#InfiernoII
Explore tagged Tumblr posts
commedia2018 · 8 years ago
Text
Infierno II, o instrucciones para construir una escalera al cielo
    La Vita nuova [Vida nueva], esa curiosa mezcla de poemario y autobiografía juvenil que Dante escribió antes de comenzar la Comedia, cuenta que cuando tenía nueve años el poeta vio en una reunión a una niña de quien quedó prendado para siempre. Se llamaba Beatrice di Folco Portinari, era hija de un rico banquero florentino, se casó con un tal Simone dei Bardi y murió a los 25 años.     Dante la vio sólo dos veces a lo largo de su vida. La primera fue aquella, y la segunda tuvo lugar años después en una calle de Florencia. En un famoso poema también incluido en la Vita nuova, Dante confiesa, o tal vez sólo imagina, que ella le sonrió al verlo. Eso fue todo. Nunca intercambiaron palabra y aun así Alighieri le dedicó casi la totalidad de su obra.     El último poema de la Vita nuova declara que el suspiro de amor de Dante por Beatrice se proyecta oltre la spera che più larga gira [más allá de la esfera que gira con mayor amplitud.] En clave medieval, lo que eso significa es que Dante intuye que su amor supera los confines del universo, que se dispara más allá de lo humano, que presiente en él la posibilidad de ver a Dios. Luego de comentar ese poema, Dante declara que no volverá a escribir sobre su amada hasta que sea capaz de decir de ella quello che mai non fu detto d’alcuna [aquello que no se dijo jamás de otra mujer.] Su intento de decir eso, de superar todo límite poético y físico por medio de su amor por Beatrice, es la Comedia; y el canto donde esto se revela por primera vez es el segundo del Infierno, en el cual el autor se pregunta por qué habría de ser digno de emprender un viaje de tal magnitud, un viaje del que sólo han sido capaces los héroes y los santos. Virgilio le responde que así lo quiere Beatrice.     Por supuesto, la amada de Dante no es la primera de la cadena de donne benedette [mujeres benditas] que conduce de Dios a Virgilio, y por vía de este a Dante. La primera es la Virgen, quien acude a Santa Lucía, de quien el poeta fuera muy devoto. Es esta segunda quien busca a Beatrice en la rosa celestial, y le cuenta que aquel que por amor de ella sobresalió de la volgare schiera [masa vulgar] está perdido en la selva del pecado y necesita su ayuda. Pero de todas las mujeres que se preocupan por él en el cielo, es Beatrice quien baja al infierno para salvar al protagonista, en una especie de eco en clave lírica del descenso de Cristo en busca de los padres de la Iglesia. Y ella, por supuesto, no requiere a Abraham sino a Virgilio, para encomendarle la misión de conducir a Dante por los dos primeros reinos de ultratumba.     Más allá de la densa red de significados alegóricos que puedan colegirse o no de este episodio, lo fundamental es tener en cuenta que Dante, a diferencia de los neoplatónicos radicales herederos de Agustín de Hipona, considera que el amor por una mujer histórica, de carne y hueso, es capaz de conducir a Dios. A Eneas se le permitió descender al Hades porque su misión era fundar a Roma, el imperio por excelencia de la humanidad; a San Pablo, porque habría de dar inicio a la Iglesia Católica. Pero a Dante se le otorga el mismo permiso sobrehumano en razón de su pasión por una mujer.     Aunque desconocía el griego y nunca pudo leer a Platón, la convicción de Dante del valor de su amor personal como herramienta de trascendencia espiritual lo acerca mucho más a la intención original del autor del Simposio de lo que estuvo Plotino o cualquiera de los neoplatónicos. Para Dante, el amor che muove il sol e l’altre stelle es el mismo que lo motiva a escribir para Beatrice; amor divino y pasión lírica son, en este primer momento, uno y el mismo. De esta manera, en Infierno II la Comedia se revela de nuevo como un replanteamiento, casi una humanización, de las ideas de Agustín. Para este último, sobre todo en su fase juvenil del deificari in otio, la carne y sus pasiones eran un lastre del cual el creyente debía librarse para acceder a Dios; para Dante, por el contrario, el amor humano le da alas al alma.
43 notes · View notes