#y ella sonriendo a odo

[hxrtslikehell]

suicide season.

Nadie lo sabe realmente. Nadie conoce su motivación para llegar a tal extremo. Todos hablan, más nadie comprende. Nadie comprende como alguien tan callada, tan feliz, podría acabar bajo tierra a tan corta edad.

Lo cierto es que las razones sobran, pero las lágrimas nublan la vista y el barullo de la hipocresía no les permite ver a través de su propio dolor. Mientras los gusanos devoran la carne, las ratas se pasean impunes a la vista de todos. Duele ver tanta belleza, tanta juventud desperdiciada, pero quema pensar en todos los sueños perdidos. Quema pensar en que en este mundo tener esperanza resulta más un defecto que una virtud. 

Un defecto cuyo único fin es destrozarte por dentro.

Ella era tan bonita, lo sigue siendo aun con sus alas quebradas y teñidas de rojo, su sangre, la sangre de un alma en pena que tuvo que aprender a la fuerza que algunas heridas pueden ser más profundas que las de una bala sin matarte de inmediato. Si fuera al instante, si su muerte sólo hubiera sido un segundo, al menos, hubiera perecido con dignidad; pero si matarte es lo que aquel sentimiento busca, lo hará paulatinamente, carcomiendo uno a uno cada buen recuerdo, ahogándote en las cenizas de lo que pudo haber sido, hundiéndote en un vacío imposible de llenar.

A este punto uno ya deja de intentarlo, por costumbre el ser humano prefiere la comodidad del final próximo a la incansable lucha por algo que ya esta perdido, pero ella no lo hizo. No perdió la esperanza en volver a ver el sol. No dejó de creer que, a pesar de las enormes nubes negras, las estrellas seguían en vela esperando por su regreso. Estaba convencida de que como toda mariposa, renacería de la crisálida que poco a poco la iba asfixiando.

Siguió sonriendo. Siguió evitando la caída, permaneciendo en un constante estado de ceguera ante sus propios problemas. Sin embargo, uno por uno, le iban agregando más y más peso a su mochila y cuando quiso notarlo llevaba consigo una eterna carga de piedras y piedras que la hundirían cada vez más sobre sus pies.

Oh, ¡Iluso de mí que no pude hacer nada para ayudarla! Que pese a mis intentos e intentos, ni una palabra que saliera de mis labios era escuchada por aquellos oídos que tanto tiempo habían perdido convencidos de mentiras. Tanto tiempo se habían visto siendo cómplices de la muchedumbre y sus palabrerías innecesarios, que por tanto, tanto, tiempo se encargaron de aceptar como propia la cruenta verdad del mundo.

Oh, ¡Iluso de él que no fue capaz de ver a través de sus mentiras! Que se vio tan hipnotizado por su débil sonrisa y susurros de bienestar que acabó perdiendo a aquella que resultaba lo único que lo ataba a este mundo. Iluso de él, que permitió ser convencido de que todo estaría bien con una sonrisa más, que el dolor se iría, que aún podría ser feliz. Tonto de él, que acabaría sin sueños ni esperanzas desterrado a la cruda mentira diaria titulada "libertad".

Ella fue mucho más fuerte que eso, conociendo el problema y la solución fue capaz de mantener a sus demonios bajo control hasta el golpe final. El tiempo que duró escondiendo la basura bajo la alfombra fue necesario para hacerla entender; Hacerla entender que no se permitiría vencer por algo tan simple como una "fase", que no valía la pena perder la esperanza por aquellos que la habían perdido y que si iba a morir, si perecer bajo las garras de la depresión era su destino, lo haría de pie y dejaría ver las hermosas alas de mariposa que había armado con cada cicatriz.

… Sin embargo, el peso de sus problemas se había vuelto demasiado y sus alas no habían terminado de sanar, arrastrándola, en lugar de diez metros sobre las nubes para reunirse con las estrellas, seis metros bajo tierra como un desecho más de esta irracional sociedad.