere conocer esa respuesta, si el otro decide contestarla, seria la confirmación de algo que el ha tratado de evitar durante algún tiempo, algo por lo que siempre termina huyendo, pero siendo el, realmente se quedaría esta vez.
Antes de poder volver a besar su cuello y dejar una nueva marca, en un abrir y cerrar de ojos se encuentra debajo del gorrión, lo ve hacer ese gesto y deja que haga lo que le plazca, dejarle el mando a alguien más por un momento no es de su gusto, pero si se trata se de su gorrión... le confiaría la vida aunque nunca vaya a admitirlo.
Lleva las manos a sus caderas y luego las pasa a su trasero que se mueve de forma tan sensual y tentadora, lo pone cada vez mas duro.
-Mgh... gorrión... bueno... si, te puedo confirmas que así sera cada vez que nos veamos... y respecto a lo otro...
Sube una mano al pecho de este y roza uno de sus pezones con su pulgar, quiere estimular todas sus zonas sensibles, por lo mismo la mano que antes estaba en su trasero va a la entrepierna del otro y le toma su pene erecto para poder acariciarlo de arriba hacia abajo en un movimiento lento pero constante.
-Si... si lo hago y ya sabes por qué... y es mas serio de lo que crees... pero... no es el momento de hablar de eso... hiciste algo, gorrión... debes hacerte cargo...
Habla todo sensual con su voz masculina y alza sus caderas para que pueda sentir que su propio pene sigue duro y espera más estimulación que unas simples caricias.
Se ha permitido decirle la verdad ya que aunque suene muy raro de un Capitán que se dedica a cazar piratas... le preocupa, se preocupa por él y no quiere verlo en peligro alguno, además de que es algo posesivo y el otro lo sabe, es de él y punto.
-Creo que es hora de acelerar un poco las cosas, soy un Capitán impaciente muchacho...
Se alza un poco, lo suficiente para alcanzar sus labios y en una leve mordida tirar del inferior.
Sus manos inquietas viajan por su cuerpo, recorriendo cada centímetro y llegan a donde acaba la línea de su espalda, sus dedos se entrometen ahí y acarician suave... la entrada del otro, anticipando lo que se viene.
Cierra los ojos cuando siente esa caricia en sus pezones, echa au cabeza al sentir la masturbacion que le ofrece el mas alto, pero también no puede evitar sentir algo en su pecho cuando escucha la confirmación del matador, sabia de lo que hablaba, por que el pirata también lo sentía. Un gemido salió de sus labios cuando lo sintió acariciar su entrada, “si que esta ansioso” se pone un poco tenso, hace tiempo que nadie lo tocaba así, ademas de que se sentía abochornado por la situación, sentimiento que se notaba en las rojas mejillas del pirata.
-Ya me di cuenta, hablaremos ma...ahh...mas ...tarde.-
Recargo su cabeza en el hombro del otro mientras inconscientemente movía sus caderas, bajo la mano hacia la ereccion del español y también comenzó a estimularla, sintiendo como estaba vibrando bajo sus manos, lo miro de nuevo y le robo un beso necesitado.
-Vamos, ya haz lo que debes hacer capitán.-
Si el español se decía impaciente, Jack podia serlo tres veces mas.
No sabe por qué cuando el pirata se apoya en su hombro siente un extraño... punzón en su corazón, como algo que fuera ternura el verlo esconderse en el huevo entre su cuello y su hombro.
Su mano que está en su trasero y sus dedos en su entrada se comienzan a desesperar y lo preparan poco a poco para tenerlo listo.
-Gorrión...
Susurra en su oído mientras una sonrisa ladina se forma en sus labios, sabe que a Jack le encanta escuchar su voz con ese acento español, ha visto sus reacciones al hacerlo y por eso deduce que le encanta.
Cuando siente que ya lo tiene un poco suelto y escucha su petición le da un agarrón de nalgas y luego lo acomoda en sus piernas para que la curva de su trasero se acomode cerca y pueda comenzar a penetrarlo fácilmente.
Hace que se afirme de sus hombros y él mismo pueda sentarse en su falo, sabe que hace un tiempo no hacen esto y no quiere lastimarlo.
-Ahhh... tómate tu tiempo...
Le da besos en su cuello y luego en su pecho donde sabe que lo hace temblar, trata de relajarse un poco ya que sentirlo tan apretado lo hace querer. volverse loco en poco tiempo.
Su mano libre se encuentra acariciando sus nalgas y sus piernas para que el también se relaje y no se concentre en el posible dolor que pueda sentir.
Jack tiembla. Había pasado mucho desde que tuvieron su último encuentro.
El castaño enreda sus manos en el cabello azabache y comienza a moverse, lento, sintiendo ese pedazo de carne abrir paso dentro de el, llenándolo.
No pudo evitar pensar en la situación. Un pirata y un matador de piratas, dos hombres con nada en común, compartiendo la cama, su cuerpo, sus vidas.
Jack le dió un beso feroz al español, comenzando a moverse más fuerte, gimiendo sobre los labios del otro. Quería que sintiera lo que le provocaba, que sintiera aquel sentimiento que ambos compartían pero del cual no hablarían.
Armando lo tomó con fuerza, con pasión, quien sabe, igual esa noche quizás fuera la última que compartirían, por mucho que le doliera.
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incertero · 4 years
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Edinburgh Stories #2
"¿Y ustedes qué? Putos yonquis de mierda, ¡por un puto chute de heroína dejaron a su supesto colega atrás! ¿O ya se olvidaron? Y ahora me quieren decir que está mal rajar a un turista de mierda, JA, díganme más y van a sentir lo que ese joputa canadiense... Colegas o no." Las venas de su cuello se tensan exhibiendo esos tatuajes de mierda hechos con una máquina improvisada en la Casa Grande, Saughton. Su voz resuena por todo el bar. Posiblemente por todo el Walk a esta hora. Seis de la mañana. Ideal para bajar por un trago de whisky antes de ir a la oficina, siempre y cuando no esté alguien gritando como imbécil en tu bar favorito. Normalmente uno está para bajarle los humos a cualquier pendejo que vaya de listillo. Pero ese de ahí no es cualquier imbécil. Es Francis Begbie, el Pordiosero, como suelen decirle sus amigos a sus espaldas. 
Conocí a un par de esa cuadrilla: Matty, que murió por VIH hace dos años, y Rents, el pelirrojo. No está en la mesa. Sólo distingo a Spud, a Williamson y a Rab, el que jugaba en el Manchester, ¿será Renton ese colega al que Begbie se refiere? Caigo en cuenta que llevo algunos minutos viendo en dirección a su mesa; para un puto paranoico como Begbie mi gesto no pasa desapercibido. Cabrones como él huelen a la pasma a kilómetros de distancia. Lo sabe porque baja la voz, pero está tan excitado que puedo escucharse con perfecta claridad lo que sigue. 
"¿O qué mierda pensaban? ¿Que nadie se enteraría de la mierda que hicieron?", dice antes de volver a subir la voz: "LO VI EN EL HOSPITAL DEL PUTO TRULLO AGONIZANDO PORQUE SUS SUPUESTOS COLEGAS LO DEJARON A SU SUERTE CON EL PUTO SIDA DE LOS HUEVOS", grita y se le eriza el cabello tipo skinhead de la nuca. No sé por qué me da la impresión que antes traía otro aspecto, con bigote y tal... debe ser demasiado temprano para pensar con claridad. Creo que acaba de iniciar el horario de oficina.
Sin embargo, ahora sé que definitivamente no se trata de Mark Renton o ya lo sabríamos. Pero esto se pone interesante. Ese mierda siempre alarde de discreción, pero nada como calentarle los ánimos a un puto psicópata para que olvide dónde está y con quiénes está. Pero es un puto Begbie. La clase más mierdera de psicópata retorcido. ¿En qué andará? 
"Eh, Begs, como te decía, fue el miedo y tal, teníamos el mono encima y todo... yo no hubiera podido ayudar aunque me hubiese quedado ahí todo el día, digamos. Pero, esto... teníamos a los guardias pegados al culo y todo. Gatos muy peligrosos, digamos", suelta Spud, Daniel Murphy, un cabrón feniano inofensivo, pero que jamás delataría a sus colegas. Descartado.
Begbie hace ademán de navajearlo. No lleva un arma en la mano, pero le suelta un puñetazo en las costillas. Puto animal. Williamson se levanta de la mesa y sale por la puerta trasera, ese puto proxeneta sigue en la lista, pero por ahora mi presa más gorda sigue en la pecera. 
Las reglas son las mismas, hijo, y esos putos yonquis tienen una reservación en Saughton. La Bestia estará feliz de verlos. Yo pienso lo mismo, Robbo. Hacen falta más elementos como tú de vuelta al juego. Jamás habrá otro Robertson en el cuerpo ni en la logia. Me queda claro, Brucey. Primera lección del puto poli, tú también debes ser discreto. Hay una chica que está viendo cómo no le quitas la mirada a esos putos perdedores, en la barra, cabello negro. Cierto, es momento de irse. 
Salgo a la calle y prendo un cigarro. ¡Ah, la jodida suerte cambia ahora! Franco Begbie sale a los minutos y sube por el Walk. No hay señales de McLaughin ni de Murphy lo sigo discretamente  hasta entrar al Foot Of The Walk. Eres mío, cabrón. Pero debe ser una movida discreta, este cabrón está más cerca de los suyos 
Aguardo unos minutos en el Subway que está a contraesquina del Foot. Después de un desayuno ligero, entro al pub que está a reventar por ser época de Festival. Esto será rápido. Ahí está esa mierda, bebiendo solo. Ahora veo: está cazando a otro pobre turista de los huevos. Me gusta tu trabajo Begbie, pero en este puto mundo sobra quién lo haga con más sutileza. Me acerco a la barra. Esto se está poniendo tan fácil que no puedo esperar más, pero paciencia es la clave, ¿cierto, Robbo? Es como comerse un KitKat de una mordida, hijo. Ya me lo parecía.
No pasa mucho tiempo cuando entra un turista americano. Todos los clichés del mundo vienen a él: obeso, lentes oscuros, gorra y con la bandera de los Estados Unidos en una bomber jacket que está a punto de ceder ante el volumen de su portador. Pide una Guinness, por si no eran suficientes clichés en el gordo de los huevos. Begbie olfatea a su presa como un jodido tiburón huele la sangre. No le desprende la mirada. Está tan concentrado que a duras penas nota que lo estoy mirando. A los dos vasos, el momento llega. El gordo camina al baño y Begbie lo sigue. Deja que se dé gusto el maldito psicópata. Un par de minutos bastarán. Estás en lo correcto.
Entro con cautela al baño y pongo el seguro por dentro y me meto en uno de los servicios vacíos. Escucho el forcejeo del gordo. Asómate con cuidado. Le han clavado un par de cuchilladas en el abdomen, pero no puede gritar porque tiene una bola de papel en la boca. No sangra demasiado. Begbie está encima, esculcando su ropa, hasta que encuentra lo que busca.  
“Tanta puta grasa te salvó de una, ¿eh?”, le dice Begbie. Se mofa de no llevar suficiente efectivo encima. El gordo chilla en el piso, no puede ni gritar. Está cagado de miedo. No puede moverse. Pobre gordo. Fuiste un gran cebo para atraer a la bestia más peligrosa de Leith. Franco le patea la cabeza con tal fuerza que su cráneo suena como a porcelana cayendo al piso. Francis Begbie, esta vez la cagaste en grande. Es ahora, hijo. 
Disfruto mi momento. Coloco el cañón en su nuca mientras limpia la sangre de sus Doctor Marten’s. El cabrón queda paralizado. Qué decepcionante, Begs, estaba dispuesto a ofrecerte pelea. A que me dieras un motivo para que fueras parte del viejo puerto. Gente como tú no merece pisar la puta cárcel que pagamos con nuestros impuestos. Merece que los putos peces se lo traguen hasta no recordar quién fuiste. 
“Francis Begbie, quedas detenido por el asesinato de este noble turista, ¿te pones las esposas o quieres que te haga besar el puto azulejo, escoria de mierda?”, ¡y el cabrón se acuesta como si nada! Le pongo las putas esposas. No dice una palabra. Me asustaría, pero este mierda es de cabeza caliente. No premedita lo que hará. Lo levanto del piso y lo llevo por delante hacia el pub. 
“Con la cara en alto, colega, esto es para recordarse”, le suelto. El cabrón se limita a mirarme con esos putos ojos de psicópata inyectados en sangre. Los músculos de su cuello se tensan. Sé que el mierda desea hacerme tanto daño como le sea posible. Pero hoy no estás de suerte, mierda. 
Pido refuerzos y personal de la Estación de Policía de Edimburgo llega a los dos minutos. Me meto en la parte trasera de la patrulla con él. Mientras nos dirigimos a la estación hay un silencio que me empieza a tocar los huevos. Francis Begbie, el hijo de puta más temido, vuelto un cagado por un simple policía. Por un crimen de mierda. Sí, le caerán unos veinte años, pero eso no parece preocuparle. 
Seguimos por el Walk hasta que pasamos por el Hideout Café y finalmente abre la boca:
“Veo que los putos polis se han puesto las pilas desde que el poli maricón ese, Robertson, se ahorcó, ¿eh?”, dice. Ya me imaginaba que algo se guardaba el cabrón. Me limito a mirarlo, pero continúa. 
“No salió en las putas noticias, pero vaya que algunos estuvimos bastante bien enterados, oficial. Empezando porque ese Robertson tenía algunos negocios entre manos con peña que ha hecho cosas peores que matar a un turista de mierda, ¿a que no lo sabían?” 
“...”, qué mierda esta...
“...hay mogollón de putas pruebas del oficial suicida ofreciendo a su mujer en videos swinger, esos donde intercambian a las parejas... y justo ahora veo porqué tenía que ser arrestado, ¿sabe?”
“Tú no sabes una mierda, Begbie”, le digo. ¡HIJO DE PUTA! Si lo que dice es cierto. Lo es, son policías, debieron limpiar bien la escena, ahora nos tiene por los huevos. ¡Ahora no, mierda! Pero esto ya no me cierne a mí. Escalará y lo sabe. Mi puto poder de negociación tiene una salida.
“Puedes seguir jugando al puto poli rudo. Pero no estoy mintiendo. No voy a chotar a los que hicieron negocios con el poli muerto. Pero sí que hay gente involucrada. Como esos mierdas pretenciosos del puto club, esa mierda de la logia, ¿me sigues? Pero no sólo eso...”, suelta como bomba. 
Lo sabe. El cabrón lo sabe.¿De qué mierda estás hablando? El hijoputa lo sabe.
“Unos coleguitas weedgies dicen que vieron a ese poli matar a martillazos a un negro y luego vieron llegar a más pasma, no para dar con el culpable, sino para mover el puto cadáver y desaparecer la evidencia... la puta poli, un nido de puto racismo, ¿eh?”
Dale un puto tiro. ¿Estás loco? Lo sabe. No ha dicho nada. Lo sabe. Ese cabrón lo sabe. 
“DETÉN LA PUTA PATRULLA”, le digo al conductor. “Ustedes se van a callar la puta boca y tú, puto delincuente, ¿qué cojones quieres?”, este cabrón, un maldito don nadie, tiene a todo el cuerpo de Policía de Edimburgo por los huevos y no tiene ni puta idea de lo que podría pasar. No sé cuántos putos cabos sueltos hay afuera ahora y más me vale estar en contacto con este mierda. No será informante, pero su momento llegará.
“Que me ayuden”, dice. Sabe que ha ganado. El hijo de puta ha ganado. Mátalo. Eres un puto animal, Robertson. 
“¿Quieres que adivine o qué carajo?”, le digo para recuperar algo de control.
“Necesito encontrar a un hijo de puta. Un puto pelirrojo llamado Mark Renton. Ese puto traidor... Eso necesito... Ayúdenme y nadie chotará del puto poli muerto”, dice. Pero no exige. Es como si suplicara que le ayudemos. Mark Renton. ¿Qué carajo le habrá hecho a Begbie? 
“Arranca al viejo puerto”, le digo al que conduce. Antes de llegar a Oldtown, abro la puerta de la patrulla. No le suelto las esposas. 
“Mark Renton, ¿eh?, estaremos en contacto, Franco”, le digo antes de empujarlo hacia la calle. La patrulla acelera y regreso la mirada. Begbie se incorpora... ahora este puto pedo dejó de ser una cacería para convertirse en una ruleta rusa.
Era más fácil matarlo. ¿Y dejar que volvieran a asociar su puta desaparición con nosotros? Keezbo. ¿Quién mierda es Keezbo? El colega de Begbie que murió de SIDA en prisión. ¿Y eso qué mierda tiene que ver ahora? Lo sabrás cuando busques a Renton.
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