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El camino hacia mi meta.

A los cuatro años de edad mi papá me dijo: “No quiero que te quedes en la casa sin hacer nada, tienes que hacer una actividad física”. Como respuesta a sus indicaciones, entre tantos deportes, elegí el Wushu. La mayoría de las personas desconocen en qué consiste dicho deporte, por lo que una explicación de lo que abarca el deporte es: Wushu significa arte marcial, el cual consiste en diferentes modalidades: taolu, coreografías basadas en defensa personal; sanda, combate deportivo; taichi, movimientos para fortalecer los órganos internos. Wushu es mundialmente conocido como Kung-Fu, no obstante el Kung-Fu hace referencia a un término que puede aplicarse a cualquier ámbito de la vida ya que significa “hacer algo excelente”.

En mi experiencia, el deporte me ha brindado las herramientas necesarias para desempeñarme de una mejor manera. Llevo 15 años construyendo una carrera deportiva y el camino no ha sido fácil, sin embargo, he tenido el gran privilegio de haber representado a mi país en dos campeonatos mundiales, tres torneos Panamericanos y un NORCECA.Mi última competencia fue el 15vo campeonato mundial que tuvo lugar en Shanghai, China. Dicho torneo ha sido una experiencia inolvidable para mí porque después de los juegos olímpicos, el punto máximo al que puede llegar un atleta es un mundial. En mi experiencia, es un sentimiento lleno de adrenalina el estar compitiendo con los mejores wushuistas del mundo, en esta ocasión me toco estar rodeada de deportistas con procedencia de China, Japón, Rusia, Vietnam, Estados Unidos, Argentina, Ucrania, Brasil, Canadá, Indonesia, Irán, entre muchos otros. Mientras calentaba estando a unos minutos de pisar el área de competencia internacional, recordé la gran cantidad de horas invertidas en entrenamientos, el tiempo que tardé en llegar a ese punto, las lágrimas de esfuerzo al entrenar y las personas que hicieron posible que pudiera estar presente en ese torneo. Sabía que no había llegado sola, muchas personas estuvieron apoyándome en este camino, estar en ese torneo no era únicamente mi logro, sino también el de mi familia, mis directivos, mis maestros, mis amigos y cada persona que me aportó tanto en mis entrenamientos como en los viáticos. Tenía que dar mi mayor esfuerzo en ese torneo y demostrar que los mexicanos somos capaces de volver realidad lo que más anhelamos.Sin duda las adversidades son bastantes, pero lo que me inspira en cada entrenamiento y competencia es el deseo ferviente por practicar mi disciplina, de esforzarme por dar mejores resultados y motivar a las personas a que realicen una actividad que sea el impulso para que en cualquier ámbito de su vida puedan realizar sus objetivos.

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Primer día del CUT

Hola, soy Rosa María Evelyn Castillón Dueñas, y quiero compartir con ustedes mi primer día de trabajo en el CUT, un lunes del mes de Noviembre del 2011 llegué a la Casa de la Cultura, instalaciones que facilitó el municipio de Tonalá para dar comienzo al gran proyecto “El Centro Universitario de Tonalá”. Ese día mi compañera Orquídea Carreón y yo, entramos a un pequeño espacio junto con el Dr. José Antonio Gómez Reyna, recién nombrado coordinador ejecutivo.

Al entrar, lo primero que se me vino a la mente fue “Cómo nacerá un Centro Universitario aquí” ya que sólo teníamos asignada un área con un recepción, un sanitario y un pequeño despacho; en esos escasos 2′ metros cuadrados fue mi primero día del CUT.

Ese lunes desconocía cuales serían mis funciones, sin embargo conseguimos un trapeador y nos pusimos a limpiar el espacio (alguien lo debía hacer); es curioso pero en ese pequeño espacio además del mostrador había un viejo teléfono el cual ese día timbró, por un momento dude en contestar, pero después de sonar varias veces, me animé y sólo dije “Buenos días, Centro Universitario de Tonalá, a sus órdenes” esa fue la primera llamada que se hizo al CUT, y fue en ese momento que me sentí orgullosa de mi Universidad y el CUT robó mi corazón por completo.

Desde sus comienzos, he desempeñado mis funciones en la Coordinación de Finanzas y durante este tiempo he visto crecer día a día a CUT; sin duda superó mis expectativas. Hoy estoy segura, es el mejor Centro de la Red Universitaria y me siento orgullosa de ser parte de este gran proyecto y de ser un trabajador universitario fundador.

Rosa María Evelyn Castillón Dueñas

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FORMANDO A UN CANTANTE EN EL CUT

Por: Jessica Noreli Benítez Mercado, estudiante de Administración Negocios, Integrante del Coro CUT

Siempre disfruté del canto como una forma de transmitir e interpretar sentimientos o vivencias. Me gusta cantar pero nunca me empeñé en hacerlo bien, prefería escuchar a diferentes personas. Cuando descubrí el taller de canto pensé en él como un medio para poder apreciar mejor la música, ya que desconocía por completo el estudio de ésta.

En el taller para principiantes me sentía bastante inferior a los demás, éramos alrededor de cuarenta personas y cantaban bastante bien, mientras que yo me sentí realizada la primera clase que no quedé ronca. Fui invitada a formar parte del coro y entonces viví una evolución contundente... reconocí el funcionamiento de mi cuerpo como  lo equivalente a manejar un instrumento musical, lo cual me llena de plenitud y de una emoción muy ambiciosa por descubrir a fondo mis habilidades y extenderlas hacia nuevos horizontes. En el coro he conocido maravillosas personas que, además de convertirse en una muy bonita amistad, son un ejemplo a seguir, una inspiración y  los mejores compañeros de clase. Siempre nos apoyamos unos a otros... y yo diría que ESA es la mejor cualidad de este coro, junto con el amor que le tenemos a cantar. Soy Jessica Noreli, estudiante de la carrera de Administración de Negocios y tengo 19 años.  No me puedo proclamar como una cantante profesional, pero sí me defino como una amante fiel del Canto y conocedora de la Música

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CUTONALÁ CANTA  ‘’Y CANTA A VOCES’’

Por: Amram Nathanael Juárez Ramírez, egresado de Diseño de Artesanías, director del Coro CUT

El Taller de Canto del CUTonalá surge en diciembre de 2017, con la creación de la Orquesta de Cámara CUT  y la idea de hacer otro ‘’Taller de música’’, que incluyera a todo alumno que aspirara a entrar a un taller con opciones de niveles, de  principiante hasta avanzado. Su servidor ya había expresado anteriormente que contaba con preparación y experiencia en canto. La Coordinación de Extensión no lo pensó dos veces y me asignó la instrucción del Taller de Canto, pero la visión de la Mtra. Marcela era más ambiciosa, al formar un CORO con el recurso humano capacitado.

Al principio me llené de miedo pues jamás había dado clases. En la primera generación tuve veintitrés alumnos y ahí fui descubriendo mi vocación (la docencia), pues al verlos presentes con la esperanza y ver que por fin surgía una oportunidad a sus necesidades, me hizo recordar cuando yo iniciaba en esta actividad, lo mucho que batallé y sufrí por aprender a cantar. Con la inspiración fluida y con tantos aprendices es que decidí entregarme con devoción y honestidad. Cabe resaltar que todavía era alumno y alargué todavía un semestre más mi Licenciatura para poder impartir el Taller de Canto y no saturarme, concluyendo mi carrera en 10 semestres. Al ser alumno del CUT, miembro de la Orquesta e Instructor del Taller, realmente pasé mis últimos 2 semestres viviendo en el CUTonalá. Naturalmente terminé mi estancia en la Orquesta de Cámara, para darle un desarrollo óptimo al Taller de Canto.

Al obtener las primeras dos generaciones del Taller de Canto es que se formó el CORO CUT (calendario 2018 A – 2018 B). En el transcurso de 2018 el Coro tuvo dos presentaciones, la primera en abril y la segunda en noviembre. En esas dos presentaciones la calidad del Coro estaba gradualmente en progreso, pero a inicio de este año (2019), el CORO CUT hace un cambio radical en su calidad polifónica y técnica vocal. El secreto fue haber sido paciente, trabajar duro, hacer las cosas de corazón sin esperar nada a cambio, haber creído y animar a cada alumno en que “llegaría un día que habríamos de mejorar”. Soy testigo y mentor de un legado para patrimonio del Centro Universitario de Tonalá. 

‘’Lo que sé lo pongo a su servicio, porque me ha dado más, trato de regresarle un poco de lo que me dio’’ Nathanael Juárez, 2019.

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EL TRÁNSITO MIGRATORIO DE LA CARAVANA MIGRANTE POR GUADALAJARA, NOVIEMBRE 2018

Por: Mónica Beatriz Oropeza De Anda Egresada de la licenciatura en Estudios Liberales

La relación de todo ser humano con la migración, inicia en el vientre. Mi relación con la migración antecede a mis padres y a mis abuelos, mi historia familiar se ve marcada por la migración al ser descendiente de migrantes del viejo mundo y la migración del campo a la ciudad que realizaron mis abuelos, incluso mi abuelo materno fue bracero, pero mi relación consciente con la migración inicio en el Centro Universitario de Tonalá, en la clase “Procesos migratorios” con el profesor Heriberto Vega Villaseñor. 

La crisis humanitaria que se vivió con la caravana migrante en noviembre de 2018 en la ciudad de Guadalajara, provocó la acción de miles de voluntarias y voluntarios, pero también desató la xenofobia y la aporofobia, se visualizó a la caravana como un ente homogéneo, generando que la imagen de migrante fuera criminalizada y estigmatizada.

Sin duda el ofrecerme como valonaría se debe en gran parte a la humanización y sensibilización que adquirí en las aulas del CuTonalá. Es importante comprender el fenómeno migratorio a través de la complejidad humana, para dar cuenta de lo más básico, somos seres heterogéneos y vulnerables al estallido de emociones que vivimos día con día, es simplista estigmatizar a los migrantes porque uno que otro es grosero.

Apoyé a FM4 Paso Libre, que estaba a disposición del DIF JALISCO. Estuve como voluntaria en el turno matutino, llegué alrededor de las 9:00 a.m., me asignaron al área de comedor y posteriormente fui enviada al almacén de los productos de higiene personal. La mañana fue tranquila, pero al medio día se recibió a más migrantes, se volvió caótico y ante ello, puedo decir que los protocolos son obsoletos ante la emergencia humanitaria, hay más de un encargado por zona y lo que puedes hacer o no, dependerá de la persona a la que le preguntes. 

Lo vivido con la caravana fue gratificante, aunque no mantuve conversaciones largas, la mayoría son muy agradecidos y amables, únicamente tres personas fueron groseras, tres de los muchos que atendí a lo largo del día. Me enfoque en atender a las madres y padres, habían muchísimas familias con peques, ofrecía los pañales (teníamos miles en bodega); los hombres requerían rastrillo y teníamos muy pocos, también crema y desodorante, al igual que las mujeres. Hay grupos de amigos que se apoyan mucho entre ellos y te apoyan para seguir ayudando, el último día de actividad en el Auditorio Benito Juárez, muchos migrantes nos ayudaron a limpiar y se decían molestos por los que no lo hacían, ya que generaban una imagen negativa para la caravana. Toman lo que pueden porque no saben cuándo tendrán de nuevo. Muchos critican que los migrantes pidan alguna marcar u olor de algún jabón, que te pidan cambiarles la camiseta o los zapatos, pero nuevamente algo básico, la higiene es parte de la dignidad y la ayuda humanitaria es para dignificar el paso del migrante. Las donaciones es otro punto para analizar,  se donaron cajas de crema corporal caducadas, tenía un olor feo y se nos indicó darlas, sabiendo que no estaban en buen estado, pero obviamente no las repartimos.  El estado de vulnerabilidad del migrante, no significa que debe de aceptar todo, es verlo como el marginado que no tiene nada y le podemos dar cualquier cosa, ellos también se quieren sentir limpios y vestir cómodos. Fueron respetuosos en todo momento, dentro del albergue, al salir me dijeron 3 piropos. Nunca rechazaron la comida, algunos tienen dinero y comen fuera, pero la mayoría comía en el albergue, por un momento nos quedamos únicamente con papas cocidas y las pedían porque ya no podían aguantar a las 15 h, para la comida. 

El fenómeno migratorio también es cultural, algunos viajan por costumbre familiar o social, la mayoría porque no tenía nada que dejar, un chico me dijo "Me quiero alejar de la caravana y conseguir un empleo, nos ven mal, intenté con migración para quedarme aquí, pero ya me han dicho que no puedo" el chico viene buscando refugió. Hay muchas caras en la migración y todos migran por diferentes razones, la falta de oportunidades en su país de origen, el desplazamiento por la violencia que desatan las pandillas, la pobreza, las familias separadas que buscan reencontrase,  conoce cada una de ellas antes de lanzar odio y recuerda que todos fuimos o éramos migrantes. Por último me es importante destacar que el voluntariado que realicé fue únicamente por dos días, pero en CuTonalá y gracias al profesor Heriberto, se ha generado una consciencia acerca del fenómeno migratorio en la licenciatura de Estudios Liberales y algunos de sus estudiantes han realizado o realizan voluntariado en comedores migrantes, es el caso de Ahtziri Jiménez, Fernanda Carrillo, Francisco Barajas y Magdalena.  

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Estudios Liberales y vida laboral

Por: Ramsés Alejandro Reyes Benítez

Egresado de Estudios Liberales 

En lo personal, la Licenciatura en Estudios Liberales ha significado un proceso de madurez académica, personal y laboral. Durante el transcurso de la carrera tuve mucha incertidumbre, desde el Centro Universitario, como de mi carrera, de mis compañeros e inclusive de mí mismo.

Con el paso del tiempo dichas dudas se disiparon, adquirí mayor claridad de mis capacidades y de cómo enfocar mis gustos a un campo de acción, tomé optativas enfocadas a políticas públicas, desarrollo, gobernanza y educación; participé en varios coloquios multidisciplinarios, con temas relacionados al desarrollo, desigualdad y pobreza, por lo tanto mi tesis se enfocó principalmente en ello.

Mi examen de titulación fue a finales de noviembre de 2017, recuerdo que estaba muy nervioso, y dudaba si lo que había hecho era bueno, o por lo menos aprobable, pero al final todo salió bien. Tomé protesta y aun temblando de nervios, felicidad e incredulidad, me convertí en Licenciado en Estudios Liberales.

Lo siguiente era idear una estrategia para responder el famoso ¿y ahora qué?, en ese entonces tenía el plan de ingresar a una maestría con beca del Conacyt; sin embargo, de manera conjunta debía conseguir un trabajo eventual para poder pagar lo correspondiente a los trámites y gastos personales, me tomé todo el mes de diciembre para reposar, meditar  y crear un plan de acción y administración para el 2018.

Con la llegada de enero, el año se me presentaba como una pista de obstáculos, resulta que como era obvio, conseguir empleo no era tan fácil después de todo. Probé postulándome para gran cantidad de puestos en múltiples lugares, parecía que el destino me arrastraba al estigma de mi carrera, a trabajar eventualmente en alguna franquicia de comida rápida o de entretenimiento cinematográfico, lo cual no me molestaba realmente, más bien me parecía irónico en el buen sentido de la palabra.

Para la primera semana de febrero de 2018 ya me había cansado de buscar, decidí que era hora de aceptar las cosas como eran; ya iba con rumbo a la Gran Plaza para una entrevista de trabajo en un local de comida rápida, cuando de repente, mi celular sonó, en la llamada me ofrecieron trabajar para el SIAPA en un empleo eventual de aproximadamente tres meses, las labores eran enfocadas a la investigación y redacción del libro institucional del sexenio del organismo, a lo que sin dudar respondí que sí. Fue entonces cuando recapitulé. Recordé que a la persona que me ayudó proporcionándome información de la institución, durante la investigación de mi tesis, como agradecimiento le había regalado en meses pasados un ejemplar de la misma; fue él quien me recomendó para ese proyecto, se colocó mi currículum en una terna, y para la primera quincena de febrero ya me encontraba ejerciendo con el nombramiento de “Auxiliar de Proyecto” adscrito a la Dirección General.

Mis funciones en ese entonces consistían en investigación, y redacción en relación a los temas del agua, y cómo ésta interviene en diversos escenarios sociales, económicos, urbanos, culturales, tecnológicos, etc. Por ejemplo: problemas de escasez y propuestas para combatirla, procesos de potabilización, planes para mitigar las inundaciones, alternativas sustentables urbanas, sistemas de alcantarillado, saneamiento e infraestructura, sumado a revisar proyectos ya elaborados, asistir a conferencias y juntas para tratar temas actuales.

Mi primer contrato terminaba en mayo, pero mis superiores decidieron que era pertinente que continuara con otros procesos y proyectos dentro de la empresa, para lo cual tuve que tomar una decisión muy difícil, por lo menos para mí, “continuar trabajando como eventual por tres meses más, o iniciar una maestría en agosto, donde ya tenía un pie dentro”; después de meditar a profundidad mi situación, decidí quedarme.

Me causó conflicto salirme del plan inicial del posgrado que era lo que yo más anhelaba (hay que aprender a dejar ir, y no aferrarse con terquedad auto destructiva a las cosas, las cuales no siempre son como queremos), y así dejé lo que quería, por lo que desde mi perspectiva, era lo correcto y lo que debía hacer.

“Maestrías hay muchas, y se ofertan con relativa frecuencia, el trabajo no, además en el libro institucional estará mi nombre y contará con valor curricular, si me despiden después de este contrato, volveré al punto de inicio como estaba en enero, con la diferencia de que tendré experiencia laboral y una publicación. Podré competir por un nuevo empleo, en otros escenarios y con otras herramientas”, pensé.

Para el término de ese contrato, en agosto, me propusieron quedarme formalmente en la institución, ya no era un trabajador eventual, y con ello mi nombramiento pasó a ser el de “Asistente de Área”. Actualmente mis funciones se enfocan más a dar seguimiento a los procesos y apoyar en las tareas que mi área requiera, junto con  la coordinación, planeación y cooperación de los procesos que se vean involucrados, de manera especial ayudo con la digitalización de manzanas en el área de padrón de usuarios. Entre los proyectos concluidos que eh desempeñado en la compañía se encuentran los siguientes: coordinación en el libro institucional del sexenio, auxiliar en la estructuración del informe de gobierno y los libros blancos del organismo, apoyo en la captura y generación de formatos durante la entrega a recepción. 

Mis planes son permanecer en el SIAPA, el tiempo que se me permita, y en 2019 iniciar una maestría ligada a temas de desarrollo humano y social, dando seguimiento a mi preparación académica y complementarla con mi trabajo actual, con el objetivo de realizar funciones más especializadas y con mayor eficiencia.

Estudios liberales es una licenciatura que da apertura y herramientas para que un estudiante se pueda desenvolver en múltiples escenarios, donde coexisten varias disciplinas de manera fluida, poder entender y coordinar los procesos que se den dependiendo de la especialización que este elija durante el transcurso de su carrera, con una óptica abierta, transdisciplinar y conciliadora, de manera personal, aprendí que dichas habilidades son muy demandadas en el área de proyectos de varias empresas del sector público y privado. Sin embargo es necesario que el alumno adquiera conciencia de sí mismo y su entorno, ponga empeño, disciplina, constancia y creatividad. 

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LA GERONTOLOGÍA DE CAMINO AL MIT, HARVARD Y EL MUNDO

Por: Uriel Alejandro Correa Sedano Estudiante de Gerontología

Todo inició en Junio de 2017. Me encontraba como Becario en la Biblioteca del Centro Universitario de Tonalá. En una de mis redes sociales vi una convocatoria por parte de mi coordinadora de carrera, la cual hacía la invitación a todo estudiante regular perteneciente a la UdeG que le interesara participar en un curso de emprendimiento por parte del Massachusetts Institute of Technology: donde la primera fase sería en línea; ahí serían seleccionados  alrededor de 50 participantes para una segunda fase presencial y los ganadores de esta fase tendrían la oportunidad de asistir al Bootcamp 2018 en Boston, Massachusetts. Dicho evento es un programa de aprendizaje acelerado donde asisten personas de todo el mundo, en el cual se forman equipos multidisciplinarios a fin de identificar problemáticas y dar soluciones a las mismas a través de una idea de negocio.  

   Me dio temor al aplicar al curso dado que era requerido un nivel de inglés B1 y promedio mayor a 80. Afortunadamente tenía el promedio suficiente, pero temor del idioma, aunque tengo el conocimiento básico del mismo, me detenía momentáneamente, sentía desconfianza hacia mí mismo pensando que no tendría lo suficiente para calificar. Enhorabuena tuve la oportunidad de tomar el curso en línea dado que cumplí con los requisitos, tomando en cuenta que sólo los alumnos con el mejor desempeño pasarían a la segunda fase.

Fui llamado para estar dentro de esos 50 alumnos de toda la Red universitaria,   en donde se me notificó que participaría en el “Opportunity Identification Workshop” en las instalaciones del Centro Universitario de Ciencias Económicas y Administrativas (CUCEA).

Llegó el 8 de Noviembre de 2017; dejé atrás el curso en línea para formar parte ahora de la fase presencial. Fue aquí nuestro primer contacto con la metodología que se había aprendido, enfocándose a la mejor estrategia y dar continuidad al mismo. Este curso lo impartió Erdin Beshimov y Brian Subirana por parte del MIT.  Los ganadores del workshop iban ir al Bootcamp de 2018.

Fuimos convocados en dicho Centro Universitario. Ahí conocimos a los participantes que fueron por parte de la UdeG al Bootcamp 2017, quienes compartieron sus experiencias y retos, que tuvieron dentro y fuera del evento. En su momento realmente lo veía muy lejos el poder llegar hasta ahí, era un camino de más de 6 meses y además dado el número de estudiantes que éramos y que solamente unos cuantos tendrían la oportunidad de ir.

Ese temor e incertidumbre era mayor a cada momento. Sentía motivación, pero a la vez sabía lo que implicaba este reto, tomando en cuenta que todos y cada uno de los que nos encontrábamos ahí daban todo su esfuerzo y conocimientos, así como la mejor de las actitudes en el trabajo colectivo de apoyo incondicional para lograr el objetivo.

Ya en la semana del evento en CUCEA, conocí a Josué, Azareli, Kareem, Alejandro y Paúl. Estos cinco compañeros universitarios formamos el equipo “Cation” para trabajar durante los 3 días que duraba el WorkShop. Logrando empatizar de una manera rápida unos con otros, teniendo un equilibrio como equipo. Todos aportamos y respetamos las ideas de cada uno; escuchando y sacando el mejor provecho para el fin de nuestro proyecto, así como las perspectivas y experiencias haciendo muy fructífero el trabajo, complementando aún más con las diversas disciplinas en las ramas de estudio de cada quien.

El día 10 Noviembre llegó, era el día final en donde los equipos presentarían sus trabajos y su Pitch final. Honestamente debo reconocer que los equipos eran muy competitivos, sin embargo, consideré que podíamos ganar debido a los méritos propios como equipo para ser un candidato fuerte con horas de esfuerzo y sin dormir.

Fue un increíble momento cuando dijeron los ganadores: “El equipo ganador del UdeG-MIT Workshop es… Cation”. No me la creía cuando escuché el nombre de nuestro equipo; no me la creía que iba ir a Boston, no me la creía que iba a representar a mi Centro Universitario y a mi carrera, sin duda alguna fue un encuentro de emociones junto a mis compañeros de equipo.

Tiempo después, a través de un correo electrónico se nos notificó que iríamos al “MIT-HMS Healthcare Innovation Bootcamp” el cual este evento seria en colaboración del Massachusetts Institute of Technology y Harvard Medical School,  era una emoción indescriptible, en un evento enfocado totalmente al sector salud,  en específico la creación de una empresa centrada en atención en salud. Ciertamente tenía que prepararme de muchas maneras para este gran reto. Cuando hicimos el curso en línea solo hicimos una parte de la metodología, pero para este evento la veríamos por completo, por lo que tendríamos tiempo para completar más cursos y materiales sugeridos.

El evento de MIT-HMS Healhcare Innovation Bootcamp reunió 88 personas de más de 30 países de las cuales trabajan, estudian o les interesa el área de la salud. Nos dividieron en equipos para trabajar en una problemática y dar una solución con un modelo de negocio de alto impacto y rentable. Mi equipo fue formado por Drayton (USA), Elena (Guatemala), Janelle (Hong Kong) y Nelson (Taiwan), en donde la experiencia, perspectiva y las distintas disciplinas aportaban al trabajo colectivo haciéndolo más fructífero. Dado que teníamos que ver desde la parte financiera hasta los usuarios finales y la distribución de nuestro servicio.

El evento se prestó para conocer personas de todas partes del mundo, una enriquecedora experiencia, con diversidad cultural y de emprendedores que permitía nutrirte de conocimientos, de abrirte a nuevas perspectivas y de conocer cosas que tal vez no imaginabas, en mi caso dar a conocer a la gerontología.

En mente llevaba el orgullo de representar a mi País, mi Universidad y mi carrera. Eran tanta la emoción y la espera por la que pasé. Tuvieron que pasar 396 días desde que fui al evento para la presentación inicial del curso en línea, hasta el momento que aterricé en la ciudad de Boston para lo que sería una fantástica experiencia y aventura.

Debo decir que durante la semana del evento más allá de realizar partes teóricas era muy dinámico, siendo una total interacción de los ponentes hacia los asistentes. Contamos con participaciones como Eric von Hippel profesor en innovación tecnológica compartiéndonos en una de las conferencias cómo es que la innovación está cambiando en esta era de la tecnología. Además, pudimos estar con Zirui Song, profesor de política enfocado a la atención médica, quien nos compartía los cambios que han surgido respecto al gasto y la calidad de la atención, incorporando el factor económico y de qué manera influye. Por otro lado, diversas personas las cuales muchos son emprendedores que contaban sus experiencias con sus empresas (Startup)y los retos más importantes que tenían.  

Para finalizar, creo importante mencionar que fue una grata experiencia personal y académica, de la cual aprendí bastantes cosas, y una de ellas es a no temer en intentar cosas nuevas, salir de mi área de confort sin temor a perder algo, puesto que hasta de las malas experiencias se aprende algo nuevo y sin intentos no hay aciertos.

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“MI AVENTURA POR UN RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL”

Por: Victoria Servin Encina Estudiante de Gerontología

Cuba, mucho tiempo soñé con visitar la isla, me gustaba buscar atracciones, actividades que se pudieran hacer en el día, por la noche, sola, con amigos. Coticé muchas veces los tickets de avión, pero nunca hice una reservación, sin embargo, estaba dentro de mis planes de vida visitarla por lo menos una vez. Leí mucho de su historia, su cultura, sus creencias y sobre todo de su sistema político y económico, no puedes visitar un país sin saber esas cosas. El sueño seguía siendo eso, un sueño. 

Un día la oportunidad de visitar Cuba fue puesta como opción en plan académico. El Programa Delfín ponía a mi alcance una estadía en la Universidad de Camagüey, la cual obviamente no podía dejar pasar, era una oportunidad para cumplir mi sueño y realizar una de las cosas que más me gusta, la investigación. Realicé los trámites correspondientes, solicité apoyo en diferentes instancias, volví a leer sobre el país que por mucho tiempo había estado en mis planes, pero ahora específicamente de Camagüey. 

El investigador con el cual hice contacto en la Universidad de Camagüey, me habló de dos eventos que se realizarían en el periodo de mi visita, me dijo que sería una buena oportunidad para presentar un proyecto en el cual estaba trabajando “La Sustentabilidad en Hospitales Geriátricos”. El primero de los eventos era el II Taller Regional de Economía y Contabilidad Ambiental, organizado por la Asociación Nacional de Economistas y Contadores (ANEC), en el que se daría un premio al mejor proyecto que reflejara la visibilidad de resultados e impacto; un reconocimiento internacional me motivaba mucho, por lo cual me puse a trabajar en los requerimientos solicitados para la aceptación del proyecto en el evento y finalmente fui aceptada para la participación y presentación del mismo. El segundo evento era la XV Conferencia Internacional de Ciencias Económicas y Empresariales donde el objetivo central era analizar y debatir sobre las nuevas perspectivas, aportaciones científicas y experiencias de investigadores, profesores y estudiantes, evento en el cual también hice solicitud para participar y que favorablemente fui aceptada. 

Pero para poder hablarles de mi participación debo hablarles también de la aventura que fue llegar hasta allá. Decirles que el tiempo de trayecto de Guadalajara a La Habana son 4 horas en avión y de La Habana a Camagüey son 8 horas promedio en autobús,  pero con la emoción pensé, “ni va a estar tan pesado el viaje”, pero me equivoqué, la espera en el aeropuerto fue confusa, tenía emoción por viajar a un lugar que durante tantos años quería, pero también me dio miedo pues no conocía a nadie, iba sola, era la presentación de mi proyecto internacionalmente. Por un momento dudé en subirme al avión, pero “solo se vive una vez” ¿no?, así que abordé, dejé los nervios y dudas.

Al salir del aeropuerto de La Habana y sentir el clima cálido mezclado con lluvia quedé enamorada al instante, y supe que no sería la última vez que estaría ahí. Afortunadamente me encontré con el profesor Rogelio de CUCEA, quien también iba para Camagüey. Pasaron por nosotros en un “almendrón”, viajar en ellos es una experiencia que no es fácil de plasmar con palabras. Hicimos una parada en casa de Don Guille quien fue el que nos recogió. Su esposa Ana había servido en la mesa arroz blanco, caldo de pollo y platanitos; me recibieron en su casa como lo haría cualquier familia cuando llega un familiar al que hace años no ven. 

Un chofer apodado “Tabaco” fue quien me llevó a la central de autobuses para emprender mi último tramo del viaje; al llegar ahí y dejar las maletas para que las montaran en el autobús, el auxiliar me preguntó si tenia algo para el clima de la “guagua”, yo respondí que sí, llevaba un pantalón y una chamarra de mezclilla, que para el calor de La Habana están de sobra, pero no contaba que el clima de la “guagua” es helado, por lo que fueron las 8 horas mas largas de mi vida, pues justo cuando comenzaba a dormirme, los sonidos de dolor de alguien me despertaban, para mi sorpresa eran mis propios lamentos. Pero la aventura no se empañaría solo por eso, ¿cierto?

Al llegar a Camagüey, ya me esperaba el profesor Pelegrin, quien me llevó directo a la casa donde me quedaría hospedada en mi estancia de verano, la casa de la profesora Mayte y Yosvany, quienes me dieron una acogedora bienvenida. Toda mala experiencia hasta entonces quedo atrás, pues aquel amor que sentí en La Habana se hizo más fuerte en Camagüey. Al día siguiente de mi llegada comenzarían las actividades en las cuales no sólo presentaría mi trabajo, sino que representaría a mi Centro Universitario de Tonalá y a su vez a la Universidad de Guadalajara, la responsabilidad era mucha, pero la motivación era aún mayor, por lo que los nervios no tenían espacio, al menos no ese día previo, por lo que recorrí un poco de Camagüey con el profesor Yadir, quien como guía turística es muy bueno.

El día de la presentación se llegó. Santa Cecilia el lugar donde se llevarían a cabo los eventos, un lugar digno de admirar, las instalaciones del recinto en perfectas condiciones, el registro de participantes en tiempo y forma. Pero si se presentó un inconveniente, no había luz, sin embargo eso no fue motivo para cancelar las actividades programadas; se hizo una presentación rápida de la agenda del evento, se firmaron convenios importantes entre universidades y la ANEC, un momento de música a cargo del profesor Saulo, quien al ser mexicano no dud�� en interpretar “El Rey”, canción que mexicanos y cubanos coreamos al unisono y esta acción hizo que la piel se me erizara. Seguido de ese acto, tocó la actividad de presentación de proyectos y yo fui la primera en hacerlo, tuve que ponerme frente a todos los asistentes y presentarles mi trabajo, sin soporte visual, sin apoyo de mis diapositivas que me ayudarían a expresar de la mejor manera la finalidad del proyecto y su importancia para la gerontología en México. Y lo hice, con nervios al principio, si claro, pero convencida del impacto importante en mi área; lo presenté como si tuviera todo el apoyo necesario, lo hice, y aquello que al principio fue un inconveniente, supe convertirlo en oportunidad. La luz regresó y transcurrió la jornada con la ponencia de todos los proyectos e investigaciones, así como la presentación de los semilleros de investigación de las diferentes universidades participantes. Al finalizar las actividades del día, me veo felizmente galardonada con el premio por el cual participé; un reconocimiento impreso y un tinajón típico de Camagüey fueron la mejor forma de materializar el sentimiento de orgullo y satisfacción que sentí cuando dijeron mi nombre. 

Los eventos de la XV Conferencia Internacional de Ciencias Económicas y Empresariales, se dieron conforme estaba estipulado, en estos la participación de estudiantes fue mayor, más proyectos, más investigaciones, más ideas que enriquecieron sin duda mi experiencia como ponente, alumno e investigadora en formación. La critica que recibí una vez presentado mi trabajo fue que estoy haciendo bien las cosas y que la representación que hago es digna de mi casa de estudios. 

La aventura no termina aquí, pero contarles todo lo que viví en las hermosas tierras de Camagüey, a todos los personajes que conocí que aportaron grandes beneficios a mi formación profesional, como la profesora Madiu, me llevaría más de 1,200 palabras más. Pero como dice una canción de Orishas, “y volveré, porque siempre se vuelve, aunque pasen los años”.

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DE LA CULTURA POP A LA LITERATURA

Por: Miguel Ángel Flores Hernández Estudiante de la Licenciatura en Estudios Liberales

Era por ahí del 94. El boom futbolero, materializado por la mascota Stricker del mundial de futbol de Estados Unidos, se plasmaba en millones artículos conmemorativos, que iban desde un botón, hasta en el desayuno, acompañando al Tigre Toño a Pancho Pantera, y no recuerdo si a los cereales de la CONASUPO, tienda cien por ciento nacional. Jorge Campos, por su parte, saltaba al terreno de juego envuelto en un uniforme colorido, asimétrico, enorme, pero con la mejor actitud, ovacionado por la multitud: toda una alegoría del folclor mexicano. Mi mayor preocupación era ganar o cambiar los tazos repetidos que salían en las bolsas metálicas de aire, que en ocasiones contenían una que otra papa Sabritas.

Todo transcurría en santa paz. Hasta que un sábado por la tarde, apareció él: un rostro desfigurado por las quemaduras, garras de acero, suéter mejor combinado que el uniforme de Campos, con un sentido del humor grotesco, sombrero negro y al parecer con una declaratoria de guerra por ser más popular que el inocente perrito mundialista. Su nombre Freddy, su apellido Kruegger. En cuestiones musicales, no era muy distinto el ambiente. Ya que cinco jóvenes greñudos, con los cabellos parados, hipnotizados por un riff pegajoso, de negra vestimenta, le cantaban al Viento, en una locación que bien podría ser un pasaje de una pesadilla de Kruegger: los Caifanes aparecerían en mi vida, para no irse jamás. Pero el tiempo no perdona ni a la memoria. Son como rivales. De a poco Freddy se esfumó de mis pesadillas, los Caifanes esperarían en mi mente hasta la adolescencia. Para entonces, las Tortugas ninja, Gokú, Caló y el Gato GC se disputaban mis pensamientos y el dinero de mis padres.

Fue hasta la secundaria en donde Freddy y los Caifanes se volvieron caricaturas, comparados con el maestro del terror: Edgar Allan Poe y con los chicos realmente tristes: Radiohead. Así comenzó mi gusto por la lectura. Lo que me llevó a escribir y a ganar el VIII Concurso Literario Luvina, en la categoría cuento corto, el Concurso de Microcuentos acerca de la Discriminación, organizado por la Maestría en Estudios Literarios de la Universidad de Guadalajara y el Segundo Concurso de Poesía, organizado por Casa CEM y la Editorial Proyección Literaria. Es decir, que mi cerebro es una licuadora, en donde se mezcla la cultura pop de los noventa, el rock, las pesadillas, los tazos, el futbol, la Literatura y por supuesto el Gato GC. Nada original, pues.

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UNIVERSIADA 2018

Por: Nicolás Velázquez González Estudiante de Nanotecnología

Mi vida en el deporte empezó hace casi 6 años. Es extraño como un suceso tan insignificante puede cambiar tu vida. Estaba en la preparatoria esperando la clase de matemáticas en mi salón, pasó el tiempo de tolerancia y éramos libres por dos horas. Unas compañeras nos llevaron al gimnasio donde estaban jugando voleibol, ellas ya jugaban, así que nos estaban ganando. Primera vez que toqué el balón de vóley, me rebota mal y me pega en la cara, obviamente me encontraba apenado pero seguía jugando aunque era una total basura. Para mis otros compañeros era algo natural, los que siempre iban a jugar yo los veía como profesionales. 

Después, se hizo una costumbre de mi salón ir a jugar, todos se metieron a entrenar pero yo no me metí porque no sentía que tuviera la habilidad para ese deporte. Pero tiempo después iba mejorando, esto fue lo primero que el deporte me enseñó, perseverancia.

Después me metí al voleibol de playa en el CODE que estaba al lado de mi escuela en el Polideportivo Revolución, la que siento como mi segunda casa. Una cosa que me di cuenta cuando empecé, es que mucha gente te echa de menos hasta que ganes algo. Inicie en escuelas deportivas donde después de 5 meses me subieron a prospectos. Fue ahí donde mejoré muy rápido, hasta a mí me sorprendió, esos son los frutos de ser constante. Era mi primer año entrenando para la Olimpiada Nacional. Estaba entusiasmado en  llegar a ser parte de la selección Jalisco, da mucho orgullo y además respeto por parte de otros deportistas, pero al final no me llevaron por falta de experiencia. Evidentemente esto fue un golpe muy fuerte, pero a pesar de esto, seguía avanzando en el deporte y llegué a un 5to en un torneo importante. 

Llegó el año presente, entré al CUTonalá a la carrera de Nanotecnología. Me integré con la selección de playa de la UdeG y entrenamos en la Unidad Revolución, como dato curioso está a dos horas del CUTonalá,  perdía 10 horas a la semana para ir a entrenar. Llegó el regional de playa aquí en Guadalajara, estaba extremadamente nervioso, tanto que perdimos el último partido, el partido más importante. Con esto hubiera concluido el proceso de la Universiada pero recibimos un mensaje de que el otro equipo quedó descalificado, estábamos felices pero conscientes que había mucho que mejorar. 

Llegó la semana del Nacional, no estábamos pronosticados para una medalla, ni siquiera para pasar a la siguiente ronda, nadie en el torneo me conocía, era prácticamente nuevo en este mundo. Llegó el primer partido contra la UABC y por sorpresa mía ganamos. Siguiente partido fue contra la URN el cabeza de grupo, este partido fue el que menos me gustó jugar, hubo mucha lluvia, aire y palabras negativas por parte del otro equipo, pero eso no fue suficiente para ser derrotados. El siguiente partido lo ganamos y pasamos, todos nos felicitaban, estábamos contento con los resultados y cómo jugamos. El siguiente partido fue algo difícil, jugamos contra los anfitriones, la porra de ellos estaba muy grande. Nos fuimos a tres sets, en ese momento, se empezó a escuchar más la porra de los Leones Negros. Estaban ahí metodólogos, médicos, deportistas de la UdeG, íbamos ganando 14 a 13, a un punto de la semifinal, en ese momento mi entrenador pidió tiempo y me dijo algo que me motivó por completo “Por ti llegamos a cuartos, y por ti llegaremos a semis”, en ese momento regresé a mi lugar en la cancha, con toda la tranquilidad que pude tener e hice el punto. Estábamos en zona de medalla, mi compañero y yo estuvimos hablando de cómo jugar lo que restaba del día. El siguiente día nuestro juego de semifinal fue contra la UAS, el equipo más fuerte del torneo y los que llegaron a ganar oro en esta competencia. Después fue el partido de bronce, puedo decir con certeza que nunca había estado tan nervioso. El primer set perdimos por lo mínimo, teníamos que regresar más fuerte que nunca el siguiente set, pero simplemente no pude al inicio. Llegamos a estar perdiendo 2 a 8,  prácticamente estábamos derrotados, pero no podía dejar abajo a mi compañero o a mi entrenador, tampoco dejar en vano los sacrificios que tuve durante el ciclo. Intenté suprimir mis nervios, remontamos y ganamos el set. El tercer set fue un poco más apretado, ellos tuvieron ventaja de 4 al inicio, luego nosotros de 2, al final empatamos. En la recta final íbamos 14 a 12, nos hicieron un punto después en la recuperación, era su turno al saque y regalamos el punto. Después de eso mi compañero bloquea el balón, en ese momento me cayó de golpe el hecho de que ganamos ¡Ganamos una medalla! Grité de la emoción, fui con el otro equipo a agradecerles por el buen partido que dieron. Después de eso fui a correr a abrazar a mi entrenador que en todo momento me decía que si podíamos ganar algo en esta Universiada. Después de eso me senté y empecé a llorar de la felicidad, pensando en todos los momentos que sentía que no daban resultado los entrenamientos, en todos los que no pensaban que íbamos a lograr algo, pero también en todos mis amigos y compañeros que sí creyeron. Después de esto fue la entrega de medallas,  felices todos y posando para las fotos. 

Es surreal pensar que esto tal vez no hubiera pasado si hubiera tenido clases ese día.

#Universiada2018 #MedallaBronce #OrgulloCUT

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STUDENT ENERGY AT UDEG

Por: Naomi Monserrat Aguirre Rivera 

Estudiante de Ingeniería en Energía

El año pasado la organización Student Energy organizó su 5ª Cumbre Internacional de Energía en Mérida, Yucatán. Más de 600 estudiantes de 85 países nos vimos reunidos para analizar y trabajar juntos para lograr un futuro de energía sostenible. Varios ponentes y líderes de los sectores público y privado nos dieron una profunda inmersión en el sistema energético actual y nos ayudaron a generar una lluvia de ideas para innovar en el mercado de la energía. Fue un evento mágico lleno de conocimiento, en donde tuvimos la oportunidad de asistir 15 estudiantes del Centro Universitario de Tonalá. 

A partir de la Cumbre, las ganas de hacer más por el futuro de la energía en nuestro país quedó sembrada en varios de nosotros, aún frescos de conocimiento y con motivación nos dimos a la tarea de emprender los trámites para que la organización nos cediera un Chapter. Un Chapter es una de las formas en las que puedes involucrarte con la organización, la misma te sede derechos sobre su branding, te apoya con varias herramientas y conocimiento para que puedas hacer eventos, talleres y demás, con el propósito que funjas como un canal de conocimiento entre estudiantes de todo el mundo, compartiendo información energética confiable e imparcial. 

Nuestra petición tardó un tiempo en ser escuchada, de no haber sido por la persistencia de uno de nuestros compañeros José González, nunca abríamos podido consolidar el capítulo Student Energy at UdeG, a partir de ese momento empezamos a trabajar para ser el capítulo número 1 a nivel mundial (como lo somos ahora), con un equipo algo grande conformado por varios estudiantes del CUT. Axell Sutton, Nadia Ruelas, Alexa Becerra, Luis Gustavo, Sergio Campos, César Hernández, Sebastián Arce, Diego Rivera, por supuesto José González  y su servidora, Naomi Aguirre. Iniciamos actividades oficialmente el 22 de febrero y desde entonces no hemos parado, tenemos presencia en varios centros de la red universitaria, hemos estado en eventos de talla mundial como Talent Land, Forum SE4ALL, MIREC y tenemos planes de estar en muchos otros más. 

 Así es como nace Student Energy at UdeG. Pretendemos crear la próxima generación de líderes en el sector energético, únete al movimiento. 

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CLIMATOLOGÍA PARA DUMMIES

Por: Max Aragón Cerecedes

Estudiante de Ingeniería en Energía

Talent Land fue un festival de innovación, ciencia, tecnología y un poco de arte. Por primera vez, se lanzó la convocatoria para participar en el denominado Reto Eureka, que tenía el objetivo de colaborar con el museo de ciencias ambientales para desarrollar una exhibición interactiva que mostrara el impacto del hombre en el medio ambiente a un grupo objetivo de niños y jóvenes de 12 a 18 años de edad. 

Antes de narrar mi experiencia, me gustaría enfatizar el hecho de que los museos son espacios de aprendizaje y diversión. La tendencia nos demuestra que en la era de la información rápida, debemos ser altamente capaces de mostrar ciencia de fácil digestión y comprensión, y justo por eso, considero que el proyecto que presenté junto a mi hermana y la maestra Lariza, resultó ganador.  

El cambio climático siempre ha existido y siempre existirá, las variables que lo ocasionan aún no las logramos determinar. Para ser más precisos, los modelos computacionales que buscan predecir el comportamiento del clima planetario a través de simulaciones y estimaciones de la temperatura atmosférica, no han tenido éxito en los últimos 20 años. Por fortuna, existe el CO2, un gas de efecto invernadero proveniente principalmente de la utilización de combustibles fósiles y al que le hemos atribuido la rápida modificación del clima a nivel global.

Es por esto, que, para nuestra exhibición, quisimos crear un cuarto esférico de completa inmersión, es decir, desde el exterior, será visto como una representación a escala de nuestro planeta, el cual, queremos que sea pintando a mano por artistas locales. Por dentro, tenemos la intención de causar sorpresa con el tapizado interior de 22 pantallas flexibles que proyectarán un audiovisual de 6 minutos, en el que se mostrarán eventos en orden cronológico en los que el hombre, a través de sus actividades industriales y vehiculares ha emitido una alta cantidad de CO2, desencadenado un desequilibrio ecológico. Simultáneamente a la proyección del cortometraje, se utilizará una máquina de humo, aromas con olor a bosque, la temperatura interna se vera modificada y, además, habrá objetos voladores autónomos y ultraligeros, que imitarán a unas mariposas. 

En tan sólo 6 minutos, fuimos capaces de mostrar al público temas de calidad del aire, adaptación de especies, temperatura atmosférica, conservación del agua y ciclo del CO2. Todo, de una manera multisensorial, con el objetivo de elevar la emoción del espectador, para que, al finalizar, se acerque al stand informativo que se encontrará fuera del cuarto, y que tendrá un catálogo con las carreras que ofrece la UdeG relacionadas al medio ambiente. Queremos inspirar a las generaciones venideras a ser parte del planeta que todos queremos.

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Una victoria indiscutible

Por Ana Rosa Jauregui Pascual Estudiante de la Licenciatura en Gerontología

Practicar algún deporte para mí significa un gran reto, es algo que disfruto día con día y que me ha ayudado a aprender y mejorar diferentes aspectos de mi vida personal. Siempre he creído que para lograr cualquier cosa que se tiene en mente es necesario el sacrificio, el esfuerzo, constancia, disciplina, entrega; esto es el boxeo. 

Fue en el mes de agosto que vi la invitación en redes sociales para los deportistas en equipo o individuales que quisieran participar; después de unos días de pensarlo me decidí a inscribirme. Hace dos años había intentado participar, la primera vez no se pudo porque al pedir informes me dijeron que solo eran deportes en equipo; la segunda vez fui a preguntar pero ya había pasado la etapa de Intercentros y fue hasta 2017 que pude participar formando parte de la selección CUT.

Durante el mes de septiembre, octubre y los 8 primeros días de noviembre me estuve preparando; mi entrenamiento consistió en asistir de 5:00 a.m. a 6:45 a.m. al gimnasio, a las 6:00 p.m. iba a correr 45 minutos al parque San Rafael y de 7:00 p.m. a 9:00 p.m. entrenamiento de box de lunes a viernes; si algún día faltaba a alguno de los entrenamientos lo recuperaba el sábado o domingo.

 Durante este tiempo me fue difícil, pues a veces no alcanzaba a terminar todo el entrenamiento a causa de otros compromisos y responsabilidades; lo cual llegaba a desmotivarme y a pensar en no seguir adelantarte; pero algo en mi interior me impulsaba a seguir, a no darme por vencida en nada, a esforzarme más; recordaba los sacrificios que había tenido que pasar para llegar hasta donde estaba y eso me impulsaba, esa fuerza interior fue la que nunca me dejó caer.

Jueves 09 de noviembre de 2017, ese día llegué a las instalaciones del CDU al gimnasio de box y lo primero que hice fue formarme para que checaran mis signos vitales que resultaron dentro de lo normal, me sentía tranquila y emocionada a la vez, después me llevaron al baño de mujeres para pesarme con la menor cantidad de ropa y así tener el peso exacto el cual resultó 59.900 kg; dar el peso es parte fundamental en deportes de contacto para que sea equitativo el combate y no tengan ventaja alguno de los contrincantes.

Mientras hacían los roles de los combates fui a desayunar con mi compañero y buen amigo Carlos Sandoval, su abuelo y uno de sus amigos; estuvimos platicando de la preparación que llevamos, compartiendo ideas y experiencias. Regresamos al gimnasio y a las 11:30 a.m. dieron los roles, yo fui la tercera, me tocó con una muchacha de CULagos, ella era más pesada que yo por varios kilos; el profe Arturo al darse cuenta me preguntó si quería seguir adelante porque era mucha la diferencia, yo sentía tanta emoción y adrenalina que acepté seguir adelante, solo me quedaba confiar en mi preparación; siempre la confianza en ti mismo es realmente importante, pues por más que te hayas preparado, si no crees que lo puedes lograr será lo que pasará, y no solo en los deportes, sino en cualquier cosa que nos propongamos hacer en la vida.

Los combates para las mujeres son 3 rounds de 2 minutos cada uno; el nuestro duró aproximadamente 46 segundos, desde el inicio comencé fuerte, tirando golpes y moviéndome, hice lo que estuve trabajando; de ella no recuerdo algún golpe, a la hora de dar el resultado me sentí muy emocionada pues era algo que había buscado desde hace tiempo, tanto la oportunidad de participar como la victoria. Ahora formo parte de la selección UdeG; actualmente me sigo preparando para la siguiente competencia que es el selectivo rumbo a la Universiada y la Universiada Nacional en las cuales mi objetivo es ganar.

Agradezco la oportunidad y el apoyo que me dio el CUT, al profe Arturo y a Zeipay, que estuvieron apoyándonos en todo momento durante la competencia y quisiera aprovechar este medio para invitar a la comunidad estudiantil a darse la oportunidad de descubrir su talento deportivo, ya que trae grandes beneficios a la vida de quien se permite vivir esta fascinante experiencia

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Una gran aventura espacial

Por Carlos Felipe Ávila Gómez. Estudiante de Ingeniería en Nanotecnología.

Era la madrugada del 29 de octubre de 2017, y dentro de mí iniciaba un nerviosismo y emoción que no había sentido desde hace tiempo. Ni siquiera cuando anunciaron que asistiría a un Programa Espacial en la NASA. Me preguntaba ¿por qué yo?, ¿por qué ahora?, ¿por qué no después? Estaba consciente del trabajo que se realizó anteriormente para poder llegar hasta donde nos encontrábamos. Sin embargo, me costaba trabajo asimilar el hecho de llegar al punto donde el anhelo de un niño que miraba al cielo preguntando el cómo y por qué de la vida, sea hoy realidad.

La verdad, esta es una breve historia, como la tuya o la de tu compañero de clase, solo dos tonos más abajo, en la que tropecé y caí, para poder volar. Fueron 6 días los que me encontré en el International Air and Space Program, 6 días que no olvidaré durante toda la vida.

El origen de esta odisea inició en el avión, donde con la vista en la ventanilla y al ver cómo rápidamente el cielo conquistaba por completo aquel espacio, me di cuenta de lo que estaba sucediendo y que solamente quedaba afrontarlo con inteligencia, seguridad y confianza, tanto en aquellas personas que disfrutamos de esta gran experiencia (y que agradezco se hayan encontrado ahí), como en mí mismo. El primer día, afortunadamente fue libre para visitar, descansar y disfrutar la estancia; fuimos a comer la primera hamburguesa en la semana y posteriormente caminamos junto a un lago.

En lo personal, vive fuertemente en mí un tramo de ésa silenciosa caminata junto al lago que pasé con Valeria, con quien tengo una hermosa y larga relación, ya que reconocimos que esa semana sería pesada y que sería poco el tiempo entre nosotros por más que quisiéramos. Esa noche nos dividieron en equipos y dieron instrucciones: trabajar en un proyecto para llegar a ‘‘Europa’’ (satélite natural de Júpiter) visitar y trabajar en la NASA, pilotear, bucear, ir a un túnel de viento, crear un ‘’Rover’’ a escala y un cohete propulsado. ¡Todo en 5 días!, fue ahí cuando nos miramos desconcertados. El lunes a primera hora empezaría el trabajo duro.

Con el paso de los días, pasamos de dormir a la 1:00 a.m. a prácticamente no dormir en los últimos momentos ya que a las 5:30 a.m. empezaban labores. La creación del cohete  fue el primer trabajo que realizamos dentro de la NASA. Para ello, los coordinadores nos dieron instrucciones para no cometer errores en el proceso de su construcción y pudiéramos elegir el modelo que creímos funcionaría mejor. Lamentablemente, al día siguiente en pista, nuestro cohete perdió el equilibrio y explotó después de la primera etapa de lanzamiento, amenazando a las personas que se encontraban cerca de donde se desplomó.

Viendo el resultado obtenido, perdimos la esperanza de estar dentro de los primeros tres lugares. No obstante, todo cambió conforme las horas pasaron. La sesión de vuelo fue fascinante. De pequeño esperaba ser piloto y dirigir las alas por los aires, ese momento fue increíble.

El miércoles fue día que vivimos más intensamente, ya que esa tarde, conocimos al primer astronauta Latinoamericano, Dr. Chang-Díaz, de origen Costarricense. Platicó sobre cómo se convirtió en astronauta y sobre su proyecto, que ha trabajado durante más de 40 años. Para el viaje llevé mí libro “El cosechador de estrellas”, del astronauta estadounidense con raíces mexicanas, José Hernández, el cual tiene una fotografía de Chang-Díaz, quien, al encontrarme junto a él, con gusto autografió. Ése momento fue algo sin precedente dentro de mí.

Al día siguiente, el buceo fue una gran experiencia. Esta actividad me pareció impresionante y llena de acción, fue de las que más me gustaron y volvería a realizar.  La construcción del Rover fue bastante amena. Tuvimos problemas al momento de su prueba, pero el trabajo en equipo se vio reflejado en esos momentos de forma real y natural. Dichosa y curiosamente, mi equipo resultó ganador del primer lugar del Programa, fue algo que no esperábamos para nada a pesar de entregar un buen proyecto final.

Al final, agotado, frustrado, presionado y con la preocupación de ganar, siento que todo resultó de una manera en la que despedirse de aquel estilo de vida del que no hubiera querido irme, no fue nada fácil. Me gustaría demasiado volver a verme sometido a trabajos de alto rendimiento, estrés y nerviosismo. Si bien me encontré con la presión y la exasperación de frente muchas veces, también hubo momentos de diversión, alegría, gran conocimiento y satisfacción que compartí con Valeria y con personas que ahora son muy importantes para mí, que sé, es lo que más vale al final de todo.

No olvidaré la respuesta que me dio el Dr. Chang-Diaz cuando pregunté si extrañaba algo del espacio, algo que realizó cada vez que iba allá arriba, lejos de todo: “Recuerdo una vez que me encontraba escuchando una sinfonía de Beethoven por una ventanilla viendo hacia la Tierra, justamente cuando íbamos pasando encima de África, había relámpagos y nubes a la vez que el tono de la canción aumentaba y se hacía más abismal. Cuando al fin dejamos atrás África y sus relámpagos, el sol se asomó por una orilla de la Tierra, al tiempo que la sinfonía se tornaba más relajante”, por último, mirándome con una sonrisa añadió “cuando vayas al espacio, escúchala”.

Me gustaría tener la oportunidad de volver el tiempo atrás y disfrutar más esta experiencia. Dejar las presiones y ver ese momento, aunque no ganemos a la primera y nos equivoquemos, ¿qué mejor forma hay de vivir? Siempre hay algo para aprender y saber darle mayor importancia a los momentos buenos, que te hacen ver que todo valió la pena.

Agradezco a la Universidad de Guadalajara y AEXA todo el apoyo brindado, ha sido una experiencia que forjará un nuevo camino de todos los que asistimos. Fueron 6 días que no olvidaré durante toda la vida.

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Un verano con sabor a investigación

Por Kenia Torres. Estudiante de Historia del Arte.

Mi verano comenzó con una aventura que cambiaría mis expectativas académicas y de vida.

Soy estudiante de la Licenciatura en Historia del Arte en el CUT, participé en el XXII Verano de Investigación Científica y Tecnológica del Pacifico (Programa Delfín), el cual desde que comenzó hasta su final, me dejó como aprendizaje que la constancia y la responsabilidad son esenciales para obtener lo que se quiere.

Todo inició con una búsqueda: tenía que encontrar un investigador para realizar mi estancia en algún estado de la República Mexicana, no fue fácil; sin embargo, decidí irme al estado de Puebla, dónde la Dra. Alicia Ramírez de la BUAP me recibió; “Literatura de Género” era la línea de investigación. El día de mi llegada a la Facultad de Filosofía y letras, el campus en el cual realizaría la mayoría de mis actividades, fue tan esperado que no pude evitar sentir nervios, por lo incierto que las nuevas experiencias te brindan como el vivir sola, en otra ciudad, con gente distinta y con otras costumbres, así como entusiasmo, porque sabía que conocería nuevos rostros, adquiriría nuevos conocimientos y afrontaría un nuevo reto, esta vez con sabor a investigación.

Durante mi estancia pude participar en un seminario impartido por la Dra. Milagro Martín de la Universidad de Salamanca, España; asistí a clases dónde nos enseñaron teoría de género y nos mostraron los pasos a seguir para realizar un protocolo de investigación; conocí el olor de los libros resguardados en los estantes de las Bibliotecas de la Universidad de Puebla y obtuve mi primer experiencia dentro de archivo, experiencia inolvidable que se dio en la Biblioteca Histórica José María Lafragua; lugar que vio nacer mi tema de investigación y fomentó más mi gusto por dicha actividad.

Redactar, leer, revisar y analizar, fueron actividades llevadas a cabo a diario para poder concretar el proyecto planteado a mi investigadora. Con el tema perfectamente delimitado, comencé a escribir y a abrirme a nuevos objetos de estudio, nuevas teorías que apoyaban mi hipótesis y nuevas formas de entender la historia y el arte. Participar en este tipo de eventos; no solo te abre el panorama a nuevas posibilidades de investigación, también te enseña a conectarte con otras disciplinas que colaboran mutuamente y se complementan; en mi caso: la literatura, la historia y el arte.

También, el interactuar con personas inmersas en el campo de las humanidades fue enriquecedor, porque me aportó perspectivas distintas; mis compañeros y amigos, personas que con el tiempo se fueron ganando mi confianza, amistad y respeto: Karen, Alfredo, David, Julia, Fátima, Esdras y Eli, mi profesora, que alimentó las ganas de conocimiento y fomentó un entusiasmo mayor por aprender sobre género e investigación.

Mi trabajo de investigación, elaborado durante los dos meses de estancia en Puebla, se pudo concretar con la ponencia “La formación de la mujer mexicana en los años de 1940 y 1950 a través de los medios impresos: análisis del discurso de la revista Mignon”. Trabajo expuesto en el congreso realizado en Nuevo Vallarta, en donde tuve la oportunidad de convivir con chicos de otros estados y universidades, participar en el taller de artesanía huichol, así como disfrutar de las fiestas temáticas que nos brindaron en el Hotel.

Esta experiencia que me brindó el Centro Universitario de Tonalá, el comité Delfín y todas aquellas personas encargadas de organizar este evento, trazó una nueva línea a seguir, una nueva forma de saborear la historia del arte.