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Suicidio

Una palabra fuerte, pero tan mínima, dicen que es de cobardes, yo prefiero pensar en valentía.

Nos suicidamos cuando alguien nos decepciona porque perdemos en la vida a alguien. Nos suicidamos cuando pierde nuestro equipo de fútbol, porque la pasión se esfuma. Nos suicidamos cuando talan un árbol, porque el ambiente se derrumba. Nos suicidamos cuando nos rompen el corazón, porque el amor se esfuma. Nos suicidamos cuando nos dicen “te quiero como amigo”, porque de amistad no nos llenamos cuando amamos. Nos suicidamos con esa canción que suena en el bar a las 3 de la mañana, porque el recuerdo es eterno. Nos suicidamos con el trago que nos “borra el casete” porque no recordamos. Nos suicidamos cuando abandonamos un chat, porque desaparecemos de la conversación. Nos suicidamos con el bullyng, porque duele. Nos suicidamos por el silencio que guardamos cuando tenemos que gritar. Nos suicidamos cuando no nos dan el aumento en el trabajo. Nos suicidamos cuando la idea creativa no le gusta al cliente. Nos suicidamos cuando se nos cae el primer diente. Nos suicidamos en las lecturas incoherentes. Nos suicidamos en cada lágrima porque se va un ser querido. Nos suicidamos porque queremos adelantarnos a la muerte, para no tener que morir en vida tantas veces.

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Sociedades

Hoy no hay nada para ustedes, porque las palabras que hay aquí, en Blanconocturno, son las palabras se la insatisfacción a las sociedades, a las pequeñas porque no luchan por dejar de ser pequeñas, todo lo contrario, se recuestan y buscan que otro lo haga por ellos, la otra sociedad es el poder y el poder es malo cuando se usa contra el otro y no con el otro. También hay sociedades buenas, los admiro, hoy no hay nada.

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Lo inevitable

No morir es inevitable, esperar el momento lo es, decidir irse antes... ¿Lo es? Quiero irme a casa, pero ahí es donde estoy, quiero salir de mi habitación, pero dormido estoy, quiero despertar, pero soñando estoy, quiero una vida real, pero es una pesadilla. Andres Caicedo murió a los 25 años, se tomó más pastillas que las que pueden haber en mi escritorio, con su libro en la mano...yo, solo tengo un dispositivo móvil, escribo algo sin sentido y el libro debe estar por ahí, abandonado en las neuronas que no quisieron ser poesía. Lo inevitable es no querer decir muchas cosas, porque soy valiente para todo, menos para amar, menos para abrazar, sentir, rezar, sentir, entender. Inevitable mirar a los ojos, ser sincero, amar pero no gritar. Inevitable es sentir la depresión más grande, tomar pastilla por pastilla, con un trago de agua y seguir aquí, dentro del porcentaje de personas que sufren depresión en la época que cumplen 25 años, como Caicedo.

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Popurrí

Alegría, dale a tu cuerpo alegría y Macarena. Dolor, me estoy muriendo, muriendo por dentro. Mujer, divina, como fascina... Hombre, quítame ese hombre del corazón.  Primavera, pasa ligera la maldita. Invierno, hace frío y estoy lejos de casa. Calentura, que me quema por dentro, Temperatura, sube, sube, sube la temperatura. Sabor, sabor a mí. Cuerpo, no tiene cuerpo pero es buena moza. Amor, ay amor divino, pronto tienes que volver. Canto, le canto al amor, al amor loco, al amor de mi por vos y de vos por otro. All you need is love. A veces la música es lo único que quieres escuchar, cuando el alma está en silencio, la mente en descanso y el cuerpo buscando calma.

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Viernes o domingo

Las costumbres a veces nos complican las cosas, quise escribir un viernes, pero me pareció temprano hacerlo, sin embargo hubiera sido mejor escribir antes que ahora. El viernes quería hablar de lo bueno que se siente que otras personas quieran escucharte, luego sentí lo difícil que es estar solo, porque cuando ya nadie te escucha, nadie se queda a tu lado, solo buscan unas cuantas palabras, no el compromiso de la compañía. La única diferente del viernes a hoy (domingo) es que no hay nadie, solo yo y quizás alguien que lee esto hoy (domingo) porque la verdad podrían leerlo un martes o un sábado en la tarde, la diferencia está en la depresión. No es lo mismo la depresión de un martes a las 4 de la tarde, que un viernes cuando se acaba la cerveza y te encuentras solo, pensando en cuando se fueron los amigos y cuando llegará esa persona que te abrazará toda la noche. Si hoy (domingo) alguien me lee, seguro deberá buscar algo que escribí llamado "hola soledad" y entenderá o quedará igual, yo por lo menos se que no estoy solo, pero cuando se acaba la ultima cerveza de la noche un viernes, es el momento en que sí hay soledad, porque el abrazo no llega y menos las historias para escribirle a nadie. Por eso la depresión con cerveza, como dice Calle 13 y un poema a mi idiotez como dice Darío Lemos. "El cigarrillo se acabó y yo me suicido. Adiós maga. Adiós muerte. Me suicidé hace un momento y ahora vivo conmigo y con Darío".

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Nada que decir

Cada domingo tomo mi iPad (si, digo la marca) y pienso en algo que me pasa, pasó o quisiera que me pasara, algunos que me leen me preguntan si soy yo en realidad, y sí, soy yo en cada texto de dos o tres párrafos y hoy, domingo a las 23:31, no tengo nada que decir. Solo tuve una semana corta, me subí cada día en mi bicicleta como es costumbre, recorrí la ciudad, discutí con personas en la calle porque no respetan las normas y creen que pueden pasar por encima de todo, también aprendí algo "cambiar la palabra pelar por pedalear y discutir por dialogar". Hoy no tengo nada que decir, pero en esta semana odié, me frustré, busqué a mis amigos y también la soledad, me enamoré de alguien y también la olvidé porque ya no estamos en la época de decir: - Hola, recién te conozco y estoy enamorado de ti - bésame Eso sin duda no sucederá, siempre imagino algo como... - Hola, recién te conozco y estoy enamorado de ti - ¿oiga que le pasa, está trabado o qué? Hoy no tengo nada para decir, solo eso.

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Hola soledad...

Le tocó solo en el asiento del bus, en el camino al trabajo, a la hora del almuerzo, en el camino a casa cuando su asiento fue el ultimo y no había nadie. Solo en el café, un café sin azúcar, no quedaba pastel del que siempre pedía y el lugar era autoservicio. Solo por su recorrido en bicicleta, nadie en el camino, solo en la avenida, todos los semáforos en verde, solo en la hora pico. Solo en la noche para solos y solas, todos solos pero que cruzan sus manos al elegir la misma barra para tomarse un trago, pero él, eligió la mesa sola del fondo. Solo el viernes en el parque, una cerveza que compró en el supermercado donde solo había un cajero, malgeniado por un día pesado, solo dijo el precio de la cerveza y solo le dio el dinero y nadie dijo nada más. Solo en una noche de lluvia en el lugar donde todos se divierten entre amigos, él solo, solo busca algo para acompañar su noche de soledad. Último día de la semana, solo le queda un momento de la noche en la soledad de su habitación para escribir algo y decir que se siente solo, ese momento en que no encuentra alguien para compartir, para llenar el vacío de la soledad, para decir palabras bonitas y luego besar o para sonreír al rededor de una cerveza con historias de amigos, solo quiere no estar solo.

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"la juventud va cada dia mas lejos y no hay nada que la detenga con na- daismo lo mismo sin nadaismo. porque es una fuerza de naturaleza el nadaismo apenas nuestra camisa fuerza"

Eduardo Escobar

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Lo malo y lo bueno

¿Qué tiene de malo que no haya leído a Charles Dickens? ¿Qué tiene de malo leer a Paulo Coelho? ¿Qué tiene de malo no saber cuánto pesa la tierra? ¿Qué tiene de malo no saber donde queda Helsinki? ¿Qué tiene de malo no tener minutos en el celular? ¿Qué tiene de malo ser vegetariano? ¿Qué tiene de malo ser 'lenguisopa'? ¿Qué tiene de malo comer carne? ¿Qué tiene de malo no saber ingles? Malo es no decir que debería leer a Charles Dickens y que debería digerir mejor un libro de Coehlo. Malo es no decidir donde vivir en la tierra, ni viajar a conocer lugares que nunca imaginarías conocer, malo es no entender que podemos vivir sin comer carne y que si no nos controlamos, no tendremos nada que comer. Malo es no entendernos sin importar el idioma, porque "te amo" es un corazón y un saludo es un pulgar arriba, como un insulto es el dedo del medio con ganas de desprenderse. Malo es no amar, porque un beso es eso, rimar sin rimas y llorar sin lagrimas y escribir a la nada porque lo escribes todo para estar con alguien. Lo malo y lo bueno, lo bueno y lo malo, lo que piensas eso es.

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El placer de golpear a una mujer

Las mujeres se lo buscan, ellas se lo merecen, además, les gusta, son felices, se sienten en su más alto momento de placer. Pero a su vez ellas se indignan, hacen quedar al hombre como lo peor e incluso se ve en problemas, porque el hombre lo disfruta, le encanta hacerlo y no se siente culpable en ningún momento. Es que la mujer merece ese trato, porque cuando ella siente que nuestras manos la absorben, le quitan todo lo que lleva encima y así, desnuda, el hombre la enamora. La enamora con la copa de vino y las palabras que le dijo en el acto anterior, ahora sigue lo más violento, una violación con permiso firmado por su propietaria. El placer de golpear a una mujer es único, es ese instante después de llevarla a la habitación, quitarle la camisa, besarla, quitarle el vestido, besarla, tocarla, quitarle el sostén, besarla, acariciarla, quitarle toda la ropa interior, besarla, por todo su cuerpo, besarla... Para finalmente golpearla, en ese zig zag de los cuerpos unidos, golpearla, para que la penetración sea el acto final, golpearla, de la forma más sensual, con la violencia que ella desea, con la violencia convierte al amor, en un momento perfecto para hacer el amor.

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Hoy no te veo (huelo)

Antes a donde fuera sentía ese olor, el aroma de un recuerdo que quedó en un primer abrazo, que luego se volvió beso y después un encuentro de mis manos con su cuerpo. Antes caminaba por las calles y sentía ese aroma, recordaba cada momento, la sentía en ese instante, adoraba ese momento, los disfrutaba. Antes quería que ese olor se volviera en cuerpo, para convertirlo en abrazo, en besos, en manos resbaladizas, era mágico, era como un poema de Jotamario Arbeláez. Ahora a donde vaya busco el aroma, pero ya no está, se ha desvanecido, se convirtió en el smog de los carros, en el polvo de las calles, en el olor a lluvia. Ahora no hay poema Nadaísta que recuerde ese olor, ni lugar donde pueda recordar sus manos, sus abrazos ni sus besos, todo se fue, como me voy dejando estas palabras a medias.

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"Me gusta masturbar a una mujer"

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Que rico...

Que rico fuera caminar por esos rizos, por esa sonrisa, por esa boquita que quien sabe a que sabrá, pero si sabe a lo que habla, seguro tiene sabor a literatura de la buena, a novelas que cuentan recorridos por el mundo, a historia patria y a guerras mundiales.

Que rico fuera bajar a los pechos, que pueden ser como el Everest o como subir a Santa Elena, que no es tan arriba pero es un viaje sabroso, que rico encontrar alimento allí.

Que rico bajar al ombligo, a ese volcán candente o a ese desierto y encontrar agua para saborear o por lo menos llevar un poco de líquido para no quedarme en el camino.

Que rico llegar ahí, a la cintura, a esa frontera peligrosa, por las emociones y por los temblores que mi camino pueda ocasionar, entrar a la cueva y desatar la locura de ese animal que hay dentro y salir victorioso lleno de recuerdos y satisfacción absoluta.

Que rico bajar por esas dos cordilleras, esas pierdas suaves pero con algunas zonas montañosas llenas de aventuras hasta llegar a los dedos, ahí, al meñique, donde la aventura llega a su fin, para emprender el regreso a esa boquita que convertirá el viaje en muchos con retorno… Que rico.

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Es triste no tener nada para escribir, más aún cuando no tienes a quien escribirle.

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Diario de un viaje a ningún lugar

Quizá solo exista para escribir estados depresivos en Facebook, para poner frases que no son mías en Twitter, para ver vídeos de canciones tristes en Youtube, para buscar en blogs historias de vidas mejores, de vidas perfectas, para buscar ¿Cómo suicidarme con menos dolor? Y encontrar miles de resultados en Google.

Quzá solo exista para alegrarme por las sonrisas de otros, por los éxitos de otros, a ponderme triste por los dolores de otros, las lágrimas de otros, las soledades de otros.

¿Y yo? Exito para otros, como los otros existen para mi, pero en realidad,  no estoy en ningún lugar, porque a nadie siento en mi lugar ¡no hay lugar! No hay fortuna alguna, más allá de una foto sonriente en Instagram, que va seguida del dolor de la oscuridad, al caminar una calle en la soledad de mi compañía ¡Ironía! La misma que se siente al escribir algo que no es para mi, esto es para ustedes, los que nunca leerán.

Estoy buscando un destino, un viaje, estoy planeando el vueloa ese lugar donde llueve todos los días, pero no es Lloró en Chocó, son los ojos de la trristeza.

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A nadie escribo

Si supieras lo doloroso que es ser libre mientras el viento golpea en mi rostro, mientras la ciudad se pone gris, mientras llueve, mientras tu vas tomado de la mano de tu novia, de tu novio, ella de ella, él de él.

Si supieras que hace rato no siento el buen detalle que alguien tome mi mano, que alguien saque de la cárcel a los labios que quisieran declamar todo lo que podría escribirte (no le escribo a nadie, solo a ti).

Si supueras que me enamoro tan rápido que pierdo tanto en el camino de ida, sin saber que he ganado algo antes de ir, si supieras que no se que más decir, que quisiera sentir, dejar de ser el estúpido romántico que firma este texto, a ser el estúpido que firma cada palabra que te hará reír (no le escribo a nadie, solo a ti)

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Desesperación

¿Para qué seguir si ya no camino? ¿Para qué dormir si ya no sueño? ¿Para que despertar si no quiero levantarme? ¿Para qué tropezar si no me levanto? ¿Para qué amar si no me amo? No sigo porque no encuentro el camino, no duermo porque pienso y no sueño, no me levanto porque quiero soñar, porque no se caminar, no me amo, porque no encuentro a quien amar. El camino debo hacerlo, los sueños debo construirlos, el querer levantarme no es una opción, si no tropiezo, no tengo porque ponerme de pie, para amar solo debo encontrar el amor. Desesperación, aparece antes que la decepción y la razón.