Tumgik
#sin embargo hubo momentos en que sentí que sí lo fuimos
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Sexo.
He estado pensando en el sexo, jamás en mi vida había escrito acerca de algo tan vulgar como lo es el sexo, creo que alguna vez conté en mis diarios de aquella vez que perdí mi virginidad y creo que eso fue todo.
Sin embargo el sexo es gran parte de mi vida; ocupa gran parte de mis pensamientos y gran parte de mi personalidad.
A le vez estuve pensando en que estoy demasiado agradecida de haber tenido más experiencias sexuales.
La primera vez que conocí a Carlos fuimos a desayunar; la segunda me quedé a dormir en su casa y tuvimos sexo. En retrospectiva me parece muy gracioso porque creo que ninguno de los dos esperaba ese resultado, pero pensando en ese momento; simplemente estábamos calientes.
Como dos semanas después de que empezamos a salir tuvimos la plática de los exes y eso a su vez hablamos de sexo. Cuando le pregunté con cuantas otras niñas había estado sentí un alivio cuando me dijo 15, sé que es raro escribirlo porque siento que en un distinto escenario esto me hubiera asustado. Pero me dio gusto saber que eso para él no era importante, me refiero al número, porque hubo algunas ocasiones en donde cogi con alguien simplemente por el hecho de estar caliente; esto antes me avergonzaba, pero ahora agradezco haberlo hecho, me gusta pensar que experimente y me di a quien quise.
De mi primero no puedo hablar mucho porque justo fue eso, el primero, no hay nada más que decir.
El segundo me intimidaba. P Sabía demasiadas cosas y tuve una sensación de tener que demostrar que yo también, aún que para ese momento yo nunca había cogido con alguien más, mucho tiempo después lo hablamos y le dio risa porque me dijo que si no le hubiera dicho jamás se lo hubiera imaginado; también fue una buena conquista porque fue un crush demasiado intenso. Al estar en la cama con él tuve un sentimiento de “por fin”.
El tercero fue lindo, creo que de mis “relaciones” (si así se le puede llamar) es el único que realmente se que valía la pena, el sexo simplemente fue lógico en ese momento, pero nunca hubo conexión sexual; por eso no pude andar con el, uno pensaría que la conexión sexual no es tan importante hasta que lo vives, él era perfecto en papel, realmente de todos mis ligues es el que a veces me gustaría hablarle para saber cómo está, a veces me contesta stories pero claro que yo no contesto las suyas, igual le sigo deseando feliz cumpleaños y una buena vida. También creo que es raro porque creo que fue la única persona que realmente me gustaba, en retrospectiva lo pienso y lo sé, pero en su momento no lo sentía así, creo que jamás volveré a llamar a alguien en la peda, o me subiría en un avión, o le juraría que nos casaríamos como lo hice con D.
El cuarto no sé si contarlo, era virgen, realmente nunca llegamos a hacer nada, pero me vio desnuda y yo lo vi desnudo a él, nunca me gustó, supongo que esos si fueron momentos de calentura; es mi amigo, de hecho de los más cercanos, hablamos muchísimo, lo veo muy seguido y aún que sé que sigue un poco enamorado de mí, lo quiero muchísimo.
El quinto fue buenísimo, pero estaba loco, y no es que lo odie, pero simplemente me causa repugnancia el tipo de persona que es, aún así, creo que sí lo veo, lo podría saludar sin ningún problema, sigue siendo parte de mi círculo de alguna manera entonces siempre estará ahí.
El sexto fue Carlos, fácil, sin ninguna complicación, perfecto, divertido, creo que la diferencia entre el sexo que tenemos Carlos y yo, con todos los demás, es que si hay amor, no entendía cuando la gente decía que el amor es importante en el sexo, creía que no, hasta que lo conocí y me di cuenta de lo importante que era.
Podría coger todos los días con Carlos y no cansarme nunca.
El seco es divertido, no es nada malo, y me encanta.
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perez-soza · 1 year
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24/6/2023 y 25/6/2033
Otro fin de semana. Nos levantamos pasadas las diez y tomamos las microdosis mientras desyunamos los mates de todos los días. El sábado llovió así que no pudimos repetir el plan de ir a la playa a tomar el sol. Nos quedamos los dos juntos en el escritorio, escuchando música y conversando, viendo algunos videos de youtube. Después de un rato sentí que los hongos me subían, me llamó la atención porque no lo había sentido las últimas veces, pero parece que cada píldora puede tener una concentración distinta de psylocibina, con lo cual no siempre se siente igual. Al principio me dio un poco de ansiedad y me sentí un poco congestionada, sabía que era todo producto de las microdosis. No me gusta mucho esa sensación, pero es por lo menos un indicio de que mi cuerpo está procesando lo que consumí. Sin embargo, por la incomodidad que m genera la sensación, en un momento cruzó por mi mente la idea de que quizás era mi cuerpo o los hongos diciéndome que pare, que ya estaba consumiendo mucho, pero la realidad es que solo lo hago los fines de semana y es una medida muy controlada, mínima. Decidí sobreponerme a esos pensamientos y comer algo, porque despueś de varios mates sentía la panza vacía, o llena de agua, y necesitaba algo sólido. Almorzamos la tarta de choclo que quedó del viernes.
No estoy del todo segura en qué medida las microdosis están ayudando o no a mi crecimiento personal, lo que sí siento es que están ayudando a que mi relación funciones mejor. Nos comunicamos mejor, peleamos menos. Algunas conversaciones en las que tenemos puntos de vista distintos que comunmente podrían escalar y llevarnos a discutir por cosas sin sentido, terminan en un simple acuerdo de que no estamos de acuerdo. Además, en vez de quedarme dando vueltas en qué podría haber dicho para ganar la discusión o en por qué sus argumentos son falsos, mi cabeza empieza a pensar las cosas desde otro lado para tratar de entender el por qué de esos argumentos o por qué no nos podemos comprender.
Por la noche fuimos a comprar para la cena, hubo una situación medio extraña en el supermercado entre los dos, supongo que nos sentíamos un poco extraños e incómodos en el lugar. Después volvimos a casa y seguimos viendo la serie que estamos viendo juntos.
El domingo empezó igual, tomamos la microdosis con el mate y también sentimos que nos subían. Me llamó la atención que nos pase a los dos el mismo día. Lo que nos bajó la ansiedad fue la música de Vulfpeck, nos reimos un rato largo con los videos de uno de los discos. La pasamos bien. Después vino uno de sus amigos y aunque estuvimos por un rato los tres conversando, decidí irme a la pieza y aprovechar para hacer otras cosas, me puse a ver una Masterclass sobre guión, no llegué a terminarlo porque nuevamente me invadió el hambre así que fui a cocinar y cuando estaba terminando ellos se fueron a la casa de otro amigo, así que me quedé sola. Tenía pensado salir a pasear aprovechando que ya no llovía, pero me encontré con que ya había empezado un evento televisivo que quería ver. Perdí un poco de tiempo en la previa que podría haber aprovechado saliendo pero siempre mi indecisión atrasa las cosas. Cuando ya faltaba poco para que empiece salí con la perra porque ella necesitaba dar una vuelta. Afuera estaba frío, caminamos un poco mirando el atardecer rosado y naranja hacia un lado de la costa y el cielo azul profundo hacia el otro. Yo iba siguiendo el evento desde el celular para saber cuando volver, creo que la vuelta duró quince minutos. Volvimos y empezó el evento, me hice un té para sacerme el frío. El evento fue emotivo y se hizo sentir bien, era la despedida de un deportista, se podia notar la alegría y la emoción de los protagonistas y de la gente desde la pantalla. Me quedé con una linda sensación cuando terminó. K llegó en el medio y se sentó a verlo conmigo, me gustó que me acompañara en vez de decirme de hacer otra cosa. Él estaba contento, siempre vuelve contento de juntarse con sus amigos y eso me pone feliz. Cuando terminó el evento, él se puso a jugar un partido de lol, yo seguí mirando un rato más de la clase. Después, nuevamente, cenamos juntos mirando la serie. Se aguánto un poco más de lo que quería para que podamos terminar el capítulo antes de ir a dormir. Lo veía que estaba muy cansado.
Me pone contenta que estemos teniendo este vínculo y se nota que a él también. Durante el día en un momento deslicé que quizás me gustaría en algún futuro irme a estudiar unos meses a otro país, es una experiencia con la fantaseo desde hace un tiempo ya. Siempre me la había guardado para mí porque sentía que para hacerlo iba a tener que separarme, sin embargo el domingo pensé que quizás no, que podría hacerlo y volver y que él esté aca, si él quiere. Y se lo dije, por primera vez. Me dijo que si no son muchos meses me esperaría.
Creo que eso es consecuencia de las microdosis, hay algo de los lazos, de las relaciones que funciona mejor. La empatía? Recuerdo la primera vez que tomé hongos, creo que había sido un gramo o un gramo y medio. Una de las sensaciones que tuve era que yo era parte de todos y todos eran parte de mí, por eso en cada gesto que hacía o en cada palabra me sentía identificada con alguien que conocía y eso me ponía contenta. Esa experiencia de la primera vez fue la mejor que tuve, cuando terminó estaba en modo zen, hippie, amor y paz. Por eso después quise repetir, las próximas veces no fueron iguales.
Sin embargo, reconozco algo de eso, en esta sensación que estoy teniendo en mi ralación con K. Con las otras personas tengo la barrera de estar lejos y de la virtualidad, todavía no se cómo sería si por ejemplo tuviese una reunión social o un evento familiar. No se si voy a averiguarlo próximamente.
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fyuaserdui · 2 years
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Un buen de tiempo sin venir aquí. Me trajeron los pensamientos de mi trabajo.
Se me fue bien rápido el año.
Lo último que escribí fue del día que conocí a G.
Como dije no guardamos nuestros contactos. Eventualmente nos volvimos a ver hasta octubre por trabajo. E igual fue por accidente. Literal nos encontramos una esquina antes de llegar a la cita.
Se crusheó bien cabrón conmigo. Esta vez sí me pidió mi número y hemos hablado un poco; sin embargo, decidí que de mi parte yo no quería nada. Creo que me dio miedo que se intenseara tanto conmigo y no sé, no creo que pueda llevar a algo bueno si yo estoy metido en tantas cosas y no tengo un interés del mismo nivel que ella. Tal vez incluso me porté grosero con ella. Después me invitó a un halloween al cual no fui, luego a otra reunión como medio mes después a la cual tampoco fui. Hace una semana volvimos a coincidir por trabajo y noté que estaba detrás de mí. Me dio miedo que me estuviera espiando y me hice el loco y la evité.
Ese día también fue L. Siento que ya no tiene nada conmigo. Tal vez desde hace un año. Y ya siempre habla de otras personas. Pero tampoco entiendo por qué sigue manteniéndome a su lado.
Hubo un momento en el que el grupo con el que estaba sólo platicaban entre ellos y yo quedaba volando. Siento que tengo mala fama en el trabajo o que a nadie le importo. Pensé en irme con G, pero fue cuando sentí que me estaba espiando y me dio miedo. Creo que la última mitad del año me quedé bastante solitario. Mis mejores amigos cambiaron de horario y también me mandaron a otros trabajos temporales con otras personas que hicieron que se creara una especie de hueco entre las personas con las que trabajo y yo. Creo que me urge que acabe el año. Ya no puede salir nada bueno de éste. Este año llegaron personas que me eclipsaron bastante y que hacen que me den ganas de pedir un cambio. ¿Por qué estar en un lugar donde no hago falta?
A veces parece que mi jefa me aprecia y a veces parece que me detesta tanto como yo a ella. Siento que el tiempo no hace más que desgastar las cosas que están demasiado unidas. Creo que quiero huir de todos. Me volví adicto a las nuevas personas y a los nuevos lugares. Me siento muy viejo muy rápido en todos los lugares. Lo mejor del año fue P. Ya nadie le quitó ese lugar.
A veces me cuesta mucho descifrar a las personas. Recuerdo detenerme a mí mismo a no hacer más cosas porque tenía novio, pero ahora ya tiene otro novio. Así que todas mis teorías de no querer romper su relación ahora parecen tontas porque al parecer ella ya no quería estar con él.
También hubo un momento interesante como en septiembre. Fuimos a tomar con V. Que me gusta, sospechaba que yo también a ella porque L. se encargó de dejarle claro que yo estaba en una relación y siento que ahí se murió todo. Aunque es de esas veces que te da la sensación que puede haber una segunda parte (o quiero que haya una).
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columbine1999 · 3 years
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𝗔 𝗺𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿’𝘀 𝗥𝗲𝗰𝗸𝗼𝗻𝗶𝗻𝗴: Capitulo 1
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Capitulo 2 :Slivers of Glass
Cuando la tarde se convirtió en el crepúsculo y luego en la oscuridad, dejé ir mi última esperanza de que Dylan llegara en el viejo y abollado BMW negro que había arreglado con su padre, riendo y preguntándose sobre la cena.Al final del día, arrinconé a un miembro del equipo SWAT y le hice una pregunta, en blanco:
“¿Mi hijo está muerto?”
“Sí, el me dijo. Tan pronto como lo dijo, me di cuenta de que ya sabía que era verdad.
"¿Como murió?” Le pregunté. Parecía importante saberlo. ¿Dylan había sido asesinado por la policía o por uno de los tiradores? ¿Se había quitado la vida? Esperaba que lo hubiera hecho. Al menos si Dylan murió por suicidio, sabría que había querido morir. Más tarde, me arrepentiría de ese deseo casi tan amargamente como nunca me he arrepentido de nada.El miembro del equipo SWAT sacudió la cabeza. “No lo sé”, dijo. Y luego se dio la vuelta, dejándome sola.
Tal vez parezca insensible que mi enfoque estuviera tan directamente en Dylan, en la cuestión de su seguridad, y más tarde en el hecho de su muerte. Pero mi obligación es ofrecer la verdad en la medida en que lo permita mi memoria, incluso cuando esa verdad se refleje mal en mí. Y la verdad es que mis pensamientos estaban con mi hijo.En el transcurso de la tarde, llegué a comprender que se sospechaba que Dylan disparaba contra personas, pero este hecho se registró conmigo de manera abstracta al principio. Estaba convencida de que Dylan no podría haber sido responsable de quitarle la vida a nadie. Estaba empezando a aceptar que él había estado físicamente presente durante los tiroteos, pero Dylan nunca había lastimado a nadie ni a nada en su vida, y supe en mi corazón que no podría haber matado a nadie.
Me equivoqué, por supuesto, sobre eso y muchas cosas. En ese momento, sin embargo, estaba segura.Entonces, en esas primeras horas e incluso días, no estaba pensando en las víctimas ni en la angustia de sus seres queridos y amigos. Así como nuestros cuerpos experimentan conmoción cuando experimentamos un trauma extremo, todos hemos escuchado historias de soldados en combate que corren por millas sin darse cuenta de una extremidad cortada, un fenómeno similar ocurre con un trauma psicológico severo. Un mecanismo para preservar nuestra cordura se activa y deja entrar solo lo que podemos soportar, poco a poco. Es un mecanismo de defensa, impresionante en su poder tanto para proteger como para distorsionar.
Cualquier misericordia que hubiera en no saber fue de corta duración. Mi angustia por las vidas perdidas o destruidas por la mano de mi hijo, y por el dolor y el sufrimiento que esto causó a sus familiares y amigos, está conmigo todos los días. Nunca desaparecerá mientras viva. Nunca veré a una madre en el pasillo de cereales con su pequeña niña sin preguntarme si esa hermosa niña podrá llegar a la edad adulta. Nunca veré a un grupo de adolescentes riéndose y chocando entre sí en Starbucks sin preguntarme si a uno de ellos se le robará la vida antes de que tenga la oportunidad de vivirla por completo. Nunca veré a una familia disfrutando de un picnic o un juego de béisbol o caminando a la iglesia sin pensar en los familiares de aquellos a quienes mi hijo asesinó.
Al escribir este libro, espero honrar los recuerdos de las personas que mi hijo mató. Lo mejor que sé hacer es ser sincera, lo mejor que pueda. Y así, esta es la verdad: mis lágrimas por las víctimas finalmente llegaron, y aún lo hacen. Pero no vinieron ese día. Todavía estábamos parados en el camino de grava cuando llegó el escuadrón de bombas. Poco después, comenzó a lloviznar, y busqué refugio en nuestra puerta con Tom, Byron, nuestra inquilina Alison y Judy Brown. Nos agrupamos fuertemente bajo la estrecha repisa sobre nuestra puerta principal. De repente se hizo oscuro y frío, y el cambio en el clima aumentó nuestra sensación de vulnerabilidad y nuestro miedo a lo que estaba por venir. Reflexivamente, pensé en rezar, y luego, por primera vez en mi vida, me detuve para alcanzar ese consuelo. Mientras que los padres de mi madre eran cristianos, mi padre había sido criado en un hogar judío, por lo que mis hermanos y yo fuimos criados en ambas tradiciones. Hay diferencias significativas entre las dos religiones, pero ambas compartieron una concepción de Dios como un Padre amoroso y comprensivo. Desde la infancia, me había refugiado en esa comprensión de Él. Sin embargo, no había consuelo para mí allí en la tarde del 20 de abril de 1999. En cambio, sentí una verdadera sensación de miedo. Tenía miedo de hacer contacto visual con Dios.
Todas las noches desde el nacimiento de mis hijos, le había pedido a Dios que los protegiera y los guiara. Realmente creía que esas oraciones velaban por mis hijos. A medida que los niños crecieron, modifiqué mi oración vespertina para incluir la seguridad de los demás. Cuando Byron ingresó por primera vez a la adolescencia, escuché una terrible historia en las noticias: un adolescente había robado una señal de alto de una intersección, un juego que resultó en un accidente fatal. La idea de que uno de mis hijos causara daño sin darse cuenta se convirtió en mi peor pesadilla. Nunca me preocupó que lastimaran a alguien deliberadamente; Nunca había tenido ningún motivo para preocuparme por tal cosa, por parte de ninguno de ellos. Pero, especialmente cuando agarré el tablero de instrumentos mientras aprendían a navegar por los estrechos y sinuosos caminos del cañón entre nuestra casa y la ciudad, esperaba que ninguna expresión de pura estupidez o descuido adolescente pudiera causar lesiones a otra persona. Ahora esas oraciones se habían convertido en una realidad tan horrible que me faltaba la imaginación moral para comprenderla completamente.No había perdido mi fe. Tenía miedo de atraer la atención de Dios, de reducir aún más su ira.
Siempre había imaginado que el plan de Dios para mí estaba alineado con mi propio plan. Creí con todo mi corazón que si era una persona cariñosa, amorosa y generosa, si trabajaba duro y daba lo que podía a la caridad, si hacía todo lo posible por ser una buena hija, amiga, esposa y madre, entonces yo sería recompensado con una buena vida. Exiliada en nuestros escalones delanteros, la luz del pasillo proyectando sombras duras en nuestros rostros, de repente me sentí avergonzada, ya que mi comprensión de toda la vida de Dios se reveló como una ficción ingenua, un cuento antes de dormir, una ilusión patética. Fue el más solitario que jamás haya sentido.
Pronto, no hubo tiempo para pensar o sentir. La policía no nos permitió volver a nuestra casa;tendríamos que encontrar otro lugar para quedarnos. Tom, Alison y yo podríamos entrar cinco minutos para recoger algunas pertenencias personales. Tendríamos que entrar uno a la vez y bajo la estrecha vigilancia de dos guardias. Antes del estallido de actividad a seguir, tuve una visión corta y vívida de que estaba parado con una multitud de espíritus, todos los cuales sufrieron. Eran de todas las edades, tamaños y razas; No podía decir quién era hombre y quién mujer. Sus cabezas estaban inclinadas y cubiertas con túnicas blancas hechas jirones. Mi antigua vida había llegado a su fin, y una nueva había comenzado: una vida en la que la alegría, una vez tan abundante, sería simplemente un recuerdo. La tristeza, entendí con una dolorosa claridad, me transportaría por el resto de esta vida. La visión terminó cuando agujas de lluvia comenzaron a caer sobre mi cara, como astillas de vidrio. Los dos policías que me escoltaban a la casa se quedaron sobre mí como guardias de baloncesto, observando mis manos de cerca y manteniendo sus propias manos cerca de las mías mientras empacaba.
Esto me confundió y asustó, y me sentí avergonzada mientras revolvía los cajones para encontrar ropa interior y productos de higiene. Años después, hablé con uno de los oficiales que habían estado en nuestra casa. Cuando le describí lo nerviosa que había estado, me explicó que había estado muy atento a mi propia protección: habían estado vigilando para asegurarse de que no intentara suicidarme. Más tarde me conmovió extrañamente. Narre lo que estaba haciendo mientras empacaba, un monólogo sin aliento para enfocar mi concentración dispersa. La necesidad de ser sistemático y organizado me devolvió a mí misma. Algo para dormir. Un camisón. El clima está configurado para cambiar. Abrigo cálido. Necesitarás botas por si nieva “. Nuestro gato Rocky estaba enfermo y busqué sus medicinas, consciente de lo ridículo que parecía en el contexto de la tragedia. Preocupada de que nuestras dos pequeñas cacatúas no sobrevivieran a la fría noche en nuestro automóvil, agarré nuestras toallas de playa más gruesas para envolverlas en su jaula. Busqué en el armario de abajo las viejas bolsas de nylon que usamos para el equipaje, pero no pude encontrar dos de las bolsas. Meses después, me enteraría que Dylan los usó para llevar explosivos a la cafetería de la escuela. Con los dos oficiales flanqueándome, me paré en la puerta de mi armario. La constatación de que tendría que seleccionar ropa para llevar al funeral de Dylan me golpeó como un puñetazo en el estómago; Todavía esperaba ser rescatado de la verdad. Después de algunas respiraciones profundas, colgué una falda de tweed marrón, una blusa blanca y un blazer de lana oscura en una sola percha.
Tenemos que irnos , pero ¿a dónde? ¿Cómo podríamos llevar esto a la puerta de otra persona? El camino alrededor de nuestra propiedad estaba lleno de camiones de medios y turistas de desastre mirando desde sus autos. Una vez que pasamos la barricada policial que rodea nuestra casa, estamos a su merced. ¿Qué hogar podríamos llevar a cabo un enjambre de reporteros y buscadores de curiosidad, una incómoda invasión de la privacidad en el mejor de los casos y la amenaza de un peligro directo en el peor de los casos? Llegaríamos, sin saber cuándo nos iríamos, y con una colección de animales enfermos y desordenados a cuestas. Necesitábamos ayuda, pero ¿de quién? Judy se ofreció a hospedarnos en su casa. Agradecida de tener una opción, acordamos, que ella se fue para prepararse para nosotros.
Byron quería recoger una muda de ropa en su propio departamento, pero la idea me aterrorizó. ¿Podría pensar con suficiente claridad para conducir con seguridad? Reporteros y fotógrafos rodearon nuestra propiedad, sus cámaras y equipos de sonido dirigidos hacia nuestra casa desde cualquier punto de vista. ¿Una recepción similar saludaría a Byron en su departamento? En verdad, simplemente no quería dejarlo fuera de mi vista. Solo cedí después de que Byron me recordara que su contrato de arrendamiento estaba a nombre de su compañero de cuarto: podríamos recoger algunas cosas sin llamar la atención. Me aseguró que nos veríamos más tarde.
Cuando terminamos de cargar el automóvil, algunos de nuestros vecinos aparecieron con un rosbif (es un platillo de comida)envuelto en toallas, un regalo de otro vecino, probablemente la cena de su propia familia. Había estado llorando todo el día, pero ese acto de generosidad espontánea desencadenó una nueva sacudida. En solo unas pocas horas, habíamos perdido nuestras viejas identidades como miembros valiosos de una comunidad vibrante para asumir una nueva: ahora éramos los padres de un perpetrador, el agente de la destrucción de esa comunidad. Se sentía significativo, mientras agarraba el plato de vidrio tibio en mis brazos, que la gente aún sería amable con nosotros.
Era hora de irse. Algunos de nuestros vecinos planearon nuestra fuga: uno abrió la puerta al pie del camino mientras que otro bajó su propio auto hasta la parte inferior del camino y se deslizó hacia el medio del camino, bloqueando a cualquiera que pudiera seguirnos. El resto de nosotros corrió tras él en tres autos separados: Byron en uno, Alison en el siguiente, con Tom y yo en el último. Mientras salíamos a toda velocidad por la puerta y volamos por la oscura y sinuosa carretera, estaba temblando de miedo, de un accidente, de la exposición, de lo que vendría después.Cuando Tom y yo finalmente bajamos la velocidad, nos encontramos solos por primera vez desde el mediodía, conduciendo sin rumbo por los suburbios antes de nuestra reunión a las 8:30 con nuestro nuevo abogado. No sé cómo o cuándo Tom lo contactó en el caos, pero habían acordado una reunión en el estacionamiento de una tienda de conveniencia cerca de nuestra casa. Este plan era tan misterioso que, bajo cualquier otra circunstancia, me habría reído. Una vez más, pensé: Somos las últimas personas en el mundo. Sin embargo, no había consuelo en una identidad antigua. Lo que sucedía, nos sucedía a nosotros, y sucedía por lo que sea que Dylan había hecho.
Todavía teníamos poca información real sobre lo que había sucedido en la escuela. Solo sabíamos con certeza que Dylan había sido visto adentro con Eric durante un incidente de tiroteo que dejó muchos muertos y heridos, y los investigadores creyeron que había estado involucrado. Sabía que mi hijo había muerto ese día, pero aún no sabía exactamente qué había hecho.Mientras nos abríamos paso lentamente por el oscuro suburbio, Tom y yo nos dimos cuenta de que ambos estábamos teniendo dudas sobre nuestro plan para la noche. Nos preocupaba que la estrecha conexión de Judy con la comunidad significara que podríamos estar demasiado expuestos si nos quedamos con ella. También tenía miedo de poner en riesgo a su familia. Necesitábamos un lugar para colapsar y llorar. Sobre todo, necesitábamos un lugar seguro, un lugar para escondernos.
Como padres y socios comerciales y cónyuges, Tom y yo éramos buenos para coordinar una logística complicada entre nosotros, y confiamos en esas habilidades al tratar de descubrir cómo manejar lo que traerían las próximas horas, y mucho menos los próximos días. Todavía no habíamos comenzado el trabajo emocional de llorar por Dylan, o de luchar por comprender qué lo llevó a causar una destrucción tan terrible, un viaje que no capearíamos juntos sin problemas.Esa noche, nuestro único enfoque fue en las necesidades humanas más básicas: refugio, Hoteles y los moteles estaban fuera de discusión cuando los medios acudieron en masa a Denver. No pudimos dar nuestro apellido distintivo en la recepción ni registrarse con una tarjeta de crédito. No pudimos salir de la ciudad. Incluso si la policía permitiera tal cosa, ¿qué pasaría con Dylan?
Una posibilidad entró en mi mente. Demasiado absortos en nuestra propia crisis, apenas habíamos considerado lo que nuestros amigos y familiares debían haber pasado mientras veían evolucionar la tragedia, pero la media hermana de Tom, Ruth, y su esposo, Don, vivían en un barrio suburbano tranquilo alrededor de veinte millas,a cinco minutos del epicentro de la tragedia, y no compartían nuestro apellido. Si estuvieran dispuestos a tenernos, su hogar sería un buen lugar para estar.No veíamos a Don y Ruth a menudo, aunque siempre habían estado allí para nosotros. Cuando nos mudamos por primera vez al área de Denver, habían sido invaluables para ayudarme a establecerme. Después de que nació Dylan, Ruth fue una de mis únicas visitas al hospital, ya que apenas conocía a nadie más en la ciudad.Eran buenas personas. Cuando mis hijos eran pequeños, habíamos sufrido una larga temporada de enfermedades, pasando varicela y una gripe grave en la familia durante varias semanas. En mi cumpleaños, estaba demasiado enferma como para levantarme cuando el timbre sonó; Me arrastré escaleras abajo a tiempo para ver el auto de Ruth alejándose por el camino, y a mis pies, una cena casera completa, completa con un pastel de cumpleaños de chocolate y velas.
Me horrorizó no haber pensado en ellos antes, y solo podía atribuir el descuido a mi nivel de pensamiento deteriorado. Presioné el número en el teléfono celular de Tom mientras él cruzaba las calles silenciosas. Las casas por las que pasamos se veían acogedoras con sus ventanas iluminadas, y me imaginaba que los niños recibirían ayuda con su tarea después de que la tetera de sopa hubiera sido retirada de la mesa, y todas las demás actividades normales de los días laborables que deberían haber tenido lugar dentro. Esa noche, sin embargo, supe que todas las familias en el área estarían sintonizadas para romper la cobertura del horror en la Escuela Secundaria Columbine. En algunas de esas casas, como en la nuestra, nada volvería a ser normal.
Cuando Ruth contestó el teléfono, me sentí aliviada al escuchar la bienvenida en su voz, y casi lloré de gratitud cuando dijo que podíamos quedarnos con ellos. Llamé a Judy para agradecerle su oferta, y Tom llamó a Byron a su departamento para hacerle saber el nuevo plan. Años más tarde, Byron me dijo que había confundido la voz de su padre con la de su hermano. Por un momento alegre, pensó que Dylan estaba llamando para decirle que estaba bien, y que todo el día había sido un gran malentendido. No era la primera vez, ni la última, que uno de nosotros participaría en el tipo de pensamiento mágico que nos permitía esperar poder borrar los eventos del día.
Antes de poder refugiarnos en Don y Ruth, tuvimos que reunirnos con nuestro abogado. A las 8:30 p.m., nos detuvimos en el estacionamiento de la tienda de conveniencia y esperamos solo un momento bajo la lluvia ligera antes de que un automóvil se detuviera en el espacio al lado del nuestro. Gary Lozow miró por encima del hombro para asegurarse de que nadie estaba mirando, luego se acercó al lado del conductor de nuestro automóvil. Me acerqué a Tom y saqué la mano por la ventana para presentarme, agarrando la mano húmeda de Gary con la mía.
Abrimos la puerta trasera para que entrara por la lluvia. Gary se plegó con cuidado en el espacio disponible en el asiento trasero, metiendo los pies entre una caja de arena y una maleta para gatos. Uno de los hombros de su abrigo de color camello presionaba contra la ventana humeante del auto, el otro contra una jaula para pájaros cubierta de toallas. Nos pidió que nos dirigiéramos a un vecindario cercano para que pudiéramos hablar. Poco tiempo después, Tom estacionó el auto, apagó el encendido, y ambos giramos en nuestros asientos para mirar a la cara al hombre que nos ayudaría en los tiempos difíciles que nos esperan.
La actitud de Gary me consoló. No solo tenía una gran experiencia profesional, sino que había una compasión subyacente en la forma en que nos habló. Transmitió su preocupación por nosotros como una familia desconsolada y reconoció nuestra necesidad de hacer frente a una pérdida devastadora. Luego hizo una serie de preguntas de sondeo sobre Dylan, sobre nuestra familia y sobre nuestro papel como padres. Como habíamos hecho al principio del día con el detective, le contamos todo lo que sabíamos que era verdad sobre nuestro hijo.
Estaba tratando de establecer si sabíamos de los planes de Dylan. Después de escuchar nuestras respuestas, anunció que no tenía "una pizca de duda” que nosotros no teníamos. Sentí una oleada de alivio. Aunque no hizo la menor diferencia en el mundo, estaba desesperada por saber que alguien nos creía. La tierra podría estar temblando y moviéndose bajo mis pies, pero el hecho de que no supiéramos nada de lo que Dylan había estado haciendo era la única verdad de la que aún podía estar segura.
Pero el rostro de nuestro abogado era serio cuando nos dijo: “Su hijo es responsable de esto, pero está muerto. Son lo más cercano que la gente puede llegar a Dylan, por lo que irán a por ustedes. Después de que la última víctima sea enterrada, habrá una tormenta de odio contra su familia. Será un momento muy difícil. Los culparan y los demandaran, y en las próximas semanas, deben pensar seriamente en tu seguridad ”.
Tormenta de fuego de odio. Tendría motivos para pensar en la frase muchas veces a lo largo de los años: resultaría ser una descripción inquietantemente profética y perfecta de lo que estaba por venir.Gary sugirió pasos para garantizar nuestra privacidad y protección, y nos dijo que estaría en contacto con los funcionarios para recuperar el cuerpo de Dylan. Aprecié cuán claramente describió sus próximos pasos, y que nos dijo exactamente cuándo volvería a hablarnos. Luego lo llevamos de regreso a su auto. El resto de nuestro viaje en silencio, mientras Tom y yo luchamos por procesar lo que Gary había dicho.
Don y Ruth nos estaban esperando, abrieron la puerta del garaje cuando nos acercamos para que nuestro automóvil no fuera visto en la calle. Nunca olvide esa rendija de luz que se abrió lentamente a un rectángulo brillante en la oscuridad,o cuán profundamente surrealista y de ciencia ficción se sintió al deslizarse dentro de su garaje, como si estuviéramos atracando una nave espacial. En ese momento, era consciente de una profunda sensación de irrealidad. Estaba equivocada. Esta fue nuestra nueva realidad.
Tom apagó el motor y nos sentamos juntos un momento en silencio. Respire hondo antes de abrir la puerta del lado del pasajero. Estaba molesta por molestar tanto a la familia de Tom, y temía que estuviéramos trayendo la amenaza de exposición a sus vidas, pero la emoción predominante que temía era la vergüenza. Fue difícil salir del auto.
Los dos padres de Tom estaban muertos desde que él tenía doce años. Su medio hermano lo había criado, pero Ruth ya era mayor y estaba fuera de la casa. (Tom y yo estamos más cerca de la edad de los hijos de Ruth y Don que de Ruth y Don.) Aunque había un gran afecto entre nosotros, los consideraba como una tía y un tío, también me sentía un poco formal, siempre tratando de poner mi mejor pie adelante,Don es hijo de un granjero, generoso hasta la exageración, el tipo de trabajador del Medio Oeste trabajador.Ruth es conocida por su amorosa generosidad. Son gentiles y de voz suave y amables, y tienen cuatro hermosas hijas, todas ellas exitosas por derecho propio. Y sin embargo, allí estaba yo, metiéndome en su casa debajo cubierta de oscuridad, la madre de un criminal.
El saludo de Don y Ruth fue cálido pero tranquilo, ya que nos ayudaron a descargar el auto. Estaba profundamente agradecida cuando Byron llegó minutos después que nosotros. Montamos el campamento en el sótano. Me sentí aliviada al ver dos caras alertas con mejillas de color naranja brillante mirando a su nuevo entorno cuando quité las toallas de la jaula. Debido a las alergias de Ruth, pusimos a nuestros dos gatos, Rocky y Lucy, en el cuarto de servicio, y se deslizaron detrás de la secadora en un espacio desconocido. Desearía poder hacer lo mismo.
Cuando nos unimos a Don y Ruth arriba, descubrí que estar dentro de una casa normal era aún más una pesadilla que el frenético limbo que habíamos soportado fuera de la nuestra. Esas largas horas en la entrada nos habían suspendido al tiempo, sin ningún acceso a las noticias. Pero Don y Ruth, como todos los demás en el país (y descubrimos más tarde, en todo el mundo) estaban pegados a la cobertura televisiva sin parar de los disparos.
Pasamos de no tener información a tener demasiado. El caos dentro de mi mente era bastante difícil de soportar, pero la repentina inundación de especulaciones e información televisada fue infinitamente peor. Pudimos ver las terribles consecuencias de lo que nuestro hijo había hecho, la incongruencia de un centro de triaje instalado en un jardín delantero suburbano. Podíamos escuchar la conmoción y el horror en las voces de los niños que habían escapado de la escuela, ver las miradas sombrías en los rostros de los primeros en responder. No había escapatoria de la enormidad de todo.
Las descripciones de los testigos oculares fueron tan horribles que pude sentir cómo rebotaban de mi cerebro. También debe haber sido entonces cuando escuché las primeras descripciones de las víctimas por primera vez, aunque no recuerdo esa parte. Más tarde, me enteré de que es común que las personas que se encuentran en medio de un dolor desesperado experimentan este tipo de negación, y en los años posteriores, he hablado con muchas personas que están desconcertadas y avergonzadas, como yo, pero el cerebro toma solo lo que puede soportar.
Fuera de nuestra casa, aislado de las noticias, aún pudimos mantener la tragedia a distancia. De repente, estaba asfixiantemente cerca: la diferencia entre ver un fuego a distancia y estar de pie hasta las rodillas en brasas mientras el infierno se desata a tu alrededor. Cuando comencé a gemir, "Dios mío. Esto no puede ser verdad. No
puedo ver esto ”, Ruth rápidamente le dijo a Don que apagara el televisor. El silencio fue mejor, incluso si los ecos de los horrores que habíamos visto y oído aún rebotaban en las paredes que nos rodeaban. Cerca de la medianoche, quedó claro que nuestros anfitriones tenían que irse a la cama.
Durante todo el día, había querido privacidad para poder colapsar de dolor y silencio para poder concentrarme en la situación incomprensible y la pérdida de mi hijo. Sin embargo, con ese momento sobre mí, me aterrorizaba estar sola con la verdad indescriptible. Ruth puso sábanas limpias en las camas de huéspedes en el sótano y luego nos dejó. Byron debía dormir en una cama escondida en la oficina de abajo, justo afuera de la habitación libre donde Tom y yo nos estábamos quedando. Dejé la puerta abierta toda la noche, para poder ver los bultos que Byron había hecho debajo de la manta; Era vital para mí saber que estaba allí. Debo haber comprobado ese bulto cien veces. A medida que la casa se quedó en silencio, Tom y yo nos quedamos sin dormir uno al lado del otro, tocándonos las manos y los hombros para ofrecer la poca comodidad que se podía tener. Habíamos perdido a nuestro hijo: Dylan estaba muerto. No sabíamos dónde o en qué condición estaba su cuerpo. No sabíamos si se había suicidado, o si la policía o su amigo lo habían asesinado. A pesar de los horribles informes que habíamos escuchado en las noticias, todavía no sabíamos exactamente lo que él había hecho.
Esa primera noche, la idea de que Dylan podría haber estado involucrado centralmente en este monstruoso evento estaba más allá de mi capacidad de comprender, y lo rechacé. En cambio, conjuré un millón de explicaciones alternativas. No podía entender cómo Dylan podría haber obtenido un arma, o por qué habría querido una. En cambio, me obsesioné con un millón de escenarios posibles: ¿fue engañado para participar, pensando que la munición era falsa? ¿Había sido una broma que salió terriblemente mal? ¿Se había visto obligado a participar, bajo algún tipo de coacción? Me dije a mí misma que incluso si nuestro hijo había sido parte de lo que había sucedido, no necesariamente le había disparado a nadie. Tanto Tom como yo creímos con todo nuestro corazón que Dylan no podría haber matado a nadie, y nos aferramos, no solo durante horas y días, sino durante meses, a esa creencia.
En las largas horas de esa noche, y en los días siguientes, mi mente solo se iluminaba ocasionalmente con la idea de que había personas a las que Dylan podría haber lastimado, pero luego ese pensamiento intolerable se escabullía con la misma rapidez. Me avergüenza, incluso ahora, admitir esto. En ese momento, simplemente me sentí loca. Según muchos estándares, lo estaba.
Después de que Tom se durmió, presioné una almohada contra mi cara para silenciar mis sollozos. Por primera vez realmente entendí cómo “con el corazón roto” había llegado a describir una sensación de terrible, terrible pena. El dolor era real, físico, como si mi corazón hubiera sido destrozado en fragmentos irregulares en mi pecho. “corazón roto” ya no era una metáfora, sino una descripción.
No dormí, y mis pensamientos mientras estaba acostada allí eran tan circulares y desarticulados como lo habían estado durante todo el día. Le dije que el detective Dylan había asistido al baile de fin de semana con un gran grupo de sus amigos el fin de semana anterior, y volví a mis recuerdos de esa noche y del día siguiente. Me había levantado de la cama para registrarme con él cuando llegó a casa temprano en la mañana después del baile de graduación. Había tenido una gran noche y me agradeció por comprar su boleto. ¡Había bailado! No por primera vez en su vida, había reflexionado sobre cómo nuestro hijo menor siempre parecía hacer las cosas bien. He hecho un buen trabajo con este chico, pensé para mí misma cuando regresé a mi habitación esa noche. Apenas setenta y dos horas después, y estaba acostada rígida en una cama desconocida, esa sensación de cálida satisfacción suplantada por la confusión total, el horror y la tristeza crecientes.Integrar las dos realidades parecía imposible.
El día antes de su fiesta de graduación, Dylan se había sentado hombro con hombro con su padre, mirando los planos de varias habitaciones compartidas, resolviendo los pies cuadrados comparativos de cada configuración. Con seis pies y cuatro (y como alguien que nunca antes había compartido una habitación con nadie), Dylan había querido asegurar la mayor cantidad de bienes raíces posible. Me reí, entonces, al verlos a los dos allí, garabateando sumas en papel de desecho. Fue tan cuantitativo, ¡y tan parecido a Dylan! Elegir su dormitorio de la universidad usando matemáticas.Esos recuerdos eran tan recientes que todavía eran cálidos, y reflexionar sobre ellos me arrojó a una confusión aún mayor. ¿Fue algo de eso el comportamiento de una persona preparándose para una matanza?
Esto solo comenzó a tener sentido cuando comencé a aprender más sobre las personas que planean morir por suicidio. A menudo hacen planes concretos para el futuro: los miembros sobrevivientes de la familia a menudo se sienten desconcertados por los automóviles comprados recientemente y los cruceros reservados. Hablar con personas que han sobrevivido a sus propios intentos de suicidio ha ayudado a los investigadores a arrojar luz sobre el misterio. En algunos casos, estos planes futuros son una forma de sacar a amigos y familiares preocupados de un rastro de comportamiento suicida. Si le preocupara que una persona cercana a usted estuviera planeando autolesionarse, ¿no se calmarían sus preocupaciones si reservaran un crucero?
En otros casos, tales planes son simplemente signos y síntomas de la lógica genuinamente “rota” que impulsa el cerebro suicida. Pueden indicar la ambivalencia que siente la persona: un deseo de vivir que a veces es tan fuerte como el deseo de morir. Una persona con intención de autolesionarse también puede creer simultáneamente en ambas realidades: que tomará unas vacaciones en el Caribe y que habrá muerto por suicidio antes de tener la oportunidad de irse.
Entonces no supe nada de esto, por lo que la idea de que Dylan hiciera planes para su futuro en la universidad mientras planeaba un tiroteo que terminaría en su propia muerte parecía absurda, y por lo tanto más evidencia de que no podía haber querido participar.En los meses y años siguientes, muchas veces me vería obligada a enfrentar todo lo que no sabía sobre mi hijo. Esta caja de Pandora nunca se vaciará; Pasaré el resto de mi vida reconciliando la realidad del niño que conocía con lo que hizo. Esa noche fue la última vez que pude mantener a Dylan en mi mente exactamente como lo había tenido en la vida: un hijo amado, un hermano y un amigo.
Y así fue que, cuando la luz azul-grisácea del amanecer finalmente apareció a través de las ventanas del sótano, todavía estaba haciendo la pregunta, primero a Dylan y luego a Dios, la pregunta que sería perversa y perpleja, y finalmente animaría resto de mi vida:
“¿Cómo pudiste? ¿Como pudiste hacer esto?”
-𝗔 𝗺𝗼𝘁𝗵𝗲𝗿’𝘀 𝗥𝗲𝗰𝗸𝗼𝗻𝗶𝗻𝗴 𝗯𝗼𝗼𝗸 𝗯𝘆 𝗦𝘂𝗲 𝗞𝗹𝗲𝗯𝗼𝗹𝗱
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babyblue365 · 4 years
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Era un viernes, esos viernes que usualmente reservábamos para hacer todo eso que sentíamos necesario: besarnos, tocarnos, abrazarnos. Una unión que ansiaba obsesivamente durante la semana a que se concrete, y una vez ya realizada, faltando poco para que mí celular marque las once y media, nos separábamos, y se repetía el ciclo nuevamente, la ansiedad, unirse y separarse.
Ese viernes en particular, un cinco de julio, recuerdo que anduvimos por la plaza San Martín, y en el camino hacia la misma, mientras caminábamos con las manos pegadas, acordamos que el uso de "gordi" para referirse a la pareja no era tierno ni lindo, también nos quedamos viendo con curiosidad una pantalla que mostraba un hombre que hablaba, el cual a pesar de no llegar a escuchar lo que decía, parecía expresarse seriamente. Continuamos paso a paso durante un largo rato por microcentro mientras yo, medio perdido e inseguro, recurría a google maps constantemente, pero una vez que cruzamos la calle, y proseguimos a rodear los bordes de la plaza, reaccionaste a unas escaleras, de todas las cosas que uno puede llegar a reaccionar, y me explicaste con emoción que te recordaba a una escena de Clueless, al haber sentido mucha ternura con tu observación, te insistí infantilmente para que recreáramos la escena, pero te negaste con esa vocecita de bebé que soles poner cuando alguien te molesta. También recuerdo tener mi mano en tu pierna bajo la sombra de un árbol, estábamos en uno de los tres banquitos que íbamos a presenciar ese dia, no recuerdo de que habíamos conversado en ese banquito en particular, sin embargo recuerdo que en el segundo, el cual también se situaba en la plaza, el sol nos pegaba mucho más y cuando te acercabas para besarme lo tapabas con tu cabeza. En este banquito me habías hecho un chupón, y te había comentado sobre los pelitos encarnados que me salían al afeitarme, y si mal no recuerdo me habías sacado una foto para que los vea mejor, pero no logro recordar si intentabas mostrarme el chupón o los puntitos rojos. Continuamos nuestra corta estadía en el segundo banquito, color verde por cierto, hablando de un animal, canguros si recuerdo bien, y también, momentos antes de que decidimos levantarnos, habia notado que el sol se escondía entre los edificios de nuestra derecha. Cuando finalmente salimos de la plaza, me di cuenta de que no tenía conmigo mí billetera, me cayo mal naturalmente y hasta llegué a sentir un poco de pánico, pero afortunadamente, dicho sentimiento duró poco, ya que frente a la poca posibilidad de llegar a encontrarla, deje de lamentarme y seguí disfrutando de tu compañía, ya que estar junto a vos era algo que gozaba y había ansiado mucho como para que concentre en un objeto material ya pérdido.
En fin, ya había oscurecido y continuamos esa jornada de julio, caminando de vuelta hacia galerías pacífico, lugar el cual no recuerdo si ya habíamos recorrido anteriormente a la plaza, no logro ubicar completamente este recorrido en mí memoria, pero siempre se me viene a la cabeza, una imagen característica, que se logró cuando naturalmente las ganas de besarnos superan a las de caminar, y terminamos haciendo lo que sentimos, proseguimos a ponernos contra una pared de forma casi sincronizada, con el fin de besarnos por unos minutos. Esta es una de las muchas imágenes que por más mínimas e insignificantes que parezcan, se reproducen en mi cabeza cuando hago reminiscencia de los días que pasamos juntos en este período. Creo que te había mencionado algo en ese momento, no recuerdo muy bien, se que sucedió en microcentro, solo no estoy seguro si en ese día, sin embargo cuando miro ese recuerdo desde acá, el corazón se me afloja y las ganas de llorar me sorprenden corriendo a toda velocidad, probablemente debido a lo mucho que te extraño y ansío volver a vivir experiencias como tales, pero creo que sentir todo eso a partir de un simple y pequeño recuerdo pone en perspectiva lo mucho que te siento, y el poder que tiene las memorias que compartimos y en especial vos en mi. 
Me desvíe de la narración, pero una vez ya en galerías no nos quedó otra que sentarnos en el tercer y último banquito del día, que al contrario de los otros, al estar situado en un shopping, era de madera color claro. Nos quedamos ahí por horas, he de admitir que nunca me sentí tan bien y cómodo en un banquito, habíamos hablado mucho, recuerdo verte hablar y no poder sostenerme mientras admiraba lo hermosa que sos, tirando sorpresivamente un "sos re linda", recuerdo habernos sacado una foto de nuestras manos pegadas, la cual se que recordas, también un video en cámara lenta de nuestras manos uniéndose gentilmente, recuerdo filmar a la gente que caminaba frente a nosotros y caracterizar a uno con apariencia de político, nos habíamos sacado una foto frente al espejo dorado que teníamos al lado, también recuerdo haber agarrado tu celular y mandarme audios a mi mismo, te molestaba cuando te acercaba el micrófono o te lo alejaba y largabas ese típico "renzoooo", con ese tono tierno y voz de bebé que mencione anteriormente, yo muy contento y derretido de amor, obviamente no paraba. A pesar de que nos reímos mucho y la pasamos bien, recuerdo que en ese banquito, cuando recién nos sentamos, te vi llorar por primera vez, me insistías que yo estaba triste por la billetera, pero yo te aseguraba que no era el caso, de que me molesto claramente, pero que estaba con vos y estaba feliz. No me olvido de tu voz fina repitiendo “estas triste“, tenía muy claro que eras sensible, pero verte con esos ojitos tristes por primera vez me agarró con sorpresa y no cabe duda que me aflojo el corazón. 
Pero ese día principalmente, minutos antes de que nos separemos en la calle florida, recuerdo haberte preguntado cuál era la etiqueta que teníamos para clasificar nuestra relación, obviamente yo estaba muy enamorado, y en las semanas previas de junio y mayo, nos juntábamos y hacíamos esas cosas que mencioné al principio, cosas que yo por lo menos, las consideraba de pareja, de noviazgo, sin embargo nunca lo habíamos planteado oficialmente, y esto me confundía lo suficiente como para mencionartelo. Seguramente no te acordás, obviamente no te diste cuenta, pero mientras yo te explicaba esta inquietud, largaste una sonrisa, una sonrisa que es lo primero que se me viene a la cabeza cuando recuerdo ese cinco de julio, una sonrisa que estoy incierto de dónde venía, capaz sonreíste por qué te daba ternura, o capaz por qué te causaba gracia, o capaz sonreíste porque sabías a dónde iba con lo que te estaba diciendo, aunque ahora, viéndolo desde acá, de forma vergonzosamente insegura, me cuestiono si esa sonrisa fue consecuencia de felicidad y tal vez de otra cosa, de todas formas, en ese momento no tenía la posibilidad de procesarla, por lo tanto mientras hablaba, la única razón que me llegó a la cabeza es que sonreíste por alegría, dándome seguridad de que me ibas a responder con la respuesta que quería. 
Debido a que ya lo había premeditado anteriormente, recuerdo claramente lo que te decía: que nunca habíamos dejado en claro nada, que yo asumía que ya éramos algo, obviamente más que amigos y que expresamente estaba enamorado de vos y me gustabas demasiado, pero en la escuela cuando les mencionaba esto, me explicaban que tenía que tener tu confirmación de que esto era en serio, en fin, te pregunté, si querías estar en un noviazgo conmigo, a lo que respondiste con una muy esperada confirmación.
Honestamente a pesar de que me acuerde de muchas cosas sobre ese día, muchas que sentí hasta innecesarias de incluir debido a lo pequeña que eran, lo que menos recuerdo es tu respuesta, se que me dijiste que sí, pero no recuerdo la manera en que me lo dijiste ni tampoco si dijiste algo más que un simple sí, tampoco a dónde partió la conversación desde ese momento, estoy segurisimo que no nos quedamos en un silencio incómodo, pero no puedo lograr acordarme cómo continúo. Además, luego de eso, también tengo poca reminiscencia, claudi te llamo para decirte que te esperaba abajo así que nos fuimos de ese muy cómodo, histórico y preciado banquito, el cual espero que siga con vida, y fuimos hacia ella. Capaz mi memoria no es de confiar, capaz mi memoria de ese momento está nublada con la felicidad que sentía yo, pero mientras nos trasladamos hacia el piso inferior, te note feliz, o más bien pensativa, pensabas con una sonrisa pintada en tu carita linda, y si mal no recuerdo, habíamos mencionado el hecho de que éramos novios, no recuerdo si me habías dicho "renzi somos novios", o yo te había dicho "sos mi novia" o algo parecido, no estoy seguro, capaz es algo inconsciente que te haya notado así, capaz mí cabeza quería que estés así, lo que sí recuerdo claramente, es haberte atado los cordones antes de bajar la escalera mecánica. Una vez ya en la calle florida, nos separamos, yo para un lado y vos por el otro, y como la mayoría de las veces, mientras caminaba hacia la parada de la línea b, me costaba asimilar la compañía que tuve ese día, no podía creer lo bien y cómodo que me sentí, ni tampoco el hecho de que seamos oficialmente algo, y el hecho de tener mi primera relación con una persona tan especial.
Eso fue brevemente cómo transcurrió ese cinco de julio, estoy seguro de que no todo lo que relate es de confiar, mientras lo escribía, hubo momentos en los que dudé y cuestioné mucho lo que recordaba, pero creo que en las partes donde narre esas secuencias dudosas, clarifique mí inseguridad, de todas formas, el punto principal es que desde ese día le pusimos un candado al amor que sentíamos mutuamente y trescientos sesenta y cinco días después, ese supuesto beso contra la pared, esas fotos y videos, esa sonrisa en el banquito y esa oficialización de nuestra relación como noviazgo: cumplen un año.
Cabe decir que atravesamos mucho, mirando para atrás, no tengo dudas que este período que vivimos juntos me cambio como ningún otro que presencié en mi vida y como toda especie de progreso en el tiempo, tuvimos nuestros momentos de extrema alegría, amor, y apreciación, como también aquellos momentos de tristeza, desastre y desilusión. Se que cuando uno de los dos la pasaba mal, ambos la pasábamos mal, pero supimos sufrir y avanzar, frente a esto quiero decir que te admiro muchísimo, siempre me impresionó lo fuerte que sos al afrontar las problemáticas y situaciones que surgen en la relación, así como también individualmente en tu persona, tan fuerte que aveces me siento chiquito frente a tanto, porque sinceramente sos mucho, sos demasiado en el mejor de los sentidos, no tengo palabras para expresar lo agradecido, contento y emocionado que estoy por haber tenido el privilegio de haber compartido tanto con vos. Sos una persona hermosa, tan dulce, tan gentil, y en general alguien que excede todo tipo de cualidades que cualquier otro ser podría llegar a tener, sos verdaderamente una luz que opaca a todos, porque no hay nadie brillando de la forma en la que brillas vos. Me diste la oportunidad de tener junto a vos una etapa positiva, una etapa en donde haya amado y sentido tanto amor, un amor tan potente y puro como es el que me das, el impacto y los cambios que surgieron gracias a tu compañía y presencia, marcan un verdadero antes y después en mí vida. No puedo situar mi cabeza con la realización de que voy a tener una parte tuya dentro de mí para siempre, y del hecho de que de todas las personas que pudieran haber entrado a mi vida, el universo me haya introducido a una persona tan especial como lo sos vos. Me hiciste sentir por primera vez que tengo a alguien que está para mí, alguien en quien verdaderamente puedo confiar, alguien que me de firmeza y seguridad sobre lo que hago, sobre lo que soy y puedo llegar a ser, pero también una persona a quien amar y compartir todo, una persona a quien acompañar, proteger y ayudar. Verdaderamente no hay nada que se sintió más lindo como lo fue entregarse a tus manos y que se sienta cómodo, como también el bienestar y paz que sentí cuando te recibí a vos.
Siendo completamente honesto al ver que sigamos juntos, a pesar de todo lo que se nos pone enfrente o hace esta relación diferente ya sea por la distancia o por el contexto actual de pandemia, es increíble y me pone muy feliz. Te sigo amando y sintiendo como lo hice siempre, sigo con el mismo deseo de progresar con vos a mi lado porque verdaderamente no veo otra forma, sos muy importante en todos los sentidos, y disfruto tu presencia y compañía más que nada en el mundo entero. Ya con un solo dia sin tenerte me di cuenta de lo mucho que significas para mí, me di cuenta de la manera en que me completas, la cual cuesta explicar o describir pero estoy más que seguro que siempre está conmigo, la siento ahora mismo y la voy a sentir mañana. Supongo que una buena forma de definirla es que simplemente el mundo y la experiencia de vivir en tal, se siente muchísimo más cálida y disfrutable cuando estoy con vos, el deseo natural de incluirte en cualquier tipo de acción o futuro simplemente tiene sentido y se ve desde acá como el futuro más bello que podría soñar. Nunca voy a tener algo que me haga sentir de tal manera, no solo en lo directo, ya sea el amor y de más, pero sino también algo tan poderoso que afecte como veo la vida misma, sentir el privilegio de ver al mundo a través de ojos enamorados, privilegio el cual me sigue costando creer que tengo como tampoco podía el primer día que te conocí, o hasta el día que interactuamos por primera vez. 
Siento que cumpliendo un año, se cierra un ciclo y se abre uno nuevo, con experiencias y objetivos que no se manifestaron hasta ahora, estoy extremadamente emocionado de tenerte a mi lado y transcurrir por esta nueva etapa. Lo que pasamos y estamos pasando juntos es hermoso y voy a tener en el corazón todos los momentos de este primer año para siempre, signficas mucho como para no hacerlo. Con esto dicho, creo que sería tonto no pedirte perdón, por todas aquellas veces que hablé de más o dije algo de mal gusto, todas esas veces en donde no actúe de la forma en la que querías, o cuando te haya desilusionado cuando esperabas mas de mi, cuando tal vez no te daba la seguridad de que puedas hablar de cosas serias conmigo, o cuando sin darme cuenta dejaba de lado cosas que te pude haber comunicado, espero que me perdones y sepas que nunca tuve, ni voy a tener la intención de lastimarte, como yo también sé que vos tampoco la tenés, quiero cuidarte y protegerte siempre, como también darte la seguridad de que siempre vas a poder confiar y sentirte segura conmigo, me alegra muchísimo que existas y que estemos unidos.
Mirando de vuelta atrás, me encuentro en memorias las cuales siempre mantengo cerca, en especial cuando quiero sentirte o acercarme a vos. Al mencionar esto, recuerdo el discurso de gambino en coachella, donde explicaba que al fin y al cabo, todo lo que somos son memorias y prácticamente somos entes conformados por data. No estoy seguro si es correcto agradecerte, pero cuando llegó a la realización de que mantenemos tantas memorias más que hermosas, siempre me caen lágrimas de felicidad. Estas memorias funcionan como lugarcitos en mi cabeza, a donde puedo acudir cuando me siento mal o cuando te extraño, y tenemos tantas memorias mi amor, tantas y tantas, principalmente porque nos divertimos en cualquier lugar, desde las comidas, las secuencias en el supermercado, las noches en la plaza, los momentos de extrema risa, el spell bee, las largas caminatas, los momentos de extrema calma y tranquilidad, y además de todo esto, el hecho de que tengamos la posibilidad de seguir acumulando memorias lindas juntos, no puedo explicar lo mucho que me emociona y lo mucho que me llena el corazón, te amo muchísimo, no hay nada que más disfrute que verte sonreír y te vi sonreír mucho. 
Ahora mismo solo ansío el momento que estemos juntos de vuelta, y podamos experimentar la vida misma, juntos, como este primer año, pero aún más, haciendo todo lo que no hicimos, haciendo todo lo que alguna vez dijimos de hacer, haciendo cada rompecabezas, explorando cada kink, pasando cada noche durmiendo, viendo cada película, experimentando todo lo posible en todo lo que queramos y vivir en el presente más juntos que nunca, progresando y viendo cómo cada uno va cambiando y avanzando en la vida, no espero que siempre estemos felices, ni que vivamos situaciones únicamente buenas, pero tengo fe en que vamos a poder superar todos aquellos obstáculos que se nos pongan en el camino, confío en vos y en tu fuerza y espero que confíes en mí también, te prometo que voy a hacer todo lo posible para mejorar para vos y para mí mismo, me diste los sentimientos mas lindos del mundo, y mientras estemos acá, planeó entregarte el mundo entero y pasar juntos por todos aquellos momentos lindos que nos esperan en este nuevo año juntos.
Dirigirte estas palabras me hicieron sentirte casi como la última vez que nos vimos, he de admitir que lloré en casi todo el proceso de escribir esto. Estoy muy feliz de lo que logramos juntos y espero que este texto o carta te pueda expresar de la forma más sincera todo lo que siento por vos y lo mucho que me impactaste, no creo tener las habilidades como para expresarme de forma total, es decir describir cada momento y sentimiento s la perfección, pero espero haber puesto en perspectiva lo mucho que me inspiraste y seguis inspirando, y en general la manera en la que me cambiaste la vida en su totalidad, estoy eternamente agradecido por tu existencia y compañia.
Te amo muchísimo, hoy, mañana y para siempre, feliz año mi amor 🖤
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cnbluemexicocom · 4 years
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[Traducción Completa][Lee Jung Shin on L'Officiel Hommes Magazine S/S April 2020]
"En mis 20 años pensé que sería genial tener 30 años, pero cuando llegué a los 30 no había nada más. Solo quiero hacerlo bien como lo he hecho hasta ahora. Incluso no como la figura más popular, pero quiero ser una buena influencia, que quien me vea pueda sonreír con el tipo de persona que soy".
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JS: "Estoy agradecido y quiero elogiarme por no vivir mal. Es un orgullo que hayas soportado con éxito el tiempo de 10 años. Hice mi debut con CNBLUE cuando tenía 20 años y ahora tengo 30 años. Cuando Pienso en mis 20 años, CNBLUE lo era todo ".
(L'OFFICIEL HOMMES)
LH: Pocos días después subes una foto en donde se ve que te encuentras con miembros de CNBLUE. Los fanáticos estaban muy contentos. ¿Cómo están los miembros?
JS: Nos encontramos a menudo. Cuando estábamos en el ejército, hicimos que coincidiéramos a propósito con nuestros días de licencia y nos encontrábamos. El horario militar era similar, por lo que se convirtió en una fuerza mutua. Especialmente con Minhyuk ya que también se alistó en una banda militar.
Yonghwa hyung se alistó y fue dado de baja en noviembre del año pasado, pero Minhyuk se alistó el mismo día que yo. Cuando todos nos reuníamos, hablamos más sobre los militares.
LH: Hace pocos días subiste una foto en donde se ve que te encuentras con miembros de CNBLUE. Los fanáticos estaban muy contentos. ¿Cómo están los miembros?
[2/4] También hablamos sobre cómo queríamos realizar nuestras actividades de ahora en adelante, ya que ahora todos hemos sido dados de alta estamos arreglando los horarios en específico. Cuando me encuentro con los miembros, siento que tengo 18 años. Para mí son más que solo amigos.
Me alisté en una banda militar pero los entrenamientos eran iguales a los demás, excepto cuando había eventos, me llamaron y tuve la oportunidad de aplicar una solicitud, fue una buena experiencia. Fue más divertido de lo que pensaba.
También me animaron cuando me dijeron que si podía hacer buenos cortes de cabello obtendría vacaciones (risas). No existe una técnica específica para cortar el cabello, pero no sé por qué creo que pude hacerlo bien.
JS: En un tiempo, cuando me case y tenga un hijo, quiero cortarle el cabello a mi hijo yo solo. Es como un deseo si lo intento y aprendo bien, seré bueno.
Aprendí bien de un senior esas habilidades, sentí que descubrí inesperadamente un talento en mi. Parece que alrededor de 900 personas tuvieron cortes de pelo hasta el día que fuimos dados de alta. El cabello "estilo ejército" se puede cortar en exactamente 7 minutos.
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LH: ¿Cuál es el cambio más grande que has hecho después de experimentar el entorno del Ejército?
JS: En el ejército conocí amigos que no eran celebridades y mucho más jóvenes que compartían sus historias y me di cuenta y pude pensar "mis amigos de esta edad están pensando y preocupándose por este tipo de cosas". Desde mi debut, siempre he estado ocupado, así que solo corrí hacia adelante sin mirar atrás, pero conocerlos me dio la oportunidad de mirar hacia atrás en mis 20 años.
Como estaba en el ejército, sentí que la familia es más preciosa. Mientras estuve allí, hice la promesa de llamar a mis padres todos los días. Al final del día, podía usar mi teléfono celular durante tres horas. Antes (del ejército), también hacía llamadas frecuentes, por supuesto, pero todavía vivía con mi familia. Pensé que era importante saludarlos todos los días mientras estaba fuera. Mantuve bien mi promesa.
LH: Ahora todos los miembros fueron dados de alta juntos (CNBLUE) se encuentra completo después de mucho tiempo.
JS: "Hubo muchas cosas desafortunadas durante el descanso. Estoy agradecido de poder continuar juntos como equipo. Agradecido con los miembros". Por reunirme de manera saludable después del ejército, estoy agradecido por los miembros y espero que CNBLUE gane, trabajaré duro y así espero obtener una buena respuesta para cada actividad individual.
LH: (CNBLUE) trabajó en Japón antes del debut oficial en Corea, luego de realizar actividades como giras mundiales y reuniones de fans.
LJS: "Los fanáticos extranjeros no son diferentes de los fanáticos nacionales, excepto la diferencia del idioma. Cuando tenemos un concierto o una reunión de admiradores, son realmente apasionados y nos apoyan". Solo nos sentimos frustrados a veces cuando nuestra comunicación no es Buena / activa.
LH: En el momento en que debutó (CNBLUE) el nombre "Idol Band" en sí no era familiar. El proceso de actividad tampoco fue fácil porque no eramos alguien en ese momento.
LJS: hubieron muchos nombres por los cuales nos llamaron. Banda idol, banda masculina, solo banda, etc. pero no importa cómo nos llamen. Después de todo, somos solo una banda que hace la música que queremos hacer. No nos importa si ponemos o no un “Idol” al frente. Por supuesto, agradecería que nos pensaran como una "banda de música atractiva, agradable y buena". (risa)
JS: Hemos actuado en muchos países, pero los lugares más distantes y desconocidos de Corea fueron países latinoamericanos como Chile, Perú y Brasil. Los países que están casi en el lado opuesto de Corea, así que me pregunté si nos conocerían.
Sin embargo, sabían y amaban a todos por nuestra música y pude ver que este es el poder de la música mientras miles de personas se reunían en los concierto. Incluso las canciones eran cantadas. Ahora que hay muchos músicos que han trabajado en el extranjero, creo que también deberíamos pensar y tratar de poner más esfuerzo que antes.
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LH: CNBLUE es famoso por todos los miembros que escriben y componen.
LJS: Los álbumes coreanos y japoneses se lanzan de manera diferente, pero se han grabado muchos en ambos idiomas. Hay algunas canciones en las que he participado, pero cuando las escucho me siento incómodo/ avergonzado.
Espero que la canción que escriba en el futuro permanezca en el recuerdo de muchas personas y se convierta en una canción que de repente se les venga a la mente. Cuando estoy en casa, siempre toco música aunque sea algo pequeño. Quiero hacer música que no sea gravosa y que pueda fluir cómodamente en la vida cotidiana.
LH: Mientras CNBLUE estuvo en pausa, la industria de la música también cambio mucho.
LJS: En estos días, los cantantes junior son muy buenos para bailar, cantar y tocar (instrumentos). Aún así, nosotros (CNBLUE) estamos seguros de que tenemos nuestro propio color. Queremos ser amados mostrando nuestra buena música y creo que podemos hacerlo. Espero que así sea con las canciones que se escriban en el futuro.
* "En un futuro me gustaría participar activamente en el campo de la moda"
JS: Estoy muy interesado en la moda. Por eso dijeron que debería aparecer en el programa <The Faxhion King>. Fue un concepto de hacer ropa en equipo con un diseñador de moda, fue muy divertido. En el futuro, me gustaría participar activamente en el campo relacionado con la moda.
Me gusta tanto la ropa que a menudo voy de compras. Sé el estilo que más me conviene, así que, si veo un elemento en específico, los compraría independientemente de la marca o el estilo. Aunque me gustan las marcas como CELINE Men, Haider Ackermann y Thom Brown, también disfruto mezclar y combinar marcas de bajo precio. Ah, pero el abrigo debe ser largo. Yo alcanzo los 188 cm de altura. Es realmente divertido y ambiguo usar un abrigo largo, pero incluso si lo hago parece poco atractivo. (risas)
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* "En verdad quiero ser un poco mas codicioso en la actuacion"
JS: Personalmente, en verdad quiero hacerlo bien y ser un poco más codicioso (en la actuación) hasta el momento no ha habido muchas oportunidades. Hubo muchos dramas que tuve que dejar debido a las actividades de CNBLUE y fue una pena ver el trabajo cuando era transmitido más adelante. Ahora quiero mostrar variedad en el lado de la actuación. Mi debut como actor fue hace ya bastante tiempo, pero cuando fui a un restaurante me llamaron "Seongjae", que era el nombre del personaje, el cual es más familiar para ellos que CNBLUE. Es algo bueno, ya que el índice de audiencia fue del 50%.
JS: El drama <My First Love> fue el último que filme antes del alistamiento y la primera vez que tuve un rol protagónico así que es un trabajo con mucho apego. También recuerdo <Voice 2> Como una aparición especial (cameo), fue el papel de un asesino psicópata, pero me alegré de que fuera el número uno de búsqueda en internet en ese momento y se convirtió en un tema candente. Fue agradable poder mostrar algo completamente diferente de lo que he hecho hasta ahora.
* Originalmente estaba interesado en la fotografía.
JS: Mi hermano mayor es fotógrafo del mundo de la moda y dirige un estudio conmigo. Originalmente, estaba interesado en la fotografía y estoy aprendiendo de mi hermano mayor. Fui a realizar trabajo como voluntario a Myanmar con mi hermano. De la exhibición de fotos, ventas de bienes, todo lo recaudado dado como becas a niños de Myanmar. En nombre de CNBLUE, donamos anualmente a través de la fundación de nuestra empresa afiliada y proporcionamos las instalaciones necesarias en varios lugares en el extranjero. Fue la primera vez que fui de voluntario con mi hermano y fue genial. Si existe tal oportunidad en el futuro, definitivamente lo haré nuevamente sin dudarlo.
Ing.Valentsia Txt Kr. Leejungshin.com Español. Elizabeth | CNBLUEMexico.com Twitter @CNBLUEMexicocom - POR FAVOR MANTENER TODOS LOS CRÉDITOS DE LA ENTREVISTA ��� Y CUIDAR DE NUESTRO TRABAJO.
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POR FAVOR MANTENER TODOS LOS CRÉDITOS DE LA ENTREVISTA 🙂 Y CUIDAR DE NUESTRO TRABAJO.
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adrianeleuteri · 5 years
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LOS INCENDIOS
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Hay un preludio, un estado de gracia que precede a la tormenta. A veces al intentar dormir, al poco rato de cerrar los ojos, quedo atrapado ahí: una noche sinaloense, friísima, plagada de montañas negras. No nos podemos marchar, las cámaras de televisión local llegan y montan un show con nosotros, con mis amigos, con sus esperanzas. Alguien saca una bandera y se retrata con ella. Yo me alejo y, más allá, frente a un autobús, un migrante al que no he visto en todo el camino corre tras de mí. Chele, grita, y al darme alcance dice: no se vaya. Mi bandera es su bandera, sosténgala. Usted ya es hondureño. Y finaliza con una flecha que me entume el esternón: Usted ya es uno de nosotros. Conmovido, tomo la bandera en mis manos. Me retratan. Algunos regresan al espectáculo televisivo a abrazarse con las modelos, o (no sé cómo llamarles) reporteras, o modelo-reporteras; y está bien, lo entiendo. Prefiero subir al autobús y trato de conciliar un poco el sueño. Horas más tarde el camión avanza, pero al rato se detiene en un paraje abandonado. La pesadilla se desata.
Han pasado meses desde aquella madrugada y, sin embargo, en este receso involuntario en el que estoy, como si mi cuerpo bajara la guardia y recibiera por fin la brutal resaca, como si los apéndices del terror hubieran recorrido secreta e imparablemente los laberintos de mi inconsciente y se estrellasen una y otra vez contra el muro que los separa de la consciencia, cuando supe del calvario de Joa, el muro estalló y dejó entrar a esa cosa hecha de miedos constreñidos.
La última semana fue la peor, en meses. Llevaba un tiempo tratando de rastrear el origen de los incendios —desde lejos, por desgracia, a causa de una convalecencia innombrable—. Los montes mexicanos ardían a lo largo y ancho de la República y existían indicios de que la catástrofe era una creación artificial. Dibujar, escribir, recordar. Pero en sentido inverso. Ese animal extraño no ha parado de clavarme su aguijón, no hay anestesia. La memoria es una sabandija hambrienta.
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Caravana migrante en el desierto de Sonora, noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
Johanna no murió, a Johanna la murieron. Los agentes del Immigration Customs Enforcement (ICE) le negaron en todo momento el medicamento requerido para atacar su enfermedad. Lo pidió una y otra vez durante meses hasta perder la conciencia. En el último momento la trasladaron a un hospital, pero los médicos, dada la debilidad de ella, no lograron salvar su vida. La noticia me disparó la mente, los sentimientos, los recuerdos. Quizá por eso cuando revisé la publicación en línea donde fui etiquetado tecleé esa historia desde mi móvil. Un aroma nos suele transportar a la exacta ocasión de la experiencia; en mi caso, la clave del impacto fue una imagen. Se trataba del lábaro arcoíris de la comunidad diversa siendo consumida por una llamarada. A la fotografía la acompañaba otra de un púber con un filtro de hocico canino y una captura de pantalla de su acotación: La basura se quema. Bajé a la caja de comentarios y después de leer declaraciones oscilantes entre la indignación y el odio, sin pensarlo mucho, escribí lo siguiente:
“Estuve ahí, recuerdo cómo empezó cada cosa. Sólo los idiotas juegan con el fuego sin respeto. Yo mismo fui un idiota cuando volví cenizas mi cuarto y también cuando quemé con toda la intención la casa del amante de mi madre, con ellos dos adentro. Yo era el fuego. Yo era ese fuego y en la noche oscura de la infancia iba quemando todo a mi paso mientras corría con los ojos llenos de lágrimas. Así, en el peor momento, en una cueva basáltica al lado de una carretera que daba a la cumbre de una montaña húmeda, rodeado de miles de veladoras en ese lugar que hubiere jurado era la mismísima cueva visitada por el pobre Macario, se apareció ante mí el Señor S y me preguntó si quería ser miembro de su sociedad, una sociedad de voluntarios dedicados a combatir el fuego, el fuego real y el metafórico, el fuego en las pupilas insaciables de Nerón, el fuego lépero y bandido de las antorchas del Klan. Yo no estaba seguro, así que me llevó afuera y se puso a escalar la montaña. Llovía. Yo lo seguí. Cuando estuve a su lado quedó absorto, contemplando el horizonte y en un momento señaló hacia un punto en específico. No vi nada, entonces puso un catalejo en mis manos. «Allá», dijo, «allá». Sólo así pude ver. Eran las antorchas nazis. Eran los negros colgados como frutos extraños de árboles quemados hasta hoy y para siempre por una lama abominable. Eran estudiantes masacrados en Tlatelolco y Tinanmen. Homosexuales caribeños confinados en campos de concentración por milicianos revolucionarios. Eran vándalos arrojando bidones de gasolina a muchachas transexuales oriundas la Cintura de América (Neruda dixit). Vándalos imperiales sin dignidad negándoles medicamento a chicas enfermas, alimentándolas con lumbre. Y a lo lejos, al último, ahí estaba yo, corriendo, quemando a todos a mi paso, cuando niño. «Me lleva la chingada, Señor S, la cosa está cabrona» dije, y de inmediato ofrecí disculpas, entonces el Señor S, como si olvidara o no hubiera prestado atención a mis palabras, dijo «mira, mira ahí», y cuando miré descubrí el llanto diáfano de Billie Holiday sobre las sogas; vi a Gilberto Bosques estoico frente a los nazis rapaces y vi al consejo de guerra del Tercer Reich mandar a fusilar a un oficial por doblegarse ante una voluntad ajena; vi a ese muchacho detener la pesada maquinaria de un tanque con el poder de la vulnerabilidad propia; y, sí, sí, también vi a Reinaldo Arenas teclear las páginas más rabiosas y emocionantes contra la locura patológica del comandante desde su departamento en Nueva York, en donde un vaso estalló sobre la mesa, de la nada, como un augurio, como un acuse presencial de esa nueva enfermedad. Incluso, amigos, a través del catalejo, desde esa roca alta y basáltica de los bosques perennifolios coníferos de mi ciudad natal, una ciudad bicolor, labrada en verde y negro, nombrada en honor a la mujer de Cristo y, vaya dicotomía, en honor también de un esclavista español, vi a Grecia, a Anakay, a Allegra, a Ashley, a Estuardo, a Anthony, a Chris, a Leah, a David, a Nicole, a Irving, a Alex, a Walte, a Magui, a Cristóbal, a Irineo, y a tantas y tantas personas más luchando junto a ellas o a distancias kilométricas para extinguir el fuego de los tiempos, un fuego milenario que en ocasiones devora por completo a quienes tratan de sofocarlo. Ese fuego, por desgracia, es sempiterno. Y está el asedio. Un asedio exclusivo para quienes lo detectan, para quienes lo combaten. Si prestan atención, si los miran bien y hurgan en ellos, en sus ropas, en sus aposentos y pertenencias lo suficiente, descubrirán un catalejo. El Señor S dijo que debía marcharse. De inmediato le tendí el inusual objeto. «Es un regalo», dijo, «si no lo quieres ya sabes qué hacer». Fallé. Por fortuna. Mi madre salió a abofetearme. Las revistas pornográficas regadas. Y el fuego quedó instalado en mi interior muchos años. Ha pasado tiempo, amigos míos, y hoy pongo sobre su mesa este artefacto. Miren bien y tomen distancia equilibrada frente a las llamas. Y otra cosa: el catalejo, primero apúntenlo a un espejo y, si lo hay, descubran cuán poderoso es el incendio. A veces sucede que es un fuego irremediable. Si eso ocurre la lumbre no podrá apagar la lumbre. Peregrinen, entonces, a los bosques de perseas y ardan con la gracia del Bennu. Porque vendrán, tengan por seguro que vendrán, unos u otros, armados con cerillas o catalejos. Podemos elegir, cuando llegue el momento —y ha de llegar: con lágrimas en los ojos lo han de contemplar—, entre dar faena, dar combate o, por el contrario, ser otra flama, ser una lengua más del infame y voraz infierno que ya nos devora. Adelante.”
El día siguiente, la noticia de otro incendio me sentó de un solo golpe. A dos personas que mencioné en las líneas anteriores les ocurrió algo sumamente desafortunado e injusto. Para hablar de ellos voy situarme en el origen de mi nueva situación.
Me uní al gran Éxodo Centroamericano queriendo ser un ente invisible, con ojos, oídos y dedos para narrar lo acontecido; ojos, oídos y dedos, empero, incapaces de influir sobre la realidad circundante. No obstante, al paso de los días fue imposible cumplimentar esta regla autoimpuesta, pues el hambre, la sed, el cansancio y la enfermedad la padecimos juntos los viajeros y en la necesidad nos apoyamos como pudimos; pronto me di cuenta que podía hacer mucho, que debía hacer mucho, y puse mis conocimientos al servicio común; actué, intervine, dije, opiné, tomé decisiones, di la cara. Influí. Hubo peleas, roces de carácter, enfrentamientos. Pero también carcajadas, camaradería. Buenos momentos. Esos extraños caminantes ya no eran ajenos a mi circunstancia, se volvieron mis hermanos. Ya no era su historia, era la nuestra. La prueba de fuego, una prueba ígnea en todo rigor accidental, vino a ocurrir la noche del incidente en aquel paraje yermo de Sinaloa. Estuvimos a nada de ser vendidos al narcotráfico. El trabajo en equipo y la confianza en nosotros mismos nos salvaron. Antes de esa noche nunca experimenté el verdadero terror. Escapamos, logramos pasar a Sonora y de ahí a Baja California. En Playas de Tijuana, la segunda noche, mientras nos reponíamos de las enfermedades y el cansancio, los vecinos decidieron sorprendernos a pedradas, luego, orgullosos, cantaron el Himno Nacional. Como mexicano jamás sentí tanta vergüenza. Las rocas impactaron antebrazos, puños, frentes y rozaron cueros cabelludos como hachas apaches y a mí me dolió la patria, esa cara tumefacta y vomitiva orgullosa de su estética que no vi antes de frente ni tuve cerca. Algunos nos desperdigamos por la playa, pero la cacería siguió. Un pequeño incendio a lo lejos. Con antorchas en lo alto los vecinos peinaban el malecón, la costa arenosa y todos nosotros, sangre viva, sangre caliente, fuimos derramados por las arterias laceradas de la zona y nos vaciamos por completo sobre coladeras, banquetas y parques.
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Caravana migrante el día de nuestro arribo a Playas de Tijuana el 12 de noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
La mañana siguiente, con la moral por los suelos, solos o en grupos, regresamos de todas partes al gran faro de Playas. Reporteros de muchas partes del mundo llegaron con su equipo técnico; rápidos, siempre expeditos, hacían sus entrevistas, tomaban sus notas y se marchaban. Había una enorme reticencia a ellos, sobre todo hacia la prensa nacional y centroamericana porque el trabajo mostrado en sus medios nos caricaturizaba; un momento baladí filmado en cámara lo cambiaban de contexto para generar la redituable imagen sucia, indigna e irrespetuosa del migrante. No se arriesgaban, llegaban a puntos seguros, tomaban lo que querían y partían a deformar lo cierto, a bosquejar el espectáculo de lo grotesco. Hable poco y fui directo. Luego, en solidaridad con mis hermanos, callé. Sentado, mientras el bullicio de Babel se iba apagando, con la cabeza gacha y una maraña de nervios calcinados en el antro llagado del estómago, ejecuté Bésame mucho en una flauta dulce, pero en su versión inglesa, es decir: Yesterday y a petición de mis amigos, notables conocedores de la música popular mexicana, entoné Amor eterno. Las varias voces iban callando y al terminar la sentida prestidigitación ya no volvieron. A excepción de una. Masculina, inglés impecable. Sin alzar la vista hallé en su tono angustia, percibí preocupación. Le afligía el suceso de la noche anterior, buscaba un lugar seguro para nosotros, lo consternaba la poca cooperación gubernamental, era partidario de trasladarnos al Parque de la amistad en la Mesa de Otay, pero la gran distancia y sobre todo el hambre terrible que nos agobiaba y de la cual el dueño de esa voz era consciente lo hicieron plantearse un plan de urgencia. Fui alzando la vista poco a poco. A lo mejor por el perfecto inglés, acaso por el férreo tesón en la búsqueda de opciones para ayudarnos y la grave indignación que percibí en su voz, a lo mejor por estar rodeado de reporteros extranjeros, esperaba encontrarme, quizá, con un corresponsal anglosajón. ¡Pero no! Era un hombre de mirada fija y penetrante, ojos blanquísimos, pelo entrecano y piel notablemente quemada por un sol de años. Poseía el don natal del liderazgo y, cuando se echó a andar, la inmensa mayoría lo siguió. Un compañero y yo buscamos por el Paseo de Playas a nuestro núcleo de camaradas. Fue en vano. Al regresar al faro ya no pudimos rastrear la caravana. Los vecinos de Playas se reorganizaban, de a ratos nos llegaban amenazas, insultos. Como pudimos partimos y llegamos al Deportivo Benito Juárez, un albergue improvisado que junto con sus calles aledañas sería nuestro futuro gueto, en el que por las noches no imperaba ley alguna y en consecuencia muy a menudo ocurrían agresiones físicas, disparos y levantones. No alcanzamos lugar, el privilegio lo tenían las familias con niños; los camiones repletos de seres humanos fatigados y enfermos, rechazados desde sitios tan distantes como Mexicali, no paraban de arribar. La angustia, la desesperación apremiaba, entonces recibí la llamada del grupo de amigos que no encontramos en la playa; habían logrado conectar su celular en un local, iban en caravana, se dirigían a un lugar que llamaron “Caracol”, en el Centro de Tijuana, a unos metros del gran Arco. A pesar de las advertencias de no pocos periodistas locales, subimos por la calle 5 de mayo y doblamos en Coahuila hasta llegar al Arco. Durante el trayecto fuimos depositarios de amenazas y ofensas por parte de automovilistas y transeúntes. No confrontamos, no respondimos, caminamos con la mirada puesta al frente sin titubear. Dimos con el Arco. Metros más abajo, frente al Museo de Cera, encontramos ese lugar llamado “Enclave Caracol”, ahí nos reunimos con nuestros amigos y compañeros de travesía. Adentro del pequeño local fuimos alimentados, pudimos descansar, hacer llamadas de larga distancia y recargar baterías de celulares, todo de forma gratuita. Enclave Caracol resultó un verdadero santuario en una ciudad que nos recibió a escupitajos y pedradas del tamaño de la mano, una urbe marginal del medioevo hecha de migrantes que expulsaba migrantes por considerarlos ratas. Tijuamelín. Esa tarde enfrentamos un problema a la postre recurrente: la corrupta policía tijuanense. Enclave Caracol estaba lleno a reventar, simplemente no cabían más personas adentro, muchos, recostados sobre cajas de cartón o sobre el llano suelo, descansaban en la pequeña explanada, a un costado del Museo de Cera. Un vagabundo se plantó en la acera, encendió un guato y se puso a fumar, por consecuencia, el olor de marihuana encendió alarmas susceptibles. Como si fuera un acto recurrente, mal planeado, mal actuado, de inmediato llegaron oficiales de policía a jalonear e intentar llevarse, no al vagabundo, quien se escondía detrás de la carrocería horizontal de la patrulla, sino a compañeros nuestros. En ese instante intervino el hombre de Playas, ahí lo volví a ver, dueño de un aplomo encomiable; tras escuchar nuestros reclamos inmediatos, logró poner a raya a los gendarmes, los cuales se marcharon encabronados sin el vagabundo y sin ningún migrante; me asombró ver cómo logró poner bajo control la situación. Cansado visiblemente, se acuclilló frente a un poste de madera. Luego empezó a hablar. Sin ser moralista nos advirtió sobre el uso de drogas en el perímetro; sin ser alarmista, de los peligros de la ciudad; sin ser derrotista nos hizo reflexionar en los modos y posibilidades para cruzar a los Estados Unidos y en las formas específicas para aplicar al asilo político. Ya comidos, ya descansados, instó a movernos de inmediato; en el espacio reducido del Enclave Caracol no había cabida para el alojamiento de semejante cantidad de personas. Además, el santuario resguardaba celosamente dentro de sí otra caravana vulnerada surgida al interior de la gran caravana e incluso maltratada por la misma: las chicas transexuales de la comunidad LGBTTTI+ que huían de Centroamérica, amenazadas de muerte. La opción, de momento, así nos lo hizo saber el sujeto de Playas, era el albergue Benito Juárez, haría cuanto pudiera para ingresarnos. No se rendía ni conformaba, hallaba la alternativa, no obstante, fue claro, ahí no podíamos pernoctar. A pocos metros de nosotros yacía el desagüe del Río Tijuana, un gran canal a donde iban a dormir los indigentes; la maña, como se apoda al crimen, hacía cosas terribles con ellos, por diversión. La personalidad de ese hombre, su forma de hablar, su lenguaje corporal, la honestidad inocultable de sus gestos, su sencillez, ese aire de cansancio perpetuo y sin embargo equilibrado por un talante de acción infatigable, llamaron magnéticamente mi atención, por eso, mientras respondía preguntas y miraba a su flanco izquierdo, osé interrumpirlo: alcé la voz y pregunté su nombre y ocupación. El sujeto giró su rostro lentamente hacia mí para mirarme fijamente; ojos blanquísimos, penetrantes, serenos, el surco cruel de las ojeras, casi madrazos, putazos ágiles de insomnio, el ceño fatigado, severo, dientes titanio, estalagmitas albas.
    —Irineo Mújica —dijo con un recio pero lento movimiento de quijada, ere concreta, labios estirados en las i—, de Pueblo Sin Fronteras. Andamos acompañando a la gente, ayudando como podemos.
    Sin dejar de mirarme, de brazos tendos sobre sus rodillas y palmas estáticas, abiertas de forma natural en su dura anatomía, guardó silencio dos segundos, alzó leve la barbilla y, con voz firme y desafiante, cifrada en ese peculiar binomio suyo el cual despliega una inconsciente gesticulación tenuemente exagerada y una dicción precisa, cuasi impoluta, dijo:
    —¿Y tú quién eres?
    Me presenté al momento de estrechar su mano. Dije además que era poeta y escritor y que el viaje lo había hecho hombro a hombro con los migrantes. Juzgando mi carácter, como quien está acostumbrado a escudriñar en lo abismos oculares y dar siempre con la verdad, Irineo Mújica siguió mirándome fijamente. Creo que asintió. Giró la cabeza sobre su hombro izquierdo y continuó con la respuesta interrumpida estrepitosamente por mí antes. Tomé una fotografía del momento. La imagen me gusta porque en ella, más allá del relato en primer plano, se condensan otras historias, algunas de terror. Si observamos bien, al fondo aparece un local con la palabra “DENTIST”, encima de la entrada una leyenda reza: “UNIDAD MEDICO Y DENTAL LOS ANGEL´S”, el spanglish figura en gran cantidad de rótulos y no son pocos los estadounidenses que viajan a Tijuana a atender su salud bucal porque simplemente es más barato y los trabajos son de buena calidad. En la esquina inferior izquierda un migrante usa una gorra con el logotipo de una de las organizaciones criminales mexicanas más infames de todos los tiempos: el Cártel del PRI; a lo largo del trayecto en ocasiones recibíamos ese tipo de “caridad”, algunas veces, acompañada dentro de bolsas sublimadas con el nombre de gobernadores o alcaldes, venían latas de atún y botellas de agua rotuladas a plumón con mensajes de solidaridad para los damnificados del terremoto del 19 de septiembre de 2017; era la ayuda en despensa enviada por gente de todo el país y confiscada en carreteras por esta peligrosa organización delictiva. Al centro de la fotografía, usando una playera negra, acuclillado, yace Irineo; los estampados en su prenda bien podrían ser un retrato suyo: hablaríamos entonces del liderazgo del lobo, del arrojo del lince y del sacrificio del águila. Del lado derecho de la captura, en perspectiva entre dos postes, sobresale la cabeza de un migrante que lleva una gorra con el bordado de la efigie de un venado, ese hombre que mira al lente con un solo ojo es Isaac; él y yo nos conocimos sobre el toldo de la caja de un tráiler cuando atravesábamos por carretera decenas y decenas de plantaciones de agave de las tierras de Jalisco. Cierta mañana Isaac, nueve amigos más y yo compartimos a las afueras de Guadalajara minutos estresantes y cardíacos, no por el hecho de ir colgados y aferrados a los hierros de la mole, sino porque un par de encapuchados embutidos en chalecos, armados con sendos cuernos de chivo, nos dieron alcance en una camioneta y nos bajaron de la máquina a fuerza de violencia verbal promovida por la amenaza no declarada pero implícita de los cañones frente a nuestras caras. Todo fue tan rápido que no tuve tiempo de sentir miedo pero sí de razonar aquél momento como nuestro final. Nos apostaron a la orilla de la carretera, frente a un pedazo de tierra cercenada recubierta de yerba. Quizá por nuestra apariencia, demasiado pusilánime, demasiado hecha mierda, demasiado poca cosa, no dispararon cuando, entes autónomos pero movidos por no sé qué fuerza a la manera de un solo organismo (al recordar nos pienso como un gusano de múltiples podos), bajamos los brazos de la nuca y comenzamos a avanzar uno por uno detrás de otro sin detenernos a mirar atrás. No tengo dudas; la rastra iba embarazada.
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Isaac (pulgar arriba) y Gerardo (medio rostro) aferrados a la cabina de un tráiler o "rastra" (Centroamérica) momentos antes de ser encañonados en la Carretera Federal 15D a las afueras de Guadalajara, Jalisco. Noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
  Las semanas posteriores vi a Irineo en diferentes puntos de Tijuana. Algunas veces en nuestro gueto, el albergue del Deportivo Benito Juárez, hablando ante miles de centroamericanos sobre la posibilidad de emigrar a Canadá en vez de a los Estados Unidos. En ocasiones sólo y exhausto, sentado al centro de la rara quietud del Enclave Caracol en esos días, la frente perlada, un vaso de agua al hilo. Inglés, español, llamadas telefónicas, mil cosas por hacer. Siempre dispuesto, las ideas, la capa sobre el barro. En esos instantes calmos en los que lo contemplaba a la distancia dentro el salón, venían a mi mente los cuadros desoladores de Hopper, cuadros potentes en su colorido, majestuosos en su abanico de luz, melancólicos en su composición, devastadores en lo que comunican, dolientes en lo que ahí no está, pero inefables en su todo. Sin estar a la vista, el hombre de Playas estaba ahí.
Un día todos nos fuimos. El núcleo de sangre. Los 8 bastardos. Algunos a San Diego. A Monterrey. A la Ciudad de México. A los confines verdugos de Centroamérica. Otros simplemente nos desvanecimos en los intestinos lúgubres de los suburbios de Tijuana y al gueto del Deportivo Benito Juárez y al Enclave Caracol ya no volvimos.
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Desagüe del Río Tijuana próximo a la Garita de San Ysidro. Noviembre de 2018. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
Meses después en Guatemala, en otra caravana, acompañado por un grupo de chicas supervivientes de las matanzas de mujeres transexuales en El Salvador, en la pequeña ciudad de Tecún Umán, en una calle aledaña al Río Suchiate, volví a ver a Irineo Mújica. Llegó a un puesto de comida gratuita improvisado en una entrada angosta frente a la cual nosotros descansábamos. Él era parte del contingente que ofrecía alimento a los migrantes sin pedir nada a cambio. Visiblemente agobiado por la humedad del aire y la violencia de un sol desplomado a quemarropa, venía de cotizar precios de gas licuado en ambos países y a dar aviso sobre el lugar con mejor coste. Imparable, terco en su tarea, así como llegó se fue y ya no lo vi más. Ese mismo día, momentos antes de reencontrar a Irineo, conocí a Cristóbal. De sus manos recibí los alimentos que saciaron mi hambre y la de las chicas. Le acompañaban Jenni, Denis, Irving, Magui, Walter y varios voluntarios más. Pronto la comida preparada en una cacerola enorme estuvo lista. Entre todos la fuimos a repartir a los migrantes que iban haciendo fila durante días sobre el puente internacional para obtener un salvoconducto con el cual poder pasar por México sin la obstrucción del Instituto Nacional de Migración. El sol era un desgraciado. El sol era un auténtico hijo de perra, pero más aún lo eran las bandas de criminales al acecho por todo el territorio, acogidas en resquicios siniestros del Estado o adversarias intermitentes de él. Los peligros eran reales. Valía la pena esperar. Las chicas desplegaron una enorme bandera arcoíris, en los altoparlantes Irving reprodujo el himno general del Éxodo: “JOH, es pa´ fuera que vas” y, como si fuese casi una lección, incompleta o dispersa, un puzzle sólo visible para pocos o una epifanía a punto de golpear a hierro y nublar el aire con sangre ligerísima a través de volutas diminutas, casi invisibles, el ímpetu y los ánimos ascendieron de las agrias tierras híbridas de la frontera al inconmensurable y homogéneo cielo añil de Mesoamérica.
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Kendra (der.) y Aitana (centro), acompañadas de Walter (izq.), ondean la bandera LGBTTTIQ+ sobre el Puente Internacional Dr. Rodolfo Robles que une Tecún Umán (Guatemala) con Ciudad Hidalgo (México). Enero de 2019. Foto: Adrián Eleuteri: archivo personal.
Semanas después las chicas y yo llegamos al albergue instalado en el estadio Jesús Martínez “Palillo”, en la Ciudad de México, el mismo donde miles y miles de seres humanos habíamos pernoctado meses atrás. Esta vez, con el paso de los días el trato hacia las chicas fue cambiando de indiferente a inhumano, los marinos que servían el alimento decidían a quién lo convidaban y a quién no. Se burlaron de las chicas transexuales. Les negaron la comida. Expusimos la situación de inmediato y en persona con cierta funcionaria de Derechos Humanos, la cual no quiso identificarse. Su respuesta fue tajante: Si tengo que elegir a quién creerle, entre ellos y ustedes yo les creo a ellos, los muchachos de la Marina son muy buenos. Los defendió a como dio lugar, no quiso escuchar más, tampoco investigar o confrontarlos, mucho menos abogar por las chicas ante el abuso de figuras de autoridad acontecido una y seis veces en sus narices. En pocas palabras, para ser claros y precisos, no quiso hacer su trabajo. Muy rápido la situación se hizo insostenible. Al paso de los días logramos una resistencia moral contra las injurias cotidianas. No contra el hambre. Por eso partimos una madrugada, en silencio, con rumbo hacia el norte, donde el frío de febrero nos quemó las manos y su viento seco nos navajeó los pómulos. Ciudad Juárez es la urbe mexicana número uno en transfeminicidios y al momento de nuestra llegada fue la única con frontera abierta al solicitante de asilo político en los Estados Unidos. Así llegué a Santa Teresa, la santa Teresa cuyo autor describió magistralmente como nadie, pero la cual no pudo pisar con planta propia. Un día, divididos por rejas romboidales, con el corazón desgarrado, les dije adiós a las chicas, las lágrimas fluían y las gotas, gordas, improbables, iban a estrellarse contra mis botas mientras me alejaba paso a paso. No regreses, viejo, y no voltees, me dije. Pero lo cierto es que volteé, volteé dos, tres y cuatro veces y golpeé mi palma derecha contra el pecho. Así. Asá. Las vi llorar. Es eso, la sangre, sangre remota de otras médulas que se vuelve la linfa vital de tus entrañas. Y ahí el viento, helado, prepotente, cerros tatuados, pedregosos, camiones anticuados y, sin embargo, posibles sólo ahí, identitarios, multicolor, cabrioleados con nombres de chicas quinceañeras, muertas en mi imaginación: “Lupita”, “Jennifer”, “Gabriela… Al caminar la ciudad me puse a pensar en Archimboldi, en el hígado que no llegó y en esa máquina de escribir "¡estrellada contra las rocas!" Va por ti, camarada, dije, y en su honor seguí andando sin rumbo fijo, mirando sobre las calles y las avenidas los bares, hoteles, plazas, clínicas, paradas de autobuses, y gente amable, amabilísima, dispuesta a ayudar al foráneo y llevarlo hasta tal o cual lugar para que no fuera a perderse, para que no se lo quebraran por despistado, por sonso, por güey, por güero, porque “ya volvieron, quienes quiera que sean esos cabrones ya volvieron, y están matando, otra vez”, dijo la señora que me sacó de las calles cercanas a su barrio, dado que los narcomenudistas locales no permitían la entrada de personas ajenas a la vecindad. “Ya ni la muelan”, dijo, “aquí todos venimos de otras partes”. Luego cuestionó mi procedencia, es decir: mi lugar de origen. Yo le dije que era del D.F. O bueno, así le dije, de la Ciudad de México, aunque no me acostumbro decirle de esa forma, lo cual es gracioso, pero más bien chocante porque cuando se llamaba D.F. yo le decía Ciudad de México y ahora casi nunca estoy en la Ciudad de México y el D.F. ya no existe, tampoco los que alguna vez fuimos defeños, por decreto fuimos eliminados y ahora todos los entes de esa ciudad enigma nos encontramos en un delicado caso y ese delicado caso es no tener nombre oficial: un gentilicio, y no podemos andar por la vida ni por el mundo apodados nada más con el estúpido, estúpido e impreciso mote de chilangos, por lo cual, le dije, yo proponía el nombre de mexicapitalinos o, en su defecto, capitalomexicanos, y que por supuesto, entre ambas opciones yo prefería el gentilicio de mexicapitalinos, sobre todo si la “x” se pronunciaba como en los tiempos prehispánicos, con el sonido de la “s” y de la "h" juntas. Luego le pregunté su opinión. “Yo no sé de esas cosas, joven, yo soy de Guerrero”, dijo, “y ahí sí tenemos nombre”. Yo dije: “guerrerenses, claro”. Y ella respondió: “No; molones. Chingones, pues; rebeldes”. Y enseguida comenzó a reírse y también yo empecé a reírme y cuando recobramos el aliento, cuando la catarsis expiró, o al menos cuando creímos que así fue, porque en realidad no hizo más que comenzar, ella dijo que era de un pueblito llamado Atoyac, muy verde, muy bonito, de gente muy buena, muy consciente y muy jodida, y que de tan jodida un día se levantó para ya no más hincarse. Dijo que a su padre y a su hermano los militares los arrojaron desde un helicóptero y que sólo el cuerpo del padre lo devolvió el mar semana y media después, por eso había emigrado a México, más tarde a San Luis y luego a Juaritos, donde ya llevaba veinte años viviendo y trabajando. Juaritos fue su salvación y Juaritos la enfermó de cáncer, aún así vivió en calma muchos años hasta que cayó la lepra en la ciudad —la primera vez fue trágica, pero sin horrores, la segunda, en cambio, lo transformó todo para siempre— y la necrosis fue apareciendo sus pedazos en terrenos baldíos y puentes. Se hizo el silencio. Le pregunté si ese Atoyac del que me hablaba era Atoyac de Álvarez y ella dijo que sí, que si lo conocía y yo le respondí que sí, que había estado ahí hacía unos diez u once años y la señora dijo mire nada más, joven, mire nada más. Casi caía la noche cuando abordé un camión estridente cuyo arte caligráfico en el parabrisas ostentaba un nombre zapoteco; su significado se puede traducir como te amo, es decir: ”Nayeli”. A Nayeli no la imaginé muerta, a Nayeli la imaginé desaparecida. Adentro el coma hipnótico del gas neón, sobre nosotros, en bellísimas cursivas las palabras Dios nos bendiga y a mi lado, sobre el vidrio, tallada en letras chuecas la frase: Putos chilangos coman pito. Olor a fósforo, clorato de potasio. Miré por la ventana, cerros de jeta anaranjada y lomos pelones, cuasi grises y a sus faldas, vibrante, la luz de los negocios brotaba de repente como salpullido infante. El tatuaje cálico en la cara de la sierra que muchos días fue mi norte se fue apagando. Imaginé al monstruo hibernando. Pero quizá no dormitaba. Quizá pasó a mi lado. Quizá miró mi rostro distraído por la ventana desde su hipotético coche de lujo o a lo mejor de factura corriente, un coche demasiado común. Ese monstruo que vivía en Juárez o ahí llegaba salivando desde El Paso, o desde allende corazón hermético y cobáltico de Samalayuca (el núcleo radical que años atrás le arrancaría la cabellera a una mujer molona —chingona, pues; rebelde—), miraba sí o sí los treinta y un signos colosos cauterizados en el horizonte: "CDJUAREZ LA BIBLIA ES LA VERDAD LEELA", a lo mejor se santiguaba, a lo mejor le daba igual y pasaba de largo, pero los veía, por supuesto los veía, quizá ya no como una oración imperativa, quizá ya no como una invitación, sino como una constelación desangelada, triste, quizá ya muerta o a punto de desaparecer, sí, pero al final indeleble, imborrable, penitente, pues su luz viajaba a velocidades catastróficas por razones desconocidas desde el Monte de la Tentación en el Desierto de Judea hasta el Cerro Bola en el Desierto de Chihuahua, luminarias moribundas, rectángulas y oscuras sobre las que el monstruo hablaba sin parar, o no, después de beber un par de tragos en el Cavas Bar o en el Divas, de los cuales saldría muy a menudo con una chica, la caza, la estratagema, el engaño, la violencia, la luz muerta, cariño, es la luz muerta, la soledad, el horror y la ignominia, la luz rectángula, diría, la luz oscura, y luego la brutalidad siniestra, la mutilación del cuerpo que después vomitaría en las calles, avenidas, puentes, canales y lotes baldíos de la ciudad, y los transeúntes y los oficiales de policía y los reporteros y los forenses y el propio monstruo inadvertido en la muchedumbre lo fotografiaría cuando los signos colosales cálicos volvieran a cristalizar por la mañana la rutina categórica de las personas en la matriz monumental de su desierto. Sobre Juaritos vi el signo de la lumbre. Sobre Juaritos vi un incendio inmemorable, innenarrable. Juaritos ardía en luces de ausencia. Todos nos quemamos.
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La bandera del orgullo transgénero ondeando en la azotea de casa "Respetttrans Chihuahua". Ciudad Juárez, abril de 2019. Foto: Adrián Eleuteri, archivo personal.
Las fotografías del largo viaje me conmovieron, vi decenas, quizá cientos de ellas en mi móvil, luego, todavía hambriento, aún prendido a la adicción del vértigo, me puse a leer noticias pasadas. En una nota de Sin Embargo volví a ver a Cristóbal Sánchez. Había sido golpeado por policías de la Secretaría de Seguridad Pública de la Ciudad de México a las afueras del Deportivo Magdalena Mixhuca, frente a las escaleras del metro Ciudad Deportiva, exactamente a un costado de la entrada que da al estadio Jesús Martínez “Palillo”. Hay registros videográficos del hecho: un oficial de policía se acerca a Cristóbal, tranquilamente en apariencia, pero al instante intenta someterlo, más policías lo emulan y él opone resistencia. Entonces alevosamente un uniformado le suelta un golpe rectó en la cara. Lo muelen a golpes.
Cuando pienso en el albergue del Deportivo Mixhuca imagino ese lugar como una planta, una sugestiva flor carnívora que engulle migrantes, una planta autóctona de esta autoproclamada ciudad santuario que a la luz pública recibe de fauces abiertas a miles de peregrinos y una vez confinados en su interior los digiere lentamente.
Putos chilangos coman pito dios nos bendiga.
La última vez que vi a Cristóbal en persona él preparaba platillos sencillos para los migrantes afuera de la estación migratoria de Ciudad Hidalgo. Me preguntó si había comido y aún sin esperar respuesta me tendió un plato de arroz.
El día de ayer fueron detenidos de manera arbitraria Irineo Mújica y Cristóbal Sánchez en Sonora y en la Ciudad de México, respectivamente, por elementos de la Fiscalía General de la República. Se les acusa de la comisión de delitos alusivos al tráfico de migrantes. Son patrañas. El gobierno de los Estados Unidos quiere sus cabezas para alzarlas como trofeos ante el electorado racista y antiinmigrante que hoy por hoy lo sostiene precariamente. El gobierno de México está a punto de dárselas. Asistimos a al festín de Antipas. Se oye la música en el norte, la hija de Herodías baila y en los juzgados mexicanos rechina la confección de la batea argenta.
La migración es tan antigua como la propia humanidad. El éxodo más grande que conoce el siglo XXI hasta hoy lo caminan los centroamericanos a través de miles y miles de kilómetros durante los cuales yacen a merced de peligros como el padecimiento de enfermedades graves, amputaciones, extorsiones, estafas, secuestros, desaparición forzada, esclavitud, trata de blancas, reclutamiento forzoso para el sicariato, y la propia muerte, la cual muy a menudo deriva en tráfico de órganos o en desmembramientos para generar pánico a las bandas contrarias a los verdugos o entre la población civil. En estos abominables actos está involucrado el crimen organizado y el crimen institucional, los cuales a veces operan juntos y a veces por separado. Sin la invaluable ayuda de personas como Cristóbal Sánchez e Irineo Mújica, activistas en la defensa de los derechos humanos y acompañantes de caravanas desplazadas por la violencia y la necesidad de una vida mejor, hombres valientes dispuestos a arriesgar sus propias vidas en pos del prójimo, las cruentas pesadillas padecidas por estos seres humanos que van de paso hoy no serían visibles y, peor aún, la multiplicación de casos, ya de por sí inmensa, hoy sería incalculable.
Este es un grito de apoyo y un llamado a la razón desde este lugar modesto, mi bitácora virtual que lo apuesta todo por la literatura simplemente porque la literatura verdadera es la vida misma, pero también mucho más: todas sus posibilidades, y una de ellas es un mundo justo y mejor para los afligidos y los vulnerados por los poderosos. Ojalá deje de ser utopía, ojalá deje de ser Ciencia Ficción, porque la resistencia nunca dejará de ser poesía. Por otra parte, el que puede ser el mejor gobierno de la Historia moderna de México no le debe indiferencia al drama cotidiano de los oprimidos, ni tampoco puede ser la mano segadora de los vástagos y frutos de las raíces propias, pues ello significaría traicionar su esencia y en el acto patentar su aniquilación. Sin frutos no hay semillas.
En el artículo titulado “El progretariado abajo firmante”, publicado en su columna Fuera de tono en El Universal el 7 de junio de 2019, Hernán Gómez Bruera escribe lo siguiente a propósito del grupo aludido:
“Se presenta como un incansable defensor de los derechos humanos, pero casi nunca da batallas concretas para hacerlos valer entre quienes menos los ven garantizados, los más excluidos. Por lo general, lo que más le importa es hacerse de espacios para hablar sobre derechos humanos, siempre desde su perspectiva colonia-del-valle centrista. Cuando no es así, usurpa luchas ajenas y se asume como portavoz de grupos que no le han conferido una representación.”
        Irineo Mújica y Cristóbal Sánchez son todo lo contrario. La criminalización contra defensores de derechos humanos debe parar.
La lumbre y las eras. Latinoamérica gime en sus horrores. Es lumbre y lacera. El fuego bruñirá la arena de las playas que han de formar el vidrio angular del catalejo. Coágulos de sangre en los ojos de los cuervos y coágulos de sangre en la saliva. Los himnos de rebeldía y rabia besan la noche y mi voz herida grita, con más convicción que nunca:
¡Nunca más! ¡Presos políticos: libertad! Escrito el 6 de junio de 2019 a raíz de la detención arbitraria de Irineo Mújica y Cristóbal Sánchez.
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Bodas de perla
Después de todo qué complicado es el amor breve y en cambio qué sencillo el largo amor digamos que éste no precisa barricadas contra el tiempo ni contra el destiempo ni se enreda en fervores a plazo fijo el amor breve aún en aquellos tramos en que ignora su proverbial urgencia siempre guarda o esconde o disimula semiadioses que anuncian la invasión del olvido en cambio el largo amor no tiene cismas ni soluciones de continuidad más bien continuidad de soluciones esto viene ligado a una historia la nuestra quiero decir de mi mujer y mía historia que hizo escala en treinta marzos que a esta altura son como treinta puentes como treinta provincias de la misma memoria porque cada época de un largo amor cada capítulo de una consecuente pareja es una región con sus propios árboles y ecos sus propios descampados sus tibias contraseñas he aquí que mi mujer y yo somos lo que se llama una pareja corriente y por tanto despareja treinta años incluidos los ocho bisiestos de vida en común y en extraordinario alguien me informa que son bodas de perlas y acaso lo sean ya que perla es secreto y es brillo llanto fiesta hondura y otras alegorías que aquí vienen de perlas cuando la conocí tenía apenas doce años y negras trenzas y un perro atorrante que a todos nos servía de felpudo yo tenía catorce y ni siquiera perro calculé mentalmente futuro y arrecifes y supe que me estaba destinada mejor dicho que yo era el destinado todavía no se cuál es la diferencia así y todo tardé seis años en decírselo y ella un minuto y medio en aceptarlo pasé una temporada en buenos aires y le escribía poemas o pancartas de amor que ella ni siquiera comentaba en contra y yo sin advertir la grave situación cada vez escribía más poemas más pancartas realmente fue una época difícil menos mal que decidí regresar como un novio pródigo cualquiera el hermano tenía bicicleta claro me la prestó y en rapto de coraje salí en bajada por la calle almería ah lamentablemente el regreso era en repecho ella me estaba esperando muy atenta cansado como un perro aunque enhiesto y altivo bajé de aquel siniestro rodado y de pronto me desmayé en sus brazos providenciales y aunque no se ha repuesto aún de la sorpresa juro que no lo hice con premeditación por entonces su madre nos vigilaba desde las más increíbles atalayas yo me sentía cancerbado y miserable delincuente casi delicuescente claro eran otros tiempos y montevideo era una linda ciudad provinciana sin capital a la que referirse y con ese trauma no hay terapia posible eso deja huellas en las plazoletas era tan provinciana que el presidente andaba sin capangas y hasta sin ministros uno podía encontrarlo en un café o comprándose corbatas en una tienda la prensa extranjera destacaba ese rasgo comparándonos con suiza y costa rica siempre estábamos llenos de exilados así se escribía en tiempos suaves ahora en cambio somos exiliados pero la diferencia no reside en la i eran bolivianos paraguayos cariocas y sobre todo eran porteños a nosotros nos daba mucha pena verlos en la calle nostalgiosos y pobres vendiéndonos recuerdos y empanadas es claro son antiguas coyunturas sin embargo señalo a lectores muy jóvenes que graham bell ya había inventado el teléfono de aquí que yo me instalara puntualmente a las seis en la cervecería de la calle yatay y desde allí hacía mi llamada de novio que me llevaba como media hora a tal punto era insólito mi lungo metraje que ciertos parroquianos rompebolas me gritaban cachádome al unísono dale anclao en parís como ven el amor era dura faena y en algunas vergüenzas casi insdustria insalubre para colmo comí abundantísima lechuga que nadie había desinfectado con carrel en resumidas cuentas contraje el tifus no exactamente el exantemático pero igual de alarmante y podrido me daban agua de apio y jugo de sandía yo por las dudas me dejé la barba e impresionaba mucho a las visitas una tarde ella vino hasta mi casa y tuvo un proceder no tradicional casi diría prohibido y antihigiénico que a mi me pareció conmovedor besó mis labios tíficos y cuarteados conquistándome entonces para siempre ya que hasta ese momento no creía que ella fuese tierna inconsciente y osada de modo que no bien logré recuperar los catorce kilos perdidos en la fiebre me afeité la barba que no era de apóstol sino de bichicome o de ciruja me dediqué a ahorrar y junté dos mil mangos cuando el dólar estaba me parece a uno ochenta además decidimos nuestras vocaciones quiero decir vocaciones rentables ella se hizo aduanera y yo taquígrafo íbamos a casarnos por la iglesia y no tanto por dios padre y mayúsculo como por el minúsculo jesús entre ladrones con quien siempre me sentí solidario pero el cura además de católico apostólico era también romano y algo tronco de ahí que exigiera no sé qué boleta de bautismo o tal vez de nacimiento si de algo estoy seguro es que he nacido por lo tanto nos mudamos a otra iglesia donde un simpático pastor luterano que no jodía con los documentos sucintamente nos casó y nosotros dijimos sí como dándonos ánimo y en la foto salimos espantosos nuestra luna y su miel se llevaron a cabo con una praxis semejante a la de hoy ya que la humanidad ha innovado poco en este punto realmente cardinal fue allá por marzo del cuarenta y seis meses después que daddy truman conmovido generoso sensible expeditivo convirtiera a hiroshima en ciudad cadáver en inmóvil guiñapo en no ciudad muy poco antes o muy poco después en brasil adolphe berk embajador de usa apoyaba qué raro el golpe contra vargas en honduras las inversiones yanquis ascendían a trescientos millones de dólares paraguay y uruguay en intrépido ay declaraban la guerra a alemania sin provocar por cierto grandes conmociones en chile allende era elegido senador y en haití los estudiantes iban a la huelga en martinica aimé cesaire el poeta pasaba a ser alcalde en fort de france en santo domingo el PCD se transformaba en PSP y en méxico el PRM se transformaba en PRI en bolivia no hubo cambios de siglas pero faltaban tres meses solamente para que lo colgaran a villarroel argentina empezaba a generalizar y casi de inmediato a coronelizar nosotros dos nos fuimos a colonia suiza ajenos al destino que se incubaba ella con un chaleco verde que siempre me gustó y yo con tres camisas blancas en fin después hubo que trabajar y trabajamos treinta años al principio éramos jóvenes pero no lo sabíamos cuando nos dimos cuenta ya no éramos jóvenes si ahora todo parece tan remoto será porque allí una familia era algo importante y hoy es de una importancia reventada cuando quisimos acordar el paisito que había vivido una paz no ganada empezó lentamente a trepidar pero antes anduvimos muy campantes por otras paces y trepidaciones combinábamos las idas y las vueltas la rutina nacional con la morriña allá lejos viajamos tanto y con tantos rumbos que nos cruzábamos con nosotros mismos unos eran viajes de imaginación qué baratos y otros qué lata con pasaporte y vacuna miro nuestras fotos de venecia de innsbruck y también de malvín del balneario solís o el philosophenweg estábamos estamos estaremos juntos pero cómo ha cambiado el alrededor no me refiero al fondo con mugrientos canales ni al de dunas limpias y solitarias ni al hotel chajá ni al balcón de goethe ni al contorno de muros y enredaderas sino a los ojos crueles que nos miran ahora algo ocurrió en nuestra partícula de mundo que hizo de algunos hombres maquinarias de horror estábamos estamos estaremos juntos pero qué rodeados de ausencias y mutaciones qué malheridos de sangre hermana qué enceguecidos por la hoguera maldita ahora nuestro amor tiene como el de todos inevitables zonas de tristeza y presagios paréntesis de miedo incorregibles lejanías culpas que quisiéramos inventar de una vez para liquidarlas definitivamente la conocida sombra de nuestros cuerpos ya no acaba en nosotros sigue por cualquier suelo cualquier orilla hasta alcanzar lo real escandaloso y lamer con lealtad los restos de silencio que también integran nuestro largo amor hasta las menudencias cotidianas se vuelven gigantescos promontorios la suma de corazón y corazón es una suasoria paz que quema los labios empiezan a moverse detrás del doble cristal sordomudo por eso estoy obligado a imaginar lo que ella imagina y viceversa estábamos estamos estaremos juntos a pedazos a ratos a párpados a sueños soledad norte más soledad sur para tomarle una mano nada más ese primario gesto de la pareja debí extender mi brazo por encima de un continente intrincado y vastísimo y es difícil no sólo porque mi brazo es corto siempre tienen que ajustarme las mangas sino porque debo pasar estirándome sobre las torres de petróleo en maracaibo los inocentes cocodrilos del amazonas los tiras orientales de livramento es cierto que treinta años de oleaje nos dan un inconfundible aire salitroso y gracias a él nos reconocemos por encima de acechanzas y destrucciones la vida íntima de dos esa historia mundial en livre de poche es tal vez un cantar de los cantares más el eclesiastés y sin apocalipsis una extraña geografía con torrentes ensenadas praderas y calmas chichas no podemos quejarnos en treinta años la vida nos ha llevado recio y traído suave nos ha tenido tan pero tan ocupados que siempre nos deja algo para descubrirnos a veces nos separa y nos necesitamos cuando uno necesita se siente vivo entonces nos acerca y nos necesitamos es bueno tener a mi mujer aquí aunque estemos silenciosos y sin mirarnos ella leyendo su séptimo círculo y adivinando siempre quién es el asesino yo escuchando noticias de onda corta con el auricular para no molestarla y sabiendo también quién es el asesino la vida de pareja en treinta años es una colección inimitable de tangos diccionarios angustias mejorías aeropuertos camas recompensas condenas pero siempre hay un llanto finísimo casi un hilo que nos atraviesa y va enhebrando una estación con otra borda aplazamientos y triunfos le cose los botones al desorden y hasta remienda melancolías siempre hay un finísimo llanto un placer que a veces ni siquiera tiene lágrimas y es la parábola de esta historia mixta la vida a cuatro manos el desvelo o la alegría en que nos apoyamos cada vez más seguros casi como dos equilibristas sobre su alambre de otro modo no habríamos llegado a saber qué significa el brindis que ahora sigue y que lógicamente no vamos a hacer público
Mario Benedetti
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El hubiera.
Hace mucho tiempo conocí a un chico por internet. Creí que era perfecto ¿Saben? Es como esa clase de sensaciones que te hacen creer que recibes más de lo que mereces. Creí que era un ser increíble, lo alucinaba en todas partes aún cuando supiera que era poco probable que se encontrara a mi alrededor, entre la gente. Me devolvía las ganas de querer superarme, y me aferraba a la idea de que era bueno, que era para mi porque me hacía desear ser mejor. Con el tiempo,me iba acostumbrando a él, y pensé que le ocurría lo mismo, aunque siempre me sentí poco suficiente, porque lo suponía inmenso, intachable, todo un caballero.
Pasó un tiempo en el que no hablamos, nos distanciamos mucho, y fui yo quien volvió a acercarse, para descubrir que me había olvidado. Con el pasar de los días, fuimos recuperando la amistad, pero, ya nada era lo mismo. Él vivía en una ciudad cercana a la mía, así que una Navidad decidí que quería sorprenderlo, quería ganarme su atención, que descubriera que realmente deseaba volver al momento en que me consideraba una amiga.
Armé un obsequio lleno de dulces, un libro y una carta. Tomé unos ahorros, e hice hasta lo imposible por enviárselo. Durante una semana anduve de un lado a otro organizando Todo, quería que fuera un regalo especial, quería que fuera perfecto. Pero, todo se me complicaba, incluso para enviarlo tuve problemas, aún así, no dejé de intentarlo, me mantuve firme, y finalmente lo logré. Tardaría al menos tres días en llegar, tres días que me parecieron eternos, pensaba en cómo lo tomaría, en cómo abriría con sus manos todo lo que yo había colocado cuidadosamente en la cajita, con tanto cariño, con tanta emoción. Pensaba en mi mamá con un gesto dubitativo, diciéndome que era un poco loco, porque él era un desconocido, y pensaba en que tenía razón, y que más que nada, me había apoyado, y no quería decepcionarla, y yo... No quería decepcionarme.
Cuando llegó el día en que se suponía que debía haberlo ido a buscar, llamé a la agencia, él no había pasado todavía. Esperé, y esperé y pasados unos dos días más, por fin, tuve noticias. Estaba como loca, él me escribió que le había encantado, que nunca nadie había hecho algo así por él, dijo que estaba ansioso de conocerme, que se tomaría el tiempo de retomar nuestra amistad. Y yo le creí.
Hoy... Esa persona ni siquiera está entre mis contactos, no está conmigo, simplemente, no está en mi vida. Hubo un instante en el que me arrepentí de haber hecho tanto por él, pero, entendí que si no me hubiera arriesgado, quizás me habría lamentado por eso. Al menos ahora, sé que lo intenté, que di lo mejor de mi sin importarme distancias, circunstancias, sin importarme cuán estúpido era, yo tomé el riesgo, y sí, tal vez sufrí, tal vez me hirió darme cuenta de que no valió el esfuerzo, sin embargo, eso me hizo entender que en la vida, hay que entregarlo todo, al máximo, con locura, con intensidad, como si pensaras que es el último de tus días, porque, aún cuando las consecuencias te dañen, queda la sensación de haber hecho algo, de no haberte quedado con el "hubiera".
—A7.
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michellehoudini · 6 years
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Carta a la persona que quise como el amor de mi vida
Este tiempo, para ser exactos 5 años que comparti a tu lado, cada momento desde que te conocí hasta el día de hoy ha sido increíble. Increíble como una persona puede dar un giro en tu vida.
Te conocí con una sonrisa que iba cachete a cachete, con esa alegría que te caracteriza, esa mirada profunda que cubre tus ojos, ese cuerpo tan seductor que cualquier chica quisiera tener a su lado. Pude conocer cada rincón de tu ser y de tu alma, te acaricie varias veces con miradas, con deseos, con anhelos y sé que los sentiste porque te quedaste a mi lado.. pero solo 5 años.
Al principio para mí fue: tener un fantasma pero para ti es que lo tengo aún (eso creo), un fantasma de una persona que fue mi primer amor, la persona que hizo sentirme amada y querida, la que me hizo creer que un amor es un cuento de hadas.
Te conté muchas cosas de él, cada cosa y esa fue mi perdición, compartir cada sentimiento hacia el, decirte lo profundo que me enamoro y cuando se fue cuanto sufrí.
Gracias a él me corrompi, experimente el dolor más profundo: sufrir por un amor que yo creía que era un cuento de hadas.
¿Sabés? Pense que ese dolor jamás se iría, que nada en este mundo podría desvanecer lo que sentía.. tome años en reponerme, verlo día a dia, hablar con el, sus ojos siempre me atraparon y yo siempre cai. Y lo repito .. esa fue mi perdición.
Quiero confesarte que hice hasta lo imposible para que el sintiera algo de lo poco que yo sentí.. fue andar con un chico que era su compañero de secundaria.. que sabía que si él me veía con el.. a pesar de todo le dolería un poco.
Sin buscar sin planearlo yo te encontré y ese ha sido un capítulo en mi vida lleno de aventuras .
Me pediste mi numero, que saliéramos, ibas a buscarme.. y poco a poco en nombre de Víctor Hugo fue opacando ese fantasma .. cada cosa que me decías.. que veía tu interés en mi.. hizo darme cuenta que yo podría ser feliz con otra persona .. y escribir un cuento de hadas de nuevo.
Así estuvimos hasta llegar al punto de querer verte todo el tiempo.. me levantaba temprano para ir a verte .. yo planeaba y soñaba en la noche la mañana siguiente.. cómo sería .. de que hablaríamos?
En verdad que todo iba bien.. y con complicaciones pediste que fuera tu novia.. pasó la primer foto.. la primer cita.. la primera vez que estuvimos juntos, la primera mañana , la primer tarde, la primer noche, la primera vez que vi a tu familia, la primera vez que viste la mía, el primer beso, la primera caricia, la primer vez después de mucho tiempo que yo era feliz.
Yo no sabía lo que nos esperaba pero lo aposté todo para ser feliz de nuevo.
Al paso del tiempo recuerdo que éramos una relación normal hasta que lo tétrico se vio algo hermoso ... Waaaao Michelle está celosa.. Waooooo .. Hugo está celoso . Fue lindo la primera vez y quizá la segunda.. empezamos con la tercera.. la cuarta .. la quinta y después de un tiempo ya no fue divertido.. cosa que nos llevaba a decir.. amor si quieres no le hablo.. y sabes que? Lo tétrico fue lindo por segunda vez, amor no te pongas celoso.. ya no le hablaré.. y así fue pasando . De los detalles o las cosas que en verdad no eran lindas.. lo vimos lindo al principio.. prohibiciones absurdas que nos llevó a la desconfianza.
Sinceramente el hecho de que te dijera que hablaba con Joaquín no te parecía ya que tú sabías perfectamente lo que había sucedido al igual que yo con Magda.
Joaquin fue un capítulo tan hermoso que anlehaba esa felicidad, ese cuento de hadas. Que cada vez que el quería tenerme en sus manos y hablar ... Yo absurda cedía, un Hola lo respondia, un Necesito un favor de la misma forma y era muy extraño porque en ese entonces yo ya no lo veía y hasta la fecha sigo pensando porque lo hacía . Porque me niego a pensar que yo era la estúpida que estaba cuando él necesitaba algo. Porque buscarme porque hacerlo si el tenía una escuela superior a la mía, una novia superior a mi, una casa superior a la mía, tenía su propio medio de transporte porque buscarme? Porque a mí? Quizá porque jamás dejé de ser una tonta hacia el .
Yo estando contigo pase por muchas cosas buenas y malas, por momentos buenos y también malos que siempre llevaré a cada momento en mi memoria.
Todas esas aventuras , travesuras, hice cosas contigo que jamás hice con nadie más y entre ellas fue tener un hijo . Un hijo que nos cambiaría la perspectiva de nuestras vidas.
Al paso del tiempo también hubo muchísimos errores, los cuales nos marcaron para toda la vida, errores que nos enseñarnos que equivocarse a veces nos puede costar perder a la persona que amas.
Quiero que cuando leas esto no te quede la menor duda que llegue a amarte de una manera inexplicable.
Al paso del tiempo esos errores nos hicieron perder la confianza que en un principio teníamos. Perdimos el respeto poco a poco a nuestra relación.. poco a poco nos fuimos equivocando de una manera anormal .
Las cosas lindas como unos celos bonitos al principio al paso del tiempo se hicieron cansados y fastidiosos, se volvieron en desconfianza uno con el otro, la manera en la que nos enojabamos, terminábamos.. salíamos yo con los míos.. tu con los tuyos.. fue desgarrando ese lazo fuerte y grande que era nuestra relacion. Hay personas imborrables como Betsy, Joaquín, Magda, Javier, Litzully, Santiago, Fernanda, Sergio, Kitzel . Que gracias a nuestros arranques de celos, de querer un nuevo comienzo lejos uno del otro.. pasaron como una estrella fugaz, que estuvieron presentes, sin embargo no se quedaron . Que irónico no.. buscar en alguien más lo que ya teníamos nosotros. Buscar una nueva relación, un nuevo comienzo lejos de ti y nos dimos cuenta muy tarde que el único hogar que necesitábamos era tenernos uno al otro.
No fue fácil, habatir todos esos problemas pero no sé cómo siempre salíamos a flote.
Las personas lo interpretaban como una relación tóxica. Pero lo más tóxico que he tenido ha sido Joaquín
Cuando llegó mi pequeño pensé que todos los problemas y cicatrices se cerrarían . Que todas esas peleas por haber tenido un noviazgo o haber salido con amigas se podían cerrar .
Y así lo fue , saber que venía en camino, que pronto tendríamos una cría tuya y mía ha sido de las emociones más emocionantes y fascinantes. ¡Por fin vamos a ser papás!
A pesar de todo, a pesar de que no tuviéramos trabajo o dinero,a pesar de que tú no tenías ni idea de lo que iba a pasar sé qué al verlo también sentiste lo mismo que yo... Cómo podrías amar a un ser que acaba de existir y dar la vida por el sin pedir nada a cambio.
Gracias por estar con nosotros, gracias por las veces y noches que no dormiste , gracias por cuidarme en mi recuperación, gracias por bañarme cuando do yo no podía hacerlo, graciasppr limpiarme cuando me gano del baño, eso jamás lo podré olvidar.
Todo iba bien? Que podría pasar?
Dejarme llevar por lo que dice la gente..
Deberían tener su propio espacio.. deberían empezar un futuro juntos los tres, cuanto piensas vivir así ? Estar de una casa hacia otra todo el tiempo? Cargar maletas todo el tiempo.. y llego esa idea a mi cabeza . , Idea que no pude sacarla y tener una idea segura:
Vivir los tres aparte .
Puede sonar absurdo pero ha sido la idea más estúpida que he tenido, te obligue a ti sin compasión ni comprensión del que sentías.. si estabas seguro o no.. pero las peleas no se hicieron esperar, promesas que en su momento no se cumplieron como irnos en Diciembre los tres .. era Abril y yo te seguía presionando algo de lo que tú me prometiste que harías en Diciembre.. ahorrar e irnos juntos.
Así que dije.. porque seguir esperando.. ya pasó enero, nuestros cumpleaños , marzo, abril..
Y comenzó todo.. presionarte y presionarte hasta hartarte como suelo hacer con la gente, hartarse hasta conseguir lo que quiero.
Y no fue la excepcion
Te puse un límite absurdo y extremo. Pero yo solo quería empezar contigo una familia bonita con mi bebé y tú. Sin el abuso de tu mamá, sin las cosas que tengo que hacer en mi casa.
Quería poner mis propias reglas, contigo, de nuestra casa, pintarla, decorarla, criar a nuestro bebé juntos.
Pero ya los dos sabemos que fue lo que pasó.
Me estás hablando sabes y no puedo explayarme tanto .
Así que llegaré hasta el día de hoy .
Por la equivocación que tuve con Sergio. Tú te decepcionaste de mi . Y no te culpo en verdad que no pero me condenaste.
Me hiciste creer que me darías una oportunidad para ser feliz pero te convertiste en algo que yo no conozco, lo esperaba claro que sí . Pero tú has llegado más lejos que nada.
Cómo te lo he dicho.. en verdad que ahora siento que lo tuyo ya no es amor sino estar conmigo solo para hacerme la vida imposible que al paso del tiempo yo te la hice
Saber a dónde voy, con quién voy, decirte a donde llegó, enojarte si no respondo un simple mensaje , perdoname pero yo no estoy acostumbrada a eso . Mis papás jamás lo hicieron y ellos eran la autoridad más grande que he tenido. Y sinceramente que venga de tu parte se me hace como muy fastidioso, todo lo que me dices no concuerdo contigo. El no tener dinero me pone estresante que cualquier cosa que me digan me hace hervir la sangre. Y con tus comentarios . Me hace sentir que yo estoy harta de todo y de todos
Tú te convertiste en otro, yo me convertí en otra, no somos los mismos de antes.
Me equivoqué pero eso no te da ningún derecho de como a veces llegas a tratarme. Piensas que ha sido muy fácil mi vida , claro . Voy a la universidad.. mis papás me dan el dinero, a mi hijo no le hace falta nada porque ellos le dan de comer
Porque yo estaría mal? No hay razón para hacerlo.
Sin embargo con tus comentarios, con tus celos extremos, con tus inseguridades has hecho que yo simplemente ya no quiero estar contigo y ya no me interesa si eso es algo que tú quieras perdonarme y estar contigo porque me diste una oportunidad, ya cambió todo mi interés en una oportunidad, eso es lo de menos. Simplemente ya no quiero seguir soportando celos que no van, cosas que no van, no puedo quedarme a platicar con Eli porque salgo a tal hora y a tu casa debo llegar a tal hora, no puedo ocuparme de mis responsabilidades en mi casa a porque si las hago, ya no estoy contigo y si no estoy contigo ya no te amo, cosas que son como arena.. pero si las vas juntando se vuelve más pesado y pesado, no tengo una vida normal y tampoco un matrimonio normal, daría lo que fuera porque nuestra relación fuera como al principio, enserio no tienes idea .
Simplemente ya estoy cansada de tus impulsos, de que me quieras tratar como una esclava, de no poder estar con mi mamá, de poner un tiempo.ño determinado cuando salgo con ella,
De tener miedo a ir por las tortillas y encontrarme a una amiga que quizá quiera platicar conmigo y no puedo porque si me tardo te vas a enojar, de no salir con Eli al cine porque me dirás que soy mala madre. De avisarte cuando cago o no, de avisarte que le estoy cambiando el pañal a Caleb , de hacer cualquier movimiento y decirte, de eso estoy cansada. Ya no me interesa una oportunidad en lo más mínimo. Solo quiero ser libre y no tener una cadena que me impida hacer mi vida normal
Te lo creería si fuera invalida, si fuera sorda, si fuera ciega, eso sería quizá un obstáculo para hacer una vida normal pero no la tengo gracias a Dios y por un error no voy a vivir toda mi vida así. Ya no quiero
Y ahora más que nunca ya no me dejó . Y eso lo que no te parece. Esta será la última vez que hable de esto porque yo ya lo quiero estar contigo jama en mi vida.
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lovealways-tspring · 3 years
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Blog 7: 6•11•2021
Hola. No sé cómo empezar esto: si primero contarles sobre el día de ayer que fue inusualmente feliz o contarles sobre hoy que ha estado raro. Creo que empezaré cronológicamente y eso significa comenzar por ayer.
Ayer me desperté tarde porque entraba una hora después de lo normal al trabajo, mi papá no estaba wfh lo que significaba que el cuarto era todo mío y estaba exhausta. Decidí hacer un experimento para el desayuno que hacía tiempo había visto en Pinterest y quería probar.
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Básicamente, es una rapidita en torta de huevo, rellena de jamón y queso. De-li-cio-sa. 🤤 Mientras preparaba y, luego, comía esta delicia, me di cuenta que estos últimos meses el desayuno se ha vuelto mi comida preferida del día porque es en la que tengo mayor libertad, pues soy yo quien lo prepara y hago lo que se me antoje en el momento (el resto de las comidas dependen de lo que haga mi mamá).
Cuando fuimos a pasear a los perritos, vi el día tan hermoso que estaba haciendo. ☀️ Sentí el sol en mi piel y la brisa en mi rostro y fui auténticamente feliz. Eso sin contar que, cuando ya iba de camino al trabajo, comencé a notar que había algo extraño en el ambiente. No sé explicar muy bien qué. Solo sé que el sol brillaba diferente, los sonidos sonaban diferentes y las personas se comportaban diferentes. Nadie más lo notaba, así que no sé si era yo quien estaba diferente.
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Lo que sigue puede ser irrelevante pues es lo común de las personas comprar cosas para ellas mismas, pero para mí no lo es. Les explico. Esta es la primera vez que trabajo en toda mi vida, por ende, es la primera vez que gano dinero por mi cuenta y que puedo disponer de él como yo quiera. Siempre he querido chinearme de muchas maneras, como pintarme mis uñitas de las manos (que ya estoy haciendo 💅🏽), comprarme ropa cuando vea algo que me guste y no solo para Navidad (cosa que también ya estoy pudiendo hacer 👕👗), comprar libros cada que se me antoje. 📚 Pero toda esa experiencia sigue siendo muy nueva para mí. Entonces es emocionante todavía. Y, lo que pasó ayer y que es aún más emocionante para mí, es que compré unas cositas para el cuidado de mi piel que antes nunca hubiera imaginado poder tener, no solo por la falta de dinero, sino por la falta de conocimiento y de querer chinearme y cuidarme. Sin embargo, me he dado cuenta de lo importante que es y mi cuñada me ha enseñado mucho, aunque ella no se dé cuenta. Pero yo se lo agradezco muchísimo. Así que sí. Cuando ayer llegó el paquete, me sentí como niña en Navidad.
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Por último, el día en el trabajo estuvo súper relajado. Hubo pocos pacientes y todo estuvo tranquilo. Hasta sucedió algo que, a mí parecer, fue extraño, aunque creo que a nadie más le llamó la atención. Llegó un paciente nuevo con un nombre muy extraño: Hipólito. Un segundo nombre poco común: Francesco (a lo italiano). Un apellido que NUNCA había escuchado: Latino. Y un carro que llama la atención. Lo más curioso de todo, es que nunca lo había visto, pero justo ayer, mientras paseaba a los perros lo vi pasar y, en la tarde, volvió a aparecer en mi vida. Cosas que maravillan sin duda.
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Mi día luego de eso estuvo normal, pero sin duda era algo que les quería updatear, pues siempre me quejo de que nunca pasa nada nuevo y ayer pasaron muchas cosas bonitas y divertidas. Ah, se me olvidó decirles que cuando iba saliendo de mi casa vi cómo derribaban un árbol, algo que me entristeció, pero me maravilló porque nunca había visto, ni escuchado, algo así.
Hummm, luego de contarles mi día de ayer y lo feliz que fue creo que ya no quiero contarles lo mal que me he sentido hoy porque tengo que dejar de concentrarse en lo malo y comenzar a enfocarme en lo bueno. Por ese motivo, les voy a contar algo bueno de hoy y ya con eso cierro el blog de hoy.
Hoy decidí ordenar mi librero y salir de mi zona de confort del orden alfabético. Recordé las enseñanzas de Fa Orozco y lo ordené por colores y me siento realmente feliz con el resultado.🥰🌈
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Y bueno, ya saben que mi vida es muy aburrida, así que no se sorprendan si las cosas que me maravillan o me hacen feliz son muy "sin gracia". Recuerden que la felicidad está en los pequeños detalles, algo que siempre olvido, pero que estos blogs me ayudan a recordar. ❤️
Love always, Jhoss
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hallegadocarta · 4 years
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a “(No puedo empezar sin ella... simplemente no puedo)
Camino por la oscuridad que hay en el espacio entre el comedor y mi habitación. Me convierto en sombra con ella y canto:
“Lo que puede el sentimiento no lo ha podido el saber, ni el más claro proceder, ni el más ancho pensamiento. Todo lo cambia el momento, cual mago condescendiente, nos aleja dulcemente de rencores y violencia. Sólo el amor con su ciencia nos vuelve tan inocentes.”
Sigo caminando, pensando en que la época que más espero encontrar en el futuro del pasado son esos diecisiete.
Recuerdo. Cumplía con mi deber, el de tener buenas notas. Las mismas que permitirían tener un futuro prometedor, pues podría estudiar lo que yo quisiera. Y eso significa, que me iba a ir bien en la vida. No sé. Al tener este punto cubierto, me despreocupaba y podía hacer lo que yo quisiera. Sí. exactamente. Cómo suena. Tal cual. Hacer lo que quisiera.
¿Y qué era exactamente lo que yo quería?
Quería dedicar tiempo a las cosas que me gustaban y en las que además era buena. Por tanto, el tiempo que dedicaba a esas cosas eran tiempo de placer. La música, el deporte. Mis amistades.
Mis padres veía que respondía en ese ámbito, por tanto no se preocupaban de más.
A los 17... Sí, a los 17.
Tuve mi primera banda, con el Andrés, la Feña y el Marcelo. Hacíamos música. Lo disfrutábamos. Lo hacíamos bien, y lo pasábamos bien. Y agradezco, ahora, a mis 32 y casi 33 años, a esos tres, por el tiempo, el amor, la pasión. Y a mi misma. Sí. Y todo lo que permitió que aquello fuera una realidad.
A los 17, con el equipo de volleyball del colegio fuimos campeonas de un campeonato provincial. En el que otras eran las favoritas. No éramos un equipo con trayectoria. No éramos las jugadoras con mayor calidad. Pero éramos. Y estuvimos ahí. Fuimos campeonas. Y yo, yo era la capitana de ese equipo. Recuerdo ese sábado 29 de octubre del 2005 como si fuera ayer. Recuerdo a mi padre llevándome, como la hacía siempre, al gimnasio municipal de Isla de Maipo, lugar en el cual ese campeonato se jugó. Recuerdo a la Mona, a la Cota, la Cata, la Belén Yáñez, y a la Belén Cortés. La Cote Cisternas, y yo. No había nadie más. Bueno, el profe Felipe. De los mejores profesores que he tenido en mi vida, por su calidad humana. Era mi “ Carlos Espina” del Arturo Prat. Una persona muy importante para mí. Recuerdo ese último partido...
No nos caracterizábamos por ser las mejores en cuanto a técnica y físico. Es decir, éramos 7, contra un equipo muy preparado, de más de 10 personas. Creo que no exagero si digo que eran 15. Luna, la Luna era su levantadora, era la mejor, de hecho, fue elegida la mejor de ese campeonato. Todo el resto era lo mismo, remache y saque fuerte. Pero por alguna razón, nosotras ganamos. Aguantamos ese partido, y luchamos cada pelota.
Recuerdo la “Charla de Camarín”, como era la capitana sentía que debía decir algo. Sin embargo, hablar no era lo mío. Dije algo así como “ Disfruten este partido, pásenlo bien, ya estamos aquí, es la final”, además de las “nalgadas de la suerte”. Sentía que no había expectativas sobre nosotras, aunque también sentía que era muy importante, y un triunfo era ideal.
Tengo vagos recuerdos de todo lo que pasó en el partido. Hay fotografías, y hay videos. Pero recuerdo, con mucha vida, los últimos puntos. Ganamos 1 set cada equipo, y el último set, luego de los 21, fuimos 1 a 1. Hasta llegar cerca de los 27, 28 puntos. No cometimos ningún error, y nos cuidamos como sólo cuidan las perras a su manada. Éramos nosotras, y nadie más. Bueno, y el profe.
Y ganamos, ellas erraron y nosotras ganamos. Nos abrazamos, y gritamos. Era el último punto, y fue para siempre. Y mi último recuerdo fue ir caminando hacia las gradas, quería abrazar a mi papá. Pero antes me encontré con él, con el profe. Nos miramos, miré sus ojos y estaba llorando. Nos abrazamos, y sentí que él necesitaba eso más que yo.
Sus padres habían fallecido ese mismo año, en Junio, no recuerdo si primero fue su madre o su padre, pero con una diferencia de una semana se fueron los dos. Y ese abrazo, más que por el triunfo era por eso. Y lloré con él. No sé si alguna de las otras entendió eso, pero yo lo sentí y lo sigo sintiendo hasta ahora. Emoción, dolor, amor, triunfo, felicidad... se fundieron en un sólo abrazo. Luego fui a abrazar a mi papá, y aunque estaba feliz, no era lo mismo, sentía que no entendía, que la felicidad que sentimos, la emoción, la sensación que yo sentí, sólo el Profe Felipe la sintió conmigo. Y por eso, para mí, es un profe que significa mucho en mi vida.
Celebramos. Sí, obvio que lo hicimos. Las invité a mi casa. Todavía tengo esa medalla, probablemente la medalla más importante de mi vida. Comimos pie de Limón, mi favorito. Mi mamá lo hizo. Vimos los videos y las fotos. Yo estaba muy feliz. Pero sentía que para ellas no era lo mismo que para mí. Y hasta ahora siento lo mismo.
Me alargué en el episodio hermoso de la final de Volley del año 2005. Porque hermoso fue.
¿Y qué más hubo a mis 17? Mi amiga Denisse. Mi mejor amiga, la primera persona con la cual me he abierto completamente.
Recuerdo, nuevamente, un día de primavera. Luces tenues, de sol y sombra. Esperando en Peñaflor, en el paradero donde alguna vez estuvo la antigua piscina “Rayenco”. Al lado del condominio “Doña Viviana”, el en pasaje “Isaac Rabín”. La primera vez que sentí que “carretié”, y la primera vez que fumé marihuana, sí, marihuana, y sin comillas. La primera vez que conocí a la Valeska y a la Ceci, al Mimo, al Andrés, al hiena. Al hiena poh’.
Mi mejor amiga. Hemos tenido pausas. Pero cuando la amistad es para siempre, el tiempo se vuelve algo secundario.
A los 17. A los 17 sentía que era como una célula totipotente. Sentía que podía elegir ser lo que yo quisiera y que me iba a ir bien en eso.
Pero ahora siento esa misma sensación, incluso a mis casi 33.
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victoriadetinder · 4 years
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CAPÍTULO OCTAVO: Fast as you can.
El inicio del  2020 se presentó como una racha de buenos acontecimientos, nuevas puertas de trabajo comenzaron a abrirse para mí y gané un concurso-festival de teatro junto con mi colectivo, para el cual nos habíamos preparado durante mucho tiempo, de hecho, lo considerábamos la revancha porque dos años atrás habíamos perdido el mismo concurso. Luego de ganar, dos temporadas teatrales nos esperaban. Además, comencé a salir más seguido con Diego, le dije “te quiero” por primera vez y conocí a otros dos chicos: Ulises (muy listo y con esta ondita relajada que te invita a bailar) y Adán (un cineasta medio mamón pero buena onda).
Me  sentía imparable, parecía que la fortuna estaba de mi lado, cuando salía a la calle me veía exitosa, energética, sensual y alegre, algo así como Meryl Streep o como Anne Hathaway. 
Lo extraño era cuando llegaba a mi casa o cuando tenía que despertar para ir a dar clases a preescolares (también daba clases en estancias infantiles para sobrevivir, porque de actriz está canijo)... cada vez que mi despertador sonaba sentía todo el peso del mundo sobre mis hombros, deseaba quedarme todo el día en cama, que Diego me preparara el desayuno y pasármela viendo por la ventana (ya sea real, virtual o de papel) con una taza de café. 
No tenía ganas de despertar a las 6am para trabajar y encontrarme con gente horrible, como los acosadores oficinistas o las maestras de plaza que creen que por ser más joven eres pendeja, por mucho que amara a los niños, me cansaba muchísimo y  odiaba tener que cumplir con protocolos, saludar, firmar entrada y salida, entregar planeaciones a tiempo, mientras esperaba por meses un cheque retrasado (porque así es el outsourcing)... yo sólo quería quedarme en los apartamentos de los tipos que conocía, despertar hasta las 11 am, que me trajeran el desayuno a la cama, ver una película y cojer todo el día...
Hubo días en que no juntaba ni pizca de fuerza para levantarme, le pedí al cielo que algo sucediera, que hubiera paro en la SEP, que temblara o cualquier cosa para que la ciudad se detuviera… y aconteció: llegó el coronavirus a México, la cuarentena todavía no era oficial cuando yo empecé a faltar al trabajo. 
Un día antes de que la cuarentena se oficializara, salí de fiesta por última vez. Yo no sabía que esa sería la última noche, ni siquiera creí que la pandemia fuera a ser gran cosa, es decir, yo no lo planeé pero esa noche, como por un hecho cósmico, se convirtió en la mejor despedida a la vida sin COVID, que pude haber dado. 
Era jueves, al día siguiente había trabajo así que no esperábamos una gran fiesta, estaba con una de mis mejores amigas, Clau y su novio Bruno, queríamos distraernos y bailar un poco, así que fuimos al Foro Hilvana. Hubo un concierto de un grupo chidísimo, que combinaba marimba con cumbia y punk, y además usaban máscaras, una de verdugo y otra de espantapájaros. Aunque la música era buena, me sentía algo extraña, quería que Diego estuviera ahí, pero él no tenía ganas de salir esa noche, empecé a sentir que había demasiada gente y al mismo tiempo me sentí un poco sola. En mi cartera traía un ajo que pensaba comerme con Diego, pero él seguía postergando el plan,  así que les invite a mis amigos, ellos dudaron un poco, pero al final cada quien se comió un tercio, por ello pensé que no nos iba a pegar. Como a las 2:30  se acabó la fiesta en El Hilvana, la última en tocar fue Dj Wawis y  me acerqué a decirle que pusiera perreo y que era la mejor, yo y Clau bailamos solas en la pista, a nuestro alrededor ya solo quedaban los meseros, los dueños del lugar y algunos músicos, sentí un poco de vergüenza por ser las únicas en la pista pero Clau se acercó a decirme:
Es que tú crees que nos están corriendo, pero la fiesta apenas va a empezar.
Y fue ahí cuando el ajo hizo lo suyo, empecé a sentir la sensación de bailar elevada y de sonreír como estúpida. Ya eran las tres de la madrugada, entre los músicos estaba el tecladista de 31 minutos y yo quería conocerlo, pero me decepcioné un poco porque en lugar de tener una conversación divertida o interesante, estaba muy borracho y sólo quería saber con qué me había drogado para invitarme a otro lugar, preguntaba insistentemente a dónde íbamos a ir, no sé, no me cayo bien…
Queríamos seguir bailando así que nos mudamos a La Puri, pero llegamos justo al cierre, cuando todo ya estaba muerto; había un montón de vatos sin camisa, todo olía a sudor y humanidad, y podía alcanzar a ver varios bultos de cuerpos mezclados en las esquinas, esa fue la etapa angustiante del ajo, comencé a pensar que no había sido una buena idea comérselo y le llame a Diego, quería escuchar su voz…la llamada no se escuchaba bien y eso me produjo mucha angustia, vinieron las palpitaciones, la falta de aire y quise irme a casa, pero escuche la voz de Clau gritándome:
¡Wey vamos a Soberbia, esto ya fue!
Ella me vió mal y se acercó.
CLAU: ¿Qué onda? ¿qué tienes?
VICTORIA: No sé, me siento mal.
CLAU: ¿qué sientes?
VICTORIA: Wey lo extraño un chingo… ¿por qué no viene?
CLAU: ¿Quién?
VICTORIA: Diego.
CLAU: No mames Diana.
Bruno, quien nos estaba escuchando, se acercó.
BRUNO: Diana disfruta la noche, él está en su cama dormido, seguro piensa en tí, pero no está aquí.
Entonces, caminamos hacia Soberbia, afuera, frente al escaparate con luces y maniquíes travestis, un hombre bigotón y panzón vestido de bombero le tomaba fotos a los maniquíes (adjunto pruebas). Siempre que estoy en ácidos pasan cosas así, por ejemplo, la primera vez, mientras yo me viajaba con el ondular de las luces de los semáforos, se subieron al metrobús en el que iba, dos enanos vestidos con smoking, no sé exactamente qué decir sobre eso, pero es muy loco ¿no?, es decir, es una muy buena forma de empezar el viaje. 
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También recuerdo que afuera de Soberbia había un hombre bajito con bata de doctor tomando temperatura en la entrada, y eso me pareció tan surreal, le pregunté si realmente era doctor y con acento argentino me respondió:
¿Crees que si yo fuera doctor, estaría acá parado? Soy actor, boluda.
Mi mente explotó, pensé que con el coronavirus se abrían nuevas posibilidades de trabajo para mí y mis compas y me dije a mí misma “tal vez no esté tan mal”. 
Entrando al lugar escuchamos al Dj diciendo; “ya váyanse a sus casas, no voy a poner perreo, no todo en la vida es perreo.” Eso podría haber parecido un mal augurio, pero la verdad es que puso unas rolas buenísimas, desde Sweet Dreams, hasta Si te vas de Shaki, pasó por Mecano y Daft Punk, parecía que él y yo éramos uno mismo y le declaré mi amor. La noche se volvió mágica, en la barra bailaba un bailarín exquisito, nunca había visto a nadie bailar tan bien en ningún bar de República de Cuba.
La fiesta también era alucinante del otro lado de la barra, el Dj, la cajera, los bailarines y los meseros, cada uno eran personajes que le añadían fantasía a la noche, la cajera tenía toda la energía de una Harley Queen, los meseros parecían chambelanes y el DJ era como un rey posmoderno y arrogante, pero lo más importante es que todos ellos se estaban divirtiendo muchísimo. De pronto, el milagro sucedió: María Daniela de María Daniela y su sonido láser apareció, estaba tras la barra emborrachándose con estos seres. De vez en cuando le robaba el micrófono al Dj para decir que estaba ebria y que nos amaba y luego de un rato se subió a la barra para cantar. ¡Escuché a María Daniela en Soberbia, con mi mejor amiga en ácidos! Y la teníamos a escasos 3 metros, mientras coreaba su música, mi cerebro se pintó de rosa, quise besar a todo el mundo y pensé en lo afortunados que éramos todes de estar ahí en ese momento y compartir el baile y el sudor, pedí al cielo por enésima vez ser joven para siempre. 
Cuando terminó de cantar, pude acercarme a decirle que también la amaba. 
Casi al final de la fiesta, pusieron El baile y el salón, mejor despedida no pudo haber, salí cuando abrieron la puerta de emergencia, el ácido aún no bajaba, contemplé a Bruno y Claudia bailando y besándose en medio de la pista, sonreí.
Fuimos a casa de Clau a tratar de descansar, pero no dormimos sino hasta las cinco  o seis de la mañana. Al día siguiente yo debía trabajar e ir a una entrevista de trabajo en Coyoacán, pero obviamente no me levanté y cuando iba camino a Coyo (tarde y hasta la madre del tráfico), comenzaron a llegar mensajes a mi celular diciendo que “debido a la cuarentena, todas mis temporadas se cancelaban”. En ese momento me bajé del autobús, no valía la pena llegar a ningún lado, todo se detuvo.
No es que me haya vuelto loca, pero un poco sí; lograr esas temporadas había sido un arduo trabajo y representaban nuestra entrada a un circuito mucho más profesional, además, no podíamos hacernos los tontos, la cuarentena anunciaba no sólo una pausa, sino más recortes al irrisorio presupuesto cultural, cierres de teatros y un golpe más a la crisis artística, que de por sí ya está de la chingada.
De alguna forma, la cuarentena era todo lo que estaba pidiendo, o lo que pensaba que quería, los primeros meses pude relajarme muchísimo, dedicar tiempo para hacer ejercicio y para escribir, sin embargo, por otro lado, sé que eso sólo ha sido posible porque estoy en el lado de los privilegiados, tengo trabajo y tengo casa, nadie de mi familia se ha enfermado y blablabla. 
Lo que yo quería realmente y aún quiero, es encontrar un trabajo digno, que me emocione y en donde me paguen lo justo, de hecho eso es lo que queremos todas, por eso ha sido tan difícil para mí enfrentar esta pandemia, porque ha traído más incertidumbres de las que puede tener cualquier persona a sus 26, nos tocó una época extraña, el apocalipsis permanente.
He pasado por muchas crisis en esta cuarentena, y una de ellas me ha permitido reafirmar que es esencial fortalecerse en soledad antes que buscar que otros te fortalezcan o sirvan de refugio, porque eso de alguna forma es postergar las verdaderas luchas con una misma. Durante la cuarentena tomé la decisión de vivir sola y ha sido una lo mejor que pude haber hecho, porque estoy construyendo mi propio refugio, no es nada lujoso en comparación a los departamentos de algunos chicos de Tinder, pero es mío y es perfecto.
Además, la cuarentena ha sido ideal para trabajar mi soledad, gracias a ella he descubierto el placer del ocio, de pasar horas sin hacer nada “productivo”, cada vez dedico más tiempo a estar conmigo misma, a cocinarme, bañarme, ver películas, masturbarme, etc.
Aunque agradezco todo esto, no dejo de tener sentimientos encontrados, como todas, ya quiero que esto termine, y no sólo que termine sino que suceda algo, que aquellas quienes nos pudimos fortalecer durante el encierro, salgamos más armadas que nunca a enfrentar junto con otras las luchas que tengamos que enfrentar, desde el acosador del transporte público hasta el reconocimiento de nuestros trabajos.
Hoy es un buen día, gracias por leerme, suya Victoria.
Les dejo algunas cosas que he hecho durante la cuarentena, si quieren, aprovechen este espacio también para compartir sus aprendizajes, obras, o habilidades adquiridas en cuarentena :P, que de algo sirva. Besos.
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itzelsarai · 4 years
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Historia de vida
Me llamo Itzel Saraí Rojas Cruz, actualmente tengo 24 años, nací un sábado 9 de marzo de 1996 y soy piscis.
Viendo las fotografías sobre mí, me doy cuenta de que no he cambiado mucho a través del tiempo, ni físicamente o de personalidad. Desde niña me consideré una niña solitaria, crecí como hija única y mi mamá fue madre soltera, mi abuelita ya era viuda cuando yo nací.
Así que sí, también crecí rodeada de muchas mujeres. Para mí nunca fue ajeno y extraño no haber crecido con papá o sin hermanos y constantemente la gente me preguntaba si quería “un hermanito” o si quería conocer a mi mamá, la respuesta siempre fue no porque para mí no había diferencia. Incluso convivir con mis primos los fines de semana provocó que no deseara tener hermanos menores.
Fui solitaria pero vivía en mi mundo imaginado y soñado, así que la pasaba muy bien, siempre fui una buena compañía en mi infancia. Me gustaba encerrarme en mi habitación como incluso lo hago hasta ahora, antes quizá era para jugar con las muñecas o la casita de Barbie. A pesar de que tenía un apego muy fuerte a ese tipo de muñecas, no era para nada afeminada, normalmente me incomodaba usar faldas y vestidos como las niñas de mi edad, o jeans que te hacía lucir “sexy” y yo no quería tener la atención y miradas lascivas porque como niña me sentía incómoda, además de que durante mucho tiempo de mi vida cargué con muchas inseguridades. 
Además de la inseguridad como defecto, otro muy característico que me ha acompañado toda mi vida es la ligirofobia, es decir, el miedo a los estruendos, por lo tanto siempre huía, lloraba y me sentía muy nerviosa cuando había cohetes, truenos de lluvia, globos, trailers, motocicletas, petardos, etc. Mi infancia la sufrí en las fiestas o celebraciones de iglesias o nacionales. Por lo tanto eso causó que nunca quisiera acercarme a la iglesia por devoción, pensaba que “diosito” me odiaba por haber nacido con esa fobia (sí, crecí dentro de una familia católica). Hoy no me arrepiento de eso, pues me considero agnóstica pero respeto mucho la creencia de mi familia. Mi fobia disminuyó bastante, aunque todavía queda una sola pendiente: los cohetes y petardos.
A pesar de que en casa era más solitaria y en el kinder y los dos primeros años de la primaria fui muy solitaria, después tuve amigas las cuales su amistad sólo permaneció hasta sexto, mis verdaderas amistades las conocí en mi adolescencia. Desde niña tuve acercamiento a la danza y a la música de Tchaikovsky desde que vi la obra El Cascanueces con la Compañía Nacional de Danza. Aunque era bailarina de danza folklórica, mi sueño era ser bailarina de ballet pero por mi complexión y por dinero, sabía que no podía practicarla. Y seguido fantaseaba con ser bailarina y ver sus complexiones fuertes y delgadas provocó que no tuviera problema con los senos pequeños en mi cuerpo, aunque mi cuerpo no fuera el de una bailarina exactamente.
Cuando entré a la secundaria me volví escucha de “rock” y me gustaba sentirme la morrita alternativa del salón. Ahí conocí a Mitzy Nogués y a Citlalli Corona, mujeres que actualmente les sigo hablando y se volvieron mis amigas de esa etapa. Fui feliz, sin duda. Conocí a mucha gente que vale la pena. La mayoría de la gente odia su etapa de la secundaria pero yo y si no es que casi toda mi generación y generaciones de esa secundaria, es una de las etapas que más han amado de sus vidas. 
Además de haber sido muy feliz aquellos años conocí el enamoramiento, tuve mi primera relación seria. Anteriormente había tenido novios con los que no duré mucho ni hubo nada serio, pero con este sujeto llamado Saúl Ismael, sentí muchos sentimientos y emociones nuevas, él también, fuimos un descubrimiento hermoso que con el tiempo se volvió dañino y tóxico, duramos alrededor de 7 años juntos y por mucho tiempo me perdí de mí misma y puse en prioridad muchos gustos, actitudes e ideas de mi ex novio.  Salir de esa relación me ha costado mucho trabajo, pero afortunadamente llevo 4 años siendo soltera y trabajando por sentirme mejor, sobre todo en este último año.
En la preparatoria no fui tan feliz como pensé, aunque ahí me hice más cercana de gente que conocía de vista en la secundaria y también de amistades nuevas que hasta la fecha siguen siendo muy cercanos a mí, ha sido una de las etapas que menos he disfrutado ya que la mayor parte del tiempo me la pasé con crisis de ansiedad, me la pasaba triste y llorando por mi ex novio y en un círculo de amistad más cercano. Lo que rescato de esa etapa es que el último año de la prepa, practicaba danza contemporánea en el Faro de Oriente y en Casa del Lago. Sentía mi sueño más cerca y entonces, me salvaba de todo lo demás que no me gustaba. La danza incluso me ayudó a superar aquellos meses mis crisis de ansiedad. También los conciertos a los que llegué a ir, me alegraron mucho.
Cuando entré a la universidad, al inicio no fue donde quería porque había pedido CU, me quedé en FES Aragón y con el tiempo le fui tomando cariño a la carrera, además, la mayoría de mi prepa se había quedado en CU y por fin encontraba lugares y gente nueva en FES Aragón. Así fue, hasta que una vez más regresé con mi ex. Volvieron las dinámicas tóxicas. A pesar de todo, los dos primeros años de la universidad que estuve en el vespertino los disfruté mucho: conocí nuevos amigos que muy pocos hasta la fecha nos seguimos hablando pero son amistades muy cercanas y profundas. Fui a fiestas, me embriagué, salí a antros, seguía practicando danza pero no de manera semi-profesional, pues la carrera abarcó todo mi tiempo. Pero vaya que me divertí.
Los dos últimos años de la universidad los pasé en el matutino, sin duda fue uno de los momentos más dolorosos y un primer parteaguas de mi vida porque habían pasado varias situaciones que no eran de mi agrado: había terminado definitivamente con Saúl, salí con otro sujeto que se llamaba Cristian Mota y la pasé tan mal con él, que además de haber estad cansada y fastidiada de los compañeros de la generación del vespertino, no querer volver a verlo ni estar cerca de él más la que aborrecía a mis compañeros provocó que decidiera cambiarme al matutino. Estuve sola en quinto semestre, en sexto mi amiga “Pato” se cambió y estuve una vez más acompañada. Todo el 2017 después de la escuela la pasaba dentro de casa muy sola viendo caricaturas.
Todo mejoró en 2018, cada vez estaba más cerca el último semestre de la universidad y conseguí hacer mi servicio social en Canal Once, sin duda haber entrado ahí mejoró mucho mi estado de ánimo y mi confianza a seguir estudiando la carrera que había elegido. La vida se tornó más clara desde entonces y me divertí mucho aquél último semestre, a pesar de que no asistí a la fiesta de generación o a la foto de generación de ningún turno.
El 2019 lo considero como el año con el parteaguas mayor de mi vida, si bien, una vez más a finales de 2018 mi exnovio había regresado para destrozar mi ánimo y confianza a otras personas, a inicios de 2019 quedé desempleada de Canal Once, se alejaron muchas amistades del pasado y me lastimé la espalda, físicamente dejé de hacer mi vida diaria y rutinaria por un dolor inmenso a consecuencia del nervio ciático a tan sólo 23 años. Todo mi contexto causó que cayera en depresión, pero con los meses, con redes de apoyo nueva, salí de ahí. Decidí ir a terapia, me volvieron a contratar en Canal Once, hice nuevas amigas en esa etapa de oscuridad, a mi ex novio lo tengo lo más alejado que puedo y actualmente puedo decir que estoy disfrutando mucho esta etapa de mi vida porque he comenzado a trabajar mis inseguridades, intento darle sentido a mi vida todos los días, he vuelto a ejercitarme, me gusta mucho mi trabajo y lo que hago, adoro a la gente que me rodea, las nuevas redes de apoyo que llegaron y las que se fortalecieron estos últimos meses. 
Todas las etapas de mi vida están divididas por mi vida escolar y académica, sin embargo, todas las he disfrutado, unas más que otras, pero a todas les agradezco mucho el haberme dejado aprender y conocer, personas, ideas y haber vivido momentos. 
Actualmente estoy muy satisfecha con todo y me siento tranquila y en paz con muchos asuntos de mí y de mi vida, el feminismo también llegó a salvarme la vida. 
Estoy bien, a pesar de que a veces todo se viene para abajo, tanto internamente como en el exterior, pero me sé fuerte.
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the6thbulletchile · 7 years
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[09.2016] Rock&Read VOL. 036 - #Uruha
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RR: ¿Cuáles fueron sus impresiones del World Tour que se llevó a cabo entre abril y junio de este año?
Uruha: A pesar de que este tour se convirtió en el tercero que hacemos en el extranjero, esta vez nuestro objetivo fue radicalmente distinto al de los anteriores. Si en el pasado fuimos a los shows por nosotros mismos, esta vez tuvimos la intención de llevar el álbum DOGMA y hacer los conciertos sobre sus bases. Si hablamos sobre DOGMA, estábamos interesados en mostrar cuán amplia podía convertirse esta creación. Empezamos a hablar de la posibilidad de un viaje al extranjero y de alguna forma se convirtió en un desafío para nosotros mismos: si los fans, sabiendo sobre la creatividad de nuestro grupo, no venían a nuestros conciertos con nuevas canciones, eso hubiese significado que no podíamos seguir adelante, no podíamos evolucionar.
RR: Su tour mundial comenzó con América Central y Sudamérica.
Uruha: Los habitantes de esa parte del mundo siguen siendo apasionados (risas). Nadie sabe cómo organizar la gran manera en la que ellos nos reciben en el aeropuerto. No es necesario decir que fuimos cálidamente recibidos en otros países, pero no a ese nivel. De todos modos, en lo que tiene que ver directamente con los conciertos, las personas de todos los países estallaron con la misma locura, con un sentimiento de que venían a disfrutar lo que sucede en escena con cada una de las células de su corazón. Y cuando ese impulso viene a nosotros, nos da la fuerza para romper todas nuestras capacidades y tocar de acuerdo a eso. Esta vez volvimos a asegurarnos de que solo nuestra energía no es suficiente para crear un show genial.
RR: Todos los artistas que han ido para allá dicen lo mismo. Si lo pensamos desde ese punto de vista, comparado con la audiencia extranjera, los japoneses se comportan un poco más como “adultos”. De todas maneras, durante las presentaciones en el extranjero, las bandas japonesas siempre se enfrentan a situaciones bastante estrictas.
Uruha: Sí. Cuando tocamos en vivo en el Toyosu Pit, inmediatamente después de volver del tour mundial, estuvimos locamente sorprendidos. En ese momento pensamos: “¡Cuán silencioso es aquí!” (Risas). Eso no significa que los fans japoneses no sean apasionados, pero los lives en Japón son algo como parecido a un cine. Cuando el humo llena el escenario, todos escuchan atentamente la entrada, afuera nadie pone mucha atención a eso. Siempre que gritan “¡the GazettE!” resuena y se llena de una marca con los pies. En Sudamérica, el ambiente nos recuerda un poco al comportamiento de los hinchas durante un partido de fútbol, algo como “¡Olé Olé!” (Risas). Los fans extranjeros comienzan a gritar a penas comienza la intro antes de la presentación y es como si estuvieran llamándonos para salir en escena. Y eso, sucesivamente, actúa en nosotros como un imán.
RR: Todo eso prueba, una vez más, que un concierto es algo que la audiencia y el artista crean juntos… Bueno, luego de América Central y Sudamérica fueron por primera vez a Norteamérica.
Uruha: Se cree que la situación en Estados Unidos es más complicada, incluso si eres algo popular en Japón y has alcanzado algo de éxito aquí, el público no lo acepta tan fácilmente allá. Constantemente oímos sobre eso y por lo mismo incluímos a Norteamérica en la gira, para desafiarnos a nosotros mismos. Sumado a eso, las personas constantemente dicen que, incluso actuar en los Estados Unidos –en una zona pequeña— es un poco duro, ¿no es así? Además, hubo conversaciones en las que en cuanto tu nombre se vuelve reconocido en los Estados Unidos, necesitas volverte cercano al organizador local y tocar ahí en algún festival… El tema es que, si no tienes tu propia habilidad y solo vienes a tocar, el público no te aceptará y todo será en vano. Como resultado, es más fácil dejarlo.
RR: He oído que, en los Estados Unidos, los músicos que están recién comenzando, se presentan como “teloneros” para sus colegas que con los años se han vuelto más famosos y solo luego de eso sus carreras comienzan a crecer.
Uruha: Estoy de acuerdo. En esta gira tocamos en lugares con capacidad para 1000-2000 personas y nos preguntamos a nosotros mismos si seríamos capaces de llenarlos. Desde el principio, nuestro satff dijo que incluso habiendo 500 personas sería un problema, pero 2000 de una vez… Nos preocupaba si estaría bien.
En el extrnajero, tu puedes cambiar un gran lugar de concierto a uno de menor tamaño si es que hay una baja venta de entradas (lo que es imposible en Japón). De todas maneras, el organizador local nos aseguró que todo estaría bien y buscó un club grande. En cuando llegamos al aeropuerto nos dimos cuenta de que no habíamos visto a ningún grupo de fans. Entonces, ¿cómo íbamos a reunir a tantas personas? Y luego lo logramos, fue placenteramente sorprendente.
RR: Es una buena noticia. ¿Cómo fue el concierto en los Estados Unidos? ¿Les gustó?
Uruha: ¡Lo disfrutamos mucho! El público se mantenía gritando “¡the GazettE!” todo el tiempo y eso hizo que el concierto se mantuviese muy caluroso todo el tiempo. Definitivamente no tuvimos la sensación de que estábamos ahí tocando por primera vez, el tema es que América es un gran lugar para el entretenimiento. Por ejemplo, las salas para maquillaje siempre son espaciosas y algunos clubes tienen canchas de baloncesto en sus áreas, entrenadores y máquinas de palomitas de maíz. Demasiado divertido. Estuve jugando hasta antes de salir a escena, así que durante todos los días de vida americana solo pasas un buen momento (risas). Las habitaciones también tienen pantallas LCD con un excelente sonido.
Nuestro primer concierto fue en Dallas Bomb Factory, que es un gran lugar con piso de concreto… No es una opción adecuada para una presentación, ¿no es así? Pero, sorpresivamente, tenía una acústica de gran calidad, aunque el sonido se cayera, era lo suficientemente resistente. Todo eso junto nos dejó una muy buena impresión.
RR: Creo que el haber ido a America y el que hayan llegado a ese difícil lugar ha sido una experiencia significativa para ustedes.
Uruha: Es verdad. Cualquier cosa –el clima, tradiciones o entretenimiento— tiene muchísimas diferencias con Japón. Y no solo un músico, cualquier persona que haya estado en ese ambiente entenderá a lo que me refiero. Personalmente me gustó mucho Dallas.
RR: Es genial cuando el ambiente es bueno y el concierto es emocionante. Esta vez, ¿ustedes llevaron todos los equipos?
Uruha: Redujimos el monto de equipos al mínimo necesario. Usamos las oficinas de varias compañías que los alquilaban usando procesadores digitales como amplificadores de guitarras, ¿que también son responsables de todos nuestros efectos? Para crear el sonido de la guitarra, solo era necesario llevar el procesador y un computador portátil para sus ajustes, respectivamente. Pero considerando el sonido que originalmente queríamos lograr en la gira, la versión antigua no sería suficiente. Por lo tanto, hubo dificultades que nos llevó algo de tiempo solucionarlas, sin embargo, logramos resolver todos los problemas de sistema que tuvimos en cada país durante los conciertos de la gira.
RR: Es tercera vez que viajan fuera del país en una gira. ¿Dar conciertos en el extranjero es algo ordinario o aún tiene algo especial?
Uruha: No es tan especial. Para mí, este tipo de viajes es algo más parecido a una especie de práctica austera (*una práctica espiritual, asumiendo lo austero y el dominio de sí mismo). Cuando estás en una gira mundial, te ves inmerso en los diferentes tipos de ambientes, enfrentándote con varias dificultades. ¡Solo los vuelos pueden ser desesperantes! Pero ese tipo de experiencias moderan tu humor y tu psiquis, además de expandir los horizontes en cuanto a tu visión de cómo debería ser un concierto. Pareces absorver algo que nunca vivirías en tu país natal e, incluso si ahora me estoy apartando del tema de conversación, personalmente me encantaría poder salir de Japón más a menudo.
RR: Pero, si dieron lo mejor de ustedes en la gira mundial, ¿tendrán la fuerza necesaria para hacer conciertos en Japón?
Uruha: Los viajes son agotadores, físicamente hablando. En Sudamérica, no había aire acondicionado y el concierto se transformó en un infierno palpable. Los equipos del escenario también eran diferentes a los que se usan en Japón.
Si tocamos en un escenario japonés, tendremos un sistema que sople aire desde abajo y ahí estaba instalado, pero era de una calidad algo pobre y me hubiese gustado preguntar “¿tira aire?” (risas). También me lastimé durante el concierto en Brasil. Dentro de los distintos equipos del scenario hay, por ejemplo, pequeños podios (donde los músicos usualmente se paran durante las presentaciones) y pedí uno de ellos. Pero el que me dieron, no estaba completamente fijado. Sin saber aquello, durante el inicio de AGONY en el encore, estaba tocando la guitarra y salté sobre él. Como regla, yo nunca salto en esas cosas, pero en ese momento, la energía del público estaba muy loca y me rendí ante ellos. En ese momento, la plataforma se dio vuelta y me golpeé la rodilla con la esquina. No sentí tanto dolor, sino que me sentía más avergonzado (risas). Pero al volver a los camarines luego del concierto, mi pierna comenzó a doler de manera insoportable, la ropa se rompió en el lugar donde me pegué, estaba rasgada y mi pierna derecha estaba llena de sangre. La herida era muy profunda, incluso tuvimos que pedir ayuda a un médico del lugar que me hizo beber dos grandes pastillas… oh, esos medicamentos brasileños (risas). Son tan potentes que cuando los bebes te sigues sintiendo enfermo por un rato. ¡Incluso no puedes beber cerveza! (Risas).
RR: ¡Las medicinas extranjeras tienen un efecto muy fuerte!
Uruha: Sí, lo tienen… Por cierto, aún tengo la cicatriz y también tuvimos momentos difíciles en China y Taiwan, donde hay altos índices de humedad. En América Central y Sudamética, como también en el norte, el aire es seco y es mucho más fácil de tolerar… Bueno, exceptuando el aire directo en un concierto, obvio (risas) y solo en Taiwan tuvimos un lugar de concierto clásico para nuestra presentación, los asientos de la audiencia parecían como levantados y la vista desde el escenario era maravillosa… eso fue un poco inusual. Bueno, era un lugar de concierto real. Antes, siempre tocábamos en live houses y en Taiwan hubo un ambiente completamente diferente, pero fuimos capaces de sacarle provecho a eso y hacer un gran concierto. En Taiwan también hubo muchos cosplayers y no solo cosplayers de the GazettE, sino que algunos parecían más estar vestidos como Lolita o personajes de anime. Incluso hubo cosplayers de otras bandas, en general, hubo de todo lo que quisieras (risas).
RR: Y, ¿cuáles fueron sus impresiones de Europa, que fue su última visita de la gira?
Uruha: Estuvimos en Europa hace tres años y con el tiempo los fanáticos han cambiado. Nos sorprendimos de cuán enérgicos se han vuelto, veíamos una Europa mucho más tranquila.
RR: El público fue a su concierto no solo porque amaban el visual kei, sino que era porque aman a the GazettE, ¿verdad?
Uruha: Es probable. Cuando fuimos a Europa por primera vez, el visual kei estaba en la cima de su popularidad allá, pero esta vez la audiencia fue muy diferente. Los fanáticos llegaron con un espíritu calmado, pero también con una energía furiosa. Realmente nos sorprendimos en Europa, pero nos sentimos apoyados por todos ellos. Durante nuestra primera actuación en Helsinki, el ambiente no fue muy distinto a los conciertos en Japón, pero esta vez fue bastante acalorado y en cada país tuvimos meet-and-greet. Los fans se comportaron tan cálidos y amigables que volvimos con una muy buena impresión. Habiendo estado en Estados Unidos por primera vez con esta gira, nos sorprendimos de cuánta gente llegó a nuestros conciertos. Creo que es todo gracias al poder del internet, especialmente de YouTube, después de todo, incluso los fans extranjeros leen sobre nosotros en redes sociales, aunque entiendan muy poco porque toda la información está en japonés. Entonces estoy seguro de que obtienen mucha información a través de YouTube.
RR: Muchos músicos creen que YouTube juega un rol fundamental en sus carreras. Pero podemos tomar, por ejemplo, a Twitter. Con esta red social, los artistas pueden revelar su carisma y algunos aspectos psicológicos.
Uruha: Puede ser. Tal vez a hora es así.
RR: Y tú, por cierto, ¡no usas Twitter!
Uruha: No ese Twitter. En general no soy un fanático de las redes sociales. Si voy a Twitter, entonces así será, crearé una cuenta oficial, pero la necesidad de su existencia desaparecerá de inmediato porque no quiero twittear. Toda la información la pueden encontrar en el Twitter oficial de la banda o en las cuentas de los demás miembros.
Empecemos con el hecho de que siento nada por Twitter, no le veo el sentido. Cuando el artista comienza con una cuenta de Twitter, la distancia entre él y los seguidores disminuye, pero yo creo que esa distancia debe mantenerse y cuando comienzo a pensar en todos esos defectos que implican la reducción de la distancia entre músicos y fans en Twitter, pierde todo el atractivo para mí.
RR: Dentro de esos defectos, ¿tienes en mente la exageración o ansiedad excesiva a la que algunos fans pueden llegar?
Uruha: Sí, con Twitter o cualquier tipo de cosa que requiera constates publicaciones y actualizaciones. Si no quieres twittear nada, los fans comienzan a mostrar una ansiedad incomprensible y tu siempre te sientas y piensas “¿es necesario escribir sobre algo…?” Y escribes cualquier cosa sin razón y luego la opinión de los fans puede cambiar dramáticamente hacia lo peor. Además de eso, cuando escribes en Twitter, todos pueden ver el tipo de relación que tienes con otros músicos y siempre me he tormentado con la pregunta de si es necesario que todos lo sepan, después de todo, el Visual Kei tiene su propia jerarquía de relaciones. Y luego todos sabrán cómo te comunicas con tus Senpai, por lo tanto, he visto que hay muchos lados desfavorables y luego me pregunto “¿por qué todos los músicos tienen Twitter?” Y si siempre corres riesgos, entonces ¿cuál es el punto? Es por eso que solo tengo un blog.
RR: ¿Has vuelto a usar el blog que habías suspendido anteriormente?
Uruha:  Produje un blog por un largo tiempo y, honestamente, no tenía intenciones de parar. Inicialmente todos los miembros teníamos blog, pero con la llegada de Twitter, en un punto se detuvo (el uso de los blogs). Creo que un blog es algo genial, así que volví a él nuevamente. Después de todo, cuando escribes algo, puedes sentarte por un largo tiempo, enfocado y dejarlo a un lado si no hay inspiración. Además, mi blog no tiene habilitados los comentarios, así que no tengo cargas. Así que por eso decidí continuar con el blog, muchos pueden pensar que ‘bloggear’ está pasado de moda, pero está bien para mí.
RR: Desde esa perspectiva, el tener un blog está bastante justificado. Hay artistas que aumentan las visitas de sus páginas, especialmente cuando escriben algún tipo de cosa en sus blogs para atraer atención y hacer que los fans puedan latir en éxtasis.
Uruha: Justamente de eso hablo. De hacerlos latir en éxtasis a través de tu música.  Las redes sociales ahora vienen antes… bajo esas condiciones, el nivel del entretenimiento va en descendo y muchos comienzan a hundirse en las redes sociales porque todos hacen lo mismo. En estos días, cuando un CD no se vende tan bien como antes, atraer audiencia a través de sus propias redes socuales puede ser el camino de salir para muchos.
RR: ¿Crees que para atraer a nuevos oyentes solo se necesita crear música de buena calidad y conciertos?
Uruha: Sí. Si conoces algo atractivo, instintivamente comienzas a buscar información por ti mismo. Después de todo, los extranjeros no necesitan una red social japonesa, así que el criterio de juzgar a the GazettE es muy importante para nosotros y estamos muy agradecidos por eso. No salimos del país muy a menudo, pero muchas personas continúan yendo a nuestros conciertos.
RR: ¡Y es verdad! La primera vez que the GazettE salió al extranjero fue en el 2009. Eso significa que ¡tienen casi 10 años de promocionar su nombre en el escenario mundial! Cuéntanos el secreto de su longevidad como grupo.
Uruha: Hmm … En el camino hasta aquí hemos tenido momentos con peleas reales que no queremos recordar, pero lo que nos ha ayudado a salir de ese tipo de situaciones, fue... no, sentirás que es mentira, pero fue el entusiasmo (risas).
RR: ¿Entusiasmo?
Uruha: Sí. Si la banda no tiene inspiración, entonces el grupo está condenado. Una vez tuvimos una cena junto a Yoshiki-san (X JAPAN) y nos dijo que “the GazettE es un buen grupo porque el espíritu de luchar está presente en él”. Todos nos sentimos terriblemente bien de oír aquello y estuvimos aún más inspirados en trabajar. Antes de los conciertos, viendo videos de X nos dimos cuenta de que sí, ¡ahí estaba! (Risas) Incluso Toshi-san durante una presentación dijo: “Vamos, ¡con más entusiasmo!” Estoy seguro de que eso es exactamente lo que necesitas posicionar en ti mismo como una banda de rock real.
RR: Sí, tienes razón. Sin el entusiasmo y una determinación firme, ¡no se puede!
Uruha: La palabra “entusiasmo” tiene un montón de significados diferentes. Esta es la “determinación” y como decías antes, “la motivación al inicio del trabajo” y el “esfuerzo”. Solían haber muchos grupos creados solo como representaciones de ellos mismos. Nosotros, al contrario, siempre seguimos los ejemlos del entusiasmo de los Senpai y quisimos llegar a ser lo mismo. Estoy seguro de que los nuevos grupos jóvenes, que se separan en un corto tiempo, solo no entienden qué es eso. Siempre tengo una contra-pregunta para ellos, ¿por qué hacerlo? Antes de crear un grupo, las personas deben entender que van a pasar por muchas dificultades, por supuesto.
RR: Estoy totalmente de acuerdo. Dijiste antes que, incluso, se encuentran con varias pruebas de las que depende el futuro del grupo. ¿Cómo tratan con eso a su debido tiempo?
Uruha: Estamos discutiendo el problema hasta el final. Discutimos hasta el momento en que todos los miembros llegan a un acuerdo, incluso pasa que algunos de nosotros llegamos a llorar. Ese tipo de conversaciones puede durar para siempre, pero eso nunca nos ha detenido. Somos ese tipo de banda. Siempre estás en peligro e intentamos apreciar todo lo que hacemos; cada concierto, cada álbum… Después de todo, si no está terminado, entonces es posible que te arrepientas. Entonces, en the GazettE siempre estoy listo para dar lo mejor de mí. No quiero terminar mi “vida creativa” simplemente porque pasó. Así que, si en la banda tenemos, a primera vista, situaciones sin solución, siempre digo mi punto de vista, pero en respuesta espero que todo el resto de los miembros hable también. Somos un grupo, donde todos tienen una opinión e incluso si no coincidimos, en cualquier caso, son dignos de hacerse notar.
RR: ¡Tienen una gran relación en el grupo! ¿Puedo preguntar acerca de los hechos que tuvieron lugar un par de años atrás? ¿En ese momento cuando debido a esas diferencias casi se daña su relación con Aoi-san?
Uruha: Sí, así fue (risas). En ese entonces parecía que mis puntos de vista y los de Aoi-san estaban dispersos, pero actualmente no es así. En ese momento, parecía que Aoi-san intentaba separarse del grupo. El tipo de música que él quería crear nono estaba teniendo la aprobación de los demás miembros y luego de eso se llenó de un sentimiento de completa frustración. Cambió al vector de la creatividad personal y comenzó a desaparecer durante esas sesiones. Visto desde afuera parecía una burla, tuvimos un par de dudas y se las reclamamos a Aoi-san, pero solo yo fui capaz de decirle todo el descontento acumulado. Debido a eso la relación entre nosotros no estaba deteriorada, mientras todos alrededor nuestro creían que -luego de esa conversación- deberíamos estar peleados. Ellos constantemente repetían cosas como: “¡Deberías comenzar una pelea con él!” Bueno, yo balbuceaba y respondía cosas como: “Oh, bueno, no… es… bueno… bueeeenooo, me dí centa.” (risas)
RR: Vamos (risas). Incluso, aunque esto no es poco común, ¿cuándo un hombre que lleva tocando mucho tiempo en un grupo, de repente comienza a motivarse a participar en otro proyecto radicalmente distinto?
Uruha: Estoy de acuerdo. En el caso de Aoi-san no fue por un tipo de odio hacia el grupo, él es muy unido a the GazettE y cuando no comenzó a tener la aprobación de sus ideas creativas, comenzó a caer en una desesperación severa. Puede parecer que como ambos somos guitarristas, estamos obligados a encontrar un piso en común más ráído que con los demás. En ese mismo tiempo, Ruki-san propuso incluír en nuestra música un estilo de tocar que no habíamos usado hasta ese mometo, pero Aoi-san no respondió a su solicitud, lo que, sucesivamente, hizo que nos preocupáramos. Pero luego de un tiempo, algo cambió al interior de Aoi-san y volvió a nosotros en su forma inicial.
RR: En esta entrevista (RR #51, 23.2013), Aoi-san estuvo hablando hacerca de ustedes y el abismo entre ambos. Pero eso, ahora es parte del pasado.
Uruha: ¿De verdad?
RR: Él agregó que ahora eres uno de sus compañeros más cercanos.
Uruha: Qué desagradable (risas). Nuestro caracter y personalidad como guitarristas son completamente diferentes y eso pasa cuando esos dos elementos chocan. Pero creo que tengo un excelente sentido de balance, lo que es necesario para ese tipo de situaciones. Aoi-san está sufriendo cambios bruscos de humor y es algo que lo está aproblemando en este momento, eso se ve reflejado inmediatamente en el lado emocional de su toque en la guitarra, es lo que sale inconscientemente. Yo, por ejemplo, no he podido ser capaz de tocar de la misma manera, ni con todas mis fuerzas. La intensidad emocional de Aoi-san al tocar es su parte integral y para the GazettE es un componente obligatorio. Si yo estuviese en sus zapatos, puede sonar muy directo, sería un guitarrista calmado. Pero en el grupo siempre hay presión y el nervio debe estar presente, entonces aparece la emoción y luego, eso se vence con el ya conocido entusiasmo (risas).
RR: Y entonces, el entusiasmo es una cosa muy importante (risas). Bien, prnto comienza su gira STANDING LIVE TPUR 16 DOGMATIC -ANOTHER FATE-, que marcará el término de [DOGMA].
Uruha: Esos movimientos fueron los primeros experimentos para nosotros. Para lanzar el álbum, hacer la gira y luego, antes del final, presentar muchas sorpresas distintas. Por ahora solo estamos en la mitad de nuestro experimento, así que, dependiendo de cómo lo acepte la audiencia –bien o mal—, se verá reflejado en la forma que reaccionen durante los conciertos. Antes, DOGMATIC-UN, DOGMATIC-DUE y el Final Shikoku en Yoyogi, gueron una imagen muy conceptual de DOGMA y ahora queremos destruirla en un buen sentido. Cuando recién comenzamos a trabajar con este concepto en las presentaciones en vivo, pasamos por muchas situaciones desagradables.
En efecto, DOGMA contiene algunos mensajes religiosos y cuando intentamos recrearlo en el escenario, el ambiente era suficientemente superficial y como no siempre fuimos capaces de usar ese tipo de situación de manera efectiva, hubo momentos en los que esas circunstancias parecían estar fuera de lugar.
RR: Luego de DOGMATIC-UN, todos ustedes –como si hubiesen estado conspirados— reclamaron que, en cada región de Japón, algo salió mal durante los conciertos. Sin embargo, en el Final en Yoyogi dieron la impresión de que se deshicieron completamente de las presentaciones anteriores.
Uruha: Durante DOGMATIC-UN, “caminamos por muchas categorías”, lo que resultó ser una tremenda experiencia, así que podemos decir que el efecto de todo eso se transformó en el concierto final en Yoyogi. Con cada concierto aprendes muchas cosas. Tan pronto como UN terminó, pudimos sentarnos e, inteligentemente, planear una estrategia para borrar todo lo que no tuvo siquiera un tipo de impacto en el público.
RR: Interesante. No fueron guiados por la idea de agregar algo, sino que, de sacar cosas en vez de interferir, ¿verdad?
Uruha: Exacto, solo pensamos en cómo deshacernos de las cosas innecesarias y en lugar de ellas llegar con algo mucho más potente. A través de esas acciones, DOGMATIC-DUE estuvo mucho más vinculado al Final, pero si lo piensas bien, sin UN no hubiese habido un Yoyogi. Actualmente estamos orgullosos de esto.
RR: Siempre he pensado sobre el hecho de que solo los grupos que han realizado largas giras pueden decir eso. Los músicos que solo han visitado 7 ciudades grandes nunca podrán llegar a darse cuenta de ello.
Uruha: Ellos solo terminan una gira sin tener tiempo de entender algo. Nosotros también tuvimos la idea de mantener DOGMATIC-DUE con el mismo espíritu (risas), pero la abandonamos pronto. Invertimos mucho en este álbum, por lo tanto, se volvió necesario el crear una gira de rock real. ¡Nuevamente el mismo entusiasmo (risas)! Si lo dejas en el primer paso, cuando solo se ha creado el sonido, el resultado no mostrará una imagen completa.
RR: Y, ¿qué fue exactamente lo que cambiaron en DOGMATIC-UN y DOGMATIC-DUE?
Uruha: Mientras trabajábamos en DOGMATIC-DUE, pusimos especial atención en la iluminación. Durante UN, pensamos más en el diseño del escenario, pero esta vez, sentimos que necesitábamos mirarnos más a nosotros mismos a través de los ojos de los fans y pensar “¿cómo sería el tratar de mirar a los miembros de la banda en la oscuridad misma?” Intentamos, a través de la iluminación, llegar lo más cerca posible a la imagen que queríamos mostrar al público y en vez de conversar sobre el Set-List, nos sumergimos en el pensamiento de la correcta selección de luces. Como resultado, logramos crear un ambiente en escena que fue similar a la atmósfera del set. Cuando pensamos en cómo transmitir no solo la belleza de las imágenes, sino que también el mundo de DOGMA en sí, la pregunta de los trajes también se convirtió en un problema y cuando lo tuvimos resuelto, las preparaciones se volvieron menos complicadas.
RR: El hecho de que su Final se convirtió en un todo y no una parte aislada de la gira, partiendo desde el concepto básico es un mérito solo de the GazettE, que supo crear un balance de cualquier escala en sus presentaciones.
Uruha: A pesar de que el Final es una parte separada del resto de la gira, no quisimos que fuese diferente a todo el concepto. Como dije antes, fue un concierto que solo absorviò la energía de las giras anteriores, así que debía hacerse de forma tal, que se mostrara lo más conveniente posible. Pero ahora, se convirtió en un hábil complemento de DOGMATIC-UN y DOGMATIC-DUE.
RR: Estoy totalmente de acuerdo. Una vez que terminaron DOGMATIC-UN, la reacción a las nuevas canciones de DOGMA fue increíble comparado al material antiguo… sin duda, en el concierto final, este material se convirtió en uno con la audiencia y, una vez más, the GazettE se hizo sentir.
Uruha: Las canciones de DOGMA son bastante enérgicas, pero en primera instancia, los fans no las aceptaron. Nos tomó un poco de tiempo hasta que las canciones pudieran llegar a ser parte del repertorio principal.
RR: Pero como the GazettE hace largas giras, los fans pudieron tener la oportunidad de ir y escuchar su nueva música.
Uruha: Creo lo mismo, la primera vez, van a escuchar las nuevas canciones, a ver la puesta en escena y evaluar la situación… Pero desde la segunda vez solo van a pasarlo bien.
RR: A menudo, la oportunidad de ir a conciertos de otros grupos (que hacen giras cortas) es muy pequeña. Y cuando hay nuevas canciones, o canciones desconocidas, los fanáticos no tienen más alternativa que empezar a “adentrarse” en el nuevo material desde las primeras notas.
Uruha: Esos son nuestros fans de otros países (risas). Nosotros damos giras lo suficientemente largas y puedo entender bien lo que quisiste decir. En el caso de los países extranjeros, siempre tenemos esa preocupación de “¿estará bien llevar todo de una sola vez?”
RR: Sí, sí, lo entiendo. Luego de lanzar el álbum y la última gira, ¿cuáles son sus impresiones sobre la agresiva dirección de DOGMA?
Uruha: Que no cometimos ningún error al elegir aquella dirección, pero ahora comenzamos a dudar en si seguir o no haciendo algo como este álbum. En mi opinión, exprimimos todo lo mejor de él y para comprender nuestros nuevos límites, necesitamos pensar en un material completamente distinto, así que debemos trabajar duro.
RR: Aún no terminan la gira y ya están preocupados de los siguientes proyectos… Claro, se ve como algo que haría the GazettE. Una pregunta más, ¿cuál es la relación actual entre el grupo y los fanáticos?
Uruha: Hace mucho tiempo, luego del término de los conciertos, leíamos todos los cuestionarios llenados por los fans. Nada ha cambiado hasta ahora, en lo absoluto, solo que en vez de cuestionarios están las Redes Sociales. Por lo tanto, siempre estamos escuchando las voces de nuestro público, un ejemplo son las canciones más populares. Durante la gira, las preguntas sobre si debíamos o no tocar [関東土下座組合] (Kantou Dogeza Kumiai, sencillo lanzado por la banda en agosto del 2002) dependían de la demanda de los oyentes. Después de consultarlo con todos, llegamos a la conclusión de que no valía la pena tocarla y puedo explicar por qué decidimos hacerlo, finalmente. Luego de tocar esa canción al final de cada concierto, tiene como resultado que la imagen fuerte de esta canción se queda en la audiencia y siempre me sentí muy molesto por ello. Sé que, si dejábamos de tocarla de forma abrupta, las personas comenzarían a reclamar, pero nada pudo romper esa solución. Pensé sobre lo genial que sería satisfacer a los fans sin tocar esa canción, pero no hubo forma de hacerlo. Eventualmente, los miembros dijeron que los fans querían esa canción y tuvimos que tocarla durante el segundo encore… Parecía que, incluso, hubo fanáticos que lloraron de felicidad escuchándola. Al final, el aunto terminó siendo un problema… después de todo, los artistas deben conocer las necesidades de su público, pero la pregunta en sí, si tocar o no Kantou Dogeza Kumiai, podría ocurrir solo dentro del país. Cuando estamos fuera no tenemos la necesidad de tocarla, la calidad del concierto y el buen humor de la audiencia no cambia. Esta canción no corresponde al espíritu de DOGMA, pero tuvimos la oportunidad de tocarla durante la gira para complacer a los fans, por ejemplo.
RR: Sí, a veces es muy complicado poder satisfacer las necesidades de los fans.
Uruha: Honestamente, no siento que la situación de Kantpu Soguesa Kumiai fue resuelta de la mejor manera en esa oportunidad, ¿luego de que toda la información llegara a nosotros desde las Redes Sociales? Y no me refiero a todas las veces, pero esta no se compara a las preguntas hechas después del concierto. Es otra. En esos mensajes de internet sentimos cierta irresponsabilidad. Por ejemplo, hace poco me sentí un poco sorprendido con una cosa que tuvo que ver con la renovación de mi blog. Escribí una nota en la noche y como era primera vez que escribía luego de un largo tiempo, a la mañana siguiente decidí chequear y tipear “Uruha” en un buscador, donde vi un comentario que decía “Ni siquiera noté que Uruha había vuelto a bloggear. Déjenlo prender las notificaciones”. Cuando vi eso me di cuenta de que los buenos viejos tiempos no volverían, era una actitud totalmente pasiva. En estos días con el desarrollo de la industria del entretenimiento, podemos elegir qué queremos desde una gran variedad de propuestas y, usualmente, encuentras lo que quieres por ti mismo. En el caso de mi blog, si esperas que suba notificaciones, es mejor que no leas mi blog. Escribo para aquellas personas que no son tan perezosos y se dan el tiempo de entrar al sitio y buscar actualizaciones. Si luego de leer esto te sientes decepcionado, no me importa. Es más fácil para mí, solo soy una persona.
RR: Entiendo un poco los sentimientos de Uruha-san. Los posts en Redes Sociales realmente parecen como si no tuviesen respuestas.
Uruha: Siempre me pregunto esto: ¿cómo se puede establecer una conexión entre cada uno de esos mensajes u opiniones? Si quiero tocar Kantou Dogeza Kumiai, entonces está bien. El problema es que la tocamos, pero no porque queremos, sino porque debemos. He dicho que es importante conocer los deseos de los fans, pero el tema principal es no sobre-hacerlo, así tu personalidad no deja de ser interesante.
RR: Claro. Existe ese tipo de riesgos.
Uruha: En un principio, conocer las demandas de los fans es muy complicado, estoy seguro de que cuando tocamos Kantou Dogeza Kumiai durante esta gira, hubo personas que se preguntaron por qué lo hicimos y, si intentamos llevar algo a la audiencia, necesitamos contar con este factor también. Es un encore inusual y no tienes que estar tan rígido por ello (risas).
RR: Volvamos a hablar sobre el concierto. ¿Cuál será la última presentación de DOGMA: GRAND FINALE DOGMA-ANOTHER FATE-, en el Makuhari Messe el 27 de septiembre?
Uruha: Este concierto debiese mostrar otra faceta. El live que dibujamos en nuestra imaginación antes de completar el álbum, ya lo tocamos en Yoyogi, así que la presentación en el Makuhari debe convertirse en una verdadera actuación en vivo que haya absorbido el ambiente de la gira mundial. Satisfacer al público, esta vez, depende solo de nosotros, y si nos encontramos con dificultades, las reencarnaremos en motivaciones más intensas para mostrarles un concierto de primera categoría.
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Traducción de japonés a ruso: zhukovskayaliza.vk
Traducción de ruso a inglés: Sora H. Sunao
Trad. español: The Sixth Bullet Chile
Scans Rock&Read VOL. 036
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Cenizas de una carta anónima.
Es irónico encariñarse tanto con una persona como tú. Porque jamás me entendiste tanto pero, yo sentí que lo hacías, tal vez porque necesitaba sentirme así, acompañada. Pero, ahora pienso que simplemente nos sentimos como queremos, nosotros mismos nos colocamos en situaciones dolorosas. Siempre fui tu sombra, y me volví literalmente eso, pero sin ti, cuando todo acabó. Nunca fuimos la pareja perfecta  como mejores amigas, tu siempre fuiste el foco de atención mientras que yo, siempre he buscado ser lo más discreta posible, sin embargo y, quizás por eso, te amé desde el inicio. Y allí estabas tú, obteniendo el título de mejor amiga, ganándote mi admiración, y es una estúpida porquería porque de todos modos, eso jamás te ha importado en lo absoluto...Quise estar ahí en cada momento de tú vida, bueno o malo, quería vivir contigo lo que fuera, estar para tí como nunca nadie lo estuvo, pero, yo no quería tus menciones en Facebook, tus etiquetas, ni comentarios, me importó un pepino lo  que éramos públicamente; yo necesitaba que en realidad, notaras que había pasado los últimos 5 años a tu lado, incondicionalmente. Exploté a duras penas, cada 5 meses, cuando al fin, mi corazón lloraba, practicaste la victimización, y como en todo, fuiste buena, lo suficiente para destruir mis protestas y acallar mi incomodidad, pasaron esos breves instantes de silencio en el que fingíamos odiarnos, yo más que tú naturalmente, porque jamás te odiaría, y por eso con el paso de los segundos, olvidaba porqué me había enfadado, y volvía a ser tu sombra nuevamente. Entonces, por primera vez me di cuenta de que, todo este tiempo se trato de ti y no de mi, me impactaron de golpe todos esos mensajes sin contestación, todas esas salidas en las que importó más una foto que una verdadera palabra, todos los sueños que yo edificaba y tu te encargabas de hacerlos tuyos, solo tuyos, todas las llamadas que empecé, y terminaron en ti, porque siempre todo tuvo qué ver contigo, con tus amores perdidos, tus fallidos intentos, tus problemas, tus locuras, tus aventuras, y es contradictorio incluso, porque de alguna forma, en éste mundo creado, hubo un plano en el que sí existí, ése en el que no te abandoné aunque siempre me abandonabas, ése en el que decidí aferrarme a ti, porque me había acostumbrado tanto a tu vida que dejé la mía a la suerte, y era demasiado tarde para detenerlo, para soltarte. Por mucho tiempo me sentí desorientada, procurando mantener una conversación que ésta vez iba acerca de mí, pero, siempre hubo una interrupción en la que volvías a cambiar el sentido de todo, y volvías a ser el centro de atención, entonces, finalmente, me cansé. Y de todos modos, fui a verte en tu cumpleaños número 18, en alianza con tu madre y tu hermana, me escondí en el auto mientras venías, como una niña pequeña, y te sorprendí, me quedé en tu casa, comiendo Doritos, y viendo películas, con el anhelo oculto de que, comenzaras a apreciar que allí estaba, te vi reír, haciéndome a la idea de que tal vez ya no iba a volver a ver esa sonrisa tan deslumbrante en mucho tiempo, de tan cerca. Y recordé con nostalgia cada minuto que pasamos juntas, cada detalle que me hizo pensar que éramos diferentes, que la rutina no nos alcanzaría, que siempre seríamos las mismas, que siempre estaríamos unidas, y te vi dormir, en medio de la oscuridad de tu habitación tan desordenada como mis emociones, y supe que aún cuando esto acabe como todo, yo te amaré con mi alma, y estaré aquí, aún sin estarlo, sin que me notes, con cada parte de lo que soy, porque sencillamente los humanos somos muy idiotas. Y punto. 
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