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—“Son tiempos difíciles para nosotros. Te encontré por casualidad, en mi ronda diaria. Llevaban mucho tiempo siguiéndote. Un poco más y te habrían atrapado. Los MCH son cada día más numerosos.”
Huye. Escóndete. Que no te encuentren, o si no…
¡Bienvenidos al Hotel Relictus! Somos un grupo de roleplay de fantasía completamente en español. ¿A qué esperas para unirte?
TRAMA // REGLAS // ASK // MASTERLIST
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(A veces me pregunto si solo estamos Falkner y yo)
Holi (?)
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illus. Megumi Mizutani “Wally” from Generations
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Desde luego, había sido toda una sorpresa que hubieran llamado a Bugsy sin ninguna clase de contexto. En un principio se asustó un poco, aunque no creía que le llamasen por algo que hubiera hecho mal. Su gimnasio estaba al día y seguía el reglamento al pie de la letra. Se llevaba bien con sus compañeros de trabajo, bueno, con la mayoría, aunque seguro que tampoco era por eso. Sin duda lo que más le sorprendió fue llegar a la oficina y ver a Falkner. ¿Qué razón habría para que los llamaran a los dos? Sencillamente se sentó y decidió quedarse en silencio mientras intentaba descubrir dónde se había metido.
Según el hombre hablaba, Bugsy se iba tranquilizando un poco. Bueno, les podían bajar los sueldos y el próximo secretario podría ser un idiota capitalista que redujese sus sueldos y convirtiese todo en una utopía comercial, pero por lo menos no había sido culpa de Bugsy. Ni de Falkner. Ni de Falkner y Bugsy. Eso sí que le hubiera asustado.
Sin duda alguna, el más sorprendido por el gráfico fue él mismo. ¿Cómo era aquello posible? Tenía que ser alguna clase de ilusión óptica. No tenía el carisma de Clair, ni la fuerza de Chuck, ni la energía de Whitney, ni la habilidad de de Morty... Todos sus compañeros tenían algo (¿madera de líder?), como una chispa. Sin duda cualquiera de ellos podría haber desempeñado la tarea mejor. Bugsy era, bueno, Bugsy. Lo único que se le daba bien eran los bichos, y, ¿para qué servía eso para un secretario?
Bueno, por lo menos tenía a... No le dio tiempo ni a reaccionar, su compañero ya había salido de la oficina. Desde luego era un asunto importante, ¡todo su trabajo estaba en juego! Lo del discurso era un tema aparte. Él, que casi no podía ni hablar con los retadores, ¿hacer un discurso que podría cambiar la forma en la que todos los líderes de gimnasio ejercían desde siempre? Era demasiada responsabilidad. Sabía que sobra que no podría hilar más de dos palabras, si tan solo pudiera hablar tan bien como Falkner... Pero claro, iba a ser imposible convencerlo. Nunca se habían llevado bien.
Sencillamente asintió y salió de la sala. Tenía que intentarlo por lo menos, había demasiado en juego, ¡no perdía nada por intentarlo! Tampoco se podían llevar peor de lo que ya se llevaban...
Aunque estuvieran hablando de Falkner, alguna forma tendría que haber de convencerlo. Seguro que a él también le importaba todo esto... ¿No? Salió de la sala un par de minutos después. Por suerte él todavía estaba allí. Notaba sus mejillas algo rojas, no sabía que decirle, no hablaban nunca.
— Em... Ay, por Arceus... — Susurró Bugsy para sí mientras pensaba algo que decir. — ¡Falkner! — (¿Le habría asustado con esa entrada?) — Mira, eh... Sé que no nos llevamos bien y... em... pero, ¡yo no puedo hacer nada solo! Piensa en los demás... Piensa en tu propio trabajo, Falkner. A mí tampoco me apetece, pero hay que... ¿intentarlo?
Lo que faltaba
Bugsy - @slxzer
—Buenas tardes, caballeros. Agradezco su presencia y lamento haberlos hecho venir sin comentarles el motivo de esta reunión. Como sabrán, la Liga se mantiene viva gracias al seguimiento de normas estrictas. Son las que garantizan que una misma persona no dirija dos gimnasios o que nuestros inspectores certifiquen periódicamente que dichos gimnasios respeten las condiciones de seguridad e higiene.
—Creo que ya sabemos todo ese palabrerío, ¿verdad? Quiero decir, al menos yo no soy un novato en esto… —apuró Falkner, algo impaciente.
—No lo dudo, solo quería introducirlos al asunto que nos importa. Sucede que otra de estas reglas nos obliga a llamar, cada dos años, a elecciones abiertas para decidir quién será el secretario o secretaria general de la Liga Pokémon. Esa persona es la que se encarga de administrar nuestros recursos y de hacer cumplir el Reglamento. Normalmente, este evento es una cuestión meramente protocolar. Llevamos veinte años teniendo el mismo secretario general porque nadie quiere competir con él y porque su gestión no ha presentado mayores inconvenientes.
—Disculpa, ¿acaso nos citaste para decirnos cosas que ya sabemos? Porque quizás él no, pero yo soy una persona ocupada, ¿sabes?
—Permítame continuar, Falkner. El asunto es que nuestro secretario general falleció la semana pasada. Como secretario provisional es mi deber velar por el correcto funcionamiento de las próximas elecciones, en nombre de esta honorable organización deportiva que funciona en la región. Y aquí es donde entran ustedes dos, caballeros, porque tenemos un problema. »Tres días después del fallecimiento, anunció su candidatura el comerciante Víctor Z. Bombillín. Bombillín cree que esta Liga no recauda todo el dinero que podría recaudar, así que impulsará una serie de medidas para “solventar” ese problema. Algunos amigos me hicieron llegar sus propuestas y ninguna me agrada. Bombillín quiere que las medallas se fabriquen con materiales de menor calidad, colocar publicidad en las fachadas de los gimnasios y crear varios puestos de “mercancía oficial de la Liga Pokémon de Johto”, entre otras cosas.
—Reducir nuestros sueldos también, ¿verdad?
—Drásticamente.
—Oh, perfecto. Es un maniático de primera. Nadie va a apoyar eso.
—Es un comerciante de renombre, Falkner. Hemos hecho algunas encuestas rápidas y los números están alarmantemente a su favor. Además, de momento nadie más se ha postulado, así que las elecciones serían un mero trámite para que él llegue a secretario general. Pero tenemos un último recurso, y aquí es donde entran ustedes.
El secretario provisional dio vuelta la computadora portátil que tenía sobre su escritorio. Los rostros de Falkner y de su colega de cabello violáceo fueron iluminados por la pantalla que mostraba un gráfico de barras de colores.
—También hicimos encuestas rápidas —continuó el hombre de traje— sobre candidatos que nosotros podríamos proponer como sucesores de nuestro excelentísimo secretario general. Y confieso que me sorprendí al verlos a ustedes entre los más aclamados por la población. Supongo que a esta altura entenderán de qué estoy hablando.
—¿Usted quiere que yo trabaje…
—…para ganar las elecciones, sí…
—…con él?! No, gracias. Quiero decir, me honra el pedido, pero no.
Falkner se levantó de su silla y caminó hacia la puerta. Antes de retirarse, amagó con decir algo. Afuera lo esperaban Pidgeot y Tropius, ansiosos por conocer el motivo de la reunión.
—Usted parece más comprensivo, Bugsy. Además, su aceptación entre la gente es la más alta de todas. Si comprende lo grave de la situación y le interesa actuar de alguna forma, quizás pueda hablar con él para hacerlo entrar en razón. Estoy convencido de que una fórmula electoral con ustedes dos sería un éxito. Usted como secretario general y Falkner como tesorero. Puedo organizar un acto de lanzamiento de campaña con solo su confirmación… y, claro, no olvide preparar un discurso.
#ic#Ƹ̴Ӂ̴Ʒ the walking bug pokémon encyclopedia!~#falkner#holi c:#y nop#es un sobre#y lo de dentro se llama papeleta
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212 - Scizor
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nohayfalknerparafalkner :
Una mujer de cartera verde pasó por la boca del callejón canturreando: “…na, nananananmdelonormal… nananananampidiendo más… nananana…”. En algún punto de su recorrido, arrojó una mirada indebida y creyó ver a Lionel Messi hablando con un animalucho. Automáticamente, decidió dejar de posponer su consulta con el doctor Ibáñez.
—Acá… eh… plata no… Si es por plata, yo… El dinero no es problema, eh… Yo quiero entrar en… quiero ser el ejor, perdón, el mejor. Quiero…
Una melodía interrumpió la charla. Lionel, ni lento ni perezoso, supo que se trataba de su aparato celular. Introdujo la mano en su bolsillo y la sacó de ahí junto con el teléfono. Al fijar la vista en la vibrante pantalla luminosa, frunció los labios. Deslizó hacia la derecha para no atender la llamada de Shakira.

—Disculpas. Ya que estamos, me gustaría… mostrarle… algo que estuve buscando.
La estrella internacional se dedicó a operar su celular unos segundos. Revisó su historial más reciente del navegador para encontrar el enlace que había hallado momentos antes de encontrarse con el agente. Se trataba de una noticia vieja relacionada con la inauguración del Pokémon World Tournament. El futbolista dio vuelta su teléfono para mostrar a Perry las imágenes que le parecieron más llamativas.
—Yo… yo lo que quiero es… ser algo así, llegar a ser algo así… ¿Ve? Mire, esa rubia con ese tapado de piel… o el… el chico de ahí, el que tiene las muñequeras… o la pibita que tiene como ruedas de pelo en la cabeza… es… se ve… se ve distinto al fútbol, se ve desafiante… Yo… Yo quiero eso. -¿Usted me puede… entrenar?
Sin que nadie se lo pidiera, Lionel desplegó sus dotes actorales: fingió arrojar una Pokéball hacia adelante e hizo gestos bruscos al aire. Un segundo más tarde pensó que quizás estaba dejando que la emoción y la ansiedad se apoderaran de él. La sola idea de iniciarse en un nuevo desafío le aceleraba su millonario corazón.

—Y, bueno, ¿qué… ¿Qué… tendría que hacer primero? Comprarme una gorrita, ¿no? ¿O capturar un Rangela, un Ambitron?
Pasó andando una mujer justo por delante de ellos, cantando una canción que al agente P. le resultaba extrañamente familiar. Era bueno saber que sus trabajos servían para algo. Al fin y al cabo, Perry era un profesional.
— Grrrgrgrgrgrgrrrr. Grrrrg grrr. (No se impaciente, señor Messi. Esto hay que hacerlo pasito a pasito, ¿entiende? No podemos empezar a capturar Pokémon, no por lo menos aquí...)
Le hizo una seña al futbolista para que le siguiera. Fueron por las ajetreadas calles cuidando que nadie les reconociera, eso armaría un revuelo innecesario. Lo más importante era que nadie les siguiese, no podían descubrir el secreto, la máquina que les permitía viajar entre dimensiones. Era una versión mejorada de la que en su momento construyeron Phineas, Ferb y Heinz; solo que mucho más eficiente. El único problema era que al accionarse producía una gran luz, por lo que debía ser utilizada en un lugar oculto para no levantar sospechas. Llegaron a una gran casa que parecía estar abandonada, toda la fachada estaba semi-derruida, la pintura parecía haberse ido cayendo con el paso del tiempo y no había ni un solo cristal que estuviera completo. No es que diera un aspecto tétrico, pero desde luego no era un lugar de vacaciones.
Llamó a la puerta exactamente cinco veces con un ritmo determinado. Se abrió con un clic, y Perry guió a su cliente al interior, que contrastaba drásticamente con la penosa imagen de antes. Dentro parecía una especie de cuartel de operaciones, uno de los sitios secretos del agente. Tenía varios de esos repartidos por todas partes. Había varias pantallas gigantes por las paredes y varios aparatos colocados de forma casi aleatoria. El que les interesaba era el que estaba justo en el medio sala. Exactamente en el centro se alzaba la máquina, aquella que les permitiría lo imposible, cambiar de dimensión. Era como la parte delantera de un coche en la que podrían subirse unas cuatro personas como mucho. Su estructura era parecida a la antigua máquina del tiempo, aunque infinitamente más novedosa.
— Grrrrgrgrgrgrgrgrgrg, gggrrgg gggggr. Ggggrrgggg ggrgrg.(Bien, solo tiene que subirse ahí. No se preocupe por la ropa, cambiará automáticamente con la dimensión. Una vez allí podremos ocuparnos de los “Rangelas”.)
Otro ángulo
#pessi#este es nuestro mejor post por mucho#ya no puedo ver a Messi en la televisión sin acordarme de ti#escritura de calidad#ya puedes dejar de amenazarme (?)
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Respondé el Pessi, rata inmunda (primer aviso).
Jooo, que ya iba...
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@nohayfalknerparafalkner
Voy a buscar un AU más estúpido que el Pessi y te lo voy a escribir (?)
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:D
Tengo que volver a escribir las páginas de mis musas.

¿Alguien(???) quiere un starter o algo?
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Tengo que volver a escribir las páginas de mis musas.

¿Alguien(???) quiere un starter o algo?
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@nohayfalknerparafalkner
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A media mañana, en un comercio de Johto que sueles frecuentar, un señor mayor está delante de ti en la fila. Se lo ve algo nervioso. Cuando le toca su turno, pregunta al vendedor si solo tiene en stock los 7 palos de escoba que están a la vista. El vendedor, algo sorprendido, responde que sí. El hombre los compra todos y suplica que consigan más a la brevedad. Al retirarse del local, su rostro está muy pálido.
Bugsy se encontraba en Ciudad Trigal. Se dirigía a una tienda que frecuentaba habitualmente, era una de esas en las que tenían bastantes cosas a un precio asequible.
Llevaba consigo algunas herramientas de jardinería y ferretería para hacer algunos arreglos (mejor dicho; chapuzas) en el gimnasio que debido a la complejidad de su estructura siempre necesitaba una mano hábil de vez en cuando. Realmente lo acabaría haciendo todo Scyther porque Bugsy no tenía el aguante necesario ni para hacer la mitad, pero tenía que ayudar a sus Pokémon igualmente aunque el trabajo manual no fuera su mejor campo.
Justo delante de él había un hombre que parecía algo nervioso. Preguntó si tenían palos de escoba y se llevó todos los que tenían, y no solo eso, pidió más. ¿Para qué querría alguien tantos palos de escoba?
El hombre salió muy pálido de la tienda. El empleado de la caja murmuró algo como “ya está otra vez el lunático de las escobas…”. Bugsy se llevó sus cosas y no le prestó mucha atención al incidente hasta que vio un reportaje especial en las noticias.
Por lo visto un hombre de mediana edad había ido por todas las regiones del mundo para conseguir palos de escoba y otros útiles, porque una banda de Minccino se había establecido en su casa de Teselia y amenazaban quedarse allí para siempre hasta tener un armamento de artículos de limpieza de todas partes del mundo. Entre una de las fotografías se podían ver los palos de escoba entre limpiacristales con la etiqueta en francés.
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pinkyellowpurpleandwhite :
La mente de Noelia iba poco a poco relajándose mientras caminaban lentamente hacia el Centro Cívico, al parecer, caminar funcionaba para los nervios, como le dijo una vez su amiga Maribel, de la Universidad de Hau’oli. Y que el chico soporte sus nervios le aliviaba también.
— Pues… Si… Alola es una región bastante tranquila… Malie me recuerda mucho a la región de donde vengo… —Respondió, más calmada, repitiendo en su mente que ya no había que temer, seguido de un suspiro— Yo vine de Johto a estudiar Biología Pokémon… Y Jiggles me acompaña la mayoría del tiempo. Supongo que tu Noivern es lo mismo que mi Jiggles para ti.
Parecía que la jovencita se estaba relajando, lo que alivió a Kazuhiro. No quería ponerla nerviosa ni hacer que se sintiera incómoda hablando con él. No había sentido en entablar una conversación con una desconocida que se fuera a sentir agobiada. No era su rollo.
— Vaya, así que eres de Johto y estudias... — Quiso decir algo como “que aburrimiento, yo lo dejé”, pero sabía de sobra que no había que meterse con las pasiones de los demás.
— Yo soy de Sinnoh, pero hace mucho que no voy por allí... Nunca he estado en Johto, seguro que está muy bien, y además tienen muy buena música.
#ic#(han pasado 84 años...)#perdón por ser un Slowpoke#:p#♯𝔪𝔲𝔰𝔦𝔠𝔦𝔞𝔫♫♪♭#pinkyellowpurpleandwhite#when todos tus iconos parecen el mismo pero son *ligeramente* diferentes xD
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Ya había pasado mucho tiempo desde sus últimos momentos de gloria. Hacía mucho que Heinz se había rendido. Ya no necesitaban de sus servicios en la OSAC, la Organización Sin Acrónimo Chulo. No estaba triste, aunque le costó despedirse del Mayor Monogram y Carl después de tanto tiempo. Phineas y Ferb ya eran mayores, ya no tenía nada que le atara en el Área de los Tres Estados. Era su momento de brillar en solitario, conseguir un trabajo en el que él mismo fuera su jefe. Eso estaría bien. Danville ya no necesitaba al ornitorrinco.
Ahora se podía dedicar a ser un agente a tiempo completo, aunque ya no se encargaba de destruir Inators. Perry era un gran investigador, un detective, un agente secreto. Podía hacer cualquier cosa. Él tenía un disfraz infalible, solo con quitarse el sombrero parecía un ornitorrinco normal, y nadie sospecharía nunca de un ornitorrinco normal.
A veces su nueva vida como autónomo se hacía algo aburrida. De vez en cuando echaba de menos volver a casa y ver una gran montaña rusa en el jardín, pero ahora tenía un trabajo la mar de interesante. Como ahora podía hacer lo que le diera la gana, se dedicaba a toda clase de trabajos. Se había convertido en un contacto frecuente de muchos famosos, en sus círculos se rumoreaba que Perry era capaz de hacer lo que fuera.
Su último encargo había sido el arduo trabajo de difundir una especie de publicidad subliminal. Perry, gracias a la tecnología que se había llevado de la OSAC, había conseguido poner dicha publicidad en tiendas, teléfonos, centros de ocio y demás, hasta que llegó el punto en que debías vivir debajo de una piedra para no haber oído y aprendido a recitar de memoria la propaganda que Perry había conseguido distribuir por todo el mundo. Digamos que la “canción” de su cliente, el señor Fonsi, había entrado despacito en la mente de toda la población. Lo dicho; hacía cualquier cosa, literalmente.
Ahora no había persona con dinero que no hubiera oído el nombre de Perry. Bueno, todavía no era tan famoso. No aún. Necesitaba algo más. Algo que le hiciera pasar a la gloria como no lo había hecho con Doofenshmirtz. Por eso no se lo dudo un segundo cuando le llamó él. Ese era su momento.
Llegó al lugar donde habían quedado cinco minutos antes. La puntualidad siempre había sido uno de sus fuertes. Después llegó su cliente, el mismísimo Lionel Messi. Antes de dejarle hablar, le puso al futbolista un broche electrónico. Sin duda era lo más útil que tenía Perry entre sus pertenencias, porque sin él, nadie podría entender lo que decía.
— Grggrgrggggggrgggggggg. Rrrrrrrrgggrrrrr. Grrrrrrg.(”Buenos días señor Messi. Me alegro de que decidiera contactar conmigo. Sin duda, no me pide algo sencillo, ir al mundo de los Pokémon no es nada fácil... Pero estoy seguro de que conseguiré llevarte.”)

Otro ángulo
¿? - @slxzer
—…sin ningún resultado. Paralelamente, esta mañana la vocera de los Laboratorios Nascience sostuvo que las piezas robadas carecen de valor; se trata de un simple prototipo discontinuado que formaba parte de un experimento genético. Pasamos ahora al ámbito deportivo de la mano de Patricio Gómez Picardi.
—Gracias, Claudia. Tengo que decirte que este fue un fin de semana muy caliente en el mundo del fútbol porque por fin llegó el día: el gran Lionel Messi alcanzó los quince millones de goles. Fue en el partido que jugó este domingo contra el Club Unión Sur. A esto se refirieron numerosas celebridades, como el popular Imaneo Felino, que publicó en su cuenta de Tw…
Apagó el televisor y arrojó el control remoto tan lejos como pudo. No hizo ruido, así que seguro había caído sobre la alfombra. Miró su reloj y suspiró: todavía no tenía que vestirse. Contempló la lámpara del techo unos minutos hasta que sonó el timbre. Antes de levantarse a abrir, se limpió las migas que tenía en la barba.

—¡Lio, querido! —habló el visitante no bien vio abierta la puerta.
—Carlos, qué tal.
—Te traje buenas noticias. ¿Puedo pasar? —preguntó y pasó—. Vestite, Lionel, das pena en calzoncillos. ¿No está tu mujer?
—Llega en un rato.
—Bueno, después le contamos.
El representante sacó de su maletín un libro (más de 400 páginas) y lo ofreció a su interlocutor. La portada consistía únicamente en una foto en primer plano del futbolista y la inscripción “Quince millones de sonrisas” en brillantes y enormes letras blancas.
—¿Qué es esto? ¿Mi autobiografía?
—“Autobiografía” sería si la hubieras escrito vos, Lionel. Esto es tu biografía, la hizo un periodista que se quedó sin trabajo hace poco así que nos cobró muy barato.
—Qué bien —balbuceó sin que su rostro sufriera más alteraciones que las necesarias. El representante bufó y se levantó del sillón súbitamente.

—Mirá, Lionel, yo soporto que te deprimas cualquier día, nunca te dije nada. Pero ahora es distinto, después del partido del domingo nos van a llover las ofertas, las publicidades, los tuits. Así que vestite, cambiá la cara o tomate un antidepresivo y salí de tu casa porque las entrevistas no se van a responder solas. Te veo en un rato.
Cinco horas después, Lionel Messi se fotografiaba junto a Amalia Gallardo, una trabajadora de la prensa deportiva que acababa de entrevistarlo en la redacción de un canal de noticias. Antes de poder salir de ahí, tuvo que firmar algunos autógrafos a los niños, niñas y personas no tan jóvenes que se habían acercado para tener contacto con él. Mientras lo hacía, la mirada se le posó en uno de los tantos televisores encendidos que el canal tenía como decoración. En aquel se reproducía un combate entre un Gliscor y otro ser alado cuyo nombre Lionel no recordó. Inmerso en la batalla, sonrió por primera vez en el día. Su mano izquierda, mientras tanto, escribía “Con cariño, Lio” en un papelito.

Momentos más tarde, regresó a su hogar. Su mujer todavía no había vuelto y el silencio reinaba en el ambiente. Decidido, buscó el teléfono y marcó un número.
—¿Hola?
—Hola, ¿ma?
—¡Lio, querido! Vi lo de los quince millones de goles, ¿cómo estás?
—Bien, mamá, no te llamo por eso. ¿Vos te acordás del hombre que contrataste cuando creíste que papá te engañaba?
—Ay, hijo, dijimos que no íbamos a hablar más de eso…
—¿Lo tenés o no?
—S… sí… en algún lado lo debo tener, ¿pasó algo?
—No, es para un amigo.
—No estarás ayudando otra vez a ese Ronaldo, ¿no?
—No, mamá…
—Bueno, esperame un ratito que te busco el número. Eso sí, te tengo que decir que… la persona que contraté no es precisamente… una persona…
—¿Qué decís?
Esa misma noche, Lionel llegó sin custodios ni choferes al punto de encuentro pactado. Según sabía, el agente era capaz de resolver cualquier problema. Cuando lo vio, se sintió un poco intimidado, pero de igual forma logró poner en palabras su problema:
—Yo… no suelo… No suelo hacer estas cosas… eh… Yo… Quiero… Me aburro, mi casa… Quiero empezar a entrenar bichitos… quiero un desafío, algo en donde no todos me… griten y… quiero un Pokémon, pero… Bueno… ¿usted puede… eh… ayudar?

#Falkner eres el mejor#además#cuando abrí el borrador para terminar la respuesta:#JUSTO EMPEZÓ UN CAPÍTULO DE PHINEAS Y FERB EN LA TELEVISIÓN#ES UNA SEÑAL#¿qué etiquetas le pongo a esto?#xD#Pessi
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Bugsy abrió la puerta del gimnasio, y detrás estaba Falkner. Se sintió feliz de verle.
— ¡Falkner! ¡Pasa, pasa! ¿Cómo te va? Me alegro mucho de verte aquí...
Regalo de Navidad - Ultra atrasado
@slxzer
-No es que odie a la gente de Azalea, puede que tengan un mal gusto en el vestuario y todo pero es gente bien…sin embargo, olvidarme del regalo de navidad de Bugsy eso, terminaría hablando mal de mi- -Como sea…ya estoy fuera del Gym solo debo golpear la puerta y entrar-
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nohrian-imouto :
yoshixa:

-Dejen a Lillie en paz, pervertidos!-

-SOOOL-
— ¡¿SE PUEDE SABER QUIÉN ES EL PERVERTIDO QUE ESTÁ MANDANDO ESTOS MENSAJES?!
♠
[♠ Para saber de que color es su ropa interior actual]

-Largo de aquí¡Per…per…pervertido!-
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A Bugsy: Porque a alguien como tu, le gustan uno de los tipos más repugnantes de pokémon. (Ademas de cierto pokémon de Teselia)
— ¡Los Pokémon de tipo bicho no son repugnantes! Son unos Pokémon maravillosos, y como los demás tipos tienen sus ventajas y sus debilidades.
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