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Eco Feminismo Radical
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ecofeminismoradical-blog · 7 years ago
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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SORORIDAD
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La sororidad es la solidaridad entre mujeres, aplicándola dentro de las comunidades feministas significa el apoyar a otras mujeres, escuchar sin juzgar, creer en ellas, amar a otras mujeres, abandonar la idea de que entre mujeres son enemigas, renunciar a la competencia entre mujeres.
Ahora bien, ser sorora no significa solapar la violencias de otra mujer, aplicarle el feministometro, pasar por alto el lenguaje sexista, permitir que se ataque a otras o que se defiendan machos.
Ser sorora es estar a favor de las mujeres, del empoderamiento y crecimiento, con bases y análisis, estar en constante desconstrucción de todo TODO lo que hacemos para reeplantearlo desde el feminismo.
Las feministas no somos santas, no tenemos porque ser pacientes, lindas y “educadas” todo el tiempo, somos mujeres que a veces perdemos la paciencia ante tanto explicar situaciones de violencia. No tenemos porque ser la Madre Teresa de Calcuta para agradar a otras mujeres ni a los hombres. La información esta al alcance de toda aquella que tiene un celular con internet... si accesamos a Facebook podemos accesar a la información, no seamos inocentes, ni solapemos la ignorancia de algunas.
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Nutrición para el ciclo menstrual
Escrito por: Sarahi Leos
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Primero, debemos estar conscientes de que el cuerpo humano pasa por cambios fisiológicos continuamente, en el caso de la mujer existen dos cambios abruptos, la pubertad al tener la primera menstruacion y a menopausia que marca el fin de la misma. La mujeres producimos gametos (células sexuales) cada 28 días en promedio a lo que le llamamos ciclo menstrual en el cual ocurren varios cambios, dicho ciclo lo dividimos en tres fases principales y la menstruacion para poder comprenderlo mejor y dentro de cada una de estas fases nuestro cuerpo pasa por diferentes cambios, necesidades, capacidades y  conforme a estos cambios y necesidades nuestro cuerpo pide vitaminas y minerales específicos por eso hoy hablaremos de los alimentos mas recomendables y los que pueden causar algun malestar o desorden hormonal en cada una de las fases (Folicular, Ovulatoria y Lutea) 
Primera fase: Folicular o pre-ovulatoria. Es donde comienza el ciclo, los días despues de que termina la menstruacion, se le llama así porque forman los folículos donde se van a desarrollar los óvulos, se crea una nueva capa del endometrio y se estimula la formación de moco cervical fértil. Por todo el trabajo que se tiene que hacer en esta fase aumenta la producción de estrogenos lo que causa un aumento en la sensibilidad a la insulina (mayor tolerancia a los carbohidratos) utilizando estos como principal fuente de energía, disminuyendo así la quema de grasa, de igual manera el metabolismo disminuye en esta fase alcanzando su punto mas bajo una semana antes de la ovulación sin embargo el cuerpo es muy sabio y se aumenta la sensibilidad a la leptina, hormona que mantiene nuestro apetito a raya, de igual manera nosotros podemos ayudar al cuerpo consumiendo alimentos como prebioticos y ricos en fibra. Durante esta fase tenemos mayor energía y es un momento adecuado para hacer ejercicios de fuerza y resistencia como pesas para el aumento de musculatura. 
Segunda fase: Ovulatoria En esta fase los niveles de estrogenos estarán en su mayor concentración, el nivel metabólico tambien se encontrara en su punto máximo por lo que es la época del mes en la que nos da mas hambre, la sensibilidad a la insulina disminuye y la capacidad de formar grasa aumenta por lo que la ingesta de carbohidratos debe bajar y la ingesta de grasa controlarse, lo mejor para esta etapa es una dieta balanceada así como aumentar el consumo de frutas y verduras, sobre todo frescas, en cuanto al entrenamiento el hecho de que los niveles de estrogenos estén al máximo nos dará mayor fuerza lo que significa que es el momento adecuado para aumentar nuestros retos y romper nuestras marcas.
Tercera fase: Lutea En esta fase da paso al temido periodo premenstrual que llega acompañado de un aumento en la retención de líquidos disminución de estrogenos a su punto mas bajo o sea la sensibilidad a la insulina disminuye y con ello llegan los antojos de carbohidratos y de igual manera disminuye la sensibilidad a la leptina por lo que nuestro apetito aumenta y una mayor capacidad de almacenar grasa que se contraresta usando esta como principal fuente de energía. Aquí tambien disminuye la producción de serotonina que causa estados de animo bajos e incluso irritabilidad. La buena noticia es que podemos potenciar el poder saciante de las proteínas para calmar el aumento de apetito, consumir alimentos ricos en vitaminas del grupo B sobretodo B6 para aumentar la producción de serotonina, hojas verdes, quinoa, para un consumo de calcio y magnesio que ayudan a regular las hormonas y muy importante el consumo de fibra para favorecer la eliminar el exceso de estrogeno en nuestro cuerpo, alimentos como la curcuma se relacionan con la reducción de dolores menstruales y disminución de inflamación, disminuye el consumo de sodio y alimentos procesados. En este punto de recomienda disminuir la intensidad de tu ejercicio y localizarse en la utilización de grasas como fuente de energía es momento de hacer ejercicio aerobico. 
Menstruación: Se retienen menos líquidos, va aumentando la sensibilidad a la insulina, tu actividad metabólica se estabiliza, tu fuerza y resistencia se encuentran en una escala normal en resumen todo se ajusta, por ello los alimentos ricos en ácidos grasos omega 3 como el salmón, aguacate y semillas nos ayudaran a mantener un estado de animo estable, al igual que alimentos ricos en vitamina A para ayudar al hígado a procesar el estrogeno y mantenernos en equilibrio. Recuerden, no se trata de comer estos alimentos solo en las fases que se recomiendan mas bien de aumentar el consumo de estos. Lo mejor es escuchar al cuerpo y darle lo que necesita para que te mantengas activa y en un mejor estado en cada una de las fases. 
Lista de productos recomendados
Frijoles: Buena fuente de vitaminas del complejo B, alto contenido de fibra Vegetales verdes: Ricos en calcio, magnesio y potasio, reducen la irritabilidad y relaja las emociones. Previenen el sangrado excesivo por su contenido de vitamina K.  Ácidos grasos omega 3: Disminuyen las contracciones musculares (cólicos). Piña: Alto contenido de manganeso y bromelina que ayudan al flujo menstrual y relajan los músculos por consiguiente disminuyen los dolores menstruales. Té de jengibre: Ayuda a disminuir la distencion abdominal. Agua: Previene la retención de líquidos Hierro: Disminuye el riesgo de anemia y es un mineral importante para la ovulación. Granos enteros: Fuente de magnesio, vitaminas del complejo B y vitamina E para evitar la fatiga y depresión. Alimentos a evitar Cafeína: Estrecha los vasos sanguíneos, deshidrata. Alimentos procesados: Altos en sodio Fritos: La grasa impulsa los niveles de estrogeno Azúcar: Generan cansancio e irritación. 
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Mi esposa se divorció de mi por dejar los trastes en el fregadero
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Es más que un plato de cereal.
Mi esposa se divorció de mí porque a veces dejo los platos en el fregadero. Parece tan poco razonable cuando lo pones de esa manera. Ella lo hacía parecer ridículo y me hacía parecer como una víctima de las expectativas desleales.
Nos gusta señalar con el dedo a otras cosas para explicar por qué algo salió mal, como cuando Biff Tannen estrelló el coche de George McFly y cerveza derramada en su ropa, pero era toda culpa de George por no decirle que el coche tenía un punto ciego.
Esta mala cosa ocurrió a causa de esto, aquello y lo otro - no por lo que hice.
A veces dejo de vasos usados ​​por el fregadero de la cocina, a sólo pulgadas de distancia de la lavadora de platos. No es un gran problema para mí ahora. No fue un gran problema para mí cuando estaba casado. Pero fue una gran cosa para ella.
Cada vez que caminaba a la cocina y encontraba un vaso de agua por el fregadero, se movía de forma incremental más cerca de irse (de la casa) y poner fin a nuestro matrimonio. Yo no lo sabía todavía. Pero incluso si lo hubiera hecho, me temo que no habría trabajado tan duro para cambiar mi comportamiento como me hubiera obstinado tratando de hacerla  ver las cosas a mi manera.
La expresión "para cortar la nariz a pesar de su cara" se ha creado para tales ocasiones.
Los hombres no son niños, a pesar de que nos comportamos como ellos.
Sentirse respetado por los demás es importante para los hombres.
Sentirse respetado por la esposa de uno es esencial para vivir una vida útil y significativa. Tal vez pensaba que mi esposa me debe respetar simplemente porque intercambié votos con ella. No sería la primera vez que actuó como si tuviera derecho. Una cosa que sé con certeza es que no he conectado poner un plato en el lavavajillas con ganar el respeto de mi esposa.
Ayer, he respondido a un comentario en el que alguien sugirió cosas las esposas y madres pueden hacer para ayudar a los hombres como una rama de olivo en lugar de culpar a los hombres por cada ruptura matrimonial. Pero recuerdo a mi esposa a menudo diciendo lo agotador que era para que ella tenga que decirme qué hacer todo el tiempo.
Es por eso que la cosa más sexy que un hombre puede decir a su pareja es, "Tengo esto," y luego hacerse cargo de cualquier necesidad de atenciones.
Siempre razonaba: "Si me dices lo que quieres que haga, con mucho gusto lo haré."
Pero ella no quería ser mi madre; que quería ser mi pareja, y ella quería que yo aplicara todo de mi inteligencia y capacidades de aprendizaje a la logística de la gestión de nuestras vidas y hogar.
Ella  quería que averiguara todo lo que había que hacer, y diseñar mi propio método de gestión de tareas.
Me gustaría poder recordar lo que parecía tan poco razonable acerca de eso en el momento.
Los hombres pueden hacer cosas.
Los hombres inventaron máquinas pesadas que pueden volar en el aire de forma fiable y segura. Los hombres probaron el modelo heliocéntrico del sistema solar, se establece que la Tierra gira alrededor del Sol. Los hombres diseñaron  y construyeron rascacielos, y tomaron el corazón y otros órganos humanos de las personas muertas y reemplazar los correspondientes órganos que no funcionan en el interior de las personas que viven, y luego esas personas permanecen vivos después. Lo cual es una locura.
Los hombres son totalmente bueno en la materia.
Los hombres son perfectamente capaces de hacer muchas de estas cosas nuestras mujeres se quejan. Lo que no somos buenos en ser psíquicos, o con precisión la predicción de cómo nuestras mujeres pueden sentir acerca de cualquier cosa dada, porque las respuestas emocionales de masculinos y femeninos tienden a diferir bastante drásticamente.
"Hey, Matt! ¿Por qué te dejará un vaso en el lavabo en vez de ponerlo en el lavavajillas?"
Muchas razones:
Es posible que quiera volver a utilizarlo.
No me importa si un vaso está colocado al lado del fregadero al menos que los clientes estén por venir. Nunca me  preocupo por una copa colocada junto al fregadero. Nunca. Es imposible. Es como pedirme hacerme el interesado en el ganchillo o para disfrutar de trabajar en el jardín. No quiero cosas  a crochet. Y es difícil para mí imaginar un escenario en el que hacer un montón de trabajo en mi patio suena más atractivo que cualquiera de los varios miles de cosas menos sucky que podría hacerse.
Sólo hay una razón por la que nunca voy a dejar ese vaso en el lavabo; una lección que aprendí demasiado tarde: Porque Amo y respeto a mi pareja, y lo que realmente le importa a ella. Yo entiendo que cuando dejaba  el vaso ahí, esto le dolía - literalmente, le causaba  dolor –porque esto se sentía como si yo le dijera, "Hey, yo no te respeto o valoro tus pensamientos y opiniones. No tomar cuatro segundos para poner el vaso en el lavavajillas es más importante para mí lo que eres ".
De repente, no se trata de algo tan benigno y sin sentido como un plato sucio. Ahora, es un acto significativo de amor y sacrificio, y realmente? Cuatro segundos? Esto no parece ser el tipo de cosa demasiado grande para hacer por la persona que se sacrifica al día para mí.
No tengo que entender por qué se preocupa tanto por ese vaso estúpido; Sólo tengo que entender y respetar lo que hace.
Entonces, el cuidado de ella = poner el vaso en el lavavajillas.
El cuidado de ella = no mantener su ropa en el suelo.
El cuidado de ella = cuidar de no ensuciar (tanto) el piso que ella tan duramente limpió.
El cuidado de ella = cuidar todos los detalles relacionados con los niñxs para lo que sólo pueda relajarse un poco y no preocuparse de nada.
El cuidado de ella = decir, "Oye nena. ¿Hay algo que pueda hacer hoy en casa que pueda hacer mejor tu día?"
El cuidado de ella = un millón de pequeñas cosas que dicen "Te amo" más de lo que las palabras pueden.
Sí, es así de sencillo
El hombre capaz de que el cambio de comportamiento - incluso cuando él no la entiende ni está de acuerdo con su proceso de pensamiento - puede tener una gran relación. Los hombres quieren luchar por su derecho a dejar que el vaso no.
Se podría tener este aspecto:
"Come …, esposa," pensamos. "Me sacrifico mucho por usted, y usted me la hace de jamón por un vaso en el lavabo? Esa pequeña bola de popo de cristal que lleva unos pocos segundos para poner en el lavavajillas, que lo haré con mucho gusto cuando haya he terminado con él, es tan importante para usted que desea darme una mierda al respecto? ¿Quieres tener una noche nada  tranquila y tener una discusión conmigo, y decirme  cómo que estoy haciendo algo mal y que te estoy fallando por este vaso?
Después de todas las grandes cosas que hago para hacer posible nuestra vida - cosas que nunca escuche un 'gracias' por ello (y no lo pido) - que va a elevar una copa en el lavabo en un problema de la unión (matrimonio)? Yo no podía hacerlo tan pequeño aunque quisiera. Y tengo que cavar los talones en este caso. Si desea el vaso en el lavavajillas, lo pone allí mismo sin decirme al respecto. De lo contrario, voy a poner a la basura cuando las personas son más próximos, o cuando he terminado con ella. Esta es una lucha de mierda que se siente injusto y no sólo voy a agacharse para usted”.
El hombre no quiere divorciarse de su esposa porque ella le molesta sobre la cosa de vidrio, que él piensa que es totalmente irracional. Él quiere que ella esté de acuerdo cuando se pone la vida en perspectiva, un vaso puede estar en el lavabo cuando nadie va a ver de todos modos, y la solución que lleva cuatro segundos, pero no es un gran problema.
Se debe reconocer lo insignificante y sin sentido es en el gran esquema de la vida, piensa, y él sigue esperando a que de acuerdo con él. Ella nunca estará de acuerdo con él, porque no se trata de la copa para ella. La situación de vidrio podría ser cualquier situación en la que no se siente apreciada y falta de respeto por su marido.
La esposa no quiere divorciarse de su marido porque él dejó el vaso usado en el lavabo.
Ella quería divorciarse de él porque ella sentía que no la respeta ni la apreciaba, lo que sugiere que él no la ama, y ​​ella no puede contar con él para ser su compañero de toda la vida. Ella no puede confiar en él. Ella no puede estar segura con él. Por lo tanto, tiene que salir y encontrar una nueva situación en la que puede sentirse contenta y segura.
En teoría, el hombre quiere pelear esta pelea porque él piensa que tiene razón (y estoy de acuerdo con él): El vidrio sucio no es más importante que la paz civil.
Si su esposa pensaba y sentía como él, que estaría en derecho a defenderse a sí mismo. Por desgracia, la mayoría de los chicos no saben que ella no está luchando sobre el cristal; ella está luchando por el reconocimiento, el respeto, la validación, y su amor.
Si sabía que - si comprendiera plenamente este secreto que nunca ha explicado a él de una manera que no la hace sonar loco (lo que le hace descartarlo como un momento pasajero intrascendente de emo-ción), y que esta situación de un vaso y todos los argumentos similares finalmente ponen fin a su matrimonio - que lo haría replantearse qué batallas eligió para luchar, y sería más propenso a tomar las cosas de acción haciendo que él entienda para hacer que su esposa se sienta amada y segura.
Muchas veces, las esposas no están de acuerdo conmigo. Ellos no creen que es posible que sus maridos no saben cómo sus acciones le hacen sentir porque ella lo ha dicho, a veces con lágrimas en los ojos, una y otra y otra vez lo molesto que es para ella y lo mucho que duele lo que hace.
Y esto es importante: Decir a un hombre algo que no tiene sentido para él una vez, o un millón de veces, no le hace "saber" algo. Bien o mal, nunca se sentiría herido si la misma situación se invierte de modo que no cree que a su mujer le deba doler. No creo que ella tenga el derecho a (y luego usarlo como un arma contra él), porque se siente injusto.
"Nunca me molesto con usted acerca de cosas que no me gustan!" es la razón de los hombres, como si sus esposas estuvieran eligiendo intencionalmente  sentir dolor y miserables. Cuando se elige amar a alguien, se convierte en su placer de hacer las cosas que mejoran sus vidas y que los acercan a estar juntos, en lugar de una tarea.
No es: Hijo de puta, tengo que hacer esta mier… de cosa para mi esposa de nuevo. Es: Estoy agradecido por otra oportunidad para demostrar a mi esposa que ella es lo primero y que puedo contar con ellos para estar allí para ella, y que no necesita ir a otro lugar para la felicidad y la plenitud.
Una vez que alguien se da cuenta de cómo ayudar a un hombre equiparar la situación del vaso (que no lo hace, y nunca lo hará, le afectará emocionalmente) hiriendo profundamente a su esposa y hacer que se sienta triste, solo, sin amor, abandonado, despreciado, con miedo; una vez que los hombres realmente captan eso y lo aceptan como cierto a pesar de que no tiene sentido para ellos
Todo cambia para siempre.
Texto extraído de: My Wife Divorced Me Because I Left The Dishes By The Sink
Traducido por: Laura Valencia
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Diciembre 2012 Fue publicado en ActitudFem hasta que me censuraron...
Hace seis meses comenzó en mi esta lucha, la batalla de ser mujer y exigir respeto contra viento y marea. Contra la sociedad machista, algunas veces en contra de las creencias y valores que me fueron inculcados en casa, contra amigos y sus chistes denigrantes, contra la publicidad que me exige ser una mujer que no quiero ni puedo ser, contra las expectativas y exigencias que tienen otros de mi. Decido ser la mujer que yo quiero ser, y me construyo todos los días a partir de mí, nunca a partir de los demás. Vivo en una sociedad violenta, en la que se invisibiliza el poder de la mujer e incluso se margina a quienes tenemos la valentía de levantar la voz. Mi ciudad es la numero uno en feminicidios en México, mi bella Ciudad Juárez. Hace un año, también numero uno en violencia. Muchos preguntan como están las cosas aquí, si me da miedo vivir en esta ciudad o porque no me he ido. Vivir con miedo ya es costumbre, todos los días me doy cuenta que hay nuevas pesquisas de mujeres desaparecidas, y nadie hace nada, muchos los saben, todos callan. Las mujeres en esta sociedad no somos más que objetos de intercambio, muñecas de aparador; afortunadamente este pensamientos esta cambiando, cada vez son mas mujeres y hombres que rompen las cadenas contra este sistema patriarcal, opresor, y reproductor de estereotipos que nos encasillan y no nos permiten vivir libremente; transitando entre la masculinidad y femineidad sin importar nuestro sexo biológico. Hombres y mujeres se aceptan, se conocen, se reivindican, aceptan sus fallas, se hacen conscientes, cambian su lenguaje y sus relaciones para caminar juntos por nuestros derechos. El machismo es un constructo social, se basa en exaltar las características masculinas haciendo a los hombres incapaces de aceptar su lado femenino; pues de hacerlo son motivo de burla y desprecio. “Un hombre no puede llorar, eso es de mujeres” ¿por qué ser o parecer mujer es tan despreciable ante nuestra sociedad? ¡Reivindiquemos nuestra posición! El fin de semana pasado salí a divertirme con mis amigas, fui la conductora designada y quise llevarlas a conocer las cantinas/barras del centro de nuestra ciudad. Anteriormente yo había ido con amigos (hombres) o con mi exnovio, nunca me faltaron al respeto ni en la calle ni en ningún bar. Éramos cuatro mujeres de entre 20 y 25 años, tres de nosotras vestíamos vestido corto, y una pantalón. Al llegar al estacionamiento caminamos por la calle para entrar al primer bar, el “Yankees”, cuando quisimos abrir la puerta un señor nos impidió el paso y dijo que ya estaba cerrado, una de mis amigas pidió permiso para entrar y solo saludar a un amigo, mientras que las demás esperamos afuera. Junto a nosotras habían dos hombres mas a una distancia de dos o tres metros, los habían sacado del bar, y no sabíamos porque. Uno de ellos se acercó a nosotras y nos pregunto con quien íbamos, yo le respondí que con un amigo que estaba adentro, el tipo estaba tomado y para ser sincera, sentí miedo. El encargado que no nos dejo entrar al bar, nos dijo que pasáramos, pues se dio cuenta que estábamos siendo molestadas; pero en es eso momento mi amiga salió y seguimos caminando al siguiente bar. Nos dirigíamos hacia el “Kentucky Bar” lugar famoso, por haber inventado las Margaritas, tuvimos la misma suerte, pues también estaba cerrado. Derrotadas por nuestra travesía decidimos regresar al carro e ir a cenar, teníamos que caminar cerca de 5 cuadras. Cuadras en las que fuimos acosadas, perseguidas e intimidadas por varios hombres. La primera fue por miradas de varios vendedores de cigarros, que nos seguían insistentemente, la segunda un hombre joven, que desde el otro lado de la calle nos gritaba cosas y pretendía llamar nuestra atención haciendo sonidos como “sssshhh ssshhht”. Apresuramos el paso, para llegar mas rápido al carro y huir del acoso, en la ultima cuadra había un par de Mariachis, algo dijeron que no entendimos, una de mis amigas grito: 
-“NO QUIERO TU PIROPO ¡QUIERO TU RESPETO!”
-Pinches viejas- Dijo uno de ellos Regrese un poco y grite: -¡¿Acaso no tienes madre, hijas?! -¡Mayate! -Simón, wey!- Termine por responder para unirme a mis amigas y finalmente irnos. Cabe resaltar que había varias personas a nuestro alrededor en la calle y nadie hizo nada. En México, se le dice “mayate” a un hombre que se viste de mujer o se prostituye. Yo uso el cabello corto, sin embargo por más que trate de vestirme o actuar como hombre, nunca pasare por uno. Un grupo de mujeres defiende su derecho a transitar libremente por la calle sin ser molestadas, y son agredidas. Sé que no es el único lugar en el mundo que esto sucede. Me gustaría que hombres y mujeres hiciéramos conciencia de lo que pasa todos los días en la calle, con el artículo anterior vi muchos comentarios en ActitudFem, Twitter y mi pagina de Facebook sobre los albañiles; me gustaría que reflexionáramos cuantos piropos o cuantas acciones de acoso son realmente llevadas acabo por hombres de este oficio. Creo que no son los únicos, los y las invito a no estereotipar ni poner etiquetas. En la anécdota que les cuento, ninguno, que yo sepa, era albañil. El acoso sexual en lugares públicos no es exclusivo de una posición económica, cultura, raza, nivel educativo, sector o país. Esto es una problemática mundial y su raíz se encuentra en el sistema de crianza, la publicidad, el machismo y el sistema patriarcal. Es responsabilidad de todos denunciar e intervenir ante situaciones como esta, no permitamos que llegue a mas, es violencia. No me gusto sentirme insegura, ni pensar que ponía en riesgo a mis amigas solo por querer salir a divertirnos, somos seres humanos y tenemos todo el derecho a tomar, bailar o simplemente salir a la calle a pasar un buen rato sin temor a ser molestadas o agredidas. ¡BASTA YA! Seguiré gritando ¡No quiero tu piropo! ¡QUIERO TU RESPETO! Aunque me llamen puta, marimacha, lesbiana, feminista o “mayate”.
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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“No quiero tu piropo, Quiero tu respeto” es lo que grito en la calle si alguien me dice cosas o me ve de manera lasciva e insistente. “No quiero tu piropo, Quiero tu respeto” les digo cuando voy a en mi carro y me están molestando desde otro vehículo. Quiero su respeto, lo pido y lo exijo. No por ser mujer, sino porque soy un ser humano igual que ustedes, hombres. No importa como este vestida o si llevo maquillaje, sus miradas y comentarios son intimidantes, me hacen sentir insegura y mal conmigo misma. ¿Por qué tengo que sentirme culpable de caminar libremente por la calle? ¿Acaso no somos todos ciudadanos? El acoso sexual en lugares públicos es un vivir diario para toda mujer; altas, bajas, gorditas, delgadas, bien vestidas, fachosas, seas una niña, adolescente, mujer o anciana: NO IMPORTA, el acoso sucede igual. No es una cuestión de estética o belleza, es el sistema patriarcal el que nos oprime y margina. Basta ya de acoso en las calles, basta ya de acoso en la oficina, basta ya de acoso en la escuela. No necesito y no quiero tu piropo, no necesito y no quiero que califiques mi cuerpo con tus comentarios, no me visto para ti, no estoy en este mundo para agradarte ni para hacerte sentir bien, no soy un objeto sexual a tu disposición. Cuando yo digo NO es NO, nunca significara un si, un mas tarde o un tal vez. Quiero vivir en una sociedad donde no seamos juzgadas por como nos vemos, la chica que ves en la calle con minifalda y escote no es una mujer fácil, y la que anda de falda larga y suéter no es una santa ni una frígida. No estereotipes a las personas, no sabes sus historias. Quiero caminar por la calle sin que me chiflen o me hagan sonidos por ser mujer, no soy un perro, soy un ser humano. Me reservo el derecho de vestirme como me de la gana, porque me visto para mi, no para el deleite de tu vista o tus placeres. Cuando me gritas por la calle no elevas mi autoestima, al contrario, me violentas, no me hacen sentir bien tus comentarios acerca de mi cuerpo o mi manera de vestir. ¿Acaso esperas que cuando tu me piropeas me regrese y te de mi teléfono? ¿Crees que así estas llamando mi atención? Si la respuesta a estas dos preguntas es no, entonces ahora te pregunto ¿Por qué lo haces? No es más hombre el que le grita a las mujeres en la calle, tienes madre, podrías tener hermanas e incluso esposa e hijas.
Dudo mucho que te agrade que pasen por esto. Este es mi cuerpo y hago lo que quiera con el, yo tomo mis propias decisiones. Si me acuesto con quien yo quiera la sociedad me llama “puta”, si me defiendo cuando me ofendes en la calle me dices “puta”, si voy a bailar con mis amigas sin ningún hombre, me dices “puta”. Si ser una mujer libre es ser puta, SOY REPUTA. Y putas todas, tu madre, tu hermana, tus hijas, tu novia, tus amigas. Para mi no es un insulto que me llames así, al contrario, gracias por reconocer mi autonomía. Ya no voy a andar en la calle a prisa, ni alerta todo el tiempo por temor a que alguien me grite o peor aun me violen. Quiero disfrutar mi día, tranquila, en paz, sin temor, sin miedo. Ya no voy a ignorar esos comentarios molestos todos los días, ahora voy a responder, voy a pedirte amablemente que no me molestes, si tienes un poco de educación pienses en las mujeres que hay en tu vida y reflexiones de la manera en que me estas agrediendo. Tu mujer que estas leyendo esto, deja violentarte a ti misma cumpliendo expectativas o reprimiéndote. Viste como quieras y llévalo con orgullo, que nadie tiene derecho a violentarte, responde, no te calles, denuncia, protege a otras mujeres, no ignores la situación porque esto es consentirla y estar de acuerdo. Ellos temen cuando abrimos la boca, pero no cuando abrimos las piernas; así que gritemos NO QUIERO TU PIROPO ¡QUIERO TU RESPETO!
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Ecofeminismo, una propuesta para repensar el presente y construir el futuro
Por: Marta Pascual Rodríguez y Yayo Herrero López de Ecologistas en Acción
El pensamiento patriarcal estructura el mundo en una serie de dualismos o pares de opuestos que separan y dividen la realidad. Cada par de opuestos, en los que la relación es jerárquica y el término normativo encarna la universalidad, se denomina dicotomía. Cultura o naturaleza, mente o cuerpo, razón o emoción, conocimiento científico o saber tradicional, independencia o dependencia, hombre o mujer. Entendidos como pares de contrarios de desigual valor, organizan nuestra forma de entender el mundo.
Estas díadas se asocian unas con otras, en lo que Celia Amorós denomina “encabalgamientos”1. Un encabalgamiento particularmente transcendente es el que forman los pares cultura/naturaleza y masculino/femenino. La comprensión de la cultura como superación de la naturaleza justifica ideológicamente su dominio y explotación. La consideración de la primacía de lo masculino (asociado a la razón, la independencia o la mente) legitima que el dominio sobre el mundo físico lo protagonicen los hombres, y las mujeres queden relegadas al cuerpo, al mundo inestable de las emociones y a la naturaleza.
La ciencia moderna articulada alrededor de la mecánica newtoniana, que explicaba el mundo como enorme maquinaria previsible, daba carácter científico a la vieja creencia bíblica del ser humano como centro del mundo, y consolidaba la percepción de la naturaleza como un enorme almacén de recursos a su servicio. El antropocentrismo quedaba legitimado por la ciencia naciente y dado que el relato de la realidad dominante lo establecían los hombres, en realidad constituía una visión androcentrista.
La mirada mecanicista aplicada a la historia postuló que las sociedades, de una forma lineal y generalizada evolucionaban de unos estadios de mayor “atraso” (caza y recolección o ausencia de propiedad privada) hacia etapas más “avanzadas y modernas” (civilización industrial o economía de mercado) y que en esta evolución, tan natural y universal como las leyes de la mecánica que explicaban el funcionamiento del mundo físico, las sociedades europeas se encontraban en el punto más adelantado. Al concebir la historia de cada pueblo como una serie de acontecimientos que conducían desde el salvajismo a la civilización, los europeos, convencidos de representar el paradigma de “civilización por excelencia”, expoliaron los recursos de los territorios colonizados para alimentar su naciente sistema económico que se basaba en la expansión constante. Sometieron mediante la violencia militar, económica y simbólica a los pueblos colonizados, a los que se consideraba “salvajes” y en un estado muy cercano a la naturaleza.
El antropocentrismo – androcentrismo al que nos referíamos antes, incorporaba una nueva dimensión, la etnocéntrica, que otorgaba una calificación moral superior a la civilización, entonces europea. El hombre blanco, occidental, burgués y sin discapacidades se constituía como sujeto universal, ante el cual, todos los demás seres vivos se convertían en deformaciones imperfectas.
-La economía capitalista acentúa la invisibilización de las mujeres y de la naturaleza
La economía convencional se asentó sobre una noción de objeto económico reducida al subconjunto de aquello que cumplía tres requisitos: en primer lugar era susceptible de poder ser apropiado, en segundo lugar tenía que poder expresarse en términos monetarios y, por último, debía ser “productible”, es decir, se debía poder efectuar sobre el objeto algún tipo de manipulación que justificase su puesta en el mercado.
El concepto de producción, que había nacido vinculado a los bienes y servicios renovables que presta la naturaleza (agricultura, pesca o la actividad forestal), se vio desplazado hacia la apropiación y reventa de materiales finitos que eran transformados en procesos que inevitablemente generaban residuos y degradación del medio físico.
Al considerar riqueza solamente la dimensión creadora de valor monetario en los procesos de producción, se comenzó a vivir de espaldas e ignorantes a los efectos negativos que comportaba dicha actividad económica, deseando maximizar el crecimiento de esa “producción” (en realidad extracción y transformación de materiales finitos y generación de residuos) de forma ilimitada, aunque en el mundo físico, invisible para el sistema económico creciesen, a la vez que lo hacía la producción, los deterioros que de forma insoslayable la acompañaban.
Las lentes distorsionadoras que suponen reducir valor a lo exclusivamente monetario hacen que se confunda el progreso social y el bienestar con la cantidad de actividad económica (medida en términos de dinero) que un país tiene, ignorando los costes biofísicos de la producción y los trabajos que al margen del proceso económico sostienen la vida humana.
La fotosíntesis, el ciclo del carbono, el ciclo del agua, la regeneración de la capa de ozono, la regulación del clima, la creación de biomasa, los vientos o los rayos del sol son imprescindibles para que se mantenga la vida y difícilmente pueden ser traducidos a valor monetario. Al no formar parte de la esfera económica, son invisibles y cuando se comienzan a visibilizar es porque se han deteriorado tanto que su reparación (o pretensión de reparación) genera negocio y beneficios.
Existen intentos, a veces bienintencionados, de traducir la naturaleza a dinero con el fin de que conscientes de su valor se detenga su destrucción, pero en realidad dicha contabilidad no deja de ser un apunte contable. Podemos poner precio a la polinización, pero una vez alterados los delicados equilibrios que posibilitan la conjunción de insectos y flores ¿a quién hay que pagarle para que arregle el desastre? Si se deteriora la capa de ozono ¿se puede llamar a un ingeniero y pedirle que la repare? ¿Quién puede a cambio de un salario volver a congelar el agua en los casquetes polares?
-Una ingente cantidad de trabajo humano que no se ve
Los trabajos de las mujeres, a pesar de considerarse separados del entorno productivo, producen una mercancía fundamental para el sistema económico: la fuerza de trabajo. Denominaremos “trabajo de cuidados” a las tareas asociadas a la reproducción humana, la crianza, la resolución de las necesidades básicas, la promoción de la salud, el apoyo emocional, la facilitación de la participación social…
Esta colección difusa de trabajos incluye asuntos tan dispares como cocinar (tres veces al día, siete días en semana, doce meses al año), cuidar a las personas enfermas, hacer camas, vigilar constantemente los primeros pasos de un bebé, decidir qué comen las personas de la casa, acarrear productos para el abastecimiento (leña, alimentos, agua…), amamantar, arreglar o fabricar ropa, ocuparse de los hijos de otra madre del colegio, ayudar a hacer lo deberes, fregar los cacharros, parir, limpiar el water, mediar en conflictos, ordenar armarios, consolar, gestionar el presupuesto doméstico… La lista de trabajos que se realizan y son invisibles, e imprescindibles para el funcionamiento del sistema económico es inacabable.
Los mercados, espacios públicos y racionales gobernados por el “homo económicus”, se consideran independientes del ámbito doméstico. El “homo económicus” es aquel que “brota” cada día en su puesto de trabajo, alimentado, lavado, descansado y libre de toda responsabilidad de mantenimiento del hogar y de las personas que viven en él. 3 El mercado parece ignorar que esa regeneración (salió del trabajo cansado y hambriento) y la reproducción de nueva fuerza de trabajo se ha producido en el espacio privado, que dado el orden de cosas, está delegado a las mujeres. Es bajo estas condiciones como se hace posible el trabajo de mercado y se naturaliza (invisibilizándola) la apropiación del trabajo doméstico. Salvo que el “homo económicus” sea una mujer, en cuyo caso se hacen más complejas las condiciones de participación en ese espacio del mercado. “Para conciliar la vida familiar y la laboral las mujeres necesitan… una esposa. Por eso lo tienen tan difícil” ironiza una economista feminista”.4
-Consecuencias de la invisibilidad: crisis ecológica y crisis de los cuidados
La vida, y la actividad económica como parte de ella, no es posible sin los bienes y servicios que presta el planeta (bienes y servicios limitados y en progresivo deterioro) y sin los trabajos de las mujeres, a las que se delega la responsabilidad de la reproducción social.
En las sociedades capitalistas, la obligación de maximizar los beneficios y mantener el crecimiento determinan las decisiones que se toman sobre cómo estructurar los tiempos, los espacios, las instituciones legales, el qué se produce y cuánto se produce. En la sociedad capitalista no se produce lo que necesitan las personas, sino lo que da beneficios.
Hace ya más de 30 años, el conocido informe Meadows, publicado por el Club de Roma constataba la evidente inviabilidad del crecimiento permanente de la población y sus consumos. Alertaba de que si no se revertía la tendencia al crecimiento en el uso de bienes naturales, en la contaminación de aguas, tierra y aire, en la degradación de los ecosistemas y en el incremento demográfico, se incurría en el riesgo de llegar a superar los límites del planeta, ya que el crecimiento continuado y exponencial, sólo podía darse en el mundo físico de modo transitorio.
Más de 30 años después, la humanidad no se encuentra en riesgo de superar los límites, sino que los ha sobrepasado y se estima que aproximadamente las dos terceras partes de los servicios de la naturaleza se están deteriorando ya.
La desmesura de la economía está provocando una serie de impactos graves y con frecuencia irreversibles. El cambio climático avanza sin que los aparentes esfuerzos institucionales desemboquen en una reducción real de las emisiones de CO2; la biodiversidad se reduce de forma significativa, desapareciendo con ella información clave para la formación de los ecosistemas que han permitido la vida compleja; muchos recursos se agotan sin encontrarse sustitutos; el acceso al agua no contaminada es cada vez más difícil; y crecen las desigualdades en las que una parte de la humanidad se enriquece a costa de devastar los territorios de los que depende la supervivencia de la otra. Podemos decir que nos encontramos ante una grave crisis ecológica que amenaza con cambiar las dinámicas naturales que explican la existencia de la especie humana.
Pero también, dentro de la esfera de la reproducción social hay problemas. Por una parte, la construcción de la identidad política y pública de las mujeres, en una sociedad que solo ve la esfera productiva, se realiza a partir de la copia del modelo de los hombres, sin que estos asuman equitativamente su parte en los trabajos de cuidados.
El aumento de la esperanza de vida y un modelo urbanístico que privilegia la distancia exige aún más tiempo para dar respuesta a la necesidad de cuidado de las personas complican aún más las posibilidades de compaginar el mundo del trabajo con la reproducción social que se realiza en el ámbito doméstico.
La imposibilidad de compatibilizar en buenas condiciones el trabajo de mercado y el trabajo de mantenimiento de la vida humana quiebra la antigua estructura de los cuidados, la reciprocidad que garantizaba que las personas cuidadas en la infancia eran cuidadoras hasta la ancianidad. Se generan así mercados de servicios para las mujeres que pueden pagarlos y mercados de empleos precarios para mujeres más desfavorecidas.
Se crea entonces una cadena global de cuidados en la que las mujeres inmigrantes que asumen como empleo el cuidados de la infancia y de las personas mayores, la limpieza, alimentación y compañía, dejando al descubierto estas mismas funciones en sus lugares de origen, en donde otras mujeres, abuelas, hermanas, etc, las asumen como pueden.
-Las mujeres en la defensa de la naturaleza y la sociedad
La aportación de las mujeres al mantenimiento de la vida va más allá del espacio doméstico. En muchos lugares del mundo a lo largo de la historia, parte de la producción para la subsistencia ha dependido de ellas. Se han ocupado de mantener la productividad en los terrenos comunales, han organizado la vida comunitaria y los sistemas de protección social ante el abandono o la orfandad, y han defendido su tierra y la supervivencia de sus familias y su comunidad.
Las mujeres han tenido y tienen un papel protagonista en movimientos de defensa del territorio, en luchas pacifistas, en movimientos de barrio. Si los recursos naturales se degradan o se ven amenazados, a menudo encontramos a grupos de mujeres organizados en su defensa. Son protagonistas de muchas de las prácticas del "ecologismo de los pobres".5
La conservación de semillas, la denuncia de las tecnologías de la reproducción agresivas con el cuerpo de las mujeres, las luchas como consumidoras, la protección de los bosques, las contestaciones ante la violencia y ante la guerra, son conflictos en los que la presencia femenina es significativa.
Las experiencias diversas de mujeres en defensa de la salud, la supervivencia y el territorio, hicieron nacer la conciencia de que existen vínculos sólidos entre el género y el medio ambiente, entre las mujeres y el ambientalismo, entre el feminismo y el ecologismo.
Es muy conocido el movimiento Chipko (que significa abrazo) un movimiento que, desde 1973, mantienen grupos de campesinas de los Himalayas, para evitar la privatización de sus bosques. Mujeres, niños y hombres se abrazan a los árboles que van a ser talados en un ejercicio de resistencia pacífica.
En Estados Unidos se pueden citar dos pioneras del ecologismo actual. Una de ellas, Lois Gibbs, participó en el conflicto de los años 70 contra residuos tóxicos en Love Canal y animó la creación de un grupo de amas de casa en defensa de la salud de sus familias.
Rachel Carson, la autora de "La primavera silenciosa", en 1962, denunció con rigor los efectos de los pesticidas agrícolas en un libro que se considera precursor de la literatura ecologista.
Un grupo de mujeres víctimas de la catástrofe de Bhopal, en la India, han seguido luchando durante años para obtener justicia de la empresa responsable, Union Carbide.
Otras formas de defender la vida protagonizadas por mujeres son las arriesgadas luchas pacifistas de las Mujeres de Negro o de las Madres de Mayo, y las denuncias de los feminicidios en el norte de México.
En la costa de la provincia ecuatoriana de Esmeraldas se da la participación de líderes espontáneas, madres y abuelas, en la disputa actual entre la comunidad y los camaroneros. La población pobre y negra que vive de los recursos del manglar se ha organizado -a instancias de las mujeres- para defender el recurso arrasado por las industrias de cría de camarón.
En todos estos ejemplos las mujeres protegen aquello que, de una forma evidente, le asegura la supervivencia: los bosques, al agua, las parcelas comunitarias o la vida humana. Son conscientes de que el deterioro de estos recursos van asociados al deterioro de su vida y de la de los suyos.
-Ecofeminismos: la rehabilitación de las invisibles
El ecofeminismo es una filosofía y una práctica feminista que nace de la cercanía de mujeres y naturaleza, y de la convicción de que nuestro sistema “se constituyó, se ha constituido y se mantiene por medio de la subordinación de las mujeres, de la colonización de los pueblos “extranjeros” y de sus tierras, y de la naturaleza”.6
Todos los ecofeminismos comparten la visión de que la subordinación de las mujeres a los hombres y la explotación de la naturaleza son dos caras de una misma moneda y responden a una lógica común: la lógica de la dominación patriarcal y la supeditación de la vida a la prioridad de la obtención de beneficios. El capitalismo patriarcal ha desarrollado todo tipo de estrategias para someter a ambas y relegarlas al terreno de lo invisible. Por ello las diferentes corrientes ecofeministas buscan una profunda transformación en los modos en que las personas nos relacionamos entre nosotras y con la naturaleza, sustituyendo las fórmulas de opresión, imposición y apropiación y superando las visiones antropocéntricas y androcéntricas.
El ecofeminismo cuestiona aspectos básicos que conforman nuestro imaginario colectivo: modernidad, razón, ciencia, productividad… Estos han mostrado su incapacidad para conducir a los pueblos a una vida digna. El horizonte de guerras, deterioro, desigualdad, violencia e incertidumbre es buena prueba de ello. Por eso es necesario dirigir la vista a un paradigma nuevo que debe inspirarse en las formas de relación practicadas por las mujeres.
Simplificando, se podrían decir que existen dos corrientes: ecofeminismos espiritualistas y ecofeminismos constructivistas. Los primeros identifican mujer y naturaleza, y entienden que hay un vínculo esencial y natural entre ellas. Los segundos creen que la estrecha relación entre mujeres y naturaleza se sustenta en una construcción social. 7
Los orígenes teóricos de la vinculación entre ecologismo y feminismo se pueden situar en los años setenta con la publicación del libro Feminismo o la muerte de Francoise D´Eaubourne, donde aparece por primera vez el término.
En esa misma década tienen lugar en el Sur varias manifestaciones públicas de mujeres en defensa de la vida. El más emblemático fue el movimiento Chipko, un grupo de mujeres que se abrazaron a los árboles de los bosques de Garhwal en los Himalayas indios. Consiguieron defenderlos de las “modernas” prácticas forestales de una empresa privada. Las mujeres sabían que la defensa de los bosques comunales de robles y rododendros de Garhwal era imprescindible para resistir a las multinacionales extranjeras que amenazaban su forma de vida. Para ellas, el bosque era mucho más que miles de metros cúbicos de madera. El bosque era la leña para calentarse y cocinar, el forraje para sus animales, el material para las camas del ganado, la sombra, la manifestación de la abundancia de la vida.
Una década después en Argentina, un grupo de unas 14 mujeres se organizaban en Buenos Aires. Madres de personas desaparecidas convirtieron en público su dolor privado. Durante décadas, las Madres de la Plaza de Mayo representaron un ritual semanal de resistencia basado en el papel que la ideología patriarcal, tan funcional a la dictadura militar, había asignado a las mujeres. Ellas asumieron este discurso para darle la vuelta y convertirlo en arma política. Desde su papel de madres convirtieron su pérdida personal en política y resistieron, invirtiendo las formas tradicionales de activismo social y político, frente a la durísima represión y violencia militar. El eje central de las políticas de las Madres era la defensa de la vida y el derecho al amor. Como el del grupo de mujeres víctimas de la catástrofe de Bhopal, las amas de casa opuestas al Love Canal.
A mediados del siglo pasado el primer ecofeminismo pone en duda las jerarquías que establece el pensamiento dicotómico occidental, revalorizando los términos del dualismo antes despreciados: mujer y naturaleza. La cultura, protagonizada por los hombres había desencadenado guerras genocidas, devastamiento y envenenamiento de territorios, gobiernos despóticos. Las primeras ecofeministas denunciaron los efectos de la tecnociencia en la salud de las mujeres y se enfrentaron al militarismo, a la nuclearización y a la degradación ambiental, interpretando estos como manifestaciones de una cultura sexista. Petra Kelly es una de las figuras que lo representan.
A este primer ecofeminismo, crítico de la masculinidad, siguieron otros propuestos principalmente desde el Sur. Algunos de ellos consideran a las mujeres portadoras del respeto a la vida. Acusan al “mal desarrollo” occidental de provocar la pobreza de las mujeres y de las poblaciones indígenas, víctimas primeras de la destrucción de la naturaleza. Éste es quizá el ecofeminismo más conocido. En esta amplia corriente encontramos a Vandana Shiva, María Mies o a Ivone Guevara.
Superando el esencialismo de estas posiciones, otros ecofeminismos constructivistas (Bina Agarwal, Val Plumwood) ven en la mayor interacción con la tierra y el medio ambiente el origen de esa especial conciencia ecológica de las mujeres. Es la división sexual del trabajo y la distribución del poder y la propiedad la que ha sometido a las mujeres y al medio natural del que todas y todos formamos parte. Las dicotomías reduccionistas de nuestra cultura occidental han de reformularse, no en términos de opuestos, sino de complementariedad, para construir una convivencia más respetuosa y libre.
Posiblemente todos ellos estén de acuerdo con esta afirmación de I. King: “Desafiar al patriarcado actual es un acto de lealtad hacia las generaciones futuras y la vida, y hacia el propio planeta.”8
Desde parte del movimiento feminista, el ecofeminismo se ha percibido como un posible riesgo, dado el mal uso histórico que el patriarcado ha hecho de los vínculos entre mujer y naturaleza. Esta relación impuesta se ha venido usando históricamente como argumento para mantener la división sexual del trabajo. Puesto que el riesgo existe, conviene acotarlo. No se trataría de exaltar lo interiorizado como femenino, de encerrar de nuevo a las mujeres en un espacio reproductivo, negándoles el acceso a la cultura, ni de responsabilizarles, por si les faltaban ocupaciones, de la ingente tarea de rescate del planeta y la vida. Se trata de hacer visible el sometimiento, señalar las responsabilidades y corresponsabilizar a hombres y mujeres en el trabajo de la supervivencia.
Si el feminismo se dio pronto cuenta de cómo la naturalización de la mujer era una herramienta para legitimar el patriarcado, el ecofeminismo comprende que la alternativa no consiste en desnaturalizar a la mujer, sino en “renaturalizar” al hombre, ajustando la organización política, relacional, doméstica y económica a las condiciones de la vida, que naturaleza y mujeres conocen bien. Una “renaturalización” que es al tiempo “reculturización” (construcción de una nueva cultura) que convierte en visible la ecodependencia para mujeres y hombres. No hay reino de la libertad que no deba atravesar el reino de la necesidad. No hay reino de la sostenibilidad si no se asume la equidad de género.
Mujeres y naturaleza comparten el mismo lado de las dicotomías del pensamiento moderno y también han compartido destinos cercanos en la cultura patriarcal y mercantil. La invisibilidad, el desprecio, el sometimiento, la explotación, tanto de las mujeres como de la naturaleza han ido a la par en las sociedades industriales. La sostenibilidad de la vida es incompatible con estas relaciones de dominio.
-La sostenibilidad necesita de las mujeres
La historia de las mujeres les ha abocado a realizar aprendizajes, recreados y mejorados generación tras generación, que sirven para enfrentarse a la destrucción y hacer posible la vida. Las mujeres –gran parte de las mujeres- se han visto obligadas a vivir más cerca de la tierra, del barrio y del huerto, de la casa. Se han hecho responsables de sus hijos e hijas y por ellos han aprendido a prever el futuro y mantener el abastecimiento de la familia. No han caído fácilmente en las promesas del enriquecimiento rápido que les ofrecían con la venta de tierras o los negocios arriesgados. Han mantenido la previsión que impone la responsabilidad sobre el cuidado de otras personas y por eso han desarrollado habilidades de supervivencia que la cultura masculina ha despreciado.
Su posición de sometimiento también ha sido al tiempo una posición en cierto modo privilegiada para poder construir conocimientos relativos a la crianza, la alimentación, la salud, la agricultura, la protección, los afectos, la compañía, la ética, la cohesión comunitaria, la educación y la defensa del medio natural que permite la vida. Sus conocimientos han demostrado ser más acordes con la pervivencia de la especie que los construidos y practicados por la cultura patriarcal y por el mercado. Por eso la sostenibilidad debe mirar, preguntar y aprender de las mujeres. 9
La cultura del cuidado tendrá que ser rescatada y servir de inspiración central a una sociedad social y ecológicamente sostenible.
REFERENCIAS:
1 Amorós C. Hacia una crítica de la razón patriarcal, Barcelona, Anthropos, 1991.
2 Naredo, J.M. Raíces económicas del deterioro ecológico y social. Más allá de los dogmas, Madrid, Siglo XXI, 2006.
3 Pérez Orozco, A., Perspectivas feministas en torno a la economía: el caso de los cuidados, Consejo Económico y Social, Madrid, 2006.
4 Esta frase fue pronunciada por Cristina Carrasco durante una Conferencia en un curso de verano organizado por la Universidad Complutense de Madrid en El Escorial.
5 Martínez Alier, J. El ecologismo de los pobres, Icaria 2004.
6 Shiva, V. y Mies, M., Ecofeminismo, Icaria, Barcelona 1997.
7 Puleo, A. Segura, C. y Cavana, M.L. (coord.) Mujeres y ecología: historia, pensamiento y sociedad Madrid, Laya, 2005.
8 King, I. The eco-feminist Perspective; y Leland, S (ed.). Reclaim the Earth: Women Speak out for Life on Earth, The Women Press, Londres, 1983.
9 Novo, M. La Naturaleza y la mujer como sujetos: el valor de la utopía y de la educación en Novo, M. (coord) Mujer y medio ambiente: los caminos de la visibilidad”, Los Libros de La Catarata, Madrid, 2007.
CIP-Ecosocial – Boletín ECOS nº 10, enero-marzo 2010 9
Descargar en https://www.fuhem.es/media/cdv/file/biblioteca/Boletin_ECOS/10/ecofeminismo_propuesta_repensar_presente.pdf
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Your daughters do not exist to give you grandchildren
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Para los que piensan que lo político esta estrictamente relacionado con las personas que ejercen cargo públicos y están relacionadas con con partidos políticos. Debería saber que lo político es lo público. Nadie queda exento de ello y pretender que una persona pase los primeros 17 años de su vida sin generar ideología es completamente estúpido. No se puede vivir en una burbuja apolítica. Si no querés que tus hijos sean adoctrinados no los mandes a la escuela y dejalos que vivan ignorantes en esa burbuja apolítica. ¿Por qué no queres que tus hijos sepan que gendarmería hizo desaparecer a Santiago? El Estado es responsable. Los bandos ya están marcados los que queremos que aparezca y los que no quieren 
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Embrace Your Selfie
Ya terminamos la serie gracias a todas las hermosas selfies que nos enviaron.
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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No hay chicas fáciles, ni difíciles; hay chicas que quieren contigo y chicas que no
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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Esta es la historia de un aborto sano -con sus fallas-, como considero que deberían ser todos. Quedé embarazada de mi mejor amigo a los 24 años. Era la primera vez que teníamos relaciones y no nos cuidamos por que en realidad no esperabamos que pudiera estar embarazada: no tuvimos un coito (hablo en serio). De hecho, él no tuvo una erección ni una eyaculación. Sin embargo su liquido preeyaculatorio sí tuvo bastante contacto con el flujo en mi vulva, y eso fue suficiente. Nos dimos cuenta a las 9 semanas porque mi menstruación no venía y yo soy muy regular. Estando juntos me hice la prueba de orina y dio positivo. No lo podía creer, asi que me hice una de sangre: positivo. Yo seguía sin poderlo creer y al día siguiente fuimos juntos con mi ginecólogo. El ultrasonido despertó muchas emociones: el producto estaba vivo y sano. Le dije al gine que yo quería abortar y me dio información de dónde podía abortar en mi ciudad (lo cual es ilegal) pero me insistió mucho que no lo hiciera, aunque diciendo al mismo tiempo que era mi elección. Pedimos el ecosonograma. Mi amigo (ahora mi pareja) y yo lo dialogamos muchísimo, él no quería abortar pero siempre fue respetuoso en mi decisión. A los días fuimos juntos con el otro ginecologo y esa fue una experiencia horrorosa. Tenía el equipo más obsoleto del mundo, y para revisar mi embarazo introdujo dos de sus dedos a mi vagina, lastimándome horriblemente (yo tengo muchas dificultades para todo lo que implique introducir algo en mi vagina). Además cobraba 15 mil pesos mexicanos, lo mismo que costaría ir a una clínica legal en Ciudad de México con todo y gastos de viaje, así que eso decidimos hacer. Pasaron tres semanas en las que juntos vivimos nuestro embarazo y nos preparamos emocionalmente para el aborto, él me acompañó en todas las formas y puedo decir que disfruté de ese tiempo porque él hizo su parte. Nunca me asuste y estuve segura siempre, yo no quería tener hijos, ni era un buen momento en mi vida. Sin embargo, había un sentimiento de amor por lo que yo llevaba dentro, así que se lo expresé tanto como pude y me despedí de él. Fuimos a Ciudad de México a la clínica Marie Stopes, la atención fue muy muy buena y respetuosa de mi proceso y de mi cuerpo de parte de todo el personal, lo recomiendo ampliamente. Al día siguiente, mi pareja y yo decidimos ir juntos a un bosque y deshacernos del ecosonograma como un ritual de despedida, lloramos un montón. Fue muy sanador. Debo mencionar también que no lo pude callar: se lo dije a mi jefa, a un maestro, a dos amigas, a mi hermano, y todos apoyaron mi decision, con respeto y sin prejuicios. Ojalá pudiera ser así de sencillo para otras chicas.
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ecofeminismoradical-blog · 8 years ago
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A la salida del boliche, me lo crucé a un chico que me invitó a un after. Al final, nadie se prendió con nosotros y terminé quedándome a dormir en su casa. Tuvimos relaciones sexuales, ninguno se cuidó. Pero antes de terminar, nos dormimos (cansados ya y alcoholizados). Cuestión que por precaución, voy a pedir en una posta sanitaria (soy de Argentina) la pastilla del día después. Me mandaron a otro lugar, donde tenía que pedir una especie de recetario para la pastilla y para que me den anticonceptivos mensuales. Como tenía otras cosas más para hacer, no me la dieron, ni fui a pedir el recetario. Fui a otro centro sanitario, donde en otra oportunidad le habían dado la pastilla a mi amiga, y tampoco me la dieron. Me hicieron una receta. Volví al otro lugar, con la receta y me dijeron que no la tenían. En fin, mucha gente habla, mucha gente dice que antes que abortar "hay métodos anticonceptivos" para evitar embarazos no deseados. Pero yo fui a dos centros de salud "gratuitos" que no contaban (o no quisieron darme) la pastilla de emergencia. Yo estoy segura de que nada pasó, porque nos dormimos. Pero... La impotencia y bronca que me dio en ese momento, superaba mis límites. Si a una chica con recursos bajos, la hubiera pedido y no se la hubieran dado. Hubiera terminado en embarazo, ¿quién se hace cargo después de eso? OTRA CARA DE LA REALIDAD, PARA REFLEXIONAR.
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