Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
He estado asimilando la idea que quizá pase el resto de mi vida soltera y no lo digo desde la carencia ni la autocompasion, es una convicción de que no estoy dispuesta a vincularme con alguien que tenga un concepto diferente al mío del verbo "amar" es solo aceptar lo armónico, el equilibrio divino entre dos almas.
¿Me gustaría tener un cómplice para el resto de mis días? Natural y humanamente sí pero no me siento atada al pensamiento de vivir en pareja.
Mi alma ha transitado tantos abismos y resurgido tantas veces de las cenizas que valoro los colores de mis amaneceres y rechazo la idea de estar con alguien que traiga tormenta a mi isla con tal de no estar sola, no le tengo miedo a la soledad, le tengo aprecio. En mi soledad termino y comenzó todo, en mi soledad me he destruido, sanado, conocido y amado. Hice de mi misma mi mejor y más segura compañía, no necesito a un hombre a mi lado pero si su presencia es tan o más placentera que mi soledad quizá me guste ver los atardeceres tomados de la mano. No hay algo material o inmaterial que un varón pueda darme que no sepa otorgarme a mi misma, no dependo.
Y para el caso como un hombre puede complementarme no es con algo que pueda ser comprado o fingido, solo acepto aquel que me de la eternidad. Una conexión mágica, cósmica e intangible pero real.
No soy un hueco que espera a ser llenado, soy un mundo que tiene apertura a compartir con otro ser igual de completo y que sus ideales no me desordenen, que la unión sea armoniosa, sinergica, un big bang de las emociones más divinas con la calma como centro. No quiero que seamos euforia, seremos descanso y un sinónimo de hogar.
No me siento atra��da por el hombre exuberante capaz de llenarme de materiales por aprobación social o saciar su propio ego. No son diamantes ni perfumes lo que conquista mi corazón.
Me parece irresistible aquel hombre de sentimientos nobles, con humildad y modestia con principios inquebrantables y valores sólidos. Que no tenga ganas de jugar y que su lealtad esté a la altura de la mía. Una joya extraordinaria disfrazada de algo normal.
No quiero pasar horas estredada frente al espejo arreglando mi cabello preguntándome si aquel vestido rojo ajustado lo pondrá nervioso, prefiero estar tan segura a su lado que si estoy sin maquillaje y en pijama me siga viendo como la mujer más hermosa ante sus ojos, que lo cotidiano sea especial solo porque somos los protagonistas.
1 note
·
View note