luz-invernal

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Es que siento las letras ahí, la inspiración ahí, el deseo También está ahí pero el es tan grande que me quedo corta al escribir, como describo su piel? Como describo el roce de sus manos?

Como nombró su mirada, capaz de arrebatarme y devolverme el alma en tan solo un instante, ¿como describir eso?

Como describir su voz que genera temblores incluso en mi corazón

Y como describo sus besos si nunca me los dio, siempre a centimetros, siempre temblando los dos, siempre queriendo esto y un poco más pero siendo nosotros muy cobardes para eliminar ese 1.5 cm que impedían nuestros labios entrelazar para caer, para navegar, para que el barco de cordura se hunda; para naufragar en el mar, nuestro mar creado por aquello que queremos ocultar, para que la corriente nos aleje más y más de la orilla, hasta estar tan inmersos que ni el suelo podamos tocar y solo tengamos nuestras almas para aferarnos el uno al otro más y mas.

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A veces se necesita algo que conforta el alma y no sólo con palabras, ese consuelo silencioso que de alguna manera pone una chispa pequeña que te llena de calidez, luz y vida.

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Las palabras vienen a mi como un torrente, como río sin caudal, se desbordan dentro de mi y me ahogan hasta no saber que escribir, así que aquí está este texto vacío de palabras que dice un poco de lo que pasa dentro de mi.

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Siempre veo su silueta en mis recuerdos, en mis sueños casi percibo su olor, entre más me acerco más llega el momento de mi lucidez, alejándome de él, impidiendo me tocar su piel

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Creo que solo me sucede a mi, pero es que tengo un libro que me quiero leer de solo un bocado, es tán adictivo para mi, lo deseo desde su pasta dura y los trazos que hay en ella hasta lo que trae dentro, sin embargo; es tan preciado para mi que quiero detenerme y contemplarlo; me aterra que se acabe, en mi adictiva locura deseo leer detenidamente mientras con mis manos acarició cada pagina, pero el desespero me consume haciendo que mis ojos voraces recorran velozmente las paginas. Y así me debato entre la contemplación y las ansias.

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Lamento desaparecer sin dejar un rastro es que me siento como fantasma que no tiene sombra; sin piel, sin tacto, como quien agoniza y espera su muerte aún que no está vivo, por que no está muerto, solo se encuentra vacio, abandonado por todos incluso por si mismo; no es que quiera desaparecer solo es que llevó mucho tiempo sin charlar conmigo mismo, no me encuentro en los cajones, ni en el ropero, tampoco en mi cama mucho menos con los despojos de mi; no se donde estoy y me declaro desaparecido.

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estado emocional:

en reparación 💔

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Como persona de limitada relevancia puedo darme el gusto de no estar en el sentido mas inexistencial de la palabra, por tal motivo informo que el día de hoy habitare en la inexistencia y en el vacío de palabras

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Volví para leer tus letras que cantan, en medio de mis afanes, debo admitir que leerte era algo que mi alma extrañaba

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Mi alma rota y oxidada con tu mirada fue reparada

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Confesión#1:

Tengo una lista de las 10 cosas que me muero por saber de la persona que me gusta, de la cual no soy capaz de preguntar nada.

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Recurro al conocimiento para invocar la emoción, la llamo por su nombre en un susurro, un susurro cargado de anhelo, pero no por ella, mi anhelo es por la escritura, es por la creatividad, lo que me hace susurrar la palabra, que hace tiempo en mi no hay, y no me interesa si vuelve, solo que siempre la pueda recordar, para escribir de ella un verso corto mientras me recreo con mi amiga soledad. La palabra de mis susurros. Solo el viento la sabrá

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Hay un camino de flores qué me guía hacia mi destino, un destino que tiene grabado un nombre, ese nombre lleva grabado un aroma y ese aroma es el dulce olor de la tinta en el papel.

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Con cada palabra escrita aquí hago trazos imaginarios sobre tu rostro, delineando el borde de tu mandíbula, describiendo el brillo de tus ojos y rogando el roce de tus labios sobre los míos, con cada palabra escrita aquí preparo un deseo, una oración, una suplica que pide por ti, para que regreses.

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Pronto descubrí que eras un sueño y había llegado el momento de despertar

Habría amado estar contigo un poco más aunque no fuese realidad.

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Cansada del bullicio de unos pensamientos tormentosos tome mi presiado tesoro, le subí volumen y al ritmo de la música deje que fluyera todo… más bien que se hundiera todo.

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Llore, cientos de horas llore cuando todo acabó, era imposible buscarte pues algo más poderoso que nosotros se encargo de culminar nuestro amor, por más de cinco años te extrañe, y aunque sabía con resignación que era nuestro eterno adiós, no podía dejar que alguien más tocara mi piel, quería conservar el recuerdo de tus manos sobre mi piel, las noches eternas se convirtieron en mi oscuro amanecer donde tus recuerdos aún vagan y me hacen estremecer. Han pasado nueve años y ya no lloro todos los días el hecho de que no estés, pero mi alma sigue aquí, todo mi ser aun te ama y yo intento avanzar cada día y vivir, por ti, por mi, ser feliz como me lo pediste antes de marcharte pero aun me pregunto que felicidad se puede hallar en esta vida sin ti. El primer año fue el más difícil, el olor de tu almohada, el lado de mi cama frío, las tazas qué teníamos a juego, ese sillón donde siempre te sentabas, nuestros escritorios mirándose, no podía dejar que se llevarán eso, no podía permitir que me arrebataran todo de ti, soltar todo esto era decir que no estarías nunca más, tu ausencia era algo que no quería admitir.