parejonucete
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parejonucete · 5 months ago
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Lentamente
Usted se acerca lentamente,
como el otoño.
Yo lo observo venir, pero me pierdo en mis prisas.
Sin embargo, usted no tiene ninguna y continúa,
lentamente,
cercándome,
como el otoño.
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parejonucete · 8 months ago
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...Necesito que percibas también mis silencios
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… A falta de un saludo formal, comenzaré aseverando y advirtiéndote que esta carta podría ir de lo soez a lo romántico de una línea a la siguiente, pues así siento yo el amor, tan amplio! tan dinámico! Tan vibrante… además siempre me ha parecido complicadísimo tener elocuencia de abordaje con quien genera en mí tantas cosas… por eso me leerás repleto de puntos suspensivos, y te pido disculpas, pero necesito que percibas también mis silencios, algunos de ellos contienen suspiros, pero aun así prometo ser lo más llano y honesto posible en los siguientes párrafos. Bueno, luego de este par de cláusulas ya me siento valiente, vamos de nuevo:
Hola! Te escribo porque a propósito de que decidiste ponerte regia de vuelta (si sí, has estado dando de qué hablar últimamente, andas queriéndote más, y se nota!), asimismo redescubrí que te extraño! Y que aquel viaje del año pasado en el que volví a verte me llenó de tantas verdades como recuerdos y que hoy decido compartirlos contigo.
Apenas te vi, tengo que admitir que tu calidez y tu cordialidad me reconectaron con ese pasado que tanto disfrutamos… tantos lugares y tantos recuerdos… era como si cada lugar por el que pasaba me contara una anécdota… recordé como la cotidianidad te podía relatar una historia sin palabras… y en cuestión de horas me arropo por arrebato una nostalgia tan profunda! porque en todos esos años que estuvimos sin vernos, siempre dije que yo estaba extrañando algo que ya no existía, y que si algún día volvía a verte, ya no serias lo misma… Y en efecto ya no eras la misma que un día fuiste…
Pero aun tenías un “no sé qué” que me conectaba contigo, era como si aún quedaba un hilo que nos unía… así que tras ese primer arrebato de nostalgia, decidí ir a verte en uno de esos lugares donde sé que derrochabas tus mejores atributos… no vayas a tildarme de banal, porque yo jamás te he estigmatizado por ser hermosa… jejeje Y allí fue cuando salí corriendo a buscarte en la playa.
Mientras iba en camino, estaba nervioso, es que anhelaba tanto esos encuentros…! Ese trayecto lleno de palmeras, esa brisa cálida, esa tibieza perfecta…. y por tibia no intento recriminarte por indiferente, yo sé que la pasión es algo que nunca te ha faltado… capaz que como lo tuviste todo, si pudiste tener un poco de desenfado y llegar a ser indolente… y no te culpo, créeme, sé que esto es parte de lo que fuiste, y en ese momento aprendí a aceptarte con esa sombra.
Cuando llegué, en ese preciso momento en el que pisé descalzo frente al mar… no pude evitar abrir los brazos y dejarme invadir por ti… ese olor, ese sonido, esa química… allí fue cuando te abrace extasiado y caí de rodillas con un par de lágrimas en los ojos, estoy seguro que lo recuerdas!
Ya después se me arrugaron los dedos de tanto estar en el agua, me emborrache de mar y de whisky, haberte ido a ver a ese lugar con mis viejos me regaló además momentos maravillosos que atesoro con mucho amor y que quiero que repitamos juntos, y es que en tu ausencia hiciste que valorara mucho más el tiempo en familia.
Ya pasados los días, y habiendo estado en la casa donde crecí, me sentí tentado a buscarme en el pasado, viendo fotos, leyendo cartas, mucho café con los viejos para contarnos historias, muchas visitas mi familia y algunos amigos, salir a la calle a pasar por esos lugares en los que estuve muchas veces, y que en muchos de ellos nos encontrábamos…
Hubo uno en especial al que tenía que volver, uno de nuestros lugares de encuentro favoritos, Juan Sebastián Bar, ¡me sorprendí de verte intacta en aquel lugar! demostrando que aún tenías buen gusto, sonreías con complicidad y te veías radiante… de esa felicidad que pintan elegante pero, sin dejar de ser jocosa y jodedora… y esa noche me hiciste recordar y sentir esa palabra divina llamada “guaguancó”; y como fluyó ese guaguancó… ese swing con el que sincronizamos… fue sublime!!! Además que hiciste tan feliz a mis viejos (de nuevo), que estoy seguro les sumaste 10 años de vida( allí te luciste! sin duda) .Esa noche quedé extasiado de una energía tan sabrosa! …Y tan tuya!
Entonces comprendí que nuestro peor error fue normalizar la genialidad a tal punto que lo maravilloso paso a ser cotidiano, y por cotidiano, lo dimos por sentado… y es que dimos tanto por sentado! Que dejamos de apreciar con profundidad aquella sinergia natural que fluye cuando estas a donde sabes que perteneces. Pero mi recuerdo más profundo de aquel reencuentro es esa bendita virtud que aún conservas… esa sonrisa anhelante…! esa capacidad innata que tienes de no perder las esperanzas! Sabiendo bien qué has estado viviendo tus peores años. Ese ritmo muy tuyo para llevar la vida.
Los últimos días de aquel encuentro y al enfrentarme de vuelta a una inminente despedida, asimilé casi como una epifanía que ya no eras solo un lugar, porque las circunstancias te obligaron a esparcirte por el mundo! hasta volverte casi omnipresente… que eres mucho más que mis recuerdos, eres una actitud ante la vida! Nada menos que eso.
Entendí que eres mi Ítaca, (pero no la de Ulises ni la de Cavafis), la de un hombre con ganas de volver a ti después de un largo viaje curtido de vivencias, y sintiendo al llegar, que siempre me estuviste acompañado… Llegaré ese día dispuesto a vivirte, esta vez más consciente, para que juntos saquemos la mejor versión de cada uno.
También debo confesarte otra verdad, nada de lo que vivimos en aquel reencuentro habría sido tan sublime, si la vida no me hubiese permitido estos años de lejanía viviendo con Ella… vivaz y cercana sin tapujos, Ella reparte abrazos y besos como parte de su cotidianidad, me enseñó que el mundo es mucho más grande que las burbujas donde habitamos algunos…
Me enseñó a discernir con orgullo y a respirar un poquito más profundo la vida, para entender que somos mucho más que casillas por marcar y cosas que tener, ella es bohemia y poeta, y como tal, me enseñó a entenderte a través de canciones como “el amor después del amor” (¡esa te la dedico! me perdonas el descaro) y me curó del destierro con una cotidianidad llena de mucho cariño, de ese que te hace sentirte parte. Entendí que a veces soy el tipo “al otro lado del camino” y que muchos años vivimos como la letra de “Mariposa Technicolor”! (gracias a Fito que es un crack! y a Ella que me enseñó a hacerlo mi soundtrack).
Quiero despedirme sin dejar de ser llano y sincero! Fuiste, eres, y seguirás siendo maravillosa! Y por supuesto que ¡Aun tienes lo tuyo!
Estoy seguro de que cuando salgas de este mal rato (que ya te falta muy poco!), serás la mejor versión de ti que hayas sido en toda tu historia, yo no tengo la sabiduría para asegurar que esto tenía que pasarnos, pero si te puedo asegurar que lo que hemos vivido separados, nos ha dado fortaleza, sabiduría y mucha conciencia para vivir más plenos!
Te veo muy pronto Venezuela! Me despido nostálgico y sonriente desde Ella, Buenos Aires!
Siempre tuyo, Jhoan Mosquera.
Ilustración: @cuentos_para_pasar_el_rato
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parejonucete · 9 months ago
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Estado actual de las cosas:
Iré a tu casa y no estarás.
No responderás a mi voz llamándote para que me abras tu puerta.
No subiré las escaleras que me llevan a tu casa con el escándalo de siempre para saludarte.
No me abrazarás.
No escucharás mis aventuras.
No te reirás de mis cuentos tontos.
No me servirás café.
Iré a tu casa y ya nunca más estarás.
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parejonucete · 9 months ago
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parejonucete · 10 months ago
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Grafitis en todos lados.
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parejonucete · 2 years ago
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La fiesta sin disfraces
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La invitación al cumple llegó. Yo estaba expectante no solo por la posibilidad de ir a jugar en casa ajena - cosa que nunca pasaba dados los estrictamente ridículos controles de nuestra madre - sino por la de disfrazarme.
Como a cualquier niño, la magia de un disfraz radicaba en ser un personaje diferente por algunas horas. Yo siempre quise usar el de dama antañona para tener un vestido de esos que exigían enaguas, zapatos de charol con tacón, lazos, cintas, encajes. Toda la parafernalia de un siglo pasado que jamás viviría. Así que cuando supe que habría fiesta de cumple y en carnaval, empecé con el frenesí de preguntarle a mi madre si iríamos disfrazadas y, de ser así, yo quería ir de dama antañona.
  Sin embargo, la invitación era clara: ‘’Sin disfraz’’. Quedé desolada. ¿Para qué cumplir años entonces en carnaval si no te podías disfrazar? Era un desperdicio, un despropósito.
 Así que el día señalado fuimos a casa de nuestras primas a celebrar el cumple. Para mi horrorosa sorpresa, tanto ellas como el resto de nuestros primos, estaban disfrazados. Nos miraron con el desdén típico de los niños que se burlan del que consideran menos que ellos. Fue entonces que mi madre montó en cólera, de forma elegante, claro está, porque jamás se permitiría un escándalo; así que la abuela de nuestras primas improvisó de inmediato unos sombreros de hadas con cartulina, tul y estrellitas de colores.
 Yo quedé un tanto conforme, pero supe muchos años después que ese incidente trajo la casi ruptura de relaciones en mi familia. No era tanto por el disfraz, sino por el hecho de haber actuado adrede con cierta maldad, y más con niños.
Después de la infame fiesta, regresamos a casa con los sombreritos que durante un tiempo nos sirvieron para jugar hasta que mi mamá los hizo desaparecer con la excusa de que se habían dañado.
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parejonucete · 2 years ago
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Colágeno
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Se quemó un departamento en mi edificio. Como manda el protocolo en este tipo de casos, apostaron policías en la entrada. Destacaron a uno muy lindo, moreno, de ojos y cabellos negros. Lomito puro, colágeno puro.
Ayer que salí a hacer las compras, veo que estaban todas las viejas que nunca salen de sus guaridas por el reuma o porque les duele la cadera, apostadas en la entrada, rodeando como aves de rapiña al policía.
Tardé microsegundos en entender el motivo de su interés. Le preguntaban cosas al chico sobre el depto incendiado, como si no supieran ya, y daban su opinión sobre los hechos.
Yo me quedé viendo al policía y lo saludé, como he hecho con todos los policías que han apostado en el edificio desde el incendio. Él me sonrió y me devolvió el saludo y nos miramos. Le hice entender que sabía de su desconcierto por la inusitada audiencia que su joven presencia suscitaba. Él me agradeció con un gesto de cabeza y un aleteo en cámara lenta de sus lindas y largas pestañas.
Al volver, las doñas seguían ahí, y es más, otras se habían sumado. Adiós a las quejas de cinturas que duelen, rodillas que crujen, columnas que se no enderezan y todo gracias al colágeno.
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parejonucete · 2 years ago
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It's my 13 year anniversary on Tumblr 🥳
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parejonucete · 2 years ago
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Compendio playero
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parejonucete · 2 years ago
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Eurocentrismo
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Esperaba por un amigo en un bar. 
En la mesa de al lado había una pareja conformada por un inglés y una argentina. Dando vueltas como polillas, había dos brasileñas ruidosísimas.
Aproveché el retraso de mi amigo, para describirle un poco la escena, después de darle contexto: ''La argentina lleva un vestido muy lindo, de esos largos, que se abren a mitad de pierna y no tiene las piernas depiladas''. ‘’Entonces no es una cita’’ sentenció mi amigo. 
Mientras, las brasileñas hablaban a los gritos sobre el eurocentrismo de nuestros días. ‘’No todo está en Europa. Latinoamérica tiene muchísimas cosas para dar. ¿Por qué buscar hablar francés, si en Latinoamerica no se habla francés?’’ entre otras muchas otras cosas-pavadas producidas por el exceso de vino que ya llevaban encima. No me dejaban escuchar la conversación del inglés y la argentina en su totalidad. 
En eso, mi amigo llegó. Entre grito y grito de las brasucas, intercambiamos alguna que otra palabra. Seguían empeñadas, sobre todo una, en que el eurocentrismo era el mal de nuestros días y que era una de las causas por las que nuestro continente no avanzaba.
Ocultos tras nuestros anteojos de sol, mi amigo y yo observábamos la escena, tras sorbo y sorbo de un rico torrontés: ‘’El eurocentrismo. Yo lo hacía ya muerto’’ le dije. ‘’Pues para que tú veas, aún enciende pasiones’’ replicó mi amigo. ‘’¿O será el vino?’’ pregunté.
La pareja de al lado fue evolucionando. Desde mi lugar, veía la fascinación del inglés por la argentina y, aunque a ella la tenía de espaldas, la veía arreglarse el pelo, mirar distraída hacia un lado, encender un cigarrillo y dejarlo olvidado adrede, humeando entre las copas de vino. Cuando se levantó para ir al baño, mi amigo notó que el vestido dejaba ver la ropa interior: ‘’Lleva tanga. Es una cita’’ concluyó. Yo todavía pensaba que no, que estaban en todo caso en un mero cortejo inocente o uno de esos encuentros dulces y pícaros con amigos que pudieran devenir en algo más, pero que no, al final.
Cuando la chica regresó, las brasileñas aumentaron los decibeles y, como se habían quedado sin fuego, se lo pidieron a la argentina. Interrumpieron la conversa, les pidieron no solo fuego, sino algunas gotas del vino tinto que les quedaba. La argentina, viendo que las intrusas no se iban, las invitó a sentarse con ellos. La eurocentrista se instaló bien cerca del inglés. Se ató el cabello, se lo soltó, se lo volvió a atar, se lo volvió a soltar. El inglés, educado y cortés, la ignoró. Ignoró sus gritos, sus declaraciones, su patético coqueteo. Sacó su cámara y le hizo un par de fotos a la argentina y durante el resto del tiempo que mi amigo y yo permanecimos en el bar, su comportamiento fue el mismo, algo estoico, algo condescendiente con las ruidosas.
‘’Mucho anti eurocentrismo, pero se le sentó al lado al inglés. Boba no es’’ concluyó mi amigo. ‘’En fin, la hipotenusa’’ dije yo. Y nos fuimos a buscar más situaciones en otro bar.
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parejonucete · 2 years ago
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parejonucete · 2 years ago
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Cosplay
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parejonucete · 2 years ago
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La esquina de los sabores eternos
En lo más profundo de la ciudad, justo en la esquina donde convergen las calles caóticas, se encuentra un lugar que despierta los más intensos anhelos culinarios de los hambrientos transeúntes, entre los que me cuento, y, en especial, de esa raza conocida como ‘’taxistas’’. Un puesto de panchos que parece detener el tiempo y transportarnos a un mundo donde solo importa satisfacer el apetito voraz.
Al acercarme a esa esquina, ocurre el milagro: Un arcoíris de aromas me envuelve en un abrazo olfativo irresistible. El humo dulce de las salchichas asadas, la frescura del pan recién horneado (o esa es mi fantasía, lo de recién horneado) y una sinfonía de condimentos un poco básicos para mi gusto, pero condimentos al fina y al cabo, se entrelazan en el aire, desatando una danza tentadora que hace latir los corazones famélicos, entre ellos, el mío, claro está.
Los taxistas, siempre al acecho de una comida rápida, acuden a este punto de encuentro como abejas al néctar de las flores. Sus voces llenas de historias y anécdotas se entremezclan con el ruido de los motores y el traqueteo de la ciudad, creando una música peculiar que solo se encuentra en las esquinas de este tipo.
Cada bocado es una explosión de sabores conocidos, pero no por ello desechable. Toda la experiencia se convierte en una peregrinación gastronómica que estimula los sentidos. El crujir del pan, la suavidad de la salchicha y la combinación perfecta de salsas, se convierten en el ritual sagrado y low-cost donde los taxistas encuentran la fuerza para enfrentar las largas noches y los interminables trayectos.
En esta esquina bendecida por el dios de los antojos callejeros, los taxistas se nutren de más que solo comida. Cada visita es un acto de camaradería, una comunión con el espíritu de la ciudad y una oportunidad para recargar energías entre un trayecto y otro. Es un lugar donde las horas se diluyen y los sabores perduran en el paladar, dejando una huella imborrable en los recuerdos de quienes se aventuran a descubrirlo.
Si alguna vez te encuentras perdido en la maraña de la metrópolis, sigue tu nariz y déjate guiar por el aroma embriagador que se eleva desde esa esquina caótica, pero mágica. Esa es la esquina de los sabores eternos, donde los panchos y los taxistas se abrazan en un festín inolvidable.
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parejonucete · 2 years ago
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El mar
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La mejor parte del verano era el mar.
El mar y tú.
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parejonucete · 2 years ago
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Jazmín bajó corriendo las escaleras furiosa y llamó a mamá con un grito. Que se enterara toda la cuadra, si era posible.
‘’¡Laura! ¡Tu gato atacó al mío!’’ le espetó, sin siquiera saludarla. Mamá la miró perpleja. Era imposible que su angelito rubio, tan simpático, divertido, loco y amadísimo, hubiera sido capaz de semejante acción tan detestable y violenta.
Jazmín llevaba en brazos a Hobbit, aterrorizado y herido. Le mostró los huecos que le había dejado el supuesto ataque de nuestro gato y que le había arrancado varios, pero varios pelos, los rasguños, las lesiones, los cortes.
Según Jazmín, nuestro Milo era casi un vándalo, un asesino. Mi mamá se enfureció. Su gato era incapaz de atacar a un vecino. Tuvo que haber sido otro. El de ella, porque en ese momento Milo automáticamente pasó de ser ‘’nuestro gato familiar’’ a ‘’su gato’’, jamás tenía comportamientos violentos y antigatunos. Eran todas falacias de Jazmín. Necesitaba un culpable y no halló otro que Milo, su/nuestro Milito.
Después de casi 40 minutos de acalorada discusión, la parte acusadora se retiró a su casa y la defensora hizo lo propio, pero al patio a buscar al indiciado para hacerle arrumacos y limpiar su nombre. Infelizmente, el sujeto en cuestión estaba en el centro del patio, sentado con toda su gracia al sol y con algo protuberante entre las fauces.
Mamá se sobresaltó al verlo y al acercársele, el terror se apoderó de ella. Lo que Milo tenía entre los dientes no era más que los pelos, muchos, de los que le arrancó a Hobbit. Los mostraba como un trofeo, muy orgulloso de ello, dicho sea de paso.
Con sigilo, mamá intentó agarrarlo para quitarle la evidencia de la boca y evitar males mayores. Milo la ignoró. Empezó a pasearse por todo el patio, primero, después a correr. En pánico, pero también en silencio para evitar llamar la atención de la dueña de la víctima, mamá lo persiguió por el patio hasta que lo atrapó y a duras penas le quitó los pelos de la boca.
Nos hizo jurar que jamás confesaríamos la verdad de los hechos. Ella había hecho su parte: Limpiar el buen nombre de su amado gato, resguardar su reputación y protegerlo de una posible demanda por daños a la integridad física de Hobbit. Durante años sostuvo la mentira y creo que aún lo hace.
Así supongo yo que es así el amor ;)
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parejonucete · 3 years ago
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Él lleva el cabello corto, en un vano intento de domar sus rizos. Tiene un tatuaje en la nuca. 
Ella lleva el cabello igual, sin modificaciones. Ningún tatuaje en la nuca. Ningún tatuaje en el cuerpo. 
Él está de espaldas y ella lo observa. No logra identificarlo. Tampoco recuerda las noches entre sus brazos ni las promesas que se hicieron. ¿Quién era? 
 Él se da la vuelta y se le queda mirando. No logra reconocerla. Tampoco recuerda los besos ni los abrazos que se dieron. ¿Quién es ella? 
Fin del verano. 
Fin de la historia.
Fin de su historia.
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parejonucete · 3 years ago
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El cine
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Nuestra primera salida fue al cine. Todavía no nos habíamos enredado en la maraña de sentimientos que nos esperaba y estábamos lejos de imaginar la magnitud de lo que viviríamos.
Así que esa tarde, en el cine, ya dentro de la sala, charlábamos, mientras esperábamos que diera comienzo la función.
En un punto, yo gesticulé; cosa propia de mi ser, y tú también; cosa impropia del tuyo. Fue entonces que nuestros dedos, sin querer, quedaron entrelazados. Nos quedamos mudos, como atontados.
Cada dedo volvió a su sitio y las luces se fueron apagando. La peli comenzó. Yo me quedé quieta en mi butaca, pensando en tus dedos, que duraron segundos entre los míos.
Al terminar la función, fuimos a beber algo al pub irlandés de siempre. Hablamos de la peli.
Cuando me dejaste en la puerta de mi casa, me abrazaste. Yo, seca como siempre he sido, y torpe desde siempre para el cariño, me separé rápido de ese abrazo y te deseé buenas noches.
Pero ya en mi habitación, volví a ese momento del encuentro fortuito de nuestros dedos y esa noche supe, que pasara lo que pasara en mi vida, yo volvería a ese recuerdo táctil cada tanto.
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